Crónica inédita sobre el maestro Billo Frómeta (primera parte). Por Jaime Rueda Dominguez - 06 May, 20180959 Luis María Frómeta Pereira (Santo Domingo, noviembre 15 de 1915 - Caracas, mayo 5 de 1988). Los 30 años de la partida del maestro Billo Frómeta que se conmemoraron el 5 de mayo, nos motivaron a desempolvar las entrevistas que le hicimos en vida y que conservamos como un tesoro en Barranquilla. Ahora, contar historias “nuevas’ de alguien que partió hace tres décadas, no es tarea fácil. Es casi que desafiar la reflexión del sabio rey Salomón, quien refiriéndose a los difuntos, aseguró que “no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol”. No obstante, nosotros sabemos que sí tenemos cosas “nuevas” que contar de uno de los más grandes directores de orquestas populares de todos los tiempos: Luis María Frómeta Pereira. Este es, precisamente, el trabajo que presentaremos en tres entregas en nuestra página web www.ruedalaeconomia.com En un lapso de seis años tuvimos tres encuentros con Billo. El primero, el miércoles 19 de julio de 1978, cuando regresó a Barranquilla para un baile nocturno a mitad de año. Alternó con la orquesta de Pacho Galán en la caseta La Saporrita del Capi Visbal, en el parqueadero del desaparecido almacén Sears. La promoción del baile fue grabada en Radio Olímpica por los conocidos locutores, Jairo Paba y “el cañonero” Luis Arias. El segundo encuentro, el 23 de enero de 1979 en el Salón Magdalena del mismo hotel, durante el precarnaval de Tey Cadena. Billo vino a promocionar su presentación en El Prado. Su orquesta iba a actuar tres noches consecutivas, el 24, 25 y 26 de febrero, con Pacho Galán, Nelson Henríquez y la Cumbia Soledeña de Efraín Mejía Donado. Y el tercero, el sábado 2 de junio de 1984, cuando una vez más volvió para presentarse la víspera del Día del Campesino, en los Jardines Tropicales del Hotel El Prado. Esa noche intercaló los sets con el conjunto de Diomedes Díaz. PRIMERA ENTREVISTA En 1978 dirigíamos Radiosucesos RCN del Atlántico. Teníamos 23 años y desde nuestra adolescencia coleccionábamos la música de la Billo’s Caracas Boys. Esa tarde del 19 de julio, me acompañó a entrevistar a Billo el colega Arturo Elías Donado Ortiz, quien también era reportero del noticiero de La Voz de Barranquilla. El maestro acababa de llegar de Caracas y nosotros nos forjábamos en las exigentes lides del periodismo. Había una diferencia generacional de 40 años, entre el avezado músico dominicano y estos noveles periodistas. Hoy, escuchando detenidamente la entrevista, pero principalmente las preguntas que formulamos, creemos que pudimos aprovechar mejor esa oportunidad y al personaje. Menos mal que dialogamos dos veces más con Billo y logramos que nos contara facetas desconocidas de su vida profesional. Afortunadamente las respuesta del maestro fueron suficientes para armar esta crónica que gustosamente les ofrecemos. BILLO Y EL CARNAVAL Ya era una costumbre que Billo actuara con su orquesta en el Carnaval de Barranquilla, desde aquella primera vez en 1964. En esa ocasión Billo fungió de empresario, contrató a Pacho Galán, mandó a hacer la silletería y mesas a la Cárcel Nacional Modelo y montó la Caseta Veracruz o Caseta Billo’s Caracas Boy, en la carrera 46 con 53, esquina que ocupan actualmente las Torres de Nelmar. No olvidemos que la Billo’s Caracas Boys ganó el primer Congo de Oro del Carnaval de Barranquilla, cuando se instituyó el Festival de Orquestas y Conjuntos, el 17 de febrero 1969, lunes de Carnaval, en el Coliseo Cubierto Humberto Perea. Sin embargo, nos preguntábamos por que no volvió después de las carnestolendas del 70. Y aquí surge una razón de “muchos pesos”. Durante esa década y debido a la bonanza petrolera en el vecino país, la cotización del Bolívar frente al peso, hizo inalcanzable a la akilatada orquesta venezolana. Billo lo resume así: “No se te olvide que el peso sufrió un bajón y el Bolívar un alzón. Entonces, me parece una buena razón por la cual no volví a Barranquilla, porque lo que yo cobraba allá era difícil de pagar aquí. No puedo explicarlo de otra manera“. BILLO Y EMILIO ABUCHAIBE Emilio Abuchaibe en 1992. Foto Facebook cortesía de Antonio Abuchaibe. Emilio Abuchaibe era un conocido empresario artístico musical, que además, organizaba cabalgatas por las calles del norte de Barranquilla hace cuatro décadas. Consecutivamente contrató a Billo durante varios carnavales. Aquí surge otra poderosa razón por la que “La más popular de Venezuela” se alejó de la ciudad: “Emilio era mi amigo. Yo soy muy consecuente con mis compromisos, aunque no estén escritos. Un mes antes de cada Carnaval yo venía a Barranquilla y me alojaba en casa de Jorge Salem, el dueño de Discos Majestic y de una caja de cambio. Jorge me actualizaba sobre las canciones que estaban de moda y sonando en las emisoras. Yo regresaba a Caracas, las instrumentaba y luego se las mostraba a Emilio, para que viera que estaba al tanto del ambiente musical barranquillero. Pero en 1971 llegué y nadie me fue a recibir al aeropuerto. Me alojé en este hotel (El Prado), llamé a Emilio y le dije aquí estoy. Durante la conversación lo sentí frió y enseguida capté que algo no funcionaba bien. Nos