3era Clase. TEMA 2 ENSEÑANDO ÉTICA AL ABOGADO LA ÉTICA DEL ABOGADO INTRODUCCIÓN ¿Subiré con trabajo al palacio, que habita la justicia, o marcharé por el torcido sendero del fraude, para asegurar la felicidad de mi vida? Platón Quise iniciar el presente trabajo de investigación con la frase anterior, porque plasma verdaderamente situaciones a las que nos podemos encontrar en el sendero de nuestra profesión, y es ahí donde debemos atender al llamado de nuestros valores, de la responsabilidad moral y ética y en ningún momento dejarnos titubear por intereses mezquinos que nos hagan perder el rumbo de la rectitud, de la dignidad profesional, tal como lo menciona Platón: “subir con trabajo al palacio que habita la justicia”. El tema de la ética del abogado, es de suma importancia y necesidad, ya que es, precisamente, el profesional del derecho en quien la sociedad busca una actuación recta, indisoluble, de atender al llamado de su conciencia que le dicte e induzca a una realidad equitativa. Con esta recopilación nos darnos cuenta que hablar de ética en nuestro tiempo equivale a hablar de justicia, bien común, seguridad y fines del derecho, que desde antaño se han buscado, trayéndonos esos principios inherentes a la actividad del abogado, a la reflexión, a la práctica y a la conciencia, DIVERSOS CONCEPTOS DE ÉTICA Y ÉTICA JURÍDICA Significado gramatical de la ética La palabra ética tiene su origen en el vocablo griego ethos, que significa costumbre. ¿e la voz latina more, que, por su parte, corresponde a ethos. ¿Por tanto, la ética se refiere a las normas que constituyen determinado sistema de conducta moral, tal y como lo señala la Enciclopedia Jurídica Omeba? Diversos conceptos de ética La ética o filosofía moral es “la ciencia filosófica que trata de la rectitud (bondad o malicia de los actos humanos” Por su parte, la maestra Martha Silvia Moreno Luce, menciona que, “la ética es una disciplina que forma parte de la filosofía y tiene como una de sus tareas la reflexión sobre la particularidad del ser humano de autolimitarse, a pesar de la libertad absoluta de decisión para actuar de acuerdo a lo que nuestra propia conciencia nos indica, dando origen a la moral”. Un concepto más, “la ética es el conjunto sistemático de conocimientos racionales y objetivos acerca del comportamiento humano moral. Por ello, la ética es la ciencia de la moral. La ética aplicada al ejercicio del derecho se denomina deontología jurídica. La palabra deontología es de origen griego y significa “tratado o estudio del deber”. El neologismo se debe, a Jeremías Bentham: su libro Deontology of the Science of Morality se publicó en Londres en 1834, dos años después de su muerte. Un concepto más de ética jurídica es el que nos proporciona Villoro Toranzo, donde nos inicia en la deontología jurídica, como la ética profesional de los juristas, para evitar abusos elevar el nivel moral y mantenerlo alto. BREVE RESEÑA HISTÓRICA DE LA ÉTICA La ética en la Antigua Grecia En el origen, la ética aparece subordinada a la política, ya que el hombre de la Antigua Grecia, sentía la polis como algo incorporado a su naturaleza. El sentido de comunidad era importante y la ética estaba orientada al ¿cómo vivir?, puesto que en ese entonces ser ético consistía en realizar la justicia en comunidad. Platón en su obra La República, considerada como un completo tratado de Ética, se señalan cuatro virtudes, como son: la sabiduría, fortaleza de ánimo, templanza y la justicia. Menciona, asimismo, la parte más sublime del alma, la parte racional, es la que posee como una virtud propia la sabiduría. Ética a Nicómaco, de Aristóteles, habla sobre la ética eudemónica, de buscar la felicidad, el bien común, la razón y la justicia. En dicha obra, Aristóteles plantea que la ética no es una ciencia, sino una reflexión, donde la felicidad consiste en una actividad constante. Asimismo, menciona el filósofo, que la ética procede de la costumbre, que las virtudes son un conjunto de buenos hábitos. Los filósofos estoicos y epicúreos, aparecieron en el mundo en la decadencia del mundo grecorromano, después de Aristóteles, la filosofía tomó rumbos nuevos. A ello ocurrieron las circunstancias políticas del tiempo. Las