Subido por Fabrizio Mendoza Peña

FILIACIÓN final

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"Año De La Lucha Contra La Corrupción E Impunidad"
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA POLÍTICA
ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO
Filiación
Asignatura:
Docente:
Estudiantes:
Derecho Civil VI
Mauro Mendoza Delgado
Cesia Valeria Mejía Camargo
Milena Alexandra Oyola Dávalos
Breppe Valeria Daiana
Yomar Saraya Silvera
Fabrizio Mendoza Peña
Sergio Herold Palomino Labra
Wendy Gianella Luna Humpire
Bryan Jawy Armuto Velasco
Jubert Caballero Ccayahuallpa
Gianella guevara paz
INDICE
Introducción ………………………………………………………... 3
1. Concepto………………………………………………….…………………. 4
2. Filiación en sentido amplio…………………………………………………. 4
3. Filiación en sentido estricto…………………………………………………. 4
4. Efectos de la filiación ………………………………………………………. 4
5. Matrimonio valido o putativo………………………………………………. 5
6. Concepción en tiempo hábil………………………………………………… 5
7. Presunciones……………………………………………………………….. 6
8. Paternidad incontestable……………………………………………………. 7
9. Desconocimiento de la paternidad…………………………………………. 7
10. Desconocimiento riguroso…………………………………………………. 8
11. Quienes pueden reclamar contra la legitimidad y hasta cuándo…………… 8
12. Contestación de la legitimidad……………………………………………... 9
13. Filiación parentesco y familia……………………………………………….9
14. Los principios en materia de filiación………………………………………11
15. La paternidad pater is ……………………………………………………....11
16. La declaración judicial de paternidad………………………………………14
17. La filiación y los alimentos…………………………………………………16
18. Filiación matrimonial……………………………………………………….16
19. Filiación extramatrimonial………………………………………………….17
20. Jurisdicción internacional en litigios sobre filiación……………………….17
21. filiación en el derecho internacional privado argentino y comparado……...19
Conclusiones……………………………………………………………………25
Bibliografía……………………………………………………………………..26
2
INTRODUCCION
La filiación es una situación jurídica que se deriva del hecho natural de la
procreación de manera directa o indirecta, la filiación consanguínea establece la
mayoría de los vínculos de parentesco entre la personas y, a la vez, tiene mucha
importancia en la determinación del concepto de familia, definimos a la filiación
como la relación que se produce de los hijos hacia sus padres y que, en el sentido
inverso, podemos denominar paternidad y maternidad, por lo cual consideramos
de suma importancia desarrollar sus características, sus elementos así como sus
efectos en distintas legislaciones.
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FILIACIÓN
1. CONCEPTO
Es la relación jurídica que se establece de padres a hijos, de la que se derivan derechos y
obligaciones, puede ser un fenómeno biológico o sanguíneo, asi como también político,
metafórico o jurídico.
También es tomado por el estado para hacer referencia a los vínculos que el mismo
establece con organizaciones e instituciones de menor rango, así se produce la filiación
de paternidad también a nivel legal, jurídico e institucional.
2. FILIACIÓN EN SENTIDO AMPLIO
Es la relación natural de descendencia entre varias personas, las cuales unas engendran y
otras son engendradas.
3. FILIACIÓN EN SENTIDO ESTRICTO
Es la relación existente entre dos personas las cuales una es padre o madre de la otra
4. EFECTOS
Crea un estado civil, relaciones de familia y por consecuencia, derechos vinculados a
ellos, sobre todo hereditarios
Del matrimonio, unión sexual lícita, deriva una des-candencia cuya filiación, desde luego,
ha de llamarse legítima. También lo es, lógicamente, la que sea provocada por la adopción
en los países que la admiten. La procreación puede haber tenido lugar fuera del
matrimonio y ella origina una filiación ilegítima que puede ser, como se verá más
adelante, natural, adulterina, incestuosa o sacrílega. Esta última categoría sacrílega carece
hoy, entre nosotros, de efectos jurídicos propios.
Comenzaremos fijando las exigencias de la filiación legítima. Y para que ella tenga tal
carácter legitimidad necesita en principio:
a) Que exista matrimonio.
b) Que la concepción se haya producido durante el matrimonio
c) Que el hijo sea del marido.
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Diversas fuentes han tenido el Código Civil en la materia: Freitas, Goyena, el Código de
Chile, etc. Tal variedad explica las oscuridades y contradicciones del título. Por eso, con
el propósito de ordenar su estudio, seguimos la disposición del Esboço que, con buen
sentido, se refiere en primer término al desconocimiento de la paternidad, luego a la
contestación de la legitimidad y finalmente a la contestación de la filiación.
5. MATRIMONIO VÁLIDO O PUTATIVO.
Resulta esta exigencia de la definición del artículo 359:"Son hijos legítimos los
concebidos durante el matrimonios válido o putativo de su padre o madre, y también los
legitimados por subsiguiente matrimonio del padre y madre posterior a la concepción"
('al nacimiento, rectifica Segovia).
He aquí, pues, el primer requisito de la legitimidad: el matrimonio de los padres.
6. CONCEPCIÓN EN TIEMPO HÁBIL.
La concepción, para que el concebida revista la condición de hijo legítimo, debe haber
ocurrido, salvo en cuanto a los hijos legitimados, "durante el matrimonio "Así, "son hijos
legítimos los nacidos después de 180 días desde la celebración del matrimonio, y dentro
de los trescientos siguientes a su disolución (art. 246, 13 parte). Al emplear la palabra
siguientes el Código ha excluido del cómputo el día mismo de la celebración del
matrimonio. Debe observarse análogo criterio, y descontar de los 180 y 300 días en que
se produce el alumbramiento, si se sigue lo estatuido en el art. 77.Otra vez la diversidad
de fuentes del Código conspira contra su armonía, pues, en el artículo 246, habla 300 y
180 días, mientras que en otras disposiciones alude a diez meses (arts. 250, 251, etc), o
seis meses (arts. 240, 241, etc). Cierto es, como dice García Goyena, que en el lenguaje
legal se estudia y entiende por trescientos días los diez meses y que las disposiciones del
Código Napoleón fuente directa e indirecta en esta materia se redactaron cuando el
calendario republicano constaba de meses de igual duración: 30 días .Los romanos
sentaron también presunciones sobre las que hicieron descansar la legitimidad del hijo.
