Universidad Autónoma de Baja California Facultad de Artes Licenciatura en Artes Plásticas Interconexión entre los hemisferios cerebrales Arte y ciencia: Paradigmas del conocimiento emergente Ensayo realizado por Ana Cristina Lomeli Velazco Ensenada, B. C., México 01 de diciembre del 2019 1 Medusa, protagonista de mis sueños más profundos, es uno de los seres vivos más complejos y difíciles de comprender o simplemente clasificar pues está conformada en su totalidad de tejido nervioso. Este contacto con mi subconsciente me atrajo al estudio del funcionamiento neurótico en el ser humano por lo que mi curiosidad fue mi guía para realizar el presente ensayo. Al ser estudiante de artes plásticas, es un reto unir el tema científico y artístico, pero gracias a la universidad, estoy en contacto cada vez más frecuentemente con charlas intelectuales, entre artistas y científicos, donde se discute la relación entre ambas disciplinas. Lo inquietante es saber que ciertas personas remarcan que se trata de dos sustancias que viven totalmente distanciadas, sin embargo, tienen en común un punto de partida abstracto, es decir, la contradicción de estas afirmaciones se delatan por sí solas pues todo proviene de la interacción entre estímulos, receptores y órdenes a través del psique y el mundo exterior. Dicho sea de paso, se ha escuchado que el cerebro se encuentra dividido en tres partes, la racional, irracional y arracional haciendo referencia, en ese orden, al hemisferio izquierdo, derecho y el cerebelo (con MacLean se trata de el cerebro reptiliano, el sistema límbico, y la neocorteza). Se sabe que el hemisferio derecho, el que domina la percepción espacial, es nuestro mundo interior y el izquierdo, gobernante del habla y el lenguaje, nuestro exterior. La diferenciación ha sido exhaustivamente estudiada a partir los años 50s por biólogos, neurólogos y psicólogos (Gómez, 2003). Uno de los pioneros en esta área fue Sperry (1973) quien dio origen a la Teoría del Cerebro Derecho vs. El Cerebro Izquierdo, siendo el punto de partida para otras interpretaciones sobre el funcionamiento del cerebro y el aprendizaje como la Teoría del Cerebro Triuno y el Modelo del Cerebro Total. Pero verlo de esta manera no me quedan claros los testimonios porque hay 2 muchos ejemplos de comportamientos donde es necesario usar los dos estilos de pensamiento como lo es escribir un ensayo literario o una divulgación científica. A todo esto, en perspectiva de mi educación artística, he estado sumergida en reflexiones y llegue a resumir que existe un diálogo vital en todo el cerebro que borra esta línea divisoria. De esta manera, según Robert Ornstein (1970), catedrático de psicología en la universidad de California del Sur EEUU, quien enunció que somos dependientes a la parte izquierda del cerebro (según lo que pide nuestra cultura) y que, al ser lógicos y necesitar del lenguaje, la percepción del mundo se adapta a esa visión generando una atrofia a la parte creativa. Por tanto, trataré la confusión a relación entre el arte y la ciencia ante la percepción del mundo en el inacabable proceso de descubrimiento con explicaciones desde la compleja morfología del cerebro humano. El hemisferio derecho De acuerdo con Joao Cuesta Rivas “es donde ocurre la mayoría de las funciones cognitivas no dominantes que incluyen la consciencia y otras más, pero allí se encuentra un potencial quizá aún inexplorado de creatividad, ingenio y talento innato para descubrir las dinámicas dictaminantes que el mundo necesita” (Cuesta, 2009, p. 34). Se trata de una hipótesis sin confirmación absoluta acerca de nuestro lado artístico, opuesto a la actividad científica, que se encarga de la intuición, la expresión, la analogia ́ , lo sensible, la inspiración, lo no racional, el lado de la visión integradora en el análisis; esto quiere decir que solo es de uso coloquial como algo ya establecido, como el lado del pensamiento divergente que implica la apertura mental para encontrar nuevas soluciones, formas de hacer las cosas y pensar en gran cantidad de respuestas para un problema. 