Subido por Graciela Bonisconti

Los géneros literarios

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Los géneros literarios
Desde épocas muy antiguas, los filósofos y teóricos de la literatura han tratado de
establecercategorías que buscan explicar y agrupar las distintas producciones
literarias. Anteriormente (Introducción a la literatura), decíamos que cuando
nosotros vemos un texto literario (incluso antes de leerlo) lo reconocemos
como poesía o como teatro o como novela o como ensayo. Generalmente no
pensamos en lo que queremos decir con poesía o con ensayo, simplemente
hacemos uso de nuestra experiencia como lectores. También recordamos las
clasificaciones que vemos en las editoriales o en los libros que leímos en el
colegio. Al leer ahora los textos literarios de este curso, vamos a necesitar
profundizar un poco más en el sentido de esas clasificaciones que
denominamos géneros literarios y de qué modo nos ayudan en el análisis de la
obra literaria. La palabra género proviene del latín genus que significa linaje,
especie, género. Nosotros lo hemos estudiado ya como categoría gramatical:
género femenino y género masculino. Ahora lo vamos a estudiar en el contexto
de la literatura en un intento de agrupar las obras literarias.
1. Cuando veo un texto y lo clasifico como poesía o como obra de teatro,
estoy haciendo referencia sólo a la forma ¿es la forma el único criterio para
la clasificación de un texto en un género literario?
En efecto, esa primera clasificación espontánea presta atención únicamente a la
forma. De ese modo separamos también en un principio la prosa de la poesía.
Pero todos sabemos igualmente que si colocamos los versos de un poema
seguidos no tenemos “prosa” y que si dividimos las líneas de un texto en prosa,
tampoco creamos poesía. Por eso los críticos literarios han tratado de encontrar
otros criterios que no sean formales. Así se propone que el teatro se escribe para
ser representado, la poesía para ser recitada (declamada, leída en voz alta), la
narrativa para serimaginada y el ensayo para ser meditado.
2. Pero esta clasificación parece tan arbitraria como la anterior, pues yo
puedo leer una poesía en silencio y meditar una obra de teatro. ¿Para qué
usamos entonces la clasificación en géneros?
Sí, la clasificación anterior es, hasta cierto punto, tan arbitraria como la
clasificación que dependía de la forma. Sin embargo, ambas nos ayudan en la
lectura. La forma es una convención aceptada tanto por el autor como por el
lector y el mundo editorial; es decir, tiene un sentido histórico. La segunda
clasificación refleja una característica fundamental de cada uno de los textos:
para descubrir el ritmo de un poema, parece que es necesario declamarlo (leerlo
en voz alta); la obra de teatro adquiere una dimensión mucho más completa
cuando la vemos representada; el ensayo se escribe para incitar, motivar, a la
reflexión, mientras que en el cuento o en la novela, generalmente, se crea un
mundo, más o menos real o fantástico, y se pide al lector que lo acepte.
3. Entonces, ¿qué criterios debemos seguir para comprender la clasificación
en géneros literarios?
Este es un tema de debate entre los especialistas de la literatura de todos los
tiempos. Pero, para los objetivos de nuestro curso de apreciación de la literatura
nos vale con considerar brevemente las dos posiciones fundamentales ante el
concepto de géneros: los críticos hablan de géneros naturales y de géneros
históricos. Los primeros hacen referencia a principios de comunicación y los
segundos a la transformación a través de los tiempos.
4. ¿Qué debemos entender por géneros naturales?
Con géneros naturales nos referimos a diferencias fundamentales en el acto de la
comunicación. Por ello, los primeros filósofos concebían únicamente tres
géneros, que ellos denominaron lírica, épica y dramática. Con el primero, lírica,
el autor mantiene su persona; en el segundo, épica, crea personajes para exponer
su pensamiento; el tercero, la dramática, utiliza la representación para expresar
sus ideas. A estos tres géneros se añade tradicionalmente un cuarto, la
ensayística, cuyo objetivo es la comunicación persuasiva mediante la
reflexión. Estos objetivos en la comunicación, que podemos
considerar personal, mimético, dramático y persuasivo, dieron lugar a las
primeras clasificaciones en géneros.
5. ¿En qué se diferencian los géneros históricos de los naturales?
Los géneros naturales son propios del ser humano; es decir, o yo hablo con mi
propia voz, o creo a un personaje que hable por mí o mezclo ambas formas de
articular mi pensamiento. Luego, una vez que los autores empezaron a crear
obras literarias y el público comenzó a leerlas, empezaron también a surgir
características propias de cada género que los lectores podían identificar. En un
comienzo, por ejemplo, tanto la lírica como la épica usaban la forma de lo que
hoy reconocemos como poesía (todavía hoy tenemos poemas líricos y épicos),
pero poco a poco se fue prefiriendo la prosa para la creación de personajes en lo
que hoy reconocemos como el cuento o la novela. En otras palabras, los géneros
naturales surgen con la comunicación misma. Los géneros históricos son
construcciones humanas en constante transformación que se van desarrollando a
través del tiempo. Los géneros naturales nos sirven en un principio para
comprender diferencias fundamentales en el acto de comunicación; los géneros
históricos muestran la complejidad y variedad que dichos principios
fundamentales han ido adquiriendo a través de la historia de la literatura.
6. Entendido de ese modo, ¿los géneros naturales e históricos son parte de un
mismo proceso?
Así es, en efecto. En este curso nos vamos a centrar en las construcciones
culturales que representan los géneros históricos y los textos en este curso se
encuentran agrupados en cuatro géneros: poesía, narrativa, ensayo y teatro.