De ellos es la regla páter is est quem nuptiae demonstrant (Dig. II, 4, 5) siempre que el
parto se produjera entre los ciento ochenta días de comenzado el matrimonio yantes de
los trescientos de su disolución. (art. 246) al emplear la palabra siguientes el código a
excluido del cómputo el día mismo de la celebración del matrimonio. Debe observarse
análogo criterio, y descontar de los 180 y 300 el día que se produce el alumbramiento, si
se sigue en lo estatuido en el artículo 77.
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Otra vez la diversidad del código conspira contra su armonía, pues, en el artículo 246,
habla de 300 y 180 días, mientras que en otras disposiciones alude a 10 meses artículos
(250, 251 etc.,) O 6 meses artículos (240,241 etc.).
Cierto es, como dice García Gollena, que en el lenguaje legal se estudia y entiende por
300 días los 10 meses y que las disposiciones del código napoleón fuente directa e
indirecta en esa materia se redactaron cuando el calendario republicano constaba de igual
meses de igual duración: 30 días.
Los romanos sentaron también presunciones sobre las que hicieron descansar la
legitimidad del hijo. De ellos es la regla pater. Siempre que el parto se produjera ente los
180 días de comenzando el matrimonio y antes de los 300 de su disolución.
El código civil francés ampliando los términos mínimos máximos del sabio Fourcroy (186
y 286 días) mantuvo los plazos romanos.
7. LAS PRESUNCIONES SON LAS SIGUIENTES:
1)
La ley supone concebidos durante el matrimonio, los hijos que nacieron después
de 180 días del casamiento valido o putativo de la madre y los póstumos que nacieren
dentro de 300 días contados desde el día en que el matrimonio valido o putativo fue
disuelto por muerte del marido o por que fuese anulado (artículo 240)
2)
El hijo nacido dentro de los 300 días posteriores a la disolución del matrimonio
de la madre, se presume concebido durante el matrimonio de ella, aun cuando la madre u
otro que se diga a su padre lo reconozca por hijo natural (artículo 243).
3)
Si disuelto o anulado el matrimonio, la madre contrajera otro en el plazo prohibido
por el artículo 236, el hijo que naciere antes de los 180 días del segundo matrimonio, se
presume concebido en el primero, siempre que naciere dentro de los 300 días de disuelto
o anulado el primer matrimonio (artículo 241)
4)
Se presume concebido en el segundo matrimonio el hijo que naciere después de
los 180 días de su celebración, aunque se esté dentro es los 300 días posteriores a la
disolución del primer matrimonio (artículo 242).
Si el nacimiento ocurre fuera de los plazos indicados se verá como el marido puede
desconocer la paternidad
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8. PATERNIDAD INCONTESTABLE
Bien es cierto que la ley presume que los hijos concebidos por la madre, durante el
matrimonio, tienen por padre al marido (artículo 245) y que “cualquiera declaración o
confesión de la madre, afirmando o negando la paternidad del marido, no ara prueba
alguna” (artículo 255).
Pero la presunción no funciona cuando se probase “que la había sido imposible al marido
tener acceso con su mujer en los primeros 120 días de los 300 que han procedido al
nacimiento” (artículo 246) y cuando demás del adulterio de la mujer, el parto le fuera
ocultado (artículo 252).
Tales hipótesis merecen especial estudio, que agrupamos cono los nacimientos ocurridos
fuera de los plazos legales bajo el título de desconocimiento de la paternidad.
Pero queremos recordar aquel fundamento que un canonista medieval, Leon marsicano
comentaría primitiva da la regla al artículo 245.
9. DESCONOCIMIENTO DE LA PATERNIDAD
El hijo nacido durante el matrimonio es respetado hijo del marido. Pero, para que tal
efecto se produzca, es indispensable que el nacimiento haya ocurrid en los plazos legales
y que, por otra parte, el marido no ejercite su derecho a desconocer la paternidad en
supuestos especiales.
Por la distinta naturaleza que informan tales excepciones a la presunción del artículo 245,
la ley organiza un procedimiento diferente según a los casos. Si la doctrina habla de
desconocimiento, o de negación Tas disposiciones se extienden al caso de separación
provisoria de los cónyuges, por motivo de acción de nulidad del matrimonio”.
Para facilitar la comprobación, “la mujer recién divorciada, que se creyere embarazada,
debe denunciarlo al juez o al marido, en el término de treinta días desde su separación;
y éste podrá pedir las diligencias necesarias para asegurarse también de que el parto es
efectico, y ha tenido lugar en el tiempo necesario para que el hijo deba ser reputado
legítimo” (art. 249)
Un caso especial:
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“Declarado el fallecimiento presunto del marido ausente, si la mujer durante la ausencia
tuviere algún hijo nacido después de los trescientos días desde el primer día de ausencia,
los herederos presuntivos del marido pueden intentar contra el hijo una acción negativa
de la paternidad; si la madre está en posesión provisoria o definitiva de los bienes, o
para excluirla, si ella pretende obtenerlos” (art. 251)
10. DESCONOCIMIENTO RIGUROSO.
En él la presunción de paternidad legítima funciona positivamente y sólo una prueba
específica puede destruirla. Esto ocurre en dos hipótesis en las que el nacimiento se ha
producido dentro de los plazos legales:
1) La legitimidad del hijo resultará del nacimiento “si no se probase que había sido
imposible al marido tener acceso con su mujer en los primeros ciento veinte días de los
trescientos que han precedido al nacimiento” (art. 246. In fine)
2) “El marido no puede desconocer al hijo, dando por causa el adulterio de la mujer, o
su impotencia anterior al matrimonio. Pero si a más del adulterio de la mujer, el parto
le fuese ocultado [que no siempre es ignorancia: Demolombe, V, 49], el marido podrá
probar todos los hechos que justifiquen el desconocimiento del hijo” (art. 252).
La prueba puede resultar de la distancia que existía entre las residencias de los cónyuges
durante la concepción y las desinteligencias que, en la época, reinaban entre ellos.
11. QUIENES PUEDEN RECLAMAR CONTRA LA LEGITIMIDAD Y
HASTA CUÁNDO.
Principio general: “Mientras viva el marido, nadie sino él [por ilegítima paternidad] del
hijo concebido por su mujer durante el matrimonio, deberá hacerse dentro de sesenta
días contados desde que tuvo conocimiento del parto” (art. 254)
Algo análogo (aunque reemplazando los 60 días por los dos meses) dice el art. 4042: “Se
prescribe por dos meses, la acción del marido contra la legitimidad [por ilegítima
paternidad] del hijo, concebido o dado a luz por su mujer, durante el matrimonio”.
