BAREMOS, MÉRITOS Y LICENCIAS. La “líder” de la protesta contra la nueva baremación de los maestros no se corta un pelo al afirmar que “con el nuevo baremo solo cuenta la edad; es como si te dieran un ticket en una charcutería”. De esta manera tan somera y corrosiva barre de un plumazo los méritos académicos y de formación de los que ella debe carecer, atacando de forma despiadada a los interinos de Educación y tratándolos de carne de cañón. Si por la chica fuera, a los interinos habría que internarlos en un campo de concentración y gasearlos para que dejaran paso a profesionales “pata negra” como ella; eso sí, sin experiencia laboral de ningún tipo. Para Iria Sánchez, únicamente se debe valorar la superación de una única prueba selectiva, eliminando todo el historial laboral del candidato y fiándolo todo a la consecución de una licencia para enseñar. Lo que ella llama de forma errónea “meritocracia” es lo que han atesorado durante muchos años de empleo precario muchos otros compañeros a los que ella desprecia con ese aire de superioridad que algunos médicos de familia también ostentan como si de un penacho invisible se tratara. Lo que I.S. defiende se llama pura y simplemente “titulitis”, confrontación y mirarse el ombligo de forma permanente. Es bien cierto que en el Sergas no tenemos la misma situación. Por varios motivos. Primero, porque los interinos estamos organizados. Segundo, porque la OPE en ciernes únicamente contempla la provisión de 40 plazas y un conflicto entre pre-95 y MIR queda reducido a un simulacro de colleja. Quienes llevamos años sirviendo de muro de contención y hemos superado ya pruebas selectivas (aunque sin plaza) no podemos ser apartados y echados fuera de la carretera por jovencitos impetuosos pero inexpertos como la señorita Iria. ASMIG asumirá sus responsabilidades y ya ha empezado a trabajar para que se admitan algunas alegaciones en el borrador de la OPE, que sirvan de precedente y reafirmen los baremos posteriores que se apliquen de forma sistemática en los listados de contrataciones. En ese sentido, se propondrá a la empresa que se valore la posesión del certificado de homologación como médico de familia con hasta 11 puntos, equiparándolo al título MIR, porque equiparados están en cuanto a catalogación laboral. Ambos documentos permiten exactamente lo mismo y deben ser valorados exactamente igual.