Situación y perspectivas de energías alternativas en Bolivia -Un aporte para el debate y diseño de una renovada política energética nacional en el contexto de los desafíos de universalización del acceso, la Crisis Climática y un desarrollo local resiliente y sostenible. Elaborado por Marcos B. Nordgren Ballivián Este documento fue elaborado en La ciudad de La Paz, Bolivia entre junio y agosto del 2019, para la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático. El autor es M.Sc. en Ciencias Medioambientales y Biología por la Universidad de Gotemburgo, Suecia Contenido Introducción.- ....................................................................................................................................4 Conceptos claves para el documento ................................................................................................... 7 La energía, sus diferentes aplicaciones y un poco de física .................................................................. 9 La influencia del modelo energético en la economía .......................................................................... 10 Situación energética en Bolivia ......................................................................................................... 12 La Matriz Energética boliviana ........................................................................................................... 13 Distribución del consumo de energía nacional ............................................................................... 15 Acceso a energía en Bolivia ................................................................................................................ 16 Acciones públicas y del sector privado en el ámbito de las energías alternativas. ............................... 18 Biodigestores..................................................................................................................................... 19 Energía Fotovoltaica de uso local y pequeña escala ........................................................................... 21 Parques fotovoltaicos ........................................................................................................................ 24 Cocinas solares en la Amazonia boliviana........................................................................................... 25 Cocinas solares en tierras altas del país.......................................................................................... 29 Pequeñas centrales hidroeléctricas.................................................................................................... 29 Parques Eólicos.................................................................................................................................. 33 Turbinas eólicas campesinas y sistemas solares colectivos en Europa ................................................ 34 La Generación y Propiedad descentralizada de energía como modelo crítico para la transición energética. ...................................................................................................................................... 37 Discusión ......................................................................................................................................... 40 Análisis y discusión .......................................................................................................................... 41 Aprendizajes y elementos fundamentales para una nueva política energética en el contexto de Crisis Climática y la universalización del acceso a la energía ....................................................................... 43 Conclusiones.................................................................................................................................... 47 Introducción.La producción y aprovisionamiento de Energía a nivel global en la actualidad, es un sector en abierto cuestionamiento, ya no solo por su desigual acceso humano (cerca de 3 mil millones de personas no cuentan con acceso adecuado a energía según el Banco Mundial) sino también debido a la aguda crisis climática en la que nos encontramos, fundamentalmente causada por la extracción y consumo de enormes cantidades de petróleo y otros combustibles fósiles, con los ya conocidos efectos sobre la crucial estabilidad climática para el metabolismo socioecológico del que dependen los sistemas alimentarios y las funciones ecosistémicas del planeta. Indiscutiblemente como lo confirman estudios diversos sobre el tema, la disponibilidad energética es un factor estrechamente relacionado con la satisfacción de necesidades básicas humanas y bienestar de la sociedades, como se refleja cuando graficamos el desarrollo humano de los países contra su demanda energética per cápita1. Sin embargo, las últimas décadas han demostrado que el modelo de sociedad de consumo con sus enormemente intensivos procesos industriales, producción de alimentos, transporte y uso elevadísimo de energía y materiales en general, representa un punto de quiebra en la sostenibilidad de las sociedades humanas. Este hecho, por sí solo, disputa la validez de las políticas de desarrollo optadas por el gobierno boliviano y la aplastante mayoría de economías del mundo, enfocadas en la expansión de la economía extractiva y el espejismo de la industrialización, como un camino para llegar al bienestar de sus poblaciones. Imagen 1.- Relación entre el desarrollo humano y el consumo de energía, traducción propia Journal of Advanced Catalysis Science and Technology, 2014, 1, 16-25 En este contexto es imprescindible discutir, ya no solamente las formas de satisfacer la cada vez mayor demanda de energía de las sociedades de mundo, sino también la necesidad de repensar la estructura y sostenibilidad de la matriz energética global, el modelo de desarrollo y sus supuestos menos cuestionados. De esta manera este documento parte haciéndose la pregunta: ¿Es posible resolver el 1 Piumetti, Marco & Fino, Debora & Russo, Nunzio. (2014). Photocatalytic Reduction of CO2 into Fuels: A Short Review. Journal of Advanced Catalysis Science and Technology. 1. 16-25. 10.15379/2408-9834.2014.01.02.03. desafío civilizatorio representado por la Crisis Climática sin transformar estructuralmente nuestras sociedades y sus nociones de progreso? Nuestro punto de partida ante las alarmantes evidencias de profundización de la crisis socio-ambiental en general, es que esto no será posible y que realmente tampoco es deseable ya que la crisis, en sí misma, desnuda un conjunto de fallas del modelo económico-cultural dominante que deben ser cuestionadas y corregidas para mejorar la condición colectiva de la humanidad y asegurar su sostenibilidad en el largo plazo; pudiendo nombrar entre estas fallas estructurales más allá de la crisis climática, impactos ambientales cada vez más críticos sobre suelos y recursos hídricos por parte de nuestros sistemas de producción de alimentos y cada vez más grandes asentamientos urbanos, la abismal e insostenible brecha de ingresos entre una reducida cúpula cada vez más opulenta y una masa popular cada vez más numerosa y pobre, y el inicio de la sexta extinción masiva de especies2 en escala geológica, que amenaza con poner de rodillas a los sistemas de soporte de vida de las sociedades humanas y de prácticamente todos los demás seres vivos en nuestra biosfera. De esta manera hablar de energía no es un tema menor, es hablar de nuestros alimentos, nuestras prendas de vestir, nuestros sistemas de transporte y comunicación, los sistemas de control de clima domiciliarios (aire acondicionado y calefacción) y el sistema de comercio global. Es decir, es hablar del modelo de sociedad que queremos perseguir como país y humanidad en grande, pero más críticamente, también sobre su viabilidad. En el caso boliviano sin embargo, como en muchos países ubicados en la periferia del sistema económico mundial, la discusión sobre Energía, legítimamente continua centrándose en la universalización del acceso a energía eficiente y segura debido a que en pleno siglo XXI continúan existiendo importantes porciones de la población viviendo con insuficiente -o sin conexión eléctrica y con cocinas de leña, con importantes consecuencias de postergación del bienestar de nuestras poblaciones y sus perspectivas de vida. El abastecimiento energético a la población y demás sectores continúa siendo crónicamente desigual y si bien han existido mejoras importantes en los últimos 20 años, el acceso a energía eficiente y segura continúa siendo un desafío pendiente por varias razones que exploraremos en capítulos más adelante. En este contexto, las diversas experiencias de agencias de cooperación, Universidades, ONG, sector privado y el propio Estado con diferentes tecnologías y energías alternativas, arrojan aprendizajes valiosos sobre las posibilidades de satisfacer los crónicos requerimientos de energía eficiente del país y el área rural especialmente, mejorando al mismo tiempo las formas de producción energética y su impacto sobre el fortalecimiento del potencial productivo regional y nacional. En el presente documento describiremos algunas de estas experiencias que incluyen biodigestores en el altiplano, cocinas solares en la amazonia y Tierras Altas, pequeñas hidroeléctricas comunales, o turbinas eólicas barriales en Europa, todas ellas ejemplos que apuntan a la potencial emergencia de un modelo energético fundamentalmente diferente, basado en principios de descentralización de la producción de energía, la propiedad colectiva de micro, pequeña y mediana escala y el desfasamiento de las fuentes fósiles y 2 Summary for policymakers of the global assessment report on biodiversity and ecosystem services of the Intergovernmental Science-Policy Platform on Biodiversity and Ecosystem Services; Mayo, 2019, pdf nucleares de energía con sus enormes empresas privadas o públicas, y sus ya conocidos impactos y demostrada reticencia al cambio del paradigma energético. Sobre el rechazo de revisar el presente modelo energético y de desarrollo en general, es ilustrativa la rotunda negativa y acusación de “traición de la patria” de parte del gobierno de Evo Morales, al llamado de sectores sociales que proponen la transformación de la economía extractiva3, de manera parecida a las grandes empresas transnacionales del petróleo o carbón, rotundamente opositoras a la introducción de legislación e impuestos sobre las emisiones vinculadas al combustible comercializado por estas. Estos ejemplos nos dan señal de que los imprescindibles cambios requeridos al modelo de desarrollo y su sistema energético, no vendrán ni de los gobiernos supuestamente progresistas, ni del sector privado, al menos que la sociedad civil organizada asuma un papel más decidido de transformación del propio modelo de desarrollo. La actitud conservadora de empresas y gobiernos empecinados en la expansión económica de la economía de base extractivista, se origina, al menos parcialmente, en la perspectiva cortoplacista de rentabilidad de los gobiernos y del capital privado, frecuentemente incapaces de ver más allá de la siguiente cotización en la bolsa de valores o las siguientes elecciones nacionales, pero también en los desregulados mecanismos de un mercado internacional que promueve y facilita la enorme acumulación de riqueza en un cada vez menor porcentaje de la población mundial. Las discusiones sobre política energética, de ninguna manera son únicas para el caso boliviano, siendo parte del debate global sobre la Crisis Climática. Pero las condiciones específicas bolivianas pueden ayudar a dilucidar opciones de política estatal más ambiciosas, siendo como es el caso boliviano, un momento histórico de ampliación de la economía social y con apertura a políticas de justicia económica. Sería muy difícil por razones sociopolíticas, por ejemplo, cuestionar el subsidio a la gasolina o diesel. Sin embargo de manera similar, debiera resultar incuestionable la necesidad de implementar Políticas de Estado que otorguen en el largo plazo igual importancia a una Estrategia Energética Nacional solidaria y coherente con los desafíos socioambientales actuales. Por las razones expuestas queda claro que el debate sobre Energía de ninguna manera está resuelto, quedando pendiente el gran impasse energético global y nacional propuesto por la crisis climática y los postergados requerimientos energéticos de población pobre y rural. En esta discusión, consideramos que resulta urgente realzar y visibilizar los ejemplos y aprendizajes existentes a nivel nacional e internacional sobre formas más democráticas y sostenibles de aprovechamiento y gestión de energías sostenibles, muchas de ellas como veremos, desde el rol de mujeres y la economía familiar rural y local; y a partir de estas experiencias comprender que existe un gran potencial para inspirar y convencer que un cambio del modelo energético extractivo y centralizador no solo es urgente a causa de la crisis civilizatoria en curso, sino que es completamente realista y promete ser catalizador de la construcción de sociedades económicamente más prosperas y justas, donde el ingenio y el bienestar humano sean compatibles con la continuidad de las diversas e intrínsecamente valiosas formas de vida en nuestro mundo. 3 Periódico El Día, 20 de agosto https://www.eldia.com.bo/index.php?c=Portada&articulo=Garcia:-Propuesta-de-dejar-de-explotar-gas-yminerales-es--un-ataque-a-la-patria-&cat=1&pla=3&id_articulo=284908 Conceptos claves para el documento Energías alternativas es un concepto que puede significar cosas muy diferentes según el contexto donde es empleado y aunque formalmente la expresión hace referencia a una fuente o tecnología energética diferente a las fuentes convencionales, existen diferentes interpretaciones de su definición. Para el fin de este documento, Energía Alternativa es empleado para referirnos a energías no convencionales, renovables, asociadas a menores impactos socioambientales y la reducción de gases de efecto invernadero causantes de la actual crisis climática. Dentro de esta definición, en este documento excluimos a energías asociadas a grandes riesgos humanos como la energía nuclear y energía mega hidroeléctrica que implique grandes intervenciones de cauces de ríos, y enormes embalses responsables de la producción de gases de efecto invernadero y la abnegación de áreas boscosas con importantes pérdidas de biodiversidad y afectación humana. Energías Renovables hace referencia a aquellas fuentes energéticas con ritmos de regeneración natural iguales o mayores a sus ritmos de aprovechamiento por parte de las sociedades humanas. Bajo esta definición se excluyen las grandes hidroeléctricas a causa la importante afectación socioambiental y las grandes emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a esta forma de energía. Descentralización Energética o generación distribuida es una estrategia energética que implica la producción simultanea de energía en pequeña escala doméstica o asociativa por parte de numerosos pequeños y medianos actores privados, individuales y agrupados en estructuras colectivas o cooperativas locales. Esta estructura energética propone la transformación de la clásica relación de productor/consumidor a una nueva forma de relación energética donde los consumidores también participan de la producción energética, convirtiéndolos en “prosumidores”, es decir productores y consumidores simultáneamente a través de redes eléctricas dinámicas capaces de administrar tráficos eléctricos en ambas direcciones. Este novedoso diseño de relacionamiento energético es opuesto a las formas centralizadas de energía empleadas hoy en día, basadas en la producción de energía en grandes termoeléctricas, represas hidroeléctricas de gran envergadura o reactores nucleares gestionados por grandes empresas públicas o capitales privados. Estas últimas formas de producción energética normalmente han sido asociadas a las cuantiosas emisiones de gases de efecto invernadero que han provocado la presente crisis climática en curso. Crisis Climática El concepto refiere al conjunto de alteraciones del sistema climático global que ya se encuentran ocasionando grandes daños e impactos negativos sobre sistemas de alimentación y el deterioro generalizado de condiciones de vida en ciudades y asentamientos humanos por el aumento del nivel de océanos, sequias, inundaciones, olas de calor y otros fenómenos asociados etc. A diferencia del término “Cambio Climático” con ambiguas asociaciones, este concepto hace énfasis en la situación de crisis emergente que podemos evidenciar con claridad a partir de eventos climáticos recientes y los informes científicos realizados por expertos en el área, para dejar definitivamente de lado peligrosas ambivalencias sobre la naturaleza del fenómeno de cambio climático que actualmente son explotadas por líderes como Trump y Bolsonaro, al negar la responsabilidad de sus Estados en esta crítica situación de amenaza existencial. La energía, sus diferentes aplicaciones y un poco de física La Energía, según su definición Física más clásica, es la capacidad de realizar un trabajo, transformar las propiedades físicas de un material o poner en movimiento un objeto; y es regida por las leyes o principios de la Termodinámica, rama de la Física encargada del estudio de la Energía. Entre las principales leyes de la Energía encontramos