PRESENTACIÓN Machupiqchu… ¿estará mañana?. Es una interrogante que surge ante el cotidiano trato que viene soportando nuestro Santuario, trato que corresponde a Disneylandia que es un centro de esparcimiento con fines de lucro, construido especialmente con ese fin. Los cusqueños y los peruanos en general, entendemos que nuestro Santuario es eso: “Santuario”, es decir, origen y proyección de nuestra identidad, pero, para los inversionistas… un simple fin turístico. Son pues, dos actitudes diferentes con un árbitro: el Estado, más preocupado en la inversión —“turismo tarea de todos”—. Ante esa realidad, la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, más allá de bizantinas discusiones sobre supuestos descubrimientos, además de dar a conocer los trabajos de investigación de nuestros docentes e intelectuales del Cusco, transcribe en “El Antoniano”, importantes documentos que circularon en la época de su “descubrimiento”, para que cada lector, conforme corresponde, saque sus propias conclusiones.¿El tiempo o la actitud de los dueños de casa es la mejor salva guarda de nuestro Machupiqchu? Santuario de nuestra peruanidad y testimonio de la ingeniería y arquitectura inka que trasvasa siglos cada vez más adversos, gracias a su grandeza que pone en evidencia esa su gran ciencia desarrollada al servicio del hombre en plena convivencia con sus dioses, todo lo opuesto de los ilusos desafíos tecnológicos de hoy, que alteran sistemas y eco sistemas en detrimento de la humanidad. Hoy como ayer, los cusqueños somos los DUEÑOS DE CASA y como tal, nuestro comportamiento jamás será el de simples inquilinos. El Director. M A C H U P I C C H U INDICE DE CONTENIDO El “descubrimiento” de Machupiqchu.........................3 Machu Picchu, Yale y la ética ....................................127 Jorge A. Flores Ochoa Mariana Mould de Pease Sinopsis de Machupicchu ............................................17 Aspectos jurídicos de Machu Picchu........................131 Luis E. Valcárcel Elías Carreño Peralta Sobre los trabajos de la expedición científica Historia, sacralidad, identidad y gestión ...................141 David Ugarte Vega Centeno. de la Universidad de Yale.............................................24 José Gabriel Cosio La invención de Machu Picchu.................................146 Yazmin López Lenci Una excursión a Machupiccho....................................43 José Gabriel Cosio Realidad lingüística de Machupicchu........................155 Darwin Efraín Payne Mora Misticismo y realidad urbano–arquitectónica ............59 Roberto Samanez Argumedo Homenaje botánico a Machupicchu.........................158 Cesar Vargas C. Reajuste del plan maestro de Machupicchu ...............65 Adolfo Saloma González Machu Picchu a través del tiempo ............................171 Alfonso Arèstigue Pezúa Historia, misterio y revelación.....................................81 Hugo A. Altamirano Vega Protección de picaflores ............................................175 Miguel Ayala Calderón, Silvia Enma León Sánchez Uso y conservación de Machupicchu.........................91 Jorge Miguel Zegarra Balcázar Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu .178 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas Machupicchu ................................................................99 Jorge Cornejo Bouroncle Piedra de los sacrificios..............................................195 Angel Anvendaño Farfán El camino inca en Machu Picchu .............................106 Victor Angles Vargas Distancia y soledad de Machupicchu........................197 Dr. Gustavo Pérez Ocampo Entrevista a Luis Rodríguez Carpio..........................117 Luis Barreda Murillo El Antoniano Tomo 21 Nº 117 – 1er trimestre Año 2011 Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco Av. De la Cultura 733 – ciudad del Cusco Email: [email protected] Rector Dr. Víctor Raúl Aguilar Gallo Director de El Antoniano: Hugo Bonet Rodríguez Jefa de Redacción: Guadalupe Angulo Saldivar Maquetado y grafismo: Fernando Oviedo Hinojosa Apoyo técnico: Dario Dueñas Bustinza, Aguedo Huamani Huayhua, Kelvin Jack Huaman Apaza, Moisés Loaiza Cereceda Ilustraciones: Vice rector Académico MSc. Lauro Enciso Rodas Vice rector Administrativo (e) Mgt. Guillermo Ugarte Berrio Impresión: Director del Consejo de Proyección Social jEditores Mgt. Eleazar Crucinta Ugarte 2 Agradecimiento especial al Director del Parque Arqueológico Nacional de Machupicchu, antropólogo José Fernando Astete Victoria y a la ingeniero Irma E. Sotomayor Castro. LOS ARTÍCULOS SON RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 EL “DESCUBRIMIENTO” DE MACHUPIQCHU TRADICIÓN ORAL Y ETNOHISTORIA Jorge A. Flores Ochoa1 L a creación de la etnohistoria, como técnica de inves ti ga ción an tro po ló gi ca se disputa entre tradiciones de varios países. Lo concreto es su utilidad para desarrollar cierto tipo de estudios, en los que la visión diacrónica es central. John V. Murra lo ha utilizado con maestría para esclarecer instituciones andinas del siglo XVI, motivo de gran debate. Lo ha realizado manejando infor mación documental, avances de arqueología y continuidades y tradiciones orales andinas contemporáneas. El propósito de este trabajo es utilizar la técnica de la etnohis to ria, em plean do do cumentos históricos, mapas como infor mación visual y tradición oral, buscando contribuir al es- clarecimiento de parte de la historia de la llaqta inca. MACHUPIQCHU El centro arqueológico inca de Machupiqchu, ha sido motivo de controversia, incrementada los últimos diez años. Han participado académicos peruanos, especialmente profesores uni ver si ta rios y au to ri da des, 1 Docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 3 Jorge A. Flores Ochoa también profesores de la Universidad de Yale, de Estados Unidos. La prensa nacional e internacional se ha hecho presente, difundiendo sus puntos de vista. Si bien el foco central del debate, es la devolución del material arqueológico recogido en Machupiqchu por el Dr. Hiram Bingham en la temporada de excavaciones de 1912–1915, que los llevó a Estados Unidos en calidad de préstamo por doce meses, ampliado a dieciocho a su solicitud. Pese al tiempo transcurrido, más de ochenta años, la Universidad de Yale, donde se halla el indicado material arqueológico, no ha honrado su palabra, reteniendo el material arqueológico prestado. Se niega a devolver recurriendo a diversos medios y argucias, que impulsaron al Gobierno Peruano iniciar demanda judicial contra la Universidad de Yale en los tribunales norteamericanos. Al margen del proceso judicial y las relaciones entre el gobierno peruano y la universidad ya mencionada, surge la necesidad de esclarecer hechos relacionados con la presencia del Dr. Hiram Bingham en el Cuzco, sus andanzas y exploraciones por diversos sitios del Cuzco antes y después de su “descubrimiento” de Machupiqchu. Las relaciones entre The Yale University y el gobierno peruano, han ingresado a una nueva etapa. Por mandato del Presidente de la República, pasando a ser tratos entre la universidad nor teamericana y la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco, a quien se delega la representación del Perú. Esta etapa se halla en pleno desarrollo, por lo que no cabe adelantar opinión al respecto, hasta que no se conozcan los términos del nuevo Convenio, que se debe fir mar entre ambas universidades. Para esclarecer lo sucedido en 1911 y el significado que se le quiere dar, luego de trascurridos cien años.2 prestigio. Profesaba las letras, siendo eximio conocedor de la gramática del castellano, al mismo tiempo que autor de variada bibliografía y director de uno de los diarios de la localidad, es auEL “DESCUBRIMIENTO” DE tor de un artículo y un infor me que se incluyen en este número MACHUPIQCHU El Dr. Hiram Bingham al dar conmemorativo del medio siglo a conocer la existencia de Ma- de conocerse Machupiqchu. chupiqchu, fue prudente de atri- Es curioso que en vísperas de buirse el descubrimiento, que cumplirse otros cincuenta años, luego fue cambiando hasta apa- nos hallemos enfrentando casi recer como descubridor. Este es los mismos problemas. Hay secel punto central del presente tra- tores ligados al sector empresabajo, mostrar que no es cierto, rial del turismo y la prensa nacioque el Dr. Bingham, fuera descu- nal y local, que siguen considebridor que se le adjudica, espe- rando al Dr. Hiram Bingham cialmente por la prensa nacio- como descubridor de Machupiqnal. Tampoco lo es algún resi- chu. Es la razón para que la Cádente en la zona de Machupiq- mara Nacional de Turismo solichu a quien se pretende atribuir cite organizar festejos por el la con di ción de des cu bri dor.“Centenario del DescubrimienCon este propósito utilizo tradi- to Científico de Machupiqchu”. ción oral, documentación vi- Otro sector, mayoritariamente sual, infor mación escrita y bi- especialistas en ciencias sociablio grá fi ca con tem po rá nea, les, como arqueólogos, historiapara confir mar el punto de vista do res, an tro pó lo gos, tie nen muy claro que en 1912 no se desplanteado cubrió nada. Los sitios arqueológicos eran visitados. Es cierto MACHUPIQCHU EN por ciudadanos que no tenienFUENTES ESCRITAS La Revista del Museo e Insti- do for mación científica, no valotuto Arqueológico, hoy día Mu- raron la importancia de lo que seo Inka de la Universidad Na- conocían. Bingham difundió cional de San Antonio Abad del para el gran público, la existenCusco, editó en 1961 el N° 19 cia de Machupiqchu. Esta tarea de su revista, como “Edición fue obra del equipo de académiExtraordinaria en Homenaje al cos que lo acompañaban, espeCincuentenario del Descubri- cialistas en ciencias naturales, miento de Machupiqchu”. For - que fueron de gran utilidad para malmente el descubridor es el proporcionar acento científico Dr. Hiram Bingham, como indi- a las publicaciones que se realizacan algunos trabajos insertos en ron. Retomando al aporte de los esta publicación. A pesar de esta mención, ya había suficiente evi- artículos del Dr. José Gabriel dencia para mostrar que la reali- Cosio, considero es mejor transdad era diferente, como indican cribir sus afir maciones, que nunartículos que se hallan en la mis- ca fueron aclaradas menos desma revista. La principal es auto- mentidas por otros profesionaría del Dr. José Gabriel Cosio, re- les del momento. El primer arnombrado catedrático universi- tículo en la revista indicada, lletario, que gozaba de merecido va por título “Una Excursión a 2 Medios periodístico han informado de un acuerdo entre la Universidad Nacional de San Antonio Abad y la Yale University. No conociéndose los términos, en el presente trabajo no se puede opinar al respecto. Este informe se ha concluido al 29 de diciembre del 2010, cuando la comunidad universitaria sólo tiene información periodística de lo acordado. 4 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El “descubrimiento” de Machupiqchu Machupiqchu”, páginas 26 a 59, como testimonio de lo que comprobó en 1912, año en que lo escribe. El Dr. Cosio viajó a la región e n c o m p a ñ í a d e Ju s t o A . Ochoa, hijo del propietario de la hacienda que comprendía los sectores de Pampacahua, Cedrobamba y Mandor–Collpani. En este úl ti mo lu gar es ta ba la casa–hacienda, construida con madera, sobre pilotes. Cuando la línea férrea llegó a este lugar comenzó a ser llamado Punta Rieles, también Máquina debido a restos de un aserradero instalado por extranjeros, al cual haré men ción más ade lan te. Otro nom bre del si tio fue Aguas Calientes, por la fuente de aguas termales, que incluso tenía una poza sencilla, donde se podían bañar. Esta hacienda y el caserío se encuentran en la margen derecha, aguas abajo, del río Vilcanota. El asentamiento arqueológico de Machupiqchu, está al frente, en la orilla izquierda, como parte integrante de la hacienda Cutija. La principal producción de esta zona fue madera, concretamente troncos para elaborar dur mientes, que se requerían para ampliar el ferrocarril del sur, que se había quedado detenido en la población de Sicuani, por falta de este material. El mismo Dr. Hiram Bingham cuenta que utilizó este ferrocarril para llegar al Cuzco. Ir a Machupiqchu no era viaje a lo imposible, siguiendo caminos escabrosos y llenos de peligros. Nada de tal cosa, puesto que la ruta estaba acondicionada para la circulación y el transporte de dur mientes. La zona fue de haciendas. No existieron comunidades campesinas. Los trabajadores de las haciendas, fueron conocidos con el término regional, de arrendiris. Por este sistema los arrendiris entregaban trabajo a la ha- cienda a cambio de parcelas en las que cultivaban para su manutención. La región no cuenta con zonas amplias para el cultivo, por lo que los arrendiris debían limpiar el monte para cultivar. A cambio prestaban trabajo en las tareas de la hacienda, como cortar árboles, elaborar los dur mientes y otras actividades agrícolas complementarias. Este sistema duró hasta la Refor ma Agraria que impuso el gobierno militar del general Velasco Alvarado. Los arrendiris pasaron a ser propietarios de sus parcelas. Los campesinos que encontró Bingham en Machupiqchu, estaban sujetos a este sistema anacrónico de trabajo. El Dr. Cosio buscó a Justo Ochoa, a quien posiblemente tuvo como alumno en la Universidad Nacional de San Antonio Abad, conocedor de la zona, porque lo visitaba con frecuencia con sus hermanos. Se dedicaban a la caza, especialmente de venados. Es la razón por la que el Dr. Cosio pidiera lo acompañara. Sabedor de estas infor maciones el Dr. Cosio, ya entonces, dice: No es verdad que el doctor Bingham haya sido el descubridor de estos restos; él les ha dado la vida de la fama y del interés arqueológico. Antes que él siempre subían, y aún vivieron ahí, muchas personas que cultivaban calabazas, yucas, camotes y caña de azúcar. El finado señor Lizárraga subía con frecuencia en años anteriores (1962:44.) El párrafo que sigue es de igual interés, tanto por lo que dice y como lo dice: “El 14 de julio de 1902 (hace diez años), subieron a Machupiqchu por el camino que siguió el doctor Bingham, un señor Gabino Sánchez, vecino de Caycay, y los señores Enrique Palma y Agustín Lizárraga, quienes visitaron todas las ruinas y recorrieron sus compartimientos, pero, Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 5 Jorge A. Flores Ochoa como ocurre siempre, no fueron por interés científico e histórico, sino en busca de lo que muchos pretenden y de aquello que a algunos les quita el sueño, para ir a excavar lugares donde hay monumentos antiguos […] Machupiqchu ha sido pues, conocido por muchas personas, aunque su celebridad tengamos que deberla al doctor Bingham” (1962:44). El Dr. Cosio no sólo aclara la supuesta acción del Dr. Bingham, sino también de otros a quienes se atribuye ser descubridores, el “primero”, como si el sitio arqueológico, que fue parte de una hacienda, tuviera lugares que los mismos propietarios no las conocieran, máximo que allí vivían colonos o arrendires. Reitero que en la región sólo hubo haciendas, no existieron comunidades campesinas, del tipo que estudia la antropología nacional. Luego de la refor ma agraria del gobierno militar, pasaron a ser dueños de sus parcelas y se organizaron en for ma similar a las comunidades indígenas de las tierras altas. En la reedición del “Infor me elevado al Supremo Gobierno, sobre los trabajos de la Expedición Científica de la Universidad de Yale” de la Edi ción Extraordinaria de la Revista del Museo e Instituto Arqueológico de 1961 va de las páginas 326 a 364 y tiene la fecha de 21 de diciem bre del mis mo año de 1912. La comisión a la que refiere el Dr. Cosio fue la que se nombró a raíz de rumores y denuncias que circulaban en el Cuzco por esa época. Se comentaba se realizaban embarques de material arqueológico, por el puerto arequipeño de Mollendo. Referencia de este tipo lo encontramos en la entrevista del Dr. Luis Barreda Murillo a Luis Rodríguez Carpio, que fuera arriero de Bingham en Machupiqchu y también 6 en su visita a Choquequirao (Cf Anexo VI en Mould de Pease, 2003: 211–224). Este tipo de comentarios también los escuchábamos, con mis her manos, de nuestro tío José María Ochoa que residía en Urubamba, por la década de los años cuarenta del siglo pasado. Incluso narraba la existencia de rutas “por las alturas” que utilizaban los experimentados arrieros. Este giro de las alturas, se utilizaba para indicar la experiencia de los arrieros se seguir caminos que no pasaban por sitios poblados, porque lo hacían con reser va y sigilo. La mayor parte de las veces para transportar el alcohol producido en los cañaverales de la cuenca del río Apurímac. OTROS “DESCUBRIDORES” Así como el Dr. Hiram Bingham no puede ser considerado descubridor, tampoco lo son otras personas a quienes se atribuye tal, no digo hazaña, sino hecho, porque como ya se ha indicado, la región fue conocida y recorrida durante siglos. Reitero solamente existieron haciendas en la región, por lo menos hasta el río Vilcanota que la separa de la actual población de Santa Teresa. Vuelvo a insistir no hubo comunidades campesinas, con familias propietarias de las tierras que ocupaban. La mano de obra era proporcionada por estos arrendiris. Al fallecimiento de Justo Zenón Ochoa Guevara, en 1926, la hacienda Collpani–Mandor fue asignada a tres de sus hijas. Pampacachua y Cedrobamba a Estela Collpani–Mandor fue dividida entre Ildaura y Ernestina. Ildaura vendió sus acciones al ingeniero N. Maldonado, Jefe de la Estación del Ferrocarril Cuzco–Santa Ana en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Los sectores de Estela y Ernestina fueron afectados por el proceso de refor ma agraria del gobier no de las Fuerzas Armadas y entregados a los arrendiris, por mandato de la ley. Así surgieron los actuales propietarios de estos sectores. Adi cio nal men te, lo ocu rri do nos per mite afir mar que los actuales residentes en Aguas Calientes en su inmensa mayoría, proceden de diferentes lugares del departamento, del país y del extranjero. Así lo evidencia el incremento de su población de 2000 habitantes a 5000 en menos de cinco años. No pueden acreditar títulos de propiedad sobre las tierras que ocupan, habiéndose for mado una típica población “de frontera”, sin historia ni tradición común, ni identidad propia, estando unidos por afanes mercantiles. Es población for mada por el turismo, para prestar los ser vicios que demanda esta actividad. La mayor parte de los migrantes a Machupiqchu eran campesinos quechuas que buscaban donde asentarse con cierta libertad. Algunos huían de las condiciones de explotación del valle del Vil ca no ta. Otros fue ron aventureros en pos de fortuna y no pocos buscadores de tesoros. Como se indicó anterior mente, los recién llegados buscaban lugares apropiados para cultivar. Como con estas condiciones no abundaban, y no las hay en la actualidad, procedían a “rozar” el bosque para crear su propia chacra. En esta búsqueda era que exploraban el lugar. Fue gente que recorría la zona buscando este tipo de suelos. Atribuir a uno de ellos, “…el señor Lizárraga” así lo llama el Dr. Cosio (1961) ser descubridor de Ma chu piq chu, te nien do por prueba máxima el grafiti que dejó en uno de los muros incas, del que también da cuenta el Dr. Bingham (1948), es exagerado. Inscripción de este tipo sería, hoy día, considerado atentado contra la intangibilidad del mo- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El “descubrimiento” de Machupiqchu numento, pasando a ser el pri- telegram home. Machu Picchu was mero que se cometió contra tan known locally, but the more difficult importante monumento de la question was whether any other schohumanidad. lar had published on it. Bingham neeContinuando con el autor del ded to go no further than the 1865 grafiti, las evidencias señalan map of the geographer Raimondi in que no fue originario del lugar, hi saddlebags to see that the mountain siendo un recién llegado, que of Machu Picchu had been documenevidentemente contaba con ins- ted for nearly a half century. The trucción superior al promedio mountain had appeared on many de los trabajadores de las hacien- maps since, including one published in das de la zona, puesto que sabía 1910 by the English Inca expert Sir escribir y leer. El Dr. Bingham Cle ments Mark ham (Hea ney, utilizó sus ser vicios comentan- 2010: 92). do: From some scrawls on the stone Con mucho cuidado, pero de of a temple we lear ned that it was visi- manera fir me y clara, el autor cited in 1902 by one Lizarraga, a local tado, en otro párrafo donde ammuleteer. It must was been known be- plía lo que se ha insertado líneas fore because, as we said above, Wie- arriba, escribe: As for references to ner, who was in Ollantaytambo in the the ruins —they too existed. Bing70’s, speaks of having heard of ruins ham had already referred to the geoat a place named “Mztcho Picchu”, graphy of Charles Wiener, who in which he did no find (1913, repro- 1880 reported rumors of ruins at ducido el 2004). Machu Picchu and Huayna Picchu. Para tomar en cuenta la ver- Wiener had not visited them, but otsión de Lizárraga como el prime- hers perhaps had— even if Bingham ro que ascendió al sitio arqueoló- hadn’t heard of them. In 1877 a Gergico de Machupiqchu, se debe man named Herman Göhring publisrecordar y tener presente que hed an account of a doomed expedieste centro arqueológico, estaba tion down the Urubamba, in which he habitado por Melquiades Re- noted the existence of a fortress at charte y Anacleto Álvarez, traba-“Picchu” (2010: 93). jadores de la hacienda Cutija, Es indudable que desde la sin duda arrendiris. A pesar de perspectiva de países capitalislos apellidos muy hispanos que tas, en proceso de expansión ostentaban y no precisamente económica y política, fue un desquechuas. cubrimiento llegar a MachupiqArteaga ascendía con frecuen- chu. Es lo que estaban haciendo cia a Machupiqchu para visitar y por la misma época sus exploraper manecer un tiempo con sus dores y estudiosos, atravesando conocidos Recharte y Alvarez. el desierto de Gobi, tratando de Es a ellos que encontró el Dr. llegar al Polo Norte y cumplir Bingham cuando llegó al lugar otras “hazañas” similares. Pero el 24 de julio de 1911 acompaña- no podían ser descubridores de do del sargento Carrasco y de un lugar que contaba con habiMelchor Arteaga. Es evidente tantes, en una región poblada de que éste conocía el lugar y el ca- campesinos, hacendados propiemino de acceso, que conduce de tarios de las tierras del lugar y de la base de la montaña a la llaqta los vecinos de las poblaciones inca. Este hecho daría para una de Ollantaytambo, Urubamba y buena plática sobre ¿qué es y a Maras. qué se debe calificar como des- En 1922 Bingham declaró: I cubrimiento? súpose that in the same sense off the Veamos la versión del histo- word as it used in the expression riador Heaney: Still Bingham re- ‘Columbus discovered America’ it frained from firing off a triumphant is fair to say that I discovered MaRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 7 Jorge A. Flores Ochoa chu Picchu (En AB Explorer of MACHUPIQCHU EN Ma chu Pic chu: 26. En Hea ney, LA DOCUMENTACIÓN 2010: 93) HISTÓRICA El intercambio comercial fue Dejamos la primera década muy activo en esta región, por del siglo veinte, para retroceder los productos de tierras cálidas en el tiempo hasta el siglo diecique se traían a Urubamba y al séis. La irrupción de los españomismo Cuzco. También se cono- les en los andes, dio origen al cocen de envíos, por ejemplo de lapso de la civilización inca. Se panes desde Urubamba y Ma- destrozó el sistema político, inras. Además el camino no pre- cluyendo la estructura social de sentaba mayores dificultades la religión, la iglesia andina en cuando se contaba con mulas tér mi nos más pre ci sos. La cargueras y caballos de paso. La “gran tradición” se redujo, los arriería fue actividad intensa y gobernantes incas perdieron pomuy rentable, como describe el der, bienes, signos exteriores de mismo Dr. Bingham. estatus. Las “haciendas reales de La his to ria do ra Ma ria na los incas”, decir de Rowe (1997) Mould de Pease, con la técnica comprendían tierras y edificacioy paciencia propia de los bue- nes de arquitectura imperial y nos historiadores, muestra y fueron distribuidas y entregadas prueba como el Dr. Bingham a los vencedores. Eso se hizo fue construyendo poco a poco con Machupiqchu. Esta hacienla imagen de descubridor de da real del Inca Yupanqui PachaMachupiqchu, ocultando o ig- cuti, es sin lugar a dudas lugar esno ran do de li be ra da men te la pecial, con características que documentación y mapas, que bien corresponden a un místico evidenciaban visitas anteriores como Pachacuti. Las razones a la suya. Así es cuando, por para que eligiera este sitio dan luejemplo, muestra la referencia gar a lucubraciones, desde las de Wiener, en el párrafo de lí- posibles hasta las más fantasioneas arriba, que reproduce par - sas propias del new age, que tante de un ar tículo que publicó. tos seguidores tiene hoy día. Otro olvido del Dr. Bingham, Una nueva propuesta es que como indica la doctora Mould fue construido como mausoleo, de Pease, fue dejar de lado la re- destinado a conser var el mallqui lación de Rodríguez de Figue- —momia— el cuerpo del gran roa de 1566, (2003). Este fun- y mís ti co inca (Lum bre ras, cionario español fue en busca 2005: 14–42). Este autor identide Titu Cusi a su refugio de Vil- fica Machupiqchu como el Patacabamba, se nota que tuvo no- llaqta, del que dan cuenta docuticias de la existencia de Ma- mentos históricos Dice: En Machu Piqchu vivía poca chupiqchu cuando acampó al pie de la montaña en la que se gente, tal vez no más de 200 o encuentra este centro arqueo- 300 personas y, si la sospecha es lógico. Fue el historiador Car- cierta, todas ellas ligadas al linalos A. Romero quien dio a co- je o ser vicio del Inka, es decir nocer este documento al Dr. miembros de la “panaca” del priBingham. Cf Mould de Pease mer emperador del Tawantinsu(2003). El Dr. Rowe, afir ma yu y sus “mamaconas” y otros casi lo mismo (1985, 1990 y ser vicios. (Lumbreras, 2005: 14) 2003). La relación también fue Sin embargo parece que el Pap u b l i c a d a p o r R i c h a r d tallaqta de los documentos, se Pietschman en 1912 (Rowe, encontraba en la vecindad de la 1985, 1990, 2003) ciudad del Cuzco. Es la opinión 8 de Donato Amado, historiador que maneja la documentación escrita. Fue en este sitio donde se encontraba el cuerpo de Pachakuti. De acuerdo a las costumbres funerarias de la época, estuvo acompañado de sir vientes que lo atendían, cambiándole ropa, dán do le de co mer, como si estuviera con vida, tal como prescribía la tradición de tra ta mien to de las mo mias —mallquis— de los incas. Que Machupiqchu no sea la residencia post–morten de Pachacuti, no afectada en lo mínimo su importancia como obra maestra de la arquitectura inca. Retornado a la Relación de Diego Rodríguez de Figueroa se evidencia que Machupiqchu fue conocido por los españoles del siglo XVI. No se lo había olvidado, ni perdido por la memoria colectiva. Con referencia este documento el Dr. Rowe dice: La relación de Diego Rodríguez fue publicada por Richard Pietschmann en 1910. Bingham la conoció en una tirada aparte, y la citó en un estudio sobre Vitcos publicado en 1912, pero se le escapó la referencia a Picchu. Al escribir sobre Machu Pixcchu en 1948, transcribió porciones de la relación, utilizando la traducción inglesa de C.R. Markham, pero omitió la referencia clave a ‘Picho’, pues hubiera sido fatal para su fantasiosa identificación con Machu Picchu con ‘Vilcabamba la Vieja’ (Cf. Bing ham 1912: 8, 63, 1948: 60–67 En Rowe 2003: 118). Llamó la atención la delicadeza del Dr. Rowe, que muestra como se comenzaron a ocultar referencias históricas que mostraban la ubicación y existencia de la llaqta inca, que en los documentos históricos es identificado como Picchu, Piccho o Picho, de manera indistinta. Algo que deberían aprender quienes pretenden encontrar descubridores de “ruinas”, nada menos Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El “descubrimiento” de Machupiqchu que dentro de los linderos de haciendas. Conviene tomar en cuenta otras referencias, incluidas por el Dr. Rowe en su artículo. Precisa más referencias, como la que muestra que Piccho fue parte del repartimiento de Calca, Tambo y Amaybamba que Francisco Pi za rro en tre gó como en comienda a su her mano Hernando en 1539. Parece no satisfizo sus expectativas, por lo que la hizo pasar a manos de Arias Maldonado. La referencia se encuentra en la provisión del Conde de Nieva de 1562, publicada en 1906, sólo cinco años antes del arribo del Dr. Bingham a Machupiqchu (Rowe, 2003: 118). ¿Este documento pudo ser del conocimiento del Dr. Bingham? Bien vale insistir en este punto. Como se adelantó páginas atrás anticipó el historiador Donato Amado da cuenta de la existen cia de otros do cu men tos, dando cuenta de la presencia de Machupiqchu. Resaltan las infor maciones de 1578; 1658, año de composición de tierras. Existe un silencio de casi ochenta años, que será objeto de búsqueda de documentación adicional. Más referencias se encuentran a partir de 1706 y continúa en 1776; 1782; 1830; 1834; 1849; con mayores precisiones. Por ejemplo en el fechado 3 de diciembre de 1782, cuenta que los her ma nos Pa blo y Anto nio Ochoa compraron a Manuela Almirón y Villegas “[…] unas tierras sin aperos, ganados, ni casas nombrados Quenti, Car menga, Pic chu, Ma chu pic chu y Guaynapicho […]”, que, pasado un tiempo y representados por su tío Monseñor Ochoa, vendieron estas tierras al capitán Marcos Antonio de la Cámara y Escudero el 3 de diciembre de 1782. El apellido Cámara del Corregidor de Urubamba, sigue vigente en la población de Urubamba. La referencia del Dr. José Uriel García Ochoa, publicada en México en 1968, la da conocer el historiador cuzqueño José Tamayo Herrera (1978: 121). Es el mismo que señala la Dra. Mould de Pease. En sus palabras: “[…] Re cor de mos que en 1951 José Uriel García difundió en una publicación mexicana una escritura pública fechada en 1782, en la que se registra la venta de: “unas tierras más abajo del río del pueblo de Ollantaytambo, nombrada Quenti, Mascacucho, Pacaymayu, Car menga, Yanacasa, Picchu, Machu Pic chu, Guay na Pic chu” (Mould de Pease, 2008: 27) Como se ha indi cado, las fuentes documentales toman mayor precisión, a par tir de 1870. Las in for ma cio nes cubren semanas incluso días, ofrecien do ri que za in for ma ti va. Muestran cambios de propiedad, que se suceden en períodos muy cortos, como los de 1871, 1872, 1873, 1874. Este material está siendo elaborado por Donato Amado. Se espera el resultado de sus análisis. Le debo la infor mación incluida en esta parte. Donato Amado detiene su investigación en 1874. Considera que estando cercano el siglo XX, se está en el período que atrajo la atención de la Dra. Mould de Pease. Además esta historiadora cuenta con infor mación visual de gran importancia. Son los mapas que justamente ha ubicado trabajando con esmero en diversos archivos. Además cuando se consolida la propiedad de la hacienda Cutija pasando a manos de la familia Abril Ferro. Los herederos de esos hacendados, han presentado reclamos pidiendo se les restituya sus derechos sobre las tierras de la hacienda, en las que se halla el sitio arqueológico de Machupiqchu. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 9 Jorge A. Flores Ochoa la Imprenta del Estado en 1877, MACHUPIQCHU EN LA Lima. Lleva la leyenda: “Mapa de CARTOGRAFÍA Esta parte muestra evidencias los valles de Paucartambo, Lares, que prueban que Machupiqchu, Ocobamba, y la Quebrada del Vilfiguraba en mapas desde el siglo canota. Levantado por Herman XIX. No fue desconocido. Todo Göhring. Ingeniero del Estado. lo contrario. Su existencia y ubica- Cusco. Diciembre de 1874”. ción estaban detalladas con preci- El informe trae notas e inforsión, incluyendo los nombres de maciones de gran valor etnológisus variados accidentes naturales. co y arqueológico. Para terminar, Se opina que algunas de estas car- casi concluir el informe, proportas geográficas fueron conocidas ciona afirmación que adquiere espor el Dr. Bingham, incluso estu- pecial importancia. Son los covieran en su poder, como se ha mentarios a Ollantay, obra clásica mostrado en la sección preceden- del teatro cuzqueño en quechua. Considera que la población de te. La Dra. Mould inició la tarea Ollantaytambo, no pudo ser la de ubicar mapas, que dio a cono- fortaleza de la obra teatral. Con cer al gran público. Sorprende no sus palabras: [….] A primera vista aparece los mencionen publicaciones que se ocupan del “descubrimiento” absurdo del primer supuesto, de Machupiqchu. Esta realidad la pues es inconcebible la idea que motivó usar uno en la tapa de su li- su jefe rebelde erija á la corta disbro Machupiqchu y el Código de tancia de doce leguas del Cuzco Ética de Arqueología Americana. una fortaleza, cuya construcción El mapa contiene la siguiente le- ha exijido el empleo de centenayenda: “Mapa de los valles de Pau- res de brazos por mucho tiempo. cartambo, Lares, Ocobamba y la El segundo supuesto es inadmisiQuebrada del Vilcanota, levanta- ble que un jefe elija por asiento a da por Herman Göhring. Ingenie- Ollantaytambo, cuando la situaro del Estado. Cusco, Diciembre ción zoográfica de las cercanas 1874” (Ver Mould de Pease fortalezas de Chuquillusca, Torontoy o Picchu, le presentaba 2003). Hasta el presente, se han ubica- mayores ventajas a su propósito do seis mapas y existe fuerte evi- [1877:106). Las palabras de Göhring son dencia de la existencia de uno más, por el momento. Con preci- de especial relevancia. Evidensión ubi can a Ma chu piq chu, cian estuvo en el centro arqueolócomo punto geográfico, siendo gico de Machupiqchu, como en evidente que la información de Chuquillusco y Torontoy de la relas toponimias y otras designacio- gión. Al llamarlos fortalezas, pruenes los obtuvieron de la gente del ba estuvo en ellos. Como se refielugar que los conocía de manera re a otros sitios arqueológicos. Así procede cuando al referirse a tradicional. Estos mapas son: 1. Existen evidencias de un P’isaq y Ollantaytambo y otros mapa de 1868. No ha sido aún centros arqueológicos. 3. Mapa de 1880 preparado ubicado, por lo que no se tienen por Charles Wiener. Lo incluyó más referencias, faltando conocer en la edición en francés que lleva sus características. 2. Mapa confeccionado por el título de Pérou Et Bolivie. Recit Hermann Göhring. Fue publica- De Vo ya ge Sui ve E’é tu des do en el Informe al Supremo Go- Archeologiques et Ethnographibierno del Perú Sobre la Expedi- ques Et De Notes Sur L’écriture ción a los Valles de Paucartambo. Et Les Langues Des Populations En 1873 Al Mando del Coronel Indiennes. Hachette, Paris1880. D. Baltazar La Torre. Se editó en Fue traducido al español con el tí10 tulo El Perú y Bolivia. Relatos de Viaje, 1993. Como se mostró líneas atrás, fue conocido por el Dr. Bingham, como también indica Heaney, 2010: 93). 4. Mapa de Augusto R. Berns de 1881. Este ciudadano alemán instaló un aserradero en lo que hoy es la estación de Aguas Calientes en 1860. En el mapa figura en inglés como saw mill. Esta infor mación confir ma la afir mación de páginas anteriores, que la zona fue boscosa y la extracción de madera una de las principales actividades económicas. La tradición oral, que todavía se recordaba en el poblado de Aguas Calientes, en la década de los cuarenta del siglo pasado, narraba que una crecida del río Alcamayo “se lle vó la máqui na”. Como parte de la misma tradición algunas personas, indicaban que el nombre del río fue Salcamayu o sea Río Salvaje, porque los efectos destructivos que tenían sus crecidas en la estación de lluvias. El otro nombre de Máquina y/o Maquinayuq provenía del aserradero destruido por el aluvión. Tampoco faltaban quienes contaban que fue una crecida del río Alcamayo, que arrastró una locomotora hasta el río Vilcanota. y/o Maquinayuq, usado alternativamente con los de Aguas Calientes y/o Punta Rieles. Este último porque era donde concluían los rieles del Ferrocarril Cuzco–Santa Ana. Berns reemplazó a Charles Göhring en los contratos éste tenían con el gobierno peruano. El mapa se conserva en la Biblioteca Nacional del Perú en Lima. La referencia del mapa es Map of Torontoy & Cercado de San Antonio State. A.R. Berns (en Mould de Pease, 2008: 28). Hay un dato adicional. Por Resolución Suprema de 1887 se autorizó a don Augusto R. Berns exportar las “antigüedades incásicas” que se extraigan de la “huaca del inca”, es decir de Machupiqchu. En el Archivo del Dr. Hiran Bingham, que se Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El “descubrimiento” de Machupiqchu encuentra en la Universidad de Yale se halla la traducción al inglés de la Resolución Suprema del 16 de junio de 1887: […] en que el súbdito alemán Augusto R. Berns se asocia al Estado Peruano, representado por el gobierno de Andrés Avelino Cáceres para extraer “antigüedades incásicas” de las huacas y construcciones gentilicias del departamento del Cuzco y exportarlas a Alemania (Mould de Pease, 2008:29. Cf. Contraloría General…, 2005) 5. El mapa inédito de 1904. Se encuentra en el Archivo General y de Documentación del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, Biblioteca Nacional. La noticia de su existencia corresponde a la Dra. Mariana Mould de Pease. 6. Mapa de 1910, sólo un año antes del “descubrimiento” de Machupiqchu. Fue publicado por el historiador inglés Sir Clemnts Markhm en el trabajo titulado “The Land of the Incas”, incluido en el Volumen XXXVII, No. 4: 381–404 del The Royal Geographical Journal. El mapa tiene fecha anterior a esta publicación. Gentileza de la Dra. Mariana Mould de Pease. 7. El mapa que corresponde al alemán George von Hassel. Fue utilizado por Carl Haenel en el alegato que escribió para probar que el Dr. Hiran Bingham no fue descubridor de Machupiqchu. Indicaba que ciudadanos alemanes estuvieron en el lugar mucho antes que el historiador norteamericano. 8. No se descarta la posibilidad de seguir hallando más mapas. Así evidencia el hallazgo del fechado en 1865. Aunque no figura Machupiqchu, bien vale la pena hacer referencia a su existencia, puesto que es una hermosa muestra de la cartografía de la época, para indicar los accidentes geográficos como cadenas de montañas y ríos. Su leyenda indica: MAPA Del Departamento del CUZCO Dedicado al Benemérito Señor General Don José Miguel Medina Prefecto de la Ciudad del CALLAO 1865 por Emilio Colpaert. Agradezco al historiador Donato Amado por la gentileza de darme a conocer este mapa. Los siete primeros mapas han sido puestos a disposición de los investigadores y del público en general, con la edición de un disco digitalizado. Es producto de la contribución científica de la Dra. Mariana Mould de Pease y la Sociedad Pro–Cultura Clorinda Matto de Turner. La primera ofreció las imágenes de los mapas y la institución referida, financió la edición del disco. El disco va en un sobre, en cuya tapa se ha incluido el siguiente párrafo de una de las obras de la escritora Clorinda Matto de Turner: El pueblo que no respeta ni glorifica a sus defensores, es pueblo muerto; puede respirar y moverse todavía, pero lleva dentro del pecho el sepulcro de su porvenir. (En Boreales, Miniaturas y Porcelanas) MACHUPIQCHU Y LA TRADICIÓN ORAL En la antropología la tradición oral es fuente de primer orden. Su aparente fragilidad por efecto del transcurso del tiempo, no resta esencia de lo que se dice, sobretodo cuando se conoce a quien lo dijo como primer testimonio de la cadena de trasmisión. Jan Vansina muestra las posibilidades históricas de la oralidad. La oralidad es fuente de primer orden en la investigación antropológica. Principal fuente de información en el trabajo de campo, por tanto igualmente válida en estudios urbanos, en los que testimonios escuchados en el pasado, se trasmitieron oralmente, muchos forman parte de tradiciones familiares, como muestra bien el Dr. José Tamayo Herrera et al (2008). Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 11 Jorge A. Flores Ochoa Esta parte se basa en lo escuchado, que permaneció en el recuerdo, de conversaciones y testimonios de los mayores en la década de los años cuarenta del siglo pasado. Como se indicó anteriormente, el Dr. Justo Zenón Ochoa Guevara, abuelo materno, fue propietario de la hacienda que comprendía los sectores de Pampacahua, Cedrobamba, Collpani y Mandor. A su fallecimiento en 1923, pasó a sus hijas Ildaura, Estela y Ernestina, correspondiéndoles los sectores de Collpani, Mandor y Pampacahua – Cedrobamba respectivamente. Sus otros hijos recibieron otros fundos o casas en el Cuzco. Así Oscar y Arístides obtuvieron la hacienda Piqchu, que se halla en las afueras de la ciudad del Cuzco y en el siglo XVIII fue hacienda de los jesuitas. A Mateo le correspondió la llamada Casa de Zelenque, sita en la Plaza Mayor del Cuzco Uno de los hijos mayores del matrimonio Ochoa–Pacheco fue Justo A. el mismo que acompañó y guió al Dr. José Gabriel Cosio en el recorrido que realizó, para investigar las denuncias que ya existían en el momento, de apropiación de objetos arqueológicos por el Dr. Bingham y que pudieran estar siendo enviados a Estados Unidos. Integraba la cabalgata el estudiante del Colegio Nacional de Ciencias Alberto López Ochoa, primo de Justo Zenón, que ya de médico, fue Ministro de Salud en el gobierno de Manuel A. Odría. En la hacienda Collpani, de propiedad de Justo Zenón Ochoa, se les unieron sus hermanos Luis Ochoa y José María Ochoa, acompañados del telegrafista N. Martínez. Esta larga referencia muestra, como contaba José María Ochoa, estudiante de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cuzco, en el rectorado del Dr. Alberto Giesecke, que tenía la costumbre de conversar con los estu12 diantes, preguntándoles de la existencia de sitios arqueológicos, que luego lo comunicó al Dr. Bingham, como se encuentra en la biografía de Giesecke. Por ello, cuando Bingham llegó, Alberto [Giesecke] le hizo un relato detallado de toda la historia y le sugirió entrar en contacto con Arteaga. Además, por supuesto, puso a Bingham en contacto con muchos profesores y alumnos que poseían tierras en el valle del Urubamba. Todo eso haría más fácil el trabajo de la expedición que era numerosa y no sólo tenia finalidades arqueológicas (Rubio Correa, 2007: 114–115). Similares consideraciones refiere un trabajo publicado por el Dr. Rafael Aguilar Páez. Cuenta del viaje que realizó el Dr. Giesecke con el hacendado Braulio Polo y la Borda, propietario de la hacienda Echarati el mes de enero de 1911. Lluvias intensas no les dejaron seguir su camino, por lo que acamparon cerca del puente e San Miguel. Arteaga el cuidante del puente, contó que en la parte alta del cerro Picchu, habían ruinas. Propusieron subir, pero Arteaga indicó que por la lluvia no sería posible, mejor esperar la estación de secas y podrían hacerlo en julio (Aguilar Paez, 1961). Retomando la tradición oral familiar, coincide con lo que Justo y sus hermanos dieron aviso de la existencia de ruinas en la vecindad de la hacienda familiar. La biografía citada del Dr. Giesecke, prueba que fue uno de los que informaron y animaron a Bingham seguir la ruta del río Vilcanota más al norte de Ollantaytambo donde estaban ruinas que ellos conocían. Retomando la narración, el tío José María Ochoa estableció su residencia en la población de Urubamba. Mi madre, her mana de aquél, con todos nosotros, siete her manos, excepto David el mayor que estudiaba medicina en Lima, pasábamos las vaca- ciones de enero a marzo en Urubamba, en la casa solariega del tío José María y toda su familia. Urubamba, población provinciana, sin ser vicio eléctrico, en noches alumbradas con lamparines y velas, sin radios ni noticias del mundo externo, las noches se dedicaban a tertulias nocturnas o a partidas de rocambor, juego muy complicado que los menores no entendíamos. El palique, al decir entonces, trataba de historias de todo tipo. Aventuras de aparecidos, fantasmas, raptos de novias cuando existían prohibiciones de matrimonios, de cultivos, de las propuestas de tío que proponía sembrar truchas en el río Vilcanota, o contar plantaciones de frutas para enlatarlas. Era “el loco Mauricio”, que se adelantó mucho a su tiempo. Sea cual fuera el tema, con frecuencia se llegaba a las del gringo, que era como se referían al Dr. Hiram Bingham. En este punto las conversaciones desembocaban en el descubrimiento de Machupiqchu, que todos ellos conocieron desde siempre. Les parecía gracioso, cuando no patético, que un extranjero, que no conocía la región, a la que pudo llegar guiado de las manos por gente del lugar, hubiera descubier to las “ruinas” que habían visitado varias veces y conocían muy bien. Las excursiones que organizaban para conocer más la zona, por supuesto sin nin gún in te rés cien tí fi co, puesto que nadie fue historiador o arqueólogo. En la estación “de se cas”, sin llu vias, mayo a setiembre, se dedicaban a la caza. Cruzaban el río Vilcanota por puentes improvisados y porque en la estación de secas, fue más fácil hacerlo. Uno de los escuchas de las veladas fue Justo Ochoa, hijo menor de José María y primo her mano nuestro. Con el tiempo estudió ingeniería, especializándo- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El “descubrimiento” de Machupiqchu se en ferrocarriles. Fue funciona- estuvo en el lugar. Pero de ningurio del Ferrocarril Cuzco – San- na manera se puede considerar ta Ana que une el Cuzco con la como prueba máxima de un sues ta ción de Aguas Ca lien tes. puesto descubrimiento, de un Años después comentó la exis-“pri me ro”. Los do cu men tos tencia de un puente de uso pea- que van saliendo a luz desde el sitonal, sobre el río Vilcanota, glo XVI hasta el XX, prueban que per mitía cruzar el río sin todo lo contrario. De igual maproblemas. Posterior mente fue nera lo hace la infor mación vidi na mi ta do por in te re ses de sual que proporcionan docuquienes comenzaron a usar Ma- mentos tan valiosos como los chupiqchu como atractivo turís- mapas. Fueron trabajados por tico y para impedir la existencia personas que recorrieron los side otro acceso al sitio arqueoló- tios incluidos en las cartas geogico. Publicó un artículo, comen- gráficas, de espacios y en tiemtó, en la Revista de los Ingenie- pos claramente identificados. ros, que sensiblemente no he po- Desde el más antiguo que se indido consultar. Esta referencia for ma data de 1868 a los siguienmuestra la existencia de puentes tes que cubren la segunda parte peatonales, que per mitían pasar del siglo XIX, que además fuede una orilla a la otra del río Vil- ron conocidos y utilizados por canota. Tampoco el río fue insal- el Dr. Hiram Bingham. vable, como comprobó el Dr. Nuestro propósito es, solaBingham, cuando lo cruzó el 24 mente, esclarecer lo que ocurrió de julio, uno de los meses de la en el pasado cercano, desde una estación de secas del año andi- perspectiva científica, sin olvino, cuando las aguas descienden dar el acceso a las versiones oraconsiderablemente. les de quienes frecuentaban la Escuchar a quienes conocían zona y nos trasmitieron lo que la región y que estuvieron en el conocían. Son testimonios de lugar de la supuesta hazaña de “pri me ra mano”. La cien cia un extranjero, que recién transi- avanza de esta manera, sin tetaba por esas regiones, nos per - mor de ir contra opiniones difemite recordar sus comunicacio- rentes, aunque sean difundidas nes, porque siendo “testigos de y se las tome por “versiones ofiojos”, al decir del siglo XVI, de ciales”. Establecer la veracidad lo que sucedió, invita, mejor es obligación de quienes tenediré obliga a escribir estas líneas. mos la oportunidad de acceder Se debe establecer cuanto real- a documentos, como de haber mente sucedió, puesto que tam- escuchado versiones de actores, bién hay versiones interesadas que estuvieron en el lugar cuanpara tergiversar cuanto sucedió do sucedieron los hechos de los sin te ner el cui da do de bi do, que tratamos. cuando se trata de hechos que Si Machupiqchu posee el simsucedieron en el pasado. La in- bolismo que se le atribuye y la for mación escrita, es tratada importancia que tiene para nuescon cuidado. Los documentos tra sociedad, es necesario que la requieren de técnicas que sólo infor mación que se ofrece de tienen los profesionales. Tam- ella, sea verídica y seria. No recubién la oralidad, utilizada en for - rrir a invenciones, que pueden ma adecuada y con técnica pue- satisfacer egos personales, pero de, incluso, superar lo escrito, de ninguna manera son científicomo ha mostrado Vansina de cas. Sólo la ciencia debe establemanera admirable (1966). cer la verdad histórica y no las Un graffiti en un muro prue- suposiciones o deseos, por muy ba que el autor sabía escribir y justificados que puedan ser. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 13 Jorge A. Flores Ochoa P.S. Estando concluido el presente trabajo, se difundió la noticia que el 2011 ha sido declarado “Año del Centenario de Machu Picchu para el Mundo”. Vale reconocer que se ha omitido descubrimiento, comenzando a reconocerse la verdad histórica, aunque más bien luzca solamente como reclame comercial. Sin embargo la nominación es para satisfacer expectativas empresariales. El anuncio de esta nominación la hizo el Presidente del Consejo Directivo de la Cámara Nacional de Turismo —CANATUR. Explicó que se iniciaron las coordinaciones con los operadores de la vía férrea que conduce al santuario para que preparen tarifas especiales, y se dialoga con los dueños de hoteles la posibilidad de promover ofertas de hospedaje. “Estamos en plenas coordinaciones. Sería una campaña similar a la de Cusco Pone o el Norte Pone, que posiblemente se lance para Febrero o Marzo, manifestó” (El Diario del Cusco, 5 de enero de 2011). Por infor mación periodística del extranjero, se ha difundido que la Universidad de Yale propondría que el 2011 se conmemore como “El Centenario de la Expedición de la Universidad de Yale”. Si fuera cierto, estaríamos frente a otro cambio saludable al que tiene todo el derecho dicha universidad. La edición del sábado 1 de enero del 2011 del diario limeño El Comercio, ha publicado a toda página una nota sobre Machupiqchu, con la fir ma de María Luisa del Río Labarthe. Un párrafo dice: En 1913 el mundo conoció el hallazgo de Machu Picchu a través de la revista “National Geographic”. El mérito se lo llevó Bingham, quien había organizado una expedición financiada por Yale y la National Geographical Society. Años después, en 14 la libreta de campo de Bingham, pudimos leer que había sido Agustín Lizárraga el descubridor de la ciudad perdida de los incas. Lizárraga había llegado en 1902 con Gabino Sánchez y Enrique Palma, todos cusqueños. Pero Lizárraga, que en un segundo viaje resbaló al río Urubamba y murió ahogado, fue opacado por la fama de Bingham y cayó en el olvido (El Comercio, sábado 1 de enero del 2011, pag. 2). Si los que subieron a Machupiqchu fueron tres personas, como bien indica la nota periodística, ¿por qué no considerar a los tres como descubridores? Tener presente que Enrique Palma, de instrucción superior, fue administrador de la hacienda de Justo Zenón Ochoa, que luego fue su suegro, por el matrimonio de Enrique Palma con María Ochoa. Sus hijos fueron Adriel, Fernando, Hortensia y Rebeca Palma Ochoa, mis primos her manos. La historia merece ser contada completa y adecua da men te. Rei te ran do que Machupiqchu estuvo siempre presente en la memoria colectiva, mucho más por quienes poseían haciendas en la región, donde per manecían por mucho largas temporadas, especialmente en las vacaciones estudiantiles de medio y fin de año. No hubo descubridores ni de allá ni de aquí. REFERENCIAS —Aguilar Páez, Rafael 1961 Machupicchu. TAREAS Del Pensamiento Peruano Año II, No. 6:54–66. Lima. —Bingham, Hiram 1948 Machu Picchu la ciudad perdida de los incas. 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Dirección Regional de Cultura del cultural en Machupiqchu. Lima Cusco. —Montthly Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 MACHUPIQCHU SINOPSIS DE MACHUPICCHU1 Luis E. Valcárcel LA REGIÓN TAMPU L as construcciones militares levantadas en el pueblo y alrededores de Ollantaytambo están dirigidas contra una posible invasión que pudiera seguir o el curso del mismo río Urubamba o el de uno de sus afluentes, el pequeño Pachar que sir ve de desaguadero a la cenagosa pampa de Anta, pocillo o tazón de un antiguo lago. El fuerte y demás baluartes auxiliares con la salvaguardia o cerradura de la zona que hoy conocemos por los valles de La Convención y Okobamba, ayer como hoy sectores agrícolas de vasta producción de nobles productos tropicales como la coca, el ají, el algodón, finas maderas y preciados frutos. La región Tampu se inicia en Pachar y más visiblemente en Ollantaytambo y se extiende por la enorme hoya amazónica, perdiéndose en la selva. Caminos, acueductos, gigantesca canalización del Willkamayu, millares de terrazas, bastiones, verdaderas fortalezas, miradores o sitios de observación, crecido número de pequeños pueblos, ciudades como Machupicchu sepultados por la maraña del bosque, son testimonios convincentes de que la región Tampu fue centro de una densa población. 1 Publicado en la Revista del Museo e Instituto Arqueológico N° 19 Universidad Nacional del Cuzco, de Julio de 1961. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 17 Luis E. Valcárcel SIGNIFICADO DE TAMPU El pueblo de Ollantaytambo no ha sido jamás conocido sino por Tambo, variación de las voz Keswa TAMPU. No ha de ser mayor de un siglo la antigüedad del uso de aquel nombre. Invariablemente en papeles coloniales se lee Tambo a secas, y los originarios del lugar le llaman también así. Tampu, convertido en tambo, es alojamiento o posada, según la co rrien te eti mo lo gía. Mas, tampu posee otra acepción muy poco vulgarizada: es el nombre de un ayllu o tribu antiquísima; precisamente de las que, según tradición, fundaron el Imperio de los Inkas. “O Sol, padre mío, que dixiste aya cozcos y TAMBOS: sean vencedores tus hijos de todas gentes…” comienza un himno en keswa de data precolombina que ha recogido y nos ha trasmitido uno de los primeros y más concienzudos historiadores: Cristóbal de Molina, el autor de “Fábulas y Ritos de los Inkas”. En la conocidísima leyenda de los Hermanos Ayar, la voz Tampu, como nombre propio, se repite muchas veces. Es Tamputok’o o la cueva de la que salieron los tampus; es Aputampu, o el señor y jefe de la tribu Tampu. En el éxodo hacia el Cuzco de Maskas o “Inkas”, Maras y Tampus, los primeros se avecindan en el valle del Watanay, los segundos se establecen cerca de las salinas que conservan el mismo nombre y los últimos dominan y se radican en la que propongo llamar REGION TAMPU. Tampu es el pueblo que nos aprestamos a estudiar. das por todo el valle del Urubamba, a partir de este punto. Ollantaytambo es la clave del misterio de Machupicchu. Cuántos han visitado este yacimiento arqueológico expresan su profunda emoción, más intensa quizá que la que se experimenta en el Cuzco mismo. Los especialistas lo hallan tan interesante y complicado que prefieren su estudio como el más atractivo por la serie de problemas que plantea. CAÑON DEL URUBAMBA Poco más de treinta kilómetros de Ollantaytambo, río abajo, comienza a estrecharse el valle hasta for mar un imponentísimo callejón de elevadas murallas, verdaderos acantilados que cierran el horizonte y lo contornean con sus agudos picachos. El Willkamayu, en estrecho y profundo cauce, rebota en sus graníticas orillas y se deshace en espuma, llenando de estruendos el espacio. La vegetación vecina del trópico cubre de verdes ropajes la montaña; el bosque trepa hasta las cimas, no importa lo abrupto, lo escarpado del talud. El río serpentea y las cordilleras también, en un proceso de ajustamiento y completación cósmica. Máquina es un pozo abismal: Mantur, un respiro. En tiempos coloniales jamás se aventuraron por esta temible, dantesca cima, los audaces invasores blancos. Para llegar a los cultivos de coca, a las ricas minas de Vilcabamba, los españoles siguieron siempre la ruta del Puerto de Pantikalla. A las postrimerías del siglo XIX —en pleno uso de la dinamita— se abrió el actual camino de “la quebrada”. OLLANTAYTAMBO Sin el conocimiento previo de lo que es y de lo que significa este MACHUPICCHU primer centro arqueológico, difí- En este pasadizo a tras mano, cilmente se puede descifrar el encaramada en una de sus altas enigma de las ruinas desparrama- murallas, aparece Machupicchu. 18 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de Machupicchu (Razón había de que la ignoraran los conquistadores y sus cronistas). ¿Se llamó así la misteriosa urbe de tiempos precolombinos? La toponimia de este sector es muy clara. Hay dos picachos que dominan la ciudad: el más alto nombrándolo Machupicchu, el menor Waynapicchu. Ambas palabras pertenecen al keswa y significan respectivamente: El Pico Viejo y el Pico Joven. Porque Picchu es “picacho o punta de monte”: (Recuérdese el Pichu pichu en Arequipa, una verdadera montaña dentellada o de muchas puntas). EL CAMINO DE LAS CUMBRES No era el acceso a Machupicchu por el talud que comienza a las orillas del Wilkamayu: Bingham, Abril Vizcarra, exploradores recientes, coinciden en la afir mación de que existe por lo alto de los montes, por las cumbres mismas, un ancho camino. Es el Inka–ñan, es la soberbia calzada que probablemente partía de las proximidades del Cuzco, vía troncal que se extiende hasta Vilcabamba y de la que debieron partir numerosos ramales de comunicación con el rosario de los pueblos distribuidos en la orilla izquierda del gran río del Sol. captaciones que dotaron de agua al pueblo. VISTA DE CONJUNTO Desde el mirador de piedra que se aparta un poco de la rúa de ingreso, qué bien se contempla el maravilloso poblado. Descienden los anchos andenes y las breves escalinatas por el dédalo de pasadizos. Se adunan los edificios blancos en ringlera sobre planos de ar mónicos niveles. En cada grupo surge algún templo, algún palacio que preside y aglutina las comunes viviendas. Al fondo, la punta de flecha de Waynapicchu, a mano derecha el puño alzado de Putukusi, en la lejanía otros picachos agudos, agudos como lanzas. Cumbres nevadas al poniente. Blancas, vaporosas nubes. Sensación abismal. Lo escarpado y abrupto, la verticalidad en torno: geométricamente vivimos en la atmósfera del triángulo isósceles. La ciudad descansa, como por obra mágica de equilibrio, sobre las breves superficies de las terrazas. En el más extenso espacio —como la concavidad de la mano— se mira desde aquí el templo central. Coronando el pequeño ribazo que se yergue al noreste, se perfila el Reloj de sol (intiwatana de los Inkas), con las airosas chapelles en pie. Entre el norte y el levante elévase, en conjunto aparte, un barrio popular, sin suntuosas fábricas, excepción del edificio duplo pintado de rojo. Abundan las viviendas, los talleres, los depósitos y las mansiones sepulcrales. Aquí, más cerca del observador, emerge del laberinto arquitectural el Torreón, cifra y símbolo de Machupicchu, la más bella, la más perfecta construcción de la encantada capital Tampu. LA ENTRADA A MACHUPICCHU Por un desfiladero que se abre a los pies del pico más alto (3,100 metros sobre el nivel del mar), al mediodía de la ciudad conecta la vía de ingreso que sigue después adornada en su curso por una serie de bellas portadas y salvando la escarpada colina por millares de escalones de piedra. Terrazas y edificios múltiples RESIDENCIAS SEÑORIALES No sólo por la insuperable forman este barrio de entrada a Machupicchu, y en esta misma factura de la fábrica arquitectuzona se encuentran las fuentes y ral, sino también por su distribuRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 19 Luis E. Valcárcel ción interior y enclavamiento es decir, un edificio de solo pueden ser identificadas cuando tres lados: hacia el sur no tuvo menos tres residencias señoria- nunca muros. les. En el macizo del fondo se adoA). El Palacio. —Así llamado sa a él un verdadero altar formapor los indios que habitan hoy do de gruesos bloques de una almismo en Machupicchu— se tura media de 1.35 m. encima, siecompone de dos espaciosas salas te nichos y en los espacios intery dos pequeñas recámaras, cuyas medios, muy próximos al entablapuertas de acceso dan a un patio. mento, seis clavos prismáticos. SeToda la construcción es de piedra ries de cinco alhacenas adornan canteada y pulida. las paredes laterales. Megalitos de B). La Casa de la Ñus ta doce metros cúbicos sirven a és—nombre también impuesto por tas de base, y bellos poliedros de los indígenas— corresponde a un granito blanco completan la sunedificio de dos pisos, de idéntico tuosa construcción. cuidado estilo que el anterior. La A la izquierda de este santuapuerta de la habitación de los al- rio, for mando escuadra, pero setos da a la plataforma en que se parada por un pasadizo, se levanabre un espacio libre unido al to- ta otra galería en cuyo muro de rreón. El magnífico aparejo de fondo se abren tres magníficas piedra realiza el capricho de unir ventanas que miran a la salida la recta y la curba sin solución de del sol; completan el adorno del continuidad. lienzo dos nichos, y en los lateraDebe considerarse como ane- les no se halla ninguno. Este edixo a ambos palacios al corredor ficio es llamado por Bingham el o Masma, galería incaica, desde “Templo de las Tres Ventanas” donde se contempla el panora- y le sir ve de punto de apoyo ma y se goza de las nuevas bri- para una ingenua hipótesis de sas que atemperan el rigor del que se tratará después. trópico. En el barrio oriental hay una C). En el barrio de levante exis- reproducción en arquitectura te una a manera de CITE con menos cuidada del templo abierpuerta única de acceso y dentro to que se acaba de describir. del espacio enmurallado, de la KANCHA, se cuenta claramente EL OBSERVATORIO SOLAR dos aposentos de piedra fina recu- Ascendiendo por una escalibierta de arcilla, otro mayor —la nata de 64 peldaños se llega a lo residencia principal, una doble ga- alto del promontorio o collado lería y uno como taller, aparte del sobre el que se alza un reloj de pequeño templo y algunas vivien- sol, el Intiwatana de los Inkas das más. (eti mo ló gi ca men te “me di dor Aquí debió residir el curaca o del año solar”). Es una roca lasegundo jefe. brada en cuya superficie levántaTodos estos edificios acusan se, emergiendo del mismo pela presencia de alarifes inkas; de- ñasco, un prisma de base rectanbieron venir del Cuzco envia- gular que desempeña las funciodos por el Emperador. nes de gnomon. Tiene estas medidas: alto 0.69, 0.55 de ancho y LOS TEMPLOS 0.39 m. de grosor. Su comprobaEl santuario de mayor im- ción requiere detenido estudio y por tancia era el centro de una repetidas obser vaciones, para esbarriada religiosa o sacra. Se tablecer la relación de la sombra alza en el espacio libre que for - que proyecta el prisma con el cama como el lomo de Machupic- mino del sol. Los Inkas tenían chu. Fue una masma o galería, perfectamente marcados —por 20 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de Machupicchu este sencillo medio— los solsti- bienestar que aquí se siente por cios y los equinoccios. En pue- el sortilegio del clima. blo de agricultores, el intiwatana El agua viene de las lejanas ofrecía importantísimo ser vicio. cumbres. Baja por acueductos de piedra, saltando de una terraza a otra, y cuando se acerca al Palacio EL TORREÓN De cuanto más impresiona se encauza por delicados canales por su belleza en Machupicchu que unen diecisiete piletas, cada este edificio es el primero. So- una en sucesivas terrazas. Las pebre una enor me roca ha sido le- queñas y graciosas fuentes son alavantado con primor y perfec- do adorno del barrio central. El ción únicos. El sillar se engasta chorro cantarino, límpido, de ininal roquedo, siguiendo sus irregu- terrumpido fluir, pondría frescor laridades. Cúr vase el muro hasta en el tibio ambiente. for mar un herraje que por un extremo queda libre y por el otro LAS PORTADAS se une a un muro en escuadra. Con sus for mas trapeciales El torreón presenta en la parte genuinamente incaicas se sucecurvilínea dos ventanas trapecia- den las portadas de blanco graniles decoradas exteriormente con to. Acceso a las Kanchas; acceso uno a manera de marco, en cuyas a la ciudad por las terrazas supeesquinas surgen las protuberan- riores. Muchas de doble jamba cias tan frecuentes en el Cuzco y como en pleno Cuzco. Todas muy raras en Machupicchu. En la con sus dinteles monolíticos: alsección rectilínea, hay una puer- gunas con la argolla superior de ta–ventana excepcional por su cierre, con los cilindros de ajusforma: lejos de presentar la base te, con las salientes cornisas. el umbral sencillo de los vanos incaicos, termina en doble escalina- LAS ESCALINATAS ta lateral con cada peldaño atrave- Bien se ha dicho que Machusado por canaletas y perforacio- picchu es la ciudad de las escalinanes que el señor Bingham ha creí- tas; tres mil peldaños contó uno do que son… alojamiento y gale- de los pacientes exploradores de ría de serpientes. la expedición Bingham. Sirven de Hacia el interior, el torreón comunicación a unos andenes tiene seis nichos en la semielipse con otros, facilidad el acceso a play doce en los muros rectilíneos. zas y palacios, a templos y adoraParece que este recinto fue cu- torios, a sepulcros y piscinas. bierto; no ofrece huellas de te- Unas veces son labrados en la mischo, y es entre los de Machupic- ma roca, otras las forman labrachu el mejor conser vado. Toda dos sillares, en algunos casos son la fábrica es de poliedros regula- clavos salientes para escalar o salres pulimentados, muy semejan- tar con ligereza. tes a los de Cuzco y Pisaj. Trepan por rocas abruptas, se Bajo el torreón, y en oquedad deslizan por grietas sospechonatural de la gran peña sobre la sas, descienden airosamente borque está construido, existe una deando abismos, las sigue por el cámara con nichos destinada a costado con el mur mullo de sus guardar los cuerpos venerados aguas el acueducto. La escalinade los habitantes epónimos de ta es en Machupicchu alegría, Machupicchu. movimiento, vida. LAS FUENTES CLAVOS DE PIEDRA Uno de los más sugestivos as- Interior y exteriormente sobrepectos de la vida de la capital salen en los muros cilindros y pristampu es la plácida sensación de mas de granito; afuera, son amaRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 21 Luis E. Valcárcel rradores del techo, adentro ¿qué objeto tenían? Entre las alacenas, en el espacio intermedio, más arriba o más abajo, los clavos de piedra siguen en una línea, se repiten rítmicamente. Guardan quien sabe qué relación con los nichos. El largo de cada clavo no llega a 30 centímetros. ¿No serían destinados a colgadores de Khipus? FOSOS Y DESPEÑADEROS No quedó en los sepulcros ni un des per di ga do crá neo. Emigraron los tampus con sus huesos y sus cachivaches hasta las vitrinas y las cajas numeradas de los museos de Yanquilandia… LOS CORREDORES “Masma” es la palabra keswa para designar estas construcciones que presentan un frente abierto, como nuestras galerías o corredores modernos. Las hay de tres clases en Machupicchu: a) Sin pilastra o machón central, como la que está próxima al palacio de la ñusta (o princesa); b) Con pilastra al centro, como la que mira desde el barrio de oriente al barrio de las tres ventanas; c) y construcción doble, con muro medianero, como la que aparece en la Kancha de este último barrio. Las masma es un edificio apropiado al clima cálido, en que las habitaciones necesitan aereación. En este nido de gerifaltes andinos que es Machupicchu, a cada paso se recibe la impresión abismal. Desde abajo, el hombre debió sentirse mucho más pe que ño o im po ten te. Tan altas montañas, inaccesibles picachos, cor tes ver ticales en roca, intimidan y amilanan al hombre de hoy. Para el tampu debieron ser acicate y aguijamiento. Ascendieron y dominaron la altura. Después supieron vencer el horror del vacío, multiplicando la vecindad del peligro. Puestos de vigías, reductos, miradores, acercan al precipicio, nos conducen a él, y ahora tem- PLATAFORMAS INTERIORES blamos de miedo; ellos… se desEn varios de los edificios —recolgaban indiferentes, serenos, cámara del templo número uno, seguros de sí mismos. masma de la ñusta— el fondo de la habitación, adosada al muro, se LAS TUMBAS alza una plataforma, sesenta centíMirando a la salida del sol metros del piso, utilizada seguraabren sus bocas las cuevas fu- mente como asientos. Altura y annerarias. Bajo graníticos peño- cho así lo demuestran, pues sobre nes, la oquedad natural ha sido ellas se puede descansar sentado aprovechada para guardar allí o yacente. los restos sagrados de los pobladores, a quienes, según su CONCLUSIONES im por tan cia, ren dían cul to. Estudiando la bibliografía soPor algunas de estas entradas bre Machupicchu, se llega a las defendidas por muros de cante- conclusiones siguientes: ría de bie ron in tro du cir las 1. Machupicchu es una ciuofrendas. Muchos de estos sar- dad preincaica, no conocida ni cófagos son verdaderos labe- por los incas ni por los españorintos. Pasadizos y galerías ro- les. (José Gabriel Cosio). co sas con du cen a la tum ba 2. Machupicchu es Tampu principal enriquecida con to- Tok’o, de donde salieron los fundos los utensilios que guarda- da do res del Impe rio de los ron con el muer to. Incas (Hiram Bingham). 22 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de Machupicchu 3. Machupicchu pertenece a la edad de oro incaica, (Max Uhle). 4. Machupicchu es una ciudad incaica (Walter Lehmann). Frente a la autoridad de investigadores y maestros, he propuesto yo la hipótesis así formulada: MACHUPICCHU PERTENECE A LA CULTURA INCAICA, POSEYENDO CIERTAS CARACTERÍSTICAS LOCALES DEL ESTILO TAMPU Y afirmo que es incaica Machupicchu, por las siguientes razones: 1º. Su estilo arquitectural no se diferencia en lo más mínimo del estilo cuzqueño, universalmente conocido. Las construcciones de sillares pulimentados, de for ma regular; las “megalíticas”, de perfectas junturas; los vanos siempre trapeciales; la frecuencia o idéntico uso de las alacenas; la técnica de la piedra; en fin, el ritmo estético de la edificación es uno solo en el Cuzco y Machupicchu. 2º. Toda la cerámica extraída por los miembros de la Comisión de la Universidad de Yale es pura y simplemente cerámica incaica. Véase de preferencia “Types of Ma chu pic chu Pottery” de Bingham. 3º. El conjunto de restos arqueológicos hallados en las tumbas corresponde enteramente a un pueblo de cultura incaica. 4º. Los topónimos de la región son keswas por excelencia. Algunas de las particularidades de la región tampu que se reconocen preferentemente en Machupicchu son: 1. Los clavos o cilindros salientes que comienza con un solo caso en el intiwatana de Ollantaytambo y siguen con el crecido número de edificios que los presentan en toda la zona de Urubamba. 2. Las galerías o masmas, edificios abiertos por uno de los lados, cuyos bellos ejemplares se admiran en Machupicchu, Kenti, etc. 3. Los edificios sin techo como los templos y Kanchas. 4. La mayor frecuencia de las ventanas: en Machupicchu hay tres casas cada una con tres grandes ventanas, aparte de un crecido número con dos y cuatro. 5. Las casas de dos pisos. 6. El mayor número de escalinatas y terrazas. Como se ve todas estas particularidades no afectan la esencia del estilo arquitectural que es uno solo, y constituyen adaptaciones del arte de construir al medio ambiente. No hay un solo fundamento valedero para admitir la ingenua hipótesis del señor Bingham sobre la identificación de Tampu Tok’o y Machupicchu. La tradición de los Ayar tiene una gran base histórica y en el folklore de Paruro se confir ma totalmente. El itinerario Pakarejtampu–Kosko, fijado en el mito, es comprobable en el momento. Las toponimias se conser van con toda nitidez. Una segunda conclusión sería la siguiente: Convención y Vilcabamba era exclusivamente el conocido por “vía del Puerto”, que parte de Tankaj, asciende por Habaspampa y Kosñiritioj, pasa por el abra de Pantikalla o puerto Málaga y baja por Hiru. Al llegar a Chaullay se bifurca, siguiendo uno el curso del Wilcamayu y remontando el otro el del Chokechaka que conduce a Vilcabamba. No pudo ser Machupicchu lugar más seguro que Witkus o Viticos, y si Manco II buscó este último refugio fue porque le ofrecía seguridades mucho mayores. Por último, Machupicchu no es el único pueblo del señorío tampu, sino uno de la gran serie que concentró la densa población de esta ubérrima hoya. Por la esplendidez y belleza de sus edificios, se puede suponer que fue la capital del pequeño reino tampu. Arqueológica y artísticamente, Machupicchu es hoy la joya más valiosa de las culturas precolombinas de América. Cuzco, 1928. MACHUPICCHU FUE LA CAPITAL DEL SEÑORÍO TAMPU Tengo ya demostrado en diversas publicaciones que en esta zona se formó un pequeño reino, aliado primero, dependiente después y por último absorbido por el Incanato. Los tampus fueron cultivadores de los productos más preciados: la coca, el ají y el algodón. Es muy posible que por merced de los Emperadores del Cuzco, los más bellos palacios de la región fueran construidos por arquitectos inkas, como ocurrió en otros señoríos del Perú. Es insostenible el aserto de que los Inkas ignoraran Machupicchu. Si los españoles no conocieron la maravillosa ciudad eso se debió a que el camino real a los valles de la —“In the Wonderland of Perú”. The work accom- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 BIBLIOGRAFÍA —“The Discovery of Machu Picchu” by Hiram Bingham Ph. D. F. R. G. S. (Reprinted from Harper’s Magazine, april 1914). plished by the Peruvian Expedition of 1912 under Geographic Society —by Hiram Bingham. —(In “The National Geographic Magazine” —Washington, april 1913. Vol. XXIV, num. 4). —Informe sobre los trabajos científicos de la expedición de la Universidad de Yale por el catedrático doctor José Gabriel Cosio. Cuzco 1913. —“The History of Machu Picchu by Hiram Bingham”. (In The National Geographic Magazine, Washington, February 1915. Vol. XXVII – num) —“Types of Machu Picchu Pottery” by Hiram Bingham (Reprinted from The “American Antropologyst”, vol 7, n° 2 —april–june 1915). —“Further explorations in the land of the Incas” by Hiram Bingham. In “The National Geographic Magazine” Washington . may, 1916. Vol. XXIX, n. —“Staircase farms of the ancients astoudign farming skill of ancient Peruvians, who were among the most industrieus and Highly organized people in History” by O. F. Cook. (Ibid…) —“The Collection of osteological material from Machu Picchu” by George F. Eaton. (In “Memoirs of the Connecticut Academy of Arts and Sciences”), vol. V, may. 1916. — “Inca Land” by Hiram Bingham. 23 SOBRE LOS TRABAJOS DE LA EXPEDICIÓN CIENTÍFICA DE LA UNIVERSIDAD DE YALE INFORME ELEVADO POR EL DOCTOR JOSE GABRIEL COSIO1 I nforme elevado al Ministerio de Instrucción por el doctor don José Gabriel Cosio, Delegado del Supremo Gobierno y de la Sociedad Geográfica de Lima, ante la Comisión Científica de 1912 enviada por la Universidad de Yale, acerca de los trabajos realizados por ella en el Cuzco y Apurímac. Señor Director General de ploraciones y estudios en los deInstrucción: partamentos Cuzco y Apurímac. En cumplimiento de la última Por resolución Suprema de 17 parte de la referida resolución elede agosto del presente año, cuyo vo al Supremo Gobierno, por el tenor lo conocí un mes después órgano de US, el presente inforde su fecha, fui honrado en el car- me acerca de los datos obtenidos go de Delegado del Gobierno por aquella y de los diferentes espara acompañar la expedición tudios y exploraciones que ha reacientífica enviada por la Universi- lizado, según el programa que ha dad de Yale, la que ha hecho ex- servido de base a sus trabajos. Al 1 Cuzco, a 21 de diciembre de 1912. El Delegado del Gobierno. José Gabriel Cosio. Publicado en la Revista del Museo e Instituto Arqueológico N° 19 Universidad Nacional del Cuzco, de Julio de 1961. 