Subido por Kevin Maldonado Miranda

Jueces o notarios de paz Apuntes sobre

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Derechovirtual.com. Segunda Época
Nº 1. Marzo-Mayo 2009
¿JUECES O NOTARIOS DE PAZ?
APUNTES PARA PERCIBIR LA IMPORTANCIA DE LAS FUNCIONES
NOTARIALES DE LOS JUECES DE PAZ*
ANÍBAL GÁLVEZ RIVAS **
Sumario: 1. Introducción. 2. El supuesto carácter accesorio y las dudas sobre la naturaleza jurídica. 3.
Trascendencia actual de la materia. 3.1 La complejidad social y el paradigma judicial. 3.2 El caso del
valle del Mantaro. 4. Apuntes finales.
1. Introducción
¿Qué pasaría por su mente si alguien mencionara a los “notarios de paz”? La expresión
le parecería rara, por decir lo menos.
Habituados, como estamos, a hablar sobre los jueces de paz y resaltar su calidad
jurisdiccional basada en la cultura y en la conciliación, decir “notarios de paz” para
referirnos a los mismos funcionarios sonaría a excentricidad, a una deformación
antojadiza de la institución. No pretendemos atribuir esta nueva etiqueta a nuestros
jueces de paz, pues los análisis y debates no deben ser sobre temas meramente
nominales, pero le pedimos que la recuerde pues en este trabajo plantearemos algunos
puntos básicos para percibir la importancia de las funciones notariales de los jueces de
paz, tanto para el público usuario del servicio, cuanto para la institución en sí misma.
El presente artículo es apenas un pequeño avance de una investigación mayor en curso
en la zona sur del valle del Mantaro, por lo que solo proporcionaremos una ligera
aproximación al tema y nos relevaremos, hasta un futuro próximo, de profundizar más
algunos puntos y documentar otros temas importantes. Debemos anticipar que, al
tratarse de un estudio sociojurídico, nuestro énfasis estará no solo en la interpretación
legal (ni en mantener los mitos que aprendemos en las facultades de Derecho), sino en
combinar ésta con el análisis de información de campo.
2. El supuesto carácter accesorio y las dudas sobre la naturaleza jurídica
Normalmente se ha prestado poca atención a las funciones notariales de los jueces de
paz. Se les suele percibir como algo secundario, accesorio, respecto de su función
*
Dedico este trabajo a mi querida madre, quien me acompaña desde el cielo, con el deseo de volver a
encontrarnos algún día. Este artículo recoge algunas ideas preliminares de una investigación en curso, mi
madre vio de cerca mis esfuerzos para iniciarla, pero el Señor la llamó a su lado hace unos meses, antes
de que ella me viera concluirla. De este modo, cada pequeño avance en este tema es siempre motivado
por su recuerdo, por la imagen de su sonrisa ante el avance de sus hijos.
**
Instituto de Defensa Legal. Agradeceremos remitir comentarios críticos a: [email protected].
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jurisdiccional, lo cual es lógico, siendo parte de la estructura judicial. Esta percepción se
ha reflejado en las investigaciones sociojurídicas sobre justicia de paz de las últimas
décadas, en las que las funciones notariales han quedado relegadas al mero parafraseo
normativo. Asimismo, esta percepción también está plasmada normativamente, por
ejemplo en la resolución Res. Ad. Nº 121-2007-CE-PJ, publicada el 29 de noviembre de
2007, que crea el Registro Nacional de Firmas de Jueces de Paz, donde se considera
“como única función accesoria a las funciones jurisdiccionales que ejercen los Jueces de
Paz (…) es la notarial” (sic). Sin embargo, como veremos más adelante, no se les
debería considerar como funciones secundarias y accesorias sino como algunas de las
principales.
Por otro lado, se mantienen dudas sobre la naturaleza jurídica de las funciones
notariales de los jueces de paz, interpretándose en algunos casos que se trata de una
“jurisdicción voluntaria” debido a que se tratan de acuerdos de partes satisfechas en los
que no existe litigio ni coacción.1 De esta forma, parece buscarse explicar las funciones
notariales con categorías jurisdiccionales, pues de esa forma, aparentemente, se daría
mayor coherencia al tema por tratarse de un órgano jurisdiccional. Sin embargo, no es
necesario enmarcar el tema únicamente en categorías jurisdiccionales para darle
coherencia. En el Poder Judicial no solo se realizan funciones jurisdiccionales pues, por
ejemplo, se realizan también funciones administrativas, y nos parece preferible buscar
categorías que se amolden y expliquen mejor el tema.
