Universidad Nacional del Sur Escuela de Ciclo Básico Común Asignatura: Geografía Argentina 3 “A” Docente: Prof. María Belén Prieto 2019 PROPUESTA DIDACTICA N° 3 Continuación … Tema: “Territorios especiales. Caso de estudio: Antártida” Bibliografía http://antartida.squaar.com/wp-content/uploads/2013/05/libroantartida.pdf http://antartidaeduca.com/la-antartida Dirección Nacional de la Antártida: http://www.dna.gov.ar/ Actividades 1.- Realizar la lectura del siguiente documento: EL SISTEMA DEL TRATADO ANTÁRTICO Andrés Peña Biólogo Ponencia presentada en el XII Encuentro Internacional Humboldt "El Capitalismo como Geografía", La Rioja, Argentina 20 al 24 de setiembre de 2010. INTRODUCCION BIOGEOGRÁFICA Debe Antarctica su nombre –formado mediante raíces griegas- a que se encuentra en las antípodas de la región ártica; aunque en Argentina se emplea la versión afrancesada, Antártida. La extensión del continente es de unos catorce millones de kilómetros cuadrados, lo que lo posiciona en el cuarto más extenso, después de África, con una superficie, mayor que la de Oceanía y Europa, 31.00 % superior a la de los Estados Unidos de América y 45.00 % superior a la de Australia. Las distancias oceánicas que separan a Antártica de Sur América, Australia, Nueva Zelanda y África, son 1000 Km., 2200 Km., 2250 Km. y 3600 km, respectivamente. Antártica es el más elevado de todos los continentes, alcanzando un promedio de 2000 m snm, debido al espesor de la masa de hielo que lo cubre, estando las restantes masas continentales por debajo de los 1000m snm. Durante el invierno, el océano circundante se congela y la helada costra marina puede llegar a tener una extensión superior a la de la superficie continental. En cuanto a las masas glaciarias, se originan en las precipitaciones nivales continentales; este hielo forma en la costa las llamadas barreras, las que dan origen, al fracturarse, a los témpanos o icebergs. También de origen continental, son los llamados “bandejones”: bloques de hielo de porte muy inferior al de los témpanos. Es Antártica, el continente más ventoso, más seco y más frío. En su casi totalidad se halla al sur del Círculo Polar Antártico (66° 33´ S) y el 98 % de su superficie está cubierta por una gruesa costra de hielo de un espesor promedio de 2000 m, con sectores de más de 4000 m, similar a las grandes masas glaciarias que cubrieron a Europa y a América del Norte, durante la última Edad Glacial. Esta capa de hielo eterno constituye el 90 % de todo el hielo terrestre y el 70 % del agua dulce mundial y desde la misma sobresalen los picos rocosos de algunas montañas: los nunataks, donde existe una flora y fauna endémicas. Por otra parte, la mayor altura corresponde al Monte Vinson, de 4897 m snm, el que forma parte de las Montañas Ellsworth, a menos de 1000 km del Polo Sur. Bajo la costra de hielo eterno se encuentran, al este, un escudo rocoso de forma arriñonada y al oeste, los Antartandes o Andes Antárticos, prolongación de la Cordillera Andina Sur-Americana. Si desapareciese la capa de hielo, este sector de Antártica sería un archipiélago. La existencia de actividad volcánica –son ejemplos de volcanes el Erebus y el Scotia- al igual que las aguas cálidas marinas -vecinas a las arenas calientes de la Isla Decepción, del Archipiélago de la Shetland del Surindican que en profundidad existe roca fundida. Los depósitos carboníferos y fósiles, son prueba de que en el pasado el clima fue lo bastante caluroso como para que prosperasen una mucho más diversificada y abundante flora y fauna que las actuales. El continente antártico, sus islas vecinas y el océano circundante, forman una región biogeográfica propia, la que se encuentra al sur de la llamada Convergencia Antártica, una franja oceánica donde confluyen las frías aguas circumpolares, con masas oceánicas norteñas de mayor temperatura. Las especies marinas al sur de la Convergencia, son acentuadamente endémicas. Desde el Océano Antártico se originan corrientes frías que se desplazan hacia el norte, transportando gases y nutrientes en alta concentración, generando así, zonas de elevada productividad biológica frente a las costas patagónicas y peruana. Es muy alta, también, la participación de Antártica en el flujo de calor a nivel planetario y en el mantenimiento del equilibrio térmico mundial. Este continente, que tiene la peculiaridad de no tener población humana aborigen y de ser el único, aún, sin límites políticos reconocidos por la ONU, es también el más despoblado de vida terrestre, entre todas las masas continentales, dependiendo aquella, si de fauna se trata, enteramente, del océano circundante para su alimentación, el que a diferencia del continente, es exuberante en vida, poseyendo, también, una muy elevada densidad de biomasa, cuya abundancia se debe a la gran concentración de gases disueltos, tales como oxígeno y dióxido de carbono –imprescindibles para la respiración y la fotosíntesis- y a los abundantísimos nutrientes, ya que la baja temperatura del agua –aún durante el verano– aumenta la solubilidad de los gases y previene la rápida mineralización de la materia orgánica. La cadena trófica o alimenticia, se inicia, particularmente, con las algas diatomeas, fotosintetizadoras principales –aunque son también abundantes las clorófitas, feófitas, rodófitas y