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La adultez desde la perspectiva de la psicología del desarrollo

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Universidad Evangélica Nicaragüense Martin Luther King Jr.
Escuela de Medicina Natural Integrativa
Carrera: Medicina General Naturopática
Asignatura: Psicología Médica
Tema: Etapas del desarrollo humano
Trabajo: Edad adulta intermedia
Autora: Jeanett Antonia Velásquez Corrales
Docente:
Msc. Tania Belén Pérez Cano
Junio 8 de 2019
I.
Introducción
El presente trabajo es elaborado para la asignatura de Psicología Médica de la Carrera de
Medicina General Naturopática. Consiste en el análisis de la edad adulta intermedia, desde
la perspectiva de la psicología del desarrollo.
Con este trabajo se pretende dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Se dan
verdaderos cambios en la edad adulta intermedia?, ¿En qué magnitud?, ¿En qué ámbitos?,
¿Cómo se producen estos cambios?, ¿Se relacionan entre sí?
A continuación los apartados en que se estructura este trabajo:





Generalidades de la edad adulta intermedia.
Mapa mental
Teóricos principales
Relación cambio/estabilidad
o Aspectos físicos
o Aspectos emocionales
o Aspectos cognoscitivos
o Aspectos sociales
Fortalezas de las personas en esta etapa del ciclo vital
Se finaliza el trabajo con las conclusiones, una propuesta de abordaje desde la Medicina
Naturopática y la bibliografía.
II.
Desarrollo
A. Generalidades de la edad adulta intermedia
La adultez intermedia, también conocida como mediana edad, es un término
relativamente nuevo; es el periodo comprendido entre la adultez joven y la tercera edad.
Según Levinson, va desde los 40 hasta los 65 años de edad.
Levinson, bajo la influencia del trabajo de Erik Erikson, Elliott Jaques y Bernice
Neugarten, creó su teoría de la Visión de crisis de la Etapa conduciendo entrevistas
extensas de hombres y mujeres de edad 35 a 45 y buscando modelos comunes durante
sus vidas; encontró que las mujeres atraviesan por los mismos períodos o etapas que
los hombres, solo que en las primeras, las etapas de la vida están más vinculadas al
ciclo de vida de la familia y en los hombres, se relacionan más con la selección de carrera
y con la vida profesional.
En esta etapa, generalmente la persona ha vivido experiencias como el matrimonio y la
ma/paternidad y se encuentra en transición a otras experiencias como la jubilación o
soledad por la viudez, separación marital y/o salida de los hijos e hijas del hogar. Pueden
empezar a manifestarse enfermedades que se vuelven crónicas, como consecuencia de
los malos hábitos y en lo que se refiere al descuido de la salud.
En la adultez intermedia coinciden el cambio y la estabilidad, dado que los cambios de
las diversas competencias personales transcurren a distintas velocidades. Las
diferencias en los cambios indican que el desarrollo adulto puede manifestarse
multidireccionalmente, es decir, en algunas competencias de manera estable y en otras,
aumentando o disminuyendo.
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B. Mapa mental
2
C. Teóricos principales
En el contexto de una psicología del desarrollo, aún son escasas las teorías nacidas en el
contexto de la edad adulta. Sin embargo, es posible mencionar las teorías de la crisis normativa
y las teorías del envejecimiento exitoso.
Muchas de las teorías de la crisis normativa se basan en las ocho etapas de Erikson (que él
llamaba las "ocho edades del hombre", como una búsqueda de la identidad personal,
ampliando así las etapas de Freud hasta ocho y cambiando su modelo psicosexual por otro
psicosocial, con lo que abrió el camino para el estudio del ciclo vital que permanece hasta hoy.
La resolución positiva de cada etapa es de capital importancia para poder acceder a las etapas
siguientes. El conflicto propicia el paso de una etapa a otra superior. Si esa "crisis" no se
resuelve de forma satisfactoria, continúa demandando energía y causando dificultades, por lo
que toda personalidad sana debe resolver la crisis de forma adecuada. La naturaleza de cada
crisis es diferente y se caracteriza por una bipolarización (positiva-negativa).
