Ordenamiento colonial del espacio Otra estrategia utilizada por la Corona española para dominar y ejercer el control sobre el territorio americano fue la fundación de ciudades y fuertes militares. Cuando llegaron al continente, los españoles intentaron reproducir en América el sistema de organización urbana que funcionaba en la Península, por lo que una de las primeras tareas que realizaban las huestes de conquista era tomar posesión del territorio en nombre del monarca y fundar una ciudad. Así, capitales y ciudades principales se convirtieron en centros operativos del dominio español. En ellas se instalaban las principales instituciones de la administración colonial, lo que convertía estos asentamientos en ejes de la vida política, social y económica colonial. Espacialmente, las ciudades fundadas en américa presentaban un plano ortogonal: a partir de la plaza de armas o plaza mayor se organizaba la ciudad. Alrededor de la plaza mayor estaba ubicados los edificios más importantes para el funcionamiento colonial, tales como la casa del virrey o del gobernador, la real Audiencia, la catedral o la iglesia mayor y el mercado principal. De esta manera, gran parte de la vida religiosa política, económica y comercial se concentraba en este espacio. Cabildo Otra institución que también fue replicada en América y que ocupo un espacio dentro del centro histórico urbano fue el cabildo, un consejo municipal que representaba los intereses locales de los vecinos principalmente de cada ciudad, integrado por aquellas personas que eran dueñas de una propiedad en su interior. A diferencia de los funcionarios coloniales, sus integrantes eran elegidos anualmente por los vecinos. La misión del cabildo era administrar la ciudad, por lo que entre sus funciones estaba distribuir la tierra, fijar impuestos, ejecución de obras públicas, mantención del aseo y orden público, organización de fiestas y supervisión de servicios como educación primaria, la medicina, la defensa y suministro de agua potable. La iglesia católica en la vida urbana La iglesia católica tuvo una destacada presencia en ciudades y pobladas americanos, dada la función evangelizadora y educativa que realizaban sacerdotes, misioneros y monjas de diferentes órdenes religiosas. Así también, cumplió un importante papel en la institucionalidad política colonial, pues mediante el derecho de patronato concedido por el papa al rey, la Corona española y la Iglesia católica quedaron unidades en América. Dicha relación quedo expresada en el compromiso asumido por la monarquía de difundir el cristianismo y financiar los fastos de la iglesia en América, a cambio del derecho de elegir a las autoridades eclesiásticas y recibir el diezmo. Fiestas coloniales La ciudad colonial también se caracterizó por las fiestas. En estas se marcaban las diferencias y la posición social de las personas. Dichas celebridades eran principalmente religiosas, y en caso de ser públicas y oficiales, eran organizadas y dirigidas por la aristocracia y las autoridades eclesiásticas. Las fiestas religiosas populares se realizaban con una mayor espontaneidad y con la participación de los demás sectores de la sociedad. Otro tipo de fiestas, por ejemplo, las de carácter político, se vincularon con acontecimientos que ocurrían en la metrópoli, como el nacimiento de un heredero o la visita de alguna autoridad importante. La conmemoración era una señal de lealtad de la colonia hacia la metrópoli. Puertos coloniales Durante el periodo, el mar fue la única vía por la que los europeos podían recorrer largas distancias. Por este motivo, en la América colonial, los puertos fueron puntos de suma importancia para la subsistencia de las colonias, pues a través de estos se intercambiaban productos manufacturados, que se producían en la metrópoli, por materias primas que se extraían de las colonias. Al inicio del periodo colonial, los principales puestos americanos fueron Veracruz, en Nueva España, el Callao en el Perú y Cartagena en Colombia, estos puertos atraían comerciantes, distribuidores y funcionarios, asociados al comercio, los cuales fueron dando forma a centros urbanos vinculados a la actividad portuaria. Síntesis El impacto de la conquista en América se caracterizó por la imposición europea, lo que genero un importante descenso demográfico y un impacto cultural irreversible sobre las sociedades americanas. Dicha denominación dio paso al proceso de colonización de los territorios americanos. La administración de las colonias dependió de diversas instituciones creadas por la corona española. Alagunas de ellas se localizaron en Espala y otras en América, donde el territorio estuvo dividido en virreinatos y gobernaciones. El centro de la administración colonial se ubicó en la ciudad, pese a que gran parte de la población se localizó en zonas rurales.
