LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIÓN PRIMERO MEDIO I. Discurso dialógico El discurso dialógico es aquel que se caracteriza por la interacción directa entre los hablantes, por lo tanto, su elaboración depende de todos los interlocutores que participan en él. Es por eso que se trata de un discurso eminentemente colaborativo. Los discursos dialógicos se caracterizan por presentar una estructura formal, la toma de turnos, y una organización del contenido que se manifiesta mediante el manejo del tópico (tema). 1.1. Niveles del discurso dialógico a) Nivel estructural: la toma de turnos La toma de turnos es el procedimiento que organiza la participación de los sujetos involucrados en la comunicación. Permite que los interlocutores tengan la posibilidad de ser tanto emisores como receptores de mensajes en un determinado intercambio comunicativo. Existen una serie de recursos que señalan el cierre de la intervención de uno de los interlocutores y que sirven para cederle la palabra a otro, por ejemplo, manifestando explícitamente que han finalizado, haciendo preguntas, demandando información, etc. Manifestaciones más estructuradas del discurso dialógico, como, por ejemplo, el debate, suponen la presencia de un moderador que regule las intervenciones. En el contexto de una clase, generalmente los estudiantes levantan la mano para pedir la palabra y el (la) profesor(a) les señala cuándo pueden hablar. En formas menos estructuradas, como una conversación, los participantes suelen interrumpirse entre ellos para obtener el turno. b) Nivel de contenido: el manejo del tópico El manejo del tópico o tema involucra una serie de habilidades específicas que permiten a los hablantes introducir un tema, desarrollarlo, modificarlo y concluirlo. Es importante destacar que en un discurso dialógico pueden exponerse varios tópicos distintos y que no siempre todos se desarrollan de manera completa. Para que te quede más claro, te proponemos imaginar lo siguiente: estás conversando con tu mamá y quieres contarle que estás pololeando. Para poder hacerlo tienes que introducir el tópico o tema; por ejemplo, podrías decirle "¿te acuerdas de ese(a) amigo(a) del que te hablé hace unos días?" Si la respuesta es afirmativa, estás en condiciones de desarrollar el tópico. Podrías contarle sobre sus gustos, su familia, sus estudios, etc. Por su parte, tu mamá te puede hacer preguntas sobre él (ella), que también te permiten seguir desarrollando el tópico de tu nuevo pololo(a). Cuando tu mamá deja de hacerte preguntas y tú sientes que ya le has informado sobre tu pololo(a), puedes finalizar el tópico. Muchas veces, sin embargo, los temas no se desarrollan completamente, ya sea por falta de interés de los interlocutores o porque se produce una digresión al vincular el tema de cual se habla con otro distinto. ¿Te ha pasado que estás hablando con tus amigos y de repente no se acuerdan cómo llegaron a hablar de un determinado tema? Si reconstruyen la conversación podrán ver en qué punto se produjo el giro. Para que estos contenidos te queden más claros, la próxima vez que estés involucrado en una conversación pon atención a los mecanismos que los interlocutores utilizan para obtener el turno. ¿Qué haces tú para ser escuchado? ¿Cómo se vincula la manera en que manejas el tópico con la atención que te pone el resto de los participantes? ¿Son todos los tópicos desarrollados completamente? ¿Por qué algunos no son concluidos? 1.2. Tipos de discurso dialógico Si bien todos los discursos dialógicos presentan como estructura formal la toma de turnos y una organización del contenido en torno al manejo del tópico, existen interacciones comunicativas donde estos dos elementos adquieren características particulares. Es por eso que podemos hablar de distintos tipos de discurso dialógico. a) Conversación La conversación es una forma de interacción lingüística caracterizada por ser un tipo de discurso dialógico espontáneo, puesto que tanto la toma de turnos como el manejo del tópico se desarrollan libremente, es decir, los participantes (al menos dos) hacen uso de la palabra alternadamente. Así, los interlocutores no se rigen por una organización extrema en la toma de turnos y tampoco se basan en reglas tan estructuradas o previamente establecidas para introducir, modificar o concluir un tópico. b) Entrevista La entrevista se puede definir como una conversación dirigida hacia la obtención de información sobre algún tema específico o sobre aspectos seleccionados previamente. Los participantes son el entrevistador y el entrevistado. Este último es, generalmente, una persona informada, cuya función es exponer el tema sobre el cual resulta interrogado. Por su parte, el entrevistador determina el tema de la entrevista. La realización de ella requiere que el entrevistador tenga claro el objetivo de sus preguntas, de modo que estas le permitan cumplir el propósito establecido. Para la elaboración del cuestionario es necesario que se informe acerca del tema del cual va a hablar con el entrevistado. En el caso de la entrevista, la toma de turnos está dirigida, pues el entrevistador determina cuándo toma el turno y cuándo lo cede al entrevistado. Sin embargo, es importante destacar que en algunas ocasiones es el entrevistado el que dirige la toma de turnos; por ejemplo, si interrumpe al entrevistador. c) Discusión y debate La discusión es un discurso que se caracteriza porque implica la divergencia o controversia en torno a un tema. Una conversación puede devenir en discusión. Por ejemplo, puedes estar conversando con tus amigos sobre algún tema y, al no estar de acuerdo en algo, comienza una discusión que puede terminar en un consenso entre ambas posturas o en la aceptación de una de ellas como la correcta. Si no se logra