dinoflageladas- y prosigue, particularmente, con los miembros del género Euphasia (krill), un crustáceo que integra la exuberante fuente de alimento de los siguientes eslabones de la pirámide trófica, tales como peces –algunos de ellos curiosos como el pez de hielo, de la Fam. Chaenictidae, que carece de hemoglobina - ballenas y aves, por lo que junto a Euphasia vamos a encontrar las grandes concentraciones de la fauna marina y lamentablemente, también, a los pesqueros y balleneros. En cuanto a los minerales, se han encontrado unos 170, aunque, afortunadamente para la vida en esas tierras, aún no se ha iniciado su explotación. En Antártica, la precipitación nival predomina por sobre la pluvial y pese a ser este continente el más abundante en agua, es el más seco, ya que se encuentra aquella bajo la forma de hielo, por lo que su disponibilidad para la flora y la fauna es escasa, a lo largo de casi todo el año, con la excepción de algunos pocos sectores costeros –los ice free patches, de la literatura anglosajona- donde, juntamente con la nieve, el hielo funde durante la primavera y el verano, bajo la influencia del benigno clima marítimo, generándose numerosos chorrillos, esto es, cursos de agua de longitud y caudal variados, que se extienden desde lo alto de los glaciares hasta la costa. En estos oasis, que se encuentran dispersos en la periferia de Antártica, a modo de un cinturón interrupto, de un ancho variable, pero no superior a un puñado de centenares de metros, durante los meses cálidos se desarrollan la fauna del suelo, tal como ácaros e insectos ápteros como los colémbolos -todos artrópodos, con gran influencia en la edafogénesis – y una flora terrestre constituida por algas, hongos, líquenes, musgos de colores diversos -que pueden cubrir extensas superficies, como si fueran un césped- y escasas gramíneas -plantas vasculares de pequeño porte– tales como Deschampsia antarctica y Colobanthus chitensis. Contribuyen a la formación del suelo de los oasis –además de los invertebrados y la vegetación pionera precitada– la disponibilidad de agua líquida generada por la fusión del hielo y la nieve, la precipitación pluvial, la reducida evaporación -debida a la baja temperatura de la atmósfera estival- y el aporte de materia orgánica proveniente de las deyecciones de las aves que anidan en esos mismos oasis –particularmente los pingüinos, que, de entre todas, son las más numerosas– generándose, así, los suelos ornitogénicos. Donde el perfil edáfico ha alcanzado un desarrollo importante, el mismo consiste en un horizonte A, muy trabado, de alto contenido orgánico, que puede separase entero, como una almohadilla, de una roca madre poco alterada. Sirva como ejemplo de la dificultad con la que prospera la vida en Antártica, que para la formación sobre la roca de una capa de materia orgánica de tan solamente 2 cm. de espesor, puede ser necesario el transcurso de mil años de proceso edafogenetico. Sobre la nieve y el hielo prosperan, durante el verano, algas de color verde y también rojo. En los oasis se asientan, además de los abundantísimos pingüinos, gaviotas, palomas antárticas, skúas, petreles, cormoranes y colonias de mamíferos, tales como focas, elefantes y lobos marinos, ya que su inmediatez con el océano circundante les permite un rápido acceso a esa rica fuente de alimentos, por lo que la fauna precitada merece el adjetivo de anfibia, ya que reparte sus ciclos vitales entre dos medios bien distintos. La superficie total de los oasis es inferior a la de la Provincia de Buenos Aires – Argentina- ya que no supera el 2 % del área toda del continente, aunque no se encuentran colonizados por flora y fauna, en su totalidad, ya que buena parte de los mismos es aún roca yerma, aunque sobre ella pueden observarse, en ocasiones, manchones de líquenes, por lo que el continente antártico es, por mucho, en atención a su superficie cubierta casi enteramente por el hielo y debido a este mismo hielo, el más pobre, en vida silvestre, del planeta , vida sobre la que pesa una desigual competencia con los humanos, ya que los asentamientos que los gobiernos han levantado -algunos de ellos de muy gran tamaño, tal como la Base estadounidense Mac Murdo- han reducido y hasta extinguido, localmente, la vida vegetal y animal. DISCUSION 1 Los acuerdos que forman parte del Sistema del Tratado Antártico y que se citarán y comentarán a continuación, elaborados para su aplicación en Antártica y su océano circundante, no son normas de la Organización de las Naciones Unidas y tan solo rigen para los países que, voluntariamente, a ellos adhieran. · El Tratado Antártico. · La Convención para la Conservación de las Focas Antárticas. · La Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos. · El Protocolo al Tratado Antártico sobre la Protección al Medio Ambiente. En el año 1958, el gobierno de los Estados Unidos de América propuso una conferencia internacional que se celebró en la ciudad de Washington, en el año 1959. El 1° de diciembre de ese año, 12 Estados firmaron el Tratado Antártico, consistente en 1 preámbulo y 14 artículos, los que rigen al sur del paralelo de 60° S. Uno de los objetivos del Tratado, según su Preámbulo y sus artículos 1 y 5 es “...que Antártica continúe utilizándose siempre con fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional...” (2° párrafo