Subido por Bladimir Torres

CASACION - INTERDICTO DE RECOBRAR

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El Peruano
Jueves 30 de junio de 2016
CASACIÓN
accionante se le reponga en la posesión de la totalidad del lote de
terreno 04, Manzana “D”, Urbanización “El Mayorista”; que en el
fundamento seis se expresa que la acción la ejerce a efecto que la
demandada María Moraima Sánchez Calderón viuda de Cheffer
respete el área que efectivamente su padre y causante Julio
Campana Jimeno le vendió y comprende un área 195.31 metros
cuadrados del solar y desocupe y entregue a su persona el resto
de área que forma parte del lote de terreno 04, manzana D, la que
deberá ser determinada por los peritos en su informe respectivo.
Que en el trámite del presente proceso se han realizado diversos
informes periciales respecto de la fracción de terreno que
corresponde a cada parte, llegándose establecer la existencia de
una superposición; que con la actividad probatoria no se ha
logrado identificar correctamente el bien objeto de la acción, pues
el actor ha solicitado la reivindicación de una fracción de lote de
terreno; sin embargo, se emite sentencia otorgándole derecho
sobre la totalidad del bien materia de litis; en consecuencia, según
el artículo 196º del Código Procesal Civil, la parte actora debe
probar lo que alega. Sexto.- Que, para el ejercicio de la acción
reivindicatoria deben concurrir los siguientes elementos: a) que se
acredite la propiedad del inmueble que se reclama; b) que el
demandado posea la cosa de manera ilegítima o sin derecho a
poseer; y, c) que se identifique el bien, materia de restitución. En
tal sentido, la acción debe ser ejercitada por el propietario que no
tiene la posesión del bien; que esté destinada a recuperar el bien,
no el derecho de propiedad; que sea dirigida contra el poseedor no
propietario; y, que el bien esté determinado. Sétimo.- Que, de lo
actuado en autos se verifica que los órganos jurisdiccionales de
mérito no han realizado una valoración conjunta y razonada de los
medios probatorios, en virtud de lo alegado por la recurrente,
como sustento de hecho de su pretensión, siendo que la
motivación debe hallarse referida justamente a la probanza de los
hechos que inciden en la viabilidad de la acción incoada; que el
demandante pese a demandar la reivindicación de la totalidad del
bien, materia de litis, en el desarrollo de los fundamentos fácticos
de la demanda refiere que una fracción del terreno materia de la
litis es de propiedad de la demandada; que así se advierte, la
alegada vulneración al debido proceso y a la motivación de las
resoluciones judiciales; por lo que, las instancias de mérito deben
expedir nuevos pronunciamientos, teniendo en cuenta los informes
periciales practicados en autos sobre el bien materia de litigio, a
efecto de buscar la verdad jurídica objetiva, como sustento de una
sentencia justa. Octavo.- Que, es pertinente señalar que el debido
proceso es aquél que satisface todos los requerimientos,
condiciones y exigencias necesarias para garantizar la efectividad
del derecho material, lo que no han tenido en cuenta las instancias
de mérito al emitir su decisión, lo que constituye una negación a la
tutela jurisdiccional efectiva. Que habiendo esta Sala Suprema
arribado a dicha conclusión, carece de objeto pronunciarse sobre
el recurso de casación interpuesto por Marino Zúñiga Lara. V.
DECISIÓN: A) Por estos fundamentos y de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 396 inciso 3 del Código Procesal Civil:
Declararon FUNDADO el recurso de casación interpuesto por
María Moraima Sánchez Calderón viuda de Cheffer, obrante a
fojas dos mil setenta y dos; en consecuencia, NULA la sentencia
de vista de fojas dos mil treinta y cinco, expedida con fecha
primero de octubre del dos mil trece; e INSUBSISTENTE la
apelada de fojas mil ochocientos diez, su fecha veintinueve de
enero del dos mil trece emitida por el Primer Juzgado Civil
Transitorio de Descarga de Trujillo. B) ORDENARON que el
A’quo emita nueva resolución teniendo en cuenta las
consideraciones expuestas por este Supremo Tribunal. C)
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el
diario oficial El Peruano, bajo responsabilidad; en los seguidos por
Ana María Irene Grijalva Iturri y otros, con María Moraima Sánchez
Calderón Viuda de Cheffer; sobre reivindicación; y los devolvieron.
intervino como ponente, la Juez Supremo señora del Carpio
Rodríguez. Integra esta Sala Civil el señor Juez Supremo Miranda
Molina por vacaciones del Señor Juez Supremo Almenara Bryson.
SS. WALDE JÁUREGUI, DEL CARPIO RODRÍGUEZ, CUNYA
CELI, CALDERÓN PUERTAS, DE LA BARRA BARRERA
1
MICHELE TARUFFO, La Prueba, Marcial Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A.
Madrid 2008. p. 131.
