See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/277954046 El sistema integrado ABC – EVA, metodología para calcular la rentabilidad de los clientes Conference Paper · November 2009 CITATIONS READS 0 929 2 authors, including: Juan Manuel Izar Instituto Tecnológico Superior de Rioverde 181 PUBLICATIONS 144 CITATIONS SEE PROFILE Some of the authors of this publication are also working on these related projects: Statistics View project Pensiones y Jubilaciones View project All content following this page was uploaded by Juan Manuel Izar on 09 June 2015. The user has requested enhancement of the downloaded file. Título de la ponencia: El sistema integrado ABC – EVA, metodología para calcular la rentabilidad de los clientes Nombre: Juan Manuel Izar Landeta Vicente Hernández García Institución de procedencia: Universidad Autónoma de San Luis Potosí Dirección: Valle de Caldera 111, Frac. Miravalle, C. P. 78214, San Luis Potosí, S. L. P. Teléfono: 01-4441-234194, 01-4448-173381 Correo electrónico: [email protected] Mesa de participación: Contabilidad y Finanzas Modalidad de participación: Ponencia Resumen Este trabajo presenta una nueva metodología para la determinación de la rentabilidad de los clientes de una empresa, la cual se basa en una integración de las técnicas del Costeo por Actividades ABC y el modelo del Valor Económico Agregado EVA, consistente en asignar los costos de capital a los clientes mediante el uso de los inductores del costo que resulten apropiados, para lo cual se sugiere el uso de la matriz de dependencias de las actividades. Con dicha técnica se pueden tomar mejores decisiones relativas al valor económico que cada cliente genera. Asimismo, el uso de esta herramienta puede extenderse para otras aplicaciones, tales como la rentabilidad de líneas de productos, análisis de proveedores, selección del diseño del producto, análisis de inversiones y evaluación económica de proyectos. La implementación de esta herramienta está sujeta a su aceptación por parte de las organizaciones, ya que se percibe que en los sectores productivos y de servicios esto no se da espontáneamente, sino que requiere la mentalización y culturización de los empresarios, así como del ajuste de algunas partidas contables de los estados financieros. 2 El sistema integrado ABC – EVA, metodología para calcular la rentabilidad de los clientes Introducción La tecnología ha alcanzado prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida y la administración no escapa a esta tendencia global, pues las cuestiones contables y administrativas han sufrido cambios tratando de adaptarse a las nuevas circunstancias de las organizaciones, a pesar de que algunos principios contables, como la partida doble, pareciera desmentir esta aseveración, al estar vigente desde hace más de 500 años. Dentro del contexto contable y administrativo han surgido nuevas técnicas de costeo, como es el sistema de Costeo por Actividades, ABC, por sus siglas en Inglés (Activity Based Costing), diseñado para el costeo de productos, proveedores, clientes, proyectos e inversiones, así como sistemas para la evaluación del desempeño organizacional como es la metodología del Valor Económico Agregado, EVA (Economic Value Added). Ambas surgieron en los Estados Unidos entre finales de los 80 y principios de los 90 y al igual que la administración, tratan de dar respuesta a las necesidades que han surgido, para las cuales los sistemas anteriores ya no resultan operativos. Últimamente ha aparecido un sistema integrado de ambas metodologías, el cual se presenta en este trabajo para determinar cuáles clientes son rentables, así como la posibilidad de aplicarlo en cualquier tipo de empresa u organización. Esta presentación incluye una breve descripción de cada técnica por separado y posteriormente el sistema integrado ABC - EVA, con el caso de un ejemplo práctico, que incluye una parte objetiva, que es la técnica en sí y una subjetiva que es su impacto en la organización y las personas que la integran. 