vimos de todos modos, fui a su casa, hablamos, me ofreció las excusas, que desde luego, yo acepté, porque el era dueño de su negocio. Y ahí fue cuando me dijo que ya había contratado a Johnny Ventura. A Emilio le hubiera costado menos trabajo enviarme un telegrama, diciéndome que ese año no habría negocio, sin explicarme el porqué. Pero prefirió ir a Estados Unidos a contratar a Johnny Ventura. Me sentí un poquito defraudado. Uno siempre necesita motivación. Aquí se gana dinero y allá también. Quien crea que en un sitio se hace más rico que en otro, está muy equivocado. Todo depende de la cantidad que tú trabajes, cómo trabajes y cómo tú merezcas ganarte tú dinero. Ese día decidí no volver más a Barranquilla. Porque si Emilio, mi amigo, quien me trajo tantos años, me sale ahora que con que ya no soy necesario, la culpa es mía y tal vez no lo hice bien. Entonces resolví no venir más y no vine más”. POR QUÉ LE DICEN BILLO El inconfundible sello de la orquesta. Muchas explicaciones se leen en internet sobre el porqué al maestro le decían Billo, siendo su nombre Luis María, y esta es la versión más creíble, la suya propia: “Billo no quiere decir nada. En Santo Domingo, de donde yo soy, le ponen apodo a la gente. Tití, Wiwi, Lili, etc. Y a mi me tocó Billlo. No quiere decir que a los Luis María le digan Billo. Es algo ‘ad libitum’. A me dicen Billo porque les dio la gana de ponerme Billo”. [Muy similar a lo que ocurre en Colombia entre la cultura guajira y vallenata]. COMO SE ENAMORO DE CARACAS Le preguntamos cómo logró compenetrarse y acoplarse tanto con el ambiente venezolano, y en particular el caraqueño: “Cuando yo llegué a Venezuela en 1937 tenía 22 años, con el alma abierta, buscando horizontes, amigos y oportunidades. Todo eso lo encontré en Caracas, que en ese momento tenía menos de 300.000 habitantes. Hacía dos años que había terminado la dictadura de Juan Vicente Gómez Chacón. La mayoría de la gente vivía en Maracaibo y en el estado Aragua. Caracas estaba semidespoblada, era chiquita, reducida y provocaba cantarle y decirle algo“. MIS DISCOS ESTÁN MUY MAL GRABADOS A finales de los 70 ya la industria fonográfica había dado un salto tecnológico admirable y llegaban de Alemania y Estados Unidos los más sofisticados equipos de grabación. No obstante, Billo se quejaba que en Venezuela no había la mano de obra calificada que aprovechara esa tecnología: “Ahora (1978), con estas consolas de 24 canales han confundido más el asunto. Cuando yo grababa con 8 canales era más fácil. Cuando trabajas con una orquesta que tiene una sección de cuerdas, de saxos, trombones y trompetas, la sección rítmica y los cantantes, no se necesitan tantos canales. Todos eso tienes que fusionarlo y convertirlo finalmente a dos canales. Yo lucho y me pongo bravo porque mis discos están muy mal grabados. A los disc-jockey les gusta programar solo lo que suene bien. En Venezuela cuando una grabación queda con buen sonido, entonces en el estudio de grabación se felicitan y se abrazan, aleluya, aleluya, cuando es un deber. Técnicamente hablando mis discos están muy mal grabados. No es lo que yo instrumenté o creí haber grabado “. Cuando Billo muere el 5 de mayo de 1988 el maestro no alcanzó a escuchar el sonido digital o disco compacto, ni el remasterizado. Hoy su extensa producción ofrece un sonido espectacular, como el quería. NO CONTABA LOS DISCOS QUE HABÍA GRABADO Billo a estas alturas de su carrera había dejado de contar los discos producidos desde los tiempos de la Billo’s Happy Boys. “Comencé contando mis grabaciones, después se olvidan y ya no puedes memorizarlas“. No obstante, recordó que antes de llegar la era del larga duración grabó decenas de canciones en 78 r.p.m. (revoluciones por minuto). Al aparecer el larga duración o long play, las disqueras comenzaron a armar producciones con doce temas grabados previamente. En marzo de 1948 el maestro hizo una fiesta para celebrar la venta de su primer millón de discos con el sello rojo Billo. Destacó más bien que no es difícil sostener una orquesta: “Solo se necesita dedicación, honradez profesional y no pretender abarcarlo todo. Que si viene el twis hay que tocar twis, o que si la moda es el rock and roll o la música de Travolta, hay que tocarla también. Yo no hago eso. Yo toco igual desde que empecé. He creado un genero y mi estilo. Como lo ha hecho Pedro Vargas, Leo Marini y otros, que lo hacen característicos. El día que Leo Marini se le de por cantar como Elvis Presley, te aseguro que nadie le va a comprar un disco“. MAGALLANERO A MORIR El maestro Billo era seguidor furibundo de los Navegantes del Magallanes, la institución beisbolera más antigua de Venezuela. En diciembre del 72 Billo grabó el tema Magallanes será campeón y simultáneamente salió Millonarios será campeón, en el larga duración Billo 73, que finalmente ganó el titulo ese año. Indagamos si era posible dedicarle algo similar al Junior de Barranquilla: “Yo no compongo canciones por complacer. Solo le grabo al equipo del que soy fanático. Por eso le he compuesto siete canciones al Magallanes. Carlos Vidal, quien hizo todas las canciones dedicadas a Colombia (Tres perlas, Mi Cali bella, Medellín, etc), escribió la letra