Universidad de El Salvador Facultad Multidisciplinaria de Occidente Departamento de ciencias Sociales, Filosofía y Letras Sección de Psicología. TRASTORNOS DE PERSONALIDAD, GRUPO B El grupo B incluye los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. Es importante analizar entonces que estos trastornos también se ubican en las categorías de cognición (formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a otras personas y a los acontecimientos); afectividad (el rango, la intensidad, la labilidad y la adecuación de la respuesta emocional); funcionamiento interpersonal y el control de los impulsos. El primero de los trastornos encontrados en este grupo está referido al trastorno antisocial, término que ha sido duramente cuestionado y ampliamente estudiado, según Caballo (sf); El trastorno antisocial de la personalidad (TAP) constituye hoy día un problema de gran interés debido a que su estudio, denotado por todos los psicólogos como de gran complejidad, ha sido retomado como reto (Sánchez, 2001). De todos los trastornos de la personalidad, el antisocial es el más conocido y el más estudiado empíricamente. Sin embargo, a pesar de la extensa investigación sobre este trastorno, sigue resultando bastante confuso. Dicha confusión se concentra en el diagnóstico y tratamiento (difíciles de realizar), así como en la utilización indistinta de otros conceptos sinónimos (criminalidad, sociopatía, psicopatía y trastorno disocial de la personalidad). Los términos psicopatía, sociopatía, trastorno disocial de la personalidad y trastorno antisocial de la personalidad se suelen emplear como equivalentes, por lo que gran parte de la literatura existente se ve limitada por el uso intercambiable de estas expresiones y por los diferentes métodos para determinar la población de estudio (Ávila-Espada y Herrero, 1995). (p109) Ahora bien según lo planteado el problema radica en el diagnóstico y el tratamiento, no en criterios nosológicos, por ende como profesionales de la psicología debemos ser cuidadosos y muy responsables al momento de establecer una patología, en adelante el DSM- 5 establece los criterios diagnósticos para la categorización. Trastorno de la personalidad antisocial 301.7 (F60.2) A. Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los hechos siguientes: 1. Incumplimiento de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención. 2. Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal. 3. Impulsividad o fracaso para planear con antelación. 4. Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas. 5. Desatención imprudente de la seguridad propia o de los demás. 6. Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas. 7. Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien. B. El individuo tiene como mínimo 18 años. C. Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años. D. El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar. La característica esencial del trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta. Este patrón también ha sido denominado psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad. Puesto que el engaño y la manipulación son características centrales del trastorno antisocial de la personalidad, puede ser especialmente útil integrar la información obtenida en la evaluación clínica sistemática con la información recogida de fuentes colaterales. Para que se pueda establecer este diagnóstico el sujeto debe tener al menos 18 años y tener historia de algunos síntomas de un trastorno disocial antes de los 15 años. El trastorno disocial implica un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales reglas o normas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos característicos específicos del trastorno disocial forman parte de una de estas cuatro categorías: agresión a la gente o los animales, destrucción de la propiedad, fraudes o hurtos, o violación grave de las normas. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad frecuentemente carecen de empatía y tienden a ser insensibles, cínicos y a menospreciar los sentimientos, derechos y penalidades de los demás. Pueden tener un concepto de sí mismos engreído y arrogante (pensar que el trabajo normal no está a su altura, o no tener una preocupación realista por sus problemas actuales o futuros) y pueden ser excesivamente tercos, autosuficientes o fanfarrones. Pueden mostrar labia y encanto superficial y ser muy volubles y de verbo fácil (por ejemplo, utilizan términos técnicos o una jerga que puede impresionar a alguien que no esté familiarizado con el tema). La falta de empatía, el engreimiento y el encanto superficial son características que normalmente han sido incluidas en las concepciones tradicionales de la psicopatía y pueden ser especialmente distintivos del trastorno antisocial de la personalidad en el medio carcelario o forense, en el que los actos delictivos, de delincuencia o agresivos probablemente son inespecíficos.