Subido por eliabm.zamora

Balances de poderes

Anuncio
Balances de poderes, frenos y
contrapesos
La trascendencia del Congreso en el juego republicano.
FECHA DE PUBLICACIÓN: 01-08-17
FacebookTwitterWhatsAppTelegram
Por: Phillip Chicola
Uno de los elementos centrales de todo sistema republicano, es la existencia de
balances de poderes, y mecanismos de frenos y contrapesos. Los mismos hacen
posible que en el marco de un sistema político, los diferentes organismos de Estado
se contrapesen a sí mismos, con el objetivo de reducir la potencial arbitrariedad en
la actuación de los poderes públicos.
En el caso guatemalteco, es evidente que existe una concentración de frenos y
contrapesos en manos del Congreso de la República, institución que por diseño
constituye un “Primero entre iguales” entre los poderes del Estado. Veamos.
El Congreso de la República tiene en sus manos una serie de mecanismos para
balancear y controlar al Ejecutivo. El más evidente, son las citaciones a funcionarios
del Ejecutivo y las interpelaciones a Ministros. El Legislativo tiene además la
facultad de pedir el “voto de falta de confianza” contra los Ministros del Ejecutivo.
También, el Congreso tiene en sus manos la facultad de aprobar el Presupuesto del
Gobierno, y de aceptar o no la liquidación presupuestaria que anualmente elabora
la Contraloría General de Cuentas. Además de lo anterior, el Legislativo tiene la
competencia de los procesos de antejuicio contra Ministros, Presidente y
Vicepresidente. Y por si fuera poco, el principio de “Supremacía Legislativa” faculta
al Congreso a sobreseer vetos presidenciales.
Por su parte, el Legislativo tiene tres herramientas de control hacia el Organismo
Judicial: la elaboración y fiscalización del Presupuesto del Organismo Judicial; la
elección de magistrados de Salas de Apelaciones y Corte Suprema de Justicia; y la
competencia para conocer antejuicios contra los Magistrados de la Corte Suprema
de Justicia.
De parte del Ejecutivo, este tan solo tiene dos herramientas de control hacia el
Legislativo: el poder del veto presidencial, y la confirmación ministerial en el caso
de un voto de falta de confianza. Pero ambos, quedan subordinados al principio de
“supremacía legislativa”, por lo que al final del día, el Congreso puede igual
sobreseer lo actuado por el Ejecutivo.
Mientras que de parte del Organismo Judicial hacia el Legislativo, este tiene la
competencia de conocer los antejuicios contra diputados.
Del mapa anterior resalta entonces que el adecuado funcionamiento del sistema
republicano descansa sobre los hombros del Organismo Legislativo. La mala
utilización de las herramientas de control, ya sea por omisión o como recurso de
bloqueo o chantaje político, no solo genera ingobernabilidad, sino además, debilita
el funcionamiento del sistema en su conjunto. Pero además, dado que el sistema
republicano concentra muchas de las funciones de control interorgánico en el
Congreso, el funcionamiento de este organismo resulta de trascendental
importancia para todo el aparato del poder público.
Por ello, resulta imperativo fortalecer la representatividad del aparato legislativo. Por
tal razón, la discusión de cómo hacer más democráticos los partidos políticos, cómo
acercar al votante con sus representantes, cómo reducir los incentivos perversos en
la integración del Congreso, resulta de importancia estratégica para el buen
funcionamiento de todo el sistema.
Descargar