De acuerdo con Erikson, el problema fundamental que se encara en la adultez es el de la
generatividad frente al estancamiento. Respecto a la generatividad, afirma que operamos
dentro de tres dominios:
-
el procreativo, que consiste en dar y en responder a las necesidades de la siguiente
generación,
el productivo, que consiste en integrar el trabajo a la vida familiar y cuidar a la siguiente
generación, y
el creativo, que consiste en hacer aportaciones a la sociedad en gran escala.
En la última etapa de la vida, con la octava crisis de integridad del yo frente a la desesperación,
la contradicción de ambos sexos se expresa entre el deseo de envejecer satisfactoriamente y
la ansiedad que producen los pensamientos de pérdida de autonomía y muerte. Se analizan
los estadios anteriores, metas, objetivos fijados, alcanzados y no logrados. El individuo entra
así en un proceso filosófico orientado hacia la espiritualidad, las relaciones sociales y la
búsqueda del envejecimiento satisfactorio (sabiduría), que según Erikson muy pocos
individuos llegan a experimentar del todo.
A semejanza de las etapas de Erikson, ninguno de los conflictos de Peck se restringe a la
madurez ni a la vejez. Las decisiones tomadas en los primeros años de vida sientan las bases
de las soluciones en los años de la adultez y las personas maduras comienzan ya a resolver
los desafíos que se les presentarán en la senectud. Las tareas de desarrollo no sólo indican
las metas que la persona debe perseguir, sino también aquellas que debe pasar por alto,
llegada cierta edad. Las metas "adaptadas" a la edad se ven reforzadas y apoyadas
socialmente y las metas "inadecuadas" quedan rechazadas y privadas del apoyo instrumental
necesario.
Loevinger describe el desarrollo en siete etapas desde lo presocial (infancia) a lo integrado
(madurez). Cada etapa con sus propias preocupaciones, estilo personal y manera de pensar
y resolver los problemas. Su teoría sobre la "mitad de la vida", abre el paso a la adultez
intermedia. En este período, los sujetos se interrogan sobre distintos aspectos y valores de su
propia vida, lo que les altera emocionalmente.
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1. Teorías de la crisis normativa
Peck
Havighurst
Teórico
Problemas o conflictos del desarrollo
Tareas
Su concepción
se extiende a
lo largo de
toda la vida.
La adaptación a los cambios de edad y en la
pertenencia al grupo de personas mayores.
La adaptación a un cuerpo que se deteriora
y a las pérdidas, por ejemplo de la pareja.
La adaptación a la jubilación y al descenso
de recursos económicos.
Formula para cada fase vital, tareas que nacen del juego
entre el desarrollo biológico, el contexto históricosocial,
la personalidad de cada uno y las metas individuales:
Procesos encaminados a emprender mejores contactos
sociales con los propios hijos y otros familiares o
amigos.
Ampliación de las actividades de ocio o el ajuste de las
disposiciones financieras.
Flexibilidad en los cambios de roles a desempeñar,
potenciando los roles familiares, por ejemplo, el rol de
abuelos.
Establece
cuatro etapas
para la
adultez y tres
para la
senectud.
Aprecio de la sabiduría frente a la fuerza
física. Canalización de la energía de las
actividades físicas hacia las mentales.
Socialización frente a sexualización en las
relaciones humanas. La redefinición de las
relaciones con miembros de ambos sexos; la
camaradería sobre la intimidad sexual o la
competitividad.
Flexibilidad
emotiva
frente
a
empobrecimiento emotivo por pérdidas de
familiares, amigos y los antiguos intereses.
Flexibilidad frente a rigidez mental, por ej. en
cuanto a hábitos y a nuevas ideas.
Transcendencia corporal frente a preocupación por el
cuerpo. Centrar las metas en el rendimiento mental y
espiritual y en las relaciones sociales.