En un trabajo anterior, hemos bosquejado la evolución histórico-jurídica del tema en
cuestión, donde se observa que la regulación inicial (a mediados del siglo XIX) tenía
carácter procesal pero que gradualmente se adquirió un carácter estrictamente notarial.
Inicialmente, bajo el Código de Procedimientos en Materia Civil de 1852 y luego el
Código de Procedimientos Civiles de 1912, se consideraban estas funciones dentro de
una lógica netamente procesal y ni siquiera recibían el nombre de notariales. Se asumía
que lo que los jueces de paz realizaban era expedir instrumentos con el objetivo de
probar un hecho dentro de un proceso judicial. Debido a su carácter procesal, los
llamados “instrumentos imperfectos” requerían todavía una manifestación judicial a
través del procedimiento de protocolización para que produjeran sus efectos. De manera
paulatina, se fue produciendo un cambio de perspectiva que se inició con la Ley Nº
1881 de 1913 sobre protestos de títulos valores por jueces de paz, y luego con el Código
de Justicia de Menor Cuantía de 1945 (que además de escrituras ya incluía
legalizaciones y protestos). Con estas normas se asume que estas competencias de los
jueces de paz (las ahora llamadas notariales) salen del esquema netamente procesal y
pasan a desarrollarse como mecanismo de garantía de seguridad en las transacciones
económicas, es decir empiezan a asumir carácter notarial, donde existe una presunción
de veracidad de los documentos sin necesidad de manifestación judicial previa para
empezar a producir efectos. Es a partir de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1963
que se conceptúan estas competencias (escrituras, legalizaciones y protestos) como
notariales propiamente dichas (y se empieza a utilizar esa denominación), aunque en el
caso de las escrituras se tiene cierto carácter mixto en tanto para producir sus efectos
requieren todavía protocolizarse, pasando por un trámite judicial, es decir estos
documentos no otorgan plenamente presunción de certeza sobre los actos que contienen
1
Así se sostiene, por ejemplo, en BALBÍN OLIVERA, Jorge. “Función notarial del juez de paz y el documento
privado”, disponible
en Internet: http://www.correoperu.com.pe/correocentro/huancayo/nota.php?
id=29733, consulta: 05/03/08.
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porque ellos mismos requieren una manifestación judicial. Finalmente, estas funciones
adquieren totalmente el carácter notarial con el Código Procesal Civil de 1991, que
eliminó el requisito de protocolización para que las escrituras emitidas por jueces de paz
produzcan efectos.2
En síntesis, la tendencia histórica de la regulación sobre la materia ha sido pasar
gradualmente de una naturaleza procesal a una estrictamente notarial.
3. Trascendencia actual de la materia
3.1 La complejidad social y el paradigma judicial
José María Arguedas dijo alguna vez, refiriéndose al Perú, que “no hay país más
diverso”. Debemos ser siempre conscientes de la complejidad y heterogeneidad social
de nuestro país pues estas características condicionan, necesariamente, las formas de
aplicación de las normas en distintas zonas del país, su diversidad de problemas y
soluciones. Debemos tener cuidado con las generalizaciones pues pueden resultar
burdas.
Al estudiar los jueces de paz, las investigaciones sociojurídicas han resaltado en las
últimas décadas solo su carácter jurisdiccional. Esto es lógico, pues estamos hablando
de jueces, investidos oficialmente como tales. Esto ha derivado en una suerte de
paradigma judicial para entender a los jueces de paz: un cristal que nos lleva siempre a
ver sus características jurisdiccionales pero nos impide percibir otras dimensiones. Es
por ello que siempre damos por obvio que las funciones jurisdiccionales son las más
importantes para los jueces de paz, que así ha sido siempre, así es ahora, y así será
después. Esto se refuerza cuando aplicamos solo interpretaciones legalistas de
pretensión nacional, desconectadas de contextos histórico-sociales concretos.
Pero existen contextos en nuestro país donde se puede percibir la preponderancia de la
función notarial, aunque esto puede significar muy distintas cosas.
