REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD RAFAEL BELLOSO CHACÍN FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS ESCUELA DE ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS CÁTEDRA: ACTIVIDAD FÍSICA Y SALUD SECCIÓN: E-111 FACTORES DE RIESGO DE UNA VIDA SEDENTARIA PRESENTADO POR: Br. AMAYA REBECA Br. MOLINA ALEJANDRO Br. TORREALBA MARYULIS Maracaibo, Octubre del 2019 FACTORES DE RIESGO DE UNA VIDA SEDENTARIA 1- OBESIDAD No cabe duda de que la obesidad es un riesgo para la salud de la persona que la padece. La grasa corporal acumulada dificulta el correcto funcionamiento de los órganos internos de una persona. Además de la propia obesidad, algunos factores no modificables como la edad, raza o antecedentes familiares contribuyen a aumentar las posibilidades de presentar una enfermedad o problema de salud relacionadas con la obesidad, como: Glucosa alta en sangre o diabetes. Presión arterial alta o hipertensión. Cardiopatías coronarias, insuficiencia cardiaca y accidentes cerebrovasculares. Nivel de colesterol y triglicéridos en sangre alto. Problemas óseos, articulares u osteoartritis. Apnea del sueño, provocando fatiga, somnolencia diurna y falta de atención. Cálculos biliares y problemas del hígado. En función de la grasa corporal, podemos definir como personas obesas a aquellos que presentan niveles de grasa corporal por encima de los valores normales, que son del 10 al 20% de grasa corporal respecto al peso total en los hombres adultos y del 20 al 30% en las mujeres adultas. En la práctica, se usan diferentes medidas como el índice de Masa Corporal para clasificar los tipos de obesidad, aunque hay que tener en cuenta otros factores como la musculatura de la persona, la edad, sexo o raza de la persona. Tipos de obesidad según el IMC El índice de Masa Corporal (IMC) se usa como medida del nivel de grasa corporal y se calcula según esta fórmula: IMC = peso/estatura², medida en Kg/m². Según la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad, los grados de obesidad se clasifican de este modo: Normal peso, si el IMC es de 18,5-24,9 Sobrepeso (no obeso), si el IMC es de 25 a 29,9 Obesidad grado 1 (de bajo riesgo), si el IMC es de 30 a 34,9 Obesidad grado 2 (riesgo moderado), si el IMC es de 35 a 39,9 Obesidad grado 3 (de alto riesgo, obesidad mórbida), si el IMC es igual o mayor a 40 Obesidad grado 4 (obesidad extrema), si el IMC es igual o mayor a 50 En la población infantil o juvenil, se suele aplicar un reductor del 85-97% del IMC para tener en cuenta el factor edad y sexo. Hay que destacar los tipos de obesidad mórbida, debido al gran número de complicaciones y enfermedades que tiene asociadas. Generalmente las dietas y el ejercicio físico no resuelven el problema, siendo necesario emplear algún tipo de cirugía. 2- SEDENTARISMO O INACTIVIDAD El sedentarismo es el estilo de vida más cotidiano. Incluye poco ejercicio, suele aumentar el régimen de problemas de salud, especialmente aumento de peso (obesidad) y padecimientos cardiovasculares. Es un estilo de vida frecuente en las ciudades modernas, altamente tecnificadas, donde todo está pensado para evitar grandes esfuerzos físicos. En las clases altas y en los círculos en donde las personas se dedican más a actividades intelectuales, aumenta la probabilidad de que se presente este hábito. Las consecuencias más frecuentes del sedentarismo son las 7 siguientes: Propensión a la obesidad: la persona sedentaria no gasta las calorías que consume y estas se almacenan como grasa en áreas como el abdomen, lo que aumenta su volumen. Debilitamiento óseo: la carencia de actividad física hace que los huesos y los músculos pierdan fuerza y se debiliten, lo que puede derivar en enfermedades óseas como la osteoporosis, que se manifiesta en un debilitamiento de los huesos. Cansancio inmediato ante cualquier actividad que requiera esfuerzo físico como subir escaleras, caminar, levantar objetos o correr. El aumento del volumen de grasas: almacenamiento de colesterol en las arterias y venas, lo que hace que el flujo sanguíneo hacia el corazón sea menor y, por lo tanto, aumente el esfuerzo del corazón para hacer llegar la sangre a todo el organismo. Problemas de cuello y espalda que generan dolores constantemente. Propensión a desgarros musculares, tirones de tendones, etc. Cansancio y estrés. Trastornos en la digestión. Es necesario elaborar programas permanentes de prevención y tratamiento del