JULIO CESAR ANDRADE PACHECO CONTROL DE LECTURA ¿DESARROLLO ECONOMICO? El desarrollo económico local es un proceso de concertación público-privado entre los gobiernos locales, la sociedad civil organizada y el sector privado, con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población, mediante la creación de más y mejores empleos y la dinamización de la economía de un territorio definido, en el marco de políticas nacionales y locales. Es la capacidad de países o regiones para crear riqueza a fin de promover o mantener la prosperidad o bienestar económico y social de sus habitantes. Proceso de crecimiento mediante el cual los países incrementan los ingresos per cápita y se convierten en industrializados. El crecimiento de la producción de un país a la vez viene acompañado de cambios múltiples y variados en las estructuras y en la mentalidad de la gente. DESARROLLO ECONOMICO SOSTENIBLE El desarrollo sostenible es un concepto que se ha venido desarrollando en las últimas décadas. Implica el manejo integrado de los recursos naturales mediante la aplicación de políticas eficientes que permitan un balance entre el desarrollo y la conservación Tomando en cuenta las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Hoy en día entendemos la importancia y trascendencia que tiene el manejo sostenido de los recursos naturales, así como la preservación de la biodiversidad, pero, sobre todo, entendemos la necesidad de buscar tecnologías limpias, políticas adecuadas y permitir la activa participación de los pobladores locales para lograr el desarrollo sostenible en el Perú y poder así brindar bienestar y una mejor calidad de vida a largo plazo. En este sentido es importante seguir los lineamientos para lograr el desarrollo sostenible en el Perú. El desarrollo sostenible busca mejorar la calidad de vida de los pobladores rurales mediante el manejo integrado de los recursos naturales y actividades de desarrollo que sean compatibles con el medio ambiente pero que a su vez sean una fuente de economía estable. Busca la conservación de la diversidad biológica como potencial genético. Así como también busca un desarrollo económico con producción sostenible que genere riqueza. DESARROLLO ECONOMICO SOLIDARIO La economía solidaria es el proceso económico con implicancias en lo social, político y cultural que permite pasar de la supervivencia al desarrollo integral, "desde abajo". Para promover la economía solidaria es necesario un cambio de paradigma que supere una concepción de desarrollo basada en la "maximización de la ganancia del capital y la competitividad (factores escasos en América Latina) y se reoriente hacia una nueva economía basada en la "maximización de las capacidades de trabajo de las personas y la solidaridad" (factores abundantes en nuestros pueblos). Lleva a valorar el trabajo por la defensa y la integridad de la creación. Este tema es muy importante porque coloca la temática de la pobreza y la exclusión social no sólo como problema, sino también, y sobre todo, porque valora las capacidades de los pobres y excluidos/as de gestar economía y desarrollo, y no sólo supervivencia. Abre caminos para visualizar el paso de la precariedad y la exclusión social hacia el desarrollo humano integral sostenible por medio de la solidaridad global. También se procura promover la incidencia política y a todo nivel para el desarrollo solidario, y las iniciativas económicas en función del desarrollo local sostenible, articuladas en redes. También se propone desarrollar la identidad, espiritualidad y mística de los agentes pastorales a través de la formación. Es necesaria una mística del desarrollo humano integral solidario. DESARROLLO ECONOMICO EQUITATIVO Un crecimiento rápido y sostenible no es ningún milagro, y es posible para los países en vías de desarrollo, siempre que sus líderes se comprometan a lograrlo y saquen partido de las oportunidades proporcionadas por la economía global. Los países en vías de desarrollo necesitan conocer igualmente los niveles de incentivos e inversiones públicas necesarias para que la inversión privada despegue de modo que se llegue, a largo plazo, a la diversificación de la economía y a la integración en la economía global En un momento dado, se interpretó que "desarrollo" significaba la mejora de los indicadores económicos, entre ellos el producto bruto nacional a consecuencia de las inversiones, la asistencia y otras acciones económicas, efectuadas de gran medida por los