Según el art. 258: “Los herederos del marido no podrán contradecir la legitimidad [por
ilegítima paternidad] de un hijo nacido dentro de los ciento ochenta días siguientes a la
celebración del matrimonio, cuando él no hubiera comenzado la demanda. En los demás
casos [art. 246, inc. 29; 250 y 252] si el marido ha muerto [antes de los dos meses de
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conocido el parto: art 4093] sin hacer reclamación contra la legitimidad [por ilegítima
paternidad] del hijo, sus herederos y cualquier persona que tenga interés actual en ello,
tendrán dos meses para interponer la demanda. Este término correrá desde el día en que
el hijo hubiese entrado en posesión de los bienes del marido. No hay lugar a demanda
cuando el padre hubiese reconocido al hijo en su testamento, o en otra forma pública”
Regla que armoniza con la del art. 4043: “Se prescribe igualmente por dos meses, la
acción de los herederos del marido para reclamar contra la legitimidad del hijo [por
ilegítima paternidad], cuando el marido hubiese muerto sin hacerlo en el tiempo que
dispone el artículo anterior” [durante el matrimonio].
12. CONTESTACIÓN A LA LEGITIMIDAD.
Según el art. 256 sólo el marido, o sus herederos si él hubiere iniciado demanda o hubiera
fallecido antes de los setenta días de producido el parto, puede desconocer la legitimidad
– por ilegítima paternidad, pues la nota respectiva se refiere a la ley 2, del título 9, de la
4ta partida que alude al adulterio- del hijo nacido durante el matrimonio. Fuera de ese
caso los terceros interesados- presuntos herederos, por ejemplo- pueden impugnarla por
causas especiales. Lo dice el artículo 257: “Pero la legitimidad del hijo puede ser
contestada por no haber habido matrimonio entre su padre y madre, o por ser nulo, o
por haberse anulado el matrimonio [salvo cuando pudiera ser putativo], o por no ser
concebido el hijo durante el matrimonio” [excepto la aplicación in terminis del art. 253].
El art. 256 tiene por fuente el art. 182 del código de Chile, mientras que el art.257 del
código civil ha tomado por modelo a Freitas (art. 1480 de Esboco) diversidad de origen
que explica su poca armonía.
En esta acción no cabe prescripción posible, ni renuncias y aquella puede ser deducida
aun por el Ministerio Fiscal.
13. FILIACIÓN PARENTESCO Y FAMILIA.
De manera directa o indirecta. la filiación consanguínea establece la mayoría de los
vínculos de parentesco entre las personas y, a la vez, tiene mucha importancia en la
determinación del concepto de familia.
Definimos la filiación como la relación que se produce de los hijos hacia sus padres y
que, en el sentido inverso, podemos denominar paternidad o maternidad. La diferencia es
importante por la diferente función biológica que tienen varón y mujer en la generación
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de una nueva vida, lo que conduce a la paternidad y maternidad tengan, como regla
general, normatividades diversas en lo que a certificación y origen se refiere. La filiación
puede ser consanguínea, que también llamamos genética, pero existen otras modalidades
de aparición de la relación paterno filial que trataremos luego. Para zanjar distinciones
conceptuales, es necesario diferenciar el concepto de filiación de los de parentesco y
familia.
El parentesco es la vinculación de las personas entre si debido a dos factores: el hecho de
tener un antepasado en común (parentesco consanguíneo) o de contraer un vínculo
jurídico que determina la relación por mandato de la ley (son los casos de los parientes
por afinidad y de la adopción).
Finalmente, el concepto de familia, tan esquivo en el derecho que, podemos afirmar, no
existe uno con siquiera una moderada preferencia por los especialistas. Si es cierto que
existe un núcleo familiar mínimo y generalmente aceptado que es de padre, la madre, sus
descendientes y ascendientes en línea recta. Este puede ser tomado como el concepto
esencial de la familia, que depende de las relaciones sociales y no de vínculos creados
por decisiones de las personas con validez jurídica. Es claro que la concepción anterior
de la familia puede muy bien ser aplicada tanto a la pareja que se forma por matrimonio
civil, como la que se origina de una unión de hecho (y tal vez de una unión accidental
entre el padre y la madre de una descendencia determinada)
De otro lado, en el caso de una pareja que contrae matrimonio civil, y debido a que o la
legislación establece como regla general la validez jurídica civil de las relaciones de los
parientes dentro del cuarto grado de consanguineidad y segundo de afinidad,
generalmente se toma estos grados de parentesco como los límites de la familia
jurídicamente entendida. Nosotros consideramos que el concepto de familia formalizada
pór matrimonio llega hasta aquí matrimonio civil también tienen la calidad de vínculos
para constituirlos). Al analizar la influencia de los métodos de reproducción asistida,
podemos ver que no solo afectan la afiliación, sino también al parentesco de la familia.
En el ámbito jurídico, el punto de partida de la filiación, del parentesco y de la familia es
la determinación normativa de las variables que los conforman. Es decir, que el elemento
determinante de cualquiera de aquellos institutos sea la consanguinidad u otro elemento,
no corresponde a la naturaleza de las cosas en el sentido biológico o genérico, sino de la
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determinación de la ley (aunque al final resulte que la ley se adecue, hasta donde le es
posible, a la naturaleza de las cosas, lo que en esta materia es muy frecuente).
14. LOS PRINCIPIOS EN MATERIA DE FILIACIÓN
Si analizamos las normas que tienen que ver con la filiación en nuestro Derecho, se
encuentra diferentes modalidades como: La presunción pater is, La Filiación
Extramatrimonial, la maternidad y la adopción.
15. LA PATERNIDAD PATER IS
La presunción pater is, contenida en el artículo 361 del código Civil dice: “El hijo nacido
durante el matrimonio o dentro de los trecientos días siguiente a su disolución tiene por
padre al marido”
La presunción pater is no constituye una norma fundada en la consanguinidad sino en un
vínculo de carácter jurídico formal: el marido padre del hijo de su mujer dentro los límites
temporales establecidos. Esta norma puede tener varias consecuencias:

PRIMERA, que el padre biológico sea efectivamente el marido y entonces la
norma se adecua a la naturaleza de las cosas.