7. ¿Qué quiere decir que son “construcciones culturales”?
Con “construcciones culturales” queremos decir que llegan a formar una especie
de código compartido entre el autor de un texto y los lectores de dicho texto.
Cuando decíamos al comienzo de esta página que espontáneamente
reconocíamos si un texto era poesía, narrativa o teatro, queríamos decir que en la
forma del texto reconocíamos un código especial que sabíamos interpretar. Es
decir, el autor de un texto, al querer comunicar una idea, o una emoción, o una
fantasía, etc., decide usar un código literario especial que en sus elementos
esenciales el lector también comparte.
8. Luego, ¿los géneros son una especie de retórica, de reglas, que los autores
deben seguir?
No. Los autores son libres en la fase creativa. Por eso los géneros están en un
proceso constante de transformación. No obstante, el código del género que
comparte el lector es importante en el momento de la lectura y por tanto en el
momento de la comunicación. Los autores son libres de usar un género u otro, o
de mezclar diversos géneros en una obra literaria, pero necesitan ser conscientes
de que el lector los va a leer con los prejuicios de los géneros que dominan en su
momento histórico.
9. ¿Significa eso que el lector juzga una obra literaria según se ajuste al
código del género a que pertenece?
Eso sucede muchas veces cuando la obra literaria sale fuera de las expectativas
de género del lector. Pero nosotros en este curso vamos a profundizar en la
comprensión del texto literario en sí mismo. Las características de los géneros
nos van a servir sólo como guía. Muchas veces el valor de una obra literaria
depende en gran medida de cómo rompe con las reglas hasta entonces aceptadas
para un género concreto.
(Gómez-Martínez)
Introducción a la narrativa
Cuando en un curso de introducción a la literatura hablamos de la narrativa como
uno de los géneros, asociamos inmediatamente este término con el cuento y la
novela. Sólo cuando tratamos de definir qué es un cuento, por ejemplo,
empezamos a comprender la complejidad queimplica el término narrativa. En
una primera aproximación podemos decir que narrativa se refiere a un proceso
de comunicación mediante el cual un autor crea personajes para expresar ideas y
emociones. En los textos académicos de teoría literaria se extiende normalmente
el concepto de narrativa a toda obra que describe un hecho; y se entiende
por hecho todo acontecer objetivo o subjetivo, exterior o interior a un personaje.
De un modo más preciso, nosotros podemos decir que con narrativa hacemos
referencia a un relato que consta de una serie de sucesos (la historia), a través de
la representación humana (el narrador, los personajes) y con posibles
comentarios, implícitos o explícitos, sobre la condición humana (el tema). En
este curso de introducción a la literatura nos vamos a aproximar a la narrativa a
través del cuento, aun cuando también incluimosnovelas cortas. Para mejor
visualizar las características de la narrativa vamos a hacer uso de una serie
de mapas semánticos, que nos permiten profundizar a distintos niveles de
complejidad. También incluimos una Guía para una lectura crítica de la
narración y, como ejemplo, una propuesta de análisis de un
cuento, “Desdistancias”.
1. ¿Podemos decir, según la definición anterior, que la narrativa consta de
tres elementos fundamentales?
Las variaciones de textos narrativos son tan numerosas que cualquier definición
parece limitar el proceso creativo. No obstante, en nuestra aproximación a la
narrativa vamos a concentrarnos en aquellas características que determinan el
género. En este sentido hablamos de los tres elementos antes citados, a los cuales
añadimos un cuarto: historia, narrador, discurso y tema. Gráficamente lo
podemos representar con el siguiente mapa semántico:
2. ¿Cómo se relacionan esos términos y qué significan en el contexto de la
narrativa?
Estos términos (narrador, historia, discurso y tema), junto a los otros que se
anotan en el glosario específico para la narrativa, se estudian por separado con
numerosos ejemplos que facilitan su comprensión. Como señalamos al comienzo,
estos elementos condicionan la narrativa en el sentido de que con ellos hacemos
referencia a la creación del mundo ficticio (la historia), a la creación de un
ambiente y unos personajes (el narrador), y al modo cómo el autor manipula el
tiempo, los personajes, la estructura de los sucesos (el discurso). El tema
constituye la idea central que domina en la historia.
3. Según lo anterior el elemento esencial es la historia y los otros tres
muestran la idea central y los recursos mediante los cuales se construye. ¿No
es así?
Ver la narrativa a través de la historia es una perspectiva legítima. Pero también
lo sería un análisis a través del discurso o del narrador o del tema central en
aquellos casos en los que existe un tema explícito omnipresente. Todos ellos se
complementan y a veces se subordinan unos a otros. La complejidad de cada uno
de estos conceptos requiere un estudio detenido.
4. ¿Qué factores debemos tener en cuenta al estudiar la historia?
Vamos a hacer de nuevo uso de un mapa semántico en el que colocamos en torno
al términohistoria una serie de palabras que representan conceptos relacionados.
Luego podremos ir estableciendo relaciones que nos permitan comprender la
dimensión de lo que denominamos la historia.
Las palabras que se anotan en el mapa semántico representan conceptos
fundamentales para comprender la historia, aunque alguno de
ellos, estructura y trama, por ejemplo, se relacionan más con el discurso.
La historia es lo que ocurre (el relato) en el acontecer cronológico de los
sucesos. Los términos de estructura y trama se refieren al orden cómo el autor
presenta los sucesos en el texto.
5. ¿Contienen todos los textos narrativos los mismos elementos?