acuerdo, el diálogo se acaba porque se pierde su carácter de discurso colaborativo. Existen formas más estructuradas de la discusión, como es el debate, donde las intervenciones son reguladas por uno de los participantes, que actúa como moderador, encargándose de presentar los tópicos que se van a tratar y asegurando que todos los integrantes participen y respeten el turno de habla de los demás. Como se trata de una situación en la cual se exponen diversas perspectivas sobre un tema y estas son opuestas entre sí, resulta importante poner en juego principios de cooperación y de cortesía. Tanto en la discusión como en el debate el desarrollo del tópico está estrechamente vinculado con el discurso argumentativo, ya que los interlocutores organizan su discurso en torno a tesis y argumentos. Volveremos sobre este contenido en el Módulo 3, al abordar los contenidos referidos a Tercer Año Medio. El siguiente mapa conceptual sintetiza lo tratado acerca del discurso dialógico: Discurso dialógico (ppt) II. Comunicación verbal y no verbal 2.1. La comunicación es un fenómeno en el que se ven involucrados diferentes factores: un hablante transmite un mensaje a un oyente en una situación específica. Para que se produzca dicha transmisión es necesario un medio de transmisión (canal) y que los sujetos se comuniquen en un mismo código (lenguaje). El lenguaje se utiliza con una finalidad y por ello es posible distinguir diferentes funciones para cada factor de la situación de comunicación que hemos mencionado anteriormente: Función emotiva o expresiva: corresponde al emisor, porque mediante ella se expresan las actitudes y los sentimientos del hablante. Función conativa o apelativa: corresponde al receptor, ya que a través de ella se influye en sus actitudes y emociones. Función poética: su finalidad radica en la estructuración del mensaje. Función referencial: informa sobre los hechos del mundo aludidos en el contexto. Función fática: consiste en la toma de contacto o la constatación de que el canal está funcionando. Función metalingüística: se centra en el código y su función es la reflexión sobre la lengua. En los contenidos de literatura de este mismo módulo encontrarás un mayor desarrollo de este tema. 2.2. Elementos paralingüísticos o paraverbales El prefijo griego “para” significa “junto a”, por lo tanto, los elementos paralingüísticos serán aquellos que acompañan la expresión verbal. Cuando transmites oralmente un mensaje, no solo lo haces verbalmente, sino que acompañas tu lenguaje con una serie de elementos denominados paralingüísticos. Los más relevantes son la entonación, las pausas y el énfasis en la voz. Estos elementos permiten que el oyente comprenda con mayor facilidad lo que tú transmites, pues refuerzan el contenido de lo que comunicas por medio del lenguaje verbal. Piensa, por ejemplo, lo que pasa con la ironía, ¿qué haces para que se entienda que quieres decir lo contrario? Cuando la comunicación es escrita los elementos paralingüísticos son transcritos por medio de signos de puntuación, de exclamación, de interrogación y distinta tipografía. Por ejemplo, si quieres poner énfasis en algo, probablemente utilices mayúsculas. 2.3. Comunicación no verbal Se entiende por comunicación no verbal aquellos medios que complementan los mensajes verbales como las expresiones faciales, los gestos corporales y las distancias espaciales que se establecen entre los interlocutores. Si bien se utilizan como refuerzo, especificación, matización e incluso ironización de la comunicación lingüística a la que complementan, hay casos en que pueden ser usados independientemente. Piensa, por ejemplo, que en un principio el cine fue mudo, por lo tanto los espectadores solo tenían claves no verbales para entender el mensaje. Por otra parte, las expresiones faciales a veces nos comunican mejor que las palabras el estado de ánimo de una persona. En nuestra interacción cotidiana existen ciertas fórmulas fijas de cortesía, como por ejemplo, cuando saludamos a alguien y le decimos “hola, ¿cómo estás?, la mayoría de las veces la respuesta es “bien, ¿y tú?”. La respuesta se ha automatizado tanto, que para saber efectivamente el estado en que se encuentra alguien tenemos que interpretar otras claves, como las expresiones faciales (comunicación no verbal) y la entonación (elemento paraverbal). ¿Has pensado qué relación existe entre la comunicación no verbal y la función fáctica? Cuando escuchas a alguien, ¿haces algún gesto para indicarle que lo escuchas o que entiendes lo que dice? ¿Cómo te sentirías si alguien no hace ninguna expresión facial ni gesto corporal mientras te comunicas con él? Desde esa perspectiva, la comunicación no verbal se vincula también con el manejo del tópico, ya que muchas veces esperamos algún tipo de reacción en nuestro interlocutor para seguir desarrollando el tema del cual hablamos. Cuando se trata de un intercambio comunicativo escrito, los participantes desarrollan una serie de de recursos que les permiten suplir la ausencia física de su interlocutor. En las conversiones por chat, por ejemplo, un recurso serían los denominados “emotíconos”, que dan cuenta de expresiones faciales y que complementan el sentido de los distintos enunciados, por ejemplo: :-) :) sonrisa ;-) ;) guiño de ojo:-( :( tristeza :-D :D reír de oreja a oreja :-P :P sacar la lengua :* :* mandar un beso Piensa, por ejemplo, la importancia que tendría el guiño de ojo para evidenciar el carácter irónico de determinadas afirmaciones. III. El contexto sociocultural de la comunicación Hablar una misma lengua no significa señalar que la usemos todos de igual manera. De hecho, las personas de edades diferentes hablan distinto. Esto también sucede con los sujetos de niveles socioculturales diferentes o de distinta procedencia geográfica. Por ejemplo, si bien hablamos la misma lengua que argentinos y peruanos, hay ciertos elementos en la pronunciación y en el léxico que la hacen variar de un lugar a otro. Dentro de un mismo país o incluso una ciudad existen variaciones. En definitiva, la variación lingüística está relacionada con los condicionamientos que los contextos socioculturales ejercen sobre las formas y la eficacia de la comunicación. Estos condicionamientos son de diverso tipo y pueden afectar a la totalidad del lenguaje o solamente a una parte de él, como el léxico o la pronunciación. Los principales factores que producen esta variación son etáreos, geográficos y sociales. 