Coronavirus por la gracia de Alá: "Si toda la Tierra fuera musulmana no habría virus" -- Comunidades musulmanas se vuelcan en preceptos religiosos de baratillo para protegerse del coronavirus María Ferreira. Heidelberg (Alemania)-- Contacta al autor -- 28/02/2020 16:16 "Oh, Alá, busco en ti refugio de la lepra, la locura, la mutilación y todas las enfermedades graves", recita Fatma, una mujer anciana de origen paquistaní que dirige un grupo de oración para mujeres musulmanas en la pequeña localidad alemana de Walldorf. Se trata de una 'dua', una oración específica para protegerse contra el coronavirus. La casa en la que tiene lugar la reunión es un microcosmos desubicado; un intento de reproducción exacto del país de origen en sesenta metros cuadrados. La mayoría de las mujeres allí presentes ronda los cincuenta años, hablan en urdu, inglés y árabe. El alemán brilla por su ausencia. El de hoy se trata de un encuentro improvisado, planeado en torno a la confirmación del primer caso de coronavirus en el estado federal Baden-Württemberg, donde residen. Las mujeres rezan y disipan los miedos con fe y pasión ideológica. Fatma es la líder de un grupo de mujeres que viven en un limbo: son ciudadanas alemanas pero desconocen el idioma y rechazan la cultura autóctona. Consumen alimentos y palabras de su tierra. Son la consecuencia de un sistema de integración fallido, de la soledad, del choque cultural con sus propios hijos, de las miradas inapropiadas cuando caminan por la calle. "Occidente ha luchado vehementemente contra el velo y ahora hombres y mujeres conocerán los beneficios de cubrirse", afirma la anciana mientras enseña una foto en su móvil en la que se puede ver a una mujer cubierta con un 'niqab' (velo integral) junto a otra que lleva la cara cubierta con una mascarilla. -- "Alhamdulillah", contesta al unísono su audiencia. "Gracias a Alá". Esa afirmación dista de ser original; forma parte de la narrativa conspiranoica que empezó a circular en forma de tuits y memes a finales del 2019, a raíz de la rápida expansión del Covid19. Los mensajes cortos compartidos por redes sociales alcanzan a más gente, y a más velocidad, que las noticias de carácter científico. Si estos mensajes se destinan al consumo religioso con el objetivo de crear un falso componente de esperanza, su reproducción será imparable. Castigo divino contra China La reunión se convierte en una suerte de exposición de verdades absolutas que van integrándose en la construcción de la identidad religiosa. Una identidad religiosa basada en el miedo y en conceptos distorsionados que la mayoría de los imanes de las mezquitas europeas tratan de combatir. "Los ciudadanos chinos están aceptando el islam en masa al darse cuenta de que el coronavirus no afecta a la población musulmana", asegura una de las componentes del grupo. Se basa en un video que muestra la conversión de miles de personas y que no tiene relación alguna con el suceso que nos atañe. Sin embargo, los usuarios de las redes sociales siguen compartiéndolo como verdadero. "Pero entonces, ¿por qué hay coronavirus en Irán?", pregunta una mujer de apariencia juvenil. "El virus no afecta a los musulmanes que rezan", explica Fatma. "Ataca a los ateos y a los impuros. La enfermedad ha sido enviada por Alá para castigar a los opresores de los musulmanes en China y en occidente, pero también a aquellos que no acatan las reglas divinas". La opinión de que el coronavirus es un castigo divino se popularizó a raíz de que un conocido clérigo sirio, Abd Al-Razzaq Al-Mahdi animara a sus fieles a celebrar la expansión del virus en China como castigo a los ateos, budistas y todos aquellos responsables del maltrato feroz hacia los musulmanes en el país comunista. Miles de personas condenaron su reacción y denunciaron que la situación de los musulmanes chinos que se encuentran en centros de retención iba a agravarse al ser uno de los grupos más vulnerables de contagiarse con el Covid-19. Las condiciones de hacinamiento, la falta de medidas higiénicas y transparencia en las que están condenados a vivir conforman el medio perfecto para el contagio. A pesar de la oposición mayoritaria, la idea de impunidad frente a la enfermedad siguió expandiéndose entre los fundamentalistas. La mediocridad religiosa y el islam usado como arma arrojadiza desincentivan el acceso a los datos verídicos: la promesa de salvación es el producto estrella en tiempos de pánico. La mediocridad religiosa y el islam usado como