etnocentrismo El etnocentrismo como concepto teórico tiene su origen a partir del estudio de los comportamientos y las formas de relación entre grupos. El termino y por tanto su uso en concreto apareció por primera vez en 1906 de la mano de William G. Summer en su obra “Folksways” (costumbres) quien definía etnocentrismo como un fenómeno en el cual la percepción de las cosas esta mediado por el parámetro de nuestro propio grupo por tanto todo análisis comparativo ante nuevas expresiones culturales de alteridad son medidas por nuestras propias concepciones y costumbres a modo de parámetro lo que da como resultado siempre una crítica ante la alteridad cultural. Definición: Se trata de un fenómeno social que puede manifestarse en cualquier conjunto de individuos e implica la distinción entre la pertenencia o no al propio grupo, la consideración como superior de la forma de vida del mismo y la discriminación entre grupos. Se puede definir el etnocentrismo como la actitud de un grupo que consiste en considerar que se tiene un puesto central respecto a los otros grupos, valorando de modo más positivo sus propios logros y particularidades que los de los diferentes. Es la creencia de la superioridad de una etnia personal, pero también puede desarrollarse por diferencias raciales o religiosas. Es la tendencia a mantenerse en el interior del grupo social propio y a privilegiar sus formas culturales, atribuyendo a ellas una neta superioridad sobre las demás . El etnocentrismo es la acción de observar y analizar otras culturas de acuerdo a las características propias que tiene nuestra cultura y es una de las principales razones para las divisiones raciales entre los miembros de las diferentes etnias, y grupos religiosos en la sociedad. Todo grupo social y cultural es en cierto grado, etnocéntrico (sociocentrismo cultural referido a un grupo humano, por su cultura o área cultural). Además, cuando se considera que nuestra cultura es superior a otras en distintos aspectos como étnicos, lenguaje, costumbres, comportamientos y religión, estos elementos crean la identidad cultural. En el plano intelectual puede ser visto como la dificultad de pensar sobre la diferencia; en el plano afectivo, con sentimientos de extrañeza, miedo, hostilidad, etc.” y donde el etnocentrismo implica a menudo una aprehensión de los “otros” bastante violenta. También implica en la mayoría de los casos que nos hacemos de los otros una imagen distorsionada y manipulada. Como alguien dijo “el etnocentrismo es la incapacidad de mirar el mundo a través de los ojos de los demás”. El etnocentrismo ocurre por todas partes y todos los días tanto a nivel local como político. Se puede observar etnocentrismo, en varios puntos históricos: cuando los españoles llegaron a América, miraban a los indios como animales sin cultura; cuando Hitler que quería crear una raza perfecta; cuando el catolicismo llegó América junto con Cristóbal Colón; cuando Francia colonizó a Argelia, y así sucesivamente. Por lo tanto el etnocentrismo en vez de unir, divide pues viene acompañado de discriminación, prejuicios xenofobia. Dos enfoques del etnocentrismo a) El enfoque positivo del etnocentrismo destaca que mantiene la cohesión social y la lealtad a los principios en el grupo. El etnocentrismo constituye una pauta de referencia para conservar la cultura, la solidaridad, la lealtad, la cooperación, la defensa y la supervivencia del grupo. b) La visión negativa enfatiza como el etnocentrismo radical puede conducir a actitudes y fenómenos como el nacionalismo violento o el racismo, el que se ha definido tradicionalmente como un “proceso de marginalizar, excluir y discriminar contra aquellos definidos como diferentes sobre la base de un color de piel o pertenencia grupal étnica” Otro aspecto relevante es la consideración del etnocentrismo como una constante psicológica o cultural de las sociedades, frente a los autores que postulan un proceso de cambio para varias sociedades como consecuencia de los fuertes procesos migratorios internacionales. En ocasiones, el racismo es más clasismo que mero rechazo de naturaleza étnica, aunque puede tener motivos culturales. Aunque “la base para el prejuicio racial y de la discriminación” sigue siendo el origen étnico, dependiendo en todo caso del grado de diversidad étnica y cultural de la población inmigrante respecto de la autóctona. Para otros autores, el etnocentrismo y la xenofobia pueden considerarse dos caras de la misma moneda. Etnocentrismo, xenofobia y migraciones internacionales en una perspectiva comparada etnocentrismo es una actitud que considera el mundo y a los otros desde el prisma de la propia etnia y cultura. Es, por lo tanto, un proceso básico para cimentar la solidaridad identitaria del colectivo y a la vez establecer diferencias y desigualdades respecto al otro: el extranjero, el inmigrante”. Desde la antropología Lévi-Strauss presenta el etnocentrismo como natural y consustancial a la especie humana, resultante del “deseo de cada cultura de resistirse a las culturas que la rodean, de distinguirse de ellas. Las culturas para no perecer frente a los otros deben permanecer de alguna manera impermeables” Desde el punto de vista de la psicología evolucionista, el etnocentrismo es definido como el favoritismo al propio grupo y la indiferencia u hostilidad hacia otros grupos, y es considerado como uno de los mecanismos que existen en todas las culturas y que explican la conducta humana desde una perspectiva evolutiva. Entre los marcadores de pertenencia a un grupo destacan la raza y la religión. Sin embargo, el etnocentrismo supone un fenómeno en el cual se mezclan tanto elementos racionales como elementos afectivos. La percepción de la propia cultura y estilo de vida como superior a las de las demás sociedades actúa como una de las causas exógenas explicativas respecto a las opiniones sobre la defensa del estilo de vida y la limitación de la llegada extranjeros