Subido por Luciano Calabrese

Ex Faca- el proyecto de Foster y TGLT en Rosario

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Ex Faca: el proyecto de Foster y
TGLT en Rosario a un paso de
concretarse
Según informaron desde la Municipalidad de Rosario, el
desarrollo inmobiliario en Puerto Norte sería enviado al
Concejo Deliberante para su aprobación definitiva a fin
de mes, luego de algunas modificaciones en el trazado
urbano
12-06-2012 La Municipalidad de Rosario ya tiene en
sus manos desde hace varias semanas el proyecto
que la empresa TGLT piensa levantar en el predio de
la ex Faca, lindero a Forum Puerto Norte.
En contacto con IMPULSO, el secretario de
Planeamiento del Ejecutivo local, Pablo Barese, dijo
que "pensamos a fin de mes poder enviar el proyecto
definitivo al Concejo para su aprobación". Si bien la
iniciativa ya había tenido el visto bueno del Palacio
Vasallo, algunas modificaciones en el trazado urbano
hacen necesario el OK final de los concejales.
Tal como informara la compañía en su oportunidad,
el proyecto contempla un ambicioso conjunto de
propiedades de viviendas, que también contará con
oficinas y locales comerciales, con un volumen
potencial de ventas estimado en aproximadamente
260 millones de dólares. El total del emprendimiento
incluye la construcción y comercialización del
desarrollo distribuido en cuatro fases de un total de
aproximadamente 120 mil m2 vendibles, la primera
de las cuales incluye 53 mil m2 vendibles sobre el
río Paraná, además de una franja de terreno
destinada a espacios públicos.
Según comunicara TGLT a los inversores, el proyecto
se construirá por etapas y estaría concluido en un
plazo de diez años desde su inicio.
La empresa Fosters & Partners, uno de los diez
estudios de arquitectura más importantes del
mundo, diseñó el master plan y la primera fase del
proyecto apuntado a un público de alto poder
adquisitivo.
La primera parte contempla 475 unidades de
vivienda, mientras que la segunda 619. En total,
habrá 1.772 unidades particulares, de oficinas y
comerciales que saldrán a la venta en distintos
períodos.
En diálogo con IMPULSO, Federico Weil, CEO de
TGLT, contó este martes que el proyecto respeta
100% la ordenanza municipal y los requerimientos de
alturas máximas. "De hecho, estamos por debajo del
límite", afirmó el empresario. "Será una apuesta
inédita para Rosario, por sus dimensiones y los
grandes espacios públicos que tendrá", agregó.
Por otro lado, a la hora de hablar de los otros
proyectos de la compañía, se mostró entusiasmado
por la buena respuesta de los recientemente
lanzados edificios Astor Caballito y Astor Palermo,
en la ciudad de Buenos Aires. "Entre este domingo y
lunes, recibimos más de 200 personas interesadas
en el desarrollo en el barrio de Palermo. Hay una
gran atracción del público por invertir, ya que
estamos ofreciendo la financiación 100% en pesos",
dijo Weil.
Se trata de una modificación de la Ordenanza
8320 que incorpora más espacio público a la zona
y nuevas calles. La altura máxima permitida es de
66 metros y el desarrollo tendrá alrededor de 120
mil m2
El desarrollador TGLT anunció inversiones por
más de $1.700 millones en cinco años
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Arquitectura: Estableciendo
tipología
Proyecto: Edificios Metra
Arquitectos: McCormack y Asociados
Ubicación: Rosario, Argentina
En Rosario, el emprendimiento emula el perfil característico
de los silos de Puerto Norte. Todos los detalles de una de las
obras más importantes del próximo año. (Dom, 05 Ene 2014)
Hace unos años, ante la eventualidad de tener que proyectar
viviendas unifamiliares para una futura urbanización cerrada
en Mongolia, una suerte de oasis de lujo en medio del
desierto, sin ningún tipo de condicionante urbano ni de otra
clase, algunos de los arquitectos internacionales convocados
protestaron, paradójicamente, por el exceso de libertad que
se les daba para crear: ¿Qué interés podía haber en trabajar
así, sin tener que insertarse en un sitio determinado ni
dialogar con ningún dato preexistente?, se preguntaban
algunos.
Pues bien, en el caso de los cuatro edificios Metra, en
Rosario, ocurre exactamente lo contrario: a pesar de que
también se trata de una urbanización nueva, en este caso las
imposiciones de la normativa y el master plan son tantas y tan
restrictivas que el estudio proyectista debió hacer lo que,
desde este punto de vista, resultaría más interesante:
arreglárselas para poder dar lo mejor dentro de un corsé de
prescripciones que limitaba su libertad de decisión casi hasta
el grado cero.
