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precalentamiento de herramentales de forja

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Mediante el empleo de quemadores de gas
Estudio de alternativas para mejorar el
precalentamiento de matrices de forja en
caliente
D. Martinez Krahmer; G. Abate, F.A. Riu, D. Pérez; y V. Martynenko, del Centro de
Mecánica, Instituto Nacional de Tecnología Industrial, Argentina10/04/2017
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Las piezas forjadas presentan ventajas para ser empleadas en exigentes condiciones de
servicio mecánico, como suelen ser las ocasionadas por cargas variables y/o de
impacto. La deformación plástica que el proceso de forja produce aumenta de forma
significativa tanto la tenacidad como la resistencia a la fatiga de las piezas,
posibilitando así el diseño de partes en línea con el llamado ‘diseño ligero’, ya que una
pieza forjada presenta una mayor resistencia mecánica que, por ejemplo, una pieza
fundida, siempre con un volumen menor. Y el diseño ligero simboliza un concepto muy
actual, por cuanto se busca cada vez con mayor énfasis alcanzar piezas muy
resistentes en pequeños volúmenes y, en consecuencia, livianas. El objetivo es
disminuir no solamente el uso de materiales y del consumo de energía para producirlas
sino, también, el consumo de un bien no renovable como es el combustible,
desarrollando por ejemplo vehículos cada vez más livianos como lo hace la industria
automotriz. Resumidamente, en toda industria donde haya una pieza exigida
mecánicamente, por estrictas razones de seguridad, la pieza forjada constituirá la
primera opción para el diseñador.
Para producir una pieza forjada de calidad y a costos competitivos es necesario que todos los
pasos que involucra la producción de piezas forjadas (corte, calentamiento de los tochos,
forjado, rebabado, etc.), se hagan utilizando las mejores prácticas. Y esto, no siempre sucede
así.
Si nos centramos en el proceso de forjado, que requiere del uso de una máquina principal
(martillo; prensa de tornillo; prensa mecánica), que proporciona la energía para deformar el
material, en combinación con una matriz cerrada (dividida en dos partes: inferior y superior),
que posee la cavidad, tanto para recibir el material como para darle forma, el precalentamiento
de estas matrices ocupa un rol importante puesto que, de no hacerlo convenientemente, se
corre el riesgo de fracturar la matriz, o reblandecerla. Ello supondría disminuir la duración de
un componente vital en los procesos de forja, el cual tiene una incidencia de al menos un 10%
en los costos [1].
El material normalmente más usado para la fabricación de estas matrices es el acero
denominado SAE H13 [2]. Para el forjado de piezas de acero requiere una temperatura de
precalentamiento que, en su superficie, debiera encontrarse en el rango de los 200 a 300 °C
[3, 4, 5], asegurando una vida útil adecuada así como un buen desempeño del lubricante y de
la fluidez del material que está siendo forjado.
Los métodos de precalentamiento que usan los forjadores suelen ser la utilización de material
caliente simplemente apoyado sobre la matriz o el empleo de quemadores de gas [2]. Está
claro que, en el primer caso, es prácticamente imposible saber qué temperatura superficial se
alcanza y, por lo que hemos observado visitando distintas forjas argentinas que usan
quemadores, la mayoría de ellas tampoco lo saben puesto que calientan por tiempo y sin
llevar un control de la temperatura.
Las formas de medirla consisten en usar instrumentos económicos, como los pirómetros, o
sofisticados, como las cámaras termográficas [6, 7].
Una información más difícil de establecer aún es el grado de homogeneidad de la distribución
de temperatura en el volumen de la matriz, dado que tampoco sirve calentar rápido para
obtener el valor esperado en la superficie y que la base se encuentre a la temperatura
ambiente, porque en ese caso también la matriz se podría fracturar.
