Subido por Julian Zapata

La horda primordial de Freud

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Hermenéutica de las ciencias humanas
Presentado a: Franco Alirio Vergara
Presentado por: Julián Zapata G.
15 de noviembre, 2018
Trabajo final
La masa y la horda primordial:
El psicoanálisis y el por qué del estudio del hombre
En el texto de Sigmund Freud, Psicología de las masas y análisis del yo, el psicoanalista
austríaco se propone a explicar las distintas perspectivas y teorías que existen dentro del campo de
la psicología de masas. Desde la composición de una masa, las causas del fenómeno de la
mentalidad de horda, el narcisismo, la realización de las pulsiones o el instinto, y la formación de
relaciones afectivas dentro de la masa, la variedad de temas de análisis es amplia. En el presente
escrito se buscará exponer los conceptos y categorías establecidos por Freud a través de una lectura
hermenéutica y un análisis del capítulo X, La masa y la horda primordial. También se buscará
ahondar sobre la relación que tiene el estudio del hombre con el psicoanálisis y las ciencias
sociales.
Sin embargo, la comprensión de varias nociones discutidas por el autor es integral para el
completo esclarecimiento de las ideas propuestas, no solo específicas a dicho capítulo, sino al texto
en general. Para estos efectos, una recapitulación de dichos conceptos generales nos puede ser de
ayuda.
Para comenzar, Freud hace una caracterización de las masas como una unidad, confiriéndole
un alma colectiva que afecta la vida anímica del individuo y de cierto modo, causa la
exteriorización de sus pulsiones vitales. La conclusión a la que llega el autor es que existen diversas
condiciones -sobre las que especulan varios autores- que causan que los individuos desechen las
represiones de sus mociones pulsionales. El empoderamiento, el contagio, y la Sugestionabilidad
especialmente, son todas condiciones que llevan a la generación de una conciencia de masa. Es
comparable incluso con el estado bajo el que se encuentra alguien hipnotizado. Otro concepto
importante es el aumento de la afectividad de la masa.
Por otro lado, está la cuestión de los distintos tipos de masas que proponen diversas fuentes.
Estas masas efímeras y absolutas de las que se habla al comienzo son solo un ejemplo de multitud.
También existe, por ejemplo, la mentalidad de grupo (o Group Mind), que origina la idea de que
para que exista una cohesión entre un grupo heterogéneo, deben tener por lo menos algo en común.
El último tipo discernible de masa es el que tiene una organización más concreta. Algún tipo de
jerarquía, esencialmente la aparición de un líder, son esenciales para el surgimiento y la duración
del fenómeno de la masa.
El siguiente concepto, que algunos llamarían el más importante, es el de la
Sugestionabilidad. Parece ser una idea que comprende una gran cantidad de otras nociones dentro
de sí. La Sugestionabilidad explica la imitación, el prestigio, e incluso la aparición del afecto dentro
de la masa. Algunos le darían a este término la cualidad de sugerencia, insinuación e incitación,
pues se puede dar de distintas maneras. El propio Freud lo califica de forma enfática:
Esto nos predispone a admitir el enunciado de que la sugestión (más correctamente: la
sugestionabilidad) sería un fenómeno primordial no susceptible de ulterior reducción, un hecho básico
de la vida anímica de los seres humanos.
Para continuar con esta introducción de conceptos, Freud decide implementar el Libido, que
es una “magnitud cuantitativa de las pulsiones relacionadas con el amor”. Según el autor, la
relación de este concepto con la masa está oculto detrás de la pantalla de la sugestión, pero no por
eso se puede descartar. Freud teoriza que, siendo el amor un agente de cohesión para el mundo en
general, también ha de serlo para las masas. La sugestión se encuentra en el sentido que un
individuo no va a negar las sugestiones de la masa por una necesidad de estar de acuerdo con ella;
en otras palabras, un amor por la masa.
El último concepto que me parece importante recalcar es la identificación. Siendo la más
temprana expresión de un vínculo afectivo con otra persona, tiene una relación intrínseca con la
psicología de las masas. En esta se ve el desarrollo de las relaciones humanas a través de la
formación de lazos afectivos a partir de influencias externas. Es parte importante del proceso de
creación de identidad y la constitución de personalidad; Freud la describe diciendo
(…) en primer lugar, la identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto; en
segundo lugar, pasa a sustituir a una ligazón libidinosa de objeto por la vía regresiva, mediante
introyección del objeto en el yo, por así decir; y, en tercer lugar, puede nacer a raíz de cualquier
comunidad que llegue a percibirse en una persona que no es objeto de las pulsiones sexuales. Mientras
más significativa sea esa comunidad, tanto más exitosa podrá ser la identificación parcial y, así,
corresponder al comienzo de una nueva ligazón.
Habiendo, pues, establecido los conceptos primordiales, podemos entrar a analizar el
capítulo X, La masa y la horda primordial, con base en estos últimos. El capítulo comienza dando
el ejemplo de Darwin, quién estableció que la forma original de la sociedad humana era la de una
horda gobernada por un macho fuerte. Si bien es cierto que es una de tantas conjeturas sobre el
obscuro período prehistórico, es una “hipótesis válida para crear coherencia en nuevos y nuevos
ámbitos”.