países desarrollados. Las preocupaciones como el bienestar de los individuos, la condición de la mujer, la salud de los niños y el estado del medio ambiente eran consideradas secundarias. En cambio, actualmente la comunidad internacional reconoce que el desarrollo económico, el estado del medio ambiente, la salud de hombres, mujeres y niños y la condición de la mujer son todos factores intricadamente relacionados entre sí. El desarrollo requiere introducir mejoras en las vidas de los individuos, por lo general por ellos mismos, y la condición de la mujer determina poderosamente el nivel de Desarrollo. Para que mejore la condición de la mujer, es preciso que ésta tenga acceso a servicios de buena calidad de salud reproductiva. DESARROLLO ECONOMICO AL MODELO NEOLIBERAL En agosto de 1990 el gobierno de Fujimori inició la aplicación del programa neoliberal del Consenso de Washington, en un contexto internacional favorable –contrario al de los 80-, caracterizado por el retorno de los créditos externos, la reducción de las tasas De interés internacional, y el dominio ideológico del mercado libre y de la consecuente Eliminación de la intervención económica del Estado. Dado que, según este Consenso, los recursos deben asignarse sólo a través del mercado, el Estado debe ser neutral, debe privatizar sus empresas y algunos servicios (seguridad social, educación, etc.) y debe redefinir su tamaño en función del principio de la austeridad y el equilibrio presupuestal. El propósito del programa neoliberal fue así sentar las bases de un nuevo patrón de crecimiento y acumulación. El Estado no llega a todos, es excluyente. Después de casi veinte años de políticas neoliberales, dos son los grandes resultados: por un lado, la mayoría de peruanos carece de un Estado que los represente y los incluya, y por otro, la llamada reforma del Estado, tan mencionada durante el fujimorismo y en la década anterior, se ha concentrado casi exclusivamente en los circuitos por los que discurren los intereses de las grandes empresas y de un reducido grupo de individuos que hoy maneja el país. Las islas de eficiencia y modernidad solo han servido para que una minoría transnacional privilegiada continúe enriqueciéndose. Después de dos décadas queda claro que el interés central no estaba en producir un cambio radical del Estado peruano; es decir, en hacerlo más representativo, inclusivo y justo, sino más bien en privatizarlo para ponerlo al servicio de los grandes grupos económicos, extranjeros y nacionales, y de la corrupción. No hay servicios básicos para una parte importante de la población. No existe una reforma fiscal que le permita al Estado tener mayores recursos y distribuir mejor y más equitativamente la riqueza que todos los peruanos producimos. Tenemos un Estado pobre e ineficiente, incapaz de atender las demandas sociales y ampliar y consolidar los derechos de los peruanos, que no supo aprovechar, tanto antes como ahora, los periodos de bonanza económica. El Estado no ha llegado a las mayorías del país. Los principales sectores estatales en contacto con la mayor parte de la población no han sufrido ningún proceso importante de reforma y cambio. Ahí tenemos los casos de sectores como Salud, Educación y Transporte; o como el Poder Judicial, que no proveen servicios para el conjunto de nuestra población, y los que dan no son de calidad. Las mayorías nacionales no tienen ni buena educación, ni justicia, ni seguridad ciudadana, ni derechos. No tenemos, por lo tanto, ni un Estado moderno que promueva el desarrollo económico, ni un Estado democrático. Los espacios públicos se han precarizado. Mientras desde el gobierno se producen, en la práctica, procesos de desinversión y de reducción de los espacios y de los servicios públicos, se crean para estos servicios mercados que resultan excluyentes por los precios que se cobran y por el contenido que transmiten, y que benefician a grupos privilegiados. Así la salud y educación progresivamente se privatizan para convertirse en lucrativos negocios que excluyen a las mayorías del país. El espacio público, en lugar de ser un espacio de cohesión social y de encuentro entre todos los peruanos, ha pasado a convertirse en el verdadero gueto de una parte de las mayorías pobres de este país, lo que es reforzado por políticas sociales que solo buscan «focalizar» la ayuda social a los más necesitados en lugar de promover, además, la universalidad de los derechos políticos, económicos y sociales.