Página 2 Dedicado a todas aquellas personas que han amado a un ser de otro planeta “para siempre”. 3 Página 1 Cuando abrió los ojos estaba recostada sobre el pasto, en un campo lleno de flores de distintos tipos. El ambiente estaba húmedo y en las hojas se podían ver aún gotitas de rocío. Siempre le gustó el olor a tierra mojada, sobre todo a la hora de la luz mágica: ese momento de transición del día a la noche. Sentía mucha pereza, acompañada de esa satisfacción interna luego haber tomado una buena siesta. Sin levantar su brazo del suelo, empezó a jugar con el césped. Miraba cómo sus dedos cortaban pedacitos verdes y los lanzaban. Los movimientos casi imperceptibles liberaban una carga de tensión que recorría su cuerpo y se concentraba en sus manos empeñadas en su tarea. Página De un suspiro se sentó. Estiró sus brazos mientras bostezaba profundamente y veía una mariposa azul jugando entre dientes de león. Su cabello castaño claro y ondulado estaba revuelto. Los mechones llegaban al suelo en forma de resortes. Sintió el suelo bajo sus pies 4 Es hora de ir a casa. Caminó hasta la masa azul plata de agua, donde se reflejaban las nubes. No había personas a la vista. El perfume del pasto cortado se mezclaba con la humedad. Miró al cielo que poco a poco se iba cubriendo de nubes grises. Una gota cayó en su nariz, otra se deslizó por su brazo izquierdo, una pasó delicadamente por su mejilla y siguió contorneando su cuello. Las gotas eran escasas aún pero sabía que debía irse antes de la tormenta. Emprendió su regreso cuando de pronto se sorprendió al ver un tronco hueco, en posición horizontal, en medio del camino. Decidió sentarse y seguir contemplando el espejo de agua. El viento desparramó las nubes y los débiles rayos que anunciaban el final de la tarde, se las arreglaron para formar un arco iris en el cielo. Para ella todo era hermoso, y apreciaba cada detalle de la naturaleza como si fuera la primera vez que lo veía, aunque ya lo hubiera visto un millón cincuenta y tres mil veces antes. Decidí salir de mi escondite y tomar asiento a su lado. Lo hice con mucho cuidado para no asustarla, aunque para mi sorpresa no se dió por aludida. Me inquietaba no poder - Hola. - le dije Hola. - me respondió, sin mover la cabeza ni perder de vista el arco iris. Después de ese saludo nos quedamos en silencio. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, hasta que al fin una se le escapó. Solo una. Su expresión cambió en segundos: de una niña ingenua a una mujer tosca. Me sorprende su habilidad de cambiar sus gestos en pocos segundos, sin fruncir el ceño. Suspiró mientras cerraba los ojos y movía la cabeza en círculos suaves. Sus labios carnosos y colorados parecían sonreír aunque yo sabía que no lo estaba haciendo, era solo un efecto provocado por las comisuras hacia arriba. No podía dejar de mirarla. Mi corazón latía fuerte, pero estaba seguro que ella no lo oía. Me levanté. Busqué una piedra para golpear el tronco al ritmo acelerado de mis latidos. Ella me miró y acompañó mi ritmo con su respiración. El viento movía su cabello por su cara. Podía ver cómo se expandía y relajaba su pecho con el aire. Nuestras miradas se quedaron congeladas. Me sentía nervioso. Su mirada fija en mí con sus labios entre abiertos me atemorizaba. Hacía mucho que no sentía miedo. Me 5 El sol todavía estaba en el cielo, y los escasos rayos golpeaban en sus ojos marrones que aparentaban ser rojizos. Aparentemente seguía con sueño, con mucho sueño. conocer lo que estaba pasando o sintiendo. Sus ojos parecían contemplar un pasado de tristeza acompañado de esperanza en el futuro. Tristes, compasivos, incrédulos y llenos de amor. Sin decir nada, sus ojos cantaban las más bellas canciones. Página descalzos, encontraba un placer insuperable en mover sus deditos entre el pasto. Se calzó sus sandalias y decidió seguir a la mariposa que se alejaba entre los árboles. quedé inmóvil sin dejar de mirarla fijamente. Ella hizo un gesto despectivo y burlesco para cambiar su foco de mis ojos al cielo. El azul marino de la noche permitía ver la luna llena y las constelaciones, duplicadas en el manto de agua. - La lluvia desapareció - dijo con su voz dulce y en un tono suave. ¿Qué estás haciendo aquí? - pregunté fríamente Ella me ignoró. Otra vez quedé viéndola fijamente mientras ella contemplaba el cielo. Página 6 Empezó a tararear una canción. Una canción triste que hacía muchos años no escuchaba. Creí que la había olvidado...como a ella. Sin embargo esa tarde descubrí que el corazón con simples latidos cuenta la historia que la mente ingenuamente, pretende olvidar. 