arma arrojadiza desincentivan el acceso a los datos verídicos; la promesa de salvación es el producto estrella en tiempos de pánico. La reunión prosigue enlazando oraciones y verdades de baratillo atribuidas a Alá. De pronto una de ellas se levanta y se dirige a sus compañeras: "La amenaza del coronavirus me ha hecho valorar el regalo del islam. Llevo unos años sin rezar de forma consistente, también dejé de llevar el pañuelo, pero gracias a vuestro apoyo me he dado cuenta de que el islam es la única vía de salvación", afirma. El carácter colectivo del miedo sirviendo a la instrumentalización de las religiones. ¿Quién podría resistirse a ese universo ideal y cálido en el que el individuo posee la posibilidad real de salvarse? Tuit criticando China sobre el coronavirus "Si la humanidad entera siguiera los preceptos del islam no habría enfermedad en el mundo" afirma Fatma. "El islam prohíbe comer los animales que perjudican a nuestra salud, limita el contacto físico, protege a las mujeres mediante el velo. Los conocimientos islámicos son más avanzados que cualquier ciencia actual". Musulmán y científico Apenas a veinte kilómetros de distancia del lugar en el que la reunión de las mujeres está teniendo lugar, se encuentra el doctor N. Mohammed, especialista de tórax en el hospital universitario de Heidelberg. "Soy musulmán y soy científico", afirma. "La enfermedad pertenece a la categoría de lo empírico, es lícito rezar, pero la religión jamás ha de sustituir a la medicina. Muchos de mis pacientes son musulmanes y me preguntan si embadurnarse de ajo, de desinfectante o incluso de orina, funciona como prevención del coronavirus. Cuando les pregunto de dónde han sacado la información me dicen que alguien lo ha compartido en un grupo de WhatsApp; siempre se trata de un doctor o un imán". Un tuit hablando de las bondades de abrazar el islam para protegerse del coronavirus. La desorganización alimenta el miedo. La información compartida de forma apresurada y sin ser contrastada sirve a las potencias, a los líderes, a todos aquellos que ven en el sufrimiento humano la oportunidad de manipular. Dadas las circunstancias, la información emocional le gana la batalla a la científica. "El islam no ha de basarse en supersticiones o miedos, debemos luchar contra esa imagen", añade Mohammed. "Quien usa la religión para sentirse superior moralmente nos hace un flaco favor a todos". El doctor Ahmed, de origen somalí y con residencia en Hamburgo, asegura que su familia prefiere creer la información brindada por el imán local en Somalia que los datos que su propio hijo comparte con ellos. Su objetivo es el de ayudarles a prevenir el contagio y a mirar con perspectiva la trayectoria de la enfermedad. "Mi padre me acusa de venderme a occidente", confiesa. "Me acusa de haber cambiado, de haber adoptado ideas que me alejarán de Alá, se arrepienten de haberme apoyado en mi sueño de venir a Alemania a especializarme y asegura que me contagiaré y esa será la prueba de que me he vuelto contra ellos". Orina de vaca y oraciones a 0,50 El islam no es la única religión manipulada por los sectores fundamentalistas en torno al coronavirus. El miedo no es patrimonio exclusivo de una fe en concreto y la enfermedad hoy en día está afectada por diferentes ideologías; es tendenciosa y parcial. En India, algunos líderes religiosos afirman que beber orina de vaca cura el coronavirus, mientras que en aldeas de Murang'a (Kenia) los pastores evangélicos ofrecen oraciones por mensaje de texto a cambio de 50 céntimos de euro, prometiendo la salvación. Mientras tanto, científicos y líderes religiosos comprometidos con la responsabilidad y la verdad, lanzan peticiones en las redes sociales advirtiendo de que el miedo no ha de hacernos caer en ideas falsas y sentimentalismos, y que detrás de las verdades absolutas hay mecanismos puestos en marcha para aprovecharse de nuestra vulnerabilidad. Pero vivimos en un mundo veloz en el que la categoría científica parece ganarse a base de 'likes' y 'shares', y no a base de noches en vela, horas de laboratorio y duro trabajo. "El verdadero islam, la verdadera religión, se basa en el crecimiento personal y en la búsqueda de la verdad", concluye el doctor Mohammed. "El problema es que vivimos en una sociedad en la que embadurnarse de orina o recitar una oración es más fácil que trabajar en uno mismo". Mientras tanto, el coronavirus se extiende por el mundo sin diferenciar razas, lenguas, rituales o dioses.