sedentarismo en la población, la promoción del deporte y una sana alimentación. El sedentario debe saber que tiene que moverse y que pasar horas y horas frente a un escritorio, libros, ordenadores, reuniones, lecciones, conferencias e incluso viajes no es el tipo de actividad física que el organismo requiere. Es necesario que la persona sedentaria anote en su agenda diaria al menos una hora de actividad física. No solo el propósito de programar una actividad deportiva es parte del tratamiento contra la plaga del sedentarismo. También un cambio en las actitudes cotidianas: algunas personas utilizan el coche para ir a la esquina, el elevador para subir al siguiente piso, dentro de la oficina se desplazan en la silla de ruedas como si fueran discapacitados. El uso de la bicicleta, caminar, subir escalas, moverse y otras actividades similares ayudan un poco a combatir el sedentarismo. 3- PREDISPOSICIÓN FAMILIAR La predisposición genética o susceptibilidad genética es la carga genética que influye en el fenotipo de un organismo individual, o de una especie o población. Por definición, el fenotipo puede ser modificado por las condiciones del medio ambiente. En el resto de la población, las condiciones no pueden tener ese efecto. Técnicamente se define como el aumento de la probabilidad de padecer una enfermedad en particular. Algunas pruebas genéticas son capaces de identificar a los individuos que están genéticamente predispuestas a padecer ciertos problemas de salud. Tal y como explica el doctor en Genética y Biología Celular y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid Miguel Pita en su libro 'El ADN Dictador' (Ariel), nuestros genes nos condicionan, presentan unas potencialidades que se verán maximizadas o minimizadas en función del aprendizaje, del entorno, de las circunstancias vitales y de las decisiones que tome cada cual a lo largo de su vida. "El ambiente, la alimentación, la cultura, el deporte, el estrés, el tabaco, el alcohol o las drogas, la vida interior, la espiritualidad. Todo influye y moldea la expresión de nuestra carga genética. Estamos conformados por genes heredados de nuestros ancestros, pero es el ambiente en el que vivimos, nuestra forma de vida, lo que posibilita que algunos genes se expresen y otros no. Por ello, hay determinismo, pero también margen de actuación", sostiene. En este sentido, son varias las recomendaciones y consejos que deben tenerse en cuenta para reducir el riesgo de heredar determinadas enfermedades. En el caso de la diabetes mellitus o diabetes tipo 2, por ejemplo, para evitar su desarrollo es fundamental mantener unos buenos hábitos de vida, como una alimentación equilibrada y evitar el sedentarismo. Unos consejos que también son extensibles a quienes por antecedentes familiares corren el riesgo de sufrir obesidad. El colesterol es otra enfermedad que se hereda y que depende además de por la predisposición genética por otros factores ambientales que podemos controlar. Por ejemplo, reduciendo la ingesta de grasas y siguiendo una alimentación sana y rica en alimentos de origen vegetal (frutas, verduras, hortalizas, legumbres, cereales...). De la misma forma, si en nuestra familia hay antecedentes de hipertensión, debemos extremar las precauciones. Cuidar lo que comemos -reduciendo por ejemplo la ingesta de sal, practicar deporte y evitar el alcohol y el tabaco es fundamental para alejar el riesgo de heredar la hipertensión. En el caso del asma, si nuestro padre o madre sufren esta enfermedad, las posibilidades de heredarla son del 50%. No obstante, además de estar implicados varios genes, el desarrollo de esta patología también está condicionado por factores ambientales que debemos tener en cuenta para no favorecer su aparición, como evitar la contaminación y el tabaco y mantener unos buenos hábitos de sueño. También es posible reducir el riesgo de sufrir migrañas evitando factores ambientales que las provocan, como el estrés, y siguiendo una alimentación saludable y unos correctos hábitos de sueño. Un porcentaje elevado de cánceres de mama, ovario y colon son hereditarios, por lo que es recomendable mantener unos hábitos de vida sanos para intentar reducir el riesgo de sufrir un tumor. 