Todo parece indicar que, según esta teoría, los movimientos pulsionales individuales,
exteriorizados en una masa, responden a un instinto primitivo que regresa hasta la “horda
primordial”. Estando el hombre primordial dentro de cada individuo, representado por los
movimientos anímicos instintivos y pulsionales, se constituye igualmente un retorno a esta horda
originaria. Freud establece que, siendo la primera forma de organización social, también se debió
caracterizar por tener la primera forma de psicología. Sin embargo, una divergencia entre la horda
primordial y las masas actuales es la relación con el conductor de la masa.
El conductor primitivo de la masa era indisputado. En otras palabras, era libre de hacer lo
que quisiera, y la masa le seguiría por el simple hecho de que era el líder. Si bien aquello que
ligaba a los individuos al líder sigue siendo equivalente, esta libertad y esta falta de control
seguramente llevó a una desconexión de la libido con los súbditos. “Amaba a los otros solo en la
medida en que le eran útiles (…)”. Por otra parte, el individuo en sí también difería del actual. Su
individualidad era mucho más reducida por la falta de procesos sociales complejos y la
homogeneidad de la ligazón entre todos, y por tanto el individuo no tendía a tomar decisiones
propias, sino a seguir a la masa.
El problema de la transición del poder también es discutido. En la sociedad primitiva, el líder
probablemente transfería el liderazgo al morir a un hijo, que antes había sido parte de la masa. Esto
significa dos cosas principalmente. En primer lugar, implica que la transición de masa a individuo,
o, en otras palabras, de psicología de masa a psicología individual, tenía que ser ágil y eficiente.
De lo contrario, la transición del poder no hubiera sido posible. En segundo lugar, implica que el
líder tenía potestad para definir quienes estaban integrados en la masa, incluyendo a su propia
estirpe.
Al salir de la masa, el heredero encuentra -según Freud- que la individualidad viene atada a
la satisfacción de la libido, y, por tanto, podría decirse que parte de las ligazones de la masa se
deben a las aspiraciones sexuales de meta inhibida. En otras palabras, al liberarse sexualmente, el
individuo se aleja de la masa y aumenta su narcisismo. El amor y la libido en general son parte
crucial, entonces, de la formación del carácter.
En este capítulo impera la profundización del análisis sobre aquello que causa la formación
de una masa, y la evolución de dichas características. En la sociedad primitiva, es el líder que
persigue y requiere de sus súbditos por igual lo que cohesiona a una masa. En un ejemplo anterior,
la Iglesia y el ejército son estudiados, y se descubre que se mantienen unidos y organizados por la
ilusión de que el conductor (en este caso una deidad, o el general) ama y cuida de todos por igual.
En el desarrollo de sociedades totémicas posteriores al hombre primordial, comienza a surgir esta
misma visión en la concepción de familia, una formación de masa natural.
La relación entre la formación de la masa, la sugestionabilidad y el hipnotismo también hace
referencia al surgimiento de la masa. La hipnosis tiene, en palabras de Freud, un carácter ominoso
que se remonta a experiencias antiguas y familiares reprimidas. Por esto, las técnicas de hipnotizar
usualmente hacen uso de sugestiones que despierten en la mente estas experiencias inconscientes.
La hipnosis despierta una porción de la herencia arcaica del individuo que se expresa por la
representación de una personalidad muy poderosa, ante la que se toma naturalmente una actitud
pasiva. Esta es también la relación que el individuo tuvo con el padre primordial de la horda,
prescindiendo de su voluntad propia por la autoridad de este.
Para concluir, Freud propone la siguiente síntesis, que cito textualmente por su lógica
inmejorable:
El conductor de la masa sigue siendo el temido padre primordial; la masa quiere siempre ser gobernada
por un poder irrestricto, tiene un ansia extrema de autoridad: según la expresión de Le Bon, sed de
sometimiento. El padre primordial es el ideal de la masa, que gobierna al yo en remplazo del ideal del
yo. Hay buenos fundamentos para llamar a la hipnosis una masa de dos; en cuanto a la sugestión, le
cabe esta definición: es un convencimiento que no se basa en la percepción ni en el trabajo de
pensamiento, sino en una ligazón erótica.
El capítulo, en relación con el libro y con el estudio del hombre en general, amplía sobre
ciertos conceptos básicos de la lectura. La hipnosis como agente de creación de masas, apoyado
por autores como Le Goff, une de forma más enfática la psicología de masas con la individual. La
horda primordial en sí es el origen del entendimiento del individuo y de cómo se liga a las masas
y a su conductor. En ese sentido, el conocimiento del hombre se remonta a su origen y este es
necesario para aportar a la comprensión del desarrollo de teorías sobre el género humano. La
naturaleza del hombre está ligada a su comportamiento inconsciente, a su relación con los demás
individuos, y cómo estas dos piezas se relacionan para generar comportamientos específicos.
Es claro que el hombre es multifacético, y su condición humana está definida de muchas
maneras. La forma en que Freud describe la mente del ser humano es tan solo una de diversas
perspectivas sobre el comportamiento, las relaciones y el conocimiento en general. El hombre, sin
embargo, es estudiado porque su entendimiento lleva a una mayor capacidad de comprensión de
los procesos históricos, sociales, políticos, económicos, etc. El entendimiento del ser humano lleva
al entendimiento del mundo que lo rodea, pues este solo se puede ver desde nuestra propia
perspectiva humana.
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