del Preámbulo). El Tratado “...prohíbe...toda medida de carácter militar, tal como el establecimiento de Bases y fortificaciones militares, así como los ensayos de toda clase de armas...” (Art. 1), por lo que “...Toda explosión nuclear y la eliminación de desechos radiactivos en dicha región, quedan prohibidos...” (Art. 5). El otro objetivo del Tratado es la “...Protección y conservación de los recursos vivos de la Antártica...” (Art. 9 I. f).Es evidente que la desmilitarización de Antártica junto al artículo 4 del Tratado, que sostiene que ninguna disposición del mismo se interpretará “...como una renuncia o menoscabo por cualquiera de las partes contratantes, a cualquier fundamento de reclamación de soberanía territorial en Antártica ( Art. IV. b), generan condiciones de armonía en el continente antártico y con ello favorecen la conservación de su ecosistema. Este Tratado tiene, pese a su mérito, una grave deficiencia: la ausencia de la prohibición de actividades extractivas de los componentes bióticos y abióticos del ecosistema antártico, deficiencia coherente con el empleo, en el mismo, de la expresión “recursos vivos” –de manifiesto significado productivista- para designar a las especies vivientes. Esta deficiencia –que se agravará en acuerdos posteriores- redujo la efectividad del Tratado para que Antártica “...no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional...” y para proteger y conservar al ecosistema antártico. Si hubiera sido una completa contribución a la armonía internacional y a la conservación del ecosistema antártico, la inclusión en el Tratado Antártico de la prohibición de actividades económicas extractivas, fueron netamente desafortunadas –a juicio del autor- las convenciones para la “conservación” de las focas antárticas y de los “recursos” vivos marinos antárticos, cuyos preámbulos dicen, respectivamente: “...Reconociendo que las poblaciones de focas antárticas constituyen un importante recurso vivo del medio marino...” y “...Observando la concentración de recursos vivos marinos en las aguas antárticas y el creciente interés en las posibilidades que ofrece la utilización de esos recursos como fuente de proteínas...” y haciendo la previa aclaración que para la convenciones respectivas, se entiende como “recursos vivos marinos antárticos” a “...las poblaciones de peces, moluscos, crustáceos y todas las demás especies de organismos vivos, incluidas las aves, que se encuentran al sur de la convergencia antártica...” (Art. 1.2) y por “conservación” a “...la utilización racional...” (Art. 2.2), el autor sostiene que si el objetivo de las convenciones para la “conservación” de las focas y las especies marinas todas, fuera “…establecer un mecanismo apropiado para recomendar, promover, decidir y coordinar las medidas y estudios científicos necesarios para asegurar la conservación de los organismos vivos marinos antárticos…” ( Preámbulo de la Convención para la conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos), alejando, cuanto fuera posible, el riesgo de extinción de las especies, lo mejor hubiera sido el compromiso de las partes contratantes de aquellas, a renunciar a la explotación de esos “recursos”, como contribución a su perdurabilidad como poblaciones marinas antárticas, ya que la convención que regula la cacería de focas, dedica en su preámbulo los siguientes pasajes a los riesgos asociados a la explotación comercial: “...Reconociendo la preocupación general acerca de la vulnerabilidad de las focas antárticas a la explotación comercial y la consiguiente necesidad de medidas de conservación efectivas...”, “...Reconociendo que las poblaciones de focas antárticas constituyen un importante recurso vivo del medio marino, que exige un acuerdo internacional para su conservación efectiva...” y “... Reconociendo que este recurso no deberá ser agotado por una explotación excesiva y en consecuencia, que toda caza deberá ser regulada para no exceder los niveles de óptimo rendimiento sostenible...”. El mismo significado tienen los artículos 5.4.b, 5.5, 6.1.c.iv y 6.3 de la precitada convención. Por otra parte, la convención que regula la explotación de los “recursos vivos marinos”, también se extiende sobre los riesgos a los que se expone al ecosistema, al sujetarlo a actividades comerciales y así dice su preámbulo: “...Reconociendo la importancia de salvaguardar el medioambiente y de proteger la integridad del ecosistema de los mares que rodean Antártica...”, exhortando, a continuación, a “...la urgencia de asegurar la conservación de los recursos vivos marinos antárticos...” y agregando “...que es conveniente establecer un mecanismo apropiado...para asegurar la conservación de los organismos vivos marinos antárticos...”