¡POP – TOPS! APROXIMACIONES AL ARTE POP EN ESPAÑA A TRAVÉS DEL DISEÑO DISEÑO GRÁFICO MUSICAL (1956 – 1979) 1979) F. Javier Panera Cuevas Saber decir que no En el prólogo del libro Ruidos; ensayo sobre la economía política de la música (1977) Jacques Attali1 defiende la condición utópica de las prácticas musicales. Según el economista francés la música de cualquier época se adelanta a las formas sociales hegemónicas de esa futura sociedad en décadas: “en sus estilos y su organización económica va por delante del resto de la sociedad, porque explora, dentro de un código dado, todo el campo de lo posible, más rápidamente de lo que la realidad material es capaz de hacerlo. Ella hace oír el mundo nuevo que, poco a poco, se volverá visible (…)”. El domingo 19 de mayo de 1968, la emisora “clandestina” La Pirenaica se hacía eco de una gran manifestación de estudiantes madrileños y el posterior choque con la policía, originado tras el recital celebrado la noche anterior por el cantautor valenciano Raimon en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Central. El autor de “Al vent”, ofreció un concierto que se convirtió en emblema de la lucha estudiantil contra la dictadura franquista y en nuestra particular versión de Mayo del 68. Cerca de 6.000 estudiantes abarrotaban el vestíbulo, las escaleras y los pasillos del edificio en una época en que el derecho de reunión estaba vetado gritando consignas de lucha: "¡Madrid con París!" o “¡Libertad, libertad, democracia popular!”; pero no lo tuvieron fácil para volver a casa. Tras la última canción de Raimon, "¡Diguem no!", coreada masivamente junto al cantautor, salieron en manifestación hacia el exterior; pero la policía, armada y a caballo, esperaba a la salida y cargó contra ellos. Algunos grupos alcanzaron la calle de Princesa, provocando un embotellamiento al levantarse algunas barricadas. La policía, volvió a cargar, y practicó un centenar de detenciones. Juan José Millás recuerda en su novela autobiográfica El mundo (2007) el vuelco que dio la universidad madrileña a partir de aquel recital y en declaraciones realizadas a El País en 2008 con motivo del 40 aniversario señala: "Vivíamos en un país triste, casposo, cutre, con miedo (…) Fue brutal cómo ese concierto marcó un antes y un después en la lucha antifranquista"2. 1 ATTALI, Jacques: Bruits, Essai Sur l´Economie Politique de la Musique. Presses Universitaires de France, París. 1977 2 Las actuaciones en las universidades podían esquivar el permiso del Gobierno porque la autorización dependía de los decanos. Aunque, por regla general, las autoridades universitarias eran afines al régimen, el entonces decano de la facultad de Políticas y Económicas, Ángel Vivas, sin compartir los ideales de los En las horas que precedieron al evento, Raimon se entrevistó en la facultad con el crítico de arte Valeriano Bozal y el pintor Juan Genovés, autor del cartel que anunciaba el concierto, que en los días previos alcanzó una gran difusión; además se repartieron entre los estudiantes unas hojas ciclostiladas con las letras de las canciones en catalán y castellano, ilustradas con un retrato del cantautor realizado por Andreu Alfaro. Era la imagen utilizada como contraportada del EP “Indesinenter” su primera grabación con el sello valenciano Discophon. 1- Raimon. “Canço de la mare” / “Diguem NO”. Single 7”, Discophon, 1968. Diseño de portada Equipo Crónica estudiantes, permitió el concierto, que fue organizado por el comité de los delegados de actividades culturales del SDEUM. (Sindicato Democrático de Estudiantes). A 25 pesetas la entrada, la recaudación se destinó a los obreros en huelga de la Pegaso y a los representantes estudiantiles encarcelados en Carabanchel y en Yeserías."Raimon revive el espíritu libre del 68 con un concierto en Madrid". Agencias. El País, 22/05/2008. http://cultura.elpais.com/cultura/2008/05/22/actualidad/1211407206_850215.html. Del valor simbólico de Raimon, también habla Tomás Lloréns en BOZAL, Valeriano y LLORÉNS, Tomás (coords.): España, vanguardia artística y realidad social. Ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1976, p.158. Me ha parecido oportuno comenzar este texto invocando las conexiones entre la música, las artes visuales y la acción política en aquel “mayo del 68 madrileño” porque en las semanas que siguieron al accidentado recital de Raimon, el sello discográfico antes citado publicó un single de 7” con una reedición de la emblemática canción “Ahir”, más conocida por su subtítulo: “¡Diguem no!”, con la que se había cerrado el concierto de la Facultad de Ciencias Económicas, ilustrado en su portada por un diseño del Equipo Crónica en el cual están prácticamente concentrados todos los signos distintivos del repertorio iconográfico que estaba desarrollando en esos años el colectivo de artistas valencianos en su serie “La recuperación” (1967-1969): apropiaciones en clave irónica de imágenes periodísticas de militares desfilando y pronunciando discursos, con los colores virados mediante tintas planas y citas a la historia de la pintura española (El retrato ecuestre de Felipe III de Velázquez), remezclados con elementos de la sociedad de consumo –una lavadora o una actriz de Hollywood de rubia melena- bajo una estética de cómic aparentemente inocua. Sin embargo, lo que más destacaba en el diseño era la palabra «NO», en el centro de la composición, maquetada en gran tamaño y con letras mayúsculas rotuladas bajo una tipografía próxima al Op Art. “¡Diguem no!” (¡Digamos no!) había sido editada por primera vez en 1963, “camuflada” como cara B del single “Se’n va anar” y se había convertido en una canción de culto entre sus seguidores3. Pero en 1968 cobraba el máximo sentido, al postularse simbólicamente como oposición frente a la exhortación al voto afirmativo en el referéndum (obligatorio) sobre la Ley Orgánica del Estado que un año antes había organizado el aparato político franquista, para perpetuarse institucionalmente en el poder; sirviéndose de una agresiva campaña publicitaria en carteles urbanos, radio y televisión. Es importante recordar que esta canción fue objeto de censura y durante muchos años tuvo que ser cantada con algunas alteraciones respecto al texto original. Por ejemplo, la estrofa: "Hemos visto encerrados en prisión, hombres llenos de razón" se convierte en: "Hemos visto que han acallado a muchos hombres llenos de razón"). Al igual que había sucedido ese año con la canción “L’estaca” de Lluis Llach -cuya letra también fue censurada-, cuando el cantautor llegaba a estas estrofas en los conciertos dejaba de cantar, siendo el público asistente quien coreaba la letra original. Durante la dictadura todas las letras de las canciones, antes de ser grabadas, pasaban por la censura, donde recibían dos calificaciones: la primera establecía si la grabación del tema se autorizaba o se denegaba; y la segunda establecía si el tema era radiable o no4. Como el régimen iniciaba una fase de apertura en la que se quería dar una imagen externa de permisividad, esta segunda premisa va a ser recurrente con los cantantes de la Nova Cançó, sobre todo tras el «caso Serrat», condenado al ostracismo por negarse a cantar ese mismo año el luego exitoso “La, la, la” en castellano. Así que, 3 Raimon confesó que quiso poner juntas en el mismo single “Se’n va anar”, y “Diguem no” porque, si prohibían el disco, deberían prohibirlas las dos y la primera había alcanzado una gran popularidad tras la victoria en el festival, cantada a dúo con Salomé. 4 VALIÑO, Xavier: Veneno en dosis camufladas. La censura en los discos de pop-rock durante el franquismo. Ed Milenio. 2012. en ocasiones se va a optar por autorizar sus grabaciones, pero calificando a los singles como “no radiables”, con lo que limitaban enormemente la proyección pública de los mismos. 