SEGUNDO, que el marido no sea el padre biológico, pero se convierta en padre
legal al no ejercitar la acción contestataria de paternidad dentro de los cortos
plazos de caducidad establecidos. El artículo 396 del Código civil dice: “El hijo
de mujer casada no puede ser reconocido sino después de que el marido lo hubiese
negado y obtenido sentencia favorable” y al artículo 404 de mismo código dice:
“Si la madre estaba casada en época de concepción, solo puede admitirse la acción
(de declaración judicial de filiación extramatrimonial) en casa que el marido
hubiera contestado con su paternidad y obtenido la sentencia favorable de manera
que si el marido no contesta la paternidad, o no vence en la acción, será el padre
legal del niño. En este caso, la norma crea un vínculo de parentesco puramente
civil, no acomodado a la naturaleza de las cosas desde el punto de vista genético

TERCERA, que el marido no sea el padre biológico y conteste exitosamente la
paternidad, con lo que el niño no será tenido por hijo suyo. En tal caso, el padre
biológico podrá reconocerlo y, eventualmente, será exigir la declaración judicial
de paternidad extramatrimonial. Nuevamente, en este caso las normas se
acomodan a la naturaleza de las cosas desde el punto de vista genético.
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Como podemos apreciar, la presunción pater is en su regulación integral, recurre
indistintamente a las variables de vinculo consanguíneo o de vínculo civil para determinar
la filiación.
Ahora bien, más allá de lo fenoménico en la normatividad de esta presunción: ¿Cuál es
su fundamento, su ratio iuris?
Dice Héctor Cornejo Chávez en torno al tema:
(..) una antigua presunción, según la cual pateris est quem nuptiae demonstrant, o, dicho
en otros términos, el hijo tenido por mujer casada se reputa hijo de su marido Esta
presunción reposa en un doble fundamento de una parte, en la cohabitación o relación
sexual que el matrimonio implica, de manera que, aun sin otro indicio, se puede suponer
que entre los cónyuges se ha producido y se produce el contacto carnal; y de otro lado, en
la fidelidad que se supone que la mujer guarda a su marido ,tanto por consideraciones de
orden ético y de organización social, como por cumplimiento de un deber que la ley le
impone ,el fundamento de la existencia de la presunción no es otro que suponer que el
padre biológico es el marido. Sólo a ello (y a una particular concepción cultural) apuntan
las suposiciones de que la relación sexual entre marido y mujer existe y que la mujer
guarda fidelidad al marido.
Esta ratio iuris queda confirmada cuando vemos las razones por las cuales el marido
puede negar al hijo de su cónyuge Código Civil, artículo 363.- El marido que no se crea
padre del hijo de su mujer puede negarlo:
1. Cuando el hijo nace antes de cumplidos los ciento ochenta días siguientes al de la
celebración del matrimonio.
2. Cuando sea manifiestamente imposible, dadas las circunstancias, que haya
cohabitado con su mujer en los primeros ciento veintiún días de los trescientos
anteriores al del nacimiento del hijo.
3. Cuando está judicialmente separado durante el mismo período indicado en el
inciso 2; salvo que hubiera cohabitado con su mujer en ese período.
4. Cuando adolezca de impotencia absoluta.
Y añade el artículo 366 del mismo Código Civil:
Artículo 366.- El marido no puede contestar la paternidad del hijo que alumbró su mujer
en los casos del artículo 363, incisos 1 y 3:
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1. Si antes del matrimonio o de la reconciliación, respectivamente, ha tenido
conocimiento del embarazo.
2. Si ha admitido expresa o tácitamente que el hijo es suyo.
3. Si el hijo ha muerto, a menos que subsista interés legítimo en esclarecer la relación
paterno-filial.
Los incisos 2, 3 y 4 del artículo 363 son totalmente coherentes con el fundamento de las
relaciones sexuales presumidas entre marido y mujer. Sólo podría llevar a duda la causal
de negación del inciso 1 del artículo 363 combinada con el inciso 1 del artículo 366. Al
respecto decimos:
Así, como el débito sexual sólo se impone a los cónyuges, mas no a los prometidos, se
presume que antes del matrimonio el varón y la mujer no tenían trato sexual. Por tanto,
no hay, a priori, razón para atribuir al marido el hijo nacido antes de ciento ochenta días
del matrimonio; pero la mujer puede destruir esa presunción de no-cohabitación probando
que hubo trato sexual.
Esta prueba casi siempre es indirecta: se contrae al hecho de que el varón se casó sabiendo
la preñez de la mujer, o admitió expresa o tácitamente al hijo como suyo, o, simplemente,
dejó pasar el término legal sin accionar.
Como puede apreciarse, aún el inciso 1 del artículo 363 se fundamenta en la falta de
suposición de relaciones sexuales entre quienes ahora son marido y mujer En otras
palabras, también este inciso es coherente con el principio de que el padre es el que tuvo
relaciones sexuales con la madre, es decir, el padre biológico.
Esta no es solamente una posición propia del Derecho peruano. Soto dice a propósito de
América Latina:
Así, la mayoría de los códigos latinoamericanos disponen que «contra esta presunción no
se admite otra prueba que la de haber sido físicamente imposible al marido tener acceso
carnal con su mujer en los primeros 120 días, de los 300 que han precedido al nacimiento»
(art. 325, Código Civil mexicano); «que estaba físicamente imposibilitado para cohabitar
con la mujer» (art.340, Código brasileño); «que estuvo en absoluta imposibilidad de tener
acceso a la mujer (art.240, Código del Ecuador). El Código guatemalteco, en su art. 200,
incluye por su parte, otros elementos de comprensión, pues dice que «contra la presunción
del artículo anterior no se ad-mite otra prueba que la de haber sido físicamente imposible
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al marido tener acceso con su cónyuge en los primeros 120 días de los 300 que
precedieron al nacimiento, por ausencia, enfermedad, impotencia o cualquiera otra
circunstancia. Sin embargo, la prueba negativa sigue estando a cargo del marido y no
incluye la esterilidad, pues todos los ejemplos hasta ahora citados, sólo hablan de
imposibilidad para tener acceso carnal. Por tanto, podemos concluir que el fundamento
de la presunción pater is y de sus excepciones, está en las suposiciones de que marido y
mujer sostienen relaciones sexuales y que la mujer es fiel al varón, por lo que el hijo no
puede ser de otro hombre. Los efectos de la presunción pater is pueden ser tanto de apoyar
la filiación en el vínculo consanguíneo, como de apoyarla en un vínculo civilmente
establecido, aunque no consanguíneo.
