1 Resumen ejecutivo El presente ensayo analiza las alternativas de políticas públicas en un entorno 2 Antecedentes El 31 de diciembre del 2019 la Comisión Municipal de Salud de Wuhan notificó un conglomerado de casos de neumonía vírica en la ciudad. Posteriormente se determinó que están causados por un nuevo tipo de coronavirus conocido como Covid-19. (Organización Mundial de la Salud [OMS], 2020). El 23 de enero del 2020 inicia el confinamiento obligatorio en la provincia de Hubei en China que rápidamente se extendió a otras provincias principales del país; provocando contracciones en su producción interrumpiendo el funcionamiento de las cadenas de suministro mundial (McKibbin & Fernando, 2020). Posteriormente, la propagación global de la epidemia ocasionó que se implemente medidas a corto plazo para mitigar el impacto sanitario en diversos países, tales como el aislamiento social obligatorio, cierre de frontera, cierre temporal de empresas, escuelas y universidades, entre otros; sin embargo, el panorama a mediano y largo plazo exige diseñar medidas para enfrentar las consecuencias de la recesión. La intervención estatal a través de políticas públicas es clave para poder superar la crisis venidera; las cuales deben enfocarse en dos objetivos centrales: el fortalecimiento del sistema de salud pública y el diseño de estrategias que permitan una rápida recuperación económica. El primer objetivo pretende disminuir la demanda de centros de salud evitando el colapso del frágil sistema sanitario que presentan muchos países de Latinoamérica y el Caribe (LAC); mientras se fortalece la capacidad de respuesta sanitaria. En un contexto de inequidad en el acceso a la salud pública, baja calidad en el servicio y falta de recursos en el sector que limitan la efectividad de las acciones. Por otro lado, las diversas medidas adoptadas redujeron la actividad de económica perjudicando la producción y el consumo; como resultado el nivel de ingresos de las familias y las empresas disminuyeron dramáticamente; aumentando el nivel de desempleo, informalidad y desigualdad. 3 Crisis sanitaria y pobreza Actualmente la región enfrenta una alta demanda de servicios hospitalarios que los sistemas de salud no pueden abastecer; este desequilibrio entre la provisión y la demanda supone una presión al aumento del gasto público en salud con el objetivo de conseguir una involución de la pandemia. Antes de la pandemia el gasto total en salud en los países de LAC correspondía a un 6,6% del PIB, inferior al 8,8% en los países de la OCDE. El gasto de salud por esquemas gubernamentales y seguros de salud obligatorios representaron un promedio de 54,3% del gasto total en salud en LAC, significativamente menor que el 73,6% en la OCDE. (OECD/The World Bank, 2020). Lo que implica que los hogares de LAC están autofinanciando el mayor porcentaje del gasto en salud; gasto que la población en pobreza y extrema pobreza no podrían costear. Además, se estima que la pobreza y la extrema pobreza en todos los escenarios aumentara en todos los países; en el escenario alto, los mayores aumentos de la pobreza extrema se darían en México, Nicaragua y el Ecuador; además, la pobreza en general aumentaría especialmente en la Argentina, México, el Ecuador y el Brasil (CEPAL, 2020). Las medidas de contención provocaron el cierre de muchas empresas aumentando la tasa de desempleo; además, el aislamiento social impide que las familias puedan generar ingresos alternativos, especialmente aquella población que presenta una brecha digital. Los hogares que se encuentran en situación de pobreza o extrema pobreza que no cuentan con servicios básicos (agua, electricidad, alcantarillado, etc.) no pueden subsistir en un escenario de aislamiento prolongado. Esta situación también es una causal de contagio puesto que los ciudadanos se ven en la necesidad de no cumplir con el confinamiento para poder comer. para contener la pandemia fue destinar recursos para aumentar la infraestructura básica; sin embargo, este financiamiento público debe ser integrado con otros objetivos a mediano y largo plazo que permitan la protección de la población; por ello, el financiamiento público debe enfocarse en alcanzar la cobertura universal en salud de calidad, disminuyendo así el gasto de bolsillo de la ciudadanía. Por otro lado, no solo la restricción presupuestaria El financiamiento público en salud no solo debe tener concentrarse en un aumento de infraestructura sanitaria, sino que también debe involucrar políticas económicas que tengan un impacto adverso en la desigualdad de ingresos, la pobreza y la ineficiencia 4 ¿Desplazamiento de recurso o aumento de la deuda pública? 