3.1. Registro de habla y relación entre los hablantes Por otra parte, existe la necesidad de adaptar el lenguaje a la situación comunicativa en que uno se encuentra. Así, cuando un sujeto está en una situación formal se expresa formalmente. Por el contrario, si la situación es coloquial (informal) habla de manera informal. Estas diferentes formas de expresarse se denominan registros de habla. Situaciones formales: implican relaciones jerárquicas o asimétricas entre los participantes de ella. Por ejemplo, una situación formal se da cuando un empleado se entrevista con el jefe. En este caso, el registro es formal y la relación es asimétrica porque hay una jerarquía entre el jefe y el empleado. Situaciones informales: se dan entre sujetos que tienen relaciones simétricas. Un ejemplo de lo anterior, es cuando dos amigos conversan en un café sobre sus vacaciones. Hay una relación entre pares que supone informalidad en la manera de comunicarse. Sin embargo, es posible que uno utilice un registro informal en situaciones donde la relación entre los hablantes es asimétrica. Por ejemplo, muchas personas se vinculan coloquialmente con sus papás, sin embargo, la relación no es simétrica. Es decir, que la formalidad e informalidad dependen en gran medida de la confianza que existe entre los interlocutores. IV. Actos de habla 4.1. ¿Sabías que cuando dices algo también haces cosas al decir? En efecto, a través de la emisión de un enunciado, se realiza una acción. Para que comprendas mejor este concepto, piensa en la siguiente situación: un sacerdote en una iglesia está bautizando a un niño y al echarle el agua bendita dice "yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Después de verbalizar este enunciado el niño está bautizado. Por lo tanto, la acción de bautizar se concreta cuando el sacerdote emite el verbo bautizar. Los verbos que son necesarios para que exista una determinada acción son denominados performativos. Algunos de ellos son: bautizar, prometer, declarar, jurar, etc., y se caracterizan porque al pronunciarlos se realiza una acción al mismo tiempo. Es importante que tengas claro que el significado del enunciado no siempre coincide con la acción que se efectúa. Así por ejemplo, cuando alguien dice: “¿tienes hora?”, le está solicitando a su interlocutor que le informe qué hora es y no le está preguntando si posee la hora. Por lo tanto, existen dos niveles de significado: uno que alude al contenido del enunciado y otro que corresponde a la intención comunicativa del hablante. Por último, es necesario que sepas que existen distintos tipos de actos de habla: Acto de habla directo: Es aquel que se ejecuta en el momento mismo en que el hablante profiere el enunciado. Los verbos performativos, descritos anteriormente, son característicos de este tipo de acto de habla. Las frases performativas son consideradas acciones en sí mismas; acciones que consisten en pronunciar ciertos verbos en un determinado contexto enunciativo. Por ejemplo: -Los declaro marido y mujer. Si estas palabras son dichas en medio de la clase a Rosa y Andrés, no tienen ningún valor performativo: Rosa y Andrés seguirán tan solteros antes como después de que hayan sido pronunciadas. Pero si las pronuncia un sacerdote durante una celebración de matrimonio, el acto del matrimonio se realiza en ese mismo momento. Por lo tanto, los actos de habla directos necesitan ciertas condiciones relativas al contexto en que se desarrollan, así como el tiempo verbal en que se emiten: los verbos performativos solo funcionan como tales en presente. Si el mismo cura dice: Ayer declaré marido y mujer a Rosa y Andrés, esta frase ya no será performativa. Acto de habla indirecto: Es aquel que el hablante ejecuta mediante la realización de otro acto de habla y, aunque es implícito, es importante porque representa el verdadero propósito del enunciado. Expresiones propias de este tipo de acto de habla son las preguntas, peticiones, órdenes, críticas que no se realizan explícitamente. Por ejemplo, cuando un padre le pregunta a su hijo: "¿no quieres ir a comprar pan a la esquina?" dentro de su situación comunicativa específica se entiende que, en realidad, es una orden. V. Modalizaciones discursivas Lo que denominamos modalización discursiva es la forma que adopta el enunciado en relación a la manifestación de subjetividad de quien lo emite, es decir, que expresa una particular actitud del hablante frente a lo que está diciendo. Hay dos tipos principales de modalización discursiva: la exposición de hechos y la manifestación de opiniones. 5.1. Exposición de hechos: Cuando nuestras afirmaciones son objetivas y solamente presentamos o damos a conocer un hecho o una situación. Ejemplo: "Hay 12 mil personas damnificadas por el temporal". 