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Política de la tutela de los menores y AV - Hermanos Capuchinos Perú

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POLÍTICA DE LA TUTELA DE LOS MENORES
Y DE LOS ADULTOS VULNERABLES
EN LA ORDEN DE LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS – PROVINCIA DEL
PERÚ
Demos testimonio de la cultura de la vida
y trabajemos constantemente para que la vida humana,
desde su concepción hasta la muerte,
sea siempre defendida y promovida (Const. 149,4).
INTRODUCCIÓN
En repetidas ocasiones, con claridad y vigor, el Papa Francisco se ha dirigido a toda la Iglesia –
y de manera particular a sus pastores–, para recordarle el deber de proteger con diligencia a quienes
el Supremo Pastor les ha encomendado, especialmente a los más débiles del rebaño:
Como una madre amorosa, la Iglesia ama a todos sus hijos, pero trata y protege con un afecto muy
particular, a los más pequeños e indefensos: se trata de una tarea que Cristo confió a toda la
comunidad cristiana en su conjunto. Consciente de ello, la Iglesia dedica un cuidado vigilante para
proteger a los niños y adultos vulnerables1.
En la misma línea, con ocasión del LXXXIV Capítulo General de los Hermanos Menores
Capuchinos, el Hno. Mauro Jöhri, Ministro General, ha llamado la atención sobre la necesidad de
abordar con decisión el problema del abuso sexual, considerado un delito grave contra la justicia y un
grave pecado contra la castidad y la minoridad2:
San Francisco, eligiendo el nombre de Hermanos Menores para la Orden recién fundada, se
asoció conscientemente con los más débiles y vulnerables de la sociedad de su tiempo. Hoy nosotros,
que hemos escogido seguir a Cristo tras las huellas de Francisco, tratamos de hacer lo mismo3.
El presente documento lleva por título “Protocolo para la tutela de los menores y de los adultos
vulnerables en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos – Provincia del Perú” [en adelante
Protocolo]. El documento se inspira en la sensibilidad del carisma franciscano, pues no sólo
considera la gravedad de los abusos sexuales realizados por candidatos, religiosos,
empleados/voluntarios, contra un menor y/o adulto vulnerable, sino que intenta también promover
una mayor comprensión y prevención de este crimen abominable, y demostrar un apoyo afectivo y
efectivo a aquellos que, por diferentes motivos, estén involucrados4.
Por lo tanto, además de hacer referencia a los procedimientos legales (civiles y canónicos) que
se observan en el caso de abuso sexual, estas directrices abordan el problema haciendo referencia a la
prevención, formación, acompañamiento, planes de protección y seguridad para evitar la posibilidad
de abuso sexual; la participación de los superiores mayores; la consideración de la posible
responsabilidad en los casos de abuso no sólo de los hermanos y clérigos, sino también de los
empleados y voluntarios que trabajan en la fraternidad; la obligatoriedad de los programas de
SS. FRANCISCO, Como una madre amorosa, Carta Apostólica en forma de ‘Motu proprio’ (04-VI-16).
Cf. VII CONSEJO PLENARIO DE LA ORDEN (CPO),Nuestra Vida Fraterna en Minoridad (24-VI-2004),n. 22.
3
HNO. MAURO JÖHRI, OFMCap., Carta del Ministro General, Líneas-guía para la política de la tutela de los menores y de los
adultos vulnerables en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos (01-II-2015).
4
Cf. CONFERENZA ITALIANA MINISTRI PROVINCIALI CAPPUCCINI (CIMP CAP), Linee, Introduzione.El presente Protocolo se
basa y recoge en buena medida la Política de la Conferencia Italiana de los Ministros Provinciales Capuchinos.
1
2
1
seguridad a cargo de los responsables de abuso sexual (terapia, restricciones, suspensión de
funciones, reglas de conducta en la comunidad de acogida, etc.); adaptación de las estructuras a la
protección de los menores y adultos vulnerables; la intervención en el apoyo a las familias:
Las familias deben saber que la Iglesia no escatima esfuerzo alguno para proteger a sus hijos, y
tienen el derecho de dirigirse a ella con plena confianza, porque es una casa segura. Por tanto, no se
podrá dar prioridad a ningún otro tipo de consideración, de la naturaleza que sea, como, por ejemplo,
el deseo de evitar el escándalo, porque no hay absolutamente lugar en el ministerio para los que
abusan de los menores5.
En este sentido, la Santa Sede y nuestra Orden han emitido diversos documentos y normas
aplicables a denuncias de abuso sexual por parte de clérigos y/o religiosos contra menores de edad y
adultos vulnerables.
- Código de Derecho Canónico (1983);
- Constitución Apostólica “Pastor Bonus”, del 28 de junio de 1988;
- Carta Apostólica Motu Proprio data “Sacramentorumsanctitatis tutela” y “Normae de
gravioribusdelictis”, del 30 de abril de 2001, modificadas por la Carta de la Congregación para la
Doctrina de la Fe a los Obispos de la Iglesia Católica y a los demás Ordinarios y Jerarcas
interesados, del 21 de mayo del 2010;
- Carta del Hno. Mauro Jöhri a todos los Superiores Mayores de la Orden, del 25 de junio del 2010.
- Carta de la Congregación para la Doctrina de la Fe “Subsidio para las Conferencias Episcopales en
la preparación de las Líneas Guía para tratar los casos de abuso sexual de menores por parte del
clero”, del 03 de mayo del 2011;
- Carta de Presentación del Hno. Mauro Jöhri y Líneas-guía para Política de la tutela de los menores
y de los adultos vulnerables en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, del 01 de febrero
del 2015.
- Carta del Papa Francisco a los presidentes de las conferencias episcopales y a los superiores de los
Institutos de Vida Consagrada y las sociedades de vida apostólica, acerca de la Pontificia Comisión
para la Tutela de Menores, del 02 de febrero del 2015;
- Carta Apostólica del papa Francisco, en forma de Motu proprio “Como una Madre amorosa”, del 04
de junio del 2016;
- Líneas Guía de la Conferencia Episcopal Peruana para el procedimiento a seguir por los obispos
ante posibles casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos, del 06 de junio del 2016;
- Carta del Hno. Mauro Jöhri a todos los Superiores Mayores de la Orden, del 07 de julio del 2016.
5
SS. FRANCISCO, Carta del Santo Padre a los Presidentes de las Conferencias Episcopalesy a los Superiores de los Institutos de
Vida Consagraday las Sociedades de Vida Apostólica, acerca de la Pontificia Comisión para la tutela de menores (02.II.2015).
2
I. GENERALIDADES
1.
CONCEPTOS
Al abordar esta materia, creemos oportuno recoger, en primer lugar, algunos conceptos a los que se
hará mención con relativa frecuencia:
a.
‘Abuso sexual’
El abuso sexual es aquel comportamiento por el cual una persona, sea miembro de la familia o
extraño a ella, con el uso de su autoridad y/o poder, se relaciona de manera sexualmente
ilícita/perjudicial para un menor/adulto vulnerable [en adelante, a.v.]. Tal comportamiento pertenece
a aquellas acciones indicadas generalmente con el término "violencia" y pueden variar según el
modo, grado de coerción y sus consecuencias (malestar, sufrimiento, daños físicos, psicológicos,
etc.).
- No siempre el abuso sexual tiene lugar a través de una verdadera y propia relación sexual y con el
uso de la fuerza. Sin embargo, en todo caso se trata de una violación de la libertad de una persona en
condiciones de inferioridad (física o psicológica).
- También se puede asociar al abuso sexual la explotación del menor/a.v. en vista de la producción de
material de pornografía infantil para ser utilizado en privado o en Internet6.
- Un agravante del abuso sexual es la seducción corruptiva (estrategia utilizada por el abusador) que,
de por sí, constituye un delito.
b.
‘Menores’ y ‘adultos vulnerables’
Es víctima de abuso sexual todo sujeto, de sexo masculino o femenino, que no haya cumplido 18
años, y todo adulto que por su condición física, psicológica, social, moral, etc.,se encuentre en una
situación de vulnerabilidad frente a quien ejerza poder o autoridad sobre él. Dicha situación de
vulnerabilidad puede ser, por ejemplo, inmadurez de carácter, retardo mental, discapacidad física,
libertad limitada, precariedad económica, problemas personales, depresión, medidas penales que
limitan su libertad, etc. Por ello, todo lo que se exprese en este documento sobre los “menores” o
“niños” debe aplicarse, salvando las diferencias, a los A.V.
c.
‘Formas’ de abuso sexual
El abuso sexual se diferencia en: manifiesto, encubierto y asistido.
El abuso sexual manifiesto tiene lugar a través de acciones directas en el menor/A.V. (excesos en
caricias y tocamientos, manipulaciones genitales, relaciones sexuales, etc.).
El abuso sexual encubierto se refiere a las acciones indirectas en el menor/A.V. (lavados,
inspecciones, uso de medicamentos en las partes íntimas, etc.), con solapados fines sexuales.