5 Asistencia social y corrupción Es probable que los hijos de las familias más pobres se vean obligados a entrar en el mercado de trabajo, lo que incrementaría las tasas de trabajo infantil (que corresponden al 7,3% de los niños de 5 a 17 años, unos 10,5 millones de niños (OIT,2018)). En el caso de las niñas y las adolescentes se debe agregar el posible aumento de la carga de trabajo doméstico y de cuidado no remunerado. „ En una situación de aumento del desempleo y restricción de los presupuestos familiares, la población joven enfrentará un escenario más adverso respecto de sus oportunidades de continuidad educativa e inserción laboral, lo que impactará en sus trayectorias de inclusión social y laboral, especialmente entre aquellos que pertenecen a los estratos de ingresos bajos. Esto reviste una especial gravedad en aquellos países cuya tasa de desempleo juvenil es estructuralmente mucho mayor que la del promedio de la economía. „ Las personas mayores de 60 años, es decir, cerca del 13% de la población de la región (85 millones de personas), enfrentan una mortalidad más alta en la pandemia; por tanto, su demanda de atención especializada y crítica de salud es mayor. Asimismo, el aislamiento en que viven muchas de ellas limita su capacidad para responder a la enfermedad, genera riesgos para su seguridad alimentaria y puede afectar su salud mental. Para proteger a la población vulnerable, el financiamiento público en salud debe enfocarse en alcanzar la cobertura universal, potencializar los sistemas de atención primaria, seguir aplicando estrategias de prevención y promoción sanitarias. El financiamiento público en salud no solo debe tener concentrarse en un aumento de infraestructura sanitaria, sino que también debe involucrar políticas económicas que tengan un impacto adverso en la desigualdad de ingresos, la pobreza y la ineficiencia 6 ¿Desplazamiento de recurso, aumento de la deuda pública o uso de las reservas internacionales? EEstas políticas deben ir enlazadas con políticas económicas que se enfoque en la disminución de la pobreza puesto que es menos probable que las personas de los grupos socioeconómicos más bajos utilicen estos servicios en comparación con aquellas de ingresos más altos, y es más probable que retrasen la búsqueda de tratamiento. Avanzar en una mayor supervisión de los sistemas de salud, estableciendo un marco regulatorio que promueva la equidad y la eficiencia. • Focalizar los esfuerzos de cobertura y equidad en los grupos más vulnerables y expuestos a mayores riesgos, ello es necesario particularmente en los países cuyo esfuerzo interno actual es insuficiente o en aquellos cuyo nivel absoluto de gasto es muy bajo Para proteger a la población vulnerable se debe alcanzar la cobertura universal , potencializar los sistemas de atención primaria, seguir aplicando estrategias de prevención y promoción sanitarias con el fin de disminuir el gasto en el manejo curativo de las enfermedades crónicas prevenibles . • Propender a la configuración de sistemas de salud que definan los ámbitos y establezcan las formas de coordinación entre los distintos sub-sectores con mecanismos de suspensión adecuados. • Establecer mecanismos para la transferencia de recursos, con el objeto de inducir aumentos en su movilización y asignación eficiente. • El Estado ha de seguir siendo hegemónico en los aspectos normativos, de política, seguimiento y control. Deberá mantener un papel central en las medidas redistributivas para generar mayor cobertura y equidad y en las acciones destinadas a mejorar la capacidad de negociación de las personas y comunidades frente a los proveedores de salud. El impacto de diversas variables socioeconómicas y culturales del mundo globalizado configura un panorama de alta heterogeneidad en cuanto a la situación de salud y una exposición desigual a los riesgos de salud en los diversos grupos poblacionales. La segmentación de mercados, la segregación territorial y otras tantas manifestaciones de la concentración de ingresos y de desigualdades sociales en América Latina, hacen que esa diferenciación sea cada vez más amplia y sin embargo, menos conocida en sus expresiones concretas. Por medio de la encuesta de CEPAL sobre programas nacionales de salud se pretende establecer cuáles son las principales preocupaciones que expresan las autoridades con respecto a la salud en la región latinoamericana. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/6119/1/S051049_es.pdf Brasil, a pesar de ser una olla de cultivo del virus dada su dimensión geográfica, Bolsonaro ha manifestado su escepticismo sobre la amenaza del coronavirus —al que considera una “pequeña gripe”, o “una fantasía”—, y ha reprendido a los gobernadores por instituir cuarentenas obligatorias en algunos de los principales Estados del país (Riggirozzi, Coronavirus y el desafío para la gobernanza regional, 2020). En el gráfico 1 podemos notar que los casos confirmado en Brasil supera por mucho a otros países de la región, esto se debe principalmente al carácter pasivo del gobierno para aplicar medidas de contención de la pandemia. Entre 2010 y 2017, el gasto en salud por persona ha superado el crecimiento económico en LAC. En promedio, el gasto en salud creció 3,6% por año, mientras que el producto interno bruto (PIB) creció 3% por año. Sin embargo, el gasto en salud fue de aproximadamente USD 1.000 por persona en LAC, un cuarto de lo que se gastó en los países de la OCDE (ajustado por el poder adquisitivo).. El gasto de salud por esquemas gubernamentales y seguros de salud obligatorios representó un promedio del 54,3% del gasto corriente en salud en LAC en 2017, inferior al 73,6% en la OCDE en 2018. El resto está cubierto por seguro privado voluntario y gastos de bolsillo de los hogares. En LAC, el 34% de todo el gasto en salud se paga de bolsillo, muy por encima del promedio de la OCDE del 21%; la reducción ha sido lenta, solo de 1,5 puntos porcentuales entre 2010 y 2017. Casi el 8% de la población en 16 países de LAC gasta más del 10% del consumo o ingreso de sus hogares en salud. Además, el 1,7% de la población de 15 países de LAC se ve empujado por debajo de la línea de pobreza debido a los gastos de bolsillo en salud en comparación con el 1,2% en los países de la OCDE. ver la cantidad de casos acumulados en algunos países de la región. Perú fue uno de los primeros países de la región en aplicar medidas restrictivas contra la pandemia; sin embargo, es uno de los países con la mayor cantidad de casos confirmados, esto se debe al precario sistema de salud con el que contaba mucho antes de la pandemia. Por otro lado, países como México y Brasil han mostrado cierta pasividad en la aplicación de medidas de contención La evaluación de tecnologías sanitarias es una herramienta que garantiza que el financiamiento público sea priorizado y esté disponible para aquellos medicamentos, procedimientos, dispositivos, etc. que han demostrado su efecto en mejorar la salud y otros resultados. Sin embargo, solo 5 de los 21 países de LAC informan que lo usan sistemáticamente para tomar decisiones de cobertura y ninguno informa que lo use para fines de reembolso. La fragmentación de los sistemas de salud en LAC es una fuente clave de malgasto, dado que la mayoría de los países tienen subsistemas con funciones duplicadas de gobernanza, financiamiento y provisión de servicios. El menor desarrollo de sistemas de información de salud contribuye a una menor comprensión del gasto público y los resultados que se están obteniendo. En 22 países de LAC, un promedio del 10% de todas las muertes nunca se informan en las bases de datos de mortalidad pública. Cuarenta y dos por ciento de las personas en 12 países de LAC consideran que el sector salud es corrupto, más que el 34% en 28 países de la OCDE. Además, las tasas de soborno en los centros de salud pública alcanzan el 11% en 18 países de LAC. 6.1 Las limitaciones en los recursos humanos y físicos impiden una respuesta efectiva a las necesidades de atención médica de las personas LAC tiene un promedio de dos médicos por cada 1.000 habitantes, y la mayoría de los países se encuentran por debajo del promedio de la OCDE de 3,5. La región tiene menos de tres enfermeras por cada 1.000 habitantes, tres veces menos que el promedio de la OCDE de casi nueve. El número promedio de camas hospitalarias en LAC es de 2,1 por 1.000 habitantes. Solo Argentina, Barbados y Cuba tienen más camas hospitalarias que el promedio de la OCDE de 4,7. LAC tiene una disponibilidad de tecnologías médicas mucho menor que la OCDE: más de tres veces menos de escáneres de tomografía computarizada; más de 5 veces menos unidades de resonancia magnética; casi la mitad menos de las unidades de mamografía; y más de 5 