La capilla de la Merced, es una de las Iglesias antiguas. Es un recuerdo del conventillo mercedario que hubo en ese lugar. SOBRE HUANCAYO Y Esta capilla es un monumento histórico, SUS IGLESIAS que debió conservarse como un recuerdo, porque en su recinto tuvo lugar la Asamblea Constituyente de 1839, en donde se dio la Constitución de Huancayo, que estuvo vigente hasta 1855. En Huancayo, también, don Ramón Castilla dio el decreto declarado libres a los esclavos y a los siervos, el 2 de diciembre de 1854, el cual está refrendado por el legista Dr. D. Manuel Toribio Ureta, arequipeño. SOBRE HUANCAYO Y SUS IGLESIAS Huancayo, siendo sólo distrito, ha sido sede de un congreso constituyente, y de varios gobiernos, de modo que de hecho sirvió de capital de la República. El congreso nacional el 4 de febrero de 1828, por ley promulgada al día siguiente, elevó a la villa de Huancayo a la categoría de ciudad. Huancayo celebró su centenario de ciudad SOBRE HUANCAYO Y SUS IGLESIAS el 5 de febrero de 1928 con fiestas religiosa y social, tomando parte en el festejo el Obispo monseñor Berroa, quien pronunció la oración gratulatoria. Por decreto supremo de 18 de marzo de 1822, el marqués de Torre Tagle le dio el título de la “INCONTRASTABLE”, el que fue confirmado por la ley de 30 de enero del mismo año. El 16 de noviembre de 1864 fue creado la provincia de Huancayo. SOBRE HUANCAYO Y SUS IGLESIAS A los ocho meses de haber sido creada la provincia de Huancayo, D. Manuel Ignacio Prado, en julio de 1865, estableció en la ciudad su palacio de gobierno. SOBRE HUANCAYO Y SUS IGLESIAS • En 1994 en el pontificado del obispo Francisco Rubén, el papa Pío XII erige el obispado de Huancayo. SOBRE HUANCAYO Y SUS IGLESIAS La nueva Iglesia fue terminada el 18 de marzo de 1831 Muchos BOLÍVAR EN HUANCAYO desconocen que el libertador Simón Bolívar estuvo hasta en dos oportunidades en Huancayo y el Valle del Mantaro. El historiador Waldemar Espinoza, ha publicado un libro llamado “Bolívar en Huancayo” que nos narra pasajes importantes de su paso. CIUDAD DE LA TRINIDAD DE HUANCAYO La Trinidad de Huancayo, en los días de la Independencia fue un Distrito de la Provincia de Jauja. Pero no se le llamaba Distrito sino Curato. La ciudad misma era mejor que la de Jauja en cuanto a ornato, aunque no en planificación urbana. CIUDAD DE LA Se componía de unas sesenta manzanas cuadrilongas, ubicadas a uno y otro lado TRINIDAD DE de ancha vía denominada Calle Real. HUANCAYO Lo que le proporcionaba una gran belleza fueron las paredes de sus casas exquisitamente blanqueadas. CIUDAD DE LA TRINIDAD DE HUANCAYO Los edificios de la Calle Real fueron casi todos de dos plantas, con balcones corridos de madera tallada. Tenía dos plazas: 1) La llamada de Huamanmarca (sin empedrar, servía como escenario de sus ferias y de sus fiestas, pero estaba tan pobre que no parecía Plaza Mayor.) En sus contornos tenía edificados el Cabildo Municipal y la Iglesia parroquial de la Santísima Trinidad, de adobes y antiestética en arquitectura, aunque rica en altares. CIUDAD DE LA TRINIDAD DE HUANCAYO 2) La Plaza Nueva, ( conocida oficialmente con el nombre de La Constitución, estaba todavía en construcción. Asimismo, en uno de sus lados también, se estaba levantando una iglesia.) En las esquinas occidentales de la Plaza de Huamanmarca también se erguían dos baluartes circulares. Fueron dos adornos iguales a los de la Plaza de Jauja. La ciudad de la Trinidad de Huancayo no fue, pues, menos importante que la de Jauja. Su ubicación en un paraje lleno de belleza y de placidez le daba un aire de peculiar distinción. Pero la particularidad que más la caracterizó y la diferenció de otros vecindarios del Valle fue su Calle CIUDAD DE LA Real. Vía holgada y larga que la atraviesa de norte a sur. Ella la dividía en dos grandes porciones iguales. TRINIDAD DE