3 Al final se presentan las conclusiones sobre su utilidad y algunas sugerencias para su implementación en cualquier tipo de organización y contexto. Sistema ABC de Costeo El sistema ABC de costeo ha venido a cobrar relevancia dentro del ámbito empresarial desde la década de los 80, tiempo durante el cual muchas compañías a nivel mundial comenzaron a implementarlo, algunas de ellas con éxito, tal y como lo refieren numerosos autores, como es el caso de compañías de software (Gerland et al., 2002), negocios vía electrónica (Roztocki, 2001 (b)), instituciones de salud (Naughton- Travers, 2001), organizaciones de servicios humanitarios (Menefee y Ahluwalia, 2000), manufactura de sistemas de aire acondicionado (Nachtmann y Al- Rifai, 1994), servicios de imprenta (Cross, 2003), compañías pequeñas de manufactura (Needy et al., 2003) y el sector gubernamental (Goldsmith, 1999). Incluso hay quienes lo han aplicado conjuntamente con la teoría de las restricciones como guía para la mejora continua en instituciones de salud (Roybal et al., 1999). No obstante, algunos estudiosos advierten problemas al momento de implementar este sistema, tal y como lo sugiere Kaplan (2003), quien señala que una opción válida es acumular el total de gastos generales y el tiempo total empleado en las actividades, para obtener el costo de un minuto y entonces aplicar esta tasa unitaria al tiempo consumido por cada actividad; por su parte Lavelle y Dodd (2003) dicen que algunas veces no es fácil identificar algunos costos como fijos o variables y que además el sistema ABC requiere de un staff de apoyo para registrar los costos y hacer las asignaciones correctamente; otros autores como Nachtmann y Needy (2001) sugieren el uso de la distribución de probabilidad triangular para los costos, inductores de costo y las tasas de cada inductor, ya que no es recomendable emplear valores únicos de cada 4 variable (determinísticos); otro autores como Kyoung-jae e Ingoo (2003), sugieren el uso de un algoritmo híbrido para tomar en cuenta la no linealidad de las actividades con las cantidades de costos indirectos asignadas a las mismas y para evitar una mala selección de los inductores de costo. Sin embargo, el sistema ABC ha venido a responder a la necesidad de nuevos esquemas de costeo, ya que los métodos tradicionales de costeo con prorrateo global de los gastos indirectos de fabricación (GIF) ya no funcionan y pueden ser la causa de que inclusive algunas compañías hayan dejado de operar por el costeo inadecuado de sus productos. Esto se debe a que con los antiguos sistemas de manufactura los GIF representaban alrededor del 20% del costo de fabricación de un producto y ahora son por lo menos el 50%, debido a los cambios en la tecnología, que hacen que un producto se elabore de manera muy automatizada y con una cantidad mínima de componentes, lo que disminuye en forma significativa los costos primos. De tal modo, si los GIF se prorratean de manera incorrecta, al ser una parte importante del total, lleva a un mal costeo del producto, lo cual de una u otra forma repercute negativamente en el estado financiero de las empresas, pues el costeo tradicional tiende a estimar costos muy bajos para los productos especiales y muy altos para los artículos estándar, de modo que los primeros se venden en altos volúmenes sin generar utilidades y los segundos pierden participación de mercado, por ser muy elevados sus precios (Kaplan y Cooper, 1998). Además el sistema de costeo tradicional asigna los costos al adquirir los insumos, mientras que el ABC lo hace cuando son consumidos, lo cual en caso de haber capacidad ociosa de manufactura, lleva también a discrepancias en el costeo de productos y servicios (Kaplan y Cooper, 1998). 5 Otro aspecto importante es que el sistema ABC no elimina el prorrateo, pero lo disminuye en forma importante, lo cual realiza mediante inductores del costo (cost driver) que sean lógicos, según la actividad en cuestión, de modo que se encuentre una relación causa – efecto entre la actividad y el costo, así por ejemplo si se toma la actividad de mantenimiento de la maquinaria, un inductor del costo puede ser las horas máquina que se utilizaron en la manufactura de cada producto, de modo que el prorrateo resulte más justo y apegado a lo que origina el costo. Una metodología del costeo por actividades puede ser la siguiente: 1. Dividir el proceso en actividades, según el flujo de trabajo para la manufactura de los productos. 2. Elegir los inductores de costo más apropiados para cada actividad. 3. Agrupar las actividades según su inductor del costo. 4. Acumular el total de costos a asignar para cada actividad. 5. Obtener las tasas unitarias de costo de cada inductor. 6. Aplicar dichas tasas a las actividades, según la cantidad requerida de inductor del costo por cada actividad. 7. Obtener el costo de cada actividad. 