La re-vinculación pedagógica desde el desarrollo socio-educacional, permite condiciones de bienestar en la convivencia del aula en plano SXXI. ¿Educar a través de la vinculación socioemocional como parte de la tarea docente habilita que los adolescentes de 4to año de la Escuela Enseñanza Secundaria Nº de Punta Alta, puedan gestionar sus adolescencias en pos del bienestar en el aula? Hipótesis: La vinculación socioemocional de los docentes de 4to año de la EES N con sus alumnos, corrige conductas inadecuadas, soluciona conflictos, fortalece actitudes y hábitos de comunicación sanos en las conductas adolescentes, dando bienestar a la convivencia en el aula. Objetivo general: Producir conocimientos sobre los niveles de incidencia de dispositivos de la educación socioemocional para el bienestar de la convivencia del aula. Determinar los factores socioemocionles que permitan darle mayor operatividad la práctica docente habilitando la gestión de las adolescencias en el aula. Objetivos específicos: Transferir los aportes de la educación socioemocional a las actividades iniciales del cuerpo docente de 4to año de la EES N Generar información para el cambio conceptual en el posicionamiento docente, con implicancias en vínculos pedagógicos socioemocionales, sistemáticos y operativos y para la gestión de las adolescencias en el aula. Revelar estrategias didácticas con implicancias socioemocionales para los contenidos curriculares, ocasionales o de la ESI. Crear espacios sociales positivos y solidarios entre docentes para la propia identificación con el grupo 4to año y el autoconocimiento relacional. RESUMEN Se plantea la necesidad de reflexionar el posicionamiento docente como articulador de vínculos pedagógicos, ente lo individual y lo social en alumnos adolescentes de 4to año dela EES Nº y del SXXI, sin perder su pertinencia en la tareapara la que se ha preparado. Los vínculos nos permiten subjetivarnos, en principio desde la vincularidad familiar, luego la de la escuela. Institución que fuera disciplinaria y devolviera a la sociedad un sujeto producido. Sin embargo hoy la nueva escuela contemporánea aparece con un desfasaje entre los relictos disciplinarios y la necesidad que el sujeto sea un productor desde la subjetivación social, no solo institucional sino también desde cualquier ámbito y transversalidad social. Estos resultados se demoran por las vicisitudes ideológicas y culturales en las que prevalecen los individualismos y las fragmentaciones entre lo disciplinario del docente y la sobrevalorización del cuerpo adolescente o su imagen en la extermidad. El docente tiene un lugar en esta situación, como articulador de vínculos pedagógicos, ente lo individual y lo social,sin perder de vista su tarea profesional desde la mirada holística de la escuela. La perspectiva de integración de su función, parte de la revinculación pedagógica docente-docente, docente-alumno, alumno-alumno usando vías de intervención interdisciplinarias, planificadas, transversales en un trabajo continuo y sobre la base de la educación no solo cognitiva, sino en habilidades socio- emocionales. Postulamos que esta es la salida, la tarea sociodinámica. Optimizando la práctica docente y procurando el mejoramiento del bienestar de todos en el aula y sus implicancias subjetivas, logrando una nueva identidad institucional, en su devenir social. BASE TEORICA Educar es humanizar, compatibilizando modos de identidades diferentes en un mundo tecno-digitalizado común. “La transformación del ambiente tecno-cognoscitivo redefine continuamente las formas de la identidad”. (Bifo. 2007, p.77) Las generaciones actuales no se definen biológicamente, sino como fenómenos cognitivos-digitales Hoy los jóvenes tienen mayor ductilidad con la tecnología que sus adultos; padres o docentes, razón por la que parecen alejarse unos y otros cuando al final adquieren la misma identidad social. La transmisión intergeneracional de los adultos hacia los jóvenes, comenzó a ser más inestable cuando entran las generaciones post-alfabéticas, emergidas por efecto de los medios electrónicos, colapsando la enseñanza alfabética y provocando la crisis en la escuela pública por contrariar su severidad y su poder institucional configurado en valores. Este impulso tuvo su propulsión en la presión que surgiera sobre los cuerpos cotidianos que comenzaron