al país. Asimismo, existe una relación empírica evidente entre la defensa del estilo de vida y la opinión sobre limitar y controlar la llegada de inmigrantes. En conjunto, podría decirse que la estructura etnocéntrica permanece activa en todas las sociedades consideradas, y solamente la llegada de una inmigrac ión relevante en cuanto a su visibilidad social activa las actitudes xenófobas, subordinadas con la estructura básica de origen etnocéntrico. En otras palabras, a la matriz actitudinal de origen etnocéntrico se asocia la opinión más general sobre la percepción de la inmigración como problema del país. Hay que advertir, sin embargo, que esta estructura previa existe independientemente de la llegada de inmigrantes a dicha sociedad. Se comprueba la estrecha vinculación entre etnocentrismo y xenofobia, propuesta por algunos autores. Asimismo, puede afirmarse que las sociedades con mayor mezcla cultural (al ser sociedades de inmigración) muestran un nivel mayor de consistencia en la estructura de opinión que, articulada en torno al etnocentrismo, rechaza la cultura de los inmigrantes. En ese sentido, las estrategias de convivencia intercultural encuentran un freno importante, tal y como postulaban varios autores, en el etnocentrismo. Como casos especiales son Gran Bretaña y España, en la medida que la influencia del etnocentrismo se transporta de forma empíricamente significativa exclusivamente a través de la opinión sobre la defensa del estilo de vida. Podrían ser varias las razones que dieran cuenta de dicha variabilidad; no obstante, consideramos que es conveniente el replicar, cuando existan datos disponibles, el ajuste del modelo general en estos dos países de forma que la excepcionalidad se confirme. Imperialismo europeo El Imperialismo es la práctica de tomar otras tierras, que fue practicado por Europa a partir del siglo XVI. Las colonias en los Estados Unidos eran una de las regiones que los europeos trataron de controlar desde el extranjero. Ellos también se apoderaron de tierras en África. Creían que porque las sociedades de África y las Américas eran sociedades primitivas que estaban basadas en la caza y la agricultura, debían de actualizarlos con las tecnologías modernas. Rastros de este tipo de etnocentrismo europeo todavía es evidente hoy en día. Por ejemplo, en las escuelas de Europa, los cursos de estudios mundiales, tienden a centrarse casi exclusivamente en la historia de los Estados Unidos y Europa, ignorando otras partes del mundo. Política norteamericana Para fortalecer la definición de etnocentrismo, es útil mirar la política actual de Estados Unidos. Con casos que han ocurrido desde su concepción, los Estados Unidos se han visto a menudo a si mismos como una nación más poderosa, superior económicamente y en general "mejor" que otras naciones. Esto ha quedado demostrado por la tendencia del país a incursionar en las situaciones que ocurren en otras naciones, como la participación actual del país en asuntos del Medio Oriente. Aunque la idea de que todos los ciudadanos de los Estados Unidos son pertenecientes a un mismo grupo étnico es discutible ya que el país cuenta con ciudadanos originarios de todo el mundo. Aun así, en este caso, el sentimiento de orgullo nacional puede reposar en un sentimiento de que los norteamericanos son "una pura raza americana”. Etnocentrimo en la cultura Pop En el cine Etnocentrismo no es a menudo presentado como tal un problema serio en el cine y más a menudo es visto como una especie de dispositivo de entretenimiento. El padre en My Big Fat Greek Wedding afirma constantemente que él puede rastrear cualquier palabra a origen griego. Además, toda la película se centra en las emociones y las cuestiones de planificación de una boda griega. En última instancia, sin embargo, la película tiene un final feliz, sutilmente, lo que sugiere que los aspectos positivos superan a los negativos. Otro ejemplo de etnocentrismo que está cubierto con humor se produce en la comedia American Wedding. Al enterarse que su nieto no se casará con una muchacha judía, abuela de Jim se convierte en inconsolable. Además, padre de Michelle comete el error de tostado para su prontoa-ser en leyes con la esperanza de que vayan a quedar muchos shivas juntos y felices. Se pintó como un tonto por su declaración, y la película sutilmente indica un etnocentrismo judío. En la literatura En Zora Neale Hurston's Their Eyes Were Watching God, Janie Starks, el personaje principal es que una morena de piel clara. Por esto, otra mujer en la ciudad de piel más negra que ella, se la ve llena de desprecio hacia ella. Parece que la línea entre negros y blancos en varios puntos de la novela toma una posición ambigua. Esta novela muestra que el etnocentrismo es un tema sumamente amplio, porque incluso dentro de la misma etnia o raza, se encontrarán las divisiones. La escritura muestra importantes componentes de etnocentrismo en la historia, porque antes de la victoria de la era de los derechos civiles, los negros a menudo intentaban "pasar" por blancos, y aquellos que tuvieron éxito fueron a menudo despreciados por otros negros. En “El mercader de Venecia” de Shakespeare, se retrata un profundo desacuerdo entre Shylock (un judío) y Antonio (un cristiano). Antonio desprecia constantemente a Shylock por ser judío, quien al final culmino con uno de los discursos más famosos de todo tiempo donde Shylock pregunta: "Si nos pinchan, ¿no sangramos? Si nos hacen cosquillas, ¿no nos reímos? /Si nos envenenan acaso no morimos nosotros? ¿Y si nos hacen cosas malas, ¿no debemos vengarnos?