. El mismo significado tienen los artículos 2.3.a, 2.3.b, 2.3.c, 9.1.f, 9.2.h, 9.6.c y 9.6.d, de la precitada convención. Ahora bien, ¿Puede creerse que países que no realizan explotación económica sustentable en 2 sus territorios soberanos, ni en sus zonas económicas exclusivas marinas , sí van a alcanzar la explotación sustentable del ecosistema antártico? ¿Puede creerse que dos convenciones reguladoras de la explotación de las especies antárticas, tendrán mas éxito que la Convención Internacional para la Regulación del Comercio de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y las sucesivas Cumbre de la Tierra? ¡Pero si el planeta está agónico pese a los 100 acuerdos internacionales firmados, a lo largo de los últimos 40 años, con el objetivo de salvarlo! y tan es así, que en la revista Science, del 15 de febrero de 2008, se publicó un trabajo sobre el impacto de la actividad humana sobre los océanos, siendo sus conclusiones, definitivamente patéticas. ¿No es más conveniente recuperar los sobre-explotados caladeros de los Atlántico Norte y Sur, los impactadísimos ecosistemas dulceacuícolas –víctimas de represas, colmatación de cuencas, contaminación química, sobrepesca y pesca mediante explosivos- y revertir la degradación de los suelos destinados a la agricultura en América, África y Asia, mediante la siembra directa, la rotación de cultivos, la restitución de nutrientes, la siembra de precisión, la elección de los genotipos más convenientes, apropiado empleo de la maquinaria durante la siembra y la cosecha, con el fin de lograr una posterior explotación sustentable en esos ecosistemas, antes que extender la explotación al krill y los peces antárticos? ¿Puede creerse que una humanidad de, actualmente, más de seis mil quinientos millones -para la que la Organización de las Naciones Unidas estima no menos de nueve mil millones hacia el año 2050- y que practica un consumo ecológicamente insostenible al norte del Pasaje de Drake -al grado tal que, según el Fondo Mundial Para La Naturaleza (WWF), en su informe LIVING PLANET REPORT 2000, se necesita un planeta con una superficie 30% mayor, para proveer materia y energía, de manera sustentable, a la humanidad actualvelará más por el ecosistema antártico que por las pluviselvas a las que desmonta y los ríos cuya biodiversidad destruye mediante pesca con veneno y explosivos, represas y contaminación? ¿Lo hará por el simple hecho de que Antártica es el continente más sureño del planeta? ¿Por qué el gobierno brasileño brindará más protección al ecosistema antártico que a la Amazonía, arrasada por madereros, fazendeiros y garimpeiros? ¿Por qué el gobierno brasileño ha de hacer más por la fauna antártica que por las especies del Cerrado, el Pantanal y la Amazonía, si decenas de millones de especimenes son arrancados, año tras año, de sus ecosistemas nativos, haciendo que Brasil participe, de esta manera, con no menos del 10% del volumen del comercio mundial e ilegal de fauna, encauzado, principalmente, hacia los países del G7, “protectores”, también, del ecosistema antárctico? ¿Por qué el gobierno noruego ha de dar más protección a las 3 focas y aves antárticas, que la que le da a las focas y aves de su mar territorial? ¿Es creíble que la humanidad necesita de las proteínas de foca, de pingüino o de la especie antártica que fuere? Esta idea parece surgida de los dueños de los restaurantes safari y sus clientes, ávidos de platos exóticos, antes que de un imperativo de la realidad. Por otra parte, el consumo de proteínas de origen animal es un despilfarro, ya que la eficiencia de la trasferencia energética desde el eslabón trófico vegetal al animal, es de un 10%, por lo que un 90% de la energía contenida en los alimentos vegetales se disipa hacia la atmósfera bajo la forma de calor –cumpliéndose así la Segunda Ley de la Termodinámica- perdiéndose, de este modo, un importante soporte trófico o dicho de otra manera: si existiera tanta preocupación para alimentar a los pobres del mundo, no se destinaría tanta soja y maíz al ganado y a los biocombustibles, sino a los carenciados del mundo –los que, por su alto precio, jamás consumirán carne de foca, ni de ninguna especie antártica- Por otra parte, el consumo de carne es “un gustito” que le cuesta muy caro al planeta todo, incluyendo a Antártica y no solamente a los pobres, ya que el metano eructado por las vacas y con un efecto invernadero 23 veces superior al CO 2, es un poderoso agente causal del calentamiento global en general y antártico, en particular. Si solamente una economía mundial, sustentable, podría satisfacer las necesidades de alimentos de la humanidad, solamente una Antártica sobre la que no pese explotación económica, podrá ser un ecosistema a salvo. Sistema del Tratado Antártico De todos los acuerdos intergubernamentales sobre Antártica, tan solamente el Tratado Antártico, aunque de objetivos incompletos, fue afortunado desde el punto de vista conservacionista, porque la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas, la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos y la abolida Convención para la Reglamentación de las Actividades sobre los Recursos Minerales Antárticos, exponen a severos riesgos asociados a la explotación económica- a la fauna y flora antárticas, riesgos innecesarios, ya que la demanda de alimentos y minerales de la humanidad, pueden satisfacerse con los recursos que existen al norte de la convergencia antártica, si se gestionaran apropiadamente los ecosistemas y se realiza un consumo sostenible de bienes y servicios. El Sistema del Tratado Antárctico responde al sistema mundial imperante de generación de ricos cada vez más ricos, generación que se asienta en la depredación maquillada de la naturaleza o bien abierta cuando no puede maquillársela, en gobiernos impúdicamente corruptos –propios de los países periféricos- que son algo así