LITERATURA MUNDIAL; GRUPO TEMATICO: LA VIDA APRISIONADA - F. Kafka: La metamorfosis - Albert Camus: El extranjero - Ibsen: Casa de Muñecas OBRA I – LA METAMORFOSIS, F. KAFKA (1912) 1. Argumento Gregor Samsa, un joven viajante de comercio que vive con sus padres y su hermana Grete, se despierta una mañana y descubre que se ha convertido en un insecto monstruoso que a duras penas puede levantarse de la cama. Su familia se extraña por su tardanza en salir de la habitación y el apoderado de la empresa se acerca a su casa para averiguar por qué no ha ido al trabajo. Gregor no pierde la calma en ningún momento; se pregunta qué ha podido ocurrirle y trata de buscar una respuesta lógica. Incluso achaca esos cambios que padece a la dureza de su profesión. Sin embargo, la reacción casi histérica de la familia y del apoderado al verlo salir de la habitación le indica que ocurre algo anormal y extraño. El padre le obliga con el bastón a entrar en su habitación para encerrarlo. Gregor se va acostumbrando a su estado animal y sobrevive gracias a Grete, que le lleva la comida y es el único miembro de la familia que lo visita. Desde su habitación oye las conversaciones de los suyos sobre la situación económica de la familia tras la transformación de Gregor y la iniciativa de Grete de retirar los muebles de la habitación para permitirle moverse con más facilidad. Las dos mujeres se ponen manos a la obra, pero Gregor no quiere desprenderse de un cuadro y se cuelga de él en la pared. La madre lo ve y se desmaya. Cuando el padre llega a casa y pregunta por lo ocurrido, Grete le dice que Gregor ha intentado escaparse. Entonces el padre coge unas manzanas y empieza a lanzárselas para que vuelva a la habitación. Una de ellas le hiere gravemente. A partir de este incidente, Grete deja de visitarle y su habitación se va pareciendo a un basurero. Gregor es testigo de cambios en su familia. Por un lado, la situación económica ha obligado a todo el mundo a trabajar; y por otro, han alquilado una habitación a tres caballeros. Una noche los inquilinos le piden a Grete que toque el violín y Gregor sale de su habitación para oírla. Los hombres ven al horrible insecto y deciden marcharse de la casa. En ese instante tan crítico Grete toma la voz cantante y dice abiertamente que hay que quitárselo de encima. Esa misma noche Gregor muere y, al día siguiente, la familia se marcha aliviada al campo. 2. Personajes Gregor. Antes de su transformación en insecto, es el encargado de sostener económicamente a su familia. Odia su trabajo, pero la situación familiar parece atarlo de momento a la empresa en que trabaja, pues sus padres tienen contraída una deuda con su propio jefe. Al transformarse en insecto, su dependencia servil a su vida laboral y familiar le impide asumir su nueva situación. Poco a poco, se verá acosado por sentimientos de inquietud, humillación y culpabilidad. La violencia del padre y el abandono de la madre y la hermana conducen al derrumbe moral de Gregor y a su muerte. El padre. Es un hombre egoísta e inhumano. Culpa a Gregor del sufrimiento de la madre y de la huida del apoderado. Su comportamiento es grotesco: da patadas contra el suelo, exhala sonidos sibilantes, como un demente, ataca violentamente a su hijo... Antes de la transformación de Gregor, se había convertido en un hombre soñoliento y perezoso; ahora, obligado a trabajar, se incorpora al engranaje del sistema opresor, volviéndose cada vez más autoritario y huraño. Grete. A través de la amarga experiencia que está viviendo, Grete ha pasado de la ternura y el afecto hacia su hermano a la compasión y repugnancia reprimida, para llegar finalmente al resentimiento y el rechazo. Ella es la principal responsable del abandono de Gregor, al haber asumido en principio su cuidado y alimentación, para luego desentender de él. Su conversión en una “joven bella y lozana” simboliza, junto con la llegada de la primavera, la nueva vida que se inaugura para la familia tras la muerte de Gregor. La madre. Trata de desempeñar un difícil papel de intermediaria entre las rivalidades de padre e hijo, pero siempre desde el tácito sometimiento al padre. Ama a su hijo, pero debido a su debilidad física y a su dependencia del marido, no es activa en su protección ni en su afecto al hijo. 1 Sólo en un momento climático de la obra le suplicará al padre que perdone la vida a Gregor. El apoderado. Su presencia en el domicilio de Gregor momentos después de conocer el retraso de éste lo convierte en un símbolo de la explotación laboral y del poder opresor. Al mismo tiempo, es un simple subordinado del jefe superior. Su comportamiento es ridículo: manifiesta su verdadero carácter, pusilánime, en la repentina huida de la casa de Gregor. Los inquilinos. Representan también el poder opresor. La familia Samsa muestra una actitud sumisa y servil ante ellos, de la que sólo se desprenden tras la muerte de Gregor. Los huéspedes resultan caricaturizados en sus actitudes miméticas y despersonalizadas, en su insensibilidad ante la música y en su claudicación y retirada ante la dudosa y débil autoridad paterna. AMPLIACIÓN Gregor Samsa, el protagonista del relato, es un ser acorralado, incapaz de defenderse o de hallar una salida. La única liberación para él es la muerte. Vive con sus padres y con su hermana Grete y lleva cinco años trabajando en la misma empresa, desde que el negocio de su padre quebró. En ese momento, Gregor tuvo que empezar a trabajar como dependiente para pagar la deuda que su padre tenía con su jefe y rápidamente se convirtió en viajante de comercio; su trabajo es el único sustento de la familia. Ante su transformación, duda, no lo cree, pero al final lo acepta. En este proceso, Gregor muestra su preocupación por su familia, porque sabe que todos dependen de él. Busca la aceptación de sus padres y hermana, pero sólo obtiene el rechazo por ser lo que es. Al intentar comunicarse con los seres humanos, provoca asco, rechazo e incomprensión, efectos que le llevarán a la muerte. El señor Samsa tuvo su negocio hasta cinco años antes, cuando quebró, tras lo cual no volvió a trabajar, por lo que es Gregor quien mantiene a la familia. Cuando ocurre la metamorfosis de su hijo vuelve a trabajar de ordenanza en un banco, lo que al principio toma como una humillación. Muestra un carácter autoritario, y es quien castiga a su hijo por su transformación, al arrojarle la manzana. Lo rechaza hasta el punto de que no quiere que salga de su habitación. Cuando su hijo muere, se siente aliviado hasta tal punto que al día siguiente reanuda su vida normal en familia. Los personajes femeninos están vistos con amor y crueldad a la vez, por los problemas que Kafka tuvo en vida con las mujeres. La mujer es capaz de dar la vida y la muerte, de ser aliada o enemiga. La madre tiene una salud irregular y se cansa con facilidad o le falta la respiración. Es buena, dulce, como lo era la madre de Franz, Julie; pero es incapaz de cambiar las cosas, de ayudar a su hijo, de frenar el autoritarismo de su marido. Y se desmaya cuando ve al insecto en que Gregor se ha convertido. No es capaz de enfrentar los problemas, de solucionarlos; lo único que hace es huir de las situaciones demostrando una actitud hipocondríaca y evasiva. Es, por tanto, una pieza más del sistema que oprime a Gregor, está bajo la opresión del marido, forma parte de lo establecido y no puede/sabe/quiere ayudar a Gregor-Franz. Se deja dominar por el temor y la cobardía, se niega a sí misma viviendo bajo el imperio de un hombre que la subyuga, acepta el sistema patriarcal. Su esposo, el señor Samsa, siempre está menospreciándola, como cuando dice: “Vosotras, las mujeres, nunca queréis hacer caso”. Además, antes de la transformación tenía una criada y solo se ocupaba de las tareas de costura. Después, con el cambio, al perder el dinero que aportaba Gregor, como tenían pocos ingresos en la familia, ella se ve obligada a hacerse cargo de todas las cosas de la casa y de la atención a los tres huéspedes. Cuando Gregor muere, siente alivio como si se hubiera despertado de una pesadilla y permite que la asistenta lo tire a la basura. En la vida real, Franz se decepcionó de su madre Julie y por eso la retrata de esta manera en su trasunto narrativo en La metamorfosis. La hermana, Grete Samsa, tiene al principio una excelente relación con Gregor, antes de que se transformara en un insecto, como la tenía en la vida real Franz con Ottilie, llamada por todos Ottla, la benjamina de la familia. Pero finalmente Grete se alía con el padre contra él, forma parte del sistema opresor. En la vida real, Ottla trabajaba en la tienda de la familia todo el día y por la noche estudiaba idiomas, era soñadora y quería independizarse, como Franz, de la tiranía paterna. Pero en una ocasión, Hermann Kafka recriminaba a Franz porque no se ocupaba por las tardes, después de su trabajo en la aseguradora, de una fábrica de amianto que había comprado para aumentar los negocios familiares; le decía que era un inútil y que nunca llegaría a nada y expresaba, con su brutalidad habitual, cuánto le había decepcionado su hijo. Y Ottla se puso de su parte. Franz quedó muy dolido con este cambio de postura, 2 llegó a pensar incluso en el suicidio, pues su familia no comprendía su pasión literaria y le exigía una dedicación al mundo del dinero que él no podía dar. Este cambio de Ottla ha sido trasladado por el escritor a la novela, en la que Grete es una joven de 17 años que toca el violín y tiene sensibilidad; antes de la transformación hablaba con su hermano y lo adoraba; pero después de la transformación de Gregor, va cambiando, tiene que ponerse a trabajar de dependienta y deja de ser dulce e inocente, cada vez siente más repeluzno cuando ve a su hermano- insecto y al final desea que muera. Sólo entonces, tras la muerte de Gregor, se vuelve a fijar en él, en lo delgado que está, y cae en la cuenta de lo poco que comía en los últimos tiempos. Las criadas son personajes menores. Ana, la primera criada, al descubrir la transformación de Gregor, pide a sus señores el despido porque no puede soportar esa situación debido a la repulsión que le causaba y prometió ser discreta. La segunda criada, una mujer de unos 60 años, pide no salir de la cocina, pero acaba siendo despedida. La tercera criada es totalmente diferente a las anteriores; no solo porque acepta la presencia de Gregor, sino que además se muestra dispuesta a cuidarle, aunque lo desprecia y no le tiene afecto, llega incluso a ser descarnada o agresiva con él. Y no hay que olvidar que, finalmente, cuando muere, se deshace de él arrojándolo a la basura. Los huéspedes son también personajes menores. Eran tres señores muy formales, de barba, a los que molestaban los trastos inútiles y la suciedad; eran muy exigentes. Al conocer la existencia de Gregor se ven notablemente molestos y se despiden. Son expulsados de la casa por el señor Samsa. Representan la moral burguesa tradicional. Uno de ellos lleva la voz cantante y los otros solo repiten lo que dice el primero, son como Hernández y Fernández (Dupont et Dupont, en el original belga), los famosos detectives de las historias de Tintín. 3. Estructura, técnica narrativa y estilo La novela presenta una estructura sencilla, lineal. Se divide en tres partes, cuyos finales presentan ciertos paralelismos: al final de la primera parte, Gregor se hiere cuando su padre lo obliga a regresar a su cuarto; en la segunda, sufre nuevas lesiones, al ser atacado por el padre, que le lanza manzanas; finalmente, en la tercera, las palabras de Grete causarán en Gregor la herida definitiva, que acelerará su muerte. La primera parte, centrada en la mañana en que Gregor descubre que es un insecto. Dura hasta que el padre consigue meterlo de nuevo en su habitación y lo hiere a bastonazos. La segunda, centrada en la vida diaria de Gregor, termina cuando el padre vuelve a herirlo con unas manzanas, esta vez de gravedad. La tercera es el desenlace, final y muerte de Gregor, precipitado por las palabras de Grete, que lo hieren profundamente. Más o menos, la secuencia de acciones es la siguiente: Primera parte: descripción del insecto y la habitación, reacción de Samsa, preocupación por llegar al trabajo, presentación de la familia (padres y hermana), Samsa intenta levantarse pero no puede, viene el apoderado, reacción de la familia, reproches del apoderado, réplica de Gregor que espera ayuda, sale de la habitación, reacciones negativas de los presentes, el padre lo hace retirarse de nuevo a la habitación. Segunda parte: nuevo despertar, Gregor se va acostumbrando a la nueva situación, su hermana Grete le trae comida, cada vez come más como un animal que como una persona, Gregor tiene problemas de comunicación, se va la criada, la situación económica de la familia es mala, la hermana traslada los muebles de la habitación para que pueda moverse mejor, él quiere rebelarse y guardar un cuadro y huir, asusta a la madre y el padre lo hiere gravemente con una manzana. Tercera parte: progresivo abandono e indiferencia de la familia, vienen tres huéspedes, quieren escuchar a Grete tocar el violín, sale Gregor, lo ven los huéspedes, se van de la casa, la hermana se pone de parte del padre, Gregor se siente mal, no quiere comer, está débil y muere, reacciones de la familia y la asistenta, liberación final, solución del “problema” Gregor. La estructura del relato es, como decimos, lineal, desde la transformación de Gregor en insecto hasta su muerte. Desde el punto de vista de la intriga o la tensión, podríamos decir que su perfil es piramidal: planteamiento inicial (Gregor se convierte en insecto) – clímax (tensión máxima) – desenlace (tensión resuelta, explosión plurisignificativa de la obra, interpretaciones múltiples). 3 Su comienzo es abrupto. Nos introduce de inmediato en el nudo principal del relato: la transformación de Gregor en un horrible insecto. Deliberadamente se omite el relato de los hechos previos a esa transformación, puesto que, a diferencia de lo que sucedería en una novela realista, el pasado no explica los hechos del presente. Nada avisa o prepara al protagonista para la irrupción de lo absurdo en su vulgar existencia. El narrador es omnisciente. Es capaz de penetrar en la conciencia del protagonista: reproduce sus pensamientos mediante breves monólogos interiores o el uso del estilo indirecto libre. Su campo de visión, sin embargo, es más reducido que el del narrador omnisciente tradicional: no penetra en la conciencia del resto de los personajes, limitándose a narrar lo que se ve y se oye. El estilo es sobrio, equilibrado, impasible, capaz de transmitirnos, sin ningún aspaviento, los sucesos más insólitos. Los hechos o situaciones inverosímiles se producen con absoluta normalidad en un contexto cotidiano y realista. La tendencia a lo grotesco, la deformación o la hipérbole manifiesta cierto gusto expresionista, que conecta la obra de Kafka con las experiencias vanguardistas de la literatura alemana de su tiempo. Está presente en la figura repelente de Gregor, especialmente en su lento agonizar con la manzana putrefacta clavada sobre el caparazón. Situaciones, objetos y personajes adquieren un fuerte valor simbólico. Así, por ejemplo, el uniforme de ordenanza del padre, del que no se desprende ni siquiera en casa, es un símbolo de su carácter autoritario. Y los trazos de baba que dibuja Gregor en sus paseos erráticos por las paredes de la habitación son los trazos de una escritura existencial que se desvela en absoluta contradicción con la vida laboral y familiar. El humor también está presente en la novela. Cómica es, por ejemplo, la huida del apoderado perseguido por Gregor. Otras veces, el humor resulta macabro y grotesco, como cuando la criada anuncia la muerte de Gregor: “¡Vengan a ver, la ha palmado; ahí está, espichado del todo!” 4. Espacio La metamorfosis de Franz Kafka es una obra en la que el espacio es clave para el desarrollo de la trama. El lugar donde suceden la mayoría de los hechos es uno: la casa de la familia Samsa. Esta se divide en varios cuartos o habitaciones de los cuales hay que destacar el dormitorio del protagonista, el hijo mayor, Gregor, que es donde pasará el resto de su vida tras la repentina y desafortunada transformación; igualmente, la cocina, y el salón tienen su relevancia, pues son lugares de confluencia para los distintos miembros de la familia. En general, la casa de los Samsa es propia de una familia burguesa, pues Gregor, que posee un puesto importante (representante) en una empresa dedica gran parte de sus ganancias para poder vivir sin el menor inconveniente. Los espacios que aparecen a lo largo de la historia son descritos de manera realista y detalladamente, a través de diferentes elementos fundamentales, ya sea los muebles (sofá, estantería, armario…) o por medio de los recorridos de ese “monstruoso bicho” en el que se convierte Gregor (por ejemplo cuando corretea de un lado a otro nos va haciendo el camino en nuestra imaginación como si nosotros mismos estuviéramos viendo a una cucaracha o escarabajo por la pared). Es necesario apuntar también que predominan los espacios interiores, ya que toda la historia tiene lugar dentro de la casa, y la única vez que se habla de espacios exteriores son meramente nombrados al recordar que antes de la metamorfosis de Gregor, la familia Samsa acostumbraba a dar paseos por el parque. Sólo al final del relato aparece el espacio exterior, lleno de luz, como corresponde al “futuro prometedor” que espera a la familia Samsa. La conexión entre los distintos lugares que aparecen en el relato se hace a través de los personajes, especialmente por medio de la hija pequeña, Grete Samsa, la hermana de Gregor. Los recorridos que realiza Grete para dar de comer a su hermano y limpiar su cuarto son la principal vía de conexión entre las distintas habitaciones. Sólo con la llegada de los tres hombres como inquilinos de una habitación- que los Samsa habían alquilado para obtener alguna ayuda económica para cubrir los gastos de la casa- y, finalmente, cuando Gregor decide salir de su cuarto, aparecen descritos los pasillos que recorre Grete. Por último hay que decir que el espacio en esta obra, no es un mero marco que carece de protagonismo en la historia, sino que tiene gran relevancia con respecto al estado de ánimo del personaje principal (Gregor), ya que, cuando su habitación permanece cerrada, sólo es capaz de pensar en aspectos 4 negativos y sus sentimientos se empiezan a volver en contra de su familia con ánimo de aislarse todavía más, pero durante el tiempo en que deciden abrirle las puertas para que pueda escuchar todo lo que hablan, sus pensamientos e ideas de cerrarse en su “mundo” desaparecen. Debido a esto se podría considerar el dormitorio donde vive Gregor como un espacio simbólico, cerrado y asfixiante, y que por ello representa el aislamiento del mundo humano, al cual ya no puede volver, pero por otro lado, las puertas abiertas pueden simbolizar la unión o intención de acercamiento del resto de la familia hacia su hijo. Al final, cuando el insecto muere, la casa de los Samsa pasa a simbolizar la desgracia de la familia, por lo que deciden mudarse a otro piso más asequible y que les haga olvidar todo lo sucedido. 