“ El "nosotros" al que Shylock se está refiriendo son los judíos. Racismo en Estados Unidos Racismo El racismo en Estados Unidos se ha manifestado principalmente entre los blancos anglosajones y estadounidenses de nacimiento contra los afroamericanos, y más recientemente contra chinos, japoneses, latinoamericanos, judíos y musulmanes. Historia El racismo en Estados Unidos se remonta a sus antepasados, y si bien han existido emblemáticas luchas, no ha dejado de ser algo que está un tanto inculcado en parte de la sociedad. En el siglo XX los indígenas, principalmente los pequeños, eran obligados a abandonar sus culturas, idiomas y realizar trabajos forzados. Hay muchas tipos de castigos, pero el desarraigo y sustitución de sus orígenes culturales ha de ser una de las actitudes más aberrantes hacia un ser humano. En Estados Unidos luego de valientes defensas de los derechos de los indígenas y de los negros fueron obteniendo reivindicaciones y aceptando el gobierno dichos abusos e intentando a modo simbólico algunas reparaciones económicas a tantos atropellos cometidos en el transcurso del tiempo. Es siempre muy llamativo cómo se ha menospreciado las culturas indígenas y a los negros, cuando paradójicamente muchos gobiernos hacen alardes en festividades de esas mismas tradiciones, es lo que comúnmente conocemos como el doble discurso. Y es que efectivamente la hipocresía culmina amordazando la dignidad. Incluso el afamado escritor y Doctor en letras, Mario Vargas Llosa manifestaba que a los indígenas había que “civilizarlos”. Realmente una postura muy llamativa en una persona de su capacidad intelectual, pues qué significa civilizarlos: desarraigarlos de sus tradiciones y costumbres para imponerles coercitivamente una nueva cultura, es un proceso de deshumanización, de humillación, de desvalorización del hombre hacia su prójimo. Los negros continuaron sufriendo discriminaciones, aunque encontraron una gran luz de esperanza en Martín Luther King, el pastor que revolucionó pacíficamente el sistema político estadounidense. En el transcurso de los años, y sobre todo en épocas electorales la clase política trata de captar esos votos y rememoran la imagen de Luther King, prometiendo y compartiendo las necesidades de cambios pacíficos que garanticen mayores derechos en los negros, aún hoy persiste la discriminación a pesar de la época en que vivimos. Aunque siempre asegurando que este apoyo dudoso electoral no genere enfrentamientos con el sistema político. Empero la clase política no hace alusión a lo que representaba Luther King para el gobierno en aquella época, basta recordar las palabras del entonces director del FBI, Edgard Hoover, quien sin ningún prurito no tenía el más mínimo empacho en catalogar públicamente al pastor como el negro más peligroso de toda América. Las reivindicaciones no eran más que la petición que se respetaran los derechos que les correspondían y que estaban plasmados en la constitución norteamericana. El racismo era una forma de generar divisiones incluso en los sectores más pobres, el capitalismo aprovechaba las tajadas de ese divisionismo en sus empresas; la división es un componente esencial para la violación de derechos laborales, pues cuanta más desunión existe, menor es la resistencia a los atropellos. Había una clara visión de la mala distribución de las riquezas, y de continuar la profundización de esa brecha, en donde las riquezas eran desviadas a las mismas manos de siempre, se tornaba imposible terminar con la pobreza y el aumento de la discriminación. Si los más humildes no podían tener las posibilidades de tener cubiertas sus necesidades básicas, inexorablemente el estado estaba equivocando el camino. Luther King fue asesinado, sus seguidores se multiplicaban cada vez de a miles, su lucha pacífica había logrado generar temor en el propio gobierno. Los más desprotegidos, los menos beneficiados por políticas discriminatorias que sistemáticamente habían violado sus derechos, veían en Martin una nueva esperanza. Sin embargo, el paso del tiempo ha ido estancando y olvidando un tanto esa gesta. A tal punto que hoy en día una parte importante de los norteamericanos afirman que el racismo es una de las problemáticas endémicas que debe afrontar el país. Y lo que tal vez muestre más claramente lo preocupante del tema, es que asimismo otra gran parte de ciudadanos no considera el racismo como un problema que revista demasiada gravedad. Jack Dovidio, docente de la Universidad de Connecticut, especializado en el tema del racismo ha reconocido que el 80% de los norteamericanos blancos posee sensaciones racistas. Es una cifra realmente alarmante. Aunque no es un racismo xenófobo, sino más bien incorporado en un grado inconsciente por trasmisiones de enseñanzas adquiridas en el núcleo familiar, pero asimismo evidencia que como sociedad sigue estando en el debe en esta materia. Después de su liberación durante la guerra civil por Abraham Lincoln, los estados del sur, resentidos por su derrota durante la guerra civil, sancionaron una variedad de leyes para discriminar a los ciudadanos negros. Este fenómeno se produjo durante el período de la "reconstrucción" ("reconstruction" en inglés) posterior a la guerra civil. Con la elección de Rutherford B. Hayes como el decimonoveno presidente la discriminación se extendió a los estados del norte que inicialmente no la tuvieron, a tal punto que a comienzos del siglo XX se podía ver la severidad de la discriminación y racismo en lugares como Nueva York, Boston, Detroit, Chicago y Los Ángeles. Un caso brutal fue el de Medgar Evers, que fue asesinado en la madrugada de junio de 1963 por Byron de La Beckwith, fue juzgado 2 veces sin éxito, y en 1994 fue condenado a cadena perpetua. Como los estados no podían eliminar los derechos de los negros, que son garantizados en la constitución, se usó en su reemplazo la "segregación" que fue legal por muchos años bajo la idea de "Separated but Equal" o en español "Separados pero Iguales". La idea era que mientras las oportunidades que eran otorgadas fueran iguales para ambas razas, esto era legal. La realidad era que las oportunidades educativas, de empleo, de vivienda, y económicas no eran iguales. Por ejemplo, las escuelas públicas de blancos recibían más dinero y nuevos útiles, mientras las