Así, por ejemplo, en un estudio analítico sobre acceso a la justicia en las provincias de
Chota y San Marcos, en la región Cajamarca, se menciona incidentalmente que los
jueces de paz ejercen poco su función jurisdiccional y se dedican principalmente a
temas notariales. Esto se debe a que en estas zonas, existen mecanismos de justicia
comunitaria fuertes como son las rondas campesinas, y que éstas gozan de la preferencia
de la población en asuntos litigiosos debido a que imponen sanciones más severas que
los jueces de paz, mostrando una imagen más fuerte y efectiva. 3 Es decir, en contextos
como este, donde existen mecanismos de justicia comunitaria fuerte y no hay
2
Un análisis detallado de la historia de las funciones notariales de los jueces de paz (aspectos normativos,
jurisprudenciales, doctrinales y de estudios sociojurídicos) puede verse en nuestro artículo “Apuntes
sobre la problemática de las competencias notariales de los jueces de paz en el Perú”.
Derechovirtual.com. Año I, Nº 3, Noviembre 2006-Enero 2007, Lima: Asociación Civil Impulso Legal
Peruano,
pp.
4-32;
disponible
en
Internet:
http://www.derechovirtual.com/uploads/archivos/E1n3Galvez.pdf, consulta 25/03/09. Asimismo, la
historia presentada puede complementarse con los breves apuntes sobre historia social de la justicia de
paz que se exponen en nuestro artículo “¿Es la justicia de paz una “Institución Jurídica Originaria del
Derecho Peruano”?”. Justicia Viva Mail. núm. 320, 23 de agosto de 2007, Lima, Consorcio Justicia Viva,
http://www.justiciaviva.org.pe/justiciamail/jm0320.htm.
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articulación plena entre actores de justicia, los jueces de paz pueden quedar relegados en
la administración de justicia y asumir como rol principal sus funciones notariales. Si
bien se sabe que los jueces de esta zona no ejercen mucho su función jurisdiccional, y
que básicamente se dedican a temas notariales, no se conoce exactamente la intensidad
de la carga notarial con la que cuentan. Es decir, podría no ser una carga alta, sino de
nivel media o baja, y sin embargo seguir siendo su función principal.
3.2 El caso del valle del Mantaro
En el valle del Mantaro, no existen mecanismos fuertes de justicia comunitaria similares
a los existentes en las provincias de Cajamarca. En los pueblos del valle, es el juez de
paz el actor de justicia más importante, resolviendo una diversidad de conflictos entre
los pobladores, mientras que las autoridades de las comunidades campesinas
básicamente resuelven asuntos de índole comunal entre sus miembros activos (que en
muchos casos no son la mayoría de habitantes en los pueblos). Asimismo, debido a las
facilidades de transporte en esta zona (una red de pistas que unen diversos pueblos y a
la vez una serie larga de empresas de transporte público que los conectan
constantemente), existe un nivel considerable de movilización de la población, que se
manifiesta judicialmente en que diversos pobladores de los pueblos donde hay jueces de
paz llevan sus litigios a las instancias judiciales de las capitales de provincia,
constituyendo parte considerable de la carga judicial.4
El trabajo de campo que se viene realizando, recoge información de los juzgados de paz
de los distritos de la provincia de Huancayo que coinciden con la zona sur del valle del
Mantaro. Se viene recogiendo información en base a entrevistas, observaciones de
casos, revisión de archivos y análisis de documentos, de diversos juzgados de paz.
Según la Oficina Nacional de Apoyo a la Justicia de Paz, en esta zona existían 45
juzgados funcionando durante todo el año 2007. En esta oportunidad analizaremos unos
datos básicos sobre los inventarios de los archivos realizados en solo 18 juzgados
debido a que todavía no se ha terminado de procesar la información estadística de todos
los archivos revisados, advirtiendo que si bien con esta muestra todavía no se puede
tener precisión estadística representativa, sí se van detectando tendencias, además que la
revisión rápida de la información recogida en otros juzgados apunta a tendencias
similares.5
A pesar de que en esta zona los jueces de paz no rivalizan con otros actores de justicia,
su función notarial es también la más importante.
3
Véase MUÑOZ, Paula y ACEVEDO, Ángela. La justicia local en Chota y San Marcos, Cajamarca. Lima:
Consorcio Projur, 2007, pp. 87-88.
4
Esta información se basa en un estudio, aún inédito, realizado el 2007 por el Instituto de Defensa Legal
sobre acceso a la justicia en zonas rurales de las provincias serranas del Distrito Judicial de Junín.