El ancho de la Calle Real estuvo calculado en no HUANCAYO menos de cien varas castellanas. A lo largo de ella estaban edificadas las mejores casas de la ciudad. Asimismo, a lo largo de ella también se hallaban los tres únicos templos que existían en ésta. Bolívar llegó a Huancayo o la ciudad de La Trinidad, el 13 de agosto de 1824. Por disposición del Libertador, Sánchez Carrión impuso cuotas a los curas de la provincia de Jauja, los cuales debían pasar a las rentas estatales para ayudar a cubrir los fuertes gastos que demandaba la guerra. Fueron cuotas mensuales que cada clérigo y párroco tenía que entregar a la Administración de PROBLEMAS Rentas; y que debía cumplirse obligatoriamente. PARROQUIALES La cuota se impuso a algunos pueblos de curato de Jauja, Huancayo, Tarma y otros. Esto generó malestar y renuncias. Bolívar calificó de antipatriotas a los sacerdotes que se negaban a pagar la cuota y renunciar, y ordenó no tomarlos en cuenta más. En esta época, el poder del gobierno sobre la Iglesia, era parte de la política de Bolívar. Para ocupar el curato vacante de Jauja, Bolívar propuso al padre Pedro Duque, franciscano de grandes méritos y de genuino civismo. Y efectivamente fue a reemplazar al padre Galarza. El cura Armentoy fue removido de Pasco a San Juan PROBLEMAS de Chupaca, y para Pasco se nombró al doctor PARROQUIALES Tomás Ascencios. El plan de Bolívar fue el de colocar en las parroquias a curas beneméritos solamente, conforme se iban libertando los pueblos del sur. El padre Tadeo Tapia, debido a sus merecimientos y a su patriotismo fue nuevamente recomendado para colocarlo en el curato de Mito. La actitud de Simón Bolívar frente al convento de Ocopa, siempre ha sido y es considerada como una de las medidas más abusivas e injustas. Así lo dejaron escrito para la historia los misioneros franciscanos del convento, en el segundo tomo de su Historia de las misiones de fieles e infieles del Colegio de Propaganda Fide de Santa Rosa de EXPULSIÓN DE Ocopa (Lima, 1883). LOS FRAYLES DE También el padre Fray Bernardino Izaguirre, autor OCOPA de la monumental Historia de las misiones franciscanas en el Perú, obra en catorce volúmenes. Y lo mismo otros autores. Nadie, hasta ahora, ha podido hallar ni examinar el expediente que motivó esa abolición, ni se sabe en qué lugar puede estar archivado. Un oficio cursado desde la ciudad de Jauja, el 28 de octubre de 1824 al prefecto del Departamento de Huánuco, aclara el problema y descubre una nueva perspectiva sobre este accidente histórico tan vituperado por los historiadores franciscanos. EXPULSIÓN DE De conformidad con el mencionado oficio, LOS FRAYLES DE escrito y remitido por Sánchez Carrión, se OCOPA desprende que después de la batalla de Junín, y cuando Bolívar había llegado ya al Valle de Jauja, tanto desde esta ciudad como desde la de Huancayo, envió oficios manifestando su más pura y plausible intención para con los franciscanos de Ocopa. No cabe duda que el Libertador, como hombre culto, inteligente y previsor que fue, debió valorar mucho el significado cultural, político y social del convento. Pero desde luego, como hábil político que también fue Bolívar, pidió y exigió que, a cambio EXPULSIÓN DE de su benevolencia, los franciscanos le LOS FRAYLES DE correspondieran brindándole una ayuda y un OCOPA sostén efectivo al régimen independiente por él logrado en la batalla de Junín. Bolívar se había dado cuenta que una palabra o un gesto de cualquier franciscano de Ocopa, a favor de su causa, significaba tanto o quizá más que la misma victoria de Junín. Los frailes de Ocopa tenían por entonces un poderoso prestigio y una innegable influencia sobre toda la población del Valle y alrededores. El problema de fondo fue que la mayoría de los regentes eran españoles, incluidos el Guardián del Convento, no quisieron brindar ningún