2- Los No: “Moscovit “ “Pienso” /”Niña difícil” “Incomprendidos”. Ep, 7”, Vergara, 1966. Diseño de portada no acreditado En estas circunstancias, reeditar “¡Diguem no!” en 1968 con la iconografía característica del Equipo Crónica, y un elocuente «NO» en el centro de la portada, -y la traducción de la letra en la contraportada- no parecía la mejor de las ideas5. Sin embargo; el temor a la censura no fue obstáculo para que en los meses siguientes el sello Discophon sacase a la venta otros cuatro singles con reediciones de algunas de las más comprometidas canciones compuestas por Raimon, con singulares portadas ilustradas de nuevo por el Equipo Crónica: “D’un temps , d’un país” / “El País Basc” (1968) con una imagen de lo que parece ser una manifestación virada en tonos grises mediante tintas planas que, a pesar de su calculada ambigüedad, nos hace pensar en las protestas sindicales a las que tuvo que enfrentarse el franquismo a lo largo de ese año; “Canço de les mans” / “La nit” (1968), con un plano en picado de un desfile encabezado por políticos y militares cargados de medallas -que, a pesar de estar virado en colores morados recuerda inevitablemente algunas puestas en escena de los actos oficiales del franquismo6-; “Cantarem la vida” / “Si em mor” (1968) con un retrato del cantante fragmentado, repetido y distorsionado distribuido en viñetas, similar a los que los Crónica realizaban en sus pinturas del periodo 1964 -19667; y “Quant te'n vas” / “T’ho devia” (1969) con otra apropiación “pop” del retrato de Doña Mariana de Austria de 5 Se puede recordar al respecto el caso de una banda de beat coetánea llamada Los NO, que vieron como su single “Moscovit”, ilustrado con otro estentóreo “NO” en el centro de la portada -en el que sospecho que se inspiró el Equipo Crónica-, fue censurado a finales de 1966 en todas las radios, no tanto por la letra de la canción como por el propio nombre del grupo. Víctor Portolés miembro de la banda narra aquella difícil situación que hoy nos abochorna, pero que entonces era bastante delicada: “Durante unas elecciones en las que se pedía el sí para Franco, Los No tuvimos serios problemas de carácter político. Era impensable que en medio de aquella campaña electoral un disc jockey anunciase en la radio: 'Y ahora con ustedes Los No' (…) así eran las cosas en la dictadura (…)”. Entrevista realizada por Julio Molero en el blog La Fonoteca (13/09/2010) http://lafonoteca.net/grupos/los-no/. 6 Equipo crónica utiliza en estas obras la misma estrategia que en la futura serie “Policía y cultura” en la que trabajan a partir de 1971 y para evitar la censura, los policías y militares protagonistas de las imágenes aparecen con indumentaria de soldados de las fuerzas de seguridad de otra época o de otros países y no con la propia de la dictadura franquista. 7 Estas portadas remiten a varias obras del período 1964 -1966. Por ejemplo, la iconografía de “El país basc” recuerda serigrafías a dos tintas como “Concentración”, “La huelga” o “Muchedumbre” y “Canço de les mans” trae a la memoria la serie “Condecoraciones”. Todas son obras de 1966. Velázquez, no muy diferente a las que aparecen en algunos cuadros de la serie “Autopsia de un oficio” (1969-1971). 3-Raimon: “El país basc” / “D’un temp, d’un país”. Single 7”. Discophon, 1968. Diseño de portada: Equipo Crónica 4- Raimon: Canço de les mans” / “La nit” (1968). Single 7”. Discophon, 1968. Diseño de portada: Equipo Crónica 5 – Ovidi Montllor: “Gola seca”, “La fábrica de Paulac” / “Canço d’amor”, “Historia d’un amic”. Discophon, 1969. Diseño de portada: Equipo Crónica. A estos trabajos se suma otra estupenda portada para un Ep con cuatro canciones del cantautor alicantino Ovidi Montllor con “Gola seca” y “La fábrica de Paulac” en la cara A y “Canço d’amor” e “Historia d’un amic” en la cara B. La portada yuxtapone, al igual que algunos cuadros de la serie “La recuperación”, un personaje extraído de La Romeria de San Isidro de Goya, situado en primer plano, con imágenes de cómic en las que los “bocadillos” –tal y como por entonces se hacía en algunas publicaciones situacionistas- se sustituyen por los títulos de las canciones. 6- Raimon: “Quant te'n vas” / “T’ho devia”. Single 7”. Discophon, 1969. Diseño de portada: Equipo Crónica En agosto de 2012, a través del portal de ventas on line Todocolección, una galería de arte de Albacete8 puso a la venta tres originales pintados en acrílico y acuarela que, sospecho, podrían ser los proyectos/maquetas de las carátulas para los singles del sello Discophon que acabamos de describir. Una de las obras, pintada precisamente sobre la cubierta de cartón de un disco (Medidas 18 x 18 cm y marco de 58 x 58 cm) combina los motivos iconográficos de la portada “Ahir (Diguem No)”, sobrepuesta a un fondo con una especie de embalaje de papel desgarrado (similar a los que el colectivo utiliza en algunos cuadros de la serie “Autopsia de un oficio”). Por la zona desgarrada asoma un personaje de Las Meninas y por la puerta que aparece al fondo del cuadro de Velázquez surge un chino portando el Libro Rojo de Mao. En un fragmento de papel pegado sobre la superficie del cuadro aparece escrito “Ahir (Diguem No)”. Conjuntamente con esta obra se vendía un disco de vinilo de 7” con toda su 8 Cada uno de estos supuestos originales fue vendido por 1500 euros. Naugallery: http://www.todocoleccion.net/arte-acuarelas/equipo-cronica-raimon-ii~x32689802#sobre_el_lote. superficie pintada en acuarela con el motivo fragmentario de Las Meninas y el chino maoísta antes descrito y un letrero en la parte inferior, como si hubiera sido adherido con una cinta de Dimo, donde consta el nombre del cantautor y el título de otra de las canciones: “La canço de la mare”. Hay, finalmente, un tercer vinilo de 7” con el papel del círculo central pintado en acuarela, con un detalle de la portada del single “Canço de les mans” / “La nit”; con el título sobrepuesto de modo similar al anterior. Estos cuadros no aparecen en el catálogo razonado publicado por el IVAM de Valencia en 2001, ni en el repertorio de obra gráfica y múltiples de Michéle Dalamage-Rognon, editado en Bilbao en 2008. No obstante, la pequeña pintura realizada sobre el vinilo, parece una versión reducida y fragmentaria del lienzo de gran formato “La amenaza” (1970), actualmente en la colección de la Dra. Traute Prinzessin zur Lippe, aunque en la obra era de mayor tamaño (130 x 130 cm). Pero el título de la canción ha sido sustituido por el nombre del Equipò Crónica9. 7,8 y 9. Equipo Crónica: Sin título. Acrílico sobre cartón (18 x 18 cm) y acrílicos sobre vinilo. (Sin fecha) . Posibles bocetos para portadas de disco vendidos a través del portal de venta on line: todocolección en 2012. Y aunque desborda los límites cronológicos de este trabajo habría que aludir también a la utilización de una de las pinturas de la serie de la serie “El Paredón” –en concreto “Paredon 4” (1975)- para la portada y contraportada del libreto del cuádruple LP colectivo “Homenaje a las víctimas del franquismo” editado en 198610. La portada, enmarcada por una franja negra que sugiere la idea de luto, con letreros con la palabra 9 La obra fue exhibida en la exposición. “Equipo Crónica. Crónicas Reales”, celebrada en la Fundación Juan March de Madrid entre enero y abril de 2007. El embalaje alude a los cuadros que el estado español mandaba al extranjero para participar en exposiciones y difundir la imagen de una España más abierta. Al ser sustituido el José Nieto de Velázquez por Mao, con el libro rojo, cunde la amenaza de la ideología de izquierdas en el palacio del poder. El choque entre este personaje emblemático del comunismo, el embalaje con la etiqueta de Equipo Crónica y la mirada ambigua de la menina interpela al espectador. Michéle Dalmace se pregunta: "¿Se trata de exponer fuera del país un cuadro a pesar de su contenido de izquierdas, es decir, de mostrar fuera lo que se silencia dentro? ¿Se trata de mostrar que cualquier cuadro es potencialmente subversivo?". DALMACE-ROGNON, Michéle: “Crónicas reales. Una crónica de mujeres regias”. Catálogo de la exposición Equipo Crónica. Crónicas Reales. Fundación Juan March, Madrid, 2007. 