Diferenciación del ego frente a la preocupación por el
trabajo. Autovaloración a través de actividades
independientes de su anterior vida laboral y de las
características positivas adquiridas en su personalidad.
Transcendencia del ego frente a preocupación por el
ego. El temor a la propia muerte, sobreseído por las
aportaciones personales a cualquier nivel: la
descendencia y el legado material o cultural para las
futuras generaciones.
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En la psicología del desarrollo de la edad adulta son frecuentes, como se ve, las teorías
caracterizadas por las etapas vitales. Son varios autores; solo me referiré además de los
anteriores al aporte de Baltes y Thomae, cuya concepción asume el continuo proceso de
cambio y estabilidad de la persona desde el nacimiento hasta la muerte y que la
variabilidad interindividual de los sucesivos cambios adquiere un mayor significado
normativo con la edad.
Tres tesis caracterizan esta concepción (Thomae, 1979): En cada etapa de la vida
pueden observarse cambios psíquicos; al mismo tiempo, en cada etapa, aún en la niñez
y la juventud, aparece una constante de la conducta y la experiencia; finalmente, la
variabilidad interindividual en la conducta y la experiencia queda demostrada en cada
una de las etapas vitales.
En una posterior ampliación, Baltes propuso siete principios para su psicología del
desarrollo del ciclo vital, de los que sólo mencionaremos los cuatro más importantes
(Baltes, Lindenberger y Staudinger, 1998):
La idea central pone su acento en el desarrollo continuado, a lo largo de toda la vida.
Siempre pueden ocurrir procesos continuos acumulativos o procesos discontinuos
innovativos.
El desarrollo de todo el ciclo vital está caracterizado por una multidireccionalidad y una
multidimensionalidad inter e intraindividuales. El desarrollo corre de forma diferencial,
no paralela entre los distintos ámbitos de las conductas o recursos (p. ej.: en las
relaciones sociales y la cognición) y también dentro de esos mismos ámbitos (p.ej.:
dentro de la cognición que puede referirse a una inteligencia fluida, como en la
elaboración de la información, o a una inteligencia cristalizada, como en las estrategias
cognitivas y la adquisición de conocimientos). La multidireccionalidad indica que el
desarrollo puede ir en direcciones cualitativamente distintas (p.ej.: en la pérdida o
estabilidad de los recursos).
El desarrollo vital es un doble juego entre pérdidas y ganancias; al principio predominan
las ganancias, que van cediendo con el paso del tiempo en campos concretos. Pero
siempre pueden constatarse nuevos recursos, aunque no sean muy numerosos.
Un concepto básico es la plasticidad, que define la adaptabilidad intraindividual en los
aspectos psicosociales. En estudios realizados sobre el rendimiento de la memoria, se
comprueba que todavía puede alcanzarse una alta capacidad de mejora en personas
mayores, manteniéndose las diferencias correlativas entre los distintos grupos de edad.
Se distinguen tres tipos de plasticidad: el rendimiento de partida, es decir, el nivel
adquirido sin entrenamiento alguno; la reserva de capacidad de inicio, es decir, el límite
superior de los resortes disponibles activados (p.ej.: por medio de un gran interés y
esfuerzo) y, por último, la reserva de capacidad de desarrollo, es decir, el nivel de
rendimiento que puede adquirirse en el training y la intervención (Baltes, 1990, p. 12).
2. Teorías sobre el envejecimiento exitoso
Estas teorías intentan describir los caminos que deben seguir las personas mayores para
cumplir con las exigencias de su edad y llegar a un alto grado de satisfacción en su vida.
Pero no existe unanimidad entre los autores sobre los procesos que deben seguirse para
lograrla. Hay quienes como Havighurst, Neugarten y Tobin afirman que el envejecimiento
óptimo va unido a un estilo de vida activo continuado y que se debe prolongar todo lo
posible las actividades acostumbradas y buscar nuevas alternativas para aquellas otras
que se deban interrumpir por mandato de la edad.