el principio de que ésta no se crea ni se destruye, se transforma; pasando constantemente de una forma de energía a otra en el Universo. Por ejemplo, cuando nuestro Sol con sus rayos (energía electromagnética, producto de la fusión de elementos radioactivos) calienta los océanos de nuestro planeta, cambia el estado físico del agua, del estado líquido en que se encuentra naturalmente en los océanos, hacia un estado gaseoso en forma del vapor de agua. En este proceso, el agua pasa de un nivel de energía intermedio en forma de agua líquida, a uno elevado en forma de vapor de agua, donde sus moléculas han sido excitadas hasta el punto de desprenderse de su estado líquido por efecto de la colisión de fotones con el agua y el aceleramiento del movimiento de sus moleculas (energía térmica). Continuando con el ejemplo, las diferencias en la temperatura y presión atmosférica en diferentes regiones del planeta resultantes del calentamiento y evaporación de agua producida por el Sol, inducen el movimiento de masas de aire de una región a otra, generando en el proceso, corrientes de aire y vientos que son capaces de mover la superficie de los océanos produciendo oleaje, acarrear lluvia y humedad de un continente a otro, y llegar incluso a producir fuerzas capaces de arrancar de raíz a árboles y bosques enteros con facilidad (energía cinética o del movimiento). La energía, por tanto, es un elemento constantemente presente en la naturaleza, donde constituye la fuerza fundamental impulsando todos los procesos biológicos, geológicos y físicos4. A lo largo de lo que sin duda fue un proceso de ensayo y error, las sociedades humanas han aprendido desde sus inicios a aprovechar estas diferentes formas de energía presentes en la naturaleza con distintos fines, siendo una de las más antiguas la “domesticación” del fuego para la preparación de fogones donde cocinar alimentos o derretir y transformar metales pero también para permitir elevar la temperatura e iluminar las viviendas cuando así hacía falta. El uso de leña o biomasa constituye entonces, una de las primeras formas de aprovechamiento energético que ha ocupado al ser humano. En el transcurso de varios milenios el ser humano fue desarrollando prácticas y tecnologías capaces de aprovechar la radiación solar para el deshidratado de semillas, el uso de viento para la molienda de granos o el transporte sobre los océanos, las aguas correntosas para accionar aserraderos para madera y una variedad de otras aplicaciones energéticas5 en base a lo que hoy llamamos energías alternativas. Por lo tanto estas tecnologías realmente no son novedosas en el sentido estricto de la palabra, sino que preceden a la propia energía fósil por varios milenios6. La naturaleza de estas primeras fuentes energías era 4 Kleidon A. A basic introduction to the thermodynamics of the Earth system far from equilibrium and maximum entropy production. Philos Trans R Soc Lond B Biol Sci. 2010;365(1545):1303–1315. doi:10.1098/rstb.2009.0310 5 The decentralized energy Revolution; Cristoph Burger, pg.7 2013. 6 Bithas K., Kalimeris P. (2016) A Brief History of Energy Use in Human Societies. In: Revisiting the EnergyDevelopment Link. SpringerBriefs in Economics. Springer, Cham descentralizada por definición: El viento, la leña, el sol, o el movimiento del agua podía usarse donde quiera que ocurriera y las primeras sociedades humanas florecieron aprendiendo a emplearlas. La energía, por tanto, es un elemento común en la naturaleza que nos rodea y que ha servido a las diferentes sociedades que aprendieron y desarrollaron prácticas y tecnologías para distintos fines. De esta manera, si bien la energía puede ser transformada entre sus diferentes manifestaciones para ser empleada en diversas aplicaciones, esta transformación requiere de tecnología y supone siempre un conjunto de desafíos técnicos y organizativos que establecen los límites materiales a nuestras economías. Como veremos en capítulos más adelante, es posible entender que la problemática energética en Bolivia –y el mundo- no radica tanto en la existencia o no de fuentes energéticas, sino más bien en la existencia -o no, de capacidades institucionales y tecnológicas desarrolladas por el ingenio humano y el Estado para el aprovechamiento de los diversos potenciales energéticos. La influencia del modelo energético en la economía El rol de la energía gestionada por las sociedades modernas ha pasado a ocupar un papel central en el desarrollo de todas las actividades económicas, a diferencia de sociedades preindustriales tradicionales que dependían preponderantemente del trabajo físico humano o animal. Es así que en la actualidad prácticamente la totalidad de los alimentos, prendas de vestir, medicinas, el transporte y demás bienes y servicios, incorporan entre sus insumos esenciales la energía empleada para sus respectivos procesos de producción, vinculando la disponibilidad de energía y la economía de una manera directa como nunca antes en la historia. Los exorbitantes volúmenes de soya y productos agrícolas de los que se alimenta la enorme industria alimenticia y textil en el mundo, por ejemplo, son posibles de producir únicamente gracias a la maquinaria agrícola y agroquímicos derivados de la energía e industria química del petróleo. De manera similar, la extracción de los gigantescos volúmenes de minerales que proveen de materia prima a las grandes industrias de manufactura es permitida por la abundancia y relativa simplicidad tecnológica facilitada por el diesel y combustibles de petróleo, sin mencionar al sector de transportes encargado de la distribución de todos estos insumos y productos a lo largo y ancho del globo terráqueo. Entender este importante detalle es crítico para situar el papel de la extracción y consumo de petróleo en la economía en un contexto global pero también explica de manera más clara dos características centrales de la crisis civilizatoria más amplia que vivimos: La desestabilización de nuestro sistema climático global causado por la emisión de gases de efecto invernadero y la enorme expansión de la economía extractiva global con su insostenible modelo de consumo. El modelo energético centralizado, basado principalmente en grandes corporaciones públicas y privadas del petróleo, por otra parte, ha sido instrumental a la concentración de riquezas global que explica que 1% de personas más ricas del planeta controlen más recursos que el 99% restante de la población mundial combinada. Las prácticas de lobbying para asegurar el favoritismo político y el uso de una extensa red de paraísos fiscales son prácticas comunes entre los principales actores del petróleo y han contribuido a incrementar los niveles de desigualdad de manera crítica7. Existen evidencias suficientes para afirmar que el sistema energético basado en energías fósiles y sus enormemente poderosas corporaciones íntimamente ligadas al resto de industrias extractivas, ha contribuido de forma definitiva a la crítica concentración de riqueza en un porcentaje cada vez menor de población8 y es previsible que cambios en la estructura centralizada del sistema energético tengan efectos sobre la distribución de riqueza en el mundo. 7 An economy for the 1% : How privilege and power in the economy drive extreme inequality and how this can be stopped; OXFAM, 2016. https://www.oxfamamerica.org/static/media/files/bp210-economy-one-percent-tax-havens-180116-embargoen.pdf 8 Oil and Gas: a Blessing for Few Hydrocarbons and Within-Region Inequality in Russia https://www.researchgate.net/profile/Tomasz_Mickiewicz/publication/263383054_Oil_and_Gas_A_Ble ssing_for_the_Few_Hydrocarbons_and_Inequality_within_Regions_in_Russia/links/0deec5267fd66cc80 8000000/Oil-and-Gas-A-Blessing-for-the-Few-Hydrocarbons-and-Inequality-within-Regions-in-Russia.pdf Situación energética en Bolivia El territorio boliviano se encuentra constituido en un área que en términos generales, ha sido favorecido por la existencia de un abanico de diferentes potenciales energéticos a disposición del desarrollo de políticas energéticas estatales y los sectores socioeconómicos asociados. En la actualidad, Bolivia todavía se constituye en un exportador neto de energía, principalmente gas natural, cuyos ingresos aún constituyen una tercera parte de las exportaciones nacionales, representando el 2018 alrededor del 33% de las exportaciones nacionales y el 10% del Presupuesto General de la Nación anual el año 20149, porcentaje que se ha reducido a cerca de 5% para el año 201810 debido a la disminución de los precios internacionales y la reducción de reservas del hidrocarburo y sus volúmenes de exportación. La extracción y exportación de gas a Brasil y Argentina, que se dio por primera vez en los años 40 y 50 con volúmenes menores, se ha mantenido en la actualidad, con volúmenes cada vez mayores, aunque la reducción de las reservas de gas natural y las dificultades en la consecución de nuevos hallazgos parecen haber puesto un techo a la capacidad nacional de producción y comercialización de gas nacional11. Sin embargo, adicionalmente a la energía de fuentes fósiles que ha ocupado la mayoritaria atención Estatal, Bolivia cuenta con un muy interesante potencial de energía solar, hidroeléctrica, geotérmica, biomasa y eólica distribuido convenientemente en su territorio12. Pese a este hecho, el país ha sufrido históricamente una situación de carencia de energía eficiente y segura especialmente en el área rural, que ha contribuido a la gran brecha de acceso a servicios básicos y bienestar de esta parte del país, que aún representa una tercera parte de la población nacional; pero que también ha incidido de manera general en la postergación del desarrollo nacional en su conjunto. Bolivia ha tenido históricamente el desafío de ampliar la distribución de energía a una porción significativa de la población que aún no tiene acceso a formas de energía más eficiente y seguras tanto para las funciones sociales del hogar, como para la habilitación y el fortalecimiento de las potencialidades productivas propias de cada región de su vasto y diverso territorio. Las zonas rurales del país como mencionamos antes, han estado restringidas del acceso a fuentes de energía eficientes y seguras, contribuyendo a su marginalidad económica y situación general de desatención por la ausencia de políticas estatales. Algunos documentos que han estudiado el sector de energía nacional de Bolivia en la última década, coinciden en señalar la existencia de un retraso, en términos prácticos, de dos siglos entre el situación de acceso a energía eficiente de las poblaciones rurales más aisladas y los centros urbanos del país13. Estas diferencias se han debido, al menos parcialmente, al paulatino aumento de los costos asociados a la extensión de la 9 Resumen estadístico INE, Enero de 2019. PDF Documento de análisis del presupuesto general del Estado, 2018; Fundación Jubileo, pdf 11 http://m.eldia.com.bo/articulo.php?articulo=Reservas-de-gas-llegar%C3%ADan-a-4.48-TCF-seg%C3%BAn-unestudio-t%C3%A9cnico-independiente&id=1&id_articulo=251423 12 Plan Para el desarrollo de las energías alternativas al 2025; VEEA,2014.PDF 13 Rol e impacto socioeconómico de las energías renovables en el área rural de Bolivia, CEDLA. 2010. 10 red eléctrica a pequeños y asentamientos humanos dispersos, cada vez más alejados del Sistema Integrado Nacional de electricidad. Esto, como veíamos en la introducción, no es poco relevante y tiene un peso determinante en el nivel de bienestar de estas poblaciones, razón por la que cualquier política de desarrollo rural sincera y realista deberá resolver este importante pendiente. La Matriz Energética boliviana Las fuentes de energía empleadas en la totalidad de aplicaciones y sectores del país forman la llamada matriz energética nacional, que consta de todas las formas de energía que se producen en el país –o se importan de otras regiones del mundo, para ser empleadas en procesos energéticos. La matriz energética nacional incluye por tanto, todas las formas de energía primarias y secundarias14 empleadas, desde el gas o leña con que se cocina la comida en los hogares bolivianos, pasando por la gasolina o diesel con que se mueven los vehículos, hasta la electricidad de fuentes hidroeléctricas, termoeléctricas (diesel o gas natural), eólicas, solares, etc. que alimentan las actividades industriales y domésticas a través de las redes eléctricas. Comúnmente para describir la magnitud de la producción y consumo de energía en estas escalas, se presentan los valores en Barriles Equivalentes de Petróleo, unidad de energía equivalente a la energía contenida en un barril estándar de petróleo15; lo que permite la comparación entre diferentes fuentes de energía y que se presenta con la abreviatura bep o kbep, este último cuando se habla de unidades en el orden de miles de barriles equivalentes de petróleo. En una revisión de los datos nacionales sobre la producción total y consumo interno de energía más reciente a nuestra disposición16, lo primero que salta a la vista es que el 2014, Bolivia produjo internamente 165.852 kbep e importó 7.921 kbep. De esta cantidad, consumió el año 2014 cerca de un 32%, exportando el restante 68%, dominantemente en forma de gas natural y otros hidrocarburos a los mercados de Brasil y Argentina principalmente. De estos números podemos entender que el sector energético boliviano en la actualidad esta principalmente dedicado a la exportación de energía (ver imagen 2), estructura que el gobierno de turno pretende profundizar aún más con la denominada política “Bolivia Corazón Energético”, que además demandará según reportes de Fundación Solón, de más de 25 mil millones de dólares en la construcción de mega represas y proyectos energéticos centralizados de gran escala. Por los niveles de inversión sin precedentes en la historia nacional (el monto de inversión es comparable al 65% de PIB nacional), esta política marcará definitivamente el futuro económico boliviano la siguientes décadas, y mucho indica que de manera negativa por sus impactos sobre 14 Aquellas fuentes de energía utilizadas en su estado original como son halladas en la naturaleza, se denominan primarias. Aquellas que necesitan un procesamiento industrial o refinación previa se denominan secundarias. 15 Un barril de petróleo contiene 1.700 kWh, Wikipedia 16 Balance Energético Nacional, 2000-2014; Ministerio de Hidrocarburos y Energía población rural y su entorno ambiental; especialmente si el proyecto no demostrara ser rentable, como lo sugieren análisis independientes de la aventura gubernamental17. Imagen 2. Relación entre energía total disponible y energía consumida en territorio nacional. Fuente: elaboración propia en base a Datos de Balance energético Nacional; YPFB, 2014. Otra característica importante que encontramos al analizar el sistema energético nacional es el gran crecimiento de la Matriz energética en Bolivia ocurrido en el periodo 2000-2014, que ha transformado radicalmente el sector, siguiendo el crecimiento más grande de la región al cuadruplicarse de 40.000 kbep a 165.000 kbep. Este crecimiento se debió principalmente al marcado incremento de producción de gas natural, que en el mismo periodo pasó a crecer en 5 veces sus volúmenes18. Simultáneamente a la cuadruplicación del tamaño de la matriz energética, la proporción de fuentes renovables se contrajo de manera importante en el mismo periodo, habiendo representado un poco más del 15% de la oferta total de energía el año 2000, a cubrir solo el 5% en 2014 (imagen 3), una tendencia clara que ha favorecido a fuentes de energía fósil. 