5
Los juzgados cuyos archivos se toman como base para la información estadística en esta oportunidad
son: Capitales de Distrito: Quilcas (primera y segunda nominación), Huayucachi (segunda nominación),
Sicaya (segunda nominación), San Agustín de Cajas (segunda nominación), Pilcomayo (primera y
segunda nominación), Pucará (primera nominación), Sapallanga (primera nominación), San Jerónimo de
Tunán (segunda nominación), San Pedro de Saño. Anexos: Colpar (Quilcas), La Punta (Sapallanga),
Marcavalle (Pucará), Huallaspanca (Sapallanga), Uñas (El Tambo), Huari (Huancán), Cocharcas
(Sapallanga). En cada juzgado se han tomado muestras de diverso tamaño según la cantidad de
documentos existentes, buscando un margen de error y nivel de confianza para cada juzgado de +-5%.
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Sobre los inventarios de los juzgados de paz queremos referirnos principalmente a las
denuncias y demandas planteadas y a las conciliaciones, transacciones o acuerdos como
referentes de la carga judicial de estos juzgados. Por otro lado, nos referiremos
principalmente a los contratos y a los certificados de posesión como referentes de la
carga notarial.6
Cuadro Nº 1
Documentos elaborados en los juzgados de paz analizados durante el 2007
Nivel de
Tipo de documento
elaboración
Denuncias / Demandas
1514
Transacciones / Conciliaciones /
Acuerdos
689
Contratos
1166
Certificados de Posesión
384
Puede observarse, en primer lugar, a través del Cuadro Nº 1, que durante el año 2007 en
estos juzgados fueron planteados 1514 casos como denuncias o demandas (no siempre
se distingue bien la materia civil o penal). Es importante notar que de ese total de casos
planteados, solo 689 casos, es decir solo el 45.5%, llegaron a concluir en un acuerdo
que pusiera fin a las controversias.7 Por otro lado, se puede observar que los contratos
realizados (1166) y los certificados de posesión 384) suman en total 1550 actuaciones
notariales concluidas, sin tomar en cuenta otras actuaciones notariales que suelen
presentarse, aunque con menor frecuencia, tales como las legalizaciones de fotocopias,
de libros de actas, cartas poderes, declaraciones juradas, etc.
Si comparamos solo los contratos con las conciliaciones, es decir las actuaciones por
excelencia notariales y judiciales respectivamente, vemos que la proporción es de 17
contratos por cada 10 conciliaciones realizadas, es decir casi el doble.
¿Es que acaso en esta zona la actuación jurisdiccional de los jueces de paz es poca, al
igual que en Cajamarca? La respuesta es no y, para entenderlo mejor, conviene observar
el cuadro Nº 2.
6
En algunos casos, no existen en los archivos documentos para los primeros meses del año 2007 debido
a que los jueces fueron elegidos durante ese año y sus antecesores no entregaron el archivo completo. En
esos casos se han tomado promedios mensuales de la cantidad de documentos existentes y se ha
proyectado estos promedios para completar los meses faltantes.
7
Debe advertirse que en diversos casos, ambas partes en conflicto partes acuden a los juzgados
directamente y se realiza la conciliación, es decir en una misma oportunidad se plantea el caso al juzgado
y se concilia. Por lo tanto, El número total de casos que se le plantea a los juzgados es mayor que el que
queda registrado como denuncias y demandas. Sin embargo, debido a que actualmente no es posible
determinar el nivel exacto de casos planteados, presentamos este 45.5% de casos resueltos planteados por
ser el dato más preciso del que se puede disponer, aunque debemos ser conscientes de que el nivel real
debe ser menor por algunos puntos porcentuales.
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Cuadro Nº 2
Promedios anuales de documentos por juzgado
Transacciones
/
Tipo de
Conciliaciones
Certificados
juzgado Denuncias/Demandas / Acuerdos
Contratos de posesión
Distrito
123,9
58,9
95,3
27,3
Anexo
21,6
5,9
16,8
11,9
General
84,1
38,3
64,8
21,3
Es necesario prestar atención principalmente a los juzgados de las capitales de distrito.