tipo de EXPULSIÓN DE ayuda material a Bolívar, porque eran fieles todavía a la corona española. LOS FRAYLES DE Bolívar entonces, ante el comportamiento de los OCOPA padres de Ocopa quiso castigarlos. Para hacerlo tomó como argumento de que el claustro estaba ocupado totalmente por frailes procedentes de España, enemigos de la independencia. Inmediatamente despachó una orden en Jauja, el 28 de octubre de 1824. Por medio de ella dispuso que todos los padres allí residentes y de él dependientes, excepto los legos y algún padre de origen peruano o americano, abandonaran sin la más mínima demora las celdas y el Convento en general. EXPULSIÓN DE LOS FRAYLES DE Debían ser trasladados al Callao, para de allí OCOPA embarcarlos rumbo a España. El Colegio y Convento de Propaganda Fide no fue suprimido el 28 de octubre. Mediante un Decreto dado en Canta el l9 de noviembre del mismo año creyó oportuno, que los claustros de Ocopa debían convertirse en un local escolar de primera línea. Quiso que en él solamente se educara a una EXPULSIÓN DE juventud compuesta por los hijos de los más LOS FRAYLES DE ilustres héroes wancas de la Independencia OCOPA nacional, los cuales, por cierto, no fueron muchos. Con tal fin, el Libertador declaró suprimido al Convento de Santa Rosa de Ocopa. Y a todo su edificio lo convirtió en Colegio Nacional, el primero que funcionó en esta zona. Los huertos, molinos, estancias terrenas y toda otra propiedad que le producía rentas, quedaron también anexados al nuevo centro de enseñanza pública. La misma suerte corrieron sus obras de arte, su Archivo y su Biblioteca. Tanto del cumplimiento EXPULSIÓN DE de este Decreto como de la reglamentación LOS FRAYLES DE quedó en manos del gobierno. OCOPA Bolívar, para clausurar en forma tajante y total el Convento de Ocopa, arguyó dos motivos: 1) El de ser un establecimiento ocupado enteramente por religiosos españoles. 2) El de tener malísimamente atendidas las misiones de la Selva. Desde luego que ambos argumentos no estuvieron de acuerdo con la realidad; sólo fueron meros pretextos. Las misiones quedaron desatendidas en virtud a la orden mandada dar por el mismo Bolívar el 28 de octubre del mismo año. EXPULSIÓN DE LOS FRAYLES DE Lo cierto es que la indudable causa para la OCOPA clausura de Ocopa fue la negativa rotunda de los franciscanos para reconocer la independencia del Perú. Así quedó expresado ya, con meridiana claridad, en la orden del 28 de octubre de 1824. CONCLUSIONES La historia de la Iglesia de Huancayo en el período de la Independencia, vivió un clima de guerra. Como en cualquier esfera de la sociedad, también hubo autoridades y grupos que defendieron a los realistas y no tomaron parte de la causa independentista. Obispos y sacerdotes, también se dividieron; pero la Independencia también en este ámbito de la Iglesia, fue obra más de los curas criollos y mestizos, que participaron directamente como próceres y mártires. Poca organización de la Iglesia peruana, por lo menos en la sierra central, y hasta un cuestionamiento de sacerdotes que hicieron de ideólogos, espías, guerrilleros, etc, a CONCLUSIONES favor de la Independencia de España. La Iglesia de Huancayo durante la Independencia, estaba organizada en curatos o parroquias. Había párrocos que eran religiosos y seculares o diocesanos. En el gobierno de Simón Bolívar, éste nombraba incluso algunos párrocos y disponía de las cuestiones de la Iglesia con amplio poder; como cuando impuso un impuesto para la causa a todos los sacerdotes, o expulsó a los frailes franciscanos de Ocopa y convirtió el convento en un Colegio nacional, porque no CONCLUSIONES estaban en sintonía con las nuevas ideas independentistas. En 1831 se terminó de construir la Iglesia Catedral que hoy conocemos, que reemplazó al templo dedicado a la Santísima Trinidad de la Plaza Huamanmarca.