INTRODUCCION: La infección del tracto urinario (ITU) es una patología frecuente en la infancia y corresponde a un buen porcentaje de las visitas al servicio de urgencias pediátricas. Es reconocida como causa de enfermedades agudas y crónicas con una gran morbilidad. Por tanto es crucial conocer la patogénesis de la infección urinaria, los factores de riesgo, diagnóstico y el uso apropiado de antibióticos en nuestro medio.(1) La ITU tiene una alta incidencia durante la infancia apareciendo en cerca de 7% de los niños febriles menores de un año y es un indicador de anomalías anatómicas, como el reflujo vesicoureteral (RVU), y funcionales. El RVU aparece en 25% de las primeras infecciones urinarias, siendo el 85% de estos casos de bajo grado y se relaciona con recurrencia de ITU y cicatrices, siendo estas últimas las determinantes del riesgo de daño renal. (1) El diagnóstico a tiempo de una ITU y su tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones a corto plazo como una pielonefritis severa o sepsis de origen urinario que aparece hasta en 30% de recién nacidos y 20% en lactantes menores de tres meses, así como secuelas a largo plazo que incluyen cicatrices renales las cuales tendrán una mayor incidencia en los menores de un año (5-10%), hipertensión arterial y por último insuficiencia renal crónica y necesidad de trasplante. (1) Por todo lo anterior es de gran importancia tener conceptos claros y actualizados. Para lograrlo se hace una revisión de la literatura acerca de la definición y demás ítems mediante búsqueda basada en términos definidos por descriptores en ciencias de la salud (DECS), utilizando las bases de datos en inglés de PUBMED, HINARI, OVID y datos en español de LILACS y SCIELO. (1) CONCEPTO: Es la invasión, colonización y multiplicación de gérmenes en el tracto urinario. Puede estar asociada con malformaciones de la vía urinaria, por lo que debe estudiarse con cuidado y diagnosticarse lo más tempranamente posible para evitar el daño irreversible del riñón.(2) Según la localización, la infección se denomina: cistitis, definida como la infección localizada en la vejiga pielonefritis aguda (PNA), que es el compromiso bacteriano agudo del parénquima renal pielonefritis crónica, que suele usarse indistintamente para: o Determinadas lesiones histológicas renales o Alteraciones radiológicas consistentes en un riñón pequeño o que no crece, cálices deformados y retracción cortical en la zona correspondiente del contorno renal (cicatriz renal) o Frecuentes recurrencias de la infección o excreción continua de bacterias por la orina Uretritis o abacteriuria sintomática, en la cual, aunque existe la sintomatología de infección del tracto urinario (ITU), no es posible demostrar la presencia de bacterias Bacteriurias asintomáticas, cultivo significativo de gérmenes en la orina sin sintomatología clínica. (2) ETIOLOGIA: Habitualmente, las ITU se producen como consecuencia de la entrada de microorganismos de la flora intestinal en el tracto urinario a través de la uretra, siendo la vía hematógena más rara, exceptuando el período neonatal en que domina la vía hematógena sobre la local. Sólo una minoría de los niños con ITU presentan una bacteriemia (4-5%) lo cual, junto al tipo de bacteriología, refuerza la hipótesis de que la mayor parte de las ITU fuera del período neonatal, se deben a mecanismos ascendentes a partir de una colonización del área periuretral por patógenos entéricos uropatógenos. En más del 75% de las ITU agudas se aísla un solo agente, mientras que en las ITU crónicas no es raro encontrar varios patógenos.(3) El microorganismo implicado con más frecuencia es Escherichia coli, responsable de más del 80% de las ITU en edad pediátrica. En orden descendente de frecuencia, otras bacterias implicadas incluyen otros gérmenes gramnegativos, como Proteus, Klebsiella, Enterobacter y Citrobacter, y gérmenes grampositivos como Staphylococcus saprophyticus, Enterococcus y, raramente, Staphylococcus aureus. El hallazgo de variedades infrecuentes depende de factores locales o del medio. (3) Diferentes especies de Pseudomonas se aíslan con relativa frecuencia en niños con malformaciones de las vías urinarias, portadores de sondas, o que están recibiendo antibióticos de amplio espectro o a dosis elevadas. Del mismo modo, especies poco frecuentes, como Aerobacter o Alcaligenes, entre otros, suelen aparecer asociadas a los coliformes, confiriendo a la enfermedad un carácter crónico. En condiciones excepcionales pueden encontrarse hongos del tipo Candida y aún más raramente, Criptococcus o Torulopsis existiendo, además, la posibilidad de que se produzcan infecciones por protozoos (Trichomona o Schistosoma). (3) Algunos microorganismos son capaces de producir una ITU a través de una diseminación hematógena como la Salmonella, Mycobacterium, Citomegalovirus y, más raramente, otros virus, como los Adenovirus tipo 7 y 11, asociados a episodios de hematuria macroscópica y los papovavirus. Por último, citamos los protoplastos, cuyo verdadero papel patógeno es motivo de discusión. Son bacterias viables que han perdido su membrana celular como consecuencia de desarrollarse en medios desfavorables (por ejemplo, por una antibioterapia insuficiente), pero siguen sobreviviendo y multiplicándose. Cuando las condiciones son favorables, regeneran la membrana, el microorganismo se recupera y surge una verdadera infección urinaria. (3) BIBLIOGRAFIA 1. Ardila M, Santisteban G, Rojas M, Gamero A. Infección urinaria en pediatría. Repert Med Cir. 2015;24(2):113–122. 2. Bunster MIH. Influencia de la nutrición en el crecimiento y desarrollo. ARS MEDICA Rev Cienc Médicas. 2017;20(3):166–168. 3. Moro Serrano M, Malaga Guerrero S, Madero López L. Tratado de pediatría Cruz. Madrid: Panamericana; 2014.