escuelas de negros recibían el mínimo dinero posible. Otro ejemplo puntual y paradigmático aunque no anecdótico y más dramático es el caso de la cantante negra Bessie Smith, quien fue víctima de un accidente automovilístico. La ambulancia con la cantante en ella, había recorrido todos los hospitales del Misisipi en busca de transfusión de sangre. En ninguno la dejaron entrar: eran "hospitales para blancos". Bessie Smith se desangró en la camilla, falleciendo producto de esta segregación "legal".Este hecho y otros muchos dieron origen posteriormente al movimiento de igualdad de derechos de los negros liderados por Martin Luther King. Esta ley mantuvo su legalidad hasta la decisión de la Corte Suprema de los Estados Unidos en "Brown vs. Board of Education" en el que los jueces decidieron que educación pública segregada no era igual y por lo tanto la segregación en escuelas públicas era ilegal. El caso del exterminio masivo de amerindios y la discriminación contra otros americanos de origen japonés, mexicano-estadounidenses, y otros grupos humanos tiende a "invisibilizarse" cuando se entra al tema del racismo porque la discusión sobre los grupos de origen africano predominan en la agenda.[cita requerida] Más aún el tema de la inmigración ilegal está profundamente ligado a la cuestión racial y nacional como se ha visto en la frontera con México. Esto ha causado a insultos racistas como Wetback (espaldas mojadas) por cruzar el Río Grande de inmigrante ilegal y Anchor babies (bebés ancla) los hijos nacidos de estos son muy viables. Esclavitud Uno de los chutos del racismo fue basarse en el para facilitar y legalizar la esclavitud. La esclavitud en los Estados Unidos comenzó con esclavos negros africanos y las personas de ascendencia africana, y ocasionalmente con los amerindios. Una ley de Virginia de 1705 estableció que la esclavitud se aplicaría a aquellas personas de pueblos que no fueran cristianos. La mayoría de los esclavos eran negros y estaban en poder de los blancos, aunque algunos americanos nativos y negros libres también tenían esclavos. La esclavitud se prohíbe en Estados Unidos en 1865 luego de la Guerra de Secesión mediante la Decimotercera Enmienda. Segregación racial La segregación o separación racial es la separación de espacios, servicios y leyes para las personas de acuerdo a su descendencia. Fue practicada en muchos lugares del planeta hasta mediados del siglo XX En 1868 que se derogaron las leyes segregacionistas que limitaban los derechos civiles de los afrocubanos bajo las antiguas "Leyes de Indias", hasta entonces el código legal vigente en Cuba, con la abolición de los Estatutos de limpieza de sangre . En Estados Unidos en cambio la segregación racial fue practicada hasta mediados del siglo XX, pero como resultado de la lucha por el Movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos y del apoyo del Presidente John F. Kennedy y de Lyndon Johnson, se firma la Ley de Derechos Civiles en 1964 en la que se prohíbe la aplicación desigual de los requisitos de registro de votantes y la segregación racial en las escuelas, en el lugar de trabajo e instalaciones que sirvan al público en general ("lugares públicos") y en 1965 la Ley de derecho de voto. Supremacía blanca Cartel de El nacimiento de una nación (1915), filme de principios del siglo XX que muchos consideran una apología del supremacismo racial, en particular el Ku Klux Klan. La supremacía blanca o supremacismo blanco es una ideología que sostiene que la raza blanca (definida ésta por elementos biológicos, culturales e incluso morales) es superior a otras razas. Este término se usa para describir una ideología política que promueve el dominio social y político de los blancos. Se basa en el etnocentrismo y un deseo de hegemonía sobre los pueblos no-blancos. El supremacismo blanco suele asociarse con el racismo en contra de los negros, mulatos, indígenas o amerindios, mestizos y frecuentemente al antisemitismo, creyendo que los judíos no son lo suficientemente blancos, aunque también ha sustentado la discriminación hacia algunos pueblos de Asia. Se encuentran grupos de supremacía blanca en países con poblaciones de blancos o caucásicos, incluyendo Europa (incluyendo toda Rusia), Norteamérica, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Latinoamérica. Estos grupos son observados como grupos de odio, y varios países han aprobado legislaciones que limitan este tipo de organizaciones. Estados Unidos antes y después de la Guerra de Secesión Norteamericana, eran un país de supremacistas blancos tanto en lo político como en lo social y económico, del mismo modo que lo fue Sudáfrica durante el Apartheid. En la actualidad se debate intensamente sobre la influencia continua del supremacismo blanco, su alcance y naturaleza en la cultura occidental. La supremacía blanca se emplea a veces en un sentido algo más amplio, defendiendo no solamente la idea filosófica de que la raza blanca es superior a otras razas, sino que aquella debería ejercer su dominio sobre éstas. Grupos separatistas y nacionalistas blancos, para distinguirse de los supremacistas blancos, enfatizan su rechazo de esta definición más limitada. Origen de la supremacía blanca Según James Loewen en Lies my Teacher Told me, la supremacía blanca tuvo su origen en la Era de los Descubrimientos, momento en el que las naciones de Europa trataron de encontrar una justificación ideológica tanto a la conquista de poblaciones indígenas como a la trata de esclavos africanos. La esclavitud, el genocidio de los pueblos indígenas y otros fenómenos, ciertamente, se han asociado a la existencia de la supremacía blanca con bastante anterioridad a ese periodo histórico pero el concepto de que los pueblos no blancos acusaban una inferioridad biológica innata parece haberse dado al mismo tiempo que los cambios tecnológicos militares y de organización social que hicieron posible la expansión de las potencias imperiales