LO OBVIO Y LO OBTUSO LO OBVIO Y LO OBTUSO El Tercer Sentido En el texto “Lo Obvio y lo Obtuso” Roland Barthes se plantea la existencia de un tercer nivel de sentido, a partir del análisis de imágenes del director S. M. Eisenstein, en las cuales se hace la distinción entre lo obvio (segundo sentido) y lo obtuso (tercer sentido), con el fin de llegar a la problemática final de un film y un fotograma. Roland destaca tres niveles de sentido. Un primer nivel de Comunicación, en el que se abordan los conocimientos que se pueden obtener por los personajes, el decorado, las anécdotas, es un nivel informativo, en cuanto a este nivel Ronald dice: “Si tuviera que encontrar un modelo de análisis para él, me inclinaría hacia la primera semiótica, es decir, al mensaje” El segundo nivel es el de la Significación, donde encontramos el simbolismo en sus diferentes estratos: referencial, diegético, einsteniano e histórico. A lo cual Ronald define como en el que: “se analizaría en base de una semiótica algo más elaborada que la primera, una semiótica segunda, o neo semiótica, de la que ya no se ocuparía la ciencia del mensaje, sino las ciencias del símbolo.” El tercer nivel es el de la significancia, donde se encuentra eso que está más allá de lo que nos devela el segundo sentido y que del que Ronald destaca que: “tiene la ventaja de referirse al campo del significado (no de la significación), y de conectar con una semiótica del texto.” Ronald menciona significación y significancia, estos dos son niveles de sentido en las imágenes de Eisenstein, refiriéndose a la significación como “lo obvio”, por el hecho de ser intencional, de estar dedicado a la búsqueda del destinatario, de quien lee el mensaje y a la significancia como “lo obtuso”, por su suplementariedad y su relación con el ángulo obtuso, al abrir el campo del sentido infinitamente. Roland comienza la explicación de este nivel del sentido con referencia a unas imágenes de Eisenstein, planteando con respecto a la de la historia de Potemkim, lo obvio del puño del personaje, en primer plano, que devela indignación, cólera, combate, y que si se une con la historia se evidencia el simbolismo de la clase obrera, su voluntad, su fuerza y coraje. Éste nivel en Eisenstein no da pie a divagaciones, según Roland, es preciso y fulminante, o como él mismo dice: “El sentido eisensteiniano fulmina toda ambigüedad. Y lo hace con la ayuda de un valor estético, el énfasis.” Siguiendo con imágenes de Eisenstein, Roland plantea la acentuación de la verdad, a partir de aspectos decorativos en una imagen de la historia de Potemkim, como las cabezas abatidas que expresan dolor, gestos de sufrimiento, la mano que detiene el sollozo, y como toque reafirmante, las manos colocadas delicadamente en ascensión hacia el rostro que se inclina. Respecto a la imagen Roland dice: “Esta acentuación tiene algo que ver con la verdad aquí es la verdad de la gran circunstancia proletaria la que requiere énfasis.” “El tercer Sentido”. En este nivel Roland plantea a partir de una imagen de Eisenstein, el tercer sentido como un disfraz, pues menciona elementos propios del dolor como los párpados cerrados, la boca estirada y el puño sobre el pecho de la anciana, como elementos obvios del sentido de la imagen; pero cuando dirige al tocado y al pañuelo, se da cuenta que son elementos que, relacionados con los párpados y la boca, se convierten en lo obtuso, el significante, el tercer sentido, que está disfrazado. Por lo tanto, Ronald dice que los rasgos, como el tocado, la vieja, los parpados bizqueantes y el pez, tienen como vaga referencia un lenguaje menor El sentido obtuso lleva una emoción, hacia lo amado, lo deseado, lo que evidencia Roland en las imágenes de Eisenstein al decir y notar lo físico, lo que se obtiene a primera vista, lo bonito, lo feo, la inocencia delos niños, etc. Esta emoción está relacionada con el valor, porque es una emoción hacia lo que se desea defender, por lo que se quiere pelear y demostrar, hacia lo que tiene una valoración personal y Ronald coloca a Eisenstein como alguien que propone siempre situaciones emocionales, como de amor, cordialidad y simpatía. Para Ronald el sentido obtuso conlleva cierta emoción; esta emoción se limita a designar lo que se ama, lo que se desea defender. El sentido obtuso no está en la lengua, pues si éste se retira, la comunicación y la significación aún persisten. El sentido obtuso no está tampoco en el habla, no tiene lugar estructural. Es un significante sin significado, no puede describirse, es imposible una expresión pictórica en palabras. El sentido obtuso es lo intangible, pero perceptible. El sentido Obtuso perturba y esteriliza el metalenguaje, pues es discontinuo, nunca se llena y a veces nunca se vacía, es un acento en la información y la significación. En todo tipo de expresión y exposición podemos encontrarnos con diferentes niveles de entendimiento y análisis, el de la comunicación, el del significado (en el plano simbólico), y el de la significancia. En el del nivel simbólico podemos ver dos facetas más, como la intencional y el sobreañadido. Todo depende del autor, si él quiere “llenarnos” de información a primera vista, o por medio de un análisis más profundo para entender su obra. En la instalación artística se presentan dos imágenes, la primera es una lámpara, con ella podemos ver el efecto que genera para hacer otra creación, es decir, que de ella se tomó inspiración para crear la segunda imagen. La primera imagen es una fotografía de una lámpara ya existente, a primera vista se puede observar que está constituida (principalmente), por una tela pesada y gruesa, de dos tonos, gris y rojo y con formas terminadas en punta. En la segunda imagen se muestra en un maniquí una falda de mujer simulando la forma de la lámpara, con los mismos cortes en pico, y con dos tonos en azul, es una tela mucho más ligera. Con esta información nos inclinaremos primero a un nivel informativo, que es la primer lectura que le damos a un objeto. El objetivo principal del maniquí con la falda y la imagen de la lámpara, es que se pueda transmitir un mensaje constituido por los colores utilizados, las texturas y las formas, y así cada persona pueda obtener una “idea” diferente de lo que se puede observar a simple vista. Un segundo nivel es el simbólico, en este caso es la luz que sabemos que la lámpara transmite, aún sin estar encendida. Por una parte, el simbolismo referencial se trata de una tendencia de prendas basadas en objetos, como ya se había mencionado, pero esto también lo podemos relacionar con un simbolismo diegético, basado en la arquitectura y el diseño, de la lámpara, puesto que el tema aquí es que a través de los efectos emitidos, caídas, luz, etc., se pueda distinguir lo que se quiere transmitir. En el sentido obvio se juega un poco ya que se deja de lado la significación y se toma en cuenta el significado, y se desprende de la obra para separarla en signos y símbolos en una práctica polisémica. El sentido obtuso es el que no se puede describir, ni interpretar, no se puede analizar, sólo se observa y se le toma en cuenta por su nivel de significancia. No tiene un significado que el autor le haya dado intencionalmente, sino que es lo que es “naturalmente”, no se nombra, pero está ahí, como el lector lo percibe. Nuestras experiencias de vida van a dictar nuestras interpretaciones, son las que nos convierten dependiendo de lo que vivimos y entendemos día a día.