5. Tiempo El relato no tiene marcas temporales externas, aunque, por la localización en un medio burgués y por el trabajo del protagonista, podemos deducir que se desarrolla a finales del siglo XIX o principios del XX. Por otro lado, el tiempo interno de la obra es lineal, sin digresiones, que proporciona un fácil entendimiento en el transcurso de los acontecimientos. El relato dura aproximadamente cuatro meses, como podemos comprobar por ciertas alusiones que encontramos respecto a la estación del año o a las condiciones metereológicas a las que se hace referencia. En el comienzo de la obra el narrador nos hace saber que estamos a finales de noviembre, pues a través de nuestra lectura podemos apreciar que el cielo está encapotado por las lluvias de finales de otoño que anuncian el invierno. Asimismo, su final, que coincide con la muerte del protagonista, tiene lugar en un día primaveral de finales de marzo. Resultan relevantes ciertos momentos del día: la mañana, poco después del mediodía y la tarde. Los dos primeros momentos hacen referencia al tiempo fijado para darle la comida a Gregor, que coinciden, precisamente, con aquellos momentos en que sus padres duermen. Lo que el protagonista pretende conseguir con esto es aliviar a sus padres del dolor que les causa ver su estado. Igualmente, la tarde es también relevante a partir del día en que el padre le lanza manzanas, porque se decidirá abrirle la puerta del comedor todos los días para que Gregor pueda ver a su familia alrededor de la mesa sin que ellos le vean, pues éste necesitaba sentir su presencia. Por otro lado, no podemos hablar de flashbacks propiamente dichos, pero sí que encontramos los recuerdos de Gregor de otros tiempos mejores. 6. La obra literaria de Kafka La obra de Franz Kafka expresa con inquietante precisión las zozobras existenciales del hombre contemporáneo: la deshumanización, la pérdida de identidad, la angustia por una existencia cuyo sentido se le escapa, la confusión ante oscuros poderes que lo zarandean a su antojo, la soledad, el vació , la incomunicación... Bajo la forma de parábola o alegoría, Kafka nos presenta en sus relatos situaciones absurdas, grotescas, a veces oniŕ icas, que admiten múltiples interpretaciones. Su lenguaje preciso y claro, así como el tono impasible con el narrador relata los hechos, contrastan con el carácter extraordinario de lo narrado y con el ambiente opresivo, claustrofóbico o fantasmal, por el que deambulan sus personajes. Entre las narraciones que publicó en vida, destacan La metamorfosis y algunos relatos breves. 7. Autobiografía y fábula La metamorfosis refleja diversas circunstancias vitales de su autor. La idea de escribir este relato se le ocurre a Kafka en un momento en que su relación con Felice pasaba por su primera crisis. Kafka se halla sumido en un estado de tristeza y profunda melancolía. El negocio del padre, que sufría arterioesclerosis, marchaba mal: Kafka, el único de la casa económicamente independiente del padre, temería un empeoramiento de la salud del padre, que lo obligaría a asumir la responsabilidad de sostener económicamente a la familia, situación en la que se halla el protagonista de La metamorfosis al comenzar la historia. La novela plasma las difíciles relaciones de Kafka con su padre: en la Carta al padre, Kafka presenta a su progenitor como “encarnación del orden por antonomasia”, “instancia superior”, “juez supremo”, ante el cual él se siente una figura insignificante, atormentada por el miedo al fracaso y el sentimiento de culpa. También, los altibajos en su relación con su hermana Ottla. Ottla, como Grete, ejercía de mediadora entre su hermano y sus padres. Franz la apoya en sus deseos de estudiar agronomía e incluso le ofrece apoyo financiero, igual que Gregor desea pagar las clases de música de Grete. El distanciamiento final entre Gregor y Grete tiene su paralelo autobiográfico en un 5 alejamiento entre los dos hermanos, debido a que Ottla se puso de parte del padre, cuando éste le pidió a Franz que se ocupara de una fábrica de la familia en sus tardes libres.De todos modos, la obra trasciende todas estas referencias autobiográficas, para convertirse en una fábula moral acerca de la degradación del hombre contemporáneo, la soledad, la incomunicación, la culpa y la expiación. 8. Temas La pérdida de la identidad. Uno de los temas que más preocupan a Kafka es la alienación del individuo en la sociedad. El ser humano necesita de los demás para su supervivencia y la de la especie; sin embargo, para formar parte de la colectividad, debe someterse a las leyes que la rigen y renunciar a su individualidad. El individuo queda así en manos de una instancia superior, anónima y poderosa, ante la que se siente impotente. Para Kafka, el hombre pierde su condición humana, se deshumaniza, al perder su individualidad. La deshumanización. La novela de Kafka presenta el enfrentamiento entre un ser humano convertido en animal, y unos seres humanos que, a pesar de su apariencia, terminan comportándose como animales salvajes. El proceso de deshumanización es paulatino en unos y otros. Conforme avanza la acción, Gregor experimenta, tras la pérdida de su apariencia humana, la del lenguaje; también, la de su libertad, al verse obligado a recluirse en su cuarto; poco a poco, le irán arrebatando los recuerdos de su existencia humana (los muebles, el retrato) y dejarán que su cuarto se convierta en una auténtica pocilga. En la familia, los sentimientos iniciales de resignación y piedad serán poco a poco sustituidos por una actitud, primero de indiferencia y, después, de frontal oposición. El sentimiento de culpa de Gregor contrasta con la aceptación feliz y gozosa de las nuevas perspectivas que se abren a la familia una vez desaparecido aquél. Angustia existencial. Para Kafka, la existencia humana es absurda, como absurda es la transformación de Gregor en insecto. No existe explicación para el egoísmo, el mal, la brutalidad, la soledad, la incomunicación, la muerte. Los conflictos familiares. La novela relata los fracasados intentos de acercamiento de Gregor al seno familiar: la frustración que le produce su incapacidad para comunicarse; la imposibilidad del padre de relacionarse con su hijo más que con la fuerza bruta; el deseo insatisfecho de Gregor de establecer una relación más privada e íntima con su hermana. El rechazo a un trabajo inhumano. El trabajo es para Gregor una tarea dura, desagradable, una humillante sumisión a un poder arbitrario, del que le resulta imposible liberarse porque la familia depende económicamente de él. Su alienación es tal que, al comenzar la novela, está más preocupado por faltar al trabajo que por la monstruosa transformación que ha experimentado. El sentimiento de culpa y la necesidad de expiación. En varias narraciones de Kafka, el protagonista se siente culpable por un pecado que no ha cometido, que desconoce: este pecado original, simbolizado en La metamorfosis por las manzanas con las que el padre ataca a Gregor, y lo expulsa del paraíso del afecto familiar, sólo puede ser expiado con la muerte. Gregor asume la culpa de su transformación y acepta la condena a muerte expresada al final del relato por Grete: “Tiene que desaparecer, es el único remedio”. AMPLIACIÓN Existencialismo, angustia existencial, el absurdo, lo “kafkiano” Las obras de Kafka muestran la problemática esencial de la época: la soledad, la alineación y la desorientación del individuo en la complejidad del mundo moderno, su inseguridad, desesperación e impotencia ante poderes imprecisos y desconocidos que lo degradan y destruyen psíquica y físicamente. En estas narraciones, el ser humano es incapaz de comprender lo que acontece a su alrededor, se siente perdido, confundido y desconcertado. Es un ser sin trascendencia metafísica, cuyas aspiraciones y pretensiones se circunscriben exclusivamente a la inmanencia terrenal. No es un héroe, sino un ser anodino, intrascendente, insignificante, común y corriente. Lo “kafkiano” es, precisamente, lo relacionado con el absurdo, la angustia, la opresión de lo individual y su sometimiento a la maquinaria ciega e infernal de una sociedad burocrática, despersonalizada, inhumana. Conflicto generacional, conflicto padre-hijo, las relaciones de familia 6 La metamorfosis se sustenta en un conflicto padre-hijo. Esta narración muestra, a raíz de la inesperada metamorfosis del hijo en un insecto, la deformación y la destrucción del individuo que provocan las estructuras autoritarias y jerárquicas de la familia. La narración se inicia con la transformación, en un insecto de enormes proporciones, del viajante de comercio Gregor Samsa, un ser solitario, introvertido y sumiso, que mantiene a su familia con su trabajo; cuando trabajaba, era apreciado por todos, pero, ahora que no puede trabajar, es despreciado. Poseído por un profundo sentido de la responsabilidad, Gregor teme la reacción que su espantoso aspecto provocará en su familia. Se siente culpable por no poder seguir siendo útil a los seres que sustentaba. Su propia familia, sin embargo, se avergüenza y huye de él, y hasta lo tiraniza y lo rechaza. El padre, de carácter severo y despótico, lo humilla y lo trata con suma crueldad. Todos sus intentos por escapar de la reclusión a la que es sometido fracasan ante el rechazo hostil de los seres que lo rodean. Prisionero en su habitación e imposibilitado para continuar desempeñando la única función de ganar dinero que tenía encomendada, opta finalmente, con el consentimiento de sus padres y hermana, por morir de inanición. Con ello se libera de una existencia servil e infeliz. Realidad e imaginación: el inconsciente y el sueño Narrada desde la perspectiva del protagonista, el narrador no reproduce la realidad, sino que la construye. Recrea una metamorfosis imaginada, vivida de manera figurada por el protagonista en un estado de somnolencia tras un agitado sueño. Decepcionado de una profesión que contra su voluntad lo obliga a viajar de continuo, incapaz de dejarla en la vida real por consideración hacia su familia y por sometimiento a la autoridad del padre, el protagonista concreta su profundo desagrado en su ficticia transformación en un insecto, un parásito con el que el mismo Kafka fue comparado en repetidas ocasiones por su propio padre. La figura repugnante en la que se convierte Gregor es exponente grotesco no sólo de la manifestación, largo tiempo deseada pero reprimida, de una disconformidad y de un descontento, sino también de una existencia desdichada y esclavizada. El inconsciente, sin poder controlar los deseos reprimidos, se rebela contra una situación alienante y se expresa a través de la imaginación de una circunstancia figurada, de un estado supuesto que libera al sujeto de sus obligaciones profesionales. Pero esa liberación conlleva inevitablemente el miedo a la dura sanción que su familia le impone: el aislamiento y la exclusión; en especial, empero, la condena del padre. La narración expone así la relación dialéctica que se da entre la destrucción del individuo y la consecución de la anhelada utopía liberadora, entre la degradación del ser humano y la esperanza emancipadora. El capitalismo: la importancia del dinero, el materialismo burgués La familia aprecia a Gregor mientras él cumple las expectativas. Pero cuando se ve incapacitado para seguir ganando dinero, se convierte en un problema, en una vergüenza, y las relaciones familiares empiezan a tensarse, hasta hacer imposible la convivencia. La metamorfosis es un alegato contra una sociedad que solo valora a las personas por su capacidad monetaria, por su habilidad para tener o ganar dinero: “Tanto tienes, tanto vales”. El sionismo, el problema judío en un mundo antisemita Este tema no está tan claro en la obra de Kafka, se discute mucho. Hay críticos que consideran la obra desde el punto de vista de los esfuerzos de una familia judía para salir adelante y ser aceptada, de ahí que se exija una fidelidad absoluta a los miembros de la misma, que se ejerza una autoridad indiscutible y se eduque a los hijos en la obediencia ciega y en el sentido de responsabilidad hacia los otros, en la sumisión al jefe o cabeza de familia. También estaría aludido el problema de la aculturación, de la pérdida de la identidad (judía) en un mundo dominante que es más bien antisemita. El primer paso para la alienación cultural consiste en asumir una lengua extraña (en el caso de Kafka y de Samsa, el alemán) como propio. Sin embargo, otros críticos consideran que La metamorfosis plantea problemas universales del hombre moderno: la soledad, la alienación, la angustia, el miedo al fracaso..., de manera que la procedencia judía del escritor es una simple circunstancia vital de menor relevancia. La obra no habla de una ciudad concreta (aunque se entiende que está ambientada en la Praga natal del escritor) ni de un tiempo específico (pero se trata de una época contemporánea de la fecha de edición, 1915) ni, por consiguiente, se plantea el problema de una raza concreta (a pesar de que el autor y el protagonista sean judíos). En La metamorfosis hay una apuesta evidente por la universalización, por la deslocalización espacio-temporal, para permitir que los lectores de cualquier lugar o tiempo puedan identificarse con el drama de Gregor Samsa. 7 9. Análisis Aunque es difícil de interpretar, una explicación puede encontrarse en la inspección final de las obras de Kafka. Como con la mayoría de sus relatos, La metamorfosis puede ser dilucidado en varias maneras diferentes. Inusual desde el comienzo, La metamorfosis comienza con un máximo de despertar Gregorio Samsa convertido en un escarabajo. Mientras la historia progresa, Gregor parece aceptar este hecho con bastante facilidad, ya que nunca se detiene a preguntarse cómo una transformación tan realista podría ocurrir. Esta falta de cuestionamiento parece muy peculiar. Se podría esperar que una persona que se transforma en un escarabajo durante la noche para preguntar sobre la posibilidad de que esto ocurra. La aparente falta de Gregorio de preocupación por su estado plantea una consulta sobre si cualquier cambio físico que realmente ocurrió. Aunque la historia se presenta la mutación como un hecho, uno podría argumentar que sirve como metáfora para ilustrar el estado de la familia Samsa. Antes de la transformación de Gregor, llevó una vida relativamente aburrido, que, casualmente, no difieren mucho de la vida de un insecto. Él se preocupó casi exclusivamente con su trabajo, haciendo todo lo posible para mantener a su familia. Gregor no tiene amigos reales o pasatiempos, y fuera de su hermana, mantiene una relación distante con su familia. Él era otra cosa que un ser humano normal. La verdadera metamorfosis se produce cuando se da cuenta de su situación actual, y su papel en su casa. Gregor no se convierta en un escarabajo, sino que simplemente reconoce que ha sido uno durante bastante tiempo. Esta epifanía repentina podría sin duda le envíe en un choque que provoca la enfermedad mental, que finalmente conduce a su muerte. La primera parte de la metáfora se manifiesta en la metamorfosis. De todas las cosas podrían cambiar en Gregor, que se transforma en un insecto. Uno no puede dejar de establecer paralelismos entre la vida de Gregorio y de la vida de un insecto. La mayoría de los insectos, especialmente las hormigas y las abejas, tienen algún tipo de trabajadores que proporcionan para el resto del grupo. Gregor provee para su familia en la mayor parte de la misma manera que un insecto se destinarían a su nido o colmena. Sacrifica casi todos los aspectos de la diversión, y no el deseo de hacer otra cosa que trabajo. Finalmente, su ingreso es menos de un acto de generosidad, y más de una expectativa. La existencia de su familia se basa únicamente en los hombros, al igual que una abeja reina se basa en las abejas obreras. Cuando Gregorio se toma a sí mismo para mantener el hogar, su familia se vuelve cada vez menosproductivos, sino que a menudo ofrecen excusas débiles por qué lo hacen tan poco. Los cambios en la familia Samsa pasar desapercibido por Gregor porque él se preocupa mucho con su trabajo, y se detiene esperando la ayuda financiera de ellos. Uno puede imaginar que esta responsabilidad recién podría llegar a ser un poco irritante, y, finalmente, Gregor no puede manejar por más tiempo. Finalmente se da cuenta de que sirve como un insecto que lleva a cabo el trabajo de su familia para que puedan seguir viviendo tranquilamente. Así se produce la metamorfosis. Tras este descubrimiento, el papel de Gregor se invierte por completo. Una vez que el único sostén, Gregor se vuelve incapaz de hacer el trabajo para su familia, probablemente debido a que crece harto de su dependencia de él. Este aspecto de la metamorfosis que parece suceder inconscientemente, como Gregor todavía quiere trabajar. En algún lugar en el fondo, sin embargo, sabe que la familia estará mejor si no lo hace. En segundo lugar, la historia también parece ser una metáfora que describe la comunicación en la familia Samsa. Como cheques de pago de Gregor vuelto cada