Un aspecto de la presunción pater is no mencionado en las citas que hemos utilizado pero
que a nuestro juicio es importante para este trabajo, consiste en que al dar la prioridad al
marido en el reconocimiento del hijo de su mujer (e inclusive en ciertos casos impidiendo
que el marido pueda negarlo), facilita al niño crecer dentro del hogar de su madre (aunque
el marido no sea su padre biológico). La presunción pater is, desde este punto de vista,
favorece que el niño desarrolle su vida en familia.
16. LA DECLARACIÓN JUDICIAL DE PATERNIDAD
La declaración judicial de paternidad ocurre en aquellos casos en que el hijo, o quien lo
representa, interpone la acción respectiva. Se abre un proceso en el que debe probarse la
relación paterno-filial alegada. Las normas del Código Civil peruano aplicable a nuestro
estudio son:
Artículo 402.- La paternidad extramatrimonial puede ser judicialmente declarada:
1. Cuando exista escrito indubitado del padre que la admita.
2. Cuando el hijo se halle, o se hubiese hallado hasta un año antes de la demanda, en
la posesión constante del estado de hijo extramatrimonial, comprobado por actos
directos del padre o de su familia.
3. Cuando el presunto padre hubiera vivido en concubinato con la madre en la época
de la concepción. Para este efecto se considera que hay concubinato cuando un
varón y una mujer, sin estar casados entre sí, hacen vida de tales.
4. En los casos de violación, rapto o retención violenta de la mujer, cuando la época
del delito coincida con la de la concepción.
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5. En caso de seducción cumplida con promesa de matrimonio en época
contemporánea con la concepción, siempre que la promesa conste de manera
indubitable.
Artículo 403.- La acción, en el caso del artículo 402, inciso 3, es improcedente si durante
la época de la concepción la madre llevó una vida notoriamente desarreglada o tuvo trato
carnal con persona distinta del presunto padre o si en la misma época fue manifiestamente
imposible al demandado tener acceso carnal con la madre.
En los dos primeros incisos del artículo 402 estamos ante manifestaciones de voluntad
expresa en el primero y tácita en el segundo, de reconocimiento de la paternidad, aunque
sin cumplir los requisitos formales del artículo 390 del Código Civil que dice:
El reconocimiento se hace constar en el registro de nacimientos, en escritura pública o
en testamento y que, junto a la sentencia declaratoria de la paternidad, son los dos únicos
medios de prueba de filiación extramatrimonial considerados por el artículo 387 del
mismo Código. Aquí se supone que es el padre biológico quien ha aceptado su condición
de tal sin los formalismos requeridos por el Derecho para dar plena validez por sí misma
a su expresión de voluntad.
Sin embargo, hay que notar que puede bien ocurrir que quien reconoce bajo estas
modalidades, sea alguien que no es en verdad el padre biológico. En síntesis, estos dos
incisos se acomodan por razonabilidad al principio de reconocer la paternidad al padre
biológico, presumiendo que es él quien toma de hecho la actitud de padre sin formalizar
el reconocimiento, pero también puede ocurrir que se asigne la paternidad a quien por la
sola voluntad decidió reconocer extrajurídicamente o dar la condición de hijo, sin ser el
padre biológico. La regla general es el acomodamiento del Derecho a la verdad biológica,
pero la paternidad viene por una decisión voluntaria de la persona.
El inciso tercero está expresamente dirigido a considerar que el concubino de la madre es
el padre del niño, en la medida en que ambos se han llevado, en los hechos o, vida de
casados, suponiendo dentro de esta relación la de naturaleza sexual. Sin embargo, como
en este caso hay matrimonio, tampoco hay fundamento la fidelidad dentro de la pareja y,
por consiguiente puede presumirse que el único varón con el padre ha tenido relaciones
sexuales es con el concubino. En este caso, la presunción de paternidad del concubino
por lo tanto, no tiene la misma contundencia formal que la presunción pater is dentro del
matrimonio. De ahí que aparezca el artículo 403 indicando que la acción de declaración
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judicial de filiación extramatrimonial sea improcedente si la madre, en la época de la
concepción tuvo «vida notoriamente desarreglada (que hace presumir la posibilidad de
relaciones sexuales con otro varón), o tuvo probadamente estas relaciones. Finalmente, el
artículo 403 establece que el concubinato no hará presumir la paternidad cuando en la
época de la concepción fue manifiestamente imposible al demandado tener acceso carnal
con la madre.
17. LA FILIACIÓN Y LOS ALIMENTOS
Una consecuencia importante de la filiación es la necesidad de prestar alimentos por la
misma situación natural de que el ser humano en sus primeros tiempos es incapaz de
sobrevivir sin el apoyo paterno.
El deber instintivo de perpetuar la especie no queda cumplido con el mero hecho de la
procreación biológica, pues es un lugar común la comprobación de que los hijos no están
desde que nacen en situación de valerse por sí mismos esto es, de garantizar su propia
supervivencia. No es, pues, la ley, sino la naturaleza misma quien impone a los padres
una obligación que sólo se diferencia de la tarea que cumplen los animales inferiores en
el mayor refinamiento que exige el juego de la inteligencia por encima de la fuerza ciega
del instinto. Tal obligación es la de proveer a la subsistencia y desarrollo de la prole 28)
Resulta interesante constatar que Cornejo hace de los alimentos una prestación natural,
que corresponde a la paternidad y maternidad, como modos de perpetuar la especie.
Consignamos esta afirmación como un principio del Derecho tradicional porque será de
mucha trascendencia cuando entremos a considerar el tipo de relaciones que puede tener
un padre genético con el hijo que ha sido asumido por otro varón en calidad de padre o
que no ha sido tomado por hijo por ningún varón.
18. FILIACION MATRIMONIAL
La relación entre la filiación y matrimonio ha sido entendida, al menos en estos últimos
años, como una autoimplicacion dentro del plano jurídico. Dentro del matrimonio se tiene
como una de sus finalidades la procreación, es decir; en el matrimonio un hombre y una
mujer se unen para toda la vida con el fin de crear una nueva vida dentro del concepto de
la legislación nos indica que el cauce jurídico y éticamente para traer hijos al mundo es
la comunidad estable y comprometida al que lo denominamos con el nombre de
matrimonio. Con la filiación el matrimonio se completa y este llega a ser propiamente
una familia la cual constituye la célula básica que se estructura en la sociedad. La
16
procreación podría ocurrir fuera del matrimonio, pero esta constatación no puede llevar a
negar la relación jurídica institucional que llegase a existir entre el matrimonio, la
filiación y la familia.
