LUPAQAS

Anuncio
LUPAQAS
Una de las motivaciones fue la necesidad de acceder a los recursos económicos en la costa del Pacífico
(guano, minerales), valles costeros (agricultura subtropical), valles precordilleranos (agricultura de maíz y
papas, metalurgia), puna (ganadería, tubérculos, sal, obsidiana) y yungas orientales (plumas, coca,
cebil, maderas, miel, etc.). En este contexto se describen los diversos tipos de instalaciones estatales
destinadas a administrar y controlar estos territorios, que incluyen obras de infraestructura administrativa
(tambos, centros administrativos, caminos, apachetas, collcas) y ceremoniales (wak’as, santuarios de altura).
Bienes muebles, tales como cerámica, metales, mullu, textiles, lapidaria, etc., se analizan en el contexto de la
organización política del aparato estatal. Nuestro interés se centra, principalmente en “las formas del poder”
utilizadas por el Inca para controlar y administrar los territorios anteriormente señalados. Un análisis
comparativo interregional muestra, sin embargo, importantes diferencias en términos de las expresiones
materiales de la administración del Estado, lo que se interpreta como distintos grados de intensificación en
la operación y funcionamiento de las estructuras de poder y administración.
distinguen dentro de los Valles Occidentales la zona de valles exorreicos (ríos que llegan al Pacífico desde Majes por el Norte hasta
Camiña por el Sur), dentro del cual separamos dos ámbitos espaciales: (a) los valles de Tacna (Locumba, Sama, Caplina) y (b) los valles
de Arica (Lluta, Azapa, Chaca, Camarones).
Esta división se sustenta en diferencias geográficas y ecológicas así como en el carácter del desarrollo cultural prehispánico: los valles de
Tacna son más grandes y ricos en términos de recursos hidrológicos, vegetacionales, faunísticos, etc., mientras que los valles de Arica
son más pequeños y pobres en términos de disponibilidad y estabili- dad de recursos agrícolas (suelos, agua). Esto como consecuencia
de la gradiente plu- viométrica registrada en la vertiente occidental de los Andes, lo que determina valles cada más secos e inestables
hacia el Sur de Arequipa. Además, los valles de Tacna, con mayor pluviosidad que los de Arica, se conectan geográficamente de modo
directo con la cuenca del Titicaca, lo que no ocurre con los últimos. En consecuencia, dado las condiciones ecológicas y geográficas, los
valles de Tacna tuvieron relaciones culturales más estrechas con el altiplano, que los valles de Arica.
Los valles de Tacna (Locumba, Sama, Caplina; Figura 1), en contraste, presentan condiciones ecológicas más favorables para la intensificación agrícola y la actividad pastoril en las praderas alto andinas. Existe mayor pluviosidad que mantiene,
hasta el día de hoy, un sistema hidrográfico mejor provisto y con fluctuaciones de
sequedad menos críticas que en los valles de Arica. Estas diferencias, seguramente
conocidas por las poblaciones locales, fueron percibidas por la administración Inca,
620
V. Williams, C. Santoro, Á. Romero, J. Gordillo, D. Valenzuela y V. Standen
Figura 2. Subregión Noroeste Argentino, con yacimientos incaicos citados en el texto.
Dominación Inca en los Valles Occidentales...
621
que invirtió en obras de infraestructura de mayor
escala, para la producción y redis- tribución de los
resultados de este proceso económico y social.
Descargar