24 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale hacerlo, creo que no será ocioso ni inútil para la cultura del país y para las Instituciones que tienen a su cargo cuidar por el conocimiento de nuestro pasado y por el desarrollo de los conocimientos históricos, descuidados, por desgracia, saber la clase de trabajos y estudios en que han estado empeñados los de la comisión de Yale y los datos por ella obtenidos en los cinco meses que ha durado la expedición. El 18 de setiembre, como oportunamente avisé a US., me incorporé en la comisión yanqui, parte de la cual hacía trabajos de exploración en el valle del Cuzco. El 27 del mismo mes salí para Machu–Picchu, la nueva ciudad antigua cuya fama actual es todavía poca para su inapreciable significación arqueológica, donde permanecí quince días presenciando la limpieza de los edificios y las excavaciones que se hacían, desde dos meses antes de mi llegada. Después tuve que visitar las regiones de Vilcabamba, Pucyura y Arma, regresar al Cuzco para inspeccionar los trabajos del Geólogo y del Osteólogo de la Comisión y pasar a Ayusbamba, propiedad particular situada en la provincia de Paruro, en la cual se han hecho excavaciones con resultados de que tendrán que sacar gran provecho la Ciencia y la Historia Americana, pues los restos fósiles hallados en ese lugar, correspondientes al mastodonte y al caballo primitivo, son datos muy reveladores acerca de la formación geológica de estas regiones y de su antigüedad. No obstante de que la Comisión hacía trabajos en diferentes lugares, distantes unos de otros hasta 50 leguas, he procurado, en cuanto me ha sido posible ver y presenciar sus labores y tomar nota de sus resultados. • Director: Dr. Hiram Bingham, pro fe sor de His to ria de Sud–América en la Universidad de Yale. • Sub–Jefe de la Comisión: Sr. K. C. Helad, Ingeniero de Minas. • Osteólogo y Etnólogo: Sr. Jorge F. Heaton. • Geólogo: Sr. Herbert E. Gregory. • Ingeniero Arqueólogo: Sr. Ellwood Carlos Erdis. • Topógrafos: Sres. Alberto H. Bumstead, Jefe de la Sección; Roberto Stephenson, Paul Osgood Heardy, Joseph Prescott Little, Carlos A. Duque, Ingeniero cuzqueño, recibido en la Universidad de Notre Dame de Indiana. Doy a conocer en seguida el programa conforme al cual la comisión ha verificado sus estudios, para informar sobre los resultados obtenidos en cada una de las secciones que él comprende: “La expedición científica de 1912 está organizada por la Universidad de Yale, una de las primeras, sino la primera, entre los doscientos grandes Colegios y Universidades de los Estados Unidos de Norte–América, y por la Sociedad Nacional Geográfica que cuenta con 135,000 miembros, y la cual es una fuerza primaria para el desarrollo de los conocimientos geográficos, arqueológicos, etc. en el nuevo Mundo. El fin de la comisión es realizar estudios geográficos y antropológicos en el Perú y continuar los trabajos hechos por la comisión de 1911, utilizando sus descubrimientos y haciendo nuevas exploraciones. El programa de los trabajos es el siguiente: Topografía: I. Hacer un mapa topográfico del valle del Cuzco en la serie de INTRODUCCIÓN una pulgada por milla y la línea de El personal de la Comisión de altura de cien pies. la Universidad de Yale ha sido el II. Unir el plano de Vilcabamsiguiente: ba levantado en 1911 con el de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Abancay y Camaná hechos en el mismo año. III. Hacer el plano de Vilcabamba, al norte del Cuzco, con exclusión de los valles de Urubamba y del Apurímac. Parte de este plano fue levantado por el topógrafo de la comisión señor Hendriksen, que no lo pudo concluir por las dificultades que encontró en los caminos. Se agotará todo esfuerzo para concluir el mapa de Vilcabamba, con designación de los pueblos y sitios antiguos que se harán en lo posterior. IV. Hacer planos de los caminos de Vitcos, la capital de los Incas, a las demás poblaciones del Perú. V. Descubrir e identificar los lugares mencionados en las crónicas españolas y en las más antiguas leyendas del Perú, especialmente los sitios que se refieren a los 35 años del Reino de los Incas después de la llegada de Pizarro, en muchos de los cuales han variado los nombres, siendo necesario identificarlos por el estudio detenido de su situación y la de sus alrededores. Geología: I. Hacer un detenido estudio del valle del Cuzco y sus cercanías, con referencia especial de los depósitos glaciales en los que se hallaron huesos humanos en 1911. II. Hacer iguales estudios en el valle de Vilcabamba para completar con los ya realizados. Meteorología: I. Fundar y dotarlas convenientemente, estaciones meteorológicas en el Cuzco y Santa Ana, para hacer obser vaciones continuas durante nueve a diez años, las que serán completadas con las que se hagan en todos los lugares posibles. Patología: I. Estudiar las enfermedades más comunes en los lugares visitados. II. Estudiar los efectos producidos por el uso de la coca. 25 Jose Gabriel Cosio Osteología: I. Estudiar la quebrada de Ayahuaycco donde se encontraron depósitos de huesos humanos y de animales en 1911. II. Hacer una colección de materiales osteológicos, no sólo del Cuzco, sino de Vilcabamba. Estudios de Vilcabamba: I. Hacer estudios de la región de Vilcabamba entre los ríos de Apurímac y Urubamba. Antropología: I. Fotografías y medidas de los tipos nativos en todas las regiones visitadas, con preferencia especial de los grupos más importantes. II. Acopiar materiales para un estudio sobre la distribución de tipos de desconformación de cráneos. Arqueología: I. Hacer una completa investigación en el Cuzco y sus cercanías y entre el Cuzco y Ppisacc, describiendo todo material arqueológico que se encuentre. II. Continuar la investigación de las ruinas descubiertas en el año pasado. III. Penetrar en el interior del valle de Pampaconas para ver si se pueden hallar mas ruinas incaicas. PROGRAMA DE LA COMISIÓN Como se ve, el plan de la Comisión de la Universidad de Yale ha sido amplio y complejo y ha abarcado diversos campos de estudio y una extensión grande en la comprensión territorial de los Departamentos del Cuzco y Apurímac. El doctor Hiram Bingham, director de la expedición, es la tercera vez que realiza exploraciones históricas en el departamento del Cuzco, especialmente, y en otros territorios de la América española. Pues primero hizo, en 1909, un viaje a caballo del Cuzco a Lima, y entonces visitó las celebradas ruinas de Choqqueqquirau, situadas sobre el río Apurímac y acerca de las cuales escribió un fo26 lleto descriptivo que debe conocer el Gobierno, y el cual lo tradujo al castellano el doctor Alberto A. Giesecke, Rector de la Universidad del Cuzco; después regresó, en 1911 trayendo seis miembros comisionados por la Universidad de Yale para hacer mapas topográficos de las distintas regiones históricas del Departamento, como el que se hizo desde el Cuzco, siguiendo la ruta de la Cordillera, hasta el Océano Pacífico, del valle del Cuzco y del Vilcanota hasta el sitio denominado Mandorpampa, a 25 leguas de aquella ciudad y junto al cerro donde se hallan las ruinas de Machupicchu; explorar los lugares donde pudieran existir poblaciones y restos precoloniales; estudiar las enfermedades de los aborígenes y sus deformaciones físicas y hacer una colección de los insectos raros en los valles de Apurímac y el Vilcanota. En este segundo viaje llegó el doctor Bingham al cerro de Machupicchu, en el camino del Cuzco a Santa Ana, distante de esta ciudad 27 leguas, y conoció la notable población pre–incaica de ese nombre de la cual ilegítimamente se dice descubridor, como informaré a US. más después, al tratar especialmente de los trabajos que los de Yale han hecho en este importantísimo lugar. Los trabajos de expedición de 1912 enviada por la Sociedad Geográfica Nacional de Estados Unidos de Norte–América y la Universidad de Yale, han sido, pues, complementarios y una continuación de los realizados por la expedición de 1911, que la presidió el mismo doctor Bingham, que ha viajado con iguales propósitos alrededor de Sud–América. TOPOGRAFÍA En la sección de Topografía, la comisión ha realizado los siguientes trabajos, cuya copia creo que el Gobierno peruano tiene el derecho de exigir, ya que no se le ha facilitado a su Delegado, como él la solicitó de aquella, por falta de tiempo. El Jefe de los topógrafos, señor Bumstead y sus ayudantes, Ardí y Little, han levantado un mapa topográfico, en una distancia de 85 leguas, desde la ciudad de Abancay, siguiendo la hoya del Apurímac, y en la escala de distancias y alturas señalada en el programa, hasta el sitio denominado Pasaje, en el mismo río; de aquí han continuado el mapa en dirección recta hacia Santa Ana, capital de la provincia de la Convención, pasando por regiones, como Huarancalla, Arma, Choqquetira y Cho que saf fra, Vil ca bam ba e Idma; es decir sin tocar las hoyas del río Vilcanota y del Vilcabamba. El mismo topógrafo levantó el mapa de Rosaspata, sitio que comprende un interesante grupo de los restos antiguos donde cree el doctor Bingham haber encontrado la tradicional e importante ciudad de Vitcos, última residencia de la ilustre progenie de los Incas, y en la cual sobrevinieron los ritos y las leyes de los hijos del Sol hasta el año de 1571, en que gobernaba el Perú don Francisco de Toledo, Marquez de Oropeza. Este mapa comprende también, la actual población de Pucyura, comprensión del distrito de Vilcabamba de la provincia de la Convención y sus alrededores, en una milla de extensión, fue hecho especialmente para ilustrar la obra que el doctor Bingham piensa escribir sobre Rosaspata, que está a un kilómetro de distancia de Pucyura, a más del folleto que sobre este mismo tópico acaba de publicar en los Estados Unidos. El Ingeniero Sub–Jefe de la comisión, señor Helad acompañado del ingeniero cuzqueño, señor Carlos Duque, recibido en la Universidad de Notre Dame y agregado a la comisión de Yale, levantó un plano especial de Choqqueqquirau, en el valle del Apurímac, y donde existen restos de una po- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale blación incaica, visitada, como dije antes, por el doctor Bingham en 1909. Todos los mapas contienen la designación de alturas de los pueblos, y especialmente de las sierras y montes más elevados. El mapa topográfico del Cuzco y toda la parte comprendida en la semicuenca del Huatanay y en el valle de Huancaro y la quebrada de Ayahuaicco, hasta el pueblo de Oropeza, a cinco leguas de la ciudad, donde el Huatanay se une al Vilcanota, lo han hecho con la misma escala de distancias y de alturas que el de Vilcabamba, los topógrafos Bumstead y Stephenson. Últimamente, en los días del mes de noviembre, los comisionados de Yale, animados por los valiosos hallazgos de numerosos restos fósiles de animales gigantescos encontrados por los señores doctor don Alberto A. Giesecke y doctor don Romualdo Aguilar en la hacienda Ayusbamba de la provincia de Paruro, propiedad del señor Emeterio Calvo, fueron a este lugar, en número de cuatro: un geólogo, un osteólogo y dos topógrafos, a hacer estudios en esa región y practicar algunas excavaciones. Los ingenieros Helad y Duque, levantaron el mapa de la quebrada y sus alrededores, donde se encontraron huesos fósiles, y el osteólogo excavó durante sólo dos días con el resultado que se dirá al hablar de la sección de Osteología. Sairy Ttupac, Ttitu Cusi y Ttupac Amaru, después del desastre de Cajamarca, estudios que, necesariamente, tendrán que llamar la atención del mundo científico y mostrar un punto claro en los fastos de nuestra Historia Colonial. Estas exploraciones, y sus primeras consiguientes deducciones, las hizo el doctor Bingham en su expedición de 1911, pero las ha completado y confirmado con las nuevas investigaciones realizadas en el presente año. Casi todos los historiadores y cronistas españoles de la época colonial hablan de Vilcabamba como de la última sede donde los descendientes de la estirpe Incaica gobernaron a los súbditos que les siguieron a su destierro y a los habitantes de esa montuosa región. Garcilaso de la Vega, en el Capítulo VII del Libro II de la segunda parte de los Comentarios Reales, refiere la infortunada muerte del Inca Manco en Vilcabamba, a manos del español Gómez Pérez, a quien bondadosamente amparó en sus dominios, aunque, según una relación anónima, el victimario fue Diego Méndez, también español. El agustino Calancha, en la Crónica Moralizada de su Orden, al referir las predicaciones de Fray Marcos García y Diego Ortiz, que se internaron en Vilcabamba durante el reinado de Ttitu Cusi, de quien sin embargo no hace mención Garcilaso de la Vega, dice que el Inca Manco se internó en los IDENTIFICACIÓN DE VITCOS Andes de Vilcabamba, después Uno de los actos más interesan- de haber alborotado el reino, tes de la expedición de la Universi-“don de se for ti fi có cor tan do dad de Yale, y particularmente de puentes, cerrando pasos y posu Director, doctor Bingham, son niendo sobre montes y laderas los estudios de identificación de ejércitos de indios que derribalos lugares mencionados por la ban galgas y multitud de medias tradición y por las crónicas espa- peñas, hacían imposible el pasañolas del siglo XVI y del XVII, je, recogían españoles que delincomo teatro de los acontecimien- cuentes se valían de su amparo, tos que se realizaron en las regio- obligándoles a que fuesen enenes de Vilcabamba, durante el efí- migos declarados contra nuesmero gobierno de Manco Inca, tros Reyes”. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 27 Jose Gabriel Cosio Hasta Vilcabamba entraron también, sin obtener el resultado que apetecían, de apresar y sacar al Inca de sus dominios, Gonzalo Pizarro y Rodrigo Ordóñez. Cieza de León en “La Batalla de Salinas” y Baltazar de Ocampo de una exposición al Rey de España, hablan también de Vilcabamba y de Vitcos, especialmente, como del centro principal del Gobierno de Manco II y sus sucesores, y como teatro de salteamientos, robos y asesinatos perpetrados por los indios rebeldes en esos profundos valles, en la persona y bienes de los españoles que caían en sus manos. Es verdad que el nombre de Vilcabamba designa hoy un distrito de la provincia de la Convención, y, particularmente, una población a 50 leguas del Cuzco, que en los tiempos del coloniaje fue un centro minero de gran importancia, donde actualmente se explota una mina de oro, aunque en escala reducida; pero también lo es que no se conservan hoy muchos nombres consignados en las Crónicas, como Vitcos y Víticos, las provincias de Manaries, Momeris, Sapacarias y otros que formaban los dominios de los Reyes de Vilcabamba. Y este olvido ha hecho que sea difícil, y muchas veces imposible, identificar esas localidades y ubicarlas convenientemente, como ha sucedido con Vitcos, residencia de aquellos. Antes que hubiese visitado el doctor Bingham la región de Vilcabamba, en toda su extensión, conocido en todos sus detalles geográficos y llegado hasta las ruinas de Rosaspata, frente a Pucyura, al sitio de Ñusttacc–Hisppanan, cerca de aquellas, Incacc–Huaraccanan, en Lucma, capital actual del distrito de Vilcabamba se estaba generalmente en la seguridad que la Vitcos de los cronistas era Choqqueqquirau, en el Apurímac, y así lo aseveran el señor Raimondi que hizo un estudio minucioso de esas ruinas y re28 corrió Vilcabamba y el señor Paz Soldán en su Geografía, opinión que al principio, en 1909, participó, aunque tibiamente el doctor Bingham, quien, sin embargo, para que la identidad del lugar con las diferencias historiales, fuese completa, advirtió que faltaban algunos detalles. Como el mismo lo dice, esas ruinas no eran tan suntuosas ni parecían dignas de la residencia de Reyes Incas. El motivo que hizo pensar a muchos que Choqqueqquirau era Vitcos, fue la etimología de este nombre, que significa Cuna de Oro, y que parece coincidir con la narración de Cieza de León, cuando afirma que el Inca Manco se fue a Vitcos con todos sus tesoros y cargas de ropa, aunque agrega que Vitcos estaba situada en la región de Huánuco. Pero, para que Choqqueqquirau fuese Vitcos, faltaba aquel célebre detalle, que consigna Calancha, de una piedra blanca encima de un manantial, junto al Palacio del Sol edificado en Chuquipalpa, cerca de Vitcos, mochadero principal y predilecto de los indios, donde según firme creencia de éstos, se parecía al demonio con su legión de servidores. “La piedra, que dice Calancha, estaba sobre un manantial y veneraban el agua como cosa divina, era demonio (el que allí estaba) cruelísimo, pues en dejando de adorarlo, los mataba o hería, hacía notables daños y horribles asombros y así era temido de todos y le venían a ofrecer dádivas y sacrificios de lejanas distancias y de los pueblos más retirados de las montañas”. Los padres agustinos Marcos García, que tenía la misión de Pucyura, y Diego de Ortiz, a quién el Inca Inti Cusi le confió para adoctrinar el pueblo de Huarancalla, lograron ahuyentar el demonio en ceremonia solemne, que Calancha relata con pormenores, por supuesto inverosímiles, y llevado por la obsesión y fervor religioso que le hace ver hasta el huir de los espíri- tus diabólicos, dejando el adoratorio o hua ca, lla ma do YURAC–RUMI (Piedra Blanca) libre de la terrífica influencia que le convertía en un lugar de ferviente adoración, aunque los padres misioneros tuvieron que sufrir la persecución y el martirio cruel inflingido por las manos de los mismos indios, a quienes habían convertido; pues el padre García fue arrojado de Pucyura a pedradas, y el padre Ortiz, después de afrentosa y dura vía crucis, fue atravesado en un palo, a raíz de la muerte de Ttitu Cusi, la cual se atribuyó al ahuyentamiento del demonio de su residencia de Yurac–Rumi. Además, en Choqqueqquirau, parecen no existir los suntuosos edificios, cuyos dinteles son de mármol según refiere Ocampo al hablar de Vitcos. Posteriormente el doctor Bingham, después de haber conocido la gran población antigua de Machupicchu, donde todas las construcciones son de piedra blanca y hay suntuosos y admirables palacios primorosamente hechos y donde lo montuoso e inaccesible del lugar, hacen pensar en un refugio seguro buscado por un pueblo vencido, creyó haber hallado la celebrada Vitcos, mucho más que las ruinas se encuentran a una jornada de la entrada del valle de Vilcabamba; pero, con todo, faltaba el MOCHADERO de Yurac–Rumi, la enorme piedra blanca situada sobre el sagrado manantial, pues en Machupicchu no hay absolutamente agua, ni menos una roca que, por sus dimensiones y el color de la piedra haga pensar en aquella huaca. GEOLOGÍA En un viaje que, también en 1911, realizó el doctor Bingham por toda la región de Vilcabamba, penetrando casi hasta los valles de San Miguel, donde comienza la región habitada por los salvajes, conoció el sitio que actualmente se llama Rosaspata, una colina am- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale plia rodeada de andenes y que da vista a las regiones de Vilcabamba y donde existen restos de casas, de una plaza, junto a la cual existen los muros de un gran palacio cuyos dinteles son de piedra blanca delicadamente labrada, y la vista que se tiene desde allí abarca toda la cordillera nevada de Vilcabamba y sus alrededores, coincidiendo esto con lo que dice Baltazar de Ocampo de Vitcos: que estaba situada en la cumbre de una elevada montaña, desde la cual abarcaba la vista de una gran parte de Vilcabamba. Dentro de la misma colina de Rosaspata, a alguna distancia del sitio donde existen los restos de construcciones, halló el doctor Bingham la piedra que actualmente llaman los indios ÑUSTTAC-HISPPANAN, una inmensa roca errática de 52 pies de largo, 30 de alto y 25 de ancho, rodeada de otras piedras de menores dimensiones pero talladas, con asientos y al parecer pequeños Intihuatanas; la piedra es blanca y debajo de ella hay un manantial, hoy pantanoso, de donde sale un chorro de agua que corre por el declive de la colina, por una acequia muy antigua. El doctor Bingham creyó haber hallado la memorable Vitcos, puesto que había logrado encontrar todos los detalles consignados por los cronistas al hablar de este pueblo. En la expedición de este año, volvió a Rosaspata, hizo limpiar la piedra colocada sobre el manantial que estaba cubierto de malezas y lleno de pantano, realizó nuevos estudios del palacio, casas y muros, y se confirmó en su prime ra opi nión de que ROSASPATA era VITCOS. Yo, en cumplimiento de la comisión recibida del Supremo Gobierno, llegué y visité Lucma, Pucyura, Rosaspata, Huancancalle y Arma, en el valle de Vilcabamba, y pude constatar datos referidos por el doctor Bingham. Efectivamente: Rosaspata está frente a Pucyura, rodeado de los ríos Andenes, por un lado, Huadquiña por otro y el Vilcabamba por el frente; tiene un hermoso plano lleno de vegetación rodeado de andenes y en toda su extensión hay paredes, puertas y restos en su mayor parte de piedra blanca, de casas, palacios y templos. En la parte más próxima a Pucyura existe la fachada de una casa, dando frente a un llano extenso, con seis puertas hechas con sillares regulares y delicadamente unidos, tiene de frente 166 pies de largo y 33 de ancho. Ascendiendo de este sitio se ve una hermosa playa a cuyo término todas están en pie los restos de un gran palacio del que la comisión hizo un plano; tiene 245 pies de largo y 43 de ancho con 15 puertas de frente y otras 15 en la parte posterior; las puertas de cada división son notables y superiores a las de Machupicchu, con ser éstas tan importantes, siendo casi todas ellas puertas de granito blanco, lo que pudo hacer pensar a Ocampo en que las construcciones fue ron de már mol. Hay, como en Ollantaytambo y Machupicchu, algunas alacenas o nichos y clavos de piedra cilíndricos que sobresalen de la pared. Cerca de estos restos y en su parte posterior quedan otros de 12 o 13 casitas de 16 a 10 o 40 pies de extensión, y cuyos materiales, como la ejecución, no son tan notables como en las anteriores piezas. Hacia el río Huadquiña, se encuentra la cé le bre pie dra YURACR–UMI, o Ñusttach–isppanan, sobre un manantial, rodeada de una piedra blanca delicadamente pulida y en la cual se han labrado, sobresaliendo de la base 30 centímetros, unos clavos cuadrangulares que semejan asientos o intih–uatanas, que dan frente al manantial. Naturalmente que este sitio tiene todas las apariencias de una huaca o adoratorio en que se rendía culto al agua que brota debajo de la roca, que por sus dimensiones fue considerada como Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 29 Jose Gabriel Cosio un objeto sagrado, puesto que los mochaderos existentes en todos los lugares históricos están siempre junto a rocas y yacimientos de piedras. La opinión del doctor Bingham parece estar comprobada por muchos datos de valor, principalmente por el dato geográfico de la región de Vilcabamba que coincide en todo con la narración de los cronistas, principalmente de aquellos que la recorrieron, como Figueroa Rodríguez. Según Calancha, del Cuzco a Vilcabamba hay 50 leguas, y esta distancia es efectiva, si se tiene en cuenta que el camino seguido antiguamente debió ser el de Huiro, pues el que actualmente se lleva por Torontoy, se ha abierto hace pocos años. Lo que podría considerarse, bien sea como inexactitud de Calancha, que no conoció Vilcabamba, o como una indeterminación del nombre, es la afirmación de aquel cuando al hablar del viaje del padre Marcos García a aquellos valles, de su representación al Inca y del pueblo que le confió para su predicación, dice: “Llegó después de varios trabajos a la presencia del Inca, que lo recibió enojado, sintiendo tanto el ver que podían entrar españoles a sus retiros, como verdadero predicador contra sus idolatrías en su pueblo. Fuese ganando la voluntad el padre fray Marcos, y tuvo licencia para predicar con lo que soltó la capa y desplegó el estandarte de la Fé. Edificó iglesias dos jornadas largas de Vilcabamba, en Pucyura, pueblo en que el Rey Inca tenía su corte, sus ejércitos, siendo éste el primer templo” de Pucyura a Vilcabama, es decir al pueblo de este nombre, sólo hay dos leguas y no dos jornadas como asevera el cronista, a lo que sólo podría asentirse si se trata de algún otro pueblo lejano del mismo valle que hubiese tenido este nombre, hoy variado, puesto que según aquel mismo religioso, la extensión de los dominios de los 30 Incas refugiados era de 200 leguas. La palabra Vilcabama se presta a otras muchas hipótesis, porque actualmente hay más de cinco poblaciones situadas en distintas regiones, que tienen esta misma denominación. Pero fuera de esta pequeña diferencia, todos los demás datos son exactos. El pueblo de Pucyura existe actualmente sobre el río de Vilcabamba. Los indios conocen con el nombre de Chuquiquipallpa las inmediaciones de Rosaspata, donde según los cronistas estuvo Vitcos. Con el mismo nombre de Choqquechaca (Puente de oro) se conoce hoy un puente de palos atravesado sobre el río Vilcabamba al principio de este valle, y según Garcilaso, Calancha y otros el sitio mencionado era el comienzo de los dominios de los Incas de Vilcabamba, y desde el cual se enviaban mensajeros anunciadores ante el Monarca, cuando iban algunas comisiones encargadas de tratar con éste obligándole a salir, como sucedió con Sairi Tupacc —Garcilaso, copiando la versión del Palentino dice, en el capítulo IX del libro VIII de la segunda parte de los Comentarios: “Venidos, pues, al Cuzco, trataron el licenciado Muñoz y la doña Beatriz, que se fuesen delante los embajadores con su hijo Juan Sierra, al Inga y que quedasen atrás (y en esta parte asegura), el fraile y Betanzos. Y así, siendo de este acuerdo, partieron del Cuzco, tres días antes, el fraile y Betanzos, diciendo aguardarían en el camino. Empero queriendo ganar la honra de primeros embajadores de esta hasta el puente que llaman Choqquechaca, donde comienza la jurisdicción del Inca”. La región donde están Lucma, Pucyura, Huarancalla y otros lugares, es muy montuosa, estrecha y atravesada por más de doce torrentes de lecho pedregoso y pendiente, y cuyo paso se hace imposible con las lluvias y los aluvio- nes, circunstancias muy favorables para una larga resistencia de parte de los sitiados o perseguidos, que hallan por allí seguro refugio, como ocurre hoy mismo en que los que quieren sustraerse del servicio militar o de la acción de la justicia se pierden en esas montañas. Ocam po ha bla de Oya ra como de un sitio al cual le llevó al Inca prisionero, cuando el Virrey Toledo hizo capturar a Tupac–Amaru, y Oyara se llama actualmente uno de los vallecitos situados entre Pucyura, al Norte y Paltaibamba, al Sur. Calancha al referir la llegada a Vitcos del mártir agustino Diego de Ortiz, dice: “Dióle licencia el Inga, mostrando placer de acudir a su ruego, y escogió el pueblo de Garancalla, que era populoso, y tenía estilage para acudir a otros pueblezuelos y reducciones, en cuyo medio estaba Guarancalla dos o tres jornadas había de distancia de un convento al otro”. En la actualidad hay dos pueblos, uno Huarancalla, a un kilómetro y medio de Pucyura, y Huarancalqui, a dieciséis leguas del mismo. La distancia de dos jornadas que asigna Calancha a Guarancalla, parece indicar que la doctrina del padre Ortiz fue la actual aldea de Huarancalqui, y la variación en el nombre puede explicarse fácilmente por el trastorno de las sílabas en su pronunciación. Cerca de Rosaspata, antes de pasar el río Huadquiña, se ven también algunas piedras, pozos y vestigios de un antiguo laboreo de minas, y de él habla Ocampo haciendo referencia a un minero llamado Albornoz, y Calancha de un Romero, que halló y exploró unas minas de oro. Aún existe un dato más en apoyo de la tésis del doctor Bingham. Sabido es que el Inca Ttitu–Cusi gobernó por los años de 1568 y habitó un pueblo llamado Pampaconas, más allá de Vilcabamba, donde están aún fechadas las dos Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale cartas que escribió este Inca al Prior del Convento de los Agustinos del Cuzco, como aparece de la publicación que hace don Gabriel de Cárdenas, en el prólogo de la segunda edición de los Comentarios Reales de Garcilaso de la Vega. Pampaconas existe en un valle montañoso a dos días de jornada de Vilcabamba, y a la cual se llega por caminos pantanosos llenos de dificultades. El señor Bingham en sus continuas excursiones por ese valle y por el de Concebidayoc, impulsado por la idea de que existen todavía, restos de poblaciones incaicas en la región montañosa, más al anterior de Pampaconas, halló en un llano montuoso, que hoy se conoce con el nombre de Espíritu–Pampa, las ruinas de una pequeña población evidentemente incaica, muy parecidas, en los rasgos más generales, a las construcciones de Choqqueqquirau. Son, poco más o menos restos de 45 casas hechas con piedra mezclada con barro y arcilla, y provistas de alacenas o nichos y de clavos salientes de piedra. Este sitio, según el doctor Bingham, pudo ser la resistencia del Inca Ttupac–Amaru, pues, según refiere Figueroa Rodríguez, cuando una comisión de españoles fue en nombre del Virrey a obligarle a salir de Vilcabamba, aquel recibió a los comisionados en una pampa, afuera de la población en que habitaba. Y por allí seguramente huyó Ttupac–Amaru de la persecución de Martín García Loyola, comisionado por el Virrey don Francisco de Toledo para aprisionar al Inca y conducirlo al Cuzco, como hizo el Marquéz de Cañete con Sairi Ttupac. El doctor Bingham ha identificado el sitio denominado Salto de Loyola, de que se ocupan algunos cronistas, y el cual hoy tiene un nombre más breve por la adulteración que ha re ci bi do del vul go in dí ge na que habita en esas muy apar tadas regiones, y que ignorante del castellano corrompe las palabras de este origen. El sitio mencionado ya colinda con los valles y montañas habitados por tribus salvajes. Tanto Garcilaso de la Vega, en la segunda parte de sus Comentarios Reales, como Cieza de León en la Batalla de Salinas, dicen que el camino más frecuentado a Vilcabamba fue el que conduce por la vía de Guamanga, que por la hoya del Vilcanota, por ser aquella de más cómodo y fácil trayecto, y actualmente hay un camino muy transitado por Ayacucho a Vilcabamba, por el cual se hacen transacciones comerciales, aunque en pequeña escala, entre las poblaciones del Departamento de Ayacucho y la provincia de Andahuaylas, con las muchas poblaciones esparcidas en las quebradas de Arma, Huarancalqui y Pampaconas, atravesando el Apurímac por el lugar llamado El Pasaje y penetrando en Vilcabamba des pués de atra ve sar la APACHETA de Chucuiton, a 15 mil pies sobre el nivel del mar. Hoy todavía se vé en muchas partes el camino incaico, marcado con las piedras que son la señal de las vías de este orígen. El Apurímac por esta región puede atravesarse por tres puntos distintos, lo que confirma la facilidad con que los indios súbditos del Inca de Vilcabamba, podían asaltar a los viajeros que iban del Cuzco a Lima o al contrario, según refieren uniformemente los cronistas. He aquí las conclusiones a que ha llegado el doctor Bingham respecto a la identificación de Vitcos y Vilcabamba, después de pacientes investigaciones y de deducciones rigurosas: 1) Tenemos la afirmación de Calancha, de que cerca de Vitcos había un templo del Sol, en el que había una roca blanca sobre un manantial de agua. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 31 Jose Gabriel Cosio 2) La descripción de Vitcos por Ocampo, como un lugar situado en la cumbre de una elevada montaña, desde la cual abarcaba la vista gran parte de Vilcabamba. 3) La descripción que hace Ocampo del palacio de Vitcos de mencionar que las puertas, tanto las principales como las demás, eran de mármol blanco hermosamente tallado. To das es tas afir ma cio nes coinciden con las condiciones de Rosaspata. Cerca de allí se encuentran las ruinas de un antiguo edificio, en el que existe una gran roca blanca sobre un manantial de agua: las ruinas de Rosaspata se encuentran en la cumbre de una elevada montaña o colina desde la que se percibe una her mosa perspectiva en todas direcciones, y se extiende hacia picos nevados, tanto al norte como al sur; las ruinas de Rosaspata a diferencia de las de Machupicchu, son notables porque tienen dos clases de puer tas, principales y corrientes, y las puertas son esmeradamente talladas en granito blanco, en tanto que las puertas de Machupicchu no son tan her mosas como el resto de la construcción, y no atraen la atención de manera particular. Con respecto al templo del Sol, encontramos: 1º El nombre de Chuquipallpa, que todavía se aplica a la vecindad de Ñusttac–hisppanan. 2º El nombre de Pucyura que todavía se da a la aldea donde existe una antigua Iglesia bastante grande a corta distancia de Ñusttac–hisppanan. 3º Cerca de Pucyura existen los restos de una fundación para acuñar metales. 4º Y lo que es más importante de todo, Ñusttac–hisppanan contiene las ruinas de edificios de carácter claramente incaico, que circundan una gran roca blanca situada sobre un manantial de 32 agua, cosa poco común. Más aún esta roca tiene en sus talladuras marcos que indican que en tiempos remotos fue indudablemente objeto de veneración. Estos indicios me han infundido la convicción de que en Ñusttac–hisppanan se encontraba el santuario llamado Yurac–Rumi, el principal mochadero de los indios de Vilcabamba, y que Vitcos, la capital del último Inca, se encontraba en Rosaspata. La comisión de Yale contaba entre sus miembros al notable geólogo americano, doctor don Herbert Gregory, decano de la sección de Geología de la Universidad de Yale, quien ha realizado exploraciones en el valle del Cuzco, a partir de la quebrada de Huancaro hasta Oropeza, en la confluencia del Huatanay con el Vilcanota, recorriendo las alturas de San Sebastián y San Jerónimo y levantando mapas y planos de las regiones más principales, y en el valle de Ayusbamba, provincia de Paruro, sobre el río Apurímac y muy cerca de Paccarectambo y Maukca–Llacta (Pueblo Viejo), donde, como manifesté más adelante, se han hallado abundantes restos fósiles de elefantes, mastodontes, megaterio y del caballo primitivo, esparcidos casi a ras del suelo y en un terreno que, según opinión del geólogo, que confirma la primera aserción del doctor don Miguel Corazao, Catedrático Adjunto de la Universidad del Cuzco, fue el lecho de un antiguo lago. El señor Gregory ha recogido una buena colección de piedras y tierras de todos los lugares visitados por él y ha tomado apuntes numerosos para aprovecharlos en el estudio que debe de hacerse en la Universidad de Yale. Sus opiniones confirman asimismo la del doctor Bingham, sobre la Geología del Cuzco, emitida en el discurso que pronunció al incorporarse como miembro honorario de la Facultad de Le- tras de la Universidad del Cuzco. Refiriéndose el Director de la Comisión de Yale al hallazgo de un hueso fósil hecho el año pasado en la quebrada de Aya–Huaicco (Quebrada de cadáveres), dice así: “Creo que su historia (la del Cuzco) es más larga y que principia miles de años antes que la de cualquier otro pueblo de América. No hay ninguna ciudad que para el historiador, el anticuario, o el arqueólogo tenga tanto de interesante como el Cuzco. El primer descubrimiento que hicimos fue probablemente de los huesos fósiles debajo de una capa de 80 metros de arcilla glacial, en la quebrada de Ayahuaicco. Mezclados con los restos humanos habían huesos de bisonte, de un lobo y una llama. No puede haber cuestión sobre hechos claros por lo que a la estratificación respecta. Sin embargo se necesitará un examen más detenido de la región en donde se han encontrado los referidos huesos antes de que podamos hablar de manera más concreta de la edad que tienen… Los huesos encontrados cerca de la ciudad del Cuzco son contemporáneos de las compactas arcillas dentro de las cuales fueron encontrados”. “Estaban dispuestos en la forma de un lente que tuviese 10 pies de largo por seis pulgadas de espesor. Primero por la disposición que tenían los unos huesos con respecto a los otros. Segundo por sus relaciones con las capas que las cubrían; y Tercero, por su desgaste”. “De aquí que el conocimiento de esas capas en cuanto a su edad vengan a ser un factor crítico en la interpretación. Luego de hecho un detallado estudio geológico de la parte superior de la hoya del Cuzco, con referencia especial a las formas glaciales, se puede llegar a la conclusión: 1º que estas capas pertenecen a las series glaciales; 2º que los huesos fueron depositados durante el período Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale de aluviones pronunciados; y 3º que desde cuando estuvieron en aquel lugar los huesos, se depositó sobre ellos una capa de arcilla de 75 a 100 piés que los ha tenido sepultados, y ha quedado más tarde derrumbado en parte… La edad de los restos vertebrados puede calcularse aproximadamente desde 20,000 a 40,000 años. “Los estudios del geólogo de la comisión de 1912 han sido una continuación de los que se hizo por la comisión de 1911, en que se realizó un trabajo de ese género, desde el encuentro del río Urubamba con el Jipia más abajo del pongo del Mainique, siguiendo el meridiano 73 oeste de Greenwich, hasta llegar al puerto de Camaná en la costa del Pacífico”. El señor Gregory no salió a los valles de Vilcabamba a hacer los estudios consignados en el programa. METEOROLOGÍA Según el programa de los de la comisión de Yale, debió equiparse estaciones meteorológicas para hacer obser vaciones, en el Cuzco y Santa Ana durante 9 a 10 años; pero el doctor Bingham ha hecho arreglos con el gerente de la Inca Mining para que durante cinco años se encargue la compañía de realizar dichas obser vaciones, instalando las tres colecciones completas meteorológicas, que le ha entregado, en los lugares más a propósito, y uno especial en Santa Lucía, a 13,000 pies; todo por cuenta, y para transmitirlo a la Universidad de Yale que será el centro de todos los estudios que han de hacer con los datos acopiados por la expedición. OSTEOLOGÍA Uno de los primeros osteólogos de los Estados Unidos de Norte América, al decir del doctor Bingham, el señor Jorge Eaton, profesor del ramo de la Uni- versidad de Yale, ha sido el encargado de recolectar materiales en los yacimientos del Cuzco, Machupicchu, Choqqueqquirau y Ayusbamba, para la sección de Osteología, con resultados favorables. En el mes de junio, halló en la quebrada de Huancaro un hueso fósil correspondiente a un animal gigantesco, que aún no ha llegado a identificarse y cuya antigüedad, según dicho osteólogo, podría ser de 70 mil años, hueso de la región pelviana que comparado con el correspondiente de un caballo moderno, era por lo menos 8 veces mayor en sus dimensiones. En Choqqueqquirau, halló el osteólogo algunos cráneos de indios normales y huesos fragmentados en las tumbas, muchas de las cuales se encontraban íntegras, y otras ya vacías, no obstante estar cubiertas. En la hacienda Ayusbamba, del señor Emeterio Calvo, situada en la provincia de Paruro, sobre el río Apurímac, el señor Eaton encontró un omóplato de mastodonte, de 2 pies de largo por 1 pie y 2 pulgadas de ancho y de 8 libras de peso, fragmentos de colmillos también fosilados de elefante, dientes del mismo y fragmentos de mandíbulas del caballo primitivo que se extinguió en la América al comenzar la Edad del Hombre. Este lugar debe ser estudiado por una comisión peruana, pues la abundancia de fósiles que en él se ha encontrado sin más que remover ligeramente la arcilla, como ha sucedido con la excursión que realizó el Rector de la Universidad del Cuzco y el doctor Romualdo Aguilar, Catedrático de la misma, y con la comisión de Yale, es tal, que seguramente los resultados serán más provechosos y más notables si se realizara un trabajo científicamente organizado y hecho con paciencia y buen método. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 PATOLOGÍA Según el programa de la expedición de Yale, el médico de ella, doctor don Martín Nelson debió de estudiar las varias enfermedades existentes en todos los lugares visitados, y los resultados producidos en el organismo del indio por uso de la coca. Los lugares donde más obser vaciones ha hecho el médico referido han sido en la región de Arma, Vilcabamba y Santa Ana, precisamente en una época en que ella producía estragos la epidemia de fiebre y viruela, que, no habiendo dejado hasta hoy, casi diezma la reducida población de las aldeas, hasta las cuales no llega la acción amparadora de las instituciones llamadas a hacerlo. Ante esta circunstancia, el médico de la expedición yanqui lleva, como dato más notable de las enfermedades comunes, las de fiebres, viruelas y pulmonías. Además dice que en los pueblos de Vilcabamba y Arma se presentan, en cifra abundante, casos de enfermedades venéreas (gonorreas y sífilis). Por no haber permanecido un tiempo suficiente para estudiar los efectos fisiológicos y patológicos del uso de la coca en nuestros indios, el doctor Nelson no ha hecho ninguna observación científica, ni los experimentos que habría requerido el caso, sobre este punto de su programa. En la sección Antropología, el mismo médico ha tomado muchísimas medidas de tipos nativos, en diferentes secciones, de la talla, proporciones fisonómicas, capacidad toráxico y pulmonar, y la potencia visual, como también centenares de vistas fotográficas de indios, datos de los que no ha sacado ninguna proporción media, porque según el contrato que tiene con la Universidad de Yale, debe llevarlos a ese centro para que sean estudiados por un notable Antropólogo. 33 Jose Gabriel Cosio Ningún estudio, ni siquiera ensayo, se ha hecho sobre el punto relativo a tipos de deformación de cráneos. baños, con sus restos de templos, palacios, casas y torreones, en la cúspide de un elevado cerro y rodeado por montañas ásperas e inaccesibles, a cuyos piés corre el Vilcanota como poderoso obsESTUDIOS DE MONTAÑA Según su primitivo propósito, táculo para llegar a tan singular los de la Universidad de Yale de- ruina. bieron de hacer un estudio detenido de la región montañosa, entre DESCRIPCIÓN Y los ríos Apurímac y Urubamba; APRECIACIONES pero no lo han llevado a cabo por Machupicchu se halla situado el grave percance que le ocurrió al en los límites de la provincia de Ingeniero Sub–Jefe de la comi- La Convención y de la de Urusión señor K. C. Helad, que se bamba, sobre el río Vilcanota, a destrozó la clavícula en una de 130 kilómetros del Cuzco, y es sus atrevidas excursiones, en bus- comprensión de la hacienda Cuca de ruinas antiguas desconoci- tija, propiedad del señor Ferro. das. Está a nueve mil veinticinco piés sobre el nivel del mar y a MACHUPICCHU dos mil piés sobre el río. Las investigaciones que en ma- La mayor importancia de esteria de Arqueología se han he- tos estudios estriba en que se tracho en el Cuzco, han tenido su ta de restos de los que no hacen mayor importancia en los descu- mención ni los cronistas españobrimientos y estudios realizados les, quienes daban la importanen los notables y extraños restos cia a la descripción de los monude la antigua población de Machu- mentos indígenas, ni los historiapicchu, que según el doctor Bing- dores relativamente modernos y ham y el señor Erdis, ingeniero ar- contemporáneos, no hallándose queólogo de la comisión, son ninguna noticia sobre ellos en preincaicos, y de un valor tal vez ninguna monografía, de las muinsuperable entre todos los restos chas que existen sobre pareciantiguos del mundo, por la magni- dos temas. tud de su conjunto y la curiosa pe- En la hoya del Vilcanota paculiaridad de sus detalles. rece que Ollantaytambo fue el El doctor Bingham visitó lige- último reducto en que las fuerramente Machupicchu en 1911, zas del Imperio que iba a derrihabiendo encontrado sólo un gru- bar se, hi cie ron re sis ten cia a po reducido de casas y algunos los extraños elementos invasomuros que le llamaron la atención res, y no hay datos siquiera por y le hicieron pensar en que esa po- la tradición, que es fuerza manblación, cuyos edificios son de te ne do ra de las fór mu las y piedra blanca bien bruñida, pare- vida sociales, de la existencia cida a mármol, pudiera ser la Vit- de una población que más allá cos mencionada por Calancha y de aquellas for talezas, hubieOcampo, como el mismo lo mani- sen ser vido de baluar te para la fiesta; pero la comisión de 1912 defensa de los Incas, la que haha sido la que, realizando una bría sido larga y victoriosa, al plausible obra de limpieza, en un haberse encerrado el ejército bosque cerrado e impenetrable imperial en esas murallas insalde gigantescos árboles y excavan- vables de Machupicchu, dondo en el suelo hasta tres, cuatro y de la naturaleza misma del tecinco piés, ha logrado presentar rreno pregona lo estratégico la población entera, con todo su de esas sierras para las luchas alineamiento de calles, graderías y mi li ta res. ¿Có mo se ex pli ca 34 que los indios descendientes de sangre real, y los que no siéndolo fueron ser vidores de su Rey, no infor maron a los españoles sobre la existencia de esa población militar en las varias infor maciones oficiales y par ticulares que se tomaron sobre todo los puntos y aún sobre los secretos de la estirpe, de la Historia Incaica? ¿Cómo el mismo Garcilaso de la Vega, hijo de una Palla, nieta de Huaina Cápac, y sobrino de Sairi Tupacc que ostentó la borla imperial en Vilcabamba, no supo nada de esos restos, él que era tan prolijo en narrar todo lo que significase prez, honor y gloria para la Historia del país donde había nacido, él que con tanto interés preguntaba a sus parientes mater nos sobre el pasado de los Incas? Al referirse a la retirada de Manco, ante las dificultades de la reacción, después de consignar su tierna despedida, dice, simplemente que se retiró a la región de los Antis, a un sitio llamado Vilcapampa, donde fue muerto por un español, a quién había amparado: y ahora podemos estar ciertos de que Machupicchu no fue Vilcapampa. El nombre mismo es nuevo en la Historia. De Machupicchu nada se ha leído ni se ha oído referencias, hasta hoy, en que la fama de su nombre ha salido del ámbito nacional, y la grandeza de sus monumentos ha puesto una duda más en nuestro pasado y un punto oscuro más que esclarecer. No se puede decir, como lo afir man algunos, que el doctor Bingham haya sido descubridor de esa notable ciudad antigua y que antes de él no se la conocía ni se la había visitado por alguno. El doctor Bingham tiene el indiscutible mérito de ser el primero en haberla estudiado científicamente, haberla conocido en toda su amplitud, y dándole Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale el interés arqueológico que tiene; pero Machupicchu descubierta estaba hace muchos años por agricultores y peones del valle de San Miguel, algunos de los cuales tenían junto a los palacios y casas, y sobre los andenes, cultivos de yucas, maíz y otros productos. Hace 12 años, el 14 de julio de 1901, llegaron a Machupicchu los vecinos de Ccolpani, don Enrique Palma y don Agustín Lizárraga, en compañía de don Gavino Sánchez, que fue exclusivamente de Caycay, en la provincia de Paucartambo, a conocer esos restos, como leí en una inscripción que todavía existía en uno de los muros cuando la excursión que hice en enero del año pasado. Es verdad que los mencionados exploradores no fueron por interés científico, sino con el vulgar deseo de encontrar los tesoros fabulosos que creían estuviesen ocultos en esas alturas, como desgraciada y funestamente suponen muchos que aún se precian de ilustrados, con irremediable daño de la integridad de los monumentos, que son demolidos y profanados por la pica y la dinamita, para satisfacer el ansia loca de riquezas imaginarias, tendencia arraigada que hizo proferir las siguientes frases al Marqués de Nadaillac en su obra: “L’Amérique Pre–histórique”. Desgraciadamente el hombre apura día a día su destrucción (la de los monumentos); alucinados por numerosas leyendas acerca de la riqueza de los Incas, los buscadores de tesoros o “tapados”, hacen excavaciones con ardor derrumbándose las murallas a golpe de pica, destruyéndose las sepulturas, se hunden los subterráneos, desaparecen todos los recuerdos de un pasado glorioso y los hombres revuelven en un momento cuanto habían respetado largos siglos”. No se conoce el verdadero significado etimológico de Machupicchu, y el descifrarlo co- rres pon de a los que chuis tas como sucede también con Vitcos, palabra cuya etimología se ha perdido, tanto para los naturales, como para las personas de estudio. Machupicchu es una palabra compuesta de Machu (viejo) y Piccho que parece desinencia del ver bo cas te ll a ni za d o PICCHAR, que entre los indios significa mascar la coca. Eso de que el lado de Machupicchu haya otro cerro histórico, donde la comisión de Yale sólo ha encontrado restos de casas al parecer de centinelas, llamado Huaina pic chu, pa la bra en la que Huaina significa joven, opuesto a Machu (viejo), debe despertar algún interés arqueológico, si se tiene en cuenta que hay algunos lugares de importancia histórica que llevan nombres semejantes, como Huayna–murayaca y Machu–murayaca, Huaina–ccorccor y Machu–ccorccor. Subiendo a Machupicchu por su lado norte, desde el puente de San Miguel, por un cerro escabroso y empinadísimo que apenas ofrece una senda estrecha de a pié, se corona la cumbre a más de dos mil piés sobre el río, y de ahí se desciende para llegar a la población unos ochocientos metros, por algo así como una calle estrecha defendida por la derecha por un muro de piedras brutas y toscamente unidas. La entrada a la población es una portada muy semejante a la de Sala–punco, en el camino de Ollantaytambo a Torontoy: Es la de mayores proporciones, relativamente a las de su género, que abundan en lugares donde existen monumentos antíguos; las paredes laterales son de piedras cuadrangulares ligeramente trabajadas, y se hallan un tanto movidas, algunas ya por desmoronarse, a causa de las raíces que crecen en sus junturas. El pulimento y unión de las pie- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 35 Jose Gabriel Cosio dras en dicha portada son inferiores a la de la pequeña portada que da acceso a la galería de Ollantaytambo, pero en la magnitud de las piedras del umbral, en la altura de éste, y en un detalle especial que mencionaré luego, es superior a aquella. El umbral no está for mado, como ocurre generalmente, de una sola piedra, sino por dos horizontalmente unidas, de dos metros veinte centímetros de largo y de sesenta centímetros de espesor, cada una: La for ma aproximadamente puede reconstruise con los siguientes datos: Ancho de luz, por la parte superior; por dentro, un metro cincuenta centímetros; por fuera: un metro cincuenta y cinco, por la base: por fuera, un metro cincuenta y nueve centímetros, por dentro: un metro cincuenta. El detalle típico de esta construcción, por no hallarse en ninguna de las que conozco, Tampu–machay, Ollantaytambo, Pizca y Torontoy, y tampoco debe de hallarse en Choqqueqquirau, a juzgar por lo que dice el doctor Bingham, es una especie de collar o argolla de piedra de siete centímetros de diámetro, que arranca sobresaliente, de la parte posterior del umbral, semeja en for ma a las piedras agujereadas puestas como clavos en las cuadras y corrales para amarrar las bestias. Esta argolla no for ma un solo conjunto con la piedra de que arranca, como sucede en otros edificios de Machupicchu, sino que se ha encajado entre las junturas del umbral. Como ocurre en las alacenas y los cilindros o clavos de piedra colocados entre las primeras, no se conoce definitivamente el objeto de estos collares, aunque pueda conjeturarse que ser vían para colgar de ellos algunas telas, hilos y tapices para indicar la hora en que el Monarca o personaje que resida en el edificio no estaba visible para los extraños, 36 como opina el Catedrático de Antropología de la Universidad del Cuzco doctor don Antonio Lorena, aserción confir mada por el Arqueólogo de la comisión señor Erdis. Pa san do la por ta da se penetra en una ancha calle protegida a los dos lados por muros de piedra bruta, de carácter ciclópeo, que conduce en un descenso muy suave a unas graderías de piedras talladas en roca. Por éstas se penetra en el centro de la población, cuyas ruinas, desde este sitio, se ostentan ya en conjunto, con sus calles estrechas, sus pozos o baños, sus casas y palacios y las caprichosas cur vas de los andenes. Puede decirse que Machupicchu es la población de las escalinatas. Existen 109 graderías con un to tal de TRES MIL GRADAS, que las ha contado una a una el Arqueólogo yanqui. La primera habitación que se encuentra es una de tres metros de largo por dos de ancho, que la primera vez que visité esas ruinas ser vía de vivienda a un indio Melquíades Alvarez, que hacía ocho años moraba en Machupicchu. Toda ella está hecha de piedras sillares almohadilladas y pulidas en los bordes, semejantes hasta en el color a las que for man la pared posterior de la casa que fue de las Acllas, hoy convento de las Monjas Catalinas, en el Cuzco. La casa está tan bien conser vada que el indio que la habitaba no tuvo más necesidad que ponerle una empalizada por la par te posterior cuya pared se había destruido, y techarla con hojas. De la puerta de esta habitación se ve hacia la derecha una her mosa escalinata de piedra blanca, de más de doscientos tramos que desciende hacia la población diseminada en toda la andenería que rodea el cerro, y ter mina en el gran muro que sir - ve como de límite y parapeto al circuito de la ciudad. Al lado izquierdo de esta gradería troncal, y a treinta metros de ella, se encuentran los restos de un her moso templo que describí así en ocasión anterior: “Lo pri me ro que lla ma la atención es un inmenso monolito cuadrangular, que arrancando de la pared del fondo, sobresale a manera de un trono o altar destinado a alguna divinidad o persona de altas preeminencias, y a cuyos lados se ven dos piedras de menores dimensiones, que parecen sitios o puestos secundarios de una trinidad de ídolos o personas. Dichas piedras se alzan del suelo y rematan en la tercera parte de la pared. El monolito es de roca ligeramente trabajada, tiene de largo 4 metros 36 centímetros, 1 metro de espesor, y su altura de ras del suelo es de un metro. Se trata seguramente de un templo o adoratorio principal. “La pieza tiene la pared del fondo y las laterales completas, faltándole sólo la principal o fachada, para dar idea de su for ma completa. No puede haber mayor primor de perfección; allí se ha unido lo monumental y grandioso con lo regular y simétrico”. “Los muros laterales, puede decirse, que están for mados solo de dos inmensos trabajados monolitos, que se sueldan o enchapan con la pared del fondo mediante tres piedras que tienen la for ma exigida por la colocación de los monolitos y 43 centímetros de largo cada una. El monolito de la derecha tiene de largo tres metros diez centímetros; de alto 2 metros 30 centímetros, de espesor 82 centímetros. El de la izquierda es de 3 metros 93 centímetros de largo; 2 metros 30 de alto y 0.90 de espesor. El primero tiene doce esquinas. Todo el templo que así debe llamarse, está for mado de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale 166 piedras, de las cuales las de pequeñas dimensiones son aplanadas y paralelográmicas y sus junturas son tan perfectas y delicadas, como de las paredes del templo del Sol del Cuzco”. “En esta pieza no habían de faltar ni las alacenas y nichos que hay en Ollantaytambo, Pisac, Torontoy y Choqqueqquirau, ni los clavos cilíndricos de piedra que ornamentan estas al parecer hornacinas de ídolos o divinidades. Existen 17 alacenas; 10 laterales y 7 en la pared del fondo. Los clavos y apéndices sólo existen entre éstas últimas”. “La habitación tiene m. 6.43 de ancho. Las paredes laterales tienen de altura, la de la izquierda: m. 3.93; la de la derecha, m. 3.69: y la de fondo desde el altar que le está adosada, m. 2.50. Las paredes laterales en sus extremos libres demuestran claramente una especie de corte oblicuo que hace que la base quede sobresaliente con relación a su remate, y así mismo presentan en las piedras de la cúspide una casi profunda concavidad, que al parecer ser vía de encaje y soldadura, con la piedra del umbral que ha desaparecido. Esta clase de huellas se notan casi en todas las construcciones de Machupicchu. La sala cuya descripción he hecho, aunque deficientemente, es la mejor que hay en Machupicchu, entre las ruinas de palacios y casas que se alzan sobre la exuberante vegetación de esas inhabitadas alturas, donde sólo la víbora se enseñorea con su terrible obra de ponzoña. En la parte posterior de la pared lateral derecha, se nota algunas estrías que “figuran culebras”. Hacia la izquierda de la sala descrita, como a 6 metros de distancia, se encuentran los restos de un gran palacio, cuya pared principal tiene tres ventanas de un pie y medio de alto, desde las cuales se domina una larga plaza y todo el resto de la población que se escalona en la pendiente del cerro. Los muros están for mados de piedras rectangulares bien pulimentadas, con las junturas de una perfección tan acabada, como las que se admiran en las paredes de la calle de Maruri en el Cuzco. Tiene m. 10.42 de largo y m. 4 de ancho. En la mitad de la pieza y hacia el círculo que for man y las otras habitaciones, hay un especie de columna o pilar que tiene m. 2.07 de alto y 77 cms. de ancho. En su parte superior se ve una huella muy clara de que soportaba un umbral, lo que parece indicar la for maban dos habitaciones, cuya pared medianera ha desaparecido. Inmediatamente a la anterior, y en frente del templo, hay una habitación pequeña con paredes de piedra bruta rellenadas con barro, provistas también de alacenas y clavos; éstos tienen una for ma singular por estar encor vados en los extremos hacia abajo. Por la parte posterior del templo asciende una gradería de más de 60 tramos perfectamente conser vados y cuidadosamente hechos, muchos de ellos de una sola pieza, por estar tallados en roca, la cual conduce hacia un inmenso Intihuatana situado en la parte más dominante de la población, y dando frente al oriente. Antes de llegar hasta el sitio sagrado del Intihuatana se pasa por una pequeña pieza con alacenas y clavos de piedra que parece haber sido una capilla o lugar de purificación, pues en una roca grande se ven tallados unos a manera de sofás, en los cuales aparecen rastros de rodillas en la actitud de prosternarse. En toda la extensión de la gradería principal que baja por el centro de la población, se en- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 37 Jose Gabriel Cosio cuentra una serie sucesiva de pozos o baños de piedra de un metro a medio metro cuadrado de extensión y de 3 piés a 1 pié de profundidad que se comunican entre sí por canales muy delgados de piedra blanca, de tal modo que el agua que debió contener cada pocito desaguaba en el siguiente. Se han descubierto y puesto en claro 17 pocitos cuya aplicación es dudosa, pues mientras unos creen que son baños, otros dicen ser lavaderos de oro; pero si se tiene en cuenta que Machupicchu debió contener una muy densa población, a juzgar por lo apiñado de las casas y las muchas habitaciones subterráneas, y la falta de agua en esas alturas, como se ve claramente por el sistema de canales muy estrechos y de acequias delgadísimas que todavía existen entre una calle y otra, entre un andén y otro, es posible suponer que esos pocitos eran reser vorios para depositar el agua que debieron traerla de muy lejos. Subiendo de la sección de los pocitos, y a veinte metros, abajo del templo, se destaca dominando las andenerías una construcción sorprendente por lo rara, y reveladora por los detalles que la rodean. En esa construcción, lo rudo, lo primitivo, lo grandioso, que caracterizan las primeras manifestaciones de los grupos sociales, está mezclado, en curioso contubernio, con la obra delicada y artística de los momentos de esplendor de una civilización. Junto a una gruta que semeja una vivienda de trogloditas, se admira una construcción parecida a una sala asiria o a una torre babilónica. Allí se ostenta la obra ruda de la naturaleza con la refinada del hombre. Es una roca inmensa, una mole for midable de 5 metros de altura, coronada por algo así como un Intihuatana de una mampostería de piedras delicadamente pulimentadas y unidas for mando 38 un círculo. Sobre la roca bruta se ha construido en for ma circular un torreón que visto de abajo, tiene un interés especialísimo. En la parte inferior de la roca que mira hacia el río, hay una puer ta oblicua triangular abierta en esa masa en for ma de piedra, y penetrando por ella en la cueva forjada en el seno de la roca, se encuentra una habitación ornamentada con muros de piedras cuadrangulares, provistos de alacenas de doble fila y clavos de piedra, que dan a ese lugar un aspecto imponente y sombrío. Parece que un titán se hubiese deslizado por una grieta de la roca, y la hubiese disgregado o dividido en dos partes al levantarse, con el esfuerzo colosal de sus espaldas. La parte de la izquierda se inclina hacia la otra, y para hacer como un juego de capricho, o impedir que se vuelvan a unir, se ha apoyado una fracción sobre la otra mediante un muro de bloques de piedra, iguales a los que componen la coronación del torreón. Ese trozo de mampostería parece una chapa y soldadura de las dos fracciones de la roca. Penetrando en esa especie de gruta se llega a una pieza irregular y húmeda, de 8 metros cuadrados, y cuyo techo está for mado de piedras regulares labradas. Sus paredes son como dije antes de piedras pulidas que constituyen como el decorado de ese subterráneo curioso y extraño. Arrancando de ras del suelo se ven cuatro nichos o alacenas de mayores dimensiones que las que ordinariamente existen en ruinas semejantes. Su altura es de m. 1.77; su ancho en la parte alta, de m. 0.45; debajo de m. 0.20. Tienen exactamente las proporciones para contener a un hombre de alta estatura. Encima de estas alacenas hay dos pequeñas cuya altura es de m. 0.55; su ancho en la parte superior, de m. 0.33; y en la base, de m. 0.40; con una profun di dad de 28 cen tí me tros. Del muro se destacan dos clavos de piedra delgados y pulimentados. Dentro de la cueva hay tres secciones de tronos regulares for mados o labrados en roca, y casi todo el circuito está rodeado de las alacenas o nichos grandes. En uno de los extremos hay un enor me agujero que delata las excavaciones que por allí se han hecho. Las alacenas grandes, por sus dimensiones, por la par te en que se hallan, por el aspecto sombrío del recinto hacen pensar en un lugar de castigo o de torturas. Es sabido que entre los antiguos peruanos los delitos atroces se castigaban con el emparedamiento. Es esta sección la que ostenta construcciones más notables, por la regularidad de los sillares de piedra blanca finamente labrada y por la delicadeza y perfección de las junturas. Todas las piedras son paralelográmicas y sus líneas de unión for man ángulos rectos. Los muros de estas construcciones han sido esmeradamente lavados y presentados en majestuosa elegancia por los de la Comisión de Yale. Aún cuando parezca pedagógico, los restos de Machupicchu, expuestos a los ultrajes de la intemperie y alzándose en la soledad de esas inhospitalarias alturas, están mejor conser vados que los que se encuentran en lugares frecuentados por el hombre, como el Cuzco, Ollantaytambo y Ppisac. La naturaleza menos destructora y más pródiga en ciudades, ha guardado y conser vado mejor los monumentos encomendados a su sola custodia, que el hombre, cuya mano parece empeñada en borrar la huella de los siglos y los rastros de la Historia. Solamente los arbustos y las Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sobre los trabajos de la expedición científica de la Universidad de Yale raíces han desmoronado algunas piedras de los muros, y han hecho perder en parte la delicada ensambladura de los sillares. Como muy pocos y raras veces, pueden ascender a esos lugares y es imposible la traslación de las piedras hasta las poblaciones y fincas próximas, la mano del hombre ha quedado y queda cohibida para arrancar y destruir las paredes con el deseo de utilizar los materiales de esos que son datos arqueológicos, en la fabricación de casas como des gra cia da men te ocurre en Ollantaytambo y Ppisac, donde la mayor par te de las casas de reciente construcción ostentan esos her mosos sillares que han sido criminalmente sustraídos de los muros de que for maban par te. EXCAVACIONES Durante tres meses, el arqueólogo de la comisión, a la vez que dirigía los trabajos de desmonte y lim pie za de Ma chu pic chu, practicó también impor tantes excavaciones, ya en el interior de las habitaciones y en las cuevas y sitios en los cuales habían vestigios de tumbas, habiendo encontrado y recogido inmensa cantidad de objetos de piedra, de barro, arcilla y champú, aunque casi todo roto e incompleto, muchos cráneos y huesos de hombres y diversos animales, como habrá tenido opor tunidad de conocer detalladamente el Supremo Gobierno por el inventario que envié, hace un mes, en cumplimiento de la orden que recibí al respecto. El hecho de no haberse encontrado momias completas, ni tumbas íntegras, pues todas estaban vacías, en tres meses de infatigable búsqueda, hace colegir al arqueólogo de la comisión, que Machupicchu fue una población de la que sus moradores se retiraron pacíficamente, habiendo tenido tiempo de trasladar los cadáveres al sitio a donde huyeron de la persecución que les hacía algún pueblo invasor, del cual pudieron defenderse algún tiempo gracias a las defensas naturales que les proporcionaba lo es tra té gi co de la po bla ción, como se defendieron y estuvieron a salvo de persecuciones, duran te trein tai cin co años los Incas retirados a Vilcabamba, cuando se afir maba el dominio español en el Perú. Tal vez esto pudo haber sucedido cuando la probable invasión de los Aymaras a los centros habitados por los quechuas, muchas de cuyas tribus tuvieron que huir hacia las montañas, pues el citado arqueólogo, así como el doctor Bingham, calculan en mil años la antigüedad de Machupicchu. Esta opinión puede afir marse con los muchos restos de poblaciones que existen en toda la región montañosa del Urubamba y en las regiones comprendidas entre el Apurímac y el Vilcanota, algunos de los cuales ha hallado el doctor Bingham, como infor maré más adelante, y que delatan la marcha errante y dispersa de tribus que donde acampaban levantaban un templo, improvisaban un adoratorio, que tiene inmensos puntos de contacto con los de Machupicchu y otros restos de ese carácter. PALCAY, PAMPACCAHUANA Y MARANNIYOC No es Machupicchu, el único lugar de la región montañosa en que se encuentran restos históricos de interés; hay otros muchos que los indios conocen, unos de vista y otros por referencia, y que encierran poblaciones como la fantástica Plateriayoc, de la que refieren ser unos restos mejores que los de Machupicchu, pero nadie ha podido dar con ellos, porque lo abrupto de la montaña, la absoluta falta de caminos, y el egoísmo de los que se niegan a Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 39 Jose Gabriel Cosio servir de guía, por la creencia arraigada en ellos de que quién enseña a blancos una tumba desconocida cae en desgracia y es castigado por los MACHOS (viejos), hacen que no se haya descubierto ese lugar a pesar de los muchos esfuerzos del doctor Bingham. Sin embargo, este abnegado hombre de ciencia, en su afán de exploraciones y en su deseo de buscar algunos datos que sean luz para nuestro pasado, aunque engañado por los indios que con astucia lo abandonaban en pleno bosque, o la inclemencia de nevados desconocidos, después de comprometerse a servirle de guía, llegó sólo extraviado a encontrar a su paso, varios restos de interés, entre la montaña que divide el valle de Vilcanota y la región de Limatambo en la provincia de Anta, así como otros en el valle de San Miguel, donde habitan ya algunas tribus salvajes. Entre ellos son notables: Palcay, Llacta–pata, Pampaccahuana y Maranniyoc, en los cuales hay restos de murallas, fortalezas y pequeñas poblaciones incaicas. En Palcay, el doctor Bingham, ha encontrado una inmensa roca con inscripciones de escritura ideográfica, de los cuales ha tomado una detallada copia. Es una serie de figuras que representan hombres, flechas en diversas posiciones, culebras y casas, todas ellas regular mente conser vadas. Sería conveniente como lo manifiesta el doctor Bingham, que el Gobierno dictando medidas adecuadas procure la traslación de esa piedra al Museo del Cuzco, donde podría ser un ejemplar interesantísimo en la Historia antigua peruana, porque de permanecer como está no tardará en destruirse o desaparecer. De todos estos hallazgos hechos por los miembros de la comisión científica, se deduce, pues que lo que antes se creían bosques impenetrables que no guar40 daban sino tribus salvajes y regiones no holladas por las plantas del hombre civilizado, fueron en otro tiempo, que no se sabe cuando seguramente, centros de poblaciones correspondientes a las razas que precedieron a los Incas y fortalezas en los que tendrían lugar las cruentas luchas de dominación y sojuzgamiento. Es indiscutible que si se explorase por las regiones montañosas del Urubamba se encontrarían vestigios de poblaciones tan importantes como las que hoy llaman la atención del mundo científico. CONCLUSIONES Antes de terminar este informe en que sucintamente he dado cuenta de los trabajos de la comisión científica de la Universidad de Yale, debo llamar la atención del Supremo Gobierno sobre la criminal rapidez con que se van destruyendo los monumentos que son gloria de nuestro pasado y fuente de nuestra Historia, en todos los lugares en que ellos existen, ya sea en los pueblos y aldeas, ya en las ciudades y fundos de propiedad particular. No hace mucho que la Asociación Universitaria del Cuzco denunció ante el Concejo Provincial el hecho de que un grupo de picapedreros trabajaba en la fortaleza de Sacsayhuamán como en una cantera pública, demoliendo los muros y labrando ahí mismo las piedras que conseguían arrancar con mano audaz y atrevida, para trasladarlas a una casa que se levantaba en la ciudad; sin que esa denuncia hubiera producido los efectos que eran consiguientes a tan monstruoso atentado. No digamos ya nada de Ollantaytambo, Ppisac, Torontoy, Tampumachay, Kkenko y otros monumentos que dentro de diez o veinte años habrán desaparecido al paso con que se les destruye. Cuando en las calles del Cuzco se desmoronan y demuelen paredes, que en otro tiempo eran Palacios de los Incas, con el sutil pretexto de abrir puertas y ventanas para modernizar las casas y darles el barniz de la elegancia, no será extraño que en poblaciones, en las que no se aprecia el valor arquitectónico de las construcciones, como Ppisac y Ollantaytambo, todas las casas de moderna apariencia están hechas con el granito traído de las fortalezas próximas y labrado en el sitio mismo de que se le extrajo. Cuando el señor Squier llegó al Cuzco, hace cincuenta años y fue a Ppisac encontró todavía el gran Intihuatana de ese lugar con el apéndice que sobresale de la plataforma completo, es decir con la gran argolla en que él remataba, como se ve en la fotografía que tomó y que está publicada en su obra, pues, hace, por lo menos doce años que esa argolla ha desaparecido, y cada año el apéndice disminuye de longitud hasta que hoy apenas mide unos treinta centímetros. Otro hecho reciente llevará al convencimiento del Gobierno la temeraria prontitud con que se destruyen los restos de nuestras primeras civilizaciones. En el mes de enero del presente año (1912) visité por primera vez Machupicchu, y en el notable Intihuatana de que he hecho mención, hallé sobresaliendo de la base, un poliedro de piedra de cuatro caras que remataba en un collar trabajado en una sola pieza; cuando después de nueve meses regresé a aquella población antigua, tuve la ingrata sorpresa de ver la desaparición de ese collar, y mutilada la piedra sagrada. Toca al Supremo Gobierno que tan laudable interés manifiesta por la conservación de nuestros monumentos, procurar, por todos los medios, que esta obra de destrucción cese y que se pongan a salvo las inapreciables joyas que todavía quedan en diversos lugares del territorio. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 ORQUÍDEA DE MACHUPIQCHU UNA EXCURSIÓN A MACHUPICCHO CIUDAD ANTIGUA1 José Gabriel Cosio E s monomanía de los que viajan contar sus impresiones, en público, los que escriben, y en privado los otros; así ha dicho un escritor. Y en verdad que, cuando uno que excursiona o viaja encuentra impresiones que merecen anotarse, cuadros que exigen ser descritos y paisajes dignos de retratarse; parece que contrae con su propia conciencia la obligación de dar a conocer lo que ha visto, mucho más si ello puede ser útil para desentrañar profundos e insondables problemas que permanecen rodeados de misterios y dudas. Tal vez si el pasado primitivo de la América Precolombina, hoy incierto y nebuloso, pueda resolverse en soluciones claras y definitivas, cuando del acervo de las in- vestigaciones oficiales y particulares surja al conjunto del análisis científico la anhelada clave de tantas incertidumbres y contradicciones y aparezcan dominando tan culminante posición los Schielleman, los Botta y los Mariette de este continente. Los que apenas somos obreros modestísimos, perdidos en el inmenso tráfago de la vida 1 Originalmente publicado en la Revista Universitaria. Tomado de la Revista del Museo e Instituto Arqueológico No. 19. Julio 1961 UNSAAC. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 43 José Gabriel Cosio moderna, en la labor intensa de despejar las incógnitas que preceden a nuestra Historia, no tenemos más misión que la de contribuir con modestísimos materiales, toscos, rudos e infor mes para que los incansables exploradores de los impenetrables mares de la Historia presenten el cuadro hecho, la obra perfecta, el edificio histórico con pórtico y bóveda de verdad. Cuántas cosas desconocidas, cuántos errores pasados, ante la exigüidad de los datos a la categoría de verdades, se han descubierto y se han salvado, merced a esta clase de investigaciones desde la segunda mitad del siglo XIX, así en el orden de la organización social, civil y política, como en el material y artístico de los antiguos peruanos. Merced a los hallazgos hechos en Pachacámac, Chanchan, Chincha, Tiahuanaco, Choquequirau y últimamente en Machupiccho, han pasado a los rosados campos de la leyenda y del mito, los datos, que nimbados por la aureola del más candoroso optimismo, nos mostraban nuestra pasada historia, como el campo paradisíaco, como la bíblica Tierra de promisión y como la República soñada por el filósofo de los Diálogos, concepto que hoy sólo halagan la vanidad de viejos aficionados que se han quedado con sus estudios y lecturas de hace cincuenta años, o de niños que acarician como un sueño las narraciones pintorescas de sus primeros maestros de la Escuela. Para muchos sólo son incaicos o preincaicos los monumentos de piedras y sillares inmensos que muestran sus líneas en confusa desigualdad, en la pared de severo y majestuoso aspecto, siendo así que está probado que en el Perú antiguo, como en toda la América, el progreso de las Artes especialmente de la Arquitectura, ha seguido una línea de evolución semejante a la de todos los pueblos; 44 de tal modo que el lujo en la calidad de las construcciones, el material de éstas dependía del objeto a que se las destinaba. El templo, el Palacio de los Emperadores, la residencia de los Curacas y Jefes de grupos, dominaba el resto de los edificios, los superaba por el esmero y majestad de su construcción mientras, que las viviendas de la masa de la población eran rústicas, toscas y hechas con barro y arcilla; así no extraña que junto a edificios de la solidez y magnificencia de unos restos, hallemos otros que no tienen el mismo interés, de lo cual algunos suponen que estos últimos tienen origen colonial, como ocurre con una poblacioncita llamada Pumahuanca que se halla a media legua de Ollantaytambo, siguiendo arriba del riachuelo que baja del nevado y donde hay un grupo de galpones hechos de piedras pequeñas y barro. Se cree también que no emplearon la madera para umbrales y otros usos de construcción, cuando en muchas partes como en Torontoy y Machupiccho los hay de este material. Se cree y así lo dice, si no me equivoco, Valladar, que en el arte peruano antiguo, al menos en las construcciones, no se conocía o empleaba la línea curva, y en Písac y Machupiccho la encontramos principalmente en los Intihuatanas. Antes que la comisión de la Universidad americana de Yale presidida por el doctor Bingham, hubiese llegado, no se oía hablar frecuentemente de Machupiccho, y si se nombraba este lugar era para designar simplemente una posición de la hacienda Silque en cuyos linderos se encuentra, y no para designar como mantenedor de restos de la importancia y proporciones que en si encierran. Los americanos que vinieron en aquel viaje de estudio no hicieron conocer absolutamente en el Cuzco el éxito de sus exploraciones científicas. Solo sabíamos que el doctor Bingham venía con la seguridad de hallar vestigios de que la antigua civilización peruana se extendió hasta la región de la montaña, donde había tenido una de sus sedes principales. El infatigable y talentoso Rector de la Universidad del Cuzco, doctor don Alberto A. Giesecke, americano de altísimas dotes, fue el primero en avisarme por el mes de octubre, en carta que escribió de Lima, donde se hallaba enfermo, la noticia de que el doctor Bingham había hallado varias ciudades antiguas, entre ellas dos superiores a Choqquequirau. Tan revelador aviso no pudo menos que resolverme inmediatamente a hacer una excursión por los valles de La Convención, en busca de la ruta y lugares por donde hubiese pasado el doctor Bingham, aun cuando la estación lluviosa no era la adecuada para mi proyecto. Hablé con algunos discípulos y amigos míos en quienes halle igual interés. Posteriormente por los diarios de Lima conocía que el doctor Bingham, ya de regreso a su país, dio en la sociedad Geográfica de aquella capital una conferencia en la que hizo revelaciones por demás interesantes de Machupiccho, presentándolo como una completa ciudad antigua. Aprovechando de la época de vacaciones, no obstante de las inmensas dificultades que las personas que conocían el camino me las presentaban como insuperables, emprendí el viaje en compañía del señor Justo A. Ochoa, muy decidido por esta clase de excursiones, como sensato y precavido. Algunos compañeros, digo, que debieron serlo, no salieron con nosotros porque no siempre se realiza lo que uno desea. En Urubamba, donde preparamos todos los menesteres para el viaje, conseguimos un animoso y decidor niño, el joven Alberto López, de sangre española, y mi alumno en el Colegio Nacional Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho de Ciencias, que se alistó en la excursión resuelto a arrostrar las peripecias del viaje. Cuando salimos de Urubamba, el día 14 de enero, la desconfianza y cierto aire de conmiseración, se dibujaba en los rostros de quienes sabían nuestros propósitos. ¡¡Qué van a llegar a Machupiccho!! ¡¡No hay camino!! ¡No se puede ahora pasar el río! ¡Es invadeable! ¡Se los van a comer las víboras! Eran las exclamaciones que oíamos; pero yo iba resuelto a llenar mi propósito; para algo viajaba con el señor Justo Ochoa, cuya hacienda Ccollpani, a tres leguas de Machupiccho, iba a ser el centro de nuestras operaciones, y quien como propietario de esas regiones habría allanado las dificultades que se nos atravesasen. A las 9 y 30 a.m. ya corrían nuestras cabalgaduras por la verde y pedregosa alameda que no otra cosa debe llamarse, el camino entre Urubamba y Ollantaytambo. Seguíamos por toda la margen del río que a la sazón venía turbio y con fuerte y rara creciente, murmurando ledamente entre las hojas de los capulíes y los sauces que inclinaban su coposo follaje a las caricias del agua, que lamía sus agobiadas ramas. A los lados, los robustos capulíes nos brindaban pródigamente sus pulposos y rojos frutos, y las aves saltaban inquietas de un árbol a otro. Por encima de los cerros pelados, dominándolos como gigante vencedor, los Andes mostraban su vestidura de nieves que semejan manto de armiño cubriendo las encorvadas espaldas de un monstruo y alimentado con sus deshielos, muchos torrentes que se precipitan con rumor arrogante por los valles y encañadas para pagar el tributo de sus aguas al histórico Vilcanota. En Ollantaytambo supimos que muchos puentecillos de palos, colocados sobre los riachuelos procedentes de la cordillera, habían sido destruidos y arrastra- dos por las avenidas. No tardamos en cerciorarnos de esta verdad. El río de Tanccacc (el que empuja), habíase llevado el puente, y la creciente había aumentado sus aguas, que en todo tiempo son memorables por el capricho, a veces perjudicial, con que cambian de cauce. Pasamos el río por un vado sin más novedad, que el peligro que corrió el muchacho de a pie que nos acompañaba, quien casi fue envuelto y arrastrado por la corriente. La cuadrilla de operarios que constantemente recorre el camino del valle para arreglar los desperfectos, no parecía todavía para reponer el puente. Seguimos hacia Pisccocucho. En el río denominado Huaittampo de corriente más impetuosa y de cauce muy pedregoso, hallamos que en la banda contraria a la que nos hallábamos, paraba una recua de 15 mulas cargadas de coca, impedidas por un peón que no las dejaba pasar el puente, cuyo piso había caído al río y cuyos palos estaban para hundirse y caer muros y todo. Allí pude observar los grandes apuros en que se ponen los pobres arrieros a quienes acosa el deseo de hacer la jornada conocida a la aproximación de la noche y la dificultad del tránsito. El patrón un Sr. Vecino de Urubamba, que caminaba a pie arreando su cabalgadura que no podía con el ginete de puro cansada, acompañado de otro muchacho se lanzó a encaramarse en el puente y observar sus desperfectos; subía por la orilla del río, escrutó un vado por donde arrear sus mulas y ante la inutilidad de sus tentativas cogió piedras grandes, cortó ramas de arbustos, los colocó sobre el esqueleto del puente tupidamente, sembró encima tierra en capa muy rala, colocó sobre ella piedras, y así, una por una hizo pasar las bestias y continuó su camino. Nosotros aprovechamos de la obra del apu- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 45 José Gabriel Cosio rado viajero y pasamos el río para seguir nuestro camino. Cuando manifesté al señor Ochoa la impresión que me causó el suceso que habíamos presenciado, me dijo riendo: "Esto no es nada, vieras cuando se intercepta un camino por un derrumbe o se destruye un puente. Los pasajeros que se quedan impedidos por ambos lados, se unen en un trabajo común, y así abren un camino, limpian un derrumbe y construyen un puente. Amigo mío, por aquí el que viaja se abre camino, mientras que los valles pagan una contribución fuerte y saneada". A mi regreso de la excursión el puente estaba en peores condiciones que en la primera vez, y me dijeron que cuatro veces habían construido un puente nuevo, y otras tantas se lo llevó el río… Llegamos a Pisccocucho en medio de una garúa y un viento helado que silbaba furiosamente. En ese sitio la cordillera Andina se quiebra, se rompe en su continuidad, parece haber dado un salto descomunal a la otra banda del río, como si temerosa de humillarse y arrastrar su capa de armiño por el lodo, hubiera pasado el abismo y puéstose de un salto en la cresta del cerro de enfrente. Allí también para el geólogo está la muestra palpable de cómo el Vilcanota abatido en su curso por la mole de los Andes rompiólo profanó sus entrañas y se precipitó por un cauce que sus furias le abrieron… Antes de llegar a Torontoy, término de nuestra jornada, hubimos de presenciar uno de tantos abusos que se cometen por los MISTES gamonales de distrito con los pobres indios, eternas víctimas de una plaga de exploradores inverecundos: cuando caminábamos por una ladera, un indiecillo de poncho y montera, asesando, jadeante rojo como una llana y bañado en sudor, nos alcanzó y aun se nos adelantó en carrera desatentada, llevando dentro del 46 poncho una botella de licor, que le mandaron comprar de Pisccocucho, a donde había ido de una legua de distancia. Le preguntamos de la causa que le hacía correr tan violentamente y sólo pudo contestarnos, entre una tos que le ahogaba la frase en la garganta. “Alla abajo han peleado dos hombres y a uno de ellos traen preso”. Al doblar de un recodo oímos voces desaforadas, adelantamos y a la siniestra del camino percibimos una chocita junto a la cual habían dos bestias. Ochoa, como que ya estaba en sus dominios, dijo que había que ver lo que pasaba y con él nos aproximamos hacia la casa. Un hombre de mirada torva, rechoncho, de cuello deprimido y nariz torcida, se adelantó hacia nosotros saludándonos con aire arrogante. Exigió don Justo imperiosamente que le dijera lo que ocurría. En este instante salieron de la choza un pobre viejecito deTorontoy, con la cara ensangrentada, los ojos casi cubiertos por la hinchazón de los pómulos y echando sangre por las narices, las manos tenía fuertemente atadas hacia atrás con una cuerda ruda. Tras aquél apareció una mujer cuyo rostro era monstruoso de puro maltratado, esa no era cara humana, era un dibujo grotesco, bárbaro y horrendo hecho en un cántaro o en la superficie de una calabaza. Los demás que pasaban de cuatro, sentados en piedras bebían ya el licor que había llevado el indiecito, como festejando aquella orgía de dolor y esa otra de beodez. El señor Ochoa, furioso, ante lo horrendo del cuadro, increpó al individuo rechoncho preguntándole de la verdad del hecho. El Indio maniatado se adelantó a decir que por una reyerta que tuvo con su mujer, que era aquella cuyo rostro era un cardenal vivo, lo traían en esa for ma y propinándole golpes furiosos, el miste que al lado se mantenía en pie, y el cual no era autoridad ni nada. El aludido dijo ser comisionado para capturar a ese indígena, del gobernador de Ollantaytambo, pero no tenía ninguna orden escrita y antes bien, junto con el presunto reo se trajo una bestia de éste, por pago de sus ser vicios. La indignación de mi compañero llegó a colmo de la rabia, y entre duras increpaciones capaces de conmover las piedras, cual nuevo deshacedor de agravios y amparador de doncellas, obligó al mozo a dar libertad a Chávez, que así se llamaba el galeoto. ¡Cuántas cosas se cometen en la apartada soledad de los pagos y aldeas! ¡Cuántas maldiciones proferidas por el indio contra su Historia y su destino! La tarde caía en una calma rumorosa, los cerros parecían prepararse al sueño rodeados de la obscuridad que los cubría; llegamos a Torontoy, lugar donde hay unos restos de los que me he ocupado en vez an te rior. Dor mi mos en una choza, junto con una familia de indios que nos atendieron con el interés y solicitud que pudieron, escuchando el monótono chirrido de los grillos y percibiendo como rápidos pestañeos la luz inter mitente de las luciér nagas que revoloteaban en la atmósfera. HACIA CCOLLPANI. LOS ANDENES. LA NATURALEZA. GUÍAS PARA MACHUPICCHO. MUERTE INFORTUNADA DE UNO DE ELLOS Desde Ollantaytambo oímos por boca de los indios, diversas noticias de los “Chapetes”, que así los nombraban al doctor Bingham y a sus colegas y de quienes decían andaban como locos por los cerros y matorrales, por las orillas del río, y que se perdían semanas enteras, sin provisión ni cosa Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho que les sustente. “Unas veces se echaban en el suelo y con aparatos que no entendemos, miden la tierra, hacen segar las yerbas e intentan vadear el río, donde murió ahogado un indio, a quien obligaron que probase un sitio y pasase a la otra banda llevando sus cosas (aparatos). Buscaron el cadáver, lo hallaron con el grupo en que conducía los anteriores objetos, se alegraron de recobrarlos, y echaron el cadáver al río”. Así, en tono irónico, nos dijo una mujer de Torontoy, de los de la Universidad de Yale, cuya titánica labor tuvimos ocasión de ver desde el siguiente día. Amaneció éste con un poco de lluvia, nos apercibimos para el viaje, echamos las sillas a los caballos y proseguimos el viaje por una quebrada estrecha que cada vez pa re cía an gos tar se más. Ya el río desde ese lugar se precipita bramando y golpea sus márgenes con la cólera de sus olas. Pasamos otro puentecillo sobre un torrentoso río, desde el cual puentecillo, hacía pocos días de que se había caído un niño pequeño, que no volvió más a aparecer arrastrado seguramente hasta el Vilcanota, cuyas ondas fueron su mor taja. Cuando los padres preguntaron al her manito menor, que acompañaba al difunto, de regreso a la choza, dicen que contestó: “El río se lo ha llevado”. Lo que me llamó la atención fue la tranquilidad con que cuentan estas cosas los naturales, como si fueran las más ordinarias de su vida tor mentosa. Pasamos Artilleruyocc, nombre gráfico que se da a un cerro del cual frecuentemente se desprenden piedras inmensas de las que muchas derriban a los pasajeros o a las bestias, como ocurrió ha algunos años con el señor Fortunato Monteagudo, que pereció víctima de una galga que disparó el cerro, al cual por eso le llaman Artillero. La Literatura Popular es frecuentemente muy acertada y lógica en la invención de vocablos. Ya nos hemos internado en la montaña, cuya exhuberancia y grandiosa majestad son para ser descritas por un poeta, y para descritos con calor. Allí la Naturaleza se muestra pródiga, rica, fecunda, en toda su amenazadora grandeza. El río corre impetuoso por un cauce profundo y el camino lodoso y estrecho serpentea por una ladera, que va por medio del cerro elevado, teniendo a sus pies el abismo y encima la inmensidad de las rocas crespas y erizadas por un nutrido boscaje: es una lozanía viciosa, de la cual el hombre apenas puede aprovecharse. Los caminos por allí seguramente, por la estación lluviosa, son tan peligrosos que al transitar por ellos siente uno en todo su alcance el amor de la vida. Hay sitios en los cuales la senda apenas alcanza para que pase un caballo, de modo que un mal paso es para rodar 50 o 60 metros hasta el río. Lo que los pasajeros llaman Barbacoa, es algo que inspira temor el pasarla. El río ocasiona a veces el desgaje de una fracción del camino, espacio vacío que queda por encima de las aguas que van lamiendo hasta el rincón. Para pasar semejantes sitios, remiendan, diremos sueldan, las partes separadas, que muchas veces tienen la extensión de cuatro metros, con una especie de puente de palos y chaclas con piso de tierra, de tal modo que es como un puente muy débil. Hay barbacoas que se hallan a alturas considerables, como las hay otras, como una que últimamente había en el sitio denominado de la “Media Naranja”, que van casi tocando al río. Antes de llegar al sitio denominado Máquina, llamado así porque es muchos años que un español implantó allí una maquinaria de aserrar, algunas de cuyas piezas se hallan desparramadas como despojos de una lucha con- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 47 José Gabriel Cosio tra los obstáculos de la Naturale- largo y al parecer más firme por za. A la margen izquierda del río, estar apoyado en un muro central vimos que el cauce de éste estaba de grandes proporciones y en cudefendido en gran extensión por yas paredes se rompen hirvientes un muro de piedras grandes ni las aguas del Vilcanota. San Mimás ni menos que una parte de la guel es un sitio donde hay a amregión comprendida entre Pichin- bas márgenes algunas chocitas, goto y Pachar. Cerca de este sitio, hechas de empalizadas y con tecomo a cosa de una legua de la chos de paja, de tal modo que el Máquina, dentro de un bosque in- aire y la luz penetran por todas las menso de árboles, en el cerro de rendijas que dejan las paredes de enfrente del camino que seguía- chaclas tejidas. Es un lugar que mos, advertimos una andenería desde el primer momento llama que escalonadamente dividía un la atención del viajero, porque recerro. Esos andenes, que son del pentina y súbitamente, el río que mismo carácter que los de Ollan- hasta allí viene sin muchos saltos taytambo y Ppisacc, no han sido ni gran estruendo, después de exconocidos ni siquiera vistos por tenderse arriba del puente, de persona alguna, y si ahora los con- frente, pasando por debajo de templábamos era porque el Dr. éste, se lanza con un ímpetu y un Bingham trepó por allí, profanó estruendo tal, por entre peñas y la soledad de esos parajes e hizo piedras, que parece que desde allí resonar en esos valles profundos, se diese cuenta de su poder y se despertando los ecos dormidos, anunciase ante los elementos con el hacha que derribó los seculares un rugido espantoso. Sus turbuárboles, ahuyentó las víboras de lentas aguas abaten, azotan los peque abundan esos lugares y puso drones que se alzan en el cauce, se a la luz parte de la andenería que rompen con ímpetu bramador y seguramente continúa en toda la lanzan hacia el espacio su lluvia extensión del cerro, en claro. Este erizada de espumas y gotas, que colinda con Machupiccho, y al pa- por lo sutiles semejan tenue varecer forma parte del otro cerro por que se levanta de la superficie llamado Huainapiccho, que se ha- de las aguas. Así atronador e inlla frente a aquél. Desde ahí co- menso, parece correr más rápidamenzamos a apreciar la inmensa mente al término de su jornada. labor de la comisión de la Univer- Y cuantos contrastes en la vida sidad de Yale, puesto que por ahí y cuantas fatales condiciones: no hay caminos, comodidades ni Escribía estas líneas, recordando puentes. del guía Lizárraga, todo una bueEllos vadeaban el río por diver- na persona, cuando recibo del cosos lugares, aprovechando de la rreo una carta de mi amigo y compoca creciente de las aguas. pañero Justo A. Ochoa, que se enEstos andenes se ven frecuen- cuentra en Ccollpani y me anuntemente desde Ollantaytambo cia la trágica muerte de aquél, que por toda la extensión de la mar- era un gamo para trepar los lugagen izquierda del río; a primera res más inaccesibles y un valiente vista delatan la existencia de rui- para desafiar todos los obstácunas, pues, es casi seguro que los. El señor Ochoa me escribe: donde hay andenes deben de ha-“Antier 11 de febrero hemos teniber restos de ciudades o fortale- do la desgracia de perderlo a nueszas. tro guía y compañero de excurA las 2 p.m. llegamos al puente sión don Agustín Lizárraga. Iba de San Miguel, cuyo piso se halla- muerto ahogado en el brazo del ba entonces en deplorables condi- río que corre cerca de San Miciones. Es un puente de hierro guel, pasando el puentecito peliigual al de Urubamba, pero más groso que te mostré para ir a ver 48 su chacra; según me cuentan cayó de medio puente, y como iba sólo acompañado de un niño, no se le pudo auxiliar. El cadáver no se ha podido hallar, sin embargo de haber sido buscado en la extensión de tres leguas. La desgracia ocurrió a las 4 p.m. Como comprenderás el suceso nos ha conmovido profundamente”. ¡Pobre Lizárraga! Ha muerto, como morirán veinte y treinta, y como habrán muerto cientos de personas, porque el puente de que me habla el señor Ochoa, y de los que hay varios en la extensión del Vilcanota, no puede llamarse tal, son palos o vigas atadas con lazos y cordeles que se echan de una parte a otra del río sin muros ni sostén seguro. A mí, cuando me mostraron el tal puente, me pareció ver el palo peligroso de un saltimbanquis. Seguramente Lizárraga pasaba hacia una especie de isla que hay en medio río, en una pequeña extensión y donde tenía su sembrío de maíz. Las autoridades debieran prohibir el uso de esta clase de puentes que sólo son un atentado salvaje contra la existencia; he visto uno que se ha echado en todo el cauce del río. Ya cerca de Ccollpani encontramos a los señores Enrique Palma, el universitario Luis Ochoa y José María Ochoa en compañía de quienes y del telegrafista señor Martínez llegamos a la hacienda, donde tuve mi alojamiento cómoda y fui tratado con todo género de atenciones. Ccollpaní es hacienda grande, productora de caña, coca y frutas diversas, se elabora licor, azúcar y chancacas, y va tomando su producto gran incremento con el celo de los señores Ochoa que son muy emprendedores y laboriosos. Ya divisamos los campos cubiertos de caña en extensiones considerables, mostrando sus tallos nudosos y envueltos de sus lanceoladas hojas, y la coca de débil crecimiento. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho UNA VISITA A HUADQUIÑA. LAS AGUAS TERMALES Esperábamos un día sin nubes y sin lluvia para subir a Machupiccho que queda a tres leguas de Ccolpani. Para ganar el tiempo de algún modo, el miércoles 17 hicimos una visita a la finca Huadquiña, una de las primeras en producción y comodidades en el Valle de La Convención, propiedad de la señora Car men Vargas viuda de Romainville, y que está a media legua de Ccollpani, en la banda opuesta del río. Pasamos el puente de Ccollpani que es de alambre, y cuyo entablado está muy destrozado, con grandes boquerones remendados con piedras, en casi toda la extensión, de modo que, según gráfica e ingeniosa frase del señor José María Ochoa, ya el puente en vez de piso de madera lo tenía de piedras. Seguramente que los caminos y puentes del valle están dolorosamente abandonados. Llegamos a Huadquiña, después de atravesar dos puentes de alambre colocados sobre los ríos que pasan por las puertas de la finca, y mandados construir con fondos par ticulares del que fue acaudalado caballero señor Mariano Vargas que no fue 2º Vice–presidente de la República, porque no quiso. El caserío de Huadquiña es cómodo, decente y con una dotación completa de compartimientos y enseres. La finca, por sus habitantes y colonos, es una población. Las maquinarias son de lo más moderno. El señor Arteta nos dijo que hace poco montaron la Pelhton de gran poder que nos enseñó explicándonos la manera de elaborar el licor, el azúcar y la chancaca. Dentro de una inmensa sala vimos el funcionamiento de las máquinas, y pudimos contemplar, como la caña despojada de sus hojas, caía entre las rotaciones del cilindro y convertida en zumo, recorría una serie de transfor maciones pasando por multitud de actos, hasta quedar en los toneles depositada ya como alcohol. En medio de esa multitud de ruedas, poleas, correas y tornillos veíamos moverse al señor Arteta examinando las piezas y dirigiendo el trabajo. Después de per manecer en Huadquiña toda la tarde, mereciendo las atenciones del señor Arteta, regresamos a Ccollpani. Cerca de esta finca, en la banda contraria, existen las aguas ter males muy salutíferas que brotan de un manantial, próximo a una temperatura de 60 grados, por lo menos. Muchas personas van a bañarse, allí donde el señor don Mariano Vargas hizo construir unas cuatro pozas y una habitación para los bañan tes. Para ba ñar se en las aguas mencionadas es menester que el agua se deposite 12 horas antes en las pozas para que puedan bajar a una temperatura conveniente. A MACHUPICCHO. LOS EXCURSIONISTAS. CAMINANDO A PIÉ. NOCHE EN SAN MIGUEL. LA ASCENSIÓN. PERIPECIAS. LA LLEGADA En la tarde del 18 salimos hacia Machupiccho, con designio de pasar noche en San Miguel y subir hacia los restos de la ciudad antigua, con el alba del siguiente día, para tener el tiempo suficiente de visitar y conocer todo lo que encierra el lugar mencionado. Salimos de Ccollpani con el Sr. Enrique Palma conocedor de Machupiccho y muy atrevido explorador, Sr. Justo A. Ochoa, mi compañero, Sr. Luis Ochoa, mi alumno universitario y aficionado a la fotografía, Sr. José María Ochoa, hermano de los anteriores, un jo- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 49 José Gabriel Cosio ven regocijado e ingenioso espíritu decidor y alegre y buen andarín y el señor Fernando Palma, vecino de los valles y un sportsman muy conocido en el Cuzco por sus aficiones a los juegos atléticos. Con prudencia que hubimos de aplaudir al día siguiente, persuadimos al jovencito Alberto López que se quedara en Ccollpani, esperándonos, temerosos de que su corta edad sufriese las consecuencias de una penosa caminata, así como cuidadosos de las víboras que tienen, como su residencia favorita, los cerros y caminos que debíamos recorrer. En Aobamba, a una legua de Ccollpani, tuvimos que desmontar para dejar las bestias y seguir a pie la legua que nos quedaba para llegar a San Miguel, pues el pésimo estado de un puente que apenas se mantenía temblando nos obligó a no exponer la vida de nuestras cabalgaduras. Con nuestras grupas a la espalda, en mangas de camisa, y con las carabinas, escopetas, machetes o alfanjes como los llamaba el señor Palma (don Enrique), hicimos el camino a San Miguel en 30 minutos. Nos alojamos en la casa del malogrado señor Lizárraga, donde hicimos transcurrir gran parte de la noche jugando a las cartas y riendo los chistes y chascarrillos de don José María, cuyo buen humor no decaía en los momentos de mayor fatiga y de inminente peligro. Lizárraga nos dijo que era dudosa nuestra llegada a Machupiccho, porque el camino por donde debíamos ascender estaba completamente obstruído por el ningún uso que se hacía de él, desde hacía mucho tiem po. Cuan do pre gun tá bamos por la ruta que había seguido el doctor Bingham, nos dijo que él fue por otro camino antiguo y más fácil que sube por cerca de la Máquina o Mandor, el cual no podíamos seguir por no poderse vadear el río en tiempo 50 de lluvias, como lo hizo aquél por los meses de agosto y setiembre. Nos apercibió de que anduviésemos cuidadosos de las víboras que suelen hallarse en el camino, sin huir ni ofender pero, que pisadas inadvertidamente pican con resultados muchas veces funestos. A este propósito nos contó que todos los habitantes de esas regiones estaban picados, el que menos una vez, por aquel ponzoñoso reptil. Tal es la abundancia de ellos en esos lugares que una vez, según nos contó tranquilamente Lizárraga, en un trabajo de cultivo de coca, hallaron, de paso y en media faena, en solo un día ciento cincuenta víboras a las cuales mataron. Los tres indios que nos acompañaban, llevando provisiones y aparatos necesarios para la excursión nos contaron también la frecuencia con que las víboras pican a las gentes y la manera como se curan, la cual es tan bárbara como eficaz: Inmediatamente de ser mordidos cojen la cuchilla que siempre llevan consigo y rebanan una porción de carne de todo el derredor de la parte en que han sentido el aguijón, dejando por supuesto una inmensa herida, la cual se queman con ascuas y se cauterizan impasiblemente con la sal que llaman de piedra. Esta curación neutraliza el veneno, pero los deja inmovibles por cinco o seis meses. Los indios cuentan anécdotas interesantes relativas a la picadura de las víboras (Picacc), cuya ponzoña también se evita chupando la sangre en el punto de la herida. Se avisa que un alemán fue picado por una víbora en la palma de la mano, y no teniendo en ese momento ningún antídoto recurrió al primer indio a quien halló en el camino y amenazándole con un revólver, le obligó a que le chupase la parte picada. De este modo salvó su vida, poniendo en grave riesgo la del indio que felizmente no tenía la menor herida en la boca. Amaneció el día 19 con una lluvia copiosa que encharcaba el suelo y obligaba a los pajarillos a ocultarse en el umbrío follaje. Abandonamos las improvisadas camas a las 5.30 a.m. Salíamos con nuestras cargas, cubiertos de sendos ponchos, las mismas personas del día anterior más don Agustín Lizárraga que armado de un inmenso cuchillo, nos servía de guía. Pasamos el puente y saltando por piedras y palos alcanzamos a encontrar la entrada de unos tupidos matorrales por donde, se nos dijo, debía de ser el camino. A más de la menuda lluvia que nos mojaba, las ramas de los árboles y arbustos, al ser separadas por la manos y los palos nos regalaban también con nueva lluvia mojándonos con las gotas que fueron a cobijarse en sus verdes hojas. Camino no lo había ninguno, seguíamos ascendiendo por una pendiente empinadísima, por una senda bastante apenas para que corriese una pequeñísima cantidad de agua. Ya era un tronco de árbol que nos sería para encaramarnos o salvar un feo paso, ya las ramas caídas de los árboles nos servían de ascensores. La gradiente se hacía cada vez mayor, y en el primer momento creíamos encontrar algún abismo que nos hubiera detenido. Hacia media hora que subíamos casi verticalmente llenos de sudor, y con los músculos de los pies que se nos adormían, por entre un bosque cerrado, a cuyos lados no se veían más que el cerro crespo, erizado, inmenso y abajo el río que entre alaridos ensordecedores arrastraba sus tumultuosas aguas. La lluvia seguía insistente y el cielo brumoso y negro parecía un campo de luto y desolación; una espesa neblina nos cubría impidiéndonos casi ver el camino. El señor Enrique Palma, con su machete, quitaba las ramas del paso y nos proporcionaba otras que inclinándose hacia nosotros nos servía para sus pen der nos. Esta ría mos a Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho ochenta metros sobre el nivel del río, cuando nos sorprendió ver bajo la concavidad de una roca algunos choclos de maíz seco, ollas, pellejos y otros útiles de cocina, allí donde apenas chirriaban insectos y piaban tristemente los pájaros. La subida se hacía casi imposible, habían momentos en los cuales desmayaban nuestros ánimos, pero viendo la voluntad y entusiasmo con que Lizárraga y Palma se perdían en el bosque buscando y señaladándonos la vía, nos contemplábamos y seguíamos la peregrinación, comiendo algo de coca con chancaca, lo que nos salvó de los efectos del soroche que nos hacía vacilar. Contar las dificultades y peripecias del camino sería para parecer exagerados, es necesario ir, subir y fatigarse como los que excursionábamos, para comprender lo difícil de la ascensión. Baste decir que mirando de esas alturas, el vértigo nos impedía seguir contemplando las casas, que humeaban desde las márgenes del río. En un momento en que yo iba subiendo agarrándome de las raicillas que se atravesaban el camino, me cogí a algo que parecía un palo, cuando veloz, se deslizó entre mis dedos de la mano algo muy frío y viscoso, creí haber tocado una víbora, y casi por una aprensión, muy explicable, sentí que el dedo pulgar se me hinchaba y dolía, después vi que seguramente era alguna culebra que se hallaba dormida y al sentirse tocada huyó hacia el matorral. Después de una ascensión de tres horas, por fin llegamos a la cúspide del cerro, desde donde se divisaba el río como un hilo de cobre y la quebrada como una maroma negra. El grito de ¡MACHUPICCHO! Lanzado por el señor Palma nos repuso de la inmensa fatiga que nos abrumaba. Desde allí pudimos ver al otro lado del cerro una amplia meseta o explanada, siempre cubierta de enmarañado boscaje, en medio del cual se mostraban algunos trozos que semejaban casas o ruinas de edificios. Descendimos hacia ese lugar, y repentinamente reparamos que caminábamos ya por unas galerías que hacia a la derecha estaban limitadas por una especie de cuarteles de piedra bruta y de carácter ciclópeo. Estábamos en Machupiccho. MACHUPICCHO. ANTECEDENTES. EL NOMBRE. LA CIUDAD. LOS EDIFICIOS. SUS DIMENSIONES. SU CONSERVACIÓN. SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS CON OTROS MONUMENTOS. LA OBRA DEL DOCTOR BINGHAM La vista general de Machupiccho puede decirse, parodiando una frase de Víctor Hugo, que semeja un conjunto de ruinas donde brotan flores y árboles. Tal es la fecundidad y exuberancia de esos lugares, que para poner en descubierto esos restos ha habido necesidad de tronchar numerosos e inmensos árboles que yacen tendidos entre las paredes y calles, y las ramas secas; los arbustos muertos, las plantas diezmadas dan al sitio un aspecto de imponencia y de sugestión históricas. Toda la población, o sea todo el área en que se hallan los restos de salas, habitaciones, torreones, casas e Intihuatanas, ocupará en cálculo aproximado, unos mil quinientos metros de perímetro, todo él siempre ocupado en su mayor parte por el boscaje tupido e impenetrable. Por entre las paredes y sobre ellas, se levantan arbustos que encaramados a los muros semejan guirnaldas que exornan la cansada cabeza de una vieja generación. El lugar parece recordar la situación de los antiguos castillos feudales, así en parte inaccesible, como nido de cóndores, con puentes, rastrillos, puertas, que en Machupiccho están subsanadas Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 por la casi inaccesibilidad de los cerros que le sirven de pedestal. Hacia arriba se divisa la región de la Máquina, el lugar de Media Naranja, al frente Huaynapiccho, y hacia abajo Ccollpani y San Miguel que parecen emerger del abismo. Como dije antes, Machupiccho es comprensión de la finca Sillque de la familia Nadal. No es verdad que el doctor Bingham haya sido el descubridor de esos restos; él les ha dado la vida de la fama y del interés arqueológico. Antes que él siempre subían, y aún vivieron ahí, muchas personas que cultivaban calabazas, yucas, camotes y caña de azúcar. El finado señor Lizárraga subía con frecuencia en años anteriores. El 14 de julio de 1901 (hace diez años), subieron a Machupiccho por el camino que siguió el doctor Bingham, un señor Gavino Sánchez, vecino de Caycay, y los señores Enrique Palma y Agustín Lizárraga, quienes visitaron todas las ruinas y recorrieron sus compartimientos; pero, como ocurre siempre, no fueron por interés científico e histórico, sino en busca de lo que muchos pretenden y de aquello que a algunos les quita el sueño, para ir a excavar lugares donde hay monumentos antiguos. El señor Palma nos dijo que hallaron una cuerda de cabuya, junto a una momia; tan bien hecha y conservada estaba la cuerda que la utilizó por mucho tiempo. Machupiccho ha sido pues, conocido por muchas personas, aunque su celebridad tengamos que deberla al doctor Bingham. Toca a los QUECHUISTAS descifrar la significación etimológica de la voz MACHUPICCHO, y de otras cuyo conocimiento pueden suministrar datos muy apreciables para el conocimiento de muchas cosas ignoradas o poco sabidas. Machupiccho es una palabra compuesta: Machu (viejo) y 51 José Gabriel Cosio Piccho, que parece disinencia del verbo Picchar, que para los indios es el acto de mascar la coca. Eso de que al lado de Machupiccho haya otro sitio histórico, denominado Huayna piccho, palabra, en la cual Huayna (joven) es opuesta a Machu (viejo), parece ser algo interesante, si tenemos en consideración que hay muchos lugares que tienen parecidos nombres, como Huaynamurayaca y Machumurayaca, en Quispicanchi, donde tenemos las voces Machu y Huayna formando el compuesto con Murayaca. Después de bajar unos doscientos metros de la cúspide del cerro, caminando por un desbrozado de hierbas y, como dije antes, por el algo así como una galería, se llega a una portada, muy semejante a la de Sala–Punco, situada en el camino entre Ollantaytambo y Torontoy. Dicha portada es de mayores proporciones relativamente a las de su género y es visiblemente la entrada a la ciudad de Machupiccho. Las piedras de que están formados los muros laterales de la portada son cuadrangulares y ligeramente trabajadas, y se hallan un tanto movidas, algunos por desprenderse por las raíces de arbustos que crecen de sus intersticios. El pulido y unión de las piedras seguramente que es inferior a la portada que da acceso a las notables galerías de Ollantaytambo, pero en la magnitud de las piedras del umbral, en la altura de éste y un detalle extraño de que hablaré luego, es superior a la de éste. La altura de la portada es de dos metros cuarenta centímetros. Las paredes laterales están formadas sólo por cinco piedras y tienen un ancho de diez centímetros. La forma es siempre la de un trapecio. El umbral no está formado, como ocurre generalmente, por una sola piedra, sino por dos unidades, de dos metros veinte centímetros de largo y sesenta centímetros de espesor. La forma aproxi52 mada puede reconstruirse por los siguientes datos: Ancho de luz por la parte cercana al umbral, por dentro, un metro cincuenta centímetros; id, por fuera, un metro 55 centímetros. Por la base: por fuera 1 metro 59 centímetros; por dentro un metro 50 centímetros. El detalle de esta construcción que no se encuentra ni en Ollantaytambo, ni en Pizca ni en Torontoy, y es probable que tampoco lo haya en Choqquequirau, puesto que nada parecido aparece del diario del doctor Bingham, sobre estas ruinas, es una especie de collar o argolla de piedra de siete centímetros de diámetro que arranca en posición horizontal de la parte de atrás del umbral, semejante, en for ma, a las piedras agujereadas y puestas como clavos en las cuadras y corrales, para amarrar las bestias. En la portada a que me refiero dicha argolla es distinta de la piedra del umbral, o mejor, está encajada en ésta, pero en algunos otros grupos de construcciones for ma con el umbral un solo cuerpo, es decir que esas argollas se han for mado gastando el bloque de piedra. Como pasa con las alacenas, altares y los clavos o apéndices cilíndricos que existen entre las primeras, así en Choqquequirau como en Tonrontoy y Machupiccho se ignora —y no es fácil saberlo— el objeto de esos collares. Tuve ocasión de hablar sobre esta particularidad con nuestro sabio maestro doctor don Antonio Lorena, según cuya opinión los collares serían para colgar de ellas algunas telas, hilos o ciertos signos que indicaban la hora en que el Inca o personaje notable que residía en el edificio no estaba visible para los extraños. Y esta presunción se robustece ante el hecho de que los tales collares se hallan precisamente en la mitad de los umbrales, como si sirviesen para colgar alguna cortina o telón. Cuando nos hallábamos contemplando la fortaleza encontramos a un indio que salía cargado de un gran bulto de la galería, cuya entrada es aquella. Quedóse asombrado al vernos en esas alturas, a las cuales rarísimas veces, según él, ascendían las gentes. Averiguamos por él y nos dijo que se llamaba Anacleto Alvarez y que hace ocho años vivía en Machupiccho, cuyas tierras de labranza conducía por doce soles anuales; agregó que cansado de la soledad y del aislamiento se retiraba al puente de San Miguel donde conducía sus pobres y miserables enseres y cosas. Así supimos que el maíz y los rastros que hallamos en la cueva del cerro que habíamos subido eran de Alvarez, quien hacía su traslación escalonadamente por la gran dificultad del descenso. Pasando la portada se penetra en una ancha galería, protegida a los lados por muros de piedra bruta de carácter ciclópeo que conduce en un descenso muy suave a unas graderías de piedra talladas en roca, por las cuales, se ve claramente, se penetra en el corazón de la ciudad, cuyas ruinas se presentan ya en conjunto, con sus calles estrechas, torreones y ciudadelas, todo por supuesto cubierto en matorrales, arbustos y árboles diversos. Bajando hacia la derecha, obser vamos que de una choza de techo de paja salía una columna de humo negro, como si en ella se estuviese quemando algo. Llegados a la pequeña puerta de for ma de trapecio, vimos que en dicha habitación había efectivamente moradores, ellos eran la mujer y tres niños del indígena Alvarez. Los tristes vecinos de esa pobre covacha no pudieron pronunciar una palabra luego que nos vieron, temerosos de que les hiciéramos daño, pero repartimos pan entre los niños que estaban casi desnudos y convencidos de que éramos gentes Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho de bien se repusieron de su estupor. La habitación referida es una pieza de tres metros de largo por dos metros de ancho, toda ella es construcción antigua con piedras de sillería pulida en los bordes y parecen almohadillas, muy semejante en su forma de construcción y de ángulos a la pared del callejón de Loreto del Cuzco, de tal modo que su morador para habitarla no ha tenido más trabajo que cubrir el techo con palos y paja, y por la parte de atrás, cuya pared está destruida, poner hasta el techo estacas que semejan una empalizada. Es, pues, una habitación eminentemente precolonial, si con este nombre pueden bautizarse todas las construcciones anteriores a la conquista, bien sean anteriores al último período de la civilización quechua representada por el Imperio de los Hijos del Sol, sirviendo de morada a los hombres del siglo XX. De la puerta de la habitación, tomando la derecha se ve una escalinata hermosa de piedra con tramos anchos y regularmente formados que conducen hacia el grupo de construcciones que quedan en la parte baja de la ciudad. Antes de penetrar por esas graderías, por indicación de nuestros guías nos dirigimos de frente por una senda muy abierta y llena de charamuscas entre callejas estrechísimas; a saltos de un tronco a otro, como a cincuenta metros más allá de la primera habitación que hallamos, nos vimos frente a una hermosa y gran sala a la que rodean varias otras piezas, también de piedra, pero no tienen ni la magnificencia de los detalles ni la imponencia de los materiales, ni el primor de la perfección en la soldadura de los sillares, ni las proporciones ni dimensiones de aquélla. Lo primero que llama la atención es un inmenso monolito cuadrangular que, arrancando de la pared del fondo, sobresale a ma- nera de un trono o altar destinado a alguna divinidad o personaje de altas preminencias, y a cuyos lados se ven dos piedras de menos dimensiones, pero que semejan sitios o puestos secundarios de una trinidad de ídolos o personas. Dichas piedras se alzan del suelo y rematan casi en la tercera de la pared. El monolito del fondo es de roca ligeramente trabajado, tiene de largo 4 metros 36 centímetros; 1 metro de espesor, su altura del ras del suelo es de un metro cincuenta centímetros; sale de la pared hacia delante, setenta y cuatro centímetros. Se trata seguramente de un lugar de adoración o de un palacio. La sala tiene la pared del fondo y las laterales faltándole solo la principal o sea la fachada, para dar idea de su forma completa. No puede darse mayor primor de perfección; allí se ha unido lo monumental y grandioso con lo regular y simétrico. Los muros laterales, puede decirse que están formados solo de dos inmensos y trabajados monolitos, que se sueldan o enchapan con la pared del fondo mediante tres piedras de la forma exijida por la colocación de los monolitos que tienen cuarenta y tres centímetros de largo cada una. El monolito de la derecha tiene de largo tres metros diez centímetros, de ancho y de espesor ochenta y dos centímetros. El de la izquierda tiene tres metros noventa y ocho centímetros de largo; dos metros treinta centímetros de alto y noventa centímetros de espesor; el primer monolito tiene 12 esquinas. Toda la habitación esta formada de 166 piedras, de las cuales, las de pequeñas dimensiones son aplanadas y paralelográmicas. En esta sala no habían de faltar ni los nichos o alacenas que hay en Ollantaytambo, Pizca, Torontoy y Choqquequirau, ni los clavos cilíndricos de piedra que ornamentan éstas al parecer hornaciones de ídolos y divinidades. Existen 17 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 53 José Gabriel Cosio alacenas: 10 laterales y 7 en la pared del fondo. Los clavos o apéndices de piedra solo existen entre estas últimas. La habitación tiene 6 metros 43 centímetros de largo, 7 metros 77 centímetros de ancho. Las paredes laterales tienen de alturas, la de la derecha 3 metros 69 centímetros; la de la izquierda, 3 metros 94 centímetros; la del fondo, hasta el plano altar formado por el monolito, 2 metros y medio. Las paredes laterales en sus extremos libres demuestran claramente una especie de corte oblicuo que hace que la base quede sobresaliente con relación a su remate, y asimismo presentan en las piedras de la cúspide una casi profunda concavidad, que al parecer servía de encaje o soldadura con la piedra del umbral que ha desaparecido. Esta clase de concavidades se notan casi en todas las habitaciones de Machupiccho. La sala cuya descripción acabo de hacer, imperfectamente por supuesto, es lo mejor que hay en Machupiccho, entre las ruinas de salas o habitaciones que se alzan sobre la exuberante vegetación de esas inhabitadas alturas donde sólo la víbora se enseñorea con su temible obra de ponzoña. Hacia la izquierda de la sala, como a diez metros de distancia, se encuentra otra habitación larga, cuyos muros están formados de piedras rectangulares de pequeñas dimensiones, pero cuyas líneas de rincón son tan perfectas como las de Maruri, en el Cuzco. Tiene de largo 10 metros 42 centímetros y de ancho 4 metros. En la mitad de la pieza y hacia el círculo que forman la sala y las otras habitaciones, hay una especie de columna o pilar que tiene 2 metros 7 centímetros de alto del ras del suelo; 77 centímetros de ancho. En su parte superior muestra claras huellas de que soportaba el umbral, lo que prueba que esa pieza eran dos habitaciones, cuya pared medianera se ha destruido. 54 En ella se cuenta cinco alacenas laterales, que tienen la particularidad de ser de mayores dimensiones que las ordinarias. Inmediata a esa y enfrente a la sala principal, hay una habitación pequeña con paredes de piedra bruta rellenadas con barro, pero que tienen, así como las alacenas de las otras, los clavos cilíndricos de piedra negra muy pulida y encorvados hacia abajo por los extremos, lo que les da una apariencia particular. A la derecha de la sala se ve un semicírculo for mado por una roca de muy escasa altura, semejante al círculo que como base del Intihuatana se ve en Pizca; a este semicírculo le falta el cilindro de piedra en que generalmente rematan los restos llamados Intihuatanas. Para pasar de un lugar a otro, visitando los restos que en grupos diversos se hallan en Machupiccho, es necesario subir o bajar graderías de piedra cubiertas de malezas y arbustos, pues que casi todos los compartimientos están en distinto nivel. Subiendo por la parte de atrás de la sala se encuentra otro Intihuatana grande, de forma circular, en cuyo centro se alza una argolla, en vez del cilindro ordinario, muy semejante a la del umbral de la portada de que ya he hablado. Esta argolla tiene la particularidad de arrancar de la misma plataforma, con la que forma un solo conjunto. Cerca de éste se encuentra otro Intihuatana que remata en un pliedro de 4 caras. Estos Intihuatanas se hallan generalmente situados en las mayores eminencias del cerro. Desde el sitio último en que nos hallábamos, divisamos, hacia la izquierda, y en la parte baja del andén otro grupo de ruinas en claros muy estrechos que parecen calles. El sitio es montuoso y donde se han derribado inmensos y gruesos árboles que tendidos en toda la extensión del campo y en todas Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho las direcciones forman como un inmenso puente o una malla formidable sobre la cual hay que caminar para trasladarse a aquel lugar después de bajar del andén dejándose caer por los troncos que hacen entre el lado superior y el inferior. Llegando al pie de los muros más altos se encuentra uno con una pared hecha de piedras pulidas cuadrangulares, parecidas a las de la calle de Maruri y de unión muy delicada y perfecta. Desde el suelo, que es una calle, entre dos paredes muy cercanas mide el muro siete metros y medio de altura. Encaramados a un tronco subimos dicha pared que da acceso a un terrado de 50 metros cuadrados de extensión, donde en la actualidad crece el maíz sembrado por el vecino de Machupiccho, Anacleto Alvarez. El muro tal como está parece servir de cuartel parapeto a ese terrado o plaza. Después de correr unos trescientos metros y bajar del andén en que nos hallábamos, encontramos en la pendiente escalonada del cerro una especie de baño o pozo de piedra cuadrangular muy semejante al llamado baño de la Ñustta existente en Ollantaytambo. Tiene en su parte inferior una especie de desagüe que comunica con otro pocito o baño de igual forma que se encuentra en nivel inferior, en esta forma escalonada encontramos en el descenso del cerro seis de esos pozos, los que según los indígenas, se suceden de idéntico modo hasta el río, es decir una pendiente de 200 metros de extensión, hoy cubierta por un bosque cerrado e impenetrable, pero cubierta toda ella de un sistema de andenes que circundan todo Machupiccho. Todos los naturales que conocen esos pozos aseguran que ellos eran lavaderos de oro; pero teniendo en cuenta que casi en todos los sitios o ciudades de importancia los antiguos peruanos construían canales, con intermedio de recipientes o cubetas de piedra, creo yo que los pozos en cuestión no significan sino conductos por donde descendían, bien sea la chicha sagrada de las libaciones o la sangre de las víctimas de los sacrificios, para ir a perderse en la profundidad imponente de la quebrada. El hecho de que unos pocitos se comunican con los otros no puede darnos otra idea que el de acueductos para objetos de culto. Garcilaso relata que en diversos puntos estos canales servían para las grandes libaciones en honor del Sol. Subiendo del lugar de los pozos, casi al pie de la choza del indio habitante de Machupiccho, se destaca dominando las andenerías bajas una construcción sorprendente por lo rara, grandiosa por lo monumental, y reveladora por los detalles especiales que la rodean. En esa construcción es lo primitivo, lo rudo y lo grandioso que caracterizan los primeros pasos del hombre, mezclado, en curioso contubernio con la obra pulida magnífica y artística de los momentos de esplendor de una civilización extraña inexplicable, pero efectiva y grande. Junto a una gruta semejante a una vivienda de Trogloditas, se admira una construcción parecida a una sola casería o a una torre babilónica. Allí se manifiestan en íntimo consorcio la obra grande de la Naturaleza, con la refinada del hombre. Es una roca inmensa, una mole for midable de siete metros de altura, coronada por una especie de Intihuatana de una mampostería de piedra acabada, por la regularidad y pulido de las piedras, como por la unión de éstas. Sobre la roca que se alza enhiesta se ha construido en for ma circular un torreón que visto desde abajo recuerda una construcción primorosa. En la parte inferior de la roca que mira hacia el río, se ve una puerta oblicua triangular abier ta en esa Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 55 José Gabriel Cosio masa infor me de piedra, y en esa gruta o cueva, en el seno disgregado de la roca se encuentra una habitación ornamentada de muros de piedras cuadrangulares, iguales a los de Ollantaytambo, de alacenas de doble fila y de clavos de piedra que dan a ese lugar un aspecto imponente y sombrío. Parece que un titán, un gigante se hubiese deslizado por una grieta de la roca, y con el colosal esfuerzo de sus espaldas, al levantarse la hubiera disgregado, quebrantado y dividido en dos partes desiguales, una la de la izquierda, mayor más inmensa, y la de la derecha, un trozo mediano. La parte de la izquierda se inclina a la derecha pero para no dejar que se vuelvan a unir, para hacer un juego de capricho, esas dos fracciones se han unido con una especie de pared pequeña, muro o columna de la misma construcción que la parte alta del torreón. Ese trozo de mampostería semeja una chapa her mosa de dos fragmentos de roca separados, sobre la cual se mantuviese la mayor porción de ella. Es un remiendo de piedra pulida y labrada, hecho en una roca bruta, tal como la hizo la Naturaleza. Penetrando en esa especie de gruta se llega a una pieza húmeda irregular de ocho metros cuadrados de extensión, cuyo techo está for mado de piedras labradas. Sus paredes están, como dije antes, for madas por muros de piedras pulidas que constituyen como el decorado de ese subterráneo curioso y extraño. Arrancando del ras del suelo se ven cuatro nichos o alacenas de mayores dimensiones que las que ordinariamente existen en ruinas semejantes, su altura es de 1 metro 77 centímetros, su ancho en la parte de arriba de 47 centímetros y en la base de 65 centímetros, y su profundidad es de 20 centímetros. Tiene exactamente todas las dimensiones 56 para que se encaje un hombre de alta estatura, con un espacio suficiente por afuera, para poner un muro al mismo nivel de la línea que el resto de la pared. Encima de estas alacenas se encuentra dos pequeñas, cuya altura es de 55 centímetros, ancho en la parte de arriba de 32 centímetros, y en la base de 40 centímetros, con una profundidad de 28 centímetros. En el muro se destacan también dos clavos de piedra delgada y pulida. Al entrar en la cueva hay tres secciones de tronos regulares for mados o labrados en roca, y casi todo el círculo, tocando con la base de las alacenas grandes, está rodeado de una especie de corniza o platafor ma también de piedra. En la parte inferior hay un enor me agujero figurando un asiento que delata las excavaciones que en ese sitio se han hecho. En muchos lugares se notan vestigios de haberse hecho excavaciones, sin duda obsesionados por el interés del oro que se cree existir oculto en esas regiones, en proporciones fabulosas. Las alacenas mayores por sus dimensiones, por la gruta en que se hallan y por el aspecto casi sombrío del recinto hacen pensar que ese sitio fuese un lugar de castigo o de torturas. Es sabido que entre los antiguos peruanos las faltas graves, las atroces, contra la pureza, santidad del culto, la castidad de las mujeres escogidas se castigaban con la terrible pena de emparedamiento. Tal vez, esos nichos lo eran verdaderamente para conser var y guardar hasta después de la muerte el cuerpo de los infelices delincuentes. Al lado de este torreón, se encuentra otro muy semejan te, pero sin la gruta, y ya muy destruido; en su coronación ofrece el mismo carácter de construcción que el anterior, así en la cali- dad y puli do de las piedras como en las líneas de unión. Encima de este último existe un pocito o baño de piedra de 7 centímetros de profundidad y de dos metros de perímetro. De este sitio se pasa a una habitación que no tiene sino parte de sus muros de piedras cuadrangulares, con 16 alacenas pequeñas y muchos clavos colocados entre aquellas. Próxima a la anterior y casi sobre el torreón principal hay un espacio grande rodeado de muros, que parece una plaza circular de alguna importancia. Tiene seis alacenas pequeñas y dos grandes y comunica con una habitación muy semejante a la galería de Ollantaytambo; está ornamentada por nueve alacenas, con clavos cilíndricos entre una y otra. En un extremo de esta pieza existe un hueco grande que penetra hacia adentro en for ma oblicua, y cuyo tér mino no se conoce. Es uno de esos subterráneos tan comunes en el Cuzco y otros puntos, que se conocen con el nombre de Chinganas, y sobre los cuales existen tradiciones populares fantásticas e inverosímiles. Tras las anteriores piezas, y casi comunicándose con ellas, se encuentra una portada de dos metros de alto que da entrada a una habitación cuadrangular de paredes iguales a las de las ya descritas, pero que tiene la particularidad de contar con dos puertas, una de entrada y otra que sir ve de comunicación con la siguiente y de tener las alacenas en doble fila, es decir unas superiores a otras inferiores. Tras de los muros de esta última pieza y caminando por la izquierda del andén en que se halla situado este grupo de construcciones, hay tres callejuelas apretadas y estrechas, suficientes para que pase un hombre medianamente gordo. Estas calles Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Una excursión a Machupiccho cortan transversalmente las habitaciones, por su parte posterior, y son paralelas entre sí. Las paredes que las flanquean son de piedras unidas con barro y no presentan la grandiosidad y perfección de las otras. Por todas partes, entre los breñales y el tupido encaje, se presentan vestigios de andenes, casas y calles todos los cuales no nos fue posible ver por lo impenetrable de los matorrales y por la gran altura de los andenes que separan esos lugares unos de otros. Habíamos comenzado a visitar y medir las construcciones de que he hecho mención a las 8.30 a.m. y después de ver la última eran las 12.30 p.m., hora en que volvimos a la choza de Anacleto Alvarez, subiendo por la her mosa gradería, que por sus tramos, la colocación de éstos y aún el color de las piedras es igual, a esa otra gradería existente en el Rodadero y que el vulgo conoce con el nombre de ccusillocc hinqquinan. Audacia sería en quien escribe estas líneas aventurarse a emitir opiniones sobre la significación histórica y arqueológica de los admirables restos de Machupiccho, a los cuales rodean, por otra parte, detalles y por menores extrañamente reveladores. Pero no estará demás comparar ciertos antecedentes confir mados y conocidos, llevar una razón o prueba más a las que ya se han aducido sobre la significación y rol histórico de las diversas civilizaciones que se han desarrollado en este lado del continente, y sobre las diferencias y puntos de unión entre los restos encontrados en los diversos lugares del territorio, así como despertar el interés de los hombres de ciencia y del Gobierno, para hacer investigaciones y estudios sobre las regiones hoy desconocidas que en otro tiempo han podido ser teatro de leja- nas y hoy perdidas civilizaciones. Lo que se creían selvas vírgenes bosques intocados y regiones puras, hacia los cuales el progreso dirige hoy sus miradas de exploración y de conquista, ante los datos de la ciencia, van presen tán do se como es ce na rios que vieron desarrollarse inmensos y grandes hechos, como en estos sagrados y grandes tesoros de civilización, y como historias mudas que esperan para hablar el momento de la santa locura y de la obsesión inspiradora. Aún cuando parezca paradójico, los restos de Machupiccho expuestos a los ultrajes de la intemperie, y alzándose en la enhiesta soledad de esas inhospitalarias alturas están mejor conser vados que los que se encuentran en lugares frecuentados por el hombre, como Ollantaytambo y Ppísacc. La naturaleza menos destructora y más pródiga en cuidados ha guardado y conser vado mejor los monumentos encomendados a su sola custodia, que el hombre, cuya mano parece empeñada en borrar la huella de los siglos. Sólo los arbustos y las raíces de los árboles han desmoronado algunas piedras de los muros y han hecho perder la delicada ensambladura de los sillares. Como muy pocos pueden ascender a esos lugares, y es imposible la traslación de las piedras hasta las fincas o poblaciones próximas, la mano del hombre ha quedado y queda cohibida de arrancar y destruir las paredes para utilizar esos elementos históricos en edificios y fabricación de casas, ni aplicar la dinamita destructora a los monolitos para obtener piedras de las for mas y de las dimensiones deseadas, como descaradamente ocurren en Ollantaytambo y Ppísac, desde las casas de reciente for mación ostentan esos her mosos sillares de los monumentos que existen en sus cercanías y a inmediato alcance del hombre. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 57 José Gabriel Cosio Sería conveniente que las autoridades respectivas hicieran destrozar y limpiar anualmente, por lo menos, ese bosque que en un momento cubre con su follaje toda su existencia y duración. Lo que desde el primer momento llama la atención en Machupiccho es la absoluta carencia de agua; pero a poco se escudriñe algo se ve que por la parte izquierda del río y por toda la pendiente del cerro que colinda con aquél existe una acequia antigua obstruida como todas casi las de su clase, acequia que recorre una gran extensión y por donde seguramente corría ese precioso elemento de vida para los usos de los habitantes de esa población antigua. Siguiendo casi la misma dirección de la acequia se ven también las huellas del antiguo camino que conducía de las regiones de Ollantaytambo a Machupiccho; atravesando las peñas y los riscos por pendientes muy peligrosas. Según noticias de las personas que conocen ese camino, puede todavía hoy utilizarse mediante obras de reparación que no serían difíciles de ejecutar, por lo menos para el viaje de peatones. Es indudable, pues, que Machupiccho fue una población de gran importancia, fue una ciudad cuya influencia en la vida de las poblaciones de la hoya del Vilcanota la pregonan esos for mi da bles res tos de pa la cios, esos numerosos Intihuatanas que en otro tiempo fueron siempre lugares de cita y romería para las tribus creyentes, esos torreones que a manera de otros castillos de la feudalidad medioeval, se levantan como protegiendo la augusta severidad de los edificios; esos canales y acequias por donde corrían las aguas purificadoras de la libación sagrada y la sangre caliente de las víctimas del sacrificio. 58 Pero ¿por qué calla la Historia Colonial, por qué calla la tradición, por qué callan todas las fuentes sobre la existencia, no digo de Machupiccho, sino de otros lugares por los cuales anduvo la civilización con su corte de monumentos y su tor mento de luchas? Ollantaytambo, en la misma hoya, fue el último, donde Ollantay sostuvo su posición rebelde y donde seguramente existían esos restos que hoy admiramos y estudiamos y que por otra parte, son casi idénticos, salvos, algunos detalles, a los de Torontoy y Machupiccho. Las huestes derrotadas por los españoles, cuando las fuerzas vencedoras de Pizarro llegaron hasta el Cuzco, huyeron por las riberas del Vilcanota y las que pudieron escapar de la matanza, fueron a perderse en la oscura soledad de las selvas que por tales e impenetrables considerábase desde Torontoy. Los Incas descendientes de Manco Cápac no tuvieron pues conocimiento de Machupiccho, porque a haberlos tenido habrían hecho desde esa explendida fortaleza una resistencia de titanes contra cualquier ejército enemigo. Además, la tradición trasmitida por los primeros conquistadores habría guardado la noticia de la existencia de esa ciudad y de otras vecinas, y de este modo habríamos conocido y estudiado estos por hoy nuevos e ignorados lugares históricos. Explorando por toda la región montañosa hasta la par te ocupada por las actuales tribus salvajes, se encuentran dentro de aquella región vestigios de cons truc ción que ates ti guan que hubo un tiempo en que for maron par te de un pueblo grande, próspero y conquistador y que algún cataclismo geológico o social, como una inva- sión de otras razas, fraccionó, quebrantó y ahogó la unidad de ese pueblo junto con su independencia y vida. ¿Este fue el Imperio Incaico con su numerosísima escala de reyes, generaciones que nos pinta Montesinos? Pero sabemos que las tribus que no querían someterse a la autoridad de los Incas huían hacia la región montañosa, siendo la principal la del Amarumayo, y no hallamos siquiera vagas noticias de que Ma chu pic cho y Huay na piccho, se mencionasen como lugares comprendidos en los dominios de los Hijos del Sol. Pa re ce, pues, que poco a poco, pue blos de raza quechua, habitadoras de aquellas zo nas, fue ron aban do nan do sus residencias y emigraron en un movimiento de salida hacia el Cuzco y hacia las orillas del Apurímac, acosados ya por las irrupciones de las tribus salvajes, ya por las dificultades de la vida creadas por la Naturaleza, etc., etc. y esto debió ocurrir muchos siglos antes de la fundación del Imperio de Manco, tal vez durante el predominio de los Aimaras chancas. La primitiva civilización quechua restaurada ya en una época muy moderna por Manco Cápac, según se va probando hoy, tuvo por lado, de la extensión y una excelencia a que no alcanzó el Imperio de los Hijos del Sol. El Imperio seguramente abarcó casi toda la región montañosa donde tal vez tuvo su sede principal. Machupiccho y los restos de los lugares próximos pueden ser, pues, la obra de esa primera civilización quechua, y su memoria se perdió por la violencia de la súbita invasión de los Aimaras que procuraron llevar hacia Titicaca todas las poblaciones quechuas que vivían en esas apartadas regiones. Cuzco – 1912. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 MISTICISMO Y REALIDAD URBANO–ARQUITECTÓNICA DE MACHU PICCHU Roberto Samanez Argumedo1 E l impresionante marco natural que caracteriza al lugar escogido para edificar Machu Picchu, sobre una cresta rocosa a 2,400 m. de altitud, hace difícil percibir la presencia de la obra del hombre. Ni las parcelas de cultivo en terrazas escalonadas que caracterizan su zona agrícola, ni el conjunto de p l a t a f o r m a s a s c e n d e n te s ocupadas por construcciones de piedra del sector urbano, parecen tener presencia en compara ción con la obra de la naturaleza. Si obser vamos con atención veremos que las edificaciones se integran al entorno natural, por su original concepción tridimensional de volúme- nes jerarquizados. A pesar que el empleo de andenes transfor ma el ambiente natural en cultural y que la com po si ción arquitectónica y paisajista está resuelta con tanto acierto, los visitantes extasiados contemplan el conjunto como si los muros y recintos siempre hubiesen sido parte de ese lugar, al igual que 1 Docente cesante de la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 59 Roberto Samanez Argumedo Aspecto del noreste de la plaza ceremonial, con los andenes que integran un afloramiento rocoso. El tratamiento de los volúmenes impacta por su estudiado efecto de luz y sombra. . las montañas, los farallones pétreos y las rocas. Protzen, un destacado investigador de la tecnología de los incas, reconoce ese mismo aspecto con el siguiente comentario: la íntima integración de la for ma construida y su entorno natural es maravillosa. La unidad de su arquitectura posee una insuperable ar monía, y la perfección de su sillería es extraordinaria. En resumen, es una obra maestra de arquitectura y planificación urbana que rivaliza con los mayores logros de los griegos, romanos o de cualquier otra civilización2. En el presente artículo queremos llamar la atención sobre la génesis de esa concepción urbana y el origen de las for mas volumétricas que generaron a su vez la arquitectura expresiva que ca- racteriza al conjunto. Guardando las distancias cronológicas y culturales, podemos decir que ese resultado se produjo por que existió un proceso creativo, del que resultó la imagen for mal convertida en una realidad constructiva y arquitectónica. Al razonamiento lógico de quien concibió la idea para edificar el conjunto, se sumó una energía subconsciente contenida en la imagi na ción de los es pe cia lis tas, que secundaron a su líder, para cumplir su propósito en el lugar escogido. En la actualidad sabemos que ese visionario no es otro que Cusi Yupanqui, uno de los hijos del inca Viracocha, el príncipe de reconocida capacidad y aptitud, que destacó como caudillo de la resistencia ante el ataque de los invasores Chancas que llegaron has ta el Cusco. Convertido en soberano fue conocido como inca Pachacuti, “el que transfor ma la tierra”. Queremos destacar que en el siglo XV, con procedimientos que podríamos llamar rudimentarios en comparación con nuestras actuales herramientas proyectuales, pero dotados de intensa energía espiritual los especialistas fueron capaces de llevar adelante el proceso creativo de composición arquitectónica y diseño de las soluciones funcionales y constructivas, que per mitieron materializar esa obra digna de admiración. La notable coherencia for mal que la caracteriza, nos trae a la memoria el pensamiento del filósofo griego Platón, quien decía que la for ma alcanza su plenitud cuando todos los elementos participantes alcanzan la unidad. Es precisa- 2 Protzen, Jean Pierre, “Arquitectura y Construcción Incas en Ollantaytambo”. Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima 2005, Pág. 21. Arquitecto suizo investigador del trabajo de la piedra en época inca. Profesor de la Universidad de California en Berkeley. 60 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Misticismo y realidad urbano–arquitectónica mente lo que percibimos en la arquitectura que confor ma diversos sectores de Machu Picchu, donde existe identidad en el diseño, que se manifiesta con facilidad y espontaneidad. Nos atre ve mos a pre ci sar que la concepción urbanística de espacios y sectores edificados y la propia arquitectura del com ple jo de edi fi cios sa grados, viviendas y demás edificaciones, siguió un proceso mental de gestación creativa, en el que se deter minó un esquema de ordenamiento, una idea rectora de zonificación y distribución. Ese proceso respondía sin duda a la concepción mágico re li gio sa de Pa cha cu ti, quien asumió el poder en calidad de “Hijo del Sol” instituyendo el culto estatal que daba más impor tancia a la imagen del astro rey que al antiguo dios Viracocha. Un proyecto de hondo significado religioso, que vinculaba al sol con el sistema cosmológico y geográfico de altas montañas y alineamientos astronómicos, como el de Machu Picchu, demandó no solamente una árdua labor de selección del lugar que reuniera todos esos requisitos, si no también una cuidadosa planificación para que la idea rectora se cumpla en todos sus alcances. Se tuvo que desarrollar una distribución proporcional y sectorización ar moniosa, como lo demuestra la precisa división entre la zona agrícola y la urbana o la ubicación de la plaza como espacio central que divide las parcialidades Hanan y Hurin. Tampoco quedó librado al azar el equilibrio de masas, la direccionalidad de líneas y el ritmo de las sucesiones volumétricas que podemos admirar en el conjunto. El proceso mental de composición debió ser plasmado en maquetas, cuyo empleo está bastante documentado para otros sitios incas. El cronista Juan de Betanzos refiriéndose a la transfor mación del pequeño señorío del Cusco en capital imperial, por Pachacuti el inca refor mador y conquistador, dice: …que esto así fue hecho, Inca Yupanqui trazó la ciudad e hizo hacer de figuras de barro, bien ansí como él la pensaba hacer y edificar…3 las figuras de barro representando la ciudad no eran otra cosa que maquetas, para concretar la concepción idealizada. Confir ma la utilización de maquetas y dibujos el escritor cusqueño Inca G a r c i l a s o d e l a Ve g a (1539–1616) quien narra que los incas sabían: pintar y hacer… el modelo y dibujo de sus pueblos y provincias.4 Se puede entender la utilidad de los modelos a escala reducida en un lugar como Machu Picchu donde el relieve es muy accidentado y el trazado de calles, escalinatas y terrazas debe seguir la pendiente del terreno. Es muy aleccionador constatar como ha sido tratado el terreno natural del sector urbano, que presentaba dos promontorios y una depresión alargada, convertida en la Plaza Principal, amoldándola a la topografía. Al noreste de la referida plaza, el promontorio ha sido tratado de manera escultórica creando cuatro andenes que integran un afloramiento natural de rocas. Una gran escalinata asciende paralelamente a los ande nes, con fi na da en el lado opuesto por una elevada pared. Ese tratamiento de los volúme- nes de los andenes, la escalinata y la pared continua que une el nivel superior e inferior, genera un impactante efecto producido por la luz del sol y las sombras. No podemos dejar de vincularlo con la frase de Le Corbusier: la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de volúmenes ensamblados bajo la luz5 sin lugar a duda esa composición que abarca cerca de 200 metros lineales del lado norte de la plaza, tuvo que ser concebida y estudiada utilizando modelos tridimensionales. DETERMINANTES CÓSMICOS Y SIMBÓLICOS En 1983 se hallaron documentos que habían sido conser vados por la orden religiosa de San Agustín, que proporcionaron datos irrefutables sobre la ocupación de Machu Picchu por los incas. Aunque los detalles de su existencia no lleguen nunca a ser conocidos, indican que esas extensas áreas fueron conquistados por el inca Yupanqui, llamado después Pachacuti, quien se adjudicó territorios que estaban ubicados en la quebrada del río Vilcanota, entre Ollantaytambo y Chaullay. Todos los terrenos desde Torontoy hacia abajo figuran como tierras del inca Pachacuti, lo que per mitió saber que eran propiedades reales.6 Era práctica usual en el sistema social de los incas, que a la muerte de uno de sus soberanos las tierras que poseía las heredara su Panaca o familia directa. Las moradas reales no pasaban al inca heredero que lo sucedía y cada nuevo gobernante se veía en la obligación de crearse propiedades, para utilizarlas y hacer 3 Gasparini, Graciano, Margolies, Luise. “Arquitectura Inka”. Universidad Central de Venezuela, Gráficas Armitano. Caracas 1977, Pág. 47. Cita la obra de Juan de Betanzos, “Suma y Narración de los incas”, edición de 1968. 4 Gasparini Margolies. Obra citada 1977. 5 Frase contenida en el libro “Hacia una arquitectura” del arquitecto suizo–francés Charles Edouard Jeanneret conocido como Le Corbusier (1887–1965). 6 Glave, Luis Miguel, Remy, María Isabel. “Estructura agraria y vida rural en una región andina: Ollantaytambo entre los siglos XVI–XIX”. Archivos de Historia Andina 3. Centro Bartolomé de las Casas. Cusco 1983. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 61 Roberto Samanez Argumedo Plano del conjunto agrícola y urbano de Machu Picchu. Al lado derecho están el sector urbano alto, la explanada o plaza ceremonial y el sector urbano bajo. Tomado de Gasparini 1977. gala de lugares a tono con su elevado rango. Muchas se obtuvieron transfor mando la topografía de valles inhóspitos, construyendo andenes y canales, para habilitar nuevas tierras. Las propiedades reales se convirtieron en palacios rurales y lugares de recreo con jardines y bosques. En el que Huayna Capac poseía entre Urubamba y Yucay existía una reser va de animales de caza, estanque con totora y peces, además de sembríos exóticos de ají, coca, algodón y maní. Todas esas consideraciones per mitieron a Rowe concluir que el referido gobernante inca, que tenía otras propiedades reales que rememoraban hazañas de su reinado, escogiera la cresta que desciende desde el nevado Salcantay para su morada real más significativa e importante7. Su propósito era perennizar la derrota de los Chancas tras su campaña militar que lo llevó hasta Vitcos, recorriendo las inmediaciones de Machu Picchu. El sitio escogido para edificar su retiro real sorprende mas que por su topografía agreste, de cambios altitudinales notables, por estar circundado de imponentes cumbres y las montañas sagradas, apus de la mayor jerarquía en la cosmovisión andina. Además de la imponente presencia del Salcantay (6,271 m.s.n.m) situado hacia el sur de Machu Picchu, destacan el Pumasillo (6,075 m.s.n.m.) situado al oeste y la silueta piramidal de la cumbre llamada La Verónica (5,750 m.s.n.m.) ubicada al este, además de otras altas cumbres que for man parte de la Cordillera de Vilcabamba. El reconocido investigador de entierros ceremoniales en las altas cumbres andinas, Johan Reinhard postula la existencia de una geografía sagrada que for mó parte del culto a las montañas, que se remonta en la cultura andina al primer milenio antes de Cristo. Estas se veneraban no solamente por su aspecto imponente, si no por considerarlas entes protectores, proveedores del agua para la agricultura y capaces de traer la lluvia del cielo8. En el sitio escogido por el inca Pachacuti para crear su establecimiento real, hacen aproximadamente 540 años, se hallaron los factores geográficos y cosmológicos buscados, en una conjunción realmente sorprendente. Al margen de cualquier especulación esotérica, que descartamos por no ser compatible con nuestro razonamiento, verificamos la existencia de factores que nos hacen entender el misticismo de los incas, que en su visión intuitiva creían fir memente en la comunicación del hombre con la divinidad, dando origen a la ficción alegórica de connotaciones mágicas y religiosas capaz de generar una enor me fuerza creadora, expresada en su arquitectura. Los factores a los que nos referimos se verifican en el percurso del río sagrado Vilcanota, que cambia su nombre por el de Urubamba, fluyendo en dirección sur este a noreste, reproduciendo la trayectoria del sol, que en la zona de Machu Picchu sale y se pone detrás de los picos ne- 7 John Howland Rowe, “Los Incas del Cuzco siglos XVI, XVII, XVIII”. Instituto Nacional de Cultura. Región Cusco, 2003. Artículo: “Machu Picchu a la luz de documentos del siglo XVI”, páginas 117 a 126. 8 Reinhard, Johan, “Machu Picchu. El Centro Sagrado”, Instituto Machu Picchu, Cusco 2002. Pág. 101. 62 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Misticismo y realidad urbano–arquitectónica vados, considerados deidades poderosas. Por otra par te la Cruz del Sur, centro de la Vía Láctea, el río celestial en el pensamiento andino, se obser va encima del nevado Salcantay, la montaña más venerada por los incas y relacionada directamente con el conjunto arqueológico. Como si no fueran suficientes esas coincidencias, el lugar está ubicado al centro de montañas sagradas orientadas en torno a sus dos ejes, en el sentido de los cuatro puntos cardinales. Reinhard señala que se trata de un axis mundi, un centro sagrado que une conceptualmente la tierra con el cielo, tomando los conceptos de interpretación de las religiones que hace Mircea Eliade. LA MIRADA SIMBÓLICA A TRAVÉS DE LA ARQUITECTURA La destacada arqueóloga e historiadora norteamericana Catherine Julien, intrigada por conocer los significados que Machu Picchu tuvo para sus constructores incas, realizó un estudio que recogió en un memorable artículo denominado “La metáfora de la montaña”9. Verificó que enmarcada en una portada, en la actualidad incompleta y desde otros recintos, se canalizan las visuales hacia una montaña cónica de contornos escarpados rematada por un coronamiento curvo, conocida como la Cúpula. El admirado templo de las Tres Ventanas, que destaca por la belleza de su mampostería de piedra, también enmarca una vista hacia la Cúpula desde su ventana central. Julien ubicó otro recinto de difícil acceso por una escalera de piedra, que también se construyó para mirar esa montaña. El significado de esa imagen enmarcada por vanos de piedra, estaría relacionado con el mito de los Ocho Hermanos Ayar, de donde surgió el fundador de la dinastía de los incas. Con sus tres hermanos y cuatro hermanas salieron por tres ventanas de Paqaritampu situado al occidente del Cusco. Al parecer el lugar de origen de los incas inspiró las ventanas de Machu Picchu. La relación con la Cúpula se explica por la veneración de wiñaq rumi, rocas que se proyectan de la tierra hacia las alturas, una manifestación de la pachamama, deidad sobrenatural femenina asociada a la fertilidad de la tierra. La montaña escarpada y de extraño coronamiento sería manifestación de la madre tierra relacionada con el origen de los incas, en una metáfora compleja que se vale de la arquitectura para trasmitir su mensaje a través de los siglos. Según los cronistas que recogieron información directa sobre la historia de los incas, las huacas seres y lugares sagrados, comprendían deidades femeninas asociadas a obtención de alimentos y actividades para producirlos. Varias divinidades eran tratadas como madres, es el caso del maíz (Mama Sara), el mar (Mama Cocha) y la luna (Mama Quilla). La religión era monoteísta y existían muchas divinidades locales o regionales. Según la cosmovisión andina los seres vivos y objetos inanimados como montañas, rocas o lagunas, poseían por igual la fuerza vital o primordial equiparada al concepto católico de alma.10 La religión andina consideraba que los hombres habían surgido de sus pacariscas o lugares de origen en épocas remotas. Estas podían ser manantiales, cerros, lagunas o cuevas, en consecuencia no concebían la existencia de dioses para crear la humanidad. Cuando el inca Pachacutec instituyó el culto oficial al 9 Julien, Catherine. “La metáfora de la montaña”. Revista Humboldt, número 100, Bonn, Alemania, 1990. 10 Rostworowski, María, “Incas”, Enciclopedia Temática del Perú. Empresa Editora El Comercio S.A. Lima 2004. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 63 Roberto Samanez Argumedo Sol como padre de los linajes reales, era un culto exclusivo de la clase noble, que no tenía carácter absolutista y no excluía a los otros que veneraban un sin número de huacas pertenecientes a diferentes localidades y regiones. Una divinidad principal era Illapa que tenía el poder de hacer llover, granizar y lanzar truenos. Se veneraba porque enviaba lluvias y alejaba el granizo. Se identificaba con el rayo y estaba asociado a las montañas nevadas. Todos esos referentes religiosos influyeron con su simbolismo en la construcción de Machu Picchu que tenía carácter de santuario espiritual. La distribución de espacios y conjuntos de edificaciones sigue los principios de simetría, oposición y repetición como también el de cuatripartición. Muchos investigadores identifican como el Hanan o parte alta al sector donde habitaba la clase gobernante, primando sobre el Hurin o parte baja, donde moraban personas de menor jerarquía. Dentro de ese criterio de divisiones marcadas las dos zonas que comprende el conjunto, la agrícola y la urbana están divididas por un foso seco que ingeniosamente se hizo coincidir con una falla geológica. En la zona urbana se obser va también una marcada separación entre los espacios ceremonial y residencial, ambos separados por la explanada o plaza principal. El sector urbano alto situado al oeste de la explanada, concentra las actividades al ser vicio del gobernante, la nobleza y los recintos de carácter ceremonial que se caracterizan por su calidad constructiva y fina cantería de piedra. Están vinculados por sen de ros y es ca le ras El Torreón, La Residencia Real, El Intiwatana y el Centro Ceremonial. El con jun to co no ci do como El Torreón es una clara 64 manifestación de la arquitectura empleada como medio de expresión cosmogónico. Se ha utilizado como sustento de la edificación una gran roca de granito para ubicar encima un templo con muros de cantería de for ma cur va, encerrando en su interior una huaca del mismo afloramiento de roca. Una puer ta orientada hacia el sol poniente muestra la relación con el culto principal. En la parte inferior de la roca se ubica el Mausoleo Real, ricamente elaborado cubriendo el espacio natural de la cueva con paredes y hornacinas de fina cantería, junto a una roca esculpida con el signo escalonado, de profunda significación en el mundo andino. En este breve recuento de las edificaciones del sector alto destacamos el recinto más importante destinado a una función ceremonial. Se trata del Templo Principal orientado de este a oeste y teniendo detrás el promontorio elevado del Intiwatana. Tiene planta en for ma de u con un lado abierto, que toma el nombre de wayrana, presentando siete nichos trapezoidales en el muro de fondo y una gran piedra prismática a manera de altar. Está a un costado del templo de las Tres Ventanas, al cual nos hemos referido en líneas anteriores. Ocupando una cumbre dentro del espacio ceremonial, los incas concibieron una montaña artificial transfor mando el promontorio en una impactante pirámide trabajada con una sucesión de platafor mas y andenes, con alineamientos diferentes en sus variadas facetas. En la cima del promontorio sagrado está el adoratorio, en el que destaca una composición escultórica en el afloramiento de granito que emergía en el lugar. Está esculpida for mando una base escalonada con diversos planos canteados y pulidos, coronados por un pilar prismático de la misma roca. Se le conoce como el intiwatana o “lugar donde el sol se amarra”. Se cree que fue un obser vatorio solar para determinar los solsticios, en particular el de invierno que se presenta entre el 21 al 22 de junio y está vinculado a la pro ducción agrí cola. Reinhard lo interpreta como réplica de una montaña, siguiendo el modelo del Huayna Picchu y supone que pudo ser usado como obser vatorio astronómico, para establecer los equinoccios. Otra expresión de la cosmovisión andina de los incas se muestra en las rocas graníticas emergentes que afloran en diferentes lugares de Machu Picchu, con sus contor nos esculpidos para repetir la silueta lejana de las montañas que rodean la zona. Significaba que ellos estaban creando el orden entre los seres humanos, trasladando el orden de la naturaleza sagrada. Concluimos estas reflexiones haciendo mención al Templo del Cóndor, que sin duda sintetiza el espíritu inca impregnado de simbolismos y gran capacidad para crear con sus técnicas constructivas edificaciones que complementaban las formas naturales. Existían en el lugar dos grandes rocas de granito en posiciones opuestas e inclinadas, que debieron dar la impresión de alas abiertas. Erigieron una representación del ave sagrada completando con un muro de mampostería la altura del ala derecha y labrando en el piso el cuello, la cabeza y el pico del cóndor. El característico collar blanco del ave fue injertado con roca de ese color, rodeando la cabeza. La composición obtenida conjuga dos planos distintos, el volumen tridimensional de las rocas que forman las alas y el relieve plano y separado, que está en el piso, mostrando la capacidad de abstracción que tenían los incas. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 REAJUSTE DEL PLAN MAESTRO DEL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHUPICCHU Adolfo Saloma González1 El Plan Maestro del Santuario Histór ico de Mac hupicchu 2005–2015 ha cumplido cinco años de aplicación, la legislación vigente indica que debe ser revisado mediante procesos participativos para su correspondiente reajuste. En lo fundamental, la concepción del PMSHM mantiene vigencia, por lo que, su actualización debe reafirmar sus alcances. Paralelamente, se encuentra en vigor el Plan Estratégico Regional de Turismo del Cusco, aprobado por el Gobierno Regional en agosto del 2009, el cual recoge algunos propósitos incompatibles con los que dieron sustento al PMSH, de ser introducidos estos en el reajuste del plan, es probable que pierda su esencia. ABSTRACT The Machupicchu Sanctuary Master Plan 2005–2015 has completed five years of application, current legislation states that should be reviewed through a participatory process to its corresponding adjustment. In essence, the concept of PMSHM remains in effect, so its updating should reaffirm its scope. In parallel, is in force the Regional Strategic Plan of Tourism of Cusco, approved by the Regional Government in August 2009, which includes some purpose inconsistent with the underpinnings of the PMSH, to be entering this purpose in the readjustment of the plan is likely to lose its essence. 1 M. P. Arqtuitecto. Profesor Principal a Dedicación E xclusiva de la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 65 Adolfo Saloma González E l primero de junio del año 2005 el Instituto Nacional de Cultura mediante la Resolución Directoral Nacional Nº 738/INC y el Instituto Nacional de Recursos Naturales a través de la Re so lu ción Je fa tu ral Nº 109–2005–INRENA aprobaron los respectivos documentos de actualización del Plan Maestro del Santuario Histórico de Machupicchu (PMSHM) 2005–2015, los mismos que de conformidad a la normatividad actual tienen una vigencia de cinco (05) años al cabo del cual deben ser revisados, según precisa la Ley de Áreas Natura les Pro te gi das (26834), puntualizando en el artículo 20º, que Plan Maestro constituye el documento de planificación de más alto nivel con que cuenta un Área Natural Protegida y que son “elaborados bajo procesos participativos, revisados cada 5 años” y definirán por lo menos: a. La zonificación, estrategias y políticas generales para la gestión del área. b. La organización, objetivos, planes específicos requeridos y programas de manejo. c. Los marcos de cooperación, coordinación y participación relacionados al área y sus zonas de amortiguamiento. Los inicios de la preparación del actual Plan Maestro se encuentran en la “Propuesta General y Lineamientos Para el Plan Maestro del Santuario Histórico de Machupicchu” presentado en noviembre de 2004 por el Lic. Soc. Manuel Dammert Ego Aguirre, coordinador general del Plan. La versión final fue entregada en junio de 2005. La elaboración de los sucesivos planes maestros para el Santuario Histórico de Machupicchu (SHM) puede indagarse en el tiempo y no deben separarse al reconocimiento progresivo de los valores de Machupicchu y a la noción de unidad territorial. Los primeros lineamientos de gestión y 66 planificación fueron desarrollados por Hiram Bingham, asesores, investigadores y asistentes que trabajaron con él desde 1911 hasta cerca de 1920 (Misión Científica de la National Geog raphic Society y la Universidad de Yale). Para ese tiempo se reconoció el valor cultural de la ciudad inca de Machupicchu y se promocionó el turismo sobre ella. Con la Ley N° 6634 de 1929, se declaró a Machupicchu como Monumento Arqueológico. Posteriormente bajo la protección del Estado peruano fueron descubiertas más edificaciones y complejos enlazados por caminos incas, proceso que continúa en la actualidad. La casi totalidad de quienes rea li za ron es tu dios so bre el SHM la han vinculado a un lugar sagrado. Una antigua referencia es la que consigna el padre Agustino Antonio De La Calancha en su obra “Crónica Moralizadora de la Orden de San Agustín”. 1630. En la que relata las peripecias de dos monjes agustinos que fueron conducidos por el inca a una ciudad denominada Vilcabamba “La Vie- ja”, que no era otra, sino Machupicchu, de la cual dice: “siendo la ciudad muy grande donde estaba la Universidad de la Idolatría, donde vivían los profesores, hechiceros y señores de abominaciones”, a la cual llegaron después de un viaje de tres días por una región áspera y pasaron tres semanas allí predicando y convirtiendo a los indios. Machupicchu estaba a tres días de distancia de Pucyura unido por un camino dificultoso. Para que los monjes no vieran la ciudad el inca dispuso que se les diera una habitación fuera de ella y de ese modo no pudiesen ver las ceremonias y antiguos ritos. Sin embargo, esta parte de la crónica es imprecisa porque a los monjes sí se les permitió ingresar a la ciudad e incluso predicar a las mujeres y algunos sacerdotes, a ello se refiere la sintética referencia que hace el Agustino Calancha sobre la “Universidad de la Idolatría”. A respecto el Arqto. Oscar Ladrón de Guevara Avilés en su ensayo “Complejo Arqueológico de Machupicchu. Posible Interpretación” comenta que la ciudad inca “estaría construida Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu de tal manera que los monjes po- Américo Rivas Tapia en su libro dían estar en la vecindad, sin ver “Bodas de Oro de Santa Teresa lo que pasaba en la ciudad. Ma- Historia y Geografía” página chupicchu responde admirable- 123, consigna que el Dr. José mente a los requerimientos del Gabriel Cosio manifestó: “Macaso”. Vale decir por tanto que chupicchu descubierta estaba el se confir ma la existencia de la 14 de julio de 1902 por el señor ciudad inca, la que era parte de Agustín Lizárraga y sus vecinos un conjunto de asentamientos a de San Miguel señores Enrique la largo de la cuenca del río Vil- Palma, Gabino Sánchez y Toricanota e interconectados por bio Recharte…El señor Lizárrauna red de caminos con superfi- ga subía con frecuencia a Macie de piedra labrada y, que la chupicchu los años anteriores (a función que cumplía no sólo era 1911) y no es verdad que el Dr. religiosa sino educativa de alto Bingham haya sido el descubrinivel, porque en ella se prepara- dor de Machupicchu. Él le ha ban los futuros gobernantes del dado la vida de la fama, su celeincario. bridad tenemos que deberla al Sobre el descubrimiento de Dr. Bingham….él tiene el indisMachupicchu Alfred Bingham, cutible mérito en haberlas estuhijo de Hiram Bingham da cuen- diado”. ta de un sensacional hallazgo, se- Al cumplirse 100 de estos heñala que en una de las libretas de chos el gobierno peruano ha decampo de su padre, estaba una nominado al año 2011 como anotación de puño y letra donde “Año del Centenario de Machu escribió textualmente “Agustín Li- Picchu para el Mundo” en conzárraga es el descubridor de Ma- me mo ra ción al mal lla ma do chupicchu y el vive en el puente “descubrimiento científico” de de San Miguel, justo antes de pa- Machupicchu por Hiram Bingsar”. ham, des co no cien do de ese En consecuencia nueve años modo el aporte de Agustín Lizáantes que el explorador norteame- rraga Ruiz y la petición de imricano Hiram Bingham llegara a portantes sectores del país, para Machupicchu, ésta ya había sido que este año se denomine “Año descubierta por el hacendado cus- del Centenario del Nacimiento queño Agustín Lizárraga Ruíz, de José María Arguedas Altamiquien para dejar constancia de su rano”, sin embargo, algunos godescubrimiento con un trozo de biernos regionales y locales lo carbón escribió sobre una de las han acogido, destacando que piedras del Templo de las Tres Arguedas fue el principal refeVentanas una inscripción que de- rente de la integración de todas cía: “Agustín Lizárraga 14 de julio las sangres y de la cultura perua1902”. na. Evidencia de la que también da cuenta el Dr. José Gabriel Co- VISIÓN DEL PLAN sio Medina catedrático de Histo- MAESTRO DEL SHM ria Crítica de la Universidad Na- El Plan Maestro del SHM cional de San Antonio Abad del 2005–2015 propone como ViCusco el año 1912, cuando tuvo sión que: “El SHM es un área naa su cargo la super visión y con- tural–cultural protegida por el trol de los trabajos de deforesta- Estado, lugar de acceso al espación, limpieza y excavación de cio–tiempo andino sagrado, de Machupicchu en su condición identidad socio cultural regional de Delegado del Supremo Go- y nacional, eje de la red de parbierno y de la Sociedad Geográ- ques arqueológicos y confor fica de Lima. Al respecto, el Ing. mante del sistema nacional de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 67 Adolfo Saloma González áreas naturales protegidas, centro dinámico del desarrollo sostenible local, regional y nacional, de sabidurías y de conocimientos en la gestión territorial andina, con una gestión transectorial basada en los valores de conser vación patrimonial y de la diversidad biológica, con rectoría y tutela cultural, con competencias definidas y sustentabilidad financiera, y participación de los actores sociales”. Identificando que el SHM es: 1. Área natural–cultural protegida por el Estado 2. Lugar de acceso al espacio–tiempo andino sagrado 3. De identidad socio cultural regional y nacional 4. Eje de la red de parques arqueológicos y conformante del sistema nacional de áreas naturales protegidas 5. Centro dinámico del desarrollo sostenible local, regional y nacional, de sabidurías y de conocimientos en la gestión territorial andina 6. Con una gestión transectorial basada en los valores de conservación patrimonial y de la diversidad biológica, con rectoría y tutela cultural. 