UNIVERSIDAD MAYOR – HISTORIA DE LA ARQUITECTURA INVACIONES DEL ARTE DE LA ALTA EDAD MEDIA LOS VIKINGOS Las llamadas fortalezas de Dinamarca fueron todas construidas en la segunda mitad del siglo X, ocupadas por un período muy corto y luego abandonadas para no volver a ser ocupadas nunca más. Tres de los fuertes (Aggersborg y Fyrkat en Jutlandia y Trelleborg en Sjaelland) han sido excavados y sus planos y edificios pueden ser reconstruidos en detalle. El cuarto (Nonnebakken) yace bajo la ciudad de Odense en Fionia y casi todos sus rastros han desaparecido hace mucho tiempo. Un quinto ha sido descubierto recientemente en un emplazamiento de la costa meridional de Skane, también llamado Trelleborg. Su descubrimiento no fue una gran sorpresa; la coincidencia de su nombre siempre sugirió a los especialistas que un fuerte similar al de Trelleborg en Dinamarca pudo construirse una vez allí. Todos los fuertes eran exactamente circulares en su plano, aunque diferentes en su diámetro. El interior estaba rodeado de una empalizada de tierra y madera con un foso externo y dividido en cuartos por calles que se cruzaban en ángulo recto en el centro exacto del círculo. Dentro de cada cuarto estaban situados largos edificios con lados curvos. La semejanza de los planos de los fuertes, la precisión con la que fueron trazados y la habilidad con la que se elaboraron los distinguen de todas las demás fortificaciones de la época vikinga, sugiriendo fuertemente que se hicieron según las especificaciones de una sola persona. El propósito para el cual se construyeron estos extraordinarios fuertes ha sido materia de polémica desde que se excavó Trelleborg en Dinamarca (el primero que se localizó), en la década de 1940. La sugerencia original fue que los fuertes se construyeron como guarniciones y lugares de reunión para el ejército que invadió Inglaterra durante el reinado de Svein Barba Hendida, a principios del siglo XI. Sin embargo, los anillos de árbol en las maderas de los fuertes han demostrado que fueron construidos hacia 980, cuando Harald Diente Azul, el padre y predecesor de Svein, era rey de Dinamarca. La excavación ha probado que existieron sólo durante un período muy corto, probablemente no más de veinte años y tal vez mucho menos que eso. Por otra parte, si se hubieran hecho para alojar guerreros que atacaban Inglaterra desde el mar, habrían estado situados cerca de la costa, junto a los puertos donde se habrían reunido las flotas. Sin embargo, los fuetes se encuentran en las proximidades de las rutas terrestres, más que de las marítimas, excepto Aggersborg, en el Limfjord, situado junto a un canalizo navegable. Todos están ubicados en el norte y el este del país y están orientados al Báltico más que al mar del Norte. LAS GRANJAS El espíritu libre e independiente de los vikingos hizo de sus granjas unos elementos autosuficientes que les permitía vivir de lo que les daba la tierra, además de lo que conseguían cazando y pescando. Estaban compuestas básicamente por la vivienda principal, el establo, la herrería y el almacén. Alrededor había un huerto y un cobertizo para resguardar barcas, carros y aparejos de pesca durante el invierno. Dependiendo del nivel económico del propietario, también podía tener una caballeriza, una cervecería y un retrete. Si había esclavos, podían tener una pequeña casa para ellos. Una hacienda modelo podría contar con unas 5 familias, con un total de 40 personas y un promedio de 30 edificios. Las casas eran largas y rectangulares con cimientos de piedra; según la región, las paredes eran de madera o de ramas tejidas recubiertas de barro. Al no tener ventanas; la luz emanaba de la hoguera, de las antorchas y de lámparas de aceite de ballena o velas de cera y la única salida de humos estaba en un agujero en el techo. En el interior había escasos muebles; a lo largo de las paredes estaban dispuestas unas plataformas de madera cubiertas de pieles que servían como asiento de día y como cama por la noche. Todos dormían bajo el mismo techo y muy próximos unos