3 Pero entre cada investigación están las afirmaciones se expresa una de las estrategias para investigar la organización y funcionamiento de los hemisferios: Cuando estos pacientes (aquellos con daño cerebral) pierden la capacidad de desempeñar determinada tarea, se infiere que la zona lesionada cumplía un papel importante en la ejecución de dicha función […] si un paciente con daño cerebral conserva la capacidad de realizar una tarea dada, se presume que las facultades correspondientes están ubicadas en algún punto de las porciones del cerebro que se mantuvieron intactas. (GARDNER, 1982, Pp. 304-305) El hemisferio izquierdo Según Joao Cuesta “es donde se lleva a cabo la mayoría de los procesos conscientes.” (Cuesta, 2009, p. 34). Ahí denota la capacidad de relacionar exactamente los antecedentes y consecuentes según la lógica; igualmente ese lado está relacionado con el lenguaje (habla y escritura); también la capacidad de establecer la verdad a partir de la organización de ideas; es donde descomponemos los elementos de un todo para conocerlos y establecer sus funciones; se establece un orden de las ideas determinado por la cadena de razonamiento que se establece; incluso aprecia y representa las cosas tal como las ve. Se trata de la zona que realiza el razonamiento intelectivo, objetivo, científico, generalizador y que actúa con el pensamiento convergente, este que permite encontrar la soluciones adecuadas. La afirmación de esto, como ya se explicó anteriormente, es dedujo por el área de Broca, cuyas lesiones cerebrales que provocan el transtorno del lenguaje se encontraban en su mayoría en el hemisferio izquierdo. Por tanto, estos resultados guían al investigador a tomar en cuenta o relacionar ciertos comportamientos a la perturbación de uno de los dos hemisferios. 4 Ambos lados del cerebro están vinculados Tiempo después, gracias a los doctores Roger Sperry y Robert Ornstein, sale su nutritiva aportación con el descubrimiento de que ambos lados del cerebro están vinculados por una red extraordinariamente compleja de fibras nerviosas, denominadas como cuerpo calloso (CC), que realizan actividades mentales como la transferencia inmediata y la unificación de la información sensorial recibida de los hemisferios cerebrales. De igual forma, parece desarrollar un papel relevante en otras funciones como la memoria, la atención, el nivel de alerta, las funciones auditivas y del lenguaje y en la conciencia de uno mismo. Como por ejemplo, el CC presenta una gran plasticidad ante su desarrollo en músicos veteranos, significando así la importancia de la fibra interhemisférica en el desenvolvimiento artístico desde la niñez. Por otra parte, cuando el cerebro pasa de la música a las funciones numéricas, los lóbulos parietales, particularmente el segmento horizontal del surco intraparietal, que se responsabilizan en la representación interna de cantidades, el procesamiento abstracto de las magnitudes y la resolución de problemas aritméticos (Dzib-Goodin, 2013, p. 82). El esquema nuclear del Modelo del Cerebro Total de Herrmann (1989) describe la existencia de cuatro estilos de pensamiento denominados cuadrantes A, B, C y D, los cuales se conforman como los cuatro modos especif́ icos, distintos e independientes de procesamiento diferencial de información. Además de las mitades izquierda y derecha representadas por los hemisferios, se tienen las mitades superior (cerebral) e inferior (límbica), lo que da origen a cuatro porciones, todas ellas conectadas directa o indirectamente entre sí por el CC y otras comisuras. Él propuso un modelo que integra 5 la neocorteza con el sistema lim ́ bico, en cuyas integraciones se puede lograr un estudio completo de la operatividad del cerebro y sus implicaciones para la creatividad y el aprendizaje. (Estrada, 2014, Pp. 94 - 97; Velásquez et al., 2007). Estos cuadrantes pueden ser desarrollados individualmente o en forma combinada, secuencial o simultáneamente en los diversos procesos cerebrales; A es el lóbulo superior izquierdo y se especializa en un procesamiento lógico, cuantitativo, analit́ ico, crit́ ico, fáctico; B es el lóbulo inferior izquierdo y se caracteriza por un estilo de pensamiento secuencial, controlado, conservador, organizado, planificado y controlado, estructural, detallista, crit́ ico, matemático y basado en hechos concretos; C Es el lóbulo inferior derecho, sobresaliendo por un estilo de pensamiento emocional, sensorial, musical, humaniś tico, expresivo, interpersonal, musical, simbólico y espiritual; D Es el lóbulo superior derecho y se destaca por su estilo de pensamiento conceptual, sintético, visual, metafórico, integrador, holiś tico, global, creativo, artiś