2 “Si no pretendés amarme, al menos evitá seguir rompiéndome.” intensidad que quiero que desaparezca de mi vida y de mi alma. Quisiera desprenderla de mí. No quiero una vida a su lado, no quiero depender de este amor que me lastima, me vuelve débil, me impacienta, me inquieta. Lunes, Luna. Martes, Marte. Recuerdo la noche que me lo dijo. Estaba sentada en una hamaca en el jardín del hotel donde paramos ese 14 de febrero. Tenía puesta una colcha multicolor para cubrirse del frío de los valles. La luna y las estrellas brillaban en el cielo provocando una claridad que permitía distinguir los siete colores del cerro. Miércoles, Mercurio. Jueves, Júpiter Viernes, Venus. No importó jamás cuántas veces me hiciese la misma pregunta, la respuesta siempre era si, si si. Cada vez con mayor intensidad y para siempre. Ella necesitaba que se lo repita una y otra vez. Nunca lo dudé. La amaba y aún la amo. La amo con la misma - Me gusta el sabor a final que tienen los Viernes. Es un final de algo pesado e inicio del festejo. Me dijo una tarde observando el calendario de una tarjeta que nos dejó un niño en la mesa del bar en donde tomamos la cena. 7 ¿Me amás? Con todas las fuerzas de mi alma. Le respodía ¿Mucho mucho?. Insistía ella. Sí, más que mucho. ¿Para siempre? Siempre, Siempre. Hasta la luna, ida y vuelta en tortuga. Le respondía entre risas. Domingo, Sol. Página - Sábado, Saturno. - A veces nos sentábamos a inventar cuentos. Ella me miraba y continuaba con la historia...casi siempre el final llegaba precipitado y era trágico. - Quizá lo sea para vos, pero para mí los finales son nuevos comienzos, implican transformación, cambio, otra cosa, una cosa nueva que viene por otra. El final de una vida, el comienzo de otra. Me dijo con seriedad luego de percibir perplejidad en mi rostro. Sus ideas me provocaban pensar que buscaba la muerte de manera constante, aunque su amor a la vida la sujetaba aún más. - Hoy vimos una mariposa azul. Me dijo mirándome fijamente a los ojos. ¿Te imaginás si ella se hubiera desesperado por estar en su capullo? Seguramente las orugas claustrofóbicas demoran su metamorfosis. Sin embargo saben que por mucho que la aplacen, el final de esa vida que conocen está cerca, y - - 8 Le costaba pensar inicios... pero finales, era lo que mejor se le daban. - viene un nuevo inicio de algo que desconocen y que quizás (solo quizás) sea mejor. Es mejor, se vuelven hermosas y pueden volar. Le dije, solo para oír otra de sus ocurrencias. Te estás basando en tu deseo de tener alas para afirmar que a todas las mariposas les gusta volar, pero no es un dato confirmado Respondió con solemnidad. - Por otro lado, según tus parámetros de belleza y fealdad, la mariposa es más linda que la oruga, ¿te preguntaste alguna vez si estos parámetros existen en el reino animal? Francamente no lo creo. Están demasiado concentrados en la naturalidad del ciclo de la vida; las cuestiones superficiales no deben tener relevancia. Pero desconozco este dato también por lo que no puedo afirmar lo que estoy diciendo. Te diría que son impresiones, o corazonadas: “a algunas mariposas no les gusta volar” y “existen orugas claustrofóbicas”. Y ¿transformarse es morir? – pregunté con curiosidad. Si. Muere tu antiguo ser, para dar lugar al nuevo. Aunque en tu esencia más profunda siempre vas a ser vos. ¿Cuándo muera vas a seguir amándome? Siempre te voy a amar. Pero no creo que mueras, no ahora. – Respondí. O que me transforme...la muerte es transformación y la transformación es muerte. Dijo con aires de erudita. Página Le gustaba la idea del “final de las cosas”. Incluso fantaseaba finales: de nuestra relación, de mi vida, de la suya, del día, del año, de un viaje. - - Quizás deje de amarte si te volvés distinta, incluso podría marcharme. No me preocupa que te vayas. Respondió ella con