4- COLESTEROL El colesterol es una sustancia cerosa y parecida a la grasa que se encuentra en todas las células de su cuerpo. Su cuerpo necesita algo de colesterol para producir hormonas, vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos. Su cuerpo produce todo el colesterol que necesita. El colesterol también se encuentra en alimentos de origen animal, como yemas de huevo, carne y queso. Si tiene demasiado colesterol en la sangre, puede combinarse con otras sustancias en la sangre para formar placa. La placa se pega a las paredes de sus vasos sanguíneos. Esta acumulación se llama arterioesclerosis. Puede provocar enfermedad de las arterias coronarias, la que puede estrecharlas o incluso bloquearlas. ¿Qué es el colesterol bueno (HDL), el colesterol malo (LDL) y la lipoproteína de muy baja densidad (VLDL)? El colesterol bueno (HDL), malo (LDL) y lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) son lipoproteínas, es decir, una combinación de grasas (lípidos) y proteínas. Los lípidos necesitan estar unidos a las proteínas para moverse en la sangre. Los diferentes tipos de lipoproteínas tienen distintos propósitos: HDL significa lipoproteínas de alta densidad en inglés. En ocasiones se le llama colesterol "bueno" porque transporta el colesterol de otras partes de su cuerpo de vuelta al hígado. Su hígado luego elimina el colesterol de su cuerpo. LDL significa lipoproteínas de baja densidad en inglés. A veces se le llama colesterol "malo" porque un nivel alto de LDL lleva a una acumulación de placa en las arterias. Lipoproteína de muy baja densidad (VLDL en inglés). Algunos también la califican como colesterol "malo" porque contribuye a la acumulación de placa en las arterias. Pero la lipoproteína de muy baja densidad y el LDL son diferentes; la lipoproteína de muy baja densidad transporta triglicéridos y el LDL principalmente lleva colesterol. ¿Cómo puedo bajar mi colesterol? Puede bajar su colesterol mediante cambios en el estilo de vida saludables para el corazón. Estos incluyen un plan de alimentación saludable, control del peso y ejercicio regular. Si estos cambios en el estilo de vida no son suficientes, es posible que también deba tomar medicamentos. Sí toma medicamentos para reducir el colesterol, aún debe continuar con los cambios en el estilo de vida. Algunas personas con hipercolesterolemia familiar pueden recibir un tratamiento llamado aféresis de lipoproteínas. Este tratamiento utiliza una máquina de filtrado para eliminar el colesterol malo (LDL) de la sangre. Luego, la máquina devuelve el resto de la sangre a la persona. 5- HIPERTENSIÓN ARTERIAL La hipertensión arterial es una patología crónica que consiste en el aumento de la presión arterial. Una de las características de esta enfermedad es que no presenta unos síntomas claros y que estos no se manifiestan durante mucho tiempo. Sin embargo, la hipertensión es una patología tratable. Si no se siguen las recomendaciones del médico, se pueden desencadenar complicaciones graves, como, por ejemplo, un infarto de miocardio, una hemorragia o trombosis cerebral, lo que se puede evitar si se controla adecuadamente. Las primeras consecuencias de la hipertensión las sufren las arterias, que se endurecen a medida que soportan la presión arterial alta de forma continua, se hacen más gruesas y puede verse dificultado al paso de sangre a través de ellas. Esto se conoce con el nombre de arterioesclerosis. Tener hábitos de vida saludable y, sobre todo, evitar el sobrepeso y la obesidad son los principales factores para prevenir la aparición de la hipertensión. Los especialistas señalan que llevar una dieta sana y practicar ejercicio puede ayudar a que la población general esté exenta de sufrir esta patología. En los casos en los que en la familia haya antecedentes de hipertensión y por tanto haya una predisposición a ser hipertenso a lo largo del tiempo, este factor genético supone una llamada de atención adicional a que el paciente cuide esos hábitos de vida y vigile sus cifras de tensión arterial. La tensión arterial tiene dos componentes: Tensión sistólica: Es el número más alto. Representa la tensión que genera el corazón cuando bombea la sangre al resto del cuerpo. Tensión diastólica: Es el número más bajo. Se refiere a la presión en los vasos sanguíneos entre los latidos del corazón. 