a otros, siendo la intimidad, como la entendemos ahora, prácticamente desconocida. En las mesas se comía y se realizaban tareas domésticas; en los arcones y en los cajones que había debajo las camas se guardaba la ropa y los objetos de valor. Unas de la herramientas comunes en el interior de todas las granjas eran los telares, verticales y con pesas de piedra en forma de anillo. La casa tenía puertas a ambos extremos; el suelo era de tierra y las paredes estaban decoradas con armas, escudos y tapices. Interior de una casa – Oslo La primavera, con el aumento de horas de luz y los primeros calores, era la época de mayor actividad en la granja: arar, sembrar, abonar. Durante el verano, la vida se relajaba bastante, el señor de la casa y la mayoría de los hombres se iban a tierras lejanas para comerciar o para saquear. Las esposas se hacían cargo de la granja, los criados hacían el trabajo más duro, los rebaños eran llevados a las montañas para que pasasen todo el verano pastando. En el otoño, los hombres, si habían salido las cosas bien, estaban de vuelta para la cosecha; ese era otro período de gran actividad, porque era una estación muy corta y había que preparar la granja para el largo invierno, sobre todo recoger y almacenar enormes cantidades de heno para los animales. El ganado regresaba de las montañas y se sacrificaban los animales necesarios. También solía ser el momento de las bodas, la mayoría de las cuales se habían convenido en la reunión de la Asamblea, en el solsticio de verano. Con las primeras nieves, la vida se relentizaba. Si se había almacenado suficiente comida para animales y personas, las granjas precisaban un mantenimiento mínimo. Interior de una casa - Gotland (Suecia) Construcción de una casa - Ribe (Dinamarca) ARTE Y ARTESANIA Con los objetos encontrados en las excavaciones de las tumbas se ha demostrado que los vikingos eran artesanos sumamente hábiles. Se han conservado muy bien los trabajos en metal, como broches, adornos de armas e incluso veletas de barcos, también los trabajos en cuerno y hueso; la madera esculpida es la que lógicamente menos ha resistido el paso del tiempo. La ornamentación animal, sobre todo una especie de síntesis entre dragón y serpiente enredado consigo mismo o con un león, se combina con decoración geométrica y trenzados complicadísimos en una especie de horror vacui . En sus viajes recibieron influencias artísticas de los pueblos con los que entraban en contacto. Tuvo especial importancia el arte decorativo irlandés, con sus lacerías y nudos que tan prolijamente usaban los vikingos en todo tipo de objetos y con todo tipo de materiales. Ornamentación de una puerta – Islandia Había artesanos que en sus talleres trabajaban con el mismo esmero los metales, como aperos de labranza, armas y finas joyas, que las diversas maderas, con las que construían barcos, carros o mesas. Había talladores de madera itinerantes, que, allí donde encontraban a alguien dispuesto a pagarles, hacían ídolos con las formas de su dioses o decoraban puertas, arcones, mesas o los sitiales de las casas con lacerías o escenas de una de sus historias arcaicas favoritas: Sigfrido, el exterminador de dragones. También había muchos artesanos especializados en fabricar peines, ya que eran unos de los utensilios personales más preciados. Detalle de una puerta – Islandia Detalle ornamental – Oslo LAS PIEDRAS RÚNICAS Uno de los legados culturales vikingos más abundantes que han llegado a nuestros días son las piedras rúnicas. Pueden tener escritura rúnica, imágenes o una combinación de ambas. Normalmente sólo están grabadas por una cara, aunque no faltan las que los están por los dos. La mayoría fueron erigidas para conmemorar a algún familiar muerto. Estaban pintadas con colores fuertes y se les colocaba en lugares donde pudiesen ser vistas por mucha gente, como en los cruces de caminos o a la entrada de las granjas. El texto contaba los actos valerosos del homenajeado; muchas veces dicen que murió en lejanas tierras, por lo que se cree que esta era una