europeas — mediante la conquista y colonización — por vastos territorios del mundo. Supremacía blanca en la historia "Los hombres blancos se levantaron por mero instinto de conservación... hasta que, finalmente, vino a la existencia un gran Ku Klux Klan, un genuino imperio del Sur, para proteger la tierra sureña" — Palabras de Woodrow Wilson citadas en el filme de 1915 El nacimiento de una nación. Después de Colón la supremacía blanca llegó a ser la ideología dominante en el mundo anglosajón y fue muy practicada en la mayor parte de Europa y, lo que es más importante (debido a la presencia de mayores contingentes de población no blanca), también en los territorios de ultramar conquistados o colonizados por británicos sobre todo, no así en los territorios conquistados por españoles, en los que la mezcla racial fue aceptada desde el principio y donde la mayor barrera entre españoles y americanos era religiosa, el americano era aceptado si aceptaba el Cristianismo. Ello ha tenido como resultado que la mayoría de la población hispanoamericana sea mestiza hoy día, hecho inexistente en las antiguas colonias británicas; en éstas, por ejemplo en muchos estados de los Estados Unidos, los no blancos fueron privados del derecho al voto y de la posibilidad de ostentar cargos de gobierno (o incluso ejercer el funcionariado) aún hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX. Los nativos americanos en los Estados Unidos y Canadá, así como los aborígenes de Australia, a menudo fueron vistos como meros obstáculos a la colonización blanca antes que como seres humanos de pleno derecho. Varios países de la cuenca del Pacífico colonizados por europeos, en ocasiones, opusieron fuertes limitaciones a la inmigración y la naturalización de individuos de los países asiáticos del Pacífico, normalmente apoyándose abiertamente en el supremacismo blanco. Los Estados Unidos dieron a los estados de forma individual la posibilidad de prohibir los matrimonios interraciales hasta 1967 (véase el caso judicial: Loving contra Virginia), mientras que Rodesia tuvo un régimen abiertamente supremacista blanco hasta 1979 y Sudáfrica hasta la década de 1990. En los Estados Unidos la idea de la supremacía blanca estaba especialmente arraigada. En su época fundacional, había esclavos negros incluso en estados del norte del país, como Nueva York. Los estados del sur de los Estados Unidos, hasta la Guerra de Secesión, mantuvieron una economía de plantaciones sustentada en los esclavos negros. Incluso en aquellas zonas del sur donde los afroamericanos constituían una mayoría, sistemáticamente carecieron del derecho al voto, excepto durante el breve lapso de la Reconstrucción (1866-1877) tras la Guerra de Secesión. Los gobiernos estatales y locales, así como organizaciones como el Ku Klux Klan, desempeñaron una eficaz resistencia a la extensión de los derechos civiles. El propio Ku Klux Klan, hasta principios de los años 1960, practicaba linchamientos y ejecuciones extrajudiciales que eran tácitamente tolerados. En el resto de los Estados Unidos, la situación era generalmente más benévola, pero —por lo menos hasta la segunda mitad del siglo XX— de acuerdo a la regla no escrita, se esperaba de las personas no blancas que supieran cuál era "su sitio". Por ejemplo, muy pocos de los principales centros de enseñanza superior admitían a estudiantes que no fueran blancos, y si lo hacían, los admitían en cuotas muy reducidas. Estas restricciones no se aplicaban únicamente a afroamericanos, sino que también, durante buena parte de los siglos XIX y XX, afectaban a asiáticos, indígenas y judíos. Los afroamericanos que llegaron a recibir educación universitaria lo hicieron en su mayoría en lo que ahora se conoce como las "Universidades Negras Históricas" (Historically Black Colleges and Universities). Muy pocos afroamericanos ostentaron cargos públicos: tras el periodo llamado de la Reconstrucción de la Guerra de Secesión, ninguno llegó al Senado hasta que Edward W. Brooke lo lograra en 1966. Nunca había habido un presidente no blanco en los Estados Unidos hasta la victoria electoral de Barack Obama frente a John McCain en las elecciones presidenciales del 4 de noviembre de 2008. George Ariyoshi, de Hawái, en 1974, se convirtió en el primer asiático-americano que llegó a ser gobernador de un estado. En Sudáfrica, una vez terminadas las luchas intercolonialistas entre ingleses y holandeses, el nacimiento del estado se basaba en la absoluta discriminación de los nativos, y los habitantes e inmigrantes, no blancos, que solo representaban mano de obra explotable y laboriosa. En este contexto surgió la figura pública de Gandhi, inmigrante universitario de origen indio. La minoría de origen europeo, apenas un 17,5% de la población, después de la Segunda Guerra Mundial recrudeció aún más sus posiciones segregacionistas y en 1948, al triunfar la corriente más extrema de esa tendencia, el apartheid, adquirió características aún más drásticas, que se tradujeron en la obligatoriedad de que todos los habitantes nativos tuvieran que aprender la lengua afrikáans, una variante de holandés con cierta influencia del inglés, que resultaba inútil para la mayoría negra. Aunque la República de Sudáfrica continuó ligada a la Comunidad Británica de Naciones hasta 1961, esos vínculos se habían debilitado. La explotación de la mayoría nativa estaba sustentada en la "doctrina de la superioridad racial", que se refiere a una superioridad de la naturaleza y, por tanto, inalterable. Los hombres de "raza blanca", estarían dotados de caracteres hereditarios comunes y exclusivos que les asegurarían un desarrollo mental superior al de otras "razas". La herencia genética de los negros limitaría para siempre, según esta creencia, sus potencialidades. Fundamentalmente, esta concepción es idéntica a la desigualdad de aptitudes que tan privilegiado lugar ocupa en las representaciones mentales de las castas superiores