No. Hay gran variedad en los recursos que el autor usa para decir la historia y en
el modo cómo los ordena en su discurso. En el análisis de cada uno de estos
conceptos proporcionamos numerosos ejemplos que muestran esa riqueza. En
esta reflexión introductoria sobre la narrativa hacemos referencia a características
generales. Así, consideramos como partes de la historia: la exposición (la
creación de los personajes, del ambiente, de relaciones, etc.), el desarrollo (el
proceso cronológico de los sucesos), el clímax (el momento de máxima tensión)
y el desenlace(consecuencias de los sucesos y, en ocasiones, restablecimiento del
orden).
6. ¿En qué se diferencia un marco cerrado de un fin cerrado?
Ambos conceptos son diferentes. Con el término de marco hacemos referencia a
la razón que justifica el contar la historia. Es algo así como el marco en el que
colocamos una fotografía; el marco contiene la fotografía, pero no es parte de la
foto. Como explicamos bajo el concepto demarco, éste puede tomar formas muy
variadas. En épocas antiguas nos mostraba quién contaba la historia, a quién se
contaba y por qué se contaba. En tiempos modernos no es tan frecuente el uso de
un marco, pero cuando se incluye, puede hacer referencia, entre otros muchos
motivos, al origen de la historia o a las razones que motivan al autor a contarla
(marco abierto es cuando se incluye sólo a comienzo y marco cerrado cuando
también se incluye al final del cuento). El término fin cerrado se refiere a la
historia misma y con él queremos decir que tiene un desenlace, es decir, que se
da respuesta a las incógnitas que surgen durante el relato.
7. ¿Qué diferencia hay entre el suspenso y los puntos decisivos?
Ambos, suspenso y puntos decisivos, son partes de un mismo proceso. Un punto
decisivo es un momento en la historia en el que se inicia un cambio que va a ser
fundamental en el desarrollo y por consecuencia también en el desenlace o
percepción de lo que pueda ser el desenlace. Estos momentos crean anticipación
en el lector y así una actitud de suspenso, de expectativa. Sirven también para
ordenar las acciones y, muy importante en el proceso narrativo, sirven para
establecer funciones precisas a dichas acciones.
8. ¿Podríamos considerar la acciones como parte de la historia y la función
como perteneciente al discurso?
Sí, en efecto, aun cuando no debemos crear divisiones. Los mapas semánticos y
clasificaciones que establecemos en esta introducción a la narrativa, tienen como
función explicar la terminología. En la realidad, todos estos conceptos están
íntimamente relacionados, y se comprenden mutuamente en contexto unos con
los otros. Por ejemplo, la acción de encender un cigarrillo puede ser neutra, pero
el narrador o el autor puede dar a esta acción una función determinada (lo cual es
ya parte del discurso) para reflejar nerviosismo.
9. Entonces, ¿Cómo podemos aproximarnos al estudio del discurso?
Hemos señalado ya que el discurso alude a cómo se desarrolla la historia; es
decir, con el término discurso hacemos referencia a los recursos o procesos de
comunicación que emplea el autor para transmitir su historia. Así el tono que
ayuda a crear una ambientación y que, por ejemplo, puede
ser irónico o sarcástico, literal o figurado. También es parte del discurso
elestilo directo o indirecto que puede usar el autor y la función que confiere a
las distintasacciones. El discurso, en otras palabras, se ocupa de los distintos
modos de manipular la presentación de las acciones y del tiempo (cronológico,
psicológico) en que éstas suceden, a través de la estructura peculiar que da a su
historia. Otros elementos que podemos asociar con el discurso son el uso
del diálogo o del monólogo interior, el uso de la descripción o de la narración.
También es parte del discurso los indicios que el autor va incluyendo a lo largo
del texto y que sirven, entre otras funciones, para guiar, para confundir, para
crear tensión, para anticipar el desenlace. Podemos agrupar todos estos recursos,
que se explican por separado en el glosario de la narrativa, a través del siguiente
mapa semántico:
10. La descripción de lo que es el discurso muestra su relación con lo que
hemos denominado la historia. Parecen dos caras de una misma moneda.
¿Cómo se relaciona el narrador con el discurso y la historia?
Hemos señalado anteriormente que no usamos estos términos para establecer
divisiones, sino para ver desde distintas perspectivas lo que queremos expresar
bajo el concepto de narrativa. Elnarrador es parte integrante de la historia y
del discurso; no se puede separar de ellos, pero sí podemos analizar la
historia desde la perspectiva del narrador. Vamos a usar de nuevo un mapa
semántico que reúna los distintos recursos que asociamos con el narrador:
11. ¿Qué quiere decir analizar la historia desde la perspectiva del narrador?
El narrador es quién nos cuenta la historia y por eso es importante reflexionar
sobre los recursos que usa el autor para crear su narrador. El narrador controla los
dos procedimientos complementarios de toda narrativa, la mimesis (showing)
y diégesis (telling) y mediante ellos la creación de los personajes. De esta
importancia, surgen las preguntas de quién es el narrador, cómo controla el
proceso de la narración y desde qué perspectiva lo hace. El proceso de la
narración es diferente si contamos con un narrador fidedigno (confiable) o si
por el contrario el narrador no es confiable; también afecta nuestra interpretación
de la historia si determinamos que es un narrador objetivo o un narrador
inocente, así como la distancia desde la que nos cuenta o presenta los sucesos.
Esta distancia puede ser espacial, temporal o incluso psíquica. Todos estos
elementos crean un tono peculiar.