La adquisición, la retención o divulgación, con un fin libidinoso, de pornografía infantil de cualquier tipo es un delito
intencional de abuso sexual de menores/A.V. tanto para el derecho canónico (CDF Normae 6,1,2°) como para el peruano (CP
Art. 183-A).
6
3
El abuso sexual asistido consiste en exponer al menor/A.V. directamente a la vista de relaciones
sexuales entre adultos (o entre un adulto y otro menor de edad) o indirectamente a través de imágenes
o películas de contenido sexual y/o pornográficas.
2.
ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DEL ABUSO SEXUAL
Se considera que una adecuada comprensión de los aspectos característicos de abuso sexual es útil
para limitar la posibilidad de que un menor/A.V. pueda ser afectado por este grave comportamiento.
d.
Las conductas que identifican el abuso sexual
Las conductas sexuales inapropiadas, a través de las cuales una persona provoca el abuso sexual en
contra de un menor/A.V, son las siguientes:
- Usar miradas que causen incomodidad para el menor /A.V;
- Hacer discursos de carácter erótico-sexual en la presencia del menor/ A.V;
- Mostrar al menor/A.V. fotos, dibujos, pinturas, películas o espectáculos con contenido eróticosexual;
- Inducir o coaccionar al menor/A.V. para ser testigo de relaciones sexuales;
- Establecer un contacto físico de carácter erótico-sexual (tocar, acariciar, besar, etc.) con el
menor/A.V;
- Demostrar un interés por la higiene o el cuidado físico del menor/A.V., a nivel de las partes íntimas,
sin necesidad de motivo, suscitándole fastidio;
- Inducir o coaccionar al menor/A.V. a entrar en contacto íntimo con otro;
- Inducir o coaccionar al menor/A.V. a tener relaciones sexuales con uno mismo;
- Inducir o coaccionar violentamente al menor/A.V. a la prostitución o a la producción de pornografía
infantil.
e.
Los signos de los indicadores de abuso sexual
Los signos por los cuales se puede llegar a comprobar que se ha realizado un abuso sexual son físicos
y conductuales:
Signos físicos. Por lo general es difícil llegar con seguridad al diagnóstico de abuso sexual ya que, si
el abuso se llevó a cabo de manera no violenta, los signos pueden ser leves, no específicos o
completamente ausentes.
- Asimismo, el abuso sexual en el menor puede ser aplicado con violencia hasta causar arañazos,
dolor, laceraciones, sangrado de las partes íntimas.
- Sin embargo, si el reconocimiento se produce muy posteriormente al abuso; no siempre se pueden
encontrar signos de violencia porque las huellas podrían desaparecer naturalmente o
deliberadamente, inclusive por la misma víctima. En este caso, se llega al diagnóstico de abuso por
un conjunto de indicios. Otros signos físicos del abuso están representados por restos de semen;
infecciones sexuales; el embarazode la víctima.
Signos de conducta. Los signos de conducta resultantes de abuso sexual, dependiendo del modo,
duración e intensidad del abuso, pueden ser genéricos, escolares y sexuales:
4
- Los signos genéricos en la conducta pueden ser: cambios bruscos del estado de ánimo;
comportamiento inquieto e irrazonable asociados (dolor de cabeza, dolor abdominal); disminución de
la concentración; trastornos del sueño; cambios en los hábitos alimenticios; falta de confianza en el
adulto (agresividad contra adultos/coetáneos); conductas regresivas (enuresis o incontinencia
urinaria); aislamiento social; autolesión y los atentados contra la propia vida (suicidio).
- Los signos de comportamiento escolares son: disminución repentina del rendimiento escolar;
dificultades de aprendizaje; falta de concentración; negativa a cambiarse para las clases de educación
física, carreras, natación, etc; la negativa a participar en actividades físicas; evitación sistemática y el
miedo de las visitas del médico de la escuela; repetidas ausencias de la escuela; la incapacidad de
hacer amigos con sus compañeros; deseo de permanecer en la escuela y no volver a casa; tendencia al
aislamiento físico y social.
- Ahora bien, ya que los signos de comportamiento anteriores son bastante similares a los que ocurren
en otros tipos de situaciones clínicas, es necesario ser cauto al afirmar que esos indicios indican
inequívocamente un abuso sexual. Es más, en varios casos de abuso sexual no se presenta una
conducta problemática por parte del menor/a.v. Por ello, para determinar el abuso se necesita tener
tantos indicios como sea posible.
- Los signos de comportamiento sexuales pueden ser: demostraciones inapropiadas de afecto entre
padres e hijos (padre-hija, madre-hijo); "secretos de familia" a los que alude el menor; palabras,
juegos o dibujos que hacen referencia a la actividad sexual; conocimiento temprano de la conducta
sexual de los adultos; atención excesiva a los problemas sexuales; juegos sexuales inapropiados con
sus compañeros; actitudes de provocación sexual; conducta sexual promiscua y participación en la
prostitución.
f.
Las consecuencias del abuso sexual
El abuso sexual acarrea sufrimiento físico y psicológico. Desde el punto de vista físico, el abuso que
se produce a través de una verdadera relación sexual representa una dolorosa violación del cuerpo del
menor que, por ejemplo, en fase de pre-adolescente, sigue siendo frágil e incapaz de sostener la
dinámica fisiológica del acto sexual. Por esto, por sí mismo el abuso sexual constituye una dolorosa
experiencia que puede ser agravada por la utilización de una violencia física o sicológica por la
persona que lo realiza.
A esto se añade el hecho de que todo abuso sexual es causa de sufrimiento psicológico, ya que el
menor/a.v. vive este hecho como intromisión y destrucción de su propia integridad, dignidad y
libertad. Por el desconcierto y la fuerza de aquel acto pone completamente fuera del juego la
capacidad de comprenderlo y sobre todo enfrentarse a él.
Generalmente es sólo después de un cierto tiempo en que el menor/a.v. da cuenta de que ha sido
objeto de abuso, ya que en el intervalo entre el abuso como tal y la conciencia de haber sido víctima –
por una persona considerada digna de confianza– pueden interponerse en la víctima sentimientos de
miedo, culpa o pena por quien abusa, como para opacar y negar su propio sufrimiento.
Por estas razones –dependiendo de la forma, de la frecuencia, de la fuerza con la que se hace– el
abuso sexual desestabiliza el desarrollo y el equilibrio psicológico del menor/a.v. con consecuencias
negativas en el corto, mediano y largo plazo en la personalidad. Por lo tanto, debe ser identificado de
inmediato y afrontado oportunamente de manera que sus víctimas no incurran en la posibilidad de
desarrollar un grave malestar e incluso una psicopatología.
5
De manera más precisa, se puede afirmar que, bajo ciertas condiciones, las consecuencias son
mayores si el abuso sexual: se ha encubierto hábilmente o no ha sido descubierto a tiempo; se ha
continuado en el tiempo; se realizó con el uso de la violencia; la víctima no fue defendida
inmediatamente por sus familiares y/o por los servicios sociales o por los llamados a hacerlo; el
abuso se produjo sobre la base de una fuerte dependencia (física, psicológica, sexual) del menor/a.v.
hacia el adulto abusador (especialmente si se trata de una familia); se llevó a cabo en una fase muy
delicada de desarrollo, con la presencia de factores agravantes.
El abuso sexual afecta ciertos rasgos de la personalidad tales como la función de adaptación a la
realidad (atención, memoria, inteligencia, etc.); la necesidad de seguridad emocional y la capacidad
de crear lazos de confianza; autoestima; relaciones sociales (con los adultos y compañeros); la
capacidad de realizar adecuadamente las tareas; la resistencia a las situaciones de conflicto.
El camino a través del cual el abuso sexual actúa en él provoca angustia, sufrimiento, hasta favorecer
las condiciones para el surgimiento de disturbios psíquicos, se puede percibir a través de la aparición
de algunos estados emocionales complejos que afectan negativamente a la personalidad:
- Miedo, que impide el pensamiento y el movimiento; induce ala ansiedad;temor de castigar a los
culpables, etc.;
- Ira, por haber sufrido violencia; por creer no estar protegido; porque la vida ya no es ni será la
misma; una ira dirigida hacia sí mismo antes que a los demás;
- Confusión, por el conflicto entre el amor y el odio del agresor; entre la aceptación y el rechazo del
acto sexual;
- Culpa, porque la víctima piensa ser, parcial o totalmente, responsable del abuso; por no ser capaz de
defenderse a sí misma o a otros; por sentir odio hacia el delincuente, aunque sea un ser querido; por
las consecuencias que podría sufrir la familia; por haber aceptado eventuales beneficios materiales;
etc.;
- Vergüenza: hacia la sexualidad, hacia sí mismos, hacia los demás, etc.;
- Tristeza, por la sensación de impotencia, por la ausencia de esperanza, por el desprecio a sí mismo;
por la incapacidad para mirar hacia el futuro; etc.;
- Sentimiento de anormalidad,por sentirse indigno, por la auto-marginación, etc.;
- Soledad, con la tendencia a evitar a los otros; no confiar en ellos; privarse de situaciones sociales,
etc.;
- Sentido de pérdida: de confianza, afecto, seguridad, serenidad, esperanza, etc.;
- Alteración de la percepción de la corporalidad: por la percepción de tener el cuerpo descubierto; por
sentirse un objeto en ruinas o malo, etc.
g.