19. FILIACION EXTRAMATRIMONIAL
También es conocida como filiación ilegitima, esta deriva de la unión no matrimonial. Se
da en los casos donde no hay imposibilidad de matrimonio entre los padres como en
aquellos en los que media algún impedimento, ya sea por matrimonio subsistente de
alguno de ellos, exista alguna relación de parentesco, etc. Los hijos de la mujer soltera
generan la filiación extramatrimonial o ilegitima proveniente de una relación fuera del
matrimonio.
Dentro de su clasificación tenemos:
a. Filiación Natural, deriva de la unión en la que no existe impedimentos para que
los progenitores pudieran contraer matrimonio.
b. Imposibilitados de casarse, se divide en la adulterio, de forma incestuosa y
sacrílega, ya sea por incapacidad de contraer matrimonio.

El Reconocimiento De Los Hijos Extramatrimoniales
Es un acto jurídico que contiene una declaración formal de paternidad o de maternidad ,
realizada por el padre o la madre, con referencia al hijo, habido fuera del matrimonio, tal
acto jurídico sea: unilateral, declarativo, autentico, solemne , irrevocable,. Puede ser
reconocido por ambos padres o solamente por uno de ellos. (Morant, 2016)
20. JURISDICCION INTERNACIONAL EN LITIGIOS SOBRE FILIACION
Supóngase una persona a quien se controvirtiese su filiación legítima en un litigio ante
jueces argentinos. Sus padres casados en el extranjero mucho tiempo atrás habían
contraído un matrimonio formal y sustancialmente valido según el derecho vigente en el
lugar de su celebración. Empero, a la luz del derecho matrimonial argentino, la unión de
sus padres podría resultar extramatrimonial. ¿Cabría juzgar la controvertida filiación
legitima según el derecho civil de los jueces argentinos? Negar que los padres eran marido
y mujer vinculados legítimamente en matrimonio no sería otra cosa que a travesty of
justice (cfr. Cheshire-North, Private international law, 9: ed., p. 4). Conduciría a un
resultado aberrante desde el punto de vista de la justicia.
17
He aquí una insoslayable razón para admitir la extraterritorialidad del derecho extranjero:
la realización de la justicia en la causa. Si se aplicase la ley argentina a la cuestión
planteada, la filiación del extranjero se convertiría automáticamente en ilegitima al
ingresar en la República, cualquiera que hubiese sido la legitimidad de su filiación en el
derecho del país en que sus padres contrajeron matrimonio. Ello demuestra también la
imposibilidad axiológica de admitir inflexiblemente la aplicación sistemática de la lex
fori.
Los jueces argentinos deberían aplicar la ley del lugar de celebración del matrimonio de
los padres de la persona cuya filiación legítima se controvierte (Tratado de Derecho Civil
Internacional de Montevideo de 1889, art. 16; de 1940, art. 20. aplicables también para
integrar la laguna del Código Civil).
Desde luego, los jueces del lugar de celebración del matrimonio tendrían jurisdicción
internacional para entender en una controversia sobre filiación. Aunque también los
jueces del domicilio del demandado cuya filiación se discute. Este juez, debe aplicar el
derecho propio de la filiación, no su lex fori.
Las cuestiones sobre legitimidad de la filiación ajenas a la validez del matrimonio pueden
plantearse ante los jueces del domicilio conyugal en el momento del nacimiento del hijo
(arts, 21 y 56 del Tratado de Derecho Civil Internacional de 1940) o ante los jueces del
domicilio del demandado (art 56, trat. Montevideo 1940).
Las calificaciones de las cuestiones ajenas a la validez o nulidad del matrimonio
¿dependen del derecho del juez o del derecho aplicable a las referidas cuestiones? Será
necesario conferir a los jueces que califiquen según su lex fori, pues de lo contrario sería
imposible discernir la norma de conflicto aplicable.
La acción de impugnación de la paternidad legítima entablada por el padre debe dirigirse
contra el hijo ante los jueces del lugar de la celebración del matrimonio (arts. 20 y 56,
Tratado Montevideo 1940) o del domicilio del hijo. Pero en realidad es el derecho
aplicable a la filiación legítima el que debe decidir contra quién se ha de entablar la
acción, pues se trata de la legitimación sustancial pasiva.
Si el hijo tiene acción para impugnar la paternidad legítima depende de la ley aplicable a
la filiación legítima (ley del lugar de celebración del matrimonio). En Suiza parece que
no la tiene (cfr. C. Campoamor, Un hijo no puede atacar su propia legitimidad, "J. A.",
18
1948-III, sec, jurisp. extr., p. 7). Contra quiénes debe dirigirse la acción, si se admite,
depende de la lex causae (lugar de celebración del matrimonio), y no la lex fori (lugar del
juicio).
Conviene plantear, pues, las acciones ante el forum causae (lugar de celebración del
matrimonio).
Como las cuestiones atinentes a la filiación ilegítima se rigen por la ley del país donde se
harán efectivos los derechos y obligaciones derivados de aquélla, allí habrá jurisdicción
internacional (art. 18, Trat. de Montevideo 1889, y art. 22, Trat. de 1940, y 56 de ambos).
También podrá entablarse ante los jueces del domicilio del demandado (art. 56).
La legitimación sustancial activa y pasiva se rige por la ley que rige la filiación ilegítima.
¿Cuál es el país en donde se harán efectivos las obligaciones y derechos emergentes de la
filiación ilegítima? Parece que es en el país en donde se domicilian el padre o la madre,
los herederos de éstos o sus representantes legales si aquéllos fuesen menores. Es difícil
admitir que también es lugar efectivo el domicilio de las personas que pudieran tener
interés en oponerse a la filiación y de quienes pudiera partir una acción de
desconocimiento.
21. ASPECTOS SOBRE FILIACION EN EL DERECHO INTERNACIONAL
PRIVADO ARGENTINO Y COMPARADO
Hay una cuestión decisiva que ha de ser resuelta por derecho material interno o por
derecho material comparado o por internacional del derecho material interno, previa a la
solución del conflicto móvil de filiación. Es ésta: la determinación exacta de la
constitución de la situación jurídica familiar de filiación. De ella podrá desprenderse el
momento en que el vínculo jurídico de filiación nace (constitución del título) a la vida
jurídica.