6- HIPOTENSIÓN Tener presión arterial baja puede parecer algo deseable, y a algunas personas no les ocasiona problemas. Sin embargo, en muchas personas, la presión arterial anormalmente baja (hipotensión) puede provocar mareos y desmayos. En casos graves, la presión arterial baja puede ser potencialmente mortal. Un valor inferior a 90 milímetros de mercurio (mmHg) para el número más alto (presión arterial sistólica), o 60 mmHg para el número más bajo (presión arterial diastólica), se suele considerar presión arterial baja. Las causas de la presión arterial baja pueden abarcar desde deshidratación hasta trastornos médicos o quirúrgicos graves. Es importante determinar qué provoca la presión arterial baja para poder tratarla. Productos y servicios La hipotensión extrema puede provocar este trastorno que pone en riesgo la vida. Algunos de los signos y síntomas son: Confusión, especialmente en personas mayores Piel fría, húmeda, pálida Respiración rápida y poco profunda Pulso débil y acelerado La hipotensión es el nombre técnico de una baja presión arterial. Se produce cuando los latidos del corazón, encargados de bombear la sangre al resto del cuerpo, tienen un ritmo más lento de lo habitual. Por este motivo, ni el cerebro, ni el corazón ni el resto del organismo recibe la sangre necesaria, lo que puede dar lugar a mareos y desmayos. Causas Hay muchos factores causantes de la hipotensión. En primer lugar, se puede producir porque los mecanismos fisiológicos que mantienen la presión arterial no funcionan de forma adecuada y transmite señales de forma incorrecta. Es habitual que se manifieste cuando un individuo está un largo periodo de tiempo de pie y afecta sobre todo a los jóvenes y niños. Cuando se produce una hemorragia aguda es muy probable que el enfermo presente hipotensión. Otras veces está causada por la ingesta de drogas, como el alcohol, analgésicos, medicamentos usados para la cirugía, diuréticos, etc. También se puede producir porque el afectado presente descompensada. diferentes arritmias, deshidratación, anafilaxia o una diabetes Existen sencillos métodos que previenen la disminución de la presión arterial. Uno de ellos es ingerir mucho líquido para evitar la deshidratación. Sin embargo, se debe intentar prescindir de bebidas alcohólicas. Además, hay unas medias, conocidas generalmente como de compresión, que hacen presión en las piernas y facilitan el aumento de la tensión arterial. Por otro lado, también es importante evitar una incorporación brusca cuando se está sentado o acostado; o estar de pie y quieto durante largos periodos de tiempo. Dentro de los tipos a partir de los cuales se clasifica esta enfermedad están: La hipotensión ortostática: Es la que se produce a partir de un cambio súbito en la postura del cuerpo. Dentro de los cambios más comunes que provocan esta afección está el que el paciente pase de estar acostado a estar de pie muy rápidamente. Esta bajada de la tensión sólo suele durar unos segundos o minutos. La hipotensión ortostática postprandial: En este caso, la causa es en el tipo anterior, con la característica añadida de que se produce después de comer. Este tipo afecta más frecuentemente a los adultos mayores, a aquellos que tienen presión arterial alta o a los que padecen Parkinson. Hipotensión mediada neuralmente: Se denomina así a la descoordinación entre el bombeo del corazón y el cerebro. Se caracteriza por descensos bruscos de la presión sanguínea. Los pacientes tienen tendencia a no poder mantenerse en situación vertical durante mucho tiempo. Hipotensión grave: Puede estar causada por una pérdida repentina de sangre, una infección que revista gravedad, un ataque al corazón, una reacción alérgica con carácter intenso, diversas arritmias, consumo de fármacos etc. La hipotensión normalmente no necesita tratamientos, aunque en ocasiones sí que requiere de asistencia médica, dependiendo de los síntomas. Por ejemplo, si la hipotensión es la causa de un shock requiere urgentemente una atención médica que le suministrará sueros o sangre por vía intravenosa y le recetará medicamentos para que la presión arterial aumente. Si se trata de una hipotensión ortostática provocada por el suministro de fármacos, el médico los cambiará o modificará la cantidad prescrita. Cuando el paciente tenga síntomas de una caída de la presión arterial, es recomendable que se siente o se acueste de inmediato. También deberá levantar los pies por encima del corazón. Las personas que padecen hipotensión mediada neuralmente, deberán evitar permanecer de pie durante un periodo de tiempo prolongado. Si la hipotensión se produce por levantarse de forma súbita se recomienda ingerir muchos líquidos o usar medias de comprensión para evitar que la sangre se acumule en las piernas. Otros datos Se pueden producir complicaciones derivadas de esta enfermedad que resultan más graves que la afección en si, por ejemplo, las caídas a causa de una bajada de la presión en los adultos mayores pueden provocar una rotura de cadera o una fractura de la columna vertebral. Las caídas repentinas y graves de la presión arterial privan al organismo de oxígeno, por lo que se puede producir, en determinadas ocasiones, daños en el corazón o neurológicos. 