C-1392274-17
CAS. Nº 49-2014 CAJAMARCA
Interdicto de recobrar. Sumilla.- Interdicto de recobrar. Para la
interposición de un interdicto, sea de recobrar o retener, se deben
cumplir los siguientes requisitos: a) proceden respecto de muebles
inscritos y de inmuebles, sean inscritos o no inscritos, b) el
demandante debe acreditar la posesión fáctica sobre el bien, sin
discutir el titulo en virtud al cual posee, menos aun la propiedad; c)
se deben probar los actos de despojo o perturbación; y, d) se debe
precisar la época en que se realizaron dichos actos. En el caso del
interdicto de recobrar, además, se debe cumplir lo siguiente: i) se
demuestre el desapoderamiento o despojo del bien, el que puede
ser con o sin violencia; ii) el despojante releve al despojado del
goce del bien; y, iii) no haya existido proceso previo. Arts. 921º del
CC., 598º, 600º y 603º del CPC. Lima, doce de agosto de dos mil
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catorce.- La SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE
SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA; vista la causa
número cuarenta y nueve - dos mil catorce, en audiencia pública
llevada a cabo el día de la fecha y producida la votación con
arreglo a Ley, emite la siguiente sentencia: I. ASUNTO En este
proceso de interdicto de recobrar, es objeto de examen el recurso
de casación interpuesto por el demandante Nirio Mendoza Inca
mediante escrito de fojas cuatrocientos sesenta y tres, contra la
sentencia de vista de fecha dieciocho de octubre de dos mil trece,
obrante a fojas cuatrocientos veintinueve, expedida por la Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, que revoca la
sentencia apelada de fecha veintisiete de diciembre de dos mil
doce, obrante a fojas trescientos cuarenta, en el extremo que
declara fundada en parte la demanda, y reformándola declara
infundada dicha demanda. II. ANTECEDENTES 1. Demanda
Mediante escrito obrante a fojas sesenta y dos, presentado el
catorce de marzo de dos mil doce, modificado por escrito de fojas
ochenta y cinco, Nirio Mendoza Inca y Elva Jaqueline Chuquilín
Vásquez interpusieron demanda contra Carlos Enrique Loayza
Tam y Jacqueline Flor Grau Araníbar, solicitaron como pretensión
principal interdicto de recobrar del inmueble de quinientos ochenta
y cuatro metros cuadrados, que se encuentra cercado por una
barda de material noble de tres metros de altura y sin ninguna
construcción en su interior, ubicado en la Avenida Hoyos Rubio sin
número, Sector Columbo, Distrito, Provincia y Departamento de
Cajamarca; asimismo, propusieron como pretensión accesoria
una indemnización por daños y perjuicios por el monto de treinta y
cinco mil nuevos soles. 1.1. Los actores sostienen que han
ejercido de manera continua la posesión del mencionado inmueble
desde el veinticuatro de agosto de dos mil dos, momento en que lo
adquirieron al entregar el dinero como precio de dicha venta a los
demandados, precisando que la posesión la han ostentado hasta
el veintiuno de enero de dos mil doce, fecha en que fueron
despojados del bien. 1.2. Señalaron que, en posesión del predio,
realizaron diversas actividades, entre ellas, la celebración de once
contratos para la limpieza del inmueble, la construcción de zanjas
para cimientos en agosto del dos mil once, y la contratación de
servicios de un arquitecto para la confección de los planos de la
futura edificación. 1.3. Precisaron los actores que el inmueble
tiene un área de mil doscientos sesenta y uno metros cuadrados,
habiendo individualizado a su favor un área de quinientos ochenta
y cuatro metros cuadrados; no obstante ello, el inmueble continúa
inscrito en los Registros Públicos a nombre de los demandados.
1.4. Señalaron que los demandados –aprovechando un viaje que
realizaron- cambiaron el candado de la puerta de ingreso al
inmueble y, consecuentemente, con fecha veintiuno de enero de
dos mil doce, los despojaron de la posesión, impidiéndoles el
acceso al predio. 1.5. Ante el reclamo por el ilícito proceder de los
demandados, éstos respondieron señalando que los habían
despojado del inmueble porque habían decidido ya no vender el
predio. 2. Contestación de la demanda. Mediante escrito obrante
a fojas ciento cuarenta y uno, presentado el veinticinco de abril de
dos mil doce, los demandados contestaron la demanda, negándola
y contradiciéndola en los siguientes términos: 2.1. Negaron haber
tenido conversación alguna con los demandantes respecto a la
venta del inmueble. 2.2. Señalaron que no existe ninguna prueba
que acredite la presunta posesión que los demandantes habrían
ejercido sobre el bien, pues no existe construcción de casetas, ni
se evidencia que el terreno haya sido sembrado y/o utilizado; por
el contrario, los emplazados afirman que ellos sí estuvieron en
posesión constante del bien. 2.3. Sostuvieron que son los propios
demandantes los que, aprovechando la ausencia de los
recurrentes, ingresaron de manera ilegal al inmueble para levantar
un cerco, sin que dicha construcción estuviera autorizada por los
demandados. 2.4.Finalmente, los demandados reconocieron la
intención de vender el cuarenta por ciento del predio a los
demandantes, a razón de cincuenta dólares norteamericanos el
metro cuadrado, sin embargo, éstos nunca terminaron de pagar el
precio total; por lo tanto, la promesa de compraventa nunca llegó
a concretarse. Inclusive indicaron que solicitaron la cuenta
corriente de aquellos para devolverles el dinero que tiempo atrás
entregaron. 3. Puntos controvertidos En la Audiencia de
Conciliación, cuya acta obra a fojas doscientos sesenta y dos, se
fijaron los siguientes puntos controvertidos: a. Determinar si los
demandantes han estado en posesión real y efectiva del inmueble
de quinientos ochenta y cuatro metros cuadrados de área que se
encontraría cercado por una barda de material noble de tres
metros de altura y sin ninguna construcción en su interior, ubicado
en la Avenida Hoyos Rubio sin número, Sector Columbo,