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El posible desequilibrio puede salvarse por un nuevo cambio en las relaciones y en el
entorno. Con frecuencia, la sociedad valora positivamente este proceso, considerándolo
como un hecho biológico natural, por ejemplo, cuando las personas mayores deben
ceder su puesto de trabajo a los jóvenes.
Baltes y Baltes (1989), siguiendo la línea conceptual del envejecimiento exitoso, han
conseguido un modelo propio del desarrollo de la edad adulta: el modelo de la
optimización con compensación, que lo constituye el concepto del ciclo vital con sus
ganancias, estabilidad y pérdidas en la edad madura.
Según estos autores, se puede conseguir un nivel funcional estable, una autoimagen
positiva y un estado satisfactorio, por medio de tres procesos de adaptación
fundamentales: la selección, la optimización y la compensación.
La selección incluye la reformulación de las metas de desarrollo y el establecimiento de
preferencias; en dirección positiva, se dirige a la prospección, elección y formulación de
metas y campos de acción; además intentando evitar lo negativo, reaccionando a las
pérdidas y reformulando las metas con niveles estandar elegidos por el propio individuo.
La optimización se entiende como la adquisición o el perfeccionamiento de medios,
recursos y conductas que ayudan a conseguir las metas previstas.
La compensación se dirige a la recuperación y mantenimiento del nivel funcional o del
estatus bio-psico-social vigente hasta el momento. Se procura movilizar, sobre todo,
recursos, capacidades y habilidades que han permanecido latentes en el repertorio
conductual de la persona.
3. Otras teorías: parciales o específicas
Se circunscriben a un campo parcial del desarrollo de la edad adulta.
En la teoría de la Common-Cause (Baltes y Lindenberger, 1997), se investigan las
relaciones entre las distintas edades y diversas funciones. Lindenberger & Baltes (1994)
pudieron demostrar que la edad no ejercía efecto directo alguno sobre el rendimiento
cognitivo.
En la teoría socio-emocional de la Selectividad (Carstensen, 1992; Baltes y Carstensen,
1999) el supuesto es que las interacciones sociales están íntimamente relacionadas con
la satisfacción subjetiva. Según esta teoría, se deben poner en marcha medidas
reguladoras para seguir aplicando con eficacia los recursos vitales de que dispone la
persona, quien debe seguir activando su entorno social, modificándolo y adaptándolo
con el paso de la edad.
Las prioridades se van desplazando, gradualmente, a lo largo del ciclo vital. De un
entorno social amplio, pero no tan intensivo, se pasa en la vejez a una concentración
más selectiva y emocionalmente muy positiva de las relaciones sociales. Los amigos y
familiares íntimos están a esas edades en primera línea. Paralelamente, las personas
mayores no sólo se apartan de las relaciones superficiales, sino también de las
conflictivas.
D. Relación cambio/estabilidad
1. Aspectos físicos
Al inicio de la edad adulta intermedia, los cambios físicos son apenas perceptibles; se
irán acentuando conforme pasen los años y se vayan presentando los cambios
orgánicos y emocionales.
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Un factor importante en la salud física y emocional, es la zona de residencia; la vida en
el campo, tiende a ser más relajante y segura; aunque se carezca de los beneficios del
progreso en zonas urbanas.
1.1 Cambios en el sistema endocrino
La adultez intermedia va acompañada de cambios en el funcionamiento del sistema
endocrino, los cuales no afectan por igual a todas las personas pues dependerá en
parte del estilo de vida. Una vida saludable contribuirá a mantener el equilibrio hormonal
o a ralentizar su eventual deterioro, debido a que por un lado, algunos órganos pierden
la capacidad de recepción de ciertas hormonas por lo que éstas se metabolizan con
mayor lentitud y, por otro lado, hay cambios en el funcionamiento de las glándulas, con
lo que se ve alterada la cantidad de hormonas que genera el organismo. Los principales
cambios se observan en:
Ovarios y testículos: Producen las llamadas hormonas sexuales, cuyos cambios
caracterizan esta etapa de adultez intermedia y son más acusados en las mujeres a
causa de la menopausia, en que se produce un descenso drástico de hormonas
femeninas, especialmente de estrógenos, uno de los mayores factores de riesgo de
osteoporosis.