La etapa preliminar del abuso sexual: la estrategia del abusador: la seducción.
Antes de llegar a cometer un abuso sexual, el adulto –sobre todo si no es un familiar directo– debe
tentar con una cierta gradualidad de establecer con el menor/a.v. una relación tal que pueda atraerlo a
su entorno de influencia. Esta fase que revela la estrategia del abusador es llamada seducción, es
decir, la inducción o la persuasión con fines de abuso sexual.
6
Generalmente los que cometen abusos sexuales conocen al menor/a.v. se aprovechan de este vínculo
y de su influencia, de poder, emocional, social o moral para ganar la simpatía, confianza,
benevolencia y gratitud del menor/a.v. y también de su familia mediante argucias o halagos. Por lo
tanto, el abuso sexual,es también un abuso de poder hacia el otro. Esto es, el mal uso de la
superioridad del adulto, de la edad, del grado de parentesco, del rol jerárquico, de la función, de la
capacidad de satisfacer a ciertas necesidades (emocional, materiales, etc.) del menor/a.v.
Para perpetrar el delito, el abusador se puede servirde dos estrategias específicas: la simulación y la
complacencia.
- La simulación es un comportamiento que tiene por objeto engañar a la otra, a fin de lograr el
consentimiento mediante el uso de información falsa (mentiras). El disimulo es otra manera de
ocultar por completo al otro de sus propias intenciones y de alejar de si toda sospecha.
- La complacencia es ganar el consentimiento del menor/a.v. a través de halagos, atenciones,
recompensas, etc., que a largo plazo crean en él una especie de obligación interna, que puede
inconscientemente vincularlo a la relación con el adulto que premedita el abuso.
En cualquier caso, obtener el consentimiento de la víctima en base a las conductas descritas no
disminuye la grave responsabilidad del abusador.
h.
La personalidad del abusador
Antes de considerar cuáles puedan ser los aspectos característicos de la personalidad de los que
abusan sexualmente de un menor de edad/a.v., en primer lugar hay que decir que cualquier adulto –
no necesariamente perturbado– puede verse tentado a comportamientos sexuales ilícitos/lesivos
respecto de un menor/a.v. Por lo tanto, se debe refutar la noción común de que el adulto que comete
un abuso sexual es necesariamente una persona con trastorno mental grave.
Cuando la persona que comete el abuso sexual siente generalmente atracción erótica hacia menores
de edad (generalmente entre los 8 y 12 años), del mismo sexo o del otro, hablamos de la Pedofilia.
Cuando la atracción se centra en los adolescentes, del mismo sexo o de del otro, de hablamos de
Efebofilia. Pedofilia y Efebofilia no tienen nada en común con la homosexualidad.
En cuanto concierne a las características de personalidad del que abusa sexualmente de un menor,
actualmente disponemos de aquellos inherentes a la persona interesada por la pedofilia:
- El pedófilo suele ser una persona (adolescente mayor o adulto) que tiende a tener particular
atracción sexual por niños y pre-adolescentes de ambos sexos.
- Esta atracción se expresa a través de fantasías, impulsos o de la conducta sexual directa o indirecta
(que puede tomar la forma de exhibicionismo, voyeurismo y sadismo). Tales fantasías, impulsos o
comportamientos pueden provocar en esta persona contrariedad y dificultad en las áreas funcionales
de su personalidad (social, ocupacional, etc.); puede ser adicto a sustancias (alcohol, drogas).
- El pedófilo dirige sus inclinaciones principalmente a menores conocidos por él, con quien ha
establecido una relación de familiaridad. Podría nunca abusar directamente de ellos, limitándose a
tener sólo a nivel platónico su atracción (pedofilia latente), a menos que determinadas situaciones no
desencadenen el comportamiento de abuso sexual propiamente dicho. También es posible que se
manifieste muy sensible en la relación con el menor para asegurarle la ternura y protección; sin
embargo, también se puede llegar a manifestarbajo formas extremas de sadismo y de violencia.
7
- Esta persona actúa con mañas propias, raramente utilizando la fuerza y prefiriendo formas sutiles de
acoso; tiende a negar o minimizar sus actos; y se compromete a seguir una terapia de ayuda, excepto
cuando está en situaciones de fuerte conflicto al verse descubierto (pareja, familia, autoridades).
- Cuando el pedófilo llega a tener actividad sexualcon un menor se convierte en un pederasta; no sólo
ello, incurre en un delito.
- Lo que hace que la pedofilia sea una condición clínica es el hecho de que tal persona considere
como pareja sexual a un niño(a); se advierte que no puede controlar el impulso sexual hacia ella; y
los intentos de contacto con ella se hacen imperiosos.
II. ASPECTOS PREVENTIVOS DEL ABUSO SEXUAL
El conocimiento del abuso sexual y, en particular, la gravedad de sus consecuencias, constituyen los
cimientos sobre los cuales construir –además de la necesaria intervención en casos de abuso
consumado– la prevención de este fenómeno en el contexto particular de la vida consagrada, punto
de referencia de las personas en vistas a su crecimiento espiritual y a la posibilidad de recibir
orientación y ayuda práctica.
La prevención es la primera respuesta antes de cualquier otra intervención, para evitar la posibilidad
que se dé un acto tan lesivo para la dignidad de la persona humana. Es también la respuesta que debe
darse para defender la credibilidad de un testimonio y de la acción pastoral de la vida consagrada en
la sociedad.
La posibilidad que en ambientes religiosos se produzcan casos de abuso sexual por parte de los
candidatos, religiosos, empleados/voluntarios, obliga a elaborar un programa de prevención que
tenga estos objetivos básicos:
- Promover un conocimiento claro de la afectividad-sexualidad de la persona y sobre el fenómeno de
abuso sexual en sus principales aspectos, proporcionando herramientas para la formación de los
religiosos (en fase inicial y permanente) y de los empleados/voluntarios;
- Identificar y evaluar en los candidatos a la vida religiosa, en los consagrados y los
empleados/voluntarios cualquier situación de manejo inadecuado de la sexualidad, y en
consecuencia, corregirla.
- Cuidar con medidas oportunas para proteger a los menores/a.v. que asisten a las casas religiosas,
parroquias y lugares de ministerio.
1.
SELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS A LA VIDA RELIGIOSA
Para una eventual admisión de los candidatos a la vida religiosa, además del discernimiento de las
motivaciones vocacionales, es necesario, entre otras cosas, una profunda comprensión y valoración
del perfil humano. Esto se refiere particularmente al desarrollo afectivo y a la actitud para crear y
mantener relaciones interpersonales.
a.
Instrumentos para el conocimiento del candidato
Son instrumentos que favorecen un conocimiento formal del candidato:
8
- Ficha personal de los datos generales relativos al candidato;
- Curriculum de estudio/trabajo;
- Certificado médico y de salud mental;
- Declaración Jurada simple de no tener antecedentes penales (sólo para mayores de 18 años);
- Informe sobre el itinerario de madurez cristiana y acompañamiento vocacional desarrollado
(iniciación y práctica de una vida de fe; la educación moral; motivaciones a la opción religiosa; la
evaluación de los resultados de las experiencias previas en el seminario/otras instituciones
religiosas);
- Las cartas de recomendación de personas que pueden garantizar un conocimiento adecuado del
candidato (párroco, director de la escuela, empleador, agente de pastoral, etc.);
- Observación de la capacidad del candidato para adaptarse a la vida fraterna durante el período de
acogida en una casa religiosa.
b.
Criterios para la evaluación del grado de madurez del candidato durante la fase de
discernimiento
Desde el punto de vista humano, existen criterios para llegar a una evaluación adecuada del grado de
madurez del candidato a la vida religiosa.
Si, después de un cuidadoso y constante acompañamiento, estos criterios son en buena parte
confirmados, se puede admitir al candidato al itinerario formativo para la vida religiosa; de lo
contrario es oportuno disuadir al candidato de continuar el camino. Esto último vale especialmente
cuando afloran cuestiones importantes de tipo afectivo-sexual, evaluadas adecuadamente con la
ayuda de un profesional, que resultasen incompatibles con la elección del celibato en la vida
religiosa. Algunos de los principales criterios son:
- Conocimiento realista y la aceptación de sí mismo como persona (la autocrítica y la adecuada
autoestima);
- Equilibrio entre la necesidad de ser reconocido, comprendido, querido, ayudado y la capacidad para
reconocer, comprender, demostrar misericordia, ayudar a los demás;
- Apertura a la dimensión trascendente;
- Historia personal/familiar adecuadamente integrada.