Cajamarca, que compone aproximadamente la mitad no construida
del predio inscrito en los Registros Públicos a nombre de los
demandados; o si dicha posesión siempre ha sido ejercida por
éstos. b. Establecer, en caso se acredite el punto anterior, si los
demandantes han sufrido o no despojo del bien antes aludido por
parte de los demandados; y si tal hecho ha ocurrido dentro del año
anterior a la interposición de la demanda. c. Determinar en el
supuesto que los temas anteriores se demuestren, si los hechos
que han generado este proceso han causado daños y perjuicios a
los demandantes que sean capaces de ser resarcidos por los
demandados. 4. Sentencia de primera instancia El Juez del
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CASACIÓN
Segundo Juzgado Civil de Cajamarca expidió la sentencia obrante
a fojas trescientos cuarenta, su fecha veintisiete de diciembre de
dos mil doce, que declaró fundada en parte la demanda de
interdicto de recobrar y, en consecuencia, ordenó que los
demandados desocupen y restituyan la posesión a favor de los
demandantes respecto del predio urbano de quinientos ochenta y
cuatro metros cuadrados de extensión superficial, ubicado en la
Avenida Hoyos Rubio sin número, Sector Columbo, Provincia y
Departamento de Cajamarca; asimismo, declaró nulas las
resoluciones números dos y tres en cuanto a los extremos que
declara inadmisible el pedido de modificación de la demanda y en
cuanto se admite la pretensión accesoria de indemnización por
daños y perjuicios, así como nulos todos los demás actos
procesales que tengan directa conexión con dicha pretensión, y
reponiendo el proceso al estado que corresponde, declaró
improcedente la modificación de la demanda peticionada por los
actores. Las razones que sustentaron dicha decisión son las
siguientes: 4.1. El Juez, consideró, luego de la valoración conjunta
y razonada de los medios probatorios, que los demandantes han
estado en posesión del terreno especialmente a partir de julio de
dos mil once hasta enero de dos mil doce, situación que los
propios demandados han aceptado en su escrito de formulación
de excepciones y en la propia diligencia de inspección judicial, lo
que constituye una declaración asimilada, conforme prevé el
artículo 221º del Código Procesal Civil y, por ende, corrobora que
los actores sí estuvieron en posesión efectiva del bien materia de
litigio. 4.2. También señaló que, para los efectos de este proceso,
no es preciso acreditar desde cuándo los demandantes han
ocupado materialmente el inmueble materia de la restitución, sino
basta que lo hayan hecho dentro de un periodo cuyo término final
no exceda de un año contado hasta la interposición de la demanda,
lo que en este caso se cumple. 4.3. Finalmente, en cuanto a la
pretensión accesoria de indemnización por daños y perjuicios, el
Juez señaló que debe declararse improcedente en virtud a lo
dispuesto en el artículo 555º, inciso 4, del Código adjetivo,
concordante con el último párrafo del artículo 121º del mismo
Código, pues el monto propuesto fue introducido como
consecuencia de la modificación de la demanda, sin embargo,
este acto procesal para esta clase de procesos sumarísimos está
prohibido. 5. Recurso de apelación Mediante escrito obrante a
fojas trescientos cincuenta y seis, presentado el nueve de enero
de dos mil trece, los demandados interpusieron recurso de
apelación alegando lo siguiente: 5.1. Sostuvieron que los
demandantes no han probado de forma fehaciente haber ejercido
posesión sobre parte del inmueble, más aun cuando los
documentos que acompañan a la demanda no prueban dicha
posesión. 5.2. Señalaron que los actores no han probado con
documento idóneo cuándo se produjo el despojo, menos aun que
se haya producido de manera violenta. 5.3. Manifestaron que
tampoco han cumplido con indicar a qué destinaban el predio en
litigio. 6. Sentencia de vista La Sala Especializada en lo Civil de
la Corte Superior de Justicia de Cajamarca expidió la sentencia de
vista obrante a fojas cuatrocientos veintinueve, su fecha dieciocho
de octubre de dos mil trece, que confirmó la sentencia apelada en
el extremo que declaró improcedentes las tachas formuladas por
los demandados; la revocó en cuanto declaró fundada en parte la
demanda, y reformándola en dicho extremo declaró la infundada
la demanda de interdicto de recobrar, asimismo, declaró
improcedente el recurso de apelación concedido sin efecto
suspensivo y con la calidad de diferida de fojas doscientos sesenta
y cuatro, que desestimó la excepción de falta de legitimidad para
obrar de los demandantes formulada por los demandados. Las
razones que sustentaron dicha decisión son las siguientes: 6.1. La
Sala Civil Superior señaló que, de la revisión y apreciación de los
medios probatorios, se advierte que los demandantes no han
probado el modo cómo iniciaron la posesión sobre el predio en
litigio, que además es parte integrante de uno de mayor extensión
de propiedad de los demandados, pues si bien han alegado que lo
vienen conduciendo desde el año dos mil dos, a razón de una
compraventa en copropiedad; sin embargo, no han acreditado la
existencia de la misma; agrega a ello que los actores no han
probado a qué destinaban el inmueble, por lo que no han
acreditado el animus y el corpus. 6.2. La Sala Superior también
sostuvo que los documentos presentados por los actores,
consistentes en contratos de carpintería, arquitectura y servicios
de limpieza, no son medios de prueba suficientes que acrediten
por sí solos el ejercicio continuo e ininterrumpido del derecho de
posesión sobre el predio en litigio, el mismo que no se encuentra
debidamente identificado, pues en la demanda no se precisa su
ubicación exacta, menos sus colindancias, no existiendo ningún
documento que acredite su calidad de predio independiente al
inmueble de propiedad de los demandados, el cual se encuentra
debidamente inscrito en la Partida Electrónica Nº 11038453 del
Registro de Predios de la Oficina Registral de Cajamarca. III.
