Qué son los terremotos Un terremoto, también llamado sismo, seísmo, temblor, temblor de tierra o movimiento telúrico, es un fenómeno de sacudida brusca y pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de ondas sísmicas. Los más comunes se producen por la actividad de fallas geológicas. Un terremoto es un acomodamiento de la tierra que es percibido con sacudidas y temblores. Su origen se debe principalmente al choque de placas tectónicas, aunque también pueden ser ocasionado por otros fenómenos como el desbaratamiento de cuevas subterráneas, desprendimientos en las laderas de las montañas, etc. Un terremoto o movimiento sísmico es un temblor de la tierra producido por el choque de placas tectónicas de la corteza terrestre. Para incidir en los tipos de terremoto que asolan el mundo y devastan multitud de regiones y ciudades, vamos a profundizar en la definición de este fenómeno. Los temblores sísmicos tienen su origen en la gran cantidad de energía resultante de los desplazamientos en el interior de la Tierra, a consecuencia de las actividades volcánicas y tectónicas. Aunque existen otras causas o factores que pueden originar terremotos, estas dos actividades son las que determinan que se genere una inestabilidad al borde de las placas terrestres Causas de los terremotos Un temblor puede responder a diversas causas, naturales y de origen humano: Procesos geológicos. Las placas tectónicas de la Tierra se mueven bajo la superficie, sobre el magma, y a menudo chocan unas contra otras, generando ondas sísmicas que repercuten hacia la superficie. Esto también puede ocurrir en presencia de actividad volcánica. Instalaciones geotérmicas. La mano humana también puede ocasionar accidentalmente temblores, como ocurre con los microsismos que a menudo se producen al inyectar agua fría en yacimientos geotermales, donde el calor propio de la tierra hace hervir al líquido y produce géiseres. Fracking. Existe debate sobre la posibilidad de que los métodos de fracturación hidráulica o fracking, consistentes en la inyección de agua y materiales químicos dentro de pozos de hidrocarburos para aumentar o propiciar la extracción de la materia valiosa, puedan incrementar la inestabilidad sísmica de la zona y causar terremotos. Pruebas nucleares. Los ensayos de armas atómicas son tan destructivos que deben hacerse lejos de la vida humana y salvaje, por lo que a menudo se llevan a cabo bajo tierra. Estas explosiones son tan fuertes que pueden repercutir en las placas tectónicas y transmitir vibraciones que ocasionen pequeños sismos. Consecuencias de un terremoto: los terremotos pueden tener diversas consecuencias, tales como: Destrucción urbana. La caída de edificaciones, el derrumbe de casas y otros accidentes urbanos suelen acompañar al movimiento vibratorio de los temblores, y suelen cobrar un alto precio en vidas humanas, sobre todo si la población no está preparada y educada en materia sísmica. Deslizamientos de tierra. Las elevaciones como cerros, colinas y montañas pueden ceder a la fuerza de los sismos y generarse así aludes o avalanchas capaces de sepultar poblaciones enteras Incendios. La caída de instalaciones urbanas o industriales a menudo ocasiona desperfectos eléctricos o la liberación de químicos inflamables, lo cual suele generar incendios. Licuefacción del suelo. Las ondas sísmicas son tan fuertes que pueden forzar al material del suelo a liberar el agua contenida, perdiendo solidez y volviéndose fangoso, lo cual es letal para la estabilidad de casas y edificios. Tsunamis. Los grandes terremotos pueden transmitir sus vibraciones al agua de los océanos, generando así una agitación artificial de la misma y luego grandes olas conocidas como tsunamis. Tipos de Terremotos: podemos distinguir dos tipos principales de terremotos: Terremotos Tectónicos El movimiento de las placas tectónicas, sus choques y uniones, propician una acumulación de energía que acaba por ser liberada por un movimiento sísmico. A través de estas interacciones, se producen movimientos de la corteza terrestre y con ellos, la aparición de fallas o zonas proclives a temblores o terremotos. Este tipo de terremoto es considerado como uno de los más devastadores por su brusquedad y violencia, así como por su frecuencia e intensidad. Terremotos Volcánicos Este tipo de terremoto tiene su origen en las erupciones volcánicas o en las proximidades de un volcán. Generalmente se dan antes de que comience o se reactive la actividad de un volcán, o bien, después de las primeras erupciones volcánicas, provocado por la acumulación de energía próxima al magma o la lava. También puede ser producido por los gases y explosiones que tienen lugar en las erupciones volcánicas, aunque los terremotos que surgen de esta forma suelen tener una intensidad y magnitud mucho menor. Al margen de esta tipología