Son estos los juzgados con más carga, y se puede observar que recibieron, también el
2007, un promedio anual de 123.9 denuncias o demandas y realizaron en promedio
58.9 conciliaciones. Creemos que esta carga judicial no es pequeña. Aunque no existen
parámetros para medir si existe una carga elevada o baja en los juzgados de paz,
consideramos oportuno recordar que, en 1990, Hans Jürgen Brandt calculó un promedio
de 68.38 de casos ingresados anualmente en la sierra peruana.8 En nuestro caso,
deberíamos comparar los ingresos mencionados por Brandt con las denuncias/demandas
detectadas en los archivos. Lo que se observa es que el nivel de ingreso anual de casos
en esta zona es superior al promedio nacional establecido por Brandt en un 81.2%.
A pesar de que la carga judicial de los juzgados de paz es considerable, su carga notarial
es mucho mayor. Esto nos indica que estamos ante una institución que, sin haber cedido
ante algún otro actor de justicia9 (como en Cajamarca), mantiene una actividad notarial
superior a la jurisdiccional. Es decir, en esta zona, los jueces de paz parecen tener más
de notarios que de jueces. ¿Podemos decir, entonces, que la función notarial es solo una
cuestión accesoria?
Pero podríamos cuestionarnos si basta que cierta actividad sea más recurrente para
afirmar que es la más importante. ¿Acaso la importancia social de las funciones
notariales se mide al peso? En este punto consideramos importante tomar en cuenta dos
cuestiones clave: a) De qué forma es relevante para la justicia de paz seguir realizando
funciones notariales; y b) De qué forma es importante para la población que la justicia
de paz siga realizando estas funciones.10
8
BRANDT, Hans Jürgen. En nombre de la paz comunal. Un análisis de la justicia de paz en el Perú. Lima:
Centro de Investigaciones Judiciales de la Corte Suprema de Justicia de la República-Fundación Friedrich
Naumann, 1990, p. 191.
9
Recordemos, sin embargo, que aunque los juzgados de paz en esta zona no rivalizan con otros actores de
justicia, existe un nivel considerable de casos de los pueblos donde están los juzgados que se plantean en
las instancias superiores en Huancayo (casos para los que los jueces de paz sí son competentes). Es decir
no toda la carga jurisdiccional de casos de estos pueblos se ventilan en los mismos pueblos.
10
Aunque debemos recordar que el hecho de que se realicen más actos notariales en los juzgados de paz
implica que es las funciones notariales responden a una mayor necesidad de la población, por lo cual ya
son importantes.
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Sobre lo primero, es decir la importancia de las funciones notariales para la institución
misma de la justicia de paz, podemos afirmar a partir de nuestras observaciones y
entrevistas, que el ejercicio de las funciones notariales es un aspecto neurálgico para el
sostenimiento de la justicia de paz, tal como ésta se desarrolla actualmente en la zona
sur del valle del Mantaro. Pensemos nuevamente en las capitales de distrito, se trata de
pueblos que en buena medida superan los diez mil habitantes y, siendo pueblos de
dimensiones considerables, surgen constantemente casos en los que se requiere la
intervención del juez de paz. En las capitales de distrito, es común que los jueces de paz
busquen atender durante un horario de trabajo completo (ya sea de forma continua o en
un horario partido), precisamente porque siempre se presenta gente que requiere
atención. En estas circunstancias, la pregunta que cae por su propio peso es ¿Cómo se
sostiene sistema de justicia de paz tan intenso si no existe un presupuesto asignado para
salario de los jueces ni materiales de oficina y, según la Ley Orgánica del Poder
Judicial, la justicia de paz es gratuita? La respuesta idealista haría recaer solamente en la
vocación de servicio la enorme carga y responsabilidad de que el sistema siga
funcionando. Pero la respuesta realista es un poco más compleja. Si bien se verifica que
usualmente los jueces de paz tienen un alto sentido de vocación de servicio, manifestado
en el deseo de ayudar a resolver problemas a sus compueblanos, usualmente su
situación económica no les permite dedicar tantas horas a su labor y a cubrir solo con
sus recursos los materiales necesarios. Es ahí donde la función notarial entra en juego
pues en esta zona se percibe unánimemente que es legítimo hacer cobros por realizar
esta función. Debido a que esta función implica la mayor cantidad de casos que se
atienden, los ingresos que se generan, si bien no son muy altos, son suficientes para
mantener en funcionamiento los juzgados, en un ritmo de atención elevado, dando
cabida al ejercicio jurisdiccional, a pesar de que éste genera muchísimo menos recursos.