17 18 Revista Tunupa nr 100, Mega Hidroeléctricas EXPORTAR Y MORIR; Fundación Solón, 2017 Discursos y Realidades Matriz energética y políticas de integración; CEDLA, 2017 Imagen 3 Participación de diferentes fuentes de energía en la matriz energética boliviana. Fuente: discursos y realidades: Matriz energética, Políticas de integración; G. Salinas y S. Molina, 2017 Distribución del consumo de energía nacional La composición del consumo energético nacional en 2014 por otra parte, (imagen 4) fue de casi un 25% en forma de diesel oil, 23% de Gas Natural, 18% de gasolinas y 14% de biomasa (leña entre otros residuos agrícolas). La electricidad representó ese año el 10%, mientras que el gas licuado de petróleo (comercializado en garrafas), GLP, llegó al 7%. Sobre este punto es interesante apuntar que Bolivia importa alrededor del 70% del diesel19 que es comercializado a precios subsidiados en las gasolineras y utilizado en las plantas termoeléctricas, principalmente en Sistemas Aislados (SA) que proveen de energía a varias poblaciones muy alejadas del Sistema Nacional Integrado (SIN) para ser interconectadas a la red. Imagen 4. Composición del consumo energético boliviano Fuente: YPFB, 2014 19 Francesco Zaratti, diciembre de 2018, entrevista página 7. Acceso a energía en Bolivia Un factor clave en el aprovechamiento de la energía existente en un territorio es, naturalmente el acceso que tiene la población a estas energías en términos físicos y en lo que respecta a este punto, como decíamos antes, Bolivia muestra una marcada brecha entre las áreas urbanas, con acceso fluido tanto a GLP, Gas Domiciliario y electricidad, y las áreas rurales aún con relativamente bajos niveles de interconexión con las redes eléctricas o inexistente acceso a sistemas de distribución de GLP o gas domiciliario. Gracias a estas deficiencias del sistema de distribución nacional, varias regiones del país continúan sufriendo un marcado déficit energético y costos elevados, un hecho que no deja de ser irónico teniendo en cuenta la posición de boliviana como un país exportador de abundantes volúmenes de energía. Acceso a energía eléctrica El año 2007 se estimaba que mientras las ciudades alcanzaban coberturas de interconexión eléctrica de entre el 80 y 90%, el área rural apenas llegaba a un 39%20. Subsecuentes inversiones en los últimos 10 años han incrementado la cobertura eléctrica rural y el Plan de Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia 202521, reporta que el 2010 se había alcanzado cubrir el 53% de los hogares del área rural mientras que el área urbana alcanzo el 90% de conexión, según cálculos que incluyen el crecimiento poblacional. Para el 2015, por otro lado, se estima un 66% de interconexión eléctrica rural22, mientras que el plan de electrificación de ENDE 2025, proyecta que la interconexión del 100 % de los hogares bolivianos para el año 202523. A pesar del optimismo mostrado por las autoridades con los datos sobre cobertura más recientes, estos indican que continúa existiendo una porción importante de población rural aún sin acceso suficiente a energías eficientes para la preparación de alimentos, iluminación, transporte y otras funciones domésticas y productivo-artesanales propias del campo. Este hecho realmente no es sorprendente cuando entendemos la dinámica que ha ocurrido históricamente en los costos de conexión de nuevos usuarios en el área rural al Sistema Integrado Nacional. La Plataforma Energética, coordinada por CEDLA reporta24 como ejemplo, que en el análisis de los costos promedio de proyectos de electrificación nacional en las últimas décadas, se ha hallado un aumento de 85% adicional en el costo de instalación de nuevos usuarios rurales en el año 2007 comparado con 1990, y para el 2016 estimamos que los costos de conexión individuales fueron 165% más elevados comparados con 1990, en base a datos reportados de proyectos de electrificación el 201625. Según expertos en el área, este incremento se ha debido principalmente a que las restantes 20 Anuario Estadístico del Sector Eléctrico 2008. Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia 2025; VM de Electricidad y Energías Alternativas,2014. 22 PROGRAMA DE ELECTRIFICACIÓN RURAL II (BO-L1117), BID, 2016. 23 Plan Eléctrico del Estado Plurinacional de Bolivia 2025; VM de Electricidad y Energías Alternativas,2014. 24 Rol e impacto socioeconómico de las energías renovables en el área rural de Bolivia; CEDLA. 2010. 25 Proyecto de Apoyo al incremento de la cobertura rural y extensión del sistema de transmisión en Bolivia; BID, 2016 21 familias y comunidades sin conexión eléctrica, se encuentran cada vez más alejadas y dispersas en asentamientos humanos cada vez más pequeños, a donde resulta más costoso tender líneas de transmisión de alta y media tensión. Esto sugiere que la estrategia de producción centralizada de energía, con la consiguiente distribución por líneas de alta y media tensión a población rural dispersa, ha llegado al límite de viabilidad técnica como solución generalizada y motiva a un análisis de las opciones existentes, fin al que regresaremos en páginas posteriores. Acceso a energía térmica La disponibilidad de GLP o gas domiciliario, a diferencia del área urbana donde el acceso es fluido, en el campo continúa siendo reducida y esporádica mientras que el uso de leña ha continuado siendo regla en estas regiones rurales del país. Datos del Censo del 2012, muestran que el porcentaje de hogares en el área rural que utilizaban gas (GLP o gas domiciliario) para cocinar, era cercano al 30% mientras que quienes empleaban leña superaba el 62%. Por otro lado, los hogares urbanos empleaban gas en un porcentaje cercano al 94%. Si bien, desde el estado central se han realizado esfuerzos para ampliar la cobertura de gas domiciliario, esto ha ocurrido principalmente en el área urbana. Según una publicación de la página web de YPFB sobre el tema de cobertura de gas natural, “la máxima autoridad de la empresa de los bolivianos indicó que las inversiones acumuladas desde la gestión 20062018, superan los $us 935 millones y que sumando los $us 137,5 millones proyectados para la gestión 2019, la cifra destinada a la expansión de redes de gas supera los $us 1.072 millones, con la que se concretaría la ambiciosa meta de llevar gas domiciliario a más de 5 millones de beneficiarios, principalmente urbanos, incrementando la actual cobertura del servicio a nivel nacional de 58% (2018) a 65% para el final del 201926. Tipo de compustible usado en la cocina (%) 100,0 80,0 60,0 40,0 20,0 - Urbano Rural Leña Guano, Bosta o Taquia Gas (garrafa o Electricidad por cañería) Otro (1) No utiliza Imagen 5. Porcentaje de hogares que emplean diferentes fuentes energéticas en la cocina. Fuente: Censo Nacional, 2012. Elaboración Propia. 26 https://www.ypfb.gob.bo/es/informacion-institucional/noticias/1020-ypfb-superar%c3%a1-el-mill%c3%b3n-deinstalaciones-de-gas-domiciliario-en-la-gesti%c3%b3n-2019.html Imagen 6. Patrones de consumo energético familiar Urbano y Rural (BEP/año) Fuente: Fuente Energía y Desarrollo sustentable en ALAC. Estudio de caso Bolivia. En la tabla presentada en la imagen 6, se compara la utilización domestica de diferentes fuentes de energía en familias rurales y urbanas. Resalta que una familia urbana en 1997 consumía 3 veces más energía que útil que una familia rural. Pese a la antigüedad relativa de los datos de más de 20 años, podemos constatar que el área urbana concentra su consumo energético principalmente en la electricidad y el GLP (sumando el 87% del consumo total), mientras que el área rural centra su consumo en la leña (93%) y en el diésel/kerosene (4%). Datos más recientes del Censo Nacional del 2012, por otra parte, muestran que casi un 94% de los hogares urbanos empleaban gas mientras que solo un 31% de los hogares del área rural lo hacía. Acciones públicas y del sector privado en el ámbito de las energías alternativas. Existen un amplio conjunto de iniciativas y proyectos enfocados en el desarrollo de capacidades de producción y aprovechamiento de energías alternativas conducidas por organizaciones públicas, privadas nacionales y agencias de cooperación en Bolivia. En el presente capitulo abordaremos algunas de estas que apuntan a satisfacer necesidades locales y muestran los más importantes y potencialmente extrapolables resultados en las experiencias desarrolladas. Entre los proyectos y tecnologías revisados hemos priorizados aquellos que tienen un potencial documentado para adecuarse a las condiciones específicas del contexto boliviano pero que además parecen factibles en relación a sus costos, procesos de apropiación y traspaso tecnológico a los usuarios potenciales. Las energías alternativas domésticas o de escala local y comunitaria son un importante segmento de las tecnologías para la producción de energías por varias razones, entre las que destacan motivos socioeconómicos y ambientales, y es el sector privado y de cooperación internacional asociado a las ONG locales quién en definitiva ha apostado más por este sector, probablemente atraídos por los costos de instalación relativamente bajos y la simplicidad tecnológica que muchas de estas alternativas implican al momento de priorizar intervenciones de apoyo al desarrollo. En siguientes páginas revisaremos algunos de los más relevantes avances realizados en las tecnologías de Biodigestores, Cocinas Solares, Micro-hidroeléctricas, Turbinas Eólicas y Paneles Fotovoltaicos. Esta lista de experiencias y opciones tecnológicas para la producción de energía a escalas locales o domésticas, no pretende ser un catálogo exhaustivo de ninguna manera, sino más bien es presentada como avances y aprendizajes realizados para la construcción de una nueva estrategia energética inclusiva hacia las energías renovables. De tal manera, los ejemplos presentados en el análisis deben ser complementados y alimentados con el conjunto restante de tecnologías, como ser tecnologías dinámicas de distribución y almacenamiento energético, potencialmente funcionales a la creación de una política energética nacional renovada, capaz de replantearse el propio sentido y fin de la energía para el país. Biodigestores Estos artefactos de uso doméstico o industrial, son reactores biológicos capaces de generar gas metano, principal hidrocarburo en el Gas Natural27 a partir de la descomposición de materia orgánica sin la presencia de oxígeno. La tecnología, que se basa en el aprovechamiento de procesos biológicos de descomposición bacteriana de materia orgánica, ha demostrado ser una forma sencilla y segura de emplear desechos de la agricultura y pecuaria para la producción de energía de bajo costo, a tiempo de evitar la liberación de metano y complementariamente producir biol, un potente abono natural para la agricultura. Esta tecnología ha demostrado complementar de muy buena manera las actividades de la pequeña agricultura familiar, permitiendo producir abonos y energía térmica de manera segura y manejable para la cocción de alimentos, pasteurización de leche y otras aplicaciones productivas. La tecnología usualmente empleada en Bolivia es la de los biodigestores tubulares, los cuales permiten un correcto funcionamiento incluso en temperaturas bajas del altiplano boliviano. Este es un modelo de bajo costo y sencillo manejo que está implementándose en varios lugares del mundo por sus ventajas de fácil instalación y transporte hasta comunidades alejadas. Otra fortaleza es que los insumos que se utilizan para su construcción se encuentran fácilmente en Bolivia. La adopción del sistema de biodigestores, como toda tecnología novedosa, requiere del cambio de hábitos y tendrá mejores resultados con un acompañamiento técnico estrecho para la correcta apropiación del mismo. 27 https://www.ypfb.gob.bo/es/corporacion/23-cadena-productiva Si bien las primeras experiencias con biodigestores en Bolivia datan de los años 80s, la apropiación de la tecnología tuvo varios obstáculos debido a la deficiente capacitación inicial de los técnicos encargados de la instalación y la falta de seguimiento y soporte técnico por parte de las instituciones promotoras en esos primeros años de introducción. Un importante hecho más reciente que ha coadyuvado a la apropiación tecnológica en territorio nacional fue la inauguración del primer Centro de Investigación de Biodigestores, Biogás y Biol (CIB3) en Bolivia, en mayo de 2011, contando entre sus socios fundadores a la Cooperación Técnica Alemana - GIZ; el Instituto de Investigación y Desarrollo de Procesos Químicos (IIDEPROQ) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), el Instituto de Investigaciones Agropecuarias y Recursos Naturales (IIAREN); el Centro Internacional de Métodos Numéricos en Ingeniería (CIMNE) de España y el Centro de Promoción de Tecnologías Sostenibles de Bolivia (CPTS)28. Este hecho junto con la ejecución de varios proyectos de instalación y promoción de la tecnología han contribuido a un avance destacable de las capacidades locales respecto de esta tecnología. El año 2013 ya funcionaban en todo el país más de 1000 Biodigestores, principalmente de pequeños productores lecheros del altiplano y de Cochabamba, gracias a proyectos ejecutados en los últimos años por parte del Programa EnDev-Bolivia (GIZ) en convenio con el Centro público español de investigación CIMNE, pero también CIPCA y PROSUCO, ONGs de cooperación al desarrollo que hasta el 2012 habían instalado más de 80 unidades entre los dos, apoyados por EnDev-Bolivia y la FAO. El CIB3 se ubica en Viacha, dentro de las instalaciones de la Finca Experimental de Choquenaira de la Facultad de Agronomía de La UMSA. En este espacio tiene instalados nueve biodigestores experimentales de flujo continuo y seis biodigestores tipo bach. El equipamiento de instrumental científico ha sido cofinanciado por el programa de investigación COUNIT (vinculado a la Vicepresidencia del Gobierno y a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID). SOBOCE y la empresa de plásticos agrícolas Flor de Empresa también auspiciaron la instalación del centro experimental aportando materiales propios29, lo que resalta el papel que alianzas con el sector privado podrían tener con una buena y saludable gestión de esta posibilidad. Los biodigestores como opción energética descentralizada para la provisión energía térmica a familias y comunidades rurales es posiblemente una de las formas de energía alternativas mejor desarrolladas en Bolivia y las agencias de cooperación e instituciones de apoyo al desarrollo involucradas en este trabajo han realizado grandes avances en la construcción de propuestas hacia el Estado para incluir la tecnología dentro de una política nacional de ampliación. De esta manera, varias agencias de cooperación a la cabeza de la cooperación holandesa de Hivos y el SNV, han llegado a elaborar las bases de un Plan Nacional de Biodigestores, PNB, donde a partir de análisis de los potenciales existentes a nivel nacional y los costos asociados, se propone una amplia apuesta de apoyo y seguimiento técnico estatal dirigida a pequeños productores y productoras a lo ancho de Bolivia. El PNB elaborado plantea entre otros elementos, la construcción de 6500 biodigestores de diferentes modelos y capacidades para el beneficio de 30.000 productores y productoras en diferentes eco28 29 Estudio de factibilidad para un programa nacional de biogás doméstico en Bolivia; SNV, 2012 Estudio de factibilidad para un programa nacional de biogás doméstico en Bolivia; SNV, 2012 regiones de Bolivia e incluye un modelo de co-financiamiento que ofrezca subsidios y microcréditos para permitir el acceso a la tecnología por parte de los potenciales usuarios más pobres del área rural boliviana. La promoción de la tecnología, según el Plan propuesto, debería estar a cargo de una batería de técnicos formados y certificados, capaces de realizar instalaciones de calidad y facilitar la capacitación de los y las usuarias con asistencia técnica local continua para conseguir la apropiación y correcta operación de los biodigestores para el aprovechamiento del biol y biogás. El proyecto propuesto tiene el potencial adicional de generar capacidades para el tratamiento de los desechos orgánicos difusos de la pequeña ganadería y lechería que permitiría manejar y reducir los residuos de este sector a las aguas superficiales y subterráneas del área rural, importante detalle en el contexto de la reducción del deterioro ambiental y la emisión de gas metano, un gas de efecto invernadero 24 veces más potente que el CO2. El programa propuesto, que además tiene un componente de investigación relevante, tendría costos aproximados a los 70 millones de bolivianos y beneficiaría a población rural contribuyendo a la producción de abonos orgánicos, reducción en el uso de leña y otras fuentes energéticas y la disminución de la descarga de materia orgánica y contaminación de aguas superficiales30. A partir de un análisis exhaustivo del contexto nacional, el PNB, con la participación de la ONG local Soluciones Prácticas, estima la existencia de 175.000 unidades productivas ganaderas de vacunos, camélidos y otros potencialmente elegibles para la instalación de biodigestores, identificando de esta manera un importante potencial de generación de biogás doméstico capaz de desplazar un importante volumen de consumo de combustibles fósiles o leña. Un potencial adicional no identificado en el propuesto PNB es el hecho que el principal componente del biogás es el metano, también presente en el Gas Natural transportado por los gaseoductos que atraviesan el país, lo que en un futuro podría abrir la posibilidad de conectar las unidades de biodigestores existentes a sistemas regionales o nacionales de distribución por gaseoductos existentes, reduciendo y eventualmente reemplazando el uso de Gas Natural31, con evidentes ventajas ambientales y económicas por la reducción de emisiones y costos de producción más bajos, beneficiando a actores rurales encargados de la producción de biogás. Energía Fotovoltaica de uso local y pequeña escala En la fase de introducción de esta tecnología han participado empresas, algunas agencias de cooperación, ONG e instituciones del Estado que han incursionado en la instalación de sistemas fotovoltaicos comerciales o domiciliarios de pequeña escala en diferentes regiones rurales de Bolivia bajo diferentes esquemas. En este capítulo haremos una breve descripción de las iniciativas mejor documentadas que hemos identificado en la búsqueda bibliográfica realizada y valoremos a partir de estas experiencias el avance y los potenciales identificados por los actores en el área. Las primeras experiencias con la instalación Sistemas de Energía Fotovoltaica, SFV, a pequeña escala en Bolivia datan de inicios de la década del 90, cuando empezaron a realizarse instalaciones de estos 30 31 Plan Nacional de Biodigestores; SNV y Hivos, 2013 Decentralized Energy Systems, pg 18; Directorate-generalfor internal policies, Parlamento Europeo, 2010 sistemas en estancias privadas, estaciones de Radios y otras aplicaciones comerciales, frecuentemente en locaciones alejadas de las redes convencionales de electricidad y en alianza con empresas