cabe subrayar que se dan temblores sísmicos aproximadamente cada 30 segundos y la mayor parte de ellos, son imperceptibles por el ser humano. Esto se debe a que las 17 placas tectónicas que conforman la corteza terrestre, están en continuo movimiento y producen temblores en función de la fuerza con la que interactúen. La propagación y dispersión de los terremotos y movimientos sísmicos se efectúa por medio de ondas sísmicas que, en función de su tipo, produce unos u otros movimientos y daños: Ondas longitudinales (ondas P): son las que primero se manifiestan y las más rápidas en propagarse. El movimiento que provocan es similar a la vibración del sonido Ondas transversales (ondas S): se propagan a menor velocidad y se desplazan de forma transversal. Ondas largas (ondas L): son ondas superficiales de velocidad aún menor. Se dividen en Ondas Rayleigh y Ondas Love, ambos nombres en honor a sus descubridores. Las primeras se desplazan como un rodillo, moviendo la superficie arriba y abajo. Las segundas se mueven de forma lateral. Clasificación de terremotos Dependiendo de la profundidad del foco de liberación de energía de un terremoto (hipocentro), es que podemos clasificarlos en tres tipos; superficiales -con un foco de 70 KM de profundidad-, intermedios –con una profundidad de entre los 70 y 300 KM- y los profundos -con más de 300 KM de profundidad- El hipocentro o foco es el punto donde se libera la energía en un terremoto. Por su parte, el epicentro es el lugar de la superficie terrestre que se ubica exactamente sobre el hipocentro del terremoto. Como ya mencionamos, podemos clasificar en tres tipos los terremotos: a) Superficiales: son aquellos terremotos cuyo foco no va más allá de los 70 kilómetros de profundidad. Generalmente estos terremotos son los más destructivos, ya que tiene un impacto más directo con la superficie terrestre. Los terremotos superficiales son también los más frecuentes y generalmente el hipocentro se ubica entre los 10 y 25 kilómetros de profundidad. b) Intermedios: el foco ocurre a una profundidad entre 70 y 300 kilómetros de profundidad. c) Profundos: estos eventos sísmicos tienen su foco fuera de los límites de la litósfera, a más de 300 kilómetros de profundidad. Son casi imperceptibles debido a la lejanía con la superficie terrestre y también son menos frecuentes, disminuyendo drásticamente en frecuencia cuando el foco se encuentra bajo los 650 kilómetros. Este tipo de sismos se denominan Batisismos. ¿Qué hacer en caso de terremoto? ¿Cómo nos preparamos? Elaboremos juntos el plan familiar de emergencias. Es sencillo y puede salvar la vida de nuestra familia. Con los miembros de la familia preparemos el maletín para emergencias, con alimentos no perecederos, radio, foco, documentos personales, medicinas y protectores para cubrir la nariz. Organicemos a la familia para planear como actuar en caso de terremoto. Retiremos de los lugares altos los objetos pesados que puedan caer. Aseguremos los muebles de manera que no se caigan con un temblor. Apoyemos al Comité Municipal y Local de Emergencia. Respondamos a tiempo: Mantengamos la calma. Ubiquémonos en zonas seguras previamente identificadas y, dentro de los edificios debajo del marco de una puerta o busquemos refugio debajo de una mesa o escritorio bien fuertes. Mantengámonos alejados de ventanas, espejos y artículos de vidrio que puedan quebrarse. No nos apoyemos en paredes. Retirémonos de estufas, braseros, cafeteras, radiadores o cualquier utensilio caliente. Si nos encontramos dentro de un edificio, no utilicemos los elevadores ni las escaleras durante el sismo. Si nos encontramos dentro de un vehículo, manejemos serenamente hacia un lugar que quede lejos de puentes o vías y estacionémoslo en un sitio fuera de peligro, lejos de postes del servicio eléctrico. En lugares públicos y llenos de gente (cine, teatro, estadio, salón de clases) no gritemos, no corramos, no empujemos, salgamos serenamente. Si existe dificultad para salir, permanezcamos en el asiento, colocando los brazos sobre la cabeza y bajándola hacia las rodillas. Después: En caso de haber quedado atrapado, conservemos la calma y tratemos de comunicarnos al exterior haciendo ruido con un objeto. Busquemos heridos y personas atrapadas. No utilicemos los elevadores y seamos cautelosos con las escaleras; podrían haberse dañado con los sismos. Realicemos una cuidadosa revisión de los daños; si son graves, no haga uso del inmueble. No encendamos fósforos, velas, aparatos de flama abierta o eléctricos, hasta asegurarse de que no haya fugas de gas ni problemas en la instalación eléctrica. No consumamos alimentos y bebidas que hayan estado en contacto con vidrios rotos, escombros, polvo o algún contaminante. Encendamos el radio para mantenernos informados. Atendamos las indicaciones de la CNE que se transmiten a través de los medios de comunicación. Escala de Richter Representa la energía sísmica liberada y se basa en el registro sismográfico. Es una escala que crece en forma potencial o semilogarítmica, de manera que cada punto de aumento puede significar un aumento de energía diez o más veces mayor. MAGNITUD EFECTOS Menos de 3.5 Generalmente no se siente, pero es registrado. 