Es decir, en el caso de la justicia de paz en esta zona, el ejercicio de la función notarial
subsidia económicamente el ejercicio jurisdiccional. Es de esta forma que se puede
sostener una institución tan importante en la que el Estado no invierte recursos. Es de
esta forma que se combina la vocación de servicio a través de un cargo sacrificado y
complejo y las necesidades naturales de cualquier persona. Es un sistema que, sin dejar
su dignidad y trascendencia social, se autosostiene.11 Es por esta razón que hay que
pensar con mucho cuidado cualquier propuesta de reforma sobre las funciones
notariales, y esforzarse primero en conocer bien su situación, pues una medida
equivocada podría resultar sumamente dañina para la justicia de paz.12
Por otro lado, al preguntarnos sobre la importancia de las funciones notariales para la
población, debemos primeramente mencionar la seguridad jurídica. Cuando hemos
conversado en entornos de profesionales en Derecho (incluyendo del sector notarial y
judicial), sobre si los jueces de paz pueden brindar seguridad jurídica, éstos suelen
dudar que eso sea posible debido a que los jueces de paz no conocen (asumen) todas las
formalidades notariales necesarias, y porque creen que las escrituras “imperfectas” no
brindan seguridad ni son inscribibles. Al margen del error de creer que las escrituras
11
Lo que no quiere decir que no requiera apoyo material de parte del Estado, pues las condiciones
materiales en que se desempeña la justicia de paz no son las ideales.
12
Este es un tema muy complejo que no se puede agotar en pocas líneas, pero la extensión de este trabajo
nos obliga a ser sucintos.
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emitidas por los jueces de paz no son inscribibles,13 importa destacar aquí la idea de que
solo el cumplimiento de formalidades y el conocimiento de las leyes brinda seguridad.
Si ya existen notarios y éstos son profesionales en Derecho, capaces de brindar todas las
formalidades necesarias ¿Para qué se necesita que los jueces de paz también asuman
funciones notariales?
Ocurre que en los pueblos donde se desempeñan los jueces de paz las compraventa,
principal manifestación de la potestad notarial de los jueces de paz, se basan en distintos
tipos de documentos, muchas veces hijuelas (antiguos documentos en los que los padres
distribuían a sus hijos la parte de herencia que les tocaba), o certificados de posesión, o
escrituras “imperfectas” antiguas. La titulación no es homogénea y muchas veces los
documentos de los propietarios tienden a estar a nombre de sus padres o abuelos. En las
notarías, con el nivel de formalidad que necesitan aplicar, no es posible realizar
transacciones si no se tienen los documentos “en regla”, los actos de transferencia son
fundamentalmente actos documentales, y debido a que la documentación de las
propiedades es defectuosa las notarías no resultan una opción viable para muchas
transacciones de estos pueblos. ¿Qué ventaja tiene el juez de paz en ese caso? Muchas
veces los jueces de paz están dotados de un conocimiento local sobre la titularidad
familiar de los terrenos (o tienen gran capacidad para adquirirlo). Este conocimiento
local es sumamente importante pues permite saber qué familias son o han sido dueñas
de qué propiedades, y de qué forma se han repartido y transferido de una generación a
otra. Este conocimiento local permite salvar los problemas documentales, de forma que
el juzgado se puede constituir en un respaldo para la certeza de las transacciones que se
realizan en los pueblos. Es por eso también importante para la población que los jueces
de paz ejerzan sus funciones notariales pues los notarios no tienen esa capacidad de
actuar extralegalente.
Quizá parezca poco ortodoxo considerar a este conocimiento local como fuente de
seguridad jurídica. Y quizá pueda parecer para algunos más conveniente reforzar
programas de titulación como el Cofopri o promover que se realicen todas las
sucesiones intestadas y divisiones y partición necesarias para así poner al día todos los
títulos, apareciendo en ellos los nombres de los actuales propietarios en vez de sus
antepasados. De esa forma se podría seguir con transferencias sobre base documental, y
todo sería más fácil. Sin embargo, esto no es tan sencillo, pues la realidad normalmente
se resiste a adaptarse a las normas e instituciones y, por el contrario, éstas se terminan
amoldando en base al pluralismo jurídico.14 No necesariamente los títulos de Cofopri
brindan más seguridad en estos pueblos pues en buena medida tienen sustento
13
En efecto, las escrituras imperfectas son inscribibles, según el criterio adoptado por el Segundo Pleno
Registral de la SUNARP, realizado los días 29 y 30 de Noviembre de 2002, el cual señala que “Las
escrituras imperfectas otorgadas con los requisitos de ley por los jueces de paz o paz letrado, constituyen
documentos públicos por haber sido otorgadas por funcionarios públicos en ejercicio de sus atribuciones”.