como la cola de barrilete de gobiernos y empresas poderosas, en científicos venales y en la falsedad de que seremos tanto más felices, cuando más consumamos. Mientras no haya un compromiso mundial, de cumplimiento obligatorio y asociado a sanciones -esto tan solamente puede darse de manera efectiva, dentro del marco de las Naciones Unidas- mediante el que se renuncie a la explotación de los componentes bióticos y abióticos de Antártica, con el transcurso del tiempo seguirá incrementándose la apetencia mundial por aquellos, la que seguramente estará asociada a la discordia internacional. Las actuales convenciones, de carácter utilitarista, son desfavorables al ecosistema antártico. Los asentamientos humanos Existen demasiados asentamientos (bases) y no pocos son excesivamente grandes, en relación a los fines conservacionistas y de investigación que se les ha asignado. De los precitados sostienen los gobiernos que son de valía científica, pero enmascaran, en numerosas ocasiones, pretensiones de soberanía política e intereses económicos, surgiendo, así, una competencia desigual entre personal, medios de transporte de todo tipo – incluyendo helicópteros y aviones– y obras de ingeniería en constante expansión, por un lado y la flora y fauna inermes ante el avance de los hombres, por el otro, ya que estas estaciones se levantan, mayoritariamente, en los oasis costeros, donde resulta mas sencilla su construcción, mantenimiento y logística, aunque también son los únicos sectores de Antártica donde pueden proliferar la flora y la fauna, debido a la proximidad del mar. Estas bases producen la destrucción de la cobertura vegetal y la expulsión o, al menos, la reducción de los asentamientos de aves y mamíferos. Desafortunadamente no existe un acuerdo internacional que promueva la reducción de los asentamientos humanos o, al menos, que su número no se incremente. Algunas de las posibilidades diplomáticas para alcanzar los objetivos precitados son: · Ofrecimiento organizado por parte de los países que han levantado bases en Antártica, a aquellos que aún no lo hayan hecho y que tengan interés en realizar actividades científicas en este continente, de compartir sus instalaciones y equipos. La construcción de una base, su mantenimiento y el transporte de personal hacia y desde Antártica es muy costoso, por lo que un ofrecimiento como el citado sería bien recibido por aquellos países que no reclaman soberanía, ni pretenden realizar explotación económica. · Otro camino podría ser la reducción recíproca, multilateral, y progresiva de bases innecesarias para fines científicos y conservacionistas. · Una tercera posibilidad podría ser el ofrecimiento de una suma de dinero razonable y compensatoria, por parte de gobiernos e instituciones interesadas en proteger al ecosistema antártico, a aquellos países que tienen estaciones innecesarias, con el fin de que acepten su remoción. Una Antártica no sujeta a apetencias económicas, no despertará el interés de los gobiernos en levantar nuevas bases y hasta generará condiciones para su reducción, favoreciendo la conservación del ecosistema. Turismo Es una actividad sostenida, creciente y carente de cuidado hacia el ecosistema, tal como, actualmente, la están realizando las empresas y esto es así pese a la adhesión de las precitadas –mediante la Organización Mundial del Turismo (OMT)- al Tratado Antártico, al Protocolo de Madrid, a los acuerdos de cooperación con la UNESCO y el PNUMA y al envío de representantes a la cumbres internacionales sobre protección de la biodiversidad antártica. La modalidad de turismo que se practica actualmente, ha generado un impacto altamente desfavorable, verano tras verano, sobre sitios de rica biodiversidad, no habiendo posibilidad alguna de recuperación, durante el otoño y el invierno. Buques que transportan centenares de turistas, se suceden a lo largo de los meses, unos a otros, desembarcando viajeros en los mismos escasos sitios de rica biodiversidad y alta fragilidad. Un ya demasiado elevado y creciente número de visitantes y un insuficiente número de guías naturalistas para hacer cumplir las normas de bioconservación, son características del turismo irracional, no sustentable, que las empresas dedicadas al turismo, más preocupadas por el negocio que por el conservacionismo, practican. Los daños que actualmente ocasionan el gran número de turistas y su modalidad de visita, tan solamente serán contenidos y revertidos con normativa apropiada que, a modo de ejemplo, incluya cupos de visitantes -los que necesariamente serán variables, de acuerdo al lugar seleccionado para la visita- prohibición de visitas terrestres, si fuera necesario la recuperación de los biótopos afectados y el reemplazo de aquellas por avistajes desde el mar; mayor número de guías naturalistas a bordo de los buques dedicados al turismo, además de un apropiado control de la actividad de las empresas, mediante, por ejemplo, el embarque de observadores-naturalistas, de ONGs representativas, 4 etc . Notas 1- Los textos completos y comentados de los acuerdos intergubernamentales citados, pueden encontrarse en las siguientes obras: “ANTARTIDA”. Rebagliati, Orlando. Editorial Dunken. 1996 “LA ANTARTIDA. RESERVA ECOLOGICA”. Fraga, Jorge A. Instituto de Publicaciones Navales. 