Aquel vinculo jurídico no ha de identificarse con el nexo biológico, como adjudicación
de potencia vital originada en el acto procreacional. El vínculo biológico sólo se eleva a
la categoría de vinculo jurídico por una valoración fundante de consecuencias jurídicas
en normas de derecho material. Es la valoración de este derecho material la que habrá de
calificar de legítimo aquel vinculo (acto procreacional obrado en unión conyugal),
legitimable o ilegítimo.
19
El D. I. Pr. interno argentino carece de normas indirectas sobre filiación legitima y
filiación ilegítima. En cambio, contiene normas sobre legitimación.
Aquellas lagunas han de ser colmadas analógicamente legis) por
Aquellas lagunas han de ser colmadas analógicamente (legis) por las normas de los arts.
20, 21 y 22 del Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889-1940.
Según esta integración, la filiación legitima se rige por el derecho del Jugar de celebración
del matrimonio (art. 20, la norma sobre filiación legítima). Este punto de conexión no
puede provocar conflictos móviles.
La ley de la nacionalidad del hijo al momento de nacer rige su filiación legítima (art. 17,
disposiciones preliminares Balladore Pallieri) en el derecho internacional privado
italiano. En el D. I. Pr. argentino la filiación legítima se gobierna por la ley de celebración
del matrimonio (aplicación analógica Tratado de Montevideo). Los jueces argentinos, si
el matrimonio se hubiese celebrado en Italia, deberían de aplicar el derecho de la
nacionalidad del hijo al tiempo de su nacimiento mediante el reenvío. He aquí la única
vía posible de armonización binacional de soluciones, pues los jueces italianos no
admitirían aplicar el D. I. Pr. argentino (reenvío). Si el matrimonio se celebró fuera de
Italia es imposible acudir al D. I. Pr. Italiano de filiación. El conflicto de derecho privado
italiano y argentino subsistirá entonces.
Los modos de legitimación se rigen por el derecho del domicilio del padre, "en el día del
nacimiento de los hijos " (arts. 312, 313 y 89 del C. C. arg.).
Caso: una española concibe un hijo de un español en España. Es abandonada luego por
éste, que constituye su domicilio en la Argentina y obtiene la doble nacionalidad. Ahora
nace el hijo. Este sólo puede ser legitimado por subsiguiente matrimonio (art. 312), y no
por rescriptum principis, admitido en derecho español. Esta concesión real del art. 120,
inc. 2 del C. C. español, suspendida con el advenimiento de la segunda República, fue
reanudada por disposición del decreto del 19 de junio de 1943, haciéndose la concesión
en nombre del jefe del Estado.
Caso: una española concibe de un tercero luego de cumplirse los plazos establecidos para
la declaración de fallecimiento de su cónyuge ausente por el derecho español aplicable
(arts. 193 y 194, C. C. esp.)
20
Supuesto "A": el hijo nace en el momento en que el padre tiene en España su domicilio.
El derecho español es decisivo en cuanto al modo de legitimación (art. 313, C.C arg.) el
código civil español admite la legitimación por el subsiguiente matrimonio de los padres
(art. 120, inc. 1).
Ahora bien, la reglamentación del modo de legitimación por subsiguiente matrimonio se
rige en el D. I. Pr. Argentino por el derecho del domicilio del padre al tiempo de la
celebración (arts. 314 y 315, C. C. arg.)
Si, mediando matrimonio canónico, hubiese sido adquirida la certeza moral del
fallecimiento del ausente con arreglo a la instrucción del Santo oficio del 13 de mayo de
1868 y, habiéndose concedido la permissio transito ad alias nuptias, por el ordinario o la
santa sede (canon 1053, C. Canónico), la cónyuge decidiese casarse con el padre de su
hijo concebido antes de otorgársele la permissio en España, esta celebración del
subsiguiente matrimonio en España haría aplicable a la reglamentación del modo de
legitimación derecho español. Aquel hijo no será legitimable.
Supuesto "B": Si la celebración del matrimonio tiene lugar en la República, aquel hijo,
concebido antes de la permissio o antes de la sentencia canónica de certeza moral del
fallecimiento del cónyuge ausente, queda legitimado. El derecho civil argentino
reglamenta el modo conforme al art. 311, 2 parte, introducido por la reforma del Código
Civil (ley 17.711, sanc. y prom. el 22 de abril de 1968; "В.О." del 26 de abril de 1968,
con fe de erratas en "В.О." del 30 de abril de 1968).
La ley de la nacionalidad del hijo natural, al tiempo de su legitimación, rige su
legitimación en el derecho internacional privado italiano (art. 17, disp. prel.; Balladore
Pallieri, modificando su anterior aplicación del art. 20 en su última edición, p. 220).
También otros autores califican la legitimación como cuestión de relación familiar y no
como relación entre padres e hijos regida por el art. 20 de las disposiciones conducentes
a la aplicabilidad de la lex patriae del padre o en su defecto, de la madre. La ley del
domicilio del padre en el día del nacimiento de los hijos rige los modos de legitimación
en el derecho internacional privado argentino (arts. 312 313 y 89, C. C.). En cuanto a la
legitimación por subsiguiente matrimonio, se rige por la ley domiciliar del padre (tengan
o hubiesen tenido su domicilio en la Argentina) al tiempo de la celebración del
matrimonio (arts. 314 y 315, C. C.).
21
Si un binacional domiciliado en la Argentina legitima un hijo por subsiguiente
matrimonio, debe ajustarse tanto para los jueces italianos como para los argentinos a la
ley civil argentina, al momento de celebrar el matrimonio. Si un binacional domiciliado
en Italia legitima un hijo por subsiguiente matrimonio, debe aplicarse a la legitimación el
derecho italiano por los jueces italianos y argentinos. He aquí los efectos prácticos de la
binacionalidad convencional: la unificación del derecho aplicable mediante las
conexiones de nacionalidad y domicilio acumuladas.
La situación jurídica de filiación legítima se constituye en el momento de la celebración
del acto matrimonial.
El derecho del domicilio del padre deberá aplicarse precisando el domicilio en aquel
momento decisivo.
El vínculo biológico de la filiación fuera del matrimonio (extramatrimonial) se eleva al
ámbito jurídico por una valoración atribuida de consecuencias jurídicas materiales
distintos de las atribuidas al vínculo de la filiación matrimonial
Algún derecho material puede intentar soslayar aquella distinción o puede negarla
directamente. Esto para nada afecta la diferencia de valoración, que se mantiene
incólume, aunque la diferencia de la valoración, que se mantiene incólume, aunque
desconocida normologicamente (laguna de justicia). Este distingo provoca las
calificaciones jurídicas de filiación legitima matrimonial e ilegítima extramatrimonial.