RECURSO DE CASACIÓN Mediante escrito obrante a fojas
cuatrocientos sesenta y tres, presentado el trece de noviembre de
dos mil trece, el demandante Nirio Mendoza Inca interpuso recurso
de casación, el que, mediante resolución de fecha cinco de marzo
de dos mil catorce, obrante a fojas cincuenta y ocho del cuadernillo
respectivo, ha sido declarado procedente por este Supremo
Tribunal por las siguientes infracciones: a) Infracción normativa
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del artículo 139º, inciso 5, de la Constitución Política del
Estado, concordante con el artículo VII del Título Preliminar y
50º, inciso 6, del Código Procesal Civil: sostiene que la
sentencia recurrida describe apresuradamente y de manera muy
simple los diferentes requisitos legales para la procedencia de un
interdicto de recobrar. Manifiesta que se trata de una redacción
antojadiza y malinterpretada de los artículos relativos a su defensa
posesoria que menosprecia de manera alarmante todos los
medios probatorios ofrecidos, incluso la propia inspección judicial
practicada por el Juez. Indica que del primer al noveno
considerando la Sala realiza una exposición de lo actuado y no
desarrolla o justifica el uso o no de los medios probatorios que a la
larga sirven de base para su posterior decisión, pues recién en el
décimo considerando concluye que los demandantes no han
probado el modo cómo iniciaron la posesión sobre el predio. b)
Infracción normativa del artículo 600º del Código Procesal
Civil. Señala que no es requisito de la demanda de interdicto de
recobrar que se acredite la fecha exacta del inicio de la posesión
del predio, bastando que se pruebe la posesión por más de un año
ininterrumpido para su procedencia, por lo que se ha errado al
pretender exigirle al impugnante que pruebe un acontecimiento
que nada tiene que ver con este proceso. El impugnante también
refiere que la Sala Superior equivocadamente considera que no
especificó a qué destinaba el predio, no obstante ello, precisa que
estaba construyendo en dicho inmueble una casa-habitación,
afirmación que lo hace sin perjuicio de sostener que no es requisito
indispensable definir exactamente el uso que se le otorga al
terreno para plantear la demanda de interdicto, sino tan solo la
posesión ficta. c) Infracción normativa del artículo 921º del
Código Civil, concordante con los artículos 598º y 603º del
Código Procesal Civil: señaló que la Sala Superior habría
sostenido equivocadamente que la demanda de interdicto de
recobrar únicamente prosperaría cuando existe un despojo
violento del bien, no obstante que la doctrina y la misma legislación
nacional establecen que no se requiere la ocurrencia de actos que
impliquen violencia física, sino que se refiere a una amplia gama
de actos perturbatorios y de despojo de la posesión. IV.CUESTIÓN
JURÍDICA EN DEBATE La cuestión jurídica en debate consiste en
determinar si la decisión impugnada se emitió en cumplimiento de
la garantía que otorga el derecho constitucional a la debida
motivación de las resoluciones judiciales y, luego de ello, deberá
establecerse si el interdicto de recobrar interpuesto por el
impugnante satisface los presupuestos que exige la ley para su
procedencia. V. FUNDAMENTOS DE ESTA SALA SUPREMA
Primero.- Conviene establecer que este Supremo Tribunal ha
declarado procedente el recurso de casación propuesto por
infracciones normativas tanto de orden procesal y material, por lo
que, en primer término, deberán analizarse las infracciones
procesales debido a la naturaleza y los efectos de éstas, pues si
merecieran amparo carecería de objeto pronunciarse respecto de
la infracción que tiene relación con el derecho material. Segundo.Sobre el particular, es factible traer a colación que el derecho
constitucional a la debida motivación de las resoluciones judiciales,
consagrado en el artículo 139º, inciso 5, de la Constitución Política,
garantiza a los justiciables que los jueces, cualquiera sea la
instancia a la que pertenezcan, expresen el proceso lógico que los
ha llevado a decidir la controversia, asegurando que el ejercicio de
la potestad de administrar justicia se realice con sujeción a la
Constitución y a la Ley, pero también con la finalidad de facilitar un
adecuado ejercicio del derecho de defensa. Este derecho
constitucional garantiza la publicidad de las razones que tuvieron
en cuenta los jueces para pronunciar sus sentencias, resguardando
a los particulares y a la colectividad de las decisiones arbitrarias,
pues obliga a los jueces enunciar las pruebas en que sostienen
sus juicios y a valorar las mismas racionalmente. Tercero.- El
deber de motivar las resoluciones judiciales también ha sido
regulado a nivel legislativo a través de los artículos VII del Título
Preliminar, 122º, incisos 3 y 4, y 50º, inciso 6, del Código Procesal
Civil, los cuales exigen que las resoluciones judiciales deben
contener la mención sucesiva de los puntos sobre los que versa la
resolución con las consideraciones, en orden numérico correlativo,
de los fundamentos de hecho que sustentan la decisión, y los
respectivos de derecho con la cita de la norma o normas aplicables
en cada punto, según el mérito de lo actuado. Cuarto.- Sobre el
derecho a la debida motivación, el Tribunal Constitucional ha
señalado que “La Constitución no garantiza una determinada
extensión de la motivación, por lo que su contenido esencial se
respeta siempre que exista fundamentación jurídica, congruencia
entre lo pedido y lo resuelto y, por si misma expresa una suficiente
justificación de la decisión adoptada, aun si ésta es breve o
concisa (...). Tampoco garantiza que, de manera pormenorizada,
todas las alegaciones que las partes puedan formular dentro de un
proceso sean objeto de un pronunciamiento expreso y detallado
(...)”1. Quinto.- Ahora bien, realizado el examen de la sentencia
impugnada desde un enfoque relativo solo a la motivación, se
advierte que la Sala Superior esgrime una serie de razones que
sustentan su decisión, entre ellas, que los demandantes no
habrían probado el modo cómo iniciaron la posesión sobre el
predio en litigio, tampoco habrían demostrado a qué destinaban
dicho inmueble; por lo tanto, concluye que no habrían acreditado
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el animus y el corpus; asimismo, la Sala agrega que los
documentos que los actores presentaron no son medios de prueba
suficientes que acrediten el ejercicio continuo e ininterrumpido del
derecho de posesión sobre el inmueble en cuestión, el mismo que
no se encuentra debidamente identificado, pues no se precisa su
ubicación exacta, menos aun sus colindancias y además no se
acredita su existencia física como predio independiente del
inmueble de propiedad de los demandados, el cual se encuentra
debidamente inscrito en la Partida Electrónica Nº 11038453.
