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EL RÉGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO EN EL DERECHO COMPARADO HISPANOAMERICA

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EL REGIMEN PATRIMONIAL DEL MATRIMONIO EN EL DERECHO
COMPARADO HISPANOAMERICANO
Miguel Angel Diaz Cañote*
Resumen.
El autor a partir de la revisión de los sistemas patrimoniales del matrimonio, en
Venezuela, Colombia, México, España, Chile, Uruguay, Guatemala, Paraguay y
Argentina, realiza una comparación con lo previsto en nuestro Código Civil,
resaltando lo que señala puede ser asimilado para nuestro país, de forma tal de
hacer efectivo el Principio Constitucional de Promoción del Matrimonio.
Abstract.
The author from the review of the economic systems of marriage in Venezuela,
Colombia, Mexico, Spain, Chile, Uruguay, Guatemala,Paraguay and Argentina,
makes a comparison with the provision of our Civil Code, underlining what
points can beassimilated to our country, so as to give effect to the constitutional
principle of promoting marriage.
Palabras clave.
Cónyuges, Solicitud de matrimonio, Celebración del matrimonio, Régimen
patrimonial, Convenciones matrimoniales.
Key words.
Spouses, Application for marriage, celebration of marriage, property regime,
marriage conventions, marital partnership, Marital Settlement Agreements.
I.- Introducción.
Se ha previsto en nuestra Constitución Política, como un principio el de
promoción del matrimonio, al respecto ello significa, que el Estado debe
fomentarlo, incentivarlo, promoverlo o estimularlo como forma de constitución
de una familia, de lo que se puede concluir, que en ese afán el Estado debe
aligerar su realización evitando mayores costos o cargas a los contrayentes,
así surge en el autor la iniciativa para la realización del presente trabajo, en el
cual aborda una revisión de la solicitud, celebración y elección del matrimonio,
a nivel comparado en algunos país de Hispanoamérica, haciéndose énfasis en
aquellas particularidades de cada país, que resultarían beneficiosas para que
dicho principio se efectivice, como son entre otras, la necesidad de que los
futuros contrayentes, reciban información no sólo de la posibilidad de elegir el
régimen patrimonial de su matrimonio, sino además, sobre los derechos y
obligaciones que derivan del mismo, con la finalidad de que dichas personas
asuman de la mejor manera posible las responsabilidades de la vida en común
*
Magister en Derecho Civil y Comercial, con estudios de doctorado en la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos y de pedagogía, en esa misma casa de estudios. Expositor
en eventos nacionales e internacionales. Ha escrito artículos en diversas revistas
especializadas de nuestro país. Juez Especializado Titular de la Corte Superior de Lima
Este.
1
y les sirva de base para que al realizar la solicitud matrimonial, puedan
manifestar la elección del régimen patrimonial en ese momento e inclusive
hasta en el mismo acto del matrimonio, con lo cual los costos que generan
actualmente, la exigencia de una escritura pública, bajo sanción de nulidad, en
caso de que los futuros contrayentes elijan el régimen patrimonial de
separación de patrimonios, ya no sería necesario lo que traería como
consecuencia, así mismo, no tener que presumir el régimen de sociedad de
gananciales, a falta de elección expresa.
II.- El sistema patrimonial del matrimonio en Venezuela.
Base Legal: Sobre la solicitud, celebración y el régimen patrimonial del
matrimonio en Venezuela, este se encuentra establecido básicamente en los
artículos 66, 88, 141 a 143, 148 a 150, 171, 176 a 178 y 181 de su Código Civil.
Solicitud de matrimonio: Las personas que quieran contraer matrimonio lo
manifestarán así ante uno de los funcionarios de la residencia de cualquiera de
los contrayentes, autorizados para presenciarlo e indicarán el que han
escogido, entre los facultados por la Ley, para celebrarlo; y expresarán,
además, bajo juramento, su nombre, apellido, edad, estado, profesión y
domicilio, y el nombre y apellido del padre y de la madre de cada uno de ellos,
de todo lo cual se extenderá un acta que firmarán el funcionario, las partes u
otro a su ruego, si ellas no pudieran o no supieran hacerlo, y el secretario.
Celebración del matrimonio: Para dicha celebración se observarán las
formalidades siguientes: reunidos el funcionario que autorice el acto, su
Secretario, los contrayentes y los testigos, el Secretario dará lectura a los
artículos del Código Civil, referidos a los deberes y derechos de los cónyuges,
y en seguida dicho funcionario recibirá de los contrayentes uno después del
otro, la declaración de que ellos se toman por marido y mujer, respectivamente
y los declarará unidos en matrimonio en nombre de la República y por
autoridad de la Ley.
Régimen Patrimonial: En relación a los bienes estos se rigen por las
convenciones de las partes y por la Ley, siendo que serán nulos los pactos que
los esposos hicieran contra las leyes o las buenas costumbres, o en detrimento
de los derechos y obligaciones que respectivamente tienen en la familia, y los
contrarios a las disposiciones prohibitivas que se establecen en el Código Civil
y a las establecidas sobre divorcio, separación de cuerpos, emancipación, y
tutela y sucesión hereditaria.
Las capitulaciones matrimoniales deberán constituirse por instrumento
otorgado ante un Registrador Subalterno antes de la celebración del
matrimonio e inscribirse en el Registro de la jurisdicción del lugar donde se
celebre el matrimonio, antes de la celebración de éste, bajo pena indica el
Código Civil de su nulidad.
En caso no hubiere convención en contrario, entre marido y mujer, son
comunes, de por mitad, las ganancias o beneficios que se obtengan durante el
matrimonio, esta comunidad de los bienes gananciales comienza precisamente
el día de la celebración del matrimonio; cualquiera estipulación contraria será
2
nula, rigiendo para dicha comunidad de bienes entre los cónyuges, las reglas
del contrato de sociedad, en cuanto no se opongan a lo expresamente
establecido para la comunidad de bienes gananciales.
Sobre la separación de bienes, se indica en el Código Civil de Venezuela, que
el cónyuge perjudicado puede en caso de que el otro cónyuge se exceda de los
límites de una administración regular o arriesgue con imprudencia los bienes
comunes que está administrando, solicitar se dicten las providencias que
estime conducentes para evitar aquel peligro, sin embargo, si las medidas
tomadas no bastan, puede solicitar la separación de bienes, siendo que tanto la
demanda de separación de bienes y la sentencia ejecutoriada en que aquella
se declare, deben registrarse, dicha separación no perjudica los derechos
adquiridos por los acreedores; pero los efectos de la sentencia se retrotraen a
la fecha del registro de la demanda; por su parte, los acreedores de la mujer o
del marido no pueden, sin su consentimiento, pedir la separación de bienes,
finalmente, los cónyuges separados de bienes deben contribuir en proporción
de su fortuna a los gastos de alimentos y educación de los hijos.
Haciendo un análisis comparativo de lo anteriormente expuesto, con nuestro
vigente Código Civil, quienes pretenden contraer matrimonio civil, lo pueden
declarar oralmente o por escrito, en el primer caso se levantará acta, por su
parte, en el acto de celebración del matrimonio, también se les hace saber sus
derechos y obligaciones que surgen con el matrimonio y se recibe la
manifestación de voluntad de los contrayentes de celebrar el matrimonio; en
relación al régimen patrimonial, los futuros cónyuges antes del matrimonio
mediante escritura pública, bajo sanción de nulidad, pueden acordar el régimen
patrimonial de separación de patrimonios, la que debe inscribirse en el registro
personal y en el registro civil, antes del matrimonio no pueden celebrar ninguna
otra capitulación o acuerdo sobre el régimen patrimonial; finalmente, en nuestro
país se establece que cualquiera que sea el régimen en vigor, ambos cónyuges
están obligados a contribuir al sostenimiento del hogar según sus respectivas
posibilidades y rentas.
III.- El sistema patrimonial del matrimonio en Colombia.
Base Legal: Sobre la solicitud, celebración y el régimen patrimonial del
matrimonio en Colombia, este se encuentra establecido tanto en el artículo 1°
de la Ley 28 de 1932, 1 como en los artículos 128, 135, 180, 197, 205, 1771 a
1774 e inciso 5° del artículo 1820 del Código Civil.
Solicitud de matrimonio: Los que quieran contraer matrimonio concurrirán
ante el funcionario (Juez o notario) competente verbalmente o por escrito,
1
SUÁREZ FRANCO, Roberto. Derecho de familia. Tomo I, Régimen de personas, Sétima
edición, Editorial Themis S.A. Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1998, Página 281. “El 1° de
enero de 1933 entró en vigencia la ley 28 de 1932, por la cual se le introdujeron reformas
sustanciales al sistema del Código, hasta el punto que algunos autores y comentaristas
llegaron a considerar que la institución de la sociedad conyugal había desaparecido,
sustituyéndosela por un régimen de separación; sin embargo, hoy día nadie duda de que la
sociedad conyugal subsiste, aunque sometida a una estructuración diferente de la adoptada
por el Código Civil”.
3
manifestando su propósito. En este acto o en el memorial respectivo
expresarán los nombres de sus padres o curadores, según el caso, y los de los
testigos que deban declarar sobre las cualidades necesarias en los
contrayentes para poderse unir en matrimonio, debiendo en todo caso dar a
conocer el lugar de la vecindad de todas aquellas personas.
