Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado Lic. en

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Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado
Lic. en Educación Preescolar
2.- semestre Grupo: “B”
Observación y Análisis de la Práctica Escolar
La cultura de la comunidad y la cultura escolar: procesos de interacción
Unidad 1
N.L: 1
Zurinda Aguilar Hernández
19 de febrero de 2013
La cultura”
La cultura la podemos definir como el conjunto de rasgos que caracterizan a una población, religión, costumbres, formas
de vida. Es definida como el conocimiento adquirido que las personas utilizan para interpretar su experiencia y generar
comportamientos. Es decir, los comportamientos que presentan los individuos como tal y como una sociedad.
Comunidades: Son grupos humanos secundarios que viven en zonas rurales, en pequeños municipios, en barrios de las
grandes ciudades, y que mantienen relaciones personales directas y afectivas con la conciencia de estar compartiendo
un mismo espacio vital que les identifica. Contrastan con otros grupos primarios como la familia, pandas, círculos de
amigos y los grupos terciarios que son los países, las naciones.
Cultura: Es la parte aprendida del comportamiento humano. Es aquel todo complejo que incluye conocimientos,
creencias, arte, leyes, moral, costumbres y cualquier otra capacidad y hábitos adquiridos por el hombre en cuanto
miembro de la sociedad. Es todo aquello (conocimientos, valores, tradiciones, costumbres, etc.) que se transmite y
adquiere socialmente, o sea, es fruto de la propia vida social.
Cultura elitista: Es la “alta” cultura, científica y estética, patrimonio de la clase dominante.
Cultura de consumo: Producto de la sociedad mercantil, suministrada por la publicidad y por los medios de
comunicación.
Cultura escolar: Distribuida a la población bajo esquemas académicos y con las restricciones de la crítica culta. Cultura
profesional de carácter técnico y vinculada al mundo del trabajo y de la producción.
Cultura marginal: Algunos la definen como escandalosa, underground, salvaje, criticada por los conservadores; abierta a
todos los lenguajes y a todas las experiencias. Es una cultura anárquica e iconoclasta, inventiva y afectiva; a menudo la
llamamos contracultura. (Quintana Cabanas)
Cultura oficial dominante: Tiene capacidad para realizar elaboraciones de gran alcance (por ejemplo sistemas científicos
o filosóficos). Es normativa y tiene poder de decisión sobre los demás sectores. Goza de fama aunque no siempre de
prestigio.
Cultura popular: Basada en relaciones cara a cara y en la producción cultural de un pueblo que lucha por expresarse a
despecho de las pretensiones colonizadoras de otros tipos de culturas más fuertes pero ajenas. Responde a
especificaciones locales de corto alcance. Es una cultura silenciada y propia de los que no ostentan el poder. Carece de
poder normativo sobre el conjunto de los sectores sociales y de poder de decisión más allá de su ámbito local o
sectorial. Tiene cierto nivel de organización propia y se resiste sistemáticamente al dominio de la cultura dominante.
Cultura popularizada: Es la extensión y adaptación al pueblo de la cultura elitista.
Cultura de masas: La masa no hace referencia a cantidad de gente sino a la calidad de personas. Por "masa", decía
Ortega y Gasset, no se entiende especialmente al obrero; no designa una clase social, sino una clase o modo de ser
hombre que se da hoy en todas las clases sociales, que por lo mismo representa a nuestro tiempo. La masa es prototipo
medio y genérico de seres humanos, que no observa en sí mismo ninguna diferencia respecto a los otros y, sin embargo,
no se angustia por ello. Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo —en bien o en mal— por razones especiales,
sino que se siente "como todo el mundo" y, sin embargo, no se angustia. La cultura de masas se apoya en lo vulgar, en
lo indiferente, en lo homologado al pensamiento de todo el mundo y en el miedo a que quien no sea como todo el
mundo y quien no piense como todo el mundo corra el riesgo de ser eliminado.
Cultura cultivada: Adquisición de un conjunto de saberes y producto de esa adquisición
Cultura cultural: Un estilo de ser, de hacer y de pensar y como conjunto de obras e instituciones
Cultura constructiva: Como creación de un destino personal y colectivo (Ander Egg).
Cultura alternativa: que subvierte y rechaza los valores establecidos
Cultura de la comunidad: Conocimiento que conduce a un enriquecimiento personal, al motivar el desarrollo de un
sentido crítico; Acción de cultivar la literatura, historia, música, bellas artes y otros conocimientos propios de la persona
culta; Cultivo.
La influencia de los profesionales docentes en la sociedad actual
La educación es el termómetro por el que se mide el desarrollo y bienestar económico y social de los pueblos. En un
momento en que prestamos atención al clamor de la sociedad española por un pacto de estado por la educación me
permito presentar unas reflexiones sobre la función e influencia de la escuela en la sociedad, al margen de vaivenes
políticos y polémicas partidistas, siempre interesadas.