Ese fue el desafío principal para el estudio McCormack y
Asociados, que ya había trabajado para la desarrolladora
TGLT –el comitente– en el proyecto de Forum Madero (junto
a Béccar Varela-Robirosa-Pasinato y Damonte & Donaldson),
y que resultó ganador del concurso privado para diseñar los
primeros cuatro edificios de este nuevo emprendimiento, con
master plan de Foster + Partners (ver Receta ... en pág. 12).
Dentro de una urbanización abierta de 8,4 hectáreas en el
área de Puerto Norte, les tocó proyectar los primero cuatro
edificios concretos sobre una “manzana tallarín” ubicada casi
en la entrada al predio, sobre la avenida Cándido Carballo y a
unas cinco cuadras del frente costero. Es decir, una
localización más urbana que ribereña.
La volumetría estaba prefijada por partida doble: de un lado,
la reglamentación para toda esta franja ribereña prescribe
volumetrías similares a la de las viejas instalaciones
portuarias con silos y torres de elevación (de hecho, hay una
de ellas en el mismo predio: la Estación Nº 1, que será
reciclada), y de otro lado, el master plan que establece
estrictamente la tipología: torre de 22 pisos sobre el extremo
de una tira de 4 pisos a modo de basamento, ocupando, tanto
la tira como la torre, todo el ancho de la “manzana tallarín”
(20 metros), sin posibilidad de generar retiros ni
escalonamientos. O sea, limitarse a llenar un molde. “En lo
que hace a la volumetría, lo único que se podía variar era la
posición de la torre, o sea, en cuál de los dos extremos
ubicarla”, cuenta Mike McCormack, socio del estudio con
Sebastián Balbuena y Pedro Wofcy.
En este punto, el poco margen de libertad se utilizó para
plantear dos edificios idénticos en espejo, con las torres en
los extremos, de modo que el conjunto en su totalidad forma
una suerte de letra U muy apaisada (de algún modo hay que
describirlo). “Es lo que mejor se adecúa a la normativa y la
trama circundante”, explica McCormack. La disposición
interior de ambos volúmenes es absolutamente simétrica:
cada conjunto de tira más torre contiene 209 departamentos
(418 en total), de uno a cuatro ambientes, “sumamente
compactos y con máximo aprovechamiento de las
superficies”, según los describe el proyectista, con superficies
de 30 y 80 m2.
El hecho de que este proyecto fuera el primer vástago de una
nueva marca inmobiliaria (Metra) destinada a crecer y
multiplicarse, los llevó a “proponer un módulo muy simp le,
repetible, flexible y económico”, y que consiste en una planta
de 20 x 20 que se repite cuatro veces a lo largo, con accesos
independientes. Una planta baja integra y comunica los
edificios altos y los bajos.
Para todo el conjunto, el estudio desarrolló una estructura de
envolventes de hormigón que también resuelve la fachada:
“La envolvente es la estructura”, define McCormack. Consiste
en un sistema de llenos y vacíos de piso a techo, de 60 y 40
centímetros respectivamente –contando como “lleno” el
ancho de las vigas– que genera una alternancia de hormigón
y vidrio, y contiene los balcones dentro de sus límites. Algo
similar a lo ya hecho por el propio estudio en Forum Madero,
para el mismo comitente.
A propósito de la envolvente, durante la presentación del
proyecto en Rosario, diez días atrás, ante la pregunta de un
periodista local acerca de si el edificio iba a poder
considerarse “sustentable”, McCormack respondió que lo más
correcto sería hablar de “diseño eficiente para optimizar el
ahorro de energía”, aunque agregó que está en estudio la
posibilidad de aprovechar las aguas grises. Y destacó el rol
de la estructura, que proporciona aislación térmica y controla
cargas de viento en el perímetro, evitando tener que agregar
parasoles.
En las torres, destinadas a las unidades de mayor superficie,
además de la envolvente-estructura hay también un segundo
“anillo” estructural interior, rodeando el núcleo central de
servicios, que permite “jugar con la modulación y el
movimiento de paredes divisorias, así que la planta puede
variar en el perímetro exterior de acuerdo a las necesidades
del usuario”, según aclara el arquitecto. En el caso de las
tiras, en cambio, como el ancho de la manzana prescrita
resultaba excesivo para contener departamentos chicos, se
optó por crear un volumen en claustro, con un patio interior a
cielo abierto integrador del edificio bajo, que contiene los
accesos a todas las unidades y los núcleos de circulación
vertical.
Así, el ingreso desde la calle está planteado como una
sucesión de espacios cubiertos, semicubiertos y
descubiertos, sin ningún tipo de barreras –tal como destacó
McCormack durante la presentación–, ya sean cercos o
garitas, que separen al edificio de su entorno. Algo que,
según expresó, no es muy del agrado del estudio. Y que le
hace bien a la integración urbana de Puerto Norte.
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