de Millonarios será campeón con la música de Magallanes será campeón “. ADMIRO A PACHO Se declara ferviente admirador de Pacho Galán. “Para mi la Costa es Pacho Galán. Me siento muy feliz con admirarlo. Si yo hubiera compuesto Cosita linda, te juro que con solo esa canción le hubiera dado la vuelta al mundo“. Aquí nos comentó que era compadre de Armando Galán, hijo de Pacho. POR QUÉ SE QUEDO EN VENEZUELA Rafael Trujillo, dictador dominicano. Antes de responder esta inquietud, Billo recuerda que nació un 15 de noviembre de 1915 en Santo Domingo. Bachiller en 1933 e ingresó a la universidad en 1934 donde estudió tres años de medicina y se casó por primera vez en 1936. “Yo estudiaba medicina en República Dominicana y la situación política en Santo Domingo era asfixiante“. [Billo se abstuvo de mencionar al sanguinario dictador, Rafael Leonidas Trujillo, quien gobernó a sus anchas a la isla durante 31 años, hasta el colmo de cambiarle el nombre a la capital por Ciudad Trujillo]. Es más, antes de partir de su tierra, vía marítima y buscando una nueva vida, el régimen le exigió que su grupo musical se llamara Ciudad Trujillo Jazz Band. Y con esa condición podía salir. Por física necesidad Billo “aceptó”, pero al pisar suelo venezolano le cambio el nombre por la Billo’s Happy Boys. “En ese momento todavía no era un verdadero músico. Allá era muy complicado para el que pensara diferente al régimen, aun sin ser comunista, porque yo no lo era. Pero cuando las ideas de uno son distintas a las que practica el gobierno, no hay más alternativa que tumbarlo o largarse. Y como yo no lo podía tumbar me tuve que largar de allá [risas], y termine en Venezuela“. BILLO Y QUISQUEYA Desde que llegó a Caracas el 31 de diciembre de 1937, y mientras la dictadura de Trujillo se mantenía en el poder, Billo no volvió más a República Dominicana. Solo lo hizo en 1964, tres años después del asesinato del dictador ocurrido el 30 de mayo de 1961. Como testimonio de esa visita grabó el larga duración Billo en Santo Domingo, donde están los éxitos Sonia, Que linda, Tabaquera y Jamas te olvidare, entre otros. El álbum incluye en la caratula fotos suyas en la isla. Al momento de la primera entrevista en el 78, Billo iba dos veces mensuales a Santo Domingo, donde tenía negocios de finca raíz, comprando y vendiendo viviendas. Me dijo: “Te vendo una”. JOSÉ LUIS RODRIGUEZ José Luis Rodríguez, ex bolerista de la Billo’s Caracas Boys. Nos interesaba saber de José Luis Rodríguez quien cantó en la orquesta cinco años: “José Luis era un predestinado. Desde el día en que lo oí cantar por primera vez sabía que iba a triunfar. Buen cantante y buen actor. Muchas veces es hasta un inconveniente. Cuando fue cantante de mi orquesta, José Luis tuvo que irse, porque no cabíamos dos buenos mozos, o el o yo. [Carcajada]. Y como yo era el dueño de la orquesta opte por salir de él [otra carcajada]”. RENATO CAPRILES Billo Frómeta le colaboró a Renato Capriles y fue decisivo en la fundación de Los Melódicos. Le puso el nombre a la orquesta, arregló el primer long play y compuso el tema de identificación en 1958. Mucho se ha escrito sobre la relación y amistad de Billo Frómeta con Renato Capriles, el dueño de Los Melódicos y de varias orquestas más que fundó a finales de los 70 y principios del 80, entre ellas, Los Solistas, la Inmensa y La Grande. “Renato ha demostrado ser un buen administrador. No es músico. Es muy disciplinado, se rodea de buenos músicos y buenos arreglistas. Ha llevado su orquesta por muy buen camino. En Venezuela hay cabida para más orquestas y mientras sean buenas la gente las prefiere“. CANTO A CARACAS ‘Canto a Caracas’ es una de las canciones que Billo dedicó a “la ciudad de los techos rojos” para el cuatricentenario en 1967. Al final hay una frase donde el maestro consigna su deseo póstumo: “Y es que yo quiero tanto a mi Caracas/que solo pido a Dios cuando yo muera/en vez de una oración sobre mu tumba/el último compás de Alma llanera“. “Sigue siendo mi deseo y me acabo de comprar las cuatro mejores parcelas del cementerio, las más bonitas, las compré el mes pasado y las voy a visitar con mucha frecuencia, para saber exactamente dónde está la cosa. Y te aseguro que la intención es que me entierren en una de ellas. Por ahora, y como decía Cantinflas, ‘mientras el cuerpo aguante’, seguiré al frente de la orquesta“. En ese momento tenía 65 años. Conforme a su voluntad, el epitafio se encuentra en su tumba en el Cementerio del este de Caracas. JESUS DAVID QUINTANA Más conocido como “el Motilón de oro”, Jesús David Quintana se destacó como baladista a finales del 60. Ganó en 1969 la Orquídea de Plata Philips con la canción Soy como quieres tú. Billo era muy amigo de ‘El chato’, su padre y le hizo los arreglos de la canción triunfadora. LOS TRIUNFOS ME EMOCIONAN TODAVÍA Billo ganó el primer Congo de oro en la modalidad de orquestas en 1969. Este trabajo de mitad de año así lo testifica. Ganar un Congo de oro, un Guaicaipuro de oro o un disco de platino, siempre emocionó al maestro Billo: “Te aseguro que los premios y distinciones me emocionan cada vez más. Las mujeres mayores agradecen mucho un piropo. A los 22 años lo toman como algo normal. En esta