Con la reducción de estrógenos desaparece la capacidad reproductora, aumenta el
riesgo cardiovascular y se deterioran los caracteres sexuales secundarios con aumento
del vello facial, ligera atrofia genital y del tejido mamario. Aparecen generalmente
sofocos, por la expansión y contracción de los vasos sanguíneos, dolor muscular,
descenso de la líbido y cambios psicológicos, dolor de cabeza, insomnio, fatiga,
aumento de peso, trastornos urinarios y resfriados.
Los hombres padecen una reducción gradual de los niveles de testosterona a medida
que envejecen. Se produce cierta disminución en la fertilidad y en la frecuencia del
orgasmo, además de fluctuaciones cíclicas en la producción de hormonas o
andropausia. A largo plazo puede producirse la atrofia genital y disfunción eréctil. Un
porcentaje muy bajo (aproximadamente 5%) presenta síntomas como depresión, fatiga,
inadaptación sexual y molestias físicas, difícilmente definibles.
Páncreas: es el encargado de producir insulina. El paso del tiempo no cambia la
cantidad de esta hormona que se produce. Pero sí la capacidad de los receptores para
absorberla. Es lo que se conoce como resistencia a la insulina y que suele concluir en
la aparición de DM.
Glándulas suprarrenales: producen dos hormonas: aldosterona y cortisol. La primera
regula la absorción de líquidos y electrolitos, su secreción disminuye con la edad y
explica el mareo y la hipotensión que se produce con los cambios repentinos de
posición (ortostática).
El cortisol se encarga de la respuesta al estrés y regula la descomposición de la
glucosa, las proteínas y las grasa, además de tener efectos antinflamatorios y
antialérgicos. Es una de las hormonas cuya presencia en sangre suele permanecer
invariable, aun cuando se produce en menor cantidad, lo que puede afectar a la
capacidad de adaptación del organismo al medio ambiente, favoreciendo la fragilidad
gradual de las personas mayores.
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Paratiroides y tiroides: La hormona paratiroidea regula la producción de calcio y fosfato,
esenciales para mantener la fortaleza de los huesos. Los cambios en los niveles de
esta hormona pueden contribuir a la desmineralización del hueso y como consecuencia,
al desarrollo de la osteoporosis. Puede aparecer un hipotiroidismo.
1.2 Deficiencias sensoriales
Las deficiencias sensoriales van ocurriendo gradualmente. Son muy comunes la
disminución en la capacidad visual (presbicia y miopía) y disminución de la capacidad
auditiva de sonidos con frecuencia más alta, conocida como presbiacucia.
Las papilas gustativas pierden sensibilidad, por lo que algunos alimentos se perciben
como insípidos.
Disminuye la sensibilidad al tacto después de los 45 años y al dolor después de los 50,
lo que puede agravarse ante enfermedades como la diabetes.
1.3 Otros cambios físicos y en la salud
Se experimenta una pérdida en la resistencia física por una baja en la tasa del
metabolismo basal, es decir, la cantidad de energía que se gasta para mantener las
funciones vitales.
Los principales cambios visibles y generalizados son: la piel se torna menos tersa y
uniforme, se encanece y adelgaza el cabello, se gana peso y pierde estatura; la menor
absorción de calcio disminuye la densidad de los huesos y las articulaciones pueden
ser menos flexibles.
Las enfermedades físicas y emocionales más comunes de la edad media son el asma,
la bronquitis, la diabetes, el cáncer (de mamas, útero, próstata), desórdenes nerviosos
y mentales (irritación o depresión), artritis, reumatismo.
Se presenta un mal funcionamiento en los sistemas circulatorio, digestivo y genitourinario; sin embargo, muchos de los síntomas o enfermedades, ya se padecen desde
el inicio de la edad adulta temprana.
Un problema de salud significativo en la edad intermedia es la hipertensión, que
predispone a ataques del corazón, afectando a uno de cinco adultos.