8. Asignar los costos a los productos (objetos de costo), según el consumo que hizo cada uno de cada actividad. Finalmente se puede señalar que esta metodología se ha extendido a la toma de decisiones estratégicas, como son la selección de proveedores, la elección del diseño del producto, el análisis de la rentabilidad de los clientes, la fijación de precios y el análisis de inversiones (Kaplan y Cooper, 1998). 6 Modelo del EVA El EVA es una metodología surgida en la década de los 90, cuyo nombre se debe a Bennet Stewart (1991), quien la tiene patentada, la cual sirve para evaluar el desempeño financiero de empresas y proyectos de inversión (Hartman, 2000), departamentos funcionales y las actuaciones individuales de los administradores de las organizaciones, con lo cual, según algunos autores, se logra que actúen como si fueran los propietarios (Baum et al., 2004). El EVA toma en cuenta el costo de capital de los recursos usados para generar utilidades, ya que si el costo de capital de tales recursos es igual a la utilidad generada, el EVA sería cero, lo que equivale a decir que para generar valor en las empresas (EVA positivo), las utilidades después de impuestos y antes de intereses deben superar al costo de capital de los recursos empleados para su generación. Suponiendo que una empresa obtenga $1000 de utilidades después de impuestos, su costo de capital sea 10% y los recursos empleados para generar dicha utilidad sean $ 12000, el EVA sería: EVA = 1000 – (0.10) (12000) = 1000 – 1200 = - $200 Lo cual significa que la actuación ha sido mala, pues se ha destruido valor por $200. Para el monto de capital utilizado suele considerarse al activo total, al que se le restan aquellas cuentas del pasivo que no pagan intereses, como es el caso de proveedores, cuentas por pagar y acreedores diversos, ya que constituyen financiamientos a favor de la empresa. Autores como Singer y Millar (2003), aconsejan que para implementar el EVA con éxito en las organizaciones debe estructurarse la metodología de Stewart de “las 4 M´s”, que son: Medir, Manejar, Motivar y Mentalizar y hacen alusión a su implantación en Harsco, 7 firma de productos y servicios industriales con sede en Camp Hill, Estados Unidos, con ventas de 2 mil millones de dólares anuales. Para la implementación del EVA en las organizaciones, se recomienda que se hagan ajustes a algunas partidas contables. Blazenko (2003) sugiere hacer ajustes por inflación si el monto de activos fijos es considerable respecto al activo total e incrementar el EVA si la gerencia muestra habilidades para cambiar los precios, según la situación del mercado. Por su parte Roztocki y Needy (1999 (a)) dicen que en el caso de pequeñas empresas, hay que hacer ajustes en los sueldos y compensaciones de sus altos ejecutivos, pues tienden a ser demasiado altos, por ser los propietarios. Sin embargo, Weissenreider (1996) señala que las modificaciones más comunes se dan en las partidas de inventarios, depreciación, utilidades para accionistas, inflación, investigación y desarrollo, mercadeo, capacitación y costos de adquisiciones. Existen numerosos casos de implementaciones exitosas del EVA en organizaciones, entre las que figuran ANZ Banking Group (Kavanagh, 2001), la industria química de Europa (Short, 2001) y la de Manitowoc (Conlin, 1999). Roztocki y Needy (1999 (a)) afirman que el personal de pequeñas empresas de manufactura piensa que la implementación del EVA es un asunto muy complicado. Autores como Shrieves y Wachowicz (2001) comentan que el EVA es equivalente al Valor Actual Neto (VAN) para evaluar proyectos de inversión. Por su parte Keef y Roush (2003), afirman que el EVA es la medida de desempeño que mejor se correlaciona al precio de las acciones de las compañías, lo cual lo hace un indicador efectivo de rendimiento económico. De este modelo ha surgido la idea de la Gerencia Basada en Valor, que reportan algunos autores como Kudla y Arendt (2000) y el concepto del Valor Agregado de 8 Mercado (Market Value Added, MVA) (Stewart, 1991), que es la diferencia entre el valor real del mercado menos el monto de los recursos empleados para lograrlo, o dicho de otro modo, el valor presente de todos los EVA futuros. Finalmente, se señalan algunas estrategias recomendadas para incrementar el EVA, tales como mejorar la eficiencia operativa, invertir en proyectos de rendimiento mayor al costo de capital de las empresas y abandonar negocios con rendimientos menores a dicho costo (García Alonso, 1998). El Sistema Integrado ABC – EVA Este sistema constituye una metodología que combina los conceptos de ABC y EVA para determinar la rentabilidad de los clientes en compañías de manufactura o servicios. Toma en cuenta la metodología del EVA al cargar los costos de capital a los clientes según el consumo que hagan del mismo y dicho cargo lo hace considerando dos formas posibles: 1. Mediante el sistema tradicional ABC de buscar inductores de costo para cada partida que consume capital. 