vez más se espera, su familia empieza a verlo como menos de una persona, a excepción de su hermana. Cuando Gregor no se despierta a tiempo para el trabajo, su madre primero le informa que va a llegar tarde. Ella no se preocupa que algo anda mal hasta que un poco más tarde, e incluso entonces sólo parece estar preocupado porque va a perder el tren. Gregorio y su familia no se comunican muy bien, sus frecuentes viajes de negocios la causa probable. Incluso señala a sí mismo acerca de la "vida tranquila que su familia ha estado al frente", en alusión al hecho de que poco de conversación se produce entre ellos. Pasar tanto tiempo ausente en el trabajo aleja a Gregor de su familia, y además le objetiva como un cheque en lugar de un miembro de la familia. A diferencia de su capacidad de trabajo, la falta de comunicación sigue siendo el mismo, tanto antes como después de la transformación de Gregor. La transformación de Gregor en un escarabajo simplemente enfatiza y llama la atención a la dificultad de Gregor en la comunicación con su familia. Inmediatamente después de la metamorfosis, Gregor se da cuenta de la dificultad de conversar con su familia, y habla en frases cortas y entrecortadas. A medida que se descubre cada vez más, que finalmente ve lo poco que su 8 familia entienda y se da por vencido por completo. Gregor probablemente podría seguir hablando si quería, pero sus palabras sería inútil para los oídos sordos de sus padres. Gran parte de la misma manera, los padres de Gregor hace poco tratar de conversar con él. A medida que la metamorfosis se produce, se le ve el real y perder todo interés en hablar con él. La falta de interacción entre Gregor y sus padres se vuelve altamente aparente mediante el uso de la metáfora escarabajo. Cuando ambas partes se dan cuenta de que Gregor sólo desempeña el papel de un trabajador, la comunicación cesa por completo. Al igual que en la vida antes de su transformación, Gregor y sus padres demuestran un alto grado de dificultad para entender unos a otros. Ellos simplemente no pueden relacionarse, al igual que un escarabajo no puede comunicarse con los seres humanos. Sin embargo, un ser humano hace mostrar una comprensión de la transformada Gregor, incluso si sólo una pequeña cantidad. Grete, la hermana de Gregorio, aún no se comunica directamente con él, pero parece saber sus pensamientos. Ella demuestra su clarividencia cuando ella le trae la comida, y más tarde, cuando ella limpia su habitación. Las acciones de relación de Gregor con su hermana tiene un significado mucho más que la relación que tiene con sus padres. Música, en particular, llevó a los hermanos juntos y siempre algo de qué hablar y una forma de relacionarse entre sí, sino que también puede haber llevado a la desaparición de Gregorio, en el extremo. A pesar de Grete parece estar del lado de Gregor en un primer momento, pronto se cansa de cuidar de él. Se limpia y se alimenta de él más por obligación que por buen corazón, y empieza a verlo más como una plaga con cada día que pasa. El colmo se produce cuando Gregor se escapa de su habitación a escuchar a su tocar el violín. La intrusión de Gregor envía a la casa en el caos y la música de Grete interrumpe. Esta vez, finalmente pierde la paciencia y le dice a sus padres que Gregor pone demasiado de una carga para la familia. Afirma que esta criatura no puede ser el verdadero Gregor, que es cosa del pasado. Poco después de perder el último eslabón a su familia, Gregor toma su último aliento. La familia de Gregor finalmente lo ve como una plaga que se entromete en la vida que podrían, y deberían, han estado viviendo. Después de mantener Gregor encerrado en su habitación, rápidamente muestran mejoras a su alrededor. Los tres de ellos adquieren puestos de trabajo, y ayudar en la casa. Además, comenzaron a comunicarse más como una familia, y la situación parece casi normal. A pesar de hacer todo lo posible para ayudar a su familia, al parecer fue Gregor sólo les impide avanzar. La idea de Grete que el verdadero Gregor se había ido hace mucho tiempo, proporciona la base perfecta para la base de la metáfora completa. Uno podría aventurarse a decir que el verdadero Gregorio murió tan pronto como se tomó trabajando para proporcionar a la familia. El cambió de un hijo normal y su hermano en un trabajador que existía solamente para traer un cheque de pago. El trabajo de Gregor finalmente tomó la forma de una cáscara exterior dura, que lo aislaron de su familia, y cambió la forma en que lo percibe. Metamorfosis física de Gregorio pasó toda la noche, pero el verdadero cambio se produjo mucho más lento. Gregorio hizo sufrir una transformación drástica, pero el cambio físico se llevó a cabo sólo en su imaginación. Cuando Gregorio se despierta y descubre quién es en realidad, ni siquiera puede reconocerse a sí mismo. La verdadera metamorfosis había sido años de preparación, pero cuando la familia Samsa se reconoce, que Coud no creer lo que veían. OBRA II – EL EXTRANJERO, ALBERT CAMUS (1942) 1. Resumen En El extranjero se nos presenta la vida de Meursault que siente y actúa de manera diferente a los demás. Lo hacen particular su falta de emociones, su conciencia pasiva, cansada y aburrida, todo le da lo mismo y posee una sensibilidad que llega a la crudeza. Rehúsa mentir respecto al mundo de sus sentimientos. Meursault, el personaje principal de esta obra, es un hombre sencillo cuya vida y felicidad se basan esencialmente en la rutina. Pero la primera frase del libro ya altera esa tranquilidad: Hoy, mamá ha muerto. Aunque ni siquiera este suceso parece alterarle demasiado, la muerte de su madre simplemente le parece algo molesto porque altera esa rutina que tanto le gusta y busca volver a ella cuanto antes. Esto hace que Meursault parezca un hombre sin sentimientos, insensible, al que la muerte de su madre no parece importar demasiado. Poco después algo más alterará la rutinaria vida de Meursault. Éste comete un asesinato y mientras espera en la cárcel al juicio y su resolución, reflexiona sobre sus actos. En el momento en el que comete este asesinato, Meursault ya se da cuenta de que este acto le traerá muchos problemas. Pero aunque sea consciente de su acto, no se siente moralmente culpable ni le importa haber matado a un 9 hombre. Una vez más, lo que más le importa es que se ha alterado su vida cotidiana. Incluso estando en la cárcel, no se siente demasiado mal porque ha encontrado una nueva rutina." Trama que avanza junto a uno, y que sorprende por su evolución. Sorpresa que además comparte con el protagonista, narrador de la historia que nos ofrece como una puerta abierta su mundo interior y exterior. El protagonista no parece ser consciente de sus actos. 2. Resumen por capítulos Capitulo I Los hechos ocurren en Argel. El protagonista, Meursault recibe un telegrama en el que se le informa que su madre ha fallecido. Debe partir hacia Marengo, donde se encuentra el asilo de ancianos, lugar en el que se hallaba su madre. Pide permiso a su patrón y emprende el viaje.Una vez en el asilo, él esta centrado en sus preocupaciones, se niega a ver el cuerpo de su madre y realiza reflexiones que demuestran su indiferencia ante un hecho de tanta importancia. En lugar de llorar a su madre, de expresarle su dolor, conversa con el conserje, sobre Paris. Fuma, se mantiene distante con los amigos de su madre que vienen a participar del velorio, le molesta el llanto de una de las mujeres. Se duerme. El entierro le resulta pesado, tortuoso por el calor de la jornada. Una vez concluido regresa a Argel con alegría pensando solamente en dormir. Nada hubo en él que expresara aflicción, pesar. Había muerto su madre, sin embargo, todo fue un trámite. Capitulo II Al despertar y darse cuenta que es sábado, siente el gozo de saber que tiene aun dos días de "vacaciones" (en realidad es el permiso que pidió a su jefe por la muerte de su madre) y decide ir a bañarse al mar. Se encuentra con Maria Cardona, antigua mecanógrafa de su oficina, por la que había sentido deseos en el pasado. La invita al cine y luego pasa la noche con ella. Habían transcurrido pocas horas del entierro de su madre. Sin embargo, no pareció importante. En cambio, a Maria le impresionó, aunque no hizo ningún comentario. Él, entendía que no era su culpa; ya se había disculpado con su patrón. Con ella no se disculparía.Llega el domingo, describe la gente que pasa por la calle, reflexiona acerca de lo que harán y donde irán y también expresa el aburrimiento que le provoca ese día. Pensó que ya era un domingo menos, que su madre estaba ahora enterrada, que volvería a su trabajo. Nada había cambiado. El vacío que vive es extremo. No hay ninguna expresión de sensibilidad en sus reflexiones. Todo en él acontece como en forma autómata, fría muy fría. Capitulo III Vuelve a su trabajo. Su patrón lo saluda por el luto y le pregunta por la edad de su madre. No la recuerda. Da una edad aproximada. Demuestra aquí un gran desamor por ella. Algo extraño, sus afectos no significan mucho, pero si el hacho de que la toalla que utiliza para secar sus manos, esté húmeda por la tarde. Sale a almorzar con un amigo, duerme un poco y luego regresa a la oficina. Al regresar a su casa, se encuentra con Salamano, un vecino viejo que tiene un perro sarnoso e enfermo de la piel. Describe la relación entre ambos. A continuación se encuentra con Raymond Sintes, un segundo vecino que lo invita a comer algo en su habitación. Raymond le cuenta una historia que ha vivido con una amante. Lo escucha pero casi sin interesarse por el relato. Por eso, cuando Raymond le pide consejo, le responde con oraciones breves y ante la propuesta de escribir la carta, responde afirmativamente de la misma forma que hubiera rechazado. Le era indiferente hacerlo o no. No le molestaba. Una vez terminada, vuelve a su departamento y escucha gemir al perro del viejo Salamano. A Meursault le daba lo mismo ser su camarada que no serlo. Total imparcialidad. Capitulo IV Trabajó mucho toda la semana. Fue dos veces al cine con Emmanuel, el sábado va nuevamente a la playa y pasan la noche juntos. El domingo almuerzan juntos. Sienten una discusión en la habitación de Raymond. Allí le cuenta a Maria la historia del amante del vecino. Termina interviniendo la policía. Él, debe salir de testigo, afirma que le "da lo mismo" aunque no sabia que debía decir. Cuando regresan se encuentran con Salamano que había extraviado su viejo perro. Su consuelo hacia el vecino es muy técnico, solo hace 10 mención a la actitud de la perrera. No es capaz de captar la soledad y el dolor de Salamano. Capitulo V Un día en el que recibió varias propuestas: Raymond lo invita a pasar el domingo en una cabaña en la paya de un amigo, cerca de Argel. El patrón le propone enviarlo a una oficina que instalará en Paris. Meursault expresa que le da igual. Ante la pregunta de su jefe si no le interesa un cambio de vida, responde que nunca se cambia de vida, que todas valían lo mismo. He aquí la absoluta indiferencia. Su jefe observa que jamás responde directamente que no tiene ambiciones. Por la tarde Maria le pregunta si quería casarse con ella. Nuevamente la respuesta es: "me da igual". No hay en él "sí" o "no". Pareciera que nada tiene sentido, nada le importa lo suficiente como para jugarse en una decisión personal única y responsable. Maria lo ama y se lo dice; él ciertamente no la quiere y lo dice. Para él, el matrimonio no es cosa seria. Pero si ella desea casarse él lo haría cuando ella lo disponga.Cena en el bar de Celeste, una extraña mujercita se sentó a su mesa, pidió la cena y extrajo una revista radiofónica en la que marco las emisiones. Esto le llamo la atención a Meursault. Por ello al salir ella, él como no tenia nada que hacer, salió también y la siguió. Termino por perderla entonces, volvió a su casa, encuentra a Salamano desolado por la perdida de su perro. Habla con él, lo escucha, se aburre pero como no tiene nada que hacer, ni sentía sueño, se queda con su vecino. No es el afecto ni la preocupación del otro lo que lo hacen quedar con Salamano. Sólo para poder dejar pasar las horas. Capitulo VI Llego el domingo. Raymond, Maria y él marchan hacia la cabaña de la playa de Masson. Al salir, enfrente había un grupo de árabes, entre ellos estaba el hermano de la joven a la que Raymond golpeo. Sin embargo, no les dieron importancia. Siguieron su camino. Se bañan, almuerzan y luego los tres hombres salen a caminar. Se cruzan con dos árabes, que vienen tras Raymond a vengar la paliza que le dio a su amante. Raymond es herido. Lo llevan a un medico. Nuevamente vuelve a salir con Meursault y se encuentra otra vez con los árabes Raymond saca un arma pero no la dispara. Meursault se la pide. Regresan, pero él no quiere encontrarse con las mujeres y decide seguir caminando. El sol le molestaba, el calor lo sofocaba. Encuentra al árabe que hirió a Raymond, le muestra su cuchillo y él dispara. Meursault comprende que destruyó el equilibrio del día. Por primera vez un domingo fue diferente para él. Había sido feliz. Disparo cuatro veces más sobre el cuerpo y reconoce que así llama a la puerta de la desgracia, ya que esto lo condenara seguramente. Segunda Parte Capitulo I Es llevado a un juez de instrucción e interrogado. No había escogido abogado, ja que otra vez daba muestras de total indiferencia, por lo tanto le envían un letrado de oficio. El abogado decide ayudarlo, pero Meursault, absolutamente sincero le afirma que perdió la costumbre de interrogarse, de reflexionar. Su abogado le pregunta si sintió dolor el día del entierro de su madre. Los instructores saben de las muestras de insensibilidad de ese día y harán hincapié en ello el día del juicio. El abogado no logró convencerlo de decir que ese día había reprimido sus sentimientos naturales. Al poco tiempo, compadece nuevamente ante el juez. El juez buscaba el arrepentimiento de él, pero ni siquiera ante el crucifijo, se conmovió. Afirma no creer y más que culpable o arrepentido se confiesa aburrido. El juez resultaba ser una persona muy exaltada y preocupada por la pasividad de MeursaultLas visitas del juez continuaron, pero él no le prestaba atención, estaba cansado de contar siempre lo mismo. Capitulo II Maria lo visita por primera y única vez ya que se lo prohibían por no ser su mujer. Allí comienza a sentir que está prisionero.Aquí describe las sensaciones que siente en la prisión: la falta de una mujer, la prohibición de fumar, la falta de libertad. Reflexiona sobre el paso del tiempo estando encerrado. Por primera vez, algo parece importarle. Es el castigo, pero, confiesa no sentirse desgraciado. El único problema era matar el tiempo y para ello comenzó a recordar. Así terminó por no aburrirse. Confiesa que con las horas de sueño, los recuerdos, la lectura de una historia seca y la alternancia de la luz y la sombra discurrió el tiempo. Habían pasado cinco meses. Capitulo III 11 Comienza su juicio. El abogado le informa que no es el más importante porque hay otro caso: homicidio (este caso ha atraído a muchos periodistas, Meursault hace referencia a el ambiente de desparpajo y normalidad que hay entre los periodistas.) Este último concentró la atención de los periodistas, por ello hay mucha gente. Al entrar al juzgado le da la sensación de estar en un club. Todos se conocen, se saludan; él se siente un intruso, pero está tranquilo. Hasta que escucha los nombres de los testigos: el director y el conserje del asilo, Raymond, Massou, Salamano, Maria. Comienza a ser interrogado por el fiscal que hace hincapié en el tema de la madre, porque la llevó al asilo. Luego toma testimonio al director y al conserje del asilo. Ambos hablaron de su negación a ver el cuerpo, que no lloró, que se fue inmediatamente después del entierro sin recogerse ante su tumba, ni siquiera sabía la edad de su madre. El fiscal ante estas respuestas experimentó una sensación de triunfo. Meursault se da cuenta de que las cosas no van resultando a su favor porque no solo se lo juzga por su crimen sino también por no haber sido un buen hijo. Maria, Massou, Raymond, testimoniaron destacando sus cualidades, pero el fiscal se mantuvo en la misma línea: para desacreditarlo ante el jurado. Capitulo IV Continúa el Juicio. El protagonista siente que se habla más de él que de su crimen. Se realizan los alegatos del fiscal y el abogado defensor. El fiscal insiste en que jamás lamentó haber asesinado al árabe. Meursault piensa que él jamás lamentó nada verdaderamente. Cuando el presidente del tribunal le pregunta si desea decir algo, expresa que no tuvo intención de matar al árabe, que todo fue por causa del sol. Todos rieron en la sala. El alegato del abogado defensor fue menos efusivo. El tribunal se retira de la sala. Delibera. Regresa y se da la sentencia: culpable de asesinato. Sería decapitado en una plaza pública y en nombre del pueblo francés. Capitulo V Por tercera vez se niega a recibir al capellán, no tiene deseos de hablar. Tan solo piensa en las posibilidades que se le presentan para volver a la libertad, pero se centra sobre todo en dos cosas: el alba y su petición de indulto. Paso sus noches esperando esa alba en la que lo ejecutarían. Cuando el amanecer pasaba y seguía vivo, reflexionaba sobre el indulto. Deseaba obtenerlo pero también se imaginaba que la petición era rechazada y todo volvía a comenzar. Finalmente el capellán entra en su celda e intenta explicarle porque necesita el consuelo de Dios. Él, sigue firme en su incredulidad y sostiene que todos estamos condenados a muerte, por lo que ese consuelo no tiene sentido, llega a molestarse mucho y a tomar al sacerdote por el cuello. Intervienen los guardias. El capellán lloró por él. Meursault recuperó la calma cuando éste se fue. Agotado, se durmió. En el límite de la noche, las sirenas sonaron. Anunciaban su ejecución. Por primera vez, pensó en su mamá y se abrió "a la tierra indiferencia del mundo". Deseaba la presencia de muchos espectadores que lo acogieran con gritos de odio. 3. El protagonista Meursault, un juego de palabras ligado a la relación que tenía con el clima de su Argelia natal, (constituido por las palabras mar y sal/meur et sault.) Es el héroe absurdo prototípico, más que un solitario, un náufrago desolado a la merced de las olas de un absurdo mayor que el propio: la sociedad. Carece de la hipocresía básica necesaria para sobrevivir en la sociedad burguesa, pero no apela con esto a anhelo alguno de virtud, su sinceridad y honestidad, extrema hasta la ingenuidad, es producto de la relación absurda entre dos entes absurdos: el hombre y el mundo, y nace de la respuesta natural del sujeto humano ante tal estado de cosas, la indiferencia. Meursault no es un intelectual amargado, por el contrario es un joven lleno de vitalidad, con el hedonismo egocéntrico propio de los veinte y tantos años, abraza la vida en cuanto se le ofrece con la espontaneidad, tan natural que parece que tenga una pasividad exultante ante todo. Así acepta el amor de Maria, la amistad de Raymond, el regalo ardiente del sol en medio de la frescura del mediterráneo. Esta manera de ser cargada de sensualismo marca todos sus actos, incluyendo los más "trascendentales", en un mundo en el que nunca se molesta en subrayar dada lo obvio de sunaturaleza, como son el homicidio y la propia muerte.