forma de reconocerlo oficialmente muerto y así poder los familiares disponer de la herencia. Los elementos comunes son: el nombre de quien la manda erigir, el nombre del homenajeado, parentesco o relación entre ambos, posición social y circunstancias de la muerte. Cada maestro tallador tenía su propio estilo y en muchas piedras aparece su nombre. Algunas tenían grabada una maldición contra el posible osado que quisiera destruir el monumento; también podían tener una invocación a Thor, que con la llegada del cristianismo se transformó en una corta plegaria por el alma del difunto. En la isla sueca de Gotland se han encontrado cientos de ellas; suelen ser del siglo VIII y posteriores. Estas no suelen tener texto, sólo imágenes que cuentan alguna historia o símbolos abstractos que hoy en día, sin las connotaciones adecuadas, resultan difíciles de interpretar. En la ciudad danesa de Jelling pueden verse dos de las mejores y más grandes piedras rúnicas que han llegado a nuestros días. Una de ellas fue erigida en el 965 por el rey Gorm en honor a su mujer. La otra fue erigida por su hijo Harald Diente Azul como autohomenaje por haber conquistado toda Dinamarca y Noruega y haber cristianizado a los daneses. La piedra de Rök en Suecia, tiene su propio récord con una inscripción de 725 runas, que no se han podido descifrar. En los dibujos, el tema más recurrente es una serpiente enroscada en un león y dragones de cabezas y cuerpos excesivamente alargados, aunque hay muchas que muestran escenas mitológicas más reconocibles. Piedras rúnica - Museo de Historia, Estocolmo Piedras rúnica de Gotland (Suecia) NAVEGACION Y SUS BARCOS Los vikingos fueron grandes navegantes que heredaron ese arte tras ser desarrollado a lo largo de generaciones; sus antepasados ya surcaban expertamente las aguas del norte debido a que los numerosos ríos, lagos, islas y fiordos de esas tierra propiciaron el transporte a través del agua mejor que por una tierra atestada de grandes montañas, espesos bosques o pantanos infectos. Los navegantes de su época se guiaban básicamente por las estrellas; pero, teniendo en cuenta que los vikingos viajaban, por motivos meteorológicos, en verano y que las noches blancas del norte e incluso la habitual nubosidad impiden la observación del cielo, tuvieron que desarrollar otros sistemas para navegar, como interpretar la forma y dirección de las olas, la temperatura y humedad de los vientos, las distintas sutiles tonalidades del agua, la dirección de las aves migratorias, la presencia de aves marinas o ciertos tipos de peces; además, los expertos timoneles se aprendían de memoria el perfil de las costas. Las viejas sagas cuentan acerca de la utilización de cuervos: si, al soltarlos, regresaban pronto era señal de que no había tierra en las cercanías; si no regresaban, se seguía su vuelo con la seguridad de encontrar tierra en esa dirección. También en alguna saga se habla de la piedra solar; esta piedra se supone que era calcita, que se puede encontrar en una isla del fiordo de Oslo y que tiene la propiedad de polarizar la luz, por lo que era útil en los días nublados, cuando cambiaba levemente de color justo por el lado donde estaba el sol. Los vikingos construyeron diversos tipos de embarcaciones según cual fuese su utilización y qué tipo de aguas tendrían que surcar, aunque el modelo básico era el mismo para todas. Esencialmente había dos clases de barcos: los de guerra y los de transporte. -Los drakkar, usados en las incursiones guerreras, ya que eran las naves más rápidas y manejables; con su poco calado, podían navegar por aguas poco profundas. -Los knörr, usados para el comercio o la colonización, eran más lentos, pero al ser mayores, disponían de espacio en el centro para almacenar mercancías y animales. Había otras variantes menores como las barcas de remos que se llevaban en las naves, similares a las barcazas usadas para pescar o para atravesar aguas tranquilas. La proa y la popa eran iguales; así, en caso de precisar maniobrar hacia atrás, sólo tenían que