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Perspectiva Hermenéutica del arte: el problema de la interpretación

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Perspectiva Hermenéutica del arte: el problema de la interpretación
Alfredo Aranda de la Rosa
Lunes 3 de febrero de 2020
Al abordar el estudio de la obra de arte es posible vislumbrar una problemática de
corte metodológico, es decir, ante la presencia de la subjetividad contenida en la
obra, parece volverse opaca la interpretación. Para que la obra se complete y
permita residir su mensaje en el espectador es sumamente valioso considerar un
abordaje distinto al de las ciencias para su estudio, es tal el de la hermenéutica
filosófica, planteando un problema desde la perspectiva de la interpretación
ontológica, entendiéndose la interpretación como un proceso propio del ser humano
(Amador, 2012, p. 46).
Ya entonces considerada la hermenéutica como una perspectiva fortuita para
tratar el problema del arte es importante hacer mención del gran aporte del filósofo,
discípulo de Heidegger, Hans-Greorg Gadamer:
Las ciencias del espíritu vienen a confluir con formas de la experiencia que
quedan fuera de la ciencia: con la experiencia de la filosofía, con la del arte y
con la de la misma historia. Son formas de experiencia en las que se expresa
una verdad que no puede ser verificada con los medios de que dispone la
metodología científica (Gadamer, 1999, p. 24).
Es entonces, para Gadamer, una manera insuficiente dar lectura a la experiencia
del arte a través del método científico. Aunado a lo anterior, otro pensador afín a la
postura de Gadamer es Lluís Duc que señala: “Lo que designo con la expresión
‘factor biográfico’ interviene decisivamente en cualquier reflexión porque, lo
queramos o no, nuestra biografía concreta, por acción o por reacción, se plasma,
de una manera u otra, en todo lo que pensamos, hacemos y sentimos” (Duch, 2008,
p. 171 citado por Amador 2012). Motivo por el cual la metodología científica es
exigua al espectar la obra de arte y más aún a un nivel interpretativo, en otras
palabras, no es posible cuantificar y hacer comprobable las experiencias del sujeto
al interpretar una obra.
1
El intérprete, dice Gadamer, realiza siempre su proyección denominada por
su horizonte cultural, éste donde residen las categorías de pensamiento y la
subjetividad sobre lo interpretado, o de igual manera, la tradición como parte de la
historia misma del sujeto (Gadamer, 1999, p. 344).
Heidegger, en El ser y el tiempo, sobre la interpretación escribe lo siguiente:
“La interpretación se funda en todos los casos en un ‘ver previo’ que ‘recorta’ lo
tomado en el ‘tener previo’ de acuerdo con una determinada posibilidad de
interpretación” (Heidegger, 1927, pp. 168-170). Se está entonces refiriendo a una
reflexión propiamente hermenéutica y pone de manifiesto una distancia cultural
entre el horizonte del autor de la obra de arte y el del intérprete de esta, así como
nos refiere dos momentos importantes en la interpretación de la obra, primero, dicho
en otras palabras, la proyección del interprete devela un carácter que no poseía per
se la obra, en segundo, es posible sugerir que la percepción toma de la obra los
símbolos codificados que contiene. Remítase entonces al siguiente ejemplo y véase
la Ilustración 1, donde se pretende ejemplificar lo anteriormente expuesto.
Ilustración 1:
Nan Goldin
Nan one month after being battered.
(Nan un mes después de haber sido maltratada).
1984 Disponible en:
https://www.tate.org.uk/art/artworks/goldin-nan-onemonth-after-being-battered-p78045
2
Como espectador hago una primera lectura de la obra, entiendo que es una
imagen fotográfica, retrato de una persona, el nivel óntico1 se muestra hasta
entonces y no difiero de mi percepción, de manera ontológica, intuyo y proyecto
sobre la obra que las marcas en el rostro de esta persona no son muestras de
maquillaje sino huellas de violencia física, vayamos entonces aún más profundo.