Por último, dado que el proceso de precalentamiento es parte de la preparación del trabajo, y
que mientras se hace la línea de forja no produce, sería importante definir un método que no
sólo permitiera alcanzar las temperaturas requeridas de la forma más homogénea posible
sino, también, lograrlas en el menor tiempo.
En consecuencia, y dados los mínimos antecedentes existentes [7], con este trabajo nos
proponemos realizar propuestas sobre como debiera ser una buena práctica de
precalentamiento de matrices de forja usando quemadores de gas, a partir de un método que
combina el trabajo experimental, con la simulación por elementos finitos.
Metodología experimental
Para efectuar las mediciones experimentales se utilizaron un inserto de forja fuera de servicio,
dos insertos sin uso, un portainsertos y un quemador rectangular de gas, todos ellos
proporcionados por la forja Dino Mattioli. Adicionalmente, una cámara termográfica Flir E60,
siete termocuplas tipo K y un multímetro digital Fluke.
El proceso llevado adelante fue el siguiente:
1) Sobre el inserto (250 x 125 x 65 mm) fuera de servicio se realizaron 7 orificios de 4,75 mm
de diámetro, distribuidos en el volumen según lo indicado en la figura siguiente. En estos
agujeros se alojarían las termocuplas correspondientes, durante las pruebas de calentamiento.
Figura 1: Distribución de las termocuplas en el inserto fuera de servicio.
2) Calibración de las termocuplas.
3) En la forja, y sobre una mesa metálica para no interrumpir la producción, se realizó el
montaje del inserto con las 7 termocuplas, en el centro del portainserto y ladeado por ambos
costados, con otros dos insertos sin uso. La termocupla identificada como N°1 se situó a 1 mm
por debajo de la superficie de la matriz y, la N°3, a 1 mm por encima de la base. De este modo
los valores termográficos serían comparados con los de la termocupla N°1 y el gradiente de
temperatura se evaluará con los valores de las termocuplas N°1 y N°3.
4) Seguidamente se precalentó con un quemador de gas durante una hora. Cada 5 minutos se
efectuaron las mediciones termográficas superficiales y también con el multímetro en cada
una de las 7 termocuplas. Se registraron los valores obtenidos.
Simulación computacional
La simulación numérica del proceso de precalentamiento fue realizada mediante el software
Simufact.Forming V11.0 [8], empleando el módulo de calentamiento.
Las actividades efectuadas fueron:
1) Simular el proceso reproduciendo lo realizado en forma experimental para ajustar la
simulación a los valores prácticos.
2) Simular el proceso de precalentamiento, con el montaje del portainserto, los tres
portainsertos y el quemador de gas (usando la geometría original) sobre un bloque de
fundición representativo de la mesa de la prensa para analizar cómo hubiera afectado la
disipación térmica.
3) Ídem anterior pero con un quemador con un tubo adicional a fin de mejorar la eficiencia del
calentamiento y reduciendo el tiempo del proceso.
4) Presentar una fórmula polinómica, válida para el caso inicial, que entrega el tiempo de
precalentamiento en función de una temperatura superficial deseada.
Resultados y discusión
a) Parte experimental:
En la tabla siguiente se presentan los valores medidos cada 5 minutos y durante una hora, con
la cámara termográfica y las termocuplas identificadas como N° 1 a N°7.
Hora (min)
Temperatura
termográfica
Term. Nº1
(ºC)
Term. Nº2
(ºC)
Term. Nº3
(ºC)
Term. Nº4
(ºC)
Term. Nº5
(ºC)
0
15
15
15
15
15
15
5
90
78
56
54
53
53
10
98
105
98
95
104
124
15
121
154
146
145
152
188
20
164
203
193
189
197
243
25
178
254
241
2335
235
289
30
201
284
276
270
248
325
35
234
311
312
298
291
354
40
270
334
325
320
312
376
45
280
358
349
343
339
401
50
320
380
377
373
368
424
55
240
401
398
393
388
443
60
480
432
421
414
408
461
Tabla 1: Valores experimentales de temperaturas en función del tiempo. Nota: la temperatura ambiente
promedio durante los ensayos fue de 18,9 °C.