Sexto.- En tal contexto, se puede concluir que la resolución
recurrida en casación no adolece de una motivación insuficiente,
pues, como se aprecia del considerando precedente, aquella
expresa las razones suficientes que la llevan a establecer que la
acción de interdicto de recobrar interpuesto por el recurrente no
satisface los requisitos que la Ley exige, como resultado, se
entiende, de la calificación jurídica de los hechos probados en el
proceso, en virtud, claro está, de la valoración conjunta y razonada
de las pruebas, contemplada en el artículo 197º del Código
Procesal Civil; por lo tanto, no es factible considerar como
infracción del derecho a la debida motivación el error en la
calificación jurídica de los hechos, en todo caso deberá
determinarse, a través del estudio de las normas que regulan el
régimen de los interdictos, si resulta arreglada a ley la decisión
impugnada; por tal razón, debe declararse infundado este extremo
del recurso propuesto. Sétimo.- En tal sentido, para efectos de
resolver el caso en discusión, es primordial analizar la naturaleza
jurídica de los interdictos, a fin de establecer si la acción interdictal
interpuesta satisface los presupuestos que exige la ley. El artículo
921º del Código Civil estipula que “Todo poseedor de muebles
inscritos y de inmuebles puede utilizar las acciones posesorias y
los interdictos. Si la posesión es de más de un año puede realizar
los interdictos que se promuevan contra él”. La norma antes citada
confía la defensa judicial de la posesión de muebles inscritos y de
inmuebles, estén o no inscritos, a las acciones posesorias y a los
interdictos. Conviene mencionar que la diferencia de estas dos
figuras radica en que las acciones posesorias tutela el derecho a
la posesión a través de un proceso de conocimiento en el que hay
un pleno probatorio orientado a demostrar dicho derecho, mientras
que los interdictos protegen el hecho de la posesión en un proceso
sumarísimo en el que solo se admiten pruebas destinadas a
acreditar la posesión y los actos perturbatorios o de despojo.
Octavo.- Así, la tutela posesoria reconocida en el artículo 921º se
complementa con la normativa del Código Procesal Civil. En
efecto, el artículo 598º del Código Procesal Civil establece que:
“Todo aquel que se considere perturbado o despojado en su
posesión puede utilizar los interdictos, incluso contra quienes
ostenten derechos reales de distinta naturaleza sobre el bien
objeto de la perturbación”. Al respecto, el autor Torres Vásquez
define a los interdictos como: “(...) procesos sumarísimos para
resolver interinamente sobre la posesión actual, de prueba limitada
exclusivamente a la posesión, con el fin de mantenerla o
conservarla como para recuperarla, sin discutir sobre el derecho
de posesión”2; asimismo, Ramírez Cruz comenta que “(...) el
interdicto es siempre el proceso civil donde se decide
provisionalmente sobre la posesión actual, esto es, el hecho
posesorio mismo, a través de un proceso sumarísimo”3. Noveno.Sobre este tema es pertinente traer a colación el siguiente
comentario de Torres Vásquez: “Con los interdictos se protege a
toda clase de poseedor, legítimo o ilegítimo, de buena o mala fe, al
que adquirió la posesión porque lo transfirió el titular del derecho
real como al que lo adquirió de modo clandestino o violento, al
poseedor con o sin animus domini; al que adquirió la posesión
originariamente o en forma derivada como es la posesión adquirida
mediante un acto jurídico unilateral o bilateral, inter vivos (el uso
derivado de un contrato de arrendamiento, comodato, leasing,
etc.) o mortis causa (el usufructo derivado de un testamento), al
poseedor de una cosa y al poseedor de un derecho (ejemplo, el
del copropietario), al poseedor exclusivo y a los coposeedores.
Consiguientemente, todo poseedor está legitimado activamente
para ejercitar la acción interdictal”4. Décimo.- Así, se puede
señalar que la pretensión interdictal está orientada a proteger la
posesión de hecho y por ello la demanda debe contener los
hechos en qué consiste el agravio y la época en que se realizaron,
debiendo reiterarse que en esta acción se discute únicamente la
posesión fáctica y actual del demandante y el hecho perturbatorio
o de despojo realizado por el demandado, tal como dispone el
artículo 600º del Código Procesal Civil que literalmente señala:
“Además de lo previsto en el Artículo 548, en la demanda deben
expresarse necesariamente los hechos en que consiste el agravio
y la época en que se realizaron. Los medios probatorios deben
estar referidos, exclusivamente, a probar la posesión y el acto
perturbatorio o desposesorio o su ausencia”. Undécimo.- El
vigente Código Procesal Civil, a diferencia de su antecesor el
Código de Procedimientos Civiles de 19125, solo reconoce dos
clases de interdictos: el interdicto de retener y el de recobrar o de
despojo. El texto original del artículo 603º6 del citado Código,
aplicable al caso por temporalidad de la norma, estipula que el
interdicto de recobrar: “Procede cuando el poseedor es despojado
de su posesión, siempre que no haya mediado proceso previo. Sin
embargo, si se prueba que el despojo ocurrió en ejercicio del
derecho contenido en el Artículo 920 del Código Civil, la demanda
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será declarada improcedente”. Duodécimo.- Para Ramírez Cruz:
“El interdicto de despojo, llamado también de recobrar o de
reintegración, está orientado a recuperar la posesión de quien ha
sido despojado o desposeído. Su propósito es muy claro:
recuperar, obtener la restitución o reposición de quien ha sido
eliminado de la posesión que tenía”7, seguidamente comenta que:
“Sin duda la denominación interdicto de despojo es más efectiva y
contundente, pero hay que indicar que comprende por igual a la
desposesión con violencia como a la desposesión sin violencia.