privadas32. También en los inicios de los 90s comenzaron algunas ONG a incursionar en la instalación de SFV en el marco de proyectos de desarrollo. La Cooperación española representada por la AECID inicia la instalación de los primeros SFV en los alrededores del lago Titicaca, en lo probablemente fueron las primeras iniciativas documentadas en el marco de acciones de cooperación. Se reporta que hacia la mitad de los 90 se habían instalado unos 5000 SFV en toda Bolivia. Pocos años más tarde se ejecutan dos proyectos que dan un gran impulso a la tecnología fotovoltaica en el país. El primero fue realizado por la Universidad Mayor de San Simón, conocido como Proyecto de Energía Solar, que permitió validar varios aspectos de la tecnología y demostrar que algunos componentes podían ser fabricados localmente. Mientras que la agencia alemana GTZ (actualmente llamada GIZ), financió el segundo proyecto, el Programa para la Difusión de las Energías Renovables (PROPER), que facilitó la transferencia de tecnología relativa a la construcción de baterías, reguladores de carga y lámparas para sistemas fotovoltaicos33. La ampliación de la capacidad de generación fotovoltaica continuó durante la segunda mitad de la década de los 90 a través de la Cooperativa Rural de Electricidad, CRE, quien instaló más de 5000 SFV en el Departamento de Santa Cruz con financiamiento de la Embajada de Países Bajos, según informa la Plataforma Solar de América Latina, SOPELIA34. En 1999 se produce la firma del proyecto BOL/97/G31 entre el gobierno boliviano y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, que marca un hito importante en el contexto de la Energía Solar fotovoltaica, pues se empieza a probar formas diferentes de financiación bajo crédito a usuarios rurales pobres, permitido gracias al financiamiento del PNUD/GEF y se desarrolla al mismo tiempo, normativa propia sobre calidad especifica de los SFV y su instalación, siendo Bolivia el Primer país en la región en contar con dicho marco normativo específico. Dicho proyecto permitió la ampliación de la instalación de SFV con otras 3500 unidades en 6 departamentos del país, consolidando a la vez el crédito como método de financiamiento35. El Decreto 26252 promulgado en 1999, refleja precisamente este momento y acuerdo suscrito entre el Estado Boliviano y el PNUD, donde se establecen los mecanismos de financiamiento por medio de créditos a pobladores del área rural sin conexión eléctrica36. Para la primera década del siglo XXI se había intensificado la instalación de SFV con más de 2000 instalaciones anuales, incluyendo desde este periodo la instalación de Sistemas Fotovoltaicos en Escuelas, postas de salud a través de la ejecución de proyectos por el Fondo de Inversión Social (FIS) y la entonces Prefectura de La Paz. Durante la misma década el proyecto de Infraestructura Descentralizada para la Trasformación Rural, ITDR, financiado por un crédito de 20 millones de dólares del Banco Mundial como parte de un programa de 10 años, hizo posible la instalación de 14 mil nuevos SFV en 32 Experiencias en Electrificación Fotovoltaica Bolivia; Energética,2010. Petropress-La-energia-solar-fotovoltaica-en-Bolivia 34 http://www.energiasolar.lat/solar-fotovoltaica-bolivia/#comments 35 Petropress nr. 6, La energía solar Fotovoltaica en Bolivia; CEDIB, 2007 36 http://www.fondesif.gob.bo/sites/default/files/2017-01/DS26252.pdf 33 Santa Cruz, Cochabamba y Potosí, llegando a un número global de al menos 25 mil Sistemas Fotovoltaicos instalados en el País para el año 200737y38. La instalación de SFV en Bolivia ha continuado en años posteriores con participación y financiamiento de la cooperación internacional y la agencia GPOBA39 específicamente, quienes a través de proyectos que con una inversión que supera los 6 millones de dólares, financiaron la instalación de más de 7 mil paneles solares en áreas rurales de los departamentos de Cochabamba, La Paz, Potosí y Chuquisaca, trabajo realizado por las empresas Energética y Enersol.40 Empresas privadas Energética WiwoGreen Lc Falk Solar Enersol PHOCOS latin america BATEBOL ONG Soluciones Practicas CIPCA Agencias Cooperación AECID GIZ NRECA Sector Publico UMSS UMSA CRE Figura 7. Actores no gubernamentales relacionados al desarrollo de la energía solar en Bolivia La Olade, estimó en 2015 que la suma de la capacidad de producción de energía fotovoltaica instalada en Bolivia habría alcanzado a unos 2-3 MWp, o lo que correspondería a unos 40-50 mil SFV individuales41. Este último dato junto con los avances normativos, modalidad de financiamiento y en el establecimiento de capacidades locales para la fabricación de ciertos componentes, sugieren en definitiva un importante avance en el sector de energía solar en Bolivia. Existen, sin embargo, varios temas críticos aún por resolver que requerirán de continuidad en la apuesta política por la energía fotovoltaica y la ampliación de un mercado de servicios y equipos que pueda cubrir las necesidades de los usuarios del área rural. Uno de los principales temas críticos para esta tecnología es su sostenibilidad de largo plazo debido a la necesidad de capacidades de asesoramiento técnico, disponibilidad de repuestos y mantenimiento especializado. A partir de un análisis de monitoreo realizado por Energética sabemos que ocurren problemas técnicos diversos42 y pese a que se conoce poco sobre el estado de la totalidad de SFV instalados, podemos suponer que una buena parte estaría en desuso por falta de soporte y mantenimiento de los sistemas, cuyo requerimiento de cambios 37 Petropress nr. 6, La energía solar Fotovoltaica en Bolivia; CEDIB, 2007 Lessons Learned, Note Number 13; GPOBA Abril 2017 39 GPOBA, o la Alianza Global para una Cooperación Basada en Resultados, establecida por el Banco Mundial y el DFID 40 https://www.lostiempos.com/actualidad/economia/20120613/instalan-7-mil-paneles-solares-zonas-rurales 41 Estado actual de la energía solar fotovoltaica en Latinoamérica y el Caribe; OLADE, 2015 42 Presentación Análisis de Monitoreo de 5000 Instalaciones Domésticas Durante 3 Años; Energética, 2009 38 y renovación de transformadores, baterías y otros componentes electrónicos son críticos especialmente después de los 3-4 años de realizada la instalación; si bien pueden ser considerados problemas técnicos menores y relativamente baratos de reparar, las lecciones aprendidas de estas experiencias indican que un factor clave para la sostenibilidad de estas formas descentralizadas de energía solar es precisamente la capacitación de los propios usuarios sobre el funcionamiento y la adopción de soluciones adicionales, incluyendo el involucramiento de servicios de mantenimiento a más largo plazo que garanticen su continuo funcionamiento43. Parques fotovoltaicos Adicionalmente a las experiencias relativas a sistemas fotovoltaicos individuales o domésticos descritos en anteriores páginas, el Estado boliviano ha iniciado la construcción de parques solares en mayor escala, habiendo a la fecha culminando 4 parques solares en territorio Nacional con un costo global de 1670 millones de bolivianos y otros en fases de planificación y desarrollo. En relación al potencial de generación eléctrica podemos concluir que la energía producida por estos parques solares representa en la actualidad alrededor del 5% de la capacidad nacional. Si bien esta es una tendencia, en términos generales positiva, consideramos que al no aprovechar los potenciales de descentralización de la producción eléctrica y concentrar los paneles en parques solares gestionados por ENDE, se pierde la oportunidad de ampliar el beneficio de los propios ingresos de la producción descentralizada para comunidades y asentamientos humanos dispersos, centralizando los recursos económicos resultantes en una empresa pública. Figura 8. Inversiones realizadas y planificadas por el Estado boliviano en Plantas Solares y sus capacidades correspondientes Fuente: Revista Tunupa nr 101; Fundación Solón, 2017. El potencial de contribución de energía de las tecnologías fotovoltaicas, según estudios realizados, es muy grande y se espera que continúe creciendo en la medida que los costos asociados a su 43 Lessons Learned, Note Number 13; GPOBA Abril 2017 implementación continúe bajando. El desarrollo evidenciado en Bolivia y su potencial para ser ampliado es sin lugar a dudas grande y estudios para proponer su ampliación han sido elaborados desde el año 2001 por profesionales de la UMSS en Cochabamba44 Cocinas solares en la Amazonia boliviana A finales del 2015 las ONG Soluciones Prácticas, el Centro de Investigación y Promoción al Campesinado (CIPCA), Inti Illimani y la Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático, junto al apoyo de Christian Aid del Reino Unido, iniciaron un proyecto para la instalación de cocinas solares junto con 4 familias indígenas campesinas en la región amazónica del norte del Departamento de La Paz y en las llanuras benianas de Moxos y Baures. Si bien existían experiencias previas en el uso de cocinas solares de acumulación y concentración en la región altiplano y valles del país, conducidas por otros actores, entre ellos Inti Illimani con experiencias desde inicios de la primera década del 200045; pruebas en la Amazonía no habían ocurrido hasta ese año. El proyecto apuntó a probar la utilidad de cocinas solares de acumulación46 en zonas de la amazonia boliviana antes no probadas, para fortalecer la economía familiar y reducir la reducción de vulnerabilidad ante dificultades en acceso a leña u otras formas de energía para la preparación de alimentos. La relativamente elevada nubosidad, siendo en un área de bosque lluvioso, y las dificultades en la adopción de una tecnología completamente nueva en la preparación tradicional de alimentos por parte de la población objetivo, eran obstáculos que fueron probados exitosamente durante 3 meses antes de ampliar el proyecto a una cobertura que con cada año ha continuado incrementándose hasta llegar hasta las más de 300 familias que actualmente emplean esta, para la región, nueva tecnología. El proyecto de ampliación puso especial énfasis en la participación de las mujeres, asignándoles los roles de centrales en la implementación de las cocinas solares. Resultados Las primeras cocinas solares empleadas en este proyecto, fueron entregadas a las familias en las comunidades indígenas y campesinas participantes de los Municipios de Rurrenabaque, San Buenaventura y San Ignacio de Mojos en el año 2015, en principio como experiencia piloto de respuesta para la preparación de alimentos en épocas de inundación sin acceso a leña seca. El resultado positivo que tuvieron sorprendió hasta a los más optimistas promotores de la tecnología debido a las dificultades 44 Propuesta Instrumental para Promover la Electrificación Rural Utilizando la Energía Solar Masivamente; M Fernandez, 2001 45 https://asointiillimani.wordpress.com/quienes-somos/ 46 Hornos o Cocinas solares de diseño sencillo pero eficaz en el aprovechamiento de radiación directa y difusa para la preparación de alimentos y pasteurización de agua. que implica el cambio de hábitos y formas tradicionales de preparación de alimentos existentes normalmente en comunidades rurales de Bolivia, acostumbrados al sabor criollo y sazón producido por el fogón y la leña. Viendo sus resultados y la buena aceptación de la población durante las siguientes gestiones, se logró gestionar recursos adicionales para ampliar el proyecto con la implementación de 245 nuevas cocinas solares más hasta principios del año 2018, mientras que en los últimos meses del 2018 y el inicio de 2019 se implementaron 72 unidades de cocinas solares adicionales, haciendo un total de 317 cocinas implementadas en 26 comunidades de la amazonia boliviana. Si bien el uso de la cocina solar es óptimo cuando existe una buena radiación solar y baja nubosidad, los usuarios también reportan conseguir hacer uso de ellas en días nublados o incluso con lluvia, en su aplicación como caja térmica. Esta modalidad de uso permite reducir el uso de leña solamente para llevar al punto de ebullición de los alimentos antes de trasladarlos a la cocina solar equipada con un importante aislamiento térmico para continuar la cocción de manera más lenta. “…en la cocina solar hacemos muchas cosas, hasta cuando no hay sol se puede usar como caja térmica, igual se cuece la comida, se puede hacer chicha, somó, tujuré, arroz con leche, arroz; así también el pescado al horno ese sí requiere un sol fuerte, sino no cuece, pero sería mejor una cocina grande o al menos para una olla grande, porque el que tenemos solo entran pequeñas ollas y como somos una familia grande a veces la comida no alcanza, y cocinar dos veces ya el tiempo no da. En la noche se puede dejar la comida haciendo dar un hervor y para el día siguiente está cocinado la comida…” (Juana Céspedes, Comunidad de San Miguel). Gráfico Nº7 Valoración de los beneficios de las cocina solar 11% 5% Poco 42% 42% Bueno Muy Bueno Regular Fuente: Elaboración propia en base a datos de la encuesta, 2018 En una evaluación de los resultados del proyecto realizada el año 201847, el 84% de las familias participantes valoraron como muy bueno y bueno la utilidad de su cocina solar, señalando que les ahorraba tiempo, cuidaba el medioambiente y la salud, además de permitirles participar más en la vida social de sus comunidades. Por otro lado, el 11% opinó que su utilidad fue regular, especialmente porque tuvieron problemas y continuaron requiriendo capacitaciones de parte de las promotoras de los grupos. Un 5% de los usuarios consultados señalaron una poca contribución de las cocinas solares. 47 Linea Base Proyecto Cocinas Solares; Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático,2018 Uno de los resultados cuantificables reportados en la evaluación del proyecto fue la reducción de uso de leña hasta en un 50% por parte de las familias participantes, respecto de su utilización de combustibles antes de tener acceso a la cocina solar. En el caso de las familias que empleaban principalmente GLP antes de contar con la cocina solar, en promedio gastaban la suma 83 bolivianos mensuales para la compra de garrafas. Con la cocina solar reportan un gasto de 41,5 bolivianos al mes en la compra del gas, ahorrando hasta 497 bs. anualmente según el estudio de valoración. En un cálculo de las emisiones evitadas gracias al ahorro de leña, el informe de evaluación del proyecto reporta un volumen de 500 toneladas de leña evitadas por 245 familias anualmente, lo que según sus cálculos equivale a más de 900 toneladas de CO2 anuales48. Consumo de leña o gas antes y después 60% 50% 40% 30% Sin cocina solar 20% Con cocina solar 10% 0% Sin cocina solar 48 Con cocina solar Linea Base Proyecto Cocinas Solares; Plataforma Boliviana Frente al Cambio Climático,2018 En la valoración del proyecto realizada, se recogen importantes ventajas detalladas por las mujeres participantes que en definitiva enfatizan el potencial de esta probada tecnología. Algunas de las principales ventajas son presentadas a continuación: • • • • • • • • • La temperatura en la cocina solar es moderada, esto ayuda a conservar mejor los nutrientes. Los alimentos mantienen el sabor, y aroma, resultando en alimentos sabrosos o ricos al gusto de los usuarios. Se ahorra mucho esfuerzo porque no se necesita ir a buscar o comprar el combustible y la mayor disponibilidad de energía para cocinar permite cocinar alimentos nutritivos como legumbres y otros que requieren más tiempo de cocción, como es el caso de somó, los frejoles y otros. La cocina solar es libre de humo, por lo tanto representa una mejora para la salud. El humo del fuego de todas las cocinas irrita los pulmones y los ojos causando enfermedades graves. El fuego en la cocina es peligroso, y evitarlo con el uso de la cocina solar reduce también la probabilidad de incendios que ocurren periódicamente en las comunidades por la falta de atención o control a los fogones y permite la participación de niños y jóvenes en la preparación de alimentos con sustantivamente menores riesgos de accidentes. La cocina solar reduce el esfuerzo dedicado a la recolección de leña y permite más tiempo libre para otras actividades. También se reduce la exposición a los peligros de picaduras de serpientes y enfermedades a las personas en búsqueda de leña. La cocina solar puede ser usada para cocinar alimentos o pasteurizar agua en situaciones de emergencia gracias a que no requiere de leña seca, prácticamente inexistente durante inundaciones. Se ahorra dinero de la compra de combustible, la que puede usarse para alimento, educación, salud, etc... Las ollas usadas en la cocina solar son fáciles de limpiar al no estar cubiertas de hollín o alimentos quemados, un factor muy importante para gente que tiene que caminar kilómetros para conseguir agua. Se puede usar la cocina solar de forma portátil. Los resultados de la introducción de cocinas solares en la amazonia boliviana y su adopción por las familias y especialmente mujeres participantes del ensayo, apuntan a la emergencia de una nueva opción energética para la región, al demostrar la existencia y funcionalidad de tecnologías sencillas y perfectamente adaptables a las condiciones específicas de esta región del país. El documento de valoración del mencionado proyecto termina describiendo los múltiples beneficios de la cocina solar que según sus