Una primera reflexión me sitúa en el contexto escolar. La escuela es el lugar en el
que se dan cita los escolares de cero a veinte años, como mínimo, en los diferentes
tramos del sistema educativo no universitario. Desde la educación infantil, 0-6 años;
pasando por la educación primaria, 6-12; por la educación secundaria obligatoria,
12-16; por el bachillerado o ciclos formativos de primer grado, 16-18; hasta finalizar
esa etapa escolar –aquellos que así lo decidieran- en los ciclos formativos,
enseñanzas de música, enseñanzas de danza, de grado superior o enseñanzas
superiores de arte dramático, 18-20 +, se conforma la personalidad y buena parte de
la cualificación profesional inicial y desarrollo personal básico de los ciudadanos.
La educación ha sido históricamente objeto de “encarnizadas” disputas y controversias en el seno de los partidos
políticos y en sus acciones de gobierno. Me gustaría estar equivocado al reflexionar sobre esta realidad. Eso ha sido así,
y no tiene pinta de cambiar mucho en el próximo futuro.
A la “entusiasta” propuesta del actual ministro de educación sobre un pacto de estado por la educación, fruto de la
demanda decidida de los ciudadanos desde todos los ámbitos sociales, nos encontramos con una evidencia
incontestable: no se avanza, los partidos políticos mayoritarios desconfían mutuamente de las verdaderas intenciones
de unos y otros. Los medios de comunicación nos trasladan a todos los de “a pié” una realidad descorazonadora. Los
intereses, luchas y miserias de los dos principales partidos políticos de ámbito estatal, enzarzados en disputas internas,
irrelevantes, mostrando su permanente agresividad dirigida a destruir políticamente al otro para perpetuarse en el
poder o alcanzarlo, en su caso, les tiene absolutamente ocupados. Mientras tanto, el país, los ciudadanos en su
conjunto, sufren.
¿Qué podemos hacer los profesionales docentes?
En primer lugar debemos hacer un gran esfuerzo para abstraernos de la pintoresca situación política y social en la que
nos encontramos. En segundo lugar trabajar, trabajar, trabajar y trabajar con nuestros alumnos. Y aquí es donde yo
quiero llegar reflexionando en positivo sobre el tema enunciado en el titular de este artículo.
La escuela es un lugar de encuentro, de
convivencia, de aprendizaje, de interculturalidad
en una época histórica absolutamente globalizada.
Pero la escuela, individualmente considerada,
centro a centro, es una institución singular. Cada
centro se conforma de una comunidad educativa
concreta, diferente, única. Los escolares y los
alumnos de cada centro de educación infantil,
primaria, secundaria, formación profesional u
otros son exclusivos; son los que son; son unos
niños, adolescentes y jóvenes concretos que
pertenecen a unas familias concretas y son
atendidos por un equipo de profesores distintos
de los del centro de al lado.
Si hablamos de profesionales docentes, podemos y debemos decir lo mismo que hemos apuntando al hablar de los
estudiantes y de las familias. A los valores intrínsecos de la profesión docente, generalmente considerados, debemos
añadir aquellos otros específicos, concretos, que tienen que ver con nuestra práctica docente diaria; con los alumnos de
nuestra clase; con los alumnos de nuestro centro. Para ello, la definición de un proyecto educativo específico para cada
centro (PEC); la concreción de una programación general anual (PGA); la elaboración de un proyecto curricular adaptado
a las circunstancias concretas del alumnado de cada institución educativa; en suma, la realización de una programación
didáctica para cada materia o módulo, establecerán las líneas estratégicas, metodológicas y operativas que posibiliten
alcanzar los objetivos fijados en cada caso y las competencias básicas, sociales y profesionales que permitan a nuestros
alumnos ser ciudadanos comprometidos con los tiempos que les toa vivar.
En manos de la escuela y de los profesionales docentes se encuentra la llave que abre la mente de los escolares, niños,
adolescentes y jóvenes sobre los que deberá sustentarse la sociedad en un futuro no muy lejano. Por ello, desde las
pequeñas escuelas en los puntos más recónditos, hasta los centros escolares de las grandes ciudades, los profesionales
docentes, en cooperación con las familias, y con los instrumentos que disponen en forma de instalaciones y
equipamientos, deben abordar la educación y formación que demanda la sociedad de este siglo XXI. El maestro y sus
niños; el profesor y su grupo de alumnos, ajenos a las contiendas políticas deben construir esa sociedad de progreso y
bienestar que todos deseamos.
Bibliografía:
http://www.decroly.com/digital/1109/news031109.htm
http://www.ite.educacion.es/formacion/materiales/125/cd/guia/glosario.htm
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