fingida frialdad. - Vos podes estar donde desees y con quien desees. Lo importante es que a pesar de todo, sigas amándome. Que estés conmigo no significa que me ames, y al revés, que me ames no significa que estés conmigo. Prefiero ser para toda la existencia el amor de tu vida, antes que tu dama de compañía. ¿Y ambas? – interpelé. Ahora si soy yo quien no puede asegurarte que me quede a tu lado para siempre. Lo estático me asusta. Quizá por eso me sorprenden tanto las mariposas. “Que estés conmigo no significa que me ames, y al revés, que me ames no significa que estés conmigo”. Me amarga recordar el caudal de ego y narcisismo que cargaron siempre sus palabras. Tardé mucho en notarlo, tal vez, demasiado. Página Un día, simplemente me senté a pensar en las mariposas y me enojé. Desconocía de dónde venía tanta ira. Me imaginé su rostro, escuché su empalagosa voz en mi cabeza, recordé algunos de sus delirios. Si. Delirios. Mi amor estaba cubierto de rabia. Ella dejó de ser la poeta exótica de la que me había enamorado para tornar en una loca de mierda. Y la alejé de mí, le di razones para no volver. Y ahí sentí en cuerpo y alma sus palabras: 9 Al inicio me quedaba asombrado con sus reflexiones. Solía sentarme a pensar en lo que ella había dicho horas antes y ver si yo también podía sacar esas conclusiones. Ambos nos transformamos. 10 Ella también. Pero el amor del uno por el otro forma parte de esa esencia que en este mundo, no tiene explicación. Página Me transformé. 3 usa me lastima. Está al tanto de mis puntos débiles y los disfraza dentro de poesías y canciones con el único fin de presionar justo en donde está abierta la herida. Intentando decir adiós Y ahí estaba yo. Y ahí estaba ella. - La vida se porta así y no queda más que andar por ahí en busca de nuevos sueños. Así es como construimos nuestro destino: a partir de ilusiones. Comentó entre suspiros en clara pose mal actuada de actriz de drama. ¿Esta es otra de tus burlas? – cuestioné con indignación. Me llama la atención el pensamiento mágico. Continuó hablando ensimismada. No tiene caso hablar con vos. – dije entre dientes y suspiros. Me irritaba ese tono calmo, ingenuo, dulce. Es consciente de su sarcasmo. Sabe que cada una de las palabras que Me di cuenta que a los seres humanos les es más fácil oír para responder que escuchar para entender. ¿Sabes cuál es la diferencia? – consultó con una mirada desafiante “Analizá tu respuesta”, pensé. “No, no le respondas”. “Es momento de tomar tus cosas e irte”, me dije. Me mira como si buscara en mi las respuestas a sus misterios que yo nunca logro entender. En ese momento dudo de su maldad. Es solo un ser que está lleno de intrigas y ve en mí una especie de sabio que puede ayudarle a ver con claridad lo que hoy está empañado. “No”, me dije en mi cabeza nuevamente. “Esta vez no vas a jugar con mi ego. No te voy a dejar manipularme. Sabes la respuesta de todo lo que preguntas, pero pones en mi la responsabilidad de aclarar tus cuestionamientos solo 11 - Página Seguramente hay razones de mi partida que me las he inventado. Necesitaba partir, pero no podía hacerlo porque sí, debía buscar una razón. O varias razones. Razones tan convincentes que incluso me las crea yo mismo. Con sus ojos grandes abiertos y brillantes por las lágrimas que nunca llegaban a caer, mirando fijamente con un gesto melancólico que me hacía sentir culpable. ¿Culpable de qué? ¿De ser quién soy? hiciste. Si alguna vez hubieras escuchado para entenderme, hoy no estarías aquí inventando excusas, simplemente sería otra cosa, esta charla sería otra. Aunque nuevamente insisto: es una corazonada, no puedo afirmar sobre algo que no pasó. para hacerme sentir seguro de mí mismo, y luego quebrarme cuando uses lo que digo para ponerme en ridículo. Conozco tu juego. Elevarme a las estrellas para luego esperarme al pie de la fosa que generosamente me has cavado. Y con tu sonrisa, esa puta e inocente sonrisa.” - No importa que tan buena sea mi respuesta, siempre hay una mejor pregunta, que por lo habitual, me deja parado en medio de la nada como un tonto. - La diferencia. Ahí está el detalle. – Dijo al fin mirando al horizonte (me irrita de solo recordarlo) - Imagínate que no