2. Por medio de la Matriz de Dependencia de Actividades (Activity – Capital Dependence Matrix), técnica sugerida por Roztocki y Needy de la Universidad de Pittsburg (1999 (b)). Con esto es posible determinar aquellos clientes que generan valor económico para la empresa y los que no lo hacen. Los autores señalan haber implementado este sistema tanto en el sector de manufactura (1998), como en el de servicios (2001 (a)). Entre sus sugerencias para la mejora del desempeño, figuran las siguientes: incrementar los honorarios por servicios 9 a clientes no redituables, hacer mejor uso del capital, reducir gastos generales y agilizar la cobranza y los saldos de cuentas que emplean capital. También Roztocki (2001 (c)) ha empleado esta misma técnica en la administración de proyectos, llegando a la conclusión que para proyectos con mano de obra intensiva, altos costos de materiales y bajos gastos generales, es bueno el sistema tradicional de costeo, sugiriendo el uso del ABC – EVA en aquellas situaciones que impliquen gastos generales elevados y alta demanda de capital, o bien si hay mucha fluctuación en el uso de capital. Roztocki y Needy (2000) también han aplicado este sistema en pequeñas empresas de manufactura que tienen variaciones en sus volúmenes de producción, encontrando que con mayores cambios en dichos volúmenes, la utilidad del sistema es mayor. Presentación de un caso numérico A continuación se presenta un ejemplo de la aplicación de este sistema en una empresa ficticia, con la finalidad de ilustrar la metodología. Copiadoras Ikkon La empresa Ikkon arma y vende copiadoras y sus estados financieros del año anterior se presentan a continuación: Estado de Posición Financiera Activo, $ Efectivo Cuentas por Cobrar Inventarios Activo Circulante Activo Fijo Activo Total 200,000 500,000 600,000 1,300,000 2,000,000 3,300,000 Pasivo, $ Proveedores Cuentas por Pagar Pasivo a Largo Plazo Pasivo Total Capital Pasivo + Capital 450,000 350,000 800,000 1,600,000 1,700,000 3,300,000 10 Estado de Resultados Partida del Estado Monto Anual, $ Ventas 3,600,000 Costo de Ventas 2,500,000 Utilidad Bruta 1,100,000 Gastos de Operación 400,000 Utilidad Antes de Intereses e Impuestos 700,000 Intereses 200,000 Utilidad Gravable 500,000 Impuestos (tasa impositiva 30%) 150,000 Utilidad Neta 350,000 El contador general de la empresa ha señalado a los accionistas que la empresa es rentable, pues ha obtenido una rentabilidad sobre el activo mayor a 10%, mientras que el valor promedio del sector a nivel nacional no llega al 8%. Además les presenta un estado de resultados desglosado para cada grupo de clientes, mostrando que todos son rentables, así como el EVA de la compañía, que para el costo de capital estimado del 12%, se calcula en $250,000, lo que hace ver que se está generando valor para los propietarios. Se han desglosado los ingresos y costos de venta en 4 grupos de clientes: industrias, escuelas, negocios y personas, los cuales se muestran en la siguiente tabla: Concepto Ingresos Costo de Ventas Utilidad Bruta Industrias 1,200,000 833,000 Escuelas 700,000 486,000 Negocios 900,000 625,000 Personas 800,000 556,000 Total 3,600,000 2,500,000 367,000 214,000 275,000 244,000 1,100,000 En principio se observa que todos los clientes son rentables. Los gastos de operación también se han separado por actividades, las cuales son: mantenimiento de equipo, reparaciones, atención de quejas de clientes y gastos generales de oficina, cuyos costos e inductores de costo son: 11 Actividad Mantenimiento Reparaciones Atención Quejas Gastos Oficina Monto gastado, $ 150,000 120,000 80,000 50,000 Inductor de Costo # Servicios # Órdenes # Quejas Ingresos En cuanto al requerimiento de inductores de costos por parte de los clientes, se tiene la siguiente información: Inductor Servicios Órdenes Quejas Industrias 100 20 60 Escuelas 100 25 70 Negocios 100 35 120 Personas 200 40 250 Total 500 120 500 Se busca confirmar mediante el sistema integrado ABC – EVA, lo que se señala