Subido por FABIOLA VAZQUEZ GUTIERREZ

Resumen Politica Exterior 2

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Fabiola Vázquez Gutiérrez
170300264
Negocios Internacionales
Política Exterior de México
Aracely Romero Reyes
Resumen “Alcances y Límites de la Política Exterior de México”
Mario Ojeda
10/09/19
I.
LA ESTRUCTURA DEL PODER EN EL MUNDO Y EN EL
CONTINENTE.
La Segunda Guerra Mundial y el Surgimiento de un Sistema Internacional
Bipolar.
La Segunda Guerra Mundial alteró el sistema tradicional de poder. Estados
Unidos y la Unión Soviética surgieron como las únicas superpotencias militares,
capaces de derrotar a cualquier otra combinación de naciones.
La URSS amplió sus fronteras, y logró establecer una zona de protección frente
a Occidente. Mientras que Estados Unidos surgió no sólo con un gran poderío
bélico, sino con una economía revitalizada.
Europa quedó destrozada por la guerra. El sistema internacional que nació en la
posguerra surgió de la voluntad de las superpotencias. Fue entonces que se
desarrollaron dos subsistemas, dirigidos por Estados Unidos y la URSS.
Las relaciones económicas fueron regularizadas, en el bloque occidental, en
base a diversos organismos internacionales. Los aspectos monetarios del
sistema quedaron a cargo del Fondo Monetario Internacional (FMI); el
intercambio económico se trató de coordinar en el Acuerdo General sobre
Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT en sus siglas inglesas) y se estableció
el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento para asistir a los países
con problemas financieros y ayudarlos en las tareas del desarrollo.
El sistema financiero suponía que Estados Unidos tendría el papel de banquero
del bloque occidental y que su moneda conservaría la suficiente solvencia para
ser utilizada como divisa de reserva por otros Estados.
Los países del bloque socialista o comunista se mantuvieron al margen de las
organizaciones económicas reseñadas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) surgió como un intento de
consolidar la paz, en forma estable, y para ello era indispensable la colaboración
permanente de las potencias victoriosas. Por lo que se creó un Consejo de
Seguridad, integrado por Estados Unidos, Unión Soviética, Francia, Reino Unido
y China. El esquema bipolar tenía la ventaja de que cada bloque tenía un líder
que mandaba y ponía orden.
Confirmación de la Hegemonía de los Estados Unidos en América Latina.
Esto sucedió con el término de la Segunda Guerra Mundial. La guerra tuvo como
primer efecto consolidar nuestra economía con el mercado norteamericano.
México con la venta de materias primas a Estados Unidos pudo subsanar un
poco la economía pero al quedar clausurados los mercados europeos, los países
latinoamericanos se vieron forzados a importar del mercado norteamericano los
productos que antiguamente compraban a Europa. Pero la guerra llevó a los
Estados Unidos a racionar su producción de bienes no estratégicos y, con ello,
pocos de estos productos quedaron disponibles para la exportación.
En consecuencia, América Latina no sólo tuvo que sujetarse al racionamiento de
un gran número de productos industriales básicos y a la paralización de algunos
sectores de su economía por falta de partes y refacciones, sino que tuvo que
someterse a un escrutinio político de sus importaciones.
La segunda guerra mundial también tuvo efectos políticos directos para América
Latina. La unificación de los sistemas de entrenamiento y de la doctrina
estratégica de los ejércitos de América Latina bajo el liderazgo norteamericano,
así como la dependencia de aquéllos respecto de los Estados Unidos para el
suministro de armamentos, aseguraban a este último país el monopolio de
influencia que había venido ejerciendo, influencia que habría de convertirse en
una arma poderosa para mantener la cooperación latinoamericana en la guerra
fría.
México al Término de la Segunda Guerra Mundial.
El desarrollo económico de México tuvo un cambio importante durante la
Segunda Guerra Mundial, las condiciones internas y externas ayudaron al
nacimiento del modelo sustitutivo de importaciones. Las inversiones extranjeras
descendieron, lo que originó un incremento en la autonomía. La población
aumentó con rapidez, eso le dio ventaja en el momento de la negociación. El
poder militar nunca fue tema importante, por lo que no fue tomado como clave
para el proceso de negociación.
En 1945, México se convirtió en uno de los miembros fundadores de la ONU.
Después Miguel Alemán tomó la presidencia en 1946, tenía como objetivo la
distribución equitativa de la riqueza, realización de obras de irrigación extensivas
y una mayor industrialización para el país. En 1947, el Banco de Exportaciones
e Importaciones prestó 50 millones de pesos para ser invertidos en obras
públicas y de desarrollo industrial.
En 1948 se devalúo el peso. En marzo de 1949, se permitió a dos compañías
petroleras estadounidenses hacer perforaciones bajo la supervisión de PEMEX.