Celebración del matrimonio: Se celebrará presentándose los contrayentes en
el despacho del funcionario, ante este, su secretario y dos testigos. El
funcionario explorará de los esposos si de su libre y espontánea voluntad se
unen en matrimonio; les hará conocer la naturaleza del contrato y los deberes
recíprocos que van a contraer, instruyéndolos al efecto en las disposiciones
referidas a las causales y efectos de la disolución del matrimonio y sobre las
obligaciones y derechos entre los cónyuges, en seguida se extenderá un acta
de todo lo ocurrido, que firmarán los contrayentes, los testigos, el funcionario y
su secretario, con lo cual se declarará perfeccionado el matrimonio.
Régimen patrimonial: Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad
conyugal (sociedad de bienes) 2 entre los cónyuges, así durante el matrimonio
cada uno de los cónyuges tiene la libre administración y disposición tanto de
los bienes que le pertenezcan al momento de contraerse el matrimonio o que
hubiera aportado a él, como de los demás que por cualquier causa hubiere
adquirido o adquiera; pero a la disolución del matrimonio o en cualquier otro
evento en que conforme al Código Civil debe liquidarse la sociedad conyugal,
se considerará que los cónyuges han tenido está sociedad desde la
celebración del matrimonio, 3 y en consecuencia se procederá a su liquidación.
La sociedad conyugal, puede disolverse por mutuo acuerdo de los cónyuges
capaces, para ello deben formalizar su intención mediante escritura pública, en
cuyo cuerpo se incorporará el inventario de bienes y deudas sociales y su
liquidación. No obstante, los cónyuges responderán solidariamente ante los
acreedores con título anterior al registro de la escritura de disolución y
liquidación de la sociedad conyugal. Para ser oponible a terceros, la escritura
en mención deberá inscribirse conforme a la Ley. Lo dispuesto en dicho
numeral es aplicable a la liquidación de la sociedad conyugal disuelta por
divorcio o separación de cuerpos judicialmente decretados.
2
MEDINA PABÓN, Juan Enrique. Derecho civil. Derecho de familia. Segunda edición.
Editorial Universidad del Rosario. Facultad de Jurisprudencia, Bogotá junio 2010, Página
134. “El redactor del Código se inclinó por la fórmula de la sociedad conyugal –aquí llamada
“de bienes”- con reparto final de gananciales que se origina por el simple hecho del
matrimonio, a la que los cónyuges aportan parte de sus bienes para la atención de las
necesidades comunes y base para la generación del patrimonio de la familia que se irá
construyendo a lo largo de la vida, pero como tales bienes salen del pecunio de cada uno,
será necesario reconocer al aportante su valor –recompensa”.
3 MEDINA PABÓN, Juan Enrique. Ob. cit. Páginas 183-184. Al respecto señala: “Al entrar en
vigor la Ley 28 de 1932 la mujer casada adquirió plena capacidad jurídica (siempre que no
tenga otra incapacidad) y como consecuencia de ello cada uno de los cónyuges maneja los
bienes tanto propios como aquellos de la sociedad conyugal con plena libertad, sin tener
que pedir permiso ni rendir cuenta alguna a su pareja; de igual manera, contrae libremente
las obligaciones, ya sean propias o de cargo de la sociedad conyugal. Parece como si en
verdad no existiera tal sociedad conyugal durante el tiempo en que ella subsiste, pues sus
manifestaciones solo tendrán connotación una vez se produzca la disolución de la misma”.
4
Por su parte, la simple separación de bienes es la que se efectúa sin divorcio,
en virtud del decreto judicial o por disposición de la Ley, ninguno de los
cónyuges puede renunciar mediante capitulación matrimonial o fuera de ellas a
la facultad de pedir la separación de bienes a que le dan derecho las leyes. En
el estado separación, ambos cónyuges deben proveer a las necesidades de la
familia común a proporción de sus facultades, en caso necesario, el Juez
reglará la contribución.
En Colombia, las capitulaciones matrimoniales son aquellas convenciones que
celebran los esposos antes de contraer matrimonio, relativas a los bienes que
aportan a él, y a las donaciones y concesiones que se quieran hacer el uno al
otro, de presente o futuro, lo que se realiza mediante escritura pública, pero
cuando no ascienden a más de mil pesos los bienes aportados al matrimonio
por ambos esposos juntamente, y en las capitulaciones no se constituyen
derechos sobre bienes raíces, bastará que consten en escritura privada,
firmada por las partes y por tres testigos domiciliados en el territorio, de otra
forma no tendrán valor.
Estas capitulaciones matrimoniales, no pueden contener estipulaciones
contrarias a las buenas costumbres ni a las leyes, tampoco serán válidas, las
que se establezcan en detrimento de los derechos y obligaciones que las leyes,
señalan a cada cónyuge respecto del otro o delos descendientes comunes.
De lo expuesto, cabe resaltar una particularidad en el régimen patrimonial del
matrimonio en Colombia, con el que aún está vigente en nuestro país, dicha
particularidad, está referida a que no todos los acuerdos previos a la
celebración del matrimonio en Colombia, se realizan mediante escritura pública
bajo sanción de nulidad, como sucede en nuestra legislación, cuando para
contraer el matrimonio bajo el régimen de separación de patrimonios, se indica,
que ello debe hacerse mediante escritura pública bajo sanción de nulidad, no
existiendo posibilidad de hacerse de otra forma, porque a falta de dicha
escritura se presume que los interesados han optado por el régimen de
sociedad de gananciales.
IV.- El sistema patrimonial del matrimonio en México.
En el caso de México no sólo trataremos lo que se determina en su Código
Civil, sino que abordaremos lo que se ha legislado en uno de sus estados,
mediante el Código Familiar del Estado de Hidalgo,
Base Legal: Sobre la celebración y el régimen patrimonial del matrimonio en el
Código Civil de México, se encuentra establecido en los artículos 3.26, 4.2,
4.24, 4.25, 4.26, 4.46 y 4.47.
Celebración del matrimonio: Al celebrarse el matrimonio se asentará el acta
respectiva, en la que se hará constar: a) Los nombres, edad, ocupación,
domicilio y lugar de nacimiento de los contrayentes; b). Sin son mayores o
menores de edad; c) Los nombres, domicilio y nacionalidad de los padres; d) El
consentimiento de quienes deban suplirlo, tratándose de menores de edad; e)
Que no hubo impedimento para el matrimonio o que éste se dispensó; f) La
declaración de los pretendientes de ser su voluntad unirse en matrimonio, y la
5
de haber quedado unidos, que hará el funcionario en nombre de la Ley y de la
sociedad; g) La manifestación de los cónyuges de que contraen matrimonio
bajo el régimen de sociedad conyugal o de separación de bienes; h) Los
nombres, edad, estado, ocupación y domicilio de los testigos, su declaración
sobre si son o no parientes de los contrayentes y de serlo en qué grado y línea
e i) La firma del funcionario, de los contrayentes y de las demás personas que
hubieren intervenido si supieren hacerlo en su caso, imprimirán sus huellas
digitales; al margen del acta se imprimirán las huellas digitales de los
contrayentes.
Se ha establecido como solemnidad para la celebración del matrimonio, que el
funcionario (Oficial del Registro Civil), proporcionará a los futuros contrayentes
cursos que deberán contener la información sobre los derechos y obligaciones
que se derivan del matrimonio, apartados de salud reproductiva, la igualdad y
la equidad de género, así como la prevención de la violencia familiar, para lo
cual se auxiliará de los sistemas para el desarrollo integral de la familia.
Régimen Patrimonial: Se establece que el matrimonio debe celebrarse bajo
el régimen de sociedad conyugal o el de separación de bienes. En el caso de
omisión o imprecisión, se entenderá celebrado bajo el régimen de sociedad
conyugal. Siendo que el régimen patrimonial podrá cambiarse mediante
resolución judicial.
Se ha establecido además, que por las capitulaciones matrimoniales se debe
entender los convenios que los contrayentes o cónyuges celebran para
constituir la sociedad conyugal o la separación de bienes y reglamentar su
administración, las que pueden otorgarse antes de la celebración del
matrimonio o durante él, y pueden comprender no solamente los bienes de que
sean dueños los esposos en el momento de hacer el pacto, sino también los
que adquieran después.
Siendo que la separación de bienes se rige por las capitulaciones
matrimoniales o por sentencia judicial. La separación puede comprender, no
sólo los bienes de que sean propietarios los cónyuges al celebrar el
matrimonio, sino también, los que adquieran después; está puede ser absoluta
o parcial.4
Código Familiar para el Estado de Hidalgo:
Base legal: Por su parte, los artículos 29, 31, 40, 42, 50, 57 y 58 del Código
Familiar para el Estado de Hidalgo, en México, es el que trata sobre la solicitud
de matrimonio, celebración del matrimonio y régimen patrimonial.
Solicitud de matrimonio: Los que pretendan contraer matrimonio presentarán
4
BAQUEIRO ROJAS, Edgard y BUENROSTRO BÁEZ, Rosalía. Derecho de familia y
sucesiones. Facultad de Derecho, Universidad Nacional Autónoma de México, Editorial
Harla, 1994, México, Página 101. “Cuando el régimen de separación de bienes no es
absoluto sino parcial; esto es cuando sólo parte de los bienes y derechos de los cónyuges
se ha convenido se rijan por separación, y la otra parte sea materia de la sociedad
conyugal, da origen a un régimen patrimonial mixto para regir la vida económica del
matrimonio”.