10 La serie “Paredón”, fue realizada a finales de 1975 y comienzos de 1976 para “Spagna, avanguarda artistica e realtà sociale, 1936-1976”, una exposición organizada por la Bienal de Venecia en el pabellón central de los Giardini. El propio equipo crónica la describe de la siguiente manera, justificando con ello la apropiada utilización como portada del libreto de ese disco homenaje: “Esta serie la hicimos como consecuencia de los sucesos del 27 de septiembre de 1975 (el fusilamiento de los cinco jóvenes que Franco ordenó efectuar poco antes de su muerte) [...] Las referencias pictóricas y la ordenación simbólica del espacio pretendían describir los acontecimientos citados desde una óptica que descartase tanto la neutralidad aséptica como el documentalismo sentimental. La vía elegida podría clasificarse como un documentalismo simbólico”. “homenaje” en las cuatro lenguas del estado español, diseñados por Felipe Barrios, repite los elementos presentes en todos los cuadros de la serie como son: la presencia de la fecha de la ejecución, una paleta de pintor rota, un muro y un personaje masculino con los ojos ocultos por una banda. En estas portadas no se aprecia tanto un enfrentamiento de “realidades políticas” como de “realidades culturales”. Las imágenes del cómic y la sociedad de consumo, en los singles del sello Discophon son, por una parte, símbolo de la anhelada modernidad y por otra de la civilización anglosajona dominante, mientras que las imágenes de Goya y Velázquez funcionan como metáfora de una sociedad en la que se está produciendo una difícil convivencia entre violencia y cultura, en la misma medida que entre tradición y modernidad. Como apuntaba Valeriano Bozal: “nuestro pop se entiende en términos de realismo”; no como celebración acrítica de una realidad moldeada por las nuevas dinámicas de consumo y sus mecanismos de invasión mediática, sino como un lenguaje híbrido que parte de la convicción de que lo artístico puede comenzar a batirse en el territorio de lo social (…)”11. Estamos en cualquier caso, ante seis pequeñas obras maestras del diseño gráfico musical de los años 60, que encajan con la filosofía de las tiradas múltiples y baratas del pop y son al mismo tiempo un reflejo del compromiso político de las dos partes implicadas: músicos y artistas. Siempre nos quedará la duda de si el hecho de que en aquel momento los dos pintores valencianos ya hubieran alcanzado cierto renombre internacional, ayudó a que la censura franquista hiciera la vista gorda con las canciones grabadas en los surcos de aquellos vinilos12. En este mismo orden de cosas, no faltará quien considere un acto de oportunismo comercial que el sello discográfico aprovechase los acontecimientos del “mayo madrileño” para editar estos discos. Se trata, en efecto, de ese paradójico oxímoron en el que conviven la cualidad de la música pop para colarse en las listas de éxitos sin por ello renunciar a su postura de compromiso. Como recuerda Peio Aguirre13, la música popular es una forma de expresión que posee la capacidad de crítica a la ideología del sistema hegemónico al mismo tiempo que redescubre “briznas de utopía” en canciones que alimentan la voracidad de la propia industria discográfica. Persiste pues, la discusión sobre cómo, cuándo y con qué fin, un género musical o un género artístico están –o no- ligados a un proyecto político. 11 Bozal, V., “Planteamiento sociológico de la nueva pintura española”, Cuadernos Hispanoamericanos, 235, 1969, p. 53. 12 No obstante, esta no era la primera ocasión, ni sería la última, en que Raimon y Ovidi Montllor solicitaban a artistas de reconocido prestigio que realizasen la cubierta de alguno uno de sus discos. A lo largo de su carrera colaboraron con artistas de la talla de Joán Miró, Antoni Tàpies, Andreu Alfaro o Josep Guinovart. Hemos analizado estas relaciones en PANERA CUEVAS,F.J: “Pana negra (y roja). Informalismo y canción de autor” en Bailar de arquitectura. Interferencias entre arte y rock and roll. Vol 1. Museo Patio Herreriano. Valladolid, 2015. 13 AGUIRRE, Peio: "Pop político. Una introducción a la cuestión" en La canción como fuerza social transformadora. CAAC, Sevilla, 2010, p, 4. ¡Eh joven! ¡Ven a ver mi exhibición! Algunas colaboraciones entre artistas y músicos en España (1965 -1979) Sin embargo, colectivos de militancia poco dudosa como Estampa Popular de Valencia habían llegado por entonces a la conclusión de la necesidad ir sustituyendo los medios de difusión inicialmente imaginados (generalmente estampas litográficas, hechas artesanalmente para ser expuestas en público y vendidas en tiradas limitadas) y recurrir a la impresión industrial en offset, aumentando el número de ejemplares, bajando los precios y buscando otros modos de distribución como calendarios y tarjetas postales para llegar a nuevos públicos14. Por entonces, los singles musicales de 7” eran un formato dirigido al público juvenil por su bajo precio, su rápido consumo y su comodidad, ya que podían ser reproducidos en pequeños tocadiscos portátiles. De hecho, algunos de los más concienciados miembros de Estampa Popular también cedieron sus obras o las crearon ex profeso, para que fueron reproducidas en otras portadas de discos de cantautores; tal es el caso del fundador del grupo, José Ortega que en 1968 ilustró con varios grabados – uno por cada canción- la carpeta del disco “La poesía española de hoy y de siempre" de Paco Ibáñez, y en 1974 la portada del LP: “Cantes del pueblo para el pueblo”, de Manuel Gerena. Los cuatro miembros de Estampa Popular de la Plana: Gerard Salas, Sanz Clos, Eusebi Baucells y Josep Vernis, hicieron lo mismo con la carpeta de “Album Subirachs” del cantautor catalán Rafael Subirachs, editado por el sello Concentric15, también en 1968. Así mismo, Agustín Ibarrola, fue autor de la portada del LP “Herriak ez du barbatuko de Imanol (1976). En los tres casos la gráfica de estos artistas muestra una interesante síntesis entre la temática social pseudo-expresionista consustancial al colectivo y la asimilación de rasgos estéticos del pop, especialmente visibles en la contraportada del LP de Rafael Subirachs, ilustrado con una estampa de Josep Vernis que representa una gigantesca ruleta /diana con un signo de interrogación en el centro, que, inevitablemente, nos hace pensar en las dianas que por aquellos años trasladaban a sus cuadros artistas como Jasper Johns y Peter Blake. Aunque no sea una portada de disco; la misma fusión de expresionismo y asimilación titubeante de signos pop, -pasados precisamente por el filtro irónico de la “música ye-ye”- la encontramos en un linograbado realizado en 1966 por Josep 14 “Nos dábamos cuenta de que eso de hacer ejemplares numerados y firmados, como los grabados clásicos, ejemplares si no únicos, sí por lo menos limitados, no correspondía a la función auténtica que queríamos darle. Resultaba que luego estas obras iban a parar a los cauces normales de distribución de arte, a galerías, a coleccionistas, etc. Si debía haber una incidencia masiva, lo más popular era la tarjeta postal o el calendario (…)”.Joan Antoni Toledo, en entrevista recogida en MARÍN VIADEL, Ricardo: El realismo social en la plástica valenciana (1964-1975) Valencia. Departamento de Estética,1981, p. 136. El tema ha sido precisamente objeto de revisión en la exposición "Colectivos artísticos en Valencia bajo el Franquismo,1964 y 1976" celebrada en 2015 en el IVAM, comisariada por Román de la Calle y J. Ramón Escrivá. 15 A cambio, Xavier Subirachs cantó en la inauguración de la exposición de Estampa Popular de la Plana en Vic y Manresa de 1968. Guinovart16 bajo el título “La bomba ye-ye”, que alude al incidente con el avión de las fuerzas aéreas norteamericanas que dejó caer una bomba al mar en Palomares (Almería). En una serie de viñetas conectadas con flechas se evoca el suceso, -que el franquismo intentó silenciar- mediante la imagen de un coro alza la voz repitiendo en un bocadillo de cómic: “Todos cantamos la bomba ye-ye”17, en sarcástica alusión a la famosa canción popularizada por Conchita Velasco en 1965. 