En relación a esta tabla se desprende que: a) las mediciones con la cámara termográfica
resultaron menores, a las obtenidas con la termocupla próxima a la superficie (Nº1); y b) el
máximo gradiente volumétrico medido con las termocuplas fue a los 30 minutos, alcanzando
los 77 °C.
En las figuras siguientes se muestra el montaje usado y una imagen termográfica.
Figura 2: Montaje experimental e imagen termográfica a los 60 minutos.
b) Simulación numérica:
La tonalidad azulada de la llama del quemador, de acuerdo con referencias obtenidas de la
bibliografía [9], indicaría una temperatura de unos 900 °C. Este valor fue el utilizado en todas
las simulaciones numéricas realizadas. El primer trabajo de simulación realizado fue
reproducir el proceso tal como fuera efectuado en forma experimental, para ajustar la
simulación a los valores prácticos.
En las figuras siguientes se pueden observar imágenes entregadas por el software, que tanto
representan el modelo del sistema experimental, como el mapa de temperaturas alcanzado,
luego de una hora de calentamiento usando el quemador original.
Figura 3: Modelo 3D y mapa de temperaturas (configuración original).
Seguidamente se trazaron las curvas de calentamiento experimental y simulado, para las
termocuplas N°1 (superficie) y N°3 (base).
Figura 4: Curvas de calentamiento experimental y simulado para la termocupla N°1.
Figura 5: Curvas de calentamiento experimental y simulado para la termocupla N°3.
Si bien en general, y en ambos casos, la curva de temperatura simulada resultó por encima de
la experimental respectiva, estas gráficas muestran una muy buena correlación entre los
valores obtenidos por ambos métodos, considerando que presentan apartamientos
porcentuales menores al 14%.
Nos interesa ahora incluir a las mediciones termográficas en el análisis, por cuanto en una
forja, el único método de medición posible de implementar para conocer la temperatura de
precalentamiento, es un método superficial, ya sea por termografía o con pirómetro
(mediciones sin contacto).
En tal sentido, en la figura sucesiva se presentan superpuestas las curvas de calentamiento
superficial, obtenidas con el software, la termocupla, y la termografía.
Figura 6: Curvas de calentamiento superficial por simulación, termocupla y termografía.
Se observa que la curva obtenida por termografía muestra un comportamiento de algún modo
errático. El mismo podría mejorarse midiendo siempre sobre una superficie opaca, pues de lo
contrario, pueden existir interferencias que resultan de los reflejos de la radiación, que
probablemente hayan provocado esta situación.
Si tomamos como referencia los puntos medidos por la termocupla más próxima a la superficie
(identificada como N°1), trazamos los puntos medidos de la curva tiempo de calentamiento vs
temperatura, y finalmente hacemos un ajuste con un polinomio de segundo grado, obtenemos
la expresión de la curva de calentamiento para la superficie del inserto, con la cual podríamos
calcular un tiempo (Y), para alcanzar una temperatura dada (X). Por citar un ejemplo, para
obtener 300 °C necesitaríamos unos 28 minutos.
Figura 7: Ajuste polinómico del tiempo de calentamiento superficial vs temperatura
Verificada la capacidad del método de simulación numérica, disponemos ahora la posibilidad
cierta de actuar sin interferir con la producción. Por ello, pasamos a evaluar entonces, como
hubiera resultado el proceso de calentamiento, en este caso considerando la influencia de la
mesa de la prensa.
Figura 8: Modelo 3D incorporando la mesa de la prensa y mapa de temperaturas.
Dada la mayor capacidad de disipación térmica del sistema, el software ha mostrado que,
luego de una hora de calentamiento, la zona central superior del inserto, alcanzaría los 271
°C, mientras la base los 213 °C (el gradiente de temperaturas sería de 58 °C).