veces menos de unidades de radioterapia. Los recursos para la atención de salud mental son escasos. La disponibilidad de psiquiatras es casi 5 veces menor que en la OCDE, mientras que la disponibilidad de enfermeras y camas para la atención de salud mental es aproximadamente 3 veces menor. La actual pandemia ha producido un proceso de "desglobalización" obligando a los países a bloquear las fronteras, evitando los flujos normales de bienes, capital y humanos, además del cierre de negocios al menos temporalmente (Barua, 2020). Muchos países han brindado apoyo macroeconómico a gran escala para aliviar el golpe económico, lo que ha contribuido a una reciente estabilización en los mercados financieros.. que carecen de la con capacidad institucional y de los mecanismos y fondos de contingencia para estimular su economía y proteger los medios de vida de las personas más vulnerables durante una crisis mundial. Asimismo, los países de ingresos bajos y medianos también están perdiendo oportunidades comerciales y padeciendo una considerable salida de capitales, ya que los inversores prefieren refugios más seguros. Las remesas están disminuyendo y los ingresos procedentes del turismo se están hundiendo. En África y América Latina, el presupuesto de los países exportadores de petróleo se está viendo gravemente afectado por la profunda caída del precio del crudo que se ha producido recientemente. Los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID) también tienen mucho que perder. Por ejemplo, los PEID son países importadores de alimentos y también están experimentando pérdidas sin precedentes en el sector turístico y en remesas, a la vez que se ven afectados por perturbaciones climáticas. El estímulo económico debería girar en torno a los sectores de la salud, la agricultura y la alimentación. La salud debe ser lo primero, pero la buena salud puede ser difícil de alcanzar si los más vulnerables no pueden acceder a una alimentación saludable. El confinamiento y la cuarentena están limitando las cadenas de suministro de alimentos, el gasto de los consumidores y el poder adquisitivo. Las medidas de estímulo económico deben cubrir todos los pilares de la seguridad alimentaria (disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad). Si durante esta crisis provocada por la pandemia de la COVID-19, las medidas de estímulo económico no garantizan que todas las personas, en todo momento, tengan acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades y sus preferencias alimentarias para poder llevar una vida activa y sana, no solo morirán personas debido a la enfermedad vírica, sino que se perderán vidas y la salud se verá gravemente perjudicada debido al hambre La salud y el costo humano ya es grande y continúa creciendo, con cientos de miles de muertes y muchos más sufrimiento de perspectivas disminuidas y medios de vida interrumpidos. La pandemia representa el mayor shock económico que tiene la economía mundial presenciado en décadas, causando un colapso en el mundo actividad (Figuras 1.1.B y 1.1.C). Varios medidas de mitigación, como bloqueos, cierre de escuelas y negocios no esenciales, y viajes restricciones: han sido impuestas por la mayoría países para limitar la propagación de COVID-19 y aliviar la tensión en los sistemas de salud. Los la pandemia y las medidas de mitigación asociadas tienen redujo drásticamente el consumo y la inversión, como así como la oferta laboral restringida y la producción. Los efectos indirectos transfronterizos han interrumpido mercados financieros y de productos básicos, comercio mundial, cadenas de suministro, viajes y turismo. Fortalecer y avanzar hacia la universalización de las coberturas, implementándose mecanismos de ajuste de riesgos, para hacer frente a los problemas de exclusión social e inequidad en salud. Avanzar en una mayor supervisión de los sistemas de salud, estableciendo un marco regulatorio que promueva la equidad y la eficiencia. • Focalizar los esfuerzos de cobertura y equidad en los grupos más vulnerables y expuestos a mayores riesgos, ello es necesario particularmente en los países cuyo esfuerzo interno actual es insuficiente o en aquellos cuyo nivel absoluto de gasto es muy bajo. • Propender a la configuración de sistemas de salud que definan los ámbitos y establezcan las formas de coordinación entre los distintos sub-sectores con mecanismos de suspensión adecuados. • Establecer mecanismos para la transferencia de recursos, con el objeto