6
un escrito al funcionario, expresando: a) Los nombres, apellidos, edad,
ocupación y domicilio de los pretendientes y de sus padres, si éstos son
conocidos. Si alguno de los pretendientes o los dos han sido casados se
expresará el nombre de la persona con quién se celebró el anterior matrimonio
y la fecha de su disolución; b) Los nombres, apellidos, edad, ocupación y
domicilio de dos testigos por cada uno, mayores de edad y conocidos de los
pretendientes; c) No existir impedimento legal alguno para casarse y d) La
manifestación voluntaria de unirse en matrimonio, señalando día, hora y lugar
para la celebración. La solicitud deberá ser firmada por los futuros esposos, y si
alguno no pudiere o no supiere escribir, lo hará otra persona conocida, mayor
de edad, vecina del lugar y ratificada su firma ante el funcionario respectivo.
Deben acompañar al escrito los documentos siguientes: a) Acta de nacimiento
de los presuntos cónyuges, constancia de identificación personal, y en su
defecto, un dictamen médico que compruebe su edad, cuando por su aspecto
sea notorio que el varón y la mujer no sean mayores de 18 años; b) Certificado
médico de buena salud, expedido por institución oficial, especificando no
padecer enfermedad contagiosa, crónica o incurable; c) Constancia de
conocimiento sobre técnicas de control de la fecundación, paternidad
responsable y planificación familiar, expedida por el Sector Salud; d) Convenio
respecto al régimen de los bienes. Si no tienen se referirá los futuros; e) Acta
de defunción del cónyuge fallecido, de divorcio o de nulidad del matrimonio, si
alguno de los pretendientes estuvo casado y f) Escrito para determinar el
nombre que usará la mujer como casada, ya sea en el sentido de conservar su
patronímico de soltera o agregarse el apellido de su esposo y en caso de no
haber declaración expresa, conservará su patronímico de soltera.
Celebración del matrimonio: El acto del matrimonio se llevará a cabo en
presencia de los presuntos cónyuges, testigos y padres, el funcionario, de la
siguiente forma: a) Leerá la solicitud de matrimonio y los documentos
presentados; b) Preguntará a los testigos acerca de si los solicitantes son las
mismas personas a que se refiere la petición y documentos anexos; c)
Preguntará a los presuntos cónyuges si ratifican su voluntad de unirse en
matrimonio, el contenido de la solicitud y reconocen como suyas las firmas de
la misma; y d) En seguida dará lectura a una síntesis sobre los principales
derechos y obligaciones que se derivan del matrimonio y que constituirán el
documento denominado Carta Familiar. Al término de la ceremonia hará la
declaración de que la pareja ha quedado unida en legítimo matrimonio.
Siendo que el acta de matrimonio contendrá: a) Nombre, apellidos paterno y
materno, domicilio, lugar y fecha de nacimiento de los cónyuges, sus padres y
de los testigos. b). La autorización del Juez Familiar en su caso, y los
certificados médicos; c) El régimen de los bienes; d) El nombre adoptado por la
mujer. Salvo impedimento que se hará constar, el acta será firmada por los
esposos, imprimiendo además sus huellas digitales. El encargado del Registro
del Estado Familiar, los testigos y los padres si están presentes; tratándose de
menores de edad, siempre firmarán sus representantes legales y en su caso, la
autoridad que haya suplido el consentimiento.
Régimen patrimonial: Antes de celebrar el matrimonio, los pretendientes están
7
obligados a manifestar su voluntad, respecto al régimen legal de sus bienes y a
su administración, siendo que los regímenes bajo los cuales pueden contratar
son: a) Sociedad conyugal, voluntaria o legal y b) Separación de bienes, en
caso, no manifiesten expresamente su voluntad al contraer el matrimonio, se
considera que lo hacen bajo el régimen de sociedad conyugal legal, por su
parte, cualquiera que sea el régimen matrimonial, los cónyuges deben
contribuir con el producto de sus ingresos al sustento de la familia.
En el caso de México, de su Código Civil y del Código Familiar del Estado de
Hidalgo, podemos resaltar algunas particularidades, que resultan a nuestro
entender de suma importancia, una de ellas está referida a que para contraer
matrimonio se ha establecido como solemnidad para la celebración del mismo,
que el funcionario proporcione a los futuros contrayentes cursos que deberán
contener la información sobre los derechos y obligaciones que se derivan del
matrimonio, apartados de salud reproductiva, la igualdad y la equidad de
género, así como la prevención de la violencia familiar, ello resulta necesario
para nuestro país, pues quienes acuden al Estado para contraer matrimonio
deben estar informados de los derechos y obligaciones que surgen con el
matrimonio, temas de planificación familiar, sobre igualdad y equidad de género
y sobre prevención de la violencia familiar, que ahora atiborran a todos los
juzgados de familia o mixto de nuestro país; para el régimen patrimonial, que
mejor si se les informa a los futuros contrayentes no sólo de la posibilidad que
tienen para elegir el régimen patrimonial de su matrimonio, sino también en que
consiste cada régimen. 5
Otra particularidad, es que estando informados los futuros cónyuges sobre
dichos regímenes patrimoniales, se ha previsto en México y de seguro se hace
importante que se aplique también a nuestro país, que los futuros cónyuges
presenten el convenio respecto al régimen de los bienes elegido (cualquiera
sea este), como documento necesario para contraer matrimonio y no como
sucede actualmente en nuestro país, que conforme al artículo 295 del Código
Civil, antes del matrimonio los futuros cónyuges solo cuando opten por el
régimen de separación de patrimonios, es que deben otorgar escritura pública,
bajo sanción de nulidad, siendo que a falta de dicha escritura pública, se
presume que los interesados han optado por el régimen de sociedad de
gananciales, si se exige en adelante en el Perú que los futuros cónyuges
debidamente informados, elijan el régimen patrimonial de su matrimonio, no
será ya necesaria presunción alguna, en eso radica la importancia de esta
particularidad prevista en la legislación mexicana.
V.- El sistema patrimonial del matrimonio en España.
5
AGUILAR LLANOS, Benjamín. Propuesta de reforma del Libro de Familia en el régimen
económico del matrimonio. En Gaceta Constitucional, Número 19, Editorial Gaceta Jurídica,
Lima, Perú, 2015, Página 28. Al comentar la propuesta de reforma del artículo 295 de
nuestro Código Civil, indica: “Como es de notar, si se trata de la separación de patrimonios,
la propuesta pretende agilizar y economizar costos, sin embargo para que esa propuesta
sea viable y realista, antes que comience a funcionar ello, debería existir una agresiva
campaña de información, sobre los regímenes existentes en nuestra legislación, pues si no
fuera así, cómo se pretende que exista libre elección sobre algo que no se conoce”.
8
Base Legal: En el caso de España, la base legal la encontramos en el artículo
77 de la Ley sobre el Registro Civil y en los artículos 56 a 58, 66 a 68, 1315 a
1327, 1331, 1333 a 1335 del Código Civil.
Solicitud de matrimonio: Los que deseen contraer matrimonio deben
acreditar previamente, en expediente tramitado conforme a la legislación del
Registro Civil, que reúnen los requisitos de capacidad establecidos en el
Código Civil.6
Celebración del matrimonio: El matrimonio deberá celebrarse ante el
funcionario correspondiente al domicilio de cualquiera de los contrayentes y
dos testigos mayores de edad. La prestación del consentimiento podrá también
realizarse, por delegación del instructor del expediente, bien a petición de los
contrayentes o bien de oficio, ante funcionario de otra población distinta;
después de leídos los artículos referidos a los derechos y deberes de los
cónyuges, el funcionario preguntará a cada uno de los contrayentes si
consienten en contraer matrimonio con el otro y si efectivamente lo contraen
en dicho acto y, respondiendo ambos afirmativamente, declarará que los
mismos quedan unidos en matrimonio y extenderá la inscripción o el acta
correspondiente. Al margen también de la inscripción del matrimonio podrá
hacerse indicación de la existencia de los pactos, resoluciones judiciales y
demás hechos que modifiquen el régimen económico de la sociedad conyugal.
Régimen patrimonial: El régimen económico será el que los cónyuges
estipulen en capitulaciones matrimoniales, sin otras limitaciones que las
establecidas en el Código Civil, siendo que a falta de capitulaciones o cuando
éstas sean ineficaces, el régimen será el de la sociedad de gananciales; la
modificación del régimen económico matrimonial realizada durante el
matrimonio no perjudicará en ningún caso los derechos ya adquiridos por
terceros.
Mediante las capitulaciones matrimoniales los otorgantes podrán estipular,
modificar o sustituir el régimen económico de su matrimonio o cualesquiera
otras disposiciones por razón del mismo, podrán otorgarse antes o después de
celebrado el matrimonio, para su validez, las capitulaciones habrán de constar
en escritura pública, siendo nula cualquier estipulación contraria a las Leyes o a
las buenas costumbres o limitativa de la igualdad de derechos que corresponda
a cada cónyuge. Para que sea válida la modificación de las capitulaciones
matrimoniales deberá realizarse con la asistencia y concurso de las personas
que en éstas intervinieron como otorgantes si vivieren y la modificación
afectare a derechos concedidos por tales personas. En toda inscripción de
6
OSORIO SERRANO, Juan Miguel. Curso de Derecho Civil IV. Derechos de Familia y
Sucesiones. Tercera edición. Editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, España, 2004, Página 70.
“Ese expediente, y su tramitación está regulado en la legislación del Registro Civil,
concretamente en los arts. 238 y siguientes del Reglamento del Registro Civil, hasta el que
remite el Código desde ese párrafo primero de su art. 56 (“…tramitado conforme a la
legislación del Registro Civil, …, dice el precepto). Muy resumidamente, cabe decir que el
expediente, que se inicia previa solicitud y posterior ratificación de los interesados, y cuya
tramitación corresponde al Juez encargado del Registro o al Juez de Paz, por delegación de
aquél en su caso, consiste básicamente en la publicación de unos edictos o proclamas para
que quien tenga noticia de la existencia alguna circunstancia que impida el matrimonio así lo
haga constar a fin de impedir su celebración”.