existieran las excusas. O mejor aún, que existan y estén prohibidas, bajo pena de muerte. O mejor aún más: bajo la pena de quedar hasta tus últimos días en una celda de paredes grises, oscura y sin aberturas ni rendijas para que no pase ni siquiera un rayo de sol. O mejor aún... más... todavía... que tengas que pagar por cada una de las excusas que decís muchísimo dinero. En ese caso, jamás oirías para responder. ¿Sabes por qué? Porque tus respuestas suelen ser excusas. Excusas por las cosas que hiciste o no ¿A dónde quería llegar? Su afirmación respecto a que no escucho para entender, en este contexto, aparentemente es correcta. Sin embargo, no puedo asegurar si soy yo quien no comprende o es ella quien no está siendo clara. Ni si quiera sé por qué me esmeré en intentar entenderla aquella noche. Tal vez, ni siquiera era necesaria aquella charla. El final hubiera sido el mismo. Hace unos años atrás caminábamos por una vereda, en un pueblo lleno de viñedos. Ella iba con la cabeza gacha 12 No tiene caso responder A veces es mejor estar callado. Página Incontrolablemente se apilan las palabras en mi garganta. ¿Te imaginas que pasaría si hoy tu perspectiva cambiara? – Continuó ella tras una pausa prolongada para tomar aire - Ya no plantearías las cosas de la misma manera que las planteas hoy. Quizás y solo quizás empezarías a ver el mundo con los mismos colores que lo veo yo. ¿Sería posible algo así? Dos seres tan diferentes compartiendo una misma perspectiva de la realidad. Suena como algo que no va a pasar, pero sería lindo si pasara. mirando al suelo. Le pregunté por qué lo hacía y me comentó que si miraba hacia el frente solo iba a ver el pueblo, y si miraba hacia abajo, tenía la gran posibilidad de encontrar algo que a alguien se le hubiera perdido o un árbol podría haber lanzado algo fantástico al suelo y ella debía toparse con ese algo. Lo dijo con tanta urgencia y seriedad que decidí ayudarla. Siempre me pregunté cómo hacía para sentirse feliz con tan poco. Una semilla seca carente de todo valor, para ella fue un escape a otra realidad. De pronto éramos un par de personas buscando una cosa desconocida. Estábamos empeñados en la tarea cuando ella se sentó en un cordón cuneta y por fin hizo su cabeza para arriba. Miró el árbol que allí estaba y luego sus frutos secos regados por todo el suelo. Unas bolitas dentadas de tono cobrizo. Agarro una y empezó a estudiarla. Me paré enfrente y le pregunté por qué había dejado de buscar la cosa desconocida. Me miró extrañada... o sorprendida. O extrañada y sorprendida. Tomó una de las bolitas y me la entregó: Tomó una bolita y la puso en su cartera. Me miró y sonrió con picardía. No le importaba hacer el ridículo en la calle, ni alzar la voz al hablar de sexo o temáticas que para el común de la sociedad es un tabú. Me volvió loco esa frescura y sencillez. En los primeros tiempos me obnubilé, luego empecé a mirarla como una niña caprichosa con una necesidad incalculable de llamar la atención. Mi ego nuevamente apareció para calmarme y mostrarme que ella quería llamar mi atención porque yo era especial. Luego lo pensé mejor: a donde va, aunque esté quieta y callada, llama la atención. Todos/as la quieren consentir. Ella se muestra humilde y modesta, pero la conozco bien. Su magia inicial desapareció de la noche a la mañana cuando abrí los ojos y descubrí que yo solo era un títere más de su teatro de cartón. 13 Sentila. – dijo - Hacé que gire recorriendo la palma de tus manos, lentamente. Esa sensación extraña era lo que andaba buscando. La textura dentada provoca a mi tacto mucho placer. Te diría que he olvidado mi cansancio, mi estrés, mis enojos. Una sensación pasajera. Eso es lo que nos falta a veces, pequeños disfrutes que detengan el mundo por un instante. No necesariamente un orgasmo. Pediré permiso al árbol para tomar una. Luego nos vamos. No hay que abusar de quienes nos regalan aquello que andábamos buscando. Página - - Esto dejó de existir hace mucho tiempo. Lo que no sé es, Página cuándo. 