DIALOGO CONYUGAL 1. En silencio, dispongan individualmente su mente, su corazón, su espíritu para su encuentro en pareja con Jesús. 2. Leer el siguiente pasaje bíblico y realizar una reflexión. «Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro. Como el Señor os perdonó, perdonaos también vosotros. Y por encima de todo esto, revestíos 3 - Instalarse El amor y el perdón, vividos y cuidados, nos permitan llevar las cargas unos de otros, como lo aconseja San Pablo en su carta a los Gálatas. Del amor, que es el vínculo de la perfección. Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos.» Col 3, 12-15 3. Es el momento de la reconciliación, unan sus manos, mírense a los ojos y realicen una oración, colóquense en presencia del Señor, tomen conciencia de su presencia en este momento entre ustedes e invoquen el Espíritu de Dios para que guie su dialogo conyugal. 4. El intercambio «Es muy importante durante la sentada recordar y destacar los aspectos positivos del matrimonio, personales y familiares. Es indispensable: – escucharse con atención el uno al otro, no interrumpirse: nunca tomar la palabra hasta que el otro no haya terminado de hablar... – utilizar el «yo» (de cómo me siento) y no el «tú» (acusador), – ser receptivo con sinceridad y buena voluntad, – ser delicados en las observaciones porque al compartir profundamente, nos hacemos vulnerables. – Reconocer con humildad nuestras faltas y aceptar las faltas del otro con espíritu de mansedumbre y sosiego. – Abordar temas delicados con ternura y con confianza en el amor del Señor. – Recordar que a menudo los esposos tienen dos espiritualidades diferentes: es fuente de enriquecimiento y no de discordia 5. Nuestras resoluciones y la regla de vida; El fin de la Sentada es un momento excelente para elegir la Regla de Vida Esta regla de vida, no se trata de aumentar las obligaciones, sino de precisarlas, con el fin de apoyar la voluntad y evitar la deriva. 6. Dar gracias Por los beneficios de la Sentada. – Por nuestro cónyuge. Por el equipo Cristo está presente, de una manera muy especial, cuando los esposos oran juntos, se renueva su “si” a Dios y el pacto entre Cristo y su matrimonio.