10 - Josep Vernis: Contraportada de “Album Subirachs” de Rafael Subirachs. Lp. Concentric, 1968 11- Josep Guinovart: “La bomba YE-YE”. Linograbado, 1966. Antes hemos hecho mención expresa a la colaboración de Juan Genovés con Raimon, pero además, el pintor valenciano hizo lo propio dos años después con el cantautor alicantino Adolfo Celdrán; cediendo dos de sus más emblemáticas pinturas "La reja" (1967) y “Cinco minutos” (1969) para la portada y carpeta interior del LP Silencio (1970). La portada es una imagen en negativo que muestra las típicas multitudes que corren -¿se manifestan?- vista a través de los barrotes de la ventana de una prisión, mientras que el desplegable interior está ilustrado con varias secuencias, de apariencia casi fílmica, de un fusilamiento, que denuncia con poco disimulo la actividad represora de los últimos años del franquismo. Esta ilustración forma parte de una serie editada en 1969 por la Galería Marlborough de Madrid precisamente bajo el título "Silencio, silencio" y presentada al año siguiente en Londres y Nueva York; y se relaciona a su vez con la obra cinematográfica del director norteamericano Stuart Cooper que rodó ese mismo año una película titulada "A test of Violence" basada en los cuadros de Juan Genovés, con la que obtuvo la medalla de plata en el Festival de Venecia18. El Lp fue autorizado por el régimen para salir a la venta, pero no para su 16 Guinovart realizó varias portadas de discos en los años 70: “Tot l'enyor de demà” (1971) para Xabier Ribalta; el Lp recopilatorio de Manuel Gerena editado por Belter en 1972; “Salvat-Papasseit” de Ovidi Montllor (1975) y “La raiz del grito”, para Diego Clavel (1976). 17 Las obras aparecen recogidas en el completo estudio de DE HARO GARCÍA, Noemí: Grabadores contra el franquismo. CSIC. Madrid, 2010. La autora recuerda también la colaboración de los miembros de la facción gallega de Estampa Popular con el colectivo de música folk Voces Ceibes. 18 En una entrevista entre el periodista musical Paco Pérez-Brian y José Ramón Pardo, que colaboró en la grabación del disco -aparece fotografiado junto al pintor y el cantante en la contraportada- recuerda que "Genovés tenía miedo a que la galería Malborough con la que acababa de firmar le pusiera algún impedimento para realizar la portada, pero le apetecía tanto el proyecto que decidió jugársela sin pedirles radiación, lo que anuló sus posibilidades comerciales, a pesar de que fue seleccionado aquel año por varias publicaciones especializadas como mejor álbum del año y con el tiempo se convirtió en un disco de culto19. 12- Adolfo Celdrán: Silencio, Lp. Movieplay, 1970. Portada y carpeta interior. Juan Genovés Otro caso que ejemplifica las fecundas relaciones entre la música y las artes visuales en aquel convulso periodo es la portada creada por Alberto Corazón para el disco 14 de abril del grupo sevillano de rock progresivo Goma (1975), con una enigmática ilustración que mezclaba elementos del pop y el arte conceptual. El título del disco tenía un componente elípticamente subversivo, pues alude a la fecha de instauración de la Segunda República en 1.931, pero también al 14 de abril de 1974 , fecha en la que el grupo se formó al cobijo de la galería "Centro de Arte M-11" de Sevilla, -con el crítico Quico Rivas y Gonzalo García-Pelayo como impulsores del proyecto- La enigmática ilustración creada por Corazón giraba alrededor del icono del dólar; una pirámide truncada con el ojo de Horus en su parte superior, de resonancias masónicas. Bajo la pirámide, el artista intentó camuflar una bandera republicana, como si fuera una especie de filacteria decorativa, pero la compañía discográfica Movieplay lo descubrió y cambió los colores por los de la bandera española. En esa fina línea que separa el arte pop del conceptual, presente tanto en la obra artística como en los diseños de Alberto Corazón20, se sitúan algunas carpetas de discos ilustradas por artistas coetáneos como la del Lp “Tamarán” (1974) del artista y músico canario Juan Hidalgo. La portada de este disco que tiene a John Cage como inspirador y permiso". PÉREZ-BRIAN Francisco: “Pintores españoles y portadas de discos”: UNED. Espacio, Tiempo y Forma. Serie VII, Historia del Arte, t. 24, 2011, p, 270 19 El pintor, cineasta e ilustrador Juan Carlos Eguillor, conocido por transformar en heroínas de cómic a cantantes pop como Karina, Dalida o Massiel en las las revistas Mundo Joven y Fotogramas en 1969, creó un delicioso cómic que ilustra estrofa por estrofa la canción “Cajitas” de este LP. 20 Ortodóxamente pop, es su diseño de una treintena de portadas de Lps de la colección “Los Grandes del Jazz” que combina retratos de músicos virados en colores ácidos y dinámicas tipografías, realizado en 1979/80 para acompañar cada fascículo de La Gran Enciclopedia del Jazz de Editorial Sarpe. que fue definido por el fundador de Zaj como “Gotas de esperma para 12 pianos de cola", presenta una ilustración, -en clave de género-, de tres culturistas exhibiendo de modo estentóreo sus bíceps y tríceps, recortados sobre la silueta de la isla Gran Canaria. Nos recuerdan vagamente a algunos collages de pioneros del pop como Richard Hamilton o Eduardo Paolozzi. 13- Goma: 14 de abril. Lp. Gong, 1975. Diseño de portada: Alberto Corazón 14- Juan Hidalgo: Tamarán. LP. Cramps Records. 1975. Portada Juan Hidalgo / al.sa.sas También encajan aquí la portada del Ep "Ni Flors Ni Violes (Les "Altres" Cançons Populars)" de Guillermina Motta (1967), creada por Jordi Galí, artista popconceptual y reconocido docente de la Escuela Eina de Barcelona; y la hermosa portada de, la también conceptual, Silvia Gubern para el álbum “Qualsevolt nit pot sortir el sol” (1975) del “cantautor galáctico” Sisa; el cual, también colaboró años después con Antoni Miralda en el diseño gráfico del LP “Barcelona Postal” (1982) un singular proyecto que partía de la surrealista idea de llevar al terreno de la música y la imagen, una simbólica boda entre la estatua de Colón del puerto de Barcelona y la Estatua de la Libertad de Nueva York. Miralda aderezó el singular diseño del disco con una -más que pop, “populachera”- colección de postales que mostraban la cara menos frecuentada de esa ciudad condal –de apariencia más kitsch, que pop- en la que tenía su ecosistema esa Gauche Divine que en los años sesenta/setenta creyó encontrar en salas de fiestas como Zeleste21 y Bocaccio, sellos discográficos como Edigsa y Concentric y calles como Tuset Street, su particular versión del Swinging London. Sonido Molero Un caso de estudio que merece un paréntesis por tener unas señas de identidad y unos referentes diferentes a los de los artistas que acabamos de citar, pero que marca desde muy pronto un intento de aunar las artes visuales con la música pop es el de Herminio 21 El –todavía vigente- logotipo de esta sala de fiestas fue creado por Silvia Gubern a partir de un dibujo de su hijo. Molero. En una entrevista a Mercedes Buades realizada por Iván López Munuera22 relata el impacto que le causó visitar por primera vez el estudio del artista en 1973 y que éste la recibiera con una puesta en escena que incluía la música de Roxy sonando a todo volumen. En un mismo sentido debe verse aquel póster –rabiosamente pop- con el que este artista forró las paredes de Madrid exhortando a la gente joven a que visitase su segunda exposición en esta galería: ¡Eh joven! ¡Ven a ver mi exhibición!. 15- Herminio Molero: “Another Little Breakfast”. Esmalte sobre cartoné. Medidas variables. 1968. Coleccion MACBA, 16- Herminio Molero: “¡Eh, Joven! ¡Ven a ver mi exposición!”. Póster editado por Galería Buades. 