- Nivel adecuado de inteligencia y una buena capacidad para la evaluación crítica de la realidad;
- Adecuada preparación cultural;
- Libertad y responsabilidad en la toma de decisiones;
- Sinceridad (recta intención) y disponibilidad (colaboración con los demás);
- Capacidad de manejar los impulsos, tolerar los conflictos y espíritu de sacrificio;
- Respeto de los valores sociales y morales;
9
2.
FORMACIÓN INICIAL A LA DIMENSIÓN AFECTIVA Y SEXUAL
La formación inicial en la Vida Consagrada debe incluir un programa que ofrezca un ejercicio
continuo de la conciencia, responsabilidad y libertad para vivir la dimensión afectiva y sexual. Este
programa debe incluir:
a.
Conocimiento de sí mismos, en relación a:
- La percepción de la corporalidad;
- La capacidad de manejar los impulsos instintivos (sexuales y agresivos);
- Las necesidades subyacentes a las experiencias emocionales y de búsqueda afectiva;
- El significado y los límites que deben tenerse en cuenta en las diferentes relaciones con los demás;
- El vivir la experiencia de soledad y el hacer frente a los conflictos;
- La función que los valores humanos, morales y espirituales tienen en el crear y mantener las
relaciones y el sobrellevar las tareas de la vida religiosa;
- El uso del rol –y del poder que conlleva– en las relaciones de la comunidad o en el ámbito de la
actividad pastoral.
b.
Hacer frente a los problemas relativos en la esfera de la afectividad y la sexualidad,
reconociendo sus causas y comprometiéndose a superarlos con la ayuda de profesionales :
- La tendencia a satisfacer primeramente sus propias necesidades;
- La búsqueda del placer como compensación respecto de las carencias y dificultades;
- El uso de la confianza y la relación de los otros para obtener beneficios personales;
- El mal uso de la autoridad;
- Dificultad para ponerse en el lugar del otro, sin tener en cuenta su libertad, necesidad o límites;
- El miedo y la vergüenza, falta de aceptación, desprecio, represión forzada, negación de la
sexualidad (con riesgo de transgresiones);
- Incapacidad para vivir la castidad, teniendo en cuenta de manera realista las necesidades derivadas
de su vocación.
c.
Asumirla responsabilidad y las consecuencias de sus acciones en el área afectivo-sexual,
proporcionando al religioso:
10
- el significado y la dinámica de la afectividad y de la sexualidad de la persona;
- la orientación afectivo-sexual que se debe dar como parte de la relación con diversas personas, en
razón de su consagración;
- conocimiento sobre las desviaciones y abusos que pueden ocurrir en el área afectivo-sexual,
indicándolesus graves consecuencias.
d.
Crecimiento y verificación de la calidad de las relaciones fraternas, a través de:
- Formación/acompañamiento humano en las diferentes etapas de la formación inicial;
- Formación sobre los aspectos normales/anormales de la sexualidad, especialmente en relación con
el abuso sexual;
- Conocimiento de los elementos de higiene mental;
- Formación en el uso responsable de herramientas de comunicación (Internet, redes sociales, etc.);
- Prevención de la adicción cybersexual (en especial, la pornografía infantil).
3.
FORMACIÓN PERMANENTE Y TALLERES DE APRENDIZAJE
La formación permanente de los religiosos profesos en la dimensión afectiva y sexual debe continuar
desarrollándose como ya se ha indicado a propósito de la formación inicial. El religioso debe
anteponer permanentemente su afectividad y sexualidad al control –consciente, libre y responsable–
de las otras dimensiones de la personalidad que les dan un límite y una orientación.
a. Una integrada dimensión afectivo-sexual, a través de:
- Cursos formativos y experienciales sobre comunicación (la escucha y el diálogo); sobre el manejo
de las emociones, de los impulsos y de los conflictos; sobre el conocimiento de la identidad de
género; sobre el estilo de las relaciones sociales;
- El conocimiento de los problemas afectivos-sexuales;
- Acompañamiento humano personalizado, eventualmente con ayuda profesional;
- Prevención del estrés en el trabajo;
- El conocimiento de los aspectos clínicos, jurídicos y canónicos con respecto al abuso sexual;
- Reuniones de escucha con testimonios de víctimas de abuso sexual por parte de religiosos y
sacerdotes.
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b. Una dimensión afectivo-sexual coherente con la elección de vida, mediante:
- Profundizacióndel significado y las motivaciones de la elección de la consagración;
- Revisión de la vida espiritual (en relación con la meditación, la oración, la liturgia);
- Acompañamiento espiritual personalizado (con una orientación específica);
- Tiempos de profundización y verificación espiritual (retiros, ejercicios, rectitud en el examen de
conciencia y la confesión);
- Reuniones para compartir y experiencias fraternas (visitas fraternas, día de la fraternidad).
4.
EVALUACIÓN, SELECCIÓN Y FORMACIÓN CONTINUA DE
EMPLEADOS, VOLUNTARIOS/AGENTES PASTORALES EN LA MADUREZ
AFECTIVO-SEXUAL
Por lo que se refiere a los empleados/voluntarios/agentes pastorales que asisten y trabajan en las
casas religiosas y las estructuras parroquiales o pastorales, valen algunas indicaciones ya señaladas a
propósito de la selección de los candidatos a la vida religiosa en relación con la dimensión emocional
y sexual. Por lo tanto, es necesario que en el proceso de contratación o asignación de una
responsabilidad, se evalúe a la persona a través de:
- Presentación por parte de personas de confianza que puedan asegurar un adecuado conocimiento del
empleado/voluntario/agente de pastoral;
- Certificado médico de sus condiciones psico-físicas;
- Certificado de antecedentes penales y cargos pendientes;
- Curriculum de estudio/trabajo;
- Conocimiento del perfil humano y la situación familiar;
- Formación profesional que incluya las dimensiones relacionales, y afectivo-sexual;
- Supervisión de las relaciones interpersonales dentro de la actividad apostólica;
- Formación de los agentes de pastoral en la prevención y tratamiento de abuso sexual de
menores/A.V.;
- Firma de un compromiso especial para un comportamiento apropiado.
12
5.
LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD PARA LOS MENORES/A.V.
Los menores/A.V. tienen el derecho de ser protegidos en lo que respecta –entre otras cosas– a la
eventualidad de que cualquier persona puede abusar sexualmente de ellos. Con tal fin, se debe
garantizar todas las condiciones posibles de seguridad, tales como:
a.
Las estructuras para las actividades del menor/A.V.
Las estructuras/instalaciones en las que los menores/A.V. desarrollan sus actividades formativas
deben ser objeto de un cuidado particular.
b.
Supervisión de la relación de los adultos con menores de edad/A.V.
Los religiosos y educadores que trabajan en los ámbitos educativo y pastoral deben estar alertas ante
el menor indicio de un comportamiento inapropiado, tales como:
- Quedarse solo con el menor/A.V. en los espacios comunes, pero no lo suficientemente visiblespara
las otras personas;
- Pasar demasiado tiempo a solas con el menor/A.V;
- Acompañar al menor/a.v. a lugares aislados sin previo aviso ni motivo suficiente;
- Hacer permanecer en el ambiente religioso, parroquial o pastoral al menor/a.v. más del tiempo de la
actividad educativa sin motivo razonable;
- Llevar al menor a ambientes privados;
- Proponer pernoctar al menor/a.v;
- Ofrecer al menor/a.v. regalos, dinero, etc.;
- Imponer al menor/a.v. que guarde silencio;
- Asumir actitudes afectivas que se puedan considerar excesivas.
c.
La educación corpóreo-afectiva y relacional de los menores/A.V., a fin de:
- Tener una relación correcta con su corporeidad-emocional-afectiva (educación a la vida emocional
y afectiva);
- Establecer contactos físicos adecuados con adultos extraños (educación social);
- Reconocer propuestas y acciones impropias/peligrosas de parte de adultos extraños (educación a los
comportamientos de alto riesgo).
d.
La educación a las relaciones con los demás, de manera que:
13
- El menor/a.v. sepa establecer relaciones comprendiendo claramente en quién puede confiar, lo que
pueden compartir y a quién contactar en caso de necesidad o ayuda;
- El menor/a.v. reconozca y evite las propuestas/acciones riesgosas de tipo sexual, que puedan recibir
a través de un contacto directo o vía Internet;
- Sepa detectar situaciones de riesgo para su integridad;
- Sepa reaccionar ante la posibilidad de abuso a través del uso de expresiones y comportamientos de
rechazo/distanciamiento;
- Sepa hablar/denunciar intentos de abuso a personas de confianza;
- Sepa sentirse tranquilos y no responsables/culpables por el hecho.
III.