5.2. Manifestación de opinión: Cuando nuestras afirmaciones son expresiones de nuestra subjetividad y con ellas estamos dando a conocer nuestro punto de vista o nuestros sentimientos. Ejemplo: "Yo creo que deberían distribuirse los recursos de otra manera". En el ejemplo anterior, el verbo creer en primera persona singular da cuenta de que se trata de una opinión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que muchas veces manifestamos nuestras opiniones de manera tan categórica que son expuestas como hechos, y, a la inversa, al no estar seguros de algo que decimos manifestamos un hecho como opinión. LITERATURA 1. La lectura literaria como diálogo entre lector y texto ¿Sabes lo que significa diálogo? Proviene del latín dialogus (y este del griego diálogos), y significa “conversación de dos o varios”. ¿Te imaginas cómo puede haber diálogo entre un lector y un texto literario? Muy sencillo: el diálogo entre el lector y el texto se produce por medio de la lectura. De este modo, entenderemos que toda lectura es a la vez una interpretación, pues cada persona que lee un texto literario intenta construir un sentido o significado que alimente su experiencia. Para interpretar mejor un texto literario, necesitas conocer algunos elementos como los grandes géneros, las figuras literarias, el contexto (momento histórico: año, lugar, etc. en que dicho texto se produjo) o los temas recurrentes dentro de la literatura. A continuación, te entregamos algunos de estos elementos, que facilitarán la lectura de textos literarios y, con ello, la interpretación. 1. Identificación de elementos literarios relevantes para la interpretación del sentido de las obras. 1.1. La comunicación literaria Factores y funciones del lenguaje El diálogo supone que existe comunicación. Para entender el sistema de la comunicación literaria, primero hay que señalar en qué consiste la comunicación no literaria o habitual (propia de la vida cotidiana). Esta será el intercambio comunicativo (envío y recepción de mensajes) entre, al menos, dos hablantes. Cada vez que nos comunicamos, entran en juego seis factores: un emisor envía un mensaje a un receptor o destinatario a través de un canal que sirve de contacto entre ambos. Este mensaje es construido de acuerdo a un código que, para posibilitar la comunicación, debe ser común al emisor y al receptor, de modo que el mensaje puede ser codificado y decodificado. Este mensaje es emitido dentro de un contexto de referencia, es decir, un contexto que define las relaciones que existen entre el mensaje y el objeto o realidad a la que alude. Es importante tener en cuenta que el código no solo es lingüístico, sino que también existen otros como el alfabeto Morse, el lenguaje de sordomudos, las señales del tránsito, etc. Tal como revisaste en el módulo de Lengua Castellana, no solamente nos comunicamos con palabras, sino que existen otras formas de comunicación, como los gestos o las distancias. A continuación, te presentamos una situación comunicativa, para que te acostumbres a identificar los factores presentes en ella. Lunes, sala de clases, 9:45 de la mañana. Andrés: “Juan, tengo hambre”. Juan: “Yo también, ¿cuánto falta para el recreo? ”Andrés: “No sé, pregúntale a Pedro”. En el ejemplo anterior, Andrés es el emisor del primer mensaje (“Juan, tengo hambre”), y Juan es el receptor, pues va dirigido a él. Andrés, en tanto emisor, seleccionó ciertos aspectos del código, en este caso, la lengua española, para construir su mensaje que pudo ser entendido por Juan, ya que ambos manejan este código. Si Andrés se hubiera comunicado con señas, el código sería distinto. El mensaje fue recibido ya que el canal, el soporte físico o medio a través del cual se transmitió, permitió el contacto entre ambos hablantes. En este caso, el canal está determinado por las ondas sonoras porque es una conversación oral. Cuando Juan le responde a Andrés (“Yo también, ¿cuánto falta para el recreo?”) se transforma en emisor de un nuevo mensaje y Andrés en receptor de él. En consecuencia, en la comunicación habitual los roles de emisor y receptor pueden intercambiarse. El contexto del mensaje corresponde a aquellos elementos a los cuales el mensaje se refiere. Por ejemplo, cuando Andrés le dice a Juan que le pregunte a Pedro, se refiere probablemente a algún compañero de curso. La palabra “Pedro” alude a una realidad no lingüística: una persona. En el siguiente esquema, aparecen organizados los factores de la comunicación: CONTEXTO ↓ EMISOR → MENSAJE → RECEPTOR ↑ CANAL ↑ CÓDIGO Cada uno de estos factores va a determinar una función del lenguaje, que tiene que ver con la importancia que cada uno de ellos adquiere en una situación comunicativa: REFERENCIAL ↓ EMOTIVA O EXPRESIVA → POÉTICA → APELATIVA O CONATIVA ↑ FÁTICA ↑ METALINGÜÍSTICA Las funciones del lenguaje: 1. La función centrada en el emisor se denomina emotiva o expresiva, y manifiesta la actitud de éste frente a lo que está comunicando. Ejemplo: “¡Qué mal me siento hoy!”, “Estoy enamorado de ti”, “Tengo pena”, “No estoy de acuerdo con este tema”, etc. 2. Cuando lo que interesa es llamar la atención del receptor, estaremos frente a la función apelativa o conativa. Esta función se manifiesta, sobre todo, en la utilización de vocativos y del modo imperativo. Ejemplo: “¿Quieres ir al cine conmigo hoy?”, “Abre la puerta, por favor”, “Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que esto está mal hecho, ¿no?”, etc. 3. La función que se centra en el contexto es la función referencial, cuyo acento está puesto en las relaciones entre el mensaje y el objeto al cual éste se refiere. Como veremos más adelante, es una función principalmente denotativa. 