sobre la rentabilidad de los clientes. Solución: Con fines comparativos, en primer término se aplica la metodología de costeo ABC al caso, para determinar la rentabilidad de cada cliente, para lo cual se determina la tasa de costo unitaria de cada inductor en cada actividad que genera los gastos operativos. Esto se sintetiza en la tabla siguiente: Actividad Gasto, $ Mantenimiento Reparaciones Atención Quejas Gastos Oficina 150,000 120,000 80,000 50,000 Consumo del Inductor, unidades 500 120 500 3,600,000 Tasa de costo unitaria, $/u 300.0 1000.0 160.0 1.39% Con estas tasas unitarias se asignan los gastos de operación a los clientes, según el requerimiento de inductor del costo que haya tenido cada uno, lo cual genera los siguientes resultados en pesos: 12 Actividad Mantenimiento Reparaciones Quejas Gastos Oficina Total Industrias 30,000 20,000 9,600 16,667 76,267 Escuelas 30,000 25,000 11,200 9,722 75,922 Negocios 30,000 35,000 19,200 12,500 96,700 Personas 60,000 40,000 40,000 11,111 151,111 Total 150,000 120,000 80,000 50,000 400,000 Con estos gastos operativos y las utilidades brutas, se estiman las utilidades antes de intereses e impuestos (UAII), para cada grupo de clientes: Concepto Utilidad Bruta Gastos Operativos UAII Industrias 367,000 Escuelas 214,000 Negocios 275,000 Personas 244,000 Total 1,100,000 76,267 75,922 96,700 151,111 400,000 290,733 138,078 178,300 92,889 700,000 A estos montos de utilidades antes de intereses e impuestos se les restan los pagos de intereses e impuestos, para obtener las utilidades netas para cada cliente. Los intereses se prorratean según el monto de ingresos de cada cliente y los impuestos aplicando la tasa impositiva vigente. Con esto, se obtienen los siguientes resultados: Concepto UAII Intereses Utilidad Gravable Impuestos Utilidad Neta Rentabilidad Industrias 290,733 66,667 224,066 Escuelas 138,078 38,889 99,189 Negocios 178,300 50,000 128,300 Personas 92,889 44,444 48,445 Total 700,000 200,000 500,000 67,220 156,846 29,757 69,432 38,490 89,810 14,533 33,912 150,000 350,000 13.1% 9.9% 10.0% 4.2% 9.7% Se aprecia que todos los clientes generan utilidades, siendo el grupo de las personas el menos rentable. En esta tabla se ha agregado en el último renglón la rentabilidad de cada cliente (que es el cociente de la utilidad neta y los ingresos por ventas) y la global del negocio. 13 Lo siguiente es hacer los mismos cálculos mediante el sistema integrado ABC – EVA, para lo cual se asignan los costos de capital mediante inductores apropiados y con el uso del análisis de dependencias ACD. La matriz de dependencias relaciona las actividades con las cuentas que utilizan capital. En estas cuentas se incluyen todas las de activo circulante, como son efectivo, cuentas por cobrar (CxC) e inventarios y las de activo fijo, así como las del pasivo a corto plazo, como son proveedores y cuentas por pagar (CxP). En esta matriz lo que se hace es prorratear subjetivamente entre las actividades una fracción, de modo que entre todas sumen la unidad, según el uso de recursos que hagan de cada cuenta. Para esto se sugiere el uso de alguna técnica de priorización, como el análisis jerárquico de priorización de Saaty (Saaty, 1990). Para el caso del efectivo, se le asigna 0.40 a los gastos de oficina, 0.30 a la atención de quejas y 0.15 a las actividades de mantenimiento y reparaciones, procediendo en forma similar para las restantes actividades, se generan los resultados que se presentan en la tabla siguiente: Actividad Efectivo Mantenim. 0.15 Reparac. 0.15 Quejas 0.30 G. Oficina 0.40 Costo 24,000 Capital Cuentas contables de Capital CxC Invent Act. Fijo Proveed 0.30 0.30 0.15 0.25 0.40 0.50 0.50 0.20 0.35 0.50 0.25 0.30 60,000 72,000 240,000 -54,000 CxP 0.40 0.25 0.15 0.20 -42,000 Costo Actividad 42,600 40,500 114,900 102,000 300,000 En esta tabla se incluye en el último renglón el costo de capital de cada cuenta, el cual se ha calculado mediante el producto del costo de capital por el saldo de la cuenta respectiva que aparece en el estado de posición financiera. Las partidas de proveedores y cuentas por pagar resultan negativas, ya que son en realidad financiamientos a favor de la compañía. 