DIGNIDAD, DERECHOS HUMANOS Y DEMOCRACIA El artículo 3 de la Carta Magna establece que “El gobierno es ejercido por los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial en un sistema de separación, equilibrio, coordinación y recíproco control”. Esto significa que los tres poderes se encuentran en un pie de igualdad y tienen la misma categoría: ninguno es supremo, y cada uno es, en el ámbito de su competencia, el único facultado para ejercer las funciones que la Constitución le otorga. En la actualidad, la mayor parte de las democracias contemporáneas aplica este precepto: en este contexto, el Poder Legislativo crea las leyes, el Poder Judicial las interpreta y resuelve los conflictos vinculados a su aplicación en casos concretos, y el Poder Ejecutivo las aplica y se encarga de la administración general del país. La concentración de poder en los regímenes totalitarios Los regímenes totalitarios se caracterizan por la existencia de un poder único que no está sujeto a ningún tipo de limitaciones. La era stronista en el Paraguay se caracterizó por la presencia de un Poder Ejecutivo omnipotente, al que tanto el Poder Legislativo como el Judicial se encontraban subordinados. Esta falta de mecanismos de control favorece la perpetración de abusos y de violaciones de derechos, pues al no reconocerse ninguna autoridad por encima de aquélla, existe una total impunidad total por parte de sus perpetradores. 29