4. Cuando el acento está puesto sobre el código que se utiliza en la comunicación, predomina la función metalingüística. El prefijo meta- quiere decir “más allá”, por lo tanto, metalingüística será toda reflexión que, además de utilizar el lenguaje para comunicar, buscará hablar acerca del lenguaje mismo que se utiliza para dicha comunicación. Cada vez que queremos constatar que emisor y receptor utilizan el mismo código, estamos en presencia de esta función. Ejemplo: “La metáfora constituye un uso figurado del lenguaje”, “Las palabras son necesarias para la comunicación lingüística”, una definición del diccionario: “fatuo, tua. adj. Necio, tonto. Ú.t.c.s. || Ridículamente engreído o vanidoso. Ú.t.c.s.” 5. La función fática se centra en el canal que permite el contacto entre emisor y receptor. Por lo tanto, ella predomina cada vez que se quiere establecer, interrumpir, prolongar, o verificar la comunicación entre los participantes. Ejemplo: “Aló, aló, parece que se cortó la comunicación, ¿me escuchas?”, “Entendido, cambio y fuera”, “Aló, ¿me copia?” 6. Cuando la atención del emisor se centra el mensaje, estamos en presencia de la función poética. El acento no está puesto en lo que se dice (que correspondería a la función referencial), sino cómo se dice. Es el predominio de esta función sobre las otras lo que es propio de la obra literaria. Es importante señalar que en un mismo texto podemos identificar más de una función, pero éstas siempre se disponen de manera jerárquica, es decir, predomina una sobre las otras. Esto nos permitirá más adelante, establecer un criterio de clasificación de los mensajes literarios en los llamados géneros teóricos. 1.2. Ejemplo de comunicación literaria Observa el siguiente ejemplo: “Stan, pequeño y desgarbado, entró en la oficina. La habitación estaba iluminada por el sol que entraba a través del ventanal. Marlowe se acomodó en su sillón, tras el escritorio viejo y oscurecido por el polvo y el hollín. —¿Cómo supo mi número? —preguntó el detective, mientras con un gesto invitaba a Stan a sentarse. —En verdad, señor Marlowe, lo tomé al azar de la guía. Marlowe encendió un cigarrillo y echó su cuerpo hacia delante. —¿Pidió referencias? ¿Sabe al menos quién soy? —No. No lo hice. ¿Qué importa eso? Usted anda en este trabajo desde hace muchos años, según me dijo por teléfono. Si me gusta lo contrataré. —No es un buen procedimiento, señor Laurel. Usted es un hombre famoso. Podría pagar los servicios de una agencia.” Osvaldo Soriano: Triste, solitario y final. Santiago, Pineda Libros, 1974. Habíamos definido la comunicación habitual como el intercambio comunicativo (envío y recepción de mensajes) entre, al menos, dos hablantes. ¿Qué pasa con la comunicación literaria? Si observas el ejemplo anterior, te darás cuenta que hay dos niveles de comunicación. Por una parte, tenemos un mensaje codificado por el autor, en este caso Osvaldo Soriano, del cual nosotros (pero eventualmente cualquier persona que lo lea) somos los receptores. Pero este mensaje configura un mundo que corresponde al orden de la ficción, en el cual encontramos representada otra situación comunicativa: una conversación entre Marlowe y Stan Laurel. Por lo tanto, la ficción literaria no es entonces solo la ficción de los hechos referidos, sino la ficción de una situación comunicativa lingüística completa. 1.3. Grandes géneros literarios Como se señaló, en el caso de los textos literarios es la función poética la que predomina. Pero esto no significa que no podamos identificar otras funciones. De hecho, será la presencia imperante de las funciones emotiva, apelativa y referencial lo que nos permitirá organizar los mensajes literarios en tres géneros: lírica, drama y narrativa. Estos géneros recibirán un mayor desarrollo en el módulo dos, por lo que ahora nos remitiremos a las características que adquieren en relación a las funciones del lenguaje. a) Lírica: si predomina la función emotiva o expresiva (manifestación de sentimientos y emociones) estamos en presencia de la lírica (poesía). b) Narrativa: si predomina la función referencial, el relato de acciones o la representación de hechos y espacios, estamos en presencia de la narrativa (prosa). c) Drama: si predomina la función apelativa se estará en presencia del drama, pues hay una constante apelación de un emisor hacia un receptor, con lo que se produce el diálogo dramático. Nota: es importante señalar que se trata solo de un criterio de clasificación basado en la predominancia de una función sobre las demás, puesto que puede haber mezcla de funciones dentro de un mismo género. El siguiente mapa conceptual sintetiza las correspondencias entre género y función: Géneros literarios Connotación y denotación Los mensajes pueden tener dos niveles de significación: estos son el plano denotativo y el plano connotativo. El plano denotativo es el valor informativo o referencial de un término o palabra (significado literal o del diccionario) y el plano connotativo tiene que ver con el uso figurado del lenguaje. Por ejemplo: si le decimos a un amigo: “Eres un zorro”, el plano denotativo nos llevará al diccionario: “zorro: animal mamífero de la familia de los cánidos”, mientras que en el plano connotativo, por su parte, el término “zorro” adquiere un valor metafórico: significará astucia o hipocresía. A través del lenguaje figurado, se establece una relación de semejanza entre un animal y un ser humano. A partir del ejemplo anterior podemos señalar que la denotación se centra en el valor referencial de las palabras, y se vincula con el significado establecido en el código de la lengua. La connotación, en cambio, implica los posibles nuevos sentidos o valores que podemos agregar al significado referencial. La connotación, entonces, se relaciona con el carácter polisémico de una obra, es decir, con la posibilidad de asignarle distintos sentidos. La siguiente presentación profundiza sobre las nociones de denotación y connotación: Denotación y connotación Veamos más información sobre el uso figurado del lenguaje a continuación. 