de inducir aumentos en su movilización y asignación eficiente. • El Estado ha de seguir siendo hegemónico en los aspectos normativos, de política, seguimiento y control. Deberá mantener un papel central en las medidas redistributivas para generar mayor cobertura y equidad y en las acciones destinadas a mejorar la capacidad de negociación de las personas y comunidades frente a los proveedores de salud. El impacto de diversas variables socioeconómicas y culturales del mundo globalizado configura un panorama de alta heterogeneidad en cuanto a la situación de salud y una exposición desigual a los riesgos de salud en los diversos grupos poblacionales. La segmentación de mercados, la segregación territorial y otras tantas manifestaciones de la concentración de ingresos y de desigualdades sociales en América Latina, hacen que esa diferenciación sea cada vez más amplia y sin embargo, menos conocida en sus expresiones concretas. Por medio de la encuesta de CEPAL sobre programas nacionales de salud se pretende establecer cuáles son las principales preocupaciones que expresan las autoridades con respecto a la salud en la región latinoamericana. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/6119/1/S051049_es.pdf La mayor parte del capital humano en el sector salud ha sido destinado al tratamiento de pacientes de Covid-19; el cual ha sobrepasado la capacidad de los centros hospitalarios. El recuento completo de los costos humanos, sociales y económicos de la crisis de COVID‑19 en LAC tendrá que esperar, pero ya sabemos que sus impactos son profundos. Los altos niveles de desigualdad e informalidad laboral en la región hacen que la situación sea potencialmente más catastrófica que en otras partes del mundo. https://www.oecd- ilibrary.org/docserver/740f9640es.pdf?expires=1596148510&id=id&accname=guest&checksum=1F01F87D7F96C 33315711AEAC5D44143 Los gobiernos también deben reutilizar y hacer uso de toda la capacidad disponible en el ámbito público, comunitario y privado para ampliar rápidamente el sistema de salud pública para detectar y realizar pruebas a posibles casos, aislar y atender a los casos confirmados (tanto en el hogar como en un centro médico) e identificar a los contactos, rastrearlos, ponerlos en cuarentena y brindarles apoyo. Al mismo tiempo, los gobiernos deben prestar al sistema sanitario el apoyo necesario para tratar a los pacientes de COVID-19 de manera efectiva y mantener el resto de los servicios sanitarios y sociales básicos para todos. Si necesitan más tiempo para poner en marcha las medidas anteriores, es posible que los gobiernos tengan que implantar medidas generales de distanciamiento físico y restricciones de movimiento proporcionales a los riesgos sanitarios que afronta la comunidad. Según diversos organismos internacionales el choque económico conllevará una recesión en muchos países; el Banco Mundial prevé una contracción económica del 5% del PBI mundial en 2020; sin embargo, la verificación de dichas proyecciones depende de que se superen los actuales focos de inestabilidad que afectan la economía. Para ello los puntos clave que se deben resolver son el desempleo, la desigualdad, la informalidad, impacto de los beneficios sociales y sobre todo la corrupción que impiden la eficacia de las políticas publicas. http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/gt/20191205035735/III-Dossier- SISS-CLACSO-Integracion-regional-y-Salud.pdf El brote de COVID-19 está produciendo cargas económicas masivas y de gran alcance para todos naciones como China, Estados Unidos, Japón, Alemania, Gran Bretaña, Francia e Italia: el G7 países. Baldwin y di Munro (eds.) (2020) dicen con razón, ya que los países del G7 comparten el 60% de la oferta y la demanda mundiales (PIB), el 65% de la manufactura mundial y el 41% del mundo Las exportaciones de manufacturas, cuando estornudan, el resto del mundo se resfriará. Sin embargo, desde que se informó el primer caso COVID-19 en diciembre de 2019, solo pocas investigaciones académicas se puede encontrar en la economía del brote, mientras que los informes analíticos son cada vez más. https://mpra.ub.uni-muenchen.de/99693/1/MPRA_paper_99693.pdf 2. Recomendaciones Controlar los casos esporádicos y grupos de casos y prevenir la transmisión comunitaria mediante la detección rápida y el aislamiento de todos los casos, la prestación de los cuidados adecuados y la trazabilidad, cuarentena y apoyo de todos los contactos. • Contener la transmisión comunitaria mediante la prevención del contagio y medidas de control adecuadas al contexto, medidas de distanciamiento físico a nivel de la población y restricciones adecuadas y proporcionadas en los viajes domésticos e internacionales no esenciales. • Reducir la mortalidad prestando una atención clínica adecuada a los enfermos de COVID-19, asegurando la continuidad de los servicios sanitarios y sociales esenciales y protegiendo a los trabajadores de primera línea y las poblaciones vulnerables. • Desarrollar vacunas y terapias seguras y eficaces que puedan ofrecerse a escala y que estén accesibles en función de la necesidad. 