3.5 - 5.4 A menudo se siente, pero sólo causa daños menores. 5.5 - 6.0 Ocasiona daños ligeros a edificios. 6.1 - 6.9 Puede ocasionar daños severos en áreas muy pobladas. 7.0 - 7.9 Terremoto mayor. Causa graves daños. 8 o mayor Gran terremoto. Destrucción total a comunidades cercanas. Maremoto Se conoce como maremoto o tsunami al efecto de la transmisión de las ondas sísmicas de un temblor al agua de los océanos, produciendo una retirada inicial y luego una ola gigantesca que puede recorrer varios kilómetros y estrellarse en la costa, dependiendo de cuánta sea la energía liberada por el terremoto inicial. Es uno de los efectos más temidos y devastadores de los temblores, y la “alerta de tsunami” suele ser posterior al fin de los grandes sismos. Se conoce como maremoto (del latín mare, mar, y motus, movimiento) o a veces también como tsunami (del japonés tsu, puerto o bahía, y nami, ola) a un fenómeno oceánico complejo en el cual se producen olas de mucha energía y gran tamaño, que desplazan cantidades de agua muy por encima de las olas ordinarias del viento y que pueden internarse cientos de metros en tierra firme, arrasando con todo a su paso. Ads by scrollerads.com No debe confundirse a los tsunamis con los movimientos oceánicos producidos por la marea, como los macareos, o con las crecidas producto de temporales, huracanes y tormentas tropicales. A diferencia de estos, los tsunamis se generan en la mayoría de los casos como consecuencia de un importante temblor o terremoto (o maremotos, propiamente, ya que ocurren en el lecho del mar), dado que la formación de una onda marina de gran magnitud requiere la transmisión de enormes cantidades de energía cinética al agua. Paradójicamente, un mínimo desnivel en el lecho marino, así sea de unos centímetros de profundidad, es suficiente para movilizar una enorme masa de agua marina que, al recuperar su equilibrio físico, transmite la energía en una onda muy energética capaz de recorrer kilómetros en poco tiempo, prácticamente invisible en alta mar, hasta alcanzar aguas menos profundas y perder velocidad debido a la fricción con el suelo, ganándola sin embargo en altura. Esto da como resultado una secuencia de olas enormes. Los maremotos son temidos por su capacidad destructiva, a medida que el agua de mar se adentra violentamente en tierra firme, y suelen ser algunas de las más grandes preocupaciones inmediatamente después de un terremoto de magnitud considerable. La zona del mundo con presencia más frecuente de maremotos es la correspondiente al océano Pacífico, en el llamado “cinturón de fuego” de enorme actividad sísmica submarina. Causas de un maremoto Los maremotos son producto, tal y como los terremotos, de los desplazamientos de las placas tectónicas por debajo de la corteza terrestre. Dichos movimientos a menudo las llevan a chocar, enfrentarse, y a cambiar su forma, generando una fricción cuya energía se transmite en forma de vibración, en este caso, a las aguas. Similarmente, los tsunamis se deben en un 90% a los maremotos, o a terremotos que ocurren muy cerca de la costa. Otros posibles causantes de un tsunami son la explosión de volcanes submarinos o el impacto en el mar de meteoritos de gran tamaño. Consecuencias de un maremoto La primordial y más temida consecuencia de los maremotos la hemos mencionado ya: los tsunamis. La capacidad destructiva de las olas gigantescas y veloces son ampliamente temidas en las poblaciones costeras del océano Pacífico, y han quedado demostradas una y otra vez en su historia de desastres naturales. Por otro lado, los maremotos propiamente pueden inducir cambios momentáneos o permanentes en la distribución de las corrientes oceánicas, o incluso en la flora y fauna de los fondos marinos. Diferencias entre maremoto y tsunami Si bien se emplean normalmente como sinónimos, existe una precisión técnica en cuanto al uso de los términos maremoto y tsunami. Por el primero nos referimos a un terremoto ocurrido en el mar, es decir, un movimiento tectónico violento que ocurre en el lecho marino. El segundo término, en cambio, se considera una consecuencia de dicho temblor submarino, pues refiere estrictamente a la ola gigantesca que se genera al transmitir la vibración sísmica a las aguas. Sin embargo, dado que el 90% de los tsunamis se originan por maremotos, aunque no todos los maremotos necesariamente originen un tsunami, suelen emplearse de manera más o menos indistinta en el habla común.