Subido por Daniela Concha

2. Mi Cuerpo es un Templo que Debo Cuidar

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¡Mi Cuerpo es un Templo que Debo Cuidar, Proteger y Defender!
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Leer Salmos 139: 13-16
Fuiste formada con cuidado por el Dios de amor. Él conoce cada
célula de tu cuerpo, cada hueso, cada músculo. Sabía de qué color
serían tus ojos, qué tan alta o baja serías.
Leer Salmos 139: 1-6
Dios no sólo conoce tu cuerpo, sino que conoce tu alma. Sabe lo que
tus sentidos (vista, oído, gusto, olfato y tacto) perciben. Sabe qué
piensas de lo que tus sentidos perciben. Sabe qué emociones te
provoca lo que tus sentidos captaron y sabe los sentimientos que
anidaron a raíz de ello. Aún así, Dios siempre querrá escucharte
declararlo, porque para Él, lo que tú piensas y sientes es muy
importante.}
Como tenemos cuerpo, alma y espíritu, debemos entender que mi
cuerpo (mi naturaleza humana o “carne”) y mi espíritu (que proviene
de Dios), siempre querrán influenciar en mi alma (corazón) que es
donde se almacenan mis emociones y sentimientos, los que afectan
mi voluntad de hacer o no cosas y de actuar bien o mal.
Según sea mi relación con Dios, mi amistad con Cristo y mi sensibilidad al
Espíritu Santo, daré frutos espirituales o frutos de la carne (pecado).
(Gálatas 5:22/Gálatas 5:19-21)
Además, Dios sigue muy de cerca mi crecimiento tanto físico como
espiritual, los que debiesen estar siempre en equilibrio. También debo hacer
todo lo posible por comer bien, descansar en la justa medida y recrearme
junto con mis amigos y familia. Pero nada debe quitarle la prioridad a Dios
en mi vida.
(3era Juan 1:2/ Eclesiastés 3:1)
El estudio es importante. Cultivar mi intelecto. Alabar y honrar a Dios implica
que debo tratar, esforzarme por ser una buena estudiante. Si no tengo
hábitos de estudio y me saco malas calificaciones, eso no expresa mi deseo
y amor por Dios, porque Dios me da todo para poder ser reflejo suyo en mi
colegio o universidad, incluso en mi trabajo.
(Mateo 5:13-16)
CUERPO = CÁSCARA pero MENTE RENOVADA + CUERPO=TEMPLO SANTO
Lo que hago con mi cuerpo, afectará mi relación con Dios. Mis actitudes
frente a mis papás, mis hermanos, mis amigos y compañeros de trabajo; mis
Pastores y líderes, mis sentimientos para con todos ellos, harán que mi danza
sea un perfume agradable a la naríz de Dios o no. Por esta razón es que
debo intentar por todos los medios de mantenerme en PUREZA.
Cuando algo es PURO quiere decir que todas sus cualidades y propiedades
están intactas. Es cuando algo no está alterado. Por ejemplo, el agua. Si al
agua le echo tierra, ya no es pura porque modifiqué su esencia original y no
se puede beber.
La pureza en el caso de los niños, va de la mano con la inocencia. La
INOCENCIA es la capacidad de ver las situaciones sin maldad, ni malicia.
Dios nos enseña que debemos ser como niños. (Mateo 18:3)
Debo purificar mis pensamientos, mis emociones, mis sentimientos y
actitudes. Renunciar a lo que no me bendice ni construye un buen carácter
en mí. Por tanto, debo cuidar lo que veo, toco, pienso y digo.
(Romanos 12:2)
También es importante destacar la INTEGRIDAD. Este valor nos habla de ser
de una sola línea. No tener caretas ni capas. Ser transparentes.
En la medida que busco a Dios estos valores crecen en mí y se fortalecen.
Por lo tanto, será más difícil apartarme de los Principios de Dios. Además,
tendré un corazón listo para ministrar (servir) a través de mi danza, porque
será una ofrenda perfumada y el poder de Dios podrá moverse a través de
mí trayendo sanidad, liberación, victoria, gozo, etc.
Crecimiento, Pudor e Intimidad.
Conforme van pasando los años y voy entrando a los años de escolaridad,
mi desarrollo corporal requiere que yo tome conciencia de que necesito mi
espacio personal. Es la edad donde debo dormir sola, para garantizar el
descanso de mamá y papá y respetar el espacio de ellos, ya que necesitan
estar juntos. Todo el día están haciendo cosas o cuidando de nosotros, pero
necesitan también un tiempo para ellos como matrimonio. Además, debo
cultivar mi autonomía, por lo que dormir sola, tener mi propia habitación y
hacerme responsable de mis juguetes, cama, ropa, etc; es súper importante.
Como danzarina, es importante comprender que el tener mi propio espacio
personal antes de dormir, me permite pasar tiempo con Dios a solas, como
en una pijamada. Podré escuchar alabanzas y practicar mis pasos de danza
sin afectar el descanso y el tiempo íntimo de mamá y papá o de mis
hermanos/as. También debo comprender que dormir con un hermano, no
es lo que Dios quiere, porque a Dios le agrada que, como danzarina, cuide
de mí y de mi familia.
Mi cuerpo es mío, algo sagrado y Dios me lo dio a mí para cuidarlo. Asearlo,
alimentarlo y protegerlo. Debo lavarlo a diario, humectarlo. Cuidar de las
cavidades en él (naríz, orejas, uñas, partes íntimas, hendiduras de los dedos
de mis pies, dientes, etc).
Como danzarina, debo además cuidar de beber abundante agua, portar
siempre un KIT de aseo con toalla, jabón. Tener ropa deportiva para mis
ensayos y cuidar de sacarme el sudor ya que se enfría y eso afecta mi
garganta y cuerpo.
Cada vez que ensayo (en casa y en la iglesia); y antes de danzar el
domingo, debo hacer ejercicios de calentamiento y estiramiento. Un cuerpo
listo es un instrumento sano y poderoso para que Dios lo use.
Preguntas:
1. ¿Qué otros hábitos puedo desarrollar para lograr ser agradable a Dios
en el Ministerio de Danza?
2. ¿Qué es lo que más te cuesta hacer en casa, con tus padres, en la
danza?
3. Escribe una carta a Dios contándole qué cosas buenas ves en ti. Qué
cosas buenas ven los demás y qué te gustaría mejorar.
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