a ser protagonistas públicos al COMPARTIR videos en Youtube, comentarios en Facebook, había llegado la “hora de los amateurs” según Sibilia P, que refundaban y construían la nueva era digital conducida por la creatividad social al servicio del mercado de las redes, a tal punto que el cambio se volcó a la escuela y su comunidad educativa. Las consecuencias surgieron rápidamente, provocando “nuevas modos de aprendizajes, memorización, intercambios lingüísticos, etc.”,se sintió tal horizontalidad que desprestigió la verticalidad del poder y daba lugar a la sociedad misma dentro de la escuela, en nuevos modos como la “ciudad educativa”. En algún momento la sensibilidad de la información y hasta la socialización reemplazaron el afecto por la violencia y la agresión que tuvieron sus implicancias en el cuerpo y la psique dentro de los nuevos modos de comunicación. Hizo su aparición el “bullying”/ciberbulluing que también era motivo de imágenes y videos en internet. Nos encontramos entonces con una crisis subjetiva que fue más allá de un simple modo de pensar y que provocó un caos, un desorden generacional que se gestó en el esquema referencial instituido que nos dio una nueva identidad plasmada de incertidumbres. Permitiendo a las generaciones de los jóvenes, un real posicionamiento propio, subjetivo, respecto del mundo que cambia, de los valores que cambian, de las significaciones sociales diferentes como “la aceptación de quienes quieren asumir una identidad de género diferente”. La generación de los adultos, compartió lo nuevo de ese mundo imaginario aunque no puede, todavía, ver lo suficiente porque hay resistencias a otras posibilidades de la experimentación; acerca de la cual dice “Bifo”, le darán igualmente identidad, o sea tarde o temprano. Pichón Riviere llama a este impacto sobre el marco referencial social, “crisis” generadora de cambio, con la que se puede avanzar hacia él o todo lo contrario, retroceder. Lo cierto es que la generación de los adultos ya no confían en los referentes que poseen, pero tampoco han podido construir nuevos referentes que puedan sostener un nuevo posicionamiento subjetivo como propio, aunque van en camino. Berger Luckman dice que el hombre carece de respuestas fijas, automáticas pues es un ser incompleto, en palabras de Lacan, “falta en ser” o no ser total. Durkheim, opina que el sujeto es protagonista y se constituye en el campo vincular con otros. Foucault, en cambio; que nace dentro de una institución familia, se educa dentro de la escuela, vive en una sociedad donde trabaja dentro de instituciones, si transgrede tiene a la policía y si se enferma tiene a los hospitales. Es decir, la trama institucional da respuesta a todos los problemas del hombre y este es el ámbito comunitario o el “útero social”, donde la verdadera identidad se la dará la cultura particular que lo constituye y lo emerge en diferentes épocas, resurgiendo el sentido y una nueva trama social. En una mirada retrospectiva analizamos que desde 1990 se produjo una renovación de las últimas tecnologías junto a la conformación de una red global que se hegemonizó a través de una pantalla, en un lenguaje digital operativo, por estímulos y significantes con prevalencia de un razonamiento lógico-crítico. Surgió el acompañamiento de las políticas públicas que han generado las condiciones de apertura que permitieron tratar temas vinculados con los cambios de género, la sexualidad tratada en el programa ESI o los proyectos escolares de una manera más integral. Es la época del cuerpo como medio de aprendizaje y de comunicación. Ese cuerpo que goza de la extermidad de la imagen y del espectáculo, que se expone a un público masivo y es del dominio de la cultura juvenil que se desarrolla en un contexto de “sobreproducción del consumo exacerbado, el marketing y la publicidad. . . “ (Sibilia,P. 2008). Los adolescentes son emergente de este contexto de mutación permanente, pero también son autores y protagonistas que se han caracterizado dentro del SXXI por virar de la estabilidad del adulto que parece sin posibilidades de cambiar, a la transitorialidad que le da la excitación de la imagen, de la seriedad al juego que siente como acción libre, de la monumentalidad de lo histórico a la ornamentación de modas y los lugares temporales que lo dinamizan hacia cambios vertiginosos. El mundo digital