2. Aspectos emocionales
Los cambios físicos, acompañados de las pérdidas de seres queridos por fallecimientos,
divorcios o salida del hogar de los hijos e hijas; así como el proceso de jubilación y el
desempleo, inciden en crisis depresivas y sensación de vacío emocional.
El síndrome del nido vacío es una sensación general de soledad que los padres u otros
tutores pueden sentir cuando uno o más de sus hijos abandonan el hogar. Aunque es
más común en las mujeres, puede ocurrir en ambos sexos. En el pasado, la investigación
indicaba que el sentido de pérdida profundo que acompaña a este síndrome, podía
hacerlos vulnerables a la depresión, el alcoholismo, la crisis de identidad y los conflictos
matrimoniales.
Sin embargo, algunos estudios recientes indican que un nido vacío puede reducir los
conflictos familiares y laborales y puede ofrecerle a los padres muchos otros beneficios,
como el reencuentro del uno con el otro, el mejoramiento de la calidad de su matrimonio
y reavivar los intereses para los cuales antes no tenían tiempo.
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3. Aspectos cognoscitivos
El ser humano es un aprendiz de tiempo completo y de por vida. Una opción que
consideran muchas personas de la edad adulta intermedia retornar a las aulas. Es de
gran importancia mantenerse activo cognoscitivamente; permite estar en contacto con
el mundo físico e inmediato, así como con el mundo intelectual interno, aportando
contenidos culturales, científicos y ocupacionales, que puedan aplicarse cuando llegue
la jubilación o el desempleo.
Tener un repertorio de conocimientos y habilidades, reduce el estrés ante la
incertidumbre de ser desempleado o empleado poco valorado.
El fin de la vida laboral marca el cierre de la vida productiva en el ámbito institucional;
sin embargo, siempre habrá otras actividades que proporcionen satisfacción al aplicar
lo aprendido durante las etapas anteriores, pero sobre todo al contribuir con su
crecimiento intelectual.
Una característica particular de la edad adulta media es el mayor auge de la
inteligencia práctica: el interés por resolver los problemas que se presentan.
En la edad adulta intermedia, los estudios psicométricos revelan que los adultos tienen
una capacidad intelectual alta, que poseían desde etapas anteriores y que la
inteligencia cristalizada es la que posee una mayor presencia a diferencia de la
inteligencia fluida, que implica la relación entre percepciones, formación de conceptos
e inferencias, tendiendo a declinar con la edad; la cristalizada, es la capacidad para
recordar y emplear información adquirida durante toda la vida.
No obstante, debe considerarse que al llegar a la edad adulta se han perdido la mitad
de las conexiones sinápticas, algunas por falta de uso. Esto no significa que una
persona sea la mitad de inteligente que era antes, aunque sí conlleva cierto grado de
debilitamiento cognitivo y pérdida de oportunidades.
El trabajo, como otras actividades ocupacionales, independientemente de que sean
terapéuticas, puede ser la opción para mantener funcionando de manera óptima al
cerebro y a las funciones intelectuales. Una buena opción podría ser regresar a la
escuela para perfeccionar o aprender una competencia, aprender a tocar un
instrumento, nadar o realizar manualidades; generar hábitos como lectura de
comprensión, la observación y el análisis de documentos o escribir y la resolución de
crucigramas, juegos de memoria y concentración.
Características distintivas de la cognición adulta:
El pensamiento adulto es divergente, acepta la contradicción como aspecto básico de
la realidad.
El pensamiento adulto es metasistemático, pudiendo observar la realidad en términos,
lógicos, relativos y contradictorios,
El pensamiento adulto es contextualizado, ya que al existir cambios en la vida cotidiana,
no puede basarse únicamente en principios universales.
El pensamiento adulto es dialéctico, ya que el pensador post formal percibe la realidad
como un sistema estructurado en cambio, evolución y transformación.
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Según el modelo de K. Warner Schaie, corresponde a la edad adulta intermedia el
estadio de la responsabilidad, relacionado con los problemas de la vida práctica y de la
vida familiar.