9
matrimonio en el Registro Civil se hará mención, en su caso, de las
capitulaciones matrimoniales que se hubieren otorgado, así como de los
pactos, resoluciones judiciales y demás hechos que modifiquen el régimen
económico del matrimonio. Si aquéllas o éstos afectaren a inmuebles, se
tomará razón en el Registro de la Propiedad, en la forma y a los efectos
previstos en la Ley Hipotecaria. 7 Todo lo que se estipule en capitulaciones bajo
el supuesto de futuro matrimonio quedará sin efecto en el caso de no
contraerse en el plazo de un año. La invalidez de las capitulaciones
matrimoniales se regirá por las reglas generales de los contratos. Las
consecuencias de la anulación no perjudicarán a terceros de buena fe.
A diferencia de lo que sucede en España, en nuestro país el inciso j) del
artículo 44 de la Ley N° 26497, Ley Orgánica del Registro Nacional de
Identificación y Estado Civil, ordena que se inscriba en el Registro del Estado
Civil, no sólo el matrimonio, sino también el acuerdo de separación de
patrimonio y su sustitución, así como, la separación de patrimonio no
convencional, es decir, la anotación en el registro civil, solo está prevista antes
del matrimonio para el caso de que los contrayentes, elijan el régimen de
separación de patrimonios, después de ello, cuando se produce sustitución del
régimen patrimonial convencional o judicial, mientras en la legislación española
se establece la inscripción en el acta matrimonial del régimen económico del
matrimonio, mediante capitulaciones, sin limitarse dicha inscripción a una forma
determinada de régimen patrimonial.
VI.- El sistema patrimonial del matrimonio en Chile.
Base Legal: En Chile son los artículos 9 a 11, 17 y 18 de la Ley N° 19947 y los
artículos 134, 135, 153, 160, 1715 a 1718, 1720 y 1723 del Código Civil, los
que regulan la solicitud matrimonial, la celebración del mismo y el régimen
patrimonial.
Solicitud de matrimonio: Los que quieran contraer matrimonio lo comunicarán
por escrito, oralmente o por medio de lenguaje de señas, ante cualquier Oficial
del Registro Civil, indicando sus nombres y apellidos; el lugar y la fecha de su
nacimiento; su estado de solteros, viudos o divorciados y, en estos dos últimos
casos, el nombre del cónyuge fallecido o de aquél con quien contrajo
matrimonio anterior, y el lugar y la fecha de la muerte o sentencia de divorcio,
respectivamente; su profesión u oficio; los nombres y apellidos de los padres, si
fueren conocidos; los de las personas cuyo consentimiento fuere necesario, y
el hecho de no tener incapacidad o prohibición legal para contraer matrimonio.
Si la manifestación no fuere escrita, el Oficial del Registro Civil levantará acta
7
SÁNCHEZ CALERO, Francisco Javier. Curso de Derecho Civil IV. Derechos de Familia y
Sucesiones. Tercera edición. Editorial Tirant Lo Blanch, Valencia, España, 2004, Página 173.
“El conocimiento del régimen económico matrimonial, en cuanto determina la titularidad de
los bienes, el ámbito de los poderes disposiciones sobre los mismos y el de las
responsabilidades contraídas, interesa no sólo a los propios cónyuges, sino también a los
terceros que con ellos entran en relación”.
10
completa de ella, la que será firmada por él y por los interesados, si supieren y
pudieren hacerlo, y autorizada por dos testigos.
Al momento de comunicar los interesados su intención de celebrar el
matrimonio, el Oficial del Registro Civil deberá proporcionarles información
suficiente acerca de las finalidades del matrimonio, de los derechos y deberes
recíprocos que produce y de los distintos regímenes patrimoniales del mismo.
Asimismo, deberá prevenirlos respecto de la necesidad de que el
consentimiento sea libre y espontáneo. Deberá, además, comunicarles la
existencia de cursos de preparación para el matrimonio, si no acreditaren que
los han realizado. Los cursos de preparación tendrán como objetivo promover
la libertad y seriedad del consentimiento matrimonial que se debe brindar,
particularmente en su relación con los derechos y deberes que importa el
vínculo, con el fin de contribuir a que las personas que deseen formar una
familia conozcan las responsabilidades que asumirán de la forma más
conveniente para acometer con éxito las exigencias de la vida en común. Estos
cursos podrán ser dictados por el Servicio de Registro Civil e Identificación, por
entidades religiosas con personalidad jurídica de derecho público, por
instituciones de educación públicas o privadas con reconocimiento del Estado,
o personas jurídicas sin fines de lucro cuyos estatutos comprendan la
realización de actividades de promoción y apoyo familiar. El contenido de los
cursos que no dictare el Servicio de Registro Civil e Identificación será
determinado libremente por cada institución, con tal que se ajusten a los
principios y normas de la Constitución y de la Ley. Para facilitar el
reconocimiento de estos cursos, tales instituciones los inscribirán, previamente,
en un Registro especial que llevará el Servicio de Registro Civil.
Celebración del matrimonio: Se celebrará ante el Oficial del Registro Civil
que intervino en la realización de las diligencias de manifestación e
información. La celebración tendrá lugar ante dos testigos, parientes o
extraños, y podrá efectuarse en el local de su oficina o en el lugar que
señalaren los futuros contrayentes, siempre que se hallare ubicado dentro de
su territorio jurisdiccional. En el día de la celebración y delante de los
contrayentes y testigos, el Oficial del Registro Civil dará lectura a la información
presentadas por los dos testigos, sobre el hecho de no tener impedimentos ni
prohibiciones para contraer matrimonio, sobre la necesidad del consentimiento
sea libre y voluntario, se dará lectura a los artículos del Código Civil, referidos a
obligaciones y derechos entre los cónyuges. Preguntará a los contrayentes si
consienten en recibirse el uno al otro como marido o mujer y, con la respuesta
afirmativa, los declarará casados en nombre de la Ley.
Régimen Patrimonial: El marido y la mujer deben proveer a las necesidades
de la familia común, atendiendo a sus facultades económicas y al régimen de
bienes que entre ellos medie. El juez, si fuere necesario, reglará la
contribución; por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre
los cónyuges, y toma el marido la administración de los de la mujer, según las
reglas del título de la sociedad conyugal.
Sin embargo, la mujer no podrá renunciar en las capitulaciones matrimoniales a
la facultad de pedir la separación de bienes a que le dan derecho las leyes. En
el estado de separación, ambos cónyuges deben proveer a las necesidades de
11
la familia común a proporción de sus facultades. El juez en caso necesario
reglará la contribución.
Por su parte, las capitulaciones matrimoniales son aquellas convenciones de
carácter patrimonial que celebren los esposos antes de contraer matrimonio o
en el acto de su celebración. En las capitulaciones matrimoniales que se
celebren en el acto del matrimonio, sólo podrá pactarse separación total de
bienes o régimen de participación en los gananciales. Las capitulaciones
matrimoniales se otorgarán por escritura pública, y sólo valdrán entre las
partes y respecto de terceros desde el día de la celebración del matrimonio, y
siempre que se anoten al margen de la respectiva inscripción matrimonial al
tiempo de efectuarse aquél o dentro de los treinta días siguientes. Pero en los
casos de capitulaciones matrimoniales celebradas en el acto del matrimonio,
bastará que esos pactos consten en dicha inscripción. Sin este requisito no
tendrán valor alguno. Celebrado el matrimonio, las capitulaciones no podrán
alterarse, aun con el consentimiento de todas las personas que intervinieron en
ellas, sino en el caso de la sustitución de régimen patrimonial.
Las capitulaciones matrimoniales no contendrán estipulaciones contrarias a las
buenas costumbres ni a las leyes. No serán, pues, en detrimento de los
derechos y obligaciones que las leyes señalan a cada cónyuge respecto del
otro o de los descendientes comunes.
A falta de pacto en contrario se entenderá, por el mero hecho del matrimonio,
contraída el régimen de sociedad conyugal y mediante las capitulaciones
matrimoniales se podrá estipular la separación total o parcial de bienes.
Finalmente, durante el matrimonio los cónyuges mayores de edad podrán
substituir el régimen de sociedad de bienes por el de participación en los
gananciales o por el de separación total. También podrán substituir la
separación total por el régimen de participación en los gananciales.
El pacto que los cónyuges celebren en conformidad deberá otorgarse por
escritura pública y no surtirá efectos entre las partes ni respecto de terceros,
sino desde que esa escritura se inscriba al margen de la respectiva inscripción
matrimonial. Esta inscripción sólo podrá practicarse dentro de los treinta días
siguientes a la fecha de la escritura en que se pacte la separación. El pacto que
en ella conste no perjudicará, en caso alguno, los derechos válidamente
adquiridos por terceros respecto del marido o de la mujer y, una vez celebrado,
no podrá dejarse sin efecto por el mutuo consentimiento de los cónyuges.
En la escritura pública de separación total de bienes, o en la que se pacte
participación en los gananciales, según sea el caso, podrán los cónyuges
liquidar la sociedad conyugal o proceder a determinar el crédito de participación
o celebrar otros pactos lícitos, o una y otra cosa; pero todo ello no producirá
efecto alguno entre las partes ni respecto de terceros, sino desde su inscripción
al margen del registro matrimonial correspondiente.