usuarias han superado a las formas convencionales de preparación de alimentos con leña en los aspectos de comodidad, limpieza, sabor de la comida, cocción de la comida, secado uniforme de productos; pero sobre todo se valora la reducción del tiempo que dedicaban las mujeres para la preparación de alimentos, que ahora puede ser empleado para otros quehaceres comunales, para pensar, reflexionar y descansar. El nivel de satisfacción reportado por las familias que se han beneficiado es elevado y en el caso de las mujeres alcanza al 93% , quienes reportan estar entre satisfechas y muy satisfechas. Una perspectiva especialmente interesante de esta experiencia fue la importante participación y liderazgo de las mujeres que ha demostrado ser un factor clave para el funcionamiento de esta nueva opción tecnológica pero que ha trascendido el marco del proyecto propiamente, para relegitimar el liderazgo y participación de las mujeres, empoderadas de nuevas tecnologías, para después participar en espacios de tomo de decisiones. Cocinas solares en tierras altas del país Adicionalmente a las recientes experiencias en la Amazonia, se han distribuido con anterioridad aproximadamente 7900 cocinas solares en comunidades de La Paz, Oruro, Cochabamba y Potosí, donde ocurren mayores índices de radiación solar. Las experiencias de estos proyectos han demostrado muy buenos resultados en la disminución del uso de combustibles y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la asociación Inti Illimani, principal promotora de la inserción de cocinas solares en Bolivia, reporta que bajo condiciones de campo, una cocina solar ayuda a evitar la emisión de 0.69 toneladas de CO2eq anualmente. A partir de este dato se estima que la reducción cumulativa de gases de efecto invernadero evitados gracias a las cocinas solares implementadas en todos los proyectos ejecutados por la asociación Inti Illimani, llegaría a más de 6300 toneladas de CO2eq anuales a partir de la leña y otros combustibles evitados por miles de familias bolivianas, una dato no poco interesante que equivale aproximadamente a 210 mil garrafas desplazadas anualmente, en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero, o lo que correspondería a más de 4.7 millones de bs ahorrados anualmente por los usuarios de las cocinas solares, según nuestros cálculos. Pequeñas centrales hidroeléctricas La energía hidroeléctrica de pequeña escala en Bolivia ha tenido un inicio diferente al del resto de energías alternativas en el hecho de que fue el Instituto de Hidráulica e Hidrología de la Universidad Mayor de San Andrés, IHH-UMSA, que a mediados de los años 80 tomó las riendas del desarrollo de un paquete tecnológico propio, en gran medida construido con componentes diseñados y fabricados en el país. Sin duda alguna, el mejor ejemplo del ingenio nacional que podemos encontrar revisando la literatura existente sobre el desarrollo de energías alternativas, este ejemplo de apuesta institucional por parte de la UMSA aún sin respaldo gubernamental específico, demuestra los grandes potenciales de un involucramiento serio de nuestras instituciones académicas en el diseño e implementación de políticas energéticas de largo aliento. El resultado de este trabajo de investigación y desarrollo tecnológico académico es reconocido internacionalmente y ha contribuido con un número significativo de centrales hidroeléctricas de pequeña escala que continúan proveyendo de energía eléctrica a miles de familias en Bolivia hasta el día de hoy. Las primeras acciones de desarrollo de la generación eléctrica a través de pequeñas plantas de hidroenergía en Bolivia se realizaron por parte del IHH-UMSA en forma independiente y con escaso apoyo de instituciones extranjeras. La primera experiencia de construcción de una microcentral hidroeléctrica comenzó el año 1986 en la comunidad de San Pedro de Condo, Oruro, oportunidad en que se fabricó por primera vez (de manera documentada) una turbina hidráulica en Bolivia. Si bien éste primer modelo, construido inicialmente en base a diseños de la cooperación suiza, no fue especialmente exitoso debido a diversos factores, constituyó definitivamente la experiencia inicial sobre la que se continuó desarrollando y mejorando de manera sistemática, el paquete de generación hidroeléctrica de pequeña escala producido por la Universidad Pública boliviana. La central eléctrica de San Pedro de Condo funcionó reducido tiempo y antes de poder ser reiniciado su funcionamiento, llegó la red eléctrica hasta el poblado, haciendo innecesaria su reinstalación. Pero la experiencia arrojó importantes lecciones que apuntalaron la idea que era necesario desarrollar un diseño propio de generación de energía hidroeléctrica de pequeña escala para sobrellevar limitaciones en la disponibilidad, calidad y costo de componentes externos y su mantenimiento. Este ejemplo de más de 20 años de desarrollo tecnológico bajo régimen académico, demuestra sin duda que las condiciones específicas nacionales y subregionales, motivan el desarrollo de soluciones locales a problemas técnicos y económicos específicos de nuestro país y sus diferentes regiones. Es importante resaltar que en transcurso de los siguientes años, el programa de pequeñas centrales eléctricas de la UMSA no se detuvo en las dimensiones meramente técnicas asociadas a la tecnología, sino que consiguió desarrollar un procedimiento integral para el diseño, financiamiento e implementación de microcentrales hidroeléctricas en comunidades alejadas en varios departamentos del país. Hasta el año 2011, el Programa Hidroenergético ha participado de la construcción de 40 microcentrales hidroelectricas en Bolivia, mayoría de los cuales ha sido implementados bajo la modalidad de “autoconstrucción”, la misma que involucra a tres participantes fundamentales: La Comunidad Beneficiaria, El financiador y el Programa Hidroenergético de la UMSA. El 2015 se reportaba que un 81% de estas centrales hidroeléctricas estaban en funcionamiento, siendo la central del ChoroCaranavi, construida para el año 1994, la más antigua en funcionamiento49. Metodología de proyectos Como metodología para el desarrollo de proyectos hidroeléctricos de pequeña escala el Programa Hidroenergético de la UMSA, ha empleado 4 fases: 1) Fase de preinversión, 2) Búsqueda de financiamiento, 3) Construcción y 4) seguimiento y evaluación. En la fase de preinversión el Programa Hidroenergético realiza todos los trabajos de campo y gabinete como aporte propio y con financiamiento de los propios beneficiarios y sus Gobiernos Municipales para la movilización y otros gastos. En esta fase se socializa con la comunidad la ejecución del proyecto por autoconstrucción, dejando en claro sus ventajas y obligaciones. 49 Hidrogeneración en Pequeña Escala, una Experiencia Local del Programa Hidroenergético; IHH-UMSA, 2015 En la fase de búsqueda de financiamiento, representantes de la organización local e ingenieros del Programa Hidroenergético visitan conjuntamente a diferentes instituciones de Cooperación Internacional o estatales, llevando consigo para su presentación el diseño final del proyecto. Esta estrategia ha logrado asegurar financiamiento a prácticamente todos los proyectos encarados por el Programa Hidroenergético. Durante la fase de construcción de obras civiles, hidráulicas y eléctricas, la población beneficiaria aporta mano de obra y materiales locales (piedra, arena, grava, postes) que son entregados al proyecto, constituyendo el aporte local. Esto implica que los beneficiarios terminan siendo propietarios del sistema, mientras que el Programa Hidroenergético asume la dirección y supervisión técnica, del proyecto con cargo a financiamiento externo, normalmente cubriendo solamente el costo de la logística y de los viáticos del personal involucrado. A través de esta metodología se reducen costos adicionales asociados a empresas constructoras o asistencia técnica. Durante la fase de seguimiento, el Programa Hidroenergético realiza un seguimiento permanente de los proyectos en operación, los cuales además se convierten en fuente permanente de información para el desarrollo de nuevas innovaciones tecnológicas. Esta metodología para el desarrollo de proyecto hidroeléctricos pequeños presenta grandes ventajas detalladas a continuación: • Costos más bajos al excluir costos de empresas constructoras • Aporte efectivo de los beneficiarios repercute en apropiación local del proyecto • La propiedad local del sistema hidroenergético, posibilita la instalación y sostenibilidad del proyecto a lo largo de su vida útil. • La administración local y autónoma no altera la dinámica comunal, al contrario fortalece la organización local y tiene alto impacto en la generación de riqueza, ya sea por tarifas bajas o simplemente porque el contar con energía propia, se evita la transferencia de recursos locales a otras regiones o países. Impacto económico En el documento de sistematización de la experiencia del Programa Hidroenergético publicado en 2015 por el IHH-UMSA, se identificaron los siguientes impactos económicos en la población beneficiaria: • Promedio de reducción del 54% de gastos familiares en energéticos (velas, querosén, GLP y pilas) reemplazados por energía eléctrica generada localmente. Al año 2007 representaba un promedio de 49 Bs/familia/mes. • Creación de uno o dos puestos de trabajo como operadores de la planta. Los sueldos de este personal, dependiendo del lugar varía entre 150 Bs. y 600 Bs. mensuales por un trabajo de 1 a 3 horas/día. • El costo mensual promedio en electricidad por familia era de 30 Bs. en 2015, que es inferior a la tarifa media del Sistema Interconectado nacional. • El 40 % de los socios perciben un ahorro considerable con la implementación de los proyectos y un 30% que percibe algo de ahorro. Tal vez uno de los efectos económicos menos intuitivos cuando una comunidad aislada es conectada a la red nacional (SIN), es que los recursos económicos que pagan los usuarios por concepto de la energía consumida, no se quedan en la comunidad, al ser transferidos a las empresas distribuidoras, generadoras o incluso fuera del país si estos operadores llegaran a ser privados. La correcta gestión económica de las microcentrales hidroeléctricas por la propia comunidad, permiten de manera contraria, generar recursos económicos que pueden quedarse en la comunidad cubriendo los salarios del personal local y permitiendo la creación de un fondo de ahorro a disposición de lo que los socios o cooperativa decidan para su inversión local. En el caso de la microcentral del Choro por ejemplo, se calcula ahorros colectivos de casi 6500 bs./mes porque ya no es necesario comprar pilas y baterías, etc., permitiendo que ese dinero cree puestos de trabajo y un modesto fondo de ahorro comunal, adicional a la reducción de costos familiares individuales también conseguido. Impacto en el ámbito social Se considera que los proyectos han tenido un alto impacto habiendo beneficiado un total aproximado de 4.100 familias, representando a unas 20.500 personas. Por otro lado, los proyectos han tenido impactos en el ámbito educativo, consiguiendo ampliar el tiempo de estudio de los niños y niñas durante las tardes y noches, permitiendo centros educativos mejor iluminados y el uso de material audiovisual durante las clases. Al contar con electricidad mejoran también las condiciones de vida para los profesores y puede resultar más fácil su continua permanencia en la comunidad. Respecto los efectos en salud de la población, se han encontrado evidencias de la reducción de afecciones oculares y respiratorias asociadas a la combustión de querosén y en alguna medida la reducción de incendios y accidentes con fuego. Donde existen postas de salud, se han mejorado las condiciones de trabajo del personal médico y esto ha permitido la adquisición de algunos equipos médicos modernos. En el ámbito doméstico de las familias, ha cambiado notablemente la calidad de vida debido a la posibilidad de emplear cocinas eléctricas en reemplazo del fogón, la mayor disponibilidad de tiempo para socializar, al ampliar en una hora y media más la disponibilidad de luz en los hogares. La disponibilidad de energía eléctrica por otro lado, ha habilitado la posibilidad del uso de refrigeradores y licuadoras que han repercutido en la variedad y calidad de alimentos disponibles. El uso de televisores, celulares y radios ha ampliado la oferta de información y entretenimiento, aumentando así la conexión de la comunidad, frecuentemente distante de centros urbanos mayores, con los sucesos ocurridos en el país y el mundo. La iluminación en lugares públicos (plazas y calles) facilita una vida social más activa y aumenta el control social. En términos más generales, se ha encontrado que la construcción y gestión propia de las microcentrales hidroeléctricas, aumenta la autoestima y cohesión social de la comunidad, mejorando las posibilidades de implementar y ampliar nuevas mejoras comunales. Se considera que estas mejoras en su conjunto han contribuido en alguna medida a frenar la migración de los jóvenes hacia las ciudades, fenómeno que continúa despoblando las zonas rurales del país hasta hoy. Impactos ambientales La construcción de microcentrales hidroeléctricas, en experiencia del IHH-UMSA, tiene bajos impactos ambientales, debido principalmente a que no se requieren grandes superficies de deforestación o movimientos de tierra importantes. El impacto sobre la vida acuática en los cauces de agua, originado por la construcción de infraestructura de la toma de agua, es limitada, en parte gracias a que estas centrales hidroeléctricas están ubicadas en ríos de montañas andinas donde no existen peces migratorios que se desplacen aguas arriba para desovar, mientras que para aquellos peces nativos existentes, las obras de toma de agua no constituyen un obstáculo importante para su supervivencia. En algunos casos y épocas del año, se deriva la totalidad del caudal del rio donde está instalada la central hidroeléctrica. Sin embargo esto suele ocurrir por periodos limitados de tiempo y en tramos cortos del rio, razón por la cual disminuye el impacto considerablemente. En general, se considera que el impacto ambiental es comparativamente reducido en relación a otras alternativas de suministro eléctrico, como los generadores a diesel o las propias líneas de transmisión de alta y media tensión del sistema interconectado que tienen que atravesar largos tramos de bosque y montaña para llegar a comunidades aisladas, con costos asociados mucho mayores. Los impactos ambientales positivos, por otro lado son muy importantes, considerando principalmente la reducción del consumo de combustibles tradicionales como velas, querosén, pilas y gas licuado de petróleo GLP, utilizados para la iluminación nocturna y el funcionamiento de aparatos de radio. Respecto al uso de baterías en el hogar, el informe del IHH-UMSA consultado, calcula que en promedio se ha reducido en 73% del consumo de baterías existente antes del proyecto. Considerando que se han beneficiado aproximadamente 4.100 familias, se calcula que éstas habrían dejado de consumir 51.250 pilas por mes. Tomando en cuenta los niveles de contaminación de las diferentes pilas (pilas secas: carbón - zinc o alcalinas: mercurio), se estima que se ha reducido en casi 4.300.000 metros cúbicos (4.300 millones de litros de agua) la contaminación mensual del agua debido al uso de pilas evitado. El impacto positivo por la reducción de gases de efecto invernadero GEIs originado en la implementación de los proyectos para las 4.100 familias beneficiadas se estima en 92.2 toneladas equivalentes de CO2 evitadas por mes y 1.110 toneladas equivalentes de CO2 evitadas por año, según cálculos detallados presentados en el documento de sistematización y valoración del Programa Hidroenergético del IHH.UMSA50. Parques Eólicos El Año 2011 se inaugura el primer parque eólico en territorio nacional ubicado en la localidad de Qolpana en el departamento de Cochabamba. El proyecto en su primera fase constó de 2 turbinas de 1.5 MW cada una y la implementación del proyecto contó con apoyo estratégico de la cooperación alemana del GIZ a través de la asesoría por parte de un experto en la realización del estudio TESA (Estudio Integral Técnico Económico Social y Ambiental) que definió las características, capacidades y el monto de inversión, variables centrales para la definición de las características técnicas de instalación de estos equipos de industria alemana. La segunda fase del proyecto se culminó en 2015 y amplio con 8 turbinas de 3 MW cada una sumando un total de 27 MW de energía eólica conectada al Sistema Integrado de Nacional51. En la actualidad ya está en fase de planificación la ampliación de una 3ra fase que aumentará la potencia instalada adicionalmente. 