tradicionales. También esta tiene la misma función ideológica: justificar los privilegios de una minoría mediante una argumentación en la que se asegura la perpetuidad, ya que la superioridad se considera enraizada en la naturaleza. Ideología del supremacismo blanco contemporáneo Afroamericano bebiendo de una fuente asignada a personas de color. Imagen de mediados del siglo XX. Mientras los supremacistas comparten con los separatistas un rechazo general a la mezcla racial, especialmente los matrimonios y relaciones interraciales, una característica notable del supremacismo moderno —influido por las ideas nazis— es que los blancos europeos deben gobernar a negros, judíos, musulmanes, asiáticos, nativos de Oriente Medio y norteafricanos. Sin embargo, hay un tipo diferente de supremacismo, que se conoce como Pan-Arianismo, que acepta como miembros a personas europeas y algunos caucásicos no europeos, como personas de Oriente Medio, norte de África y Asia Central y Oeste. Pero no todas las personas de estos grupos son considerados blancos. Por ejemplo, en Oriente Medio, los pan-arianistas aceptan como ascendientes lejanos a sirios e iraníes, pero no a saudíes o yemeníes. Esta postura tiene mucho en común con el nazismo. Algunos grupos supremacistas, especialmente en los países de habla alemana, se autoproclaman nazis; y, en conjunto, a estos grupos se les suele denominar neonazis. Gran parte de los que sostienen ideas raciales no utilizan el término "supremacismo" debido a que sugiere un deseo de dominio sobre otras razas. Sin embargo, muchos de ellos creen que la raza blanca es superior a otras razas. En los Estados Unidos los movimientos de supremacía blanca en ocasiones se hallan relacionados con grupos de fundamentalismo cristiano o asociados a Identidad Cristiana aunque la mayoría de cristianos, incluso aquellos que suscriben como "fundamentalis tas", denuncian al movimiento como grupo no cristiano. Algunos supremacistas blancos consideran que la violencia es un medio admisible para extender su causa y rechazan el cristianismo al que consideran una fe "suicida" y mestiza. Otras variedades del supremacismo blanco se identifican como odinistas. La vertiente supremacista blanca del odinismo tiene poco que ver con Identidad Cristiana pero existe un punto clave de encuentro: su versión del odinismo enseña un dualismo —al igual que Identidad Cristiana— que concibe el universo como compuesto por "mundos de luz" (asociados a la raza blanca) y "mundos de oscuridad" (asociados a razas no blancas). La principal diferencia entre los dos credos consiste en que el odinismo cree en los antiguos dioses nórdicos y no cree en la divinidad de Jesucristo, sin embargo, como en el caso del cristianismo, el odinismo no es una religión racista y la mayoría de grupos odinistas rechazan el odio racial. Algunos grupos como Boeremag de Sudáfrica hacen cierto sincretismo de elementos cristianos y odinistas. Los grupos supremacistas no necesariamente están asociados a Identidad Cristiana u otros credos religiosos. Organizaciones como el Partido Nazi Americano tienen motivaciones más políticas que religiosas. El Ku Klux Klan (KKK), uno de los grupos supremacistas más reconocidos de los Estados Unidos, es no solo partidario de la supremacía blanca sino también de la supremacía religiosa cristiana, fundiendo en su ideología el racismo y el fundamentalismo religioso. En sus orígenes el Ku Klux Klan perseguía, por ejemplo, a ateos, homosexuales, personas que practicaban el sexo libre y otros acusados de ser "anticristiano" o "inmorales" en su conducta indistintamente de su raza. Así mismo, el Ku Klux Klan era profundamente anticatólico y combatía a los católicos de cualquier raza, incluyendo blancos, por considerarlos contrarios al verdadero cristianismo protestante. Distribución y relevancia de los grupos supremacistas actuales En la mayoría de países con contingentes significativos de población blanca, como Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, los países europeos y algunas partes de América Latina, pueden encontrarse sectores que propugnan el supremacismo blanco aunque, en todos estos lugares, su discurso no es representativo más que de una ínfima minoría de la población, siendo escaso el número de militantes en los mismos. Sin embargo, el influjo de corrientes migratorias de población no blanca en varios países europeos durante los últimos veinticinco años ha motivado una reacción que se ha traducido en el ascenso en la afiliación a tales movimientos así como una escalada de manifestaciones y delitos racistas de toda índole. El estilo de la militancia de ciertos sectores ha motivado que sean vigilados de cerca por las fuerzas del orden. En algunos países de Europa, que cuentan con la experiencia cercana de los efectos de estas ideologías en la Segunda Guerra Mundial, las organizaciones supremacistas están prohibidas por la ley. Tales legislaciones tipifican la figura delictiva de la "incitación al odio" junto a normas que prohíben las organizaciones cuyo objeto sea contrario a una sociedad multiétnica, multirracial y democrática. Militancia violenta de las organizaciones supremacistas angloestadounidenses actuales La Iglesia Mundial del Creador (World Church of the Creator), llamada ahora Movimiento de Creatividad, es un ejemplo cercano de violencia promovida por el supremacismo blanco con el objeto de desencadenar una guerra racial. Ben Klassen, fundador del movimiento, sostiene que la raza de una persona es su religión. Sin considerar esta idea central, en los demás aspectos su ideología es muy parecida a la de muchas congregaciones de Identidad Cristiana en el convencimiento de que existe una conspiración judía que controla el gobierno federal de los Estados Unidos, la gran banca internacional y los medios de comunicación. También enseñan que la RAHOWA (la Guerra Santa Racial, por su acrónimo en inglés RAcial HOly WAr) está destinada a librar al mundo de