etapa de mi vida eso pasa conmigo“. ODIO EL DINERO FÁCIL Y LOS JUEGOS DE AZAR Cuando no existían las redes sociales ni los teléfonos inteligentes, entre algunos periodistas de farándula de la ciudad, se aseguraba que Billo era un ludópata, gran jugador y apostador de casinos. Durante su estadía en Barranquilla lo aclaramos: “Jamás he pisado un casino. Jamás he ganado un centavo pero tampoco lo he perdido. Nunca. Yo odio el juego, porque las cosas adquiridas de esa manera no tienen ningún valor, no costaron ningún trabajo. Y también da dolor perder lo que le costó a uno tanto esfuerzo, simplemente por el deseo de enriquecerse fácilmente“. ME FALTO APRENDER MUCHO EN LA MÚSICA A pesar de ser un reputado músico continental, Billo no presumía de saberlo todo: “A mi me faltó por aprender muchísimo. La música es infinita y hay muchas clases de música. Uno nunca llega a ser un músico completo. Si hablamos de música popular pudiéramos empezar por el jazz y la música folclórica de cada país. Seguir con la música internacional y mundial, la que perdura para siempre. Si no fuera así no hubieran existido un Mozart o un Beethowen, y todos componían distinto“. AMO A TODOS SIN IMPORTAR LA NACIONALIDAD Emulando a Ciro Alegría, quien dijo la celebre frase: “El mundo es ancho y ajeno”, Billo nunca quiso inmiscuirse en los roces diplomáticos entre las hermanas naciones que surgieron en aquella época: “No soy ni colombiano ni venezolano. Amo a los dos países. No se trata de querer a las personas por ser colombiano o venezolano, sino de querer a todo el mundo, sin importar de dónde son. La gente buena, honrada y trabajadora, vale donde quiera que haya nacido. La nacionalidad es un accidente. El elegante es elegante y el bien educado es bien educado, en cualquier parte del mundo“. Sobre su nacionalidad complementó una frase que nos dio risa a todos: – Maestro Billo, el 50% de los colombianos piensa que usted es venezolano. – Y el maestro respondió: “Y lo mejor, es que el otro 50% de los venezolanos piensa lo mismo“. En esta primera entrevista Billo se despidió así: “Yo nunca tengo un mensaje especial sino el mismo. Estoy contentísimo y pidiéndole a Dios que me de muchísimos años de vida. Muchísimos pudieran ser cinco; yo con cinco me conformo. Además, ya estoy viviendo de mis intereses. Te aseguro que los cinco años que pase, en Venezuela, Colombia, o donde sea, voy a tratar de querer siempre a mis amigos, de ser consecuente con ellos y de ser digno de la amistad y el cariño que me profesen“. Después de esta primera entrevista, “el cantor de Caracas” vivió 10 años más. Jaime Rueda Domínguez Crónica inédita sobre el maestro Billo Frómeta (segunda parte). Por Jaime Rueda Dominguez - 07 May, 20180667 Carátula del larga duración Esta noche Billo. Pasaron solo seis meses y de nuevo nos vimos con Billo Frómeta el 23 de enero de 1979, en el Salón Magdalena del Hotel El Prado, un mes antes del Carnaval de Tey Cadena. Desde que Cuba cayó en manos del comunismo el 1 de enero de 1959 y Billo compuso el danzón El son se fue de Cuba, la música de la isla dejó de ser la gran despensa que surtía al dominicano. Entró entonces en escena la música tropical colombiana, con el merecumbe, el chandé, el porro, la cumbia, el fandango, el paseo y el paseito. No había trabajo discográfico que no incluyera varias canciones costeñas, y esto le trajo problemas. “Cuando yo venía a trabajar a Barranquilla, el lobby del hotel se llenaba de compositores cobrándome regalías. Una vez me estaban esperando 20. Les dije que debían tener una entidad que los representara y me respondieron que no tenían ninguna. Eso me parecía muy raro. Hablé con el cónsul venezolano, Aquiles Yibirín, planteándole el problema. Decidí entonces elaborar, con la disquera, una lista con todos los números colombianos que había grabado y a cuál editor correspondían. Así, cuando venían a reclamarme los enviaba directamente a la casa que grabó el tema. Y así resolvimos el asunto“. Aparte, el artista aspira a que su composición sea un éxito y muchas veces la reparte entre varios grupos y por eso salen al público simultánemente. “Yo no pretendo la exclusividad, pero sí la primicia, como hizo Esthercita Forero con Tambores de carnaval en el 79. Después, que la grabe todo el mundo“. Billo entendía que la música colombiana se había impuesto internacionalmente, llenando el vacío que dejó la cubana. “Cuando voy a Estados Unidos y mi orquesta triunfa, es como si dijeran triunfó en Colombia, porque el 85% de la gente que está bailando conmigo son colombianos. Hasta los policías son colombianos. Además, el 70 por ciento de mi repertorio es colombiano“. MAS SOBRE SUS ORÍGENES En esta oportunidad ahondamos un poco más sobre sus inicios en la música: “Aprendí la música en San Pedro de Macorís donde mi papá ejercía como abogado. La primaria la hice en ese pueblo y la música era una asignatura obligatoria como la aritmética. Desde luego, para quienes tenían aptitud. Yo me inscribí en la academia donde daban clases todos los días, después te daban un instrumento y te iniciabas como músico“. Al ingresar a la universidad y como cualquier estudiante que está solo, lejos de casa y en la capital, no tenía dinero. “Para