1992 . “ANTARTIDA Y ARCHIPIELAGOS SUBANTARTICOS ” Ts 1 y 2. Palazzi, Rubén. Editado por la Fuerza Aérea Argentina. “HANDBOOK OF THE ANTARCTIC TREATY” USA. Departamento de Estado. 1994 También pueden consultarse en la web 2- Si en Argentina se practica la pesca insustentable en los ríos-de la que el sábalo es un elocuente ejemplo- se explotan los caladeros oceánicos casi hasta extinción, se desmonta el bosque nativo a un ritmo superior al mundial, se destruyen ecosistemas naturales por el avance descontrolado de las fronteras urbana y agrícola, se practica un turismo insustentable, existen cuencas hídricas hipercontaminadas, siendo, además, este país, uno de los más importantes proveedores de especimenes destinados al tráfico ilegal de fauna, ¿puede pensarse, con fundamento, que existe la voluntad necesaria, desde el Gobierno Nacional y el provincial de Tierra del Fuego, para proteger a un ecosistema que, como el antártico, se encuentra a 1000 Km al sur del Pasaje de Drake, cuando no existe ni una Armada con recursos mínimos para proteger la ZEE, ni un servicio de guarda parques bien dotado, para proteger a los ecosistemas de la Argentina Sur Americana? 3- Noruega es el más importante productor y exportador de salmón rosado. Las empresas dedicadas a la acuicultura de esa especie, se valen de los peces del mar de Noruega con el fin de alimentar a los salmones, lo que ha reducido muy sensiblemente las poblaciones de aquellos, de las que se alimentan, también, las aves y las focas, generándose una muy importante disminución de estas especies. 4- Se sugiere la lectura del trabajo del autor, titulado “El impacto del Turismo en Antártica” TRATADO ANTARTICO PREAMBULO “Los Gobiernos de Argentina, Australia, Bélgica, Chile, la República Francesa, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, la Unión del Africa del Sur, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América. Reconociendo que es interés de toda la humanidad que la Antártica continúe utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y que no llegue a ser escenario u objeto de discordia internacional. Reconociendo la importancia de las contribuciones aportadas al conocimiento científico como resultado de la cooperación internacional en la investigación científica en Antártica. Convencidos de que el establecimiento de una base sólida para la continuación y el desarrollo de dicha cooperación fundada en la libertad de investigación científica en Antártica, como fuera aplicada durante el Año Geofísico Internacional, concuerda con los intereses de la ciencia y el progreso de toda la humanidad. Convencidos también, de que un Tratado que asegure el uso de Antártica exclusivamente para fines pacíficos y la continuación de la armonía internacional en la Antártica promoverá los propósitos y principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas, han acordado lo siguiente:………………………………………………………………………………” y a continuación se encuentran los 14 artículos que componen el resto de la norma. CONVENCION PARA LA CONSERVACION DE LAS FOCAS ANTARTICAS “Las partes contratantes, Recordando las Medidas Acordadas para la Conservación de la Fauna y la Flora Antárticas, adoptadas en el Tratado Antártico firmado en Washington el 1° de Diciembre de 1959. Reconociendo la preocupación general acerca de la vulnerabilidad de las focas antárticas a la explotación comercial y la consiguiente necesidad de medidas de conservación efectiva. Reconociendo que las poblaciones de focas antárticas constituyen un importante recurso vivo del medio marino, que exige un acuerdo internacional para su conservación efectiva. Reconociendo que este recurso no deberá ser agotado por una explotación excesiva y en consecuencia que toda caza debería ser regulada, para no exceder los niveles de óptimo rendimiento sostenible. Reconociendo que a fin de mejorar los conocimientos científicos y establecer así la explotación sobre una base racional, será necesario hacer los mayores esfuerzos, tanto para alentar las investigaciones biológicas y de otra índole sobre las poblaciones de focas antárticas, como para obtener información de dichas investigaciones y de las estadísticas de futuras operaciones de caza de focas, de manera que puedan formularse normas adicionales adecuadas. Notando que el Comité Científico para Investigaciones Antárticas del Consejo Internacional de Uniones Científicas (SCAR) está dispuesto a llevar a cabo las tareas que del mismo requieren en esta Convención. Deseando promover y lograr los objetivos de protección, estudio científico y utilización racional de las focas antárticas y mantener un equilibrio satisfactorio en el sistema ecológico. CONVENCION SOBRE LA CONSERVACION DE LOS RECURSOS VIVOS MARINOS ANTÁRTICOS “Las partes contratantes, Reconociendo la importancia de salvaguardar el medio ambiente y de proteger la integridad del ecosistema de los mares que rodean la Antártica. Observando la concentración de recursos vivos marinos en las aguas antárticas y el creciente interés en las posibilidades que ofrece la utilización de esos recursos como fuente de proteínas. Conscientes de la urgencia de asegurar la conservación de los recursos vivos marinos antárticos. Considerando que es esencial aumentar el conocimiento del ecosistema marino antártico y de sus componentes, para poder basar las decisiones sobre recolección en