El proceso de aprendizaje del adulto se caracteriza por ser vivencial, activo, actualizado,
participativo, interesante y práctico. Por tanto, el modelo educativo dirigido a adultos
debe estar enfocado y facilitar las experiencias de aprendizaje del adulto en un proceso
autodirigido, donde el maestro sólo es un facilitador o guía.
4. Aspectos sociales
Cada crisis del tipo que sea, presenta una dualidad: peligro y oportunidad, crecer o
estancarse.
La crisis de la edad adulta intermedia es conocida también como la crisis de los 40
años, periodo en el que las personas revisan y evalúan su vida; se ha denominado
también crisis de identidad o de la segunda adolescencia, en que la persona se plantea
su condición mortal, reevalúa lo que no ha alcanzado y aún se puede realizar.
Esta etapa requiere necesariamente de una organización y restructuración, en los
aspectos físicos, sociales, existenciales y trascendentes.
A nivel físico se deben aceptar los primeros signos de la vejez como las arrugas, canas,
manchas en la piel o verrugas.
Socialmente se debe dar un sentido y significado a las relaciones que se mantienen, ya
sea con la pareja o los hijos.
Existencialmente implica valorar la vida y sus circunstancias y construir un plan para la
siguiente etapa de vida.
Trascendentalmente es importante reconocerse como un ser finito, aprovechando y
valorando el tiempo presente,
Ámbito laboral
En el plano laboral, se manifiestan tres premisas: necesidad de sentirse útiles,
satisfacción personal por la labor a desempeñar y por la remuneración que éste les
aporta.
Levinson (1978), observó que los adultos de 40 a 50 años pueden presentar un cambo
de valores y metas que los lleva a pensar en modificar el curso de su carrera.
Durante la edad adulta intermedia, es probable que la persona esté en la cumbre de
una carrera escogida durante la edad adulta temprana o en el comienzo de una nueva
vocación, posiblemente estimulada por la revaluación de sí mismo o en algunas
mujeres, por necesidades prácticas más que de autorrealización.
Las consecuencias del estrés relacionado con el colapso laboral corresponden al
aspecto psicológico de manera directa, sus primeros síntomas son los episodios
frecuentes de ira, frustración y desesperación. Eisenberg y Lazarsfeld identificaron
rasgos de apatía, resignación, duda sobre si mismo, depresión, baja auto-estima,
creencias fatalistas entre los desempleados, sentimiento de desesperanza, inseguridad
respecto al futuro, pérdida de interés, angustia, dificultad para la concentración,
impulsos suicidas y diversas modalidades de desórdenes mentales, deterioro de las
relaciones sociales y, en algunos casos, consumo de bebidas alcohólicas.
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Tendrá otras repercusiones cuando se altere la salud física (la gastritis, colitis, cefaleas,
parálisis, entre otros) y familiar, frente a los problemas de comunicación, tolerancia y
afecto hacia los miembros del sistema familiar.
5. Fortalezas de las personas en esta etapa del ciclo vital
La edad adulta intermedia, se encuentra vinculada con una mayor experiencia y
productividad que las etapas anteriores de vida. Las personas cuentan con recursos,
sobre todo emocionales, para enfrentar las crisis y salir airosas.
En lo cognoscitivo, la asimilación de las experiencias y restructuración de las mismas,
lleva a una toma de decisiones más asertivas.
El afrontamiento efectivo de esta etapa, cuenta con rasgos de personalidad que se han
consolidado, tales como: buena autoestima, seguridad, independencia, y madurez.
E. Conclusiones
En la edad adulta intermedia, se dan verdaderos cambios, duraderos e irreversibles,
principalmente en la dimensión física, pero también en la dimensión emocional, social y
laboral. Esto incide en que sea considerada una etapa de crisis. Las causas por las que
puede ocurrir la crisis, se pueden diferenciar claramente en los siguientes aspectos:

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

Emocionales: separación (pareja, hijos), pérdidas, muerte (diferentes tipos de
duelo).