7- CIGARRILLO Y TABACO. El cigarrillo (también llamado cigarro) es uno de los formatos más populares para el consumo de tabaco. Un cigarrillo es una planta seca normalmente de tabaco picado envuelto por una hoja delgada de papel en forma de cilindro. Comúnmente presenta integrado un filtro para reducir los daños a la salud. Fue definido ya por Bartolomé de las Casas en su Historia de las Indias como «ciertas hojas secas envueltas en otras hojas, también secas, parecidas a los petardos... Se encienden por un extremo y se chupan por el otro... para introducir en los pulmones ese humo con el que adormecen el cuerpo y así se embriagan». Fue condenado por Jacobo I de Inglaterra por ser «repulsivo para el olfato, desagradable para la vista, peligroso para el cerebro y nocivo para los pulmones. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. En Europa, el tabaquismo provoca cada año 1,2 millones de muertes. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades (de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer) y es la principal causa de buena parte de muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares. Entre las enfermedades relacionadas con el tabaco destacan las siguientes: Bronquitis crónica. Enfisema pulmonar. Cáncer de pulmón. Hipertensión arterial. Enfermedad coronaria (angina o infarto de miocardio). Accidentes cerebrovasculares (trombosis, hemorragias o embolias). Úlcera gastrointestinal. Gastritis crónica. Cáncer de laringe. Cáncer bucofaríngeo. Cáncer renal o de vías urinarias. Impotencia sexual en el varón. Riesgos adicionales en las mujeres: La probabilidad de padecer un infarto se multiplica por 10 en las mujeres que fuman y utilizan anticonceptivos orales. Entre las mujeres fumadoras, la menopausia se adelanta una media de entre 2 y 3 años con respecto a las mujeres que nunca han fumado. Aumenta el riesgo de sufrir osteoporosis. El consumo de tabaco incrementa en un 70% el riesgo de morir prematuramente por diversas enfermedades derivadas del consumo de tabaco. Este mayor riesgo es directamente proporcional al tiempo que se lleva fumando, a la cantidad de cigarrillos que se fuman a diario, a la profundidad de la inhalación del humo y al contenido en nicotina y alquitrán de la marca fumada. El primer paso es poner una fecha “Esto es fundamental ya que el tabaco crea una dependencia física (por la nicotina), social (se suele fumar con los amigos, en los bares, etc.) y psicológica (dejar de fumar podría provocar nerviosismo, insomnio, estreñimiento, entre otros)”, añade. El Grupo de Abordaje al Tabaquismo de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), indica que es preferible poner ese plazo en dos semanas. Díselo a tu familia y amigos Es importante buscar el apoyo de las personas del entorno para conseguir llegar a la meta. En el caso de que una persona quiera dejar de fumar y su pareja sea fumador, Caramelles recomienda hacer el intento a la vez para tener más probabilidades de éxito. Quitar todo lo relacionado con fumar Antes de dejar de fumar hay que retirar del entorno todo lo que esté relacionado con el tabaco: cigarros, ceniceros, mecheros, etc. Analizar los intentos previos “Es normal que al dejar de fumar haya recaídas y podemos aprender de ellas”, explica. “El exfumador debe repetir lo que le funcionó en el intento anterior y evitar lo que le perjudicó. En este sentido aconseja analizar la relación que tiene la persona con el tabaco. “Puede pensar, por ejemplo, cuál es el cigarrillo que le cuesta más y buscar sustitutos. Si es después de comer puede salir a dar un paseo, lavarse los dientes o beber agua”. Además, recomienda evitar o limitar el consumo de alcohol las primeras semanas. Abstinencia total El exfumador no puede permitirse ni un cigarrillo más. “La nicotina tienen un poder adictivo, como el de la cocaína, y hace que los receptores recuerden, despierten y necesiten más cigarros. Ayuda farmacológica El tratamiento farmacológico puede ayudar a dejar de