PROCEDIMIENTOS EN CASO DE NOTITIA CRIMINIS
1. GENERALIDADES
En la actual ley canónica, el abuso sexual de los menores/A.V., que es un delito, si es cometido
por clérigos, su conocimiento es de competencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe; y si es
cometido por personas consagradas que no son clérigos, su conocimiento es de competencia de la
Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y es una
causa de expulsión del Instituto.
En cuanto a la relación con la autoridad civil, debe tenerse presente que el Estado peruano
reconoce la personería jurídica pública de la Iglesia, así como su derecho nativo de plena
independencia y autonomía”7. En consecuencia, ninguna autoridad del Estado puede intervenir en los
asuntos internos de la Iglesia, incluidos los procesos canónicos, pero ello no excluye el derecho del
Estado a juzgar en sus propios fueros los delitos debidamente tipificados en la legislación nacional
que hayan sido cometidos por clérigos8 o por no clérigos.
Es preciso tener presente que “el abuso sexual de menores de 18 años y de A.V. no es sólo un
delito canónico, sino también, en la mayoría de los casos, un delito perseguido por la autoridad del
Estado9. En consecuencia, la Iglesia, de ser el caso y, sin perjuicio del fuero interno sacramental10
debe cooperar con dicha función tutelar cuando sea requerida debidamente y con arreglo a las normas
aplicables. En caso de duda frente a un requerimiento de la autoridad competente, será conveniente
contar con la ayuda de un abogado penalista. En cualquier caso, deberán preservarse los secretos
Cf. Constitución Política del Perú, art. 50; Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, art. 1.
Líneas Guía de la Conferencia Episcopal Peruana para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de abuso
sexual de menores por parte de clérigos, del 06 de junio del 2016, nn. 48.
9
Los delitos de violación de la libertad sexual, proxenetismo, ofensas al pudor público y pornografía infantil están actualmente
tipificados en los artículos 170 al 184 del Código Penal Peruano.
10
Líneas Guía de la Conferencia Episcopal Peruana para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de abuso
sexual de menores por parte de clérigos, del 06 de junio del 2016, nn. 49.
7
8
14
confiados en el ejercicio del ministerio de la Iglesia, aún cuando el interesado la libere del deber de
guardarlos, según lo previsto en el artículo 165 del Código Procesal Penal.
Por lo tanto, cuando cualquier miembro de la Congregación reciba una denuncia de
abuso sexual de menores de 18 años y de A.V. supuestamente cometido por un miembro de la
Congregación, persona consagrada que no es clérigo, un empleado laico o un voluntario,
deberá proceder de la siguiente manera:
a. En caso el denunciante sea mayor de edad le entregará, bajo cargo, la guía
especialmente preparada al efecto.
b. Pondrá inmediatamente en conocimiento de su superior los hechos, adjuntando el
cargo de la guía indicada en el literal anterior.
c. Cuando el Ministro Provincial o su Delegado tenga conocimiento de una denuncia de
abuso sexual de menores de 18 años y de A.V. que no tienen padres, tutores o
curadores, procederá inmediatamente a poner los hechos en conocimiento del
Ministerio Público haciendo la salvedad de que los hechos no le constan y que lo que
está haciendo es informar sobre la denuncia recibida.
d. Cuando el Ministro Provincial o su Delegado tenga conocimiento cierto (casos de
flagrancia y/o aceptación de los hechos por el denunciado) o, iniciada la investigación
preliminar, indicios suficientes de que un religioso, persona consagrada que no es
clérigo, un empleado laico o un voluntario ha cometido un delito contra la integridad
sexual de un menor de edad/A.V. lo pondrá inmediatamente en conocimiento del
Ministerio Público.
e. Cuando el Ministro Provincial o su Delegado sea requerido por la autoridad
competente ya sea policial, fiscal o judicial para asistir a diligencias y/o entregar los
documentos que obren en su poder consultará con un abogado penalista sobre la
procedencia de lo requerido y de ser el caso accederá en la medida en que no violen los
secretos que le hayan sido confiados en el ejercicio del ministerio de la Iglesia. No
acceder a este requerimiento podría suponer la comisión del delito de desobediencia a
la autoridad, tipificado en el artículo 368 del Código Penal.
f. La comunicación del delito al Ministerio Público no exime al Ministro Provincial o a su
Delegado de seguir el procedimiento eclesiástico establecido en las presentes Líneas
Guía.
2. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LA PROVINCIA Y DEL MINISTRO PROVINCIAL
POR LOS ACTOS COMETIDOS POR UN MIEMBRO DE LA PROVINCIA
Entre el Ministro Provincial y los miembros de la Provincia existe una communio vitae, en
virtud de la profesión religiosa. Por lo tanto, la relación entre el Ministro Provincial y los religiosos
miembros de la Provincia no se puede equiparar a la relación de subordinación jerárquica que existe
en otras instituciones, ni a la relación entre un trabajador y su empleador.
Así, pues, ni la Provincia ni el Ministro Provincial pueden ser considerados responsables de los
actos que el religioso realice en el ejercicio de su servicio pastoral, si tales actos son contrarios al
Derecho Canónico o, eventualmente, a las normas legales del Estado. En particular, ni la Provincia ni
el Ministro Provincial podrán ser responsabilizadosa título personal por los delitos materia de este
Protocolo, cometidos por un religioso. La responsabilidad de tales delitos y sus consecuencias,
incluida la correspondiente reparación de los daños causados y su resarcimiento, recaerán personal y
15
exclusivamente en el religioso que los cometió. Si bien es cierto la responsabilidad “penal” es
personal; sin embargo, la responsabilidad “civil” si podría alcanzar a la institución,
correspondiéndole cumplir con el pago de una reparación civil (indemnización por los daños y
perjuicios generados) en forma solidaria con el autor.
Sin perjuicio de ello, el Ministro Provincial se podrá ver eventualmente incurso en un proceso
por un delito cometido por un religioso que de él depende, si ha cooperado en la perpetración del
delito, si se ha desentendido de poner por obra los auxilios necesarios requeridos por la normativa
canónica o si, conociendo la conducta delictiva del religioso, no tomó las medidas necesarias para
evitar que cometa el delito (¿).
Del mismo modo, el Ministro Provincial podrá ser encontrado responsable ante el Estado y
terceros si, conociendo el delito, no procedió conforme al ordenamiento legal del Estado Peruano (no
informó a las autoridades correspondientes: Policía Nacional o Ministerio Público), para las acciones
legales, salvo el caso de fuero interno o sacramental11.Esto se refiere al Derecho Canónico¿
3. LA RECEPCIÓN DE LA DENUNCIA
Fuentes de la denuncia
La noticia de un posible abuso sexual cometido por un religioso, un empleado laico o un
voluntario puede llegar al Ministro Provincial de varias fuentes:
- Por la supervisión que el Ministro Provincial ejercita en razón de su oficio;
- Por la denuncia formal, oral o escrita, hecha al superior o a alguna otra autoridad eclesiástica o civil
por una o más personas informadas sobre los hechos. Si el Guardián o cualquier otro hermano recibe
la noticia, prevea de inmediato de informar al Ministro Provincial.
- Por la denuncia de la víctima;
- Por el hecho de que un número de personas hablan del episodio delictivo, incluso sin tener datos
precisos;
- Por la petición hecha por los fieles del lugar del que fue removido el religioso;
- Por la noticia difundida por los medios de información pública;
- Por un escrito anónimo.
- Por cualquier otro medio idóneo.
En cualquier escenario, el Ministro Provincial siga con caridad fraterna al hermano
involucrado, no negándole el apoyo moral sin que ello implique realizar actos de encubrimiento
personal (sustraer a la persona de la persecución penal) o de encubrimiento real (desaparecer pruebas
o efectos del delito). Estas conductas están penadas por los artículos 404 y 405 del Código Penal.
11
Cfr. Conferencia Episcopal Peruana, Líneas Guía nn. 54 – 58.
16
Comportamiento ante la denuncia
Quien recibe la denuncia tendrá que demostrar a la persona que denuncia (menor o adulto),
especial acogida, consideración, apoyo y disponibilidad de clarificar lo sucedido, garantizando el
compromiso necesario para afrontar la cuestión de la forma debida.
En los casos en que el abuso sexual está relacionado con otro delito contra la dignidad del
Sacramento de la Penitencia el que denuncia tiene derecho a que su nombre no se dé a conocer al
religioso denunciado12.
Modo de proceder ante una denuncia formal
- Durante la entrevista inicial se deben hacer únicamente preguntas de clarificación para recibir toda
la información que sea posible; de ser posible efectuar un registro fílmico de la entrevista u otro
medio tecnológico idóneo.