grandiosas concepciones de Platón y Aristóteles quedaron en el olvido, aunque siguieron influyendo en algunos pensadores. La ética en la Edad Moderna Ya en la era moderna, filósofos como Immanuel Kant, parte del hecho de la moralidad, en donde dice que es un hecho indiscutible que el hombre tiene conciencia de sus actos y de su deber. Pero el problema de la ética es cómo proponer una norma universal de los actos pues la ética debe ser ciencia. Kant critica las éticas anteriores porque se basan en la metafísica o en las tendencias naturales del hombre. La ética de Kant supera al hedonismo, pragmatismo e inmoralismo; exalta la dignidad de la persona humana; coincide con la ética cristiana en la espiritualidad y universalismo. La ética en la Edad Contemporánea En esta época ha habido aportes importantes de importantes autores que han contribuido al tema de la ética, tales como los vitalistas y existencialistas; las aportaciones de Max Scheler, Alaínn Badiou, Maclntyre, entre otros. Los vitalistas y existencialistas, desarrollan el sentido de la opción y la responsabilidad. Max Scheler, su obra, mayormente conocida como la “ética de los valores”, concibe la tarea moral como una transformación radical de la persona, de llegar a ser mejor, algo mucho más profundo y general que obrar mejor, y por supuesto que cumplir ciertos mandatos. Para Alain Badiou, la ideología “ética” es, en nuestras sociedades, el principal (pero transitorio) adversario de todos aquellos que se esfuerzan por hacer justicia a un pensamiento, cualquiera que este sea. En cambio, Maclntyre, menciona la importancia del bien moral definido en relación a una comunidad de personas involucradas en una práctica que llama bienes internos de excelencia, en lugar de centrarse en fenómenos independientes de una práctica, como la obligación de un agente moral (ética deontológica) o en las consecuencias de un acto moral particular (utilitarismo). Conceptualización de abogado Podemos decir que el abogado es un profesional que brinda asesoría y representación a sus clientes en cuestiones jurídicas, más, existe varias conceptualizaciones que nos dan diversos autores, y serán algunas las que mencionaremos. El abogado es “un profesional del derecho que ejerce la abogacía. Para el ejercicio de esta profesión es requisito sine qua non, tener el título de la licenciatura en derecho y obtener la cédula correspondiente de la Dirección General de Profesiones. Del abogado se ha dicho –encareciendo la importancia de su misión- que es ‘el primer juez de todas las causas’. Según Couture (Vocabulario jurídico): profesional universitario, con título hábil, a quien compete el consejo o asesoramiento en materia jurídica, la conciliación de las partes interesadas opuestas y el patrocinio de las causas que considere justas. En el libro “El jurista y el simulador del derecho”, su autor, alude que: “el abogado debe ser un jurisprudente, esto es, un sapiente del Derecho. Sería absurdo que no lo fuese, es decir, que padeciese “ignorantia juris”. Sin los conocimientos jurídicos no podría ejercer digna y acertadamente su profesión. Ahora bien, el abogado es una especie de jurisprudente que se vale de su sabiduría para patrocinar, dirigir o asesorar a las partes contendientes en un litigio, ante un órgano jurisdiccional del Estado que desea resolverlo. Con los conceptos anteriores, podemos afinar que, para ejercer la abogacía en México, es necesario realizar estudios durante varios años, en una universidad o escuela de derecho, legalmente reconocida y obtener y el título y cédula correspondiente, en licenciado en Derecho, previamente registrado en la Secretaría de Educación Pública. Noción de la ética del abogado La ética del abogado, se refiere a las diversas reglas de conducta que rigen al profesional del derecho, con las cuales puede hacer el bien y evitar el mal. Dice Ángel Ossorio, que en la abogacía actúa el alma sola, porque cuando se hace es obra de la conciencia y nada más que de ella. esto refriéndose a la rectitud de la conciencia, a la que conocemos y nos conoce. Aquella cuya voz no siempre se sigue. El dilema ante la opción o la opción por no tener dilema. Pero, por sobre todo ello, la ética, como