1.4. Las figuras literarias Como ya sabes, la comunicación literaria se apoya en el uso figurado del lenguaje, es decir, en la presencia de figuras literarias. Es importante recalcar que la figura predominante dentro de la comunicación literaria es la metáfora, que básicamente es una comparación sin un como, pues establece un vínculo de semejanza entre dos elementos, pero sin que esta comparación sea explícita a través de una conjunción. Es decir, un elemento que junta, haciendo equivalentes dos principios diferentes. Veamos algunos ejemplos: Aquiles es un león combatiendo, se refiere metafóricamente a la valentía del protagonista de La Ilíada, pues se compara la valentía de Aquiles con las características del león (el león es valiente). Observemos, entonces, que se establece una relación de reemplazo de un elemento presente (león) por otro ausente (valentía), sin que sea necesario utilizar el nexo de comparación como. Si está presente la conjunción (Aquiles es como un león), ya no será una metáfora sino una comparación. Equivale a decir: Aquiles es tan valiente como un león. Otro ejemplo de metáfora es: Tus cabellos de oro, donde, al igual que en el primer ejemplo, se ha elegido una característica de uno de los elementos en comparación (el brillo del oro) para reemplazarlo por la palabra ausente (rubio). En vez de decir: “tus cabellos rubios”, decimos “tus cabellos de oro”. Desde esta perspectiva, la utilización de la metáfora muestra la intención artística del que habla (o del que escribe), a través del uso figurado del lenguaje. Se busca expresar de manera más artística lo que se quiere decir, reemplazando un elemento por otro. En el Anexo 1 Figuras Literarias puedes ver las características de algunas de las figuras literarias más utilizadas. 1.5. Ejemplo de reconocimiento de figuras literarias Lee el siguiente poema: Arte Poética (Vicente Huidobro) Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos creado sea, Y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra; El adjetivo, cuando no da vida mata. Estamos en el ciclo de los nervios. El músculo cuelga, Como recuerdo, en los museos; Mas no por eso tenemos menos fuerza: El vigor verdadero Reside en la cabeza. Por qué cantáis la rosa, ¡oh, Poetas! Hacedla florecer en el poema. Sólo para nosotros Viven todas las cosas bajo el Sol. El Poeta es un pequeño Dios. ¿En qué elementos te fijarías para interpretar este poema? Te damos una pista: en el primer verso (primera línea del poema) se señala: “Que el verso sea como una llave”. La llave está siendo comparada con el verso, de modo que se le están atribuyendo a éste las características de la llave. Tenemos una primera figura literaria: la comparación. Otra comparación aparece en el verso que dice “el músculo cuelga, / como recuerdo, / en los museos”. Detengámonos en el sentido de ambas comparaciones: si buscas en el diccionario, la palabra llave significa: “utensilio que se usa para abrir o cerrar una cerradura”. De este modo, la comparación entre la llave y el verso apunta a señalar que el verso debe ser un instrumento que permita abrir cerraduras. Por otro lado, si el músculo cuelga como recuerdo: ¿qué sentido podemos darle a esta comparación? El recuerdo es atraer cosas pretéritas que han quedado en el pasado, y si el músculo (que expresa el vigor, la fuerza, la energía) está en el pasado, en el presente no hay fuerza. Por lo tanto, podemos deducir que se está planteando una poesía que posea vigor y fuerza. Busquemos otras figuras literarias: cuando en el poema se dice que el verso “abra mil puertas”, ¿se está haciendo referencia a puertas reales? Si estas puertas son abiertas por un verso que es como una llave, ¿qué tipo de puertas crees tú que abriría? Si por ejemplo consideraras que abre las puertas de la imaginación, estás en presencia de una metáfora (la imaginación no tiene puertas auténticas). Esta interpretación se relaciona con otro verso del poema, que dice “inventa mundos nuevos y cuida tu palabra”. Así, la utilización de la metáfora de las puertas que abre el verso, tiene como finalidad referirse a nuevos mundos que la poesía permite abrir. Nota: no siempre encontrarás en un poema todas las figuras literarias que conoces. A veces, bastará identificar las más importantes para lograr interpretarlo adecuadamente. 1.6. La literatura como medio de expresión: identificación del tema de una obra Como hemos visto en este módulo, las obras literarias son creaciones de lenguaje que nosotros, en tanto receptores, percibimos estéticamente. La literatura es una manifestación cultural en la que podemos encontrar diversos temas que son y han sido importantes para el ser humano a lo largo de la historia. Podemos entender el tema como la idea central en torno a la cual gira un texto literario. El tema permite que éste sea globalmente coherente, ya que se constituye como un principio organizador del sentido de una obra. La literatura presenta una serie de temas que han preocupado o motivado al ser humano a expresarse a lo largo de los siglos. Por ejemplo, el tema del amor podemos encontrarlo en poetas muy antiguos, como Safo (siglo VII antes de Cristo, aproximadamente), de quien te damos un pequeño ejemplo: Amor ha sacudido mis sentidos,como el viento que arremete en el monte a las encinas. Del mismo modo, a través de los siglos, el tema del amor ha sido tratado de distintas maneras hasta la actualidad. ¿Conoces los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda? Ahí tienes un ejemplo de poesía amorosa en el siglo XX. Hay otros temas que también han sido importantes a lo largo de la historia de la literatura, como por ejemplo: la muerte, la guerra, la amistad, etc. El reconocimiento de distintos temas en la literatura también ayuda a la comprensión e interpretación de los textos, porque puedes establecer relaciones entre diferentes obras que aborden un mismo tema, identificando semejanzas y diferencias. Ahora bien, no solo puedes comparar