una sólida información científica. Persuadidas de que la conservación de los recursos vivos marinos antárticos exige la cooperación internacional, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones del Tratado Antártico y con la participación activa de todos los Estados dedicados a actividades de investigación o recolección en aguas antárticas Reconociendo las responsabilidades fundamentales de las Partes Consultivas del Tratado Antártico en materia de protección y preservación del medio ambiente antártico y en particular sus responsabilidades en virtud del párrafo 1.f del artículo IX del Tratado Antártico, con respecto a la protección y conservación de los recursos vivos de Antártica. Recordando la acción ya emprendida por las Partes Consultivas del Tratado Antártico, en especial las Medidas Acordadas para la Conservación de la Fauna y la Flora Antárticas, así como las disposiciones de la Convención para la Conservación de Focas Antárticas. Teniendo presente la preocupación por la conservación de los recursos vivos marinos antárticos expresada por las Partes Consultivas en la Novena Reunión Consultiva del Tratado Antártico y la importancia de las disposiciones de la Recomendación de la IX-2 que dio lugar al establecimiento de la presente Convención. Persuadidas de que interesa a toda la humanidad preservar las aguas que rodean al continente antártico para fines pacíficos exclusivamente y evitar que lleguen a ser escenario u objeto de discordia internacional. Reconociendo a la luz de lo que antecede, que es conveniente establecer un mecanismo apropiado para recomendar, promover, decidir, y coordinar las medidas y estudios científicos necesarios para asegurar la conservación de los recursos vivos antárticos, PROTOCOLO AL TRATADO ANTARTICO SOBRE PROTECCION DEL MEDIO AMBIENTE PREAMBULO “Los Estados Parte de este Protocolo al Tratado Antártico, en adelante denominados las Partes, Convencidos de la necesidad de incrementar la protección del medio ambiente antártico y de los ecosistemas dependientes y asociados. Convencidos de la necesidad de reforzar el Sistema del Tratado Antártico para garantizar que Antártica siga utilizándose siempre exclusivamente para fines pacíficos y no se convierta en escenario u objeto de discordia internacional. Teniendo en cuenta la especial situación jurídica y política de Antártica y la especial responsabilidad de las Partes Consultivas del Tratado Antártico de garantizar que todas las actividades que se desarrollen en Antártica sean compatibles con los propósitos y principios del Tratado Antártico. Recordando la designación de Antártica como Área de conservación especial y otras medidas adoptadas con arreglo al Sistema del Tratado Antártico para proteger el medio ambiente antártico y los ecosistemas dependientes y asociados. Reconociendo además las oportunidades únicas que ofrece Antártica para la observación científica y la investigación de procesos de importancia global y regional. Reafirmando los principios de conservación de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos Convencidos de que el desarrollo de un sistema global de protección del medio ambiente de Antártica y de los ecosistemas dependientes y asociados interesa a la humanidad en su conjunto. Deseando completar con este fin el Tratado Antártico, acuerdan lo siguiente:..............................................................................................................................” y a continuación se encuentran 27 artículos, 1 apéndice de 13 artículos y 5 Anexos de 8, 9, 13, 15, y 12 artículos. 2.- Sintetizar las propuestas del Tratado Antártico. 3.- Qué acciones se realizarán a futuro? 4.- Cómo es la situación hoy de este espacio geopolítico? Relacionar con soberanía. 5.- Problemáticas ambientales: Leer los documentos que a continuación se citan y comentar la problemática de análisis enfatizando en causas y consecuencias. ¿Cuál es el impacto ambiental? Documento 1 Grieta en la Antártida: un iceberg 20 veces más grande que la Capital Federal está a punto de desprenderse Especialistas advirtieron sobre la rápida extensión de la grieta de la Plataforma Larsen C, que se encuentra ahora a sólo a 13 km del mar. Cómo afectaría el desprendimiento en las aguas globales 11 de julio de 2017 La ruptura se encuentra a sólo 13 km del mar La ya famosa grieta en el inmenso bloque de hielo de la Plataforma Larsen C en la Antártida volvió a extenderse y, de acuerdo con los especialistas, resulta ya inevitable el desprendimiento del iceberg más grande del mundo registrado en los últimos 10 años. Según informaron los especialistas del proyecto MIDAS Adrian Luckman y Martin O'Leary, la grieta se extendió unos 17 km entre el 25 y el 31 de mayo y se encuentra apenas a 13 km de llegar al mar. Una vez que lo haga, podrá desprenderse así un bloque de hielo de más de 5.000 kilómetros cuadrados y que representa un 10% del área actual de la Plataforma. Para darse una idea de la inmensidad, el iceberg mide casi la mitad de la superficie de las Islas Malvinas (poco más de 12.000 km2), el doble del Gran Buenos Aires (2.681 km2) y dentro de él podrían caber 20 Ciudades de Buenos Aires (230 km2). "La punta de la grieta parece haber girado significativamente hacia el frente de hielo, lo que indica que el momento de la ruptura probablemente