Ya lo habíamos indicado cuando nos ocupamos sobre el régimen patrimonial
del matrimonio en México, cuando en su Código Civil y del Código Familiar del
estado de Hidalgo, se establecía que el funcionario proporcione a los futuros
contrayentes cursos que deberán contener la información sobre los derechos y
obligaciones, situación que en forma muy similar sucede en Chile, donde se ha
previsto que el funcionario que recibe la solicitud matrimonial deberá
12
proporcionarles a los futuros cónyuges información suficiente acerca de las
finalidades del matrimonio, de los derechos y deberes recíprocos que produce
y de los distintos regímenes patrimoniales del mismo y sobre la existencia de
cursos de preparación para el matrimonio, que deberán acreditar haber
cursado, porque como se ha señalado ello tiene como objetivo promover la
libertad y seriedad del consentimiento matrimonial que se debe brindar,
particularmente en su relación con los derechos y deberes que importa el
vínculo, con el fin de contribuir a que las personas que deseen formar una
familia conozcan las responsabilidades que asumirán de la forma más
conveniente para acometer con éxito las exigencias de la vida en común.
Finalmente, una segunda particularidad dispuesta en la legislación chilena, es
la posibilidad de elegir el régimen patrimonial en el mismo acto del matrimonio, 8
por su puesto, que ello resulta conveniente si se tiene en cuenta que los futuros
cónyuges ya conocen y han llevado cursos de preparación para el matrimonio,
lo que les permitirá perfectamente elegir su régimen patrimonial, sin incurrir en
costos adicionales como son la de recurrir a un abogado para la redacción de
una minuta, recurrir a un notario, a una escritura pública, lograr su inscripción
en el registro personal, como establece actualmente el artículo 295 del Código
Civil,9 con lo que tampoco, como ya se dijo también al comparar nuestra
legislación con la legislación mexicana, será necesario recurrir a presunción
alguna, para establecer el régimen patrimonial en el matrimonio, con lo cual si
se estaría cumpliendo con el principio constitucional de promoción del
matrimonio.
VII.- El sistema patrimonial del matrimonio en Uruguay.
Base Legal: En Uruguay son los artículos 97, 98, 105, 1938, 1942 a 1945,
1947, 1948, 1950, 1985 y 1986 del Código Civil, los que se encargan de regular
la solicitud, celebración y el régimen patrimonial del matrimonio.
Solicitud de matrimonio: Sobre los requisitos civiles previos al matrimonio en
general, se señala que no se procederá a la celebración del matrimonio
alguno, sin la o licencia de la persona o personas, cuyo consentimiento sea
necesario, según las reglas que van a expresarse o sin que conste que el
respectivo contrayente no ha menester para casarse el consentimiento de otra
persona (para el caso del menor de edad) o que ha obtenido el de la justicia en
8
VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique. Tratado de Derecho de Familia. Primera edición, Tomo III,
Gaceta Jurídica, Lima, Perú, 2012, Página 81. En igual sentido señala: “La idea práctica
sería plantear que la elección del régimen sea en el acto de la celebración del matrimonio,
no siendo necesario otorgar escritura. Solo bastaría su constancia en el acta, disponiendo el
alcalde que se envíen los partes al registro”. AGUILAR LLANOS, Benjamín. Ob. Cit., Página
30. En igual sentido señala: “Creemos que es acertada la propuesta, pues se abre una
nueva posibilidad de ejercer su derecho de opción en la elección del régimen, sin embargo,
(…) tiene que existir una información vía la difusión profusa de ella, para conocimiento de
los interesados”.
9 AGUILAR LLANOS, Benjamín. Ob. cit., Página 28. Al respecto señala: “Los trámites
formales y el costo, a lo que debe sumarse la desinformación, pueden ser algunas de las
razones por las que en una primera etapa, el régimen de separación de patrimonios, no ha
sido utilizado como pensaron los legisladores que iba a ser”.
13
subsidio.
Celebración del matrimonio: El Oficial del Estado Civil procederá a celebrar
el matrimonio en público, pro tribunal (audiencia pública), a presencia de cuatro
testigos, parientes o extraños, recibiendo la declaración de cada novio, de que
quieren ser marido y mujer. Acto continuo declarará el Oficial del Estado Civil, a
nombre de la Ley, que quedan unidos en matrimonio legítimo; y levantará en
forma de acta la partida de matrimonio, dando copia a los contrayentes, si la
pidieren. En el acta o partida de matrimonio se enunciará: a) El nombre, edad,
profesión, lugar del nacimiento y domicilio de cada uno de los contrayentes; b)
El nombre, profesión y domicilio de sus padres; c) El consentimiento de los
padres, ascendientes, tutores o curadores; d) La circunstancia de haber
precedido al matrimonio el edicto y publicación del caso; e) La denuncia, si la
ha habido, con la sentencia sobre ella recaída, declarándola improcedente o la
constancia de no haberse denunciado impedimento alguno; f) La declaración
de los contrayentes de recibirse por esposos y la de su unión por el Oficial del
Estado Civil. El consentimiento del sordomudo contrayente que no pueda darse
a entender por escrito, será expresado por su representante legal; g) Los
nombres, edad, profesión y domicilio de los testigos.
Régimen Patrimonial: Antes de la celebración del matrimonio, los esposos
pueden hacer las convenciones especiales que juzguen convenientes, con tal
que no se opongan a las buenas costumbres y las mismas concuerden con lo
dispuesto en el Código Civil. La Ley, sólo a falta de convenciones especiales,
rige la asociación conyugal en cuanto a los bienes. Las convenciones
matrimoniales se deberán hacer antes de celebrarse el matrimonio, so pena de
nulidad; pero podrán comprender los bienes que los cónyuges adquieran
después de celebrado. Las convenciones matrimoniales deben hacerse en
escritura pública, so pena de nulidad, si el valor de los bienes aportados por
cualquiera de los esposos pasare de 500 Unidades Reajustables o si se
constituyeren derechos sobre bienes raíces. Fuera de los dos casos
expresados, bastará para la validez que las convenciones matrimoniales
consten por escritura privada firmada por las partes y tres testigos domiciliados
en el Departamento. No surtirán efecto contra terceros mientras no sean
inscritas en el correspondiente Registro. Desde el día de la celebración del
matrimonio, se entenderán irrevocablemente otorgadas las convenciones
matrimoniales. No podrán después modificarse, alterarse o destruirse ni aun
con el consentimiento de las personas que intervinieron en el contrato de
matrimonio. No se admitirán en juicio escrituras que alteren o adicionen las
convenciones matrimoniales, a no ser que se haya otorgado antes del
matrimonio y con las solemnidades que la capitulaciones primitivas. Ni valdrán
terceros las adiciones o alteraciones que se hagan en ellas, aun cuando se
hayan otorgado en el tiempo y con los requisitos debidos; a menos que se
ponga un extracto o minuta de las escrituras posteriores, al margen del
protocolo de la primera escritura y se inscriban en el Registro respectivo. La
escritura de capitulaciones matrimoniales deberá contener: a) La designación
de los bienes que los esposos aportaren al matrimonio, con expresión de su
valor; b) Una razón circunstanciada de las deudas de cada uno. Las omisiones
o inexactitudes que a ese respecto hubiere, no producirán nulidad, pero el
14
escribano o funcionario que autorizare la escritura, incurrirá en la multa de 100
Unidades Reajustables, si no advirtiere a las partes de precedente disposición
e hiciere constar en la escritura esta advertencia. La sociedad conyugal, sea
legal o modificada por pacto escrito, empezará desde el día de la celebración
del matrimonio. No puede estipularse que empiece en otra época.
La sociedad legal se verifica por el simple hecho del matrimonio, así como,
también se gobierna por las reglas del contrato de sociedad, en cuanto no se
opongan a lo expresamente establecido en el Código Civil para la indicada
sociedad legal.
Finalmente, en todo momento, cualquiera de los cónyuges o ambos de
conformidad, podrá pedir, sin expresión de causa, la disolución y liquidación de
la sociedad conyugal. Ninguno de los cónyuges podrá renunciar, en las
capitulaciones matrimoniales, a la facultad de pedir la separación de bienes, a
que le dan derecho las leyes.
Si hay una particularidad sobre el tratamiento del sistema patrimonial del
matrimonio en Uruguay, en comparación a nuestra legislación, lo constituye sin
duda el hecho de que antes del matrimonio los futuros cónyuges, pueden
realizar convenciones matrimoniales, las que no siempre requieren que se
realicen mediante escritura pública, bajo sanción de nulidad, particularidad que
hicimos notar también al revisar, el sistema patrimonial del matrimonio en
Colombia, así se establece en forma similar en Uruguay, que ello no será
necesario cuando los bienes aportados no superen una determinada cantidad
(500 Unidades Reajustables) o que no se trate de bienes inmuebles, fuera de
ello, pueden realizarse en documento privado con firma de las partes y tres
testigos, en cualquier caso para que estas surtan efectos deben estar inscritas
en el Registro respectivo, como ya lo hemos señalado en nuestro país, la
situación es distinta pues se exige para el caso de elección del régimen
patrimonial, el de separación de patrimonios, por parte de los futuros cónyuges,
que lo hagan mediante escritura pública, bajo sanción de nulidad, lo que hace
incurrir a los futuros contrayentes en gastos adicionales de abogado y notario,
cuando inclusive pueden no tener bienes, pero es su deseo contraer
matrimonio bajo el régimen de separación de patrimonios.
VIII.- El sistema patrimonial del matrimonio en Guatemala.
