Causas Internas y Externas de la Independencia de México Vamos a analizar los factores por los cuales México se independizo de España. Entre estos factores están los internos (los que se encuentran dentro del país) y los externos (los que se encuentran fuera del país), así como los personajes que orillaron a estos factores para la independencia. Internas: Las reformas borbónicas ciertamente perjudicaron a la Nueva España de manera muy fuerte de forma económica y política. La familia borbónica impuso estas reformas para obtener más ingresos y controlar mejor al territorio conquistado. Los españoles fueron los que más se beneficiaron con estas reformas ya que ordenaban que ellos eran los únicos que podían tomar cargos importantes. Disminuyeron el poder de la Iglesia, al igual que del virrey. Los Criollos también influenciaron mucho, ya que ellos eran inferiores a los españoles y llamaban a Nueva España su nación y su patria. Se creó un nuevo movimiento cultural llamado criollismo. Los Colonizadores eran muy poderosos y crueles, en contra de los colonizados y las castas. Los españoles eran muy ricos y maltrataban a las demás clases sociales por su poderío que tenían. En otras palabras los españoles eran amos y reyes de la Nueva España, ya que los colonizados no tenían ni voz ni voto. Externas: La revolución industrial fue un factor muy interesante de la cual los países europeos se beneficiaron, dejando a las colonias y países conquistados todavía más inferiores a los países europeos. Un movimiento intelectual tuvo mucho impacto en la independencia, este fue la ilustración. Este movimiento “iluminó” a muchos criollos (ya que estos podían acceder a estos documentos) a cuestionar la autoridad de la corona y la monarquía. Nueva España aun con todo lo que he dicho, siguió formando su carácter independentista pero esta vez con la independencia de las trece colonias inglesas. Estas se independizaron en 1774, haciendo que la Nueva España, tuviera valor para levantarse en armas. La revolución francesa se crea a base de los mismos ideales que tenía Nueva España para ser independiente. Un golpe muy duro a España fue la invasión Napoleónica. Esta invasión le quito mucho poder a España ya que no podía controlar a sus colonias en el estado que se encontraba, y perdió contacto con Nueva España. Para finalizar, Nueva España tuvo muchos motivos para independizarse desde hacía tiempo pero cuando Napoleón invadió España, esta fue la oportunidad de oro que no se podía dejar ir para independizarse. EL CENTRALISMO EN MÉXICO Prácticamente todas las situaciones en las que vivimos tienen un antecedente histórico. El Centralismo en México encuentra también sus raíces en la Historia. España es la creadora de México; México como entidad política no hubiese existido sin España. México es un engendro de España, creado con todas sus cualidades y defectos. España fue, desde su origen milenario hasta 1977, una nación centralista; su Historia se desarrolló entre Reyes y dictadores. Ese, fue el sistema que por 300 años asimiló la Nueva España y las otras colonias Americanas de España y que se conservó con pequeñas variantes al lograr nuestra independencia. El Centralismo nace cuando no existen condiciones democráticas que ayuden a que el poder se distribuya, ya sea entre personas o entidades. Cuando no existe democracia, quien ostenta el poder controla todas las actividades políticas, económicas y militares para seguir conservándolo. La desconfianza lo obliga a mantener el control absoluto en sus manos. Ya que no hay formas honestas de delegar el poder, éste es 'repartido' bajo sumisión o condicionamiento. Esto, es lo que sucedió en México durante los primeros 170 años de nuestra vida independiente. Prácticamente todos los Presidentes llegaron al poder a través de golpes de estado o elecciones irregulares, por lo que la legitimidad para ejercer su cargo era nula y por ello tuvieron necesidad de sustentar su puesto controlando unipersonalmente la política, la economía y el Ejército. Así, quienes ejercieron la Presidencia a partir de 1821, lo hicieron centralizando en sus personas todos los hilos de la conducción del país. Siendo la Ciudad de México la residencia de los Presidentes, ésta controló política, militar y económicamente a todos los estados, ciudades y municipios de México. A su vez, los Gobernadores ejercían exactamente el mismo control indiscriminado sobre sus municipios. Esta, es la razón del crecimiento desmesurado de la Ciudad de México y de su liderazgo sobre el resto del país. Paradójicamente, quienes crearon las condiciones para implementar este Centralismo, fueron Presidentes cuyo lugar de nacimiento no fué el Distrito Federal; muy pocos Presidentes de México nacieron allí. Así, entre los más destacados centralistas del país tenemos, por orden cronológico a: Agustín de Iturbide: máximo concentrador del poder con su Imperio Mexicano (1822-23). Origen: Valladolid (hoy Morelia). Antonio López de Santa Anna: opositor a Iturbide pero creador de la República Centralista (1835). Origen: Veracruz. Porfirio Díaz: controló él solo al país por 30 años, delegó a sus amigos leales los Gobiernos estatales. Origen: Oaxaca. Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles: fundadores del Partido Nacional Revolucionario (hoy PRI) quienes concentran el poder a través de instituciones controladas por el poder Presidencial y ubicado, siempre, en la Ciudad de México. Origen: Sonora. Por fortuna, con los procesos electorales promovidos a partir de 1990, la legitimidad del poder ya no se adquiere a través de golpes de estado ni por elecciones dudosas, sino a través del sufragio efectivo, bandera política de Madero que cristalizó 80 años más tarde. Ahora, son los electores quienes dan sustento al poder y, así, éste puede ser delegado sin sumisión o condicionamiento a todas las entidades del país. En 1990, por cada Peso que ejercía la Federación, los Estados recibían 40 centavos; para 1999, los Estados reciben 1.50. Cada día, más actividades son ejercidas por los gobiernos estatales y todo, gracias a un simple y complejo concepto: la legitimidad que al poder le otorga el sufragio efectivo. MONARQUIA En febrero de 1821 se consumó la Independencia del país con la proclamación del Plan de Iguala, el cual fue reconocido por Juan O´Donojú, último virrey de la Nueva España. A los problemas y carencias de antaño se sumaron nuevos conflictos, dificultando la constitución de un Estado nacional y la creación de instituciones que gobernaran un extenso territorio (cuatro y medio millones de kilómetros cuadrados) con poca población (siete millones de habitantes) concentrada en el centro del territorio y con escasos medios de transporte y comunicación. El nuevo grupo gobernante debía organizar el gobierno, cobrar impuestos para pagar a sus empleados, hacer frente a la crisis económica y lograr el reconocimiento exterior. Los diferentes intereses y disputas entre ellos, hacía todavía más difícil la constitución del Estado Nacional, ensayando diferentes formas de gobierno como la monarquía, la república central y la república federal. De acuerdo con el Plan de Iguala (ratificado por los Tratados de Córdoba), Iturbide organizó la formación de la Junta Provisional Gubernativa, la cual designó a los personajes que formarían la Regencia como una forma de gobierno provisional, el cual quedó constituido por dos órganos de gobierno: La Junta Provisional Gubernativa, con funciones legislativas integrada por 38 miembros designados por Iturbide, entre ellos el ex Virrey O’Donojú, varios miembros de la Audiencia, la diputación y el Ayuntamiento. La Regencia, con funciones ejecutivas, fue presidida por Iturbide, O’Donojú, varios funcionarios del antiguo régimen y clérigos de alta jerarquía. Cabe señalar que en estos órganos no estuvieron representados los insurgentes. La Junta convocó a elecciones para diputados al Congreso Constituyente que representaría a los diferentes grupos sociales: terratenientes, militares, eclesiásticos, letrados y profesionales. El 24 de febrero de 1822 se instaló el Congreso en el antiguo templo de San Pedro y San Pablo (Cd. de México). Desde las primeras sesiones los diputados se agruparon en tres tendencias políticas: Los borbonistas, quienes postulaban la venida de Fernando VII, o de un príncipe de la casa real de España, para gobernar el país. Los republicanos, que sostenían el derecho de aprobar un gobierno republicano para la nación. Los iturbidistas, que querían que su caudillo Agustín de Iturbide se convirtiera en emperador. El Congreso aprobó lo siguiente: 1. En el Congreso residía la Soberaníanacional. 2. La religión Católica como “única de Estado con exclusión de otra alguna”. 3. La forma de gobierno sería una monarquía constitucional moderada. 4. Hacer un llamado a las personas señaladas en los Tratados de Córdoba para ocupar el trono mexicano. 5. El sistema de división de poderes en: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. 6. La igualdad de derechos civiles de todos los ciudadanos del país. En 1822 Iturbide se coronó como Agustín I Emperador de México, en medio del desorden político del país y el desconocimiento de España de la independencia de México. Su gobierno se caracterizó por el despilfarro de los pocos recursos económicos que se obtuvieron por la vía de préstamos, lo que provocó inconformidad en el Congreso. Frente a esta situación Iturbide ordenó la disolución del Congreso. Hecho que sirvió al General Antonio López de Santa Anna para levantarse en armas a favor de la República y la elección de un nuevo Congreso con el Plan de Casa Mata. Para calmar los ánimos, Iturbide restableció el Congreso en 1822. La mayoría de los diputados del Congreso estuvieron a favor de la declaración de inconstitucionalidad del imperio, poniendo fin al Primer Imperio Mexicano, Iturbide salió del país con su familia rumbo a Europa. El Congreso nombró un nuevo gobierno provisional bajo la forma de triunvirato, formado por Pedro Celestino Negrete, Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo, Miguel Domínguez y Vicente Guerrero como suplentes. Situación que no calmó ni los ánimos ni mejoró la situación, al contrario, la negativa de los congresistas a nombrar un nuevo congreso, propició que algunas provincias se declararan Estados libres y soberanos y la separación de las provincias centroamericanas, con excepción de Chiapas. Ante la posible desintegración del país, el Congreso convocó a nuevas elecciones para diputados, se acordó que el número de diputados estaría en proporción con el número de habitantes y no por grupos sociales, como se había realizado. El nuevo Congreso suprimió la monarquía como forma de gobierno, adoptando la República.