En junio de ese mismo año, se logró estabilizar el peso gracias a la colaboración
del Tesoro de Estados Unidos y del Fondo Monetario Internacional. Para 1950,
la economía mexicana había mejorado bastante pero al año siguiente la
migración de mexicanos a Estados Unidos se convirtió en un problema para
ambos países, después de una serie de acuerdos se permitió la entrada legal
anualmente de un número determinado de trabajadores mexicanos.
II.
MÉXICO Y LA POLÍTICA EXTERIOR DE LOS ESTADOS UNIDOS.
La Estrategia Norteamericana de la Guerra Fría.
Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la relación entre Estados Unidos y la
Unión Soviética se empezaba a volver un poco tensa, debido a los diferentes
sistemas políticos y económicos con los que contaban. Por un lado teníamos el
capitalismo estadounidense y su sistema político democrático; el otro, el
comunista soviético bajo el gobierno autoritario de Stalin desde 1922. Pero las
dos superpotencias buscaban ampliar sus áreas de influencia en el mundo,
interviniendo directa o indirectamente en los asuntos internos de los diferentes
países.
Cuando concluyó la Guerra Mundial, las tropas de los países del ejército ruso
llegaron al territorio alemán. El Ejército Rojo, como era conocido, dominó la
capital, Berlín y, consecuentemente, Alemania se rindió. Fue entonces que
Estados Unidos en 1947 se opuso a los intentos de dominación con el Plan
Marshall creado por la secretaría de Estado pero Stalin no aceptó el plan por
miedo al crecimiento del capitalismo.
En consecuencia, creó otro plan económico llamado Consejo para Asistencia
Económica Mutua (COMECON), tenía como objetivo la integración económica
de los adeptos del régimen socialista. Como había una disputa entre las dos
potencias, se puede considerar al Consejo como respuesta al Plan Marshall.
A su vez, Estados Unidos fundó una alianza militar Organización del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN) el 4 de abril de 1949, con la participación de Canadá,
Portugal, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Holanda, Luxemburgo,
Francia y el Reino Unido, que tenía como objetivo el apoyo mutuo de tropas
aliadas a cualquier investidura de los ejércitos comunistas.
Los comunistas alineados a la URSS, como la Alemania del Este, Bulgaria,
Hungría, Polonia, Checoslovaquia y Rumania el 14 de mayo de 1955 hicieron un
levantamiento del mismo tipo y se creó el Pacto de Varsovia.
México y la Política Norteamericana en el Hemisferio.
México subordinó su política exterior a la de los Estados Unidos durante el
periodo de la guerra fría y fue en consecuencia, uno de los más fieles aliados de
los Estados Unidos. Este apoyo lo brindó sobre todo comprometiéndose
incondicionalmente con su voto en los organismos internacionales del lado de
los Estados Unidos, pero también legitimando acciones policiacas de la gran
potencia a través de la cooperación material, más simbólica que efectiva. Sin
embargo, más importante aún fue el apoyo brindado a los Estados Unidos en
asuntos políticos de carácter interno de los propios países latinoamericanos.
México no fue ajeno a la influencia hegemónica norteamericana. Podemos decir
que el país es miembro del sistema interamericano y Estados Unidos influye de
cierta manera, pero a pesar de esto, es un hecho que al menos durante el
periodo analizado pudo mantener dentro del área una política exterior que bien
puede calificarse de mayor independencia relativa.
Ante todo, México se caracterizó por haber seguido su propia interpretación de
soberanía.
La Actitud de México ante la OEA.
En 1948, en vísperas de la Conferencia de Bogotá, se quería llevar a cabo la
creación de un órgano militar permanente dentro del Consejo Directivo pero México
no estaba de acuerdo. Estaba inconforme con la idea de otorgar al nuevo Consejo
Directivo facultades políticas que pudieran llevarlo en la práctica a erigirse en un
órgano súper estatal. Así como también pensaba que las funciones políticas debían
quedar reservadas a la Conferencia Interamericana y a la Reunión de Consulta de
los Ministros de Relaciones Exteriores de los países signatarios y el Consejo
Directivo no debía ejercerlas sino excepcionalmente por delegación de aquéllas.
El proyecto original se basaba en que el Consejo Directivo debería componerse de
varios órganos, uno de los cuales era el militar y que hubo delegaciones que
llegaron a proponer no sólo su establecimiento, sino la elevación de éste al mismo
nivel del Directivo. Esto equivalía a instituir un verdadero estado mayor continental.
De aquí que México se opusiera rotundamente a ello.
A decir verdad, la creación de algún tipo de órgano militar, con carácter permanente,
era algo que se daba por sentado entre la mayoría de las delegaciones. Por lo que
el rechazo de México creó sorpresa y confusión entre las delegaciones participantes
y llegó a plantear un serio problema para la unidad y el buen término de la
conferencia.