- El Ministro Provincial o su delegado inmediatamente deben registrar por escrito el contenido de la
demanda y elaborar una síntesis. Acto seguido, debe solicitar a la persona que hace la denuncia,
revisar lo que se ha escrito;
- El Ministro Provincial deberá ponerse en disposición a proporcionar apoyo espiritual a las
víctimas13; del mismo modo, les ofrecerá asistencia psicológica y, a su criterio, podrá también
ofrecerles a las víctimas y/o sus familiares directos asistencia legal.Preguntar Además les informará
que tienen el derecho de denunciar el delito a las autoridades correspondientes del Estado. Dicha
información deberá constar por escrito en un acta que será firmada por el mismo Ministro o su
delegado, así como por el menor/a.v. si pudiera hacerlo, por al menos uno de sus padres o por quien
tenga la patria potestad o la tutela, la persona de confianza que les haya acompañado y el
notario14.Preguntar
- No se debe descartar ninguna denuncia anónima, pero debe ser objeto de prudente verificación y
cauteloso examen. Las informaciones anónimas vagas o manifiestamente infundadas y/o calumniosas
serán desestimadas.
e.
Reporte inmediato al Ministro General
Todo caso que comporte el abuso de menores deberá ser inmediatamente sometido a la atención del
Ministro General. Desde el punto de vista pastoral, a los superiores mayores se les pide prestar ayuda
a las víctimas implicadas y a sus familias15. Por tanto, el Ministro Provincial debe16:
- Informar al Ministro General lo antes posible;
- Iniciar la investigación preliminar, de acuerdo al can. 1717;
12
Normae de delictisCongregationi pro Doctrina FideireservatisseuNormae de delictis contra fidemnecnon de
gravioribusdelictis, del 21 mayo 2010, arts. 4 y 24.
13
CDF, Carta circular de 3 de mayo, de 2011, IIIc.
14
Cf. Líneas Guía de la Conferencia Episcopal Peruana para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de
abuso sexual de menores por parte de clérigos, del 06 de junio del 2016, n. 61.
15
Carta del Hno. Mauro Jöhri a todos los Superiores Mayores de la Orden, del 25 de junio del 2010.
16
Carta del Hno. Mauro Jöhri a todos los Superiores Mayores de la Orden, del 07 de julio del 2016.
17
- Mantener en secreto este procedimiento. La materia es sub secreto pontificio. No debe ser tratada en
el Consejo;
- En todos los casos, de acuerdo a las posibilidades existentes y oportunamente, se deberá mantener
la relación con la familia de la víctima en un espíritu de prudente cercanía.
4. VERIFICACIÓN DE LA VEROSIMILITUD
Tras la recepción de una denuncia, el Ministro Provincial, de conformidad con el can. 1717 § 1 debe
verificar la verosimilitud de la notitia criminis. La primera pregunta que debe hacerse frente a las
noticias de abuso es, si en la práctica, sea una "denuncia creíble", es decir, una denuncia que no sea
manifiestamente falsa o inútil. Se tendrá en cuenta el número de personas que reportan el hecho, su
independencia, sus cualidades intelectuales y morales, su voluntad de suscribir con su firma cuanto se
denuncia.
La verificación será especialmente cuidadosa cuando la evidencia pueda ser difícil o
inexistente. La situación se debe abordar con honestidad y responsabilidad para todos los implicados:
la víctima del abuso; el religioso, empleado, agente pastoral o voluntario, presunto infractor, la
comunidad religiosa, comunidades eclesiales, la sociedad civil.
Si la noticia del hecho no parece estar fundada, la cuestión debe ser archivada y se debe
mantener una breve documentación en el archivo secreto de la curia provincial, especificando bien
que la denuncia era infundada y por cuáles motivos (falta de pruebas o de otros motivos tipo de
razones). La parte que se considere afectada por esta decisión del Superior Mayor, podrá solicitarle
que la reconsidere y, en caso de una nueva negativa, podrá recurrir a la Congregación para la
Doctrina de la Fe, sea directamente o a través de la Nunciatura Apostólica17.
5. PROCEDIMIENTO DESPUÉS DE VERIFICAR LA VEROSIMILITUD DE LA
DENUNCIA
-
En el caso de que el denunciado sea un religioso, el Ministro Provincial debe notificarlo
inmediatamente por escrito al Ministro General, como ya se ha indicado.
-
En el caso de que el denunciado sea un empleado, un agente pastoral o un voluntario, el Ministro
Provincial, verificada la credibilidad de la denuncia, debe iniciar el proceso administrativo
sancionador de conformidad con el art. 7 de la Ley 300/70 (Estatuto de los Trabajadores)Preguntary
comunicar inmediatamente la noticia a la fiscalía. Además se recuerda que la carta que inicia el
proceso disciplinario sea transmitida como carta certificada, contenga una breve descripción de
hechos que se imputan, sin comentarios o apreciaciones, respetando el debido proceso y, como
medida de precaución, se le puede suspender del trabajo mientras concluya el proceso sancionador.
Si, como resultado del procedimiento disciplinario, se encuentra fundada la denuncia, se debe
proceder al despido.
17
Líneas Guía de la Conferencia Episcopal Peruana para el procedimiento a seguir por los obispos ante posibles casos de abuso
sexual de menores por parte de clérigos, del 06 de junio del 2016, n. 35.
18
-
-
En caso de que el denunciado sea un voluntario, el Ministro Provincial, después de comprobar la
verosimilitud de la denuncia, debe retirarlo del servicio y reportar inmediatamente la noticia a la
fiscalía.
En los últimos dos casos, debe aplicarse el criterio de que ante la duda sobre la verosimilitud es mejor
proceder con la denuncia ante la fiscalía. En todos los casos, la presunción de inocencia se mantendrá
hasta que se demuestre lo contrario18.
-
Durante esta fase corresponde al juicio prudente del Ministro Provincial informar o no al religioso de
la denuncia y adoptar las medidas de precaución a fin de evitarla repetición del hecho.
-
En lo concerniente a las medidas cautelares que se adopten en este procedimiento, se debe tener en
cuenta el principio de gradualidad partiendo desde el mínimo necesario para evitar el escándalo
buscando el bien del abusado, del denunciado y del Pueblo de Dios.
-
En el caso que los familiares de la víctima pidan explícitamente mantener el caso en reserva,como se
ha dicho anteriormente, la solicitud deberá constar por escrito, ser debidamente motivada, estar
firmada por el solicitante y, en la medida de lo posible, por dos testigos, cuyas firmas han de ser
certificadas por el Notario Eclesiástico.
6. RESPONSABILIDAD DEL SUPERIOR MAYOR
El Ministro Provincial puede legítimamente ser removido si, por acción u omisión, ha dispuesto
u omitido actos que hayan causado un grave daño a los demás, ya se trate de personas físicas, ya se
trate de una comunidad en su conjunto. El daño puede ser físico, moral, espiritual o patrimonial. En
el caso del abuso de menores/A.V. tal conducta, como la falta de investigación y de adopción de
medidas cautelares se considerarán graves.19.
En otras palabras, es suficiente que el Superior Mayor no haya dado la importancia debida a
una noticia criminal o notitia criminis al menos probable, para que ello sea causa de destitución20.
- En el caso de un crimen evidente, en el que resulte innecesaria una indagación previa, (can. 1717 §
1), el Ministro Provincial referirá el caso directamente al Ministro General;
- En este caso, el Ministro Provincial, en consulta con el Ministro General, tendrá en cuenta el bien
común para denunciar a la fiscalía la notitia criminis21;
- Si, el delito es evidente, y la persona involucrada ha reconocido el hecho;o se tiene la autorización
para proceder o incluso su encarcelamiento, el Ministro Provincial debe adquirir la documentación,
según sea el caso.Preguntar
18
Cf. Normae, art. 19.
Carta Apostólica del papa Francisco, en forma de Motu proprio “Como una Madre amorosa”, del 04 de junio del 2016.
20
Carta del Hno. Mauro Jöhri a todos los Superiores Mayores de la Orden, del 07 de julio del 2016.
21
CDF Carta Circular, IIIg.
19
19
7. LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
Comprobada la verosimilitud de la denuncia, el Ministro Provincial tiene la obligación de
comprobar los hechos con una investigación preliminar, de ser esta necesaria, en los casos que el
abusador sea un religioso, empleado o un voluntario, observando en los dos últimos casos las
siguientes normas con las adaptaciones necesarias.
- La investigación preliminar es un procedimiento administrativo extrajudicial, independiente de la
investigaciónque realice el Ministerio Público.
- Se trata de una etapa previa, directa para comprobar la veracidad de los indicios.
- Tiene el propósito de evitar procesos innecesarios o infundados.
a.
Investigación preliminar en el caso de un religioso:
- La investigación sobre las denuncias debe hacerse respetando el principio de privacidad y del buen
nombre de las personas implicadas;
- Durante la investigación preliminar, el Ministro Provincial adopta contra el religioso denunciado
medidas cautelares para el caso específico con el fin de evitar el riesgo que actos criminales puedan
repetirse22, aplicando también en este caso el principio de gradualidad y manteniendo la presunción
de inocencia hasta que se demuestre lo contrario.