{ Meursault prefigura el Sísifo sonriente que años más tarde concebirá Camus en su optimista apologética del absurdo Le myth de Sysiphe.} – Frase extraída de la biografía de las primeras páginas del libro. "Mersault pues es considerado desde mi más humilde opinión como un personaje extraño, intrigante, misterioso, absurdo ya que no mantiene una relación con la sociedad dentro de lo que se considera lo normal, su frialdad despierta curiosidad por saber más, por intentar escudriñar página a página el por qué, quien es y que es lo que hace que tenga está animadversión por la vida. Un ser extraño que crea una 12 curiosidad insaciable que hace que se lea la novela de un tirón." 4. Preguntas de análisis 1. ¿Cuál es el objetivo del texto? El objetivo de Albert Camus en esta obra es mostrar, a través de la vida de un hombre en concreto, los valores mundanos de la sociedad de su época. Su impasible protagonista, por culpa de su falta de sentimientos, expresión, capacidad de reacción, es condenado a muerte por un absurdo crimen cometido sin ninguna justificación, no hace nada por explicar la inocencia de la que se siente tan sumamente convencido. 2. ¿Cuál es la tesis que plantea el texto? La tesis central: "Nada, nada tiene importancia, y yo sabía bien por qué". La indiferencia es la actitud esencial de Meursault a lo largo de todo el relato, así cuando Raimundo le pregunta repetidas veces si quiere ser su camarada Meursault le contesta "que me era indiferente". Esta misma respuesta la que le da cuando le pregunta si quería testificar en favor suyo. También responde así cuando María le pregunta si le amaba y quería casarse con ella, Meursault le responde que: "me era indiferente". Tampoco muestra ningún interés por la mejora profesional y así cuando su jefe le pregunta qué le parecería mejorar laboralmente trasladándose a la sucursal de París Meursault responde que está bien: "pero que en el fondo me era indiferente". En esta novela Albert Camus nos presenta a Meursault, el protagonista, que refleja la filosofía de lo absurdo, la sensación de desencanto frente a la vida. Como el aburrimiento, la cotidianidad lo van haciendo insensible, indiferente y hasta casi despiadado. Da la sensación que al personaje le da igual ser de una forma u otra. Sin embargo, también en la novela se afirman las cualidades positivas del libre albedrío: ninguna fuerza extraña debe dominarnos. Fuimos creados libres y capaces de poder actuar por nosotros mismos; podemos y debemos superar la cotidianidad, el absurdo y el sin sentido de las cosas y la vida. De esta manera se refleja una tesis existencialista de que la vida carece de sentido. 3. ¿Cómo se prueba o refuta la tesis? En la obra de Camus El Extranjero, en la lectura del relato se da un efecto narrativo en primera persona que aparece escrito en tercera. Se señala que el “yo” equivale a un “él”, lo que permite mantener el sentimiento de extrañeza que envuelve totalmente la narración. Meursault es un extraño para la sociedad, para sí mismo y para el lector. El título de la narración no puede ser más representativo. Camus compone un relato en primera persona para engañarnos paradójicamente con la subjetividad de su persona. Encontrándonos de esta manera con un relato objetivo escrito en primera persona. 4. ¿Qué no he entendido? ¿Por qué en los últimos minutos de su vida, una vez escucha las sirenas que anuncian su ejecución piensa en su madre y se abre "a la tierra indiferencia del mundo" y desea la presencia de muchos espectadores que lo acogieran con gritos de odio, sabiendo que en todo momento sostuvo una posición de indiferencia ante el mundo? 5. ¿El argumento a favor de la tesis convence? En su primera gran novela, titulada El extranjero, Camus pone de relieve la naturaleza volitiva e indiferentista de su ateísmo. No en vano el primer título que Camus tenía pensado para esta obra era: "L´indifferent". Al final de la obra Camus afirma explícitamente que el indiferentismo de Meursault frente a la amistad, el amor y el trabajo queda completado por la indiferencia ante Dios. De ello da muestra indirectamente la primera parte de la obra; y, de hecho, declara explícitamente que el domingo es un día tedioso para él: "Pensé que era domingo y me fastidió: no me gusta el domingo". La segunda parte de la obra, en cambio, es una muestra explícita de esa indiferencia. Los personajes principales de las obras de Camus suelen caracterizarse por una serena indiferencia ante la vida entendida está como un absurdo cuya carencia de significado hay que sobre llevar inmersos en una cotidianeidad que nos arrastra sin sentido alguno. A veces ese absurdo se vuelve contra el individuo y lo aplasta, pero no porque el sujeto tenga una experiencia metafísica de angustia existencial, sino porque un absurdo aún mayor le sobreviene. Meursault comete un homicidio involuntario debido al cúmulo de unas 13 circunstancias absurdas. En su condena a muerte pesa más el comportamiento que tuvo durante el velorio, funeral y el día posterior a la muerte de su madre, un comportamiento de indiferencia existencial, que las circunstancias que concurrieron en la comisión del homicidio, circunstancias que, de haberse tenido debidamente en cuenta no le habrían acarreado la condena a muerte. 6. ¿Puedo formular objeciones que el autor no haya tenido en cuenta? Porque el autor en vez de empeñarse en crear la imagen de un antihéroe en Meursault, Cuando un autor argumenta a favor de una tesis, parte del argumento consiste en tener en cuenta las posibles objeciones y refutarlas una a una. Es sorprendente notar que en muchos casos quedan objeciones que el autor no ha tenido en cuenta. Cuando encuentre una objeción nueva, trate de argumentar a favor de ella y después de refutarla. 7. ¿Puedo formular una tesis contraria y sustentarla? Camus, crea con Meursault, la imagen de un antihéroe, donde en su esencia se aprecia una cargada negación, ya que para Meursault el mundo y su propia existencia no poseen ningún tipo de significado, valor o verdad. Dicha obra se encuentra asociada al Existencialismo, debido a la importancia en ella de temas como el absurdo y futilidad de la existencia, la indiferencia del universo y la necesidad del compromiso en una causa justa. Pero partiendo de esto se puede considerar que más que una posición existencialista de la obra, se puede ver claramente un mecanismo de defensa del protagonista y hasta del autor ante todo lo que puede estar pasando en su contexto. Por otro lado vemos como Meursault, no le encuentra sentido a si existencia ni valor, ni verdad, posición contraria a la obligación moral que tienen los sujetos desde el existencialismo, donde se debe actuar sobre la sociedad para transformarla mediante valores puramente humanos. 8. ¿El autor aborda cuestiones importantes que después no desarrolla? Es notable en la obra de Camus, la reducción de los personajes a las sensaciones, su negativa reflexión y a la interpretación de conductas propias y ajenas hace que de ellos se presenten con una inocencia pueril. 9. ¿Qué puedo concluir del texto? Se puede concluir que el autor estaba interesado en otros campos a parte del literario, sus principales intereses eran la ética, la humanidad, el amor, la justicia y la política, reflejado en cada fragmento de “El Extranjero”. La obra El Extranjero del escritor Albert Camus, está asociada al existencialismo, vemos como se hace una representación a dicha concepción existencialista de la vida como algo absurdo, en la que el ser humano debe realizar constantemente elecciones a veces sin sobrepesar las consecuencias de las decisiones tomadas y en la que se debe establecer una propia escala de valores morales. Es por esto que el concepto de culpa desaparece en el protagonista de la obra, y es reemplazada por la indiferencia ética. "Si hay algo que odie más que el que no me tomen en serio es que me tomen demasiado en serio.""Es aburrido ver a alguien entrar en una casa por la puerta. Es mucho más interesante cuando alguien entra por la ventana." La obra El Extranjero del escritor, Albert Camus está asociada al Existencialismo, debido a la importancia en ella de temas como el absurdo y futilidad de la existencia, la indiferencia del universo y la necesidad del compromiso en una causa justa. El extranjero, revela la influencia del existencialismo en su pensamiento. 5. Filosofía de Albert Camus: el concepto de hombre absurdo En ocasiones se le ha reprochado a Camus no ser un auténtico filósofo, un filósofo profesional, por desarrollar buena parte de sus ideas a través de la literatura. No obstante, es evidente que su obra está sustentada en un sistema filosófico bastante sólido que, por otra parte, expuso en sus ensayos. Su ensayo más conocido es El mito de Sísifo, publicado en 1942, el mismo año en que sale a la luz El extranjero. En dicho ensayo, Camus parte del tronco existencialista, pero pronto se aparta de él. El ensayo comienza con las siguientes palabras: No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar que la vida vale o no vale la pena de que se la viva es responder al pregunta fundamental de la filosofía. (El mito de Sísifo, 1967: 13) 14 Según Camus, la vida humana no tiene sentido. Pero, ¿es el suicidio la única solución consecuente ante la presencia aplastante de esta idea? A primera vista puede parecerlo, pero el escritor y filósofo francés llega a otra conclusión. Y, para ello, desarrolla su pensamiento sobre el absurdo. Camus defiende que la idea del absurdo, del sinsentido de la vida, puede asaltarnos en cualquier momento: Suele suceder que las decoraciones se derrumben. Levantarse, tomar el tranvía, cuatro horas de oficina o de fábrica, la comida, el tranvía, cuatro horas de trabajo, la comida, el sueño y lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado con el mismo ritmo es una ruta que se sigue fácil la mayor parte del tiempo. Sólo que un día se alza el «por qué» y todo comienza con esa lasitud teñida de asombro. «Comienza»: esto es importante. La lasitud está al final de los actos de una vida maquinal, pero inicia al mismo tiempo el movimiento de la conciencia. La despierta y provoca la continuación. La continuación es la vuelta inconsciente a la cadena o el despertar definitivo. (El mito de Sísifo, 1967: 20) Muchas veces a lo largo de nuestra vida podemos sentir el absurdo, pero una vez tomamos conciencia de él, es imposible escapar a esa constatación. Llegados a ese punto, cualquier intento de hallar el sentido de la existencia es inútil. Este sinsentido de la vida humana encuentra su explicación en la negación de la existencia de Dios y la trascendencia. El hombre desea lo que el mundo no le ofrece: eternidad y sentido. De la confrontación de estas dos realidades tan desproporcionadas (los deseos del ser humano y lo que éste vive) surge el absurdo. Así, dirá Camus: En la especie y en el plano de la inteligencia puedo decir, por lo tanto, que lo Absurdo no está en el hombre (si semejante metáfora pudiera tener sentido), ni en el mundo, sino en su presencia común. (El mito de Sísifo, 1967: 32) El ser humano, ante esta revelación, puede optar por asumirla con dignidad y lucidez o aceptarla con angustia y amargura. En el segundo grupo se encuentran, según Camus, la mayor parte de los existencialistas y racionalistas. Y es que en el panorama de la filosofía existencialista domina la actitud evasiva: Mediante un razonamiento singular, partiendo de lo absurdo sobre los escombros de la razón, en el universo cerrado y limitado a lo humano, [las filosofías existenciales] divinizan lo que los aplasta y encuentran una razón para esperar en lo que les desguarnece. (El mito de Sísifo, 1967: 33) Los existencialistas divinizan el absurdo de la existencia y entienden la oscuridad y la ignorancia que éste trae consigo en luz y explicación de todo. Este procedimiento por el cual un pensamiento intenta superarse a sí mismo constituye una negación y da lugar a una paradoja ineludible para Camus. Es aquí, pues, donde Camus se separa del tronco existen- cialista, cuya actitud denomina, por estar basada en la negación, «suicidio filosófico». El pensamiento de Camus tampoco es afín a los que sostienen que todo es razón y se obstinan en dar una explicación del mundo: No sé si este mundo tiene un sentido que lo supera, pero sé que no conozco ese sentido y que por el momento me es imposible conocerlo. [...] Y sé también que no puedo conciliar estas dos certidumbres: mi apetencia de absoluto y de unidad y la irreductibilidad de este mundo a un principio racional y razonable. (El mito de Sísifo, 1967: 46) Aceptar el absurdo con dignidad consiste en mostrar una actitud rebelde, que Camus define como «una confrontación permanente del hombre con su propia obscuridad» o «la seguridad de un destino aplastante, menos la resignación que debería acompañarlo» (El mito de Sísifo, 1967: 48). Y es que un destino, una experiencia, no se vive plenamente si no se la acepta por completo. Así pues, el suicidio no es una salida aceptable, ya que el suicidio «resuelve el absurdo» y «para mantenerse, lo absurdo no puede resolverse» (El mito de Sísifo, 1967: 49). Para el filósofo argelino, la rebeldía restituye el valor a la vida y la llena de grandeza. En la práctica, la rebeldía consiste en «morir irreconciliado y no de buena gana» (El mito de Sísifo, 1967: 49), «el hombre absurdo no puede sino agotarlo todo y agotarse» (El mito de Sísifo, 1967: 48). Y esto último no es ni más ni menos que intentar vivir lo más posible, que para Camus equivale a vivir el máximo número de años posible. El ser humano debe acomodarse a la realidad dada sin dejar de hacer uso de su libertad y, dado que siempre se tiene el mismo número de experiencias en un determinado número de años, ser consciente de todas ellas, sean cuales sean. El ser humano que vive acorde con estas ideas es el hombre absurdo: ¿Qué es, en efecto, el hombre absurdo? El que, sin negarlo, no hace nada por lo eterno. No es que le sea extraña la nostalgia, sino que prefiere a ella su coraje y su razonamiento. El primero le enseña a vivir sin apelación y a contentarse con lo que tiene; el segundo, le enseña sus límites. (El mito de Sísifo, 1967: 57) Así las cosas, la moral es un problema que queda fuera de las preocupaciones del hombre absurdo. Ya que la vida carece de sentido, la moral (así como el inmoralismo) no es más que un conjunto de justificaciones 15 que el hombre absurdo no necesita. El hombre absurdo sólo podría admitir una moral divina, dictada, pero, como ya hemos visto, niega la existencia de Dios. Esto no significa que todo valga para el hombre absurdo; éste debe considerar las consecuencias de sus actos con serenidad, pues aunque para él no haya culpables, hay responsables: La certidumbre de un dios que diera su sentido a la vida supera mucho en atractivo al poder impune de hacer el mal. La elección no sería difícil. Pero no hay elección y entonces comienza la amargura. Lo absurdo no libera, no liga. No autoriza todos los actos. Todo está permitido, no significa que nada esté prohibido. Lo absurdo da solamente su equivalencia a las consecuencias de esos actos. No recomienda el crimen, eso sería pueril, pero restituye al remordimiento su inutilidad. Del mismo modo, si todas las experiencias son indiferentes, la del deber es tan legítima como cualquier otra. Se puede ser virtuoso por capricho. (El mito de Sísifo, 1967: 58) Aunque esta última idea pueda parecer destructiva, en lo expuesto sobre hombre rebelde en El mito de Sísifo se encuentra la semilla de la esperanza. El hombre rebelde debe llegar a ser un Sísifo alegre, consciente de lo absurdo de su tarea pero feliz de vivir cada instante de su vida. Por otra parte, en el desarrollo posterior de su obra, Camus defenderá explícitamente la creación y la medida frente al exceso y la destrucción. Y, ante la precariedad de la existencia, propondrá el compromiso con los demás, especialmente con los seres marginados u oprimidos. Así, en su narrativa, puede observarse un gran cambio entre Meursault, protagonista de El extranjero, cuya indiferencia moral se desarrollará másadelante, y Tarrou, uno de los personajes de su novela La peste, que encarna una suerte de «santidad sin Dios» (de Torre, 1968: 232) a la que llega mediante la solidaridad con el sufrimiento. 6. Contexto histórico-literario La obra de Camus se desarrolla en los años 40 y 50, es decir, en los años marcados por las terribles consecuencias de la II Guerra Mundial. A raíz de este conflicto bélico se desarrolla la filosofía existencialista, con las ideas de Heidegger, Sarte o del propio Camus. Las inquietudes existenciales ya habían aparecido a principios de siglo en las obras de escritores eminentes como Pirandello, Rilke, Kafka, Thomas Mann, o Unamuno en España. Pero es en los años siguientes a la guerra mundial cuando cobran especial relevancia las obras (tanto filosóficas como literarias) preocupadas por la meditación angustiada sobre la condición humana. En este marco es donde se desarrolla el existencialismo por antonomasia, el existencialismo ateo, cuyos máximos representantes son Jean-Paul Sastre y Albert Camus. Ambos escritores parten de la afirmación nietzcheana de la m ́ uerte de Dios ;́ y a partir de ahí, el hombre aparece como una criatura absurda, el mundo es un caos y la vida como realidad carente de sentido. La formulación más radical del existencialismo ateo corre a cargo de Sartre; su novela La náusea expresa la angustia del hombre ante un mundo inexplicable. Algunas formulaciones de Sartre sintetizan bien la angustia y el absurdo que atenazan al hombre: “el hombre es una pasión inútil”; “el hombre está condenado a ser libre”; “el infierno son los otros...”