remar en sentido contrario. La quilla era la parte más importante, para la cual elegían una encina del tamaño adecuado, ya que tenía que ser de una sola pieza; estaba hecha de forma que la nave sólo precisaba un metro de agua para navegar; así podían introducirse por lugares donde ninguna otra nave podía hacerlo o desembarcar en cualquier playa. El timón estaba en popa a estribor sujeto con una correa de cuero. Los drakkars tenían un mástil abatible y una vela rectangular, pero cuando no había viento o la situación lo requería, sobre todo al maniobrar en aguas costeras y al adentrarse por los ríos, eran impulsados a remo por los propios guerreros, que lo hacían por turnos. Dependiendo del tamaño, la nave podía necesitar entre 20 y 50 remeros. Como no había demasiado espacio para equipajes o mercancías, cada vikingo debía llevar su propio arcón, donde guardaba sus pertenencias y, sobre todo, el botín fruto de los saqueos; también le servía como asiento cuando le tocaba remar. Los knörr eran más robustos y menos maniobrables, pero podían transportar mucha mercancía y necesitaban menos gente para manejarlos. Los mercaderes los llevaban cargados de arcones, toneles, hatos de pieles y los demás bultos que constituían sus mercancías. También en ellos iban los grupos familiares completos durante los viajes de colonización; incluso podían llevar, en una plataforma central hundida, los animales de la granja, útiles de cocina, herramientas, así como todo lo necesario para comenzar una nueva vida: semillas, forraje, alimentos y hasta madera para construir la casa, si sabían que en el lugar de destino escaseaba, como era el caso de Groenlandia. La enorme flexibilidad y resistencia de los delgados tablones de los barcos vikingos se debían a que la madera era cortada con hacha y nunca con sierra, siguiendo las líneas radiales del árbol, consiguiendo tablones muy delgados que iban superpuestos unos sobre otros en forma de tingladillo y remachados con clavos de hierro. Los barcos eran así ligeros y maniobrables, con la posibilidad añadida de poder ser transportados por tierra cuando la ocasión lo requiriese, como fue en el caso del remonte de los ríos rusos. Barco - Vikinglandet (Oslo) Museo de barcos vikingos – Oslo LOS PUEBLOS GERMANICOS LOS VISIGODOS Los romanos llamaron bárbaros a los pueblos situados fuera de la frontera romana. Tan bárbaros eran los bereberes de Africa, los beduinos de Arabia, los partos de Persia, como los germanos del Norte de Europa o los eslavos de las estepas rusas. Los germanos, pueblo indoeuropeo, eran robustos, altos y de ojos azules. Vivían al norte del Danubio. Estaban organizados en tribus, agrupadas en federaciones con un rey perteneciente a una de las familias privilegiadas. El poder político y civil radicaba en las Asambleas generales constituidas por los guerreros germanos. Estos tenían sus bandas armadas con su jefe, a quien los guerreros prestaban fidelidad hasta la muerte. Su rasgo más saliente era la belicosidad, que nacía de su religión (el odismo) el padre de los dioses germanos (Odin) sólo recibía en su paraíso a los guerreros que sucumbían en combate. Estos llegaban al paraíso por el camino del arco iris y allí llevaban una vida de goces paradisíacos en medio de banquetes, servidos por rubias vírgenes guerreras (las walkirias). En cambio, los guerreros que morían por enfermedad o de vejez iban a la fría morada de Loki, dios de los infiernos. LAS INVASIONES Y EL FIN DEL IMPERIO La infiltración germana en las fronteras del Norte comienza en el siglo IV, mucho antes de la gran irrupción bárbara atraídos por las comodidades de la vida romana. Muchas tribus germanas fueron vencidas y reducidos sus miembros a la esclavitud o utilizados como tropas auxiliares. Otros, como los francos y los visigodos, consiguieron pactos con los emperadores y se establecieron dentro de las fronteras como pueblos aliados o federados. Así se realizó una lenta penetración germánica llamada invasión pacífica. En el siglo V diversos pueblos se vieron obligados a