7. Con competencias definidas y sustentabilidad financiera 8. Participación de los actores sociales. El horizonte temporal para su ejecución y gestión es: Largo Plazo: Debe ser de 10 años, del 2005 al 2015. A este Horizonte corresponde la imagen objetivo que se busca alcanzar con las po lí ti cas y li nea mien tos formulados. Mediano Plazo: Debe ser de 5 años, del 2005 al 2010. A este horizonte debe corresponder el programa de inversiones del Plan Maestro. Corto Plazo: Debe ser de 1 año, del 2005 al 2006. A este horizonte debe corresponder las acciones y proyectos presupuestales. 68 REVISIÓN Y REAJUSTE Sin pretender agotar el tema nos proponemos formular algunos alcances para la revisión y reajuste del Plan Maestro del SHM 1. La concepción que el Plan tiene debe ser mantenida porque acertadamente deslinda con los anteriores planes que anteponían criterios de explotación turística no obstante que reconocían su carácter religioso–cultural. 2. La Visión debe ser reajustada respecto a sus objetivos estratégicos, la mención que hace sobre la participación de los actores sociales es lírica, porque no participaron en las diferentes etapas del plan y no tienen representación en lo que va de su implementación. 3. Los responsables de la elaboración del Plan excluyeron por razones políticas la participación del Gobierno Regional así como a los gobiernos locales provincial y distrital, otro tanto sucedió con una importante parte del los operadores del sector turismo, de la población organizada, etc., debido a la sumisión del INC frente al centralismo. Los actores excluidos reclamaban que el INC–Cusco debía retornar a la competencia del Gobierno Regional como lo fue duran te el pe rio do 1990–1992, pero la burocracia dorada de Cusco y Lima del INC se opuso a esta justa aspiración, porque para mantener sus gollerías, convirtieron los ingresos propios del INC–Cusco en la caja chica del INC nacional. Esta situación no ha cambiado. En la actualidad el Ministerio de Cultura sigue apropiándose el 30% de los recursos propios generados en Cusco para el financiamiento del Proyecto Qhapaqñan, de los cuales, la mayor parte está destinada para que la burocracia dorada disfrute de una vida cómoda en nombre del patrimonio cultural. Otro tanto ocurre con los re cur sos ge ne ra dos por el Camino inca que conduce a Machupicchu. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu MISIÓN El PMSHM fue aprobado como un instrumento técnico normativo para la gestión integral del mismo, sin embargo, ha prescindido formular la Misión, que es concebida como la ideología, filosofía, doctrina, comprensión, conceptos, principios y valores que la sustentan. Es decir se ha omitido el establecimiento de los propósitos que persigue la institución encargada de implementar el PMSHM, los mismos que deben expresarse en los objetivos estratégicos, de tal modo, que se puedan evaluar y controlar mediante las variables de costos, tiempos y resultados. La Misión es la función que realiza la organización o entidad para conseguir los objetivos que se propone. El clásico esquema para la formulación de la Misión es recreable para este caso en términos de conceptualizar la organización, la naturaleza de sus actividades, la razón de su existencia, la gente a la que sirve y los principios y valores sobre los que se construye y, compartir con la Visión los rasgos de riesgo y motivación que le otorgan sentido al PMSHM. Esta omisión debe ser subsanada en la revisión y reajuste que se haga. OBJETIVOS DE DESARROLLO Y OBJETIVOS ESTRATÉGICOS El PMSHM plantea que los Objetivos de Desarrollo se derivan de la Visión, como ordenadores de las propuestas para transfor mar la situación existente. Los Objetivos Estratégicos pre sen tan los re sul ta dos de transfor mación que deben conseguirse con la ejecución de los principios orientadores del Plan Maestro. Se refieren a tres ejes temáticos derivados de la Visión: la Autenticidad y Conservación; la Territorialidad y Uso Público; y la Gestión, los cuales están acompañados por sus Objetivos de Desarrollo. Seguidamente los tres (03) Ejes Temáticos son desagregados en seis (06) Objetivos de Desarrollo, los que se constituyen en el nú cleo cen tral d el PMSHM, el que es tratado mediante Objetivos Estratégicos por Ejes Temáticos y Objetivos de Desarrollo. Posteriormente esta propuesta es trasladada al Programa de Inversiones, los que deberán ser evaluados para el reajuste del Plan Maestro, habida cuenta que las metas del corto y mediano plazo no han sido alcanzadas. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 69 Adolfo Saloma González mien to del Ban co Mun dial, mientras que los tres restantes corresponden al INRENA: 1. Obras de sa nea mien to para descontaminar el río Urubamba–Vilcanota 2. Tratamiento integral de los desechos sólidos y líquidos en el área del SHM 3. Reforzamiento de la base del cauce del río Urubamba en las zonas de encajonamiento en ORDENAMIENTO el SHM TERRITORIAL 4. Tecnologías de manejo de Se busca organizar el uso del pisos ecológicos territorio, asumiendo los linea- 5. Ges tión Inte gra da de mientos del Plan Maestro. Para Cuenca las áreas críticas más importantes han previsto tres proyectos: REDUCCIÓN DE 1. Ordenamiento Territorial DESASTRES del Valle Sagrado, que incluye Se busca generar la toma de Marco de Referencia, Diagnós- conciencia sobre la situación de tico, Propuestas (roles y fun- riesgo en que se encuentra gran ciones de los centros pobla- parte del SHM, poniendo espedos, zonificación ecológica y cial atención al caso de Aguas económica, sistema vial etc.), Calientes (Machupicchu PueProyectos de Inversión, Instru- blo), proyecto que es uno de los mentos Técnico Nor mativos, componentes más importantes For mulación de un modelo de del Proyecto de Reordenamiengestión (en el marco del Plan to y Rehabilitación del Valle del Maestro del SHM), así como la Vilcanota, con financiamiento asistencia técnica a las munici- del Banco Mundial. Se tienen palidades y el proceso de con- dos proyectos: sultas para la aprobación del 1. Reubicación de los poblaPlan, de acuerdo con la nor ma- dores establecidos en áreas crítividad vigente. Este proyecto ticas y de desastre en el SH, escuenta con par te del financia- pecialmente en Aguas Calienmiento del Banco Mundial, a tes través del Proyecto de Reorde- 2. Sistemas de gestión de riesnamiento y Rehabilitación del gos participativo Valle del Vilcanota. 2. Remodelación ordenada de ACCESOS, TRANSPORTE Y Santa Teresa como Centro de SerVIALIDAD vicios Turísticos, que incluye el Se busca mejorar las condicioPlan Urbano Distrital. nes de acceso no solo al SHM, 3. Plano Urbano Distrital de sino también la articulación enSan Pedro de Cachora tre la zona amazónica y la zona alta andina. Se tienen cuatro proUSO SOSTENIBLE DEL yectos, de los cuales, los dos priPATRIMONIO NATURAL me ros cuen tan con fi nan ciaDEL SHM miento del Banco Mundial. Pretende mejorar las condi- 1. Mejoramiento de la carreteciones ambientales del Valle Sa- ra de acceso a la Ciudad (Hiram grado, para lo que han sido iden- Bingham) tificados cinco proyectos, dos 2. Construcción de vía de evide ellos cuentan con financia- tamiento en Ollantaytambo TERRITORIALIDAD Y USO PÚBLICO El PMSHM identifica un conjunto de programas y proyectos que están a cargo del INC, del INRENA, del MINCETUR o de entidades regionales y locales, algunos en for ma compartida. Para lo que propone, por ejemplo en cuanto a: 70 3. Estudio de factibilidad de las estaciones del Tren Cusco–Machupicchu 4. Estudios y ejecución de vías de salida de la Provincia de La Conven ción a la zona Alto Andina. Las acciones identificadas en estos cuatro subprogramas nos permiten puntualizar que constituyen un conjunto de buenas acciones, pero que están sobredimensionadas en sus alcances y al margen de lo que constituye el Ordenamiento del Territorio, por lo que deben ser revisadas y evaluadas para su reajuste. ORDENAMIENTO TERRITORIAL Es pertinente especificar que el Ordenamiento Ambiental del Territorio es una acción instrumental de la política ambiental y herramienta estratégica para la planificación de la gestión ambiental nacional, regional y local que busca aprovechar en forma adecuada el capital natural, prevenir el deterioro de los ecosistemas y proteger la Biodiversidad; actúa a través de la identificación y espacialización de la zonificación ambiental y de instrumentos legales, económicos, sociales, políticos y administrativos. El Ordenamiento Ambiental del Territorio según el reglamento de la Ley Marco del Sistema Nacional de Gestión Ambiental —D.S. Nº 008–2005–PCM así como en la Ley General del Ambiente (Ley Nº 28611, artículo 19°), se define como “Un instrumento que forma parte de la política de Ordenamiento Territorial. Es un proceso técnico–político orientado a la definición de criterios e indicadores ambientales que condiciona la asignación de usos territoriales y la ocupación ordenada del territorio”. El Ordenamiento Territorial es entendido como la proyección en el espacio de las políticas social, económica, cultural y ambien- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu tal de una sociedad. El estilo de desarrollo determina, el modelo territorial, que es la expresión visible de una sociedad. En el Perú el Ordenamiento del Te rri to rio es con ce bi do como: Un instrumento, que forma parte de la política de Estado sobre el desarrollo sostenible; un proceso político, en la medida que involucra la toma de decisiones concertadas de los actores sociales, económicos, políticos y técnicos, para la ocupación ordenada y uso sostenible del territorio y; como un proceso técnico administrativo, porque orienta la regulación y promoción de la localización y desarrollo de los asentamientos humanos, de las actividades económicas, sociales y el desarrollo físico espacial, sobre la base de la identificación de potencialidades y limitaciones considerando criterios ambientales, económicos, socioculturales, institucionales y geopolíticos, a fin de hacer posible el desarrollo integral de la persona como garantía para una adecuada calidad de vida. Distintas estrategias de desarrollo económico, social, cultural y ambiental, implican usos, comportamientos y aprovechamiento del suelo que producen modelos di fe ren tes de ordenación territorial. En este sentido el Ordenamiento Territorial trata los siguientes aspectos: • La identificación de los mejores usos de los espacios de acuerdo a sus capacidades y limitaciones ambientales. • El establecimiento de criterios y principios que orienten los procesos de urbanización, industrialización, desconcentración económica y asentamientos humanos. • El establecimiento de criterios y principios que orienten el uso agrario, forestal, turístico, recrea- cional, minero energético del territorio. • La definición de los corredores viales y las grandes redes de transporte y de comunicaciones. • La protección del ambiente, la conservación y uso sostenible de los recursos naturales. • La desconcentración y descentralización administrativa. • El fomento de la participación ciudadana. EL ORDENAMIENTO TERRITORIAL TIENE 3 COMPONENTES 1. Zonificación Ecológica Económica (ZEE) Identifica las diversas alternativas de uso del territorio y de sus recursos naturales, sobre la base de sus potencialidades y limitaciones. En esta fase se identifica un abanico de posibilidades para el uso sostenible de cada sector del territorio. 2. Propuesta de Ocupación del Territorio Orienta el establecimiento de un sistema jerarquizado de asentamientos, incluyendo el respectivo equipamiento, los sistemas de vinculación física y de comunicaciones, el sistema de áreas naturales protegidas, la demarcación territorial y los sistemas productivos que sustentan dicha ocupación. Esta propuesta debe ser concordante con la ZEE, a partir del cual, y teniendo como norte la visión de desarrollo que la sociedad ha definido, se seleccionan las diferentes categorías espaciales para el ordenamiento territorial de las diversas actividades socioeconómicas. 3. Instrumentos de Política Son los medios que permiten el cumplimiento de la propuesta de ordenamiento del territorio y se plasman en los Planes de Orde- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 71 Adolfo Saloma González namiento Territorial, que son elaborados sobre la base de la ZEE y de la propuesta de ocupación del territorio. A partir de estas premisas podemos concluir que la propuesta de Ordenamiento del Territorio del PMSHM no ha sido formulado de acuerdo a la metodología e instrumental que para tal efecto se utiliza, sino en base a la técnicas de la superada planificación física, por lo que, el plan sobre pasa sus alcances, sus acciones no guardan relación con los horizontes temporales señalados ni con los objetivos que pretende lograr. ZONA DE AMORTIGUAMIENTO Son aquellos espacios adyacentes a las Áreas Naturales Protegidas (ANP), que por su naturaleza y ubicación, requieren de un tratamiento especial que garantice la conservación del área protegida. Las actividades realizadas en estas zonas no deben poner en riesgo el cumplimiento de los fines del ANP promoviéndose actividades como el ecoturismo, el manejo o recuperación de poblaciones de flora y fauna, el reconocimiento de Áreas de Conservación Privada, las concesiones de conservación o de servicios ambientales, la investigación, la recuperación de hábitat, el desarrollo de sistemas agroforestales, así como de otras actividades compatibles. 72 La Zona de Amortiguamiento da en los procesos de desarrollo debe permitir un manejo integra- local y regional, considerando las do de los ecosistemas. necesidades de las poblaciones y El INRENA ha propuesto la las restricciones ambientales de la ampliación de la Zona de Amorti- zona, por ejemplo, vocación del guamiento de las vigentes 71,589 suelo. Has a 193,334 Has, a través de la La limitada comprensión de inclusión de las cuencas hidrográ- esta temática y a pesar que el ficas inmediatas al SHM. De esta PMSHM prohíbe la introducción forma, se pretende la consolida- de especies exóticas, Perú Rail vieción integral del ecosistema singu- ne reforestando parte del SHM lar del área. Comprende principal- con la especie Salix Babilónica mente las cuencas hidrográficas “sauce llorón”, oriunda de Babiloinmediatas al SHM que tiene eco- nia y por tanto ajena a nuestra sis te mas ex cep cio na les de flora. contenido y necesidades de intervención y conservación. GESTIÓN DEL PLAN Se ha detectado la existencia MAESTRO de un área importante de patrimo- La Gestión del PMSHM es nio arqueológico, que está asocia- planteada a partir del cambio do directamente al SHM; pero la- del modelo de gestión, para lo mentablemente ubicado fuera de que propone sea transectorial, su delimitación. Pero sí está en la descentralizada, participativa e Zona de Amortiguamiento. Por infor matizada, sin embargo no la gravedad de la agresión a su está desarrollada, salvo en lo conservación y autenticidad, en la que respecta a las orientaciones ZA se ha formado un área de que la deben guiar, en un contextratamiento especial to centralista desde las direccioarqueológica. nes nacionales tanto de los ex La ZA por su naturaleza y ubi- INC e INRENA, por ello, cuancación requiere de un tratamiento do se creó el Ministerio de Culinconfundible para que contribu- tura su dependencia se intensifiya a la conservación del SHM, có, no obstante que el PMSHM para lo que se requiere la participa- pro pu so: ADECUAR Y ción de la población e institucio- PERFECC IONAR LA nes involucradas en su conserva- UNIDAD DE GESTIÓN DE ción. La ZA constituye el princi- MACHUPICCHU (UGM) pal nexo de integración del SHM La UGM debe adecuarse, en su con el desarrollo local y regional. estructura, organización y normatividad. De un organismo sin autori¿POR QUÉ LA ZONA DE dad ni efectividad, la UGM deber AMORTIGUAMIENTO? ser transformada sustancialmente a Si buscamos mantener las fun- fin que se constituya en una autoriciones esenciales de los ecosiste- dad, desconcentrada y de participamas que sustentan el desarrollo ción descentralizada. Tiene carácter sostenible, debemos preocupar- de Unidad Transectorial Desconnos por la conservación de la bio- centrada, a cargo de las atribuciodiversidad más allá de los límites nes técnicas y normativas compartide las 32,592 hectáreas del SHM. das que corresponden al INC e Por ello se necesita integrar las INRENA, a través de sus direccioÁreas Naturales Protegidas con nes regionales. La UGM es un orgael Ordenamiento del Territorio nismo de participación descentralien el marco de sus planes de di- zada, que coordina las competenmensión regional y local de con- cias y actividades en relación al servación. Por esta razón, la ges- SHM de sectores, gobierno regiotión de la ZA debe estar enmarca- nal y municipalidades. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu El fortalecimiento de la UGM debe efectuarse a través de: • El reconocimiento de la UGM como un organismo transectorial desconcentrado, a cargo de las Direcciones Regionales del Cusco del INC y del INRENA. • Debe oficializarse por los organismos competentes, el Comité de Gestión del Santuario Histórico de Machupicchu, con participación de los sectores, región y municipalidades, cuyas funciones serán establecidas en el reglamento que apruebe el INC y el INRENA. • El nuevo Plan Maestro debe ser aprobado por Decreto Supremo, refrendado por los sectores Educación y Agricultura • El Plan Maestro del Santuario Histórico de Machupicchu debe orientar obligatoriamente en su jurisdicción, a los planes sectoriales, regionales y municipales. La categoría del Plan Maestro del SHM debe de prevalecer sobre otros planes. • El Plan Maestro debe tener una estructura y un desarrollo normativo, que expresamente refiera su cumplimiento obligatorio. • El Plan Maestro debe establecer proyectos prioritarios de inversión, precisando las responsabilidades de financiamiento de diversas entidades. La incomprensión del proceso de descentralización patéticamente queda expresada cuando se destaca que el PMSHM debe orientar obligatoriamente en su jurisdicción y prevalecer sobre los planes regionales, municipales y sectoriales. Sin embargo lo que se tiene avanzado es que la UGM es un ente burocrático, atado al centralismo y sin ninguna iniciativa para concretar las competencias para los que fue concebido. Otras orientaciones de gestión y que tampoco se cumplen son: • Reestructuración del INC–Cusco en función de la Red Patrimonial regional. • Fortalecimiento institucional de la jefatura SHM–INRENA: • Mejorar y perfeccionar la Gestión del Parque Arqueológico de Machupicchu (PAM). • Programa de fortalecimiento institucional del SHM–PAM como parte del fortalecimiento institucional del INC–Cusco. Al haber transcurrido más del 50% de su temporalidad, las instrucciones que se dieron sobre la nueva Gestión del SHM no se han cumplido, por el contrario, los dos últimos directores regionales del INC, por su sumisión ante el centralismo se encargaron de desmontar los pri me ros lo gros del PMSHM, como sucede con el sensible tema de la capacidad de carga de la ciudad inca fijada en 2500 visitantes por día, pero que en temporada alta ha sido duplicado bajo el consentimiento de las direcciones de Cusco y Lima y exhibido como un exitoso logro de gestión. Otro tanto ocurre con la red de caminos inca, dentro del SHM, cuya capacidad de carga fue establecida el 2004 en 500 personas/día, sin embargo, en temporada alta se duplica bajo el silencio cómplice de los funcionarios. En cuanto a los Lineamientos Estratégicos del PMSHM la revisión que se haga debería confirmarlos en lo fundamental, reajustándolos en función al horizonte temporal que falta, pero sobre todo, a partir de la transferencia del ex INC Cusco y de la Gestión del PMSHM al Gobierno Regional en el contexto de la descentralización. PLAN Q'ENTE Durante la gestión desastrosa de Hugo Gonzales Sayán el Gobierno Regional de Cusco y la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo encomendaron a una consultora la elaboración del “Plan Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 73 Adolfo Saloma González Estratégico Regional de Turismo dominio de los servicios centrales, del Cusco” (PERTUR), denomina- origina un Perfilamiento del mercado también “PLAN Q'ENTE” do, que produce desproporción en presentado en agosto del 2009, el el balance de Oferta y Demanda. cual constituye la antípoda del La débil regulación, ausencia de PMSHM, puesto que, según sus acuerdos público–privados y el inamentores aspira constituirse en: decuado balance Oferta–DemanUn esfuerzo de reflexión estraté- da (por perfilamiento del mercado) gica y consensuada sobre la activi- provocan grandes sectores de presdad turística y su significado econó- tación de servicios para turismo mico y social en el Perú y la Región medio que operan en “mercado del Cusco (Destino Turístico Cus- marginalizado”: produciendo todo co–Machupicchu), en una perspec- ello informalidad general. tiva de corto, mediano y largo pla- El Perfilamiento del Destino hazo; y cia un turismo “de alto gasto” proUn instrumento que convoque voca un interesante perfil de rentae integre las voluntades y capacida- bilidad global, pero a la vez impacdes institucionales regionales, en- tos sociales peligrosos, al limitar la marcadas en un proceso de apertu- participación local en inversiones ra, integración y descentralización; (capacidad financiera, poca cultura con el reto principal de hacer de la asociativa, etc.) y perfilar los serviRegión Cusco una sociedad compe- cios urbanos a estándares que se titiva frente a otros territorios y con vuelven cada vez más excluyentes altos índices de desarrollado huma- para los lugareños. no y social; bajo un marco institu- Siendo el Perú y Cusco en particional y democrático sólido y una cular un destino turístico cultural regestión sostenible del territorio y su levante, los bienes que motivan el patrimonio natural y cultural. desplazamiento de visitantes (los Un resumen del PERTUR de lo atractivos) están bajo el mandato contrapuesto que es al PMSHM, es del Instituto Nacional de Cultura, la transcripción comentada, que a entidad que por su especialidad y recontinuación se expone. gulación sectorial está idóneamente capacitada para la conservación y puesta en valor de estos bienes, PERFIL DEL DESTINO pero que no resulta competente (ni TURÍSTICO A pesar de su variedad de atracti- facultada) para su implementación vos, el Destino Cusco Machupic- turística y para la articulación de chu, desde la óptica internacional todo el espacio turístico y sus mertiene un corte básicamente monote- cados. Es decir, el sector privado está mático, pues Machupicchu tiene un peso superlativo sobre los de- de acuerdo que el Estado haga las más, porque su modelo de opera- inversiones en infraestructura, inción desactualizado tiene proble- vestigación, catalogación, puesta en mas para soportar el flujo actual y valor, mantenimiento y operación pone un “techo prematuro” a la del Patrimonio material e inmaterial, pero su administración y gesoferta regional. Es decir, desde el inicio el tión debe hacerlo el sector privado, PERTUR no está de acuerdo con precisando que (el Estado) “no rela capacidad de carga de 2500 per- sulta competente (ni facultada) sona/día para la ciudad inca de Ma- para su implementación turística y chupicchu y de 500 personas/día para la articulación de todo el espapara el camino inca. Continúan ar- cio turístico y sus mercados”. Tratando de corregir este desatigumentando que: La situación limitante de Machu- no expresan: Sin embargo, esta supicchu, junto a temas de operativi- perposición no es solo negativa, dad de los clústeres y posiciones de pues trae también importantes ven74 tajas; la principal de ellas es contar con una entidad de alta especialidad e importantes recursos dedicada a recuperar el Patrimonio cultural existente. Resultado de ello es que en la actualidad se cuenta con un amplio sistema de bienes culturales, que permite configurar diversos destinos turísticos en la región y alternativas temáticas. A todo ello se suma el hecho de que esta puesta en valor en la mayoría de los casos cuenta con su propio financiamiento. CARACTERÍSTICAS DEL TURISMO RECEPTOR En concordancia al Perfil del Turista Extranjero elaborado por PROMPERÚ, en el año 2007 el Perú fue visitado mayormente por motivo de vacaciones, recreación u ocio (59 %), debido al gran interés por conocer Machupicchu. En segunda instancia, resaltó el viaje por negocios (17 %), mencionado por cerca de la quinta parte de turistas extranjeros. Un porcentaje significativo de turistas visitó también el Perú para visitar familiares y amigos (14 %). Somos pues con claridad un destino turístico que se posiciona progresivamente en el mundo. VISITANTES EXTRANJEROS AL DESTINO CUSCO MACHUPICCHU La evolución de los visitantes internacionales al destino Cusco–Machupicchu ha tenido un crecimiento muy superior al promedio observado en las Américas (6.6% —2007/2006). Sin embargo, este crecimiento presenta una desaceleración que es poco visible por sus altas tasas, pero que arroja señales que se deben observar. Esta desaceleración podría estar señalando una maduración anticipada del destino; es decir que, muchas de las condiciones estructurales de su modelo de gestión estarían llegando a cierta vejez desde la perspectiva del turismo Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu (como le ha sucedido ya a otros A pesar de estas impor tandestinos del continente), a pesar tes cifras, el impacto directo de no haber llegado aún a una del tu ris mo sue le pro vo car madurez como fenómeno social. FALLAS DE MERCADO en los suministros, con lo que muchos productos (de primera neTURISMO EN cesidad en muchos casos y de LAS CUENTAS DE LA conducta poco elástica) son imECONOMÍA NACIONAL Los indicadores nacionales seña- pulsados estacionalmente por lan que el turismo genera un movi- encima de su punto de equilimiento económico que directa e in- brio, generando un efecto nedirectamente impacta en diversas gativo en el consumidor no actividades económicas del país, asociado a esta actividad. A como mecanismo de generación eso se suma el re–perfilamiende empleo en forma descentraliza- to de los ser vicios urbanos al da y medio para mejorar la redistri- estándar que induce el turisbución de la riqueza en el país, sien- mo; con lo que mu chos de do su efecto multiplicador de 1.811 ellos se hacen excluyentes para millones, es decir, por cada US$. la población local. 1.00 que ingresa en la economía pe- Otro aspecto preocupante ruana, el turismo lo convierte en en el tema económico, es la asimetría en la relación ofer ta deUS$. 1.81. El año 2007 el turismo genero manda; asimetría que provoca un total de 2,222 millones de dóla- sobreofer ta en algunos sectores como divisas, siendo superado res (equivalentes a la hotelería únicamente por la exportación de de 2 y 3 estrellas); los que en los productos tradicionales minería muchos casos ter minan opey petróleo (que no son renovables). rando en mercado marginalizaEn el 2006 la contribución del Tu- do. Mientras tanto, otros segrismo al PBI del Perú es del 5.9 por mentos de ofer tan (sobre todo ciento, con 17,850 millones de nue- en el segmento gasto alto) sintonizan mejor con la demanda vos soles. Respecto a la generación de divi- in ter na cio nal; más aun que, sas producidas por el turismo, se ha por su esquema selectivo lopresentado una evolución muy rápi- gran acuerdos inter nos que les da concordante con la cantidad de perfilan un mejor mercado. llegadas de turistas internacionales al Perú, sin embargo, es tan solo la TURISMO EN sexta parte de los ingresos genera- LAS CUENTAS DE LA dos por el turismo en México y la ECONOMÍA REGIONAL mitad de los generados en ArgentiIngresos generados na y Brasil. Entre el 2002 y 2007 las divisas por el turismo La generación de ingresos por han crecido aproximadamente 2.65 veces, lo que significa una variación turismo para la región se ha estianual promedio de 21.6 %, concor- mado tomando en consideración dante con el crecimiento de las lle- el gasto de los visitantes nacionagadas de turistas internacionales y les y extranjeros. Este ingreso sulas demandas asociadas en servi- pera los 2,100 millones de soles cios turísticos. La contribución de (valores corrientes) y dado que el las actividades características en la PBI regional está por encima de distribución de la población ocupa- 8,000 millones de soles, entonces da en la actividad turística está re- el ingreso por concepto de turispresentada principalmente por los mo en la re gión representa restaurantes, seguido por el entrete- aproximadamente el 25% del PBI regional. nimiento y transportes. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 75 Adolfo Saloma González Considerando los datos del MINCETUR 2001; el total de empleos directos (37%) e indirectos (63%) que produce el Turismo, nos lleva a confirmar que 1 de cada 7 habitantes regionales está en alguna medida relacionado con esta actividad. A pesar de este indiscutible peso en el empleo y bienestar regional, la actividad turística y el empresario turístico en particular, no consiguen una buena relación con el colectivo social cusqueño en temas de legitimidad. Su aporte en empleo e ingresos se subvalora, en gran medida por causa de paradigmas sociales muy fuertemente arraigados respecto a luchas de clase y sentimientos de explotación. Estos paradigmas incrustados por décadas en el pensamiento de grupos radicales, toman a problemas como el perfilamiento urbano de Cusco, la transfor mación del Patrimonio edificado y la limitada “derrama” del fenómeno turístico, bajo un enfoque desproporcionado. En la retina social generalizada queda la sensación de que el turismo trae más problemas que beneficios. A ello se suma las malas señales que provocan las for mas de negocio de enclave y bajo contacto con la sociedad local que por deficiencias del modelo existen en singular cantidad y en elementos estratégicos del sistema. De igual manera los problemas de mala gestión y Aglomeraciones en Machupicchu, Camino Inca, Ollantaytambo y otros destinos, junto a posiciones de dom i n i o e i n e f i c a ci a e n l a regulación. IMPACTOS DEL TURISMO Impactos sociales a nivel de estructura social Resultan ser tal vez los más complejos, pues inciden en el tejido social y gestación de clases so cia les. Pro vo ca asi me76 trías económicas en sus efectos, los que sumados a privilegios del modelo per turban la paz social. El contexto social mal predispuesto y sus propios defectos en eficiencia social, le generan un soporte y legitimidad endeble. Provoca una notoriedad mediática y política que tiende a ser mal usada (desmanes). Acentúa el riesgo sobre problemas morales en diferentes niveles de la sociedad (delincuencia, seguridad, prostitución, drogadicción, etc.) Riesgo para la integridad de nuestra niñez y juventud. Impactos sociales a nivel de patrimonio y territorialidad En complicidad con la débil planificación, promueve cambios de uso que conllevan cambios y pér di da de Iden ti dad de territorios. Promueve formas de conservación utilitarista (adaptaciones) Compite con otras actividades por el usufructo del patrimonio y territorio; en algunos casos resulta positivo al desplazar a actividades depredadoras. A consecuencia de la débil planificación y disposición de medios, provoca sobre usos y distorsiones en la autenticidad de parte del patrimonio edificado. Impactos desde la dimensión ambiental Impulsa presiones por sobre usos ambientales de ambientes frágiles y ecosistemas aun no preparados para el turismo activo. Desde el lado de la operación del turismo, el incremento en polución, contaminación y uso de energías no renovables tiene un impacto serio, que se incrementa por la débil regulación, pues hablamos de una región que tendría la potencialidad de energías limpias y usos desconcentrados de la Plana Turística si se planificara adecuadamente el desarrollo de sus actividades. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Reajuste del plan maestro de Machupicchu Impactos ambientales a nivel de incrementales de actividad El incremento de habitantes (en tránsito) y de actividades y recursos humanos para atenderlos generan un Mayor volumen de residuos sólidos y atmosféricos. Impactos ambientales en dimensión territorial e inmobiliaria Se trata del mismo impacto de cambio de uso de suelo en la dimensión social, pero enfocado en la perdida de activos sociales (áreas verdes, cultivos, recursos hídricos, paisaje, etc.) Sin embargo, estas constataciones e impactos no llevan al PERTUR a plantear que una parte de las divisas que genera el turismo queden en Cusco, bajo la modalidad de canon turístico o con otra denominación, por los altos costos sociales, económicos y ambientales. TENDENCIAS DESDE LA PERSPECTIVA DEL ANÁLISIS FODA El cre ci mien to ve ge ta tivo que proyecta el flujo turístico (incluso si no se inter vine en el ajuste del destino), señalaría un ascenso significativo para las próximas décadas, por el arrastre de nuestro icono central Machupicchu (flecha verde 1–2); sin embargo el deterio- SUPUESTOS TÁCTICOS PARA LA REFORMA DEL MODELO TURÍSTICO El Plan Q'ente, para reorientar el modelo de desarrollo turístico, debe partir reconociendo la “realidad factual” en la cual opera, de modo que se pueda administrar con eficacia los elementos claves de la conducta del turismo. Bajo esta visión, una primera afirmación del Plan Q'ente es que el modelo de desarrollo turístico actual requiere de cambios profundos para lograr los ro de la calidad de la experien- efectos que la sociedad espera de él cia precisamente de este desti- y para estar a la altura del superlatino mayor, que por sus limita- vo potencial que la región posee. ciones y debilidades de acondicionamiento va llegando a un VISIÓN DEL PLAN temprano lími te estacionaria ESTRATÉGICO REGIONAL este incremento hacia el futu- DE TURISMO DEL CUSCO ro (2–3), pues Machupicchu “Al 2021 Cusco–Machupicchu (en la actualidad) es la razón es el Destino Turístico Líder en central de las visitas turísticas Perú y América Latina y brinda una a la Región. Con ello quedaría cartera de productos auténticos y desperdiciada la capacidad na- servicios turísticos de calidad, divertural de crecimiento del desti- sificados y competitivos, que aseguno, que este posicionamiento ran experiencias inolvidables a sus mundial es capaz de producir, visitantes; la gestión sostenible de incluso si no se acometieran los impactos ambientales y culturalos li nea mien tos pro pues tos les, proyecta confianza y garantiza por el Plan Q’en te (2 – 3' una amplia inclusión y bienestar so—Ofer ta in–elástica). cial en la región bajo un moderno y La premisa de trabajo asumida fortalecido marco institucional propara el Plan Q’ente, señala que, con motor, regulador, concertado y parsu puesta en operación y la inter- ticipativo”. vención en sus diferentes linea- El Destino Turístico Cusco–Mamientos estratégicos, el destino Ma- chupicchu: chupicchu estaría en capacidad de 1. Es líder en Perú y América Latina albergar una ocupación muy supe- 2. Brinda una cartera de productos auténticos y servicios turístirior; y lo que es más importante, cos de calidad, diversificados y con mayores efectos económicos y competitivos sociales positivos (y en condiciones 3. Gestiona los impactos más sostenibles que las actuales) y ambientales y culturales de manera asegurando una satisfacción mayor sostenible de la experiencia, con lo que no 4. Proyec ta se gu ri dad y solo se “recuperaría” el crecimienconfianza a nuestros visitantes to natural desperdiciado (2–3'), 5. Garantiza una amplia sino que se incrementaría conservainclusión y bienestar social en la redoramente este estándar de crecigión miento (flecha azul 1–4), en un ritSe conduce bajo un moderno y mo conveniente para la madurafortalecido marco institucional proción del sector como fenómeno motor, regulador, concertado y pareconómico y social (recreación y ticipativo. ajuste del destino). Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 77 Adolfo Saloma González ORIENTACIONES ESTRATÉGICAS El Gobierno Regional Cusco (GRC) y la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (DIRCETUR–Cusco) y el Sector Empresarial Agremiado (Cámara de Comercio del Cusco), deberán diseñar e implementar instrumentos de gestión que promuevan bajo un esquema asociativo y sostenible: la formulación de proyectos de ámbito regional para la participación de la inversión privada; el desarrollo empresarial de los pequeños y medianos empresarios, comunidades campesinas y nativas locales; los mecanismos y procesos que faciliten la formalización e innovación de las pequeñas y medianas empresas; la creación de instrumentos de gestión y financieros que posibiliten la ejecución de proyectos mediante la modalidad de asociación público–privada; la orientación e información a los inversionistas potenciales y los gobierno locales, así como, la promoción de la imagen de la región como destino de inversión en relación con otros mercados turísticos regionales competidores. mación que garantice la integridad de los turistas. • For talecer las capacidades administrativas, técnicas y de gestión de las instituciones públicas de los diferentes niveles de gobierno vinculadas al turismo. • Fortalecer la asociatividad y representación gremial de las empresas turísticas. • Promover la participación y concertación entre el sector público y privado para el desarrollo del turismo. INSTITUCIONALIDAD Y GESTIÓN DE DESTINOS. UNIDAD DE IMPLEMENTACIÓN Y GESTIÓN DEL PERTUR • Crear una Unidad que gestione la ejecución, evaluación, medición de impactos y actualización del PERTUR. • Diseñar e implementar estrategias y herramientas que per mitan planificar las zonas turísticas actuales y potenciales. • Promover las mejoras al marco legal turístico que facilite, simplifique, for malice, regule y mejore la competitividad de la actividad turística. • Promover la inversión y la asociatividad público–privada. • Brindar las condiciones de seguridad, protección e infor - La Unidad de Implementación y Gestión del PERTUR delegada a DIRCETUR, como institución que llevará adelante la gestión, monitoreo, ejecución, super visión y evaluación del plan, solicitará y convocará la participación directa de las instituciones involucradas por competencia (según su condición estratégica y operativa) a ejecutar y gestionar los acuerdos contemplados en el proceso de la planificación, por lo que las decisiones, se tomarán de manera colegiada (interinstitucionalmente) consolidando los acuerdos que posibiliten y faciliten la fase de ejecución. 78 COLOFÓN • El Plan Estratégico Regional de Turismo del Cusco o Plan Q'ente elaborado desde la perspectiva de los operadores de la actividad turística, es incompatible con los alcances del Plan Maestro del Santuario Histórico de Machupicchu. • La re vi sión y rea jus te del PMSHM al año 2015 debe reafirmar el resguardo del patrimonio natural y cultural del SHM, para lo que se debe actualizar y mantener su Visión, objetivos y lineamientos estratégicos y, ampliar la oferta turística con los proyectos de Vilcabamba y Choquequirao. • Se debe revisar el Ordenamiento Territorial y reformularse a partir de la metodología existente y de sus tres componentes: Zonificación Ecológica Económica, Propuesta de Ocupación del Territorio e Instrumentos de Política. • Hay que elaborar la Misión, la que debe compartir con la Visión los riesgos y motivaciones que le otorgan sentido al PMSHM y, que orientará el quehacer de la Unidad de Gestión de Machupicchu. • El PMSHM reajustado debe formularse de manera participativa, convocado y conducido por el Gobierno Regional, para lo que, el ex INC Cusco debe retornar a su administración como lo fue en el periodo 1990–1992. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 EL TORREÓN HISTORIA, MISTERIO Y REVELACIÓN DE MACHUPICCHU Hugo A. Altamirano Vega1 A l referimos de Machupicchu, las primeras palabras que evoca la memoria están relacionadas a la imagen de una ciudadela diferente y distinta a las que se conoce y registra la historia en el nacimiento y muer te de las ciudades du ran te los si glos pa sa dos, donde se for jaron y desarrollaron las “Altas Culturas”. Fueron los espacios geomorfológicos de superficie llana, valles, mesetas y pampas donde se fundaron las ciudades, modelos clásicos que fueron quebrados por una nueva pero caprichosa elección del espacio que se acomoda a la topografía de los cerros y picos elevados de los andes, incluyendo los perfiles y flancos de abis- mos y cañones como par te estructural de la arquitectura de la ciudad pétrea “Catedral de los Andes”, de impresionante majestuosidad. Sin embargo, la historia nos alcanza el reconocimiento de la pater nidad de la construcción de dicha obra al Inka Pachacutec; luego de dichas precisiones escritas se cier nen una serie de interro- 1 Docente de la Facultad de Educación Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 81 Hugo A. Altamirano Vega gantes que nos mecen en la incer tidumbre, la duda, que se asienta como un misterio sin tener los argumentos para una respuesta fir me y contundente que satisfaga la necesidad de co no cer la ver dad, rea li dad que se esconde en la nebulosa de lo inexplicable, su monumentalidad, siempre está encubier ta por un velo de ficción y divinidad, queda como un enigma insondable en espera de una respuesta verdadera, despejando el misterio y los argumentos que no construyen la historia verdadera sobre la arquitectura, ingeniería y administración. La revelación ante el mundo se está dando por la atracción turística del lugar Santuario Histórico de Machupicchu, obra maestra de la arquitectura y la ingeniería, sus peculiares características arquitectónicas y paisajistas de ceja de selva y el velo del misterio que ha tejido a su alrededor las versiones orales y la publicidad, lo han convertido en uno de los destinos turísticos más atractivos de la tierra. Machupicchu está en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1983, como parte de todo un conjunto cultural y ecológico, conocido bajo la denominación “Santuario Histórico de Machupicchu”. El 7 de julio de 2007, Machupicchu fue declarado como una de las Nuevas Maravillas del Mundo, en una ceremonia realizada en Lisboa, Portugal; luego de la participación de cien millones de votantes del mundo entero. LOCALIZACIÓN Se encuentra a 13º9’47” latitud Sur y 72º32’44” longitud Oeste, forma parte de una gran formación orográfica conocida como Batolito de Vilcabamba, en la cordillera central de los Andes Peruanos. Se encuentra en la rivera izquierda del cañón de Urubamba, 82 al pie de los cerros, prácticamente rodeando, corre el río Vilcanota – Urubamba. Su altitud es de 2,438 metros sobre el nivel del mar.. La superficie edificada es aproximadamente de 530 metros de largo por 200 de ancho, registrando 272 edificios dentro del área urbana. Enigma donde la mente y la creación mantienen un equilibrio, donde los números y toda opción razonable en la mente humana sigue en estado embrionario. Machupicchu donde la majestad de la vejez y el embeleso de la belleza natural se exhiben en el altar de sus cumbres, donde la eter nidad descansa en sus ciHISTORIA Se encuentra indisolublemente mas, donde la eternidad tiene ligada a la sabiduría, fuerza y capa- muros de piedra. cidad creadora del hombre quechua andino en la historia de la REVELACIÓN grandeza y extensión del Tahuan- La localización e identificatinsuyo que marcó y consolidó la ción de un universo escondido, época Inka. el trance de un nivel material físiPorque el pasado cobra fuer- co a un nivel metafísico, de un niza y vive en el presente, la histo- vel humano a un nivel divino. La ria no muere, la historia no tiene re ve la ción que da ins tau ra da espacio en el campo santo del ol- como un mundo visible, un esvido, es una continua resurrec- pacio dimensionable, tener que ción y se transporta en las andas conceder la insignia del reconodel recuerdo, el reconocimiento cimiento como “Maravilla” del y admiración de las jóvenes ge- Mundo. neraciones y los pueblos milena- La concepción de la arquitecrios que visten de modernidad. tura y espacios de andenes en La grandeza de su obra y la las ciudades inkas preser vando memoria de su historia se mues- y conser vando un medio amtra incólume en los muros pé- biente místico y natural sustentatreos de la sagrada ciudad de Ma- ble y sostenible para su época. chupicchu, donde las dimensiones de la eternidad y la gloria tie- MACHUPICCHU: ENIGMA nen inicio, donde el atardecer DEL NOMBRE descansa en misteriosa calma en- La denominación de la gran tre sus elevaciones graníticas. ciudad Inca es muy discutida hasEspacio sagrado donde se afe- ta la fecha: rran el tiempo y la eternidad. Tamputocco MISTERIO Hiram Bingham sostiene que Al encarnar esencias sobrena- en Ma chupic chu se ha lla el turales y energías espirituales que “Tampu Tocco”, por un recinto se extienden y descansan sobre su de tres ventanas y ser aquella esencia real, sobre su existencia una verdadera “Ciudad Sagramaterial, sobre su grandiosidad in- da”. Declara que, el nombre de descifrable. La majestuosidad del la parte más antigua de Machupaisaje inconfundible con la que picchu era Tamputocco. ejerce un poderoso magnetismo para los que toman contacto a pri- Picchaq mera vista hasta sentirse apodera- Relacionado al acto de picdo de una sensación irresistible y char, es otro de las conjeturas postrarse ante el altar del miste- propuestas sobre el origen del rio. Donde la mirada se detiene nombre de Machupicchu. Va ante el hechizo de su encanto in- asociada a la presencia de la descifrable. hoja de coca, en calidad de aliRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, misterio y revelación de Machupicchu mento del hombre andino des- como Picchu por el cronista de épocas ancestrales, va aso- Ocampo Conejeros. ciada al acto de introducir la Para el Dr. Luis A. Pardo: hoja de coca en la boca para “La Etimología de Machupicluego masticarlo y mantenerlo chu, anda sumida en la noche en constante succión el bolo de la conjeturas. Su verdadero de coca. Conocedores de las significado no se conoce” Sosvir tudes naturales, restablece- tiene que es palabra compuesdor de las fuer zas humanas ta de dos tér minos quechuas: como de la capacidad de luci-“Machu” que significa viejo y dez intelectual, también consti-“Picchu” equivalente a punta tuye una de las primeras ofren- o cima. De manera que su tradas en los rituales y ceremonia ducción sería: “La cima o punre li gio sas con sa gra das a los ta vieja”. Revista del Museo e Apus, Auquis, la Pachamama, Instituto Arqueológico. 1961 espíritus de la naturaleza pro- El Dr. Luis E. Valcárcel. La tectores del ayllu y de la llacta toponi mia de este sector es (Llactay orcco) muy clara. Hay dos picachos El Dr. José Gabriel Cosio que dominan la ciudad: El más dice: El nombre deviene de una alto nom brán do lo MACHUpalabra compuesta de la voz de PICCHU el menor WAYNAMachupicchu: Machu (Viejo) y PICCHU, ambas palabras per Picchu, que parece desinencia teneces al Keswa y significa resdel verbo picchar, que para los pectivamente: El Pico Viejo y indios es el acto de mascar la e l P i c o Jo v e n . Po r q u e coca. PICCHU es “picacho o punta de Monte” Pichiu. Canto Marccanay – Machupicchu Machu pichiu Le variedad y abundancia de avecillas, el canto Marccanay, Lugar de descanso de las especies más conocidas del tiempo y de la calma, atalaya de la ceja de selva, son fácilmen- de los andes, mirador de las prote identificables por su persisten- fundidades de paredes pétreas y te trinar en la vorágine de sus de las elevaciones de las montabosques, han ser vido de argu- ñas que se afirman en el lienzo cemento para atribuirle el nombre leste del cielo del mundo andino. de Machu Pichiu, de las aves Marka de las estrellas y del viento, dueñas del corazón de las empi- marka de la frescura y coloridas nadas cumbres. orquídeas (Wiñay huaynas), del inTodo parece confir mar que cesante vibrar de las frágiles alas el llamado Machu Pichiu (nom- del picaflor (K’ente y el Paucar), bre puesto por decisión de Hi- marka de andenes y templo de ram Bingham), es el antiguo Vit- mujeres tiernas y bellas escogidas cos. Revista de Oro Inca Garcila- (acllas) so de la Vega Por los datos que se leen en la crónica de Alonso Borregán, reMachupicchu cientemente publicada, después La traducción de Machu Pic- de cuatro siglos de escrita, se chu equivale a cumbre mayor. sospecha que Marccanay o MaPero el nombre original del sitio chupicchu, fue visitada por el no debió de ser una denomina- propio Francisco Pizarro. Adeción genérica como esta que más, como se ve de los papeles cayó en el olvido con los siglos. escritos ahora, toda la región El Dr. Luis Enrique Valcárcel aproximadamente de la provinopina que Machu Picchu podría cia de la Convención, se denomiser el legendario Vitcos citado naba Vilcabamba. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 83 Hugo A. Altamirano Vega MACHUPICCHU IDENTIFICADA COMO VILCABAMBA POR LOS ESPAÑOLES. Parece ser el nombre original de la ciudad o santuario que hoy designamos por Machupicchu, tomándolo del cerro donde se hallan ubicadas las famosas estructuras arquitectónicas. Hiram Bingham, su descubridor al mundo, dice, fundándose en párrafos de las crónicas del Padre Calancha, que el nombre de la misteriosa ciudad era el de Vilcabamba Vieja o la Vieja y que desempeñaba el papel de capital o centro tradicional y religioso de esta región; siendo la otra Vilcabamba, la capital militar o política, durante el reinado de los últimos incas Historia porque se encuentra indisolublemente ligada a la sabiduría, fuerza y capacidad creadora del hombre quechua andino en la historia de la grandeza y extensión del Tahuantinsuyo `que mar có y con so li dó la épo ca Inka. El pasado cobra fuerza y vive en el presente, la historia no muere, la historia no tiene espacio en el campo santo del olvido, es una continua resurrección y se transporta en las andas del recuerdo y el reconocimiento de las generaciones y los pueblos. Los Incas eran originalmente una pequeña y belicosa tribu que habitaba la región al sur de las tierras altas de la cordillera central en Perú. En tor no a 1100 d. C. comenzaban a desplazarse hacia el valle de Cuzco, don de du ran te casi 300 años llevaron a cabo incursiones, y allí donde fue posible, impusieron tributos sobre pueblos vecinos. Hasta mediados del siglo XV, los Incas no llevaron a cabo ninguna gran expansión o consolidación política. Su avance territorial más im84 por tan te an tes de esa fe cha consistió en una penetración de 32 Km. Al sur de Cusco. La expansión territorial se inició realmente con el octavo monarca, Viracocha Inca, que vivió a principios del siglo XV y que, en 1437, amplio el imperio en unos 40 Km. mas allá del territorio de Cusco. Después de esto, durante un periodo de 30 años, dos personajes notables ampliaron y unificaron el territorio. El primero fue el hijo de Viracocha, Pachacutec Inca Yupanqui. El segundo fue el igualmente capacitado Tupac Inca Yupanqui, hijo de Pachacutec. El imperio, alcanzó su mayor extensión con el hijo de Topa, Huayna Capac. Hacia 1525, el territorio bajo control Inca se extendía por la zona más meridional de la actual Colombia, Ecuador, por Perú y Bolivia y por zonas del norte de Argentina y Chile, abarcando un área de más de 3500 Km. de norte a sur y de 805 Km. de este a oeste. La muerte de Huayna Capac en 1525, antes de que pudiera designar a su sucesor, provocó la división del imperio. Sus dos hijos, los her manastros Huascar y Atahualpa, aspiraban al trono. La consiguiente y encarnizada lucha de ambos, que finalizó en 1532, con la captura de Huascar, debilitaron seriamente al imperio. En este critico momento el conquistador español Francisco Pizarro desembarcó en la costa con una fuerza de unos 180 hombres dotados de ar mas de fuego. Pizarro, apoyado por distintos grupos de indígenas descontentos por la dominación inca, logro controlar el imperio haciendo prisionero a su jefe, Atahualpa dio la orden de ejecutar a su antiguo rival, lo que sería una de las causas de su propia condena en el proceso al que lo sometieron los Españoles un año después. El 29 de Agosto de 1533, todavía se estaba acu- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, misterio y revelación de Machupicchu mulando un enor me depósito de ornamentos de oro procedentes de todos los rincones del imperio, Pizarro ejecutó al garrote vil a Atahualpa. Ese mismo año los Españoles ocuparon Cusco y per mitieron a Manco Capac II (Manco Segundo) un her mano de Huascar, acceder al trono. Algunos años más tarde, Manco Segundo dirigió una revuelta contra los españoles. Fue derrotado, obligado a buscar refugio en las montañas y asesinado. En aquella época el imperio se desintegraba muy rápidamente. El último pretendiente al trono fue Tupac Amaru I, hijo menor de Manco Capac II y descendiente por línea masculina, que fue decapitado en 1572 por orden del virrey Francisco de Toledo. El Dr. Julio C. Tello, que realizó algunos sondeos en Machupicchu, nos afir mó haber desenterrado un trozo trabajado de alabastro español, lo que comprobaría que después de la venida de los blancos al Perú, fue llevado a la enigmática ciudad. Allí, también, parece que fue donde se dio muerte al Inca Manco II.Revista del Archivo Histórico del Cuzco. N° 2 – 1951. Universidad Nacional del Cusco. era solamente el nombre del cerro. Fue hacienda real del Inca en la zona. Luego vino la fundación posterior de una cadena de ciudades de gran importancia estratégica y belleza incomparable como: Wiñay Waina, Phuyo Patamarca, Sayac Marka, Torontoy, Quenti, etc., todos camino a la selva. Había empalmes con Markanay y Orongo y senderos que conducen al nevado Salkantay. Luis Enrique Valcárcel, el famoso historiador incaista, en su libro precisamente titulado Machu Pichiu sostuvo que esta ciudad fue la antigua Vitcos, idea que no abandonó jamás. MISTERIO REVELADO: CIUDAD BASE DE EXPANSIÓN A LA SELVA. 1,480 – 1,532 Metrópoli, eje de la penetración incaica hacia la selva alta para el crecimiento y el desarrollo del Antisuyo como lo considera Federico Kauffman D., Machu Pichiu, el antiguo Vitcos, es un modelo a través de la más avanzada ingeniería y arquitectura. Toda la región luce diversas maravillas, como la piedra de los treinta y siete ángulos en la vecina Torontoy, dos túneles, varios y diversos puentes, la más perfecta red caminera de todo el Imperio y una audaz andenería, un túnel excavado en la roca y un templo tallado en caverna grande, como es el dedicado a la Luna. LA GUERRA DE RECONQUISTA Se inició en abril de 1536 con Manco Inca. Tuvo desde un principio uno de sus ejes en Machu Pichiu, en virtud de su interconexión con todas las regiones del sur del Imperio Incaico, que LUGAR DE REFUGIO 1532. el Inca intentaba reconstruir. Ciudad de refugio de los sobrevivientes de la nobleza cusREVELACIÓN HISTÓRICA queña, cuando la matanza de los DE MACHUPICCHU Panacas Hanan y Hurin por los Apro xi ma da men te 1480, yanasinchis (generales ser viles) cuando asume al gobierno el atahualpistas victoriosos (noInca Pachacutec, fue el posible viembre de 1532). Sitio inexpugconstructor de Machu Pichiu nable y difícilmente ubicable (Machu Picchu), llamado por para quienes no conociesen sus los Incas Vitcos. Machu Pichiu accesos. Está como escondida Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 85 Hugo A. Altamirano Vega por la montañas y el río Urubamba y por su misma altura, porque desde abajo no es fácilmente divisible. DIEGO RODRÍGUEZ DE FIGUEROA —1565 En sus recorridos como embajador diplomático para tratar con los reductos rebeldes Inkas, escribió, el 6 de mayo del año 1565, pasajes de su recorrido por la zona de Machupicchu, nombre que hace mención al incursionar a la zona de la selva de Vilcabamba: “Esta noche dormí al pie de un cerro nevado, en un pueblo despoblado llamado Condor marca, donde había un puente en tiempo antiguo que pasaba por el río del Vitcos (actual río Vilcabamba) para ir a Tambo (actual Ollantaytambo), a Sapamarca y a Picchu, que está en tierra de paz”. Otros documentos confirman el relato de Rodríguez de Figueroa, por ejemplo una provisión del Conde de Nieva de 1562, en la que el pueblo de Pijchu aparece formando parte de un repartimiento de tierras, encomendadas primero a Hernando Pizarro y luego al español Arias de Maldonado. HISTORIADORES LUIS MIGUEL CLAVE Y MARÍA ISABEL REMY. MANUSCRITO DE 1568 El descubrimiento documental más importante se da el año de 1983 por los investigadores Luis Miguel Clave y María Isabel Remy. Los manuscritos en cuestión son cuatro copias y un original del año de 1568, perte- MACHUPICCHU LA neciente a los frailes agustinos DESPOBLACIÓN PLENA del Cuzco, en donde aparece –1,572 una lista de terrenos cultivados por los pobladores inkas del va- Ciudad desierta a partir de la lle del Urubamba después de la captura y muerte de Túpac Amaconquista española, indicando ru I. Quienes la visitaron en que dicho valle había sido con- años posteriores no encontratrolado y anexado por el nove- ron a nadie; es posible que así esno inca cusque ño Pa cha cu ti tuviera desde varios años atrás Inca Yupanqui ( 1437–1471).“Ciudad Perdida”, en esa región En uno de los folios que contie- aún inexplorable y remota, con ne el expediente se puede leer lo mapas en blanco y referencias siguiente: “un poco más arriba geo grá fi cas ex tre ma da men te de Pumachaca, el Cacique de confusas, en este período quizás Pic chu cul tiva ba coca”. Esa se le empieza a confundir con coca era pagada en tributo a los Vilcabamba. españoles, ya que según los manuscritos “Correspondió a los EL INFORME DE BALTASAR indios de Picchu la cantidad de DE OCAMPO. FINALES DEL 105 cestos de coca cada año”. SIGLO XVI El infor me del visitador BaltaJOSÉ TAMAYO HERRERA sar de Ocampo y Conejeros soMANUSCRITOS DEL AÑO bre la ciudad de Vitcos constituDE 1,776. ye el único testimonio directo y Por su par te, en su obra His- minucioso en cierta medida. El toria General del Cusco, 1992, relato coincide plenamente con el historiador Cusqueño, naci- el actual Machu Pichiu, (o Picdo en la ciudad de Urubamba chu). José Tamyo Herrera, dio a co- 1. Para los se ña lamien tos, nocer una vieja escritura fecha- nos ceñimos como Valcárcel a da el 8 de agosto de 1776, en la la única descripción del lugar, que hace referencia a una tal que como es dicho, consta en la doña Manuela Almirón Ville- Crónica de Baltasar de Ocampo gas, quien vendía a los señores y Conejeros, funcionario espaPedro y Antonio Ochoa, en la ñol en Vilcabamba desde aproxisuma de 350 pesos, los lugares madamente 1572 (Cuadro 1). 2. Otros elementos de juicio de Pij chu, Ma chu pij chu y Huaynapijchu. Así mismo el que conducen a identificar el Maaño de 1782 los indicados pro- chu Pichiu actual con el Vitcos de pietarios llegaron a vender di- las crónicas del siglo XVI: chos fundos en 450 pesos al co- a. Lo escabroso y empinado rregidor español del valle de del sitio b. La distancia del Cusco Urubamba. Cuadro 1: 1. “está en un altísimo cerro” 2. “señorea gran parte de la provincia de Vilcabamba”: 3. “gran plaza de suma grandeza” 4. “y llanura en la superficie” 5. “edificios suntuosísmos” 6. “piedra mármol” 7. “famosamente obradas 86 Único caso, Machu Pichiu; con un cerro de tanta pendiente Obvio en Machu Pichiu Único caso orográfico Superficie plana en la cumbre Obvio en Machu Pichiu El “granito blanco” de H. Bingham Obvio en Machu Pichiu Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, misterio y revelación de Machupicchu c. Rodeada de abismos sobre LAS CHACRAS DE el río, lo que explica el suicidio de MACHUPICCHU las esposas de Manco Inca 1,776 Y 1,782 d. Río caudaloso (El Uru- Machu Pichiu y Huayna Pibamba) chiu se llamaron unas chacras e. El caballo sacrificado (datos en la orilla izquierda de Uruarqueológicos recientes) enterra- bamba, vendidos allá por los do en dirección al sol naciente. tiempos de Tupac Amaru el f. La altura del cerro; unos Gran de, en el Cus co en tre 600 m. 1776 y 1782. Así consta en los g. Hallazgo de abundantes archivos de una notaría, la de cenizas (Vitcos fue quemada Ambrosio de Lira, en la foja 20 por los españoles). Datos de del Protocolo de 1782. Vio prilos arqueólogos Manuel Chá- mero aquel documento el polívez Ballón y Julinho Zapata, grafo cusqueño, siendo todaen 1980. vía joven, Uriel García. Allí se h. Ajllahuasi: “casas del Sol lee “la transferencia de Pichiu, son sus mujeres”, Cieza, Guerra Machu Pichiu y Guayna Pichiu de Salinas, cap. 21 (1533) amén de otros sitios. Esos troi. Era “otra ciudad del Cusco” zos de tierra cultivable, se enPedro Gutiérrez de Santa Clara, t. tregaron por 350 pesos y se reIII, pág. 230. Colección BAE (cir- vendieron por 450, Por cier to ca 1544) sin gen te”. La his to ria do ra Revelación. La localización e francesa Simone Waisbard es identificación de un universo es- quien más ha seña la do este condido, el trance de un nivel asunto en su libro “Machu Pimaterial físico a un nivel metafí- chiu” (1971) sico, de un nivel humano a un ni- Los Picchu Viejo y Joven, no vel divino. La revelación queda eran desconocidos en la coloinstaurada como un mundo visi- nia. El distinguido estudioso ble, un espacio geográfico e his- Uriel García descubrió una antitórico dimensionable, conceder gua escritura donde Doña Mala insignia del reconocimiento ría Manuela Almirón Villegas, universal como “ Maravilla” del vendió los lugares denominamundo dos Pic cho, Ma chu pic chu y Huaynacpicchu a Don Pedro MACHU PICCHU AISLADA Antonio Ochoa, el 8 de agosto DEL MUNDO (DESDE FINAL de 1776, en la suma de 350 peDEL XVI HASTA FINES DEL sos y éste a su vez vendió en el año de 1782 al Comandante XVIII) La ciudad de Machu Pichiu Marco Antonio de la Cámara y continuó hundida en el silen- Escudero, Corregidor de la Procio por su pobreza y aislamien- vincia de Urubamba en 450 peto, además nadie la buscaba. sos. W i e n e r, en Por otro lado resultaba inubica- C h a r l e s ble, porque no se la divisa des- 1875–1878, tuvo noticias en de abajo y se encuentra en un Ollantaytambo de la existencia sitio esquinado, cerro de alta de ciudades antiguas indicadas elevación ver tical, con la par te con los nombres de Machupicsuperior plana y cubier ta de chu y Huaynapicchu. maleza. Además, fuera del sendero colonial que conducía a NUEVAS NOTICIAS, SIGLO las comarcas de Vilcabamba XIX en esa enor me región, “terra ig- Pobladores de Ollantaytambo nota”. tienen noticias certeras sobre MaRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 87 Hugo A. Altamirano Vega chu Pichiu, ya con ese nombre. En 1848 se publicó en el Cusco un folleto dando informe al respecto, que no se encontró. En 1875 el notable viajero francés Charles Wiener, tiene referencias tan claras que hasta incluye a Machu Pichiu y Huayna Pichiu en su mapa de la región. En los albores del siglo XX, en 1902, llegan a Machu Picchu Enrique Palma y tres compañeros, quienes escribieron sus nombres en ciertas piedras de los muros incas. En 1907 o antes, unos pocos campesinos habían empezado a cultivar los abandonados andenes bajos, cerca del río. LEY DE CREACIÓN POLÍTICA DEL DISTRITO DE MACHUPICCHU D.L. N° 9326 En la población de Machupicchu antes llamado Máquina de Ollantaytambo, a los veintinueve días del mes de marzo de mil novecientos cuarenta y dos, se reúnen diversas autoridades, el Alcalde Luis Gonzales Her moza y sus regidores Ramón Moreno Díaz, Roberto Rojas Fernández, Héctor Zegarra Bravo y Daniel Calderón Pacheco, para dar lectura al siguiente documento: Un sello, Dirección General de Gobierno —Lima Seis de octubre de mil novecientos cuarenta y uno número doscientos setenta y ocho —Señor Alcalde del Concejo Provincial de Urubamba —con fecha primero del presente se ha puesto en cúmplase la siguiente Ley número nueve mil trescientos noventa y seis —El Presidente de la República —por cuanto, el Consejo ha dado la siguiente Ley: Art. Primero: ELÉVESE A LA CATEGORÍA DE DISTRITO DE Ollantaytambo de la provincia de Urubamba en el departamento del Cusco. Art. Segundo: El nuevo distrito que se crea por la presen88 te Ley se denomina MACHUPICCHU y ten drá por ca pi tal, la po bla ción de este nombre que se ha for mado alrededor de la actual estación Machupicchu. Art. Tercero: Los límites del distrito de Machupicchu serán los siguientes: Por el Norte límite entre las provincias de Urubamba y la Convención y; por el Oeste el río Q’ente afluente izquierdo del Urubamba hasta las cumbres de la cordillera. Art. Cuarto: Declárese de utilidad pública los terrenos que circundando la actual estación de Machupicchu del ferrocarril Cusco Santa Ana; están comprendidos en un área horizontal de un kilómetro de radio alrededor de dicha estación. Dichos terrenos serán dedicados a la edificación de la futura ciudad de Machupicchu a los fines que señale el Supremo Gobierno. Art. Quinto: El Poder Ejecutivo de confor midad a las disposiciones de Ley número nueve mil ciento veinticinco, expropiará los terrenos de que se trata el ar tículo anterior, Comuníquese al Poder Ejecutivo para su promulgación —Dada en la Sala de Sesiones del Congreso de Lima a los treinta días del mes de setiembre de mil novecientos cuarenta y uno. J.A. Brandiaris, Presidente del Senado, Gerardo Ballenueva. Diputado Presidente —C.A. Barreda Senador Secretario —Al Señor Presidente Constitucional de la República —Por tanto, mando se publique y cumpla; dado en la Casa de Gobier no en Lima, el primer día del mes de octubre de mil novecien tos cua ren ta y uno. Manuel Prado Ugar teche. • Latitud: 13°09’23” al Sur de la línea ecuatorial • Longitud: 72°32’34” al Oeste del meridiano de Greenwich. • La altura en el Punto de Referencia es de 1,495 metros sobre el nivel de mar. Tiene los siguientes límites: • Por el Norte: con la provincia de la Convención • Por el Sur: con la provincia de Anta • Por el Este: con el distrito de Ollantaytambo • Po el Oeste: con la provincia de la Convención La zona arqueológica de Machupicchu está ubicada en la margen izquierda del río Vilcanota, desde el río K’usichaka hasta la desembocadura del río Aobamba, en la jurisdicción del Distrito de Machupicchu, provincia de Urubamba, depar tamento del Cusco – Perú. El total de perímetro que rodea a la Zona Arqueológica de Machupicchu es 63,000 metros lineales. El área total de la zona de Machupicchu, encerrado en el perímetro del lindero que se ha descrito, es de diez mil setecientos veinticuatro hectáreas (10,724 Ha). Por De cre to Su pre mo N° 001–81–AA, fue declarado Santuario Histórico, abarcando la superficie de 32,592 hectáreas. Los terrenos que encierra el área de la Zona de Machupicchu co rres pon den exclu sivamente a la hacienda Q´ente, de propiedad de los herederos de Don Julio Zavaleta. Es una con for ma ción de montaña rocosa de escarpada topografía, elevada y poblada de exhuberante flora de ceja de montaña, de cuchillas y pendienLOCALIZACIÓN tes profundas, donde se asienta GEOGRÁFICA la ciudadela de Machupicchu, La Zona de Machupicchu tie- joya de la arquitectura del Perú ne las siguientes coordenadas: Incaico. El paisaje grandioso Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, misterio y revelación de Machupicchu que la rodea realza la belleza de el valle, que en algunos sitios pasus templos, adoratorios, recin- rece que las paredes tendiesen a tos, patios y de sus innumera- juntarse. Ahí en ese laberinto de bles escalinatas que conectan crestas empinadas, los Incas los diferentes planos sobre las construyeron la majestuosa ciuque se levantan las construccio- dad pétrea de Machupicchu. En nes. realidad el declive es grandioso: Todo Machupicchu es una Entre Ollantaytambo (2,768 m.) exaltación a la piedra. En uno y Huadquiña (1,510 m.) hay una de sus sectores se aprecia un distancia de 44 Km. en línea recafloramiento rocoso que repre- ta, pero un desnivel de 1,258 m. senta algo así como un monu- El cañón de Machupicchu sirmento a los peñascos. ve de zona de transición entre el Por tanto, Machupicchu está valle qheswa de clima templado, y ubicado en zona cordillerana, el valle cálido o yunka. Por estas cubierta por vegetación selváti- mismas razones, el paisaje vegetal ca, o sea en los Andes Amazóni- también cambia al de “ceja de cos. Ha dado pábulo a otra hipó- montaña”. La temperatura media tesis: habrían constituido pues- anual, cambia apareciendo conseto de avanzada de los ejércitos cuentemente cultivos tropicales Incas en sus incursiones por la en el fondo del cañón, como: la alta amazonia próxima al Cuz- yuca, el plátano, papaya y la coca, co. Las escenas en los quero(s) o etc. Las paredes del cañón se envasos de madera policromados cuentran empapadas permanentede los siglos XVI y XVII, inci- mente por las lluvias y en ellas se den una y otra vez en el tema mantiene la humedad por las inque retrata enfrentamientos que tensas neblinas persistentes. En tenían lugar entre tropas incai- las grietas más estrechas surge la cas y combatientes selváticos o vegetación y, hasta los contrafuerchuncho(s). La Gran enciclope- tes más elevados se hallan cubierdia del Perú Lexus. tos por densa vegetación. AparePara Luis E. Valcárcel, Ma- ce una formación típicamente de chupicchu pudo ser Vitcos, la transición, denominada por los legendaria for taleza que custo- botánicos como “ceja de montadiaba Vilcabamba, atendiendo ña”, caracterizada por una riqueal parecido que presentan los za excepcional de especies y varievocables “Picchu” y “Vitcos” dades de plantas. Las laderas eso “Pitcos”. Luis Miguel Clave tán cubiertas de bosques, arbusy María Isabel Remy sostienen tos y matorrales, y una gran varieque Machupicchu correspon- dad de musgos, líquenes, helede al asentamiento Picho, men- chos, etc. Solamente en la zona de cionado en un antiguo docu- Machupicchu, el botánico César mento que hallaron en el Archi- Vargas llegó a coleccionar 75 difevo Histórico del Cuzco y que rentes especies de orquídeas por lo tanto habría estado ubi- El relativo aislamiento de Macado en los predios del sobera- chu Picchu y de los demás mono Pachacutec. numentos situados en el área del Desde Qoriwairachina hasta Vilcanota como: Huiñay HuayQolpani, el Cañón de Machupic- na, Sayaqmarca y Phuyupatachu toma características defini- marca, pudo ser la causa de que das y notables: paredes vertica- su existencia cayera en el olvido, les y elevadas, talladas en el duro y no que su existencia se mantugranito paleozoico (Marocco, viera en secreto. 1978) cuyas altitudes sobrepa- Machupicchu, al igual que los san los mil metros sobre el nivel demás centros arquitectónicos del río. Tan encajonado se halla de la zona está dotado de espaRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 89 Hugo A. Altamirano Vega Vista panorámica del Santuario Arqueológico de Machupicchu. cios aterrazados, destinados al cultivo. Estos proveían de alimentos y de coca a los residentes, es probable que también fueron utilizados para experimentos dirigidos a aclimatar cultígenos. Por lo expuesto, Machu Picchu y en general los munumentos en el área de Vilcabamba, pudieron haber sido levantados en el contexto de la necesidad que imperaba de ampliar la frontera agraria hacia zonas aún eriazas de los Andes Amazónicos. De esta manera la función de los centros arquitectónicos vilcabambinos debió ser eje de la administración de la producción agraria, fungiendo naturalmente también como santuarios, básicamente de ritos propiciatorios del agua o pluviomágicos y de imploraciones a la tierra cultivable venerada y simbolizada por la Pachamama. HIRAM BINGHAM Y ALBERT GIESECKE (1911) En 1910 el Dr. Albert Giesecke llegó al Rectorado de la Universidad del Cusco. Norteamericano progresista, fue promovido al cargo por el movimiento estudiantil. Entre las orientaciones que inspiró estuvo el ahondamiento de estudios incaístas. 90 Visitando haciendas de la Convención, escuchó en 1911 relatos certeros sobre las ruinas; y transmitió esta infor mación a Hiram Bingham, que preparaba en la Universidad de Yale (Estados Unidos) una expedición a la región del Vilcanota; Bingham, joven graduado en la referida universidad, ya había visitado el Cusco en 1909. Con esas referencias generales y los datos específicos de los guías de la región, el después famoso norteamericano llegó a las tan buscadas ruinas el 24 de julio del mismo año. Al año siguiente, la Universidad de Yale y la National Geographic Society dieron respaldo para iniciar la investigación con la venia entusiasta del Presidente del Perú, Augusto B. Leguía. Hiram Bingham buscaba los reductos de Vilcabamba la Vieja, y tuvo la propicia orientación de Alberto Giesecke, quien le puso en contacto con Don Braulio Polo y la Borda dueño de Man dor, quien co mu ni có a Bingham que en el cerro del frente a su hacienda existían notables muros de piedra y andenes, lugar donde solían pastar vacas y toros, en este primer intento de explorar el cañón del Urubamba tuvo el feliz desenlace del descubrimiento del complejo arqueológico en la zona de Machupicchu. Suceso que se mantuvo en secreto, hasta que Albert Giesecke que se encontraba en la ciudad de Lima, escribió una carta dirigida a José Gabriel Cosio fechada el 11 de noviembre de 1911 y con la mayor reser va hacía conocer el descubrimiento de Machupicchu. Ya posterior mente, y de regreso a los Estados Unidos dio una conferencia en la Sociedad Geográfica de Lima, confir mando su descubrimiento. Quedando por aclarar el destino de 4,900 piezas culturales de manufactura Inka, encontradas en el lugar, fueron llevadas a la Universidad de Yale el mismo año en calidad de préstamo para su estudio, la misma que fue autorizado por el gobierno de Augusto B. Leguía. Desde la primera visita de Hiram Bingham al Cusco, ambos per so na jes se man tu vieron en contacto en tor no a las posibilidades de colaboración inter–universitaria entre la Universidad de Yale y la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco —UNSAAC. Este intercambio no se limitó a la arqueología en la región.. En este sentido, las relaciones sociales y profesionales que tenía su distinguido compatriota Albert A. Giesecke en el ámbito cuzqueño, le facilitaron instrumental para avanzar primero, en el reconocimiento del lugar, luego para hallar el mismo lugar de Machupicchu y finalmente, para la espectacular y exhaustiva for ma como Hiram Bingham se arrogó la presentación inter nacional de Machupicchu. A pesar de haber estado próximos a celebrar el centenario de este “descubrimiento científico”, sin embargo, pocos recuerdan ya la par ticipación de Albert A. Giesecke en este hecho. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 USO Y CONSERVACIÓN DE MACHUPICCHU Jorge Miguel Zegarra Balcázar1 E l Patrimonio Cultural de la Nación, constituye nuestra herencia distintiva más preciada y que organiza la base más importante sobre las que se sostiene nuestra identidad cultural y que nos permite además, reco no cer nos en un pa sa do común. Son alrededor de 250 lugares en el mundo las que figuran en la “Lista del Patrimonio Mundial”, pero sólo 15 han sido cataloga1 dos como Patrimonios Culturales y Naturales, reconociéndoseles un valor universal excepcional, por lo que deben permanecer intactos para las futuras generaciones; uno de estos es el Santuario His tó ri co de Ma chu pic chu (SHM), ahora denominado Maravilla del Mundo siendo obligación moral, legal e histórica protegerlo. El Santuario Histórico de Machupicchu es una Unidad de Con- servación creada con el Decreto Supremo N° 001–61–AA del 8 de enero de 1981, por importantes especies de flora y fauna catalogadas como únicas en el mundo, en el que se ubican valiosos testimonios de la arquitectura y cultura inka conjugadas. El Patrimonio Cultural edificado del SHM, está compuesto por más de 35 grupos arqueológicos, enlazados por segmentos de la red del Qhapaq Ñan (Caminos Docente Principal de la Facultad de Arquitectura y Artes Plásticas. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 91 Jorge Miguel Zegarra Balcázar Inka) que parte del Cusco hacia el Antisuyo y que son diariamente visitados, estudiados y admirados por visitantes de todo el mundo, comprobando la irrebatible experiencia y desarrollo alcanzado por los antiguos peruanos. Es este uno de los más preciados Territorios Arqueológicos del Perú conformado por testimonios edificados militares, agrícolas y utilitarios siendo La Ciudad Inka de Machupicchu, una de las expresiones más elaboradas de la arquitectura en la cultura Andina y de su gran connotación religiosa como principal Centro Ceremonial Pre Hispánico, basado en una concepción mágico religiosa y la mayor y más representativa expresión de la cultura e identidad nacional actual. La configuración geográfica, el entorno natural y la estratégica ubicación de su arqueología, hacen del SHM una fusión de belleza, armonía y equilibrio entre la obra del antiguo peruano y el capricho de la naturaleza. Es precisamente esta última denominación de Maravilla del Mundo hace que el presente documento, pretenda facilitar una propuesta para coadyuvar a su adecuado uso y conservación, en la perspectiva de poseer la capacidad de controlar un considerable incremento de visitantes. ANTECEDENTES RESPECTO AL TURISMO Machupicchu es Santuario Histórico del Patrimonio Natural y Cultural de la Humanidad, está inscrito desde el año 1983 en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO; esta ciudad pre his pá ni ca o LLAQTA INKA y su entorno natural, representa una obra maestra del genio inventivo humano y aporta en testimonio único de la producción Cultural del Mundo Andino y en especial de la antigua civilización de los Inkas, que se asentó en el siglo XV y 92 que en nuestro tiempo se constituye como un extraordinario atractivo cultural, reconocido como Primer Destino Turístico del Perú desde el año 2005, por lo que es visitado por peruanos y extranjeros y que para la gestión del turismo tienen como actores vitales al MINCETUR, PROMPERU, DIRCETUR y el Gobierno Regional del Cusco. Al cons ti tuir se en Pri mer Destino Turístico del Perú, se ha presentado un incremento inicial en la visita turística hasta en un 30%. Ello ha generado la necesidad de adoptar una serie de acciones inmediatas como precaución en cuanto a su capacidad de carga que debe ser equilibrado mediante Planes de Manejo apropiados para la protección de este importante icono de la identidad nacional. PLANES ANTERIORES La UNESCO en octubre de 1997, a través de una primera misión compuesta por expertos de la Unión Internacional por la Conser vación de la Naturaleza y por ICONOS, que llegó al Perú con el objeto de evaluar el manejo y estado de la conser vación de Machupicchu, recomendando adoptar un Plan para Machupicchu y la Creación de la Unidad de Gestión, en efecto se for muló el Plan Maestro de Machupicchu que luego de ser revisado, se reveló la existencia entre otros de las siguientes debilidades. • El Plan Maestro no incluía un Plan de acción para su Implementación proyectos por realizar, ni cronograma de ejecución. (“Machupicchu” Auditorios de Gestión Ambiental y de Patrimonio Ambiental” Publicado el año 2005). • En el Plan Maestro no se definía los planes específicos por tipo de actividad y recursos necesarios. • No obstante, defender la ubicación en el distrito de Machupicchu Provincia de Urubamba departamento de Cusco, no se detallaba, ni el aspecto demográfico del citado Distrito, ni el de los pobladores que se encuentran asentados en su interior. • En el Plan Maestro, no se especificaba ni el contexto socio económico ni datos específicos acerca de las áreas críticas del Distrito de Machupicchu. • La Unidad de Gestión de Machupicchu se encargará de la gestión integral del Santuario y de dirigir la puesta en marcha de las estrategias contenidas en el Plan Maestro; funcionó temporalmente y recientemente se ha vuelto a instalar luego de más de un año de desactivación. En el año 1975 el Plan COPESCO dentro de sus funciones como entidad promotora del desarrollo turístico en el Eje Cusco – Puno, impulsó el desarrollo y la ejecución de la Puesta en Valor de Monumentos pero únicamente en función del Turismo Receptivo. Entre los años 1989 al 2003 se elaboró el “Plan de Ordenamiento Urbano” para el Centro Poblado de Aguas Calientes, pero este no llegó a validarse ni mucho menos a implementarse, por lo que no contempló el contexto de estar ubicado dentro de un territorio cultural y natural y su cercanía a la ciudad Inka de Machupicchu, donde se presentaban procesos propios de su dinámica. De otra parte la ausencia de un Plan de Desarrollo Turístico Nacional o Regional, no permitió entender los procesos propios que generaba el principal destino turístico del país. Actualmente se viene socializando el Plan de Desarrollo Turístico Regional, que tiene como uno de sus principales objetivos la conservación del patrimonio cultural y natural en con- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Uso y conservación de Machupicchu cordancia con la promoción y se tiene, etc. La planificación oferta turística. como ciencia, se desarrolla a par tir del pensamiento moder no, se origina como par te de DEFINICIONES otras ciencias, la planificación PRELIMINARES económica, administrativa y la PARQUE ARQUEOLÓGICO planificación física territorial, Habitualmente los Parques es en esta última en la que los Arqueológicos se interpretaban profesionales de la arquitectucomo territorios de protección, ra se han desempeñado tradigestión y proyección del patrimo- cionalmente. Sabemos que la realidad es nio arqueológico, sin embargo, se debe buscar procurar su formali- compleja por lo que todas las decización y seguridad jurídica, esta- siones territoriales tienen sus conbleciendo el funcionamiento y secuencias y sus motivaciones económicas, sociales, religiosas, usos respectivos. A ello se debe agregar el con- etc. son en última instancia relacepto de paisaje arqueológico que ciones de poder. también es un elemento de estudio que debe comunicarse, como PLANIFICACIÓN una expresión o aproximación de TRADICIONAL la historia, de las relaciones socia- • Planificación por objetivos les que se desarrollaron. Los Par- • Plan del equipo de planificaques Arqueológicos no solamención. te deben constituir muestrarios de objetos sino deben constituir- • Planteamientos deter minístise en una síntesis de las relaciones cos de los elementos y sociedades • Diagnóstico objetivo que actuaron y que actúan entre sí • Plan con una sola opción y es parte del valor identitario de • Se basa úni camen te en el los pueblos. cálculo técnico. Los Parques Arqueológicos deben incluir la protección y poten- • Considera actores como agenciación de los paisajes como patri- tes pasivos. monio e incluirlo dentro de otros • Teoría de control de un sistecontextos mayores para permitir ma. el manejo adecuado del territorio y constituirse en una alternativa PLANIFICACIÓN totalmente distinta de exposición ESTRATÉGICA o muestrario de carácter indivi- • Planificación que considera los dual–objetual, invitando a su per- problemas locales específicos. cepción, apreciación y accesibili• Plan del equipo de inicio y acdad, donde las gentes vivan, trabajen, etc. y por tanto su calidad de tores relacionados con el área vida debe estar asociada al desa- protegida. rrollo sostenido del mismo y don- • Previsiones que consideran la de los pobladores locales partici- gobernabilidad y la toma de decipen en estas tareas como actores siones. de la protección y gestión. • Diagnóstico situacional. • Plan con escenarios varias poLA PLANIFICACIÓN sibilidades. Es una de las acciones más comunes del ser humano, uno • Se basa en el cálculo técnico planifica como gastar el dine- político y de gestión. ro, como vestirse, como cons- • Considera actores con sus intruir, como conser var lo que tereses y recursos en juego. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 93 Jorge Miguel Zegarra Balcázar • Teoría de par ticipación en los recursos y en la distribución social y territorial de sus benefijuego. cios económicos, sociales y culturales. Por tanto el concepto desaPLANES MAESTROS PARA rrollo nos habla de equilibrio en PARQUES la distribución de la riqueza, autoARQUEOLÓGICOS El Plan Maestro para un Par- nomía en las decisiones y en mejoque Arqueológico o Territorio rar la calidad de vida. Cultural, es un documento técni- El patrimonio cultural y natuco normativo que tiene la finali- ral, es un recurso endógeno fundad de lograr y establecer un Plan damental para el desarrollo lode Gestión y/o manejo, para un cal. Este recurso debe ser conespacio temporal de aproximada- templado dentro del modelo del mente de 5 años, donde se consi- desarrollo sostenible, es decir, deran un conjunto de programas, que su uso, por una parte, no exproyectos y acciones orientados a cluya a la población local de su la conservación y puesta en valor disfrute, y por otra, no comprodel patrimonio cultural y natural. meta la posibilidad de las generaEl Plan Maestro prevé el dise- ciones venideras de satisfacer ño de un Modelo de Gestión del sus propias necesidades. La relación es evidente, la conParque Arqueológico y considera ser el compromiso de la participa- vación del patrimonio arquitección local institucional y de todos tónico, es uno de los campos dislos actores locales, con la finali- ciplinarios más conocidos y recodad de asegurar la implementa- nocidos por los arquitectos. “Lo ción de los proyectos identifica- que se va a conservar físicamente es la arquitectura”. dos, en la parte propositiva. El Plan Maestro está orientado a establecer la Tutela Cultural de PLAN DE CONTINGENCIA/ los objetos y recursos patrimonia- URGENCIA Plan de Contingencia: Identifiles existentes en el ámbito del P.A. con la finalidad de evitar la ca riesgos potenciales y establece pérdida, el deterioro y la posible acciones inmediatas y preventidesaparición del patrimonio cultu- vas, considera la participación de los actores involucrados. ral y natural. Plan de Urgencia: Identifica ries gos presentes; establece accioPLANES MAESTROS DE nes inmediatas, considera coordiPARQUES nación interinstitucional. ARQUEOLÓGICOS COMO MODELO DE DESARROLLO CONCEPTUALIZACIÓN El desarrollo no puede conceDEL PLAN birse sólo en términos de progreLa Propuesta se constituye so tecnológico y de crecimiento económico, sino más bien como en un Plan de Gestión del terriun conjunto de actividades que torio inmediato para el Santuagarantizan el bienestar de la pobla- rio Histórico de Machupicchu, ción, el fortalecimiento de los va- dentro del concepto de la ejeculores humanos y sociales que ción de un Plan de Manejo Conconstituyen su estrato más pro- certado, que deter minan acciofundo, asegurando la participa- nes de Emergencia consideranción efectiva de la población en do la unificación de esfuerzos su propio progreso y la apertura a conjuntos de entidades públicas y privadas, además de otros actolas demás culturas. El desarrollo sólo es posible si res involucrados en la conser vaes equilibrado en la utilización de ción del Patrimonio Cultural y 94 Natural del SHM que la lideran el INC–Cusco y el INRENA. En estas instancias es imperioso considerar el Manejo Territorial Macro identificado como el Área de Amortiguamiento del SHM y el Manejo Territorial Micro identificado como el propio Santuario Histórico de Machupicchu, como áreas protegidas jerarquizadas pero de influyente conflicto de la primera hacia la segunda. Se trata por tanto de proponer un manejo apropiado del SHM ante la problemática del incremento de visitantes y de las tendencias futuras que devendrían en contra de la preservación del patrimonio edificado y natural del SHM, considerando la ejecución de acciones inmediatas de una estricta regulación de visitantes. PROCESO METODOLÓGICO La metodología en el proceso de elaboración del Plan de Urgencia se basa en fases interrelacionadas entre sí; se apoya y utiliza instrumentos de la Planificación Estratégica que exige la participación de todos los componentes o actores involucrados, se considera también como un proceso analítico y dinámico en la lectura e interpretación del escenario y de cada uno de los contenidos especializados, todo ello dentro de un compromiso político institucional que garantice su manejo y ejecución. La Planificación Estratégica se concibe como instrumento que convoca la comunicación entre todos los actores sociales y compromete su participación y concertación respecto a los problemas y soluciones; tiene la finalidad de establecer alianzas de trabajo en función de las temporalidades, plazos u horizontes (corto, mediano y largo plazo). Se traduce en un proceso analítico e intercambio, relacionado a la estructuración y formulación de criterios, puesta en funcionamiento y operación de acciones y programas Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Uso y conservación de Machupicchu determinados y sobre todo con ciclos de retroalimentación y de evaluaciones permanentes. El Plan Maestro como Proceso de Gestión considera además de las competencias definidas por Ley, para el INC, la implementación de comités de coordinación que involucren a los principales actores del quehacer cultural regional para conseguir la implementación del plan y el desarrollo de la propuesta integral. La Gestión considera también el aspecto financiero que permitirá la ejecución e implementación de la propuesta del Plan Maestro. Como documento Normativo el Plan contempla la elaboración de aspectos definidos a la regulación de usos de suelo de acuerdo a la zonificación y a los sectores de protección y de tratamiento, así como la necesidad de elaborar reglamentos específicos, principalmente aquel que regule las construcciones, el desarrollo urbano y sirva como instrumento de tutela para el Centro Poblado. UBICACIÓN DEL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHUPICCHU Está ubicado en el Distrito de Machupicchu, Provincia de Urubamba, Región Cusco (PERÚ), abarca una extensión de 32 592 hectáreas. Está delimitado por las cumbres de la Cadena de Nevados de la Verónica a 5,750 m.s.n.m., baja por inconstantes cuchillas hasta Salupunku (km.83.50 línea férrea Cusco–Hidroeléctrica), sigue junto al río Vilcanota hasta Q’oriwayrach]na km. 88, donde cruza y toma el curso del río Cusichaca dando vuelta a la Cadena de Nevados del Sal kan tay a 6,271 m.s.n.m., desde donde sigue el curso del río Aobamba alcanzando al Vilcanota en el km. 122.50 para tomar nuevamente la Cadena de Nevados la Verónica esta vez cerca del Abra de Málaga. (D.S. No. 001–81–AA). PROPUESTA DEL PLAN TERRITORIAL DE URGENCIA DEL SHM ÁMBITO DE ESTUDIO E IDENTIFICACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA Se ha estimado y priorizado los problemas actuales que se tienen que resolver, mirando el futuro inmediato, y que se identifican como los factores principales de deterioro del monumento, para lo cual, se toma en cuenta el diagnóstico del Plan Maestro del Santuario Histórico de Machupicchu, y el estudio objetivo, en cuanto a un resumen de la problemática puntual a resolver y su posible solución en los siguientes aspectos: • Incremento y aspiración de intereses en el uso y abuso del monumento decepcionado en la impresión de no haber coordinaciones interinstitucionales entre las entidades involucradas en el manejo del Santuario Histórico de Machupicchu. • Inexactitud de la identificación e insuficiente monitoreo de los accesos al SHM. • Insuficiencia y carencia de Ser vicios de Infor mación general y específicos de cada zona del santuario (historia, funciones, descubrimiento, etc.), de Señalización adecuada, Ser vicios Higiénicos, de Seguridad, de auxilio y atención médica básica para el visitante. • Congestión en temporadas de alta visita al ingreso, salida y estadía al interior del Monumento. • Carencia de rutas alternas que reduzcan nodos conflictivos dentro del monumento, durante el recorrido y la estadía de los visitantes en temporadas altas. • Limitadas rutas para la evacuación de los visitantes hacia otros sectores de atractivo. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 95 Jorge Miguel Zegarra Balcázar • Inexistencia de seguimiento y actualización de estudios e identificación de capacidad de carga del Camino Inka y de la Ciudad Inka de Machupicchu. • Insuficiente protección de elementos monolíticos de calzadas en los monumentos del Camino Inka y en la Ciudad Inka. • Carencia de imagen y presencia Institucional en las Casetas de Control de Acceso, Red de Caminos Inka y Monumento principal. • Insuficiente preparación de los Guías de Turismo particulares en estudios históricos e intervenciones restaurativas fidedignas. • Limitada reglamentación y difusión de los procedimientos existentes en cuanto a condiciones de visita al SHM y al mismo monumento de la Ciudad Inka. • Carencia de Legislación para la circulación de Buses por la carretera Hiram Bingham desde el centro poblado de Aguas Calientes a la Ciudad Inka de Machupicchu, así como la reciente ruta del tramo Santa Teresa Hidroeléctrica; por la construcción del puente de Carrilluchayoc que genera acceso incontrolado a la ciudad Inka de Machupicchu por Aguas Calientes. OBJETIVOS OBJETIVO GENERAL Plantear acciones de emergencia de inmediato y mediano plazo como previsión de la perspectiva de que Machupicchu, monumento emblema de iden ti dad na cio nal pe rua na, no corra el riesgo extremo de deterioro descontrolado por el incremento y la presencia de mayor cantidad de visitantes que podrían sobrepasar los parámetros de capacidad de carga estimados en 2,500 personas en un mismo tiempo duran96 te las épocas de alta implementando estrategias de control de ac ce so y es ta día, el me jo ramiento de la presentación del mo nu men to y los ser vi cios por su vista, sin desmedro de su protección y conser vación, que como legado histórico de nuestros ancestros, posibilite la reafir mación de la identidad nacional asumiendo la responsabilidad de buscar perennizarlo para las generaciones futuras. OBJETIVOS ESPECÍFICOS • Lograr la concertación de criterios entre los actores de la promoción y difusión turística del SHM con la entidad rectora y protectora del monumento. • Perfeccionar el sistema de horarios y control de ingreso y salida diferenciados, para lograr una eficaz circulación y un mejor manejo del flujo turístico de visita y estadía en los diferentes sectores del monumento, al que se supeditarán los provenientes del Camino Inka, Vía Férrea y carretera Hiram Bingham, en función a la capacidad de carga estimada en el Plan Maestro del SHM. • Diseñar circuitos de recorridos y salidas alternas con tiempos de estadía estudiados, diversificándolas hacia otros sectores de interés cultural y natural alrededor del monumento para lograr descongestionar nodos críticos de grandes grupos de visitantes. • Mejorar y ampliar el Sistema de Señalización de circuitos e información identificando alternativas de solución para la protección de elementos líticos de estructuras y calzadas de inevitable circulación. • Capacitar al personal del INC y a los Guías de Turismo sobre la historia cronología, investigaciones e intervenciones fidedignas Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Uso y conservación de Machupicchu del SHM, para conseguir excelente imagen y presencia institucional y lograr una mejor presentación del monumento. ACCIONES La Propuesta se constituye en los siguientes puntos específicos: 1. Consensuar acciones de urgencia conjuntas y participativas entre el INC–Cusco, Municipalidad de Machupicchu, INRENA, Perú Rail, CONSETUR, DIRCETUR y Gobierno Regional, mediante el diálogo y la planificación, el reconocimiento y la reafirmación de roles y funciones inherentes de cada una de ellas. 2. Implementar y/o mejorar la infraestructura de Casetas de Control de ingreso y pernocte de personal del INC y PNP en: • El Poblado de Mollepata. • Soraipampa • Poblado de Guayllabamba. • Po bla do de Pis ca cu cho Km 82. • Qorihuayrachina km. 88. • Chachabamba km. 104. 3. Implementar y/o mejorar los servicios indispensables en las Casetas de Control de ingreso, y en puntos estratégicos dentro de las diferentes rutas del Camino Inka, en cuanto a: • Información fidedigna a todo nivel (Casetas, rutas, monumentos, altitudes, distancias y tiempos de caminata, campamentos, etc.). • Servicios higiénicos (inodoros, lavatorios, duchas y/o bebederos). • Servicio Médico y de primeros auxilios. • Garantía de Seguridad en todas las rutas de los Caminos Inka. • Sistema de Señalización e información general y específica. 4. En las vías de acceso —Línea Férrea y Carretera Hiram Bingham— se debe monitorear y nor malizar frecuencias, intensidad y cantidades de unidades de transporte y visitantes que acceden (coches desde Cusco, Poroy y Ollantaytambo – Buses desde Aguas Calientes) estableciendo horarios de salida y retorno, de acuerdo a la capacidad de carga de la Red de Caminos Inka y del Monumento destino del SHM. 5.) Identificar y determinar los accesos y salidas diferenciadas. . Ingreso único • Por el Sector del estacionamiento de Buses – Caseta de Control actual. • Salida de Habilitación inmediata (Camino Inka) • Plataforma del Sector de las Qolqas – Caseta de Control Actual. • Salida de Habilitación a Corto Plazo (Camino Inka) • Por el Sector de las Qolqas – Estacionamiento de Buses. • Salida – Ingreso de Habilitación a Mediano Plazo (Camino Inka) • Por el Sector del Templo del Condor – Andenes al Este – Museo de Sitio. • Sec tor de los ka llan cas – Andenes al Este – Museo de Sitio. • Salida de Habilitación a Largo Plazo (Camino Inka) • Waynapicchu – Templo de la Luna – Museo de Sitio. 6.) Establecer Tiempos de Estadía Total y Parcial de la siguiente forma. • Estadía de Visita de tiempo total = 3 horas. • Estadías de Visita de tiempos parciales. • Caseta de Ingreso = Solo de paso. • Andenes del Sector Agrícola Alto = Solo de paso • Puerta de Acceso Original = Solo de paso • Anden de límites del Sector Agrícola = Solo de paso Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 97 Jorge Miguel Zegarra Balcázar • Vía de las Fuentes – Torreón – Tumba Real = 5 minutos. • Plaza Sagrada – Intihuatana = 5 minutos • Casa del Guardián – Cementerio = 15 minutos. • Andenes del lado Suroeste = 10 minutos • Camino al Puente Inka = 10 minutos • Canteras del lado Este = Solo de paso • Sector de 3 Portadas–Morteros–Templo del Cóndor = 10 minutos • Andenes del Sector agrícola Bajo = 10 minutos • Sector de las Qolqas = 10 minutos • Plaza Secundaria Norte = 30 minutos 7) Acciones Complementarias que necesitan la elaboración de proyectos. • Señalética de circuitos, de los diferentes sectores de permanencia e información en general. • Propuesta de tres alternativas de circuitos de visita, en un solo sentido y sin retorno por el mismo. • Protección de elementos líticos en las superficies de calzada inevitables (gradas de madera sin contacto con dichos elementos, superficies sintéticas sin adherencia u obligatoriedad de zapatos con suela de goma). • Mejorar la imagen y presencia institucional del personal del INC • Dotación de vestimenta apropiada y de identificación del personal profesional, técnico, obrero y administrativo que labora al interior del todo el SHM. • Capacitación del personal administrativo, de control anfitriones y vigilantes) sobre los tipos de circuitos, trato al visitante y cumplimiento de reglamen98 to de visita para la protección del monumento. • Capacitación en información histórica fidedigna. Idiomas, primeros auxilios, rescate y evacuación en riesgos de derrumbe e incendios. • Sensibilización al personal profesional, técnico, obrero y administrativo, para elevar la identidad e identificación para con el monumento y la institución mediante Cursos de Capacitación. • Capacitación del Personal de Guía Turística Particular. • Sobre reglamentos, tipos de circuitos, trato al visitante y cumplimiento del reglamento de vi si ta y com por ta mien to para la protección del monumento. • Implementación de indumentaria adecuada. • Capacitación en Cursos de Historia fidedignas, investigaciones e intervenciones restaurativas y de mantenimiento recientes del INC–Cusco. 8.) Desconcentración de nodos críticos en la ciudad Inka, me dian te Cir cui tos Alter nos con destino a otros sectores de igual interés cultural y paisajístico dentro del monumento principal, estableciendo a la vez, áreas estratégicas de miradores que eviten la contracción de sectores críticos como la Vía de las Fuentes, Tumba Real, Recintos del Inka. • Circuito hacia el Intipunku • Circuito hacia la Montaña Machupicchu • Circuito hacia el Puente Inka • Circuito hacia el Waynapicchu • Circuito hacia el Templo de la Luna • Circuito hacia el lado Este, por los andenes, fuentes, camino Inka plataformas y recintos. 9.) Difusión a nivel local, nacional e internacional (mediante el Internet) sobre los horarios de ingreso y salida, los medios de transporte disponibles, los circuitos de recorrido, lugar de solicitud de reser vas, venta de boletos, reglamentos de visita, etc. con la finalidad de otorgar al visitante toda la infor mación necesaria antes de su arribo al monumento, evitando conflictos o demoras por falta de infor mación previa. BIBLIOGRAFÍA —MACHUPICCHU. Au di to rios de Ges tión Ambiental y de Patrimonio Cultural Contraloría General de la República. —MACHUPICCHU. So cie dad e Iden ti dad. INC–Cusco. 2005. —PLAN MAE STRO DEL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHUPICCHU. INC–Cusco – INRENA. 2006. —PLAN MAE STRO DEL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE SAQSAYWAMAN. INC– Cusco. 2005. —DE LAS SACERDOTIZAS, BRUJAS Y ADIVINOS DE MACHUPICCHU. Marino Orlando Sánchez Macedo. 1989. —MANUAL PARA EL MANEJO DE SITIOS DEL PATRIMONIO CULTURAL MUNDIAL. Bernard M. Fal den – Juk ka Jo kleh to. ICCM – UNESCO–ICOMOS. —MACHU PICCHU, ANTOLOGÍA. Ediciones de la Comisión Nacional de Cultura, Casa de la Cultura del Perú. Lima. Buse de la Guerra, Herman 1963 Espinoza Soriano, Waldemar. —LAS LLACTAS EN EL IMPERIO INCAICO, en XI Congreso Peruano del Hombre y la Cultura Andina “August Cardich”. Actas y Trabajos. Pp 362–372. 1997. —MACHU PICCHU. Editorial Universitaria de Buenos Aires. 104 pp Valcárcel, Luis E. 1968. —ESTUDIOS ACERCA DE LA CONSTRUCCIÓN, ARQUITECTURA Y PLANEAMIENTO INCAS. Cámara Peruana de la Construcción, Lima Augusto Calvo, Santiago 1987. —CUSCO MIO, CUSCO SIEMPRE. Edit. Universitaria UNSAAC, Cusco. Alatrista Bustamante, Germán 1987. —HISTORIA DEL CUSCO. Industrial Gráfica S.A., tomos I y II, Lima Víctor Angles Vargas, 1983/1979. —EXPLORATIONS IN PERU. In Nacional Geographic Magazine, April 1912, Washington DC Bingham, Hiram 1912. —ANTROPOLOGÍA DEL TURISMO. Tinkuy, serie mimeográfica, publicación interna para la UNSAAC. Centro de Estudios Andinos Cuzco. 1977. — CUSCO: CIUDAD HISTÓRICA: Continuidad y Cambio. Edit. E Imprenta DESA, De Azevedo, Pablo Ormindo David. 1982. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 MACHUPICCHU1 Jorge Cornejo Bouroncle La fama de este grupo de ruinas se extiende cada día más y no sin razón, pues, no es únicamente la belleza de sus construcciones y el paisaje cautivante y embrujado que de aquellas cimas es dable contemplar, es, también, el misterio y el sortilegio de la leyenda encantada que se envuelve en estas piedras enig máticas y, contradictoriamente, para algunas almas, elocuentes y sabias. Ningún cronista de la conquista, ni de la colonia, refiérese a estas ruinas precisamente, ni a las casi in me dia tas de Puyu–pata–marca, Sayac–marca y Huiñay–huaina, denominaciones modernas que se les ha dado al ser descubier tas después de un sueño de cuatro siglos, en que las envolvió, poco a poco, la vegetación y se escondieron en la maraña del bosque. Varios de estos nombres se han tomado de los lugares o cerros en que se hallan. Todos estos grupos de construcciones, algunas completamente inexplicables, dadas las for mas arquitectónicas y su disposición particular y general, están unidos por una perfecta red de caminos y otras sendas penetran en el bosque y se pierden, así, en el misterio. A dónde van?, a qué santuarios, a qué ciudades o a qué inexplicables construcciones nos lle- 1 Publicado en la Revista del Museo e Instituto Arqueológico N° 19 Universidad Nacional del Cuzco, de Julio de 1961 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 99 Jorge Cornejo Bouroncle varían si pacientemente limpiamos las malezas y nos adentramos por ellos? Leyendas hay de ciudades de oro, de adoratorios cerrados por los siglos, caminos intencionalmente cortados en lo más abrupto de los roquedales andinos, en medio de las nieves perpetuas de los Andes majestuosos y bellos. Quizá un día nos venga la noticia de sensacionales hallazgos por exploradores y aventureros atraídos por las riquezas de la fama. Los caminos están ahí, sólo hay que seguirlos penosamente por las sierras y las selvas… Parece que varias de estas viejas construcciones, presentan restos de épocas diferentes, es decir, que al comienzo debieran haber sido santuarios de pueblos muy primitivos, construcciones toscas que, después, se mejoraron con los progresos de la cultura, en un andar de siglos. De ahí, también, la posibilidad de varios nombres, algunos agregados de palabras para señalar su prioridad: “viejo, vieja”. La propia capital del Imperio, el Cuzco, presenta construcciones de épocas diferentes, e indiscutiblemente restos de culturas milenarias, posiblemente, de varios milenios antes de Cristo. De ahí confusiones y contradicciones, pero, en el fondo existe la prueba efectiva de que aquí, en el viejo Perú, florecieron civilizaciones muy antiguas, que los siglos aventaron en el misterio del tiempo y de las que sólo quedan ruinas imponentes y sagradas. Por aquí pasaron colonos atlantes? De qué pueblos son las más viejas ruinas del Cuzco, Tiahuanaco, Pucará? Qué objeto pudo tener la construcción de la gigantesca for taleza de Sacsayhuamán, hecha para defenderse de ar mas más poderosas aún que la bomba atómica moderna? Quedan pruebas plenas de la sabiduría de los gobiernos antiguos del Perú, de modo que no hay expli100 cación de haberse hecho trabajo tan enor me, en muchos años de constante labor pesada y difícil, ya que sólo se contaban con instrumentos muy relativos para el labrado y colocación de moles que se calculan hasta en 200 toneladas cada una y para defenderse de ar mas de poder ofensivo muy pequeño: piedras arrojadas y flechas. Aquí hay un misterio que se arrastra en la obscuridad de muchos siglos; quince o veinte mil años, debieron necesitar de evolución los hombres que hi cie ron esas ma ravi llas. Exageración? No parece cuando se estudian y contemplan con calma estas piedras enigmáticas y los problemas que de ellas derivan. “Piedras del Cuzco, aguas de Xochimilco”, exclamaba el gran poeta José Santos Chocano. Machupicchu, queda a 120 kilómetros de ferrocarril del Cuzco, en lo alto del célebre cañón del Urubamba, por cuyo fondo corre bullicioso y soberbio el río sagrado de los Incas, el Willcamayo o Willcanuta. Del fondo del valle, de la estación ferroviaria, llena de húmedo calor de trópico, se asciende por una carretera que tendrá unos ocho kilómetros, venciendo una altura de aproximadamente 900 metros. Antes de que el ferrocarril llegara hasta los pies de esas montañas, se ascendía por el lado de San Miguel, cuyo puente se ve perfectamente, desde lo alto de las ruinas. La ascensión era muy difícil y llena de peligros, había que usar escaleras y cables y tener gran cuidado por las muchas víboras que infestan esa región de so la da. Des pués de 1910, en que las ruinas fueron limpiadas y estudiadas por la expedición de la Universidad de Yale, que las descubrió al mundo civilizado, se construyó un camino de herradura peligroso y agrio y ahora que el turismo aumenta atraído por la fama de las ruinas y por el embrujo del paisaje inolvidable, se ha construido una carretera y existe un magnífico hotel para quienes desean pasar una tarde, una noche y un amanecer en esos parajes de indescriptible y salvaje belleza, paisajes que hablarán, después, con suprema nostalgia, a lo largo de todos los nuevos días de la vida, pues, una vez contemplados ya jamás se olvidarán y su recuerdo persiste en nuestras mentes al correr de los años, como prestigiado por la distancia, la altura y el misterio. Al beso de la luna, esos parajes son de una belleza anonadante y única. Allí en esas alturas encerradas por un cinturón de bosques y montañas imponentes, por cuyo fondo ruge el río, que se interna a los llanos amazónicos, como gigantesca serpiente de plata que lentejuelea a los rayos del sol, se hallan las múltiples construcciones de este santuario de los Incas: templos, palacios, barrios residenciales de sacerdotisas y alojamientos de peregrinos, torreones de obser vación e ignoradas ceremonias y cultos, oráculos ofídicos, altares de sacrificios a dioses que se fueron, hace siglos, envueltos en el enigma del tiempo her mético; pequeños estanques, pozas para abluciones sagradas y purificadoras, escalinatas de centenares de gradas, relojes de sol, sepulcros secretos y necrópolis subterráneas. Todo está allí, después de los centenares de años en que el tiempo lo fue embelleciendo con la pátina de los siglos. Y, todo, habla y canta en el eco de nuestras almas; hay allí una enor me sinfonía de luz, de supremo embelezo, de arcano; de cambiantes colores, de matices increíbles; trompetería de rayos y relámpagos que se repiten tronando de cumbre en cumbre hasta perderse en el confín remoto. Parece asistirse a los primeros años del mundo; así sería Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machupicchu el Sinaí de Moisés. Realmente, allí el alma penetra en un mundo que no es en el que vivimos todos los días, se comprende, entonces, por qué esos hombres pudieron haber elevado esas construcciones en tan abrupta región. Eran seres que tenían cultura muy alta o muy honda, sentido muy desarrollado, raigambre telúrica enraizada en el cos mos; eran ellos mis mos —así se sentirían— parte del misterio del rodar de los mundos en los espacios infinitos y eternos. Los egipcios morían, aspiraban a conser var simplemente sus cadáveres en la eternidad de los años; los peruanos no morían, simplemente cambiaban de for ma por eso construían para siempre. Los conquistadores blancos, por su ignorancia, no cuidaron de penetrar en la filosofía del alma peruana, fruto de su medio telúrico, de allí que a nosotros nos sea imposible comprender su sentido; todo ella ahora está casi perdido, abrumado por el palpitar importado de Europa. Sólo poniendo sinceramente el corazón al lado de la tierra nuestra, tal vez, pudiéramos, alguna vez, llegar a comprender el misterio de estas construcciones, el alma de estos montes, la filosofía de los hombres de entonces. La tradición dice que ese fue un santuario dedicado a la fecunda “mama quilla” —la luna—, diosa femenina que tenía muchos templos para su culto y a la cual le estaba destinada, como ofrenda, la blanca plata de las minas andinas. Mucho de esto debe ser cierto, pues, los osteólogos que han estudiado los restos humanos allí encontrados, dicen que casi en su absoluta totalidad pertenecen a mujeres, es decir, a sacerdotisas y peregrinas que allí morían. Todos los sepulcros importantes fueron encontrados va- cíos y los templos abandonados de sus ignorados dioses, los que emigraron hace ya tantos siglos a escondidos santuarios. Al ascenderse a Huaynapicchu, el cerro fortaleza que domina Machupicchu, se encontraron las habitaciones con una “pirca” de piedras menudas en las puertas y rociadas de ceniza, costumbre que tenían los peruanos antiguos para señalar que no se penetrara a esos recintos, porque sus dueños se ausentaban, pero, que volverían. Ma chu pic chu —ce rro viejo— está unido a Huaynapicchu —cerro joven— por un desfiladero muy angosto y peligroso, camino nuevo, pues, la comunicación —si existía— entre estos dos grupos de construcciones, no ha sido hallada aún: quizá si fue subterránea, pues, existen algunos túneles de esa época, labrados en roca viva, que no hacen im po si ble la sos pe cha. Huaynapicchu parece ser la fortaleza destinada a resguardar el santuario que domina y como ocupada por varones y dado el sentido mítico del lugar, hay quienes creen que, realmente, no existió comunicación pública con Machupicchu. En las faldas de Huaynapicchu, se han des cu bier to mag ní fi cas construcciones aisladas, similares a las de Machupicchu y el camino se extiende hacia la región del puente de San Miguel, por donde sería el punto de acceso. En este cerro, todo cubierto de espeso bosque, nidal de serpientes venenosas, nada se ha hecho aún por descubrir for malmente lo que la maraña esconde. Sin embargo, la labor no es difícil. El camino incaico viene de las alturas y la puerta de acceso a Machupicchu, queda, pues, en la región más alta unida al macizo de la cadena andina. Luego se hallan una serie de habitaciones pe que ñas, po si ble men te, destinadas al alojamiento de pe- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 101 Jorge Cornejo Bouroncle regrinos, tal vez, sólo mujeres. sin ninguna dificultad, por el Próximas a esos alojamientos lado interno del torreón, son hay unas construcciones mucho como gavetas. Se afir ma y así pamás finas y delicadas en la labor rece, que allí eran los nidos de víarquitectónica, de for mas capri- boras sagradas y que el oráculo chosas y raras, sobre todo para determinaría su significado senosotros que ignoramos las ce- gún el orificio por donde apareremonias y el sentido religioso cieran las serpientes. Ahora esas de ellas; para nosotros que las vi- piedras huecas han sido obstruimos con otra alma. La gente ha das y ya no se pueden retirar fádado nombres a esas construc- cilmente, como antes. Al centro ciones como ha querido: el pala- del templo circular o torreón cio del jefe, el de la ñusta, el to- que hemos señalado, queda una rreón, etc. Hay algunos edificios roca emergente, roca que, poside dos pisos por un lado y de blemente, recibía algún culto, uno por el opuesto, en razón de pues, como afir mamos otra vez la for ma del terreno. Algunas de los antiguos peruanos tenían esestas construcciones están co- pecial respeto por las rocas, a las municadas, otras aisladas. Se no- que es ta ban uni das mu chas tan en las principales —proba- creencias y mitos de su religión. blemente templos— unos ni- Debajo de este templo circular chos o alacenas interiores, desti- u oráculo ofídico, quedan unas nadas a ídolos y ofrendas. Sobre- tumbas regias, con grandes nisalen de las paredes unos clavos chos vacíos, destinados segurade piedra redondos y cuadrangu- mente a la conser vación de molares, donde se colgarían telas, mias de especial y sagrado valor. quipus, ofrendas. Los techos Sobre las pozas de aguas purifieran su ma men te in cli na dos cadoras, hay otra construcción para facilitar el deslizamiento de abierta por un lado, especie de las aguas pluviales; estos techos mirador, terraza o belvedere, eran de paja, puesta sobre tablo- pero seguramente templo para nes y sujeta con sogas -cables- la realización de ignoradas prácde mimbres o cueros, a los cla- ticas culturales. Las graderías vos de piedra que se pueden ver son muchas y muy bellas, alguaún en la parte externa de los nas labradas en roca viva. Se mojinetes. Cuando nosotros vi- pasa luego a lo que los arqueólositamos por primera vez las rui- gos han denominado el barrio nas, en 1928, encontramos que de los templos: allí están el de los muros que no estaban desti-“las tres ventanas”, por donde nados a ser cubiertos con te- se mira a la gran plaza central; inchos de paja, llevaban unas de- mediato al “templo principal”, fensas sobresalientes de lozas de for ma elemental, pero muy de piedra pizarra para resguar- bella, de paredes magníficas y darlos de la acción de las lluvias. en su fondo una especie de altar De este primer grupo de cons- de piedra; en las paredes existen trucciones, se señala especial- varios nichos y sobresalen clamente, por su for ma el torreón vos de piedra, como en los del oráculo. Hacia la parte que otros. Saliendo de este templo, a da a unos pozos de abluciones la vuelta, queda otra construcpurificadoras, queda una como ción parecida y una serie de peventana de for ma muy rara, en queñas, largas, estrechas, altas, ella se notan unos orificios a los etc. salas de muy difícil explicalados y en la parte inferior y esos ción sobre su posible destino. canales van hacia el interior de Allí la prudencia aconseja admiunas piedras huecas, que, noso- rar la obra enor me, gigantesca, tros, entonces; pudimos retirar de los arquitectos indios, más 102 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machupicchu que tratar de comprender el detalle de su objeto dentro de las prácticas de un culto que sólo conocemos muy superficialmente. Por torcida gradería, se asciende a la parte más saliente y elevada de este barrio. Allí hay otras enigmáticas construcciones y al centro, en lo más empinado, está una roca labrada, destinada a los sacrificios, a la que comúnmente se denomina “intihuatana”, es decir, un reloj de sol. Esta piedra estaba encerrada por paredes, cuyos vestigios aún se notan claramente y que, por lo tanto, impedirían el que se pudiera medir la dirección de la sombra de la arista central, destinada, en realidad, parece que al cuello de las llamas o vicuñas sacrificadas a los dioses antiguos. De esta parte, se pueden contemplar los muchísimos andenes que descienden hasta el río, que de allí se divisa como una angosta faja de plata. Al frente se yergue la fortaleza vigilante de Huaynapicchu, unida por una angosta garganta. Saliendo del valle, poco antes de estar a la altura de Machupicchu, desde un lugar del cual se divisan las construcciones en lo alto de las montañas, a la izquierda de la carretera, existe otra “intihuatana”, que hemos fotografiado. La gente del lugar dice y asegura que cuando se hacen tocar a esta piedra objetos metálicos, se oye en la otra intihuatana de Machupicchu. Es decir, que se trataría de una especie de telégrafo inalámbrico. En la costa se habla, también de “cerros campana”, con características parecidas. Hemos leído datos sobre el particular, de hechos ocurridos u obser vados en las provincias de Canchis y Canas, por lo que creemos valdría la pena hacerse una investigación de lo que de verdad pueda existir. En Ma chu pic chu, des cendiendo por las callejas en gradería, se llega a la plaza central, que divide la ciudad, en dos grandes sectores. Atravesada esta plaza, se ven los andenes que a ella dan y luego las ventanas de construcciones dedicadas a otras deidades y los aposentos de las sacerdotisas y gentes de ser vicio. Este sector está encerrado por una muralla y tiene una única puerta de acceso, a cuyos costados, se puede ver aún el sistema de cerrarla. Un dédalo de salas, corredores, habitaciones, etc. que no pueden tener para nosotros explicaciones precisas y determinadas. En una de esas habitaciones, en el suelo, existían dos morteros de piedra, que, tal vez, ello indicaría que ese era el lugar donde se preparaban o molían ciertos vegetales destinados a las prácticas curativas y mágicas. Más abajo, quedan muchos andenes y lugares pedregosos y roquedales, destinados a cementerios, pues, los incas no hacían sus necrópolis en lugares posibles de utilizarse en la agricultura, lo que hace deducir que no obstante el inteligente trabajo de todas las tierras laborables y la construcción de andenerías y canales de regadío, ya las tierras eran pocas para la enor me población del Tahuantinsuyo, la misma que pasada la conquista, disminuyó en muchos millones de habitantes. Si tuviéramos que hacer de este santuario una descripción arqueológica, detallada y erudita, nos parece que resultaría muy cansada y al final nada explicativa. Ello queda para estudios de otra índole, que nosotros no queremos intencionalmen te ni to car, ni abar car, pues, con ven ci dos es ta mos que aquí no queda sino admirar y tratar de penetrar, a la comprensión, en conjunto, de todo el sentido global de los hombres que construyeron estos lujos de arte en las cumbres elevadas de los Andes. El fon do de esas creen cias, el Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 103 Jorge Cornejo Bouroncle alma de esos mitos, que inspiraron estos alardes de dominio de la materia, del espacio y de la for ma, son problemas en los que la razón nuestra quisiera penetrar, pero, que ante la pobreza de datos cier tos y seguros, ante lo anonadante del paisaje y de la filosofía profunda que de él surge, preferimos admirar y soñar ante el enigma insondable de estos parajes de ensueño y de misterio; atalayas del ayer remoto, cimas altaneras cercanas al cielo, don de sólo anidan las águilas y los cóndores, que recor tan sus siluetas libres en el fondo inefable de los espacios infinitos, donde se pierde la luz de nuestra mirada y los límites de nuestra inteligencia. Arqui tec tó ni ca men te, Machupicchu y los otros grupos de construcciones citadas, per tenecen al sistema y a la for ma incásica. Los restos de cerámica y textilia encontrados y sacados de las tumbas, son también, incas. Los objetos de metal, son igualmente del mismo pe río do cul tu ral. De modo que sí se puede afir mar que estos santuarios datan, en su apogeo, de los siglos en que dominaron y civilizaron estas tierras los sabios y altivos señores del Cuzco, los incas del Tahuantinsuyo. Las bases más viejas, se pierden ya en lo inson da ble de ig no ra dos mi lenios. Los incas sólo reestructuraron, reunieron y mejoraron, la tradición de culturas primigenias. Más allá, siguiendo el camino a los valles de Willcabamba —pam pa sa gra da— exis ten otros grupos de ruinas, algunos muy pocos conocidos y otros, seguramente, totalmente ignorados todavía. Esa región “tampu” fue el último refugio de los Incas y allí se mantu vie ron sus des cen dien tes por cerca de 40 años, sin reco104 nocer la autoridad de los conquistadores blancos. En el fondo de esos valles misteriosos, más lejos de Vitcos y Rosaspata, deben hallarse los santuarios escondidos, donde duer men la noche del tiempo, los dioses que un día emigraron de Machupicchu; allí están, rodeados de las momias de sus sacerdotes, del alma de su raza y de los tesoros que la fe de los hombres les legaron. Se afir ma que los conquistadores españoles, no conocieron estos santuarios de Willcamayo. Dícese que las ajllas, las vírgenes del sol, las vestales que conser vaban el fuego sagrado en el Ccoricancha, a la proximidad de los blancos al Cuzco, fueron llevadas a esconderlas en estos nidos de cóndores y que allí se fueron extinguiendo, una a una, sin que jamás ojos de blanco las profanaran. Si los españoles en 300 años de dominación no pudieron conocer estos lugares sagrados y escondidos por bosques y elevadas montañas, no obstante la sed de oro que les dominaba, por qué dudar de que los santuarios de los últimos incas, los templos y ciudades de los Antis, se hallen aún dur miendo en el seno de los bosques seculares que no hemos penetrado todavía, ni en lo alto de montañas que jamás han sido exploradas? Estamos, quizá, si sólo en medio camino; nos falta la par te más llena de sorpresas y por lo tanto, la que más cautiva y atrae, por lo ignorada y enigmática. Es bueno recordar, que muchos años después de conocida y visitada Ma chu pic chu, la ca sua li dad hizo que la expedición Wenner Green, que seguía el camino a Pu yu pa ta–mar ca, hi cie ra limpiar el bos que y sur gie ra, como por encanto, la bella Huiñayhuaina, la misma que se halla unos 20 kilómetros antes de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machupicchu Machupicchu, lugar traficado constantemente desde hace siglos. Al publicar nuestro ar tículo sobre Quispe Tito, el Cahuide de Lorente2, escribimos en una nota: “Mar canay parece ser el nombre de la ciudad o santuario que hoy designamos por Machupicchu, tomándolo del cerro donde se hallan ubicadas las famosas ruinas. Hiram Bing ham, su descubridor al mundo, fundándose en párrafos de las Crónicas del Padre Calancha, dice que el nombre de la misteriosa ciudad era el de Vilcabamba Vieja o la Vieja y que desempeñaba el papel de capital o centro tradicional y religioso de esa región; siendo la otra Vilcabamba, la de Vitcos y Rosaspata, la capital o centro militar o político, durante el reinado de los últimos incas. Por los datos que se leen en la Crónica de Alonso Borregán, soldado de la conquista recientemente publicada, después de cuatro siglos de escrita, se sospecha que Mar canay o Machupicchu, fue visitada por el pro pio Fran cis co Pi za rro. Ade más, con vie ne te ner pre sen te que antiguamente se conocía por provincia de Vilcabamba, casi toda la extensión de la actual provincia de La Convención y aún más. El doctor Julio C. Tello, que realizó algunos sondeos en Machupicchu, nos infor mó haber desenterrado un trozo de alabastro español, lo que comprobaría que después de la venida de los blancos al Perú, fue llevado a la enigmática ciudad. Allí, también, parece que fue donde se dio muerte al Inca Manco II. Hemos indagado a vecinos de La Convención y nos dicen que actualmente no existe ruina, población o caserío que se denomine Mar canay y no hay que olvidar que se trataba de toda una ciudad, que no podía haber desaparecido”. Copiaremos, ahora, lo que Borregán es cri bió en su Cró ni ca: “…y como el gover nador Pizarro avía embiado al inga aquel cuartago arriba dicho y el inga lo avía embia- do a llamar fuymos allá con él a un tambo que está en las espaldas de Biticos, arriba de Tambo entre unas sie rras y en via mos men sa je ro al ynga para que viniese a verse con él y el ynga hechó una celada que tomase un passo para matar al gober nador Pizarro, fue Dios ser vido que andávamos ciertos soldados en un pueblo de indios y vimos pasar unos indios por la sierra a tomar el paso benimos avisar al gober nador y salímonos huyendo y aorcó el ynga el quar tago de una peña y como lo supiese el gover nador Pizarro embió a su her mano Gonzalo Pizarro tras el ynga y prendiole la mujer que era una señora coya e hízola aor car y quemar, decía tantas lástimas aquella señora que a todos puso gran lástima”. Parece, pues, que el punto que visitó Pizarro, “arriba de Tambo”, es decir, de Ollantaytambo, fue Marcanay o Machupicchu actual. La “coya” apresada y asesinada vilmente por sus captores, fue la sublime heroína de la liber tad del Perú, Ccori Ocllo, no mujer de Manco II, sino su her mana y de la cual nos hemos ocupado en nues tro li bro “San gre Andina”. Asesinado Manco II por obra de dos españoles fugitivos que asiló, Marcanay o Machupicchu, sería abandonada y los españoles que, posiblemente, lo visitaron después, al no encontrar resto alguno y tratándose de una atalaya muy peligrosa para ellos, no volvieron más por allí, dejando a los siglos que borraran toda huella de camino a las alturas perdiéndose, después, en la maraña del bos que es tos san tua rios bravíos, nidos de cóndores, refugios del alma peruana. Fuera de Machupicchu, tal vez, jamás se verá tan variada coloración con el cambio de las horas y de las estaciones; cromatismo exuberante y completo, donde todos los tonos y matices se pueden encontrar. Sinfonías azules, verdes, oro, violeta; locuras de color, tocadas por no sé qué inexplicable, de enigmas, de embrujo metafísico y anonadador, que envuelve el espíritu y lo mece en cavilaciones que algo tienen del común de nuestras almas con el alma in son da ble del pai sa je, que se extiende y se pierde en los límites vaporosos de horizontes lejanos y brumosos, imprecisos, vagos, colmados de mis te rio y de in te rro ga ción. En las noches de luna, el panorama es realmente grandioso; felices los ojos que lo han visto, las almas que lo han contemplado! Para explicarse la variedad de color en los trajes de los indios, es necesario haber contemplado estos paisajes para ver cómo son ellos los que los inspiraron con sus notas de alegría y de vida. Para gozar de la música indígena, para poder retener la fuerza de una “kachampa” guerrera, hay que haber visto estas cumbres y estos abismos; para tratar de penetrar en la explicación de las religiones na tu rales, es, tam bién, in dispensable haber meditado en estas alturas y haberse visto envuelto en el mando de estos mirajes de ensueño y de esperanza. Machupicchu y su paisaje, no puede ser descrito, ni su color retenido por ningún pintor, ni su música comprendida, ni su filosofía entendida, es necesario contemplarlo personalmente y abismarse en su alma y en el panorama inabarcable, lleno de suprema belleza, inspiradora y profunda. Allí todo es grande, majestuoso, único; se puede comprender el infinito matemático de Kant, la fuerza de la vida, el misterio de la muer te; el rodar de los mundos, el nacer de los dioses… 2 Revista del Archivo Histórico del Cuzco.– No. 1 – 1950. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 105 EL CAMINO INCA EN MACHU PICCHU1 Victor Angles Vargas2 E n las 32.592 hectáreas del Santuario Histórico de Machu Picchu, hay muchos caminos incaicos, en todas direcciones y con variados caracteres. Pero las Agencias de Turismo, desde hace décadas le ha denominado Camino Inca, a aquel que discurre a partir del kilómetro 88,4 de la línea férrea, contados desde Cusco, des pla zán do se por Llan ta pa ta, Way lla bam ba, Runtur’aqay (o Runcuracay en forma españolizada), Phuyupatamarka, Sayarmarka, Wiñaywayna, Intipata y Machu Picchu. Nosotros, aquí, para evitar confusiones, al referirnos a este sendero, le llamaremos también Camino Inca. Todo el Parque Arqueológico o Santuario Histórico fue científi- camente3 descubierto por el norteamericano Hiram Bingham, incluído el Camino Inca, que fue deforestado y limpiado, entre 1912 y 1915; posteriormente la expedición al mando de Paul Fejos hacia 1941, para la fundación Viking, volvió a limpiar aquel camino y todo el Parque durante 4 meses. Entre 1940 y 1942, el sabio peruano Julio C. Tello, trabajó en Wi- 1 Del libro “Mis recuerdos a pedazos”, Studio Creativo Punto Com SAC. 2006. 2 Docente cesante de la Facultad de Ciencias Sociales. 3 En nuestros libros sobre Machu Picchu, explicamos pormenores de los diversos caminos en el Santuario, de si fue o no descubierto por Bingham, y detalles de las 34 localidades antiguas. 106 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El camino inca en Machu Picchu ñay Wayna (localizado a 5 km al sur de la ciudad inca de Machu Picchu), no se ocupó de otras zonas ni de deforestar todo el camino, que tiene alrededor de 45 a 50 km. de longitud. Por ese tiempo, los jóvenes e inquietos profesores Sergio Quevedo, Manuel E. Cuadros y alguno más, con profunda inquietud cusqueñista, visitaron Machu Picchu caminando hasta Phuyupatamarca, 10 km. Desde entonces todo el ámbito del monumento quedó a su suerte, soportando el intemperismo, nadie discurría por sus alturas, y no hubo ni hay pueblos vivientes en la zona. En junio de 1,965 ingresé a la docencia universitaria y siempre inquieto, sin tener obligación alguna, previos los trámites pertinentes, organicé y realicé un viaje con mis alumnos de Derecho Romano, a Lima para visitar los penales. Dejé la Faculta de Derecho quedando como profesor en Ciencias Sociales que incluía a Historia, fue allí que nació en mi, la idea de recorrer el camino de altura de Machu Picchu; pues, el otro camino inca de la quebrada, hacía mucho tiempo era utilizado por la línea férrea; busqué bibliografía y sólo existían breves referencias del camino de altura; es más, se había perdido por derrumbes y vegetación, buena parte del camino recorrido por Bingham y Paul Fejos, sólo quedaba algo, los dos extremos, del km. 88 de la línea, se avanzaba a Llaqtapata (3 km.) y de allí 7 a 8 km. hasta Patawasi llamada también Wayllapanpa o Guayllabamba, totalizando 10 km. Por el otro lado, saliendo de la ciudad inca de Machu Picchu hacia el sur, se ascendía a Intipunku (1 km.), Wiñaywayna (4 a 5 km.), de aquí a Phuyupatamarka (5 km.), y finalmente a Sayaqmarka (5 km.), totalizando alrededor de 15 km. Sumando las longitudes desde los dos extremos un estimado de 25 km., los mismos que no eran transitados, pues, no existen pueblos vivientes, no había turismo, no existían aventureros en la zona, y finalmente, la Segunda Guerra Mundial ocupaba la atención y los quehaceres de las grandes naciones. Si aquellos 25 km. podían ser transitados, quedaban alrededor de 20 km. ignotos, que a nadie interesaba caminarlos ni sacarlos a luz. Me propuse organizar un viaje de reconocimiento de toda la ruta. Expuse mi Plan de Trabajo escrito ante la UNSAAC, solicitando permiso incluso para los estudiantes que me acompañaran; solicité en préstamo suero anti ofídico y anti arácnido del Ejército, (que no había en farmacias para la venta, sólo tenía el Ejército) más 60 mochilas usadas, cantimploras. Hablé al arqueólogo de mucho prestigio Doctor Manuel Chávez Ballón, por entonces Presidente del Patronato Departamental de Arqueología (en esa época no había Instituto Nacional de Cultura, sólo el Patronato presidido por ley, por el Rector de la Universidad Nacional, quien delegaba funciones, en este caso al Doctor Chávez) pidiéndole alguna información, gustoso aceptó e hizo que yo convocara a mis futuros acompañantes a la charla que nos daría, llegado el momento conforme a la invitación nos constituímos en la Casa de los Cuatro Bustos (que estaba a cargo del Patronato), en San Agustín, allí en el piso del patio nos mostró un croquis que había tomado del libro titulado Machu Picchu del Doctor Luis E. Valcárcel y dio una charla, ofreciendo acompañarnos en el viaje, lo que acogimos con beneplácito. Proseguí mis preparativos. Fijé fecha para la partida. LA PARTIDA Fue el sábado 8 de junio de 1968. Hoy que escribo viendo mis apuntes, recapacito y me admiro de lo hecho, considerando que han transcurrido, nada menos y nada más que 38 años hasta Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 el 2006, me embarga la nostalgia. Muchas de aquellas personas ya no están entre nosotros. Seleccioné a mis alumnos, ellos fueron: Rodolfo Yábar, Rodolfo Zegarra, Uberto Gutiérrez, Wilfredo Yépez, Efraín Fuentes, Jacinto Achata, Tomás Morales, Flavio Pomalasa, César Cornejo, Julio Campana, Marino Sánchez, Máximo Ochante, Rosaura Vargas, Juan Peralta, Leonardo Valencia, Pedro López, Julio Gamarra Velarde, Italo Bonino, Oswaldo Lanza, Rubén Malpartida, Wilbert Galindo, Raúl Zambrano, Pedro Ojeda, Raúl Yábar, Nicolás Aguilar, Juan Morán, Jorge Escobar, Luis Villasante, Renato Dávila, Oscar Murillo, Nemesio Quispe, Carlos del Pozo, Oscar Vidal, Porfirio Quinte, Cirilo Mamani, Fausto Cornejo, Vladimiro Valer, Jaime Ladrón de Guevara y Angel Santillán. Llegamos en tren a Qoriwayrachina, que corresponde al Km. 88,4, transpusimos el río Vilcanota o Urubamba por el puentecito colgante que la familia Zavaleta había mandado construir, años atrás, pasamos por el caserío de Q’ente y venciendo 3 km ya estábamos en el enorme conjunto arqueológico de Llaqtapata, hicimos un corto descanso para observar. En mi libro Machupijchu, publicado en 1972, he pormenorizado todos los datos, de los dos primeros viajes inaugurales por aquella ruta; de sus páginas tomo la Relación que antecede y lo siguiente: Las personas e instituciones que nos brindaron ayuda, para factibilizar este primer viaje, fueron: • La UNSAAC, mediante la Facultad de Letras y Ciencias So cia les, cuan do ejer cían el cargo de Decano, en for ma suce siva, los Doc to res Ser gio Quevedo y Alber to Delgado; la Facultad colaboró con material fotográfico. 107 Victor Angles Vargas • La Comandancia de la IV Región Militar, nos prestó carpas, mochilas, cantimploras y suero antiofídico, y destacó personal de auxilio, al Alférez Edmundo Silva Tejada, Suboficial Uriel Luna Casapino, Sargento Segundo Jorge Zavaleta Mamani, y Cabo Uriel Pacheco. • Doctor Manuel Chávez Ballón (QEPD), alentó el viaje, nos proporcionó de buena fe un apunte topográfico (cuyos datos resultaron equivocados), envió guías de auxilio que partieron de Machu Picchu, para darnos alcance. Concluído el viaje, habiéndonos esperado en Machu Picchu, nos invitó con su peculio un almuerzo. • La familia Zavaleta, propietaria de la hacienda Q’ente, nos proporcionó un guía para el tramo Q’ente a Guayllabamba, pues, sólo hasta este punto se conocía, ni los obreros del Patronato conocían lo que nosotros de sea mos ca mi nar, era zona ignota. • El profesor de la Escuela Unidocente 7,154 de Patawasi o Guayllabamba, don Augusto Durán Escajadillo, nos cobijó en el local de la escuela, que era una habitación deteriorada y en estado precario, un cobertizo, no había más. El anciano profesor no titulado, salía de Guayllabamba a Cusco o Urubamba, a recibir su sueldo, cada tres meses, según nos dijo. • El Director del Centro Artesanal de Machu Picchu, señor Eufemio Pizarro León (QEPD), partiendo de la ciudad de Machu Picchu nos alcanzó hasta Runcuracay, junto con los obreros del Patronato De par tamental de Arqueología: Manuel Huillca Zúñiga, Erasmo Wilson Mujica, Florencio Hurtado, y N. Acostu108 pa, por orden de su jefe Doctor Chávez Ballón. • Los señores Santiago Vucetich Bejarano y Alberto Morales, topógrafos. Santiago, entrañable amigo, dejó de existir hace unos años. Dirigiendo la expedición estuve V.A.V. con mi hija Victoria Tania Angles Huambo, brillante estudiante de secundaria, con sus 12 años de edad, era una gacela caminando; años después, la cruel guadaña muy temprano cercenó su vida. El Doctor Chávez Ballón, nos endilgó a una extranjera, con la que apareció en el tren, la mañana del viaje, fue la periodista francesa señorita Genevieve Hoffer, con su maleta, persona que nada tenía que hacer en la expedición que yo exclusivamente organicé, ni se me pidió autorización para integrarla. Ella sufrió mucho en el camino, no tenía costumbre de caminar más con maleta a cuestas, los militares la ayudaron a llevar. Fatigada por el cansancio lloraba la dama, y nada podíamos hacer por solucionar el caso. Nunca más supe de su persona. UN PROCEDER INCORRECTO En momentos que hacíamos el primer y breve descanso, en el sitio arqueológico de Llaqtapata, el Dr. Chávez Ballón (que no llevaba mochila ni cama), hizo uso de la palabra ante todos nosotros, dijo, que el que estaba a su lado era don Julio Zavaleta, hijo de su compadre Julio Zavaleta (padre), y propietarios del fundo Q’ente, y que dicho amigo suyo, acababa de informarle que no había paso por el camino que íbamos a seguir, se había producido un enorme derrumbe y que era mejor quedarnos en el lugar, donde existían muchos vestigios antiguos para observarlos. Me inmuté, usé de la palabra casi a gritos y dije que no había Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El camino inca en Machu Picchu preparado yo la expedición para caminar 3 km y que iba a seguir hasta el lugar del derrumbe, lo iba a limpiar y como fuere debía continuar por encima o por debajo de tal derrumbe, encorajinado arengué invitando a toda la delegación imperativamente a ponerse las mochilas a la espalda y proseguir al instante. Así fue, continuamos en fila por el sendero nítido y sin atajos, porque es zona transitada, y en efecto todos nos pusimos en marcha, incluso el joven Zavaleta que había esperado a Chávez en su fundo. A los diez o quince minutos, mis alumnos atentos a lo que ocurría, me comunicaron que el Dr. Chávez y su acompañante, se estaban ocultando en un recodo del camino, minutos después, me dijeron ¡se han quedado los dos! mos por la línea férrea o tomando el tren. Como anécdota tenemos el siguiente hecho: allí en Guayllabamba apareció un señor a caballo, tenía fachada de pequeño hacendado, resultó ser un amigo de Ollantaytambo, her mano de magistrado de segunda instancia de la Corte Superior de Justicia del Cusco, su apellido, Carazas, nos saludamos, él se detuvo al ver por primera vez tanta gente en el lugar, y cuando le dije que íbamos a Machu Picchu por las alturas, muy orondo, nos dijo con naturalidad y aplomo, que conocía la ruta, la ciudad inca estaba cerca, y que en el camino había una escuelita y que la profesora incluso era muchacha bonita. Todo fue fal so, mintió aquel se ñor, ¿por ha cer nos daño?, no sé. PROSEGUIMOS Se pasa un puentecito sobre el Cusichaca, que propiamente ya es un río, que uno o dos kilómetros abajo, ingresa en el Urubamba por su banda izquierda; los detalles de los sitios, están descritos como ya dije, en mis libros. Llegamos a Patawasi llamado también Guayllabamba, los pocos campesinos moradores del lugar y el único profesor de la escuelita fiscal unidocente don Augusto Durán Escajadillo, se sorprendieron con nuestra presencia, nos presentamos, explicamos nuestro propósito, nos sentamos en el piso en la especie de plazita o lugar céntrico; conversamos largamente con el profesor, que nos brindó conversación y amistad, al tiempo que nos dijo que ese lugar era el último en la posible dirección a Machu Picchu, pues, desde que él conoció el sitio, hacía mucho tiempo, nadie había intentado la locura de proseguir por donde nada se conocía; aconsejando el ingenuo señor, que si queríamos llegar a la ciudad inca, lo hiciéra- SEGUNDO DÍA DE VIAJE Las dos damas (la periodista y mi hija), más dos personas dor mimos en el aula, las demás, a la intemperie, afuera, no existía otro sitio; amaneció el domingo 9 de junio de 1968. Los muchachos se ocuparon de hacer her vir agua, tomamos un desayuno franciscano y partimos de Guayllabamba en pos de un grupo arqueológico cuyas referencias nos dio el profesor; avanzamos rectamente en terreno tendido, por decir, sin cuesta, con el rumbo del día anterior, siempre por la orilla del riachuelo Cusichaca o Kusichaka, aguas arriba, vencimos un kilómetro y medio más o menos de camino inca, y ya estábamos en territorio de la Comunidad Campesina de Paucarcancha o Páuqar–kancha y grupo arqueológico de Inka ráqay, a 3,200 m.s.n.m. Es un conjunto arquitectónico grande, de for ma peculiar cual un caracol; está al oeste de Guayllabamba encajonado entre dos riachuelos, el Pampa qhawana mayu y el Khesqa mayu, que en el lugar se unen Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 109 Victor Angles Vargas y for man el Kusichaka o Cusichaca, modulando un triángulo de terreno, en el que precisamente están las construcciones antiguas. Por las infor maciones que tomamos de inmediato, los dos senderos que proseguían por las orillas de los riachuelos conducían a la zona del nevado Salcantay, por cómodos caminos de data incaica, ruta que no era la que deseamos seguir. Retor namos a Guayllabamba, allí por su lado izquierdo el Cusichaca, recibe las aguas del riachuelo Játun Wayruru o Hatun Huayruro. Eran las diez de la mañana, tomamos algún alimento y nos encaminamos en fuerte subida hacia el norte, por zona desconocida por todos, nuestros pasos los encaminamos for mando ángulo de 90º en relación al que transitamos día anterior por la orilla del Cusichaca. A poco de salir, con sorpresa encontramos a dos trabajadores del Patronato de Arqueología, con sede en Machu Picchu, que el Dr. Ballón había enviado por Qente, anticipándose a nosotros, como a exploradores, ellos estaban desconcertados por las cercanías de Guayllabamba, porque nada conocían ni había sendero a Machu Picchu. Conversamos, interesados ellos como nosotros, su versión nos causó desaliento, pues, nos dijeron que sabían de nuestro viaje, por eso estaban explorando, pero que no habían podido pasar a la zona de Machu Picchu, además estaban a la espera de la aparición de otros trabajadores que el mismo doctor Chávez debía enviar desde Machu Picchu por la altura, para que se encontraran en algún lugar del trayecto. Este segundo día de viaje, fue el peor para nosotros, por dos motivos: por la incertidumbre de no hallar camino, ni gente que infor mara, y por la fatiga que nos agobió. Incorporamos a nuestro cuerpo de viajeros a 110 los dos peones que hallamos, y con valiente ímpetu proseguimos el duro ascenso por zona deshabitada, no había ni vestigio de camino, sólo pedrones, arbus tos, yer bas de sa rro lla das, enor mes cangilones era lo que teníamos, pliegues naturales en suelos desiguales, con zanjas, producto de agentes físicos, erosión pluvial, erosión eólica. A nuestro lado derecho crecía en profundidad la quebrada y un riachuelo, después nos enteramos era el Játun Huayruro. Avanzamos por terreno sumamente inclinado, por consiguiente fortísima la cuesta a trepar, por decir, cada cien metros nos deteníamos un minuto por la fatiga, para tomar aire, y dirigíamos la mirada atrás, para ver cuánto avanzábamos, la caminata resultaba más difícil por que era a campo traviesa, por acá y por acullá, sin huella de camino, en momentos por las porciones erosionadas por las lluvias, y cuando era más cómodo, por los irregulares lomos que dejaban las torrenciales lluvias. Con mi brújula, mi sentido común y con lógica en el enrumbamiento, en tér minos generales avanzábamos al norte. En nuestra subida no podíamos desviar a nuestra derecha, porque la quebrada era más profunda, oscura, irregular, impasable, y más allá, en la misma dirección se alzaba la montaña, pero sí podíamos desviarnos en otras direcciones especialmente a la izquierda. Una máquina fotográfica, paseando el que la porta por una avenida citadina, es agradable, tenida en la mano o colgada al cuello con su correa, no irroga molestia; pero la misma máquina, en la misma persona, en viaje como el que narramos, es elemento sumamente molestoso, que da deseos de tirarla por el camino, porque las manos reclaman estar libres, la correa en el cuello y el balanceo del aparatito es agrabante superlativo para quien a tropezones, con enor me mochila a la espalda, sudoroso, camina todo el día, y otro día. Parece que cuanto más cansada está la persona, el peso se multiplicara. Para los no acostumbrados a llevar un peso en la espalda, sea una enor me mochila o algo similar, con cuerdas, o tirantes o soguillas sujetadas al cuello y hombros, es una tortura, sumada al piso irregular y a las distancias a vencer; el hecho se torna grave, cuando la persona ha tropezado y caído. Por la altura, el sudor se hacía frío emplasto pegado a la piel, pero había que continuar, ¡qué hacer!, temblequeaban las piernas, la preocupación crecía. Una vez más nos tendimos al suelo a descanzar un momento y luego sentados sobre lo que fuera, piedra, tierra, yerba, procedimos a comer y tomar algo. Aquí, tenemos lo que sigue: A Santiago Vucetich, la amorosa esposa le había preparado una mochila repleta de alimentos, eran galletas, quesos, chocola te, fr u tas, con ser vas, etc. como si el viaje fuere a ser en automóvil. Y como la subida era grave, el peso nos doblaba la espalda. Santiago, tal vez pensando también en lo que había gastado en las compras su cónyuge, en voz alta, propuso vender parte o todo cuanto llevaba, a algún compañero que tuviera flaca la mochila, más ante la incertidumbre de no saber cuántos días tendríamos de viaje; nadie contestó, todos estaban con el mismo problema de peso; más arriba, en otro descanso, medio en broma y en serio, causando hilaridad, propuso siempre a todos en voz alta, vender aquellos comestibles en mitad del precio, y nadie contestó, estaban o estábamos más cansados. Finalmente, más arriba, cerca de la cumbre, Santiago volvió a ofrecer diciendo: “bueno pues, carajo, les ob- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El camino inca en Machu Picchu sequio las galletas y quesos” y nadie contestó, estábamos cansados hasta el languidecimiento, con ganas de botar todo y quedar tendidos en el piso. Después del descanso proseguimos dirigiéndonos a lo que parecía un abra, es decir, arriba, una porción de montaña, la menos alta, a los costados de la cima, nos dimos con terrenos me nos em pi na dos, fan go sos, con aguadas que discurrían límpidas, en suelo algo negruzco, vegetación a ras de suelo, después supimos que los vegetales se llaman llullucha, y por eso, tal vez los hombres de Bingham o los de Paul Fejos, le llamaron al sector Llulluchapampa. Proseguimos sin perder tiempo, encaminándonos a lo que hacía buen rato veíamos, el abra. Mirando atrás, hacía horas habían desaparecido del horizonte hasta los cerros de ese lado. Con cierta desesperación, peleando contra el tiempo, proseguimos, “no se acercaba el abra”, parecía que no avanzábamos, quedaba poco aliento, ya no había ni sudor que expeler. Qué sería si la lobreguez de la noche nos cubriera a más de 4,200 m.s.n.m. de altitud, con el viento huracanado que soplaba. casi un metro de altura, marchando contra el tiempo, nos apresuramos por el peligro que la noche nos hallara en puna tan alta, advertí a todos en voz alta TENER CUIDADO CON LOS FÓSFOROS, no fuera que por encender un cigarrillo, muriéramos achicharrados, la paja tan desarrollada y seca era peligrosísimo combustible. La tarde llegaba a su fin, avanzábamos a veces en hilera, no había otra for ma, por la configuración de los suelos, en otros momentos, dispersos. La noche y el cansancio nos venció, no hubo for ma de hallar sitio plano para acampar, estábamos cansados hasta el extremo, las piernas se negaban a sostener el cuerpo, con magulladuras por las caídas y porrazos sufridos en tan inhóspita zona, los que íbamos delante nos quedamos en el suelo, no pudimos levantarnos, los que llegaban luego, se lanzaron también sobre sus bultos extendidos, cerca unos de otros, los relegados fueron llegando hasta después de las siete de la noche. No había sitio para ar mar carpas, ni energía para hacerlo. Muchos, como el que esto escribe, tiramos la peque ña car pi ta em pleán do la como cama y sobre ella pasamos la noche, cubier tos con POR FIN EL ABRA A las 16 horas llegamos al algo. No hubo modo de prepaabra, que habían llamado dece- rar algún alimento. La noche fue nios antes, Huar mihuanusca o sumamente incómoda y fría. War mi–wañusqa, significa en español Mujer Muerta (al parecer TERCER DÍA DEL VIAJE Fue el lunes 10 de junio de por la for ma de la línea superior de la montaña vista de lejos), 1968. Amanecimos con el cuer muy cerca aparecían pequeñas po dolorido, cada cual se había porciones de nieve. El frío era arro ja do sim ple men te en el intenso, el viento fuerte, cansan- suelo, sobre algo cubriéndose cio y seria preocupación, de no desordenadamente con lo que saber dónde nos hallábamos y si pudo, la ma ña na br u mo sa, era conveniente avanzar por fría, más fría todavía con la anuna ruta o un poco a la derecha gustia sobre nuestro destino, o hacia la izquierda. Transpusi- estábamos en altura, tiritábamos el abra, nos aventamos por mos, más de uno pensaríamos profunda quebrada, con paja en tal vez te ner que vol ver, que había desarrollado hasta pues, jamás llegaríamos a MaRevista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 111 Victor Angles Vargas chu Picchu, por estar en otra ruta, que mientras más camináramos, más lejos estaríamos de la ciudad inca, y alguien de nosotros espetó, “carajo, aquí no hay ni alma para preguntar”; en cualquier for ma hicimos fogatas para tomar algo caliente de desayuno, un té o un mate con panes o galletas, o tostado de maíz. ¡Oh sor presa, se hizo la luz!. Despejándose la niebla matinal, mirando una y otra vez la asamblea de cerros enhiestos que nos rodeaban, nos dimos con la sorpresa de que allá lejos, al otro lado de la profunda quebrada que teníamos delante, casi en el lomo de la montaña de enfrente, había humo, señal de que había gente, desde Guayllabamba no vimos humano alguno, ni siquiera animales mayores, todo era zona despoblada. Avanzamos hacia el sitio del humo, para eso bajamos hacia lo que decenios antes le habían llamado PACAYMAYU, allí halla mos agua y reiniciamos el ascenso hacia la fogata. Desde cier ta distancia vimos a dos hombres que nos obser vaban, nos llenamos de contento; eran los dos trabajadores que por Machu Picchu había enviado el Dr. Ballón, con el Di rec tor de la Escuela Artesanal, don Eufemio Pi za rro. El en cuen tro para nosotros fue muy agradable, la salvación, no así para los tres guías que oteaban cansados, hambrientos y mal humorados; estaban aler tas haciendo fuego, obser vando en toda dirección, desde el sitio que es estratégico, un espolón natural cual inmensa narigada dominando la hondonada; allí los antiguos peruanos fascinados por la ríspida belleza de la profunda quebrada y los enhiestos cerros, habían construido algo así como un fuer te, con muro periférico de for ma ovoide, al 112 que los hombres de Bingham ha bían nom bra do RUNTU RAQAY, runtu es huevo, y ráqay algo así como campo cercado, tér mino castellanizado a RUNCURACAY. Des can sa mos, con ver samos, comimos, nos revestimos de contento. De Runcuracay continuamos el ascenso con viva alegría, pues, estábamos alcanzando lo deseado, no había for ma de perderse, el ánimo fue distinto, había seguridad en el proseguir, por el enlace tomado con los guías que nos comandaban en el caminar. Después de una hora de ascenso, ya en la cumbre, hallamos dos lagunillas pequeñas de aguas estancadas y casi negras, era Yanacocha; más arriba llegamos al Abra de Runcuracay. Toda la zona siempre deshabitada. Delante, ya de bajada, hallamos tres torreones antiguos semidestruidos, avanzamos, se hacía notorio recién el viejo camino inca. Llegamos a Sayacmarca, siendo las 12:30 del día. Allí descansamos algo de media hora, tomamos algún alimento y continuamos hacia el siguiente e impor tante conjunto arqueológico, pasamos por el túnel lítico. Siendo más o menos las cuatro de la tarde lle ga mos a Phu yu pa ta mar ca, donde acampamos y per noctamos. Llovió, nos mojó, la noche fue muy incómoda, pero estábamos entusiasta y alegres. CUARTO DÍA DE VIAJE Mar tes 11 de junio de 1968. Salimos de Phuyupatamarca a las 8 a.m. después de un regular desayuno; los nuevos amigos recién sonrieron, les brindamos nuestro alimento, ellos habían agotado el suyo. No pudimos fotografiar por la persistente lluvia y la neblina. Las deyecciones de los osos estaban a vista nuestra. A las 10 a.m. llegamos a Huiñayhuayna ya con Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El camino inca en Machu Picchu buen tiempo, fotografiamos y tra ba ja mos dos ho ras ob ser vando; dentro de los recintos habían crecido árboles, prueba del abandono. Par timos luego hacia Machu Picchu, a las 3 p.m. llegamos a Intipata con mucha alegría porque desde aquí se divisa Machu Picchu. Una hora después ingresábamos triun fal men te a Ma chu Picchu. El Alférez Silva hizo disparos de fusil al aire, por la alegría. Fuimos entendiendo la verdad del caso, que el doctor Chávez y sus trabajadores, desconocían totalmente aquellos territorios, y como Angles organizó la expedición y fijó fecha para el viaje, había que anticipársele para no quedar mal y para decir que el Patronato de Arqueología, y sus ser vidores conocían aquello. Por esto había enviado personas, días antes de la par tida nuestra, tanto por el lado de la ciudad antigua de Machu Picchu, como por el lado del caserío de Qente, peones que como tenemos dicho no pu die ron co nec tar se, los unos que da ron me ro dean do por Patahuasi, y los otros comandados por el profesor Pizarro, llegaron hasta Runcuracay. Debió remorderle al Dr. Chávez, el pretender frustar la expedición de VAV, con el cuento de que no había paso, comprobamos que no había derrumbe alguno. Sin embargo subsanó su error, preparando una bandera peruana para el momento en que nosotros ingresáramos en la ciudad inca de Machu Picchu, y nos la hizo alcanzar, bandera que con honor portó y enarboló Victoria Tania Angles, como la ve la fotografía que ofrecemos. Y como ya dije, mandó preparar alimentos y chicha cusqueña, con su peculio, que saboreamos todos los expedicionarios con fruición minutos después de nuestro ingreso en la bella ciudad inca. ALGUNOS PEQUEÑOS DETALLES En los preparativos y conversaciones que tuvimos los expedicionarios, antes del día de par tida, hablando de película y fotos, dos de los muchachos se ofre cie ron ex pre san do co nocer el arte; efectivamente, uno de ellos era fotógrafo profesional, en cuanto iniciamos el viaje me entregó dos máquinas filmadoras, grandes, antiguas, explicándome el complicado mecanismo para obtener buen resultado, tuve que aceptar, aunque nunca había realizado tal labor, obré como pude y todo había salido mal. El otro fotógrafo llevó su maquinita, le entregué rollos para slides o vistas fijas, encargándole que tomara lo que él como profesional que dijo ser, creyera conveniente; al final del trabajo, le reci bí los ro llos ya to ma dos; cuando los hicimos revelar y reproducir enviando a Lima o al extranjero tal material, apareció que no había una vista buena; asombroso el proceder de este segundo fotógrafo, algo de 200 vistas se había hecho fotografiar en los slides con algún compañero, aparecía él a 3 m de la cámara, bloqueando media fotografía con su figura, increíble. Estas fotos a nadie sir vieron, pues, no le entregué ni una sola de ellas al malvado pre sun to fo tó gra fo. Cuan do ya en Cusco proyecté y exhibí aquel material ante el Decano de Le tras Doc tor Que ve do, con ra zón me gri to neó, me dijo que para nada ser vían, me botó la película que aún la conser vo, igual men te los sli des. Tuve que sopor tar la cólera y el enojo del Decano, porque estaba en su razón. Después en casa he quemado los slides. A otro de los mu cha chos ex pe di cio na rios, en car gué sir vie ra de Se cre ta rio to man do nota de to dos los por me no - Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 113 Victor Angles Vargas res del via je, gus to so acep tó; estudiar detalles del camino y pero ya en el cam po, el fí si co de los distintos grupos arqueolo trai cio nó, él y su ami gui to, lógicos de aquel territorio; par no po dían avan zar en las ca - timos el vier nes 4 de setiembre mi na tas, re sul ta ron los que de 1970, con ocho estudiantes pri me ro se can sa ban, no les del último año de la facultad al can za ba el tiem po ni ener - de Ingeniería de la UNSAAC, gía. No te nían cul pa, no era cuatro funcionarios del Patrone gli gen cia ni fal ta de vo lun - n a t o D e p a r t a m e n t a l d e tad. Hubo mo men tos en que Arqueología, diez peones por con clu yen do al gún des can so, teadores del equipo; retor name de cía: “Pro fe sor, dí ga me mos el lu nes 14 del mis mo por dón de se gui re mos, para mes. Fruto de este viaje fue el ir ade lan tán do me y ga nar te - libro publicado como todos, a rre no, para no que dar me”. expensas exclusivas de quien Otro de los estudiantes, el esto escribe. Datos del libro: expedicionario Porfirio Quin-“ MA CHU PIJ CHU, ENIG MÁ TIte, asombró por sus especiales CA CIUDAD INCA”, 450 págicualidades de maratonista, con nas, un encar te a todo color soespontaneidad y sin fatiga ac- bre el Parque Arqueo ló gi co, tuó ayudando a los que pudo, otro corresponde a un Mapa sir vió de mucho, especialmen- de la ciudad Inca, más muchas te la segunda tarde y noche, ilustraciones. Editorial Induscuando casi todos estábamos trial Gráfica S.A. Lima. 1972. exhaustos, como el que esto es- Fue éxito de Librería. cribe; en el momento que más Y sur gió el Ca mi no Inca se le requirió, en la bajada de para el Turismo. Los comentaWar mi Wa ñus qa, co rría acu- rios de las personas que inter vidiendo a uno y otro, como si el nieron en los viajes, la publicaterreno de fuer te ladera, con ción del li bro, las múlti ples huecos, prominencias, piedras, charlas brindadas por VAV, la fuera un llano, ayudando la mo- difusión reiterada en clases en chila, tomando del brazo a uno las Carreras Profesionales de y al otro, regresando a la carre- Tu ris mo, His to ria, y Edu cara para aliviar el peso al compa- ción, y las clases prácticas in ñero, etc. No me canso de nom- situ, sobre Machu Picchu, y el brar lo en cada opor tu ni dad Camino Inca repercutieron faque comento los viajes, por- vorablemente en el ambiente que fue enor me y valiosa su in- turístico, resultando atractivo ter vención. de sor prendente impor tancia, Aquel ca mi no, pos te rior - tanto que al presente, quinienmente ha sido limpiado por tos turistas por día, se apresupersonal del Instituto Nacio- ran a transitarlo, movilizando nal de Cultura, debidamente guías, por teadores, etc. Ahora arreglado, no hay peligro de resulta, que el autor de estos des ba rran ca mien to, ni de in- viajes y estudios VAV soy Don cendio, ni de luxación de tobi- Nadie en aquel ámbito, nadie llos, nadie lleva suero antiofídi- comenta los viajes semestrales co porque no es necesario; exis- con mis alumnos por la zona, te personal de auxilio. los años han evaporado cualRealicé sobre la marcha un quier remembranza. Nos aleSEGUNDO VIAJE POR EL gra cons ta tar la al ga ra bía y CAMINO INCA, con auspi- abrumador efluvio de visitancio del SINAMOS, presidida tes. Me grita el dato: para mis por el General Luis Uzátegui iniciales viajes por el Camino Arte; esta vez con el objeto de Inca, yo contrataba en el distri114 to de Coya, provincia de Calca, a mi gran colaborador el comunero Genaro Mamani Puma, atrevido devorador de distancias, al que apodábamos Tárzan (imi tan do la pro nun ciación peliculense, no Tarzán) por su gran capacidad física, inteligencia y puntualidad, que a su vez contrataba otros colabora do res (por tea do res, to dos con re mu ne ra ción y ali mentos), y ahora, son cientos o acaso mi lla res los por tea do res que atienden a diario los ser vicios en aquel camino. Con Genaro estuvimos ene veces en aquel ca mi no; via ja mos también a Vilcabamba, hasta Espíritu Pampa, en expedición que duró 15 días (sin auspicio alguno, que a nadie solicité) y a otras zonas. Genaro, vencido por los años, enjuto de car nes, viudo, vive su invier no en su Coya. Gracias Generito. Los míos, con el co ra zón en la mano, y el des ti no echa do al vien to para ven cer los ries gos, apun ta la ron su apor te y su pre sen cia; ya co men té Ta nia Vic to ria, es tu vo con su pa dre en el pri mer via je inau gu ral al Ca mi no Inca; en casi to das las otras opor tu ni da des es tu vo su se ño ra ma dre Con cep ción Huam bo, y mi hija Ma ga li Adria na Angles Huam bo, cui dan do la aten ción a los ex pe di cio na rios, y ali men tan do psi co ló gi ca men te al Di rec tor de arries ga das como one ro sas em pre sas. Gra cias con todo el alma. Fi nal men te, me sa tis fa ce ha ber apor ta do con “un gra ni to de are na” en la gran Re for ma Agra ria, he cha por los pro pios cam pe si nos, re co no ci da ofi cial men te por el go bier no del Ge ne ral Ve las co Alva ra do, per so na je acre men te de nos ta do por los re za gos del la ti fun dis mo. Pero el fu tu ro le hará el re co no ci mien to de bi do. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 WAYNAPICCHU ENTREVISTA A LUIS RODRÍGUEZ CARPIO ARRIERO Y COMPAÑERO DE CARPA DE HIRAM BINGHAM1 Luis Barreda Murillo2 D on Luis nació en Pau car pa ta (Are qui pa) y des de muy jo ven se de dicó al ar rieraje. Al mo men to de esta en tre vis ta, efec tua da el 15 de mar zo de 1973 en su do mi ci lio de la Av. Pro gre so s/n en el dis tri to de Huan chac, Cuz co, apa ren ta ba una edad de más de 80 años. • Trabajábamos junto con mis compañeros: Benigno Pantigoso (jardinero de la UNSAAC) Marcos Arenas, Julio Victorio. Nuestro trabajo era en la especialidad del arrieraje. Nuestros servicios estaban vinculados con la Casa Lomellini de Cuzco, cuya casa comercial estaba en la esquina de Marquez y Mesón de la Estrella. • Prestábamos ser vicio transportando mercadería de Cuzco a Cosñipata. Yo conocí al señor Bingham era un gringo alto y flaco de buen carácter, trabajamos para él durante tres años. • En Cuzco, exploramos con el Dr. Isaías [Isaiah Bowman] en el sector de Huancaro donde encontramos un hueso muy grande, 1 Machupicchu y el Código de Ética de la Sociedad de Arqueología Americana. Lima 2003. 2 Catedrático de la UNSAAC. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 117 Luis Barreda Murillo era una canilla de más o menos 90 cm. de largo y el gringo nos dijo que eran de un animal antidiluviano. La Casa Lomellini era un almacén comercial muy grande que vendía productos de toda la región y algunos de Europa y Estados Unidos que llegaban por los puertos de Arequipa al Cuzco en mulas. • También realizamos un viaje con el Dr. Bingham, el Dr. Isaías, el Dr. Erdis [Ellwood C. Erdis] a Yaurisqui y Paqareqtambu en Paruro. También nos acompañó el médi co Dr. Ford [David E. Ford]. Llevamos las cosas en mulas junto con Benigno Pantigoso, yo y algunos peones, que eran proporcionados por las gobernaturas de los pueblos por donde pasábamos. • Permanecimos 5 días en Yaurisque. Llegamos al pueblito a caballo y los grupos empezaron a explorar la zona. • Viajamos otro día de vuelta de Yaurisqui y Tambo, al sitio de Limatambo donde visitamos las ruinas de Tarahuasi y nos desviamos hasta Mollepata. Cuando estuvimos en Mollepata, el Dr. Bingham ordenó que siguiéramos viaje a Choq’ekirau. • El viaje duró más de un mes. Pasamos por el abra del nevado Soray. Las mulas resistieron muy bien, los caballos tenían dificultades, también los gringos. • En otro via je lle ga mos a Huadquiña. Luego al puente San Miguel y de ahí a Machupicchu. • En Choq’ekirau estuvieron una semana, explorando y regresamos después del largo viaje que duró casi dos meses y esto sucedía en el año 1911. • Cuando llegamos a Mollepata el gobernador, cuyo nombre no recuerdo, nos proporcionó peo118 nes campesinos que al llegar a Choq’ekirau empezaron a limpiar de las malezas y hierbas que cubrían todas las ruinas. • De Choq’ekirau recogimos de 20 a 30 cajones de piedras, huesos y cerámica. Champis amarrados a unos mangitos de madera dura, que parecía chonta. Estos champis (bronce) tenían forma de bachillas. Estuvieron cubiertas de óxidos y moho de color verde café. • Volvimos después a Choqueq’ekirau y los obreros campesinos se quedaron limpiando las ruinas por más de 3 meses. Luego para este trabajo se instaló 5 campamentos. En la dirección de estos trabajos de Choq’ekirau estuvieron los doctores: Bingham, Erdis, Ford, Little [Joseph Little] y Bestor [Paul Bestor]. • Yo pasaba días íntegros acompañando a Bingham para visitar los campamentos. Tenía un secretario que se llamaba Carlos Duque, hijo de don Pedro Duque, de la zona de Santa Ana (hacienda). Este secretario hablaba inglés y había estado en Estados Unidos, hablaba castellano, pero, no hablaba quechua. • El señor Ardí [Osgood Hardy] hablaba quechua, era un gringo bueno y era el más joven de todos. También nos acompañaba un joven q’olla de Puno, Ricardo Charaja (Distrito de Santa Rosa, Prov. Melgar, Puno) que le enseñaba quechua al gringo Hardy. • Todas las cosas que encontraron en Choq’ekirau los gringos se las llevaron a Estados Unidos también había “marfil”, tiestos, chasis, piedras pulidas, huesos. Todos estos hallazgos los empaquetamos cuidadosamente en cajones que había que llevar en mulas hasta Arequipa y de ahí se embarcaba en unos barcos grandes. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Entrevista a Luis Rodríguez Carpio Llevamos cerca de 300, en cada campamento había diez mulas y arrieros. Las recuas de mulas eran de don Valentín Rondón, de José Paz y de José Cuba, eran cerca de 60 mulas. • Don Luis Rodríguez continúa narrando y nos dice: • Después era difícil la situación, cuando el mundo estaba en la Primera Guerra Mundial cuando estábamos en Huancarama, los grupos estuvieron muy preocupados y tenían su radio y escuchaban noticias. En Andahuaylas, Santa Ana, Puqyura, comentaban a cerca de la Guerra Mundial. Era curioso, con un aparatito pequeño se comunicaban con los Estados Unidos. Cuando nuestro gobierno declaró la Guerra, nos llamaron a todos para volver al Cuzco. • Estuvimos mucho tiempo en Cuzco buscando “antigüedades” y luego de encajonarlas en cajas de 0.60 x 1.00 x 1.00 m. las llevamos a despachar a la estación de ferrocarril de Sicuani para despachar a Arequipa y de allí a Estados Unidos. • Continua Don Luis Rodríguez: El puente de San Miguel lo conocí un año antes o sea en 1910 y sabía que era un puente para llegar también a la hacienda Machupicchu. • Mi trabajo en 1910 era traer cosecha de don Braulio Borda, dueño de la hacienda Echaraty, me acuerdo que en el puente vendían rocotos en bateas sin contar, solo en montoncitos. Cerca del puente me encontré con uno de mis amigos que vivía en ese sector. El que vivía ahí era mi amigo y me dijo descansa aquí y vamos a visitar algo que no conoces. • Empezamos a subir una ladera muy parada con un amigo que apellidaba Monroy y vivía cerca al puente y tenía sus chacras arriba en los andenes de Machupiqchu. Era un camino muy difícil, lleno de matorrales de una legua de subida y pasamos por una serie de escalinatas, la mayor parte de piedra y algunas de madera de troncos cortados y puestos sobre la tierra, amarrados con bejuco (fibra vegetal de la zona). • Allí arriba mi amigo Monroy cultivaba en los andenes antiguos, rocotos rellenos, yuca, calabazas, virracas y en los alrededores todo estaba enmontado, árboles grandes y pequeños arbustos cubrían los demás andenes no cultivados. Más arriba estaban unos galpones de piedra muy fina y blanquecina, tenían mojinetes y se veía bien claro junto con los arbustos. No se podía entrar. No se sabía cuantas víboras había por los matorrales. Era peligroso. • Al año siguiente, 1912, llegaron varios doctores de EE.UU. a la Casa Lomellini y como los dueños nos conocían, nos contrataron para ayudar a trasladar sus equipajes en una expedición. A don Luis Rodríguez, hombre fuerte y alto, de más o menos 1.78 m., de barba blanca y con sus ochenta años y acento characato (campesino arequipeño), le gustaba hacer estos recuerdos de antaño: • Visitamos varios sitios con ruinas y andenes, siempre acompañando a los gringos junto con mi amigo Benigno Pantigoso y Julio Victorio. Exploramos Llacqtapata y los sitios con ruinas del frente de Machupiqchu. • Al llegar a Machupicchu, 20 trabajaron seis meses cor tando árboles, limpiando la maleza. Cada semana se cambiaban los peo nes que ve nían de Chinchero, Maras, Ollanta y Huarocondo. Cada gober nador se encargaba de traer a los Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 119 Luis Barreda Murillo peones de su tierra y los gringos les pagaban dos soles peruanos por día. Además, les daban premios si encontraban tupus, un chumpi, (hacha de bronce). El premio consistía en un Sol peruano. • En el Cuzco también llegué a saber que había una hacienda llamada Piqchu de igual nombre que en las cercanías de Machupiqchu, donde había otra hacienda llamada Piqchu y donde están las ruinas, le llamaban los campesinos del sector, como Machupiqchu (machu = antiguo y Picchu = cerro elevado y pedregoso). • En Cuzco, encima de la casa hacienda de Piqchu encontramos muchos tupus de champi, en un sitio donde había una planicie que servía para la era. TEJIDOS Y MOMIAS Don Luis Ro drí guez, nos contó que descubrieron pedazos de tejidos en pésimo estado de conser vación, dentro de las cuevas, habían momias enteras de paja (tejidos y trenzados de paja). En ese momento pensé en mi desgracia de no haber estudiado en la universidad para saber todo lo que hacían los doctores gringos con Bingham a la cabeza, pero, la Universidad era para gente con mucho dinero acota. Los tejidos mal conservados y podridos los dejamos en las cuevas solo sacamos los huesos de las momias. Las momias estaban atadas con redecillas de paja. Encontramos momias en las cuevas de rocas y en cada cueva había 10 o 15 momias. El mismo Dr. Erdis se descolgaba por sogas para ingresar a las cuevas y sacar las momias. Se trabajaba desde las 7 a.m. hasta las 4 p.m. y había un descanso solo para el almuerzo. Había oportuni120 dades en que trabajaban hasta 40 hombres. Eran tantos los árboles y las malezas cortadas, pero, como estaban húmedas no se podía quemar y fue preferible tirar los troncos y la maleza barranco abajo. En todo este sitio que limpiamos no hemos encontrado ningún edificio ni pared hecho de adobes, pero sí encontramos muros interiores de casas y edificios grandes con revoque de barro. Todos estos muros que presentan revoques los hemos respetado. Este revoque era de barro con mucha paja y pintado de rojo y bien pegado a los muros de piedra. A la sombra de árboles y arbustos se había conservado y la lluvia no lo destrozó ni lo remojó; pero, en parte si lo había remojado y se había caído, dice don Luis Rodríguez. Los muros de los edificios son de piedra blanquecina con jaspes negros y la llaman granito. Es bastante dura para partir y pulir. Los muros tenían finos acabados y los bloques de piedra bien pulidas estaban unidos a otros bloques unos con otros sin barro. Pero algunos si tenían barro. Estos muros eran de piedra toscas sin mucho pulimento. LAS TRES VENTANAS Al limpiar encontramos un edificio con sus tres ventanas y los doctores se emocionaron al ver tan lindas ventanas y la piedra tan bien pulida. Tenía mojinetes a cada lado. Algunas piedras se habían caído y nos dieron orden de no reconstruir sino amontonar cerca al muro lateral las piedras que cayeron. En frente a las tres ventanas, encontramos excavando restos de huesos humanos o sea dos o tres tumbas y fragmentos de cerámicas. VÍBORAS Había muchos remedios, pastillas e inyecciones en el campamento. Cada vez que las víboras picaban a los peones inmediata- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Entrevista a Luis Rodríguez Carpio mente el médico de los gringos curaba las heridas. Habían muchas víboras y por escapar de ellas yo y mis compañeros Anselmo Celis y Justo Montañaz, dormíamos en la plataforma del Templo Mayor. Pantigoso tenía su carpa con el gringo Erdis, dor mían juntos. Después cuando llegaron las carpas grandes yo dormía con el Dr. Bingham y con el Dr. Ford. TELEGRAFÍA SIN HILOS El Sr. Bumstead, era especialista también en telegrafía. Tenía unos aparatos de radio, telegrafía para comunicarse con Estados Unidos. Muchas veces tuvimos que colocar unos alambres de cerro a cerro para que se comunique el Dr. Bumstead (posiblemente eran cables de antes de la radio comunicación). LAS COMIDAS El gringo Ardí andaba siempre con el Dr. Bingham y hasta le cocinaba. Ardí había ser vido en el ejército en 1910 y tenía su grado de sargento. Los víveres llegaban cada quince días desde Cuzco. TRES AÑOS EN MACHUPIQCHU Los doctores gringos vivieron tres años en Machupiqchu desde 1911 hasta 1913 y el único que volvía a los Estados Unidos era el Dr. Bingham. Los gringos se acostumbraron a vivir en Machupiqchu. Había un boliviano, Justo Montañez, que hablaba castellano e inglés era el traductor y luego el gringo Bestor aprendió castellano y parte del quechua y también era traductor. Los gringos no sabían montar mulas. Algunos gringos vivían en Cuzco por temporadas en el Hotel Colón, ubicado en el sitio donde ahora está el Hotel de Turistas del Cuzco (El Cuadro), allí tenían que llevar las mulas ensilladas para que viajen al Cuzco a Machupiqchu y a los alrededores del Cuzco a explorar ruinas. Me acuerdo mucho que era un problema conseguir mulas altas para Bingham y Bestor que eran los más altos. Un día compraron una mula grande para Bestor. Cuando la montó se espantó tanto con las carretas que había en Cuzco y la mula apretó la carrera y desapareció junto con el gringo. Se lo había llevado hasta el río Watanay. Allí encontraron al gringo Bestor muy asustado. MAPAS Los doctores Bumstead y Ford sabían hacer mapas y se dedicaron a hacer mapas de todos los sectores de Machupiqchu y al final juntaron todos los mapas de MAPAS, FOTOS Y METALES sectores y armaron el mapa gran- Bumstead [Albert C. Bumsde de todas las ruinas del sitio. tead] y sus ayudantes topógrafos levantaron planos, hacían MI SUELDO mapas y todos los doctores sacaYo ganaba S/. 80.00 al mes sin ban fotos, para ello habían traímesa (sin comida) y semanalmen- do máquinas fotográficas de te se me daba un cajón de víveres todo tamaño. Mientras que el para cocinarme y estos tenían que Dr. Erdis junto con sus ayudantraerlos del Cuzco. tes viajaba todas las semanas a De Machupiqchu llevábamos buscar metales y los acompañacajones de tiestos de cerámico ba Evert Gil, un mejicano que (fragmentos) que guardábamos era minero. en habitaciones de la Casa de Lo- Paul Bestor también los acompamellini y de regreso llevábamos ví- ñaba en busca de metales y me converes en las mismas mulas. taron que estaban alegres por que Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 121 Luis Barreda Murillo encontraron en el nevado Salkantay una veta cerca de la cumbre, dijeron que era una veta grande como la de Cochasaywas de buen oro. El doctor Bingham no quiso que se exploraran las minas, decía: no queremos riqueza si no antigüedades. Sin embargo, los gringos se llevaron muestras de molilbdeno, tungsteno, cobre y oro. Me contaron que para subir al Salkantay fueron hasta Limatambo, por Tarawasi empezaron a subir o sea por la parte de atrás del nevado y lo hicieron en dos días. Hardy el secretario de Bingham aprendió castellano y también quechua de un señor apellidado Charaja de Puno, del distrito de Santa Rosa, provincia de Melgar. Este Ricardo Charaja era el encargado del teodolito y tanto que andaba junto con Bingham y los otros gringos que se lo llevaron a Estados Unidos por que quería aprender bien inglés. Este Charaja regresó a los dos años y medio y en su pueblo no quería comer chuño, ya no quería hablar quechua y finalmente volvió a Estados Unidos. El gringo Little, ayudante del mejicano Gil, junto conmigo y mis compañeros arrieros viajamos hasta Caravelí, en Arequipa para entregar las carpas a la empresa Dupont de Chile que se dedicaba a exportar el salitre de los chilenos. Allí vendieron los gringos todas las cosas del campamento que las llevamos en 80 mulas que las conducimos con los arrieros Enrique Santos, Marcos Arenas, Benigno Pantigoso, Julio Victorio y yo. Llegamos a Caravelí el 1 de enero de 1913 llevando la carga de carpas y equipos importados a los chilenos que administraban la Compañía exportadora del salitre y que habían comprado todo el equipo a la expedición Bingham. con paja y luego pintada con rojo. Generalmente esto se observaba por dentro, por donde se había conservado este revoque y la lluvia, ni la maleza había destruido. Posiblemente algunos muros exteriores también tuvieron acabado con revoque pero al verse los edificios sin techo la lluvia destrozó con facilidad este revoque. El Dr. Bingham ordenó que se conserve dicho revoque y no se limpie. Había sectores grandes del muro interior que conservaba este revoque y sacaron muchas fotografías. Nuestra atención se concentró en documentar fotográficamente las puertas y ventanas trapezoidales que les llamaron mucho la atención a los doctores. Este estilo de forma trapezoidal de edificios, puertas, ventanas y nichos se encontraron a Machupicchu, Vilcabamba, Ollanta, Pisaq, Ñusta, Ispana, Rosaspata. El Dr. Bingham ordenaba que se mida, que se fotografíe, sigue informando don Luis Rodríguez Carpio. EL TEMPLO DE LA LUNA Aquí no había nada más que unas piedras de río que las dejamos en un rincón, prosigue don Luis Rodríguez Carpio. El Dr. Erdis tomó fotografías y ordenó que se limpie sin dañar las paredes interiores. En esta cueva habían muchas serpientes y quemando la maleza las espantamos. MULA ESPECIAL Y ALTA Tuvimos que bajar hasta Tiabaya en Arequipa para comprar mulas altas para los gringos porque eran muy altos. En Tiabaya pagamos S/. 500.00 por cada mula de “estimación” cruzadas con mulas de Tucumán, Argentina. Las mulas argentinas eran muy cotizadas por los hacendados cuzqueños por ser altas y de PAREDES CON REVOQUE buena estampa. Estas mulas lleMuchas paredes de muros esta- gaban también arriadas en reban recubiertos por una gruesa cuas al Cuzco cargando vino capa de revoque de tierra arcillosa desde Tucumán. 122 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Entrevista a Luis Rodríguez Carpio BINGHAM NO GUSTABA ALOJARSE EN LAS CASAS HACIENDA Siempre gustaba que lo acompañe para cuidar de las mulas y el equipaje y conjuntamente con Charaja viajamos a varios sitios en mulas y a pie y nuestro jefe Bingham siempre esperaba que armemos la carpa para dormir, no le gustaba alojarse en casa de los hacendados. Era buena gente, regalaba propinas a los campesinos en todas partes donde los encontraba. CAZADOR NOCTURNO El Dr. Ellwood era un exper to cazador, salía en las noches a cazar con una lámpara especial cazaba toda clase de aves y animales silvestres para disecar los y lle var los a Esta dos Unidos para su estudio infor mó don Luis Ro drí guez. El Dr. Ellwood decía que muchos animales, gusanos y aves así como plantas no se conocían en la Universidad de Yale en Estados Unidos y tenía que estudiarlos. PIKILLAQTA Y CHOQUEPUJIO Viajamos con el Dr. Bingham y el Dr. Erdis al valle de Lucre, recorrimos las orillas de la Laguna y subimos a las ruinas de Pikillaqta, donde encon tra mos mu chas pa re des más altas que en Machupiqchu y estaban totalmente cubier tas con vegetación y árboles de resinas alisas, chachacomos y árboles pequeños con frutos rojos y maleza. Allí ordenó el Dr. Bingham que se excave, lo mismo en Choquepujio lugar con ruinas al otro lado del río Watanay, viendo desde Pikillaqta. En los dos sitios se excavó y encontramos huesos humanos y pedazos de tiestos, así como también encontramos tupus sacaron fotos y dejamos el sitio, acota don Luis Rodríguez Carpio. NO VIVÍA NADIE EN MACHUPIQCHU Eran las 10.30 a.m. del día 28 de setiembre de 1973 cuando prosigue nuestra entrevista al Sr. Rodríguez, quién nos relata que nadie vivía en la parte alta de Machupiqchu, o sea en el sitio donde estaban las ruinas. Este sector lo llamaban Intiwatana y pertenecía al Sr. Monroy y él le llamaba Hacienda Intiwatana, Melchor Arteaga no vivía en las mismas ruinas si no en la ladera del cerro donde hacía chacras de yuca, virracas y rocotos. YO, LUIS RODRÍGUEZ VINE DE AREQUIPA Mi Padre vino al Cuzco en 1901, se llamaba Manuel Rodríguez Castelo y vino a trabajar, pero recién en 1906 entró a trabajar en la empresa que tendía los rieles del Ferrocarril y ese año el tren llegó a Sicuani. Me acuerdo que de Sicuani a Cuzco bajamos con mi amigo Velarde, hijo de la familia Velarde que hoy tiene su ferretería, en la calle… Luego de que mis padres se vinieron a vivir en el Cuzco, me pusieron en el Colegio Salesianos, de allí pasé al Colegio de la Merced donde conocí como profesores al Dr. Aquiles Chacón, al Dr. Pareja, al Dr. Luis Paredes, al Dr. Valer de Cotabambas, al padre Soto, al padre Troncoso y otros profesores del Colegio. Estudié solo hasta el 4to. de primaria y me puse a trabajar. RECUERDO ALGO DEL CUZCO DE 1900 Por 1907 vi trabajar la Plaza de Armas de Cuzco. La empedraron y se instalaron los toldos de lona para el mercado. Cada señora que vendía carne, papas, maíz, tenía toldo en la Plaza del Cuzco. Estos trabajos los mandó a hacer el prefecto del Cuzco que era arequipeño, el Sr. J. P. Núñez. Después en 1908, el prefecto Eduardo Arenas mandó rellenar y empedrar la Plaza de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 123 Luis Barreda Murillo las Nazarenas con faenas y los campesinos llegaban para trabajar gratis. No se les pagaba porque decían que era faena para el Cuzco. En 1908 se fundó la Empresa Arequipeña de Cer veza. En 1909 ingresé al Ejército en el Cuzco cuando trabajaba en la cer vecería y estaba de gerente el Sr. Frailer y me despacharon a Lima y después de 10 meses regresé a Cuzco y me reincorporé a mi trabajo en la Cer vecería. No me gustó. Me fui a Puno, a Tambopata, donde iba a continuar el trazo del ferrocarril de Tirapata a Puer to Leguía. No le pagaron a la Peruvian y se dejó solamente las estacas. Mi señora trabajaba en la Casa Lo melli ni y mi suegro, don Mariano Arenas, me garanti zó ante el Dr. Bing ham y cuando llegó a Cuzco en octubre de 1910. El primer campamento ya estaba en la finca de Santa Bárbara, frente a Zurite, en la hacienda de Núñez de la Torre. En no viem bre se ins ta ló otro campamento en Anta y el mismo Dr. Bingham empezó a hacer mapas de la Pampa de Anta y se subía a los cerros con su teodolito. Desde Anta caminábamos hasta el cerro Mama Simona cerca de Qorqa, buscando fragmentos de cerámica y llegamos a Huancahuanca de donde bajamos al pueblo de Huall pa cha ca. Encon tra mos muchos fragmentos de cerámica y llegamos hasta las orillas del Río Apurímac y habían también mor te ri tos de pie dra y con ti nua mos has ta Pa qa riqtambu por la quebrada de Qorqa y seguían apareciendo tiestos. De esta zona pa sa mos a Ollanta y se alquiló una casa del Sr. Zamora y el Dr. Bingham empezó a estudiar las ruinas que le gustaron mucho y se 124 quedó un mes. El gober nador tra ción de una ex pe di ción de de Ollanta, era el Sr. Luis Valle ex plo ra ción, y todo sin co que ordenó se limpiara todas brar nos nin gu na co mi sión ni las ruinas de los matorrales al qui ler, aun cuan do ocu pa que cubrían los muros. mos un cuar to gran de en sus Luego de estudiar Torontoy al ma ce nes como nues tro cen de donde sacaron 8 momias, tro de ope ra cio nes du ran te tiestos y champis (tupus). mu chos me ses. (Bing ham H. Se dirigieron a Huadquiña. 1913: 530, 537, 573). Después de explorar las lade- Be nig no Pan ti g o so, ayu ras de los cerros no encontra- dan te de co ci na de la Expe di ron nada y decidieron regresar ción Pe rua na de la Univer si al Cuzco. Fabricamos cajones dad de Yale fue en tre vis ta do de madera especiales para colo- por El Co mer cio del Cuz co el car cada momia en su cajón res- 22 de ju lio de 1961 con mo tipectivo, para no destrozarlas. vo de los 50 años de la lle ga da Volvimos con los 40 cajones de Hi ram Bing ham a Ma chu hasta Torontoy y empaqueta- Pic chu. Pan ti go so por en ton mos las momias y como el ca- ces por te ro de las de pen den mino es estrecho cada mula cias de la Fa cul tad de Agro no cargaba un solo cajón con su mía de la UNSAAC, dice al momia. Avanzábamos muy len- res pec to: to y lo que se hacía en dos días …con tra ta ron 44 peo nes lo hicimos en 5 días, por que para que limpiaran la yerba de en el camino recogimos las de- las ruinas. Recuerdo que al esmás momias que dejamos guar- carbar la tierra encontraban dadas. Los campesinos ayudan- muchas barretas, bachillas, y tes no querían cargar las mo- objetos de champ’u. Nunca dimias en las mulas, tenían mie- jeron que hubiera oro y si lo hudo, decía que lo que hacíamos biera sido no podría haber me con los gringos era malo y les dado cuenta por que el champtraería desgracias y perderían ’u es metal amarillo. Lo que si sus cosechas y ellos mismos sé es que por cada objeto que los cam pe si nos en fer ma rían encontraban los trabajadores hasta morir. eran gra ti fi ca dos con dos o Una vez que lle ga mos al tres soles que yo mismo les enCuzco, las momias en sus cajo- tre ga ba por en car go del Sr. nes, las dejamos en la Casa Lo- Bingham… mellini en cuyo interior se al- Las relaciones económicas y quilaron cuatro habitaciones financieras de la Yale Peruvian para guardar las cosas de la ex- Expedition y sus contactos lopedición. cales no son punto especialHi ram Bing ham alu de a mente relevante aquí, aun cuandon Luis Ro drí guez Car pio do si es per tinente destacar su como “su fiel arrie ro Luis” y impor tancia para alcanzar una ex pre sa en los si guien tes tér - plena comprensión de la histomi nos su re co no ci mien to: A ria de Machu Picchu en el siglo los se ño res Cé sar Lo me lli ni y XX. En ese sentido, hay que teC. de quie nes du ran te dos ner presente que Hiram Bingaños han ac tua do como nues - ham llevó un minucioso registros agen tes y han pues to a tro de los gastos para rendir nues tra dis po si ción sus exce - cuentas a sus auspiciadores y len tes ins ta la cio nes para el patrocinadores. Esta documenma ne jo de las si tua cio nes di fí - tación se encuentra en los Paci les que sur gían en co ne xión peles de Hiram Bingham (Grucon la or ga ni za ción y ad mi nis - po 664; Serie VII). Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 KOREKENKE UKUMARI (OSO DE ANTEOJOS) MACHU PICCHU, YALE Y LA ÉTICA DE LA ARQUEOLOGÍA ESTADOUNIDENSE1 Mariana Mould de Pease E l se gun do prin ci pio de la éti ca de la ar queo lo gía es ta dou ni den se es ta ble ce las exi gen cias de la res pon sa bi li dad arqueo ló gi ca —ac coun ta bi lity—, en los si guien tes tér mi nos: La inves ti gación arqueológica res pon sa ble, que in clu ye to dos los ni ve les de la ac tivi dad, requiere de un conocimiento de las exi gen cias de la res pon sa bi li dad pú bli ca y un com pro mi so para ha cer todo es fuer zo ra zo na ble, de bue na fe, para ac ti va men te con sul tar con el/los gru po/s afec ta dos/s, con la meta de es ta ble cer una re la ción de tra ba jo que be ne fi cie a las par tes in vo lu cra das. Es des de este mar co de re fe ren cia que con tri bu yo a ha cer via ble la res ti tu ción cul tu ral a Ma chu Pic chu que Yale y el Perú tie nen pen dien te con esta llac ta inca, en vís pe ras del pri mer cen te na rio en que Hi ram Bing ham pre sen tó al mun do su pri me ra vi si ta, efec tua da el 24 de ju lio de 1911, a Ma chu Pic chu cómo el “úl ti - 1 Una primera versión de este texto se publicó: en Lundero. Publicación cultural de “La Industria”. Chiclayo–Trujillo. Octubre del 2010. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 127 Mariana Mould de Pease mo lu gar en Amé ri ca que que da ba para ex plo rar en so le dad.” Así aho ra cito al his to ria dor es ta dou ni den se Chris top her Hea ney, gra dua do en la Univer si dad de Yale, por que en su li bro so bre Ma chu Pic chu y Hi ram Bing ham pu bli ca do en in glés en abril del 2010 —y to davía sin tra duc ción al cas te lla no— dice: A primera vista, es difícil no simpatizar con los arqueólogos de Yale. A tra vés de su trabajo y el de sus colegas, ahora sabemos mucho sobre el sitio y sus pobladores más humildes. A ellos, la aparición (la reaparición en el 2003) del Decreto Supremo de 1912 les puede parecer sospechosa, cómo si se hubiera sido producido por conveniencia política. También les era frustrante el hecho que los peruanos ocasionalmente involucrados (en esta restitución cultural) confundieran el decreto de 1912 con el decreto de 1916. Los arqueólogos de Yale insinuaron que el gobier no del Perú estaba haciendo juegos políticos con los artefactos, instando a la prensa hacia una frenética búsqueda de los “tesoros” de Machu Picchu. A pesar que la colección contiene unos verdaderamente delicados bronces, platería, cerámica y otras piezas de piedra, no es nada parecida a los artefactos de oro que fueron saqueados de la costa nor te peruana en los años de 1980 y 1990. Yale señalaba que los museos peruanos no eran seguros, mientras la uni versidad acababa de comprometerse con una exposición muy costosa, garantizando su exhibición continua. Y, además, estaba el asunto del paso del tiempo que Yale y sus abogados luego exgrimirían, (afir mando que) el Perú estaba amarrando a Yale con un acuerdo después de no hacerlo en casí un siglo. La historia, sin embar go, tiene una sugerencia distinta. El Perú había pedido los cráneos, huesos y ar tefactos antes y Bingham no los había devuelto. El explorador había ciertamente dejado esqueletos en el clóset de Yale: el decreto que mandaba 128 el regreso de la colección Machu Picchu. Más aún, la colección de Yale contiene los artefactos por los que Bingham había pagado a los peruanos para sacarlos de contrabando. El reclamo del Perú estaba más respaldado por la historia de lo que sabían sus negociadores. Esta pre ci sión de Hea ney es he ri da abier ta —y san gran te— en tre el go bier no y las so cie dad pe rua na or ga ni za da en tor no a te mas de res ti tu ción cul tu ral; en este caso, la de vo lu ción que Yale no quie re hon rar con Ma chu Pic chu, San tua rio His tó ri co de la Hu ma ni dad. En el lar go pro ce so de re cu pe ra ción del sa queo de esta hua ca del Inca in ter vie ne aho ra nues tro pri mer Mi nis tro de Cul tu ra, ya que ha anun cia do en sep tiem bre pa sa do que es la voz prin ci pal en el re cla mo de las pie zas de Ma chu Pic chu a Yale; asi mis mo, que ha te ni do la suer te de co no cer al se na dor Chris top her Dodd —quien aho ra ocu pa el cu rul de Bing ham— quien se ha com pro me ti do a ayu dar al Perú. Hay que te ner pre sen te que el Dr. Juan Ossio, es un dis tin gui do an tro pó lo go y exa lum no de la Pon ti fi cia Univer si dad Ca tó li ca del Perú con quién Fran klin Pea se G.Y. (1939–99), mi es po so y yo com par ti mos mu cho por lo que pu die ra ser que al gu na vez con ver sa ra mos so bre los ma nus cri tos pe rua nos que ac tual men te es tán en la Bi blio te ca Ster ling de la Univer si dad de Yale y que Fran klin bien re cor da ba que Bing ham ha bía com pra do de la fa mo sa Co lec ción de Fran cis co Pé rez de Ve las co. Esta in for ma ción oral es co rro bo ra da por Jerry E. Pat ter son, bi blio te ca rio de Yale quien pu bli có en mayo de 1956 que es tos do cu men tos ha bían sido pa ga dos por el Fon do de Explo ra cio nes de Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machu Picchu, Yale y la ética Sur Amé ri ca, además, que se co no ce su ori gen y pro ce den cia ya que en tre cor che tes tie ne las si glas SAEF que pre ci san que per te ne cie ron a Pé rez de Ve las co. Estos ma nus cri tos fue ron ci ta dos por Hi ram Bing ham en un ar tícu lo de 1908 re cuer da el bi blio te ca rio Pat ter son quién —ade más— ex pli ca que al gu nos de los do cu men tos re la tivos al Perú es tu vie ron an tes en otras bi blio te cas es ta dou ni den ses. LA ÉTICA ARQUEOLÓGICA Y SU PROYECCIÓN POLÍTICA La Colección Machu Picchu que Hiram Bingham for mara para Yale es —cier tamente— un extraordinario tesoro de infor ma ción, co no ci mien tos y reflexiones que en la larga duración de la Historia ya se va desplegando por la investigación interdisciplinaria y bilateral sobre Machu Picchu. Este conjunto de materiales arqueológicos, archivísticos y bibliográficos constituye un tesoro que debe ser presen ta do lo más cerca posible a esta llacta inca en mutuo entendimiento entre el Cuzco, el Perú, Yale y los EEUU para contribuir a que tengamos un mundo libre de sa queos y de pre da cio nes culturales. Recordemos que el senador Christopher Dodd declaró en junio del 2010: Los ar tefactos de Machu Picchu no per tenecen a ningún gobier no, institución o universidad; per tenecen al Pueblo del Perú. Mi plan es trabajar con las dos par tes para resolver esta disputa rápida y amistosamente y devolver los ar tefactos a sus dueños legítimos. La mediación del senador Dodd ante Yale requiere que el Dr. Ossio, haga salir airoso al Perú del juicio que —a través del Ministerio de Relaciones Exte rio res— abrie ra en el 2008 ante una cor te estadounidense (y que venimos perdiendo) ha cer le gal men te via ble esta devolución a Machu Picchu. En esta tarea inherente a la diversidad cultural, el Ministro de Cultura del Perú tiene como referente nacional la Ley de repatriación de los objetos arqueológicos que for man par te de la Colección Machu Picchu de la Universidad de Yale, N° 28778 que dispone proceder en concordancia con la propuesta de colaboración expresada por dicha Universidad. El Dr. Ossio, profesor honorario de la UNSAAC, no par ticipó en las reuniones de la Comisión de alto nivel de repatriación de los objetos arqueológicos que for man par te de de la Colección para Machu Picchu (CANEMP), constituida por la ley 28778, como se puede verificar en la memoria escrita a título personal por el representante del Congreso de la República ante esta Comisión, el historiador Dr.Fer nando Ayllón Dulanto, director del Museo del Congreso de la República. El Dr. Ossio a través de la revis ta de di fu sión im pre sa y electrónica de la Pontificia Universidad Católica del Perú titulada PuntoEdu del 15 de septiembre del 2010 ha infor mado que había conocido recientemente al senador Christopher Dodd, asimismo, que las negociaciones deben llevarse de manera cordial, no imperante. Si encontramos un camino, debe ser a través de la concordia. De volver las piezas, podemos es ta ble cer acuer dos de cooperación para que los tiestos, que no se van a exhibir y son objetos de estudio, sean inves ti ga dos por los arqueó logos peruanos, de Yale o de otras universidades nor teameri ca nas, pero guar da dos en nuestro país. Podría ser en el Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 129 Mariana Mould de Pease mismo Cuzco en for ma de un secke (1883–1968), cómo recmuseo. tor de la UNSAAC en 1912 le Este museo también deberá proponía a Hiram Bingham la ser un centro de investigacio- cons truc ción de un mu seo nes que ar ticule la arqueología cómo se puede verificar en la con la historia y antropología, do cu men ta ción ad jun ta, sin para lo cual debe incluir los do- embargo, fue la empresaria micumentos —ya sean papeles nera y filántropa señora Anita oficiales o publicaciones perio- Fe r n a n d i n i d e N a r a n j o dísticas sobre las negociacio- (1908–1982) quien financió su nes o el juicio— que registran edificación cincuenta años deslos hechos así como las accio- pués dentro del área protegida nes respectivamente de Yale y de este Santuario de la Humaniel Perú puesto que son funda- dad, mediante una donación a mentales para preser var la au- la UNSAAC cómo registra y diten ti ci dad de Ma chu Pic chu, funde el ingeniero Víctor Maen la larga duración de la histo- nuel Chávez González, en su ria. Esta es una de las finalida- defensa de la intangibilidad del des de incluir las copias de la estadio universitario, como vedocumentación que he podido remos a continuación. El doclocalizar sobre Machu Picchu tor Ma nuel Chá vez Ba llón y Hiram Bingham en la “Colec- (1918–2000) cómo di rec tor ción Franklin Pease G.Y. para del Parque Arqueo ló gi co de la his to ria an di na del Perú” Machu Picchu en la década de que es tán sido cla si fi ca das 1970 im pul só su aper tu ra y para su puesta en valor en la Bi- fun cio na mien to, la men ta bleblio te ca Na cio nal, en Lima, mente a su retiro de la adminiscon el apoyo de clientas y clien- tración pública este museo de tes de Super mercados Perua- sitio entró en una fase de detenos S.A. mediante el programa rioro hasta que en el 2005 fue de “re don deo del vuel to”. recuperado por el antropóloEsta es práctica que se ha ex- go Dr. David Ugar te Vega Centendido por todos lados y que teno siendo director del Instidolosamente manipulada por tuto Nacional de Cultura. algunos malos negocios afecta Por razones aún por estunegativamente a las y los con- diar desde el cambio de gobier sumidores, pero, que ejercida no central llevado a cabo en juho nes ta men te por los ne go- lio del 2006 el INC ha descuicios hace posible que la respon- dado otra vez el Museo de sitio s a b i l i d a d s o c i o c u l t u r a l Manuel Chávez Ballón. Es así —como en ese caso— sea ejer- que la historiadora Dra. Cecicida masivamente. lia Bákula, como directora naUn equipo de voluntarios y cional del INC pretendió exvoluntarias vinculados de una propiar el deteriorado estadio u otra manera a la Pontificia de la UNSAAC en la ciudad Universidad Católica del Perú del Cuzco y proceder a su deapoya esta clasificación docu- molición para construir en ese mental de la Colección Pease terreno el museo y centro de inque es entidad receptora de do- ves ti ga ción que el go bier no naciones, gracias a los aboga- del Perú ya ha debido consdos doctores Humber to Me- truir para promover tanto la drano Cor nejo y Sandro Fuen- conser vación cultural y natutes Acurio así como el estu- ral del Santuario Histórico Madiante Francisco Baldeón. chu Picchu así como para inEs per tinente tener presen- centivar su uso turístico respete que ya el Dr. Albert A. Gie- tuoso. Este museo, que —en 130 mi opinión— debe estar ubicado dentro del área de protección de esta llacta inca, es indispensable para que la Universidad de Yale y el gobier no del Perú, en sus niveles central, regional y/o local busquen —y encuentren— el mutuo entendimiento intercultural para lograr —rei tero, con jun ta mente— la preser vación de esta llacta inca. Cier tamente, soy perfectamente consciente que todavía es tarea pendiente entre nosotros y nosotras poner las condiciones para estabilizar el Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón. ¿CELEBRAR O CONMEMORAR? Ma chu pic chu, que así apa re ce es cri to en la do cu men ta ción his pa no an di na des de 1565, fue edi fi ca da por Pa cha cu tec Inca Yu pan qui —o qui zás por su pa dre Wi ra co cha Inca— para su pa na ca unos cien años an tes de la lle ga da de los es pa ño les a los Andes; y, por su ubi ca ción en las al tu ras del va lle del Uru bam ba fue quedando marginal —más no ig no ra da— por el Perú his pa no an di no que sur gía por en ton ces. Hi ram Bing ham, con el apoyo del pre si den te Au gus to B. Le guía (1908–12), lle vó a cabo las pri me ras in ves ti ga cio nes in ter dis ci pli na rias que sus ten ta ron su co mu ni ca ción al mun do des de la Univer si dad de Yale en 1911 que ha bía ha lla do la ciu dad per di da de los in cas, ini cian do así un flu jo de vi si tan tes en cons tan te au men to. Por ello, el sec tor tu ris mo quie re ce le brar este he cho his tó ri co que pro pon go con me mo rar para que sea un mo men to de re fle xión so bre la con ser va ción cul tu ral y na tu ral de Ma chu Pic chu cómo sím bo lo del Perú del si glo XXI. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 ASPECTOS JURÍDICOS DE MACHU PICCHU Elías Carreño Peralta1 T ratar los aspectos jurídicos sobre Machu Picchu es asunto muy complejo por las diversas cuestiones y problemas que tiene el Santuario Histórico de Machu Picchu (SHM). Por ello, abordaremos en este ensayo de investigación, los aspectos principales siguientes: El régimen de propiedad estatal del patri mo nio ar queo ló gi co, el régimen jurídico de los suelos, la condición de área natural pro- tegida, la gestión del patrimonio cultural y el turismo, la institucionalidad y la repatriación de las piezas arqueológicas desde la Universidad de Yale. arqueológico por su procedencia prehispánica, es de exclusiva titularidad del Estado y de la Nación, incluyendo por cierto, a los principales monumentos arqueológicos como la ciudad inca de Machu Picchu. Así lo deRÉGIMEN JURÍDICO DEL ter minó para empezar, el DecrePATRIMONIO to Supremo No. 089 del 22 de ARQUEOLÓGICO abril de 1822, una de las primeSiempre ha sido parte de la le- ras nor mas de la República, en gislación especial y ha dejado el sentido de que los monumenmuy en claro que el patrimonio tos que quedan de la antigüedad 1 Profesor asociado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UNSAAC y magíster en derecho ambiental por la Universidad de Andalucía. E–mail: [email protected] Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 131 Elías Carreño Peralta del Perú son propiedad de la Nación. Luego, la primera Ley del Patri mo nio Cul tu ral de la Nación, Ley Nº 6634 de 13 de junio de 1929, reafir mó el dominio del Estado sobre los bienes cul tu ra les prehis pá ni cos, principalmente inmuebles y, la primera nor ma suprema que consagró esta política fue la Constitución de 1933 cuyo ar tícu lo 82º de ter mi nó que: “Los tesoros arqueológicos, ar tísticos e históricos están bajo la salvaguarda del Estado”. En ese mismo sentido, el artículo 36 de la Constitución de 1979 estableció que los yacimientos y restos arqueológicos, construcciones, monumentos, objetos artísticos y testimonios de valor histórico, declarados como Patrimonio Cultural de la Nación, están bajo el amparo del Estado y que la ley regula su conser vación, mantenimiento y restitución. La vigente Constitución de 1993 a través de su Art. 21 prescribe también que: “Los yacimien tos y res tos arqueo ló gicos, cons truc cio nes, mo numentos, lugares, documentos bibliográficos y de archivo, objetos ar tísticos y testimonios de valor histórico expresamente de cla ra dos bie nes cul tu rales, y provisionalmente los que se presumen como tales, son patrimonio cultural de la Nación, independientemente de su condición de propiedad privada o pública. Están protegidos por el Estado”. Al respecto, hay que aclarar que Machu Picchu ha sido declarado expresamente como Patrimonio Cultural de la Nación a través de Ley No. 23567. No debe con fun dir se Nación con Estado, pues el primero es el conjunto de personas que vi ven en un te rri to rio, mientras que el Estado es la Nación jurídicamente organi132 zada. Lo impor tante de ambos concep tos, en todo caso, es que consagran un régimen jurídico público para los bienes arqueológicos, excluyendo un régimen de propiedad privada, sobre todo para los inmuebles prehis pá ni cos, como ca sas, canchas, andenes, acueductos, con jun tos ur ba nos, ca mi nos, puentes y ciudades procedentes de todas las culturas precolombinas de nuestro país. His tó ri ca men te, la le gis lación civil del Perú ha prescrito lo mismo. Así, por ejemplo, el Código Civil de 1936 al regular la clasificación de los bienes inmuebles del Estado, en el Libro de los Derechos Reales, incluía a las aguas, puentes, caminos, plazas públicas y de modo expreso a los monumentos arqueológicos. El Art. 954 del vigente Código Civil de 1984, promulgado por Decreto Legislativo No. 295, en lo referente a la propiedad predial y sus alcances, deter mina que comprende el suelo, el sub–suelo y el sobre suelo a par tir de los linderos de la propiedad hasta donde sea útil al propietario, exceptuándose del subsuelo, a los recursos naturales y los yacimientos arqueológicos que se remiten a su legislación especial. Con lo que queda muy claro entonces, que en la historia del derecho nacional, a nivel constitucional, civil y de la legislación especial, se ha consagrado siempre la titularidad pública de los vestigios y bienes arqueológicos inmuebles en todas sus expresiones, incluyendo por cierto, en primer nivel a las ciudades y centros po bla dos prehis pá ni cos como es la ciudad inca de Machu Picchu y las otras zonas, conjuntos y sitios arqueológicos de la Red de Caminos Inca del Santuario Histórico de Machu Picchu y del territorio nacional en su conjunto. RÉGIMEN JURÍDICO DE LOS SUELOS Muy a pesar de que el ar tículo 3 del Reglamento de Investigaciones Arqueológicas, aprobado por Resolución Suprema N° 004–2000–ED es ta ble ce que las zonas, sitios, paisajes arqueo ló gi cos y otros in muebles, que tienen la categoría de mo nu men tos ar queo ló gi cos prehispánicos, son intangibles y están protegidos por el Estado, no hay nor ma alguna, en toda la legislación cultural, que deter mine la condición jurídica de propiedad estatal de los suelos adyacentes a los inmuebles arqueológicos. Por ello, el régimen de propiedad pública de los monumentos e inmuebles arqueológicos ha coexistido siempre con el régimen de propiedad privada de los predios vecinos. Y ese ha sido también el caso de Machu Picchu, el cual, antiguamente, se encontraba en el ámbito de la hacienda Sillque del distrito de Ollantaytambo que pertenecía a la familia Ferro y que estaba inscrita a fojas 60 del tomo 1 del Registro de Predios del Cusco. Posterior mente los herederos de la señora Lourdes Ferro de Abrill realizan e inscriben en el asiento 9 del precitado tomo, la división de dicha hacienda en 4 lotes, incluyendo a los predios Santa Rita de Qquente y Qquente. El predio Qquente de 22,000 hectáreas que era el lote 4, se adjudicó al señor Emilio Abrill Vizcarra. Luego, por Escritura Pública del 12 de setiembre de 1944, don Emilio Abrill Vizcarra vende a Julio Zavaleta Flores las 22 mil hectáreas, estableciendo en la cláusula quinta del contrato, una reser va de venta, que excluía de la misma, a las indemnizaciones que se seguían ante el gobierno por la expropiación de las ciudadelas incaicas de Machu Picchu, Huayna Picchu, Wi- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Aspectos jurídicos de Machu Picchu ñay Wayña, Sayaq Marka y Phuyupatamarca. En base a dicha reser va o exclusión de venta, que persigue asegurar, el pago del justiprecio respectivo, la sucesión Abrill ha iniciado sendos procesos judiciales en contra del Estado para intentar reivindicar la propiedad y las rentas generadas por la ciudad inca de Machu Picchu y los otros gru pos ar queo ló gi cos, muy a pesar de que la legislación especial del patrimonio cultural y la propia legislación civil de todas las épocas, así como los mandatos constitucionales, siempre excluyeron del régimen de propiedad privada, a los inmuebles arqueológicos, con lo que la propiedad de éstos siempre fue del Estado y no era necesario por lo tan to, que fue ran “ex pro piados” siendo entonces absolutamente improcedente, reclamar un justiprecio por el dominio y la administración estatal de las ciudadelas incaicas y el patrimonio arqueológico de Machu Picchu, Huay na Pic chu, Wi ñay Wayña, Sayaq Marka y Phuyupatamarca. En todo caso, en el momento, al respecto de la propiedad predial, su reivindicación y el cobro de frutos civiles o reclamación de ganancias, se tienen, entre las partes, los siguientes casos judiciales: • Causa N° 103–2003 seguida ante la 1° Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Cusco por Roxana Dominga Abrill Nuñez en representación de la sucesión Abril en contra del INC, hoy Ministerio de Cultura y el INRENA , hoy el SERNANP sobre reivindicación e indemnización. • Epediente N° 2228–2005 seguida ante el 3er Juzgado Civil del Cusco por Blanca Angélica Zavaleta Zavaleta contra el Ministerio de Cultura sobre reivindicación. • Causa N° 1949–2006 seguida ante el 2º Juzgado Civil del Cusco, por Blanca Angélica Zavaleta Zavaleta y otros contra el Minis te rio de Cul tu ra y el SERNANP sobre cobro de frutos civiles. • Causa No. 1954–2006 seguida ante el 3º Juzgado Civil del Cusco por Roxana Dominga Abrill Núñez contra el Ministerio de Cultura sobre reivindicación. Expediente N° 1791–2006 seguido por Julio Carlos Zavaleta Zavaleta sobre nulidad de asiento registral contra el Ministerio de Cultura. El Estado, a su vez, intentó sanear legalmente el régimen de propiedad de los suelos e inició procesos de expropiación mediante la Dirección General de Refor ma Agraria, habiéndose expropiado paulatinamente las siguientes porciones de predios: • Expropiación de 11,636.01 hectáreas. • Expro pia ción de 1,134.00 hectáreas. • Expro pia ción de 5,369.00 hectáreas. • Expropiación de 1,567.00 hectáreas. Por lo que, el total expropiado del ex fundo de Qquente alcanza a la extensión de 19,706.01 hectáreas debidamente registradas en la SUNARP Cusco con un saldo a favor de la sucesión Zavaleta de 2,293.99 hectáreas, cuya ubicación, sin embargo, en el terreno, no ha podido ser precisada por la SUNARP en base a la sucesión de asientos registrales que no siempre incorporan datos claros. Al mismo tiempo, el Estado ha conseguido la inscripción registral de todo el Santuario Histórico de Machu Picchu con 32,592 hectáreas en la Ficha N° 17699 del Libro de la Propiedad Inmueble de los Registros Públicos del Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 133 Elías Carreño Peralta Cusco, con lo que el dominio público del Santuario Histórico y Parque Arqueológico Nacional de Machu Picchu está garantizado. CONDICIÓN JURÍDICA DE ÁREA NATURAL PROTEGIDA Por otro lado, en el contexto de lo establecido por el Art. 2, inciso 22 de la Constitución de 1993 que reconoce el derecho fundamental de toda persona a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado para el desarrollo de la vida y lo dispuesto por el Art. 68 de la misma Constitución, en el sentido de que el Estado tiene la obligación de promover la conservación de la diversidad biológica y de las áreas naturales protegidas, Machu Picchu tiene también la condición de área natural protegida en la modalidad de Santuario Histórico, cuyo reconocimiento formal se dio todavía mediante De cre to Su pre mo N° 001–81–AA con una superficie de 32,592 hectáreas. De hecho, el fundamento principal para el reconocimiento de Machu Picchu como área natural es la rica diversidad biológica de ceja de selva que tiene, incluyendo el ecosistema de bosques húmedos de nubes y singulares muestras de flora y fauna como las variedades de orquídeas, el oso de anteojos, el gallito de las rocas, entre varios otros. En este caso, además de las normas constitucionales, el régimen legal aplicable está contenido en la Ley de Áreas Naturales Protegidas, Ley N° 26834, su Reglamento aprobado por Decreto Supremo No. 038–2001–AG y el Plan Director de las Áreas Naturales Protegidas. El instrumento principal de planificación de un área natural es su Plan Maestro, que define la zonificación del espacio, capacidad de carga y otras nor mas técnico–legales. Así, por Resolu134 ción Jefatural N° 085–98–INRENA del 02 de octubre de 1998 se aprobó el primer Plan Maestro del SHM por 5 años hasta el 2003, año en que empieza a ser actualizado y es aprobado luego por Resolución Jefatural N° 109–2005–INRENA y Resolución Directoral Nacional No. 738/INC del 1 de junio del 2005 de parte de la entidad cultural. Hoy, habiendo transcurrido otra vez, el plazo de 5 años, el Plan Maestro del SHM tiene que volver a ser actualizado. Asimismo, cabe aclarar que el SHM es incorporado en la Lista del Patri mo nio Mun dial de la UNESCO el 9 de diciembre de 1983 como patrimonio cultural y natural de la humanidad en base a las disposiciones de la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, que el Perú ha ratificado a través de Resolución Legislativa N° 23349 del 21 de diciembre de 1981. Por ello, esta convención ha sido incorporada en el ordenamiento jurídico de nuestro país, a mérito de lo establecido por el 55 de la Constitución que determina que los tratados ratificados por el Perú forman parte del derecho nacional, lo que implica que sus cláusulas pueden ser utilizadas ante todas las autoridades administrativas, policiales y judiciales. Sobre este aspecto cabe aclarar, por último, que la condición de Machu Picchu como “Maravilla del Mundo” no es oficial, aunque si tiene gran repercusión por el reconocimiento, que un comité internacional privado realizó en Lisboa, el 7 de julio del 2007 para lanzar las nuevas 7 Maravillas del Mundo. GESTIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL Y EL TURISMO Además de la condición de área natural protegida, Machu Picchu tiene la categoría de reserva Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Aspectos jurídicos de Machu Picchu turística nacional a mérito de lo establecido por Resolución Ministerial N° 105–92–ICTI/DM del sector Turismo, debiéndose aclarar que estas reservas se llaman hoy zonas de desarrollo turístico prioritario, conforme a lo precisado por los artículos 22 y siguientes de la vigente Ley General de Turismo, Ley N° 29408, que en su artículo 3 incorpora el Principio de Conservación, por el cuál, se estipula que el desarrollo de la actividad turística no debe afectar ni destruir las culturas vivas ni los recursos naturales. Por su parte, la Ley Orgánica del Mi nis te rio de Co mer cio E x t e r i or y Tu r i s m o (MINCETUR), Ley N° 27779, fija las fun cio nes del MINCETUR, siendo las principales de éstas: Nor mar, fiscalizar y sancionar la actividad turística; orientar y coordinar los programas que realicen las entidades regionales y gobiernos locales, coordinar programas y acciones destinadas a la creación de la conciencia ciudadanía e incentiva la conversión de recursos turísticos a productos turísticos, sin que, por cierto, figure entre ta les fun cio nes, la con ser vación, preser vación y gestión del Patrimonio Cultural de la Nación que es función exclusiva del Ministerio de Cultura de confor midad a los artículos 4 y 5 de su ley de crea ción, Ley No. 29565. Empero, por mandato del inciso r) del Art. 7 de su ley de creación, el Ministerio de Cultura coordina con el MINCETUR, la elaboración y ejecución de la política de promoción del turismo cultural. Lo que no puede hacer el MINCETUR en ningún caso, es administrar, proteger o gestionar los bienes inmuebles que integran el Patrimonio Cultural de la Nación, porque dicha función es exclusiva de la autoridad cultural a partir del mandato constitucional del Art. 21, complementado por el Art. VII del Título Preliminar de la Ley No. 28296, Ley General del Patrimonio Cultural de la Nación y el Art. 14 de la Ley de creación del Ministerio de Cultura que confían la administración, promoción, difusión y protección del Patrimonio Cultural de la Nación, al Viceministerio de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura. Por ello mismo y de acuerdo a lo dispuesto por el inciso b) del Art. 5 de la Ley No. 29565, los planes, programas y proyectos de promoción, defensa, protección, difusión, manejo y puesta en valor de los bienes y manifestaciones culturales deben ser elaborados, aprobados e implementados por el Ministerio de Cultura. Al respecto, el MINCETUR solamente puede coordinar y emitir opinión técnica en materia turística a propósito de la elaboración de los instrumentos de gestión del patrimonio cultural inmueble de la Nación, conforme lo aclaran los incisos 8 y 13 del Art. 5 de la Ley General del Turismo. Es necesario dejar muy en claro que los planes de manejo y uso turístico deben ocuparse solo de la actividad turística y no pueden ni deben ser confundidos con los planes de gestión cultural como ha de ser siempre el Plan Maestro del SHM. Los planes de manejo turístico se deben limitar a la ordenación de los circuitos, la planta turística o ubicación de los servicios, las operaciones, rutas, el transporte, la promoción, la descongestión de los lugares muy visitados, entre otros aspectos propios del turismo y también pueden referirse a la capacidad de carga, pero en tal caso, en cuanto a sitios culturales, deben basarse en la capacidad de soporte o carga establecida por la autoridad cultural para no rebasarla y causar el deterioro de los bienes culturales. Solo así el turismo será realmente sostenible, como se persigue que sea en el SHM. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 135 Elías Carreño Peralta tantes nacionales de estas entidaINSTITUCIONALIDAD EN des, el Comité Alterno integrado MACHU PICCHU De hecho, la primera institu- por los representantes regionales ción que tuvo presencia en Ma- y la Gerencia que, sin embargo, chu Picchu fue la entidad cultural, fue desactivada. Cada entidad todavía en la década del 40 del si- debe conducir la UGM por un peglo XX con el nombre del Patro- riodo de 2 años. Cuando la connato de Arqueología, seguida de ducción de la UGM corresponla Casa de la Cultura y el Instituto dió al INC y al INRENA las reuNacional de Cultura que ahora se niones eran periódicas y se tomaha fusionado en el Ministerio de ron muchos acuerdos. Empero, Cultura y que a través de su ente cuando correspondió el turno al desconcentrado, la Dirección Re- MINCETUR y al Gobierno Regional de Cultura Cusco tiene la gional del Cusco las convocatocompetencia de conservar y ges- rias registraron una sensible baja tionar la ciudad inca de Machu que hay que revertir en pro de la conservación del Santuario. Picchu. Con el establecimiento de la ca- Junto a las categorías nacionategoría de área natural como San- les de Santuario Histórico y Partuario Histórico de Machu Pic- que Arqueológico existe el Districhu, el ente competente para con- to de Machu Picchu creado por servar la diversidad biológica del Ley No. 9396 del 30 de setiembre área fue el Instituto Nacional de de 1941 y que se sujeta a la vigenRecursos Naturales (INRENA) te Ley No. 27972, Ley Orgánica adscrito al Ministerio de Agricul- de Municipalidades, cuyo artículo tura, ahora derivado al Ministerio 82, inciso 12 precisa, que en matedel Ambiente como el Servicio ria de cultura, las municipalidades Nacional de Áreas Naturales Pro- tienen la función específica de: te gi das por el Esta do, el “Promover la protección y difusión del patrimonio cultural de la SERNANP. Por su parte, la promoción del Nación, dentro de su jurisdicturismo corresponde a la Direc- ción, y la defensa y conservación ción Regional de Turismo y Co- de los monumentos arqueológimercio Exterior (DIRCETUR) cos, históricos y artísticos, colaboCusco como parte del Gobierno rando con los organismos regioRegional del Cusco. La concu- nales y nacionales competentes rrencia de estas entidades públi- para su identificación, registro, cas en Machu Picchu, implicó en control, conservación y restauraun momento, perfeccionar la insti- ción”. tucionalidad encargada del mane- De lo que deviene en claro, jo del SHM creándose la Unidad que la Municipalidad Distrital de de Gestión del Santuario Históri- Machu Picchu en materia cultural co de Machu Picchu (UGM) a tra- y natural debe coordinar con el vés de Decreto Supremo Nº Mi nis te rio de Cul tu ra y el 023–99–AG. Cabe aclarar que la SERNANP respectivamente, deUGM es estrictamente una instan- biendo precisarse entonces que el cia de coordinación, concerta- gobierno local no puede pasar ción y de facilitación, no reprodu- por alto la autoridad de dichas ence las competencias de los cuatro tidades nacionales, ni del Gobierentes que lo integran que son el no Regional del Cusco en cuanto Mi nis te rio de Cul tu ra, el a la promoción del ordenamiento SERNANP, el MINCETUR y el territorial, pues no debe olvidarse que la autonomía municipal (mal Gobierno Regional del Cusco. La UGM se reúne periódica- invocada o entendida por casi tomente y está organizado en el Co- das las gestiones ediles en Machu mité Directivo con los represen- Picchu al haber fomentado el caó136 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Aspectos jurídicos de Machu Picchu tico crecimiento urbanístico de Aguas Calientes) se ejerce con sujeción al ordenamiento jurídico del país , conforme lo determina el propio Art. II del Título Preliminar de la Ley No. 27972. Ello implica también que el 10 % de los ingresos, que por visita turística, se derivan a la Municipalidad de Machu Picchu, deben invertirse en proyectos y actividades de conser vación del patrimonio cultural y natural del distrito, coordinando con los entes competentes, confor me lo determina la Ley No. 28100 que ordenó dicha transferencia. Por otro lado, en cuanto a servicios públicos, en el SHM, tiene añeja presencia el ser vicio de transporte ferroviario, hoy a cargo de la empresa Ferrocarriles Trasandino S.A. que es la concesionaria de la ruta de los ferrocarriles del sur y, Perú Rail S.A. que hasta hace poco era la única empresa operadora del servicio. Hoy tenemos a otras 2 empresas que tienen permiso de operación que son Inka Rail y Machu Picchu Trail. De otra parte, la dotación de energía eléctrica para toda la región, viene de la Central Hidroeléctrica de Machu Picchu que se encuentra en pleno SHM y cuya presencia es anterior al establecimiento del área natural protegida, aunque posterior a la categoría de parque arqueológico. La normatividad del sector Energía y Minas obliga también a las empresas prestadoras de los servicios eléctricos a conservar el ambiente y las áreas protegidas. A propósito del aprovechamiento de las aguas del río Vilcanota de parte de EGEMSA para la obtención de energía eléctrica, el dispositivo directamente aplicable de este sector para el SHM, es el Reglamento de Protección Ambiental de la Actividades Eléctricas aprobado por Decreto Supremo N° 029–2004–EM, cuyo artículo 42 determina que las em- presas eléctricas deben minimizar los efectos de sus proyectos sobre los recursos naturales, bienes patrimoniales y culturales de las comunidades nativas y campesinas, así como sobre el patrimonio histórico y arqueológico. REPATRIACIÓN DE LAS PIEZAS ARQUEOLÓGICAS DE MACHU PICCHU La extracción de numerosas piezas arqueológicas de Machu Picchu a cargo de Hiram Bingham luego del descubrimiento científico de la ciudadela inca en 1911 y la larga permanencia de éstas en el Museo Peabody de la Universidad de Yale en Estados Unidos, implicó un largo debate y acciones de protesta que conducirán, a través de un reciente memorándum de entendimiento, a su repatriación mediante un proceso que durará hasta el año 2012. Al respecto, la normatividad ha sido clara en cuanto a prohibir las excavaciones arqueológicas no autorizadas, impedir la salida o exportación de piezas arqueológicas sin la debida autorización, así como la exigencia de repatriación para el caso de bienes arqueológicos muebles que por el tráfico ilícito fueron a parar al extranjero. Así, el Decreto Supremo No. 089 del 22 de abril de 1822 prohibió la extracción de piedras minerales, obras antiguas de alfarería, tejidos y demás objetos que se encontraban en las huacas. Del mismo modo, el Decreto Supremo No. 433 del 3 de junio de 1836, suscrito por el presidente provisional del Perú Luís José Orbegoso por orden de Mariano de Sierra, declara vigente la prohibición de extraer minerales y antigüedades en los términos del Decreto Supremo 89 del 2 de abril de 1822. Por Decreto Supremo del 27 de abril de 1893, se reitera la prohibición de excavar en huacas, fortalezas y templos sin licencia, declarando, a la vez, como monumentos, a las antiguas cons- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 137 Elías Carreño Peralta trucciones anteriores a la conquista y de interés público su conservación. Seguidamente, por Decreto Supremo N° 2612 del 19 de agosto de 1911, se establece que son de propiedad del Estado, todos los objetos que se encuentren en asen ta mien tos arqueo ló gi cos, prohibiendo toda exportación de antigüedades, mientras el Congreso no dicte las leyes sobre la materia, salvo para el caso de duplicados. En ese contexto nor mativo, Hiram Bingham tuvo que pedir permiso para realizar los trabajos de exploración y excavación arqueológica en Machu Picchu y Choquequirao. El primer permiso de exploración le fue otorgado mediante Resolución Ministerial de fecha 12 de octubre de 1912. Luego, de modo excepcional, el Gobierno autorizó, la salida temporal de los bienes arqueológicos de Machu Picchu por el término de 18 meses al amparo de Resolución Ministerial N° 1529 del 31 de octubre de 1912 y Resolución N° 31 del 27 de enero de 1916, por el plazo de 18 meses, que venció en julio de 1917. Luego, el gobierno peruano reclamó pocas veces la devolución de las piezas arqueológicas hasta que el 13 de julio del 2006 se promulga la Ley N° 28778 declarando de interés público la repatriación de los bienes culturales de Machu Picchu. Sin embargo, seguidamente, contraviniendo la citada ley, por Decreto Supremo N° 150–2007–PCM se nombró una comisión encargada de promover la repatriación de los bienes arqueológicos presidida por el ex ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, economista Her nán Garrido Lecca Montañéz, quien ciertamente no era el ministro competente para firmar un acuerdo o memorándum de entendimiento entre el Perú y la Universidad Yale de fecha 14 de setiembre del 2007, que 138 contenía disposiciones muy lesivas al interés nacional, como fueron: • Un reconocimiento de derechos de usufructo del material arqueológico de Machu Picchu a favor de la Universidad Yale por el término adicional de 99 años. • Una grosera subvaloración de todas las piezas arqueológicas de Machu Picchu en la suma de 200,000 dólares americanos. • El sometimiento del Perú a que cualquier disputa que surja del acuerdo, sea resuelto por los magistrados nor teamericanos del Distrito Judicial de Connecticut. El único aspecto positivo posterior a dicho acuerdo, fue el inventario de los bienes arqueológicos de Machu Picchu que por primera vez, en marzo del 2008, hizo una misión peruana, habiendo registrado más de 4,000 piezas y fragmentos. Este inventario ha ser vido también de base para la devolución de las piezas arqueológicas que se ha acordado a través del reciente y de fi ni ti vo Me mo rán dum de Entendimiento, suscrito el 23 de noviembre del 2010 entre el Ministro de Relaciones Exteriores del Perú y el Presidente de la Universidad Yale, que tiene los principales acuerdos siguientes: • Invalida el Memorándum de Entendimiento del 14 de setiembre del 2007. • Determina el retorno de las piezas museables para el centenario del descubrimiento científico de Machu Picchu, o sea, para el 24 de junio del 2011. • Establece que a fines del 2011 se devolverá otra cantidad de vestigios arqueológicos, aunque no se precisa el número de piezas a devolverse. • El tiempo límite para el retorno de los objetos arqueológicos será el año 2012. • El costo de la devolución de los materiales arqueológicos corre a cargo de Yale. • El Perú facilitará el acceso a los materiales devueltos y el Congreso aprobará una partida extraordinaria para habilitar un Museo y un Centro de Investigación. • La Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco será la depositaria y custodia de los materiales. • El acuerdo se rige por las disposiciones del derecho peruano. • El proceso judicial seguido por el Perú contra la Universidad Yale ante el Juzgado Federal de la Corte de Connecticut, quedará en suspenso con la aplicación del memorándum y terminará con la devolución de las piezas. Cualquier desacuerdo en la apli ca ción del me mo rán dum, será resuelto en privado o por las reglas de arbitraje de la Cámara Internacional de Comercio. La fir ma e implementación del ci ta do me mo rán dum ha sido saludada a nivel regional, nacional e internacional. Para albergar las piezas museables que retornarán para junio del 2011, la UNSAAC ya ha puesto a su disposición la Casa Concha que está siendo restaurada en convenio con la Dirección Regional de Cultura Cusco y junto a una misión de Yale, las partes ya han expresado su confor midad con dichas instalaciones. De este modo, luego de 100 años, se repatriarán los bienes arqueológicos que de hecho, ya registraban una permanencia ilegal en la Universidad Yale, dado que el permiso otorgado por el Perú ya había expirado en 1917. La repatriación de las piezas arqueológicas de Machu Picchu tras un centenario es un hito para la historia del Perú y el Cusco que fortalece la identidad cultural de todos los peruanos. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 TUNKI (GALLITO DE LAS ROCAS) INKILL (ORQUÍDEA) HISTORIA, SACRALIDAD, IDENTIDAD Y GESTIÓN APUNTES Y REFLEXIONES SOBRE EL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHUPICCHU David Ugar te Vega Centeno1 E l Santuario Histórico de Machupicchu debe ser apreciado desde variadas dimensiones, es icono de la identidad nacional de los peruanos. Está declarado patrimonio cultural y natural de la humanidad. Ha sido consignado como principal destino turístico del mundo. Constituye eje sus tan ti vo para el desarrollo de la región Cusco y del sur andino en donde se ubica. Forma parte de las cadenas de hierotopos, de los lugares sagrados, en las montañas de los andes surandinos. Machupicchu, es todas estas dimensiones y muchas más. Su historia, sacralidad e identidad, constituye, como lo evidencian los estudios presentados, por sobre todo, un nexo de encuentro entre sabidurías para afirmar el respeto, hacer fluir la energía vitalizante, entre el cosmos y la humanidad y lograr apreciar el patrimonio natural–cultural en su autenticidad irrepetible. Machupicchu, es, por ello, una fuente de autoestima, sustentada en su carácter de espacio andino sagrado. Con Machupicchu, accedemos a las sabidurías de la originaria civilización andina, una de las cunas 1 Docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 141 David Ugarte Vega Centeno de la humanidad. Nos permite apreciar los desafíos del futuro para una vida mejor, desde los retos de su correspondencia con la democracia dialogante, las naciones pluriculturales y la armonía entre todas las formas de vida. Estas dimensiones son las que hacen de Machupicchu un patrimonio de la humanidad, reconocido por la Unesco. El INC Cus co ha de cla ra do el 2005, que el 7 de diciembre de todos los años es un Día Cívico del Patrimonio, en homenaje a las luchas en su defensa y en convocatoria a continuarlas fir me y responsablemente. Esta decidida afir mación y defensa del patrimonio cultural, ha tenido sus principales batallas en las movilizaciones ciudadanas en torno a Ma chu pic chu, como las que tuve el honor y orgullo de conducir a fines del siglo XX junto a Jorge Flores y el Departamento Académico de Antropología, Arqueología e Historia de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, contra los intentos de construir un teleférico, darle sobreuso turístico, privatizar la gestión y afectar irremediablemente el Santuario Histórico. Gracias a estas movilizaciones, es que se ha dado notable impulso a la lucha por salvar el Santuario y los otros patrimonios culturales y naturales. Uno de los últimos avances es el aprobado Plan Maestro 2005–2015, del Santuario Histórico, que per mitirá afianzarlo como espacio andino sagrado. Es un Plan Maestro abierto al desarrollo de una humanidad más justa, más libre y más solidaria. Plan sustentado en un pueblo, una región y visitantes, los que se apropian de su significado y sabiduría, para conser varlo y ponerlo en valor, para el desarrollo humano. Desde Machupicchu, se da el eco planetario, con el compromiso ciudadano, asumido para 142 la afir mación, conser vación y puesta en valor de todos los patrimonios de la humanidad. Machupicchu es también, emblema de los diversos valores culturales del mundo. El patrimonio cultural es un bien de autenticidad de la humanidad, en su historia social y de vínculo con el cosmos. Los diversos pueblos de la humanidad, hacemos habitable el planeta, estableciendo vínculos con la naturaleza, dando for ma a los territorios, forjando bienes muebles e inmuebles y afianzando lazos sociales y espirituales de carácter inmaterial. La diversidad cultural se expresa en esta multiplicación de patrimonios en todos los continentes. La defensa de estos afianza la autoestima social, multiplica las señas de identidad y los hace ejes de desarrollo para una vida mejor. Existen patrimonios que, asumiéndose en su singularidad, son declarados de toda la humanidad, otros se ratifican característicos de naciones, regiones y pueblos. Todos expresan, en su originalidad, en sus rasgos singulares únicos, irrepetibles, intransferibles, no renovables el vasto y diverso patrimonio cultural y natural de la humanidad. Des de Ma chu pic chu y el Cusco, se afir ma los valores del patrimonio, sus señas de identidad y la correspondencia con la justicia y la liber tad. De igual for ma, los bienes muebles e inmuebles, así como los inmateriales, son patrimonios que expresan valores, pues en ellos se manifiestan las señas de identidad y las relaciones sociales de los diversos pueblos. Por eso rechazamos que se califique al patrimonio como “ruinas”, como si se tratase de desechos físicos del pasado. El patrimonio de los pueblos diversos, son emblemas que expresan valores y muestras de identidad, con los cuales se la- bra el futuro. En cada uno de ellos la humanidad ha marcado cada paso de la esforzada marcha hacia una vida digna, en plena ar monía con el cosmos. La pers pec tiva an di na, nos señala que en los espacios territoriales, bienes y costumbres, existen vínculos espirituales de sacralidad, reciprocidad, autoestima, ar monía, los cuales al afir marse hacen que fluya la ar monía del cosmos y se logre un buen vivir. Se resguarda, se protege y se pone en valor el patrimonio, cuando son afir mados estos valores y las señas de identidad. Es la única vía para que los pueblos los reco noz can como su yos, apropiándose de sus significados. De esta for ma se afianza la cor res pon den cia con nue vas prácticas sociales del desarrollo hu mano, lo que per mi te que la salvaguarda del patrimonio sea par te sustantiva de la pugna tenaz porque impere la justicia y reine la liber tad. El patrimonio de los pueblos, como el Santuario de Machupicchu, está amenazado, y debe promoverse amplias movilizaciones ciudadanas para afir marlo y defenderlo. Existen tres graves amenazas contra sus valores y señas de identidad, a las que debe responderse: PRIMERA AMENAZA Se pretende afectar la autenticidad del patrimonio para incluirlo como un bien de entretenimiento vacío, que afecte su significado cultural, aplastando las civilizaciones y culturas que lo sustentan, cuando éstas en su diversidad son más bien las que concitan la presencia respetuosa del mundo global. SEGUNDA AMENAZA Se pretende ocupar y sobreusar los bie nes pa tri mo nia les rompiendo sus vínculos de ar monía con la naturaleza, lo que Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, sacralidad, identidad y gestión de Machupicchu afectaría irremediablemente al patrimonio y ocasionaría un gravísimo daño a los ecosistemas de vida. TERCERA AMENAZA Se trata y se busca reducir la gestión del patrimonio a fuente para reparto de ingresos hacia otros ám bi tos, ac tivi da des y usos, sean privados o públicos, lo que destruye su condición de eje cultural del desarrollo. Para evitar estas amenazas, convocamos a que todos los ciudadanos afir men los valores del patrimonio a favor de la humanidad y su diversidad cultural. Machupicchu es un lugar sagrado de la civilización andina, nexo entre lo alto andino y la Amazonía. Esta ubicado cerca de la ciudad del Cusco, con accesos complementarios del Qhapaq Ñan Continental. Fue construido en el período de apogeo del Tawantinsuyo, y está relacionado con el culto andino a Pachacútec y al sol. Es una de las maravillas universales de la obra humana, pues fue edificado con las mejores técnicas de construcción en piedra, de adecuación amable del suelo, laderas y agua en alta montaña y de interrelación sustentable de los ciclos del sol y el agua con las diversas for mas de vida del eco sistema singular. Las investigaciones arqueológicas están precisando sus funciones como espacio sacro. Si bien se menciona en algunas crónicas y existía alguna referencia al sitio, estuvo largos años escondido. En el Siglo XIX varios peruanos y estudiosos extranjeros hacen mención a Machupicchu. Corresponde a Hiram Bingham haberlo puesto en 1911 en la escena nacional y mundial. Se le redujo a solo la ciudad inca. Se ha resignificado el conjunto de su espacio vinculado, y múltiples investigaciones, en la que han tenido decisiva participación investigadores nacionales, incluidos del Cusco y peruanistas, dando sustento al Plan Maestro, han ido precisando sus características, como se puede apreciar en el libro editado por el INC–Cusco respecto a su historia, sacralidad e identidad. Han sido diversas las interpretaciones respecto al significado de Machupicchu. Se han for mulado propuestas y desarrollado importantes debates. Las principales for mulaciones han sido las siguientes. Para Hiram Bingham, Machupicchu tenía un doble significado. Era el lugar de origen de la etnia Inca. El Templo de las Tres Ventanas era Tamputoco, La Ciudad perdida de los primeros Incas, que tendría su origen en la Amazonia y no en el Lago Titicaca. Señala Bingham que posterior mente se construyó en la Capital de la resistencia con Manco Inca, confundiéndola con Vilcabamba, que correspondía más bien a Espíritu Pampa. Sus primeras investigaciones, lo llevaron a sostener que era una Ciudadela con poca población, básicamente compuesta por mujeres dedicadas al culto solar, protegida militar mente y con una élite religiosa al mando. Las hipótesis de Bingham han sido rectificadas por investigadores posteriores. Julio Cesar Tello, así como Paul Fejoos, investigaron el área en los años 40. Sostenían que era un Centro Ceremonial Religioso de la Etnia Inca y no una Ciu da dela mi li tar for ti fi ca da. Desde esta óptica resignificaban los diversos aspectos de su arquitectura lítica. Tello descubrió Wiñay Huayna y señaló que se trataba de una estación previa para la purificación de los que arribaban a Machupicchu. Distinta fue la perspectiva de Luis E. Valcárcel, seguido por Víctor Angles. Para Valcárcel, quién construyó Machupicchu era Pa- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 143 David Ugarte Vega Centeno chacutec, como un centro sagrado Imperial, a partir de la Conquista del Señorío Tampu, quiénes go ber na ban una am plia zona. Indica que se mantuvo como Ciudad activa y secreta durante todo el periodo de la resistencia Inca. El arqueólogo Manuel Chávez Ballón afianzó la renovación en estos estudios, sostuvo que Machupicchu era otro Cusco, construido por Pachacutec en el proceso de expansión del Tawantinsuyo. Señala que en la Ciudad Inca Machupicchu se veían una arquitectura y técnicas constructivas en piedra, que correspondían al período de Pachacutec y la afir mación del Imperio. Era un hierotopo que reproducía las orientaciones sagradas, básicas con las que se había edificado el Coricancha. Se edificaba como nexo entre los andes y la Amazonía. María Rostworowski y John Rowe, en base a sus estudios sobre haciendas reales de las panacas incas y de documentos descubiertos por Luis Miguel Glave y Marisa Remy, han sostenido que era mas bien una especie de hacienda real de Pachacutec, que tenía fines de descanso y meditación, y que le proporcionaba riqueza material para participar en el poder del Imperio. Los Arqueólogos y Antropólo g os a car g o del Par que Arqueológico —o ligados a sus trabajos ligados en los últimos 20 años como Alfredo Valencia, Fernando Astete, Alfredo Mor montoy, Octavio Fernández, Julinho Zapata entre otros— han profundizado en la tesis de Chávez Ballón. Luis Lumbreras, destacado arqueólogo peruano, acaba de publicar un trabajo en el que sustenta que la ciudad Inca de Machupicchu debió ser la que se conocía como Patallaqta, pueblo de las alturas. En ésta Ciudad es144 taba el Mausoleo del emperador Pachacutec, el mismo que lo edifico con este fin. Su ubicación sagrada, sus nexos entre el espacio altoandino y el amazónico, la magni ficen cia de técnicas constructivas en piedra, el revestimiento posible en oro, las vinculaciones con los ritos del culto solar, expresan su condición en las construcciones del Imperio del Tawantinsuyo, que el propio Pachacutec diseño para seguir su gobierno al pasar mas allá de la muerte. El Santuario Histórico de Machupicchu es una muestra fundamental de la civilización andina, una de las seis civilizaciones originarias de la humanidad. Constituye en la actualidad un icono de la identidad nacional peruana y un valor de autoestima de la civilización andina. Es una puerta de acceso a nuestro aporte civilizatorio a la humanidad. En 1983 es declarado por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, reconociendo su singular simbiosis cultural y natural, de una construcción humana en ar monía y equilibrio con su entorno natural. Para su pro tec ción, con ser va ción y puesta en valor, el estado peruano for ma el parque arqueológico y el área natural protegida, que tienen la misma definición y ámbito y que se denomina Santuario Histórico de Machupicchu. Pese a su carácter de lugar sagrado, de simbiosis natural – Cultural y de elemento de identidad, Machupicchu ha sido gestionada, desde los trabajos de Bingham y sobre todo en las últimas décadas, priorizando su valor turístico. De esta for ma, se ha convertido en el principal atractivo turístico nacional y regional. Se estima que en pocos años la demanda pueda crecer hasta 4 ó 5 mil turistas diarios que pretendan acceder al Santua- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Historia, sacralidad, identidad y gestión de Machupicchu rio Histórico de Machupicchu, superando largamente su carga máxima soportable de 2,500 visitantes por día, a la que llegará en 2 o 3 años más. Al empezar a denunciar se que se afectaba su autenticidad, es que se plantea la necesidad de elaborar un Plan Maestro para su adecuada Gestión. En 1998 el Gobierno de estos años impulsa y hace aprobar un Plan Maestro, para el periodo 1998 – 2003. Dicho Plan estaba organizado en torno a 2 ejes: darle prioridad absoluta al valor turístico y sus accesos más amplios afir mándolo como enclave; y entregar a manos privadas su gestión, esto se concreto en relación al tren de acceso, el Hotel de turistas, ser vicios a los visitantes. Se pretendía además, imponer la privatización de caminos inca, un teleférico y la construcción de otros hoteles y equipamientos recreacionales en medio de una desordenada ocupación urbana y ser vicios turísticos en el área. La conciencia cultural del pueblo cuzqueño y peruano, y el rechazo mundial a la afectación del patrimonio, impidió que se impongan mayores medidas de afectación de la autenticidad. El santuario quedó sujeto al vaivén de la oferta y demanda turística, manejada desde el acceso por tren y los paquetes de turistas internacionales, sin haberse establecido su capacidad máxima de visitantes, ni darse prioridad a la investigación y acciones en torno a sus valores arqueológicos culturales y de resguardo del entorno natural, que defendían sus trabajadores, funcionarios y el pueblo cusqueño. El deterioro del Santuario Histórico de Machupicchu se extendió al valle sagrado del Urubamba y otras zonas aledañas, incluyendo sus sitios arqueológicos ahí existentes y sus recursos naturales de agua y suelo, los cuales están afectados por una intensa presión urbanizadora y de enclave turístico. El escenario inercial previsible para los próximos años, de continuar esta tendencia, es de polarización afectando la autenticidad, pues frente a su reducción a enclave turístico, de altas ganancias, los pobladores herederos de sus constructores y que sustentan su autoestima e identidad en sus valores cul tu ra les, que den en con dición de excluidos, sometidos a la expropiación de su cultura, condenados a la pobreza. De esta for ma, el patrimonio natural y cultural sería llevado al colapso. En Di ciem bre del 2003, el INC Cus co hace un lla ma do de aten ción y acuer da li nea mien tos para el Nue vo Plan Maes tro, a par tir de su va lor cultural. El 2004 la UNESCO hace un se rio lla ma do de aten ción al Esta do Pe rua no, que dan do el San tua rio His tó ri co de Ma chu pic chu a puer tas de ser in clui do en la lis ta de bie nes en pe li gro. Con la nue va vi sión de es pa cio sa gra do se ha ela bo ra do el nue vo Plan Maes tro 2005–2015. De Agos to 2004 a Abril 2005, los equi pos téc ni cos del INC e INRENA han rea li za do es tu dios es pe cia li za dos y con la ac tiva par ti ci pa ción del Con se jo Re gio nal de Cul tu ra del Cus co y el Con se jo Re gio nal Ambien tal, así como de diver sas ins ti tu cio nes pú bli cas y priva das, se ha efec tua do un am plio pro ce so par ti ci pa tivo de con sul tas, di fu sión, apor tes y su ge ren cias. Se ha lo gra do de esta for ma cons truir el con sen so bá si co del plan, su vi sión, li nea mien tos y proyec tos. Se ha con clui do el Plan Maes tro, apro ba do por Re so lu cio nes de las más al tas au to ri da des de las ins ti tu cio nes com pe - Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 ten tes el INC y el INRENA. Plan Maes tro que ha sido res pal da do por la Asam blea de la UNESCO. Como todo Plan per fec ti ble se han re ci bi do diver sos apor tes y su ge ren cias, te nien do el acuer do con la UNESFCO para rea li zar un se mi na rio Inter na cio nal, en el cual se con ti nua rá per fec cio nán do lo, a par tir de sus con sen sos fun da men ta les adop ta dos por el Plan en eje cu ción. La vi sión del nue vo Plan Maes tro para el De sa rro llo de Ma chu pic chu, como lu gar an di no sa gra do, se for mu la des de la ho mo lo ga ción del es pa cio tiem po an di no sa gra do con las nue vas con di cio nes de mo crá ti cas y so cia les del de sa rro llo de la hu ma ni dad, ha cien do de la apro ba ción so cio cul tu ral de su sig ni fi ca do sa gra do el fun da men to del P l a n . L a s i m b i o s i s c u l t ural–na tu ral de Ma chu pic chu se sus ten ta en una sin gu lar re l a c i ó n d e r e s p e t o s o c i edad–na tu ra le za, en ar mo nía de vida de am bas par tes or ga ni za da des de la pers pec tiva del tiem po en el es pa cio y la cons truc ción de un lu gar sa gra do, para per mi tir la re pro duc ción del cos mos y su con ti nui dad. No se pue de re du cir Ma chu pic chu a la ciu dad, sino debe apre ciar se el con jun to del es pa cio del San tua rio, cuya sim bio sis cul tu ral na tu ral está or ga ni za da des de esta pers pec tiva, que el plan se pro po ne po ner en va lor y con ser var. Esta ra cio na li dad an di na, no es aje na a la ra zón. Cons ti tu ye, más bien, un en fo que dis tin to al de la ra cio na li dad oc ci den tal euro–ame ri ca na, que se pa ra y en fren ta so cie dad/na tu ra le za. Es, des de el Perú, un apor te civi li za to rio an di no a la hu ma ni dad, del cual Ma chu pic chu es una ex pre sión em ble má ti ca. 145 LA INVENCIÓN DE MACHU PICCHU1 Yazmin López Lenci M achu Picchu, declarado con ello marcar el inicio de lo que “San tua rio His tó ri co” sus protagonistas autoproclamay “Zona de Reserva Turística Na- ron como un momento refundacional” en 1981, “Patrimonio Cul- cional de la patria, después del tural de la Nación” y “Patrimonio período dictatorial fujimorista de Mundial, Cultural y Natural” en la década de 1990. 