Subido por anandajuan

Francis Lucille - Tú no escoges tus pensamientos

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¡Tú no escoges tus pensamientos!
Diálogos en la Consciencia con Francis Lucille
I (Interlocutor): Si todo es consciencia, si todo es celebración ¿cómo ha podido
suceder que los seres humanos hayamos producido todo este mundo de creencias, de
pensamiento y de identificaciones? ¿Cómo se ha originado?
F (Francis): Los seres humanos no han creado nada. Todo se crea de instante en
instante. Todo está siendo creado nuevo, en cada momento, incluyendo los seres
humanos, sus experiencias pasadas, la memoria particular de cada uno y sus actos
anteriores.
Todo está siendo creado nuevo, en cada instante. Es como un sueño. En el sueño tú
creas una hija que tuviste hace veinte años, y también un marido con el que te casaste
hace veintidós años, que es el padre de tu hija. Pero cuando te despiertas, ves que
nunca existieron; fueron creados en el sueño, en ese momento. Es decir, que al soñar,
el sueño viene con su pasado: el pasado del sueño está siendo creado a cada momento
durante el sueño.
Ocurre lo mismo con este soñar despierto, aquí. Tan solo como si este sueño, de ahora,
fuese el soñar de Dios. Es un poco más grandioso.
I: Entonces, ¿lo que hay, es una consciencia universal que, de alguna manera, toma
las decisiones de cada uno?
F: Sí.
I: Eso significa que no hay libertad; no hay por qué cambiar.
F: Como persona, tú no tienes libertad. Es más, incluso, ¡ni siquiera existes!. Como
individuo separado no tienes vida, no tienes consciencia, no tienes libertad.
Tu libertad (como persona), es solamente el creer que tú eres libre.
Tu vida es únicamente tu creencia de que estás vivo.
I: Entonces, ¿por qué buscar esa comprensión, esa felicidad?
F: Como persona, tú nunca buscas esa comprensión, porque la persona no puede hacer
nada. Por lo tanto, la pregunta ¿por qué? no tiene ningún sentido, ya que la persona no
puede elegir. Fíjate bien, todas estas preguntas están basadas en el concepto, "yo soy
una persona", y "yo tengo la libertad de escoger el hacer esto o aquello".
I: Sí. Bueno. Yo tengo la sensación de que, en cada momento, puedo escoger entre dos
cosas. Posiblemente sea una falacia, pero yo tengo esta sensación.
F: Bien. Déjame demostrarte que tú no tienes ninguna capacidad de elección.
Asumamos que, en un momento dado, tú eliges algo, por ejemplo escoges el escuchar
a Francis. Y, entonces, te viene el pensamiento, "voy a escuchar". Ahora bien. Parece
que, como persona, tú has escogido este pensamiento. Pero, ¿lo escogiste realmente, o
él vino a ti?
I: Supongamos que es la consciencia universal quien lo escoge, quien decide.
F: No. No supongas. ¿Cuál es tu experiencia? ¿Es tu experiencia el que tú lo has
escogido, o el que este pensamiento vino a ti?
I: No me importa. Está ahí simplemente. No me lo planteo.
F: Espera. Elimina el "importa" y el "no importa". Atente a los hechos. Elimina todas
las opiniones personales. ¿Escogiste este pensamiento, o este pensamiento vino a ti sin
que lo escogieses? ¿Cuáles son los hechos?
(Largo silencio)
Vamos a considerar esto desde otro ángulo. ¿Si tú puedes escoger tus pensamientos,
también podrías escoger a voluntad el dejar de pensar? Ahora. ¡Inténtalo!
(Largo silencio)
Bien. ¿Cuál es tu respuesta? ¿Escoges tus pensamientos?
I: No. Debo decir que realmente no los escojo.
F: ¡Bien, tú no escoges tus pensamientos! ¿De acuerdo?
I: Quizá, yo no quiera escoger ese pensamiento si no el pensamiento actual, el que
estoy pensando ahora.
F: Es cierto. Pero lo que estás diciendo equivale a afirmar: "todo lo que viene
espontáneamente, sería lo que yo escojo. ¿De acuerdo?
I: Sí. Es lo mismo.
F: Bien, tú afirmas que todo lo que viene espontáneamente es lo que tú has escogido.
Entonces cuando llega la lluvia o cuando te viene el ruido del tráfico, que obviamente
son espontáneos, tú dirías que los has escogido. ¿De acuerdo? Ves. Tienes que ser
coherente, porque según lo anterior, sería cierto que lo eliges todo.
Por tanto, hay dos posibilidades que son coherentes: O bien no escojo nada, que es la
posición de la persona, del individuo. O bien lo elijo todo, que es la posición de la
consciencia. Pero mantener que "yo" escojo ciertas cosas, tales como mis
pensamientos, y no escojo otras, como por ejemplo las voces que vienen de la calle
ahora mismo, o el ruido del tráfico, o lo que Francis está diciendo en este momento, no
está de acuerdo con nuestra experiencia presente.
I: ¡O sea que yo escojo la guerra, escojo el odio, el amor...
F: No. Escucha. No se trata de si te gusta o no. Se trata de si es cierto o no.
Incluso ese pensamiento de que no te gusta lo que te he dicho..., incluso ese
pensamiento tampoco lo escogiste.
Como personas, no tenemos libertad. Estamos totalmente condicionados. No vivimos,
si no que estamos siendo vividos. Como consciencia, somos libertad absoluta y
aquello que lo crea todo.
I: Pero, de algún modo también es la consciencia la que me hace vivir con la ilusión
de que soy libre.
F: Absolutamente cierto. Es más, la consciencia también es la que escoge en ti el que
te surjan dudas sobre todo este asunto, y como resultado el que vengas a un encuentro
como éste en el cual puedas reevaluar todas estas creencias, y descubrir tu verdadera
libertad y ser feliz. Todo esto es un espectáculo, (como una película).
I: Pero todo es verdadero.
F: Aquello que es verdadero, no es una cosa. Porque cuando dices, "todo es
verdadero", no deberías entenderlo como, "todo está al mismo nivel de verdad". Tal
como algunos artistas dicen: "todo es bello", y "tengo el derecho de expresarlo todo",
y por tanto "vomito en un cuadro"; y afirman: "esta es mi forma de ver la belleza".
I: Pero tú dijiste que si hay grados en la verdad, ya no es la verdad.
F: Sí. El pensamiento que viene de la verdad, es verdadero. Tal como la obra de arte
que surge de la belleza, es bella. O como ese gesto que brota del amor, es amoroso.
Pero, no todos los pensamientos, ni todas las creaciones, ni todos los gestos, son
verdaderos, bellos o amorosos.
I: Pero eso no es verdad. Afirmar "todo es verdadero", no quiere decir que todo sea
bello o bueno o malo.
F: Exactamente. Lo que eso quiere decir es que "todo es consciencia", "todo es
verdad", "todo es Dios". Ahora podemos estar de acuerdo. Todo es Dios.
Francis Lucille - Madrid, 12 septiembre 1998
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