penetrar violentamente en el Imperio presionados por los hunos y los ávaros, de raza amarilla. Al principio fueron rechazados pero en el año 406 tuvo lugar la gran invasión. Sucesivamente invaden las provincias del Imperio los francos, los visigodos, los suevos, alanos y vándalos, los anglosajones, lombardos, etc. LOS NUEVOS REINOS GERMANICOS A raíz de la desaparición del Imperio romano surgen los reinos germanos siguientes: el reino visigodo en España, el de los francos en la Galia, el ostrogodo en Italia, el vándalo en África del Norte y el reino anglosajón en Inglaterra. La invasión de los bárbaros rompe la unidad política romana. CULTURA Y ARTE DE LA ESPAÑA VISIGODA La irrupción de las oleadas sucesivas de pueblos bárbaros provoca una época de luchas y de incultura en la Península. Solo la Iglesia mantiene vivo en la paz de sus monasterios el recuerdo y la influencia de las letras clásicas. Los visigodos, romanizados por su contacto con la cultura del Imperio, adoptan la lengua latina y la religión católica de los hispano romanos. La fusión de vencedores y vencidos origina un arte nuevo con elementos romanos, bizantinos y visigodos. LA ENSEÑANZA Tuvo orientación cristiana y se daba en los monasterios y en las escuelas episcopales. Las materias que se impartían eran el Trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el Cuadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía). Las figuras más importantes de la cultura visigótica pertenecen a la Iglesia. Destacan San Braulio, San Martín de Braga, y sobre todo San Isidoro de Sevilla. LA LEGISLACION Los visigodos carecían de leyes escritas al principio. El primer legislador fue Eurico, quien codificó las costumbres germanas convirtiéndolas en leyes. La obra legislativa más importante de la época visigoda es el Fuero Juzgo, redactada en tiempos de Recesvinto y Chindasvinto. EL ARTE VISIGODO El pueblo visigodo fue el más romanizado y culto de los invasores. Su arte se inspira en modelos hispano romanos y bizantinos, aportando como originalidad el estilo decorativo. ARQUITECTURA La arquitectura visigoda está representada en sus sencillas iglesias de modestas proporciones. La planta de la iglesia visigótica es de dos tipos: la basilical latina y la cruciforme griega. Los elementos utilizados proceden de monumentos romanos y los capiteles son toscas imitaciones de los clásicos, en especial del corintio, con tendencia a la abstracción, convirtiendo las hojas de acanto en simples estilizaciones a modo de pencas. Emplean sistemáticamente el arco de herradura, ya usado anteriormente en Siria y Asia Menor como motivo decorativo. Utilizan ventanas geminadas y ábsides rectangulares. Iglesia de planta basilical y de proporciones casi cuadradas es la de San Juan de Baños (Palencia), mandada construir por Recesvinto en el año 661. Hay unos baños cerca donde el rey Recesvinto se curó de una enfermedad y por eso dedicó la iglesia a San Juan Bautista. Es una de las iglesias meas antiguas de España. Labrada en sillería sentada, sin mezcla, tiene ábside rectangular y arcos de herradura sobre columnas clásicas, sustentando una techumbre plana: Iglesia de San Juan de Baños (Palencia). Obsérvese el arco de herradura en la entrada. Iglesia de San Juan de Baños. Obsérvese el arco de herradura en la nave central. Los mejores ejemplares de planta bizantina o de cruz griega inscrita en un rectángulo y cubierta abovedada son Santa Comba de Bande (Orense) y San Pedro de la Nave (Zamora). San Pedro de la Nave es una de las iglesias visigodas más importantes y mejor conservadas de España. Probablemente se construyó en el siglo VII. Pueblo de Campillo - San Pedro de la Nave. San Pedro de la Nave. El exterior es estrictamente geométrico. Tiene planta cruciforme y ábside rectangular. ESCULTURA La escultura visigoda la conocemos por los relieves de los capiteles,. Predominan las decoraciones geométricas, espirales, círculos, rosetas, formas botánicas, figuras zoomorfas de animales estilizados. Algunas representaciones humanas se encuentran en