ayudarme daba clases de guitarra y ponía inyecciones. Siendo aún estudiante me casé en 1936 y allá nació mi primera hija. Formé el Conjunto Tropical a base de violines y tocaba en la radio. Me acompañaban, Freddy Coronado, Simó Damirón (que estudiaba ingeniería) y Negrito Chapuseaux (economía). Buscamos músicos profesionales porque todavía no integrábamos una orquesta completa y conseguimos un contrato para actuar por tres meses en Venezuela, que para mi se convirtieron en 41 años. Hoy puedo decir que tengo, no la mejor orquesta de Venezuela, sino la más vieja“. NOSOTROS LOS SEXAGENARIOS Billo se refirió con cierta nostalgia a los tiempos idos. Ya no tenía que luchar por los contratos porque estaba “hecho” y llegaban solos, pero sentía que se estaba poniendo viejo. “Yo llegue de 22 años y ya tengo 64. Por eso nosotros los sexagenarios nos tomamos la vida con más calma, sin tanta prisa. Tenemos una visión de la vida distinta y queremos resolver las cosas con menos desesperación. Estamos menos sujetos a un movimiento egoísta o vanidoso, sin presunción. Sabemos que ya fuimos, ahora miramos atrás, mientras que otros lo hacen hacia adelante. Pero el que mira para atrás camina más lentamente, como quien no quiere llegar”. Esta respuesta surgió tras la pregunta sobre su relación con Renato Capriles, propietario de Los Melódicos y a quien le llevaba 16 años de edad. SOY IDIOTAMENTE SENTIMENTAL En 1967 cuando Billo cumplió 30 años en Venezuela y Caracas celebrada el cuatricentenario, grabó este álbum de canciones sentimentales. En este orden de ideas Billo confesó que como casi todos los seres humanos tenía un reverso desconocido: “Yo soy solemne e idiotamente sentimental y lo que más quiero son mis canciones sentimentales. Hace pocos meses compuse Un solo whisky Juan. Es la historia de alguien como yo, que se encontraba con una muchacha todos los días en un determinado lugar. Cualquier día la joven no apareció más. Entonces le dice a Juan, que se supone es el James (mesero) de los americanos: ‘Un solo whisky Juan’. No obedece a una intención rítmica, no es bolero ni balada y nunca la voy a grabar“. Aunque Billo no la grabó con su orquesta, hay un vídeo disponible en You Tube, con sonido e imagen deficientes, interpretándola y tocando el piano. Después de su muerte, Ely Mendez la grabó. Es una canción con su acento y parada. Esta es la letra que Billo nos cantó a capella: “Un solo whisky Juan, en la mesita de ella/donde todas las tardes me sentaba con ella/un solo whisky Juan y siéntate a mi lado/que quiero en esta tarde sentirme acompañado/tú sabes Juan que ayer por mi ventana/pasaron golondrinas volando por bandadas/huyendo de su nido, huyendo del invierno/en busca de otro abrigo, en busca de otro cielo/y sabes Juan que ayer por la mañana/al verme ante el espejo vi mi cabeza blanca/y pienso que se ha ido en busca de otro cielo/huyendo de mis besos, huyendo de mi invierno/y sabes Juan, tal vez sean cosas mías/temblor de golondrina, temor de verme viejo/un solo whisky Juan“. LA CAPILLITA DEL CALVARIO La capilla del Calvario en Caracas. En una elevación de Caracas. El presidente de Venezuela, Antonio Guzmán Blanco, “el ilustre americano” (1829-1899), quien se educó y murió en Francia, se enamoró de todo lo parisino y construyó la escalinata del Calvario. Es una elevación muy curiosa que hay en medio de la ciudad, una zona de esparcimiento de los caraqueños. “Cuando llegue de Santo Domingo iba con mucha frecuencia a esa capilla a divisar la ciudad desde un balcón. En el entorno nos quedábamos a tomarnos unos traguitos. Ahora (1979) la iglesia está olvidada, ya no dan misa. Y yo como le canto mucho a Caracas, compuse la Capillita del Calvario“. LAS MUCHACHAS CARAQUEñAS Esta es una de las guarachas más conocidas de Billo, grabada inicialmente en 1944 con Manolo Monterrey. Años después la grabó La Sonora Matancera con el nombre de Las muchachas y le cambiaron toda la letra. Donde decía “caraqueña”, Rogelio Martínez la reemplazó por “cubana” o “habanera”, y a Billo no le cayó en gracia. “Yo me siento halagado que graben mi música, como lo ha hecho Los Melódicos, porque indica que lo hice bien. Pero no puede ser que una canción mía, de la que soy autor de la letra y la música, cambien lo que yo cree. Cada vez que la oigo Las muchachas caraqueñas cantada por Carlos Argentino cojo un momentico de rabia. Mi letra dice ‘pero cuando veo una caraqueña toda la sangre se me alborota’. Y la cambiaron, por ‘pero cuando veo una habanera’. ¿Por que tiene que decir habanera si él es argentino?. Yo que soy el autor digo ‘una caraqueña’. Ya se lo he dicho. No digas más habanera chico, la canción es mía. Pero no, el sigue diciendo ‘habanera’. Aquí no se está respetando el criterio del autor. Y lo peor es que Pacheco, mi compatriota, también la grabó y volvió a repetir habanera“. SIGO SIENDO DOMINICANO Santo Domingo, ayer. Hasta el último día de su vida Billo conservó su nacionalidad dominicana: “A mi me parece que si uno nació en un sitio debe ser siempre fiel a eso. Además, Venezuela nunca me ha hecho sentir la necesidad de cambiar mi nacionalidad. Una vida entera han sido buenos conmigo, tantos hijos, tantos amigos, que a nadie se le