Este precedente se basó en la Resolución del Tribunal Registral del Norte Nº 056-2002-ORLL/TRN,
sobre el caso de la señora Gladis Tomasa Curo Niquen (disponible en Internet: http://www.sunarp.gob.pe/
jurisprudencia.asp?ID=149) donde se analizó teórica y normativamente que las escrituras imperfectas son
instrumentos públicos y como consecuencia serían inscribibles (según el razonamiento del considerando
tercero, de acuerdo al artículo 2010 del código civil según el cual las inscripciones se hacen en base a
documento público). Para una reseña de esta resolución puede verse nuestro artículo citado “Apuntes
sobre la problemática de las competencias notariales de los Jueces de Paz en el Perú”, pp. 46-47.
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documental y a veces se suele dejar de lado a algunos copropietarios. En consecuencia,
existen controversias sobre estos títulos que luego se solucionan en base a
conciliaciones o escrituras imperfectas realizadas ante jueces de paz. Esto será analizado
a mayor profundidad en un futuro trabajo más extenso, pero se puede decir, en síntesis,
que la cercanía de los jueces con la población a la que atienden les permite conocer
cuestiones extradocumentales, y así evitar fraudes, permitiendo que los pobladores
realicen transferencias que necesitan hacer.15
4. Apuntes finales
Debemos mencionar finalmente que no todo es ideal en la justicia de paz, existen
también muchos problemas en cuestiones notariales, como falsificaciones, adulteración
de documentos, pérdida de archivos, etc.16 Es necesario conocer más sobre estos temas
para entender sus aspectos positivos y negativos de manera objetiva. Además hay que
conocer mejor cómo son las relaciones con las otras instituciones del sistema notarial y
registral, la forma en que la población percibe a las distintas instituciones notariales
(incluida la justicia de paz), las distintas interpretaciones sociales de los contratos y las
normas notariales, etc. Son muchos los temas que necesitan profundizarse,
lamentablemente la extensión de este trabajo obliga solo a mencionar pocos aspectos de
manera somera, pero esperamos poder transmitirlos próximamente.
14
Para conocer algunos análisis teóricos autorizados, detallados y actualizados sobre el pluralismo
jurídico y la forma como los denominados espacios sociales semiautónomos influyen en la aplicación de
las normas, puede consultarse los siguientes artículos: DUPRET, Baudouin. “Pluralismo jurídico, pluralidad
de leyes y prácticas jurídicas”, European Journal of Legal Studies. Issue 1, Abril 2007, vol. 1,
http://www.ejls.eu/index.php?mode=present&displayissue=2007-04; GRIFFITHS, John. “El funcionamiento
social de las normas jurídicas”. Derechovirtual.com, núm. 1, Abril-Junio 2006, Lima: Asociación Civil
Impulso Legal Peruano, trad. Aníbal Gálvez, disponible en Internet: http://www.derechovirtual.com;
GUEVARA GIL , Jorge Armando. “Apuntes sobre pluralismo legal”. Ius et Veritas. Nº 19, Diciembre de
1999, Lima: Asociación Civil Ius et Veritas, pp. 286-304.
15
Aunque no todos los pobladores puedan cumplir con las formalidades documentales, es importante que
aún así se les pueda brindar seguridad para poder realizar las transacciones que libremente deseen
realizar. Recordemos finalmente que un sistema notarial no se establece sólo para garantizar una
seguridad jurídica “puramente formal, preocupada de asegurar la subsistencia y eficacia de las relaciones
jurídicas creadas”, sino que se busca “dotar a las mismas, de una seguridad material o jurídico-económica
que, al lado de esa eficacia formal efectiva, asegure también a las partes la obtención de las finalidades
últimas que preveían, y razonablemente podían esperar, al contratar”. Pedro GARRIDO CHAMORRO, La
función notarial, sus costos y sus beneficios, Madrid, Colegios Notariales de España, 2000, pp. 9-10
16
Sobre las falsificaciones y la forma en que se buscó afrontar estatalmente, puede verse nuestro breve
texto “Buscan reforzar las funciones notariales de los jueces de paz”, del 06 de diciembre de 2007,
disponible en Internet: http://www.justiciaviva.org.pe/noticias/2007/diciembre/06/buscan_reforzar.htm
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