14 exactamente - 4 Tengo ganas de comer un alfajor de dulce de leche, con cobertura de chocolate negro. Me imagino disfrutando uno, hasta siento su perfume y su sabor, la fina mezcla entre la tapa seca y el relleno cremoso. Continuó acariciando mi pelo mientras recorría mi rostro con su mirada. - Miré su rostro decorado con el gesto del placer y la satisfacción que hace varios minutos quería que sienta. Llegó a su momento imaginando un alfajor, ignorando que yo estaba dentro de ella. Nunca pude descifrarlo. Jamás pude descifrar lo que pensaba, en ninguno de los mil quinientos cincuenta y tres días que pasamos juntos. Luego se rió. Mi ego me felicitó: nunca en la historia de mis amantes había dejado a una mujer en blanco. Olvidé mi enojo y empecé a besarla nuevamente. La atraje hacia mí bruscamente. Ella envolvió sus brazos en mi cuello y me besaba desesperadamente mientras me atraía aún más hacia ella tirando mechones de mi pelo. - Sos todo lo que soñé... y más. - Le dije, luego de darle un beso en la frente. 15 Me molesté. Ella jamás supo que me enojé con ella aquella noche. Sentía mi masculinidad dañada. Nunca en la historia de mis amantes, había sido tan humillado. Humillado por la persona que amaba. Me acosté a su lado, ella me estaba mirando. O tal vez sólo tenía la mirada fija en mí mientras soñaba despierta con otra cosa. ¿En qué pensás? - le pregunté intrigado. En nada. Y es tan maravilloso. Mi mente se detiene de pronto y no le interesa trabajar. ¿Cuántas personas en este mundo pueden decir con toda sinceridad: no estoy pensando en nada? La nada misma. Nada. Lo era. En ese momento lo eras Página - Tenés un lunar bajo tu ojo. Desde el primer día que te vi, quiero que ese lunar sea mío. – Dijo sonriéndome mientas apartaba de mi frente un mechón de pelo y lo llevaba detrás de la oreja. Lo és. Respondí. 16 Página Así, entre besos y abrazos nos quedamos dormidos. El tiempo se volvió nada y ella se volvió mi todo. 17 Página Lo supe, a tu lado sé que está el camino Solo así puedo sentirme vivo Cantando a toda voz esta pasión Imaginé tu risa, imaginé tu llanto Imaginé los besos de tus bellos labios Imaginé las noches durmiendo entre tus brazos Pasaste caminando mientras me mirabas mis nervios provocaron notas equivocadas sin embargo mi guitarra comenzó a vibrar y desde ese día mi garganta tu nombre empezó a gritar Lo supe, a tu lado sé que está el camino Solo así puedo sentirme vivo Cantando a toda voz esta pasión Página 18 Lo supe, si no estás aquí yo no respiro mi cuerpo es débil, no siento mis latidos solo si estás entre mis brazos recobro la razón. - - El inicio es hermoso, es una ley universal. Una de las pocas verdades innegables diría yo. ¿Vos qué opinás? – preguntó mientras lamía de la cucharita de plástico. Supongo que tenés razón. – respondí holgazanamente. ¿Y por qué crees que pasa eso? – continuó. No lo sé, jamás pude explicarlo con palabras. Son las emociones quienes hablan por sí solas. El vacío que produce esa sensación de vértigo, las rodillas temblando, cosquilleos en el cuerpo, las manos sudadas. Y cuando no están juntos, las ganas de estarlo. Cuando se cruzan por la calle, los nervios, las palabras tiemblan en la boca, no se puede pensar con ese calor subiendo hasta la cabeza. Así, por mucho. De a poco comienza a perderse, y otras cosas nuevas comienzan a venir hasta que de pronto, parece que no hay cosas nuevas y te empezas a dar cuenta de cosas viejas que no te agradan y que hasta ese momento parecían insignificantes. Recién ahí se puede saber si es amor, o no. Quien ama busca quedarse, quien no ama decide seguir adelante y buscar sentir eso que sintió alguna vez, pero en otro lado. 19 Lamentablemente no hay amor que no caiga en clichés. Es así, ningún enamorado descubre la pólvora y todo ya está dicho...pasando por Horacio y hasta por físicos y matemáticos. Recuerdo que era una tarde de verano, el helado de crema de arándanos y chocolate con almendras, se derretía rápido. Fue todo un reto tomar rápido nuestro sorbete sin que se nos “congelara el cerebro”. La charla iba lenta, no estoy seguro si la razón fue el helado o el tema en discusión. Página 5 - Tengo dudas. – dijo al fin - No estoy segura si estoy de acuerdo o no con vos. Tampoco si me respondiste a la pregunta que hice. Las emociones son reacciones físicas, generadas por neurotransmisores. Las drogas también pueden generarlas o inhibirlas. Por esto muchas