Subido por victor manuel valencia

LAS CUATRO RAZONES JURÍDICAS DETRÁS DE LA DECISIÓN DE SANTOS

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LAS CUATRO RAZONES JURÍDICAS DETRÁS DE LA DECISIÓN
DE SANTOS
¿POR QUÉ EL PRESIDENTE DECIDIÓ NO ACOGER LAS MEDIDAS
CAUTELARES?
Por: REDACCIÓN EL TIEMPO
19 de marzo 2014 , 06:09
p.m.
1. Las medidas cautelares de la Comisión Interamericana no
son de obligatorio cumplimiento si no se refieren a la vida y
la integridad de las personas. El martes en la noche, en una
visita en Washington, el ministro de Justicia, Alfonso
Gómez Méndez, había señalado que "las decisiones de la
Comisión son un consejo, una recomendación" y no una
orden. El Gobierno analizó los alcances de las sentencias de
la Corte Constitucional que han señalado que las medidas
cautelares del Sistema Interamericano son vinculantes y la
conclusión fue que esos pronunciamientos se refieren
explícitamente a las medidas de protección física.
Las medidas cautelares de derechos políticos que ordenó la
Comisión en este caso no forman parte de la tradición del
Sistema
Interamericano
y
su
base
--que
el
derecho
disciplinario colombiano va en contravía con el Artículo 23
de la Convención Americana de Derechos Humanos-- ya fue
desechada por la Corte Constitucional al ratificar la
destitución de Piedad Córdoba, que argumentó, sin éxito,
que era una servidora pública elegida por voto popular y que
las normas interamericanas prohibían que fuera sancionada
por una autoridad no judicial.
2. El caos institucional. En el análisis realizado por el
equipo jurídico de Palacio, que incluyó consultas de
altísimo nivel, se concluyó que aceptar la tesis de la
Comisión sobre la supuesta falta de competencia del
Procurador sobre los funcionarios de elección popular
generaría un vacío jurídico de imprevisibles consecuencias.
No solo porque la misma situación de Petro, que fue
investigado y sancionado según las reglas vigentes desde la
promulgación de la Constitución del 91, la han enfrentado
más de 1.200 excongresistas, exalcaldes, exgobernadores,
exdiputados y exconcejales, sino por el futuro de los
actuales procesos, que afectan a no menos de 500 elegidos.
Además de las demandas millonarias de los destituidos o
sancionados (personajes como Samuel e Iván Moreno, entre
ellos), acatar las medidas equivaldría a aceptar la tesis de
que las actuales reglas de juego sobre la acción de la
Procuraduría no son válidas. Una reforma de las mismas
tocaría decenas de artículos de la Constitución, un proceso
de reforma que en ningún caso estaría listo antes de finales
del 2015. ¿Qué pasaría en el ínterin?
3. El efecto dominó. La polémica tesis de la Comisión
Interamericana sobre la aplicabilidad de medidas cautelares
frente a derechos políticos, en el sentido de cuestionar
decisiones tomadas en procesos que no corresponden al
dedillo con lo que dice la Convención Americana de
Derechos
Humanos,
Contraloría
(que
afectaría
con
sus
también
la
labor
investigaciones
de
logró
la
la
destitución, por ejemplo, del exgobernador del Valle Héctor
Useche por un caso de detrimento patrimonial), que es un
organismo de naturaleza similar a la Procuraduría: es un
ente de control independiente de carácter administrativo,
no jurisdiccional. Así, la Contraloría también podría ver
frenadas sus actuaciones contra funcionarios elegidos por
voto
popular.
Pero
el
efecto
iría
más
allá:
las
investigaciones de la Corte Suprema contra aforados no
cumplen protocolos internacionales porque la Sala Penal no
tiene doble instancia, sin que esto implique que no se
brinden todas las garantías.
En efecto, a los condenados por el proceso 8 mil y por la
parapolítica los investigó y sancionó el mismo grupo de
magistrados, con una garantía que la Constitución del 91
considera como de primer nivel: quienes juzgan a los
congresistas son los máximos magistrados del país, la
instancia considerada más alta en la justicia penal. La
figura de la pérdida de investidura, que ha sido clave para
depurar la política, también se habría visto afectada, pues la
Convención
dice
que
los
elegidos
solo
podrían
ser
sancionados por una investigación penal.
4. Las dudas sobre el procedimiento de la CIDH. Altas
fuentes confirmaron que en el Gobierno cayó mal que sin
esperar a la audiencia que había convocado para el próximo
lunes sobre el tema la Comisión tomara la decisión de pedir
medidas cautelares. No se entiende, por ejemplo, cómo se
tomó una decisión semejante apenas siete horas después de
que el Consejo de Estado tumbó las últimas tutelas en favor
de Petro, sin hacer primero un análisis profundo sobre las
razones expuestas por ese tribunal colombiano.
Tampoco, el desconocimiento de que en este caso en
particular ha habido un profundo análisis jurídico. El
Gobierno considera que la Comisión, que forma parte de un
sistema de justicia subsidiario, que solo puede operar
cuando en el país no se ha podido o no se ha querido
impartir justicia, actuó sin competencias, entre otras
razones porque el proceso de las tutelas debe esperar aún la
revisión de la Corte Constitucional y porque la defensa de
Gustavo Petro se ha abstenido de adelantar la demanda
administrativa contra la destitución, lo que demostraría que
las instancias internas no se habían agotado.
REDACCIÓN JUSTICIA
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