Recuerdo un aterrador suceso que observé en el diario local de nota roja, que
presenta el caso de una mujer que sufrió violencia por parte de un hombre,
presuntamente con quien sostenía una relación de noviazgo, es entonces que
proyecto en la obra un discurso que no me muestra la imagen. En este ejemplo la
tradición corresponde al bagaje de vivencias que yo como espectador contenía, a
mi horizonte cultural que me refiere que las marcas en el rostro del personaje de la
fotografía son producto de la violencia y es entonces que, Gadamer nos señala, “La
tarea hermenéutica consiste en no ocultar esta tensión [con la tradición] en una
asimilación ingenua, sino en desarrollarla conscientemente” (Gadamer, 1999, p.
377). Lo que indica la tradición, como categoría para Gadamer es una noción
inacabada, sin embargo, puede entonces interpretarse como la derivación de
costumbres que significan al sujeto como marco de referencia de los ‘otros’.
“El interpretar busca el sentido interior detrás de lo expresado, en tanto el
expresar da a conocer algo interior” (Grondín, 2002, p.45, citado por Amador 2012).
Con esto se refiere Grondín a que esa proyección al interpretar podría develar un
elemento del ser en contraposición a la propia vivencia de la autora de la fotografía
en nuestro ejemplo, y es aquí un posible sesgo de socialización, a considerar, lo
que la propia Nan Goldin comenta respecto a su fotografía:
Su concepto de relaciones tenía sus raíces en el idealismo romántico.
Ansiaba la dependencia, la adoración, la satisfacción, la seguridad, pero a
veces me sentía claustrofóbica. Éramos adictos a la cantidad de amor que
proporcionaba la relación... Las cosas entre nosotros comenzaron a
romperse, pero ninguno de los dos pudo romper [la relación]. El deseo fue
constantemente inspirado al mismo tiempo que la insatisfacción se volvió
innegable. Nuestra obsesión sexual seguía siendo uno de los ganchos. Una
1
"Óntico" adjetivo de ente, toma su significado de la existencia en sí de las cosas; esta existencia es un dato
independiente de que el hombre puede saber acerca de ella; nuestro pensamiento ni la hace ni la deshace.
Cosio, Carlos (1980). “La Racionalidad del ente: Lo óntico y lo ontológico” en Estudios en honor del doctor
Luis Recaséns Sichés Tomo I, México: UNAM, p. 197.
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noche, me golpeó severamente, casi cegándome (Goldin, 1989, “The Ballad
of Sexual Dependency”, p.8, citado en Tate, disponible en:
https://www.tate.org.uk/art/artworks/goldin-nan-one-month-after-beingbattered-p78045.
Al considerarse entonces aquello que la autora nos comenta sobre su trabajo, y
teniendo en cuenta aspectos relevantes de su biografía es posible no caer en esa
‘asimilación ingenua’ que Gadamer nos advierte, ya que conscientemente nos
adentramos a un nivel interpretativo más profundo, es decir, no se es ajeno a las
proyecciones que desprenden de la obra elementos no presentes dentro de la
narrativa misma de la imagen sino que interactuamos entonces ambos momentos,
lo ‘tener previo’, de acuerdo al ejemplo, la sensibilización ante el suceso de la nota
roja que impactó en mi vivencia y el ‘tener previo´, o la vivencia de la autora que en
su fotografía nos expresa.
Ahora bien, y para concluir, “Lo que realmente se experimenta en una obra
de arte, aquello hacia lo que uno se polariza en ella, es más bien en qué medida es
verdadera, esto es, hasta qué punto uno conoce y reconoce en ella algo, y en ese
algo a sí mismo” (Gadamer, 1999, p. 138). Por lo tanto, la obra de arte en un nivel
hermenéutico puede ser leía e interpretada, desde el acceder mismo al expresar de
su autor, pero también en las vivencias que de esta emanan a través de sus
símbolos y dialogan con las vivencias mismas del interprete.
Bibliografía:
Amador- Bech, Luis (01 de noviembre de 2012). “La interpretación de la ora de arte desde
la perspectiva de la hermenéutica filosófica de Hand- Greorg Gadamer”, en Investigación
Universitaria Multidisciplinaria, año 17, N.11, México: UNAM, FCPyS, pp. 42-50.
Gadamer, Hans-Greorg (1999). Verdad y método I, Salamanca: Ediciones Sígueme,
traducción de Ana Aguad Aparicio y Rafael de Agapito.
Heidegger, Martin (1927) El ser y el tiempo, México: FCE.
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