personas sufren adicciones: algunas a los antidepresivos, a la cafeína, a la nicotina, otras a las metanfetaminas, otras a la cocaína... sin embargo, cuanto mayor es el consumo, mayor es también la resistencia que va teniendo el cuerpo a los efectos que producen. Cuando dejan de producir las reacciones que nos generan este deleite o placer, se buscan nuevas drogas más fuertes. – luego de una pausa para tomar aire, continuó - Según tu descripción, el amor es una droga que genera reacciones químicas que producen estímulos placenteros, pasa el tiempo y el cuerpo lógicamente muestra resistencia y nos sugiere dos caminos: el de la abstinencia o la búsqueda de una nueva dosis. - - - - - - Me miró y nuevamente no parecía convencida, sin embargo no respondió. Simplemente suspiró mientras jugaba con las hojitas de menta que tenía para preparar 20 Frunció el ceño y se quedó pensando. Buscaba armar una respuesta pero al parecer le estaba costando expresar su opinión, y no porque no supiera que decir, simplemente que buscaba el cómo, para no sonar antipática. Nunca lo logró, sus formas siempre fueron bruscas y con aires soberbios. Me daba cuenta del esfuerzo que hacía, pero como ella siempre decía: la esencia es la misma. La segunda opción suena más viable que la primera: a nadie le gusta vivir en abstinencia. Supongamos que es así – dije - ¿no te parece que seguiríamos llegando a la misma conclusión? Solo con amor se puede atravesar la abstinencia. Hasta llegar a la deshabituación de la sustancia. ¿Y entonces qué? El amor no es solo una sustancia psicoactiva. – respondí riendo. La posibilidad de recaída está latente de igual manera, cada vez que la persona se encuentre en situaciones donde consumía la sustancia. Hay cuestiones que la ciencia no puede explicar, ¿alguna vez escuchaste esa frase que dice “a las razones del corazón la razón no las comprende”? – dije mirándola con picardía a los ojos. La escuché, claro – dijo blanqueando los ojos Pero también escuche las estadísticas: “una persona tiene alrededor de 5 relaciones estables y duraderas a lo largo de su vida” y, “1 de cada dos parejas casadas, se divorcia”. ¿coincidencia?. Estás llegando a una conclusión dejando fuera muchas otras cuestiones. – respondí animado puesto que siempre me divirtieron sus ocurrencias. Página Ella me miró. No estaba convencida, estoy seguro. un mojito. Una vez que terminó de preparar el trago, volvió a hablar: Tengo algo para vos, le dije. ¿Un regalo? Preguntó. - Solo quiero dejar en claro que aún tengo mis dudas. Quiero que sepas que si alguna vez me alejo o dejo de luchar para seguir estando a tu lado, no será falta de amor. Siento que el escenario posible sería por la falta de adecuación a la dinámica de equipo o ganas de ingerir nuevas dosis. Si. Respondí. ¿Qué es? Un deseo. Su rostro consternado me provocó gracia. Otra vez pensando en finales. Le besé la frente mientras reía internamente (o bueno, al menos eso pensé yo). - ¿Cuál es la gracia? – cuestionó molesta. Siempre pensás en los finales, pero el final del amor te parece inconcebible. Página No entendía de dónde venía todo ese sufrimiento. Le pregunté porque la ponía tan triste pensar en que el amor podía acabarse. No respondió. Dejé de preguntar, no quería seguir alimentando su inquietud. 21 Abrió sus ojos, mostrando la sorpresa que había recibido con mi respuesta. Su consternación era más grande aún. Quise calmarla, y se me ocurrió llevarla a pasear, quizá el aire fresco del cerro haría que se calme y piense en otra cosa. Un día estábamos acostados (como de costumbre) en el pasto. Ella acurrucada con su pierna encima de las mías, yo la abrazaba con brazo y miraba al cielo. Las estrellas brillaban. La noche nos había encontrado paseando en nuestro lugar favorito, Campo Alegre. Un dique natural escondido entre los valles. - Una estrella fugaz – gritó al tiempo que se sentó bruscamente. Cerró sus ojos por un momento. - - ¿Qué le pediste? Le pregunté. No te voy a decir, es mi deseo. Solo debemos saberlo la estrella y yo. ¿Creés que las estrellas pueden cumplir deseos? – pregunté intrigado, sus ocurrencias me resultaban divertidas. Creo que hay una energía universal que impulsa los eventos aquí en la