UNIVERSIDAD CEI MATERIA: INVESTIGACIÓN I PROYECTO: LA ORIENTACION VOCACIONAL COMO UN MODELO DE CAMBIO DENTRO DEL SISTEMA EDUCATIVO, CEI TLAXCALA PRESENTA: EVER ADRIANA VENTURA RAMIREZ MAESTRO: ALEJANDRO GOMEZ GARCIA TLAXCALA, TLAX. A 20 DE FEBRERO DEL 2019 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. INTRODUCCION La falta de orientación vocacional es una problemática social arraigada en México desde muchas décadas atrás. Que los jóvenes decidan irse a determinada carrera porque está o no muy poblada (demandada, moda, cuestiones familiares, deseó de padres), o porque los amigos se van a cierta opción (influencia), la carrera que escoja me va a hacer viajar, o porque tal o cual carrera deja mucho dinero, es una constante actual. Por lo cual es fundamental atender las peticiones de orientación vocacional y profesional de aspirantes y alumnos(as) para que identifiquen las opciones educativas que dan cauce a sus aspiraciones profesionales, en función de sus propias competencias, actitudes y conocimientos. Ya que recibir una correcta orientación vocacional es muy importante, pues influye significativamente en el desempeño como alumno y, sobre todo, en su satisfacción profesional, la cual llevará a una exitosa inserción laboral. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. ANTECEDENTES El inicio de la orientación profesional se remonta al siglo XVII, cuando surge como una guía basada en cuestiones espirituales y morales hacia la elección de “la vocación religiosa” (Burgos, 1992). Por ello, durante un largo tiempo, la orientación, llamada vocacional, se centró casi exclusivamente en la elección de la vida religiosa. Los clérigos acompañaban a los jóvenes como consejeros para clarificar su elección en este ámbito. En cuanto a la elección de actividad laboral, los jóvenes probaban los diferentes oficios que existían hasta encontrar el que más les convenía o el que continuaba la tradición familiar o regional. A partir del siglo XIX, la Revolución Industrial impulsó el posicionamiento del hombre como elemento esencial en el rendimiento laboral. Con la finalidad de generar mayor productividad, surgió la necesidad de insertar a los nuevos trabajadores en puestos que fueran compatibles con sus cualidades y habilidades. Con base en estas circunstancias, surgió la necesidad de orientación profesional para brindar ayuda a los jóvenes en su inserción en el campo laboral (González, 2004). A principios del siglo XX, la orientación profesional nació y se estableció en Europa, Estados Unidos y América Latina. El propósito básico consistía en ayudar a los jóvenes a cotejar sus cualidades con las diferentes profesiones. Con este propósito, se comenzaron a generar estrategias de orientación para ayudar a los estudiantes en su proceso para elegir la ocupación laboral más adecuada (Luque, 2004; Valls, 1998; Vázquez, 2007). En 1952 se introdujo la orientación profesional en nuestro país. En este año se creó el Servicio de Orientación Educativa Profesional para ayudar a los estudiantes de secundaria a resolver problemas tanto familiares y personales como académicos (Vázquez, 2007). A partir de 1972 la Secretaría de Educación Pública (SEP) otorgó gran importancia al desarrollo de la orientación profesional en las escuelas. Para desempeñar la función de orientador, se contrataron psicólogos, pedagogos, psicopedagogos y otros profesionales. Es para 1984 que se introdujo el Sistema Nacional de Orientación Educativa (SNOE). La finalidad era promover un proceso de orientación a través del cual los estudiantes de nivel medio superior (preparatoria) de todo el país pudieran elegir adecuadamente su futura carrera, utilizando mejor los recursos destinados a su formación. La orientación profesional 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. ha ido evolucionando desde una simple preparación o asesoramiento para elegir o ingresar en una profesión, hasta pretender convertirse en un intento por preparar a las personas para desarrollarse plenamente tanto laboral como socialmente (Pacheco, 2007). EXPOSICION DEL PROBLEMA La deserción universitaria es uno de los grandes problemas que afectan a los jóvenes de este siglo. Las cifras apuntan que durante los primeros meses de la carrera, algunos estudiantes abandonan la universidad, no por falta de interés, sino por una evidente falta de motivación. Según los números de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), sólo el 25% de los estudiantes termina una carrera universitaria en México. Elegir una carrera es una decisión difícil a la que se enfrentan los estudiantes, quienes apenas egresan