1975. Tras unos comienzos próximos a la experimentación electrónica y la poesía visual a partir de 1968 Molero comienza a introducir elementos figurativos en su trabajo, hasta entonces prioritariamente verbal, muchos de ellos precedentes de la música pop. No son simples citas, sino elementos estructurales de una obra concebida desde la identificación personal con dicha cultura: “Si yo utilizaba el rostro de Dylan o de Lennon en mi obra, lo que intentaba era introducir en ella una cultura, y no simplemente colocar una cara. Además, nunca he utilizado en mi pintura una persona que no me gustase, esos personajes que he utilizado han tenido siempre un determinado valor para mí.”23. Desde 1971 la obra de Molero basculará hacia la psicodelia y la estética pop, en la que se sumergió, junto con Pedro Almodóvar, en Londres e Ibiza. En 1973 la inauguración de la Galería Buades marcó un hito en la vanguardia artística madrileña. El cómic Las aventuras de California Sweetheart, incluido en la exposición de 1975, fue la encarnación más acabada de este proceso. La historia, que esconde múltiples referencias autobiográficas, incluye cambios de identidad sexual, y escenografías pripias de comedia musical hollywoodiense entre las que destaca el proyecto nunca realizado bajo el título: “El hombre que mató el rock and roll”, cuyo 22 LÓPEZ MUNUERA, Iván: “Yo vivía allí. Entrevista Mercedes Buades”. Galería Buades. Treinta años de arte contemporáneo. Museo Patio Herreriano, Valladolid, 2008. p, 104 23 “Herminio Molero. La vida densa”. Entrevista con Raúl Eguizábal, en Buades, Periódico de arte, n.º 10 y 11. 1987 p. 66. Recogido junto a otros datos que aquí se exponen en el volumen Desacuerdos 03. Derivas I: Manolo Quejido y Herminio Molero. 2005 Editores: Arteleku-Diputación Foral de Gipuzkoa, Centro José Guerrero-Diputación de Granada, Museu d'Art Contemporani de Barcelona y UNIA arteypensamiento boceto se encuentra actualmente en el Reina Sofía, con un estilo narrativo, autobiográfico y vitalista que pretende conectar directamente con la cultura popular. Ese impulso marcaría el desarrollo inmediato de la carrera de Molero en la música pop: primero vendría el grupo de rock progresivo Araxes; más tarde, en 1977, Molero fue manager de Kaka de Luxe y Los Zombis, hasta que en 1978 formó el grupo Radio Futura con los hermanos Auserón y Javier Pérez Grueso; todos ellos se presentaron en el programa Imágenes, de Paloma Chamorro, como “pintores que hacen música”. Arte en el pop y pop en el arte. Precursores Pese a que las colaboraciones entre músicos y artistas visuales que acabamos de analizar pueden ser vistas por algunos como algo excepcional, este tipo de relaciones eran comunes en el ámbito anglosajón. Y si damos un salto en el tiempo, tendremos que dar la razón a Jacques Attali al comprobar que las genealogías del Rock and Roll y el Pop Art discurren de modo sorprendentemente consecutivo desde que en marzo de 1956 Elvis Presley, editase su primer álbum bajo el sello RCA y en poco tiempo lograse situarse en lo alto de las listas. Pocos meses después, al otro lado del Atlántico el artista británico Richard Hamilton realiza un pequeño collage que tiene prácticamente las mismas dimensiones que la portada del disco de Elvis, la obra llevaba por título: “Just what is it that makes today´s home so different, so appealing?” y tras ser exhibida en la exposición “This Is Tomorrow” en la Whitechapel de Londres, se convertirá para muchos en la pieza fundacional del movimiento Pop Art. En una carta escrita unos meses después Hamilton definió el Pop Art como algo: “popular, efímero, fácil de olvidar, barato, producido en serie, joven, divertido, sexy, tramposo, lleno de glamour, un buen negocio…” estos epítetos y muchos más se podrían aplicar, sin duda, al primer LP de Elvis, cuya portada, desde un punto de vista del diseño gráfico resulta tan icónica, e influyente como el collage de Hamilton. No sólo eso, la música de Elvis sonó en el jukebox que formaba parte de la efectista instalación “Fun House” con la que Hamilton participó en This Is Tomorrow. 17- Elvis Presley. Primer Lp. RCA, 1956. Diseño de portada no acreditado. Foto portada: Red Robertson 18- Richard Hamilton: Just what is it that makes today´s home so different, so appealing?”, Collage. 1956. 19- Elvis Presley. Elvis Presley y el Rock and Roll. Primer Ep individual editado en España por RCA, 1956. Diseño de portada no acreditado. Foto portada: Red Robertson Lo cierto es que la década de los sesenta alumbró a la primera generación de artistas que habían crecido escuchando música pop/rock desde niños; lo que explica que músicos como Elvis, The Beatles, The Rolling Stones o The Velvet Underground se convirtieran en poco tiempo, en uno de los motivos preferidos para ser representados por artistas pop británicos y norteamericanos como Ray Johnson, Andy Warhol, Jim Dine, Peter Blake o David Hockney. Al mismo tiempo, bandas como The Beatles, The Rolling Stones, The Who, The Yardbirds, Cream, Pink Floyd o Roxy Music, por citar sólo algunas de las más significativas, contaban entre sus filas con músicos que ya estaban plenamente familiarizados con la estética del pop y los nuevos comportamientos artísticos, pues tenían entre sus miembros estudiantes de Art Schools que habían coincidido en las aulas con artistas tan ilustres como Eduardo Paolozzi, Peter Blake, Richard Hamilton, Gustav Metzger o Tom Phillips24. Una década después de “This is Tomorrow” Hamilton frecuentaba los ambientes musicales del Swinging London y colaboraba con bandas como The Rolling Stones y The Beatles (A quienes diseña en 1968 la portada y del “Disco blanco”) pero además será profesor de Brian Ferry, (Roxy Music); al igual que Eduardo Paolozzi, -que también participó en This is Tomorrow- que fue profesor de Stuart Sutcliffe miembro fundador de The Beatles y años después responsable del diseño para la carpeta del segundo Lp de Paul McCartney & Wings: Red Rose Speedway (1973). ¿Y qué decir del otro pionero del pop británico Peter Blake?, pues que acabó siendo más célebre por su portada para el LP Sergeant Pepper´s de The Beatles que por sus pinturas. De hecho, la lista de artistas de prestigio vinculados al pop que en algún momento de su carrera diseñaron portadas de discos sería interminable: Andy Warhol, Roy Lichtenstein, Robert Rauschenberg, Ed Ruscha, Mel Ramos, John Baldessari, Allen Jones, Peter Philips, Richard Lindner… entre un largo etc. ¿Un franquismo Pop? En España, con el ambiente represivo y la censura instalados en todas las esferas de la vida pública, en la década de los 50 no parecían darse las condiciones para la asimilación de unos signos estéticos que, invariablemente, se asociaban a la menospreciada cultura anglosajona. Y es verdad, que en los años previos al nacimiento del rock el régimen ponía todas las trabas posibles a cualquier ritmo o estilo musical que se mostrase como alternativa a las esencias patrias, con especial inquina a la música en inglés y los ritmos negros25; sin embargo, y a despecho de lo que suele afirmar una y 24 La retroalimentación entre la escena musical y la artística en Londres durante los años 60 y 70 y la importancia de las Art Schools ha sido analizada a fondo por el sociólogo FRITH, Simon: Art into Pop. Methuen Young Books. 1987. 25 Esta mentalidad queda inquietantemente reflejada en este pasaje de la circular enviada a las radios españolas el 17 de septiembre de 1942 (Que se mantuvo activo hasta 1966) por la Delegación Nacional de Propaganda. Queda terminantemente prohibido transmitir por medio de discos o por especialistas que actúen en el Estudio la llamada música ‘negra’, los bailables ‘Swing’, o cualquier otro género de otra vez la historia “oficial”, el régimen franquista no denostó, prohibió, ni persiguió el rock'n'roll. Los sucesivos gobiernos del general Franco, en realidad, no prestaron apenas atención al fenómeno porque, -al menos en sus inicios- no lo consideraban peligroso políticamente; y además se creía que, la del rock, sería una moda efímera26. Es cierto que la censura oficial retrasó el estreno de algunas películas o modificó las portadas de algunos discos, pero desde 1955 nunca existió una política expresa de prohibición ni nada parecido. Los primeros discos de Bill Halley & His Comets o Elvis Presley se publicaron en España ya en 1956, aunque sin demasiado eco a nivel de medios. A esta situación de permisividad con uno de los más notables signos de la identidad cultural norteamericana no debe ser ajena la firma en septiembre de 1953 de los Pactos de Madrid, por los que se autorizaba la instalación de cuatro bases militares norteamericanas en España