Lazarillo de Tormes es la obra de un autor español anónimo y fue escrita aproximadamente en el año 1554. El título original de la novela es La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades. El nombre de su personaje original es Lazarillo. Esto se debe a que se trata de la vida de un chiquillo que se llamaba Lázaro, y en ese lugar era común que a los nombre de los chicos se les agregara el disminutivo: por ejemplo Juanillo, Andresillo, y en su caso Lazarillo. Por otro lado era llamado Lazarillo De Tormes porque nació en el río Tormes. Esto se debe a que otra costumbre de la época era nombrar una persona por el origen geográfico: por ejemplo Juan de Madrid, Antonio de Henares, y en el caso de nuestro personaje Lázaro de Tormes. El narrador de la novela es el propio Lazarillo, quien cuenta todas sus desventuras con la finalidad de justificar su vida deshonrosa como adulto. Su lucha contra el hambre y la miseria son los motivos que hacen que el personaje acepte su vida adulta y defienda su matrimonio ante todo. Si bien muchas de los hechos narrados son ficticios, pero esto casi imperceptible debido al grado de verosimilitud, es decir a que son hechos que pueden verse como posibles. Teniendo en cuenta que el Renacimiento es una movimiento correspondiente a una época de importantes transformaciones en todos los aspectos, pero principalmente en las críticas a la Iglesia, lo que con lleva a que la religión católica entre en crisis. Creo que es una de las características que pude encontrar del renacimiento en la obra. Esto es claramente visible en la mayor parte de sus tratados, donde persiste la crítica anticlerical, por ejemplo en el segundo tratado, cuando se refiere al clérigo de Maqueda, apunta a su hipocresía y su mezquindad diciendo: “Y por ocultar su gran mezquindad, decíame: -Mira, mozo, los sacerdotes han de ser muy templados en su comer y beber, y por esto yo no me desmando como otros. Mas el lacerado mentía falsamente, porque en cofradías y mortuorios que rezamos, a costa ajena comía como lobo y bebía más que un saludador.”