1983, tuvo a lo largo del siglo XX Nuestra historia que pudiera una historia poco santa. El siglo evocar las andanzas de sudor y que se inicia la convirtió en esce- sangre de un profético Indiana Jonario de una simbólica toma de nes, la que quiero contarles, emmando presidencial en julio del pieza a comienzos del siglo XX 2001, inédita en la historia republi- con el encuentro en el pueblo sucana del Perú, y que pretendía randino de Challabamba, entre Hiram Bingham y el Prefecto de Apurímac Juan José Núñez. Esto sucede cuando el primero viajaba del Cusco a Lima para completar su recorrido de la antigua ruta colonial entre Lima, Potosí y Buenos Aires, con el fin de recoger informaciones sobre la gente, la historia, la economía, la política y el ambiente físico de Sudamérica. El Prefecto, por su parte, había patrocinado la fundación reciente de una compañía de buscadores 1 Apumarka Año Viii – N° 5, Puno 2003 146 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 La invención de Machu Picchu de tesoros para inspeccionar las ruinas de Choqquequirau, a la que se atribuía ser Vilcabamba o Vitcos, la ciudad refugio del último Inca. Hiram Bingham, nacido en 1875 en Hawai, hijo y nieto de pioneros misioneros protestantes en las islas, casado con Alfredo Mitchell, la nieta de Charles Comfort Tiffany, era un encargado de cursos en la Universidad de Yale en el área de Historia y Geografía de Sudamérica cuando en 1909 llega al Perú, después de haber participado como delegado de los Estados Unidos en el Primer Congreso Científico Panamericano de Santiago de Chile. El encuentro en Challamba propicia que el repertorio de historias locales sobre el acceso a la ciudadela de Choqquequirau y la insistencia del Prefecto en visitarla, despertara la mediana curiosidad de Bingham. Este delegado oficial no buscaba ruinas incas ni tenía referencial alguna de Choqquequirau, sólo quería llevarse consigo un catálogo de “rasgos sudamericanos” cuya información acerca de las dificultades sociales, geográficas y raciales entendidas como obstáculos al progreso, sería de utilidad para la política comercial externa de los Estados Unidos. Bingham, que se presenta como observador privilegiado, regresó en 1910 a Yale con tres cráneos y otras “antigüedades” halladas por él en Choqquequirau, y sobre todo, con una visión optimista para “capturar” el mercado sudamericano. La pretensión de una “apreciación inteligente” de Sudamérica que favoreciera las relaciones internacionales en el continente, se remonta a 1907, año en que presenta en Yale su levantamiento de 25,000 fichas bibliográficas referidas a las colecciones sudamerica- nas de las bibliotecas de Harvard, del Congreso, de Princeton y de Yale2. El fichaje serviría de base para construir un catálogo temático de historia política y geografía latinoamericanas3. Aunque lamentaba la escasez de obras confiables en inglés, su listado aspiraba a mostrar la gran cantidad de material bibliográfico accesible en los Estados Unidos para la investigación sobre Sudamérica, una región del continente que, según él, contaba con ciudades de mayor historia que Chicago en 1907 antes del desembarco de los primeros peregrinos en Plymouth. Hasta esa fecha, la temática latinoamericana se reducía para el bibliógrafo de Yale, a las vidas de los conquistadores españoles, a las campañas emancipadoras y a la evolución de la práctica política en el siglo XIX. Temática que leía en inglés porque no había aprendido español, carencia que puede rastrearse en la bibliografía compilada que incluía citas en francés o en alemán, pero ninguna en español. Sólo a partir del encuentro en Choqquequirau, que recorre con el manual Consejos para viajeros (Hints to Travellers), publicada por la Royal Geographical Society, y gracias al cual aprende la ne ce si dad de tomar abundantes fotografías, de hacer mediciones cuidadosas y describir con exactitud los hallazgos, que Bingham se enfrenta por primera vez a la América precolombina. La lectura en 1910 de una nota a pie de página del libro de Adolph Bandelier The Islands of Titicaca and Koati, le refiere la existencia de la montaña Coropuna como el punto culminante del continente; dato que corrobora en el mapa del Perú de Antonio Raimondi, donde se la considera como la más alta del hemisferio occidental. Dos años antes una mujer exploradora estadounidense, Annie Peck, había reclamado haber alcanzado la cumbre de América al escalar el Huascarán en la Cordillera Blanca de los Andes peruanos. Cuando Bingham descubre en el mapa que el inexplorado Coropuna está al sur de la ciudadela de Choqquequirau, se le presenta la oportunidad para demostrar el fraude feminista, pudiendo así justificar una expedición científica con el discurso de la búsqueda de la “ciudad perdida” de los Incas, siendo el fin último llegar a la cima del Coropuna. Así logra idear su primer proyecto expedicionario financiado por la Universidad de Yale bajo el pretexto de la búsqueda de ruinas incaicas en el valle del río Urubamba, aunque el financiamiento privado (del petrolero Edgard Harkness, la United Fruit Company, la W.R. Grace & Company, la Winchester Arms Company, el cauchero Stuart Hotchkess) lo obtuvo gracias a la posibilidad de explorar una región no mapeada que abarcaba desde el Cusco hasta el Océano Pacífico. La obra cartográfica fue encargada al topógrafo de la “USA COSAT and Geodetic Sur vey” por el Presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft. De manera que el propósito declarado y con el que llega a Lima en 1911 es el de encontrar la “perdida” Vitcos, cuyo rastro en los valles de Vilcabamba y Urubamba le es dado por el historiador peruano Carlos Romero, quien a partir de su conocimiento de las primeras crónicas coloniales y sobre todo de su descubrimiento de un volumen viejo de la crónica del padre Calancha (Coronica moralizada de la orden de San Agus- 2 Hiram Bingham., “The posibilitéis of South American history and politics as a field for research”. En: The American Political Science Association. Monthly Bulletin. International Bureau of the American Republics. Washington, D.C., John Barret, Director, February 1908. 3 Este trabajo se integraba a la nueva política de la Unión Internacional de Repúblicas Americanas (1890), rebautizada a partir de 1910 como Unión Panamericana, que promovía el nuevo director John Barret. De acuerdo a ésta, el objetivo de la institución fue redefinido como la creación de una industria de información latinoamericana, mediante la colección y procesamiento de materiales originales de México, América Central y Sudamérica, así como la aplicación de la experiencia reciente obtenida en el oeste de los Estados Unidos. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 147 Yazmin López Lenci tín, 1639) discute la identificación de Choqquequirau con la última residencia inca hechas en el siglo XIX por Antonio Raimondi y por el explorador francés Conde de Sartiges. En Lima recibe el apoyo gubernamental del Presidente Augusto B. Leguía porque el encargado de cursos de Yale presenta su expedición como de especial interés para el presidente norteamericano Taft; apoyo que se materializó en la concesión de credenciales para exonerarlo del control de equipaje en las aduanas, y en la asignación de una permanente escolta militar. A ello se sumaba la asesoría que le brindan la Sociedad Geográfica de Lima, de donde recibe mapas, y el director del Museo de Historia Natural, Max Uhle. Pero el informante más importante en el Cusco será el recién designado rector norteamericano de la Universidad San Antonio Abad, Albert Giesecke, quien le facilita informaciones y contactos claves, como el campesino Melchor Arteaga y el hacendado Alberto Duque, por quienes habría sabido de la existencia de ruinas en el bajo Urubamba, entre Torontoy y San Miguel. En la tarde del 23 de julio de 1911 Bingham y su escolta, el sargento e intérprete Carrasco, llegan a Mandor Pampa para ubicar a Melchor Arteaga quien referirá en quechua la existencia de ruinas incas en la cima de la montaña Machu Picchu, aceptando guiar al viajero por el precio de un sol, es decir centavos de dólar. El 24 salen el explorador, el gendarme y el guía (el naturalista Harry Foote se queda coleccionando mariposas cerca del río, y el cirujano Irving prefiere lavar y coser su ropa), y después de dos horas de haber cruzado el río y escalado la cuesta escarpada, llegan a mediodía a la cima donde encuentran tres familias de agricultores arrendatarios de Arteaga, instalados allí hacía ocho años. Será un niño campesino el 148 que mostrará a Bingham los edificios incaicos en la cima de Machu Picchu, además de las desenterradas terrazas sembradas con maíz, papas, camotes, caña de azúcar, pimientos, tomates, frijoles y grosellas. Anota en su diario la existencia de casas, calles y graderías más finas que en Choqquequirau, toma muchas fotografías para después hacer un esbozo con las partes visibles de la ciudad: el cerro con el Intihuatana, la Plaza Sagrada, la gradería con piscinas, el templo circular y los bloques de casas que flanquean las graderías. Después de pocas horas abandona las ruinas, llega al campamento en Mandor Pampa y no informa a sus compañeros sobre lo visto en la cima. Hiram Bingham había llegado a Machu Picchu, sin embargo no valoró la dimensión de su encuentro y continuó indagando por la ubicación de otras ruinas a través de su intérprete Carrasco. Además, su interés primario estaba concentrado en las “preciosas” fotografías de los huesos glaciares que había encontrado dos semanas antes en los alrededores del Cusco, y que portarían la prueba de la llegada del hombre al hemisferio occidental hacía 40,000 años. Días después, el encuentro con Duque en la hacienda Santa Ana, donde instala su campo de operaciones, y las historias contadas por éste estimulan la imaginación de Bingham al punto de identificar lo visto en Machu Picchu con la perdida Vitcos. Semanas después deja en la cima del lado oeste de la montaña Coropuna una bandera de los Estados Unidos y otra de la Universidad de Yale, creyendo ser el primer hombre que llegó al punto más alto del hemisferio occidental. A fines de 1911 en Lima y Nueva Cork nuestro bibliógrafo y escalador de montañas difunde en círculos científicos y de prensa de ambos países sus “descubrimientos”, de los cuales destaca en pri- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 La invención de Machu Picchu mer plano el de los huesos glaciares porque, según su discurso, cambiarían la historia del hombre en América, y su inédito ascenso al Coropuna. Sin embargo, la estela de estos records de 1911 se desvanecerá pronto: la señora Peck, de 62 años, quien además le había reclamado a Bingham que el Perú es “su país particular”, llegó días antes que él a una de las cimas en donde erigió una bandera amarilla de la Liga Sufragista Juana de Arco con la inscripción “votos para la mujer”. Además de ello, ya en 1912 los supuestos huesos glaciares más antiguos del hemisferio occidental, resultaron siendo restos de ganado vendidos en el mercado de abastos del Cusco, dato que se mantuvo cuidadosamente en reserva. Pero a pesar de estos fiascos, el explorador de Yale ya había nombrado en 1911 a Machu Picchu como “mi nue va ciu dad inca” y había detectado que encerraba la posibilidad de construir una excelente historia, como lo muestra una carta escrita a su esposa Alfredo. Así va naciendo el relato del “descubrimiento” de una “ciudad perdida” que se acrecentaba en la medida que se narraban las mil y una aventuras, accidentes y tormentos del héroe escalador, buscador de ruinas incas y fotógrafo. Era también el nacimiento de un personaje: el del “descubridor”. Así en su primer informe publicado por National Geographic Magazine4 en abril de 1913, “En el maravilloso país del Perú”, Bingham se presenta como el “descubridor” de Machu Picchu, como el escritor que visita por primera vez la ciudadela desconocida por los conquistadores españoles. En su libro de 1922, El País de los Incas, anota que gracias a las crudas inscripciones que encuentra en las paredes de granito de uno de los edificios más finos, puede enterarse que la ciudad fue visitada por el señor Lizárraga en 1902. Sin embargo en la versión final de su historia, La Ciudad Perdida de los Incas, de 1948, Bingham desaparece el nombre de Lizárraga para adjudicarse con exclusividad la primicia del encuentro. La construcción del discurso del descubrimiento es evidente cuando leemos en una página de su propio diario, escrita al día siguiente de haber subido por primera vez a las ruinas, el 25 de julio de 1911, que Agustín Lizárraga es el descubridor de Machu Picchu. El discurso del descubrimiento construido por el explorador, se edifica sobre la eliminación del cusqueño Lizárraga en un proceso de dos etapas: primero se trata de “borrar” su nombre y de “limpiar” las hermosas paredes de granito de los graffitis de éste, y después de inscribirlo dentro de la categoría negativa de buscador de tesoros o huaqueros, para insistir repetidas veces en que ningún cusqueño conocía la ciudadela. A ello se sumaba el silenciamiento de la información según la cual las ruinas ya habían sido objetos de operaciones de limpieza y despeje por los pobladores que la habitaban, como lo muestran fotografías tomadas por él mismo el día 24, pero nunca publicadas en sus libros. Pero la eliminación de sujetos y memorias locales, méritos y datos, es paralela a la elaboración de un subrelato histórico aparecido por primera vez en el Nacional Geographic Magazine: Machu Picchu es identificado con Tampu Tocco, el lugar de nacimiento del primer inca Manco Cápac, pero es al mismo tiempo la ciudad sagrada de los últimos incas. Basándose en el relato del cronista español Fer nando Montesinos5, que acababa de ser editado y traducido al inglés, Bingham describe a “su ciudadela” como el refugio elegido hacia el 800 d.c. por los seguidores de los Amautas que huían después del saqueo del Cusco de una invasión sureña. Estos Amautas habrían construido un imperio que ocupó los Andes durante sesenta generaciones, y posteriormente convertido al refugio en la capital de un nuevo reino, Tampu Tocco. En ésta se habría inventado la escritura, pero debido a la cólera de los dioses que asesinó a los embajadores de Pachacuti VII, ésta fue abolida sustituyéndose por el sistema de los quipus. Pero hacia 1300 d.c. Tampu Tocco fue abandonada cuando el Cusco ya gozaba de la gloria de ser la capital del Imperio Peruano. A partir de una traducción al inglés hecha por Markham6, nuestro “descubridor” cita al cronista indígena Pachacuti Yanqui Salcamayhua para sustentar que Manco Cápac y sus hermanos abandonan Tampu Tocco, se instalan en el Cusco y fundan la dinastía incaica; pero como homenaje a la casa de sus padres construyen en la vieja ciudadela un templo con tres ventanas. Pero además, tras la invasión de Pizarro en 1534, Machu Picchu nuevamente se convirtió en la casa y refugio de las Vírgenes del Sol, sacerdotisas del “más humano culto de la América aborigen”, en el relato de Bingham. Relato que construyó bajo la ávida lectura de las traducciones al inglés que Markham hizo de las crónicas es- 4 La revista National Geographic Magazine era el órgano de prensa de la Nacional Geographic Society, institución que fundada en 1888 en Washington D.C. por distinguidos exploradores e inspectores del Oeste de los Estados Unidos, emprenderá hacia 1907 una política de expansión de la frontera de información en América Latina. 5 Montesinos, uno de los cronistas más fabuladores, atribuye a Ofir, nieto de Noé, la población del territorio peruano. Cf. Fernando Montesinos, Memorias antiguas historiales del Perú, fue traducido y editado por Philip Ainsworth Jeans de la Universidad de Harvard, con introducción de Clements Markham. London: Hakluyt Society, 1920. 6 El libro de C.R. Markham, Narratives of the rites and laws of the incas, with notes and introduction (1873), contiene la traducción al ingles del manuscrito de Pachacuti, aunque no hay traducción de los textos en quechua y los dibujos se reproducen de manera aproximativa. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 149 Yazmin López Lenci pañolas y de las viejas obras de viaje y exploración editadas también por Markham desde la Hakluyt Society. La Historia del Perú (1892) de Markham, y La Historia de la Conquista del Perú (1847) de William Prescott, fueron las guías bibliográficas básicas de las fabulaciones históricas de Bingham. El desarrollo del relato del “descubrimiento” en los diferentes informes de la revista sobre las “expediciones” al Perú de 1912, 1913, 1914–1915, y en los posteriores libros de Bingham que consolidan la línea narrativa inaugurada en 1913, articulará una serie de adjudicaciones construidas desde el primer encuentro con Machu Picchu. La ficcionalización de este primer encuentro en la identificación con el legendario Tampu Tocco configura un espacio mítico imperial desde el cual se edificará una gran narrativa. Este espacio será materializado en rasgos físicos gracias al destape o proceso develatorio del supuesto “descubrimiento científico”, mitologización física de un principio y de un fin, de manera que los dos ejes temporales del Imperio americano aborigen son transformados en categorías físico–temporales desenterradas por el propio “descubridor”, “narrador”, “fotógrafo” y “explorador” norteamericano. El desentierro de Machu Picchu como la ciudad cuna y ciudad refugio del imperio incaico será entramado con la heroica y exitosa hazaña del personaje, que sólo quiere ser comparable a la de Colón y a la de los conquistadores españoles del siglo XVI. Machu Picchu es inventada como la ciudad cuna del Imperio Incaico, como el mítico Tampu Tocco al identificarse en ella el “Templo de las Tres Ventanas” del cual habrán salido las tribus que fundaran el Cusco; y como la ciudad refugio construida en una estrecha loma flanqueada en todos los lados por escarpadas 150 cuestas por una “población altamente civilizada”. Dentro de la elaboración textual del mito de origen y de un paradigma imperial americano, se ubica el discurso de la energía y del esfuerzo del expedicionario Bingham, el que reorganiza los relatos de la búsqueda de caminos y ruinas incaicas, del trabajo de construcción de puentes y trochas, de la obra de limpieza de caminos y ruinas, del levantamiento de mapas, de las excavaciones, y de las dificultades tanto con los trabajadores peruanos como con las condiciones geográficas y climáticas. Y alcanza fruición con la final posesión de la belleza y grandeza de las vistas panorámicas, no sólo en el Cañón del Urubamba sino cuando después de haberse quedado sin guías porque éstos y los cargueros desertaron, “descubre” diez glaciares en el valle de Aobamba gracias a la ayuda de un niño quechua–hablante de la zona. Este nuevo “descubrimiento” construye otro deslizamiento semántico: los glaciares no han sido vistos anteriormente por ningún sujeto civilizado. Por ello los posee bautizándolos con los nombres del Presidente de los Estados Unidos (Taft Glaciar), del presidente de Yale (Hadley Glaciar), del presidente de la Sociedad Geográfica Nacional (Gannet glaciar), del Embajador británico (Bryce Glaciar), del petrolero Edgard Harkness (Harkness Glaciar), de su esposa (Alfredo Mitchell Glaciar), del Presidente peruano (Leguía Glaciar), y del presidente de la Peruvian Corporation (Morkill Glaciar). A los que se añade el Bingham Glaciar. La posesión de las vistas panorámicas remite también a una instancia discursiva definitiva: la invención de lo sublime como categoría estética. Dentro del proyecto de monumentalización emprendido por los exploradores, el mismo que los convierte en “descubridores”, al pasado se le adju- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 La invención de Machu Picchu dica la cualidad de inefable absolu- de antigüedad descubierta por él, to. La sublimación del pasado y como la ciudad que pertenece a como categoría estética que apare- una cultura cuyo sentido estético ce en los relatos narrativos adquie- sólo es paralela a la de los griegos. re primer plano en los relatos fo- El Tibet Americano contendría tográficos, los que se edifican so- en las ruinas de sus caminos, acuebre la monumentalización del pai- ductos, muros, fortalezas y terrasaje e historia andinas tanto en las zas, la historia escrita de los primevistas panorámicas de la ciudade- ros ingenieros y arquitectos amerila de Machu Picchu, del Cañón canos así como de los primeros del Urubamba y de los glaciares metalúrgicos y artesanos del como en las fotografías que continente. enfocan la arquitectura peruana La apropiación de estas marimperial. cas de excelencia americanas denEl desentierro, revelación y po- tro del proceso develador y difusesión del espacio mítico imperial sor de los vestigios materiales de aborigen americano se convirtió un imperio aborigen dirigido por en el eje constitutivo de las expedi-“expediciones científicas” de los ciones de 1912, 1914 y 1915, lo Estados Unidos, tiene como interque explica la dinámica de oculta- texto a la Doctrina Monroe7 y al miento de objetivos. Mientras se Panamericanismo. La ideología anunciaba públicamente en la panamericana inventada por los prensa limeña y cusqueña las con- Estados Unidos tenía como objetribuciones de los científicos nor- tivo la creación de un instrumenteamericanos en el esclarecimien- to económico y político para salto de la historia y geografía ameri- vaguardar la hegemonía de este canas y en la difusión de las “ma- país en Latinoamérica, y se fundaravillas” del Perú y de su futuro tu- mentaba sobre la creencia en su rístico. En la prensa estadouniden- pro pia su pe rio ri dad cultural se se anunciaba desde 1912 que evolutiva, en la supremacía “explorador busca tesoro en el Ti- económica y en la búsqueda de bet de América”, considerándola una seguridad geopolítica. como la región que poseía a la lle- La recolección y posesión de gada de los conquistadores euro- vestigios fragmentarios de un pripeos, el Imperio más extenso, me- migenio imperio americano justijor organizado y más ampliamen- ficaba la implementación de un te administrado en la América proyecto de excavaciones sistemáaborigen. Pero será a partir de ticas en todo el territorio de la re1914 que una serie de titulares y pública peruana, y de exportaartículos periodísticos anuncian ción de objetos. A ello responde el “descubrimiento” y “encuen- que en 1912 el Presidente Taft tro” de la cuna del imperio incai- gestione a través del Departamenco por americanos, las posibilida- to de Estado, confidencialmente des de desentrañar el “misterio” con el presidente Leguía, una conde la civilización sudamericana cesión exclusiva a la Universidad así como el origen del hombre de Yale, de exploración y excavaamericano, y el esfuerzo por ción en todos los sitios del Perú revelar los se cre tos por un período de 20 años, y su pre–colombinos del Hemisferio respectiva exportación, como reOccidental. curso que burlaba los decretos peMachu Picchu es recreada por ruanos de 1893 y de 1911. Según Bingham en diversas conferen- éstos se prohibía toda exploracias en los Estados Unidos como ción sin un permiso oficial, y en el la ciudad perdida de 2,000 años caso que se autorizase la exporta7 ción sólo podía hacerse de duplicados de especial interés. Aunque bajo las presiones del Departamento de Estado y de la Embajada en Lima, se consiguió que Leguía emitiese un contrato de concesión por 10 años un mes antes que termine su mandato, éste no pudo entrar en vigor porque nunca fue aprobado por el poder legislativo. Sin embargo, la expedición realizó en 1912 la excavación completa de Machu Picchu y otras ruinas, solicitando permiso sólo al final de ésta para exportar cientos de cajas con huesos y cerámicas y 700 fotografías, al que accedió el gobierno peruano por excepción, después de ser inspeccionados oficialmente y bajo la condición que se devuelvan cuando se solicite. Más accidentada fue la expedición de 1914 y 1915, pues al mes de su llegada al Cusco empieza a circular en la prensa local una serie de denuncias sobre excavaciones en el valle de Urubamba, viéndose el Prefecto obligado a ordenar el cese de ellas, orden que Bingham decide ignorar. Sin embargo, esta vez enfrentará una fuerte oposición en el Cusco cuya prensa publica titulares como “la criminal excavación en Machu Picchu”, y sobre todo de parte del Instituto Histórico del Cusco, la que envía una comisión al campamento de los exploradores, bautizado como Yanquihuasi por los pobladores locales, para exigir el cumplimiento de la orden prefectural y acusarlo de contrabandear “tesoros nacionales” vía Bolivia. Frente a una inminente acción legal y su posible arresto, Bingham y parte del grupo logran huir del Perú gracias a la protección de las embajadas norteamericana y británica. A estas alturas el cuestionamiento del carácter científico de las expediciones norteamericanas era no sólo opinión generalizada La Doctrina Monroe surge a partir del discurso del Presidente James Monroe (2.12.1823) y se vinculaba al determinismo geopolítico y al ideal de un sistema americano en el cual los Estados Unidos demandaba la posición hegemónica considerándose a sí mismo como protector del hemisferio occidental. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 151 Yazmin López Lenci sino que se expresó en la abierta cubridores reconocidos por los censura del director del Museo cusqueños serán los agricultores Nacional, Emilio Gutiérrez de del valle de San Miguel, Agustín Quintanilla, al comprobar que ta- Lizárraga y Enrique Palma, que les expediciones nunca habían llegaron el 14 de julio de 1901, tal contado con resoluciones ministe- como lo comprueba Cosio al leerriales que autorizaran excavacio- lo en una inscripción en uno de nes. La expedición, según Quinta- los muros; articulando así una disnilla, “recorrió el departamento cursividad local cusqueña en comdel Cusco, en demanda de anti- petencia con el discurso transnagüedades peruanas, despreocu- cionalizador de los exploradores pándose de la soberanía nacional norteamericanos. del propio modo que los expedi- El discurso de Bingham frente cionarios de Cortés y de Pizarro a la opinión pública y académica escudriñaron los Estados de Moc- cusqueña promovía una comunitezuma y Atahualpa, en nombre dad científica internacional como de la religión y del erario de Car- la supra–entidad de la nacionalilos V”8. El editorial del periódico dad y buscaba legitimar la equivalimeño La Prensa respalda el in- lencia entre ciencia y nacionaliforme del director del Museo, al dad, ignorando totalmente la naafirmar que extraer los tesoros ar- turaleza del debate sobre nación e queológicos del país “para engala- historia en el país y en el Cusco en nar y enriquecer museos extranje- par ti cu lar. Las ex pe di cio nes ros es un atentado de lesa civiliza-“Yale – National Geographic” imción en quien lo comete y una pa- pugnan los imaginarios y saberes sividad suicida para el país que lo locales para introducir otra cateconsiente”.9 goría que subsumiría y diluiría a La reacción cusqueña es per- éstos, bajo los parámetros de una ceptible desde que José Gabriel cartografía universal y científica. denunciara que los resultados de El intento de proponer otra catelos trabajos de 1911 no fueron co- gorización enfrentaba directamunicados en el Cusco a pesar mente al regionalismo cusqueño del apoyo recibido, y desde que que ya desde 1890 patrocinaba la éste organizara con un grupo defensa de una economía local, y compuesto por alumnos, un ha- discutía las posibilidades de la excendado, y campesinos de la re- plotación racional de riquezas nagión, una improvisada excursión turales y de la colonización de la a los valles de la Convención, selva, en una serie de estudios sopara seguir los rastros por donde bre la geografía regional. Este mohabía pasado Bingham y que lo vimiento regional significaba una habría conducido a Machu Pic- crítica de la posición dirigente de chu. Como resultado del recono- la élite limeña como respuesta a la cimiento de la ciudadela realizada pérdida de territorios durante la el 19 de enero de 1912 bajo la Guerra del Pacífico y al fracaso guía de Agustín Lizárraga, Cosio del proyecto económico guanero. niega que Bingham haya sido el Pero ya a partir de 1909, a raíz de descubridor de los restos para atri- la Reforma Universitaria, la articubuirle el mérito de ser sólo el di- lación del regionalismo pasó a sigvulgador internacional y propaga- nificar el estudio de los probledor del interés arqueológico, por- mas regionales, la afirmación de que la ciudadela ya era conocida la originalidad de la cultura de por muchas personas que cultiva- cada localidad, la defensa de los inban parte de sus terrazas. Los des- tereses locales sin anteponerlos a 8 9 Emilio Gutiérrez de Quintanilla., “Riqueza arqueológica peruana”. En: La Prensa, Lima, 8–01–1916. Ib. ídem. 152 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 La invención de Machu Picchu los intereses nacionales, y el patrocinio del progreso de las respectivas regiones. Dentro de ello, los “valores del pasado” y la constitución de un “nacionalismo histórico” adquirieron la categoría de agente renovador de la contemporaneidad, lo que motivó el crecido interés en la investigación histórica de la tradición andina quechua y de la tradición colonial. La for mación de la nacionalidad, para el movimiento cusqueño, sólo podía pasar por la reconciliación del impulso modernizador con esta doble tradición, premisa que explica la reconstrucción de la propuesta totalmente renovadora del proceso emancipador y de la Independencia. Dentro del discurso “científico y universal del descubrimiento” de los exploradores estadounidenses, la invención de Machu Picchu será también procesado como un hito modernizador que inauguraba la irrupción del turismo en la región del Cusco y des de esta pers pec tiva, como el símbolo internacionalizador del Perú. Pero ya desde el Perú, cuando a comienzos de la década de 1920 el rector estadounidense Albert Giesecke, se encargó de promover a la ciudad y departamento del Cusco y re gio nes ale da ñas como la “meca del turismo” de Sudamérica, a través de artículos publicados en la Revista Universitaria y de guías turísticas. La institución universitaria (rector y algunos profesores) ofrecía y distribuía infor maciones precisas sobre la ubicación y características de los sitios arqueológicos de los departamentos del Cusco y Abancay. El itinerario recomendado por Giesecke incluía la visita de ruinas en la ciudad del Cusco, y en otros poblados ubica- dos en el valle del Urubamba como Pisac, Calca, Urubamba, Ollantaytambo, Torontoy y Machu Picchu. Es iluminador la propuesta del itinerario a Machu Picchu recomendado por Giesecke al turista por venir en las siguientes líneas: “Aquí hai algunas casas, i familias de indios, que atenderán por una suma mui módica, a viajeros i bestias. El clima ya es notablemente mejor, porque ya estamos cerca de la cabecera de montaña. Ya principia la verdura más tupida, los pájaros aumentan en número, se oyen a cada paso gritos de aves i animales, las flores asumen colores peregrinos, i los cerros encajonan el cauce del río en quebradas a veces estrechas i en otros momentos algo abiertas. Son recuerdos sempiter nos que se reciben, especialmente en Medio Naranjo, i la Máquina. A cinco leguas de Torontoy el viajero ya está cerca de las famosas ruinas de Machu–picchu, que descubrieron y examinaron científicamente los miembros de las expediciones lideradas por el profesor norteamericano Hiram Bingham. Es una agrupación maravillosa de edificios y gradas a más de 2,000 pies sobre el lecho del río Urubamba. Puede visitar el turista este sitio, haciendo colocar en el sitio denominado Putucusi un puente provisional, con peones de la finca cercana de Mándor, que corre por cuenta de Melchor Arteaga. En tal caso se descansa un par de días en este arriendo, pues hai forraje abundante para las bestias; i el río está a la mano para tomar dos o tres baños diarios. La colocación del puente es obra de corto tiempo, i pueda costar unas tres libras, pero vale la pena, pues la subida por esta ruta es mucho más corta i menos expuesta. Se llega de esta manera en menos de una hora a las ruinas. […] El turista deberá hacer llevar algo de comer i de beber para todos los acompañantes, i de ninguna manera dejar de llevar su Kodak. Si es posi- ble, un capataz con peones deberá adelantarse desde el día anterior para cortar las malezas por la senda i por el sitio de las mismas ruinas. Sería mui ventajoso llevar también consigo un ejemplar del informe en inglés de la obra del Profesor Hiram Bingham (‘In the Wonderland of Peru’, Nacional Geographic Magazine, April, 1913), pues, aunque no sea dable leer en inglés, los doscientos cuarenta y cuatro fotograbados serán excelentes como base para comprender mejor Machu Picchu.”10 Se han creado así a los agentes turísticos: el rector y su círculo de profesores más cercano como los creadores de guías de turistas y distribuidores de infor mación; los gobernadores y hacendados que “facilitan” la mano de obra (capataz y peones), caballos, hospedaje y orientación geográfica; y ciertas familias campesinas las que debían ofrecer “servicios” baratos. Se asiste al desplazamiento, reproducción y legitimación de la obra de las expediciones norteamericanas en el espacio recién creado del turismo, de modo que la servidumbre local exigida al trabajo “científico” se transforma en promoción turística a través de los agentes; los turistas siguen el itinerario de Bingham de acuerdo al relato In the Wonderland of Peru, “ven” y constatan las marcas físicas del “descubrimiento”, legitiman el discurso y lo celebran con una cámara fotográfica. El turismo proyecta, divulga y multiplica los discursos de la desterritorialización de la grandiosa historia andina legitimada por la presencia científica de los “descubridores”, y de la mercantilización de Machu Picchu como un hito imperial americano en el momento del fracaso del proyecto modernizador liberal. La invención del Machu Picchu turístico11 despoja- 10 Albert Giesecke. “El Cuzco: Meca del Turismo de la América del Sur” (Cuzco, 22–6–1920). En: Revista Universitaria, Cuzco, No. 35, agosto de 1921. Págs. 14–15. 11 El primer paso normativo de fomento turístico se dio en 1932 con la promulgación de la Ley No. 7663, por lo que se autorizó al exMinisterio de Fomento y Obras Públicas ocuparse de la atención turistica especialmente del Cusco; a ello se agrega la Ley No. 9031 de 1939, por la que se encomienda al Touring y Automóvil Club del Perú el fomento oficial del turismo. Entre 1942 y 1946 la Compañía Hotelera del Perú se ocupa del desarrollo turístico de manera oficial. Entre 1945 y 1948, el Hotel de Turistas del Cusco bajo la dirección del ciudadano suizo Jean Paul Fluir, organiza los primeros viajes de grupos de turistas Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 153 Yazmin López Lenci ba a los sujetos peruanos de la vinculación con los saberes locales, con las memorias, con la contemporaneidad y en última instancia con la articulación de una modernidad propia. Suponía congelar en el pasado la obra de una civilización andina derrotada, y difundir la imagen del atraso y arcaísmo contemporáneos para reproducir un cuerpo histórico-social dislocado, fragmentado y sepulcral de la ciudad, de la región y del país. Pero a través de los canales de comunicación inter nacionales abier tos por Giesecke se difundirá también el nacionalismo histórico de los regionalistas cusqueños como Luis E. Valcárcel y Uriel García, concebida como la discursividad local en competencia que a través de una disputa sostenida cumplía el objetivo fundamental de quebrar el aislamiento provinciano y depar tamental, crear una red nacional y latinoamericana y ar ticular otra moder nidad sobre una memoria recuperada. Antes de la llegada de las expediciones nor tea me ri ca nas Ma chu Pic chu no se consideraba ni como el puente entre el presente y el gran pasado antiguo, ni como una historia silenciosa magnífica que es preciso descifrar, ni tampoco como una presencia histórica que cuestione la moder nidad occidental. La pe que ña bur gue sía co mer cial de la re gión cus que ña veía en la ex pan sión y con - con quis tar o re cu pe rar a traquis ta de la re gión ama zó ni ca vés de la ex hi bi ción de pie zas la puer ta de ac ce so a la mo der - dra má ti cas y mu si ca les, o de ni za ción eco nó mi ca, pero lo los es tu dios de len gua que que pa re cía sel va vir gen y re - chua, de las ves ti men tas, de cin to de ví bo ras que de bía co - las cos tum bres y las creen cias lo ni zar se, a par tir de 1912 se del mun do re gio nal an di no. des cu bre como un en clave de En conclusión, antes que la me mo ria de con ti nui da des de difusión inter nacional de Mala ci vi li za ción pe rua na an ti - chu Picchu y el repentino integua. A par tir de en ton ces dis - rés que la antigua capital del imcu tir so bre na ción e his to ria perio incaico pudiera desper im pli ca ba pro bar la con ti nui - tar, la transnacionalidad de la dad de la exis ten cia co lec ti va revelación de un tesoro aboripe rua na a tra vés del tiem po, gen americano trajo como efecadu cien do que la po si bi li dad to en el Perú y en especial en el de una con cien cia de co mu ni - Cusco, la búsqueda de una medad de pen de de la me mo ria moria histórica y sagrada unifide un ori gen co mún y un de sa - cadora de las culturas andinas, rro llo con jun to. E im pli ca ba considerada a su vez como el en el Cus co re cons truir la his - fundamento de la moder nidad to ria in yec tan do vi ta li dad al nacional peruana. Proceso que ma te rial que ofre cía no sólo se inicia después de haber celela arqueo lo gía sino la fi lo lo - bra do en Ma chu Pic chu la gía que chua y las li te ra tu ras obra estética de construir al ora les. Es por ello que se asig - medio ambiente, haber presenna prio ri dad a las vi si tas de ciado la materialización de un los si tios his tó ri cos y al es tu - rito de creación, transfor madio de nue vos res tos arqueo - dor del caos en cosmos, y con ló gi cos. Pero tam bién los es tí - ello adquirido “conciencia de mu los es té ti cos del pro pio lo universal”, y finalmente, hatra ba jo cien tí fi co, como el en - ber reconocido en la ciudadela tu sias mo fren te a la vi sión de el Imago Mundi o el núcleo los res tos arqueo ló gi cos o el “de todas las hierofantas”12 de gozo de un des cu bri mien to, la región cusqueña. Resulta suse en ten dían como con tri bu - gestivo seguir la lectura del cación al cui da do de los da tos mino olvidado, intrincado y pehis tó ri cos sor pren di dos di - ligroso de la excursión cusquerec ta men te en las fuen tes de ña a la ciudadela como la alegoes tu dio y a su in cor po ra ción ría de una discursividad que al sis te ma de co no ci mien tos hurga desmesuradamente en lo ca les. O con ti nui dad y per - la car tografía y pliegues de las sis ten cia de una na ción por re - propias memorias nacionales. acompañados por guías de turismo, mientras en 1946 se fundaba la Escuela de Guías de Turismo del Cusco (primera de Sudamérica). En octubre de 1948 el gobierno de Manuel Odría inaugura el tramo carretero entre el Puente Ruinas sobre el río Urubamba y la entrada de la ciudadela bajo el nombre: “Carretera Hiram Bingham”, con lo que el Estado peruano inició la preocupación oficial por Machu Picchu como creciente atractivo turístico. De 1949 data la fundación por Fluir de la primera agencia de viajes y turiusmo del Cusco bajo el nombre del “Inca Land”. En 1952 un decreto supremo ordena la restauración del “complejo arqueológico de Machu Picchu, y en 1962 se crea el Museo de Sitio, museo menor porque los objetos de las excavaciones extranjeras fueron llevadas a Yale. Entre 1964 y 1969 el Estado asume directamente la administración pública del turismo, creándose la Corporación de Turismo del Perú. El gobierno del General Juan Velasco Alvarado emitió en 1972 el Decreto Ley 19567 en donde se declaraba de necesidad y utilidad pública la construcción de un complejo hotelero en Machu Picchu, la misma que se encargó a la Empresa Nacional de Turismo (ENTUR). Este decreto generó el reclamo de la población del departamento del cusco, el mismo que generó la declaratoria oficial de intangibilidad de 1,400 hectáreas, en las que no se debía construir, y la demarcación de 2,500 hectáreas como “Reserva Arqueológica”, dentro de las cuales podría construirse el Hotel de Turistas. En 1981 el gobierno de Belaúnde emite el Decreto Supremo que declara a la ciudadela “Santuario Histórico”, dentro del área del distrito de Machu Picchu (creado en 1941 y de 32.592 hectáreas), y constituye una comisión encargada de estudiar la participación del sector privado en la ejecución del Proyecto de Construcción y Explotación del Complejo Hotelero Machu Picchu, el que ya planeaba la instalación de un teleférico o funicular entre el hotel y las ruinas. También en 1981 se declaraba a los distritos de Machu Picchu y Ollantaytambo “Zona de Reserva Turística Nacional”. En 1983, año en que es inscrito en el registro de la UNESCO como “Patrimonio Mundial, Cultural y Natural”, se le declara por la Ley 23765 “Patrimonio Cultural de la Nación” y al Cusco “Capital turística del Perú”. 12 Luis E. Valcárcel., “Sinopsis de Machupijchu”. En: Revista Universitaria, Cusco, Segunda Epoca, Primer Semestre de 1929. Págs. 89–103; Machu Picchu. Lima: Serie Perulibros, 1988, Págs. 91–95. 154 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 REALIDAD LINGÜÍSTICA DE MACHUPICCHU Darwin Efraín Payne Mora1 M achupicchu fue un santuario de rango superior erigido en un lugar privilegiado. Se sitúa a 2,360 m.s.n.m. y a unos 112 Km. por ferrocarril al norte de la ciudad del Cusco. Según las crónicas, Machupicchu debió ser construido bajo la dirección de Pachakuteq. No se conoce la secuencia del proceso de su construcción, pero parece haber sido la obra de un solo proyecto equivalente al de un santua- rio o una “urbanización” donde los espacios, niveles y formas fueron previamente establecidos, aun cuando en el curso de su existencia se hubieran corregido entradas o agregado recintos. En Machupicchu, vivió la élite del Tahuantinsuyu, o sea la casta gobernante del Imperio Inca, y su lengua oficial fue el quechua. El Tahuantinsuyu fue multilingüe, pluricultural y poliétnico, marcado por la diversidad; es decir, aparte de la lengua quechua, en el antiguo Perú se hablaban muchas lenguas con sus respectivos dialectos. Al respecto, el lingüista peruano Juan Calos Godenzzi señala en el documento base del Taller: lengua, cultura y región sur andina peruana que en el antiguo Perú existía una gran di ver si dad de ci vi li za cio nes con sus lenguas y culturas ca- 1 Docente Asociado a Dedicación Exclusiva del Departamento Académico de Lingüística de la UNSAAC. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 155 Darwin Efraín Payne Mora racterísticas. Intentan do una rápida localización de las lenguas, tendríamos la siguiente distribución: el quechua, entre la costa central y las áreas comprendidas en los actuales depar tamentos de Ancash, Huanuco, Pasco y Junín; el aru, entre la costa sur y la región de Huancavelica y Ayacucho; el culli, entre la costa nor te (reino Moche) y Cajamarca. En el Collao se propagó el puquina, lengua del reino Tiahuanaco (Torero, 1974). Du ran te la ex pan sión del Imperio Huari (siglos IX–XII de la era cristiana) se da una difusión de la lengua aru, cuyos descendientes hoy día son el jacaru, el cauqui y el aymara (Cerrón–Palomino, 1982). El crecimiento del reino Pacha ca mac ha bría per mi ti do que el quechua, ya expandido en la costa central y sierra central, se introduzca y desarrolle en la costa nor te (en su variedad Yúngay) y en la costa sur (en su variedad Chínchay). El poderío del reino Chínchay, su intenso desarrollo comercial y sus in ter cam bios de mo grá ficos podrían explicar cómo el quechua en su variedad Chínchay habría podido extenderse tanto a las serranías contiguas a la costa sur como al litoral del extremo nor te del Perú y del Ecuador. Cuando los Incas establecieron su poder en el Cusco (siglo XIV o XV), el quechua Chínchay se encontraba ya muy expandido en los Andes. Esto hizo que los Incas la escogieran como lengua ofic i a l d e l I m p e r i o ( To r e r o, 1974). Entonces, el quechua habría tenido su origen en una lengua de la región central y occidental del Perú. Esta protolengua habría generado dos variantes, las cuales a su vez originaron las dos ramas de la familia que fueron extendiéndose y diversi156 ficándose a través del territorio andino en oleadas sucesivas des pla zan do o su per poniéndose muchas veces a un sustrato aimaraico precedente. Hacia el siglo XV, el llamado quechua clásico se convir tió en una impor tante lengua vehicular del Antiguo Perú y fue adoptado como lengua oficial por el Imperio Incaico. El quechua, probablemente cumplía la función de lingua franca entre las diversas poblaciones del Antiguo Perú. La lingua franca es el idioma adoptado para el entendimiento común entre personas que no tienen la misma lengua mater na. La aceptación puede deber se a mu tuo acuerdo o a cuestiones políticas, económicas, etc. La lengua quechua se halla aislada de las demás familias lingüísticas del mundo en cuanto a su origen. El quechua tuvo, desde antes de la inva sión es pa ño la, una intensa relación con el aimara, sobre todo los dialectos meridionales, con algunas lenguas amazónicas como el asháninka y otras lenguas del sur del Imperio Incaico. La situación de multilingüismo pone a las lenguas en contacto. Este contacto puede ser de convivencia, ocasionar conflictos lingüísticos, producir interferencias lingüísticas, dar lugar a la sustitución de un idioma por otro o, incluso, a la aparición de nuevas lenguas. Así pues, el contacto entre lenguas puede dar lugar a diversos fenómenos lingüísticos, entre los cuales se pueden señalar como más impor tantes los siguientes: el bilingüismo, la diglo sia, las in ter fe ren cias lingüísticas, la aparición de lenguas francas, etc. Gustavo Solís Fonseca manifiesta que los contactos diacrónicos y sincrónicos entre len- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Realidad lingüística de Machupicchu guas peruanas de las distintas bre actitudes de personas y soregiones geográficas tiene un bre relaciones interculturales. gran interés, tanto por las cues- La Educación Intercultural tiones sociolingüísticas actua- debe ser el modelo pedagógico les que son el resultado del pro- que posibilite el tránsito desde ce so de con tac to his tó ri co, una diversidad que fragmenta cuan to por sus im pli can cias hacia una diversidad que crea diacrónicas. ámbitos de encuentro, en la La in ter cul tu ra li dad es la pers pec tiva de con so li dar el conducta cultural para desen- gran Estado peruano. volverse en contextos de rela- Los pe rua nos, los cus queción de culturas. Es una con- ños y los moradores del misducta de las personas o de los mo Ma chu pic chu pue blo o grupos humanos en situacio- Aguas Ca lien tes, pa ra dó ji canes de multiculturalidad. Se tra- mente, nos hemos mostrado ta de un saber manejarse entre orgullosos ante el mundo por miembros de diferentes cultu- la diversidad ecológica y biolóras con quienes se interactúa. gica; y avergonzados por la diLa globalización ha catapul- versidad cultural y lingüística. tado la conveniencia de la inter- Si los peruanos somos orgullocul tu ra li dad como con duc ta sos de Machupicchu, deberíade los seres humanos, pues ha mos tam bién ser or gu llo sos puesto frente a sí a personas del pensamiento, de la cultura de diferentes culturas, generan- y de la lengua con los que se do como consecuencia convic- construyó esta maravilla del ciones sobre conductas apro- mundo. piadas para desenvolverse en Imelda Vega–Centeno indiel mundo globalizado. Si bien ca que la identidad cultural y pareciera que nos dirigimos ha- lingüística está atravesada por cia un mundo de interculturali- las interferencias de la moder dad plena, tal vez con todas las nidad “por vivir en un depar taculturas del mundo en contac- mento que se supone ya no to; avi zo ra mos sin em bar go debe ha blar que chua ten deque no todas las culturas ahora mos a aban do nar la len gua, existentes tienen la misma po- igual en la ciudad o en el camsibilidad de ser componentes po. En lugares donde hay turisper manentes en la relación in- tas que tienden a valorar las tercultural, ya que algunas es- costumbres y la lengua, se entán condenadas a la desapari- cuentra ‘rentable’ mantener la ción debido a las relaciones de- lengua, hoy muchos pueblos insiguales entre las sociedades dígenas lamentan la pérdida de respectivas. su lengua”. El Índice de SustiLenguas y culturas son reali- tu ción Lin güís ti ca (ÍSL) dedades que se implican de mane- muestra cómo la mayoría de ra mutua: la extinción de una los migrantes en Lima o Arees también la extinción de la quipa, incluso en la ciudad del otra, de allí que es necesario Cusco, sólo enseñan el castellaevitar que ninguna lengua ni no a sus hijos, el que viene a cultura específica de cualquier ser lengua mater na. Hay casos área de la tierra se vea amenaza- iguales en la Amazonia, pero da por la extinción que convier -“hay zonas donde sí se enseña te en nada a una experiencia hu- el quechua o aimara a los hijos, mana irre petible e insustitui- porque es la lengua de la comuble. nidad social, salvo en la admiUna política intercultural es nistración pública” (Chirinos, en lo fundamental política so- 2001). Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machupicchu, es hoy el centro del contacto de lenguas y culturas por ser el principal atractivo turístico del Perú. Finalmente, invitamos al lector a reflexionar y reaccionar a través de los siguientes interrogantes: • ¿El multilingüismo en Machupicchu es el mismo en el pasado y hoy? • ¿Se pro du ce real men te la in ter cul tu ra li dad en tre la cul tu ra que chua y la de los vi si tan tes de di fe ren tes paí ses del orbe? • ¿Qué políticas lingüísticas deberían implementar el Estado peruano, las agencias de turismo y la población en general para for talecer, consolidar e irradiar al mundo la cultura y la lengua quechuas? • ¿Los niños, jóvenes y adultos habitantes de Machupicchu pueblo y zonas aledañas que están en contacto lingüístico con los turistas hablantes de diversas lenguas del mundo poseen identidad lingüística y cultural? • ¿En qué medida es impor tante, en el siglo XXI, la revaloración y el cultivo de la lengua y la cultura quechuas en Machupicchu, en el Perú y en el mundo entero? • ¿Los cusqueños adultos hablamos y enseñamos a nuestros hijos o alumnos la lengua y la cultura quechuas? REFERENCIAS —CERRÓN–PALOMINO, Rodolfo. La cuestión lingüís ti ca en el Perú, Sig no uni ver si ta rio, Lima,1982. —TORERO, Alfredo. El quechua y la historia social an di na, Uni ver si dad Ri car do Pal ma, Lima,1974. — CHIRINOS RIVERA, Andrés. Atlas lin güís ti co del Perú, Mi nis te rio de Edu ca ción y Cen tro Bar to lo mé de Las Ca sas, Cus co, 2001. 157 HOMENAJE BOTÁNICO A MACHUPICCHU Cesar Vargas C.1 The present ar ticle, written in honor of the 50th anniversary of the discovery of Machupicchu, is dedicated as well to the memory and admiration of Dr. Hiram Bingham, the city’s discoverer. It describes mainly the botany of Machupicchu its rich flora that extends over the flanks of the mountains and in all directions across its rocky mass, as well as the group of Chokesuysuy, Yunciupta, Wuiñaiwaina, Puyupatamarca and Sayacmarca; wich have all been explored on numerous occasions by the writer. The variety and richness of the flora are certainly of sufficient interest dedicated various of them to the disto justify the name he has given it, The coverer and Head of the Expedition Paradise of Botanists. an example of which is the Plagiochila Since just as in the scenery and the Binghamieae, named in honor of Dr. archaeological remains themselves, all Bingham’s wife. Finally there is informs a harmonious whole, in which cluded a systematic list of the species the plant impressively add to and in- collected by the author in this archaeological region. creases its magnitude and beauty. Because of the special occasions, it is worth noting that the botanist who accompanied the Bingham Expedition found several new species as they collected plants at the site; and as a natural and significant tribute they H ace más de trein ta años llegué por vez primera a Machupicchu, todavía cuando el acceso a la célebre ciudadela arqueológica era por demás difí cil; a través de una 1 Prof. de Botánica 158 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Homenaje botánico a Machupicchu senda tortuosa, perdida entre la maraña del monte secular y umbrío y cruzado de trecho en trecho por troncos caídos que hacían aun más penoso el ascenso. En aquel entonces tampoco había albergue alguno y se tenía que pernoctar a cielo abierto y dor mir en colchón de ramas y hojas secas. La flo ra na tiva do mi na ba todo el ambiente, los andenes, las estrechas callejas y cubría también las venerables murallas, con manto verde. Se trataba de una ciudadela verde florida, policroma, que justificaba como hoy en día aun, el nombre de Paraiso de los Botanicos, que yo puse a tales lugares. En efecto, desde el piso mismo del cañón y extendiéndose a las laderas o, contemplando los farallones y roquedales imponentes, confor mados de inmensas masas de granito, todo se halla cubierto por una densa y tupida vegetación, variada, rica y por tanto interesante flora, en toda la gama imaginable de la sistemática botánica: algas flotantes en los depósitos de agua, aquí y allá hongos de for mas y colores diversos; musgos cual mantos verdes que cubren las rocas, el suelo y también epifitas; helechos, desde especies diminutas pegadas fuertemente a los peñascos, o cubriendo los tallos de arbustos y árboles, hasta for mas de tamaños gigantes arboreos, de gráciles y llamativas, como Cyathea, otras delicadas y transparentes como Hymenophyllum, mientras Blechnum occidentale, especie arbustiva, aparece entre los 2,300 a 3,700 m. en lugares abiertos frecuentemente. Desde luego que las fanerógamas dominan el paisaje florístico, con numerosas especies, unas humildes de pequeñas y sin atractivo alguno y que por esto no llaman la atención del profano y sí de los que tienen afanes botánicos, otras de flores her mosas, de co- lores y tamaños variados; todas dis pu tan a por fía el pai sa je, como tratando de sobresalir sobre las demás. De ahí que Machupicchu a su singular atractivo de historia y tradición, hechura magnífica del hombre, debe agregarse lo admirable de la naturaleza que junto con el paisaje y lo imponente del cañón profundo e impresionante, con intrincadas montañas, cual laberinto sin fin, se engrandece y adquiere belleza inenarrable por las plantas que cubren desde sus flancos y alcanzan hasta sus picos más enhiestos, bajando hacia las márgenes mismas del Wilkanuta, en multicolor caricia a las aguas del río sagrado. Por todo esto, atraído y cautivado, por tantos encantos naturales, he visitado Machupicchu con fer vor renovado, siempre y cada vez que la ocasión me ha sido propicia. Porque para mí, como a peruano y cuzqueño y además como a científico, la conjunción maravillosa de la obra gigante y perdurable del hombre y de la naturaleza, a más del deleite consiguiente, tiene un arraigo, no sólo profundo, sino también de convicción y responsabilidad en el tiempo y en el espacio. Así pues esta región he visitado y explorado botánicamente en muchas ocasiones, incluso los aledaños grupos arqueológicos situados hacia el S.O., comprendidos entre Choquesuysuy en la margen del río, Kilómetro 104 del F.C. a Quillabamba, luego subiendo las laderas, Yuncaipata, Wuñaiwaina, Puyupatamarca y Sayacmarca, estos cuatro últimos conjuntos com pren di dos en al tu ras de 2,350 a 3,700 m.; como Machupicchu, incluidos en la for mación denominada “Ceja de la Montaña” que visité asimismo en ocasiones sucesivas, después que la Comisión arqueológica Wenner Green puso al descu- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 bierto tan her mosas agrupaciones históricas. Hemos pues, en las diversas ocasiones de visita botánica pernoctado en diferentes lugares, los cuales se caracterizan por el clima casi siempre muy húmedo, con neblina constante y lloviznas persistentes, en casi todas las estaciones del año, donde la ventisca cordillerana sopla glacialmente. Tales exploraciones sucesivas he realizado en las diferentes estaciones del año, primavera, invierno, otoño, verano; cualesquiera haya sido el tiempo reinante, tal como se podrá recordar en mis apuntes publicados en mi artículo, “La Flora de la región descubierta por la expedición de “The Viking Fund”, (Rev. Universitaria, N° 84, 1943), “tomamos alojamiento en una casa ruinosa de sillar granítico, donde hallamos todavía al gu nos en se res de la Expedición del Dr. P. Fejos. Tal habitación no podía ser más botánica, pues por dentro y por fuera, hallábase or namentada con musgos, líquenes y helechos. Dentro, apenas disponíamos de unos pocos metros cuadrados para instalarnos, ya que el techo falto de cuidado y reparación dejaba paso libre al agua de lluvia por varias partes. Así y todo la pieza botánica cumplió su misión de hospedarnos por dos noches. Más arriba se encontraba un pequeño bosquecillo el cual nos invita a explorarlo la tarde de nuestro arribo y, aun cuando la garúa y la neblina nos persiguen insistentes, cedemos a la tentación de explorarlo y nos internamos entre el boscaje húmedo y saturado de agua. Colectamos principalmente plantas epifitas, orquídeas, helechos, musgos. A la luz mortecina que se filtra al través del ramaje espeso, el bosque se nos presenta extrañamente iluminado con colores fantasmagóricos, rayos que brillan entre las plantas, ramas, troncos viejos caídos. Las gotas 159 Cesar Vargas C. de agua, temblorosas, sobre las El límite inferior, de acuerdo a plantas menudas o debajo de ta- obser vaciones de autoridades les, toman coloraciones y for - en la materia, así como de las mas variadísimas. El lugar así nuestras propias, se encuentra descrito se nos antoja por mo- en los 2,000 m., bordeando el mentos de ensueño aladinesco, río Urubamba en este caso conpor el colorido de piedras pre- creto, el sector medio entre los ciosas dispersas que tales gotas 2,300 – 2,500 m., o sea donde se ofrecen; olvidamos a ratos la hu- halla enclavado Machupicchu y medad que nos cala y el agua otros pequeños grupos, y el límique gotea incesante de la vegeta- te superior, entre Sayacmarca y ción, la que parece una lluvia de Puyupatamarca, 3,200 – 3,650 brillantes. Alguna vez nos senti- m. De donde los elementos flomos tentados de palparlas y rísticos que confor man dicha comprobar la realidad, desvane-“ceja” per tenecen sistemá ticaciéndose la ilusión al menor con- mente a tal for mación fitogeotacto. Así ambulamos entre hu- gráfica. mus, barro y tallos roídos por la El aspecto analítico de la flopodre y el tiempo y por el suelo ra daremos más adelante. Ahora cubierto por el verde esmeraldi- no pretendo sino presentar una no de las plantas criptogámicas. visión rápida descriptiva de la suEn verdad nuestros esfuerzos cesión de los principales taxoson hartamente recompensados nes que se encuentran sucesivacon la variedad de motivos co- mente for mando parte de la flolectados y sensaciones gozadas. ra del piso inferior expresado alTales horas en el bosque enri- titudinalmente entre los 2,000 quecen nuestra visión con multi- m. y 2,300, altura esta última tud de for mas miríficas, ilusio- donde se encuentra Machupicnes de ensueño y engaños de co- chu. En las laderas bajas son colores. Al atardecer cuando las munes: Pennisetum bambusifor aves y otros animales vuelven a me que alcanza considerable desus moradas, recordamos enton- sarrollo, casi dos metros, Chasces que también nosotros debe- quea scandens junto al río, en mos retor nar al campamento; densas asociaciones colgantes, en llegando a éste recién nos da- decumbentes que caen sobre las mos cuenta de que estamos aguas del río; varias especies de completamente húmedos y que Bromeliaceas, de los géneros: Tiel frío nos ataca despiadadamen- llandsia, Pitcairnia, Puya, que se te; así buscamos refugio a la lum- acomodan en los farallones embre de una hoguera que nos sir - pinados. Numerosas especies ve de rústica estufa”. Como esta de Orquidaceas epifitas o colaventura, otras muchas se han gando de las rocas, o en el piso sucedido en nuestras exploracio- ofrecen sus galas y for mas varianes, cuyos resultados botánicos das, siendo las más notables: han sido siempre satisfactorios, Phragmipedium caudatum, cufor mando parte del “Herbario yas tépalos laterales son largos Vargas”. apéndices colgantes a veces hasBotánicamente la región de ta de 40 cm. de largo, la especie Machupicchu y los demás gru- erec ta, So bra lia di cho to ma, pos arqueológicos vecinos nom- Lycaste fimbriata, L. locusta de brados, se hallan situados en la grandes flores blanquecinas, vafor mación típicamente peruana rias especies de Epidendrum y llamada “Ceja de la Montaña”, muchas más. También bordeanhacia las vertientes orientales de do el río, son frecuentes Eritrina los Andes, cuyas aguas todas edulis, Cecropia, Nectandra Hevan al gran sistema amazónico. rrerae, asociaciones de Tessaria 160 integrifolia, en las playas de aluvión; y apartándose hacia las laderas de ambas márgenes, Escallonia Pilgeriana, Inga, Weinmannia bífica, Cassia vargasii, Desmodium vargasianum, Myrica pubescens, Miconia, Lantana camara, Phenax rugosus, Piper, Clusia, Croton, Acalypha, Piper, Abutilon, Abatia, Pasiflora ligularis; llamada granadilla, de fruto comestible, Miconia Herrerae, M. sclerophylla, Fucsia, Begonia bracteosa, florece todo el año, B. par viflora, Calceolaria, varias especies, Rubus, etc. Muchas de las especies mencionadas trepan las laderas y alcanzan o sobrepasan el nivel de la ciudadela de Machupicchu; añadiéndose otra más, Lupinus de flores violáceas, gramíneas de varios géneros, Zeugites mexicana, Axonopus scoparius, abunda entre las murallas petreas, junto a numerosas especies criptogámicas. Aparece a la altura de 2,150 m. Begonia Veitchii, de grandes flores rojas, que emergen de los farallones y de las fisuras de los muros durante la primavera y el verano; igualmente Masdevallia Veitchiana de flores rojo anaranjadas, muy bonitas, son frecuentes en los andenes y los precipicios rocosos, como recor dan do, cada pri mave ra a los Amautas que construyeron esta joya arquitectónica; otras especies comunes son: Tibouchi na, Triump he ta, Brachyotum, y venciendo el límite superior de la ciudadela, Puya Weber baue ri y otras Bro me lias, Bejaria glauca, arbusto de más de dos metros que florece en el invier no con numerosas y grandes flores rosadas o violaceas que or namentan el paisaje florístico, así como también Abatia, Embotrium grandiflorum, también arbolillo, de tallo delgado, gusta habitar en lugares abier tos; Gynandropsis Mathewsii de flores rojas. Cu- Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Homenaje botánico a Machupicchu bre áreas considerables, como césped, Fragaria vesca, la cual es introducida; Crotalaria incana, Pavonea, Sphaeracele mandonii, Cuphea cordata, Clethra obovata, Thibaudia Herrerae, Siphonandra elliptica, Hyptis odorata, Nicotiana tomentosa, ésta prefiere lugares más bien bajos, Solalum Hawkesii, Justicia andina, Alonsoa cauliata, Bartschia inaequalis, Gerardia lanceolada, Semana sylvatica, Calceolaria Hertzogii, la más atrac ti va del gé ne ro, en el Perú, por el tamaño de las flores y las for mas de las hojas, florece en invier no, encontrándose a la vera del camino con alguna frecuencia, Siphocampilus Krauseanus. De la familia Compositae abundan varias especies y géneros, como Ver nonia, Eupatorium, Mikania, Stevia He rra rae, Cos mos, Inabum. Material y bibliografía revisadas: “Her ba rio Var gas”; “Si nopsis de la Flora del Departamento del Cuzco”, obra póstuma del Dr. F.L. Herrera. J. F. Mac bri de, “Flo ra of Peru”, varios tomos. C. Schweinfurth, “Orchids of Peru”, 4 volúmenes. C. Vargas C., “La Flora de la región descubierta por The Viking Fund”. A. Weberbauer, “El Mundo Vegetal de los Andes Peruanos”. Enseguida se da lista de los taxones, en orden sistemático, del material colectado en la región arqueológica de Machupicchu, incluyendo los grupos aledaños ya nombrados antes. Con esto no pretendo afir mar, en ningún momento, que tal lista sistemática es completar; sólo la más amplia que posiblemente se ha obtenido porque el autor ha explorado, en repetidas ocasiones, dicha zona y en diferentes estaciones del año. THALLOPHYTA Myxomycophyta Xilaria sp., encontrada en tallo descompuesto. Rara. Eumycophyta Son comunes varias especies de: Polyborus, siendo más frecuente Polyborus sanguíneos. Lentinus crinitus, L. villosus. Schizophyllum commune. Auricularia polytricha. Coriolus pinnitus. Lichenes Usnea florida. U. uliginosa. Physcia clematiana. Cladonia pycnoclada. Par melia tinctorea. P. altísima. P. cirrhata. Peltigera rufescens. Stereocaulon myriocarpum. S. ramulosum. Cora pavonia. BRYOPHYTA. HEPATICAE Marchantiae Marchantia chenopoda. Plagio chi la adiantoides. P. alternans. P. an di co la. PLAGIOCHILA BINGHAMIEAE; especie dedicada por el botánico Evans, quien la describió, en honor de la señora Alfredo M. Bingham, y colectada por el botánico Foote, agregado a la expedición de Hiram Bingham, que descubrió Machupicchu. Radula andicola. Radula ramalina. Frullania laxiflora. Porella arborea. Marchesinia brachiata. Muscineae Bryum an di co la. B. bi for me, Breutelia tomentosa. Polytrichium juniperum. P. aristiflorum. Meteriopsis remotifolia. Fu na ria hi g ro me tri ca. Ento don ja me so nii. Se mat o p hy l l u m c a e s p i t o s u m . Brachythe cium ste reo po ma. Mei li cho lo fe ria mi me tis si ma. Fissidens asplenoides. Porotrichum necke rae for me. Mit tenothaminium reptans. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 161 Cesar Vargas C. PTERIDOPHYTA Equisetaceae Filicales Equisetum bogotense. E. giganteum, 2,000 – 2,300 m. Ophioglossum reticulatum. (2,000 m.) Hymenophyllum polyanthes. H. gobl me ri. Cyat hea divergens?, (2,000 m.) Dryopteris macrotis. D. ner vo sa, 2,000 m. Poly sti chum montevidensis, 2,200 m. Tectaria mar tinicensis. Nephrolepsis pec ti na ta 2,300 m. Blechum loxcense. B. buchtienni 2,300, B. occidentale, 2,300 – 3,700. Asplenium cicutarium. A. dimidiatum. A. lactum A. praemorsum 2,000 – 2,300 m. Pe llae ter ni fo lia. P. ova ta, 2,000 – 2,300 m. Notholaena bonariensis. N. aurea. N. pectinata, 2,000 – 2,300 m. Cheilanthes poeppigiana. Ch. marginata. Ch. myriophylla, 2,000 – 2,300 m. Adiantum patens. A. pe ru via num. A. poi re tii. A. polyphyllum. Pteris coriacea P. mu r i c a ta . P. q u a d r i a u r i ta , 2,000 – 2,300 m. Pte ri dum arachnoideum, 2,000 – 2,300 m., este helecho es rudeal crece for mando densos matorrales no sólo en el piso del cañón, sino que trepa las laderas aledañas a Machupicchu, invadiendo los terrenos abandonados por el hombre, después de sus cultivos o la tala de los bosques. Poly po dium an gus ti folium. P. char taceum. P. fraxinifolium. P. lachniferum. P. lanceolatum. P. loriceum. P. ophiocaulon. P. plumula. P. polypodioides P. filicaule, 2,000 – 2,300 m Dor yop te ris con color. D. palmata, 2,000 – 2,300 m. Adian top sis chlo rophylla. A radiate, 2,000 – 2,800 m. Pitirogramma calomelana. P. ochraceae. P. tar tarea. Elaphoglossum piloselloides. E. tectum. E. barbatum. E. cuspidatum. E. longipes. Ttrachypteris pinna ta. Ane mia f le xuo sa. A. phylli ti dis. Lygo dium polymorphum, 2,000 – 2,300. 162 Lycopodiaceae Lycopodium clavatum, 2,000 – 3,600 m. L. complanatum. L. jussieae, 2,300 m. Selaginellaceae Se la gi ne lla Poep pi gia na, 2,300m. EMBRYOPHYTA SIPHONOGAMA Angiospermae Monocotyledoneae Gramineae: Pas pa lum Hum bol tia num. P. pallidum, 2,000 – 2,300 m. Pen ni se tum bam bu si for me, 2,000 – 2,000 m. muy común, en par ticular en el verano for mando asociaciones ralas, en las laderas próximas, alcanzando cerca de 2.50 m. de alto, algu nos lla man, “sara–sara”, por la semejanza al maíz en su hábito. Stipa ichu, es una gramínea de amplia distribución altitudinal, pues llega cerca de los 2,000 m. y sube hasta más de los 4,000 m. es la frecuente paja o I’chu de las punas altas y cordilleranas; Axonopus scopa rius, “sara–sara”, al can za hasta 1.40 m. alto, abunda desde los 2,100 m. hasa los 2,300 m. en la misma ciudadela de Machupicchu; Axonopus mathewsii, de menor talla que la especie anterior, también común en lade ras abier tas, 2,000 – 2,600 m. Bri za mo nan dra, 3,500 m. Muhleabergia tenuísim a . A n d r o p o g n l a t e r a l e s. Agros tis to lu cen sis. Cor ta deria bifica, 2,100 – 2,400 m. Zeugites mexicana, 2,300 m. Bromas pitensis 2,200 m. Chasquea dombeyana 2,200 – 2,550 metros. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Homenaje botánico a Machupicchu Cyperaceae: Cyperus her mafroditas. Carex cladostachya. Araceae: Anthurium alienatum. A. rigidissimum. Bromeliaceae: Tillandsia latisepala. T. rubra. T. seemanii. T. usneoides Puya den si flo ra. P. We ber baue ri, 2,100 – 3,400 m. Guzmanía morreniana. Pitcairnia. Palmae: Chamoedorea lanceolada. Commelinaceae: Commelina elegans. C. longicaulis. Tinantía erecta, 2,000 – 2,300 metros. Amaryllidaceae: Bomarea aurantiaca, 3,100 – 3,600 m. B.sanguinea, 2,400 – 3,600 m. B. ovata. B. brevis, 2,400 – 3,400 m. B. pumila 3,300 m. B. densifolia sp. Nova, es una especie nueva colectada y descrita por el autor. Iridaceae: Sisyrinchium chilense. S. palmifolium, Capella peruviana. Musaceae: Heliconia affinis, crece en grupos numerosos en pleno bosque, muy llamativa y florece en invierno, 2,000 – 2,200 m. Cannaceae: Canna iridiflora, también crece en pleno monte, 2,000 m. Orchidaceae: En esta región arqueológica el autor ha logrado colectar hasta 75 taxones de esta familia, lo que ilustra la riqueza de la flora en esta zona; no obstante es posible que todavía dicho número puede aumentar con exploraciones próximas. Es interesante comparar con el número total de especies que da F. L. Herrera —para esta familia en su “Si nop sis”— para todo el depar tamento del Cuzco, que alcanza a solo 55 taxones. Además hemos encontrado varias especies nuevas y taxones que antes no se conocían para esta zona. Se da enseguida lista de las especies: Phrag mi pe dium cui da tum, 2,040 m. Ha be na ria li gu la ris H. mo nor r hi za. H. par vi dens. H. un ca ti lo ba, 2,200 – 2,400 m. Po lo nia Var gas si sp. Nova. 2,500 m. Elleant hus au ran tia cus. E. co ni fer, 2,300 – 2,500. So bra lia di cho to ma, 2,000 – 2,400 m. Gomp his plan ta gi ni fo lia, 3,200 m. Ste n o p t e r a c i l i a r i s, 2 , 0 0 0 m . Altens tei nia fim bria ta, 2,000 m. Pres cot tia stachyo des. P. te nuis 2,400 – 3,400 m. Pte ri chis sil ves tres, 3,200 m. Cra ni chis ci lia ta 2,500 m. C. pic nant ha 2,000 m. Pont hie va dip te ra 2,500 m. P. mon ta na, 2,500 m. Spi rant hes cory mbo sa 3,200 m. S. or chioi des. S. Ulaei, 2,000 – 3,100 m. Eryit ho des sim ples 3,200 m. sp. N ova . E . c u r v i c a r i n a , s p. Nova. 2,100 – 2,300 m. E. den si flo ra 2,300 m. E. eu blep ha ris 2,100 m., E. Lin de nii 2,100 m. E. pur pu rea 2,100 m. E. rhom bi fo lia 2,300 m., Mas de va llia bar ba ca na 2,300 m. M. Veit chia na 2,300 m. Le pant hes cau da ti se pa la 2,650 m. L. trachyse pa la 3,200 m. Pleu rot ha llis an gus ti fo lia 2,500 m. Pleu rot ha llis cau da ti pe ta la 2,040 m. P. ci lia ris 2,040 m. P. pha lan gi ra 2,800 m. P. rhynchant ha 2,040 m. P. se cun da v. lon gi ra ce ma, v. nova. Li pa ris ra mo sa, 2,000 m. L. re tu sa 2,500 m. Epi den drum aqua ti coi des, sp. Nova. 3,600 m. E. ar dens 2,400 – 3,400 m. E. bam bu si for me 2,600 m. E. bi ros tris, 3,200 m. E. cras si la bium 2,040 m., E. di cho to ma 2,000 – 2,700 m. E. fri gi dum 3,500 m. E. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 163 Cesar Vargas C. Han kea num 2,600 m. E. Herre rae, sp. Nova, 3,000 m. E. ina moe num, v. ro bus tum, vr. Nova. 2,040 m. E. pachychi lum 2,400 m. E. pa ni cu la tum 2,040 m. E. so ra tae 3,500 m. Ble tia ca tenu la te 2,300 m. B. man do nii, 2,300 – 2,700 m. Lycas te fim bria ta 2,100 m. L. lo cus ta 2,040 m. Ma xi lla ria flo ri bun da 2,800 m. M. na su ta 2,100 m. M. ro tun di la bia 3,300 m. M. tri go na, 2,800 m., Odon to glos sum an gus ta tum 3,200 m. O. au reo pur pu reum 3,200 m. O. obs cu rum 2,000 m. O. praes tans 2,000 m. O. pus si llum 2,000 m. Oci dium glo bu li fo rum 2,000 m. O. re tu sum, 2,300 m. Leck har tia ho lo glos sa 2,000 m. Te l i p o g o n Pa p i l l o 2 , 5 0 0 m . Pachyphyllum g ra ci lli mum 2,800 – 3,200 m. P. Pas tii 3,600 m. Chenopodiaceae: Chenopodium ambrosioides, 2,000 – 3,400 m. Amaranthaceae: Amaranthus spinosus: Alternanthera Brasilia; Alternanthera microcephala; A. repens; Iresine celosia, 2,000 – 3,100 metros. Caryophyllaceae: Arenaria lanuginosa, 3,600 m. Ce ras tium mo llis si mum, 3,200 metros. Ranunculaceae: Clematis dioica, 2,100 m. Berberidaceae: Berberis boliviana; B. dryandriphylla, 2,100 – 2,400 m. Monimiaceae: DICOTYLEDONEAE. Siparuna harongifolia, 2,100 m. Piperaceae: Piper elongatum 2,300 m. Pi- Lauraceae: per machupijchense 2,300 m. P. sinoclaussum, 2,350 m. Pepero- Nectandra Herrerae, 2,100 m. mia maransera, 2,000 m. Papaveraceae: Myricaceae: Bocona frutescens, 2,000 – 2,300 m. Myrica pubescens, 2,000 – 2,250 m. Capparidaceae: Ulmaceae: Gynan drop sis Mat hew sii; Trema micrantha, 2,000 m. Urticaceae: Cleome Herrerae, 2,100 m. Cruciferae: Boeh me ria cau da ta 2,000 Sisymbrium pe r u via num; m. Phe nax ru go sus 2,300 – Sisymbrium hispidulum, 2,100 2,800 m. – 2,300 metros. Proteaceae: Saxifragaceae: Embo trium gran di flo rum 2,300 – 3,000 m. Aristolochiaceae: Escallonia Pilgeriana, 2,000 m. Cunioniaceae: A r i s t o l o ch i a K i l l i p i a n a , Weinmannia bifida; W. crenata. 2,040 m. Ribes. Ribes incarnatum. 164 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Homenaje botánico a Machupicchu Miconia alpina, 3,400 m. Tibouchina gayana, T. incarum, Rubus acanthophyllus R. ade- Acaly pha ma cros tach ya, T. mollis, T. pleromoiodes, T. nothallus. R. robustus, R. bogo- 2,100 m. Euphorbia Poeppigii, saxsa. tensis, R. roseus, R. urticaefo- Phyllanthus lathyroides, Croton lius. Bayllinoanus. Oenotheraceae: Fragaria vesca, especie introTiliaceae: Fucshia boliviana, (arbusto ducida, vegeta ampliamente. pe ren ne de 2 m. de alto, borTriump he ta acuminata, (B. Leguminosae: dean do el monte bajo), 2,000 – bogotensis?). 3,000 m. F. aus tro mon ta na, Inga adenophylla, 2,100 m. Malvaceae: 3,200 m. F. Brittonii. Oenothera Mimosa cuzcoana, 2,100 – 2,300 m. M. revoluta, 2,100 m. Abutilon molle, Anoda crista- campylocalyx. O. rosea, 2,100 – Cassia Cookii, Cassia Varga- ta, 2,100 – 2,300 m. Sida rhombi- 2,300 m. Jus sieae pe ru via na. folia. Pavonia paniculada, P. spi- Epilobium denticulatum, 2,100 sii, 2,100 m. Crotalaria nitens. C. pilosa, nifex. Malvastrum peruvianum, metros. 2,100 – 2,300 m. 2,100 m. Araliaceae: Lu pi nus uru bam ben sis. L. Violaceae: Oreopanax sp. Ynesiae, 2,100 m. Des mo dium in tor tum, D. Viola Wedellii, 3,200 m. Umbelliferae: molliculum, D. Vargasianum v. Flacourtiaceae: Hydrocotyle alchemilloides, typicum, 2,100 m. Cologania pulchella. Astra- Abatia macrophylla, 2,000 – 2,100 – 3,400 m. H. filipes. Bowle sia acu tan gu la, 3,200 m. ga lus gar ban ci llo, 2,900 – 2,300 m. Oreomyrrhis andicola. Neonel3,550 m. Psoralea glandulosa. Passifloraceae: sonia acuminata. Hydrocotile Da lea ayava cen sis, 2,100 m. Collaea speciosa, arbusto de P. ligularis, (granadilla comes- palmata. H. acutifolia, 2,100 – gran des flo res azu les, muy tible), P. mollissima, P. quadriflo- 2,300 m. atractivo. Eritrina edulis, árbol ra, P. menisper mifolia, 2,100 – Cletrhaceae: ribereño que crece a lo largo 2,300 m. del río Urubamba, desde CeCletrha obovata, 3,000 m. drobamba, 2,300, hasta S. Mi- Loasaceae: guel, 1850 m. Phaseolus boli- C a j o p h o r a m a r r e q u i s c a, Ericaceae: vianus, 2,100 m. 1,850 – 3,200 m. Loasa picta Gault he ria gla bra. Be ja ria 2,300 m. glauca, 2,300 – 3,600 m., (arGeraniaceae: Begoniaceae: busto de 3 m. muy atractiva, Geranium tablacense; G. fili- Begonia bracteosa, (perenne, florece en invier no). Orthaea pes, 2,300 – 3,200 m. Erodium florece todo el año); 2,000 – Weberbaueri, 2,100 m. Thibau2,400 m. B. glabra; B. par viflora, dia regularis. T. Herrerae. Cacicutarium. B. Pennelli, B. peruviana, B. Veit- vandissia mar tii. C. acuminata. Oxalidacea: chii, 2,100 – 3,600 m. C. beckmaniana. Demostenesia Pear cei. Sphyros per mum O. coraleoides, O. Herrerae, Lythraceae: cordifolium. Gaultheria remyaO. peduncularis, O. Sanmigueli, Cup hea ci lia ta, C. cor da ta, n a . D e m o s t e n e s i a m iO. villosula, 2,000 – 2,400 m. 2,100 – 2,550 m. Cuphea sp. crophylla. Per nettya pur purea. Vaccinium floribundum v. mar2,600 m. Tropaeolaceae: gi na tum. Thi bau dia bi flo ra, Tro paeo lum We ber baue ri, Myrtaceae: 2,100 – 3,400 m. 2,000 – 2,300 m. M y r t e o l a We b e r b a u e r i , Myrsinaceae: 3,600 m. Polygalaceae: Rapanea Jelskii, 2,100 m. Polygala Pearcei. Monnina sa- Melastoseaes licifolia, M. conectisepala, 2,100 Brach ytun quin que ner ve, Loganiaceae: – 3,600 m. M. pach yco ma, 2,000 – 2,400 m. B. Traneal Buddleia americana, 1,800 – 3,600 m. 3,600 m. 2,300 m. Rosoideae: Euphorbiaceae: Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 165 Cesar Vargas C. Gentianaceae: Che lo nant hus acu tan gu lus, 2,300 – 2,500 m. Hallenia Weddelliana, 2,350 – 3,600 m. Gentianella umbellate, 2,900 – 3,200 m. Ascleopiadaceae: Me li nia sp. Sar cos tem ma campanulatum, 2,100 – 2,300 m. Convolvulaceae: Ipomea alba; Ipomea dumetora, 2,000 – 2,300 m. Verbenaceae: Lantana camara; L. foetida; L. trifolia. Limpia virgata. Labiatae: Lepechinia codon, 1,800 – 2,100 m. Salvia coccinea; Salvia Herrerae, sp. Nov.; S. penduliflora, 2,100 m. Sphacele lancifolia. S. vesciculosa, 2,100 m. Hyptis pectinata; H. Tafallae o H. arborea? 