y se restablecían –y favorecían- las relaciones comerciales con ese país En 1954, Discos Columbia fabricó en España los primeros discos microsurco de vinilo. En pocos años, el Ep (disco de 7” con cuatro canciones) revolucionó el mercado de la música moderna y la concepción del diseño gráfico de sus cubiertas. De hecho, en los discos importados a través de las bases americanas y en sus emisoras de radio se ha querido ver el germen del incipiente rock que se grabará en España a finales de los 50, pues las primeras bandas y solistas de rock españoles se fundan precisamente en ciudades que cuentan con bases americanas o que son escala de la VI Flota (Madrid, Barcelona, Sevilla-Cádiz, Zaragoza, Valencia). En octubre de 1958, se crea Comisión Fulbright para intercambio cultural entre España y Estados Unidos, que a partir de 1961 pone en marcha un sistema de becas para los universitarios españoles que quisieran completar su formación en Estados Unidos. Al regresar, muchos de aquellos estudiantes traían sus maletas cargadas de guitarras eléctricas y discos de rock. En 1959/60 –el mismo en que el régimen inicia el Plan Nacional de Estabilización Económica- aparecen los primeros discos grabados por músicos españoles como Los Estudiantes (Madrid), Los Milos (Valencia) Chico Valento composiciones cuyas letras estén en idioma extranjero, o por cualquier concepto puedan rozar la moral pública o el más elemental buen gusto (…) Citado por SEVILLANO CALERO, Francisco: Dictadura, socialización y conciencia política. Persuasión ideológica y opinión en España bajo el Franquismo (1939-1962) [Tesis doctoral]. Universidad de Alicante, Facultad de Filosofía y Letras, Alicante, 1997, p. 323-324. 26 Las dos primeras grabaciones de Elvis publicadas en 1956 en España fueron Eps compartidos con Pérez Prado –El Rey del Mambo-. Es obvio que las compañías discográficas pensaban que el rock era “otro ritmo de moda” como fueron el mambo, twist o el mádison… Meses después RCA editó ya los tres primeros Eps individuales de Elvis (siempre con los títulos de las canciones traducidos al castellano) con la particularidad de que las portadas de esos discos se diseñaban en España y eran diferentes de las de los prensajes americanos, lo que les confiere un especial valor para los coleccionistas. (Zaragoza) o El Dúo Dinámico y Los Pájaros Locos (Barcelona) que incluyen canciones que pueden ser definidas estilísticamente como rock27. El franquismo estaba intentando incardinarse en el contexto internacional exhibiendo una suerte de aggiornamento -más sociocultural y estético, que políticoque se notó inmediatamente en los rituales de ocio y consumo. A eso puede sumarse que la sociedad española, ya por aquel entonces, estaba (de alguna manera) “divorciada del régimen político”. La España de finales de los 50’s y principios de los 60’s sufría una curiosa esquizofrenia. Por una parte, alumbraba una sociedad homologable a la del resto de Europa (mayoritariamente de clase media y urbana -o en camino de serlo-, inquieta, curiosa y receptiva) mientras por otra, mantenía un gobierno autocrático de corte tradicionalista y ultracatólico al que no le tembló la mano en suspender las multitudinarias “Matinales del Price”, celebradas 1962 y 1963 en las que dieron sus primeros pasos bandas como Los Pekenikes, Los Estudiantes, Los Relámpagos, o Mike Rios, cuando sospecharon que aquellos conciertos que terminaban con cientos de jóvenes bailando el twist cerca de La Cibeles corrían el peligro de convertirse en un nido de agentes subversivos. Es significativo, que tanto en la prensa afecta al régimen como en aquella que tenía un perfil crítico se publicaran comentarios negativos sobre los chicos y chicas que salían por la calle bailando y aullando al ritmo enloquecido del Twist: “¿Donde vamos a parar? Los chicos se suben por las paredes, mientras les dejan, claro. Quieren más, más…” (Triunfo, no 27, 8 de diciembre de 1962, p. 25) 33. En la edición del el 30 de diciembre de 1963 del diario Pueblo, el titular rezaba lo siguiente: "En plena calle y a sólo 100 metros de Cibeles". Seguía una crónica en el que se cuestionaba a una juventud que ocupaba de manera ruidosa y descontrolada las calles de la capital. Incluso un personaje poco sospechoso de oponerse a las libertades como el director teatral Adolfo Marsillach publicó una columna deplorando aquella eclosión de “rebeldes sin causa”. Las repetidas críticas consiguieron su objetivo, y en enero de 1964, las matinales fueron prohibidas por la Dirección General de Seguridad, sin margen para recursos28. Por otra parte; la historiografía insiste en que el propio sistema del arte español en las décadas de los 50 y 60 fue poco favorable –cuando no, hostil- a la asimilación de las tendencias pop29. Un sector mayoritario de la crítica y de los propios artistas 27 No obstante, el primer rock español también está muy influenciado por las versiones en castellano de temas de Elvis, Gene Vincent o Carl Perkins que harán bandas de América Latina asentadas en España desde 1959 como los Teen Tops (de Méjico), Los Llopis (de Cuba) o Los Cinco Latinos y Billy Cafaro (de Argentina). 28 En noviembre de 1964 en el diario ABC se reflexionaba sobre el comportamiento "desviado" de un sector de la juventud: "Bandas de menores (...) jóvenes que se fugan de sus casas, muchachos y chicas que, como los de otras latitudes, sienten el ritmo desconcertante de una música nueva, la imitación de una moda extravagante (...) la promiscuidad de bailes sucios ..." Recogido por ALONSO Celsa, “El beat español: entre la frivolidad, la modernidad y la subversión”, Cuadernos de música iberoamericana, no 10, 2005, p. 225-254. 29 Díaz Sánchez, J., “Sobre la recepción del Pop Art en España”, en Cabañas Bravo, M., (coord.), El arte foráneo en España. Presencia e influencia, Madrid, CSIC, 2005, p. 497. consideraba el arte pop bajo sospecha: “una tendencia frívola, ajena y poco deseable (…)”, “el arte pop basa sus valores en una aceptación permanente y acrítica de los símbolos culturales dominantes (…)”30. Paradójicamente, esto se producía tanto desde la crítica de derechas, opuesta por norma a la entrada de influencias modernizadoras, como desde la de izquierda, posicionada contra cualquier forma de arte que tuviera que ver con la “sociedad del espectáculo” y particularmente con la cultura americana. Que el Equipo Crónica tuviese una obra titulada: “El realismo socialista y el pop art en el campo de batalla” (1969) demuestra hasta que punto intentaban guardar distancias prudenciales respecto al pop anglosajón… Todavía en 1974, Simón Marchán Fiz en su influyente texto Del arte objetual al arte del concepto justificaba la escasa penetración del pop en el arte español de la siguiente manera: “En España no recogió demasiadas adhesiones y siempre muy mediatizadas. Las razones han sido de tipo estético-cultural y socioeconómico. En primer lugar, el peso específico de la tradición informalista-expresionista se resiste a aceptar las técnicas populares. Pero la causa principal es de naturaleza social, pues los fenómenos pop solo tienen razones objetivas en sociedades industriales de consumo (…) Los primeros síntomas pop obedecen inevitablemente a aportaciones miméticas de la vanguardia exterior. Y cuando las condiciones objetivas empiezan a posibilitar fenómenos pop, el cambio de una economía del subdesarrollo según el modelo neocapitalista aparece sembrado de contradicciones, pues la transición no ha sido del conjunto del país, sino de alguno de sus sectores, en especial de la burguesía urbana (…)”31 Resulta pues, tan paradójico como significativo, que en ese contexto que intentaba mostrarse impermeable a la cultura pop, fuera precisamente la música popular (y muy particularmente el diseño gráfico de las portadas de discos) la que introdujera en España de manera más explícita las propuestas más avanzadas de la estética pop internacional. 30 31 ALAMINOS, Eduardo. “Crisis de una práctica”. Artes plásticas, 10, 1976. MARCHÁN FIZ, Simón: Del arte objetual al arte del concepto, Madrid, Ed. Comunicación, 1974, pp. 36-37. 