México y la Seguridad Continental.
La política exterior mexicana se ha caracterizado también por su renuencia a la
militarización del sistema interamericano. Un ejemplo de esto es que México es
signatario del Tratado de Río y la posición mexicana consistía en que no era una
alianza bélica lo que iban a sancionar sino una asociación jurídica de naciones,
libres y soberanas en sus designios.
Después se dio el caso de que la OTAN propusiera a la OEA, la vinculación de
ambos organismos. México y otras delegaciones latinoamericanas se opusieron
a esa idea y el proyecto fue finalmente rechazado. Otro punto importante es que
México encabezó al grupo de países que vetaron la creación de un consejo
permanente de defensa. Permitió con su voto, es cierto, que por medio de una
resolución susceptible de ser revocada por la decisión de dos tercios de los
países miembros, la Junta Interamericana de Defensa—creada como se ha visto
durante la guerra— siguiera funcionando.
En 1967, cuando fue reformada la Carta de la OEA, Argentina revivió la cuestión
al presentar una iniciativa tendiente al establecimiento de un Comité Consultivo
de Defensa de carácter permanente. A pesar de la opinión mayoritaria
expresada en contra de su propuesta, la delegación argentina la mantuvo e
insistió en someterla a votación, resultando ésta rechazada por once votos en
contra, seis a favor y tres abstenciones, con el voto de México sumándose a los
negativos.
En 1951, en plena guerra de Corea, los Estados Unidos decidieron firmar una
serie de acuerdos militares (map) en forma bilateral con los distintos países de
Latinoamérica. México, por su parte, declinó la invitación que se le hizo para ese
efecto.
En 1952 se firmaron los primeros acuerdos con Ecuador, Cuba, Colombia, Perú
y Chile. Para 1958 eran ya 13 los países firmantes. Para 1967 todos los países
latinoamericanos hospedaban misiones y recibían ayuda militar de los Estados
Unidos. Entre 1950 y 1967, América Latina recibió un total de 613 millones de
dólares por concepto de ayuda militar, solamente en donativos. De este total,
sólo el 0.2 por ciento correspondió a México, mientras que el 99.8 por ciento al
resto de América Latina.
Por otra parte, México nunca ha participado en “misiones de defensa del
hemisferio occidental” ni en ninguna de tipo similar, y lejos de ello, como hemos
visto, se ha opuesto a este tipo de medidas en el continente.
México y la Política Exterior Económica de los Estados Unidos.
En cuanto a la política exterior económica, es verdad que México ha seguido
algunos pasos de Estados Unidos pero también ha tenido propios. Un claro ejemplo
de esto fueron las inversiones extranjeras que en 1938 con la expropiación petrolera
se sentó un importante precedente al darse cumplimiento, aun por encima de las
presiones extranjeras, al mandato constitucional que reserva la propiedad del
subsuelo para la nación. La política mexicana en materia de inversiones extranjeras
seguida hasta 1973, buscó y obtuvo el control de algunas industrias y servicios
básicos como el petróleo, los ferrocarriles y las comunicaciones telegráficas y
radiotelegráficas, la energía eléctrica y más recientemente la petroquímica básica.
Otros sectores como la radiodifusión y la televisión, el transporte carretero, la
distribución de gas, la industria forestal, los bancos, las financieras, las
aseguradoras y las instituciones de fianzas quedaron reservados por ley al
inversionista mexicano. E industrias consideradas como semi básicas o de
importancia sociopolítica como lo son la piscicultura y la pesca; empacadoras de
productos marinos; minería; química básica; petroquímica secundaria; industria
hulera; siderurgia; cemento; vidrio; fertilizantes; celulosa; aluminio; editoriales de
libros y revistas; bebidas gaseosas; producción, distribución y exhibición de
películas cinematográficas; publicidad y propaganda; transportes urbanos;
transporte marítimo y transporte aéreo quedaron gradualmente restringidas por ley
a la propiedad mayoritaria nacional.
Fuera de estos sectores reservados en exclusividad o participación mayoritaria a la
inversión nacional, se siguió una política de fomento a la asociación del capital
extranjero con el nacional en empresas mixtas en las que el 51% de las acciones
quedaron en poder de mexicanos. En el proceso de ganar el control de los sectores
clave de la economía, las tácticas fueron cambiando conforme el país desarrollaba
una solvencia económica mayor. Así, se pasó de la “nacionalización” a la
“mexicanización”.
Bibliografía.
Mario Ojeda. (1927). Alcances y límites de la política exterior de México. 5 de Septiembre
de
2019,
de
Biblioteca
Virtual
Miguel
de
Cervantes
Sitio
web:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/alcances-y-limites-de-la-politica-exterior-de-mexico924598/
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