12. Entonces surge una pregunta fundamental ¿quién es el narrador?
Así es, en efecto. Muchas de las clasificaciones de las obras narrativas se basan
en los distintostipos de narrador. Así tenemos narradores en primera persona, en
tercera persona e, incluso, en segunda persona. Cada uno de estos narradores
presenta un punto de vista único. Pero el proceso de clasificaciones puede ser
muy complejo: el narrador en tercera persona puede ser omnisciente o con
conocimientos limitados de lo que sucede, puede ser un narrador testigo con una
perspectiva subjetiva o, por ejemplo, un objeto que narra lo que ve y oye de
forma objetiva (véase la clasificación detallada y con numerosos ejemplos que
incluimos al explicar el término de narrador).
13. En el mapa semántico se incluye el término de “autor implícito”, ¿Qué
relación hay entre el autor de la obra narrativa, el autor implícito y el
narrador?
En la introducción a este curso, bajo el título de “Qué es literatura”, hicimos
referencia a las relaciones entre autor, texto y lector. En el caso de la narrativa,
que crea un mundo ficticio, se incluyen a veces referencias a un autor o a un
lector, que por estar en el cuerpo mismo de la historia, son ficticios, pero que en
ocasiones muestran referencias directas al autor real del texto. Coloquemos de
nuevo estos términos en un mapa semántico:
Podemos decir que el texto hace referencia tanto al autor(a) real como al autor
implícito, tanto alnarratario como al lector(a) implícito, pero las relaciones son
distintas. El lenguaje y el estilo, por ejemplo, pueden caracterizar a un escritor,
pero la obra narrativa es una creación ficticia independiente, cuyas ideas o
expresiones no deben identificarse necesariamente con las del autor. En aquellos
casos en los que el autor interviene en el texto de la narración, incluso usando el
mismo nombre del autor real, podemos hablar de un autor implícito, que es una
creación ficticia, aun cuando sus posiciones se acerquen a las del escritor de la
obra. El narratario es igualmente una creación ficticia. Llamamos narratario al
destinatario ficticio de la narración (véanse los ejemplos que incluimos en la
explicación de estos términos).
(Gómez-Martínez)
Introducción a la obra dramática y su representación
En el estudio introductorio a los géneros literarios, distinguíamos cuatro
objetivos fundamentales en el acto de comunicación, que son también el origen
de los géneros literarios: personal (poesía
lírica), mimético (narrativa), persuasivo (ensayo), y dramático (teatro). Pero
mientras en los tres primeros géneros literarios el acto de comunicación se
establece a través de la palabra escrita, la obra dramática (obra de teatro) se
escribe fundamentalmente con el objetivo de que sea representada. Las
palabras drama y teatro, que tienen un origen griego, hacen referencia al acto
de representación: drama significa acción, actuar; teatro significa contemplar,
espectáculo. Todavía hoy día llamamos teatro al lugar donde se representan las
obras dramáticas u obras de teatro. En estas dos palabras, teatro y drama, se
encuentra también la esencia del concepto híbrido del género, pues implican:
lectura y representación, autor y director, lector y público, actor y personaje.
Aunque en los cursos de literatura la obra de teatro se nos presenta como un texto
que leemos, debemos recordar que se escribe para ser representada y que una
lectura crítica debe tratar de visualizar dicha representación. Con este objetivo
incluimos una “Guía para una lectura crítica de la obra de teatro” y, como
ejemplo, una propuesta de análisis de una obra en un acto deRoberto Arlt, La isla
desierta.
1. ¿En qué sentido hablamos del “concepto híbrido” de la obra de teatro?
Mientras la poesía, la narrativa y el ensayo se construyen a través de palabras, en
la obra teatral la palabra es únicamente una parte de la totalidad; es decir, es sólo
una de las dimensiones de la representación. En los otros géneros literarios se
trata de la palabra escrita; en la obra de teatro se trata de la palabra representada
(la palabra interpretada a través de cualidades fónicas precisas, acompañadas de
gestos, silencios, movimientos, etc.). Quizás podemos comprender mejor el
contexto híbrido de la obra teatral si la consideramos un punto intermedio entre
la pantomima, una representación donde se omite la palabra, y la narrativa, la
palabra sin la representación. Los tres textos nos cuentan una historia: la
narrativa tiene la palabra sin la representación explícita; lapantomima es
representación sin la palabra; la obra de teatro ocupa una posición intermedia,
pues es la palabra representada. Los tres esquemas que incluimos en este estudio
introductorio explican de modo gráfico este carácter híbrido de la obra dramática:
el primero es una representación esquemática del carácter híbrido de la obra de
teatro; el segundo se centra en el texto escrito; y el tercero en la representación.
2. Si la obra de teatro se caracteriza por la palabra representada ¿Quién es
el destinatario?
La naturaleza híbrida, palabra representada, de la obra de teatro posibilita
también dos destinatarios claramente diferenciados: el lector y los espectadores.
Como texto escrito, difundido en libros, la obra de teatro tiene siempre como
destinatario a posibles lectores. Hay también obras de teatro que nunca llegaron a
ser representadas. El lector común tiende a leer la obra de teatro como una
expresión de la narrativa; en este caso lasdirecciones de escena representan una
forma peculiar del narrador, y la lectura se manifiesta como experiencia
individual. El director de una obra de teatro es primero un lector del texto.
Como palabra representada, o sea, como espectáculo, el destinatario deja de ser
individual. La obra representada necesita del complemento de un público que
reacciona ante lo que ve y oye, a la vez que forma un lazo de unión entre los
espectadores y actores-personajes.
3. ¿Por qué la división entre texto primario y texto secundario, si nosotros
leemos las direcciones de escena como la voz del narrador?