Físicas: enfermedad, disminución en energía y vitalidad, efectos de los cambios
hormonales.
Laborales: desempleo, jubilación, nuevo trabajo.
Sociales: presión del entorno, desadaptación a los cambios.
El impacto en la dimensión emocional se encuentra relacionado estrechamiento con los
cambios en todas las demás dimensiones. Las personas con un autoconcepto adecuado
sobrevivirán satisfactoriamente esta crisis; el autoconcepto variará según la educación
recibida, el contexto en que se desenvuelva el individuo y el referente social que conciba.
Además, del autoconcepto, otro mecanismo que podrá contribuir positivamente a la
estabilidad emocional de las personas en la adultez intermedia, es la apertura y
flexibilidad mental y la disposición a la aceptación de los cambios que caracterizan esta
etapa.
La calidad de vida podrá mejorar considerablemente en relación directa con las acciones
de autocuido integral, ojalá en las etapas previas de la vida, pero principalmente a partir
de esta etapa.
F. Una propuesta de abordaje desde la Medicina Naturopática
1. Gimnasia psicofísica para la integración del cuerpo y la mente mediante movimientos
controlados y armónicos, con beneficios en:
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



Fortalecimiento del sistema nervioso y glandular.
Mejoramiento de la digestión, circulación y sistema inmunológico.
Agilización del flujo de energía vital en todo el cuerpo.
Equilibro y armonización de las emociones.
Limpieza de las articulaciones y de las vértebras previniendo la osteoporosis.
El desengrasamiento principalmente de los músculos abdominales reduciendo el
colesterol.
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2. Qigong. Por ejemplo las 8 piezas del brocado de oro. Lo mismo que hace la
acupuntura con las agujas, lo hace el Qigong mediante el movimiento, la respiración
y las visualizaciones.
3. Los seis sonidos curativos. Aporta beneficios tanto a nivel curativo (aumento del
bienestar, disminución del estrés y la ansiedad), como a nivel meditativo (logrando
estados de paz y armonía) y a nivel espiritual (transformación personal y elevados
niveles de conciencia).
4. Dieta durante la menopausia. Introducir ciertos alimentos o aumentar su
dosis puede ayudar mucho a mejorar los síntomas de la menopausia.







Soja fermentada.
Hierbas y suplementos alimenticios como el perejil, la cúrcuma, el lúpulo, el aloe
vera o la salvia.
Alimentos ricos en complejos vitamínicos del grupo B6 como la batata, las
cebollas rojas, frijoles verdes, el apio o el brócoli.
Alimentos ricos en vitamina C como los cítricos, el tomate, los plátanos, los
espárragos el maíz o la coliflor.
Las legumbres tales como las lentejas, los guisantes y los garbanzos.
Consumo de semillas de lino, girasol o sésamo. Tienen muchas propiedades y
son muy fáciles de añadir en ensaladas o tostadas.
Frutos secos, como bocadillos. De ser posible el consumo de pistachos, nueces,
avellanas y castañas.
5. Terapia floral
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
Nogal: Adaptación a los cambios.
Madreselva: Nostalgia del tiempo pasado.
Alerce: Autovaloración, autoconcepto positivo.
Escleranto: Incertidumbre, oscilaciones de estado de ánimo.
Estrella de Belén: Cicatrizante emocional, duelos pasados.
Remedio de Rescate: Impacto por pérdidas recientes.
6. Acupuntura
Bibliografía:
Izquierdo Martínez Angel. Psicología del desarrollo de la edad adulta, Teorías y
contextos.
Universidad
Complutense
de
Madrid,
2005.
Disponible
en
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=349832315005
Jiménez Sánchez Guadalupe. Teorías del desarrollo III. 2012. Disponible en
http://www.aliat.org.mx/BibliotecasDigitales/Educacion/Teorias_del_desarrollo_III.pdf
Villena Carla. Generalidades de la adultez intermedia. Disponible en
https://www.academia.edu/15980569/GENERALIDADES_DE_LA_ADULTEZ_INTERME
DIA
12
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