50 51 Diseño del Parque eólico de Qollpana; GIZ, 2017 Es especialmente interesante que el proyecto ha demostrado la viabilidad y características de potencia firme de esta alternativa tecnológica, a tiempo de conseguir iniciar el proceso de traspaso tecnológico a actores nacionales, tomando en cuenta que las obras civiles de la segunda fase del proyecto fueron realizada por el equipo técnico propio de la empresa ENDE Corani en Cochabamba52. Sin duda, el proyecto tiene un importante valor demostrativo que deberá ser aprovechado para la formulación de un programa nacional capaz de desarrollar y aprovechar el potencial de producción de energía eólica en Bolivia. La modalidad de gestión pública a través de grandes empresas centralizadas (ENDE Corani), sin embargo, falla en aprovechar la oportunidad de hacer avances más ambiciosos en la descentralización e involucramiento de ciudadanía más amplia, como propietarios y gestores de este potencial energético. Por esta razón, si bien la experiencia gubernamental en Qolpana es valiosa en el sentido demostrativo de la tecnología, entre otras razones al demostrar la viabilidad de las turbinas eólicas en tierras altas bolivianas con densidades de aire menores para accionar la generación de fuentes eólicas de energía, su debilidad esta en replicar los modelos centralistas de generación energética asociados a un modelo que ha demostrado ser insuficiente para atender los requerimientos de áreas más amplias del territorio nacional. Si bien la producción de electricidad en parques eólicos centralizados en regiones de mayor potencial y características adecuadas puede ser clave en la provisión de volúmenes de electricidad suficientes a largo plazo, esta estrategia debería ser considerada complementaria a una visión descentralizada de producción de energía con sus ventajas asociadas. En el siguiente capítulo veremos precisamente algunos ejemplos que demuestran el potencial de este esquema descentralizado de generación energética que potencialmente resultaría mucho más interesantes en un país como Bolivia, con población rural aún muy alejada de las redes nacionales y regionales y sin posibilidades de recibir la atención de sus necesidades bajo la estrategia energética actual. Turbinas eólicas campesinas y sistemas solares colectivos en Europa Algunos de los ejemplos concretos más inspiradores que hemos encontrado sobre la transformación de sistemas de producción y gestión de energía innovadores son, en nuestro juicio, los sistemas energéticos desarrollados en las últimas décadas en Alemania y Dinamarca por diversos motivos que los diferencian estructuralmente de otros avances importantes en el mundo. Aunque también, es necesario apuntar, existen muchos más pequeños ejemplos de estas transformaciones en muchísimos lugares del planeta y constituyen precisamente la base sobre la que futuras transformaciones podrían construirse. A continuación describiremos algunas características centrales, que hacen de estos ejemplos una opción interesante como vía de transformación y algunos de sus logros. 52 https://www.ende.bo/noticia/noticia/54 Dinamarca con una población de casi 6 millones de habitantes, es un país pequeño y relativamente tranquilo que no suele ser objeto de la atención mediática, pero que ha conseguido cambiar su matriz energética de formas inimaginables desde los años 80, convirtiéndose al mismo tiempo en un muy interesante caso de estudio en tiempos en que el mundo precisa urgentemente transformar sus relaciones energéticas. Impulsados por un movimiento social enfocado en la oposición contra la energía nuclear, asociada con terriblemente serios riesgos socioambientales (más familiares en esa región por el relativamente cercano accidente nuclear de Chernóbil en 1986 ocurrido en la actual Ucrania), un grupo importante de la sociedad danesa se organizó para frenar el desarrollo de los proyectos nucleares tan de moda para los años 70-80 y encontró el mejor argumento que podía pedir en una nueva tecnología aún en desarrollo y que terminó convirtiéndose en uno de los principales productos de exportación del pequeño país noreuropeo: Las turbinas eólicas para la producción de energía eléctrica53. El movimiento antinuclear danés fue tan exitoso que no solo logró frenar la amenazante construcción de las centrales nucleares, sino que consiguió convencer al Estado para la creación de todo un programa gubernamental dedicado a la subvención de la construcción e instalación de turbinas eólicas a lo largo de buena parte del país. En los 80s, el gobierno danés otorgaba subvenciones de hasta 30% a la energía eólica54 y como resultado de esta política más de 30 años, la energía eólica sola, consiguió llegar a cubrir el 44% de la producción eléctrica en el país en 2017, con una capacidad instalada de más de 5 mil MW solo en turbinas eólicas, comparado con los pocos más de 2 mil MW de capacidad instalada principalmente en base a centrales termoeléctricas en Bolivia. Se estima que Dinamarca podría producir el 50% de su electricidad a partir de la energía eólica y alcanzar el 80% de producción de electricidad con una combinación de energía eólica, solar y biomasa para el 202055. Sin embargo, nada de esto suena realmente espectacular sin el detalle de quienes hicieron posible este gran giro, pues hasta el año 2000, aproximadamente el 85% de las turbinas eólicas instaladas en Dinamarca eran propiedad de pequeños actores (!), esto incluyó principalmente a campesinos (dueños de las tierras y las turbinas) y cooperativas. Aunque en años posteriores este porcentaje probablemente ha bajado, lo revolucionario del ejemplo no pierde su valor. El caso Alemán Alemania por el otro lado, comenzó la transición de su matriz energética más tarde y también a partir de una genuina preocupación ciudadana motivada en parte por el accidente nuclear ocurrido en Fukushima, Japón, en 2011 y sobre la base de un movimiento antinuclear que también data de los años 70, pero también marcada por una cada vez más concreta amenaza de la crisis climática, ya abiertamente declarada para la primera década del siglo XXI. La Canciller alemana Angela Merkel, liderizó a inicios de la primera década del silo XXI un movimiento, hoy en día conocido como Energiewende, que en poco más de una década terminó desfasando decenas de reactores nucleares y plantas termoeléctricas de carbón, algunas de ellas que aún permanecerán 53 https://oec.world/en/profile/country/dnk/ Esto lo Cambia Todo, pg.61 ; Naomi Klein, 2014 55 https://inhabitat.com/wind-power-supplied-43-6-of-denmarks-energy-in-2017/ 54 activas hasta la década del 2020, para ser reemplazados con energías alternativas y bajas en carbono56. Pero uno de los impulsos más importantes de esta movilización vino sin duda desde un lugar muy diferente al del propio gobierno. A inicios de la década del 2010, una extensa movilización ciudadana popular empezó a tomar forma como respuesta a la crisis percibida del Cambio Climático y su crítica relación con nuestros sistemas energéticos. Ciudades como Hamburgo (la segunda ciudad de Alemania en tamaño), que durante los años 90 habían seguido el camino de la privatización de los servicios municipales de servicios, decidieron en la década del 2010, a través de varias acciones que desembocaron en un referéndum, recuperar bajo control público los sistemas de producción y distribución eléctricos. Motivados por la frecuente reticencia de los actores privados de seguir acciones no motivadas por el ánimo de lucro, la gente de Hamburgo consideró que sí tendrían posibilidad de alejarse de los combustibles fósiles o de la, a todas luces, peligrosa energía nuclear, necesitarían recuperar el control sobre sus servicios básicos. Este conjunto de acciones consiguieron elevar la producción de energías renovables de 6% en el año 2000 a los casi 25% que producían en 201357 y hasta un 40% en 201858, consiguiendo aumentar en 34% la participación de la energía solar, eólica, hidráulica y biomasa en solamente 18 años, superando incluso a la proporción de electricidad producida con combustibles fósiles. De manera parecida al ejemplo danés, el 50% de la capacidad instalada de producción de energía eléctrica alternativa en Alemania es propiedad de campesinos y residencias privadas o domicilios59, haciendo de este ejemplo nuevamente una verdadera revolución al transformar ya no solamente la tecnología de producción eléctrica, sino de manera aún más importante, su estructura de propiedad. Estos dos ejemplos de transición energética en niveles nacionales tienen varias diferencias incluyendo las escalas de tiempo y el tamaño de la transformación debido al volumen diferente de la economía danesa versus la alemana, pero comparten un importante elemento estructural que varias experiencias exitosas de transición parecen confirmar: el cambio de la escala, estructura de propiedad y distribución de los medios de producción energética. Este elemento, que ha conllevado naturalmente la descentralización física de la producción de electricidad, adicionalmente ha coadyuvado a i) acelerar los ritmos de transformación energética, permitiendo la participación de más recursos de ciudadanos que apoyan esta dinámica; y ii) promover una participación masiva del Estado y sectores empresariales, ávidos de participar del auge popular de las energías alternativas. Los factores mencionados, compartidos de alguna manera por los ejemplos de biodigestores, microcentrales hidroeléctricas y cocinas solares en la Amazonia boliviana, han conseguido producir ritmos de transición energética más rápidos, que sin duda alguna alimentan las golpeadas esperanzas de conseguir reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a tiempo. En el caso danés y alemán esto ha ocurrido ampliando, simultáneamente la participación de la ciudadanía de los beneficios económicos asociados al proceso de descentralización de las relaciones energéticas, un 56 The German Energiewende – History and status quo. Energy. 92. 10.1016/j.energy.2015.04.027.Pdf Esto lo Cambia Todo, pg.85 ; Naomi Klein, 2014 58 https://www.cleanenergywire.org/news/renewables-supplied-40-percent-net-public-power-germany-2018 59 http://www.pes.eu.com/assets/misc_dec/country-focus-germanypdf-006316769851.pdf 57 elemento clave para hacer suficientemente atractivo y sostenible el desesperadamente urgente giro civilizatorio en relación a la energía en sus diferentes formas. La Generación y Propiedad descentralizada de energía como modelo crítico para la transición energética. La producción descentralizada de energía de pequeña escala, como descrita en páginas anteriores, trae consigo muchas posibilidades y grandes desafíos pero lo que parece quedar demostrado con varios ejemplos es que ha resultado ser una prometedora vía para conseguir la expansión efectiva, rápida y democrática de las energías alternativas y la reducción del uso de combustibles fósiles en una escala suficientemente grande para responder a los grandes desafíos socioambientales agravados por la crisis climática. El desinterés normalmente mostrado por empresas privadas y el propio Estado en invertir recursos y esfuerzo para conseguir esta transición, también parecen ser obstáculos que pueden destrabarse con la participación más amplia de la ciudadanía en la producción de energías renovables. Muchos ejemplos en el mundo apuntan adicionalmente a que es una vía de transición energética que consigue mantener más bajos los costos de dicha transformación. Primero debido a los grandes costos y largos periodos normalmente dedicados a la construcción de mega embalses hidroeléctricos, plantas termonucleares (como propuestos por el actual gobierno en Bolivia), y segundo debido a la dedicación de hasta un 35% de la inversión de proyectos energéticos solamente en el transporte de electricidad a través de costosas líneas de transmisión de alta y media tensión que deben ser mantenidas y renovadas periódicamente60. El costo adicional del transporte de la electricidad es normalmente trasladado a los usuarios, representando entre el 22 y 47% de las facturas de luz en países como Canadá61. Solamente el estado de California en Estados Unidos, como ejemplo, reportaba entre 2017 y 2018 ahorros de hasta 2.6 mil millones de dólares en la transmisión de electricidad gracias a mejoras en la eficiencia y la disponibilidad de energía solar residencial cada vez más amplia, lo que ha reducido los volúmenes de electricidad transportada considerablemente62. El establecimiento de un sistema de energía descentralizado sin embargo, involucra múltiples dimensiones y demanda soluciones a problemas desde ámbitos sociales, económicos, técnicos y políticos. No obstante las evidentes dificultades, las experiencias en algunas regiones del mundo nos 60 L. Baughman, Martin & Bottaro, Drew. (2005). Electric power transmission and distribution systems: costs and their allocation. IEEE Trans Power Appar Syst. 61 https://ucahelps.alberta.ca/electricity-transmission-and-distribution-charges.aspx 62 https://pv-magazine-usa.com/2018/03/27/distributed-solar-and-efficiency-saves-california-2-6-billion-onpower-lines/ muestran que toda esa complejidad es posible de manejar gracias a grandes avances tecnológicos (micro cogeneración térmica/eléctrica, almacenamiento, redes dinámicas inteligentes) y organizativos (legislación específica de priorización de fuentes alternativas), aunque no sin grandes desafíos ya que el cambio de paradigma energético que implica esta reestructuración de los sistemas de producción de energía centralizada, representa lo que algunos economistas refieren como una innovación disruptiva63, lo que quiere decir que al hacer su entrada en el mercado de la energía, transforma las condiciones antes estables para los actores convencionales. Un ejemplo sencillo de una tecnología disruptiva puede ser lo ocurrido con los teléfonos fijos con cableado físico, una vez que ingresaron al mercado los teléfonos celulares. Algunos autores comparan el inicio de sistemas descentralizados de producción energética con el ingreso del internet, que convirtió a pasivos tele espectadores, en activos usuarios participes en la generación de contenido en la red virtual del Internet64. La generación de energía descentralizada tiene entre sus ventajas el que muchas de las tecnologías de generación empleadas son menos intensivas en carbono y algunas opciones con gas natural disponibles en pequeña escala son más eficientes que la producción de energía convencional. Específicamente, la eficiencia de la cogeneración de pequeña escala, es decir, la producción combinada de calor y electricidad a partir de gas natural, biogás o hidrogeno en una sola planta, de escala domiciliaria incluso, supera con creces la eficiencia de producción de calor y energía en plantas de gran escala individuales y puede convertirse en una excelente tecnología complementaria para garantizar las naturales fluctuaciones de las fuentes de energía renovables. Además de las medidas que mitigan el cambio climático, la generación de energía descentralizada aumenta la autonomía energética de los sistemas. El uso de biomasa local, energía eólica, solar o energía geotérmica, incluidas las bombas de calor65, reducen la dependencia de combustibles fósiles, muchas veces importados como en el caso del diesel en Bolivia. La normativa de regulación para promover la generación de energía descentralizada ha resultado ser muy exitosa en muchos países y ha llevado a que usuarios residenciales instalen dispositivos de generación privada a lo largo de la red de distribución local, a menudo con una capacidad que supera con creces su propia demanda y permite una amplia alimentación de la red común, posibilitando la participación de múltiples actores generando energía eléctrica simultáneamente. En última instancia, los sistemas de energía descentralizada puede ahorrar el dinero de los contribuyentes debido a que evita la construcción de costosas líneas de transmisión de electricidad de alta y media tensión y el refuerzo de las redes locales de distribución pueden ser evitados si se promueve una red inteligente con un equilibrio localizado de la demanda y el suministro, por ejemplo, a través de pequeñas plantas de cogeneración o dispositivos de almacenamiento estacionarios (baterías y otros) que brinden la estabilidad necesaria para mantener el equilibrio del sistema local y general66. Estas características podrían ser especialmente estratégicas para un país como Bolivia, debido a que un sistema descentralizado de generación energética tendría mayores posibilidades de alcanzar a los usuarios rurales altamente dispersos aún desconectados del sistema integrado nacional, sin la necesidad del tendido de costosas redes de alta tensión. Adicionalmente esta ampliación estaría justificada ya no solamente por la demanda de energía de los ciudadanos rurales, establecida como derecho humano en 63 The decentralized energy Revolution; Cristoph Burger, pg.1, 2013 The decentralized energy Revolution; Cristoph Burger, pg.15 2013 65 Las bombas de calor toman calor de un espacio frío y lo transfiere a otro más caliente con el uso de energía eléctrica; https://es.wikipedia.org/wiki/Bomba_de_calor 66 The decentralized energy Revolution; Cristoph Burger, pg.13 2013. 