Sí, eso sucede cuando leemos la obra de teatro. La clasificación entre texto
primario y secundario no se refiere al contenido ni a la obra leída, sino a la
realidad de la obra representada: el texto primario son las palabras habladas; el
texto secundario no se pronuncia, son direcciones de escena que guían
al director y a los actores en la representación de los personajes y de las
palabras habladas.
4. ¿En qué consiste el texto primario?
El texto primario son las palabras representadas en el escenario y que según su
función podemos clasificar de distintos modos (haga clic en cada uno de los
siguientes términos para obtener un desarrollo más amplio con numerosos
ejemplos):

Diálogo entre los personajes: Suele ser la parte más significativa del texto
primario.




Acción referida: cuando uno de los personajes nos narra algo que sucede fuera del
escenario o en el pasado. Es el momento cuando la obra de teatro se aproxima más a
la narrativa.
Acotaciones habladas: denominamos así a las direcciones de escena que están
integradas en el diálogo entre los personajes.
Monólogo: lo denominamos también soliloquio, para representar esos momentos
cuando uno de los personajes está hablando solo; se trata de los pensamientos de un
personaje dichos en voz alta.
Apartes: una de las convenciones del teatro, mediante la cual uno de los personajes
puede hablar a otro personaje o al público, y se asume que los demás personajes en
escena no pudieron oír las palabras.
5. ¿A qué denominamos texto secundario y cómo podemos reconocerlo?
Como señalamos anteriormente, el texto secundario es la porción del texto
escrito que no se pronuncia durante la representación y que sirve de guía para la
construcción del espacio escénico y para la representación. Estos textos se
denominan Acotaciones o direcciones de escena y normalmente están escritos
en letra cursiva y entre paréntesis (italics). Hay obras de teatro que no poseen
acotaciones o que tienen muy pocas. [poner títulos de obras incluidas en el
curso]
6. Antes se explicó la “acción referida” como una narración ¿cómo
diferenciamos la obra teatral de los demás géneros literarios?
Recordemos que la clasificación de los textos literarios en géneros es sólo un
modo de aproximarnos a la obra literaria. En el caso particular de la obra de
teatro, la única diferencia es la intención implícita de que se escribe para ser
representada. Fuera de esta diferencia que se manifiesta en la forma y en el
destino final, la obra de teatro es una dramatización de la palabra, independiente
del género literario con que pueda ser asociada. Por esta misma razón, las
consideraciones en cuanto a los recursos retóricos estudiados en los demás
géneros, se aplican igualmente a la obra de teatro. En el pasado, durante el siglo
XVI y XVII, en el momento en que triunfaba la comedia española, las obras de
teatro se escribían en verso. El romance, laredondilla, el soneto y la octava
real constituían formas de versificación que representaban convenciones precisas
de la obra de teatro. La reflexión del ensayo y la motivación al diálogo han
estado presentes en el teatro en todos los tiempos: desde el carácter filosófico de
la obra de Calderón en el siglo XVII, a la reflexión del teatro del oprimido de
Augusto Boal en nuestros días. Pero entre todos los géneros literarios,
la narrativa es el género más próximo a la obra dramática. La obra de teatro
comunica también una historia, aunque sea representada (con frecuencia tiene
igualmente partes narradas). Y, como historia, posee, igual que la narrativa,
un desarrollo, unclímax, puntos decisivos, desenlace, etc. Como la narrativa, la
obra de teatro desarrolla también su historia con el artificio de un discurso,
donde a la trama se unen los múltiples recursos de la representación (luces,
vestuario, tono de voz, silencios, etc.), para dar lugar a una interpretación
explícita.
7. ¿Qué quiere decir una interpretación explícita?
La representación de una obra de teatro es ya una interpretación del texto escrito
y como tal contiene elementos que no están o pueden no estar en el texto escrito
(tanto en el texto primario como en el texto secundario). No nos referimos ahora
a las modificaciones en el texto que pueda introducir el director, sino a elementos
implícitos en el texto escrito, como el vestuario, el maquillaje, los sonidos, las
luces, el tono de la voz, etc. Todos estos elementos, como ya señalamos, pueden
estar implícitos en el texto escrito, pero dependen de la imaginación de cada
lector. La obra representada nos presenta la “imaginación” de un lector en
particular: el director de la obra teatral. En este sentido la obra representada es ya
una interpretación de la obra escrita. Las palabras habladas pueden ser las
mismas, pero los personajes se mueven en el escenario y, junto a las palabras, se
comunican con los espectadores a través de sus gestos, movimientos, tono de
voz, silencios y el diálogo sin palabras con que las personas interaccionan entre
sí. Por esta misma razón, una obra de teatro puede tener múltiples posibles
puestas en escena: múltiples interpretaciones de un mismo texto.
8. Si toda representación es ya una interpretación, ¿cómo se caracteriza la
relación entre el dramaturgo y el director?
El dramaturgo es el autor de la obra, es el creador del texto. Como señalamos
antes, el dramaturgo crea su texto para ser representado; es decir, desde el
comienzo el texto posee dos dimensiones precisas: La dimensión literaria y
la dimensión espectacular. Con la expresión dimensión literaria nos referimos
principalmente al texto primario. La dimensión espectacular es el texto(primario
y secundario) más el espacio escénico. El director, que es primero un lector, al
poner en escena una obra de teatro, va a interpretar el texto y las direcciones que
proporciona el dramaturgo, pero las direcciones de escena y el texto mismo
limitan su participación a una interpretación.