fumar, aunque no está recomendado en jóvenes y embarazadas. Tras seguir estos pasos es recomendable que un especialista realice un seguimiento para conseguir más eficacia. En la actualidad existe consenso que las intervenciones de cesación del tabaquismo deben tener dos componentes: psico-social y farmacológico. Ambos deberían incluirse en el apoyo a cualquier persona que solicite ayuda para dejar de fumar. Las estrategias psico-sociales, que mayoritariamente tienen un enfoque cognitivoconductual, están destinadas a que el fumador reconozca su adicción, sus características personales, modifique pautas de comportamiento, desarrollando estrategias y habilidades para lograr y mantenerse en abstinencia, lo que habitualmente significa cambiar rutinas y estilos de vida, es decir aprender a "vivir sin tabaco". 8- DIABETES La diabetes es una enfermedad en la que los niveles de glucosa (azúcar) de la sangre están muy altos. La glucosa proviene de los alimentos que consume. La insulina es una hormona que ayuda a que la glucosa entre a las células para suministrarles energía. La diabetes significa que la glucosa en la sangre, también llamada azúcar en la sangre, está muy alta. Con la diabetes tipo 2, la más común, el cuerpo no produce o no usa bien la insulina. La insulina es una hormona que ayuda a la glucosa a entrar a las células para darles energía. Sin insulina hay demasiada glucosa en la sangre. Con el tiempo, un nivel alto de glucosa en la sangre puede causar problemas serios en el corazón, los ojos, los riñones, los nervios, las encías y los dientes. Usted tiene un riesgo mayor de tener diabetes tipo 2 si es adulto mayor, tiene obesidad, historia familiar de diabetes o no hace ejercicio. Sufrir de prediabetes también aumenta ese riesgo. Las personas que tienen prediabetes tienen un nivel de azúcar más alto del normal pero no lo suficiente como para ser considerados diabéticos. Si está en riesgo de diabetes tipo 2, usted podría retrasarla o prevenir su desarrollo al hacer unos cambios en su estilo de vida. En la diabetes tipo 1: El cuerpo no produce insulina. Ceguera (retinopatía diabética). Amputación de extremidades inferiores. Insuficiencia renal. Mayor riesgo de infarto al miocardio. Mayor riesgo de accidentes cerebrovasculares. Alta carga emocional al ser enfermedad crónica y dependiente. En la diabetes tipo 2: Tener mucha sed Orinar frecuentemente Sentirse hambriento o cansado Perder peso sin proponérselo Tener heridas que sanan lentamente Visión borrosa Algunas recomendaciones para la diabetes: Aprender a convivir con la diabetes Es importante conocer qué es la diabetes, los principales cuidados y realizar los cambios necesarios para el buen control. La persona con diabetes y sus familiares deben recibir educación diabetológica y apoyo emocional. Destacando la importancia del rol del educador en diabetes y la apuesta por la educación de la persona como herramienta indispensable para facilitar el autocuidado, la adherencia al tratamiento y el control metabólico. Adaptar la alimentación La alimentación es una parte fundamental del control de la diabetes y contribuye a retrasar o evitar la aparición de complicaciones. La alimentación de la persona con diabetes es similar a la de cualquier persona: deben repartirse los alimentos a lo largo del día, es decir, realizar entre 3 a 5 tomas según características personales y pauta de tratamiento (desayuno, media mañana, comida, merienda y cena), evitando comidas con una alta cantidad de hidratos de carbono o bien que sean de absorción rápida, ya que elevan la glucosa de forma considerable. Mantener una hidratación adecuada. Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de deshidratación porque un nivel elevado de glucosa en sangre provoca que los riñones intenten eliminarla en forma de orina. Por esta razón, las personas con diabetes suelen tener más sed cuando se produce una hiperglucemia. El agua debe ser la base de la hidratación de una persona con diabetes. Existen otras bebidas que ayudan a mejorar la hidratación como zumos naturales o sin azúcares añadidos, refrescos “light” o “cero” que contienen edulcorantes en lugar de azúcar y por lo tanto no aumentan la glucemia, bebidas para deportistas o infusiones, pero siempre de forma ocasional. Practicar ejercicio de forma regular. La práctica de ejercicio físico es uno de los pilares fundamentales del tratamiento de la diabetes y previene las complicaciones