distintos textos literarios que traten un mismo tema. Existen otros modos de expresión que también tratan los mismos temas que aparecen en la literatura. Por ejemplo: películas, canciones, artículos periodísticos, pinturas, etc. Es decir, que tanto en textos literarios como no literarios puedes identificar ciertos temas. Veamos un ejemplo. Fíjate en las semejanzas y diferencias entre estos dos fragmentos extraídos de un diario y una revista, respectivamente: 1. El año pasado el subsecretario de Carabineros, Felipe Harboe, debió sortear uno de los desafíos más importantes de su vida: se casó con Katia y tuvo que ganarse también el amor de la hija de su señora (Emilia): “Debí aprender a conquistar la confianza y el cariño de la niña, fue quizá lo más complejo y gratificante que he vivido”, admite. Felipe, de 31 años, cuenta que a medida que pasa el tiempo ha descubierto que la prioridad en su vida son los afectos. Y es por ello que se siente “en su salsa” estando en familia, en su parcela en Pirque, sintiendo la tranquilidad del campo. Diario La Segunda, 3 de marzo de 2004. 2. Me temo que de nuevo la Gracia está preñada. Se le nota en la actitud excesivamente humilde –rastrera, diríase-, en los ojos amarillos huidizos, en una cierta distracción que no corresponde a su natural viveza de pastora alemana de fina cepa. Anda envuelta en una especie de halo en el que se combinan culpabilidad y satisfacción, y esa imagen de perra apaleada solamente puede significar que nos ha vuelto a salir con un domingo 7. Todos aspirábamos a que algún pastor alemán de las casas vecinas fuera el responsable, pero el sospechoso número uno era “el perro negro de cola de punta blanca”. O sea, un quiltro astuto y pulgoso (…). Ximena Torres Cautivo, Revista Mujer, 18 de enero de 2004. ¿Qué elementos comunes y qué diferencias encuentras entre estos dos textos? Ambos tratan acerca del encuentro de una pareja, tanto humana como animal. Sin embargo, si te fijas, el punto de vista de quien escribe el segundo texto pareciera ser negativo ante lo que sucede, mientras que el primero solo lo menciona como un desafío importante en la vida del entrevistado. Es decir, ante un mismo tema hay distintos enfoques o puntos de vista. Del mismo modo, puedes comparar un texto literario con una película (“Romeo y Julieta” de Shakespeare con la versión en que actúa Leonardo di Caprio, por ejemplo), y ver qué elementos permanecen y cuáles son cambiados (¿es la misma visión del amor? Si cambian los contextos, ¿cambia el concepto de amor?) o comparar un artículo periodístico con una canción (por ejemplo, comparar la canción “Imagine”, de John Lennon, en que se trata el tema de la paz mundial, con un artículo de protesta contra la guerra en Irak). Lo importante es entender que tanto en la literatura como en otros medios de expresión se manifiestan temas importantes para el ser humano. En el Módulo 3 volveremos sobre este contenido, al revisar los grandes temas de la literatura universal. II. Las obras literarias como producciones realizadas en un contexto. Importancia de la investigación y el contexto histórico-cultural en la interpretación literaria. Si bien existen conceptos como las figuras literarias para ayudarnos a comprender y dar distintos sentidos a un texto, hay otro tipo de elementos que debemos considerar. Las obras literarias han sido creadas en un determinado momento histórico y en una sociedad específica y estos aspectos se pueden detectar en el texto. Por ejemplo, si lees una obra de principios del siglo XX, probablemente no encontrarás allí televisores o computadores, pero sí puedes hallar tranvías, trenes o periódicos, pues son elementos propios de ese momento histórico. De la misma manera, si leemos un poema mapuche, por ejemplo, es probable que podamos descubrir muchas características de esa cultura a través del texto. Al momento histórico-cultural en que se sitúa una obra, lo denominamos contexto. La importancia del contexto, entonces, está en la posibilidad de encontrar en la literatura visiones de mundo y procesos históricos propios de una cultura y una época específicas; conocer esta información puede resultar un aporte para una interpretación más acabada del texto. Del mismo modo en que un grupo de personas, que vive en un mismo contexto, comparte algunos rasgos socioculturales e históricos, varios escritores que viven más o menos en la misma época comparten una visión de mundo y, más específicamente, del arte y la literatura. Ello provoca que sus creaciones presenten características similares y que, debido a ello, los estudiosos de la literatura se refieran a ellos como un “movimiento literario”. Conocer acerca de estos movimientos, por lo tanto, es importante para comprender mejor la obra de un autor o los diferentes textos literarios de una misma época, detectando las características que se repiten en todos ellos, así como sus diferencias. Si quieres conocer más acerca de algunos movimientos, puedes consultar los sitios Historia y movimientos de la Literatura Española, El poder de la palabra y Arte Historia. ¿Te das cuenta de que es importante investigar cuando lees? Conociendo el contexto en que se produjo la obra y el movimiento en el que ha sido clasificada, puedes compararla con la época en que tú vives, notando las diferencias y entendiendo la manera en que una época y una cultura se expresan a través de un texto literario. En el Módulo 3, volveremos a revisar este contenido, para ver cómo ciertos elementos del contexto de producción de una obra te pueden servir de argumentos al proponer un sentido para ella. MEDIOS MASIVOS DE COMUNICACIÓN I. Introducción En los medios masivos de comunicación también se elaboran mensajes que circulan de un emisor a un receptor, como en cualquier intercambio