9. Comprendo la diferencia entre dimensión literaria y dimensión
espectacular, pero ¿de qué modo interviene el texto en la representación,
más allá de proporcionar las palabras para el diálogo?
Muchos de los elementos de la representación se encuentran ya presentes en el
texto primario. Lo mismo que en poesía hablamos de sílabas y estrofas como
unidades estructurales del poema, en la obra de teatro la unidad más simple es
la escena, luego la obra se estructura en actos. Lasescenas cambian cuando los
personajes entran o salen del escenario (el escenario es el lugar donde se
representa la obra). La escena, en este sentido, además de la unidad estructural de
larepresentación, es también la unidad que establece el ritmo en el que ha de
proceder larepresentación. Así, incluso las obras de teatro que no incluyen
explícitas direcciones de escena, determinan el ritmo de la obra representada
según el modo como agrupan el diálogo en escenas.
10. El director sigue e interpreta las direcciones del dramaturgo ¿cómo
construye luego la representación?
En efecto, el dramaturgo proporciona la estructura de la obra en escenas y la
división en actos. También contiene referencia al espacio referido a través de
la acción referida que los personajes intercalan en su diálogo. La función del
director es estructurar todos esos elementos a través deactantes (actantes pueden
ser los personajes, la utilería, los sonidos, las luces, vestuario, coreografía, etc.,
incluso el público: todo aquello que interviene en la representación de la obra).
No obstante, para los efectos de esta introducción vamos a distinguir entre
los actores y losactantes. Los actores son las personas que bajo la dirección del
director y la guía del dramaturgo (a través de las acotaciones), van a representar
la palabra escrita (los elementos verbales), interpretada con elementos mímicos,
para crear los personajes que van a representar la historia. Vamos a reservar el
término de actante para aquellos elementos (objetos, sonidos, luces, etc.) que
pueden adquirir durante la representación la categoría de personaje (bajo el
término actanteexponemos numerosos ejemplos de los textos incluidos en este
curso).
11. ¿En qué sentido puede ser el público un actante?
Mientras la obra leída suele ser un acto individual, la obra representada es
siempre un acto colectivo. El público que presencia una representación participa
con frecuencia en el desarrollo de la obra a través de sus reacciones colectivas:
risa, silencio, exclamaciones de sorpresa, de miedo, etc. Sobre todo en el siglo
XX, el teatro experimental incluía en el texto secundario indicaciones para
provocar o interactuar con el público. Con este propósito se experimenta también
con la forma y el emplazamiento del escenario.
12. Las consideraciones expuestas hasta aquí parecen también coincidir con
las representaciones cinematográficas ¿existen diferencias entre ambos
modos de representación?
Es cierto que en ambos casos se trata de la palabra representada, pero el arte
cinematográfico merece un capítulo aparte que sale fuera de los objetivos de este
curso de introducción a la literatura centrado en la palabra escrita. No obstante, sí
que conviene mencionar dos diferencias básicas entre ambas representaciones.
Una tiene que ver con la técnica y la otra con el uso que se hace de dicha técnica.
Con la primera aludimos a la eliminación de los límites que impone un escenario
físico: todo espacio referido puede ser representado en la obra de cine. La
segunda diferencia se refiere a la substitución de nuestro campo visual por el
campo visual de la cámara. Examinemos esta relación en tres niveles de
interpretación: a) el texto escrito; b) la representación en una sala de teatro; y c)
la representación cinematográfica.
A) El texto escrito impone un mínimo de obstáculos a nuestra interpretación
sobre la apariencia de los personajes, como se mueven, como se viste, como
reaccionan, etc. El lector posee un máximo de libertad al interpretar la obra
escrita.
B) En la obra de teatro el director interpreta el texto, pero nosotros, como
público, tenemos libertad individual de concentrarnos en partes del escenario, en
uno u otro personaje, en su movimiento o en sus expresiones faciales.
C) En la obra cinematográfica el punto de vista de la cámara decide qué es
importante, así, por ejemplo, se enfoca en la expresión de una cara, pero nos
impide ver todo lo demás que podía estar sucediendo en la escena.
(Gómez-Martínez)
Introducción a la poesía
Se cuenta que una vez, al finalizar uno de sus conciertos, le preguntaron a Louis
Armstrong “¿qué es jazz?” Su respuesta (“Man, if you gotta ask, you’ll never
know”), puede servirnos también para la poesía. Y, sin embargo, en esta
introducción a la poesía buscamos, además de “sentir” un poema, analizar ese
“sentir un poema”.
En el estudio introductorio a los géneros literarios, distinguíamos cuatro
objetivos fundamentales en el acto de comunicación, que son también el origen
de los géneros literarios: personal (poesía
lírica), mimético (narrativa), dramático (teatro) y persuasivo (ensayo). En este
curso de introducción a la literatura seguimos también esta estructura. No
obstante, debemos recordar que la poesía lírica es sólo una de las manifestaciones
de la poesía; es sin duda la más importante, pero no la única. En sus comienzos,
la poesía fue también el medio preferido por los autores para articular la narrativa
(poesía épica, leyendas, etc.) y el teatro (la comedia del Siglo de Oro español).
En este sentido la poesía es también el más inclusivo de los géneros literarios.
Para los objetivos de nuestro curso, vamos a estudiar la poesía primordialmente a
través de su expresión lírica, ya que los recursos retóricos propios de la poesía
son los mismos en todas sus expresiones. También incluimos una “Guía para una
lectura crítica de la poesía” y, como ejemplo, una propuesta de análisis de un
poema de Julián del Casal, “Prometeo”.