tierra. Esa energía escucha y te da lo que pedís. Por eso nuestros pedidos deben ser específicos, para recibir justo aquello que queremos, cuando lo queremos y cómo o bajo qué condiciones… - - Cómo globos de luz. Esas linternas flotantes que las personas liberan al cielo para las fiestas de fin de año, como gesto de brindis y pedidos para el nuevo año. Siempre adoré esas linternas, pero jamás he liberado una al cielo. ¿Por qué no? – interrogué Cómo te dije, los pedidos deben ser específicos y hasta ahora solo se me han ocurrido puras ambigüedades. Tal vez la planificación me abruma. Entre comprar el globo, elegir un día, escribir el deseo… son demasiados pasos. Lo específico me sale en un marco de espontaneidad supongo. Incluso te diría que me gusta eso de mí, mucho más genuino. ¿No? Quedé en silencio acariciando su cabello. Pensé en todos los eventos pasados a su lado hasta ahora, caracterizados por esa espontaneidad tan natural en ella. ¿Podríamos avanzar más en nuestra relación sin planificar absolutamente nada? ¿Cuántos años podríamos dejarnos “llevar”? Las dudas latiendo en mi cabeza me provocaron hartazgo por lo que empecé a tararear una canción. A ella le gustaba dormirse escuchando mi voz y el latido de mi corazón. Podes utilizar otros medios para pedir tus deseos. - ¿Cómo cuáles? – pregunté luego de un rato. Página - 22 Después de una breve pausa, finalizó su discurso: 23 aunque sé que es una locura que no lía, ir los dos juntos por la vida, contra el resto del mundo... Eres mía, Alejandro Sanz Página Ya estoy aquí otra vez, ensayando una nueva despedida. Aquí, animándome a dar el primer paso de mi huida. Colgado de tu melena, atado a ti por cadenas, a ti, a ti; maldito deseo. Mi voluntad envenenas, llenas de ti mi existencia, de ti, por ti; no puedo creerlo, no puedo creerlo, no. Pero eres mía, tan fuertemente mía, que hasta me siento un ser injusto y egoísta. Pero quería decirte un hasta siempre y, sin embargo, he suplicado: quédate siempre a mi lado, los dos juntos contra el resto del mundo. Yo, que ensayé mi discurso y de memoria lo sabía, hoy frente a ti, me quedo en blanco y las frases se me olvidan. Me miras y me terminas, me rindo cuando suspiras, por ti, por ti; y otra vez me ganas. Vuelve a engancharme a tu risa, me atrapas en tu camisa, en ti, en ti. Me pueden tus labios, me pueden tus labios, no. Y te quiero mía, profundamente mía, aunque sea en esta calle sin salida. Siempre tan mía, intensamente mía, aunque sé que es una locura que no lía, ir los dos juntos por la vida, contra el resto del mundo. Y te quiero mía, profundamente mía, aunque sea en esta calle sin salida. Siempre tan mía, intensamente mía, Coloque un poncho de color bordó en el borde de piedras que estaba a un lado del camino de cornisas. Ella se sentó encima con sus piernas colgando, para el lado contrario al camino. Golpeaba con sus pies la pequeña pared de piedras y lajas. Los adornos dorados de sus botas le permitían crear ritmos musicales con cada golpe. La noche estaba calma, con una luna inmensa en su fase inicial creciente. Las luces verdes del sendero, iluminaban el camino de ascenso a la cima. Se sentía la brisa fresca, anunciando el final del verano. Cubrí sus ojos con un pañuelo violeta que se había olvidado hace algún tiempo atrás y yo no le quise devolver, para sentir su perfume los días que la extrañe. - Pensé que lo había perdido. Dijo entre risas. Luego de anudar el pañuelo le dije al oído “Pensá un deseo, concreto, con la fecha en que querés que se cumpla y las condiciones en que querés recibirlo”. - - ¿Qué son esos ruidos? Me inquieta estar vendada. - Comentó muy divertida, mientras yo libraba una batalla con un globo de los deseos de papel con detalles en amarillo y violeta. Ahora sí - Le dije - podes mirar. 