los judíos y de las "razas barro". A principios de los años 1990, hubo un gran incremento en la afiliación a tales grupos por la creencia popular de que el apocalipsis y la RAHOWA eran inminentes. En 1996 Matthew F. Hale, que se hizo famoso porque se le denegó una licencia para ejercer la abogacía en Illinois, fue designado nuevo líder de la Iglesia del Creador. Hale hizo algunos cambios en la organización, incluyendo el nuevo nombre de Iglesia Mundial del Creador, para transmitir una sensación de ser un movimiento de gran alcance. Ciertos episodios violentos han puesto de manifiesto que sus miembros están dispuestos a tomar parte en acciones de este tipo. Se sospecha que miembros de la Iglesia Mundial del Creador en el sur de Florida están involucrados en distintos linchamientos organizados por motivos racistas. En el último año, cuatro miembros de Florida han sido encarcelados por esgrimir armas de fuego y por el atraco al propietario judío de una tienda de videos. Supuestamente recaudaban fondos para la "revolución". Muchos creen en la necesidad de alcanzar el martirio por su causa. Por ejemplo Bob Mathews, líder del grupo neonazi The Order, murió en un choque con las fuerzas del orden. Asimismo, William King se complacía con la idea de que se le aplicara la pena de muerte por el asesinato de James Byrd Jr. El último caso es de los neonazis Daniel Cowart y Paul Schlesselman que pretendían asesinar al candidato del Partido Demócrata Barack Obama, matar a 88 personas y decapitar a otras 14 de raza negra (cf. Fourteen Words). Desencuentro entre grupos supremacistas Muchas organizaciones racistas muestran tendencias a escindirse fácilmente. Asimismo los movimientos racistas actuales que existen en Internet evidencian un gran rechazo hacia "El Movimiento". Las distintas corrientes tienen sus feudos y rivalizan entre ellas. Diferentes líderes poseen feudos personales, etc. Se puede observar que dentro del movimiento existen demasiadas figuras que aspiran a ser líderes y no meros seguidores. Gran cantidad de supremacistas consideran cobardes y traidores a los grupos supremacistas menos extremistas, o a las organizaciones asociadas al nacionalismo blanco y a la vieja guardia conservadora (N. del Trad.: paleoconservadurismo). Por su parte, estos dos últimos sectores consideran que los supremacistas y los neonazis les dan mala fama. Supremacistas actuales señalados Una lista más o menos completa de supremacistas blancos sería demasiado larga como para no exceder este artículo. Sólo para empezar, se incluiría a la mayoría de gobernantes y políticos de los Estados Unidos antes de 1960, a la mayoría de los líderes políticos del periodo del apartheid sudafricano, a los de los Estados Confederados de América y a los de la Alemania nacionalsocialista. Lo que sigue es una mera relación de figuras contemporáneas conocidas principalmente por su apoyo al supremacismo blanco. John Bean Don Black Andrew Brons George Burdi Richard Girnt Butler Willis Carto Mark Collett Frank Collin David Copeland Mark Cotterill Nicky Crane Françoise Dior Ian Stuart Donaldson Wolfgang Droege David Duke Leo Felton Paul Fromm Nick Griffin Matthew F. Hale Wolf Rüdiger Hess Ray Hill Derek Holland Tom Holmes David Irving Colin Jordan David Kerr Ben Klassen David Lane Alex Linder Martin Lindstedt James H. Madole Horst Mahler Robert Jay Mathews Tom Metzger Frazier Glenn Miller Savitri Devi Mukherji David Myatt William Luther Pierce John Kingsley Read Otto Ernst Remer Bill Riccio Ingrid Rimland George Lincoln Rockwell Charlie Sargent Benjamin Nathaniel Smith John Ross Taylor Eugène Terre'Blanche Jean-François Thiriart Joseph Tommasi Donna Upson Richard Verrall Robert Vesterlund Martin Webster Jeff Weise Martin Wingfield Francis Parker Yockey Ernst Zündel Organizaciones Movimiento de Resistencia Afrikáner Partido Nazi Americano Hermandad Aria Naciones Arias Frente Revolucionario Ario Partido Nacional Británico Iglesia Conservadora Cristiana Identidad Cristiana Combat 18 Consejo de Ciudadanos Conservadores Hammer Skins Confederados Liga de Defensa del Condado de Forsyth Heritage Front Ku Klux Klan Legión de Guerreros Arios Partido Verde Nacional Socialista Libertario Asociación Nacional para el Progreso del Pueblo Blanco Partido Nacionalista de Canadá Frente Nacional de Nueva Zelanda Trueno Nórdico The Order Posse Comitatus Resistencia Aria Blanca Consejo de Ciudadanos Blancos Partido Patriótico Blanco Revolución blanca Iglesia Mundial del Creador/Movimiento de Creatividad Movimiento Nación Camba de Liberación Casos recientes El racismo hoy en día no se limita solamente a las personas de color, sino a los inmigrantes, quienes si no tienen una preparación académica que los ayude a destacarse en la sociedad, son inevitablemente víctimas de discriminación, de trabajos al margen de la ley, bajo amenaza de ser denunciados y deportados. Es el desprecio del hombre por el hombre. Pero para Roger Goldman, profesor de derecho en la Universidad de San Luis, el tema es más de fondo y se encuentra enquistado no solo en Ferguson, sino en la misma sociedad estadounidense. “Es mucho lo que se ha avanzado en estos 50 años. Por supuesto, ya no hay linchamientos y hasta tenemos un presidente negro. Pero la discriminación racial persiste de manera más sutil en muchos frentes. Por ejemplo, en la misma estructura del sistema judicial, que parece promoverla y que genera una profunda desconfianza de los afroamericanos frente un establecimiento que se asocia con la raza blanca”, dice el experto. Y sobre esto existen decenas de estudios y estadísticas que parecen demostrarlo. Un informe reciente de la UCLA concluía que en Estados Unidos un afroa-mericano tiene cuatro veces más chances de ser arrestado sin justa causa que un blanco. En Nueva York, sostiene otro reporte, de Civil Liberties Union, la policía de la ciudad detuvo en el 2012 a 254.522 afroamericanos (el 55,2 por ciento de todas las detenciones