1. ¿Si la poesía ha servido para articular lo personal, lo mimético,
lo dramático y lopersuasivo, cómo podemos diferenciarla de los demás
géneros literarios?
De un modo muy general (y superficial) podemos decir que la poesía está escrita
en verso. Es verdad que la percepción visual de la forma es lo primero que
identificamos, y que muchas veces con sólo este dato clasificamos un escrito de
poesía. También es cierto que con el transcurso del tiempo se han modificado
considerablemente las reglas estrictas que en un momento caracterizaban la
poesía. Todo esto ha causado que los críticos se resistan a definir la poesía,
incluso con definiciones generales. Tampoco nosotros vamos a definir qué es
poesía; sin embargo, sí que podemos señalar que entre todas las transformaciones
que ha sufrido la poesía, hay un elemento que se ha mantenido constante: el
ritmo.
2. Entonces, ¿podemos decir que el ritmo es el elemento esencial de la
poesía?
Sí, en efecto, el ritmo es esencial en la poesía. Incluso podríamos decir, como
primera aproximación a la poesía, que se trata de una composición rítmica de
palabras. Lo fónico (el sonido) es central a la poesía, que busca, con más
precisión que los demás géneros literarios, fundir sonido y sentido.
3. ¿Cómo debemos leer un poema?
No existe un modo de leer poemas, y el hábito y el placer de la lectura de poemas
se adquieren a través de la lectura misma. Pero sí hay algunas consideraciones
generales que conviene tener en cuenta:

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Lectura lenta y repetida: Un poema no se lee como un periódico o una
novela. Requiere una lectura lenta que asuma el ritmo y que llegue a las
ideas a través del sentimiento, de la emoción.
Reducir el poema a un concepto es negarse a sentir el poema: un poema no
es bueno por lo que dice, sino por su arte en cómo lo dice.
Debemos pronunciar las palabras, los versos, aunque sea sólo en nuestra
mente: lo fónico es esencial al poema.
Pero también debemos leer el poema con los ojos de nuestra mente. Con
mucha frecuencia la emoción o sentimiento que comunica el poema se
construye en torno a una idea.

La lectura de un poema es una aventura personal: unos necesitan
comprender la idea para sentir el poema, otros llegan a la idea a través del
sentimiento.
4. ¿Si la lectura de un poema es una aventura personal, de qué modo puede
ayudarnos esta introducción?
Es cierto que llegamos al concepto de qué es poesía mediante la lectura de
poemas y la reflexión sobre la naturaleza del poema desde la perspectiva
del autor, del texto mismo y del lector. Pero, para que nuestra reflexión sea más
fructífera, es necesario estar en posesión de ciertas herramientas (recursos
retóricos), que nos permitan aproximarnos a la poesía de un modo metódico. En
términos generales podemos clasificar estas herramientas o recursos en cuatro
categorías: aquellas que se refieren a la forma (versificación), al sonido (lo
fónico), a la gramática (lo gramatical) y al léxico. Aunque para los objetivos de
este estudio introductorio agrupamos los recursos retóricos en cuatro categorías,
en la construcción del poema están todas ellas íntimamente relacionadas.
5. Entonces, ¿para poder leer poesía necesitamos conocer dichas
herramientas o recursos retóricos?
Por supuesto que no. Pero este curso de introducción a la literatura desea cubrir
dos dimensiones distintas, aun cuando relacionadas: A) apreciación de la
literatura y B) introducción a su análisis académico. Según lo primero, leer
poesía es sentir el poema. Según la segunda dimensión, necesitamos intentar
explicar cómo se produce ese “sentir” y cuál es su significado cultural, para lo
cual es necesario estar en posesión de los recursos retóricos que emplea el poeta
en la construcción del poema.
6. ¿Qué entendemos por versificación?
Bajo el término de versificación agrupamos los recursos retóricos que se asocian
con el aspecto formal del poema. La unidad visual es el verso. Pero el verso
mismo es un compuesto de otra unidad más simple que depende de su valor
fónico. En el idioma español esta unidad es la sílaba(gramatical o poética). De
este modo asignamos a los versos distintos nombres según el número de sílabas
que tienen. En español predominan los versos de ocho sílabas (octosílabos) y de
once sílabas (endecasílabos); también son frecuentes los versos de siete sílabas
(heptasílabos) y los de catorce sílabas (alejandrinos). Los versos que tienen más
de ocho sílabas los llamamos versos de arte mayor. Si tienen ocho sílabas o
menos se llaman versos de arte menor. También es importante el modo cómo se
ordenan los versos dentro de un poema. Tradicionalmente los versos se ordenan
en grupos que denominamos estrofas. Las estrofas pueden ser muy variadas,
desde las estrofas de dos versos que denominamos pareados, a las décimas o
estrofas de diez versos. En español son populares las estrofas de tres versos de
arte mayor, tercetos, y de cuatro versos de arte menor,redondillas, o de arte
mayor, cuartetos. En el Siglo de Oro fueron muy populares las octavas reales,
estrofas de ocho versos endecasílabos, y la lira, una estrofa de cinco versos. Hay
también composiciones estróficas como el soneto, que consta de un número
preciso de estrofas: catorce versos agrupados en dos cuartetos y dos tercetos. Hoy
día es muy popular el verso libre y en español siempre lo han sido composiciones
no estróficas como el romance y la silva que constan de un número indefinido de
versos sin agrupación estrófica. En páginas aparte se explican cada uno de estos
términos con abundantes ejemplos y con referencias a los textos que se incluyen
en la antología.