se encuentra muy cerca", advirtieron los investigadores en un comunicado publicado en el sitio de internet del proyecto MIDAS. Un desprendimiento del inmenso bloque de hielo traería diversas consecuencias para el medio ambiente de la zona. En principio, en caso de que el gigante iceberg se desprendiera al mar, no sólo se cambiará por completo el paisaje de la Antártida sino que se podrá registrar un crecimiento de hasta 10 centímetros de las aguas globales. Además, otro de los temores de los especialistas es que la posible ruptura genere otras roturas de bloques de hielo de aún mayores proporciones, tal como ocurrió en 2002 con la práctica desintegración de la Plataforma Larsen B. "La grieta rompió completamente la zona de hielo de sutura suave originada en la Península de Cole y parece que falta muy poco para que el hielo se rompa completamente", advirtieron los especialistas. De confirmarse la ruptura del iceberg, la Plataforma Larsen C quedará con la masa de hielo más reducida desde que se iniciaron las investigaciones en la zona, en 1893. Fuente: http://www.infobae.com/sociedad/2017/07/11/antartida-un-iceberg-20-veces-mas-grande-que-lacapital-federal-esta-a-punto-de-desprenderse/ Documento 2 Científicos argentinos sobrevolaron la grieta antártica que preocupa al mundo A bordo de un avión de la Fuerza Aérea, especialistas calcularon cuánto falta para que la masa se desprenda. La superficie equivale a 30 veces la Capital Federal 21 de marzo de 2017 Una comitiva argentina analizó la grieta antártica que está bajo la lupa del mundo científico. Un grupo de científicos sobrevoló uno de los fenómenos naturales que movilizan al mundo. En el marco de la campaña antártica de verano 2016/2017, una misión del Instituto Antártico Argentino (IAA) visitó la Barrera de Hielo Larsen C, una gigante masa de hielo de 5.900 kilómetros cuadrados que en los últimos meses aceleró repentinamente su fractura del gélido continente. El reconocimiento aéreo permitió detectar que restan tan solo unos 20 kilómetros de grieta para que la superficie se desprenda totalmente hacia el mar. La porción geográfica en cuestión tiene tamaños monumentales: la IAA señaló que equivale a 30 veces el territorio de la ciudad de Buenos Aires. El desprendimiento de enormes masas de hielo preocupa al mundo científico ya que este tipo de eventos alteran el balance entre el agua contenida en el hielo continental de la Antártida y el océano circundante. Los estudios buscan determinar las causas y la evolución ante la posibilidad de que pueda estar vinculado con el cambio climático global, aunque aún no hay conclusiones. Según Eric Rignot, glaciólogo del Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA, el colapso de Larsen C sólo agregaría una pequeña cantidad de agua al nivel de los océanos. Aun así, lo que preocupa a los científicos es que la fractura afecte a los glaciares que están detrás de las barreras de hielo, ya que estas les sirven de sostén a esas formaciones. Por lo tanto, un quiebre de la masa podría desestabilizar el sistema de los glaciares y producir un eventual derretimiento de estos y, en condiciones de deshielo, sí puede subir el nivel de los mares. El vuelo en torno a la grieta, que está ubicada en la región oriental de la Península Antártica, a unos 500 km de la Base Marambio, fue realizado en el marco de las actividades de apoyo logístico a la actividad científica que desarrolla la Fuerza Aérea a través de la Dirección de Asuntos Antárticos. La comitiva integrada por el el jefe del Departamento de Glaciología del IAA, Sebastián Marinsek, y el licenciado Carlos Bunge, de la DNA, se trasladó en un avión bimotor DHC-6 Twin Otter matrícula T-87, de la Escuadrilla Antártica de Vuelo Águila, apostado en la Base Marambio y perteneciente a la IX Brigada Aérea de Comodoro Rivadavia. La operación requirió de la participación de múltiples organismos, entre ellos, del Centro Meteorólogico Marambio. La distancia a recorrer era superior a 1.000 kilómetros de ida y vuelta, lo que demandó la instalación de un tanque auxiliar interno de combustible para que el trayecto se efectúe de manera autónoma sin escalas de reaprovisionamiento para realizar el relevamiento fotográfico sin inconvenientes. El sobrevuelo, que duró más de cinco horas y atravesó el Círculo Polar Antártico, formó parte del proyecto "Balance de masa y dinámica de glaciares en la Península Antártica", incluido en el plan anual técnico y de servicios 2016/17 de la DNA. La escuadrilla Águila mantiene una aeronave DHC-6 Twin Otter y a su tripulación durante todo el año en Marambio, con capacidad de vuelo para efectuar un servicio de transporte de pasajeros y carga interbases, misiones de apoyo logístico a la actividad científica nacional e internacional, evacuaciones sanitarias y operaciones SAR (Búsqueda y Salvamento) dentro de su área de cobertura. El avión se cambia de acuerdo a las necesidades de mantenimiento y las tripulaciones rotan cada tres o cuatro meses, con la posibilidad de que la mayor cantidad de tripulantes adquieran la experiencia de operar en la Antártida, informó en un comunicado oficial el Ministerio de Defensa. Fuente: http://www.infobae.com/salud/ciencia/2017/03/21/cientificos-argentinos-sobrevolaron-la-grietaantartica-que-preocupa-al-mundo/ Fecha de entrega: grupal 7 de agosto