tico, espacial y metafórico (Estrada, 2014, Pp. 94 - 97; Velásquez et al., 2007). Y, de acuerdo con Gardié (2000) “estas cuatro áreas se recombinan y forman cuatro nuevas formas de pensamiento: A-B del hemisferio izquierdo con pensamiento realista y del sentido común. C-D del hemisferio derecho idealista y kinéstico. A-D pragmático. B-C instintivo y visceral que incluye el sistema lim ́ bico”. Hasta aquí se entiende que el cerebro total es unitario, dinámico e integrador, por tanto, la creatividad, la inteligencia, el aprendizaje, la toma de decisiones y la solución de problemas requieren de acciones concertadas. La activación de ambos hemisferios se aplica en nuestra vida cotidiana, sea uno consciente de ello o no, aunque, claramente, sólo varía el grado en que se utilizan. Para alcanzar un pensamiento efectivo se requiere 6 de ambos puesto que son complementarios y han de coordinarse debidamente para la ejecución de muchas acciones. Como se señala desde la neurociencia, utilizar metodologías de carácter mixto que combinen técnicas secuenciales con otras que permitan el desarrollo de pensamientos visuales y espaciales, la fantasía, el lenguaje evocador y la experiencia directa, los fines que se buscan serán exitosos. Sin embargo, por naturaleza nos encargamos todo el tiempo de organizar la realidad en compartimentos separados, y a ser posible lo que nos rodea en pares opuestos. Siempre hemos sido amantes de la simetría, porque se aplica en nuestro cuerpo (lado derecho e izquierdo similares). Se trata de una manera de establecer un orden en las cosas y reducirles su complejidad para hacerlas manejables, se trata de una forma de construir una realidad con un cierto sentido. Y aun sin olvidar que los individuos aprenden, representan y utilizan el saber de muchos y diferentes modos. Aquí hago referencia a las Inteligencias Múltiples propuestas por Gardner (1982), como lo son la inteligencia lingüística, la lógico-matemática, la corporal-Kinestésica, la musical, la espacial, la naturalista, la interpersonal y la intrapersonal. Se cumple de esta manera la metáfora en que todos somos un conjunto de rompecabezas con extensión infinita y por lo que todos tenemos la capacidad de aportar algo benefactor a nuestro alrededor. Es así que una figura intelectual se trata de alguien que más allá de aceptar, conoce y por tanto domina esta capacidad (Estrada, 2014, p. 93). De esta manera, confirmando el entendimiento de que el arte y las ideas sobre este se han construido en cada época sobre la estructura de ciertas divisiones fundamentales y que han ido variando según evoluciona el concepto del arte, se explica el surgimiento 7 de nuestra inquietud (al menos de los que están dentro de estas diciplinas) de que la ciencia ha estado dentro del arte, como en las numerosas anécdotas que nos recuerdan la estética de ciertas expresiones matemáticas, y cómo tal elegancia resulta tan importante para sus pensadores. Dado que, si podemos pensar en dos tipos de razonamiento opuestos formando una lin ́ ea que va de lo convergente a lo divergente o de lo horizontal a lo vertical, si podemos situar en uno de esos polos al pensamiento creativo y si además el cerebro presenta dos partes aparentemente semejantes, vayamos a conocer qué papel juega en esos tipos de pensamiento cada uno de nuestros comportamientos y a creer, por ejemplo, que alguno de ellos tiene una especial relación con la creatividad. Finalmente concuerdo con Luciano: “Nada es aceptado como verdadero si primero no es comprendido, en el sentido más profundo del término, es decir, no sólo racionalmente, lógicamente, sino a través de un proceso intuitivo, se podría decir sensible, que acoge las transformaciones “invisibles” e internas de los objetos, las cosas y sus procesos de generación.” (Boi, 2016, p. 13) Y también: “Si la genialidad y la creatividad pueden revelarse como fuerzas impulsoras en favor del trabajo de profundización del conocimiento, la fe en una única teoria ́ cientif́ ica verdadera tiende más bien a debilitar la inclinación a la duda y el gusto por el análisis crit́ ico.” (Boi, 2016, p. 13) 8 Referencias ROMERO, J. (1996). El mito del hemisferio derecho del cerebro y la creativídad. Arte, Individuo y Sociedad, volumen (n. 08) Universidad Complutense, Madrid, Pp. 99-106. RENDÓN, M. [Ed.]. (2009). 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