Por eso es más propio y amplio el término recobrar, pues supone
la desposesión sin violencia, así como la violenta, o sea el despojo
propiamente dicho, en cambio “despojo” implica siempre
violencia”8. Sobre el acto de despojo o mejor dicho
desapoderamiento, Ledesma Narváez refiere que: “El despojo es
todo acto por el cual el poseedor pierde total o parcialmente la
posesión, la coposesión o la posesión parcial. No requiere
violencia, mala fe o dolo. Se configura con el acto objetivo de
actuar sin voluntad del poseedor. Implica la pérdida de posesión
en virtud de un acto unilateral del tercero, el cual no es consentido
por el poseedor primigenio”9. Décimo Tercero.- El análisis de las
normas antes citadas permite establecer los siguientes requisitos
para la interposición de los interdictos en general, a saber: a)
proceden respecto de muebles inscritos y de inmuebles, sean
inscritos o no inscritos; b) el demandante debe acreditar solo la
posesión fáctica sobre el bien, sin discutir sobre el derecho de
posesión, menos aun sobre el derecho de propiedad; c) se deben
probar los actos de despojo o perturbación; y, d) se debe precisar
la época en que se realizaron dichos actos para efectos de
computar el plazo de prescripción contemplado en el artículo 601º
del Código Procesal Civil. Para el caso del interdicto de recobrar,
se requiere además los siguientes elementos: i) se demuestre el
desapoderamiento o despojo del bien, ya sea por violencia,
clandestinidad, engaño, astucia, abuso de confianza, usurpación
y, en general, cualquier hecho o acto que origine la privación de la
tenencia del bien mueble inscrito o inmueble; ii) el despojante
releve al despojado del goce del bien; y, iii) no haya existido
proceso previo, esto es, sentencia que ordene la desposesión o
despojo del bien. Décimo Cuarto.- En tal sentido, analizada la
sentencia de vista impugnada, desde un enfoque relacionado con
la interpretación de las normas que regulan la naturaleza jurídica
de los interdictos, se advierte que, en efecto, la Sala Superior
interpreta incorrectamente los artículos antes citados, al exigir,
conforme se evidencia del considerando décimo de la recurrida,
que los demandantes demuestren el modo en que iniciaron la
posesión sobre el inmueble o a qué destinaban dicho bien, toda
vez que estas exigencias no se contemplan en las normas
denunciadas, pues, queda claro que en este tipo de proceso lo
que el demandante debe probar es la posesión fáctica actual
sobre el bien, independientemente del título del cual deriva dicha
posesión, pues no constituye requisito del interdicto acreditar el
derecho a poseer, menos aun el derecho de propiedad sobre el
predio. Décimo Quinto.- Asimismo, en el considerando undécimo
de la impugnada se advierte otro error de interpretación de la Sala
Superior al exigir que el legitimado activo en una pretensión
interdictal pruebe el ejercicio continuo e ininterrumpido del derecho
de posesión sobre el bien, cuando la doctrina es unánime al
señalar que el objeto de los interdictos es proteger la posesión de
hecho actual, ya que “tiene derecho a valerse de los interdictos el
que posee por días, meses o años, pues para que accione basta
que tenga la posesión actual o que haya sido despojada de ella,
pero debe ejercitar su acción antes de vencido el año contado
desde que se produjo el hecho de la perturbación o del despojo”10.
En el mismo considerando el Tribunal Superior sostiene que los
demandantes no precisan la ubicación exacta del predio, menos
aun sus colindancias, no existiendo documento alguno que
acredite su calidad de predio independiente al inmueble de
propiedad de los demandados, el que se encuentra debidamente
inscrito en Registros Públicos; sin embargo, dichas afirmaciones
también resultan incorrectas, pues, como estipula el artículo 921º
del Código Civil, esta acción procede respecto de inmuebles
inscritos y no inscritos y solo en el caso de los bienes muebles se
exige la inscripción; en virtud a ello, se puede entender que esta
pretensión no requiere de la independización del bien, menos aun
de su inscripción registral; debiendo agregarse a ello que en este
caso concreto se evidencia que el inmueble en litigio está
plenamente identificado con sus respectivas colindancias, de
acuerdo a lo consignado en el acta de inspección judicial de fojas
doscientos setenta y dos. Décimo Sexto.- Finalmente, en el
considerando décimo cuarto de la impugnada se repara la
afirmación de la Sala Civil consistente en que el acto de despojo
requiere de violencia; no obstante, debe reiterarse que tal
aseveración resulta errada toda vez que el desapoderamiento o
despojo del bien puede producirse a través de cualquier acto
clandestino o engaño, astucia, abuso de confianza, usurpación y,
en general, cualquier hecho o acto que origine la privación de la
tenencia del bien. Décimo Sétimo.- Tal orden de ideas permite
llegar a la conclusión de que la sentencia de vista impugnada ha
infringido las normas denunciadas al interpretarlas erróneamente
y desnaturalizar la figura jurídica del interdicto, exigiendo
presupuestos que no tienen relación con su naturaleza jurídica;
78644
CASACIÓN
por consiguiente, este Supremo Tribunal deberá actuar de acuerdo
a lo dispuesto en el artículo 396º, primer párrafo, del Código
Procesal Civil, modificado por la Ley Nº 29364. VI. DECISIÓN Esta
Sala Suprema, en aplicación de lo dispuesto en el artículo 396º,
primer párrafo, del Código Procesal Civil, modificado por la Ley Nº
29364: 1) Declara FUNDADO el recurso de casación interpuesto
por Nirio Mendoza Inca mediante escrito de fojas cuatrocientos
sesenta y tres, por la infracción normativa del artículo 921º del
Código Civil, así como de los artículos 598º, 600º y 603º del
Código Procesal Civil; en consecuencia, CASARON la sentencia
de vista de fecha dieciocho de dieciocho de octubre de dos mil