asociadas. Sus beneficios se producen a muchos otros niveles: mejora las cifras de tensión arterial, de colesterol y la función cardiovascular. El tipo de ejercicio y la intensidad debe adaptarse a la edad y la condición física de cada persona con diabetes. Realizar controles de glucosa con frecuencia y de forma estructurada. El análisis de los niveles de glucosa en sangre realizado por la propia persona o un familiar permite conocer las cifras de glucemia en cualquier momento y detectar posibles complicaciones agudas, hipoglucemias (bajadas de glucosa) o hiperglucemias (subidas de glucosa). Se recomienda realizar entre 5 y 6 controles al día, antes de cada comida y antes de ir a dormir para disponer de información y ajustar la pauta de insulina o del tratamiento en general, si fuera necesario. Si se practica ejercicio, se recomienda realizar un análisis antes del inicio de la actividad, alguna medición extra mientras se practica ejercicio de larga duración, así como una vez acabado. Actuar rápido ante una hipoglucemia. Es habitual que durante una hipoglucemia se coma de forma descontrolada y con gran voracidad. Ello conlleva una ingesta total de hidratos de carbono superior a los gramos indicados, que suele ser la causa de un rebote o hiperglucemia en las horas posteriores. Evitar las complicaciones de la diabetes. Es importante mantener las cifras de glucosa en sangre en el nivel óptimo antes y después de las comidas. Igualmente, es necesario controlar la presión arterial y los niveles de colesterol. Realizar revisiones oftalmológicas. Es fundamental que las personas con diabetes realicen revisiones periódicas especialmente del estado de la retina para prevenir, detectar y tratar con éxito cualquier tipo de complicación. Cuidar los pies. Las personas con diabetes pueden presentar alteraciones de la sensibilidad y de la circulación. Es importante realizar una inspección diaria de los pies comprobando la ausencia de lesiones y visitar con regularidad al podólogo. Ser adherente con la medicación. La medicación es una parte del tratamiento que junto a la alimentación y el ejercicio son pilares fundamentales, por eso es preciso pactar y seguir las recomendaciones que junto a profesionales sanitarios se prescriban. La insulina es la base farmacológica en el tratamiento de la diabetes tipo 1, y distintos fármacos orales y/o insulina en la diabetes tipo 2. 9- ALCOHOLISMO Se denomina alcoholismo a la adicción a las bebidas alcohólicas. Se trata, por lo tanto, de una enfermedad provocada por el consumo excesivo de este tipo de bebidas, que genera diversos trastornos en la salud. Las posibles consecuencias del consumo excesivo de alcohol incluyen: Daños en el hígado: el hígado puede sufrir daños permanentes por el alcohol. Las consecuencias pueden ser hígado graso (esteatosis hepática), cirrosis hepática o inflamación del hígado (hepatitis alcohólica). Algunas recomendaciones para dejar de beber: Pensar en las ventajas y desventajas de dejar de beber. Hacer pequeños cambios y pensar en cómo enfrentar las partes difíciles, como qué hacer cuando esté en una situación en la que normalmente bebería. Dejar de beber. Llevar una vida libre del alcohol. Evité las personas con las que usted normalmente bebería o los lugares donde tomaría. Planee actividades que disfrute y que no impliquen beber. Mantenga el alcohol fuera de su hogar. Siga su plan para manejar las ganas de beber. Recuérdese a sí mismo por qué decidió dejar de beber. Hable con alguien de confianza cuando tenga ganas de beber. Invéntese una manera amable pero firme de negarse a beber cuando le ofrezcan un trago Tratamiento: Disulfiram: Causa síntomas desagradables como náuseas y enrojecimiento de la piel cada vez que bebe alcohol. Saber que beber causará estos efectos desagradables puede ayudar a mantenerlo alejado del alcohol Naltrexona: Bloquea los receptores en el cerebro que le hacen sentir bien cuando bebe alcohol. También puede reducir sus ansias por beber. Esto puede ayudarle a reducir su consumo de alcohol La terapia cognitivo-conductual ayuda a identificar los sentimientos y situaciones que pueden conducir a un consumo excesivo de alcohol. La terapia de mejora motivacional (o terapia de estímulo de la motivación) ayuda a construir y fortalecer la motivación para cambiar su hábito de beber. Incluye alrededor de cuatro sesiones en un corto período de tiempo. 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