preventivas) frente a 45.000 blancos (solo el 9,7 por ciento). A la hora de las sentencias también aparecen este tipo de disparidades: en un reporte del US Sentencing Commission, elaborado en el 2011, se resaltaba cómo a los afroamericanos se les imparten condenas un 10 por ciento superiores a las de los blancos por el mismo delito. Así mismo, hay leyes que penalizan con más dureza la posesión del crack (droga usada más por afroamericanos) que la de cocaína (más costosa y que se mueve en círculos de blancos) sin que exista ninguna razón lógica para que exista tal diferencia. En el 2012, un estudio de la Universidad de Leyes de Michigan llegó a exactamente a las mismas conclusiones. El dato más aterrador, de acuerdo con cifras del Departamento de Justicia, es que uno de cada tres afroamericanos pasará en algún momento de su vida por la cárcel, mientras que entre los blancos la cifra es de 1 por cada 20. Muchos de los críticos de esta aparente discriminación racial apuntan a las mismas cifras oficiales del FBI, según las cuales los negros son detenidos y encarcelados con más frecuencia por que son los que más crímenes cometen. Señalan las estadísticas que más del 30 por ciento de todos los delitos –robos, asesinatos, tráfico y posesión de drogas, etc.– son cometidos por afroamericanos, pese a que solo representan el 12 por ciento de la población nacional. Pero Jamille Bouie, que escribe sobre temas raciales en el Daily Beast, cree que eso es relativo y lo explica así: “En Estados Unidos, afroamericanos y blancos tienen las mismas tasas de consumo de marihuana (el 14 por ciento) y, sin embargo, el índice de arrestos de los negros por este delito es tres veces más alto. En otras palabras, si hay dos pueblos, uno al lado del otro, en donde la tasa de crimen es idéntica, pero solo te dedicas a perseguir a infractores en uno de ellos, es obvio que ese tendrá tasas más altas de criminalidad”. ay otro factor, que es quizá igual de importante, pero que no está asociado necesariamente con el color de la piel: la creciente brecha entre ricos y pobres que existe en Estados Unidos. Un estudio del Centro Pew, cuyos datos están basados en el censo nacional del 2010, indica que las familias de raza blanca poseen un nivel de riqueza (activos menos deudas) 20 veces superior al de los afroamericanos y 18 veces más grande que el de los hispanos. Es decir que mientras los primeros tenían para ese año –en promedio– unos 230 millones de pesos en riqueza, los segundos, solo 11 millones, y 13 millones los hispanos. Según Pew, se trata de la brecha más grande que se registra entre estos tres grupos raciales desde que el Gobierno comenzó con este tipo de mediciones, y representa una triplicación de la diferencia en los últimos 25 años. Más aún, el índice de pobreza entre afroamericanos –el grupo más pobre de todo el país– es tres veces más alto que el de los blancos (29 por ciento contra 9,5 por ciento) mientras que la tasa de desempleo se pasa del doble (11,4 contra 5,3). En Ferguson las cosas son aún peores: la tasa de desempleo para afroamericanos es del 13 por ciento, y solo uno de sus diez barrios mantuvo el nivel de pobreza por debajo del 16 por ciento (la media nacional). De acuerdo con una artículo publicado por The Economist, en la práctica todo se traduce en un círculo vicioso que termina imponiendo una segregación no racial, sino socioeconómica. 1. Caso Ferguson Una ola de protestas y violencia se desató en Ferguson, estado de Misuri (centro-oeste de Estados Unidos), días después que el 9 de agosto un policía blanco, Darren Wilson, mató a tiros a Michael Brown, un joven negro de 18 años que estaba desarmado en el momento de los hechos. Gran parte de la comunidad de Ferguson, en un 70 por ciento afroamericana, cree que a Brown lo mataron por su color de piel y han ventilado años de abusos de una fuerza pública en la que 50 de sus 53 policías son blancos. Desde entonces llevan 14 días marchando en las calles, exigiendo justicia y enardecidos, además, porque el fiscal al que se le encargó el caso no solo es blanco, sino un hijo de un policía asesinado por un negro. Las protestas, que se han tornado violentas y suman ya decenas de heridos y cientos de arrestos, han despertado la atención nacional donde también han surgido grupos que defienden al policía y reclaman que se le esté condenando sin ofrecerle siquiera la oportunidad de defenderse durante un proceso judicial. Tan extremos como el temible Ku Klux Klan, que todavía existe y promueve la recaudación de fondos para la defensa del agente. Sobre la muerte del joven sigue habiendo varias versiones. La policía dice que al ir a detenerlo hubo un forcejeo, en el que Brown intentó hacerse con el arma del agente. Pero algunos testigos afirman que en el momento de recibir los disparos Brown estaba con las manos en alto, sin oponer por tanto ninguna resistencia. Ya se han encargado tres autopsias del cuerpo del joven. Conclusiones Como se ve por el discurso de Shylock, el etnocentrismo es una fuerza poderosa que debilita las relaciones humanas. Punto de Shylock es que a pesar de las diferencias culturales, somos humanos. No hay ninguna diferencia intrínseca entre un judío y un cristiano, un negro y un blanco, un ciudadano chino y un ciudadano alemán, etcétera. Aunque Shylock está pintado como el villano de El mercader de Venecia, quizás que todos podemos tomar una lección de él para evitar prejuicios injustos que resultan de etnocentrismo. Bibliografía http://examples.yourdictionary.com/examples-of-ethnocentrism.html Celestino del Arenal, ETNOCENTRISMO Y TEORÍA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES. Recuperado de https://www.academia.edu/4085407/_Etnocentrismo_y_teoria_de_las_relaciones_interna cionales_ Alaminos, Antonio & López, Cristina & Santacreu, Oscar. Etnocentrismo, xenofobia y migraciones internacionales en una perspectiva comparada. 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