los capiteles de San Pedro de la Nave: San Pedro de la Nave es quizás la iglesia visigoda que tiene mayor riqueza escultórica. Según Fontaine, dos maestros intervinieron en la decoración escultórica, de los que el más importante es el que realizó los numerosos capiteles. San Pedro de la Nave. Capitel. Destaca el motivo del sacrificio de Isaac y Daniel entre los leones (con epigrafía debajo en caracteres godos). Obsérvese la composición simétrica de la escultura de estos capiteles. En los escritorios de los monasterios floreció la pintura de los miniaturistas dejándonos hermosas viñetas. ORFEBRERIA En la orfebrería consiguen verdaderas joyas que destacan por su labor finísima y su originalidad: cruces (ver cruz laureada); vasos de oro y plata; tenantes; collares, colgantes y otras joyas; cinturones; coronas (corona del rey Recesvinto). Es famoso el Tesoro de Guarrazar (Toledo), que contiene 11 coronas votivas de oro y plata enriquecidas con piedras preciosas, esmaltes y grandes perlas. Cruz laureada visigoda. _1 _1 Tenante de altar visigodo con cruz. Es de mármol. Se encuentra en Puebla de la Reina (Badajoz). Un tenante es una figura que sostiene el escudo. LAS CORONAS DE TOLEDO Coronas votivas visigodas del siglo VII. Se encuentran en el Museo Arqueológico de Toledo. Los cristianos adquirieron igualdad de derechos en la época de Constantino el grande por medio del Edicto de Milean (313). Ya para esta época era costumbre en la corte real colocar coronas y crucifijos votivos en las iglesias, de modo que los visigodos, al hacer lo mismo, estaban imitando modelos antiguos. Estas coronas pertenecen al Tesoro de Guarrazar (Toledo), descubierto enb 1858. A la izquierda está la cruz de la corona de Recesvinto. Esta cruz tiene un diámetro de 7 cm. A la derecha hay una corona votiva (con cruz) del siglo VII. Tiene una diámetro de 12 cm. Dos coronas del siglo VII pertenecientes al Tesoro de Guarrazar. Tienen un diámetro de 14 y 11,5 cm. La corona del rey Recesvinto. Pertenece al Tesoro de Guarrazar y es la corona meas famosa de todas. Es bastante pesada en comparación con las otras. La superficie es de oro y tiene tres filas de enormes zafiros y perlas. Las letras pendientes rezan así: RECCESVINTHUS REX OFFERET = El rey Recesvinto ofrecerá Los Ostrogodos La palabra "ostrogodos" siginifica "godos del este". Cuando los hunos irrumpieron en Europa en torno al 370, los ostrogodos fueron derrotados y obligados a someterse a sus conquistadores. Se unieron al rey huno Atila en la expedición contra la Galia en el 451 y compartieron su derrota en la batalla de los Campos Cataláunicos a manos de visigodos y romanos. Cuando los hunos se vieron finalmente obligados a retirarse, el pueblo ostrogodo recuperó su independencia y se asentó, como federado de Roma, en Panonia, una región que en la actualidad se sitúa entre el oeste de Hungría, el norte de Croacia, Eslovenia, Serbia y el este de Austria. A los ostrogodos se unieron otros godos que se habían refugiado en el Imperio romano a la llegada de los asiáticos. En el 474 fue elegido rey Teodorico, el más destacado de los monarcas ostrogodos. Tras diversos periodos de guerra y alianza con el emperador bizantino Zenón, Teodorico invadió Italia en el 488 con el consentimiento del emperador, mató a Odoacro, rey de los hérulos, y se proclamó rey, aunque la autoridad fue conferida nominalmente a un cónsul romano. La cultura romana influyó de forma muy notable en el reino ostrogodo bajo el gobierno de Teodorico. Tras su muerte en el 526, la ruptura fue tan violenta, que en el 535 el emperador bizantino Justiniano I envió a su general Belisario para conquistar el reino ostrogodo de Italia. Los bizantinos destruyeron el poder de los ostrogodos en el 555, cuyo antiguo reino pasó a depender de los exarcas (gobernadores bizantinos) de Ravena. Los ostrogodos fueron absorbidos de forma gradual por otras tribus y pueblos germánicos como los alanos, los vándalos, los francos y los burgundios, que se establecieron en los territorios del viejo Imperio romano.