Seguidamente, y con el objeto de mejorar la eficiencia, para reducir el tiempo de
calentamiento, se diseñó un nuevo quemador con un tubo central adicional, y se simuló el
proceso rediseñado, con todo el sistema montado considerando la mesa de la prensa.
Figura 9: Modelo 3D con el quemador y mapa de temperaturas.
Con este nuevo diseño del quemador, el software muestra que, con sólo 30 minutos de
calentamiento, la zona central superior del inserto alcanzaría los 296 °C, mientras que la base
llegaría hasta los 226 °C (el gradiente de temperaturas sería entonces de 70 °C).
Para finalizar, y dado que todo el trabajo fue realizado únicamente sobre la matriz inferior, y
siendo que un proceso normal de precalentamiento se efectúa de manera simultánea sobre
ambas matrices (inferior y superior), usando un solo quemador de gas apoyado sobre la
inferior mostramos un diseño esquemático de un quemador regulable en altura que facilita el
ajuste del proceso. Inclusive, en este diseño, que presenta un tubo adicional, se ha ubicado el
pico de suministro de gas en la zona central para obtener una distribución homogénea del gas.
En la figura siguiente se muestra la configuración del quemador original usado en los ensayos,
así como la propuesta rediseñada.
Figura 10: Quemador de gas original y propuesta rediseñada.
Conclusiones:




La geometría del quemador debe adaptarse a la forma y tamaño del inserto (dado que
éstos tanto pueden ser rectangulares como circulares).
No es recomendable apoyar el quemador a la superficie del inserto de forja. Por el
contrario, debiera formar parte de un sistema con regulación de altura, para así lograr
una mejor distribución del calor entre el inserto inferior y superior.
El empleo de una mayor cantidad de tubos en el quemador aumenta la eficiencia
térmica y reduce el tiempo del precalentamiento. Según la simulación numérica, con el
agregado de un solo tubo el tiempo se reduciría a la mitad (sería posible pasar de 60 a
30 minutos).
El control de la temperatura superficial de los insertos debe efectuarse con un sistema
de medición de temperatura económico, como son los pirómetros.



Las mediciones deben hacerse siempre sobre el mismo lugar y en una superficie
opaca (puede ser con óxido superficial o en una zona cubierta con una pintura negra,
resistente a la temperatura).
Para cada caso particular, y empleando la metodología desarrollada en este trabajo,
podría llegarse a establecer una fórmula que permita calcular el tiempo en función de
la temperatura superficial deseada.
Todas las propuestas realizadas pueden implementarse en las forjas de manera
simple y económica.
Referencias
[1] Bonnemezón, Abate y Martínez Krahmer, Ingeniería del Forjado Moderno, Editado por
Veicorgraf, Ituzaingó, Buenos Aires, Argentina, 2014 (libro)
[2] Bonnemezón y Martinez Krahmer, Práctica Industrial de la Forja, Editorial Nueva Librería,
Buenos Aires, Argentina, 2012 (libro)
[3] J. Hallström, Influence of friction on die filling in counterbblow hammer forging, Journal of
Materials Processing Technology, 2000 (paper)
[4] G. Schiuma, Apuntes del curso para lubricantes de forja 2007
[5] H. Strasser, Tendencias dos lubrificantes para matrices de forjamento, Anales del 32°
SENAFOR, Porto Alegre, Brasil, 2012 (paper)
[6] H. Strasser, Otimizacao do proceso de forjamento a través de análise termográfica, Anales
del 31° SENAFOR, Porto Alegre, Brasil, 2011 (paper)
[7] A. Polozine, Desenvolvimento de novo método de medicao de temperaturas em forjamento,
Revista Forge, Brasil, 2010 (revista)
[8] www.simufact.de (página web)
[9] T. Kamada, Study on combustion and ignition characteristics of natural gas components in a
micro flow reactor with controlled temperature profile, Combustion and flame, 2014 (paper)
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