20- Pop Tops: “Viento de otoño” / “Cry”. Single 7”. 1967. Diseño de portada Alberto Schommer (Sobre imagen de Roy Lichtenstein) 21- The Rolling Stones: “Satisfaction”, “Off the Hook” / “The Under Assistant”, “West Coast Promotion Man”. Ep, 7” Decca Records, 1965. Diseño de portada. G.Botia. Digámoslo bien claro: el Pop Art y otras propuestas paralelas a esta tendencia como el Op Art se conocieron –y asimilaron a nivel popular- en España, antes a través las portadas de discos y el diseño gráficos de revistas y póster que por medio de las galerías de arte o las salas de exposiciones institucionales. Las obras de artistas como Roy Lichtenstein o Andy Warhol entraron en los hogares españoles a través de las carátulas de singles, Ep y Lp, a un precio asequible y sin necesidad de disputarle a las “bellas artes” su lugar de privilegio. Dos ejemplos significativos: la carátula diseñada por Alberto Schommer en 1967 para el single Viento de otoño de los Pop Tops en la que se apropia de un conocido cuadro de Lichtenstein para hacer un juego de palabras con el nombre de la banda o la reinterpretación en clave “warholiana” de G. Botia, para la portada del Ep “Satisfaction” de The Rolling Stones editado en España en 1965. Si tenemos en cuenta que la primera exposición individual en España de Andy Warhol no se realizó hasta 1975 en la Galería G de Barcelona (sin ningún éxito) y la primera monográfica de Roy Lichtenstein no fue hasta 1983 en la Fundación Juan March, podemos asegurar que el primer contacto del público no especializado con el pop americano, se realizó a través de la gráfica musical en portadas de discos, póster y revistas o programas musicales como Último Grito (Dirigido por Iván Zulueta), que dedicó un pequeño reportaje al Pop Art en una de sus últimas emisiones en 196932. Para los nuevos sellos discográficos surgidos en estos años como Bélter, Discophon Hispavox, Novola (Zafiro), Sonoplay Edigsa o Concentric, las carátulas pasaron a ser tan importantes como los discos que contenían y -junto a las primeras revistas especializadas en música como Discóbolo, Fonorama o Mundo Joven, o ya en los 70’s, Star, Ozono y Vibraciones, jugaron un papel decisivo en la introducción del estilo y la iconografía pop en España. Aunque la mayoría de las portadas son anónimas y por cuestiones de espacio desborda los objetivos de este texto, me voy a referir a 32 En 1963 se inauguró en el Hospital de Santa Cruz de Barcelona la exposición “Arte de América y España” en la que se vieron obras de Jasper Johns, Larry Rivers y Robert Rauschenberg y en 1964 en el Casón del Buen Retiro de Madrid, U.S.A. Arte actual: Colección Johnson, donde también se vieron obras de artistas pop americanos, pero su presencia fue anecdótica, pues dominaba la obra abstracta. algunos diseñadores, ilustradores y fotógrafos que por su importancia llegan a estar acreditados en las contraportadas y en ocasiones llegan a firmar portadas. 22- Los Relámpagos: “Granada”, “Danza nº 5” / “Danza del molinero”, “Sevilla”. Ep 7“. Zafiro, 1968. Diseño de portada no acreditado. (Impresión: Octavio, Felez y Cia, SA. 23- The Rocking Boys: “Dile”, “Lup de lip” / “Wipe Out”, “No debes seguir siendo así”. Ep 7”. Belter, 1963. Diseño de portada no acreditado. 24- Mike Rios con Los Sonor: “Oh, Mi Señor”, “Hay tantas chicas” / “Drip-Drop”; “Bailando Surfing”. Ep 7”. Philips, 1963. Diseño de portada: José Bort Uno de los más populares diseñadores en el tránsito de los 50 a los sesenta, (1959 y 1964) es el ilustrador de Jerez de la Frontera José Bort, el cual puede ser considerado -junto a Jordi Fornas en el sello Edigsa- el introductor de una suerte de “estética proto-pop” en la música española. Sus portadas para los primeros Eps de pioneros del rock en castellano como Los Teen Tops, los Blue Diamonds, los Cinco Latinos o Billy Cafaro en sellos como Fontana, son, todavía hoy, imitadas por diseñadores vinculados a la estética “Indie” como Javier Aramburu o Jordi Labanda. A destacar sus ilustraciones de aparente ingenuidad –y en ocasiones decididamente kitschque llegan a recordar vagamente la pintura de Alex Katz, amén de cierta influencia de la abstracción geométrica y el cubismo. 25- Teen Tops: “Rock” Ep 7”, Fontana, 1961. Diseño de portada: José Bort 26- Sonia: “Dos pequeños italianos”, “Cuenta las estrellas” / “Midi Midinette”, “Nacida para mi”. Ep 7”, Philips, 1966. Diseño de portada: José Bort 27- Billy Cafaro:”Música, Maestro, por favor” / “Mágica Luna”, “Clarito de Luna”. Ep 7”, Fontana, 1960. Diseño de portada: José Bort Con la misma cronología y códigos de diseño más sintéticos destacan los trabajos de S. Cañizares para los sellos Fontana y Zafiro, Sagalés y Val para Belter y los creativos que trabajaban anónimamente para el sello valenciano Discophon, donde sobresalen sus influyentes portadas para Mina y pioneros del rock como Los Milos o Los Pantalones Azules. Así mismo tuvieron una gran influencia, la serie de portadas de Paul Anka diseñada por León en Hispavox y las de Ponce de León para cantantes como Rita Pavone y Silvana di Lorenzo en la RCA española, con coloristas estampas prewarholianas dignas de figurar entre lo mejor del pop español. Tampoco se debe olvidar la labor en el sello Hispavox de Daniel Gil (conocido por las portadas de los libros de bolsillo de la editorial Alianza), entre 1959 y 1966 colaborando con los mejores fotógrafos españoles de la época como Francisco Ontañón y Pérez de León. Sus retratos de cantantes como Raphael, Karina y Jeanette crearon escuela. Entre los muchos fotógrafos acreditados en los sellos anteriores, destacan Baró, Alfredo, Figueres, Ontañón e Ibáñez que hicieron de Gelu, el Dúo Dinámico, José Guardiola y Conchita Velasco, ídolos juveniles de la canción ligera, lo mismo que Briones con Los Brincos –imitando el estilo de Robert Freeman- y Alberto Schommer con los Pop Tops y los Canarios. En Cataluña uno de los grandes renovadores de la gráfica musical será Jordi Fornas director artístico del sello discográfico Edigsa y la colección de novela negra La Cua de Palla (Edicions 62), con sus portadas a dos tintas sobre cartulina amarilla y las fotografías quemadas con retratos de los cantautores de la Nova Canço, con un aire vagamente existencialista e influencia de la estética de la “Nouvelle vague” y el “Free cinema”. Para la realización de las fotografías contó además con la colaboración de algunos de los fotógrafos catalanes más reconocidos del momento como Oriol Maspons, Leopoldo Pomés, Colita, Toni Catany o Xavier Miserachs. Destacan igualmente sus audaces juegos con la tipografía –en algunos casos cercanas al estilo de sellos de jazz como Blue Note-. 28- Raimon: “Al Vent”, “La Pedra”/ “Som”, “A Cops”. Ep, 7”. Edigsa, 1963. Diseño de portada: Jordi Fornas. Fotografía: Oriol Maspons 29- Els Dracs: “Sota el cel plujos”, La casa del solo naixent”/ “Un bon amic es excellent”, “No contesta ningú”. Ep, 7”. Concentric, 1965. Diseño de portada: Joan Fontanals 30- La Mosca: “NPK2”, Lp, Movieplay, 1970. Diseño de portada: Cruz González Hacia 1968 se alcanza la etapa de pleno desarrollo de la gráfica pop en Cataluña de la mano de América Sánchez (Vinculado a la Escuela Eina) y Enric Satué. Ambos realizarían numerosos proyectos para el sector discográfico y participarían también en el lanzamiento de dos publicaciones convertidas en referentes de la historia del diseño gráfico catalán: La Mosca (1968) y CAU (1970). A destacar los trabajos de América Sánchez con La Trinca y los de Enric Satué con el sello Pu-put. A ellos se suma el también músico Pau Riba que logra en sus trabajos para el sello Concentric una audaz síntesis entre pop y sicodelia que será muy imitada. En este sello trabajó también Enric Sió, ilustrador y creador del cómic Aghardi, autor de uno de los mejores trabajos de los sesenta: la carpeta del disco “Visca l’amor” (1968) de Guillermina Motta, su pareja y musa por aquel entonces. 