- En la adopción de estas medidas se busca tanto como sea posible la cooperación del religioso, pero
sin detrimento de su aplicación; en cualquier caso, la adopción de las medidas no estará sujeta al
consenso del religioso. En el caso que la investigación de la conducta en cuestión no sea conocida,
deberá ser adoptada cualquier otro tipo de medida con la intención de evitar que la misma ponga en
peligro el buen nombre del religioso;
- Las medidas adoptadas se harán públicas si se tiene razones válidas, es decir, si guardar el secreto
es perjudicial para las partes involucradas y para el Pueblo de Dios.
Del cuidado del honorde los involucrados
El Ministro Provincial debe indagar con prudencia. Por tanto, durante las indagaciones no debe
ser puesto en peligro el honor ni del denunciante ni del, incluso cuando la noticia del crimen se haya
convertido en pública.
La investigación preliminar debe llevarse a cabo de la manera más reservada posible. La
cuestión debe ser considerada sub secreto pontificio23.
Quién realiza la investigación preliminar
22
23
Can. 1722; Normae art. 19.
Cf. Normae art. 30,1.
20
La investigación preliminar puede ser hecha tanto por el mismo Ministro Provincial como por
otra persona que delegue24. El delegado, actuando con idoneidad, discernimiento y discreción, tiene
las mismas funciones que el can. 1428 § 3 atribuye al auditor en el proceso, pero aplicadas a las
circunstancias concretas relativas a ciertos límites. Se requiere que quien realice la investigación
preliminar preste el juramento de guardar el secreto inherente a la investigación realizada.
- Corresponde al prudente juicio del Ministro Provincial, de acuerdo con el investigador delegado, si
se hubiera nombrado, decidir la conclusión de la investigación preliminar. Los elementos recogidos
deben considerarse suficientes y debe ser excluida toda duda razonable acerca de la verdad.
- En todas las etapas del procedimiento, el Ministro Provincial no puede valerse de su Consejo en
relación con el artículo 30.1 de las Normae, que establece que el asunto debe ser considerado bajo
secreto pontificio.
d.
Pruebas sobre los hechos
e.
El objeto de la investigación preliminar son "las pruebas sobre los hechos y la imputabilidad" (can.
695 § 2). No deben omitirse circunstancias atenuantes o agravantes.
- La investigación deberá determinar los hechos de la conducta criminal, el número y el momento de
los hechos delictivos, la identidad y edad de las víctimas, el daño causado, la posible concurrencia
con el foro sacramental, los eventuales delitos relacionados, aunque non graviora.
- Las pruebas son los elementos presentados u obtenidos mediante los cuales el investigador
determina racionalmente el fundamento y la verdad objetiva de los hechos imputados.
- La obligación de probar los hechos recae sobre la persona que los afirma. Si la parte que denuncia
no es capaz de probar sus afirmaciones, el investigador lo tendrá en cuenta al valorar el fondo de la
denuncia. Sobre la parte denunciada recaerá la carga de la prueba sólo si afirma hechos contrarios a
los de la parte denunciante. La admisión de la prueba corresponde al investigador, garante del
legítimo desarrollo de la investigación.
- Durante la investigación podrán ser recogidos documentos, testimonios e informaciones, incluso
pidiéndolos al Obispo de otra diócesis donde el sospechoso ha residido; o a otras circunscripciones de
la Orden, a su Superior Mayor.
- Salvaguardando en lo posible la reputación actual del denunciado, debe ser escuchada la víctima, y
recogidos todos los documentos y medidas de la autoridad civil, donde existan25.
- En cuanto a los testimonios será necesario la presencia de un notario y la suscripción de los mismos
(cc. 1562-1569), dados bajo juramento de veritate26.
Cf. Can. 1717 §1, §3
Por cuanto sea posible, se tendrá que hacer frente a la cuestión de los daños ex bono et aequo ex can. 1718 § 4.
26
Se recuerda que a los acusados no se les debe pedir el juramento de veritate (can. 1728 § 2).
24
25
21
- La retractación del menor/a.v. presunto agraviado de violación sexual, así como el cuestionamiento
y rechazo que haga de la declaración del familiar denunciante u otra persona responsable, permitirán
al investigador presumir/concluir que hubo consentimiento en el acto sexual, Siempre que el
agraviado sea mayor de 14 años. Además, para determinar la inocencia del denunciado no deben
existir otros medios que permitan corroborar periféricamente la imputación.
f.
Imputabilidad de los hechos
La imputabilidad es la presunción de la responsabilidad. Consiste en la capacidad de poder responder
por haber cometido un acto previsto y sancionado por la ley.
- Un comportamiento puede presentar una imputabilidad irrefutable o evidente, pero la persona a la
que se atribuye tal comportamiento puede ser incapaz de delinquir desde el punto de vista subjetivo,
o puede haber, para él, circunstancias atenuantes para la imputabilidad (cc. 1324 y 1345).
- Se requiere que la imputabilidad sea grave por dolo o por culpa (can. 1321 § 1).
- Si, a pesar de haber cometido el crimen de manera objetiva, no hay resultados que indiquen la
imputabilidad grave en el sujeto por problemas subjetivos y personales de diversa índole, el Ministro
Provincial debe hacerse cargo de la situación del sujeto mismo, con el fin de cautelar a la persona y
evitar posibles reiteraciones del hecho.
- En el caso en que durante la investigación preliminar surja una imputabilidad no evidente del
religioso por razones psicológicas (cf. can. 1323, 6 °), así como en los casos menos graves, junto al
eventual proceso canónico, es necesario que el Ministro Provincial exija al religioso seguir un
adecuado tratamiento terapéutico.
- El Ministro Provincial debe hacerse una convicción segura y precisa, llamada certeza moral de los
hechos, a partir de la gravedad de lo sucedido, la evidencia presentada y la imputabilidad del
presunto infractor.
g.
Derechos del religioso denunciado
- Durante la investigación preliminar la denuncia y las pruebas que hubiere deben ser notificadas al
religioso denunciado y él debe tener el derecho de defenderse (can. 1620, 7º). Se recuerda también
que un decreto de expulsión emitido en un proceso administrativo (cc. 696-697) resultaría nulo si se
hubiese negado olimitado el derecho a la defensa(Respeto Irrestricto del Debido Proceso).
- El religioso denunciado tiene siempre el derecho de comunicarse con el Ministro General y
exponerle directamente los argumentos en su propia defensa (can. 698).
8.
a.
CONCLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
De no comprobarse la denuncia
22
- Si la denuncia de abuso no ha sido comprobada se deben adoptar todas las medidas posibles para
restaurar el buen nombre de la persona acusada y resarcir los eventuales daños.
- Completada la investigación, se enviará un informe al Ministro General acerca de los resultados,
junto con la opinión del Ministro Provincial con respecto a lo infundado de la denuncia. Copia de la
investigación y de la documentación deberán conservarse en el archivo secreto de la Curia Provincial.
- También serán revocadas por decreto, todas las medidas cautelares que se hubiesen adoptado.
b.
De comprobarse la denuncia
- En el caso que el sujeto sea un laico colaborador empleado o voluntario, el Ministro Provincial debe
remitir -por escrito- el caso a las autoridades civiles competentes (Policía Nacional y/o Ministerio
Público). Normalmente, cuando está completada la fase procesal del colaborador laico se provea al
cese de la relación laboral con el despido o de la suspensión de cooperación en caso de un voluntario.
En el caso de un empleado, mientras esté aún en desarrollo la etapa procesal y aún no esté dada la
condena, se deberá suspenderla situación laboral del sujeto, o se le podrá cambiar la función que
desempeñe con el fin de evitar el riesgo de eventuales recurrencias.
- Si la denuncia se refiere a un religioso, completada la investigación, el Ministro Provincial deberá
enviar las actas al Ministro General con el resultado de lacomprobación de la denuncia. En este
caso,el Ministro Provincial, de acuerdo conel Ministro General, derivará en consideración al bien
común la denuncia de la notitia criminis a los tribunales civiles de la notitia criminis27.Preguntar
- Cuando se tratare de un abuso cometido por un formador hacia un formando, se le impedirá
permanentemente el trabajo en la formación respectiva; se le invocaráa renunciar a la voz pasiva en
los capítulos provinciales y se le amonestará formalmente por escrito.
El modo de la conclusión está establecido en el c. 695 § 2, que dispone que: "Todas las actas,
firmadas por el superior mayor y un notario, se transmiten al Superior General junto con las
respuestas del religioso, por escrito y firmado por el mismo religioso."
Con la transmisión de las actas al Ministro General se cierra la investigación preliminar y se
empieza una nueva etapa que tiene como interlocutores al Ministro General y a la Congregación para
la Doctrina de la Fe o la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada.
También los eventuales procedimientos de dimisión del Instituto (cc. 696-697), corresponden al
Ministro General, con la intervención de la Santa Sede (can. 700).
IV.