14 La última columna de esta tabla muestra el costo de cada actividad, el cual se ha estimado mediante la sumatoria de los productos de las fracciones y el costo de capital de cada cuenta, tal y como se ilustra enseguida para la actividad de los gastos de oficina: Costo = (0.40)(24,000)+(0.35)(60,000)+(0.50)(72,000)+ (0.25)(240,000)-(0.30)(54,000)-(0.20)(42,000) = 9,600 + 21,000 + 36,000 + 60,000 – 16,200 – 8,400 = 102,000 El paso siguiente es asignar estos costos de las actividades a los clientes, utilizando los inductores del costo de cada actividad, tal y como se hizo con el costeo ABC, para lo cual se incluyen en la siguiente tabla los costos de capital de cada actividad, su requerimiento de cada inductor y las tasas de costo unitario obtenidas: Actividad Mantenimiento Reparaciones Atención Quejas Gastos Oficina Costo del Capital, $ 42,600 40,500 114,900 102,000 Consumo del Inductor, unidades 500 120 500 3,600,000 Tasa de costo unitaria, $/u 85.20 337.50 229.80 2.83% Con estas tasas unitarias y lo que cada grupo de clientes requirió de cada inductor, se asignan los costos de las actividades a los clientes, obteniéndose los siguientes resultados: Actividad Mantenimiento Reparaciones Quejas Gastos Oficina Costo de Capital Industrias 8,520 6,750 13,788 34,000 63,058 Escuelas 8,520 8,437 16,086 19,833 52,876 Negocios 8,520 11,813 27,576 25,500 73,409 Personas 17,040 13,500 57,450 22,667 110,657 Total 42,600 40,500 114,900 102,000 300,000 Finalmente se calcula el EVA de cada grupo de clientes, con los valores de las UAII obtenidas mediante el costeo ABC, a las que se les restan los impuestos (prorrateados 15 con base en la UAII que genera cada grupo de clientes), para dar la utilidad operativa después de impuestos (UODI), a la que a su vez se le disminuye el costo de capital estimado antes, para dar el EVA respectivo: Concepto UAII Impuestos UODI Costo de Capital EVA Industrias 290,733 62,300 228,433 63,058 Escuelas 138,078 29,588 108,490 52,876 Negocios 178,300 38,207 140,093 73,409 Personas 92,889 19,905 72,984 110,657 Total 700,000 150,000 550,000 300,000 165,375 55,614 66,684 (37,673) 250,000 Es claro que el grupo de clientes constituido por las personas, al resultar con EVA negativo, está destruyendo parte del valor generado por los otros grupos. Los otros 3 grupos de clientes han generado valor por más de 287,000 pesos. Es claro con este caso ilustrativo que hay diferencias entre la metodología del costeo ABC y la del sistema integrado ABC – EVA, que es en definitiva más adecuada para evaluar la creación de valor que se obtiene con cada grupo de clientes. Conclusiones Roztocki y Needy señalan enfáticamente que el sistema integrado ABC – EVA es de suma utilidad. Sin embargo, algunos autores han señalado dificultades con su implementación en las organizaciones, ante lo cual recomiendan algunos aspectos que deben considerarse. Es de esperarse que esta técnica puede ser de utilidad en nuestro país para las empresas, con algunos ajustes contables como los comentados en este trabajo, pero hay una seria dificultad, más de índole cultural que técnica: la típica resistencia al cambio y en este caso acentuada por la mentalidad del empresario mexicano -en especial en la pequeña empresa familiar- ante técnicas novedosas y sobre todo a tener 16 que compartir su información financiera con personas ajenas a su organización, por lo que habría que tener en cuenta la cultura organizacional para la implementación exitosa de una metodología como el ABC – EVA. La técnica parece apropiada, ya que toma en cuenta la demanda que tienen los clientes sobre el capital, pues definitivamente el accionista, en caso que haya otra mejor opción de invertir su capital, se irá a donde más le convenga. La metodología es ciertamente novedosa, pues recién ha aparecido en esta década y comienza a aplicarse en compañías y empresas de Estados Unidos y otros países. De manera pragmática, con el paso del tiempo y con la aplicación de la misma a diferentes tipos y tamaños de empresas, seguramente surgirán ajustes y sugerencias que habrá que tomar en consideración a la hora de su implementación, pero no por ello deja de ser una herramienta útil para discernir sobre cuáles clientes están generando valor y cuáles no, de modo que se tomen las estrategias correctas respecto a los clientes, ya que no todos son rentables. Bibliografía Baum Charles, Sarver Lee y Strickland Thomas, ”EVA, MVA and CEO Compensation: Further Evidence”, American Business Review, Jun 2004, Vol 22, Ed 2, p82. Blazenko George, ”Inflation Adjusted Economic Profit”, Engineering Economist, 2003, Vol 48, Ed 4, p320. Conlin Michelle, ”Hoisting Job”, Forbes, 04/19/99, Vol 163, Ed 8, p152. 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