. Las ideas de Camus – y en concreto el planteamiento que hace en su ensayo El mito de Sísifo o en su novela El extrajero – se mueven en una línea parecida. Pero ambos escritores superan su dramático pesimismo existencial por una vía del compromiso político o humanitario: en lucha abierta contra las injusticias. Paralela a línea existencialista se mueve otra corriente que podemos calificar de existencialismo cristiano, siguiendo el magisterio de Kierkegaard, Dostoievski o Unamuno. A ella pertenecen escritores tan destacados como Graham Green, G.Bernanos, Mauriac o Claudel. La vida como un camino dramático, la mezcla de grandezas y miserias, el misterio del Mal serán los grandes temas de estos escritores cristianos contemporáneos a Camus. En sintonía con el pensamiento existencial se mueve también el llamado teatro del absurdo, de Ionesco o Samuel Beckett. 7. Aspectos formales La novela está escrita en primera persona: hay un protagonista-narrador que da cuenta de los diferentes episodios que jalonan su vida, desde el entierro inicial de su madre hasta su prisión y condena final. Es el propio protagonista, Mersault, quien expone los hechos y reflexiona sobre ellos. Narración escueta, descripciones concisas, especulación o reflexión y diálogos breves e incisivos son las modalidades que aparecen en la novela. Pero este enfoque subjetivo, propio de una novela confesional, queda contrarrestado por el tono que le da el narrador. El gran acierto de Camus consiste en que hace “hablar” a su protagonista eliminando cualquier tipo de emoción; Mersault nos cuenta su vida como si las cosas que dice no fueran con él: siempre se comporta como un observador distante y preciso, frío y meticuloso. 16 La novela está escrita con un estilo desnudo de artificios, con la máxima sencillez aparente, que consigue así impactar al lector. El protagonista se distancia de sí mismo y nos desvela con toda crudeza su extraña forma de ser y de actuar: la encarnación de la angustia, la aparente insensibilidad, el absurdo de las situaciones que vive, la abulia y la soledad en las que se desenvuelve, su conducta de autómata... 8. Matar y morir en El Extranjero Toda literatura goza, o padece a veces, de ideas; la operación ficticia contiene un material que puede ser trasladado a la veraz vida del lector. En ocasiones, por demás, el verbo imaginario re- quiere, más en uno que en otro autor, una apoyatura filosófica para explicarlo, para entenderlo; incluso para la estética inteligencia del mismo. Por supuesto, su literaria cualidad no se ve menos- cabada, la teorética del autor no lo explica todo, como se verá; pero ciertas notas sobre la filosofía, o cuando menos, la ideología trascendental, como la falta de sentido y valores, que subyace a la escritura, a la autoría de un relato, son importantes y explicativas. Albert Camus, con ese amplio afán de las letras, sean de puro arte o de sagaz pensamiento, escribió en El extranjero una literatu- ra que se deja elucidar, muchas veces, en la filosofía de a pie de su protagonista; de la intensa in- dividualidad, para morir y para matar, que es Meursault. En esta historia, con hondo calado existencial, asistimos, así, a una doble faz de la muerte; a la acuciante pasión que se inicia con la noticia del deceso de la madre del protagonista hasta culmi- nar, pasando por el crimen, en la condena y su propio ajusticiamiento. Meursault, un oficinista de la Argelia colonial, nos va relatando, confesivo, ásperamente sincero, su vida en un lenguaje que sufre una indiferente crudeza. Por ejemplo, son notables las descripciones del calor, del paisa- je, durante el camino que lleva a su madre al cementerio; como abstrayéndose de un hecho, nor- malmente, crucial y pático. En efecto, en el velorio de la madre, el narrador no llora; se exhibe y piensa insensiblemente, lo cual dejará un tendal de indicios para el juicio posterior a su crimen. Sus respuestas, continuando con el aspecto lingüístico-conceptual, son inerciales; está a punto de casarse, por ejemplo, pero le dice a su prometida que el hecho de quererla o no carece de importancia. Camus dijo que el principal problema filosófico era el suicidio; desde este punto de vista, por lo tanto, la vida o la muerte de Meursault, la vida o la muerte de los que rodean a Meursault, co- bran capital importancia para la intelección argumental. Entre la vida y la muerte, o su sentido o significado, se debate el narrador, ante sí mismo y ante la humanidad; y ya está a punto de matar y de morir... El protagonista, así, vuelve a la vida normal; se entromete, más por la mecánica de las cosas que por otra cosa, en los sórdidos asuntos de un hombre que, repentinamente, le tiene confianza; el hombre, Raymond, carga un problema con unos árabes; Meursault, pues, mata a balazos a un árabe. Ha elegido, entonces, matar, ya que vive una vida que le inspira absurdidad, falta de tras- cendencia religiosa o mandatos sociales plausibles; como, por ejemplo, la ley, eclesiástica, civil o filosófica, de no matar. En el asesinato del árabe, que desembocará en la ironía del juicio, el pro- tagonista, rodeado por la circunstancia de una naturaleza opresora-¿el calor de la playa argelina?-, permanece junto al árabe y dispara, como si cediera el gatillo; sin embargo, eligiendo, palabra afín al existencialismo, una voluntad propia que trasciende el inocente vaivén de la naturaleza, si- gue disparando sobre un cuerpo inerte. Aunque el narrador nunca lo explica, si bien en parte achaca al calor su acción criminal, ha optado la muerte del otro; los códigos, celestes o terrenales,no han podido influirlo, y sólo el mundo indiferente y absurdo es lo que tiene que aceptar; sin reglas que otorguen una finalidad razonable, todo está permitido. Como la vida en ge- neral no tiene significado, el asesino, acaso, concluye que matar es algo tan inexplicable co- mo Dios. ¿Pero será Meursault igualmente, como ante la muerte del otro, indiferente ante su propia muerte? Las reacciones del protagonista frente a la mortal angustia, como víctima y como victima- rio, como agente y como paciente, como asesino y como asesinado-Camus estaba en contra de la pena de muerte-, es lo que se propone este ensayo. El asesinato del árabe, si bien ínti- mo, pues el propio sujeto del relato lo ha cumplido, no es tan individual, tan concreto aca- so, como el propio cara a cara letal del oficinista. Meursault, apático, posee una cierta ética asesina, pero no sabremos hasta el final si su práctica moral es también suicida, o, para en- tenderlo con más rigor, si acepta su condena a muerte, como ser humano que carece de la piedad postmortal de las religiones y las construcciones especulativas humanas. Y así asistimos, al fin, a la aplastante ironía camusina del juicio; Meursault se declara culpable; narra, abrumadoramente impersonal, los acontecimientos del proceso: el hincapié que se hace acerca de que Meursault no ha llorado por su madre-debido a los testigos del velatorio-es más importante, imputando Camus a la palabrera persuasión judicial, que el hecho de ha- ber éste matado a un hombre. Las instituciones legales, cargadas de hipocresía tanto de ver- bo como de concepto, inquieren al marginado, al extranjero de esta tierra, y a su conse- cuente falta de valores ortodoxos; y así el hombre arrojado al mundo indolente tiene todavía más causas turbadoras; es aquí donde se nota que la sociedad de los valores juzga al indivi- duo que no cree en nada, exceptuando el propio absurdo, la insondable voluntad del uni- verso y de 17 los seres; penosa conciencia, pues, que debe vivir con plenitud el asesino; una conciencia que permite rechazar el suicidio, según los ensayos del importante autor franco- argelino; pero que, ateniéndonos a la novela, no logra rechazar el asesinato...Meursault es condenado a pena capital; tanto como ha matado, ahora ha de morir. En la cárcel, va a visitarlo frecuentemente un capellán. Meursault declara que no cree en Dios. Está tan entregado a la insensibilidad de las cosas, que le dice al religioso que no tiene tiempo de ocuparse de Dios. Hay explosiones emocionales de ambas partes. El capellán re- presenta palmariamente el orden transmundano que quiere engañar, según la novela y el autor, la falta de finalidad, de teleología, en los hombres, tanto para la vida como para la muerte; una vez que el capellán lo deja en la soledad, el asesino se enfrenta a sus pensamien- tos. Dice que ha sido feliz. Que siempre ha sido feliz. Acepta entonces el mundo impert- érrito, la humanidad inhumana (carente también de significado); así, pues, el exacerbado individuo se prepara para recibir la muerte, la condena que todos cargamos sobre los hom- bros. Es menester decir, por último, que Camus objetaba que, sin embargo, no todo estaba per- mitido; y que un deber-por ejemplo, el de no matar- podía ser, como las otras, una capri- chosa, como vehemente, permisividad. Su Meursault, sin embargo, ha aceptado su vida y, sobre todo, su muerte; pero eligió matar a un hombre. Él se complace en la conciencia del absurdo; de la falta de sentido de una vida que al final declara feliz, y de su propia extin- ción; aunque en ello deja deslizar, acaso, que los métodos del juicio hipócrita fueron falaces,pero no su culpa. Así, la filosofía de Meursault, no pudiendo desentrañar si según Camus o según la escritura de Camus, ha sabido morir, sí, pero no ha sabido, en fin, permitirse dejar de matar. 9. Albert Camus y El Extranjero lbert Camus llevó una vida llena de turbulencias desde una temprana edad: la pobreza que enfrentó en su infancia, una enfermedad tan desgastante como la tuberculosis (la cual fue consumiendo poco a poco su salud), y los numerosos acontecimientos sociales que sucedieron en el mundo durante su vida, tales como la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Independencia de Argelia. Todas estas experiencias moldearon su forma par- ticular de ver el mundo, sus opiniones y su filosofía personal. En un principio, Camus expuso ideas cercanas a la corriente existencialista (fue un lector de Kierkegaard), pues afirmaba el papel decisivo de la existencia y la libertad del sujeto y de la elección o responsabilidad individual. Sin embargo, más adelante Camus se declaró al margen de las corrientes filosóficas y negó cualquier convicción que pudiera tener en Dios, en la historia o en la razón. Con esta afirmación rechazó el cristianismo, el marxismo, el nihilismo y el existencialismo, y luchó contra toda ideología que separara al hombre de lo humano. Es por ello que fue declarado anarquista por algunos, ya que apoyó numerosos movimientos de revuelta alrededor del mundo; colaboró con publicaciones anarquistas y cues- tionó cualquier doctrina que llevara a un “final de la historia”. Sin embargo, sus pensamientos contribuyeron principalmente a la cons- trucción de una nueva e importante corriente: el movimiento de lo absurdo. Aun- que este tiene sus orígenes en pensadores anteriores a Camus, es él quien lo consolida, y esta corriente puede apreciarse en casi todas sus obras, incluyendo El extranjero. Con el absurdo, Camus propone un enfrentamiento entre dos idea- les que ponen en evidencia lo irrazonable que es la vida humana: por un lado, el deseo del hombre de encontrar un significado a su existencia; y por otro, la indife- rencia del universo. Piensa que hay situaciones específicas que permiten al hom- bre darse cuenta de lo absurdo de su existencia y que tal toma de conciencia deja al hombre tres opciones. En primer lugar, está el suicidio, el cual es considerado como una confesión o declaración de que la vida no vale la pena; es la manera más fácil de terminar con lo absurdo al eliminarse el sujeto y su lugar en el uni- verso. La segunda opción es la de “un salto de fe” en la cual el sujeto reconoce lo absurdo de su existencia, pero prefiere ignorar este descubrimiento, lo cual sería un suicido filosófico. La última opción es la de aceptar el absurdísimo de la vida y la indiferencia del universo. Se argumenta que sólo así los hombres pueden volverse libres y tienen la oportunidad de darle un significado a sus vidas. “Sólo mediante esta aceptación los humanos pueden utilizar su libertad para tomar decisiones y para desarrollar un propósito” (Cruickshank, 1960: 44). Esta última opción es la única vía admisible a los ojos de Camus. Para este autor, los humanos están constantemente tratando de eludir la verdad del absurdo y de llenar el vacío que ello les produciría con algún otro sistema de creencias (religión). En un mundo en el que el hombre no espera encontrar un significado mayor, o tener una vida más allá de la muerte, se puede obtener una libertad absoluta. Esta corriente discute que, al igual que la religión, la esperanza es otra manera de eludir el absurdo. No obstante, al vivir sin esperanza, los hombres aprenden a apreciar cada momento del presente y a vivirlo al máximo. Un último concepto importante en esta ideología es el lamoralidad. No hay una moralidad suprema y objetiva con definiciones exactas del mal y del bien; en cambio, lo que sí hay es una integridad personal, en la cual el hombre es honesto consigo mismo y consistente con sus acciones. 18 Para el absurdista sólo existe una visión subjetiva de las cosas y no un enfoque inque- brantable de lo que es moral y de lo que no lo es. En lo que concierne a lo sociopolítico, Camus tuvo siempre una visión hu- manística de la sociedad. Fue un ferviente defensor de los derechos humanos en todo el mundo, y en especial denunciaba las injusticias perpetradas contra la población árabe en Argelia cuando todavía era una colonia francesa. Fue un declarado pacifista, y se manifestó en contra de la pena de muerte alrededor del mundo. Así mismo, fue también un opositor a los regímenes totalitarios en todas sus formas, desde el nazismo alemán hasta el comunismo soviético. La obra La primera parte de la novela presenta a Meursault, un francés que vive en Argelia, y su vida cotidiana. Meursault es un hombre relativamente normal, con un trabajo y un apartamento, pero bajo esta apariencia común y corriente se encuentra una singularidad que lo separa del resto del mundo: su actitud de completa indiferencia hacia todo lo que lo rodea. Cualquier cosa que va más allá de la experiencia sensorial es extraña y ajena a Meursault. No expresa ningún sentimiento, ya sea de tristeza, alegría, culpa, piedad o miedo. Sólo se enfoca en el placer físico y únicamente hace observaciones objetivas. Eventos como el funeral de su madre, el encuentro amoroso con una mujer (Marie), o la amistad con un vecino no causan en él reacciones. Cuando su amigo Raymond los invita a él y a Marie a un paseo a la casa de otro amigo, llega el momento climático de la obra. Agobiado por la luz y el calor, Meursault asesina a un árabe en la playa, sin razón aparente. La segunda parte de la obra gira en torno a su encarcelamiento, juicio y sentencia. Aunque la obra es usualmente clasificada como existencialista, se trata en verdad de un exponente del absurdo de Camus. En la primera parte se explora lo absurdo de la existencia del personaje principal, Meursault. Aunque todavía él no ha tomado consciencia de ello, el absurdo está presente en todas sus accio- nes. Meursault no demuestra ninguna clase de sentimientos ni empatía; es poco receptivo y distante, aun cuando se trata de “seres queridos”. Por ejemplo, en el funeral de su madre, no muestra signos de tristeza ni emoción, sino que simple- mente observa a los otros asistentes. Sale a relucir lo que López Quintás llama la “actitud fusional inmersiva, que lo lleva a atenerse casi en exclusiva u obsesi- vamente a la vertiente sensorial del entorno (...)” (2011: 294). Quiere decir que la única forma en la que existe verdaderamente y se relaciona con el resto del mundo es a partir de sus experiencias físicas, tales como nadar en el mar, o su relación sexual con Marie. Meursault tampoco siente que erró al ayudar a Sintès a vengarse de su novia. Sabe que este último la golpeará y, sin embargo, ayuda a su amigo a escribir la carta que llevará a este acto. Una vez más se demuestrala falta de compasión que tiene el personaje, pues simplemente no ve una razón por la cual no debe ayudar a Sintès. Aquí se evidencia un aspecto importante de la filosofía de Camus: el tema de la moralidad en el absurdo. El hombre absurdo no se guía por reglas definidas del bien y del mal que clasificarían la acción de ayudar a Sintès en su venganza, como mala. El hombre absurdo (Meursault) solamente tiene una idea subjetiva de la moralidad, que no encuentra nada malo en ayudar a escribir una carta. Otro ejemplo de su insensibilidad reside en la relación que mantiene con Marie. Para Meursault esta unión no pasa de un plano sexual, pues solo la usa para satisfacer sus deseos. Marie, en cambio, sí desarrolla fuertes sentimientos que van más allá de la relación física. Cuando ésta le pregunta a Meursault si la ama, éste responde que no lo sabe; se demuestra en este acto la falta de sentido que tiene para Meursault el amor, pues lo único verdadero para Meursault son las experiencias físicas. “Su tendencia a nivelarlo todo, anulando la jerarquía de valores” (López Quintás, 2011: 301) es una de las muchas características que demuestra esta escena, y que concuerda con el pensamiento de lo absurdo. Un aspecto importante es la otredad y la condición extranjera de Meurs- ault. Como bien explica López Quintás “el propósito de Camus no fue de dejar constancia testimonial de un tipo de