comunicativo. Sin embargo, se diferencian de nuestras conversaciones habituales, porque están dirigidos a grandes grupos de personas. Es por esto que aquellos que elaboran los mensajes de los medios piensan siempre en las características del grupo al que se dirigen (edad, estrato social, sexo, hábitos, etc.), para lograr en esas personas un determinado efecto. Según el propósito que tenga el emisor, entonces, encontramos distintos tipos de mensajes, con características propias y que buscan provocar diferentes efectos en el receptor. II. Propósitos y efectos de los medios masivos de comunicación Día a día convivimos con innumerables mensajes provenientes de los medios masivos de comunicación, aunque no siempre nos detenemos a analizarlos con atención. Es por esto que muchas veces no nos damos cuenta de que, además de productos, también promueven modelos o imágenes de la sociedad; o de que una noticia no es tan informativa como parece, sino que también contiene y comunica opiniones. A partir de ello, es muy importante analizar los medios masivos de comunicación de una forma más crítica y consciente que la habitual. Para eso, te mostraremos algunos conceptos que te ayudarán a reconocer sus efectos y propósitos. III. Publicidad y Propaganda Es necesario que distingas entre publicidad y propaganda, pues ambas tienen propósitos distintos. Las dos pueden apelar a la emotividad del receptor (provocan el mismo efecto), pero mientras la primera busca vender un producto, la segunda busca difundir una idea, valor o forma de ver el mundo. No es lo mismo un comercial de zapatos que una campaña en contra del consumo de drogas, pues el propósito del primero es que compres los zapatos, mientras la segunda espera que asumas una determinada opinión acerca de las drogas. IV. Los géneros periodísticos Al igual que las obras literarias, los textos periodísticos también pueden clasificarse en géneros. La división que te proponemos se vincula con otro contenido que ya has estudiado: las modalizaciones discursivas. De esta manera, distinguiremos entre aquellos textos en que predomina la exposición de hechos, y aquellos en que predomina la manifestación de opiniones: géneros de información y géneros de opinión, respectivamente. Géneros de información En el nivel de la información, el objeto fundamental del mensaje es la noticia. Esta se caracteriza por ser un relato básico que enmarca un hecho de interés general en las circunstancias que lo hacen explicable y sus posibles consecuencias. En este tipo de textos, predomina la narración y la descripción, formas básicas del discurso expositivo que serán abordadas en el Módulo 2. Otra modalidad fundamental del género informativo es el reportaje, a través del cual se pretende explicar algún hecho o tema, y desarrollarlo con cierta amplitud. En el caso de los hechos o temas tratados en el reportaje, diremos que estos ya no son estrictamente noticia, pues su desarrollo demanda cierta distancia con el momento mismo en que ocurrieron los hechos descritos por ella. Al igual que en la noticia, en el reportaje también predomina la narración y la descripción. Géneros de opinión Como se señaló en la definición de escrito periodístico, dentro de lo que hemos decidido llamar géneros de opinión encontramos como principal manifestación al artículo, que es una exposición periodística de ideas y pensamientos particulares sobre hechos que han sido noticia. Bajo este nombre genérico se agrupan textos de contenidos diversos y formas variadas. Es importante que manejes los siguientes: Editorial (o artículo editorial): Es un escrito periodístico que ocupa una página y espacio importantes dentro del medio en que se publica. Representa la opinión y postura ideológica de dicho medio al interpretar un hecho noticioso de cierta trascendencia, o algún tema relacionado a él. De esta opinión reflexiva se hacen responsables el editor o el consejo de redacción de ese medio en particular. Generalmente, el editorial no va firmado, pues se entiende que representa la idea del diario o revista en la que aparece, y no necesariamente una posición personal. Columna de opinión (o artículo-comentario): Si bien este tipo de texto comparte con el editorial el carácter interpretativo y reflexivo, a diferencia de él porta una opinión personal y particular de una persona que lo firma y que no participa necesariamente en el consejo de redacción o grupo de editores. En todo caso, generalmente existe una coincidencia de criterios entre los columnistas de un diario y su línea editorial. Carta al director: es un texto dirigido al director de algún medio específico escrito por sus lectores, para opinar públicamente acerca de algún tema o suceso de actualidad. Se asocia al discurso del comentario, en la medida en que expone un determinado punto de vista sin intentar explícitamente convencer al receptor. La publicación de esa carta en el medio al que ha sido enviada, depende exclusivamente de la línea editorial del medio. Por otro lado, debes tener claro que muchas veces se mezclan y confunden intencionalmente estas categorías. Así, la opinión, por ejemplo, se deja ver dentro de un texto que a simple vista parece informativo. Esto sucede, por ejemplo, cuando una noticia se titula “Horrible accidente en Puerto Montt”, ya que el adjetivo “horrible” es una valoración del emisor sobre el accidente, es decir, se trata de su opinión y no de los hechos ocurridos. Si eres capaz de diferenciar publicidad de propaganda o información de opinión, ya estás más preparado para reconocer las distintas funciones de los medios masivos de comunicación en nuestra sociedad. Además, al leer atentamente este tipo de mensajes, podrás tener una opinión personal sobre ellos, criticando, por ejemplo, los mensajes con los que no estés de acuerdo.