31- Pau Riba: “Taxista” / “El matí de San Esteve”; “M’est aquest Prohibir”. Ep, 7”. Concentric, 1967. Diseño de portada Pau Riba. Foto Albert Fortuny 32- Guillermina Motta: “Visca l’amor”. Lp. Concentric, 1968. Diseño de portada: Enric Sió. 33- La Trinca: “Xauxa”. Lp. Edigsa, 1972. Diseño de portada: Estudi Fats A finales de los sesenta emerge la figura del multifacético Iván Zulueta, citarlo únicamente como creador de algunas de las mejores portadas de discos de la historia del pop y el rock español (“Contrabando” y “Amiga mía” para Los Brincos en 1968, “Contracorriente” para Vainica Doble en 1976) no le haría justicia. Nos encontramos ante una de las figuras capitales de la cultura pop española. Suya es también la mejor película musical de los 60’s: Un dos tres, al escondite inglés (1969), -para la que diseñó un excepcional póster- Sus aportaciones al medio televisivo como realizador del programa Último grito (1968-1970) supusieron para la música española un revulsivo equivalente al de los programas Ready, Steady, Go! y Top of the Pops en la televisión britànica. 34- Los Brincos: “Contrabando”. Lp, Novola, 1968. Diseño de portada: Iván Zulueta 35- Pop Tops: “Pepa” / “Junto a ti”. Sonoplay, 1969. Diseño de portada Alberto Schommer. Pintura corporal: Alberto Muñiz Con todo, no faltarán críticos con el significado político de esta asimilación de las formas del arte pop durante la dictadura a través de los rituales de ocio y consumo juvenil. Entre ellos es especialmente beligerante Juan Pablo Fusi para quien: “el clima cultural del régimen de Franco quedó definido mucho más por la subcultura de consumo de masas que por la propia cultura oficial. Por una razón esencial: porque esa cultura de masas, una subcultura carente de preocupaciones políticas e intelectuales pero de gran popularidad y difusión pública, favorecía, vía el entretenimiento y la evasión, la integración social y la desmovilización del país, objetivos políticos del nuevo régimen (…)” 33. ¡Queremos baile! El arte y la música pop en el campo de batalla Bajo la “adorniana” opinión de Fusi, las prácticas subculturales contribuían a desmovilizar a los jóvenes y a sostener y perpetuar el régimen bajo la máscara de una suerte de “Franquismo Pop”34 que en aquellos años del desarrollismo, ofrecía su cara más amable en las formas más populares de consumo y diversión… “financiadas por los bolsillos paternos”según apuntaba sin condescendencias el escritor Vázquez Montalbán, quien, en su libro Cien años de canción y Music Hall en España (1974) , se mostró muy crítico con lo que denominó "la dictadura de lo juvenícola" denunciando con acritud que "habían crecido los cabellos sobre las mismas ideas"35. 36- Portada de la revista de cómic y música Star. Nº 30, 1977. Diseño de cubierta: Montxo 37- Póster de la película: “Un, dos, tres, al escondite inglés” (Dir: Iván Zulueta) Diseño del póster: Iván Zulueta. 33 34 FUSI AIZPÚRUA, Juan Pablo: Un siglo de España. La Cultura. Ed. Marcial Pons, 1999, p. 109. La expresión “franquismo pop” la he tomado del Almanaque. Franquismo pop que Guillem Martínez coordinó para la editorial Mondadori en 2001. 35 VÁZQUEZ MONTALBÁN, Manuel: Cien años de canción y Music Hall en España (1974). Barcelona, Difusora Internacional, 1974, p. 369. En el lado opuesto, se encuentran autores como la musicóloga Celsa Alonso36, para quien el “beat español” no fue un factor despolitizador ni desmovilizador, sino que construyó un marco de textos y prácticas culturales de compleja interpretación, en el seno del proceso de modernización en la España de mediados de la década de 1960. En idéntico sentido se expresa Rafael Revert, periodista y locutor de radio en una entrevista recogida por la autora anterior: “El beat no nos adormecía, todo lo contrario (…) Escuchar aquella música era una forma de protestar, de ir contra corriente, de manifestar la oposición al régimen. La música era lo único propio que teníamos los jóvenes. Nos entregábamos intensamente a ella, nos comprometíamos con ella, porque no teníamos nada más que eso (…)”. Otra periodista, Rosa Montero, que asistió con 14 años al concierto de los Beatles en Madrid en 1965, recuerda al respecto: "Entonces comprendí que ser beatlémano suponía combatir lo que los grises eran, y que el rock no consistía sólo en música, sino también en intentar imaginar un mundo diferente"37. Y el “caso Raimon”, parece dar la razón a historiadoras como Inma Julián o la investigadora sobre la historia del diseño gráfico en Cataluña M. Àngels Fortea38 que defiende: “Hacia 1968, el estilo Pop se había convertido en el lenguaje formal de la resistencia cultural catalana y por extensión al resto del país (…)”. El etnomusicólogo norteamericano William Washabaugh apunta en su estudio sobre el flamenco en España: “un gran número de momentos musicales del período que se extiende desde Richard Wagner hasta Bob Dylan nos recuerdan que “la música actúa como mediadora de la política y que la música popular, en concreto, se ha usado con frecuencia para hacer girar las ruedas de la política (…)”39. Obviamente no se puede generalizar; pero, en determinados contextos la cultura pop –especialmente la asociada a la música- se convirtió en una herramienta de oposición pacífica al régimen nada despreciable pues, más allá de ese consumo supuestamente pasivo, fomentado por la industria discográfica, respondía al deseo de construcción de una identidad cultural diferenciada de aquello que se promovía institucionalmente. Y esto, en el contexto de una dictadura como la franquista, podía ser considerado tan inocente por unos, como peligroso por otros… pero de lo que no cabe 36 ALONSO Celsa, “El beat español: entre la frivolidad, la modernidad y la subversión”, Cuadernos de música iberoamericana, no 10, 2005, p. 225-254. 37 Citado en SÁNCHEZ, Enrique y DE CASTRO,: Ole, Beatles, Lleida, Pagés, 1994, p. 43 38 FORTEA, M. Angels: “Las primeras manifestaciones de la gráfica pop en la Barcelona de los sesenta” Iconofacto Vol. 9, N° 12 / Páginas 9 - 37 / Medellín - Colombia / Enero-junio 2013, p, 10. 39 WASHABAUGH, William: Flamenco. Pasión, política y cultura popular. Barcelona, Paidós, 2005. Se expresa en idéntico sentido: FRITH, Simon: Peforming rifes. On the value of popular music, Oxford University Press, 1996. duda es de que contribuyó a minar desde dentro los pilares de la ya fisurada sociedad española, especialmente de los jóvenes. En 1966 la Hoja del Lunes de Bilbao recogía un hecho insólito en los tiempos de la dictadura: “Manifestación de jóvenes de 14 a 16 años en Bilbao. Gritan por las calles: ¡Queremos baile!”40. Más allá de lo anecdótica que pueda parecernos esta noticia; y siguiendo de nuevo la teoría de Jacques Attali sobre el componente utópico de algunas prácticas musicales, merece la pena, para terminar, que la comparemos con la noticia de la manifestación tras el concierto de Raimon con la que comenzábamos este texto. Si, como hemos intentado demostrar, en 1968 los jóvenes españoles, aunque pesimistas y escépticos, tenían una conciencia generacional clara y demandaban una democratización institucional inmediata, habría que preguntarse qué papel jugó la cultura popular en ello. Sería en fin, positivo, calcular cuántos, de aquellos muchachos que bailaban twist en La Cibeles tras los conciertos del Price en 1962, de aquellos que asistieron al concierto de The Beatles en Madrid o Barcelona en 1965, o de los que se manifestaban por las calles de Bilbao ¡exigiendo baile! en 1966; cuántos, en suma, pocos años después, participaron en las protestas contra el régimen que, casi de modo inevitable, seguían a los conciertos de Raimon, Lluis Llach o Paco Ibáñez o se compraron sus discos para sentir que formaban parte de aquello. *** El texto de esta publicación se ha realizado en el marco del proyecto de investigación: La canción popular como fuente de inspiración. Contextualización de fuentes musicales españolas y europeras y recepción en América: Origen y devenir, (1898-1975) HAR2013-48181- C2-2-R. 40 Recogido por BLASCO Rogelio: “Historia de la canción moderna en el Bilbao Metropolitano”. Actas del III Symposium: Bilbao: 700 años de memoria. Bilbao, una ciudad musical. Bilbao, 1998, p, 341.