2,100 – 2,300 m. Solanaceae: Nicandra phisaloides; 2,000 m. Solanum Büessi sp. Nov. ; S. Hawkesii sp. Nova, (ambas tuberíferas) 2,300 – 2,600 m. Solanum Poeppigii, S. saponaceum. Nicotiana tomentosa, 2,040 – 2,100 m. Scrophulariaceae: Alonsoa caulialata; Calceolaria atawallpae; C. chelodonifolia, C. chrysocalix, C. engleriana; C. furcata sp. Nova., C. Hertzogiana; C. hirsutula; C. procera s p. N ova . ; C. t r i p a r t i t a ; Bartschia inaequalis, B. tiantha, Gerardia lanceolada, 2,100 – 3,600 m. Como puede obser varse de la lista de especies de Calceolaria, este género está representado por varias especies, algunas de ellas muy ornamentales y, junto 166 con las especies de Begonia, Ti- lia. M. mi crant ha; Ste via He bouchina, Fucsia, y otras más, rre rae; Eri ge ron ca na des nis; constituyen el atractivo or na- 2,100 – 2,400 m. Di plos tep mental de la región de Machu- hium Haen kei, 3,200 m., bor picchu, agregándose lógicamen- dean do los mon tes de la te diversas especies de Orquí-“Ceja”, muy atrac tiva por sus deas, que en número de especies nu me ro sas ca be zue las y flo y de individuos cubren las rocas res vio la ceas, como casi to y los aledaños de las laderas en das las Com po si tae, flo re ce a un alarde de colores y for mas fi nes del invier no y pri mave exóticas. ra, así tam bién como D. Lech le ri. Gesneriaceae: Bac cha ris flo ri bund; B. ge nis te lloi des; B. odo ra ta, B. Seemania sylvatica, 2,000 – pos tra ta, 2,300 – 3,600 m. 2,300 m. Achyro cli ne ala ta; A. sa tu reoi des, A. al bi cans; 2,300 – Acanthaceae: 3,500 me tros. Justicia cuzcoensis 2,100 – Ageratum latifolium, 2,300 m. de flores azules, fre2,000 m. Aster mar gi na tus, cuente en la primavera y verano. 3,000 m. Bi dens an di co la, B. Stenandrium triner ve. se ge tum, v. pa tu la; B. pi lo sa, 2,000 – 2,300 m.; B. tri pli ner Plantaginaceae: vis, 2,900 m. Cony za ple be ya; Plantago hirtella; P. major. Clibadium surinamense, 2,350 m., Cos mos peu ce da ni Rubiaceae: fo lius v. ti ra quen sis, 2,000 – Cinchona pubescens, (cascari- 3,700 m. lla), Manettia Vargasii, 3,200 m. Erech tit hes hie ra ci fo lia; sp. nova., Pa li cou rea ma cro- Elephantopus spicatus; Erigebotrys, Relbuninium croceum, ron pusillus, 2,100 m. Gynoxis cusilluyocana, 3,500 m. R. hypocarpium. Gnap ha lium pur pu reum. Valerianaceae: Gn. Poep pi gia num, Gn. Ele Valeriana cephalantha, 3,200 m. gans, 2,300 – 3,600 m. Hypo chae ris an di na 3,400 m. Jae ge Cucurbitaceae: ria hir ta, 2,300 m. L. He rre Cyclant he ra brach ybotrys, rae, sp. Nova., Lia bum an gus ta tum, 2,000 m. L. has ti fo 2,100 m. lium, 2,000 m., L. so li da gi Campanulaceae: neum. L. sa git ta tum, 2,300 – Siphocampylus corynoides, 3,600 m.; Mu ti sia bi pon ti na, 2,100 – 2,300 m. S. Krauseanus, (plan ta tre pa do ra), Poly mnia 2,200 m. S. tu paee for mis, gla bra ta, 2,100 – 2,450 m. Se ne cio Jels kii 2,100 m.; S. 2,300m. teph ro sioi des, 3,600 m. Se ne Lobelia tenera, 2,450 m. cio sub mul ti ner vis, sp. nova, Compositae: Spi lant hes ocy mi fo lia; Sie ges Ver no nia arg yro pap pa, V. beckia Man do nii, 2,100 m. Pe scor pioi des; Eu pa to rium cre - re zia coe ru lens, 3,650 m.; Ta nu la tum. E. an di num; E. ro - pe tes man do nii, 2,100 m.; Si do teph rum; E. uber; E. Gil - guie ra Pflan zii 2,100 – 2,350 ber tii, E. lae vi ga tum, E. lep to - m., (la de ras abier tas), Ver be cep ha lum, Ophryos po rus pi - si na mi nu ti ci pes, 2,000 m.; que rioi des. Mi ka nia fi li ci fo - Wer ne ria nu bi ge na, 3,400 m. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 El camino inca llega desde el Sureste a Machupiqchu, por el sector agrícola, el cual está constituido por un vasto sistema de terrazas de cultivo, equipada por una red de caminos y depósitos localizados estratégicamente, destaca un enigmático instrumento lítico, y la hoy denominada casa del vigilante. Fotografías: ©Fernando Oviedo el Camino Inca atraviesa el umbral principal del complejo para llegar un grupo de edificaciones y equipamientos de talleres, depósitos y otras estructuras de cuyo uso se ha perdido memoria; se aprecia la límpida fuente de agua, pulcras escalinatas talladas en la roca madre, un usnu enigmático y debajo un mausoleo de maravillosa estética, La amplias vías que organiza los sectores de Machupiqchu, llegan al sector donde se encuentra la magnífica talla lítico del cóndor,, la configuración de conjunto, la existencia de edificios de hasta tres pisos, la infraestructura atípica con magistrales tallados enigmáticos, y la orientación hacia el este del complejo, dilucidan el carácter ritual y simbólico de este sector. Se llega primero a la gran kancha, constituido por tres edificios muy distintos, uno de muros ciclópeos y tres ventanas, otro ordinario pero no menos interesante, y uno tercero de dos habitaciones contiguas con majestuosos paramentos; de allí nace la pulcra escalinata que lleva hacia una atalaya con recintos que resguardan al enigmático Intihuatana . Fotografías: ©Fernando Oviedo En el sector urbano, las construcciones son organizadas comunitariamente por calles y, orientadas convenientemente para obtener un eficiente hábitat, para asegurar el bienestar de sus habitantes. La importancia de este sector viene mostrada por las jambas dobles en sus accesos, así como por la monumental escalinata que la precede Waynapiqchu muestra impresionantes escenarios al cual se asciende por antiguos peldaños esculpidos en el batolito, conviviendo con el vértigo edificado en armonía con la naturaleza; en la cumbre, es indescriptible el escenario que premia al caminante, inundando su universo con la inmensidad de la montaña andina, la fuerza del río Willcamayo y el asombroso escenario inca. MACHU PICCHU A TRAVÉS DEL TIEMPO Alfonso Arèstigue Pezúa1 T engo la suer te de conocer esta ma ravi lla del Mundo desde 1969, cuando comencé mis estudios en la segunda Universidad más antigua del Perú, la San Antonio Abad del Cusco, con trescien tos die cio cho años de antigüedad; a la ciudadela de Machu Picchu visité una treintena de veces, ya sea con los estudiantes de las carreras pro fe sio na les de Bio lo gía, Zootecnia, Agronomía o con di fe ren tes inves ti ga do res de Universidades Peruanas o extranjeras, siempre con el afán de ver las especies vegetales exis ten tes en las di fe ren tes épocas del año, ya que Machu Picchu es el Paraíso de los Botá ni cos. Quie ro re fe rir me al cambio que esta sufriendo en lo referente a la flora fundamentalmen te las que presentan las flo res más vis to sas como son las Orquídeas y Begonias, o las que tienen alguna uti li dad en la far ma co pea como medicamento para la humanidad, plantas como el sano sano que son helechos arbóreos y la cascarilla o quinina que son ár bo les co no ci dos como el árbol de la quina utilizados para la cura del paludismo. Desde la llegada a la cima de Machu Picchu por Hiram 1 Profesor Principal a D.E. Depto de Biología. E–mail: [email protected] Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 171 Alfonso Arèstigue Pezúa Bingham el 24 de julio del año personalidades a recibir el tan 1911, dio a conocer al mundo preciado galardón. entero la existencia de una ciu- Antes de ser no mi na do dadela Incaica ubicada en el ce- como maravilla del Mundo, la rro Machu Picchu, considera- ciudadela de Machu Picchu redo como el último refugio de cibía más de 2,000 visitantes. los Incas rebeldes de Vilcabam- Las personalidades que llegaba, con un maravilloso entor - ron en los meses anteriores a no natural de plantas de vegeta- su nominación se encuentran, ción sub arbustiva, arbustiva la actriz de Hollywood Camearbórea y árboles y clima exu- ron Diaz, la modelo Kenita Laberante. Anterior a esta fecha, rraín, el magnate de la infor máel Señor Agustín Lizárraga en tica Bill Gates. afán de ampliar su territorio La ciu da de la Inca el año agrícola, repor tó la existencia 2010 ha recibido 1’500,000 vide ruinas Incaicas a las autori- sitantes según la estadística lledades de la provincia y el De- vada por el INC, publicado el par tamento. 30 de diciembre del 2010. Por la exis ten cia de los re cur sos cul tu ra les y na tu ra les ESPECIES VEGETALES QUE que al ber ga esta ciu da de la, el HAN SUFRIDO Go bier no Pe rua no a de cla ra - REDUCCIÓN do como Área Na tu ral Pro te - En esta ocasión en la que se gi da, bajo la ca te go ría de San - recuerda los 100 años de la tua rio His tó ri co, en 1981, puesta en valor científico de la con una su per fi cie de 32,592 Ciudadela Inca de Machu Pichec tá reas. chu, debo señalar que en los En 1983 sobre la base de di- años sesenta hasta el ochenta versos estudios que reiteraban existían especies vegetales en el valor científico de sus recur- plena ciudadela tales como las s o s, f u e d e c l a r a d o p o r begonias y orquídeas, las misUNESCO, con la noble catego- mas que han sido depredadas y ría que gozan 23 zonas protegi- han sufrido una reducción condas en el mundo de Patrimo- siderable en la ciudadela Inca nio Natural y Cultural de la Hu- ya sea por su belleza o por sus manidad. propiedades medicinales. El año 2007 UNESCO pro- Muchos investigadores en pone varias reliquias existen- plantas han dado la denominates para que sean declarados ción al Santuario Inca como como integrantes de las mara-“Machu Picchu, paraíso de los villas del mundo, en la que Ma- Botánicos” por la gran diversichu Picchu tuvo la mayor vota- dad de especies existentes por ción y fue declarado como Ma- las condiciones ambientales faravilla del Mundo el 07 de julio vorables, tales como el clima, del mismo año, donde se con- las pre ci pi ta cio nes flu via les centraron más de 40,000 perso- que casi son constantes por su nas que llenaron el estadio de ubicación de ceja de selva. la Luz de la ciudad de Lisboa – Por tugal, fue declarada como FAMILIA BEGONIACEAE una de las maravillas del mun- Las begonias tienen valor do. A la que asistieron el Alcal- económico y son muy apreciade de Ma chu Pic chu Se ñor das como plantas or namentaEdgar Miranda, Alcaldesa del les, tanto por el colorido de Cusco CPC Marina Sequeiros, sus tépalos, tamaño que puede Viceministro de Turismo Se- variar desde 0.40, 0.60m hasta ñor Eduardo Arrar tre y otras alturas de 2 a 3 metros de longi172 tud, el colorido de sus tépalos, así como por las hojas ligeramente crazas; es una especie de po li ni za ción ha ló ga ma y pueden hibridarse con suma facilidad, de esta for ma aparecen plantas con flores her mosas. Co mún men te se le co no ce como “achankara” y se puede culturizar con suma facilidad en los jardines y parques. Entre las especies mas apreciadas tenemos: • Begonia veitchii Hook. • Begonia bracteosa A. DC. • Begonia par viflora Poepp.& Endl. • Begonia pennellii Smith & Schubert. FAMILIA RUBIACEAE En esta familia se encuentra la planta conocida como árbol de la quina, que fue muy utilizada en el pasado para la cura del paludismo o terciana, para ello se descor teza el árbol y se seca para tomar como mate, esta especie es frecuente encontrar en Wiñay Wayna. • Cinchona officinalis L. • Cinchona coordifolia Mutis También en esta Familia se encuentra el género: Palicourea macrobotrys (R & P) Roem. arbusto de ramas pendientes de 2 a 3 m, con flores tubulares pequeñas, numerosas en panícula de color rojo y amarillas. FAMILIA SCROPHULARIACEAE • Calceolaria atawallpae Kranzl, herbácea, tallo marrón oscuro, alcanza 1.50 m. Ramificado, hojas pequeñas, numerosas flores anaranjadas, cáliz pequeño de corola grande, florece casi todo el año. • Cal ceo l a ria her t zo gia na Kranzl, herbácea, erecta, anual alcanza a 1 m de tallo piloso Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Machu Picchu a través del tiempo robusto, hojas largamente pe- • Bomarea densifolia Vargas cio la das, den ta das, f lo res • Bomarea brevis (Herb.) Baker. grandes en racimo ter minales • Bomarea sanguinea Kranzl. o axilares. FAMILIA AMARYLLIDACEAE FAMILIA ACANTHACEAE Por el color y for ma del pe• Justicia cuzcoensis Lindau, rianto, son flores muy apreciaherbácea, alcanza 1 m de altu- das como or na men ta les, hara, flores azules, hojas opues- biendo sido muchas de ellas tas sentadas, láminas de 4 a 8 mejoradas por hibridación natural, por esta razón estas planlóbulos, angostos aserradas. tas han ganado gran aprecio y • A p h e l a n d r a e u r y s t o m a su cultivo se ha extendido, del Milbr. Herbáceo, flores en pe- mismo modo su propagación queños racimos axilares o ter - es fácil utilizando sus bulbos, minales, con pedúnculos de 4 a mientras cuando se propagan 5 cm de largo, inflorescencias por semilla el primer año solo tubulares en racimo con 7 a 11 vegeta y acumula reser vas, la florees de color rosada a púr- floración es al segundo o tercer año. pura. • Amary llis ma chu pij chen sii FAMILIA VALERIANACEAE Vargas. Plantas geóphytas que sur- • Amaryllis forgetti Worsley gen cada estación de primave• Stenomesson pearcei Baker. ra, las raíces con propiedades far macopeas: FAMILIA HELICONIACEAE • Va l e r i a n a c e p h a l a n t h a Hierbas perennes, hojas dístiSchlecht cas con una larga vaina basal, lá• Valeriana variabilis Graebn mina con ner vación media pronunciada y numerosas ner vaduras secundarias per pendiculaFAMILIA res, inflorescencias ter minales, ALSTROEMERIACEAE Las reser vas de las raíces de erguidas o péndulas, con brácestas plantas que se encuen- teas coloreadas y vistosas, flores tran en el suelo como reser va zigomorfas, con 3 sépalos y 3 péde agua almacena principios talos, con uno de los sépalos cardiotónicos, por esta razón conspicuos diferente de los deesta siendo depredadas para la más, y es el único que se abre en for mulación de sus principios la antesis. • Heliconia affinis Loes. activos. Herbácea a veces tre pado- • Heliconia roseo–flava Loes. ras, ho jas fre cuen te men te • Heliconia cannoidea A. Rimembranosas alter nas u opues- chard. tas, simples enteras, inflores- FAMILIA ARACEAE cencias en racimo en capítulos Plantas herbáceas, perennes ter minales o axilares, ovario sú- rizomatosas, a veces arbustivas pero unilocular, basal, campiló- o arborescentes, terrestres, epifitro po, fru to usual men te en tas, acuáticas, con presencia de aquenio —utrículo— monos- catáfilas, hojas generalmente disper mo dehis cen te o in dehis- puestas en espiral a lo largo del cente o incluido en el perianto tallo, inflorescencia en espádice, acrescente, semillas con endos- protegidas por una bractea o esper mo copioso. pata, las flores despiden un aro• Bomarea aurantiaca Herb. ma fuerte agradable. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 173 Alfonso Arèstigue Pezúa • A n t h u r i u m h u a nu c e n s e Engl. • Anthu rium ri gi dis si mum Engl. FAMILIA ORCHIDACEAE Plan tas her bá ceas, pe ren nes, te rres tres epi fi tas o sa pro fi tos, al gu nas acau les, cau les cen tes o con pseu do–bul bos, las te rres tres con raí ces fi bro sas o en gro sa das y las epi fi tas con raí ces aé reas, ho jas sim ples al ter nas, dís ti cas a ve ces im bri ca das, oca sio nal men te re du ci das a es ca mas, flo res ter mi na les o axi la res, en es pi gas, ra ci mos, pa ní cu las o so li ta rias, ini cian la flo ra ción de noviem bre a mar zo. Las con di cio nes am bien ta les de Ma chu Pic chu favo re cen el de sa rro llo de una rica flo ra, en tre la cual las orquí deas lla man la aten ción de ma ne ra es pe cial. En la ac tua li dad se han re gis tra do 372 es pe cies, en al ti tu des com pren di das en tre los 1500 a 3000 me tros, se pue de en con trar en tre los ro que da les, hu mus y va rias de ellas son epi fi tas, las flo res de co lo res bri llan tes de ma tiz ama ri llo, ro jas, cyclam, vio lá ceos. En Ma chu Pic chu , hay las que flo re cen todo el año, lle van do por ello el nom bre que chua de “Wi ñay way na” (siem pre joven), por esa be lle za ma ni fies ta han su fri do una re duc ción con si de ra ble, las flo res de las or quí deas al can zan cos tos muy al tos en el ex te rior fun da men te en Eu ro pa, Asia y Nor te Amé ri ca. • Masdevallia veitchiana Reichb. • M a s d e va l l i a b a r l a e a n a Reichb. • Sobralia dichotoma R. & P. • Sobralia violacea Lindl. • Epidendrum paniculatum R. & P. 174 • Epidendrum aquaticoides C. Schweinf • Pleurothalis cordata (R.& P.) Lindl • Pleurothalis serripetala Kraenzl. • Onci dium glo bu li fe r um H.B.K. • Telipogon papilio Reichb. • Phrag mi pe dium cau da tum (Lindl.) Rolfe • Odon to glos sum praes tans Reichb. • Maxillaria floribunda Lindl. • Maxillaria nasuta Reichb. • Stelis purpurea (R. & P.) Will. • Stelis tricardium Lindl. PTERIDOPHYTA Los he le chos son plan tas sin flores con presencia de esporas en la cara abaxial con las que se reproducen en for ma asexual. Plantas vasculares por presentar tejidos conductores, terrestres, epifitos, acuáticos, con ho jas co no ci das como frondas enteras o pinnadas, tallos sub te rrá neos, aé reos y acuáticos. Las especies codiciadas por sus propiedades far macológicas son: • Cyathea caracasana (Kl.) Doming. Estas especies se conocen como sano sano • Cyathea delgadii • Phragmipedium Las especies indicadas a medida que la afluencia de los visitantes va en aumento tienden a desaparecer, fundamentalmente las plantas que presentan las flores más bellas o exuberantes que se encuentran a inmediaciones de los restos arqueológicos. Hasta los años 1984 era frecuente obser var la orquídea del género Masdevalia spp. que es una especie litofita es decir que vive adherido a las rocas; QUE MEDIDAS DEBEMOS ADOPTAR • Para evitar la depredación de la biodiversidad, se requiere alcanzar car tillas de infor mación con jun ta men te que los boletos de ingreso al parque, infor mando la prohibición de realizar colecciones de plantas, insectos, aves entre otras especies bajo pena de mul ta y arresto. • INRENA, debe des ta car per so nal es pe cia li za do para sancionar a personas que tomen muestra de las especies vegetales. • Debe deter minarse la carga diaria de visitantes, para un mejor control de los visitantes. • El ingreso por Santa Ana de turis tas debe merecer mejor control por personal especializado. Sino adoptamos estas medidas solo tendremos estas plantas or namentales en la margen derecha, la par te inaccesible de la empinada del cero que comienza en Machu Picchu pueblo y ter mina en puente ruinas. VISITANTES CADA AÑO AUMENTA A mayor nú me ro de vi si tan tes, gran pér di da de la diver si dad de plan tas na tivas exis ten tes en el San tua rio His tó ri co de Ma chu Pic chu, no todo los vi si tan tes tie nen co no ci mien - BIBLIOGRAFÍA. to que es tán en un área pro te - —Vargas C. C. (2001) Machu Picchu, Paraíso de los Botánicos, Cusco Perú. gi da y la diver si dad bio ló gi ca exis ten te lla ma la aten ción a — Valenzuela G. L. Et all., Calatayud H.G, Monteagudo M. A., Farfán V. J. Suc lli M. E., Huamu chos cu rio sos de di ca das al mantupa Ch. I. (2007) FLÓRULA DE LA man te ni mien to de plan tas or - RESERVA ECOLÓGICA INKATERRA. Missouri Botanical Garden. na men ta les y me di ci na les. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 PROTECCIÓN DE PICAFLORES Miguel Ayala Calderón1, Silvia Enma León Sánchez L os picaflores o colibríes pertenecen al Orden Trochiliformes y a la familia Trochilidae, exclusiva de América que incluye a más de 320 especies. En el Perú existen 115 especies de picaflores, de las 360 especies que existen en el mundo. En nuestro país el picaflor de cola ahorquillada (Rhodopis vesper), es una de las aves más pequeñas y hermosas del planeta y vive en simbiosis con las flores extrayendo su néc- tar, gracias a su pico delgado, curvo y su lengua larga, especialmente desarrollado para polinizar flores y orquídeas. El picaflor cola ahorquillada es una especie representada en los textiles de la Cultura Paracas, y en el Cusco se puede ver pinturas en las paredes interiores de la Capilla del distrito de Andahuaylillas, del departamento del Cusco. Resulta interesante saber que los picaflores generalmente cons- truyen sus nidos con telaraña o lanas de cactus que recubren con líquenes y musgo protegiéndolos de los depredadores, siendo estos visitantes constantes de las cactáceas porque allí se desarrollan. Los picaflores son polígamos, la construcción del nido y el cuidado de las crías son exclusividad de las hembras. En la práctica, no existen instituciones ni personas que protejan a los picaflores en el Cusco y Ma- 1 Docente en la Facultad de Agronomía y Zootecnia. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 175 Miguel Ayala Calderón, Silvia Enma León Sánchez chupicchu y porque no decirlo en el Perú, por ello es importante la “Protección de áreas reproductivas del Picaflor en el Cusco”, es decir proteger las áreas donde anidan y se alimentan estas aves mágicas, con el objetivo de disminuir las visitas de picaflores a plantaciones agrícolas, —porque tienen productos químicos tóxicos para estas aves—; fomentar la alimentación natural de los picaflores y evitar que estas aves sean alimentadas mediante alimentadores artificiales, como por ejemplo esta práctica de alimentación se ve en un hotel en Machupicchu, donde alimentan a los picaflores con alimentadores artificiales. Esto trae como consecuencia, que estas aves se vuelvan adictas a los alimentadores artificiales y con ello se fomenta, peleas entre estas aves y una competencia desleal entre ellas, porque son eminentemente territoriales. Por otro lado, con esta práctica los picaflores no cumplen el rol que les da la naturaleza de polinizar las flores; entonces lo que se Foto de Oscar Mujica en su jardín. Cusco. está haciendo en Machupicchu es cortar el ciclo de polinización de las flores, especialmente de las Orquídeas, ya que en Machupicchu existen una gran variedad de estas plantas hermosas, como la Orquídea (Sobralia dichotoma), que es una enorme planta con cañas de 3 a 4 metros, que producen decenas de flores por cada planta, que se puede apreciar en el Parque Nacional de Machupicchu. También estas aves por esta mala práctica alimentaria artificial, dejan su herencia genética a sus descendientes y lo mas grave es que estos polluelos serán adictos a los alimentadores artificiales, siendo necesario evitar definitivamente el uso de alimentadores artificiales por las razones expuestas y capacitar a la población en el uso racional de pesticidas que disminuyan la alteración del Madre picaflor empollando, K’ayra 2010. 176 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Protección de picaflores Fotos de picaflores de Oscar Mujica en su jardín. Cusco. proceso reproductivo de estas aves, también es importante evitar los ruidos fuertes en las zonas de vida de los picaflores en Machupicchu, evitando el vuelo de Helicópteros en esta zona. Siendo importante promover actitudes de protección de la población a estas aves a través de la educación ambiental, por las grandes bondades que brindan a la naturaleza de ser polinizadores de las flores las que posterior mente se fructifican, ¿qué rol más importante le tocó al Picaflor en la naturaleza? La abundancia de picaflores depende del lugar, estación y de la presencia de flores que adornan la naturaleza, tienen buena capacidad de orientación para hallar las flores con néctar y como se les adhiere el polen a su cuerpito, esto permite la polinización cruzada en la naturaleza. (polinización ornitófila). Para lo grar la pro tec ción de es tas aves, de be mos rea li zar las si guien tes ac tivi da des: plan ta cio nes de es pe cies con ca rac te rís ti cas or ni tó fi las ade cua das para la es pe cie; plan ta ción de es pe cies or ni tó fi las en zo nas “lim pias” para man te ner ale ja dos a los pi ca flo res de lu ga res con apli ca ción de pes ti ci das; rea li za ción de edu ca ción am bien tal y cur sos agro nó mi cas orien ta das al uso efi cien te en do sis y pro duc tos de me nor toxi ci dad; pro gra ma ción de cur sos so bre los as pec tos del pro ce so re pro duc tivo; cur sos y ta lle res de edu ca ción am bien tal a la co mu ni dad, or ga ni za cio nes so cia les y es cue las y ela bo ra ción de ma te rial edu ca ti vo para pro te ger a es tas aves. Para lograr esta protección debemos cultivar módulos con plantas ornitófilas a lo largo del camino Inca hacia Machupicchu y otros lugares estudiados que son hábitat de los picaflores, en áreas pequeñas de 2.000 m2, como módulos educativos de protección, cultivando plantas or nitófilas, identificando sobretodo los sitios de nidificación de la especie, para su protección. Así mismo, debemos producir videos de los picaflores en las zonas de vida del Cusco, para que la comunidad adquiera conciencia de la problemática ambiental y adopte actitudes de protección hacia las especies de picaflores. En la zona de vida del Cusco, especialmente desde Huancaro, Granja Kayra y la Laguna de Huacarpay se tienen al Picaflor más grande del mundo, el Picaflor Gigante o Colibrí Gigante Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 de los Andes (Patagona gigas), es el de mayor tamaño dentro de su familia, alcanzando los 20 gramos de peso y unos 18 cm de longitud, así como los cubanos tienen el Picaflor más pequeño del mundo, del tamaño de un abejorro, que llega a pesar casi 2 gramos y alcanza una longitud de 5 cm, llamado Picaflor Abeja de Cuba (Mellisuga helenae). Por lo que consideramos que no es correcto que en un hotel del pueblo de Machupicchu, se per mita que los turistas se deleiten viendo a los picaflores consumiendo su alimento de alimentadores ar tifi ciales estáticos, porque un picaflor debe recorrer diariamente 200 flores al día para recolectar néctar, consumiendo insectos y perforando frutos maduros como alimento y de esta manera cumplir su función que tienen en la naturaleza, por ello es una práctica negativa, con esto no se está contribuyendo a la protección natural de los picaflores. Asimismo no estaríamos permitiendo que los picaflores desarrollen su vida biológica normal, ya que estas aves se bañan en las hojas mojadas por el rocío, en la lluvia y en las caídas de agua, atravesando y volando, estos baños le sirve para eliminar el líquido pegajoso de las flores. En la zona de vida de la Granja Kayra, de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del Cusco, en la Carrera Profesional de Zootecnia se ha comenzado a trabajar en la caracterización de los picaflores, con estudiantes del círculo de estudios de la carrera profesional de Zootecnia, dirigidos por el estudiante Nils Flores Huarco y como resultado de ello mostramos algunas fotos del seguimiento que se realizó a este picaflor que mostramos en su nido en la fotografía, para luego proponer a futuro un plan de protección de estas aves de gran valor en la naturaleza. 177 SINOPSIS DE LAS ESPECIES ARBÓREAS DEL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHUPICCHU Y SU ZONA DE AMORTIGUAMIENTO Washington H. Galiano Sánchez1 y Mario Percy Nuñez Vargas2 ABSTRACT We estimate that the tree and woody flora of the Machupicchu Historical Sanctuary has more than 550 species: in the core area and buffer zone. Field work and the density of such collections are all studying the Andean forests, except that in this investigation, increases the number of species. The Torontoy Canyon which crosses the Sanctuary boundaries from southeast to northwest between Chillca and Collpani and the presence of the Urubamba and Vilcabamba mountain ranges with its complex of glaciers in the area are the determining factors for high tree diversity. The study results reported over 550 tree species distributed in 74 families and 192 genera. The lack of interest in long-term research affects the risk of misuse and little knowledge of the tree flora that applies to biological conservation in the country. Key words; Machupichu Historical Sanctuary, trees. Woody, RESUMEN Estimamos que la flora arbórea y leñosa del Santuario Histórico de Machupicchu tiene más de 550 especies: en el área núcleo y la Zona de Amortiguamiento. El trabajo de campo y la densidad de colecciones son semejan- 1 [email protected] 2 [email protected] 178 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu tes a todos los que estudian las selvas andinas, excepto que en esta investigación, se incrementa el número de especies. El Cañon del Torontoy que atraviesa el Santuario de sus límites sureste a noreste entre Chillca a Collpani y la presencia de las Cordilleras de Urubamba y Vilcabamba con su complejo de glaciares en el área son los factores determinantes para la alta diversidad de árboles. Los resultados del estudio reportan sobre 550 especies arbóreas distribuidas en 74 familias y 192 géneros. La escasez de interés en investigar a largo plazo afecta el mal uso y peligro de no conocer bien la flora arbórea que se aplica a la conservación biológica del país. Palabras Claves: Floristica, árboles, leñosas, inventarios, densidad de colección, selvas, bosque Andino. L a presente contribución comprende el estudio de las especies arbóreas y leñosas registradas para el Santuario Histórico de Machu Picchu y su zona de amortiguamiento a través de las colecciones botánicas de los proyectos: • Ampliación del inventario de biodiversidad botánica en el Santuario Histórico de Machupicchu UNSAAC – PROFONANPE – INRENA 2000–2002 (Galiano et al; 2002) • Diversidad florística de las Áreas Naturales Protegidas y áreas adyacentes del sur del Perú, Convenio UNSAAC – MOBOT Mis sou ri Bo ta ni cal Gar den Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 2002–2008 (Galiano et al. Mobot.org TROPICOS 2010) y • Biodiversidad de la Ruta Salkantay – Zona de Amortiguamien to SHM. UNSAAC – CC–MOBOT y Mountain Lodges of Peru (MLP). HISTORIA Las primeras colecciones de especies arbóreas y leñosas en el ámbito territorial de lo que hoy es el SHMP, fueron realizadas por Cook & Gilbert (1915). Herrera (1933) en su estudio de la Quebrada de Machupicchu registra 15 especies arbóreas. West (1936). Weberbauer (1945) para la ceja del valle del Urubamba cerca a Machu Picchu hace referencia alrededor de 30 especies de árboles y arbolillos para los montes entre altitudes de 1800 - 2350m y los montes sin árboles o con árboles pequeños entre los 3000 - 3900m. Vargas (1992) de sus innumerables exploraciones botánicas a Machupicchu iniciadas en el año 1941 hasta el año 1979 y plasmadas en su magno estudio sobre la Flora del Santuario Histórico de Machupicchu (1992) que comprende 822 especies para la flora en general, registrando cerca de 90 especies arbóreas. A partir de 1982 tomando como base de investigación la Estación Biológica de Wiñay Wayna, iniciamos colecciones de la flora del Santuario a través de diversos estudios de investigación sobre la diversidad florística y problemática ambiental de la conservación del Área Protegida, a través de trabajos de seminarios, tesis y proyectos de investigación como los desarrollados por Ricalde (1984), Galiano, Tupayachi & Nuñez (1986) recapulativo en Tupa ya chi y Ga lia no (1990), Gamarra (1986), Dueñas (1992), Nuñez (1992), Galiano & Nuñez (1992) Uno de los estudios trascendente es el de Peyton (1984) a tra179 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas vés de colecciones botanicas entre 1982 a 1984, realizo varios transectos para determinar la dieta alimentaria del oso de anteojos, comprende más de 1581 números de colección y reporta cerca de 70 especies arbóreas. De las colecciones mas notables son las de: Gentry (1983), Gentry & Galiano 1984. En 1986 se desarrolla el convenio de cooperación científica entre el Herbario Vargas CUZ y el Missouri Botanical Garden desarrollando las colecciones de Núñez et al en el Santuario a partir del año 1987 a 1992. El año 1994 a través del proyecto multidisciplinario Consejo de Investigación UNSAAC: Tasas de deforestación y diversidad arborea del SHMP. (Galiano et al 1994) e Impacto ambiental sobre la diversidad arbórea del SHMP (1995) el mismo que auspicia y propicia resultados en los trabajos de: Palomino (1994), Pozo (1997) y Monteagudo (1997). MATERIALES Y MÉTODO do los especimenes de herbario proveniente de las diversas colecciones de los autores y todos los colaboradores de los proyectos, que han dado como resultado el presente estudio. También el material colectado en diversas expediciones desde el año 1986, transeptos y parcelas. El material colectado depositado en diversos Herba rios: CUZ, MO, USM, MOL, AMAZ. La determinación de las especies se realizó mediante la revisión de floras y monografías, así como la consulta de diversos especialistas. de Machupicchu, provincia de Urubamba, depar tamento del Cusco, entre los 13°10’19” y 13°14’00” de latitud sur, y los 72°30’05” y 72°36’33” de longitud oeste. La zona de amortiguamiento incluye las cuencas hidrográficas inmediatas continuas al área del SHM: que se constituye en una perspectiva integral para la conservación de ecosistemas singulares del área, no inmersos en la zona núcleo del SHM, habiéndose incrementado al área de la ZA de 71,589 Ha. a 193,334 Ha. En el presente estudio las áreas donde se han desarrollado las colecÁREA DE ESTUDIO ciones comprenden las áreas aleComprende el Santuario Histódañas a la Estación Biológica de rico de Machupicchu (SHM) que Wiñaywaynay áreas con vacios de abarca una superficie de 32,592 información en el área núcleo del hectáreas ubicadas en el distrito Cuadro 1. Representatividad de las especies de árboles del SHM y ZA en diferentes categorías taxonómicas de plantas vasculares. Clase Familias Géneros Especies Pteridophytas 01 02 15 Gimnospermae 01 02 04 180 515 08 16 192 530 Angiospermae La lista de especies en la que se basa este trabajo, fue elaborada to- Magnoliopsidae 70 mando como base Árboles del Liliopsidae 02 Santuario Histórico de MachupicTotal 74 chu (Galiano et al: 2000) revisan- Cuadro 1. Representatividad de las especies de árboles del SHM y ZA en diferentes categorías taxonómicas de plantas vasculares. Familias Géneros (%) Familias Especies (%) Géneros Especies (%) Rubiaceae 12 (6.25) Solanaceae 36 (6.92) Miconia 21 (3.81) Rosaceae 12 (6.25) Melastomataceae 32 (6.15) Solanum 18 (3.27) Asteraceae 11 (5.73) Rubiaceae 30 (5.76) Weinmannia 18 (3.27) Solanaceae 10 (5.20) Asteraceae 23 (4.42) Piper 15 (2.72) Lauraceae 07 (3.64) Urticaceae 23 (4.42) Ficus 15 (2.72) Urticaceae 07 (3.64) Lauraceae 22 (4.23) Symplocos 15 (2.72) Fabaceae 07 (3.64) Rosaceae 21 (3.81) Cyathea 15 (2.72) Melastomataceae 06 (3.12) Moraceae 19 (3.45) Siparuna 13 (2.36) Moraceae 05 (2.60) Cunoniaceae 18 (3.27) Hesperomeles 10 (1.81) Salicaceae 05 (2.60) Fabaceae 17 (3.09) Nectandra 10 (1.81) Total 180 82 (42.70) 221 (40.18) 146 (25.45) Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu SHM y la ZA en el límite sur presentes resultados demuestran oeste del Santuario. la relevante diversidad florística arbórea del SHM y su ZA y contienen la necesidad de continuar RESULTADOS La flora arbórea del SHM y estudios similares que aseguren la ZA comprende más de 550 espe- conservación de la diversidad cies distribuidas en 192 géneros y biológica 74 familias en su mayor parte pertenecen a las Angiospermas, clase DISCUSIÓN En bosques nubosos o de ceja Magnolipsidae (Cuadro 1). Las Familias con más géneros y espe- de selvas tropicales similares la dicies son: Rubiaceae (12 y 30 res- versidad de árboles es de un propectivamente); Rosaceae (12 y medio de 50 especies por hectá21); Solanaceae (10 y 36); Astera- rea. En el SHM esta diversidad es ceae (11 y 24); Melatomataceae (6 mayor por que llega a cerca de 90 y 33). El mayor porcentaje de Gé- especies de árboles por hectárea neros (42.70%) y de especies de 10 cm de DAP. (Galiano y Nú(40.20 %) se concentra, sólo en ñez: 1992). La diversidad arbórea 10 Familias (Cuadro 2). Un total en parcelas de BTES es baja en de 33 Familias (44.59%) son áreas degradadas y estándar en la mono genéricas y 12 se mayoría de lugares evaluados y encuentran con una sola especie. alta en localidades en buen estado Los 10 géneros con mayor nú- de conservación, como en las cermero de especies representan canías del Puente Ruinas y Ao(25.45%) (Cuadro 2) ocupando bamba2 donde en transeptos de los primeros lugares: Miconia 100 m se ha encontrado de 35 – (22); Solanum (18); Weinmannia 38 especies y revelan una diversi(18); Piper (15); Symplocos (15) y dad alta de (H’) de 4.408 y (H’) Siparuna (15). En relacion a la dis- 5,035 respectivamente (Monteatribución geografica existen 62 es- gudo: 2000). pecies endémicas de la flora peruana que vienee a ser en un or- FACTORES DE LA den del 11% del total de especiee DIVERSIDAD BIOLÓGICA arbóreas del SHM, ZA, las Fami- El en tor no sur oes te del lias con más especies endémicas SHMP y la ZA se encuentra una son: Melastomataceae (09), Aste- de las cuencas más importantes ra ceae (08), Pi pe ra ceae (07), del Perú, en razón de que alberga Symplocaceae (06), Lauraceae al valle de Urubamba o "Valle Sa(05), Araliaceae (04) y grado de los Incas" cuyas zonas alto andinas y meso andinas poVerbenaceae (04). En este estudio la ZA ha sido seen uno de los mayores niveles abordada en un porcentaje míni- de diversidad florística con relamo que llega a un 20% de su su- ción a lugares similares a lo largo perficie, la importancia de su pro- de los Andes y gran extensión de tección y conservación radica en sistemas agrícolas desarrollados que muchas especies y formacio- por los antiguos peruanos: andenes bos co sas ca rac te rís ti cas nerías y pata-patas. En seguida se como los “t’astales” (Escallonia encuentra el Santuario Histórico myr ti lloi des) y “un ca les” de Machupicchu, del que hace(Myrcianthes spp) se encuentran mos un tratamiento amplio para fuera del área núcleo del SHM; señalar que el factor determinanun ejemplo típico es las especies te de la alta diversidad biológica de helechos arbóreos del Género existente, es la orografía singular Cyathea (Cyatheaceae) que contie- originada por la presencia de las ne 15 especies, de las que 09 espe- cadenas de Vilcabamba con su necies se encuentran en la ZA. Los vado culminante del Salkantay Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 181 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas (6,271 m) en el límite suroeste, y la Cordillera de Urubamba con su nevado Wakaywillke o La Verónica (5,900 m.) en el límite noreste, y casi en la parte media atravesada de este a oeste por el río Urubamba, el cual irrumpe cortando la cordillera abruptamente y serpenteando para formar el Cañón del Torontoy (Machupicchu) entre el Km 82 - 127 de la línea férrea, presentando pendientes graves y altitudes superiores a los 2 600 m., y que en su curso genera una diversidad de hábitats y microclimas, los cuales en espacios reducidos presentan una diversidad florística considerable. No es coincidencia que los mayores centros culturales en los Andes se desarrollaran en áreas de alta diversidad biológica. Existe una positiva relación entre las condiciones que son importantes en los procesos de diversificación biológica y aquellas que parecen contribuir al establecimiento de los centros de poblados humanos. Un caso es la relación entre la concentración local de aves endémicas y los centros de desarrollo de las grandes culturas tempranas en los Andes (Fjeldsá y Rahbek, en prensa). Estos patrones son similarmente reflejados en los centros de diversidad biológica de las plantas (Vavilov 1992; National Research Council 1988; Galiano 1990, Galiano et al. 1995b; Chepston-Lusty et al. 1998) De acuerdo a Gentry (1986), gran parte de esta dramática diferencia en diversidad en el bosque montano neotropical se debe probablemente a especiación reciente explosiva y asociada a la orogenia andina en taxa de epífitos, arbustos y "palmettos". "En los "núcleos o centros-andinos" (Andean-centered) existe un endemismo local tremendo y cada género tiende a poseer mayor número de especies que los árboles del dosel del "cen tro-ama zó ni co" (Ama zo182 Bosque de t’asta Escallonia myrtilloides Piscacucho: Bosque Mesoandino de Unca Myrcianthes oreophila Bosques altoandinos de Polylepis spp. (queñuales) Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu nian-centered). Asimismo, en los grupos de los "centros-andinos" las interacciones coevolutivas con polinizadores especializados, tales como los picaflores y murciélagos nectarívoros, han sido muy importantes en la historia evolutiva de estos taxa. Interpreto esta gran concentración de especies existentes en esta región, principalmente a lo largo de las laderas húmedas a baja altura de los Andes, pero también en menor medida en las selvas nubladas, como resultado de una especiación muy activa, aparentemente relacionada de alguna manera con la particularidad del terreno quebrado y/o una compleja yuxtaposición de diferentes tipos de vegetación. Muy probablemente la evolución de estos taxa, que es extremadamente dinámica, aun explosiva, es un accidente de la orogenia andina asociada a la ‘genetic transilience’ y a fenómenos asociados con la deriva génica. En tales grupos la especiación parece ser en conjunto un fenómeno sin fin carente del más mínimo indicio de que va a llegar a un equilibrio ecológico o a un límite en la diversidad de especies. Casi la mitad de la flora neotropical está constituida por grupos ‘núcleo o centros-andinos’ y ellos son los responsables de la mayor parte de ‘exceso’ de la diversidad florística del Neotrópico comparado con el Paleotrópico”. Según Fjeldsa (1993) “En los Andes existe un rango de correlación estadísticamente sinificativo entre el número de especies neo-endémicas versus el número de relictos geográficos antiguos, pero ninguna de estas categorías se correlacionan con el número total de especies. El patrón sugiere que los eventos vicariantes estaban asociados con problemas locales pequeños que sobrevivirían en áreas ecológicas que permanecieron estables a través de los cambios de los periodos climáticos, en lugar de estar asociados a barreras físicas del aislamiento. Cañones profundos que se encuentran en el bosque montano). Las áreas ecológicamente estables parecen caracterizarse por lluvias persistentes, nubosidad y ne- blina causadas por inversiones atmosféricas bastante estables. Patrones del endemismo en áreas montañosas pueden indicar funciones del ecosistema muy importantes”. TIPOS DE BOSQUES BOSQUES ALTOANDINOS DE POLYLEPIS SPP. (QUEÑUALES) Considerados los bosques más altos del mundo y su rango de distribución altitudinal en el SHMP y ZA, esta entre los 3,200 – 4,880 msnm. En la zona núcleo existen bosques en una extensión de 316 Ha. de las que 177 Ha. (56%) son bosques homogéneos y 131 Ha. (41%) como bosque heterogéneos. (Arce & Toivonen: 2002). Estos bosques en apariencia homogénea en su flora asociada presentan una considerable diversidad, a nivel de musgos epifitos y terrestres presentan un promedio de 13 especies pertenecientes a 10 géneros diferentes (Galiano: 1990). A continuación detallamos los bosques presentes en la zona núcleo del Santuario: Cuadro 3: Bosques presentes en la zona núcleo del santuario. Bosque Ubicación Extensión Altitud Especie Warmiwañuska Margen derecha del Abra 4.1 Ha. 4,200 – 4,400 P. pepei Chaupiwayqo y Qda. Chaupiwayqo 8.5 Ha. 4,250 – 4,500 P. pepei Quinsacocha Abra Chaupiwayko 2.5 Ha. 4,250 P. pepei Pakaymayu Bajada abra Warmiwañ. 3.1 Ha. 3,300 – 3,880 P. pauta Mesada parte alta rio Aobamba 64.5 Ha. (ho) 49.3 Ha. (he) 3,600 – 3,900 3,500 P. sericea P. pauta Yanacocha y alrededor de Laguna Yanacocha 23.9 Ha. 3,750 – 4,000 P. sericea Runkurakay Margen derecha Runkuraka. 0.1 Ha. 3,800 P. pauta Chakiqocha Margen derecha Cam. Inka 0.6 Ha. 3,550 P. pauta Caracol Margen Izquierda C. Inka 0.1 Ha. 3,220 P. pauta Chakimayu Base Nevado Bonanta 3.8 Ha. 3,200 – 3,500 P. pauta Pampakawana De Wayllabamba hacia Nevado Salkantay. 0.2 Ha. 1.2 + 0.6 Ha. 3,840 4,300 Paljay e Base Nvdo. Sullunku *3.2 + 25.5 + 41.1 4,090 – 4,180 *P. sericea Inkatambo Salkantay alt. Aobamba 76.00 3,450 – 3,600 P. pepei, P. pauta P. besseri P. racemosa Fuente: Elaborado en base a Arce & Toivonen 2002 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 183 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas BOSQUES ALTOANDINOS DE ESCALLONIA MYRTILLOIDES L. F. (T’ASTALES) Este tipo de bosque se encuentra en pequeños relictos en el área núcleo y es mas notable en la zona de amortiguamiento sur oeste hacia la ruta Salkantay entre altitudes de 3,600 a 4,200 m., en valles estrechos y morrenas de los glaciares de la cordillera de Vilcabamba, donde se puede ver el ascenso de la vegetación como consecuencia del retroceso de los glaciares debido al calentamiento global. Los bosques mas notables están ubicados en: Ñañuyhuayco (Área de Conservación Privada del Mountain Lodges of Peru) y Sayllapata (Qoyllor y Q'ellounun), en las cabeceras de la subcuenca del Río Blanco, afluente del Río Apurímac, y está próximo a los Nevados Salkantay (6 270 m), Umantay (5 460 m), Tukarhuay (5 920 m) y Soray (5 430 m). Es un ecosistema poco conocido y tratado en la ecología de los altos Andes, que contienen una notable densidad y considerables extensiones de bosques. En cuanto a su composición de flora arbórea y arbustiva asociada a los árboles de t'asta Escallonia myrtilloides var. myrtilloides (Escalloniaceae), son frecuentes: torkohuay o q'iswar Buddleja montana Britton (Scrophulariaceae), ollantay Saracha punctata Ruiz & Pav. subsp. punctata (Solanaceae), tuta huiña Monnina densecomata Chodat (Polygalaceae), qoto q'iswar Gynoxys longifolia Wedd., tanta q'iswar Gynoxys nitida Muschl., Gynoxys sp., tayankas Baccharis obtusifolia Kunth, Baccharis peruviana Cuatrec., Baccharis johnwurdackiana H. Rob. (Asteraceae), checches Berberis commutata Eichler, Berberis carinata Lechler (Berberidaceae), jamukaray Ribes cuneifolium Ruiz & Pav., suphu Ribes brachybotrys 184 (Wedd.) Jancz. (Grossulariaceae), hacia la parte sur opuesta del bosque es más xerófito y son frecuentes los rodales de q'ayara Puya sp. (Bromeliaceae), en tanto que la flora herbácea y trepadora es diversa. El estudio devela que gran parte de la biodiversidad de la Zona de Amortiguamiento no se encuentra protegida en el área núcleo del Santuario, por lo que urge declarar intangibles y bajo protección legal este tipo de bosques relictuales con una antigüedad mayor a los 500 años y evitar su extinción BOSQUE MESOANDINO DE UNCA MYRCIANTHES OREOPHILA (DIELS) MCVAUGH (MYRTACEAE) Uno de los relictos más grande es el de Piscacucho en la zona de amortiguamiento entre los 2,900 y 3,400 m otros en el Camino Inca entre Huayllabamba hacia Llulluchapampa. Existen relictos en pequeños valles de la zona de amortiguamiento como Walankay, Waytampo, Chillka, Tiaparo, Runtumayo BOSQUES HÚMEDOS MONTANOS O CEJA DE SELVA Se denominan también bosque húmedo montano, las zonas ecológicas que contiene son: (bmh–MBS, bh–MBS, bh–S, bp–MS y bmh–MS). Estrato Andino II entre 1,500–3,500 m.s.n.m. (Gentry en Brako & Zarucchi: 1993). La estratificación es compleja y generalmente se desarrollan varios estratos, siendo muy notable el epifitico que ocupa los troncos y la copa de los árboles. El epifitismo de las briófitas y liqúenes es general y abundante en los bosques andinos de la ceja superior; en cambio el epifitismo de las orquideas y bromeliáceas es general, en los niveles me- dio e inferior de la Provincia (Marin 1961) Por encima de los 1700 msnm el bosque húmedo andino se caracteriza por la predominancia de Lauraceae como la familia de plantas leñosas más rica en especies, reemplazando a las Fabaceae en su predominio. Igualmente importantes en la flora leñosa Andina son las Melastomataceae y Rubiaceae, con especies de ambas familias especialmente bien representadas en el sotobosque. Otras familias de plantas leñosas de importancia en los bosques montanos de Perú son Myrsinaceae, Myrtaceae, Araliaceae y Solanaceae, acompañadas por varios géneros andinos pequeños característicos pertenecientes a varias familias: Saurauia, Ilex, Alnus, Brunellia, Viburnum, Hedyosmum, Clethra, Weinmannia, Morus, Ceroxylon, Podocarpus, Prunus, Rham nus, Me lios ma, Styrax, Symplo cos y Gor do nia. Tal como ocurre en los bosques de la Selva Baja, grupos herbáceos, incluyendo muchas monocotiledóneas, son más ricos en especies que los grupos de plantas leñosas en estas zonas de bosques de altitud in ter me dia (León et al., 1992). Las orchídeas y otras epífitas son también más comunes y aparentemente son más diversas en los bosques andinos de elevaciones medias que en otros sitios (Gentry & Dodson, 1987) y contribuyen en gran parte a la riqueza florística de estos bosques, especialmente en los bosques andinos peruanos (León et al., 1992). BOSQUES MESO ANDINOS, BOSQUES TROPICALES ESTACIONALMENTE SECOS (BTES) Denominado también bosque estacional seco. Sabana pluvifolia de La Convención (Weberbauer: 1945), Bosque seco de Valle interandino. Este es un término genérico que cubre varios de bosques Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu secos, como bosque tropical caducifolio, bosque espinoso tropical. Se da en climas estacionales con una precipitación media anual de menos de 1.600 mm., una larga estación seca de al menos 6 meses con menos de 100 mm de lluvia al mes y una temperatura media superior a 20 °C. Se trata esencialmente de una vegetación leñosa, que contiene principalmente árboles de hojas caducifolias y arbustos de 3 a 10 m. de altura, con árboles emergentes de 15 m., con o sin un dosel cerrado. Se carece de una capa continua de hierba, y con frecuencia tiene poco de tierra por lo que la cobertura permanente del suelo puede ser desnuda durante gran parte del año. La falta de una capa de hierba se distingue de la sabana, que tienden a ocurrir en suelos más pobres (Pennington: 2002). Es el ecosistema mas afectado por la ampliación de la frontera agrícola se encuentra a una altitud de 3,300–3,700 m), esta bajo el bosque de Polylepis y contiene un mayor diversidad de especies arbóreas de los géneros: Escallonia, Citharexylum, Hesperomeles, Vallea, Gynoxys, Alnus, Aegiphila, Myrsine que se desarrollan en suelos profundos. En el Santuario estos bosques se encuentran entre el Km. 82 a 87 en la zona de Cusichaca hacia Huayllabamba. En este ecosistema están inmersas las zonas de vida: estepa, estepa espinosa, bosque seco Montano Bajo Subtropical (e–MBS, ee–MBS y bs–MBS) y bosque muy seco Tropical (bs–T), se encuentran entre altitudes de 1,750–2,600 msnm, las especies indicadoras de árboles pertenecen a los géneros: Spirotheca, Llagunoa, Zanthoxylon, Caesalpinia, Anedanthera, y las Cactaceae: Echinopsis, Austrocylindropuntia, Corryocactus y Cereus, esta zona es objeto de agricultura intensiva y sobre pastoreo. Las escasas áreas que pueden ser tomadas coma base de recuperación están ubicadas entre el Km. 82–96 (Piscacucho a Torontoy) en el limite sur este y la zona ubicada entre el Km. 120–127 en el límite noreste. REGISTRO DE ESPECIES ARBÓREAS ENCONTRADAS EN EL SANTUARIO HISTÓRICO DE MACHU PICCHU Y LA ZONA DE AMORTIGUAMIENTO PTERIDOPHYTA CYATHEACEAE Alsophila erinacea (H. Karst.) D.S. Conant Cyathea boliviana R.M. Tryon Cyathea caracasana (Klotzsch) Domin. Cyathea caracasana var. boliviensis (Rosenst.) R.M. Tryon Cyathea carolihenrici Lehnert ZA Cyathea catacampta Alston ZA Cyathea conjugata (Hook) Domin Cyathea delgadii Sternb. Cyathea dintelmanii Lehnert ZA Cyathea divergens Kunze ZA Cyathea pallescens (Sodiro) Domin ZA Cyathea pilosissima (Baker) Domin ZA Cyathea squamipes H. Karst. Cyathea ruiziana Klotzsch Cyathea xenoxyla Lehnert ZA GIMNOSPERMAE PODOCARPACEAE Podocar pus glomeratus D. Don Podocar pus ingensis de Laub. Podocar pus oleifolius D. Don ex Lamb. Prumnopitys harmsiana (Pilg.) de Laub. ANGIOSPERMAE ACANTHACEAE Sanchezia peruviana (Nees) Rusby Killip & Smith Viburnum triphyllum Benth. Viburnum witteanum Graebn. ACTINIDIACEAE ANACARDIACEAE Saurauia biserrata (Ruiz & Pav.) Spreng. Saurauia natalicia Sleumer Saurauia prainiana Buscalioni var. prainiana Astronium fraxinifolium Schott ex Spreng. Mauria denticulata J.F. Macbr. Mauria ferruginea Tul. Mauria heterophylla Kunth Mauria subserrata Loes. Schinus microphyllus I.M. Johnst. Schinus molle L. Schinus pearcei Engl. Toxicodendron striatum (Ruiz & Pav.) Kuntze ADOXACEAE Sambucus nigra subsp. peruviana (Kunth) Bolli Viburnum ayavacense Kunth Viburnum hallii (Oerst.) Killip & A.C. Sm. Viburnum incarum Graebn. Viburnum jelskii Zahlbr. Viburnum seemenii Graebn. fo. bolivianum (Gand.) Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 185 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas ANNONACEAE Annona cherimola Mill. Guatteria glauca Ruiz & Pav. AQUIFOLIACEAE Ilex andicola Loes. Ilex boliviana Britton Ilex cuzcoana Loes. Ilex elliptica Kunth Ilex hippocrateoides Kunth Ilex nervosa Triana Ilex teratopis Loes. Ilex uniflora Benth. Ilex uniflora var. paramensis Cuatrec. ARALIACEAE Oreopanax apurimacensis Harms Oreopanax artocar poides Standl Oreopanax capitatus (Jacq.) Decne. & Planch. Oreopanax cuspidatus Harms Oreopanax ischnolobus Harms Oreopanax ruizii Decne. & Planch. ex Harms Oreopanax stenophyllus Harms (MO). Oreopanax urubambanus Harms Oreopanax weberbaueri Harms Schefflera herzogii Harms Cyathea delgadii CYATHEACEAE ARECACEAE Bactris Jacq. ex Scop. Ceroxylon weberbaueri Burret Chamaedorea pinnatifrons (Jacq.) Oerst. Geonoma helminthoclada Burret Geonoma undata Klotzsch Geonoma undata ARECACEAE ASTERACEAE Baccharis latifolia (Ruiz & Pav.) Pers. Barnadesia corymbosa (Ruiz & Pav.) D. Don Critoniopsis jelskii (Hieron.) H. Rob. Gynoxys baccharoides Cassini Gynoxys cusilluyocana Cuatrec. Gynoxys infralanata Cuatrec. Gynoxys longifolia Weddell Gynoxys marcapatana Cuatrec. Gynoxys nitida Muschl. Gynoxys oleifolia Muschl. Gynoxys pillahuatensis Cuatrec. Gynoxys pog geana Mattf. Gynoxys rugulosa Muschl. Kaunia longipetiolata (Sch. Bip. ex Rusby) R.M. King & H. Rob. Nordenstamia repanda (Wedd.) Lundin Pseudogynoxys sp. Quechualia fulta (Griseb.) H. Rob. 4m. Smallanthus parviceps (S.F. Blake) H. Rob. 186 Geonoma undata ARECACEAE Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu Smallanthus glabratus (DC.) H. Rob. Tessaria integrifolia Ruiz & Pav. Verbesina arborea Kunt Verbesina cabrerae Sagást. Vernonanthura patens (Kunth) H. Rob. Vernonanthura yurimaguasensis (Hieron.) H. Rob. BERBERIDACEAE Berberis peruviana Schellenberg Berberis commutata Eichler BETULACEAE Alnus acuminata subsp. acuminata BIGNONIACEAE Delostoma integrifolium D. Don Jacaranda acutifolia Bonpl. Tecoma stans var. sambucifolia (Kunth) J.R.I. Wood Tecoma stans var. stans Tecoma stans var. velutina A. DC. Carica pubescens Lenné & C. Koch CELASTRACEAE Maytenus apurimacensis Loes. Maytenus peruana (Loes.) Liesner Maytenus conferta (Ruiz & Pav.) Reissek ex Loes. Maytenus cuzcoina Loes. Maytenus theoides (Bentham) Urb. Maytenus verticillata (Ruiz & Pav.) DC. Schaefferia argentinensis Speg. Sin, Schaefferia dietheri Herter CHLORANTHACEAE Hedyosmum angustifolium (Ruiz & Pav.) Solms Hedyosmum cuatrecazanum Occhioni Hedyosmum maximum (Kuntze) K. Schum. Hedyosmum racemosum (Ruiz & Pav.) G. Don Hedyosmum scabrum (Ruiz & Pav.) Solms CLETHRACEAE BIXACEAE Clethra cuneata Rusby Clethra castaneifolia Meisn. Clethra ferruginea (Ruiz & Pav.) Link ex Spreng. Clethra macrostachya Lois. Clethra obovata (Ruiz & Pav.) G. Don Clethra revoluta (Ruiz & Pav.) Spreng. Bixa orellana L. CLUSIACEAE BORAGINACEAE Protium montanum Swart. Chrysochlamys Poepp. Clusia flaviflora Engl. Clusia loretensis Engl. Clusia pavonii Planch. & Triana Clusia sphaerocar pa Planch. & Triana Clusia thurifera Planch. & Triana Clusia trochiformis Vesque Vismia mandurr Hieron. Vismia tomentosa Ruiz & Pav. BUXACEAE COLUMELLIACEAE Styloceras columnare Müll. Arg. Styloceras laurifolium (Willd.) Kunth Columellia oblonga Ruiz & Pav. Columellia oblonga subsp. oblonga Columellia weberbaueri Schltr. Varronia cylindrostachya Ruiz & Pav. BRUNELLIACEAE Brunellia cutervensis Cuatrec. Brunellia cuzcoensis Cuatrec. BURSERACEAE CACTACEAE Austrocylindropuntia subulata subsp. exaltata (A. Berger) D.R. Hunt Cereus vargasianus Cárdenas Echinopsis cuzcoensis Cereus vargasianus CACTACEAE CANNABACEAE Celtis iguanaea (Jacq.) Sarg. Trema micrantha (L.) Blum CAPPARACEAE Andinocleome lechleri (Eichler) H.H. Iltis CARICACEAE Carica glandulosa (A. DC.) Solms. Carica papaya L. Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 CORNACEAE Cornus peruviana J.F. Macbr. CUNONIACEAE Weinmannia auriculata D. Don ZA Weinmannia balbisiana Kunth Weinmannia crassifolia Ruiz & Pav. Weinmannia cochensis Hieron. Sin: Weinmannia brachystachya Willd. ex Engl. Weinmannia glomerata C. Presl ¿¿?? Weinmannia heterophylla Kunth Weinmannia latifolia Pamp. Weinmannia laxiflora Pamp. Weinmannia lentiscifolia C. Presl. Weinmannia microphylla R.& P. Weinmannia ovata Cav. 187 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas Weinmannia pentaphylla Ruiz & Pav.. Weinmannia pinnata L. Weinmannia producta Moric. Weinmannia pubescens Kunth ZA Weinmannia sorbifolia Kunth Weinmannias pruceana Engl. ZA ELAEOCARPACEAE Vallea stipularis L. f. Vallea ecuadorensis J. Jaram. Vallea ecuadorensis J. Jaram. ELAEOCARPACEAE ERICACEAE Bejaria oblonga (Ruiz & Pav.) Pers. Demosthenesia mandonii (Britton) A.C. Sm. Gaultheria erecta Vent. Siphonandra elliptica (Ruiz & Pav. ex G. Don) Klotzsch ESCALLONIACEAE Escallonia herrerae Mattf. Escallonia myrtilloides L. f. Var myrtilloides Escallonia paniculata (Ruiz & Pav.) Roem. & Schult. Escallonia patens (Ruiz & Pav.) Killip Escallonia pendula (Ruiz & Pav.) Pers Escallonia resinosa (Ruiz & Pav.) Pers. EUPHORBIACEAE Acalypha macrostachya Jacq. Acalypha bullata Müll. Arg. Acalypha macrostachya Jacq. Acalypha peruviana Müll. Arg. Alchornea glandulosa Poepp. Alchornea grandis Benth. Alchornea triplinervia (Spreng.) Müll. Arg. Croton baillonianus Müll. Arg. Croton callicar pifolius Vahl ex Geiseler Croton glabellus L. Croton perspeciosus Croizat Croton quadrisetosus Lam. Croton rehderianus Croizat Hieronyma andina Pax & K. Hoffm. Hieronyma oblonga (Tul.) Müll. Arg. Hieronyma scabra Müll. Arg. Hieronyma scabrida (Tul.) Müll. Arg. Sapium glandulosum (L.) Morong Sapium laurifolium (A. Rich.) Griseb. Sebastiania obtusifolia Pax & K. Hoffm. Tetrorchidium macrophyllum Müll. Arg. Tetrorchidium rubrivenium Poepp. FABACEAE PAPILIONOIDEAE Erythrina falcata Bentham Erythrina edulis Triana ex M.Micheli Otholobium munyense (J.F. Macbr.) J.W. Grimes 188 Otholobium pubescens (Poir.) J.W. Grimes MIMOSOIDEAE Anadenanthera colubrina var. cebil (Griseb.) Reis Inga adenophylla Pittier Inga feuillei DC. Inga hirsutissima Rusby Inga marginata Willd. Inga microcoma Harms Inga oerstediana Benth. ex Seem. Mimosa cuzcoana J.F. Macbr. Mimosa insidiosa Mart. Mimosa revoluta (Kunth) Benth. CAESALPINIODEAE Tara spinosa (Molina) Britton & Rose, Senna multiglandulosa (Jacq.) H.S. Irwin & Barneby Senna vargasii (Schery) H.S. Irwin & Barneby Mimosa cuzcoana FABACEAE JUGLANDACEAE Juglans boliviana (C. DC.) Dode Juglans neotropica Diels ICACINACEAE Citronella ilicifolia (Sleumer) R.A. Howard Citronella incarum (J.F. Macbr.) R.A. Howard LAMIACEAE Aegiphila mortoni Moldenke Hyptidendron arboreum (Benth.) Harley Hyptis odorata Benth. Hyptis tafallae Benth. LAURACEAE Beilschmiedia tovarensis (Klotzsch & H. Karst. ex Meisn.) Sa. Nishida Cinnamomum triplinerve (Ruiz & Pav.) Kosterm. Endlicheria paniculata (Spreng.) J.F. Macbr. Licaria pucheri (Ruiz & Pav.) Kosterm Nectandra acutifolia (Ruiz & Pav.) Mez Nectandra cissiflora Nees Nectandra furcata (Ruiz & Pav.) Nees Nectandra globosa (Aubl.) Mez Nectandra herrerae O.C. Schmidt Nectandra longifolia (Ruiz & Pav.) Nees Nectandra membranacea (Sw.) Griseb. Nectandra obtusata Rohwer Nectandra reticulata (Ruiz & Pav.) Mez Nectandra utilis Rohwer Ocotea minarum (Nees & C. Mart.) Mez Ocotea balanocar pa (Ruiz & Pav.) Mez Ocotea munacensis O. Schmidt Ocotea oblonga (Meisn.) Mez. Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu Nectandra obtusata Rohwer Persea americana Mill. Persea caerulea (Ruiz & Pav.) Mez Persea subcordata (Ruiz & Pav.) Nees MALVACEAE BOMBACOIDEAE Ceiba pubiflora (A. St.–Hil.) K. Schum. Spirotheca rosea (Seem.) P.E. Gibbs & W.S. Alverson MALVOIDEAE Abutilon peruvianum (Lam.) Kearney Abutilon sylvaticum (Cav.) K. Schum. TILIOIDEAE Mimosa cuzcoana FABACEAE Heliocar pus americanus L. Spirotheca rosea MALVACEAE MELASTOMATACEAE Axinaea dependens Ruiz & Pav. ex D. Don Axinaea lanceolata Ruiz & Pav. Axinaea weberbaueri Cogn. Graffenrieda cucullata (Triana) L.O. Williams Meriania cuzcoana Wurdack Meriania tomentosa (Cogn.) Wurdack Meriania vargasii Wurdack Miconia adinantha Wurdack Miconia alpina Cogn. Miconia aurea (D. Don) Naudin Miconia barbeyana Cogn. Miconia bullata (Turcz.) Triana Miconia chionophila Naudin Miconia cookii Gleason Miconia cyanocar pa Naudin Miconia densifolia Cogn. Miconia dipsacea Naudin Miconia dumetosa Cogn. Miconia ferruginea (Desr.) DC.¿¿ Miconia galactantha Naudin Miconia herrerae Gleason Miconia hygrophila Naudin Miconia latifolia (D. Don) Naudin Miconia media (D. Don) Naudin Miconia rugifolia Triana Miconia salicifolia (Bonpl. ex Naudin) Naudin Miconia setulosa Cogn. Miconia theizans (Bonpl.) Cogn. Miconia vargasii Wurdack Tibouchina gayana (Naudin) Cogn. Tibouchina incarum Gleason Tibouchina saxosa Gleason Tibouchina weberbaueri Cogn. € Maclura tinctoria MORACEAE. Foto W. Galiano. MELIACEAE Cedrela lilloi C. DC. Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Myrrhinium atropurpureum var. octandrum MYRTACEAE. Foto: M.P. Nunez. 189 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas Cedrela saltensis M.A. Zapater & del Castillo Cedrela odorata L Guarea kunthiana A. Juss. Ruagea glabra Triana & Planch. Ruagea hirsuta (C. DC.) Harms MONIMIACEAE Mollinedia pulcherrima Sleumer MORACEAE Clarisia biflora Ruiz & Pav. Ficus apollinaris Dugand Ficus casapiensis (Miq.) Miq. Ficus crassiuscula Warb. ex Standl. Ficus cuatrecasana Dugand Ficus eximia Schott Ficus gigantosyce Dugand Ficus killipii Standl. Ficus machupicchuensis C.C.Berg Ficus maxima Mill. Ficus mutisii Dugand Ficus pallida Vahl, Ficus pertusa L. f. Ficus subandina Dugand Ficus tonduzii Standl. Ficus trigona L. f. Maclura tinctoria (L.) D. Don ex Steud Morus insignis Bureau Pseudolmedia laevis (Ruiz & Pav.) J.F. Macbr. Ficus machupicchuensis MORACEAE Llagunoa nitida Ruiz & Pav. SAPINDACEAE MYRICACEAE Morella pavonis (C. DC.) Parra–O. Morella pubescens (Humb. & Bonpl. ex Willd.) Wilbur, MYRISTICACEAE Osteophloeum platyspermum (Spruce ex A. DC.) Warb. MYRTACEAE Symplocos weberbaueri SYMPLOCACEAE Calyptranthes bipennis O. Ber. Myrcia fallax (Rich.) DC. Myrcia splendens var. splendens Myrcianthes indifferens (McVaugh) McVaugh Myrcianthes hallii (O. Berg) McVaugh Myrcianthes oreophila (Diels) McVaugh Myrrhinium atropur pureum var. octandrum Benth. Myrteola microphylla (Humb. & Bonpl.) O. Berg Siphoneugena dussii (Krug & Urb.) Proença OLACACEAE Schoepfia flexuosa (Ruiz & Pav.) Schult. PAPAVERACEAE Bocconia frutescens L. Bocconia integrifolia Bonpl. 190 Citharexylum laurifolium VERBENACEAE Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu PENTAPHYLACACEAE Ternstroemia Mutis ex L. f. Ternstroemia jelskii (Szyszyl.) Melch. Freziera cf. alata A.L. Weitzman Freziera lanata (Ruiz & Pav.) Tul. Freziera reticulata Bonpl. Myrsine pearcei (Mez) Pipoly Myrsine pellucida (Ruiz & Pav.) Spreng. Myrsine pseudocrenata (Mez) Pipoly Stylogyne micrantha (Kunth) Mez PROTEACEAE PHYTOLACCACEAE Oreocallis grandiflora (Lam.) R. Br. Oreocallis mucronata (Willd. ex Roem. & Schult.) Sleumer Roupala meisneri Sleumer Roupala montana Aubl. Schindleria tomentosa Ricketson RHAMNACEAE PICRAMNIACEAE Rhamnus sphaerosperma var. polymorpha (Reissek) M. Johnston PHYLLONOMACEAE Phyllonoma weberbaueri Engl. Picramnia sellowii subsp. spruceana (Engl.) Pirani PIPERACEAE Piper acutifolium Ruiz & Pav. Piper aduncum L. Piper amazonicum (Miq.) C. DC. Piper crassinervium Kunth Piper bangii C. DC. Piper dumosum Rudge Piper elongatum Vahl Piper lineatum Ruiz & Pav. Piper machupicchuense Trel. Piper marequitense C. DC. Piper mercens Yunck. Piper moccomocco var. angustum Trel. Piper ollantaitambanum Trel. Piper santaritanum Trel. Piper sumpi Trel. Piper urubambanum Trel. POACEAE Chusquea pubispicula Pilg. Chusquea delicatula vel sp. aff. Hitchc.. Chusquea dombeyana Kunth Chusquea huantensis Pilg. Chusquea scandens Kunth Chusquea tarmensis Pilg Chusquea tessellata Munro Aulonemia hirtula (Pilg.) McClure Aulonemia humillima (Pilg.) McClure Aulonemia longiaristata L.G. Clark & Londoño Arthro stylidium Rupr. Arthro stylidium harmonicum Parodi Gynerium sagittatum (Aublet) P. Beauvois PRIMULACEAE Geissanthus bolivianus Britton Myrsine andina (Mez) Pipoly Myrsine coriacea (Sw.) R. Br. ex Roem. & Schult. Sin: Myrsine jelskii Zahlbr Myrsine latifolia (Ruiz & Pav.) Spreng. Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 ROSACEAE Hesperomeles escalloniifolia (Schltdl.) C.K. Schneid Hesperomeles ferruginea (Pers.) Benth. Hesperomeles gayana (Decne.) J.F. Macbr. Hesperomeles heterophylla (Ruiz & Pav.) Hook. Hesperomeles escalloniifolia (Schltdl.) C.K. Schneid Hesperomeles ferruginea (Pers.) Benth. Hesperomeles lanuginosa Ruiz & Pav. ex Hook. Hesperomeles latifolia (Kunth) M. Roem. Hesperomeles palcensis C.K. Schneid. Hesperomeles pernettyoides Wedd. Kageneckia lanceolata Ruiz & Pav. Polylepis lanata (Kuntze) M. Kessler & Schmidt–Leb Polylepis pauta Hieron. Polylepis pepei B.B. Simpson Polylepis sericea Wedd. Polylepis triacontandra Bitter Prunus integrifolia (C. Presl) Walp. Prunus rigida Koehne Prunus rotunda J.F. Macbr. Prunus pleiantha Pilg. Prunus stipulata J.F. Macbr. RUBIACEAE Cinchona calisaya Wedd. Cinchona hirsuta Ruiz & Pav. Cinchona officinalis L. Cinchona pubescens Vahl Condaminea corymbosa (Ruiz & Pav.) DC. Chiropetalum ruizianum (Müll. Arg.) Pax & K. Hoffm. Cosmibuena grandiflora (Ruiz & Pav.) Rusby Faramea candelabrum Standl. Faramea flavicans (Kunth ex Roem. & Schult.) Standl. Faramea glandulosa Poepp. & Endl. Faramea multiflora A. Rich. ex DC. Gonzalagunia dependens Ruiz & Pav. Guettarda boliviana Standl. Guettarda crispiflora Vahl Guettarda crispiflora subsp. sabiceoides (Standl.) C.M. Taylor 191 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas Guettarda hirsuta (Ruiz & Pav.) Pers. Guettarda ochreata Schltdl. Hamelia patens Jacq. Palicourea amethystina (Ruiz & Pav.) DC. Palicourea attenuata Rusby Palicourea microcar pa (Ruiz & Pav.) Zappi Palicourea subtomentosa (Ruiz & Pav.) C.M. Taylor subsp. subtomentosa Palicourea thyrsiflora (Ruiz & Pav.) DC. Psychotria carthagenensis Jacq. Psychotria reticulata Ruiz & Pav. Psychotria tristis H. Winkl. Randia armata (Sw.) DC. Randia boliviana Rusby Randia spinosa (Thunb.) Blume Rudgea cf. hospes Standl. & Steyerm. RUTACEAE Zanthoxylum lepidopteriphilum Reynel Zanthoxylum mantaro (J.F. Macbr.) J.F. Macbr. Zanthoxylum lepidopteriphilum RUTACEAE SABIACEAE Meliosma boliviensis Cuatrec. Meliosma caldasii Idrobo Meliosma peytonii A.H. Gentry Meliosma frondosa Cuatrec. & Idrobo SALICACEAE (Incluy. FLACOURTIACEAE) Abatia spicata (Turcz.) Sleumer Banara guianensis Aublet Casearia aculeata Jacq. Casearia decandra Jacq. Casearia sylvestris Sw. Casearia zahlbruckneri Szyszyl. Pineda incana Ruiz & Pav. Salix humboldtiana Willd. Salix humboldtiana var. martiana (Leyb.) Anders. SANTALACEAE Cervantesia tomentosa Ruiz & Pav. SAPINDACEAE Allophylus peruvianus Radlk. Cupania americana subsp. latifolia (Kunth) T.D. Penn. Llagunoa nitida Ruiz & Pav. Sapindus saponaria L Llagunoa nitida Ruiz & Pav. SAPINDACEAE SAPOTACEAE Pouteria bangii (Rusby) T.D. Penn. Pouteria lucuma (R. & P.) Kuntze Pouteria cinnamomea (Diels) Baehni SCROPHULARIACEAE Buddleja americana L. 192 Buddleja coriacea Remy Buddleja incana Ruiz & Pav. Buddleja longifolia Kunth Buddleja montana Britton SIPARUNACEAE Siparuna aspera (Ruiz & Pav.) A. DC. Siparuna cuspidata (Tul.) A. DC. Sin. Siparuna lepidiflora Perkins Siparuna cuzcoana Perkins Siparuna holtonii A. DC. Siparuna muricata (Ruiz & Pav.) A. DC. Siparuna olivaceo–velutina Sleumer Siparuna petiolaris (Kunth) A. DC. Siparuna pyricar pa (Ruiz & Pav.) Perkins Siparuna suaveolens (Tul.) A. DC.: Siparuna subinodora (Ruiz & Pav.) A. DC. Siparuna thecaphora (Poepp. & Endl.) A. DC. Siparuna tomentosa (Ruiz & Pav.) A. DC. SOLANACEAE Brugmansia arborea (L.) Lagerh. Brugmansia sanguinea (Ruiz & Pav.) D. Don Cestrum conglomeratum Ruiz & Pav. Cestrum humboldtii Francey Cestrum megalophyllum Dunal Cestrum racemosum Ruiz & Pav. Cyphomandra betacea (Cav.) Sendtn. Markea sp. Dunalia obovata Dammer Dunalia sp. Nicotiana glauca Gram. Nicotiana tabacum L Nicotiana tomentosa Ruiz & Pav. Nicotiana tomentosiformis Goodsp. Saracha punctata Ruiz & Pav. Saracha punctata subsp. punctata Sessea weberbaueri Bitter Sessea dependens Ruiz & Pav. Solanuma lbidum Dunal Solanuma ligerum Schltdl. Solanuma phyodendron S. Knapp ZA Solanum asperolanatum Ruiz & Pav. Solanum daphnophyllum Bitter Solanum hispidum Pers. Solanum iltisii K.E. Roe Solanum incarceratum Ruiz & Pav. Solanum maturecalvans Bitter Solanum nutans Ruiz & Pav. Solanum ochrophyllum Van Heurck & Müll. Arg. Solanum riparium Pers. Solanum saponaceum Dunal Solanum selachophyllum Bitter Solanum sessile Ruiz & Pav. Solanum sumacaspi S. Knapp Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Sinopsis de las especies arbóreas de Machupicchu Solanum tenuispinum Rusby Solanum velutinum Dunal Vassobia dichotoma (Rusby) Bitter STAPHYLEACEAE Tur pinia occidentalis (Sw.) G. Don SYMPLOCACEAE Symplocos arechea L’Hér. Symplocos baehnii J.F. Macbr. Symplocos dolichopoda B. Ståh Symplocos fimbriata B. Ståhl Symplocos incahuasensis Sagást.&M.O. Dillon Symplocos melanochroa Sleumer Symplocos psiloclada B. Ståhl Symplocos nana Brand Symplocos nuda Bonpl. Symplocos quitensis Brand Symplocos cf. quitensis subsp. Boliviensis Brand Symplocos sandiae Brand Symplocos reflexa A. DC. Symplocos venulosa Cuatrec. Symplocos weberbaueri Brand Symplocos weberbaueri SYMPLOCACEAE STYRACACEAE Styrax argenteus C. Presl Styrax cordatus (Ruiz & Pav.) A. DC. Styrax foveolaria Perkins Styrax pentlandianus J. Rémy Styrax pavonii A. DC. THEACEAE. Gordonia fruticosa (Schrad.) H. Keng ULMACEAE Ampelocera edentula Kuhlm. Lozanella permollis Killip & C.V. Morton URTICACEAE Cecropia angustifolia Trécul Cecropia latiloba Miq. Cecropia leucophaea Poepp. ex Miq. Cecropia membranacea Trécul Cecropia multiflora Snethl. Cecropia strigosa Trécul. Cecropia tacuna C.C. Berg & P. Franco Boehmeria brevirostris Wedd. Boehmeria caudata Sw. Boehmeria celtidifolia Kunth Boehmeria fallax Wedd. Boehmeria pavonii Wedd. Boehmeria ulmifolia Wedd. Revista El Antoniano Nro 118 Primer trimestre 2011 Myriocar pa stipitata Benth. Phenax angustifolius (Kunth) Wedd. Phenax bullatus Rusby Phenax hirtus (Sw.) Wedd. Phenax laevigatus Wedd. Phenax rugosus (Poir.) Wedd. Pouzolzia poeppigiana (Wedd.) Killip Myriocar pa stipitata Benth. Urera baccifera (L.) Gaudich. ex Wedd. Urera caracasana (Jacq.) Gaudich. ex Griseb Urera simplex Wedd. Cecropia tacuna URTICACEAE VERBENACEAE Citharexylum pachyphyllum Moldenke var. pachyphyllum Citharexylum punctatum Greenm. Citharexylum laurifolium Hayek Citharexylum quercifolium Citharexylum dentatum Tafalla ex D. Don Citharexylum herrerae Mansf. Citharexylum argutedentatum Moldenke Duranta armata Moldenke Duranta mandonii Moldenke Duranta serratifolia (Griseb.) KuntzeCitharexylum laurifolium VERBENACEAE AGRADECIMENTOS Al WWF - EFN Beca Russell E. Train proporcionada al primer autor para la elaboración de la tesis doctoral "Bosques Tropicales Estacionalmente Secos (BTES) de Valles Internadinos en el sur del Perú: Apurímac y Urubamba". Al Convenio de Cooperación Científica: UNSAAC - MOBOT (Missouri Botanical Garden) a través del Proyecto: Diversidad florística de las Áreas Naturales Protegidas y áreas adyacentes del Sur del Perú". Al Programa Machupicchu, por el desarrollo del proyecto: "Ampliación del inventario de la biodiversidad Botánica del Santuario Histórico de Machupicchu", un reconocimiento especial al Embajador de la Republica de Finlandia Excelentísimo Sr. Miko Pyhala por su invalorable apoyo a la investigación del SHM. Al Proyecto Biodiversidad de la Ruta Salkantay con el Mountain Lodges of Peru, mediante el cual ampliamos el conocimiento de la Zona de amoriguamiento del SHM. A todos los especialistas en las diversas familias tratadas del MO y otros herbarios, a los colegas botánicos, estudiantes ahora excelentes discípulos y amantes de la Scientae amabile, que sin su apoyo en innumerables expediciones botánicas, no hubiera sido posible estos resultados. En Homenaje a los doctores Alwyn H. Gentry y J. Cesar Vargas Calderón. 193 Washington H. Galiano Sánchez y Mario Percy Nuñez Vargas BIBLIOGRAFÍA tions or an accident of the Andean orogeny". Ann.Missouri Bot.Gard.69:557-593. —BOWMAN, I. 1980 "Los Andes del Sur del Perú". —GENTRY, A. H.1988. "Tree Edit.Universo. Lima. Perú. —BRAKO L. & ZARUCCHI J. 1993, "Catalogue of the Flowering plants and Gymnosperms of Peru" Missouri Botanical Garden, St. Louis, Missouri, USA. —DUEÑAS L. H. ACURIO S.E. HUAMAN O. OLIVERA C. 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Soy el lodo, la superstición que te sostiene, el abuelo y el hijo recosidos con las mismas coyundas. No me interesa tu posteridad ni las ficciones de la palabra que te inventa. Soy el llaqtaruna, el que pulió la piedra con su piel, el que dejó los ojos en la fosa común de tus alturas. No me engañas Machupiqchu: conozco quiénes son los dueños. Sé de los alquimistas que convierten en oro nuestra sangre, del puñal y la hostia y su reino de escombros, de lentísimo cuchillo de tus tardes. No me engañas Machupiqchu, yo heché a correr los siglos de fantasmas que galopan en ti. Te alcé desde el incesto, te oculté entre mis ojos y mi vida: yo templé las vigas maestras de tus sueños. Soy el hombre que mora en tus cavernas, la hierba que levanta su tiempo de subsuelos hasta el cielo. Soy la cal calcinada entre tus huesos, tu sed ajena, tus piedras rencorosas de estos días: (colmillos de hechizados comensales gruñendo sus destiempos turisteros…). 1 Del libro “Mitos Descalzos”, 1988. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 195 Angel Anvendaño Farfán ¡Mírame Machupiqchu, no me engaña tu arrogante sustancia, las crines de tu sol ardiendo para nadie! No me atañe la doble jamba de tu doble tiempo. Te llamen otros rosa náutica, espiga de los tiempos, burbuja sideral. Para mi eres las llagas que llevo en las espaldas, los días salpicados de castigos. Para mí eres la tierra donde desollaron hasta mi sombra. Para mi eres la muerte que aprendí a resistir. No me interesa si Dios se desorienta en tus alturas, ni los apus sembrando manantiales de fuego. A mi sólo me incumbe la música que lloré entre tus piedras, los ichus donde tanteaba el subconsciente del viento, las brujerías de la mano desasida, las líneas concentradas de las manos. No me interesan las formas, los volúmenes, la línea áurea, los candiles sumisos de la piedra acatada. Yo sólo busco la rosa y la serpiente que te habitan, sólo te busco a ti; busco la lava insomne de mi ser perseguido, para que halle mi sombra lo que no halló mi cuerpo… 196 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 DISTANCIA Y SOLEDAD DE MACHUPICCHU Dr. Gustavo Pérez Ocampo ABRIENDO DE EN PAR EL HORIZONTE... 1 Este es el poema de una Ciudad hecha de espuma de luz; de verde–azul; sangre de tiempo. Esquirlas de Luna. Le rodean árboles seculares. Lentos árboles. Silencio de desvelos. Lentos desvelos ¡Cielo! ¡Cielo! ¡Cielo! Párpado abierto sobre la Vida i la Muerte... Solo una nube que desafía la arquitectura celeste; una sombra que evoca el viento; un gajo de retama y chachacomo que insiste su perfil sobre el horizonte; un torreón clarividente que se alza —testigo de pasiones i adioses— sobre el terso cristal del Wilcamayo. Todo ello, i la iridiscencia infantil del rocío; la selva cruel, sonora; los k'enkos i las adivinanzas de viejos filósofos que fueron testigos de la primera luz sobre la noche del Universo. Así comienza esta fábula forjada sobre silencios i soledades; con aguaceros i partos siderales. Historia i templo erguido sobre el vació del mundo... Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 197 Dr. Gustavo Pérez Ocampo 2 Este es el poema de Machupicchu i su siglo transparente Es la historia de sus laberintos; la crónica historial de la piedra sobre el sueño, i el sueño sobre la eternidad Machupicchu —cima del tiempo— es un nombre de raíces delirantes verde–rojo, azul–celeste en la comba de su cielo —oro del tiempo—, hueso secreto de la tierra… Machupicchu palabra fácil como una caricia; alucinación bullente sobre la piedra febril en la entraña misma del Cusco, calcinado de adioses i retornos… 3 I así fue: siempre entre la terquedad del abismo i la sumisión del espanto; mas allá de la ansiedad i el llanto; de tumbo en tumbo sobre el rumor inacabable i lejano de las aguas: testigos rumorosos de una gesta sin fin… El hombre cargado de greñas i sudores; crucificado sobre cristales de silencio, se ha acercado añ sarcófago de sus sueños, i allí Ma chu pic chu como el invierno sobre el ñujchu victorioso, como el corazón fabricado de fuego i aromas andinos; callado como bosque de edades adánicas; Ma chu pic chu, entre la bruma I la brisa solitario como un chachacomo de piedra prendido sobre el Huill Ca Ma Yo (cáliz sediento) 198 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Distancia y soledad de Machupicchu 4 Amautas i laik'as amasaron la fortaleza; su alero indestructible, su canción lítica, i la noche abatida de acllas en trance de amor i aves encerradas en su diminuta agonía… Machupicchu: raíz i fruto; isla i huerto soterrado en el asombro de sus propias memorias. Machupicchu: la pulpa del misterio pinta de sangre I lágrimas tus muros de utopía I milagro. siglos I relojes perdidos guardan historia, la alquimia i el recio manantial de tus aguas solitarias… 5 ¡Machupicchu! ¡Machupicchu! Mi corazón desolado abre sus alas para ir en busca de tus laderas siderales. ¡Cielo: ventana al más allá! ¡Tu círculo de oquedades! Callejuelas, adoratorios, andenes, caminos perdidos, serpientes, i el vértigo innumerable sobre los vestigios de Huaynapicchu, Huiñayhuayna, Phuyupatamarca, Intipata, Sallacmarca, la Soledad, la eternidad i el silencio. Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 199 EN LA TRAMA SALVAJE DEL MISTERIO Machupicchu: recia teoría de vegetales I asombros; de hombres aprisionados en la trama salvaje del misterio; magia o brujería de caminos I horizontes clavados en el umbral del tiempo; mucho antes de siempre I nunca, cuando el Cusco le dio sentido al Génesis inaugural. Machupicchu: territorio sagaz de incas I regnícolas; willac–umus, curacas, soldados I alarifes; haravicus, alfareros, chasquis I amautas; donde los hombres amasaron con sus manos i sus lágrimas I su sangre este santuario de sueños. Machupicchu: en el laberinto de la libertad —haz del sufrimiento humano— En sus lares adquirieron solidez de piedra lo innúmero i lo absoluto. Machupicchu: en la lengua musical del niño; en la sombra sin tregua de las madres, i en la vorágine atroz de los sufrimientos. Machupicchu: de los símbolos, las hondas cicatrices del olvido, i la dichosa matriz sobre amores I furias. orgía I perpetuidad. Exaltación i renunciamiento… Machupicchu: En el querer de la Rosa de los Vientos; En la plenitud cósmica de la raza; En el vórtice de la embriaguez I el llanto. Brújula andina Intihuatana: columpio de Sol I Luna Arcoiris entre el silencio i la soledad… 200 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 Distancia y soledad de Machupicchu ENTRE LA UTOPÍA I LA BRUMA Solo un relámpago en la noche de tormenta atroz, pudo iluminar aquella soledad de musgos I orquídeas Hundidas En la seda de la niebla insomne: Brujería de lianas i escorsoneras, donde la noche de reptiles i aguaceros, levanta un vaho de nichos i oquedades inmemoriales. Cumbres i escalinatas que trepan a la Luna. Flora cruel I pertinaz como la muerte. Fuente tendido entre adoratorios I hornacinas, i la teoría de una arquitectura tierna i melancólica. Memoria de una raza suspendida entre el Intihuatana i la sola, única i lítica palabra que designa arcanos, maderas sombrías, metales sangrientos, sin medida ni progenie: ¡Machupicchu! flama I memoria de Dios sobre sus cielos i sus abismos aprisionados en la mudez solar de su silencio i lejanía… Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011 201 Dr. Gustavo Pérez Ocampo ¡Machupicchu! Es Machupicchu, donde Dios tardó en llegar i se quedo a soñar una eternidad de tardes selladas por la muerte. ¡Machupicchu! donde una fauna rumorosa ensaya salmos del Génesis; donde los templos i los adoratorios cumplen la misión de privarnos del habla; donde los Amautas i Aravicus; alumbran la noche con la luz estelar de sus sentencias I Jarahuis; i donde los nombres de Manco Pachacutec i Huayna Cápac, señalan derroteros que se enredan i pierden en el laberinto de la tragedia americana… 202 Revista El Antoniano N° 117 – primer trimestre de 2011