La valoración del vínculo de la realidad biológica no debe circunscribirse al ligamen en
sí. No puede valorarse en justicia sin referirlo a la circunstancia decisiva de su aparición
dentro o fuera del ámbito de la vida matrimonial. Los participes en el acto procreacional
no son valorados en el nivel genérico de seres humanos. Son valorados como personas
humanas jurídicamente situadas. Sólo así puede justificarse impedir la pretensión de
reconocimiento de filiación extramatrimonial cuyo objeto sea "atribuir el hijo a una mujer
casada" (ley 14.367, art. 3; art. 326, C. C. arg.).
Así, resulta decisivo establecer el momento en que se obra la elevación de la filiación
biológica a la jurídica. Este momento ha de fijarse por una valoración de justicia del autor
de una norma material de derecho civil o de D. I Pr.
22
De ella hay que desprender si la filiación jurídica extramatrimonial nace (jurídicamente)
en el momento de la concepción, del nacimiento, del reconocimiento voluntario o desde
la sentencia judicial de filiación.
Esto es, si el reconocimiento voluntario o judicial tiene carácter material declarativo o
constitutivo. Planteada así la cuestión, veamos la norma de derecho internacional privado
Trat. de Der. Civ. Int, de Montevideo de 1940.
La filiación ilegítima se rige por el derecho del Estado en que ha de hacerse efectiva. Si
se tratara de una investigación judicial de filiación, y esta solo naciera de la sentencia
(titulo), sería una aplicación del ius causae.
Si la sentencia fuese meramente declarativa, y sus efectos debieran retrotraerse al
momento de la concepción o del nacimiento, sería una aplicación del ius fori, si aquellos
hechos hubiesen acaecido en el extranjero.
Pero por aplicación de esta norma, cuyo punto de conexión es permanente, y no variable
(lugar del Estado en que ha de hacerse efectiva), no se planteara ningún conflicto móvil
en el espacio (variación de supuesto de hecho).
Otro sería el problema si la norma aplicable contuviese un punto de contacto variable
(v.gr., el derecho del domicilio del padre, de la madre o del hijo). Aquí habría
probabilidad de conflicto móvil por cambios de domicilio.
Tampoco podría temerse un conflicto móvil si el punto de conexión captase un hecho
instantáneo (v.gr., derecho lugar de concepción o de nacimiento)
En el supuesto de aplicabilidad del derecho domiciliar de algún sujeto de la relación
jurídica cabría fijar su tiempo crítico.
Ahora bien, puede imaginarse un caso juzgado ante un foro nacional que debiendo
resolverse por el derecho del domicilio paterno, éste hubiese cambiado de un sistema
jurídico en que el concebido no es persona (normológicamente) a otro en cual éste
tampoco fuese calificado jurídicamente de persona. Cuando el domicilio paterno radicaba
en "A" hubo concepción. Cuando se hallaba trasladado al sistema "B" ocurrió el
nacimiento. ¿Sería justo que el juez considerase decisivo el momento de la concepción si
ambos derechos domiciliares ni siquiera tienen al concebido como persona sujeta de
relaciones jurídicas? Debe responderse negativamente.
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En cambio, si el traslado se produce entre dos sistemas jurídicos contradictorios en aquel
punto, parece correcto afirmar que el juez puede recurrir a la calificación de derecho
material que más favorezca al hijo (concebido o nacido).
El supuesto anterior se plantearía entre el sistema español nacimiento viable: art. 30, C.
C. esp.) y el argentino (concepción: art. 70, C. C. arg.).
La solución ha de buscarse ahí examinando si la determinación temporal en la concepción
favorece al hijo
La filiación natural puede calificarse como relación de familia en el derecho italiano
(Mónaco, p.219, y jurisp.).
La ley nacional de cualquiera de los presuntos padres rige la filiación natural en el derecho
internacional privado italiano (art. 205, derecho privado, disp.. prel.) al tiempo del
nacimiento del hijo.
1. La ley del lugar de efectividad de la filiación natural rige esta en el derecho
internacional privado argentino (aplicación analógica Tratado de Montevideo).
(Boggiano, 1978)
24
CONCLUSION
Para concluir la filiación es un derecho que nace con la procreación, es una relación
jurídica de padres entre hijos de la que se derivan derechos y obligaciones, está siempre
lleva una relación bilateral. Se podría considerar como un principio constitucional
explicito, el mismo interés superior del hijo presente en el ámbito constitucional no se
puede entender solo desde un punto de vista puramente asistencial en las necesidades
materiales. La filiación viene relacionado con los derechos fundamentales del hijo, el hijo
puede pedir que se declare su filiación y esta acción es imprescriptible y se intentara
conjuntamente contra el padre y la madre o contra sus herederos.
Para la presunción del pater is el hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los
trecientos días siguiente a su disolución tiene por padre al marido según nuestro código.
Dentro de la filiación tenemos la filiación matrimonial y la filiación extramatrimonial o
ilegitima, dentro de esta podemos decir que dentro de la filiación matrimonial, un hombre
y una mujer se unen para toda la vida con el fin de crear una nueva vida dentro del ámbito
legal nos indica que el procedimiento jurídico y éticamente para traer hijos al mundo es
la comunidad estable y comprometida al que lo denominamos con el nombre de
matrimonio. Con la filiación el matrimonio se completa y este llega a ser propiamente
una familia la cual constituye la célula básica que se estructura en la sociedad.
Y al tocar el tema de la filiación extrapatrimonial es el vínculo entre padres e hijos cuando
los padres no están debidamente unidos en matrimonio que viene a ser os hijos de la mujer
soltera, también se define cuando estos no podrían contraer matrimonio.
Dentro de nuestro código la atribución de filiación es el vínculo de sangre que liga al
progenitor con el hijo que es reconocido y normado por el derecho en caso de que los
padres que constan en la ley civil no lo fueran se deberá acreditar la filiación existente
entre estos.
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Bibliografía
(Arias, 1943)
(Correa, 1996)
Bibliografía
Arias, J. (1943). DERECHO DE FAMILIA. Buenos Aires: GUILLERMO KRAFT LTD.
Boggiano, A. (1978). derecho internacional privado. Buenos aires: Depalma.
Correa, M. R. (1996). Las Reglas Del Amor en Probetas de Laboratorio. Lima: PUCP.
Morant, V. B. (2016). La atribución y determinación de la filiación. Barcelona: Universitat de
Barcelona.
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