humano característico de una época, sino mostrar cómo vive y se comporta un hombre que de modo tácito o expreso desa- rrolla su existencia en una relación de inmediatez casi fusional con su entorno y limita de este modo al extremo su capacidad creadora de ámbitos humanos” (2011: 312). Es decir, que cuando se trata de elementos físicos (el sol, la luz, el mar, el cuerpo femenino, los ruidos y los olores), Meursault se siente cómodo y totalmente integrado. Por el contrario, se siente extranjero o extraño cuando trata de relacionarse con situaciones que sobrepasan este mundo sensorial (ma- trimonio, amistad, leyes de la virtud, o arrepentimiento). El acto climático en la novela es el asesinato del árabe en la playa. “La es- pada ardiente me roía las cejas y me penetraba en los ojos doloridos. Entonces todo vaciló. El mar cargó un soplo espeso y ardiente. Me pareció que el cielo se abría en toda su extensión para dejar que lloviera fuego. Todo mi ser se distendió y crispé la mano sobre el revólver.” (Camus, 1979: 72). Cuando Meursault comete este crimen lo hace debido a los efectos físicos que le estaban causando el intenso calor y el sol en ese momento aciago. “Una y otra vez advierte Meursault que su naturaleza es tal que las sensaciones y estados físicos alteran a menudo 19 sus sen- timientos y no le permiten hacerse cargo de la situación” (López Quintás, 2011: 307). Es tal el grado de alejamiento de su metasensibilidad, que no logra controlar sus impulsos físicos para evitar un acto que muchos considerarían impensable. Para Meursault, este suceso no tiene nada de diferente de los otros que ocu- rren en su vida; no tiene significado especial y es un simple acontecimiento que le pasa. Se aprecia la insignificancia que tiene para Meursault la vida humana, y no solamente la suya sino la de todas las otras personas. Nunca se cuestiona ni piensa en la humanidad del árabe al que mató (es irrelevante para él), sino que lo plantea como un simple hecho que es consecuencia de sus acciones y la causa de su arresto. Sin embargo, este evento tiene enorme importancia para lo que siguede la novela, pues marca el punto en el que Meursault comienza a reflexionar sobre su existencia y sobre su vida. Cuando es aprisionado y su juicio y condena son inminentes, Meursault experimenta una introspección sobre su vida y es en ese momento cuando toma consciencia de lo absurda que es. Si antes vivía de una manera desligada, considerando toda acción y persona como banales, ahora lo reconoce abiertamente. Con este asesinato, Camus demuestra una de las “si- tuaciones” que dejan que el hombre se dé cuenta de su propio absurdo y que, con- secuentemente, le otorgan la libertad. La muerte del árabe y el encarcelamiento de Meursault son una especie de despertar que permite al personaje percatarse de la insensatez de la vida. Ante tal revelación, Camus propone tres elecciones, como se plantearon an- teriormente. En el caso de la novela, Meursault escoge la tercera opción (acepta- ción), pues el personaje no elige el suicidio (primera opción) ni ignora su absurdo (segunda opción). Al enfrentarse al capellán violentamente vive un momento de catarsis en el que expresa frustración ante su absurdo y la angustia que le provoca la falta de sentido de su vida. No obstante, termina por asumirlo y acep- tarlo: con ello consigue la libertad. Meursault se da cuenta de la indiferencia del universo hacia su vida y es por esto que afronta y está en paz con su sentencia de muerte. “Como si esta tremenda cólera me hubiese purgado del mal, vaciado de esperanza, delante de esta noche cargada de presagios y de estrellas, me abría por primera vez a la tierna indiferencia del mundo. Al encontrarlo tan semejante a mí, tan fraternal, en fin, comprendía que había sido feliz y que todavía lo era.” (Camus, 1979:142). En la segunda parte, se examinan también la “justicia del hombre” y su ar- bitrariedad. Durante el juicio, Meursault es pasivo e inexpresivo, cualidades que el abogado acusador usa en su contra para hacer creer que Meursault carece de sentimientos (aunque de alguna manera no los tiene). En algún punto del juicio, el abogado llega incluso a retratarlo como un monstruo desalmado, para así lograr su condena. Meursault no ve su acto como “desalmado”, sino que lo ve como un acontecimiento más en su vida. También se reitera el hecho de los disparos per- petrados hacia el árabe. Para Meursault, el hecho de dispararle una, dos, tres o más veces es equivalente, ya que no hay diferencia, pues el primer disparo mató al hombre, y los que siguieron no cambiaron este hecho ni tuvieron otras consecuen- cias. No obstante, el narrador destaca la importancia que le da la sociedad a los disparos posteriores: para la sociedad el hecho de haber disparado más de una vez convierte a Meursault en un brutal asesino que no disparó en defensa propia, sino que lo hizo en un acto cruel y asesino. Esta línea de pensamiento se denuncia en la novela, pues mientras que el hombre absurdo (Meursault) es objetivo y considera solamente la muerte del árabe, la sociedad da otros significados a estas acciones. Impacto y alcance de la novela Sin importar las opiniones de algunos críticos, Albert Camus fue y es considerado, no sólo por sus contemporáneos sino también por especialistasposteriores, como uno de los escritores más significativos de su generación. En numerosas encuestas, hechas justo después de la Segunda Guerra Mundial, y aun hoy en día, Camus resulta uno de los escritores mas leídos en Francia. Su impacto también es internacional al ser, junto con Jules Verne, Victor Hugo y Alexandre Dumas, uno de los escritores franceses más leídos y reconocidos en el mundo. El Extranjero se publicó durante la mencionada guerra, escenario perfecto para los temas que explora la obra. El impacto que tuvo la novela en un público que había vivido en carne propia el terrorismo y lo absurdo de la guerra, fue enorme. El público francés vio en Meursault un reflejo de su propia experiencia absurda y sin sentido. No solamente en Francia se percibía esta emoción; también en el resto de Europa y en el mundo existía un fuerte sentimiento de desengaño y confusión que se veía plasmado en la obra de Camus. La filosofía del absurdo propuesta por esta obra (y muchas otras obras de Camus) fue acogida por gran parte de la sociedad de la época, en especial por los jóvenes. Junto con el existencialismo, esta filosofía presenta la percepción de desvalorización de la vida humana que había en aquel momento por causa de la guerra. Estas dos corrientes influenciaron considerablemente toda una generación e, incluso, hoy en día, siguen vigentes en muchos países entre numerosas personas. Conclusiones 20 El legado de Albert Camus en sus obras y su pensamiento es una herencia invaluable, tanto para la literatura francesa y universal, como para la huma- nidad en su totalidad. La intensidad humanitaria con la que se expresaba, su preocupación por el prójimo y su lucha contra el totalitarismo son algunas de las cualidades tan simples y a la vez tan inusuales que hicieron de este hombre un autor sobresaliente. Sintió la necesidad, no sólo de escribir, sino de denunciar y reprochar el sufrimiento, el dolor y las conmociones políticas y morales de su época. El extranjero es uno de los muchos escritos que expresan el sentimiento general de desconsuelo de la humanidad durante y después de la Segunda Gue- rra Mundial. Con sencillez y claridad, Camus expone toda una nueva corriente filosófica, el absurdo, que lleva a una insólita manera de ver la vida. La corta historia de Meursault conmueve al lector y le lleva a cuestionarse sus más profundas creencias sobre su individualidad y su propósito. Conclusiones II En la primera parte, bueno al menos así lo propongo yo, se describe a Meursault como un personaje apático, indiferente de la vida, como desconectado del mundo, este obrar de Meursault es lo que Camus establece como la "sensibilidad absurda" (El mito de Sisifo), es la "vida inauténtica" al decir de Heidegger (Sein und Zeit) en donde las personas viven para ocultar su verdadero ser, que es, ni mas ni menos que el hombre "es-un-ser-para-la-muerte".Explicándolo de otro modo, estamos destinados a morir, pero esta realidad, el camino hacia la muerte o sea la nada, nos genera una angustia gigantesca que tratamos de todos modos de evadirnos de ella. Es por ello que Meursault tiene este comportamiento indiferente, no esta enterado, en esta primera parte, de su verdadero ser, tiene una vida inauténtica, es un verdadero extranjero de su propio ser. Meursault, no se pregunta por que vivir, solo vive y con esta actitud frente a la vida se evade de su propio ser.Esta preso de la vida inauténtica.La segunda parte seria una especie de salto hacia él "ser autentico", es la liberación, es el reencuentro con su ser, este punto es central en la obra, Meursault se topa con la primera certeza en su vida, que va ha morir ejecutado, después de un juicio, por haber dado muerte a un hombre, cuando toma al sacerdote por el cuello, si mal no recuerdo, se produce una rebelión en el, descubre su ser, su verdadero y autentico ser, sabe que es un hombre destinado a la muerte y la aceptación de ella lo hace libre, y es por primera ves en su vida un hombre libre y dueño de su vida, es tan libre que ni siquiera el temor a morir ejecutado lo amedrenta, es mas bien su salvación, su verdadera liberación de aquella vida indiferente hacia las cosas y evasiva de si mismo, a partir de ahora Meursault se hace dueño de su vida, recobra su humanidad, aunque ya no le quede mas tiempo en este mundo. Albert Camus toma al nihilismo, como razón del ser (bueno todos los pensadores existencialistas lo han hecho) y lo plasma en la esta novela de manera brillante. Como tal se entiende la decisión del protagonista de rechazar la visita del capellán, ya que tomando el nihilismo como actitud hacía la vida por parte del autor no puede aceptar la existencia de una "ley superior" que determine nuestra vida. OBRA III – CASA DE MUÑECAS, IBSEN (1879) 1. Argumento Los hechos ocurren en el interior de la casa de una familia típica de la época compuesta por el marido Helmer –abogado de profesión-, Nora -esposa de Helmer y gran protagonista y heroína de la obra-, tres hijos pequeños del matrimonio, y dos empleadas. Los personajes ajenos al núcleo familiar pero que inciden en los acontecimientos son el médico Rank quien se siente sentimentalmente ligado a Nora; Cristina, amiga de Nora desde la infancia y que juega un papel importante en la salvación de la protagonista y Krogstad quien trabaja en el mismo Banco en el que labora Helmer y a quien Nora le tiene una deuda. La cuestión central de la obra encuentra su razón de ser en un acontecimiento que acaeció hace ya ocho años: El padre de Nora yacía agonizante y su marido cae enfermo de gravedad. La solución para la recuperación de Helmer está en viajar a climas más benévolos, concretamente a Italia. Nora solicita a Krogstad un préstamo a escondidas de su marido para poder salvar la vida de éste y falsificando la firma de su padre moribundo. Con el tiempo Nora ha podido ir pagando la deuda. Una serie de casualidades pondrán al descubierto aquella acción de Nora y traerán a la luz un mundo vital en el que la protagonista ha vivido sin sentirse a gusto y que la pondrán en la encrucijada más importante de su vida: seguir en lo mismo o romper con todo para reafirmarse a sí misma. El marido es elevado a la posición de presidente de un Banco en el que precisamente labora Krogstad. La necesidad de readecuar el número de empleados del Banco trae consigo la posibilidad de que Krogstad quede desempleado. Éste ante 21 semejante posibilidad recurre a Nora para que interceda por él ante su marido utilizando para ello la extorsión: Hará del conocimiento del marido todo lo relacionado con la deuda que ella adquirió con él ocho años ha. Los esfuerzos de Nora a favor de Krogstad no fructifican y éste pierde su puesto de trabajo. Krogstad cumple las amenazas y envía al marido de Nora una carta en la que expone lo actuado por Nora a sus espaldas en ocasión del préstamo solicitado. La misiva finalmente es leída por el marido dando lugar a una reacción violenta de parte de éste contra su mujer. Pero en mitad de los insultos, improperios y humillaciones de que Nora está siendo objeto llega otra carta en la Krogstad declara a Nora libre de toda deuda. Inmediatamente Helmer sufre una transformación. Concluye que no hay razón para humillar a su mujer, que el orden de su vida ha sido restablecido y que todo vuelve a ser normal. Para Nora, no obstante, la cosa no es así de fácil. La reacción inicial de su marido ha obrado, primero, como desencadenante y, luego, como transformador. Ella se ha dado cuenta que no ha vivido sino que ha sido un juguete más en una casa de muñecas. No hay nada qué restablecer y sí mucho por conquistar. Terminará marchándose de casa abandonando a su marido y a sus hijos. AMPLIACIÓN Torvald Helmer y Nora están casados desde hace ocho años y tienen tres hijos. Tienen una posición acomodada y habitan una vivienda de gran tamaño. Es navidad Nora se alegra de no tener que ahorrar más, ya que Torvald será promovido a Director del Banco en Año Nuevo. Sin embargo, Torvald le insiste en que se mantenga cauta, ya que su primer sueldo en la nueva posición lo recibirá recién en un trimestre y en caso de que le suceda algo, no quiere que ella se quede con deudas. Torvald trata a Nora como a una muñeca con la que puede jugar. No la toma en serio, igual que su padre antes. Durante las vacaciones navideñas llega Christine Linde , una amiga de Nora, de visita. Nora y Christine no se han visto desde hace diez años y tienen mucho que contarse. Christine también se casó hace ocho años con un hombre pudiente. Ella necesitaba el dinero para poder mantener a su madre y a sus hermanos menores. Cuando su esposo murio, tres años atrás, no le heredó nada. Desde ese entonces ha tenido que trabajar para poder mantener a sus familiares. Mientras tanto, su madre murió y sus hermanos menores son adultos. Nora le dice que ahora debe estar muy aliviada, pero Christine le responde que lo único que siente es un vacio. Ahora necesita un trabajo nuevo, ya que también necesita dinero. Nora le promete preguntar a su marido si éste le podrá conseguir un trabajo en el Banco. Entonces Nora le cuenta a Christine sobre sus últimos diez años. Su marido, Torvald, cambió de trabajo a un puesto mejor pagado luego de la boda. Durante el primer año trabajó tanto, que los médicos temían por su vida y le recomendaron un viaje de descanso en el sur. Por esta razón, después del nacimiento de su primer hijo, la familia se mudó a Italia. Hasta hoy Torvald piensa, que el padre de Nora pagó por el viaje. Nora le confiesa a Christine, que en realidad solicitó un préstamo al abogado Krogstad y en vez de pedirle a su padre que haga de garante, falsificó su firma. Krogstad se dio cuenta del engaño recién estas navidades. Nora no aparenta sentirse culpable, ya que todo lo hizo solamente por el bien de su marido y su padre, pero el abogado le aclara que las leyes no toman en cuenta las razones del contraventor. Krogstad intenta extorsionar a Nora y le pide que logre que su marido no lo despida (él trabaja también en el Banco). Torvald no le hace caso a su esposa, ya que también Krogstad ha falsificado una firma. Si tan solo no hubiera negado el acto y hubiera sido condenado por el acto.... En vez de Krogstad, Torvald emplea a Christine. Ya que Nora no cumplió su parte del trato, Krogstad le escribe una carta reveladora a Torvald. Krogstad había cortejado a Christine hacía muchos años, pero ella lo había rechazado porque su sueldo no hubiera alcanzado para mantener a su madre y sus pequeños hermanos. Ahora Christine le declara su amor y con esto hace a Krogstad tan feliz, que decide hacerle a Nora y Christine un favor y pedirle a Torvald la carta sin abrir. Christine no está de acuerdo, ya que en su opinión Nora y Torvald no pueden seguir escondiéndose cosas el uno del otro. Después de Navidad, Torvald lee la carta e insulta de mentirosa e hipócrita a Nora, quién había sido durante ocho años toda su alegría y su orgullo. La acusa de haberle arruinado toda su felicidad, de ser una criminal sin moral, religión o sentido de culpa. Sin embargo, logra que Nora no se suicide y decide ocultar todo lo ocurrido 22 2. Estructura de la obra Son evidentes los tres momentos clásicos en que suele dividirse el desarrollo de todo asunto literario: El planteamiento, el nudo y el desenlace. Hasta la escena cuarta del primer acto llega el planteamiento y en él se expone a los personajes con una clara alusión a sus vidas y al mundo en el que está inmerso cada cual. El nudo comienza a partir de ese momento hasta el instante previo a la lectura de la carta por parte de Helmer puesto que con dicha lectura se precipita el desenlace que es breve pero intenso y dramático sobre todo por las reacciones tan contrapuestas que tendrán Nora y su marido. El tiempo en el que el primer acto ocurre es el del día de Nochebuena. Momento en el cual se supone que al frío del invierno nórdico se le opone el calor humano, la condescendencia y el amor que insufla la celebración del nacimiento del Mesías. Sentimientos que Nora experimenta profundamente en ese día y que se evidencia por las compras que ha hecho, incluído el árbol navideño, con vistas a la celebración hogareña. Por su parte Helmer parece estar preocupado por el aspecto financiero, particularmente por no incurrir en préstamos y deudas que, en su opinión, acarrean descrédito. -Nada de deudas; ni un préstamo nunca. Se introduce una especie de esclavitud, algo feo, en cualquier casa que se apoya en las deudas y los préstamos. Hasta el momento tú y yo hemos resistido y seguiremos haciéndolo durante el poco tiempo de lucha que nos queda. Esta preocupación por el "honor" de la familia y por evitar el qué dirán será el resorte que más adelante lo impulsará a maltratar a su mujer y a tildarla de criminal. Asi mismo llama la atención el tratamiento de que Nora es objeto por parte de su marido: Sus palabras de cariño están