de la escuela media superior, pues la gran mayoría de ellos desean que su carrera sirva para obtener algún empleo.1 Para que puedas escoger una carrera de forma acertada y así en un futuro asegurarte una buena inserción laboral, quiero trabajar 1 año asesorando a los alumnos de CEI Tlaxcala en su orientación vocacional. Ya que los riesgos de una mala decisión son frustración, deserción escolar y subocupación, dicen expertos, ya que el 40% se equivoca en la elección de carrera: Perjuicios. La mala elección de una carrera acarrea conflictos sicológicos al estudiante y pérdidas económicas para el país, asegura el Instituto Mexicano de Orientación Vocacional. CIUDAD DE MÉXICO, 14 de agosto.- A la hora de elegir una carrera, entre 30 y 40 por ciento de los jóvenes mexicanos se equivocan. Y es que lejos de sus aptitudes e intereses, se ven motivados por cuestiones económicas, de prestigio o la presión de padres y amigos, de acuerdo con reportes del Instituto en Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS) y Vocación Central, institución que brinda servicios de orientación vocacional en México Los riesgos de una mala elección, a decir de los expertos, son múltiples y van desde la frustración, la deserción escolar y más tarde la subocupación laboral. Tan es así que cada año egresan unos 450 mil jóvenes de las universidades en el país, pero seis de cada diez no pueden desarrollar el conocimiento que adquirieron en el aula, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo y de la Subsecretaría de Educación Superior de la SEP. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. Y a su vez, las empresas mexicanas son de las que más problemáticas reportan entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para encontrar empleados con las capacidades que requieren. Mientras eso sucede, todos los días mil 800 jóvenes, es decir, 650 mil cada año, de plano, abandonan el bachillerato, la mayoría de ellos en el primer año, por múltiples factores, entre los cuales se encuentra el bajo interés que en ellos despiertan los contenidos curriculares. Ana Paula Rodríguez, directora de Vocación Central, advirtió que el hecho de que un estudiante abandone el bachillerato o más tarde una carrera universitaria, le cuesta al país, según el propio INEGI, 18 mil millones de pesos cada año. “Tenemos 40 por ciento de personas que no escogieron lo que querían, no identificaron al momento de estudiar que no era la profesión y entonces en algunos casos viene el abandono escolar”, detalló. Hoy, de cada 10 estudiantes que entran a la universidad sólo dos la están terminando, y si bien son muchas las causas que determinan que ocho de diez no concluyan su formación académica universitaria, uno de ellos es justo la parte de no tener la orientación y el descubrimiento de la vocación de una manera oportuna. “Elegir una carrera no es una decisión que se toma de un día para otro ni con un solo instrumento, la elección de una carrera es un proceso y como tal hay que seguir una serie de pasos que les permita a los jóvenes reflexionar no sólo acerca de qué carrera van a elegir sino desarrollar un proyecto de vida en donde la carrera forme parte y les permita acceder a un estilo de vida diferente en lo personal. Y en lo social necesitamos también que los alumnos estén mejor preparados y que se involucren en sus diferentes carreras para que puedan intervenir en la sociedad en los diferentes campos que hay para atender toda la serie de problemáticas que vivimos”, planteó Telma Ríos, directora de Orientación Educativa de la Dirección General de Orientación y Servicios Educativos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). El problema es que datos de la OCDE señalan que apenas 4 por ciento de los estudiantes mexicanos se gradúan en los programas de educación media superior orientados a una profesión en México, cifra que contrasta con el 48 por ciento promedio de la organización. Esto a pesar de que la educación vocacional y capacitación puede representar una aportación importante para la competitividad económica, según plasma la OCDE en el documento México: Políticas prioritarias para fomentar las habilidades y conocimientos de los mexicanos para la productividad y la innovación”, realizado este año. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. El Instituto Mexicano de Orientación Vocacional y Profesional, AC, advierte que los errores en la elección de carrera traen pérdidas tanto sicológicas como económicas para el país y las familias. En el ámbito económico, el Instituto calcula que estudiar una licenciatura en alguna universidad pública le cuesta al país en promedio 120 mil pesos por alumno, monto que se eleva de 50 mil pesos o más de 400 mil pesos, en una escuela privada. En tanto que las pérdidas desde el punto de vista emocional, expone, tienen que ver con el impacto a la autoestima de los jóvenes, que además puede afectar también a sus padres. Para Telma Ríos, experta en el tema de orientación vocacional, si bien la propia UNAM cuenta con un programa ex profeso que atiende a los alumnos para la toma de decisiones desde el bachillerato a través de la aplicación de un instrumento vocacional para identificar las habilidades académicas de cerca de 27 mil jóvenes cada año, aún es un reto dotar de toda la información a los jóvenes que están a punto de realizar la elección de una carrera. “Muchas veces se quedan con lo que les dicen sus familiares, lo que les dicen sus amigos, las personas cercanas a ellos, o con las ideas que ellos se forman a través de lo que ven en los medios de difusión y que muchas veces estereotipan las profesiones y los hacen estar muy interesados en cuestiones de tipo forense, por ejemplo, porque ven muchos programas relacionados con eso”, dijo. Esto deriva en que opten por las carreras de “moda” o por las más convencionales, como medicina, derecho o comunicación, dejando de lado las nuevas carreras, como manejo sustentable de zonas costeras, desarrollo territorial o física biomédica, por ejemplo. “Tan sólo la UNAM ofrece 115 carreras con muchas posibilidades de desarrollo, en donde los jóvenes puedan transferir sus habilidades hacia diferentes campos de conocimiento que les permita moverse en diversos campos ocupacionales, así que lo que se necesita son programas de carácter preventivo más que acciones de tipo remedial, para que el alumno tenga a tiempo y cerca la información que le permita tomar la mejor decisión”, destacó al detallar que en la UNAM anualmente se realizan tres eventos de carácter masivo de orientación vocacional en el nivel medio superior. Al respecto, Ana Paula Rodríguez, de Vocación Central, coincidió en que no basta con un solo instrumento, como el típico test que se aplica en las escuelas para ayudar a los estudiantes a la elección de una profesión, toda vez que si bien puede arrojar algún tipo de interés o aptitud, tampoco es suficiente para asegurar que el joven tome una decisión correcta a partir de éste. “Yo creo que todo aporta, pero son poblaciones muy grandes las que tienen los planteles, a veces más de 15 mil estudiantes que solamente los atienden dos orientadores o sicopedagogos”, indicó. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. En este contexto, tanto Ana Paula Rodríguez como Telma Ríos consideraron que existen muchas áreas de oportunidad en el tema de orientación educativa que tienen un impacto positivo en el proyecto de vida de los jóvenes y de la competitividad económica en el país. Licenciaturas más y menos demandadas: El Servicio Nacional de Empleo, en su estudio Panorama Actual 2014 reporta un total de 7.5 millones de profesionistas ocupados. Administración y gestión de empresas Contabilidad y fiscalización Derecho 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Partiendo de la necesidad de brindar orientación a los estudiantes de educación media para elegir una profesión, en la actualidad se han desarrollado diferentes metodologías que se aplican ya sea de manera unitaria o combinada. En una encuesta realizada en varias preparatorias públicas y privadas, se encontró que en nuestro medio se aplica un número limitado de estrategias de orientación. Estos hallazgos concuerdan con las propuestas de la literatura en cuestión. La práctica de orientación profesional que predomina hoy en día en nuestro medio está centrada en pruebas psicométricas por medio de las cuales se intenta medir aptitudes, intereses y habilidades (Alonso, 2006). Partiendo de los resultados obtenidos, se proporciona una gama de opciones entre las cuales se supone que el alumno podría desempeñarse competitivamente. Esta manera de proceder se basa en el supuesto de que la elección de la profesión no es un acto determinado por el sujeto, sino que es el resultado de la correspondencia entre las aptitudes naturales del individuo y las exigencias de la profesión, revelada por las pruebas psicológicas (González, 2004). Mediante la aplicación de este tipo de prácticas de orientación, el orientado no es el que elige, el orientador es el que “descubre” lo que es mejor para el muchacho. Lo que frecuentemente ocurre es que los resultados confunden más al orientado por la amplitud, diversidad y muchas veces el desconocimiento de las