trece, obrante a fojas cuatrocientos veintinueve, expedida por la
Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Cajamarca, en el
extremo que revoca la sentencia apelada de fecha veintisiete de
diciembre de dos mil doce, obrante a fojas trescientos cuarenta,
en cuanto declaró fundada en parte la demanda, y reformándola
declara infundada dicha demanda; manteniéndose firme los
demás extremos de la resolución de vista. 2) ACTUANDO EN
SEDE DE INSTANCIA: CONFIRMARON la sentencia apelada de
fecha veintisiete de diciembre de dos mil doce, obrante a fojas
trescientos cuarenta, en cuanto declara fundada en parte la
demanda de interdicto de recobrar y, en consecuencia, ordena a
los demandados para que cumplan con desocupar y restituir la
posesión a favor de los demandantes, respecto del predio urbano
de quinientos ochenta y cuatro metros cuadrados de extensión
superficial, materia de litis. 3) DISPUSIERON la publicación de la
presente resolución en el Diario Oficial El Peruano, bajo
responsabilidad; en los seguidos por Nirio Mendoza Inca y Elva
Jaqueline Chuquilín Vásquez con Carlos Enrique Loayza Tam y
Jacqueline Flor Grau Araníbar, sobre interdicto de recobrar; y los
devolvieron. Interviene como ponente el señor Juez Supremo
Almenara Bryson. SS. ALMENARA BRYSON, TELLO GILARDI,
ESTRELLA CAMA, RODRÍGUEZ CHÁVEZ, CALDERÓN
PUERTAS
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Fundamento Jurídico Nº 11 de la Sentencia del Tribunal Constitucional Nº 12302002-HC/TC, su fecha 20 de junio de 2002.
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Derechos Reales, Tomo I. Editorial Idemsa, Lima,
2006. p. 451-452.
RAMÍREZ CRUZ, Eugenio. Tratado de Derechos Reales. Tomo I. Editorial Rodhas,
Lima, 2004. p. 516.
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Ob. Cit., p. 458.
El derogado Código de Procedimientos Civiles clasificó en cinco clases los
interdictos: 1) interdicto de adquirir; 2) interdicto de retener; 3) interdicto de
recobrar; 4) interdicto de obra nueva; y 5) interdicto de obra ruinosa.
El artículo 603º del Código Procesal Civil fue modificado por el Artículo Único de la
Ley Nº 30199, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18 de mayo de 2014.
RAMÍREZ CRUZ, Eugenio. Ob. Cit. p. 519
RAMÍREZ CRUZ, Eugenio. Ob. Cit. p. 519
LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Análisis
artículo por artículo. Gaceta Jurídica, 2011, Lima. p. 393.
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal. Ob. Cit., p. 451.
C-1392274-18
CAS. Nº 290-2014 LIMA
OBLIGACION DE DAR SUMA DE DINERO. CAUSAL DE
CONTRADICCIÓN. Para contradecir un mandato ejecutivo
amparado en el artículo 19º.2 de la Ley de Títulos Valores Nº
27287 proponiendo las defensas que se deriven de las relaciones
personales, necesariamente el tenedor de la letra y el aceptante
de la misma, deben tener además de la relación cambiaria, una
relación causal subyacente, en base a la cual el deudor pueda
oponerse al pago, señalando el motivo por el cual se opone. Lima,
catorce de agosto de dos mil catorce. LA SALA CIVIL
PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA
REPÚBLICA; vista la causa número doscientos noventa - dos mil
catorce, en audiencia pública realizada en la fecha y producida la
votación correspondiente, emite la siguiente sentencia. I.
ASUNTO: En el presente proceso de obligación de dar suma de
dinero, el demandante Hugo Abdón Vidal Valer ha interpuesto
recurso de casación mediante escrito de fojas cuatrocientos uno,
contra la resolución de vista de fojas trescientos setenta y nueve,
su fecha treinta de setiembre de dos mil trece, expedida por la
Segunda Sala Civil con Subespecialidad Comercial de la Corte
Superior de Justicia de Lima, que revoca la resolución apelada de
fojas doscientos setenta y seis de fecha veinte de noviembre de
dos mil doce que declara infundada la contradicción y ordena
llevar adelante la ejecución; y reformándola declara improcedente
la demanda de obligación de dar suma de dinero, con costas y
costos. II. ANTECEDENTES 2.1 DEMANDA: Mediante escrito
presentado el ocho de junio de dos mil nueve, obrante a fojas
nueve, Hugo Abdón Vidal Valer interpone demanda de obligación
de dar suma de dinero, solicitando que los demandados le abonen
la suma de treinta mil dólares americanos ($ 30,000.00) conforme
se acredita con la letra de cambio inserta en la medida cautelar, en
donde se ha trabado embargo sobre un inmueble de propiedad de
los ejecutados, debidamente inscrito en la Partida número
3171301 del Registro de Predios. Indica que los ejecutados
aceptaron una letra de cambio derivada de sus relaciones
comerciales con ellos, cuya fecha de vencimiento era el
El Peruano
Jueves 30 de junio de 2016
veinticuatro de noviembre de dos mil ocho, y en la que consta que
no es prescindible la falta de protesto por falta de pago. Llegada la
fecha de pago los ejecutados se han mostrado renuentes a
cancelar la suma puesta a cobro. 2.2 CONTESTACIÓN DE LA
DEMANDA Mediante escrito de fecha dieciséis de noviembre de
dos mil nueve, obrante a fojas cuarenta y ocho, los demandados
Olinda Luján Donayre y Víctor Flores Rodríguez, contradicen el
mandato ejecutivo alegando que el deudor también puede
contradecir al tenedor del título valor, proponiendo las defensas
que se deriven de sus relaciones personales y las que resulten
procedentes, según la ley procesal. Que al no haber circulado la
cambial pueden oponer al accionante las excepciones personales
que correspondan. Agregan que con el demandado no les une ni
les ha unido ningún tipo de relación comercial, y menos aún
firmaron una letra de cambio a su favor por treinta mil dólares
americanos (US$ 30,000.00), por lo que no existe razón para ser
deudores del demandante y mucho menos de la suma que
pretende cobrar. Que corresponde asumir al demandante la carga
de la prueba es decir debe probar que la relación comercial existió.