ciencia del bien y del mal, o de los actos humanos o de la filosofía moral. Si bien la ética se traduce en un comportamiento del ser humano que se caracteriza por ser unilateral, inherente a la conciencia del sujeto y solo imperativo para él, resulta de vital importancia para la sana convivencia dentro de una colectividad, y particularmente en la profesión del abogado. Importancia de la ética del abogado La importancia de la ética en el mundo jurídico es algo urgente e imprescindible. Es cierto que el derecho no lo es todo, pero, si lo jurídico estuviera impregnado de valores éticos, se daría un paso decisivo hacia un mundo más humano y más justo. Todo abogado debe saber lo importante que es tener ética y moral en su quehacer diario; ya que hoy en día, casi se ha perdido, debido a las acciones inmorales que se han creado dentro de la abogacía, ya que el abogado tiene el deber de cumplir con los reglamentos que los diversos códigos de ética indican. Valores de la abogacía El abogado no es, por lo tanto, una pieza aislada e independiente del aparato institucional de la aplicación del Derecho por el Estado, sino que se integra en él. Pero esto no quiere decir que el abogado sea un mero servidor del Estado. Más bien, Estado (o más exactamente, los funcionarios del Estado y todavía más concretamente los jueces y abogados son servidores del Derecho. Por eso, el artículo primero del Código de Ética Profesional de la Barra Mexicana –Código de Abogados- comienza: “El abogado ha de tener presente que es un servidor del Derecho y un coadyuvante de la justicia...” Así los valores que siempre deben perseguir el pretendiente a ejercer la ciencia del derecho son la justicia, la seguridad jurídica y el bien común. Justicia. Disposición de la voluntad del hombre dirigida al reconocimiento de lo que a cada cual es debido o le corresponde según el criterio inspirador del sistema de normas establecido para asegurar la pacífica convivencia dentro de un grupo social más o menos amplio. Aristóteles nos habla de una justicia distributiva, que exige que en el reparto de los bienes y honores públicos cada cual sea tratado según sus merecimientos, y de una justicia correctiva, que puede ser conmutativa (referida a las relaciones contractuales) o judicial (referida a la aplicación judicial del derecho). El sentimiento de justicia es común a todos los hombres. Tradicionalmente, la justicia ha sido considerada como el valor jurídico por excelencia. Seguridad jurídica. Una de las finalidades del Estado es proporcionar seguridad jurídica a los ciudadanos, esto es, la certeza y convicción de que sus derechos no serán violados ni física ni jurídicamente, la cual otorga por medio de la fe pública que confiere al Registro Civil, al Registro Público de la Propiedad, al Ministerio Público, al Secretario Judicial y, fundamentalmente a los notarios, instituciones todas ellas que se encuentran a cargo de los abogados. La seguridad jurídica, por tanto, es uno de los valores más preciados que el Estado debe de garantizar, mediante la actividad jurisdiccional, con la cual busca facilitar a la sociedad, unos medios eficaces para conseguirla. Además, esta seguridad jurídica, se refiere a que toda persona debe contar con la seguridad de que en todo momento sus derechos y posesiones serán respetados en todo momento. Así dice la Suprema Corte de Justicia de la Nación, acerca de la seguridad jurídica: “es la certeza que debe tener el gobernado de que su persona, sus posesiones o sus derechos serán respetados por la autoridad, pero si ésta debe producir una afectación en ellos, deberá ajustarse a los procedimientos previamente establecidos en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes secundarias. Bien común. Se relaciona con las personas por la ley de la superación y por la ley de la distribución. De ahí resulta, evidentemente, una ordenación de las personas entre sí y con todo, que hace posible la comunidad. Por constituirse en función de él la unidad de orden, el bien común resulta ser un principio de organización social, que no puede establecerse sin la determinación de lo que cada uno corresponde dar y recibir, y en este sentido el bien común es un principio jurídico.