64 la propia constitución boliviana, pero adicionalmente por su potencial capacidad de ofertar energía al sistema nacional. Características y ventajas de los sistemas de energía descentralizados Características: • Generación distribuida • Mercado de dos vías, transición de consumidor a “consumidor-productor” o Normativa específica: prioridad de uso de red para energías alternativas • Sistemas de gestión de redes inteligentes, tecnologías de demanda/oferta dinámica Ventajas: • El consumidor-productor es participe y puede relacionarse mejor con su consumo y ver “ingresos” en su factura de luz • Se reducen las resistencias cuando todos son participes en procesos colectivos • La venta de energía puede ser una fuente de ingresos complementaria para comunidades rurales y campesinas. • Se liberan fuerzas más amplias de la ciudadanía para participar de un proceso de transición energética urgentemente necesitado • Al descentralizarse la producción los sistemas se pueden hacer menos vulnerables en caso de disrupciones • Se aceleran los ritmos de ampliación de las energías alternativas • Se reemplaza más energía fósil y por lo tanto se reducen emisiones • Se recupera la priorización del bien común • Se disminuye la concentración de los ingresos en pocas manos de los grandes operadores, incluso siendo entidades gubernamentales • Disminuye la centralización también a nivel político y por lo tanto se puede influir más en las políticas energéticas. Desventajas • • • • • Es un cambio de paradigma lo que puede resultar en resistencia de grandes actores que tenían el control de la generación energética, bajo el esquema centralizado. Puede ser tecnológicamente desafiante y demandar de mayores capacidades locales Los niveles de inversión y la normativa requerida demandan que el estado asuma un papel importante y muestre clara voluntad política. Su implementación y fase de apropiación tecnológica podría generar interrupciones iniciales en el suministro de energía y producir oposición al proyecto. El gas natural puede funcionar de maneras muy eficientes con el esquema descentralizado, habiendo incentivos a no abandonar el uso de este combustible fósil. Sin embargo, especialmente para el caso boliviano, puede servir como combustible fósil de transición, existiendo reservas de este carburante. Discusión A lo largo del documento se ha podido confirmar el progreso realizado por las diferentes experiencias en tecnologías para el aprovechamiento de energía alternativa conducidas en el país por los varios actores presentados, habiéndose incluso formulado planes nacionales para alguna de ellas67. Los avances en la prueba y testeo en campo de muchas de estas alternativas energéticas, sus esquemas normativos y de organización social son innegables y componen un fundamento importante sobre el cual los actores políticos y sociales deben actuar en pos de una transformación del sistema energético nacional que responda a los requerimientos de la significativa porción de población rural todavía energéticamente marginada y los desafíos civilizatorios planteados por la crisis climática. En este proceso, las autoridades gubernamentales y la política energética nacional son indiscutiblemente importantes pero la naturaleza y potencialidad difusa de las energías alternativas, contraria a la de las grandes centrales de producción energética, motiva a una movilización más amplia de la ciudadanía rural y urbana en este cometido; y destraba un elemento estratégico postergado, para ser empleado después en afrontar el cambio del paradigma energético boliviano, con importantes consecuencias sobre el desarrollo nacional: La habilitación de los actores rurales como proveedores de energía alternativa para las áreas urbanas. En otras palabras, los potenciales beneficios ambientales y económicos de un sistema de energía nacional basado en energía alternativa descentralizada de pequeña y mediana escala, de propiedad ciudadana individual y colectiva, son el mejor argumento que podíamos esperar para justificar una ambiciosa política nacional que priorice la universalización energética definitiva también en el área rural, por encima incluso de estrategias de exportación energética (Bolivia corazón energético) que alimentan dinámicas centralizadoras de los beneficios y las decisiones políticas y económicas nacionales. Un área rural fortalecida por un acceso amplio y de bajos costos a energía de fuentes alternativas, tendría en definitiva efectos socioeconómicos más democratizadores que el de dudosas divisas percibidas por el Estado Central por la venta de más gas y electricidad a países limítrofes con inciertas demandas energéticas a futuro. Especialmente si tomamos en cuenta el tamaño de la inversión que se proyecta para la construcción de la infraestructura megahidroeléctrica y sus daños al patrimonio natural e, irónicamente, a la propia población rural ya marginada de políticas de desarrollo que la beneficie. El cambio de paradigma energético que Bolivia deberá encaminar, tiene que contribuir a dejar de percibir al ciudadano y a la comunidad rural como pasivos consumidores de energía y recursos públicos y empezar a comprender su potencial, no solamente como productor de alimentos y productos agrícolas, sino liberando sus capacidades energéticas que tendrán efectos multiplicadores sobre sus demás potenciales productivos tradicionales y no tradicionales. Este cambio de perspectiva transformaría radicalmente el lugar del mundo rural en la política nacional, hoy considerado como un sector con demandas energéticas (y de otra índole) inatendibles, pese a gozar muchas de ellas de categoría de derechos humanos según la propia Constitución Boliviana. 67 Plan nacional de biodigestores y propuestas para un plan de energía solar nacional entre otras propuestas En términos globales y dentro del contexto de la presente crisis climática podemos decir que mientras que las primeras civilizaciones humanas se desarrollaron exitosamente empleando energías alternativas descentralizadas en cantidades modestas - el desafío fundamental del retorno a las energías alternativas y la descentralización energética actual, radica en cómo satisfacer las necesidades energéticas de más de 7 mil millones de personas en la actualidad, garantizando alcanzar los niveles de calidad de vida deseables en países en vías de desarrollo y emergentes sin sacrificar la calidad de vida de las poblaciones de los países industrializados68. Análisis y discusión Las innovaciones tecnológicas y experiencia de gestión acumuladas en el país y el exterior en el desarrollo de sistemas energéticos alternativos en los últimos años, han demostrado la viabilidad técnica de una transición energética hacia fuentes de energía renovables limpias y económicamente factibles. Se puede incluso afirmar que el nivel de madurez alcanzado por esta alternativa energética ha sido suficiente para que el bloque económico más importante del mundo, la Unión Europea, haya establecido planes para mover toda su infraestructura energética en esa dirección, abandonando en la práctica, apuestas hacia la energía nuclear y otras opciones que parecen todavía ser atractivas para países como Estados Unidos o Rusia, aún con los incalculables riesgos humanos y ecológicos que conllevan. El contexto boliviano específicamente, puede decirse, se enfrenta a dos grandes desafíos en relación a la energía. Por una parte: a) Romper su dependencia energética de los combustibles fósiles en el largo plazo con todas sus consecuencias económicas y ambientales, y por otro lado: b) Cubrir las demandas de ampliación energética pendiente de población rural y otros sectores productivos. Otro gran desafío relacionado, aunque no estrictamente energético para Bolivia, es ampliar y diversificar su base económica, alejándola de su dependencia de la exportación de hidrocarburos. En ese sentido, presentamos en esta parte del documento, los principales elementos que a nuestro juicio deberían formar parte de un renovado debate sobre la estrategia energética nacional para Bolivia de cara a los desafíos planteados. Diferentes estudios han documentado que Bolivia tiene un potencial sobresaliente para el aprovechamiento de energías renovables diversas. Bolivia junto a Chile, por ejemplo, cuenta con los mayores índices de radiación solar en el continente y por sus valles y montañas andinas discurren numerosas cuencas y ríos aptos para el aprovechamiento de la generación de electricidad de pequeña escala. El potencial geotérmico en la región suroeste y algunas regiones orientales, también documentada, constituye otro potencial no aprovechado y estudios realizados por la cooperación internacional han identificado varias zonas en Santa Cruz, en los valles cochabambinos y en el Altiplano 68 The decentralized energy Revolution; Cristoph Burger, pg.9 2013. norte boliviano como ubicaciones con las características necesarias de vientos para el aprovechamiento de energía eólica. A partir de estos datos, sostenemos que la existencia de suficientes fuentes de energía alternativas en el territorio nacional por lo tanto no está en duda. Su aprovechamiento democrático y gestión adecuada, por otra parte, es la parte central del dilema energético nacional. El propio gobierno en su plan de Energías Alternativas proyectado al año 2025, identifica conservadoramente proyectos para la instalación de 242 MW de potencia eléctrica (aproximadamente 10% de la potencia total el 2018) con una combinación de energías solares, eólicas y geotérmicas y propone la inversión de recursos de distintas fuentes principalmente externas en sistemas fotovoltaicos familiares y algunas pequeñas centrales hidroeléctricas para la ampliación de la cobertura eléctrica en comunidades rurales demasiado aisladas para interconectarse al SIN. Este enfoque tiene grandes debilidades que nos parecen importantes de identificar como punto de partida para la discusión de una nueva estrategia energética nacional. Primero debemos constatar que la apuesta gubernamental continúa con un enfoque energético centralizado más propio del siglo pasado, basándose en la producción nuevamente centralizada de energías alternativas bajo administración pública con elevados costos de inversión y de transmisión de energía; los principales proyectos de energías alternativas que concentran la inversión son parques solares, eólicos y geotérmicos que continúan siendo pensados y diseñados desde una visión centralista de gestión y distribución. Por otro lado no concibe a inversión en energías alternativas como parte genuinamente estructural de la apuesta energética nacional, representado solo el 2% de su propuesta nacional de generación eléctrica al 202569. La apuesta central del plan energético nacional elaborada por el gobierno, se hace con la construcción de 4 complejos mega hidroeléctricos por un costo aproximado de más de 25 mil millones de dólares: 1)Megarepresas Chepete y Bala, 2)Complejo hidroeléctrico Rositas con 7 represas de gran tamaño, 3) Megarepresa de Cachuela Esperanza y 4) la represa Binacional sobre el rio Madera, en frontera con el Brasil. La propuesta para las energías alternativas elaborada por el gobierno, les asigna de esta manera un papel secundario y las circunscribe principalmente a 8-12 proyectos de energía alternativa centralizados, además de un conjunto de proyectos para instalación de alrededor de 57000 paneles solares domiciliarios en las regiones más alejadas, principalmente financiadas con recursos externos. Si bien el plan gubernamental para energías alternativas es un reflejo de cierta voluntad política actual, la situación de aguda crisis climática que vivimos incluso en el propio territorio nacional y la necesidad de atención de la demanda postergada de la población rural, dejan en evidencia su insuficiente nivel de ambición y priorización política70. La sostenibilidad de sistemas fotovoltaicos familiares que no formen parte de una apuesta estructural como los propuestos y su capacidad de satisfacer en el largo plazo el requerimiento de energía en comunidades alejadas de la red nacional, pueden ser cuestionadas tomando en cuenta las experiencias pasadas que identificaron la falta de una apuesta integral que incluya un programa nacional dedicado al desarrollo, la instalación, capacitación de usuarios y mantenimiento continuo de estos sistemas fotovoltaicos y otras energías para el aprovisionamiento de centros urbanos. En el análisis del plan 69 70 Plan para el Desarrollo de las Energías Alternativas del Estado Plurinacional de Bolivia - 2025 Plan para el Desarrollo de las Energías Alternativas del Estado Plurinacional de Bolivia - 2025 gubernamental para el desarrollo de las energías alternativas, identificamos en la práctica un retorno a una visión tradicional de la energía que no toma con seriedad la necesidad de afrontar los dos grandes desafíos que enfrenta el modelo energético nacional: Atender adecuadamente la demanda de energía eficiente insatisfecha en las áreas rurales para ámbitos productivos y domésticos, y avanzar en la transición a fuentes limpias de energía. Los datos expuestos sugieren que el sector energético boliviano requiere de una apuesta estructural de largo plazo que abandone los grandes y caros proyectos de generación centralizada y otorgue prioridad al desarrollo de los potenciales de energías alternativas descentralizadas para atención de la población rural, aun sin acceso a energía, con un enfoque de ampliación de su economía y el desarrollo de sus potenciales económicos. Para esto es importante romper con el mito propuesto por el gobierno actual que plantea convertir a Bolivia en un nódulo energético regional para la exportación de electricidad a costa de inversiones sin precedentes históricos, en tecnologías de altos impactos socioambientales negativos, y más críticamente, sin contar con claridad meridiana del panorama energético sudamericano en el mediano y largo plazo. Los países vecinos vienen realizando importantes inversiones en energías alternativas y convencionales que superan con creces las acciones nacionales y es previsible que no planeen depender energéticamente de Bolivia. Chile por ejemplo tenía 2800 MW instalados solamente de energía solar para 2018. Perú por otro lado había instalado 456 MW de energía Solar y 239 MW de energía eólica para el mismo año71, mientras que la Argentina ya tiene 195 MW de energía solar instalados en 2019 y prevé convertirse en una potencia en la extracción de gas y petróleo de esquisto con su proyecto Vaca Muerta, la segunda reserva de petróleo y gas de esquisto del mundo después de Estados Unidos72. Bolivia hasta finales del 2017, tenía instalados en total 2320 MW de potencia para la producción eléctrica, de los cuales solamente 113 MW o 4.5% provenía de fuentes alternativas. Una relación muy desaventajada para plantearse ser el “corazón energético de Sudamérica”. Aprendizajes y elementos fundamentales para una nueva política energética en el contexto de Crisis Climática y la universalización del acceso a la energía 71 Supervisión de contratos de Centrales de Generación y Líneas de Transmisión de Energía Eléctrica en Operación; OSINERGMIN- Perú, 2018 72 https://www.lanacion.com.ar/editoriales/vaca-muerta-en-el-futuro-argentino-nid2217415 La política energética boliviana requiere de un baño de realismo en cuanto al papel que puede cumplir regionalmente, pero al mismo tiempo necesita proyectar una estrategia nacional ambiciosa para el nuevo siglo que le permita superar los obstáculos que marcaron la política energética del siglo XX y el desarrollo nacional en consecuencia. El realismo necesario no debe ser obstáculo para las ambiciones nacionales pero debe ayudar a guiarlas con mayor lucidez y comprensión del momento de inflexión histórica actual. Los elementos centrales de esta nueva visión estratégica para la energía en el siglo XXI, según las lecciones recogidas en este trabajo de investigación, deberían incluir como características centrales los siguientes componentes: 1. Diseño de un sistema descentralizado de generación energética nacional basado en la generación distribuida de energía con énfasis en sistemas de propiedad campesina-indígena rural, como proveedores de parte relevante de la demanda energética nacional. La inversión de una fracción de lo que el actual gobierno propone apostar en faraónicos megaproyectos energéticos sería suficiente para iniciar una transición sería hacia la universalización de las energías alternativas y convertir en actores centrales de este cometido, a la ciudadanía rural. Asignar a comunidades rurales el papel de proveedores de energía a los centros urbanos a través de redes inteligentes y energías alternativas descentralizadas, generará ingresos adicionales para esa población que podrá vender la energía producida en sus sistemas a la red regional o nacional, mejorando su calidad de vida y destrabando sus potenciales productivos más amplios con la disponibilidad de mayores volúmenes de energía más barata y de generación propia. La experiencia en países europeos de campesinos gestionando fuentes descentralizadas de energía, sin competencias energéticas especializadas, demuestra la viabilidad de esta opción. En un escenario de Crisis Climática generalizado que permanentemente golpeará los sistemas de producción de energía, sus líneas de transmisión y la transitabilidad de los caminos en Bolivia, apostar todos los recursos en 4 mega proyectos energéticos de costos desproporcionales, es la receta para el desastre. En situaciones de alto riesgo normalmente se aconseja distribuir el riesgo en varias acciones y apuestas que en su conjunto logren sobrellevar el peligro latente. La apuesta por un sistema descentralizado de producción energética de base campesina-indígena es una forma de poner los huevos en millones de diferentes canastas, permitiendo mayor independencia y seguridad energética regional y local simultáneamente. 