siempre relacionadas con el mundo de las mascotas y de los animales: Le llama "mi alondra", "mi ardillita", "mi pequeño chorlito" y se muestra preocupado por su conducta en cuanto parecida con esos especimenes y lo que a él le cuesta mantener tales procederes. -¿Es que mi pequeño chorlito ha encontrado de nuevo la manera de gastar tanto dinero? -¿Cómo se llama ese pajarito que despilfarra continuamente? - Ya, ya. Un estornino, ya lo sé. - Este estornino es muy simpático, pero le hace falta tanto dinero… Es increíble lo costoso que es para un hombre el poseer un estornino. Él es un hombre muy consciente del medio en el que vive, de las exigencias de la sociedad a la que pertenece, de su función de proveedor que no le debe nada a nadie. Que no tiene que agradecer a ninguno lo que es y lo que ha logrado; ni siquiera a su propia mujer. Nora por su parte no evidencia hartazgo o cansancio por el lugar que le han asignado, por el papel que le toca desempeñar al lado de su marido. Eso sí se siente satisfecha de haber podido guardar celosamente el secreto de su proceder hace ocho años. Asi mismo está llena de orgullo por haber salvado la vida de su marido cuando éste ni siquiera llegó a enterarse de que se encontraba en peligro de muerte. En el diálogo con su amiga de la infancia Cristina lo confiesa claramente: - Nora, dime una cosa: ¿no habrás hecho ninguna tontería? - ¿Es que es una tontería salvar la vida del marido? - Lo que es una tontería es que a sus espaldas… - Pero, ¡si precisamente no tenía que saberlo! Dios mío, ¿es que no comprendes? No debía saber la gravedad de su estado. Los médicos vinieron a mí para decirme que su vida corría peligro, que sólo una estancia en el Mediodía podía salvarlo. ¿Crees que no intenté alguna astucia? Le decía lo mucho que me gustaría viajar por el extranjero como las demás mujeres; lloraba, le suplicaba y le decía que debía pensar en la posición en la que me encontraba y ceder a mis deseos; en fin, le di a entender que muy bien podría pedir un préstamo. Pero entonces, Cristina, casi le da un ataque. Me dijo que era una loca y que su deber era no obedecer a mis fantasías y a mis caprichos. Yo pensé "Vale, vale, le salvaremos cueste lo que cueste." Entonces encontré una vía rápida. Nora es una mujer capaz de sacrificio que sabía que su proceder no sería jamás avalado por su marido. Corrió el riesgo procediendo de la única manera que le quedaba y que creyó fervientemente era lo correcto en aquel momento. -¿Y desde entonces no se lo has confesado a tu marido? -¡No, Dios mío! ¿En qué estás pensando? ¡A él, tan recto en estos temas! Además…con el amor propio de hombre que tiene Torvald, ¡lo que le habría costado aceptarlo! ¡Qué humillación saber que me debe algo! Toda la justificación que tenía para proceder como lo hizo -y de lo que no se arrepintió nunca- lo resume en estas palabras: -Lo hice por amor. Sólo su amiga de la infancia Cristina, a quien no había visto desde hacía diez años, comprende el proceder de Nora aunque no lo apruebe del todo. Quizás porque en el fondo las dos mujeres comparten una 23 practicidad proverbial. Ambas, en su momento y a su modo, han sido capaces de tomar decisiones cruciales en las que se han jugado vida y destino. Mujer sola, sin trabajo, sin nadie por quién preocuparse y sin nadie que se preocupe por ella, Cristina entra en una franca y personal negociación con el corrupto Krogstad que contribuirá a la salvación de Nora. Como antiguo amor de Krogstad a quien dejó por un pretendiente mejor, económicamente hablando, Cristina revive en él los sentimientos pasados. Se ofrece a salvarle de la ruina material que se le avecina debido al despido de que ha sido objeto. Aparte de ser apoyo y ayuda en la crianza de los hijos del abogado. Si ambos son náufragos solitarios lo mejor que pueden hacer es unir ambas tragedias para configurar un mejor futuro en conjunto; - Y si estos dos náufragos se tendieran la mano? ¿Qué le parece Krogstad? - Pero, ¿qué está diciendo? (…) -Puede que aún no sea tarde. -¡Cristina! ¿Lo ha meditado usted bien? Sí, se le nota en la cara. Entonces, sería usted capaz de… - Me hace falta alguien a quien servir de madre, y sus hijos necesitan una madre. Nosotros también nos vemos empujados el uno hacia el otro. Tengo fe en lo que duerme en el fondo de usted, Krogstad… Con usted no le tendré miedo a nada. Esta coincidencia feliz entre el abogado sin escrúpulos, interesado en manipular a Nora y causarle daño si es necesario, y la buena amiga de la infancia, rendirá sus frutos más tarde. En el momento ya nada se puede hacer; la carta-denuncia está en el buzón; pronto estará en manos del marido de Nora y revelará las acciones cometidas por la protagonista. El nudo de la obra va concluyendo en el momento en que Nora se dá cuenta de que no hay vuelta atrás. Sólo ha podido retrasar el instante crucial en el que el marido leerá la carta y se enterará de todo. La idea de que los acontecimientos terminarán muy mal le ronda en la cabeza desde hace rato. Ya sola en su habitación –después del baile que ha ofrecido el cónsul Stenborg- y luego que el marido se ha encerrado en el estudio llevando la correspondencia en la mano se muestra convencida de cuál ha de ser su proceder: - No lo volveré a ver. Nunca, nunca, nunca. Y los niños: No volver a verlos nunca, tampoco a ellos. ¡Oh! Esa agua helada, negra. ¡Oh! Esa cosa…, esa cosa sin fondo… ¡Si todo hubiera pasado ya! Pero, no, no ha pasado aún. Esta por pasar y acto seguido. La puerta se abre y entra Helmer sumamente encolerizado con la carta aún en la mano. No puede aceptar, menos perdonar, que su mujer haya actuado como lo hizo. Para él ella ha roto todas las normas morales; se ha mostrado como una persona ligera y sin principios. Pero lo que más parece preocuparle es su propia imagen ante los demás, el descrédito y la vergüenza, la caída del altar de hombre intachable y observador de las costumbres del entorno. No está dispuesto a oír explicaciones. No va a ceder ante ninguna justificación porque para él no las hay; no puede haberlas. La razón más válida le parece de hecho una estupidez. Ante el contenido de la misiva, Nora responde: - Es verdad. Te he querido más que a nada en el mundo. Y él contesta: - ¡Basta ya de estupideces! Ella plantea la única solución en la que ha pensado: Largarse. Él no la acepta. Sería una mayor afrenta, un cavar aún más hondo el pozo del descrédito. Quiere retenerla sólo para guardar las apariencias. No podrá ni siquiera hacerse cargo de la educación de los niños porque es indigna. No habrá más vida marital. -Te quedarás aquí, y me rendirás cuentas de todos tus actos. (…) A partir de ahora, no podemos hablar de felicidad. Tan sólo de salvar restos, ruinas, apariencias… En el fondo Helmer cree hacerle un favor a ella sobre todo después de haberla llamado desdichada, embustera, hipócrita, criminal, carente de religión, inmoral, sin sentido del deber. Pero sobre todo se está haciendo un favor a sí mismo: ante los demás todo seguirá como si nada hubiera ocurrido y su reputación de hombre intachable se habrá preservado. En medio de la escena llena de violencia y desprecio hacia Nora la criada trae una segunda carta del mismo Krogstad en la que éste no sólo envía el recibo en señal de dar por liquidada la deuda de Nora sino que se disculpa y declara su arrepentimiento (el amor de Cristina por él lo ha transformado repentina y genuinamente). Helmer se deshace ahora en disculpas hacia su mujer porque se sabe salvado. Es como si nada hubiera sucedido hace ocho años… hace unos instantes… todo puede seguir igual. -(…) Olvida las duras palabras que te he dicho en ese primer momento de pánico, cuando pensaba que todo iba a desmoronarse sobre mí. Te he perdonado, Nora, te juro que te he perdonado. 24 Nora dá las gracias por el perdón concedido pero una profunda transformación se ha operado en su interior. Helmer casi puede palpar esa metamorfosis en el gesto de su mujer. De pronto ha dejado de ser su alondra, su ardilla, su chorlito… la frialdad con la que lo enfrenta y lo escucha lo desconcierta, lo perturba. -…Pero nuestra casa no ha sido más que un salón de recreo. He sido contigo muñeca-mujer, como había sido niña-muñeca con papá. Y nuestros hijos, a su vez, han sido mis propias muñecas. Yo encontraba gracioso que jugases conmigo, y ellos encontraban gracioso que yo jugara con ellos. Eso es lo que ha sido nuestra unión, Torvald. Tres días han bastado para que Nora se convenza de que tiene una tarea más importante que la de ser madre o esposa, ama de casa o adorno en la vivienda de un hombre: La de ocuparse de sí misma, la de configurar su ser y su existencia. Tarea para la cual ha de bastarse a sí misma por razones elementales. Cuando él le recuerda que su deber es ser madre y esposa, ella responde con gigantesca firmeza: -Ya no pienso así. Creo que ante todo soy un ser humano al mismo título que tú…, o al menos que debo intentar llegar a serlo. Sé que la mayoría de los hombres te darán la razón, Torvald, y que estas ideas están recogidas en los libros. Pero ya no puedo conformarme con lo que dicen los hombres y con lo que está escrito en los libros. Tengo que formar mis propias ideas sobre todo esto y procurar darme cuenta de todo. Los hombres y los libros ya no sirven más; tampoco la religión. Y el entorno social se debate en una falsa dialéctica pues mientras promueve la rectitud ante los otros condena las acciones heroicas motivadas por la compasión y el amor. - (…) Me doy cuenta también de que las leyes no son lo que yo creía; pero lo que no me entra en la cabeza es que esas leyes puedan ser justas. ¡Una mujer no tendría derecho a ahorrarle un quebradero de cabeza a su anciano padre moribundo o a salvarle la vida a su marido! Eso no puede ser. -Hablas como una niña; no comprendes nada de la sociedad de la que formas parte. - No, no comprendo nada. Pero quiero llegar a entender y asegurarme de quién tiene la razón, si la sociedad o yo. Nora se marcha. El milagro que había esperado hasta el último instante no ha sucedido. Abrigó alguna esperanza de que su marido enfrentara al malsano Krogstad y sacara el pecho por ella. No lo hizo. Ahora no hay nada más que seguir esperando al lado suyo. Tampoco hay razón para demorar hasta mañana su partida. Ha de emprender cuanto antes el tramo más importante de su vida. El de la autoafirmación. 3. Análisis de personajes Para dar cuenta del pasado, Ibsen recurre de diferentes maneras al procedimiento del narrador interno, “aquellos personajes que cuentan a otros personajes, como al espectador, lo que ha sucedido antes de que demarre la acción”. Es magistral su distribución estratégica de esa información, que se va revelando progresivamente al servicio de la dramaticidad. Los datos del pasado tienen el valor de una epifanía: revelan todo un mundo, son mucho más que meros datos informativos. Ibsen equilibra la tensión entre la curiosidad por el pasado y el suspenso, la inminencia de un nuevo acontecimiento ligado al conocimiento de lo sucedido años atrás. El pasado nunca regresa sin modificar profundamente la situación presente. Nora Helmer, es una joven que ha sido educada para llevar una venda en los ojos y servir de juguete primero a su padre y luego a su marido. Es un personaje muy rico y con mucha carga dramática. Es muy compleja. Su singularidad consiste en portar el bien (virtud positiva) y ser consecuente de él. Nora se empeña en conservar el orden establecido durante toda la obra. Por eso sufre una lucha entre lo bueno y el bien, y la norma establecida, que la hacen contradecirse y dejar de ser la muñeca que era. Nora en el primer acto representa a la esposa sublevada y complaciente hacia su esposo según lo demandaba la sociedad de finales del siglo XIX con los valores victorianos, Nora en este acto se muestra como un animalito el cual Helmer puede manipular como quisiera debido a que en la clase social de la Burguesía a finales del siglo XIX el hombre era el que tomaba las decisiones de todo lo que le rodeaba y la mujer era la que se encargaba de los hijos, de las tareas del hogar y además de atender al esposo. Más adelante en el primer acto se ve de que Nora toma sus propias decisiones y no las consulta a su esposo como se suponía que las esposas de lasociedad victoriana debían de hacer. Por ser Nora un personaje femenino, causó gran revuelo en la época en la que se escribió. En ese tiempo, salirse de los cánones sociales y lo que el marido dictara era considerado una afrenta. Se dice que por esta razón la obra tuvo tanta fama. Nora acepta por un tiempo este papel pasivo, creyendo que el amor de su marido es incondicional. Sólo al darse cuenta de tal mentira, ella es capaz de madurar de golpe y de cambiar su vida por la de una mujer adulta. Helmer, representa a la moralidad establecida, con una flexibilidad mínima, e importándole mucho el qué dirán según su extraño concepto de honor. Al principio de la obra le ascienden al director del banco. Se ha ganado lo que tiene con sus propias manos, trabajando duro. Él se ve como el alimentador de la familia, 25 pasa la mayor parte de la obra y probablemente de su vida en el despacho de su casa, ni siquiera se ocupa de los niños. Le preocupa mucho la moral, así como la opinión de los demás sobre él y su familia El doctor Rank, es un personaje de gran valor dramático, que aunque su único valor en el conflicto central viene dado como ser la tabla de salvación de Nora a la que ella no se quiere agarrar, su dramática existencia de personaje frustrado. Es el amigo de la familia, apoya a Torvald y está enamorado de Nora. Se le declara a Nora diciendo que Torvald no es el único que daría su vida por ella. En la obra se le ve un poco como un hombre triste, sabiendo que va a morir. Pasa mucho tiempo en casa de los Helmer, no parece que tenga a nadie más. Se menciona el hecho de que está a punto de morir, sin embargo no se anuncia su muerte. Cristina, la amiga íntima de la infancia de Nora estuvo ligada con Krostag, y por ello está en el centro de los intereses de ambos. Es el personaje más maduro, en el cual el ser sacrificado por los demás es la razón de vivir, por ello se enfrenta a todo sabiendo lo que quiere y luchando por ello. Cuando pierde a su marido y madre, vuelve a aparecer en la vida de Nora. Con éxito pregunta por trabajo. En un principio parece que quiere ayudar a Nora, muestra comprensión. Es un personaje complejo del que no se sabe muy bien lo que pretende. Pudo evitar que Helmer se enterase de lo del préstamo, pero cree necesario que su amiga se enfrente a la realidad. Krostag, es el antagonista de la obra, aun habiendo cometido un pecado no mucho más grave que el de Nora, por ello lucha desesperado y se aferra a lo que puede para no volver a caer. Krogstad es el hombre del que Nora se presta dinero para salvar a su marido. Estaba involucrado en un escándalo hace unos años, y su imagen profesional no es muy buena. Cuando ve amenazado su puesto en el banco, empieza a chantajear a Nora. Parece un hombre un tanto amargado, admite su fracaso: `Cuando la perdí, fue como si desapareciera bajo mis pies la tierra firme. Míreme ahora, soy un náufrago agarrado a una tabla.' Krogstad vuelve a encontrarse con su viejo amor; Sra Linde le abre el corazón y él deja de perseguir la venganza. Es el caso más claro de víctima y verdugo, pues es el que mejor comprende el sufrimiento de Nora, por haberlo vivido antes. El amor de una mujer será lo único que logre curarlo. 4. Reflexiones filosóficas Para Ibsen parece no haber tragedia más grande que la de no haber tomado la existencia en manos propias o haberla "desperdiciado" como si contáramos con más de una. Sus personajes han de enfrentar esa dura realidad más tarde o más temprano. A Nora le llegó el momento relativamente temprano en la vida. Al artista Rubek, protagonista de su última obra (1899) Cuando despertemos los muertos, le llega tarde cuando ya no es mucho lo que puede hacerse. Rubek cree haber vivido pero no ha hecho más que sacrificar su "vivir" en aras de lo inauténtico, pasando el tiempo como un verdadero "muerto", sensible al arte, pero insensible a la vida misma; su vida. Sólo al despertar los "muertos" nos percatamos de nuestro estado y de que es necesaria una decisión radical para volver a la "vida". Pero ese "despertar" nunca está exento de conflictividad, de lucha, sobre todo porque la existencia de cada quien trascurre entre planos que reclaman determinadas conductas. En el caso de Nora los planos de madre y esposa, cuyo ámbito histórico-cultural le impone demandas, y el plano de su realización como persona se oponen diametralmente. No ha rehuido la confrontación. Hacía ocho años había tomado la decisión de hacer lo que consideró correcto. Entre dos males eligió el menor: el de falsificar la firma de su padre y endeudarse a espaldas de su marido a cambio de evitar ver morir a éste. Había sabido vivir interiormente contenta consigo misma y sin remordimientos durante todo el tiempo. Los sacrificios financieros que la amortización de la secreta deuda implicó los sobrellevó inteligentemente. Pero aquella encrucijada sólo había sido vivida por ella; nadie más se vio involucrado ni afectado; ni siquiera el corrupto Krogstad supo jamás el significado de la acción de Nora. Y por obvias razones. Nora había violado las normas y las exigencias de su sociedad, de su papel de mujer sumisa y obediente. Pero todo había quedado en el ámbito de su conciencia. La lucha había sido interior, muy propia; profundamente secreta. Ahora tenía que tomar decisiones aún más radicales: Quedarse en casa para "vivir" de apariencias y recibir la "aprobación" de sus iguales o largarse para dejar de ser tratada como "muñeca". Largarse para reafirmar lo que nunca había sido: un ser humano dueño de sus actos, juez supremo de sus decisiones y, por tanto, artesano de su propia existencia. En este punto y a este respecto Henrik Ibsen como psicólogo se muestra genial. Mucho antes de que ganemos la libertad ante los demás es necesario que la ganemos en nuestro interior porque el mayor obstáculo para la autorrealización somos nosotros mismos: Nuestros miedos. Nuestras fobias al rechazo ajeno y a la crítica despiadada de los demás. 