Base Legal: En Guatemala es el Código Civil en sus artículos 92, 93, 98, 99,
116 a 121, 125, 126 y 128, los que tratan el tema de la solicitud del matrimonio,
su celebración y el régimen patrimonial.
Solicitud de matrimonio: Las personas civilmente capaces que pretendan
contraer matrimonio, lo manifiestan así ante el funcionario competente de la
residencia de cualquiera de los contrayentes, quien recibirá bajo juramento de
cada uno de ellos, legalmente identificados, la declaración sobre los puntos
siguientes, que hará constar en acta: nombres y apellidos, edad, estado civil,
vecindad, profesión u oficio, nacionalidad y origen, nombres de los padres y de
los abuelos si los supieren, ausencia de parentesco entre sí que impida el
matrimonio, no tener impedimento legal para contraerlo y régimen económico
15
que adopten si no presentaren escritura de capitulaciones matrimoniales, y
manifestación expresa de que no están legalmente unidos de hechos con
tercera persona.
Celebración del matrimonio: El matrimonio debe autorizarse por el alcalde
municipal o el concejal que haga sus veces, o por un notario hábil legalmente
para el ejercicio de su profesión. También podrá autorizarlo el ministro de
cualquier culto que tenga esa facultad, otorgada por la autoridad administrativa
que corresponde. Cerciorado el funcionario de la capacidad de los contrayentes
y cumplidos, en su caso, los requisitos que exige el Código Civil, señalará, si lo
solicitan los contrayentes, día y hora para la celebración del matrimonio, o
procederá a su celebración inmediata. Estando presentes los contrayentes,
procederá el funcionario que debe autorizar el matrimonio, a dar lectura a los
artículos del Código Civil que se refieren al significado del matrimonio y los
deberes y derechos que nacen del matrimonio; recibirá de cada uno de los
cónyuges su consentimiento expreso de tomarse, respectivamente, como
marido y mujer y, en seguida, los declarará unidos en matrimonio. El acta
deberá ser aceptada y firmada por los cónyuges y los testigos, si los hubiere,
poniendo su impresión digital los que no sepan hacerlo, además del funcionario
autorizante.
Régimen Patrimonial: El mismo se regula por las capitulaciones
matrimoniales otorgadas por los contrayentes antes o en el acto de la
celebración del matrimonio. Las capitulaciones matrimoniales son los pactos
que otorgan los contrayentes para establecer y regular el régimen económico
del matrimonio. Son obligatorias las capitulaciones matrimoniales en los casos
siguientes: a) Cuando alguno de los contrayentes tenga bienes cuyo valor
llegue a dos mil quetzales; b) Si alguno de los contrayentes ejerce profesión,
arte u oficio, que le produzca renta o emolumento que exceda de doscientos
quetzales al mes; c) Si alguno de ellos tuviere en administración bienes de
menores o incapacitados que estén bajo su patria potestad, tutela o guarda; y
d) Si la mujer fuere guatemalteca y el varón extranjero o guatemalteco
naturalizado. Las capitulaciones matrimoniales deberán constar en escritura
pública o en acta levantada ante el funcionario que haya de autorizar el
matrimonio. El testimonio de la escritura o la certificación del acta, se
inscribirán en el Registro Civil, una vez efectuado el matrimonio; y también en
el Registro de la Propiedad, si se afectaren bienes inmuebles o derechos reales
sobre los mismos. Son nulas y se tendrán por no puestas, las cláusulas del
convenio que contravengan las disposiciones de la Ley, o restrinja derechos y
obligaciones de los cónyuges entre sí o con respecto a los hijos. Las
capitulaciones deberán comprender: a) La designación detallada de los bienes
que tenga cada uno de los cónyuges al contraer matrimonio; b) Declaración del
monto de las deudas de cada uno; y c) Declaración expresa de los
contrayentes sobre si adoptan el régimen de comunidad absoluta, el de
separación absoluta, o el de comunidad de gananciales; o con las modalidades
y condiciones a que quieran sujetarlo. Los cónyuges tienen derecho
irrenunciable de alterar las capitulaciones matrimoniales y adoptar otro régimen
económico del patrimonio conyugal, durante el matrimonio. La modificación de
las capitulaciones matrimoniales deberá hacerse por medio de escritura pública
16
que se inscribirá en los registros respectivos, y sólo perjudicará a tercero desde
la fecha de la inscripción. A falta de capitulaciones sobre los bienes se
entenderá contraído el matrimonio bajo el régimen de comunidad de
gananciales. La separación absoluta de bienes no exime en ningún caso a los
cónyuges, de la obligación común de sostener los gastos del hogar, la
alimentación y educación de los hijos y las demás cargas del matrimonio.
El sistema patrimonial del matrimonio en Guatemala, nos trae al igual que la
legislación Chilena, que la elección del régimen patrimonial del matrimonio
pueda darse en el mismo acto del matrimonio, así los futuros cónyuges al
solicitar contraer el matrimonio, deben indicar el régimen económico que
adoptan, si no presentan escritura de capitulaciones matrimoniales, siendo que
estas pueden darse en el mismo acto del matrimonio y en uno u otro caso,
requiere su inscripción una vez efectuado el matrimonio, lo que reiteramos no
sucede en nuestro país, en el cual antes del matrimonio sólo si los futuros
cónyuges eligen el régimen de separación de patrimonios, deben presentar
escritura pública, bajo sanción de nulidad, caso contrario, se presume que han
optado por el régimen de sociedad de gananciales, así la posibilidad de que la
elección del régimen patrimonial pueda darse en el mismo acto del matrimonio,
lo que como reiteramos resulta conveniente si se tiene en cuenta que con ello
los futuros cónyuges, no incurrirán en costos adicionales, elimina a su vez la
presunción, para establecer cuál es el régimen de patrimonial del matrimonio y
permite hacer efectivo el principio constitucional de promoción del matrimonio.
IX.- El sistema patrimonial del matrimonio en Paraguay.
Base Legal: Para el caso de Paraguay lo referente a la celebración y régimen
patrimonial del matrimonio se encuentra regulado por los artículos 5, 15, 22 a
28 de la Ley N° 1/92.
Celebración del matrimonio: Se ha establecido que no habrá matrimonio sin
consentimiento libremente expresado. La condición, modo o término del
consentimiento se tendrán por no puestos.
Sea establecido también que cualquiera sea el régimen patrimonial adoptado,
cada cónyuge tiene el deber y el derecho de participar en el gobierno del hogar.
A ambos cónyuges les competen igualmente decidir en común las cuestiones
referentes a la economía familiar.
El Oficial del Registro del Estado Civil informará en cada caso a los futuros
contrayentes antes de la celebración del matrimonio, que tienen la opción de
elegir el régimen patrimonial que adoptarán, y que en caso de no hacerlo
expresamente, el régimen será el de la comunidad de gananciales bajo
administración conjunta. En todos los casos en el acta de celebración se
consignará si existen o no capitulaciones.
Régimen patrimonial del matrimonio: Estos pueden ser: a) La comunidad de
gananciales bajo administración conjunta; b) El régimen de participación
diferida; y c) El régimen de separación de bienes, el mismo puede ser
estipulado por los cónyuges en capitulaciones matrimoniales, a falta de estas o
si éstas fuesen nulas o anuladas, el régimen patrimonial será el de la
17
comunidad de gananciales bajo administración conjunta.
Las capitulaciones matrimoniales deberán consignarse en escritura pública y
los contrayentes deberán presentar ante el Oficial Público mencionado copia
auténtica de la misma. Dicha circunstancia constará expresamente en el acta
de matrimonio respectivo, salvo que efectúen dicha manifestación ante el
Oficial Público, en un acta suscripta por él mismo, los contrayentes y los
testigos. Las capitulaciones matrimoniales y sus modificaciones si las hubiere,
requieren su posterior inscripción en la sección respectiva de los Registros
Públicos. En caso de modificación, deberá expresarse en la sustituyente la
naturaleza y demás circunstancias de la sustituida y dicha modificación deberá
homologarse judicialmente. Siendo nulas y se tendrán por no escritas las
cláusulas de las capitulaciones matrimoniales que afecten el principio de la
igualdad entre los esposos en cuanto a la distribución de las utilidades o
ganancias y al aporte al pago de las deudas.
La Ley N° 1/92 de Paraguay nos permite insistir en dos temas, que
consideramos resultan relevantes para su incorporación a nuestra legislación,
como ya lo hicimos saber en su momento al tratar los sistemas patrimoniales
del matrimonio en Guatemala, Chile y México, que es la posibilidad de recibir
información antes de la celebración del matrimonio, no sólo en cuanto que se
tiene la opción de elegir el régimen patrimonial, sino, además en que consiste
cada uno de ellos, así una vez premunidos de dicha información, se debe
permitir que la elección se realice en el mismo acto de la celebración del
matrimonio, por tanto, no requiriendo escritura pública reduciéndose con ello
costos (abogado y notario) y dejándose de lado la presunción de régimen
patrimonial.
X.- El sistema patrimonial del matrimonio en Argentina.
Base Legal: Para el caso de Argentina hemos visto por conveniente, tratar no
solo lo previsto en su aún vigente Código Civil en los artículos 163, 186, 191,
192, 194, 1217 a 1219, 1223, 1225, 1276, 1277, 1291, 1294, 1295, 1299, 1300
y 1304, sobre la solicitud, celebración y régimen patrimonial del matrimonio,
sino, también lo previsto al respecto en los artículos 420, 446, 448, 449, 455,
456, 461, 463 y 505 del Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, que
se encuentran en vacatio legis, pues entrarán en vigencia el 1° de enero del
2016.