ocurre pensar que yo no soy de allá. Por ejemplo, cuando voy a Santo Domingo y digo ‘nosotros en Venezuela’, me reclaman. ¿Cómo así que nosotros, acaso de dónde eres tú? POR QUÉ BILLO NO TUVO VOCES FEMENINAS En 1959 Billo produjo este long play y presentó a Candita Vásquez, cantante de origen cubano, pero nada tiene que ver con la historia de la Billo’s Caracas Boys. El maestro sólo puso su nombre para el éxito publicitario. La Billo’s Caracas Boy se caracterizó por no tener nunca una voz femenina en su delantera. Ni siquiera 30 años después de la muerte de Billo se ha contrariado su decisión: “Es una característica mía no tener voces femeninas. Tampoco la tuvo la Casino de la playa ni Rafael Muñoz. Yo soy hechura de las dos orquestas. Cuando yo me inicié como músico, empece por imitar a alguien y eran mis ídolos y ellos no tenían mujeres. Por eso decidí no tenerlas. Y ahora me da una alegría muy grande, porque es bueno, muy bueno. Tenerlas trae muchos problemas, ufff, muchísimos. Yo no se si por eso es que las cantantes femeninas duran tan poco en las orquestas“. Jaime Rueda Domínguez Crónica inédita sobre el maestro Billo Frómeta (última parte). Por Jaime Rueda Dominguez - 08 May, 20180760 El maestro Billo frente a su piano haciendo los arreglos a una canción. Pasaron cinco años para que volviéramos a ver al maestro Billo, el 2 de junio de 1984, esta vez en el aeropuerto Ernesto Cortissoz. La orquesta había tocado la noche anterior en Bogotá y ese sábado lo haría una vez más en el Hotel El Prado. Fue el última vez que vino y tocó en Barranquilla. La entrevista transcurrió después de un aguacerazo y a bordo de un bus de lujo que transportó a la orquesta hasta El Hotel El Prado donde se alojaría. En la terminal aérea de Soledad lo sorprendimos con algunos recuerdos que habíamos coleccionado sobre su actuación profesional: “Volver a Barranquilla tiene para mi un significado casi sentimental, más romántico que pragmático. Tu eres la primera persona que me ha recibido con la gran noticia y la satisfacción de ver cómo te has dedicado a guardar recuerdos, discos y cosas mías que yo mismo no tengo. Me has sorprendido muy agradablemente y esta sorpresa vale por las demás que pueda tener aquí. Me siento muy contento de haber conversado contigo y que me hayas venido a recibir”. EL CARNAVAL DEL 64 Billo recordó inmediatamente la primera vez que vino a Barranquilla en 1964, presentando a su nuevo bolerista, José Luis Rodríguez y cuando ya se había marchado Felipe Pirela. El Carnaval de Carmen Vergara Vengoechea: “Fue mi primera experiencia como empresario. No encontraba quien me trajera y yo quería que el público apreciara como tocaba el repertorio colombiano. Entonces arrende la caseta Veracruz. Las sillas y mesas las hicieron en la cárcel y el éxito fue tan grande que se hizo una cantidad de dinero que yo nunca antes había ganado“. En su libro Personajes y Episodios de las música popular, el escritor, libretista y locutor barranquillero, Alvaro Ruíz Hernández, en el capítulo Los milagros de Billo, narra como ese Sábado de Carnaval la gente dejó sola la Batalla de Flores para volcarse al Veracruz a “ver’ tocar a la Billo’s Caracas Boys, pisando por primera vez tierra barranquillera. Alvaro Ruíz Hernández. Debutando en Barranquilla se atrevió a tocar congas y pasodobles en pleno carnaval. Mucha gente prefirió no bailar para ver cómo actuaba la orquesta, dirigida por la batuta mágica de Frómeta. Un párrafo de esa publicación dice: “Cierto, los milagros solo los hace Dios, pero en ocasiones y por concesión especial faculta a alguien para que obre prodigios en su nombre. Luis María Frómeta, el músico dominicano radicado en Venezuela, ha sido de los elegidos, facultándose para trabajar prodigiosamente el arte de la música en beneficio del pueblo latinoamericano, que felicidad conlleva ese concepto”. LA AMARGA EXPERIENCIA DEL 79 Aunque de todas maneras se lo íbamos a preguntar, el maestro se anticipó y recordó su peor experiencia en el Carnaval de Barranquilla en 1979. Se había preparado para ganar un nuevo Congo de Oro con tres temas colombianos: Raza de Mario Gareña, el Mosaico Costeño 41 (Se va el caimán, Juepa, Lolita y Merecumbe en Cartagena), y Tambores de Carnaval de Esthercita Forero, el éxito musical de ese año. Hasta mandó a hacer a República Dominicana una tambora, para usarla en el último tema, ‘pegado’ en la ciudad desde finales del 78. Sin embargo, el jurado lo relegó al cuarto lugar y el trofeo se lo dieron a su archirrival, Los Melódicos, que interpretó el Chino Li Wong, una vieja guaracha de A. Perez Brito y Armando Orefiche, que Billo grabó primero a comienzos de los 50. El Fallo provocó la ira de Billo, quien convocó a una rueda de prensa en el bar Príncipe Eduardo del Hotel El Prado el Miercoles de Ceniza 28 de febrero: “A ese carnaval me trajo la empresaria bumanguesa, Esperanza Cárdenas, radicada en los Estados Unidos. La experiencia fue desafortunada y no siempre los recuerdos son gratos. La alegría de nuestra actuación en el Coliseo Cubierto se vio empañada con una decisión que me afectó mucho y que yo no me merecía. Me desanimó tanto que desde ese día resolví no presentarme más nunca en el Festival de