los transversaliza y le da información ilimitada a través de los mecanismos multimediales. Es la cultura de los ciber-sistemas entramados entre sí, desde los que se comunican, se crean, se dinamizan en un colectivo de personas con prácticas que les son propias; pero dentro del ciberespacio, que es el nuevo medio de comunicación que emerge de la interconexión mundial de computadoras. (Valle Fruto S, 2011) Se trata de la nueva recreación cultural digitalizada, que algunos autores llaman después de Google. Es la era del conocimiento extenso, comunicado globalmente y en el tiempo, ubicuo, revolucionario del lenguaje, sus códigos y usos que sirve de medio a la humanidad. Generando la invención de un nuevo modo de ser, de nuevas subjetividades que lo hacen existir en el mundo surgidos desde las adolescencias en plural; que le dan singularidad al adolescente como sujeto inconsistente, por su déficit deseante resultado de rechazar todo lo que lo angustia, que se masifica y universaliza en la extimidad. Subilia P. dice” …montando un espectáculo estridente: el show del yo” y agrega que la subjetividad se sustenta en el cuerpo para actuar en una cultura embebida de intersubjetividades, modelada por la experiencia con el mundo, en la que cuando ocurren cambios y presiones en esa cultura, el campo de las experiencias se altera en un cambio complejo, múltiple y abierto”. Es la subjetividad emergente de todos que Orueta contradice; “frente a la homogeneización hay que levantar la bandera de todos diferentes· de la subjetividad”. Cuando en realidad los iguales se representan en un modelo o imagen que está atravesada por lo socio-histórico y económico que lo influye, desde los medios de comunicación. Los adolescentes de hoy “son menos crédulos y más realistas. . .se les quiere hacer creer que el mundo es para ellos, pero al mismo tiempo, se les impide ocupar un lugar y se les niega la palabra que otros les interpreta” Barone. Estos comentarios reflejan la incompatibilidad de la vincularidad con los adultos o docentes, siendo la consecuencia los vínculos efímeros que provocan la pronta extinción y la justificación de internet como refugio. Los adultos son pensados como los inmigrantes de la época de la cibercultura y de la industria corpórea adolescente. Sin embargo y pensando en el docente, decimos aquel que siempre ha considerado a su trabajo tan importante como a su propia vida, que siempre había prolongado sus horas escolares, no observa que la realidad de la misma trama social lo ha disociado concientizándolo durante sus horas de trabajo, como en un “cuerpo máquina” que cumple su labor para luego disfrutar de su libertad. Participando del modelo psicosocial donde los cuerpos y sus signos comenzaron a formar parte del “modelo semiótico económico” que se focalizaron en las emociones, provocando ansiedades por tener “los artefactos técnicos que hacen la vida hogareña más amigable y que evitaron que ese cuerpo se siga desgastando, ahora, dedicado a las tareas de manutención de la propia vida”.(Bifo, 2007,p.89) . Ahora ese mismo docente se paraliza, se resiste a perder su esquema referencial en un movimiento social que los implica y se desgasta dentro de la convivencia del aula; desapareciendo el deseo del trabajo como experiencia “placentera de sacrificio” provocando críticas pasivas. Y mostrandose intolerantes hacia los adolescentes que los llevan en lo cotidiano a expresar zonceras pedagógicas: ¿qué voy a hacer con estos chicos? . . . “No todos aprenderán si no volvemos a la disciplina”. No se puede aprobar a todos los alumnos, si solo trabajan con las computadoras”, “Esos alumnos nunca van a poder, por más maquinitas que les den”. Si espero a los rezagados que están mirando los teléfonos, los demás se atrasan…”Es violento!!!y me obligan a que permanezcan en la escuela, y si no hacen nada!!” ¿Es que acaso no sentirían ubicados dentro de las realidades digitales que manejan los adolescentes y la cultura? Es claro que adultos y adolescentes adoptaron maneras de ser propias, que no se conjugan. Docentes y adolescentes se vinculan desde las instituciones que los transversalizan y los introducen en las reglas, los valores que estructuran a la sociedad que los transita. De este modo desde el “cuerpo pos orgánico” tienen en común el haberse vinculado con la tecnología, aunque de maneras