Solicitud de matrimonio: Los que pretendan contraer matrimonio, se
presentarán ante el oficial público encargado del Registro del Estado Civil y
Capacidad de las Personas, en el domicilio de cualquiera de ellos y presentarán
una solicitud que deberá contener: a). Sus nombres y apellidos y los números
de sus documentos de identidad si los tuvieren; b) Su edad; c) Su nacionalidad,
su domicilio y el lugar de su nacimiento; d) Su profesión; e) Los nombres y
apellidos de sus padres, su nacionalidad, los números de sus documentos de
identidad si los conocieren, su profesión y su domicilio; f) Si antes han sido
casados o no, y en caso afirmativo, el nombre y apellido de su anterior cónyuge,
el lugar del casamiento y la causa de su disolución. Si los contrayentes o alguno
de ellos no supieren escribir, el oficial público levantará acta que contenga las
18
mismas enunciaciones. 10
Celebración del matrimonio: Deberá realizarse ante el oficial público
encargado del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas que
corresponda al domicilio de cualquiera de los contrayentes, en su oficina,
públicamente, compareciendo los futuros esposos en presencia de dos testigos
y con las formalidades legales. Si alguno de los contrayentes estuviere
imposibilitado de concurrir, el matrimonio podrá celebrarse en el domicilio del
impedido o en su residencia actual, ante cuatro testigos. En el acto de la
celebración del matrimonio, el oficial público leerá a los futuros esposos los
artículos del Código Civil, referidos a los derechos y deberes de los cónyuges,
recibiendo de cada uno de ellos, uno después del otro, la declaración de que
quieren respectivamente tomarse por marido y mujer, y pronunciará en nombre
de la ley que quedan unidos en matrimonio. El oficial público no podrá oponerse
a que los esposos, después de prestar su consentimiento, hagan bendecir su
unión en el mismo acto por un ministro de su culto. La celebración del
matrimonio se consignará en un acta que deberá contener: a) La fecha en que
el acto tiene lugar; b) El nombre y apellido, edad, número de documento de
identidad si lo tuvieren, nacionalidad, profesión, domicilio y lugar de nacimiento
de los comparecientes; c) El nombre y apellido, número de documento de
identidad, nacionalidad, profesión y domicilio de sus respectivos padres, si
fueren conocidos; d) El nombre y apellido del cónyuge anterior, cuando alguno
de los cónyuges haya estado ya casado; e) El asentimiento de los padres o
tutores, o el supletorio del juez en los casos en que es requerido; f) La mención
de si hubo oposición y de su rechazo; g) La declaración de los contrayentes de
que se toman por esposos, y la hecha por el oficial público de que quedan
unidos en nombre de la ley; h) El nombre y apellido, edad, número de
documento de identidad si lo tuvieren, estado de familia, profesión y domicilio de
los testigos del acto. El acta de matrimonio será redactada y firmada
inmediatamente por todos los que intervinieren en él o por otros a ruego de los
que no pudieren o no supieren hacerlo. El jefe de la oficina del Registro del
Estado Civil y Capacidad de las Personas entregará a los esposos copia de acta
de matrimonio. Dicha copia se expedirá en papel común y tanto ella como todas
las actuaciones, las que no tributarán impuesto de sellos, serán gratuitas, sin
que funcionario alguno pueda cobrar emolumentos.
Régimen Patrimonial: Las convenciones matrimoniales y las relaciones de los
esposos con respecto a los bienes se rigen por la ley del primer domicilio
conyugal, en todo lo que, sobre materia de estricto carácter real, no esté
prohibido por la ley del lugar de ubicación de los bienes. El cambio de domicilio
no altera la ley aplicable para regir las relaciones de los esposos en cuanto a los
bienes, ya sean adquiridos antes o después de dicho cambio.11
10 FERRER, Francisco A. M., MEDINA, Graciela y MÉNDEZ COSTA, María Josefa, Código
Civil Comentado, Doctrina-Jurisprudencia-Bibliografía, Derecho de derecho de familia, Tomo
I, Artículos 159 a 263, Primera edición, Primera reimpresión, Rubinzal – Culzoni Editores,
Buenos Aires, Argentina, 2007, Página 94. “(…) la estructura del acto jurídico matrimonial se
integra mediante un adecuado control de legalidad ejercido por el oficial público del Registro
Civil, mediante un procedimiento administrativo previo”.
11 FERRER, Francisco A. M., MEDINA, Graciela y MÉNDEZ COSTA, María Josefa, Ob. Cit.,
19
Sobre las convenciones matrimoniales, se tiene que antes de la celebración del
matrimonio los esposos pueden hacer convenciones que tengan únicamente los
objetos siguientes: a) La designación de los bienes que cada uno lleva al
matrimonio; y b) Las donaciones que el esposo hiciere a la esposa. Toda
convención entre los esposos sobre cualquier otro objeto relativo a su
matrimonio, como toda renuncia del uno que resulte a favor del otro, o del
derecho a los gananciales de la sociedad conyugal, es de ningún valor. Ningún
contrato de matrimonio podrá hacerse, so pena de nulidad, después de la
celebración del matrimonio; ni el que se hubiere hecho antes, podrá ser
revocado, alterado o modificado. Las convenciones matrimoniales deben
hacerse en escritura pública, so pena de nulidad si el valor de los bienes pasare
de mil pesos, o si constituyeren derechos sobre bienes raíces. No habiendo
escribanos públicos, ante el juez del territorio y dos testigos. Si los bienes no
alcanzaren a la suma de mil pesos, podrán hacerse por escritura privada ante
dos testigos. La escritura pública del contrato de matrimonio debe expresar los
nombres de las partes, los de los padres y madres de los contrayentes, la
nacionalidad de los esposos, su religión, su edad, su domicilio y su actual
residencia, el grado de parentesco si lo hubiere, la firma de los padres o tutores
de cada uno de los contrayentes, si fuesen menores, o la de un curador especial
cuando los padres hubieren rehusado su consentimiento al matrimonio, y fuere
suplido por el juez. La sociedad principia desde la celebración del matrimonio, y
no puede estipularse que principie antes o después. La sociedad conyugal12 se
rige por las reglas del contrato de sociedad, en cuanto no se opongan a lo que
está expresamente determinado para la sociedad conyugal.
Sobre la Administración de la sociedad, cada uno de los cónyuges tiene la libre
administración y disposición de sus bienes propios y de los gananciales
adquiridos con su trabajo personal o por cualquier otro título legítimo, salvo para
disponer o gravar los bienes gananciales cuando se trate de inmuebles,
derechos o bienes muebles cuyo registro han impuesto las leyes en forma
obligatoria, aportes de dominio o uso de dichos bienes a sociedades, y
tratándose de sociedades de personas, la transformación y fusión de éstas,
para lo cual es necesario el consentimiento de ambos cónyuges. Si alguno de
los cónyuges negare sin justa causa su consentimiento para otorgar el acto, el
juez podrá autorizarlo previa audiencia de las partes. También será necesario el
Página 24. “(…) el legislador construye un antecedente que abarca las convenciones
matrimoniales y las relaciones de los esposos con respecto a los bienes sometiéndolo, con
criterio relativamente institucional, al Derecho domiciliario. Sin embargo, con miras a evitar
cambios fraudulentos por abuso de uno de los cónyuges respecto del otro e incluso
aproximándose al objetivo de asegurar a terceros, opta por cierta contractualidad en la
referencia al primero de los domicilios conyugales. La solución puede presentar situaciones
de grave injusticia, dada la gran distancia temporal que suele presentarse entre el primer
domicilio y el actual, pero cabe reconocer que las posibilidades de cambio del contacto
espacial generan, a menudo, importantes dificultades. Para el caso de carencia histórica en
que la pareja no haya tenido domicilio, ni subsidiariamente residencia permanente,
estimamos que debería aplicarse el Derecho del lugar de celebración del matrimonio”.
12 BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A. Manual de derecho de familia. Quinta
edición. Editorial Astrea, Buenos Aires, Argentina, 1998 Página 225. “Nuestro Código Civil,
siguiendo la tradición del derecho castellano que rigió en el Río de la Plata, organizó bajo el
título de “Sociedad conyugal”, un régimen clásico de comunidad”.
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consentimiento de ambos cónyuges para disponer del inmueble propio de uno
de ellos, en que está radicado el hogar conyugal si hubiere hijos menores o
incapaces. Esta disposición se aplica aun después de disuelta la sociedad
conyugal, trátese en este caso de bien propio o ganancial. El Juez podrá
autorizar la disposición del bien si fuere prescindible y el interés familiar no
resulte comprometido. Por otro lado, si no se puede determinar el origen de los
bienes o la prueba fuere dudosa, la administración y disposición corresponde al
marido, salvo la excepción antes indicada. Uno de los cónyuges no podrá
administrar los bienes propios o los gananciales cuya administración le está
reservada al otro, sin mandato expreso o tácito conferido por éste. El
mandatario no tendrá obligación de rendir cuentas.13
Finalmente, la sociedad conyugal se disuelve por la separación judicial de los
bienes, por declararse nulo el matrimonio y por la muerte de alguno de los
cónyuges. Uno de los cónyuges puede pedir la separación de bienes cuando el
concurso o la mala administración del otro le acarree peligro de perder su
eventual derecho sobre los bienes gananciales, y cuando mediare abandono de
hecho de la convivencia matrimonial por parte del otro cónyuge. Entablada la
acción de separación de bienes, y aun antes de ella, si hubiere peligro en la
demora, la mujer puede pedir embargo de sus bienes muebles que estén en
poder del marido, y la no enajenación de los bienes de éste, o de la sociedad.