Orquestas, porque si me obligan a tocar en el mismo lugar. yo no lo voy a hacer. Como no me queda bien el papel de rebelde, ni dar malos ejemplos, busque otros horizontes, hice mis compromisos por otras partes y me mantengo en mi decisión de no venir más a Barranquilla, por lo menos al carnaval, porque no estoy dispuesto a sufrir una nueva decepción, que afectó también a todos los amigos de mi orquesta. Relegarme al cuarto lugar fue como herirme cuatro veces. Esthercita Forero y yo lloramos juntos un fallo tan injusto. Desgraciadamente los episodios desafortunados se recuerdan más. Y esta fue mi peor experiencia en Barranquilla“. Esther Forero reveló en su momento, que al maestro Billo luego de enterarse del fallo, se le subió la presión y tuvieron que llamar un médico. EL VIAJE A FRANCIA QUE NUNCA SE DIO Un recorte de prensa de 1955 anunciaba con gran despliegue “Billo va a Francia”: “Ese viaje nunca se dio porque falleció la persona que nos iba a llevar. El presidente de la Línea Aeropostal Venezolana, quien viajaba permanentemente a España y Francia. Nosotros, más que por ganar dinero, íbamos a tocar y a grabar las actuaciones en Europa, para que las transmitieran en un programa de radio en Caracas que patrocinaba esta empresa. Con su muerte se canceló el proyecto“. BILLO Y ALBERTO BELTRAN El disco que Billo grabó con Alberto Beltran en La Habana. A finales de los 50 y por diferencias casi de tipo personal con Aldemaro Romero, presidente de la Asociación Musical y quien tenía su orquesta de baile, Billo fue expulsado del gremio ‘para toda la vida’ y tuvo que liquidar la orquesta que había fundado el 1 de agosto de 1940. Solo como medio de subsistencia, porque estaba casado y tenía hijos que mantener, viajó a La Habana, formó una orquesta y grabó varios long play en Radio Progreso. Llevó a los cantantes Pio Leyva, Victor Piñero y Alberto Beltrán “el Negrito del batey”. Grabó varios trabajos musicales con músicos cubanos, que luego vendía en Venezuela, como un medio de subsistir, no de progresar. Quedó satisfecho por la escogencia de las canciones y la bondad de las grabaciones “A Alberto Beltrán lo conocí en República Dominicana cuando yo era un muchacho. El vendía dulces, cantaba por las calles y le decían ‘tiburón’, por ese vozarrón que tenía. Era el mejor imitador de Daniel Santos que había en Santo Domingo. Después la vida nos separó. Al ingresar a la universidad me alejé del mundo musical. Entre como interno a un hospital militar y solo podía salir una vez a la semana. Siendo practicante, un sábado por la noche llegó a la emergencia un joven con heridas en la cabeza. No tenía una cama donde acomodarlo y lo senté en el banco de las consultas. Allí estuvo hasta el lunes cuando habían camas disponibles. En las visitas diarias que uno hace con los médicos residentes, hablé con el muchacho quien resultó ser ñiñí Vásquez. Él y Negrito Chepuseaux fueron mis primeros cantantes cuando funde la Billo’s Happy Boys en 1937″. CHARLIE FROMETA Tras la muerte de Billo su hijo Charlie dirigió dos trabajos con la Billo’s Caracas Boys en 1988 y 1989. Billo tuvo cinco hijos varones. Todos se llaman Luis, más un segundo nombre, Manuel, Rafael, Vicente, etc. Este último estudió agronomía, zootecnia, inseminación artificial y se doctoró. Teniendo una posición envidiable en Venezuela, como director general de las estaciones experimentales de agronomía, un día le dijo a su padre que quería estudiar música en los Estados Unidos. Billo le había enseñado piano, saxofón y acordeón. Estudió en Boston y Los Ángeles, se graduó de profesor de música, compositor y arreglista y regresó a Venezuela en 1984: “Comenzó haciendo jingles porque tiene un poder de creatividad asombroso y hace arreglos para orquestas y cantantes, que no encuentran muy fácilmente arreglistas. Le di la facilidad de mi orquesta para que ensayara y le dije que hiciera una composición para grabársela. Lo primero que hizo fue una cumbia. Toda de él. Letra, música y arreglo para orquesta. Se llama “Te fuiste” y viene en el larga duración ‘Billo en Meridiano’ que terminamos de grabar hace tres noches. Este hijo hijo mío se llama Luis Vicente, pero para diferenciarlo yo le digo Charlie y artísticamente su nombre ha caído muy bien“. CHEO GARCIA SE VOLVIÓ UN DICTADOR José Rafael García Añez, más conocido como Cheo García, estuvo 21 años en la Billo’s Caracas Boys. Indiscutiblemente Cheo García es el guarachero más grande que ha dado Venezuela. La mejor definición sobre la capacidad interpretativa del maracucho, la dio el músico Cheo Villa Infante: “Cuando Cheo García tenía que transformarse en bolerista lo hacía con clase. Sus notas largas y su ‘vibratto’, ligado a sus modulaciones de ‘piano’ a ‘forte’, lo destacaban entre los demás guaracheros de su época. Sin mencionar su ‘segunda voz’ que era a otro nivel“. El popular “cara’e queso’ fue un símbolo de la Billo’s, por su voz de hierro, por lo menos desde 1960, la ‘Tercera República’ de la que hablaba Billo. Sin embargo, su salida inesperada de la orquesta en 1981 sorprendió a los billómanos quienes se preguntaban ¿que había pasado? Billo había mantenido en secreto esta intimidad de la orquesta, no hablaba de ella en Venezuela