Notas primera clase, aquí

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Seminario sobre Verdad y Método, de H.-G. Gadamer.
Cátedra Hermenéutica de la cultura del Programa Lectura Mundi de la UNSAM
Coordina: Carlos Ruta
Primera clase (09/04/2012)
Por Agustina Andrada
En la primera clase del seminario, transcurrida el pasado nueve de abril, abordamos la
lectura de las primeras páginas del prólogo a la segunda edición de Verdad y Método de
Gadamer. Antes de comenzar acordamos que el trabajo en cada semana será una lectura
del texto línea por línea para luego discutirlo en conjunto. Además, el rector hizo un breve
repaso por los sucesos más importantes en la biografía del autor. Entre ellos estaba la
influencia de Heidegger quien había sido su maestro, el abandono en 1924 de su actividad
filosófica, ya que no se sentía capacitado para ella, y su posterior dedicación a los estudios
filológicos junto con la docencia en escuelas secundarias, su publicación en 1931 de la obra
La ética y la dialéctica de Platón y la suspensión de sus escritos hasta 1960 con la obra
Grandes líneas de una filosofía hermenéutica que pasó a llamarse, finalmente, Verdad y
Método.
En primera instancia, vimos que Gadamer rompe con la noción monopólica de método,
empleada por Descartes, para alcanzar la verdad. El filósofo alemán, pone en duda la
transparencia de la conciencia, cuestiona la existencia de una verdad clara y de un
pensamiento que puede pensarse a sí mismo. No podemos pensar, al modo de Descartes,
que poseemos una capacidad de auto-clarificación porque el saber humano depende de un
bagaje que le trae la historia y que no puede dominar. Por consiguiente, Gadamer, invoca a
la finitud humana, debemos aceptar que estamos inmersos en un contexto cultural y que en
el acto mismo de la comprensión hay algo que nos sobrepasa. Allí es a donde apunta la
pregunta filosófica del autor, tal como lo dice en el prólogo: “…no está en cuestión lo que
hacemos ni lo que debiéramos hacer, sino lo que ocurre con nosotros por encima de
nuestro querer y hacer.”1 Es decir, que se pregunta por la experiencia humana, por aquello
que sucede cuando comprendemos algo.
Ahora bien, esto implica ir en contra de una filosofía que apunta a ser ciencia y del sentido
hermenéutico clásico, que apuntaba a desarrollar un sistema de reglas para acceder a la
verdad y que era el procedimiento que debían seguir las ciencias del espíritu. Por esto
mismo nos detuvimos a analizar el siguiente fragmento: “Si existe una conclusión práctica
para la investigación que propongo aquí, no será en ningún caso nada parecido a un
compromiso acientífico, sino que tendrá más bien que ver con la honestidad científica de
admitir el compromiso que de hecho opera en toda comprensión.”2 Por lo tanto, la
honestidad científica implica admitir que no hay distancia acrítica, que toda comprensión es
una experiencia que se despliega en una práctica, en la cual el sujeto está envuelto. Cuando
Gadamer utiliza la palabra “compromiso” está queriendo decir que en el acto mismo de la
comprensión hay una parte de mí que está allí, cuando leemos, leemos con nuestros ojos,
toda lectura es una lectura de sí mismo y, por consiguiente, toda comprensión implica
compromiso.
Deteniéndonos, entonces, en la pregunta filosófica como guía de la investigación de
Gadamer concluimos la clase, dejando preguntas por abordar a media que avancemos en la
lectura.
1
Gadamer, H.; “Prólogo a la segunda edición” en Verdad y Método, Buenos Aires, Ediciones Sígueme, 1977,
pg. 10.
2
Ibídem.
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