Agrega que el demandante tiene antecedentes por delitos de
estafa, asociación ilícita, falsedad genérica, atentados contra la
autoridad, lesiones daños etc. y a la fecha de colocada la
aceptación de la letra de cambio el demandante estaba detenido
razón por la cual resulta materialmente imposible que se haya
aceptado una cambial en tales condiciones. Que quien tuvo una
relación de amistad con el ejecutante fue su hijo Erick Flores Lujan
al ser un trabajador de la empresa en la que también laboraba el
demandante, y aprovechando esta amistad frecuentó en varias
oportunidades su hogar. Que, en el año mil novecientos noventa y
seis, se extravió de su domicilio una letra de cambio en blanco que
se encontraba firmada por ellos, omitiendo denunciar este hecho
puesto que no imaginaron que la había sustraído, sino más bien
que se había traspapelado. Es así que después de tres años han
sido sorprendidos, al ser llenada de manera fraudulenta, lo que
evidencia la falsedad de la letra de cambio, al haberse consignado
en ella un domicilio que no corresponde al suyo, haber insertado
alrededor de la firma una escritura que no corresponde al puño y
letra del co ejecutado. 2.3 PUNTO CONTROVERTIDO: Mediante
audiencia única del dieciséis de marzo de dos mil diez, de fojas
ochenta y nueve, el Juez declara saneado el proceso y fija el
siguiente punto controvertido: 1. Determinar si el título valor puesto
a cobro consistente en la letra de cambio obrante a fojas tres de
autos, adolece de nulidad formal o falsedad, estando a los
argumentos esgrimidos por los ejecutados en su contradicción.
2.4 AUTO FINAL DE PRIMERA INSTANCIA: El Quinto Juzgado
Civil-Comercial de la Corte Superior de Justicia de Lima, mediante
resolución número treinta y cinco, de fecha veinte de noviembre
de dos mil doce, obrante a fojas doscientos setenta y seis, declara
infundada la contradicción formulada por los ejecutados y ordena
llevar adelante la ejecución, hasta que cumplan con pagar la suma
de treinta mil dólares americanos, más intereses legales, costos y
costas del proceso. Dicha decisión se sustenta, en las siguientes
motivaciones: a) Que, de los autos se tiene que se admitió como
medios probatorios documentos (informe de entidades bancarias
y de la SBS) y declaración de parte conducentes a acreditar la
referencia a la solvencia económica y a su vez la existencia de
dicha relación comercial causante de la cambial materia de
ejecución, de conformidad con el artículo 19º.2 de la Ley de Títulos
Valores: “El deudor también puede contradecir al tenedor del título
valor, proponiendo las defensas que se deriven de sus relaciones
personales y las que resulten procedentes, según la ley procesal”.
b) Sin embargo, en el presente caso, el sustento de la contradicción
no contiene hechos relativos a las relaciones personales que
hubiera tenido el ejecutante con los ejecutados, sino por el
contrario estos niegan relación comercial alguna. Refieren que el
ejecutante no tiene derecho sustantivo alguno para cobrar la
obligación contenida en la referida cambial. Si bien por el carácter
abstracto y autónomo de la letra de cambio, dicho título valor no
contiene inserta la relación causal generatriz de la obligación
patrimonial que por derecho cambiario deriva de ella, sin embargo,
siendo que el presente proceso es uno de naturaleza ejecutivacambiaria, debe aplicarse los principios correspondientes a este
tipo de procesos, dentro de ellos el carácter autónomo de la
obligación cambiaria contenida y derivada de la referida cambial,
la cual es lo que legitima a la parte hoy demandante a pretender la
satisfacción del crédito cambiario contenido en la cambial materia
de autos. c) El hecho que los ejecutados invoquen la ausencia de
“relación comercial” alguna o los supuestos antecedentes
delictuosos del hoy ejecutante no pueden ser materia a probar ni
discutir en la presente causa cuyo trámite corresponde a los fines
y principios del Proceso Único de Ejecución; del mismo modo los
medios probatorios que estén destinados a “acreditar” la
inexistencia de la solvencia económica del ejecutante o el origen
delictuoso de la cambial sub-materia, no pueden ser válidamente
admitidos en la presente causa, teniendo en todo caso la parte
ejecutada el derecho de hacerlo valer por ante el órgano
jurisdiccional correspondiente, conducentes a esclarecer o
determinar los hechos que condujeron a la emisión de la cambial
materia de ejecución y a la aceptación de los hoy ejecutados,
siendo a que en todo caso en el estado en que se encuentra la
presente causa no existe certeza alguna (aunque sea de modo
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