3. Conclusiones Informalidad pobreza La integración regional en salud en América Latina y Caribe, esta pandemia demostró una vez más la urgente necesidad de reconstruir redes de cooperación, coordinación y toma de decisiones de salud internacional de forma conjunta desde el Sur resguardando la soberanía sanitaria regional (Basile, 2019). La inexistencia de coordinación y cooperación integral en el diseño de estrategias epidemiológicas regionales conjuntas resultó evidente, sobrevolando una especie de competencia por la radicalidad en el shock a la sociedad. La Red Suramericana de Vigilancia y Respuesta en Salud3 fue un intento en este sentido en promover un "escudo epidemiológico" regional, aunque en su implementación quedaría ceñida a una concepción de una epidemiología clásica especialmente sobre inmunizaciones y control sanitario tradicional sobre las enfermedades epidémicas y de notificación obligatoria como de riesgos del Reglamento Sanitario Internacional (RSI). Como bien lo planteaba el propio ISAGS-UNASUR a partir del año 2016, la red sudamericana de vigilancia y respuesta en salud se basó sobre dos iniciativas subregionales ya existentes y con características muy claras: la Comisión de Vigilancia en Salud del Subgrupo de Trabajo 11 “Salud” del Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Red Andina de Vigilancia Epidemiológica del Organismo Andino de Salud-Convenio Hipólito Unanue (ORAS-CONHU). Estas experiencias aún incipientes nunca pudieron ni potenciarse ni asumir autonomía y soberanía regional en su concreción. Corrupción Beneficios sociales por parte del estado y su eficacia Politicas publicas Eficiencia de las politicas publicas 7 Reactivación económica 8 Recomendaciones y conclusiones 9 Bibliografía Barua, S. (2020). Understanding Coronanomics: The economic implications of the coronavirus (COVID-19) pandemic. Recuperado el 2020 de Agosto de 2, de https://mpra.ub.unimuenchen.de/99693/ Blackman, A., Ibáñez, A. M., Izquierdo, A., Keefer, P., Moreira, M., Schady, N., & Serebrisky, T. (2020). La política pública frente al Covid 19: Recomendaciones para América Latina y el Caribe. BID. CEPAL. (2020). El desafío social en tiempos Covid-19. Obtenido de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45527/5/S2000325_es.pdf McKibbin, W., & Fernando, R. (2020). The Global Macroeconomic Impacts of COVID-19: Seven Scenarios. Recuperado el 30 de julio de 2020, de https://www.brookings.edu/wpcontent/uploads/2020/03/20200302_COVID19.pdf OECD/The World Bank. (2020). Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe 2020. (O. Publishing, Ed.) París . doi:https://doi.org/10.1787/740f9640-es Organización Mundial de la Salud [OMS]. (29 de Junio de 2020). Centro de prensa de la OMS. Obtenido de https://www.who.int/es/news-room/detail/27-04-2020-who-timeline--covid-19 Riggirozzi, P. (2020). Coronavirus y el desafío para la gobernanza regional. Análisis Carolina. Obtenido de https://www.fundacioncarolina.es/wp-content/uploads/2020/03/AC12.2020.pdf Wagstaff, A. (2002). Poverty and health sector inequalities. Bulletin of the World Health Organization(80). Obtenido de https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/71116/80%282%2997105.pdf?sequence=1&isAllowed=y Tabla 1: Infraestructura básica para enfrentar el Covid-19 en América Latina Países Población (millones) Camas Ventiladores Camas Hospitalarias Mecánicos hospitalarias (1000 Hab.) Ventiladores mecánicos (100 000 Hab.) Argentina 44.7 104140 5777 5.3 12.9 Bolivia 11.4 10635 750 0.9 6.6 Brasil 210.5 325228 52815 1.5 25.1 Chile 18.9 37869 1737 2 9.2 Colombia 49.7 79364 6293 1.6 12.7 Costa Rica Guatemala 5 17.5 5800 10614 298 528 1.2 0.6 5.9 3 México Panamá Perú Puerto Rico Rep. Dom 125.4 4.2 32.4 3.2 165572 5066 30652 11504 16739 488 1648 401 1.3 1.2 0.9 3.6 13.4 11.6 5.1 12.7 10.3 25190 1282 2.4 12.4