diferentes, el adulto ha aceptado los recursos tecnológicos de los adolescente interviniendo en los temas como los AIC y la ESI para lograr el mejor acercamiento. Pero no ha logrado esa pretensión de llegar al bienestar dentro de la convivencia del aula. A pesar de los esfuerzos los docentes se acercan a los alumnos adolescentes pero la concepción sigue siendo disciplinar mientras que los jóvenes siguen exacerbando sus cuerpos “sexualmente deseables” creando una comunicación sexual, de modelos exigidos y sobre todo violetos por ser “promesas inacabables de placer” y crítica. Nos preguntamos entonces como compatibilizar estos modos de identidades diferentes entre adultos, docentes y adolescentes en un paradigma cibercultural que es común. El rol docente se puede redefinir reconstruyendo la mirada hacia los adolescentes, REVINCULARSE PEDAGOGICAMENTE Y DE MANERA CONSTANTE en virtud de la complejidad de los nuevos tiempos, pero también a través del juego por ser este la “raíz y esencia de la cultura humana y su motor” Como docentes, consideramos que los modos de mirar las adolescencias hoy, son de un gran condicionamiento para las actuaciones con nuestros jóvenes alumnos. Los miramos desde “nuestras experiencias estáticas y valores concebidos en lugar de optimizar la visión, envistiéndolo de oportunidades para desplegar sus múltiples inteligencias” (Golberg B-2007). El enfoque actual hace invisibilizarlos sin proponernos descubrirlos desde sus potencialidades personales, individuales, que los singulariza. La trama nos permite reconocer que hay que sensibilizar la mirada hacia ellos desde la comunicación. Adherimos a la definición de Daniel Prieto Castillo, que dice que comunicar “es abrir el juego a ejercer la calidad de ser humano, es expresarse, interactuar, afirmarse en el propio ser, sentirse, sentir a los demás, abrirse al mundo, apropiarse de sí mismo”. Y por distintas líneas: la palabra, la imagen, el cuerpo, los sonidos que demandan comprender la dinámica adolescente, sin elaborar diagnósticos, etiquetar o percibir sus emociones. Esto se logra desde la responsabilidadcomo adultos, pues, está en nuestro deber optimizar el encuentro intergeneracional y a través del juego, porque es sentido como si se situara fuera de la vida cotidiana, “absorbe al jugador, con o sin sus reglas dentro de un espacio y tiempo con o sin misterios, destacándose del mundo habitual”. (Sheines, 1981). El juego es raíz y esencia de la cultura humana y que el impulso lúdico es el motor del desarrollo de la misma” “ el hombre ha hecho de la cultura su juego” (Huizinga 1972) El adolescente se puede vincular con el juego, podría ser un gran jugador pues, el “jugador es un descubridor”, llenando el vacío lúdico de la generación post-alfabética y en él; el acompañamiento redefinirá el destino de la enseñanza, promoverá el encuentro de cuerpos, revalorizará las bellezas interiores, humanizará al acto, a los docentes y a las diversas adolescencias inmersas en procesos vitales de cambio. Lo que significará subjetivarnos y subjetivarlos interpretando lo no dicho, los vacíos, hasta las carencia afectivas a las que se enfrentan en su día a día. El juego es la expresión natural, una dimensión cultural que habilitará la comprensión del Otro. BIBLIOGRAFIA: Moreno A., Del Barrio C. (2000) La experiencia adolescente. Editorial Aique. Bs.As Sibilia, P. (2008). “El show del yo”, “Yo narrador y la vida como relato” y “Yo real y la crisis de la ficción”, en La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura. Gardner H. (1995) . Inteligencia múltiples. Editorial Paidos. España. Barone C. (2000) Los vínculos del adolescente en la era posmoderna. Editorial Paulinas. Bs.As. Berardi, Franco (Bifo) (2007).“Generación post-alfabética” y “Mediamutación. Cultura de los medios y crisis de los valores”. En Generación Post-Alfa. Patologías eimaginarios en el semiocapitalismo. Buenos Aires: Tinta Limón. De Frutos Torres, B. ; Pretel Jiménez, M. ; Sánchez Valle, M.(2014) La interacción de los jóvenes con las marcas en las redes sociales: hacia la presencia consentida y deseada. Encontrado en http://hdl.handle.net/10234/97461 2015 Hizinga J. (1972) Homo ludens. Editorial Alianza. Madrid Scheines G.(1981) Juguetes y jugadores. Editorial de Belgrano. Orueta L. (2006) Psicología social. Las adolescencias y su desafío. Revista N°6