2. Establecimiento de programas de energías específicos para el desarrollo de capacidades locales de desarrollo y construcción en coordinación con Universidades nacionales para a) Energía solar, b) Energía Eólica, c) Energía Hídrica de pequeña y mediana escala, d) Energía Geotérmica y e) Energía de Biomasa, con el fin de conseguir la transferencia y desarrollo de capacidades locales. Los programas de investigación y desarrollo tecnológico de las universidades nacionales, más específicamente en la UMSA en La Paz con sus microcentrales hidroeléctricas y biodigestores, y los avances realizados en energía fotovoltaica por la UMSS de Cochabamba, muestran el potencial adormecido y desaprovechado que existe en el ingenio de profesionales y desarrolladores nacionales. Es imprescindible apoyar económicamente y asignar a las inexplotadas capacidades de universidades y centros de investigación, el rol de desarrolladores y promotores de paquetes tecnológicos adecuados a las realidades locales que luego sean incluidos en programas nacionales de ampliación tecnológica. Estas acciones tendrán consecuencias importantes en la propia economía local y nacional con el desarrollo de nuevos mercados de productos y servicios tecnológicos hasta ahora inexistentes, lo que simultáneamente permitirán la creación de nuevos empleos para jóvenes y profesionales que podrán contar con horizontes más optimistas para sus capacidades y creatividad. 3. Creación de programas de desarrollo y ampliación en escala nacional de energías alternativas en el conjunto de comunidades rurales, apuntando a la universalización del acceso la generación de ingresos. Como ha sido recurrente en nuestra descripción del estado de situación energético actual en el documento, la postergación energética del campo en las diferentes regiones de Bolivia continúa ocurriendo y es una opción política que el país ya no puede darse el lujo de hacer. Por razones de justicia social y desarrollo de la base económica nacional ante el fin del extractivismo energético, es imperativo el destrabar el desarrollo humano y económico de estas regiones con importantes y dormidos potenciales socioeconómicos y ambientales. La disponibilidad de suficientes fuentes de energía renovable bajo gestión y control propio de las comunidades rurales, junto con políticas de desarrollo eco-regionales, deben confluir en condiciones que permitan el desarrollo de las infravaloradas capacidades regionales. La producción de camélidos, quinua y hortalizas en el altiplano boliviano, fortalecida por energía para el bombeo de agua, el procesamiento de fibras y carnes ambientalmente viables pueden hacer de esta región un gran centro de producción de alimentos, estratégico de cara al aumento de daños agrometeorológicos producidos por la crisis climática y para revertir nuestra cada vez mayor importación de alimentos. La producción agroecológica familiar de cacao, frutos de palmeras, pescado, almendras y fibras vegetales entre muchos otros productos para el desarrollo de una nueva industria nacional en la Amazonia boliviana, por otro lado, podría superar con creces los beneficios generales del mercado de soya y otros cultivos agroindustriales con escasos impactos redistributivos y de generación de empleo pero con enormes impactos socioambientales que se profundizaran si el modelo no es transformado. Los Valles y Chaco con sus importantes potenciales agroecológicos de variedades nativas de maíz, aji, mani, cereales o frutas en general, también podrían ser potenciados con la disponibilidad de energía e infraestructura descentralizada para la molienda y transformación artesanal y semi-industrial de su producción de cara a atender mercados agroecológicos en crecimiento en país y el mundo. 4. Transición hacia Redes Eléctricas nacionales inteligentes para manejar el tráfico eléctrico de múltiples productores/consumidores. La apuesta energética por un sistema descentralizado exige la modernización de las redes nacionales con la implementación de sistemas dinámicos e inteligentes que permitan el aumento en la eficiencia y la gestión automatizada para la alocación del uso de energía donde y cuando se la produzca. Las redes inteligentes equipadas con infraestructura de almacenamiento de energía para la administración temporal de la variabilidad energética, también ayudarán a reducir la necesidad de costosa infraestructura de trasmisión energética y mejorará la eficiencia de consumo de energía regional y local, por ejemplo desplazando el uso energético flexible a las horas y temporadas de mayor disponibilidad de energías solares o eólicas, naturalmente de características volátiles e intermitentes. Finalmente a través de estas redes se habilitará la participación de las masas, cual el internet de la energía, potenciando el ritmo de transición energético nacional. 5. Desarrollo e investigación de capacidades de almacenamiento energético en base a baterías y otras tecnologías adecuadas al contexto nacional para contrarrestar la variabilidad de las energías alternativas. Bolivia cuenta con los mayores yacimientos de litio que se conocen hoy en el mundo y tiene la posibilidad de desarrollar una política de estado dirigida al impulso sistemático de una industria de baterías de almacenamiento energético de aplicación nacional y para la exportación. Sin embargo actualmente también existen otras opciones para el almacenamiento de energía eléctrica que permiten distribuir temporalmente la disponibilidad de este bien, sobrellevando su temporalidad natural cuando es de fuentes alternativas. El Bombeo de agua a embalses elevados y equipados con hidrogeneradores o la producción de gas hidrógeno en base a hidrólisis con electricidad de fuentes alternativas para luego ser empleado en celdas o “motores” de hidrogeno, además de las baterías estacionarias, ya están en funcionamiento en otros países y forman parte de la apuesta estructural hacia las nuevas energías para el siglo XXI. Así como en el pasado reciente no siempre tuvimos el petróleo para energizar nuestra economía o la gasolina para movilizar nuestros vehículos, el siglo que comenzamos estará marcado por un profundo cambio del paradigma energético ya en ciernes, y la capacidad visionaria de líderes nacionales para prever nuestro rol global, definirá el nivel de éxito o fracaso del proyecto de Estado boliviano en el incierto escenario de la crisis civilizatoria y climática en curso. En este eje, tampoco vendría mal contar con un gobierno suficientemente capaz de sostener procesos de negociación para conseguir la transferencia tecnológica, (por ejemplo para baterías de litio) basada en la necesidad común de un cambio de paradigma energético y la justicia climática como elementos que enmarcan el tratamiento de la crisis climática a nivel internacional. Naturalmente ningún país nos dará eso sin pedir nada a cambio, por lo mismo que compromisos de rehabilitación de los ecosistemas nacionales, la transición energética nacional y la permanencia en el subsuelo de eventuales yacimientos fósiles, como ejemplo, deberían formar parte de una nueva fase de negociación bi y multilateral con la Unión Europea y otros países. Los gestos recientes de Francia y la Unión Europea en general, proponiendo un abordaje internacional a la crisis amazónica son señales de que es posible avanzar en esa dirección con una capacidad de interlocución diplomática más inteligente. 6. Desarrollo de normativa que promueva, prevea mecanismos de co-financiamiento y de prioridad a la generación descentralizada de energía por parte de pequeños actores. La transición hacia un sistema energético capaz de resistir el escenario de crisis climática en el largo plazo, misión indiscutible que debería ocupar a un Estado nacional, demandará de grandes transformaciones tecnológicas. Sin embargo, la experiencia indica que aún más difícil que el desarrollo tecnológico para la consecución de las fuentes alternativas como base energética de un nuevo diseño de país, será conseguir la voluntad política e institucional del Estado y sociedad, para lograr trasformar la inercia de los hábitos energéticos adoptados en los últimos dos siglos. Por esta razón, la transformación energética boliviana debe hacer un especial esfuerzo sociopolítico en desarrollar una normativa progresista e inequívocamente enfocada en el bien común por encima de intereses privados eventuales. Las experiencias a lo largo de décadas en otros países que ya han incluido la generación distribuida en sus sistemas, sirven de ejemplo y podrán ser usadas como punto de partida para el desarrollo de normas adecuadas a las características nacionales. El propio plan nacional de Energías Alternativas desarrolla parcialmente algunos principios de que deberán ser incluidos en futuras normativas nacionales. Conclusiones La aún vigente apuesta energética del gobierno de Bolivia hacia la continuidad extractiva hidrocarburífera, los agrocombustibles y las grandes mega-hidroeléctricas, no contribuirá a reducir vulnerabilidades, sino más bien exacerbará un escenario de impactos climáticos negativo, desestabilizando adicionalmente ecosistemas de crítica importancia para los sistemas de producción agrícola, pesca y recolección; conectando en una relación de interdependencia y competencia peligrosa, a dos sectores claves: La agricultura y la energía o dicho de otra manera los alimentos y los combustibles. Mientras este documento se escribió, ocurrían en la Chiquitania boliviana y la amazonia continental en general, una de las peores temporadas de incendios forestales causada por una combinación de temperaturas elevadas y la ampliación normativa por parte del gobierno boliviano del régimen de desmonte y quemas a nuevas áreas para la agricultura de soya y caña de azúcar para agrocombustibles y la exportación de carnes. Teniendo en cuenta las tendencias globales de aumento de temperaturas y concentración de lluvias en periodos más cortos, es previsible que la situación vaya a empeorar en el futuro, profundizada por el impulso y respaldo de los gobiernos en la región amazónica que continúan defendiendo su derecho soberano de avanzar su maquinaria agroindustrial sobre las áreas boscosas restantes. El gobierno boliviano, pese a su anterior posicionamiento en defensa de los derechos de Madre Tierra a nivel internacional, ha sido instrumental en la aprobación de normativas que benefician a agroindustriales y ganaderos, demostrando su priorización de réditos económicos y políticos de corto plazo por encima de la sostenibilidad y bienestar colectivo en el largo plazo. Visto a través los lentes de una mirada convencional y reduccionista se podría pensar que sustituir el consumo de gasolina de petróleo por etanol de azúcar o el de diesel de petróleo importado por el biodiesel en base a aceites de soya u otras fuentes, parecería deseable en el contexto de reducción emisiones de gases de efecto invernadero y el cambio climático. Sin embargo muchos estudios han demostrado que el aporte en reducciones de las emisiones de GEI, de los más adecuadamente llamados agrocombustibles, es modesta en el mejor de los casos y en el peor nula73, contribuyendo a la emisión adicional de GEI en muchos casos, debido al elevado uso de derivados de petróleo en la agricultura industrial (diesel, aceites, fertilizantes, plaguicidas) y al incentivo a la deforestación que promueven dichos cultivos, entre otros factores. Existen igualmente duras críticas sobre la conveniencia, rentabilidad y desempeño de reducción de gases de efecto invernadero de las mega hidroeléctricas planeadas por el gobierno boliviano74, especialmente tomando en cuenta sus enormes costos económicos, sociales y ambientales; y los avances que si se han realizado en energías alternativas no convencionales con la instalación de 2 parques solares y un proyecto piloto de energía eólica, parecen haber tenido un muy limitado impacto en el diseño y priorización de políticas para una genuina transición energética nacional. Queda claro que la propuesta de política energética del gobierno boliviano no representa cambios sustanciales en el sector y más bien corre el riesgo de reproducir y perpetuar un modelo de desarrollo profundamente esquilmador e insostenible. Las claras tendencias a la concentración de riquezas y oportunidades en cada vez menos manos como consecuencia de la alianza con grandes capitalistas del petróleo y la agroindustria y las condiciones climáticas cada vez más difíciles para pequeños productores, nuevamente dejará a su suerte a la pequeña agricultura familiar y las economías rurales, en caso de continuar en la misma dirección política. La belleza de la pequeña escala El futuro de la energía en definitiva nos guarda sorpresas y su breve periodo de adicción fósil, en perspectiva histórica, deberá pasar de una u otra manera. Muchos dirían a estas alturas, a las buenas o a las malas, con la crisis climática y el indudable agotamiento de las fuentes fósiles en mente. Sin embargo, esta afirmación que sonaría blasfema o apocalíptica para un representante del gobierno boliviano o un ejecutivo de alguna transnacionales del petróleo, tiene un sustento muy concreto en el conjunto de avances y desarrollo tecnológico y normativo reciente. Regiones enteras, Europa entre las más avanzadas, están realizando apuestas importantes para conseguir un giro de sus sistemas energéticos, y tal vez lo más interesante es que no se trata de algún proyecto de expansión nuclear o de alguna otra forma de generación central de energía. Los avances más novedosos se han dado en la emergencia de un proyecto energético regional descentralizado, basado en una artillería de nuevas tecnologías de energías alternativas, renovables, de pequeña escala y propiedad colectiva o residencial. 73 El Estado Mundial de la Agricultura; FAO, 2008 Resumen del Análisis de los Documentos de Informe de Geodata, sobre Proyecto Bala-Chepete; Carrera de Biologia, UMSA, 2018.Pdf 74 Un genuino cambio de paradigma energético esta inequívocamente en curso y sus características prometen ser la salida a la encrucijada ambiental planteada por la crisis climática en desarrollo. En este contexto Bolivia no está mal posicionada con sus importantes potenciales de energías alternativas solares, geotérmicas eólicas, hidráulicas y de biomasa, además de sus importantes yacimientos de litio y otros minerales, atractivos en este nuevo escenario energético que demandará de capacidades de almacenamiento de energía para contrarrestar la naturaleza cíclica y temporal de las energías renovables alternativas. Si la estrategia energética boliviana es formulada acertadamente para aprovechar sus grandes potenciales, se podrá conseguir que el país haga un salto tecnológico y un cambio de paradigma que permita sobrellevar limitaciones actuales que han postergado el desarrollo de grandes regiones del país, actualmente sumidas en un déficit energético por un lado, y grandes impactos ambientales por el otro causados por las grandes industrias extractivas, clientes especialmente dependientes de la matriz energética de base fósil. La instalación de una red de generación descentralizada en regiones abandonadas por la atención gubernamental, junto con una política de desarrollo rural coherente, tiene el potencial de ampliar la base económica de las extensas zonas rurales y consecuentemente sus aportes a la economía nacional a través del rico potencial agroecológico de las 4 grandes ecoregiones y el desarrollo de una variedad de nuevas industrias de pequeña escala y gestión descentralizada, como consecuencia de un gran cambio de paradigma energético que vendrá acompañado de un mercado de servicios y productos nuevos, generando numerosas oportunidades de empleo y nuevos emprendimientos. Si bien el desarrollo y madurez de tecnologías de biodigestores y cocinas solares aún demandará de apuestas nacionales más decididas, estas prometen ser importantes en el fortalecimiento de la economía familiar y el reemplazo de la energía térmica de básico requerimiento familiar para la construcción del nuevo paradigma energético y un renovado modelo de desarrollo. Un factor que puede ayudar a explicar la marginalidad económica de una buena parte del país y su población es el propio diseño centralizado del sistema energético nacional, explicado por el uso de tecnologías de generación centralizadas (termoeléctricas, grandes proyectos hidroeléctricos etc) y una limitada definición de rentabilidad, que actualmente ocasiona la pérdida de oportunidades de desarrollo en regiones alejadas del Sistema Integrado Nacional de electricidad. De manera contraria, la migración y transformación del actual sistema centralizado de energía hacia un modelo descentralizado y multipolar, tendría mejores oportunidades de satisfacer la urgente demanda energética de regiones enteras del país, requiriendo menores inversiones en el tendido de costosas líneas de alta tensión (con sus pérdidas asociadas) y contando con sistemas de generación distribuidos a lo largo del propio sistema de generación. No obstante las dimensiones tecnológicas del debate, uno de los grandes desafíos de la transición energética demandará que seamos capaces de superar las barreras impuestas por la política, la economía, la cultura y nuestros propios hábitos personales. Las Ciencias Sociales por lo tanto, cumplen un papel tan importante como el de las ingenierías y ciencias naturales en la contribución de marcos conceptuales y diseños metodológicos para la transición de escala civilizatoria requerida, y su habilidad para crear las condiciones favorables en este proceso, será igualmente crítica.