26 Es aquí donde el realismo ibseniano resulta contundente. La vida simplemente es así. Es un proyecto que debe y tiene que resolverse en nuestro interior. No es fácil ni cómodo tomar las decisiones que construyen nuestra vida, que constituyen esa historia personal que somos cada uno de nosotros. Ese es el nervio, la sustancia de ese noraísmo ibseniano. Nada de romanticismos baratos ni de heroísmos absurdos que conduzcan a la destrucción de nuestra vida que, aunque sea poca cosa, es lo único con lo que contamos. El rompimiento de Nora con su marido, con sus hijos, con la administración de la casa, constituye una liberación de instituciones que a veces sofocan la autorrealización en vez de posibilitarla. No se trata de un ataque al matrimonio, a la maternidad, a la vida doméstica. Es una denuncia contra dichas esferas cuando se tornan fines en sí mismos; fines únicos que han llegado a exigir el sacrificio de la vida del individuo. Todo juicio moral respecto a Nora debe efectuarse en el marco de la discusión de si la moral es un medio o un fin. Lo encontrados de dichos juicios puede explicarse en función de si se vemos la moral como fin o si la consideramos un medio. Las condenas a su conducta estarían más cerca de las concepciones que Kant tenía de los deberes. Casi cien años antes de Ibsen el filósofo alemán había escrito su Fundamentación de la metafísica de las costumbres (1785) en la que sostenía que la moral es un fin en sí misma y que ha de cumplirse a raja tabla simplemente por que sí. Es la hipótesis del cumplimiento del deber por el deber mismo. Kant rechazó frontalmente tener en cuenta las circunstancias de cada sujeto y las consecuencias de las acciones humanas, lo que constituye un verdadero suicidio ético. Porque la acción humana es muy compleja; no queda en el plano exageradamente racionalista en el que la colocó Kant. Cuando se actúa la totalidad de lo que somos se halla siempre presente. Toda la historia personal está allí. Pesa enormemente en cualquier decisión. El imperativo categórico kantiano no es el norte y el horizonte de nuestras decisiones. También están los sentimientos, las pasiones, las inclinaciones, los sueños y expectativas, los lazos de la amistad, los nexos familiares, etc.; es decir, todo aquello con lo que Kant no quería tener que ver. El error de Kant fue trasladar su visión del mundo físico al mundo humano. Si los cuerpos físicos están inevitablemente atados al cumplimiento de las leyes de la naturaleza él supone que lo mismo ha de suceder con los humanos y el universo moral. Ibsen en este respecto es más humano, más liberal (en el sentido clásico): En vez de sacrificar a Nora en el altar del deber la libera para que decida. En vez de hacerla girar en torno a un supuesto imperativo categórico eleva la vida de la protagonista al grado de principio sin restricción ni condición. En ese sentido Ibsen empata más con las ideas de John Stuart Mill, coetáneo suyo en Inglaterra, para quien la moral es un medio, un instrumento para la realización personal. En su célebre obra On liberty (1859), el filósofo inglés defiende la idea de que el ser humano ha de ser respetado en sus decisiones, en el tipo de vida que ha elegido para sí, no importa cuán extraña esa vida nos pueda parecer, cuán alejada de nuestros parámetros pueda estar. Pero el problema de las sociedades modernas, asegura Mill, es que las opiniones mayoritarias se hacen prevalecer recurriendo a la fuerza ejercida por la autoridad pública o sea el gobierno. El principio establecido por Mill en la obra citada arriba dice: …el único fin por el cual es justificable que la humanidad, individual o colectivamente, se entremeta en la libertad de acción de uno cualquiera de sus miembros, es la propia protección. Que la única finalidad por la cual el poder puede, con pleno derecho, ser ejercido sobre un miembro de una comunidad civilizada contra su voluntad, es evitar que perjudique a los demás. Su propio bien, físico o moral, no es justificación suficiente. Nadie puede ser obligado justificadamente a realizar o no realizar determinados actos, porque eso fuera mejor para él, porque le haría feliz, porque, en opinión de los demás, hacerlo sería más acertado o más justo.[2] Aún falta mucho en el entorno social para que esto se convierta en realidad. Algunos se ven obligados a actuar de una manera en la que no quieren por estar en total desacuerdo con tales procederes. Simplemente porque la tiranía de la mayoría disfrazada de "democracia" los coacciona. De esa cuenta la "democracia" no es sino una colección de restricciones al ejercicio de la libertad individual. Si en su momento histórico Ibsen denunció el cepo en que puede convertirse el matrimonio para una mujer; el cerrojo en que puede derivar la maternidad y las cadenas del qué dirán, hoy tenemos que hablar de otras cuestiones igualmente repudiables. Denunciemos, por ejemplo, la imposibilidad de terminar la vida cuando esta ya no es tal y decidir el momento de la propia muerte. ¿Por qué ha de agregarse al sufrimiento físico la tortura que implica un proceso para solicitarle al estado la práctica de la "muerte dulce"? Al fin y al cabo es mi vida ¿no? Denunciemos la prohibición a raja tabla del aborto que no sólo no consigue frenarlo sino que conduce a su práctica en condiciones de alto riesgo para la mujer. Denunciemos la prohibición del cultivo, procesamiento, elaboración, comercialización y consumo de marihuana, hachís, heroína, cocaína, etc., que en ninguna parte ha logrado disminuirse pero si ha hecho proliferar el crimen, ha alimentado la corrupción y el 27 enriquecimiento de políticos y jueces. Todo a costas de los impuestos del contribuyente. No es difícil entenderlo si recordamos lo sucedido con el consumo dealcohol. Denunciemos la persecución en contra de las personas que ejercen el comercio sexual, tanto hombres como mujeres, considerándolas carentes de "dignidad" y "escoria social". Como que si dos personas adultas, con pleno consentimiento, no pudieran decidir con quien y de qué manera dar expresión a su sexualidad. (Recordemos cómo la libertad sexual fue defendida abiertamente por Bertrand Russell en su obra de 1929, Modales y morales). Denunciemos el denominado "contrabando" que es un "delito" inventado por políticos ansiosos de recursos para el "estado" y por productores locales ineptos e incapaces de proveer al consumidor de bienes de calidad y baratos. Según aquellos y según éstos se hace merecedor de castigo quien, como todo agente humano, busque bienes al más bajo precio posible dondequiera pueda encontrarlos. Denunciemos la imposibilidad de decidir a quien queremos permitir el ingreso a nuestro negocio y a quien se lo vedamos. El que se haya llegado a catalogar como delito el ejercicio de nuestra libertad para establecer relaciones contractuales con quien querramos. Es decir, la grave aberración de confundir la esfera de lo público con lo privado. En fin la lista podría alargarse. En todo caso la historia es la misma: El ser humano tratado como objeto, limitado en el ejercicio de su libertad, insisto, aún cuando sus acciones no traigan efectos perniciosos sobre terceros. Esta dimensión de la libertad tan cara para Ibsen es necesario enfatizarla. Ciertamente no se trata de la dimensión económica que tanto hemos llegado a apreciar. Se trata de una dimensión mucho más importante: Es la dimensión antropológica de la libertad y por tanto hablamos de una dimensión primaria, fundamental. Necesitamos ser libres no por ser comerciantes, productores, consumidores o vendedores sino porque somos hombres, seres urgidos de construir su vida, su destino, su proyecto existencial. Lo que no puede lograrse si no tenemos una esfera en la que podamos, sin coacción ni amenazas, tomar las decisiones que consideramos valiosas para nosotros mismos. La defensa del liberalismo económico es relativamente fácil y lograr consenso al respecto también lo es. Es más difícil la defensa de la libertad desde el punto de vista antropológico por la facilidad con que somos dados a imponer sobre los otros nuestras perspectivas sobre lo que "debe" ser la vida, o sobre lo que constituye la "dignidad" de la persona, etc., etc. Abundan en nuestras legislaciones ejemplos de que todas esas "excelsitudes" sobre la "dignidad de la persona" no han hecho otra cosa que criminalizar conductas aunque no haya víctimas. Muchos de nuestros actos se han convertido así en acciones criminales gracias a la sensiblería del conservadurismo muchas veces disfrazado de liberalismo. El noraísmo ibseniano nos recuerda que así como entre millones de millones de copos de nieve no hay dos idénticos los seres humanos somos seres únicos con una vida singular, inigualable, que construir; que nada, absolutamente nada, puede justificar que se nos impida intentar construirla a nuestra manera. 5. Ensayo expositivo-argumentativo Es de mi preferencia escribir acerca de la obra maestra de Henrik Ibsen “Casa de muñecas” por sus temas tan impactantes y cautivadores especialmente para una lectora con sentimientos fuertes hacia el feminismo y tan solo por ser un lector del sexo femenino. Esta obra es fácil de entender debido a la naturaleza de su dialogo teatral y por los siguientes temas: el machismo, el matrimonio, la importancia de la mujer y su papel en la familia, el desprecio, la salud, la amistad y la traición. También decidí escribir sobre esta obra teatral tan importante para la historia de la literatura mundial por el hecho de que pertenece a mi movimiento literario favorito, el naturalismo. Entiendo que muchas mujeres se pueden relacionar y entretener con esta obra al ser redactada del punto de vista de un hombre y ser disfrutada por su rico vocabulario y bello estilo por Ibsen. De la manera en que el publico logran identificarse con ciertas obras es por el detalle importante de su forma de expresión escrita y forma de lenguaje y estructura del dialogo. Se sobrentiende que este estilo no es parecido a ningún otro movimiento porque el estilo de este autor noruego es uno naturalista. Las características del naturalismo están muy presentes cuando se expone la crudeza y posibles factores biológicos que pueden causar las ocurrencias del contenido de los diálogos, los personajes y su trama. Los diálogos ofrecen una explicación ideologica al describir la relación de Nora con Helmer, su esposo y como es que Nora tiene “las manos atadas” cuando ella insiste hacer lo prohibido para una mujer de su tiempo: tener voluntad propia. 28 “Casa de muñecas” es una obra de teatro muy simbólica y trata de cómo esta mujer llamada Nora es manipulada y despreciada hasta cierto punto por su esposo Helmer. Cuando menciono el concepto de manipulación me refiero en el sentido de que no la deja tener libertades y ser la mujer que ella desea ser. Luego ocurre que sale a la luz parcialmente que Nora obtuvo un dinero de su padre difunto para mantener a su familia en pie mientras Helmer estuvo enfermo y por ello no pudo proveer ningún tipo de recurso (dinero). Torvaldo es el abogado que descubre esto y amenaza a Nora diciéndole que falsifico una firma, lo cual es ilegal. Nora teme que Helmer se entere por medio de una carta mandada por Torvaldo, pero ella logra deshacerse de la misma. Después de todo lo ocurrido, Helmer no cambia sus actitudes hacia Nora así que esta decide marcharse de la casa y asimismo dejar su familia, cosa muy atrevida en aquellos tiempos. Lo que me llamo la atención muchísimo acerca de esta obra escrita por Ibsen fue el tema del machismo respaldado varias veces con escenas en contra de Nora personificadas por su esposo. Lo impactante de este tema no es tan solo su crudeza sino su supervivencia tras el pasar del tiempo. El tema del machismo es importante porque muchas mujeres se pueden relacionar con el mismo y pueden opinar que este problema social aun existe en nuestra sociedad. Es por eso que “Casa de muñecas” sobrevive los tiempos y es válido aun así por el mero hecho de que algunos conflictos no acaban. El tema machista se va desarrollando a medida que Nora aparece en escena dialogando con su esposo, porque cuando se trata de un monologo de Nora, puedes ver su gran deseo de tener la libertad de expresión y ser independiente por medio de sus acciones. Por ejemplo, si Nora deseaba salir y trabajar o salir con amistades, Helmer nunca lo hubiese permitido bajo ninguna circunstancia porque las mujeres en esos tiempos no tenían el derecho a una opinión propia y tenían que hacer lo que dijeran sus esposos. Las escenas además de ser obvias son muy significativas porque Nora es victimizada en todo momento y no encuentra las palabras para poder enfrentarse a su esposo que tanto quiere pero la decepciona en todo momento. El personaje que me llamo mucho la atención en esta obra fue el de Dr. Rank y Nora. Estos dos personajes se relacionan entre sí por su gran amor de amistad y su estrategia de apoyo. El amor entre estos dos personajes le dio muchas fuerzas a Nora para batallar sus problemas con Helmer. La importancia del personaje de Dr. Rank es significante porque el siempre se mantiene fiel a la familia tras haber ayudado a Helmer en sus momentos de enfermedad y después le fue un fiel amigo a Nora. Aun cuando estaba moribundo, Dr. Rank fue el fuerte de Nora por medio de sus consejos y medios de confortar a esta mujer que trataban como una muñeca de trapo. Cuando Dr. Rank se enferma gravemente, Nora no encuentra razón para seguir soportando el carácter tan hostil de su esposo ya que no le espera buenos momentos ni conversaciones de las cuales ella podría participar. Ella tampoco encontraba el consuelo en sus hijos, ya que eran demasiado pequeños para poder entender lo que pasaba con su matrimonio y ellos tenían ya aprendido desde un principio que las mujeres eran vistas como esposas, madres y amas de casa. Aunque le tomo mucho y le costó mucho dolor, Nora finalmente se dio cuenta de que ella valía mas que una ama de casa y una esposa y una madre: ella también quería ser una mujer de provecho, una buena anfitriona y una buena amiga. Al ver que ella tenía la capacidad de ser lo que se propusiera, no lo pensó dos veces en marcharse. El mensaje del autor es que toda persona tiene el derecho a ser quien quiere ser, romper con las barreras que cualquier persona ha establecido, pasar la raya que otros han trazado con la intención de controlar el comportamiento de otro y manifestarse de tal manera. Nora es la representante primordial de este tema porque ella tras sufrir la falta de libertad, decide lidiar con este problema con gran valentía, finalmente pensando en ella y no en el que dirán de los demás. Y es por eso que el titulo es simbólico. Es simbólico porque el concepto de una casa de muñeca no se encuentra a simple vista, sino que él está escondido en las palabras. El simbolismo de este título se trata de que ella es una muñeca con su casa y familia y es el esposo la niña que juega con ella siempre. Parece tener control total sobre ella y hasta en su contra, se podría decir. Hay obras modernas con títulos muy similiares y relacionados al de “Casa de muñecas”. La intención del autor es que el lector pueda visualizar el sentir de Nora y la comparación que hace con objetos inanimados. Henrik Ibsen disfraza la cruda verdad por medio de su dialogo dramático y efectivo con un vocabulario elegante y extranjero. Mi interpretación del mensaje dado por el autor es que aunque la sociedad tenga un cierto patrón social que aparentemente todos siguen como fila india, el mismo no necesariamente es el correcto y se arriesga a ser degradante de alguna forma a un sector social. También puede resultar en un hecho traumatizante para hombre tanto como para mujeres, en el caso de esta obra, el contenido se refleja en la población femenina. El conflicto que presenta esta obra claramente cae en el sexo femenino y se trata de la subestimación de parte del hombre lo cual podría tener como resultado el final de esta obra. Estoy muy segura que el autor decidió este final con la intención de enseñarles una nueva lección a los hombres por medio de la estrategia de causa y efecto. 29 Cada obra, no importa de que Era de la historia, tiene un valor en su contenido. Este valor le podemos llamar valor literario y el mismo se trata de mencionar que mensajes valiosos le podemos encontrar a cada obra para poder reflexionar con el mismo y practicar un sentimiento de empatía o simplemente aprender de ello. En el caso de esta obra, su valor literario es muy grande ya que nos sirve para poder conocer el trasfondo histórico de esta época y muy especialmente las propiedades del naturalismo. Es importante también que conectemos la historia con el aspecto social y el mismo con el aspecto literario, ya que la literatura es tan solo el reflejo del comportamiento del ser humano y una descripción de todo lo que lo rodea. A pesar que este drama fue escrito hace mucho tiempo, los conflictos presentados aun existen en el mundo de hoy día: el machismo. Presento este tema no tan solo porque es el principal y es el que hace que la obra de mueva y sea tan impactante el su público, pero también porque es el que más conecta esta obra con los tiempos modernos. Si uno lo piensa bien y lo debate, el machismo aun existe en muchas familias y parejas. Se han hecho campañas sociales y hasta leyes en contra de este discrimen, pero las estadísticas no disminuyen tanto para hacer un cambio tan drástico. Puedo estar segura que esta obra puede ser entendida por muchas personajes tan solo porque lo que se redacta en sus párrafos es lo mismo que leemos en periódicos o en conversaciones machistas, especialmente la cultura puertorriqueña que promueve tanto este comportamiento injusto e ignorante. La forma en la cual Nora quiso resolver su problema fue para aquel entonces algo que simplemente no podía ser, cuando aquí en Puerto Rico irse de la casa y huir de sus problemas es lo mas pacifico. Nuestro siglo es uno sumamente violento, todo ahora se resuelve con la violencia. Esa tendría que ser la única diferencia entre nuestra sociedad y la que establece Ibsen en la época fructífera del naturalismo. 30