pero ese día nos contó la historia completa: “Cheo pasó conmigo 22 años; Manolo Monterrey, 17. Siempre hay algo que se descuida. Y Cheo, de tanto permanecer en la orquesta y a pesar de ser una parte importante, cambió su mentalidad. Ya no era un colaborador sino un opositor. Se dedicaba a criticar mis actuaciones y mis decisiones. No es que el resto de la orquesta le hiciera caso. Billo pausa para referirse al mejor cantante de aires españoles que pasó por su orquesta, Memo Morales: “Memo era un gran colaborador. No me defendía, pero tampoco estaba de acuerdo con la actitud de Cheo y tuvieron muchos roces, malos momentos personales. Un día me dijo: ‘Maestro yo lo siento mucho pero me voy de la orquesta. Yo se que usted no va a sacar a Cheo porque en importancia el hace más que yo. Así no puedo continuar y si le digo que si lo bota yo me quedo, lo estaría chantajeando. Y yo se que usted no se va a dejar chantajear ni yo voy a chantajearlo. Prefiero seguir siendo su amigo de siempre’. Así fue, y después de marcharse le bautice un hijo varón. Lamentablemente Memo se fue por la intransigencia de Cheo que se había convertido en un dictador”. Billo siguió hablando del caso Cheo: “En estos 22 años yo cambie muchos pianistas, trompetas y cantantes, pero Cheo se quedaba siempre. En los últimos tiempos seguía con esa actitud mortificante, que me hacía quedar muchas veces mal. Porque comentaba internamente, ‘tu verás, pero le voy a decir a Billo que haga esto o que no haga esto’. Hable con él y le dije que así no podíamos seguir. Y no se pudo seguir. Uno de los dos tenía salir. Era o él o yo. Y como la orquesta es mía desde 1937, no podía permitir que esto continuara por razones disciplinarias. Porque yo decía una cosa y Cheo hacía todo lo contrario. Cambiaba el uniforme que se había escogido para las presentaciones. Y si yo armaba un set en un baile y me iba, el cambiaba las piezas. Fueron circunstancias que trajeron malas consecuencias para el. Si hubiera vislumbrado que se iba a ir, de pronto cambia de actitud. A lo mejor de tanto querer a la orquesta quiso hacer las cosas a su manera, olvidándose que hay alguien llamado Billo que es quien toma las decisiones. Anoche pasó lo siguiente en Bogotá, donde recuerdan a Cheo con mucho cariño. Cuando ya me iba un grupo se acercó a decirme: ‘maestro, todos queremos que Cheo vuelva a la orquesta’, como queriéndome decir ‘aquí no se se presente más sin él’. Les di las gracias a nombre de Cheo, pero les recordé que no fueran a cometer su mismo error, de olvidarse que quien decide en la orquesta soy yo. Y yo decidí que NO y la decisión mía en la orquesta vale más que el deseo de ustedes. Mis decisiones son así y soy fiel a ellas. Como cuando decidí no volver más al Carnaval de Barranquilla. Porque si hoy decido algo y mañana me arrepiento, mi orquesta ya hubiera desaparecido. La Billo’s Caracas Boys existe desde 1937 porque alguien ha tenido que tomar las decisiones, cumplirlas y apegarse a ellas. Y ese alguien soy yo. Puede sonar brusco, jerárquico o poco romántico. Pero en todas las instituciones una persona toma las decisiones después de escuchar a los amigos. Pero cuando ese consejo se convierte en un parecer o en una orden, ya es malo, y a mi nadie me ordena en la orquesta”. TIENES UN DIPLOMA FIRMADO POR BILLO Así me dijo mi amigo, el escritor Alvaro Ruíz Hernández, el día que le mostré la tarjeta firmada por Billo, enviada desde Caracas luego de su último viaje a la ciudad: “Caracas-Junio 24-84.- Querido Jaime ( Antonio ) : Todavía no he podido reponerme de la gratísima impresión de ver cómo alguien ha logrado recoger, tan ordenada y cariñosamente, tantos datos de mi actuación y mi vida profesional……es sencillamente MARAVILLOSO..!! Aquí lo he contado a todo el mundo y te aseguro que algunos no lo han creído del todo…porque realmente, es increíble Con mi agradecimiento te hago llegar mi excusa por no haberte escrito antes, pero a mi regreso de Colombia, me fui a la casa de Margarita y pase como diez días entre el chinchorro y la piscina, ya que mis años me reclaman siempre en ‘descanso’. No sabes cómo he gozado con el L.P. ‘Cuando llegaron los porros’…no tiene precio, como las piezas del cassette. Me gustaría grabar algo como ‘Compadre cómpreme el carro de Peñaranda, Noche buena de Lucho, Cipote caimán de Barros y la deliciosa A Medellín de Fortich…..sería posible? Me encantaría que quisieras darte una vuelta por Caracas y en caso que lo decidas, avisarme, para arreglar todo lo necesario, pasajes, visas, etc. Me haría muy feliz corresponder todas tus atenciones y demostraciones de amistad. NO LO OLVIDES. Te suplico me consigas la dirección de Alvaro Ruíz Hndez para escribirle. Yo pensaba hacerlo a la editorial Luz Negra, pero no estoy muy seguro de que le llegue mi carta. Mientras tanto, hazle llegar un abrazote bien fuerte y mi reconocimiento por lo feliz que me hizo su publicación. Para mi, lo tuyo y lo de Alvaro, ha sido como descubrir un mundo nuevo…que barbaridad..!! Mientras tengo oportunidad de escribirte más largo y contarte de mis cosas, como futuros viajes, discos y otras actividades, me reitero siempre tu seguro amigo y admirador. Billo”. Jaime Rueda Domínguez