PROCEDIMIENTO TRAS LA COMPROBACIÓN DEL DELITO
Un religioso condenado por sentencia definitiva civil o canónica, y, ad cautelam en caso de
denuncia fundada de abuso sexual de menor/A.V., le será prohibido trabajar en cualquier papel, oficio
o ministerio, que lo ponga en contacto con menores/A.V., o en cualquier ministerio pastoral, de
acuerdo con las normas establecidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe y la Congregación
para los Institutos de Vida Consagrada. La Provincia, salvo otra decisión y disposición de la
autoridad eclesiástica superior, estará dispuesta a hacerse cargo del religioso condenado.
27
CDF, Carta circular de 3 de mayo, de 2011, IIIg.
23
1. TRATAMIENTO PSICOLÓGICO (TRATAMIENTO TERAPÉUTICO)
La Provincia deberá exhortar vivamente al religioso a aceptar una evaluación psiquiátrica y
psicopatológica o incluso médico-legal, asegurándole un adecuado tratamiento terapéutico.La
evaluación psicológica debe trazar el perfil de personalidad y un cuadro claro del comportamiento
abusivo, tratando de determinar si existe algún disturbio que sea riesgo de recaída de la conducta
abusiva. En el caso de trastorno mental el riesgo de recaída se debe considerar mayor.
Es importante considerar la motivación de la persona para querer someterse a un programa de
tratamiento (farmacológico, psicoterapéutico) para procesar dinámicas emocionales profundas
(especialmente traumáticas), afrontar los distorsionados impulsos sexuales y, sobre todo, evitar la
recaída recuperando el control de la conducta.
2. CONTEXTO COMUNITARIO/FRATERNO PROTEGIDO
La Provincia, en caso de condena de uno de sus miembros por abuso sexual a un menor/A.V.,
debe insertarlo en un contexto comunitario protegido: una fraternidad en la que el religioso resida
bajo ciertas condiciones. Esto es útil por dos razones: En primer lugar, en este tipo de contexto,
donde no sea posible contactar a un menor/A.V., disminuye la posibilidad de comportamientos
sexuales abusivos. En segundo lugar, las reglas y la estructura diaria que esta comunidad impone a la
persona culpable de abuso sexual contribuyen a reducir las ocasiones para una recaída, actuando
desde el exterior a través de limitaciones físicas y sociales que permitan al religioso realizarun ritmo
de vida normal junto con otros hermanos, conservando su sentido de identidad y
pertenencia.También en este contexto, el religioso podrá encontrar apoyo para no caer en la
desesperanza y contener la angustia fruto de las consecuencias jurídicas, sociales y moralesde la
condena que le fue impuesta.
3. ACTUACIÓN Y REVISIÓN DE LA POLÍTICA Y DE LOS PROCEDIMIENTOS
Para garantizar la actuación eficaz de los procedimientos contenidos en la presente Política, se
establece que:
El Ministro Provincial o una comisión/delegada verificará anualmente el desempeño y la
eficacia de la Política en las fraternidades, parroquias y obras de la Provincia;
La comunidad local que aloja a un religioso "en riesgo de recaída" podrá ser visitada sin previo
aviso por parte de auditores independientes para verificar la correcta ejecución de las medidas
tomadas.
El Ministro Provincial informe lo pertinente a los responsables de las organizaciones,
instituciones, estructuras civiles y eclesiásticas con las que el religioso haya estado en contacto y en
el entorno en el que haya el delito.
El Ministro Provincial pueda recurrir a sanciones disciplinarias previstas por la legislación
canónica, incluida la dimisión de la Orden y de la solicitud para la pérdida del estado clerical, en los
casos que lo amerite.
El Ministro Provincial cuide de informarse sobre las condiciones de la víctima de abuso sexual
y de su familia, contribuyendo con los gastos de la asistencia psicoterapéutica o la posible reparación
económica.
24
Se requiera oportunamente a los hermanos profesos perpetuos, a los que se encuentran en las
distintas etapas y programas de formación, a los empleados y a los voluntarios, firmar un documento,
en señal de aceptación, en que se declare que han leído y comprendido la política y los
procedimientos de la Provincia, asumiendo un compromiso en la firme protección de los menores y
de los adultos vulnerables.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................................................................... 1
I. ....................................................................................................................................................... GENERALIDADES
3
1. ................................................................................................................................................................ CONCEPTOS
3
2. ...................................................................................... ASPECTOS CARACTERÍSTICOS DEL ABUSO SEXUAL
4
II. ............................................................................................... ASPECTOS PREVENTIVOS DEL ABUSO SEXUAL
8
1. ............................................................................ SELECCIÓN DE LOS CANDIDATOS A LA VIDA RELIGIOSA
8
2. .................................................................... FORMACIÓN INICIAL A LA DIMENSIÓN AFECTIVA Y SEXUAL
10
3. .........................................................................FORMACIÓN PERMANENTE Y TALLERES DE APRENDIZAJE
11
4.EVALUACIÓN, SELECCIÓN Y FORMACIÓN CONTINUA DE EMPLEADOS, VOLUNTARIOS/AGENTES PASTOR
5. .................................................................... LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD PARA LOS MENORES/A.V.
13
III. ...................................................................................... PROCEDIMIENTOS EN CASO DE NOTITIA CRIMINIS
14
1. ...................................................................................................................................................... GENERALIDADES
14
2.RESPONSABILIDAD CIVIL DE LA PROVINCIA Y DEL MINISTRO PROVINCIAL POR LOS ACTOS COMETIDOS
3. ........................................................................................................................ LA RECEPCIÓN DE LA DENUNCIA
16
4. .............................................................................................................. VERIFICACIÓN DE LA VEROSIMILITUD
18
5. ............................... PROCEDIMIENTO DESPUÉS DE VERIFICAR LA VEROSIMILITUD DE LA DENUNCIA
18
6. ..................................................................................................... RESPONSABILIDAD DEL SUPERIOR MAYOR
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7. ........................................................................................................................ LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
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8. ....................................................................................... CONCLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN PRELIMINAR
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IV. ..........................................................................PROCEDIMIENTO TRAS LA COMPROBACIÓN DEL DELITO
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1. ............................................................................................................................... TRATAMIENTO PSICOLÓGICO
24
2. ...................................................................................... CONTEXTO COMUNITARIO/FRATERNO PROTEGIDO
24
3. .................................................. ACTUACIÓN Y REVISIÓN DE LA POLÍTICA Y DE LOS PROCEDIMIENTOS
24
ÍNDICE ......................................................................................................................................................................... 26
26
CLÁUSULA DE CONOCIMIENTO Y COMPROMISO DE OBSERVANCIA DE LA POLÍTICA PARA LA PROTECCIÓN DE MENORES Y
ADULTOS VULNERABLES
Yo
identificado con DNI
,
, declaro haber leído y comprendidoque:
a) La Políticapara la protección de menores y adultos vulnerables [en adelante, Política], emanada por la Orden
de los Hermanos Menores Capuchinos de la Provincia de Perú [en adelante, Orden] eldel 2017 ha sido
preparada como una guía para ayudarme a desempeñar con acierto y diligencia mi servicio dentro de la
Orden, particularmente en aquello que se refiere al trato con menores de edad y adultos vulnerables.
b) La observancia de los criterios establecidos en la presente Política es de obligatorio cumplimiento para el
ejercicio de mi servicio en la Orden.
c) La información contenida en esta Política no debe interpretarse, en modo alguno, como un contrato de
trabajo o de continuación de empleo y no establece vínculo laboral entre la Orden y mi persona.
d) La responsabilidad del cumplimiento de la Política establecidas recae exclusivamente en mi persona y no en
la Orden o en la entidad eclesiástica en la que presto mi servicio. Asumo, por tanto, mi responsabilidad ante
los hechos que pudieran imputárseme por incumplimiento de estas directivas, así como las sanciones civiles
y canónicas que mis actos pudieren comportar.
e) Esta Política es propiedad de la Orden, que se reserva el derecho de realizar cambios con o sin previo aviso;
asimismo es mi deber familiarizarme con las presentes normas y sus eventuales modificaciones
adhiriéndome fielmente a lo allí contenido y, asimismo a los cambios que se introdujeren.
f) Es mi deber dar al conocer al Ministro Provincial todo acto que indique violación de la conducta establecida
en la presente Política para la protección de los menores de edad y adultos vulnerables, y de los cuales yo
podría ser testigo.
Habiendo leído y comprendidoestaPolítica, asumo el compromisoque mis acciones se regirán, siempre y en
toda circunstancia, por las normas establecidasen la misma, exonerando a la Orden de toda eventual
consecuencia civil o penal que elincumplimiento de las normas aquí contenidaspudieran acarrearme.
Para que mi voluntad conste y tenga los efectos previstos por la ley canónica y civil, firmo la presente
declaración, en señal de aceptación en
, con fecha
Declarante
Ministro Provincial
Secretario Provincial
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