CARACTERÍSTICAS DE UN DOCENTE Es sabido que la enseñanza representa una de las profesiones más nobles existentes en la actualidad y es también una de las opciones más recurrentes para obtener un título de nivel superior sin que tal decisión esté supeditada a la vocación de, precisamente, formar nuevos educandos. Ante tal realidad (admitida o no, pero palpable para los que tienen la tarea de construir a los nacientes mentores), se hace imprescindible conocer los factores que motivan a que estudiantes sin vocación de enseñar, entreguen meses y años de su vida al camino de la docencia, lo que podría resultar en una deficiente labor pro aprendizaje. Ahora bien, si es vital conocer qué elementos del entorno y del ritmo de vida actual de nuestra sociedad facilitan el incremento de prospectos de profesores sin vocación, también es sano enunciar las características del buen docente. La labor de enseñanza que ejerce un docente es tan importante que bien merece una especial reflexión sobre cómo mejorar su desempeño o qué características debe desarrollar para ser considerado un excelente docente. En algún momento, qué docente no se ha preguntado si está realizando una buena labor. Además, es juzgada por toda la comunidad educativa (alumnos, padres de familia, otros docentes, etc.), autoridades y opinión pública en general; no obstante, son diversos factores que nos pueden indicar si un docente se está desempeñando de manera eficiente o no. De todos estos agentes, son los alumnos quienes serían nuestros más duros evaluadores. Así a pesar que se considere que los alumnos no están preparados, de manera madura, para dar una opinión objetiva sobre sus profesores, porque muchas veces el alumno es influenciado por sus emociones es importante considerar las percepciones que tienen sobre las cualidades positivas que observan en sus docentes. Aunque, es importante indicar que cada docente nace con su propia genialidad. Ahora, difícilmente, basarse en un solo la opinión de los educandos para determinar cómo es un excelente docente sería parcializarnos hacia un solo aspecto, pero sí nos ayudará a revisar cómo realizamos nuestra labor. Asimismo, es importante indicar que la destreza y habilidad de enseñar nace con la persona, por ello es muy difícil capturar o transmitir una fórmula para determinar qué debe hacer un docente para ser un excelente docente. Debe tener. Detectar las fortalezas y debilidades en sus estudiantes para diseñar buenas estrategias educativas, así como permitir que piensen por ellos mismos. Las experiencias educativas que se produzcan en un aula deben ser tan interesantes y estimulantes como las que ocurren fuera de ella. Debe comprender los cambios que el mundo de hoy produce en sus estudiantes, estimular el desarrollo de los talentos individuales de los niños y jóvenes y aplicar en sus lecciones una alta dosis de afecto y comprensión. Sin embargo, para un buen docente la pedagogía no es suficiente. El conocimiento y la actualización que haga sobre un área del saber son fundamentales. Para enseñar hay que saber, y no basta con lo aprendido en una carrera universitaria; la lectura y la investigación son las claves para que la mente del educador permanezca activa, interrogando constantemente el mundo. Sólo un profesor que ama el conocimiento puede transmitir esa misma pasión. Identificar cómo aprenden o cómo no aprenden los niños y jóvenes, de qué maneras dialogan con el mundo y qué herramientas son efectivas para estimular ese desarrollo, son sólo una parte de los conocimientos pedagógicos que el buen docente NACIRA CAMARGO STUMMO