opciones. La entrevista psicológica es otra práctica muy común en la orientación profesional. Mediante la entrevista se trata de que el estudiante confronte sus gustos y habilidades con las carreras que considera opciones de entre las cuales elegir (Bohoslavsky, 1977). La entrevista puede ser conducida con base en diversas orientaciones psicológicas directivas tales como psicodinámicas, o no directivas tales como de auto­realización o de auto­actualización (González, 2004). Sin embargo, por el gran número de estudiantes que asisten a las preparatorias y el limitado tiempo del que disponen los orientadores, no se logra cubrir adecuadamente las necesidades de cada alumno. Para subsanar estas limitaciones de tiempo, comúnmente al grupo de estudiantes se le presentan las carreras que ofrecen diversas universidades de su entorno. Esta actividad se centra en el medio, o sea la carrera a estudiar, y no en el fin, o sea en la actividad profesional a desempeñar en el futuro. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA Elegir una ocupación es considerado como evento episódico cuyo resultado ha de estar basado en el análisis tanto microcontingencial como macrocontingencial del individuo y del campo laboral. El establecimiento de esta relación de contingencias respecto al desarrollo histórico y actual del individuo y de las ocupaciones profesionales, así como de la prospectiva hacia el futuro, se realiza con base en los lineamientos de la psicología interconductual. Desde la perspectiva interconductual, los eventos psicológicos se analizan, de manera sincrónica, inmersos en un campo de relaciones de interdependencia (Ribes, 1990). 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. JUSTIFICACIÓN Se considera que la elección de una ocupación profesional no debería ser tratada como un evento aislado en la vida del individuo pues se trata de un evento con grandes implicaciones en la vida futura de la persona, siendo producto de la historia interactiva del mismo. No se trata de elegir una carrera profesional, se trata de elegir una ocupación profesional que el individuo pueda desarrollar en el futuro, para lo cual necesita una capacitación. HIPÓTESIS La carrera universitaria es un medio para lograr el fin que es el desempeño profesional. Por ello, el análisis del fenómeno a transformar ha de incluir el estudio de un periodo amplio en la vida del individuo bajo la perspectiva actual. Análisis del proceso hacia el desempeño profesional. El intervalo entre el momento en el cual se requiere que una persona elija una ocupación profesional y el momento en el que comienza a desempeñarla frecuentemente se prolonga durante varios años. Durante ese tiempo la persona se capacita cursando los estudios requeridos y posteriormente realiza acciones para conseguir un empleo o bien para lograr las condiciones mínimas necesarias para desempeñar, de forma independiente, las actividades propias de la ocupación en cuestión. De esta manera, muy a menudo la secuencia de eventos se presenta de la siguiente manera: elección de una ocupación → capacitación → consecución de las condiciones para el desempeño → desempeño laboral. OBJETIVO Analizaremos las características del desempeño profesional exitoso, ya que cuando una persona se encuentra en la situación en la cual se requiere que elija una ocupación, se pretende que elija aquella en la que exista mayor probabilidad de obtener éxito laboral. O sea que, de manera deseable, se espera el éxito laboral. Desempeño profesional exitoso. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. Generalmente se dice que una persona ha logrado éxito laboral cuando presenta al menos dos características: 1) realiza de manera eficiente las actividades requeridas en su ocupación. 2) mediante la actividad desempeñada se cumplen de manera suficiente sus expectativas laborales. La primera característica del éxito labora se refiere a las habilidades e intereses de la persona, es decir, al grado de excelencia con el cual realiza las actividades propias de su ocupación, así como al agrado al realizarlas. Entonces nos preguntamos: ¿de qué depende que una persona realice ciertas actividades con alto grado de habilidad y de agrado? A lo cual podemos responder que depende principalmente de los siguientes factores: Factores personales. Encontramos principalmente dos factores personales: a) las condiciones biológicas respecto a los requerimientos mínimos necesarios del organismo que posibiliten al individuo ejecutar los comportamientos en cuestión, tanto en la etapa de capacitación como en los momentos en los que se requiere su ejecución