Puede también pedir que se le dé lo necesario para los gastos que exige el
juicio. Decretada la separación de bienes, queda extinguida la sociedad
conyugal. La mujer y el marido recibirán los suyos propios, y los que por
gananciales les correspondan, liquidada la sociedad. Durante la separación, el
marido y la mujer deben contribuir a su propio mantenimiento, y a los alimentos
y educación de los hijos, en proporción a sus respectivos bienes. La separación
judicial de bienes podrá cesar por voluntad de los cónyuges, si lo hicieren por
escritura pública, o si el juez lo decretase a pedimento de ambos. Cesando la
separación judicial de bienes, éstos se restituyen al estado anterior a la
separación, como si ésta no hubiese existido, quedando válidos todos los actos
legales de la mujer durante el intervalo de la separación, como si hubiesen sido
autorizados por el marido.
Por otro lado, en el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación Argentina, que
entrará en vigencia el 1° de enero de 2016, se indica lo siguiente sobre la
celebración y el régimen patrimonial en el matrimonio.
Celebración del Matrimonio: En el acta respectiva se consignará la siguiente
información: a) Fecha del acto; b) Nombre y apellido, edad, número de
documento de identidad si lo tienen, estado civil, nacionalidad, profesión,
domicilio y lugar de nacimiento de los comparecientes; c) Nombre y apellido,
número de documento de identidad, nacionalidad, profesión, y domicilio de sus
respectivos padres, si son conocidos; d) Lugar de celebración; e) Dispensa del
13 LOPEZ DEL CARRIL, Julio J. Derecho de familia. Editorial Abeledo – Perrot, Buenos Aires,
1984, Argentina, Página 248. “Hay entonces unidad de masa, pues no se puede determinar
el origen de los bienes, hay unidad de administración a cargo del marido y por consecuencia
hay unidad de responsabilidad”.
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juez cuando corresponda; f) Mención de si hubo oposición y de su rechazo; g)
Declaración de los contrayentes de que se toman por esposos, y del oficial
público de que quedan unidos en matrimonio en nombre de la Ley; h) Nombre y
apellido, edad, número de documento de identidad si lo tienen, estado de
familia, profesión y domicilio de los testigos del acto; i) Declaración de los
contrayentes de si se ha celebrado o no convención matrimonial y, en caso
afirmativo, su fecha y el registro notarial en el que se otorgó; j) Declaración de
los contrayentes, si se ha optado por el régimen de separación de bienes; k)
Documentación en la cual consta el consentimiento del contrayente ausente, si
el matrimonio es celebrado a distancia. El acta debe ser redactada y firmada
inmediatamente por todos los que intervienen en el acto, o por otros a su
ruego, si no pueden o no saben hacerlo. El oficial público debe entregar a los
cónyuges, de modo gratuito, copia del acta de matrimonio y de la libreta de
familia expedida por el Registro de Estado Civil y Capacidad de las Personas.
Régimen Patrimonial: Antes de la celebración del matrimonio los futuros
cónyuges pueden hacer convenciones que tenga únicamente los objetos
siguientes: a) La designación y avalúo de los bienes que cada uno lleva al
matrimonio; b) La enunciación de las deudas; c) Las donaciones que se hagan
entre ellos; d) La opción que hagan por alguno de los regímenes patrimoniales
previstos en el Código Civil. Las convenciones matrimoniales deben ser hechas
por escritura pública antes de la celebración y sólo producen efectos a partir, de
esa celebración y en tanto el matrimonio no sea anulado. Pueden ser
modificadas antes del matrimonio, mediante un acto otorgado también por
escritura pública. Para que la opción que hagan los futuros cónyuges por
alguno de los regímenes patrimoniales previstos en el Código Civil, produzca
efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente en el acta de
matrimonio. Después de la celebración del matrimonio, el régimen patrimonial
puede modificarse por convención de los cónyuges. Esta convención puede ser
otorgada después de un año de aplicación del régimen patrimonial,
convencional o legal, mediante escritura pública. Para que el cambio de
régimen produzca efectos respecto de terceros, debe anotarse marginalmente
en el acta del matrimonio. Los acreedores anteriores al cambio de régimen que
sufran perjuicios por tal motivo pueden hacerlo declarar inoponible a ellos en el
término de un año a contar desde que lo conocieron.
En las disposiciones comunes a todos los regímenes, se indica que los
cónyuges deben contribuir a su propio sostenimiento, el del hogar y el de los
hijos comunes, en proporción a sus recursos. Esta obligación se extiende a las
necesidades de los hijos menores de edad, con capacidad restringida, o con
discapacidad de uno de los cónyuges que conviven con ellos. El cónyuge que
no da cumplimiento a esta obligación puede ser demandado judicialmente por
el otro para que lo haga, debiéndose considerar que el trabajo en el hogar es
computable como contribución a las cargas. Ninguno de los cónyuges puede,
sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar,
ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de ella. El que
no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto o la restitución
de los muebles dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo
conocido, pero no más allá de seis meses de la extinción del régimen
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matrimonial. La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas
después de la celebración del matrimonio, excepto que lo hayan sido por
ambos cónyuges conjuntamente o por uno de ellos con el asentimiento del otro.
Los cónyuges responden solidariamente por las obligaciones contraídas por
uno de ellos para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el
sostenimiento y la educación de los hijos. Fuera de esos casos, y excepto
disposición en contrario del régimen matrimonial, ninguno de los cónyuges
responde por las obligaciones del otro.
A falta de opción hecha en la convención matrimonial, los cónyuges quedan
sometidos desde la celebración del matrimonio al régimen de comunidad de
ganancias. No puede estipularse que la comunidad comience antes o después,
excepto el caso de cambio de régimen matrimonial.
Finalmente en el régimen de separación de bienes, cada uno de los cónyuges
conserva la libre administración y disposición de sus bienes personales,
excepto en los casos de disposición de los derechos sobre la vivienda familiar,
los muebles indispensables de ésta, así como tampoco se podrá transportarlos
fuera de ella, para lo cual se requerirá el consentimiento del otro cónyuge.
Cada uno de ellos responde por las deudas por él contraídas, excepto se trate
de obligaciones contraídas por uno de ellos para solventar las necesidades
ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos.
Como lo señaláramos al revisar lo dispuesto para el régimen patrimonial del
matrimonio en Colombia y Uruguay, no siempre resulta exigible para realizar
convenciones matrimoniales, que se efectúen las mismas mediante escritura
pública, bajo sanción de nulidad, así, para el caso de la vigente legislación
Argentina, ello no es necesario, cuando los bienes de los cónyuges no superen
una determinada cantidad (1000 pesos), en cuyo caso, solo se hacen mediante
escritura privada ante dos testigos, al respecto, situación distinta se presenta
en nuestro país, pues cuando antes del matrimonio los futuros cónyuges, eligen
el régimen de separación de patrimonios, deben hacerlo necesariamente
mediante escritura pública, bajo sanción de nulidad, lo que hace incurrir a los
contrayentes en gastos adicionales de abogado y notario, lo que atenta contra
el principio constitucional de promoción del matrimonio, si entendemos por el
mismo el de incentivar, fomentar, estimular a que las personas se
matrimonien.14
XI.- Conclusiones.
-
La posibilidad de que los futuros cónyuges reciban información y
capacitación previa a la celebración del matrimonio civil, no sólo
constituye una buena práctica como se ha previsto en México, Paraguay
y Chile, sino se hace necesaria su implementación en nuestro país, en la
medida que en nuestra legislación familiar, no se ha previsto nada al
respecto, lo que constituye una omisión relevante si se tiene en cuenta
14 VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique y CANALES TORRES, C. (2013). La Constitución
Comentada. Tomo I, Análisis artículo por artículo. Editorial Gaceta Jurídica S.A. Lima, Perú,
Página 505.
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que el conocimiento por parte de los futuros cónyuges de sus derechos y
obligaciones, tiene como finalidad de que asuman de la mejor manera
las responsabilidades de la vida en común.
-
Debidamente informados los futuros cónyuges posibilita el ejercicio
pleno de su autonomía de la voluntad y elimina las presunción sobre la
elección del régimen patrimonial de su matrimonio, porque desde la
formulación de la solicitud matrimonial e inclusive en el mismo acto del
matrimonio, sin intervención de otro funcionario, que no sea el que
celebra su matrimonio, los futuros cónyuges pueden realizar su elección,
generándose con ello el ahorro de sobre costos que limitan dicha
autonomía, que constituye el hecho de solicitársele necesariamente una
escritura pública, para el caso de elegir como régimen patrimonial de su
matrimonio, el de separación de patrimonios, dicha elección del régimen
patrimonial del matrimonio en el acta de celebración del mismo, viene
realizándose en Guatemala, Paraguay y Chile.
-
Se ha previsto en Uruguay, Colombia y en la aún vigente legislación
Argentina, la posibilidad de que para las capitulaciones matrimoniales no
se exija siempre escritura pública, bajo sanción de nulidad, ello abona a
favor de nuestra propuesta de eliminación del sobre costo, que significa
en nuestra país la exigencia de escritura pública, cuando se elige como
régimen patrimonial del matrimonio, el de separación de patrimonios.
-
La elección del régimen patrimonial desde la formulación de la solicitud
matrimonial e inclusive en el mismo acto del matrimonio, ante el
funcionario que celebra el mismo, requiere su necesaria inscripción tanto
en el registro personal como en el registro civil (en la propia partida de
matrimonio), como sucede en España.
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