7. En el contexto de la forma, de la versificación, es fácil establecer la
relación de lo que se ve y el nombre que le asigna la retórica; también
comprendo que el ritmo es fundamental en la poesía, pero ¿cómo
establecemos la relación entre el sonido y el significado de las palabras?
Desde el comienzo de esta introducción hemos puesto énfasis en la íntima
relación entre lo fónico (sonido) y lo semántico (el sentido de las palabras). Los
versos se miden, es verdad, por sílabas, pero éstas establecen valores
rítmicos entre las sílabas tónicas (acentuadas) y las sílabas átonas (no
acentuadas). El poeta, además, modifica el valor de las sílabas, según principios
fónicos, que no siempre corresponde al que se establece en la gramática; es decir,
crea o reduce sílabas a través de recursos retóricos muy precisos: la unión de dos
o más sílabas cuando la última sílaba de una palabra termina en vocal y la
siguiente comienza con vocal (la sinalefa), o el fenómeno opuesto que significa
no unir dichas sílabas cuando en la pronunciación normal se unirían (el hiato);
esta licencia poética puede ocurrir dentro de una palabra, cuando unimos en una
sílaba dos vocales que según la gramática formarían sílabas diferentes (la
sinéresis), o cuando separamos dos vocales que normalmente forman una sola
sílaba (la diéresis). De este modo, el sonido de las palabras o de las letras
adquiere un valor medular que se determina por su colocación y su repetición;
así la anáfora(repetición de una palabra) o la aliteración (repetición de letras) o el
sonido imitativo de la onomatopeya. El ritmo se consigue principalmente a través
del acento al final del verso y el acento rítmico en lugares precisos de un verso.
Por ello es tan importante el lugar donde el poeta coloca las palabras y la función
del hipérbaton. El recurso fónico más evidente en la poesía tradicional es la
rima (repetición de las últimas letras de un verso). La rima puede
ser asonante (repetición de las vocales a partir de la última vocal acentuada)
o consonante (repetición de todas las letras a partir de la última vocal acentuada).
Estos dos modos de rima dan luego lugar a muy variadas combinaciones: rima
gemela, rima cruzada, rima encadenada, rima abrazada, rima interna, etc.
8. En el apartado anterior dedicado a los recursos fónicos se anota
el hipérbaton, ¿qué relación tiene el orden de las palabras con el ritmo?
Por razones didácticas hemos agrupado los recursos retóricos en cuatro
categorías, pero en la realidad del poema todos estos elementos están tan
íntimamente relacionados que no es posible separarlos. El hipérbaton y
el encabalgamiento son buenos ejemplos de la necesidad de relacionar los
recursos retóricos de las cuatro categorías. El hipérbaton consiste en la alteración
del orden normal de las palabras en una frase. En un buen poema, la alteración
del orden de las palabras se relaciona con la posición rítmica que éstas van a
ocupar en el verso y afecta tanto al énfasis que colocamos en las palabras, como a
fundir lo fónico (sonido, ritmo) con lo semántico (significado de las palabras). El
encabalgamiento afecta igualmente el ritmo y unidad del verso al forzar su unión
al verso siguiente para poder completar el significado. Aunque estos dos recursos
son los más propios de la poesía, el poeta cuenta con otros recursos que alteran
también el fluir del verso, como puede ser la eliminación de conjunciones
(asíndeton) o añadir más conjunciones de las necesarias (polisíndeton). El poeta,
en realidad, construye su propio orden morfológico al añadir, restringir o
eliminar verbos, adjetivos, adverbios o nombres y especialmente con el uso
del epíteto.
9. En la lectura de poesías siempre he tratado de buscar la idea central del
poema. En esta introducción, sin embargo, no se discute el contenido. ¿No es
importante el contenido de un poema?
Por supuesto que es importante. Pero debemos recordar que un poema no se
construye con conceptos, se construye con palabras. Es decir, es más importante
cómo se articula un concepto que el concepto mismo.
10. Todos los textos se construyen con palabras, ¿en qué se diferencia el
poema?
Es cierto que todos los textos se construyen con palabras. También es cierto que
la división de los textos literarios en géneros es algo arbitrario y, sin embargo, es
algo muy útil desde un punto de vista didáctico. El agrupar los textos literarios en
cuatro géneros, nos permite también concentrar nuestro análisis de los recursos
retóricos, en aquellos textos que de modo más obvio representan una
característica.
11. ¿Es esa la razón por la que estudiamos ahora los recursos retóricos
asociados con el léxico?
Así es, en efecto. Todos los recursos que se mencionan en el esquema anterior
sobre el léxico, los podemos encontrar en un ensayo, en un cuento o en una obra
de teatro. Los estudiamos en conexión con la poesía por su importancia en la
gestación de un poema. Recordemos, además, que hay diferencias básicas entre
los géneros. Por ejemplo, si en el ensayo se busca la comprensión lógica de un
concepto, en la poesía es más común que el poeta trate que se sienta el concepto;
por ello, como señalamos antes, es más importante cómo se articula un concepto
que el concepto mismo. En este sentido, en poesía se hace uso con más profusión
de las figuras del lenguaje(modificación el uso denotativo corriente de las
palabras), así el uso de la metáfora y de la alegoría, de la metonimia, de
la sinécdoque, de la prosopopeya, de la parábola, de la paradoja, del símil. Es
decir, en poesía adquiere especial relevancia el valor connotativo de las palabras.
Como señalamos anteriormente, es la acumulación de estos recursos en la poesía
lo que justifica que se estudien también en el contexto del poema.
(Gómez-Martínez)
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