profesional; y b) el repertorio comporta mental, que a su vez depende de la historia interactiva a través de la cual la persona ha aprendido y ejercitado la gama necesaria de comportamientos constituyen test del repertorio profesional requerido. Esto implica no sólo el aprendizaje de dichos comportamientos sino también el logro de ciertas condiciones para métricas de los mismos, relevantes al caso, bajo las cuales se consideran eficientes las ejecuciones. Factores del contexto laboral. Estos factores refieren las condiciones ambientales del contexto apropiado a los comportamientos a ejecutar. En este aspecto se incluyen ciertas condiciones que posibilitan la ejecución del repertorio profesional en cuestión, tales como los recursos (físicos, instrumentales, humanos, etc.), y la situación del contexto (económica, política, organizacional, etc.). 2) Logro de las expectativas laborales. La segunda característica respecto al desempeño laboral exitoso se centra en el logro de las expectativas ocupacionales. Éstas refieren aquello que la persona espera lograr al desempeñarse laboralmente. Las expectativas ocupacionales pueden ser de tipos muy diferentes y adoptar muchas y muy variadas formas. Se considera que las expectativas laborales son producto de la historia del individuo, en la cual influyen tanto sus propias experiencias como las vicarias. A través de las interacciones con su entorno, ya sea mediante las con secuencias de sus actos o mediante las normas sociales, se va formando la jerarquía personal de necesidades y de valores. Esta jerarquía de necesidades y valores se puede considerar como escala de motivos de la persona. Ribes (1990) expresa que los motivos son “tendencias de comportamiento que se manifiestan como opciones y preferencias frente a los objetos y eventos de la situación”, y añade que los motivos direccionan el comportamiento de las personas hacia la elección de determinadas opciones, constituyendo inclinaciones o sesgos de acción. A su vez, se considera que el logro de las expectativas ocupacionales depende principalmente de tres factores: a) la oportunidad de desempeñarse en el contexto laboral 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com. Propicio para la consecución de lo esperado; b) el repertorio comportamental adecuado, que una vez ejecutado produzca los resultados deseados; y c) de que la persona se comporte de manera efectiva ante las condiciones laborales propicias para producir el efecto deseado en el ambiente físico, personal y social. Una vez identificadas las características básicas del desempeño profesional exitoso, nos dirigimos a derivar los aspectos relevantes a considerar en la elección de una ocupación profesional. Elección de una ocupación profesional. Tomar una decisión quiere decir seleccionar una opción, de entre dos o más posibilidades, basándose en ciertos criterios relevantes al caso. El procedimiento que se puede seguir para tomar una decisión implica: a) identificar dos o más opciones; b) establecer criterios; c) predecir los posibles resultados de cada opción; d) evaluar los resultados de cada opción; e) comparar los resultados con base en los criterios establecidos; y f) elegir una opción. Al centrarnos específicamente en la decisión ocupacional, se propone como deseable que ésta sea el resultado de un proceso sistemático de análisis de elementos relevantes que permita al individuo seleccionar, con los fundamentos mínimos necesarios, una ocupación profesional cuya probabilidad de éxito sea alta. De esta manera, se considera que una persona “eligió fundamentadamente una ocupación” cuando le fue posible determinar claramente la correspondencia entre sus características personales y las características de la ocupación seleccionada. Entonces, se propone el siguiente procedimiento para tomar la decisión de una ocupación profesional. 1) Identificar opciones ocupacionales. La selección de opciones ocupacionales no siempre es una tarea sencilla. Entonces nos preguntamos ¿cuáles factores pueden contribuir, de manera efectiva, a identificar opciones ocupacionales? Tradicionalmente, un aspecto básico y previo a seleccionar opciones ocupacionales ha sido el conocimiento de las características de quien va a elegir. Generalmente se considera que son dos las características personales que pueden ayudar a los individuos a seleccionar opciones ocupacionales: a) lo que la persona es capaz de hacer, denominándolo “aptitudes”, “posibilidades”, “habilidades”, etc.; y, b) lo que espera lograr, llamándolo “intereses”, “deseos”, “necesidades”. 1 Laura Toribio, 14 de agosto 2015, Periódico Reforma.com.