24 En el baúl de mi auto, tenía una botella de vino blanco (chenin dulce natural, su favorito). Página ¿Estás lista para mi regalo? - ¿Ya pensaste en tu deseo? – consulté. Puede ser. ¿Vos el tuyo? – respondió alegre. Ayúdame a colgárselo, en mi bolsillo está un papel con mi deseo anotado. Tengo un lápiz para que vos también puedas anotar el tuyo del otro lado. Prometo no leerlo. Pero vos tampoco leas el mío. - - Entre risas y cosquillas retiro el papel y el lápiz. Escribió rápidamente y lo ató con un hilo dorado a la estructura metálica. - ¿Lista? – le pregunté. Esa noche lanzamos un globo al cielo. Jamás supe cuál fue su deseo. Le dije que le contaría el mío pero no quiso escuchar. - Brindemos, por nuestros deseos. – dijo elevando su copa y mirándome a los ojos. Por nuestros deseos. – respondí - Chin chin. Y así, con indirectas y directas, brindamos hasta dejar vacía la botella. 25 - ¿Estás más tranquila ahora? – le consulté luego de terminar mi segunda copa. Mucho más tranquila. Me tranquiliza que estés conmigo. Aunque yo no esté, tenés que estar tranquila igual. Sos un tramposo, ¿sabías? Brindo por tu ingenio y tu creatividad. Que nunca jamás desaparezcan. – dijo sirviendo lo que sería mi tercera copa. Yo brindo por tu inestabilidad que nos lleva siempre al límite. Yo brindo por tus inseguridades, que te hacen comportar como un niño. Y yo por tus caprichos, que te vuelven una niña. Y por este amor de niños. Tan ingenuo. Tan infantil. Y por eso puro. Página Se quitó suavemente la venda de los ojos, que se iluminaron al contemplar la luz del globo encendida. 6 Todas las hojas son del viento… - - A veces creo que nunca te enamoraste. – dijo de manera brusca. ¿Porque decís eso? – respondí perplejo Cuando cantas, no me transmitís nada. Veo en vos demasiada concentración en tu técnica y tu imagen, pero no siento que me transmitas lo que atraviesa por tu cuerpo. ¿A qué viene esto? ¿Quién dijo que las almas gemelas tienen que estar juntas por siempre? Una verdadera alma gemela te dice lo que no quieres escuchar, te levanta del cielo, se convierte tu espejo exigiendote lo que espera de tí. (...) Una verdadera alma gemela no te dice lo que quieres oír, te despierta a bofetadas para que abras los ojos ante la vida. Siempre me dijiste que era difícil cambiar el mundo. Lo hacías para retarme porque sabes que retándome me esforzaría mil veces más. Gracias lo lograste. P/D: De todas mis breves historias esta es la única que tiene sabor a eternidad, incluso después de haberse acabado. “Quien es ella para juzgar mi trabajo. Quien es ella para decirme esto de esta manera. Tiene una habilidad única para hacerme sentir juzgado todo el tiempo”, pensé. El diario de una Ilusión, Nacarid Postal Arraéz - - Perdón si fui brusca. Pero quise expresar mi inquietud. Tenés una buena técnica, y físicamente te ves muy bien, pero siento que falta pasión, esa pasión que solo las emociones haciendo un - Te voy a decir todo lo que crea que te hará ser tu mejor versión. - luego de decir esto cerró el libro con fuerza. ¿Acaso yo te lo pedí? – cuestioné con enfado 26 - El frío de su mirada me atravesó como una flecha que sentí bajar por mi garganta. Tomó un libro, y me leyó un fragmento: Página Era domingo de “Musicodebate”. Una de las actividades que nos ingeniamos para desconectarnos del mundo y centrarnos en disfrutar la música e interpretarla. Ella decía que la música es un lenguaje universal, puesto que no importa el idioma de la letra, al significado lo da el ritmo y los sentimientos que él o la intérprete transmiten. torbellino dentro de tu cuerpo, podrían expresarse en el exterior. Si me amaras, no me dirías esto. Quizás sos vos la que nunca se enamoró, o al menos no de mí. - Vida, muerte, dolor, angustia, desesperación, miedo, intriga, amor, dulzura... la hija de puta sabía cómo hacer para que todos sientan lo que ella sentía. Después de ese día la agendé en mi teléfono como “emperatriz manipulación”. Ella nunca lo supo. Como tampoco supo la rabia que me provocaba que maneje las emociones de la gente a piacere. Maldita bruja psicópata. No le respondí. No hacía falta que lo haga. No iba a admitir en voz alta que ella tenía razón, su pasión se reflejaba en todo su cuerpo: sus movimientos, su respiración, sus gestos, los matices en la voz, y sus ojos... esos diabólicos ojos. Sonríe y se regocija en su victoria. La victoria en sus batallas de “tener la razón” le inflan el ego. Más aún de lo que ya está por naturaleza femenina preconcebida. Estábamos sentados sobre una manta que nos protegía de la humedad del suelo, ella enfrente, mirándome fijo. Después de este cruce de palabras, se levantó, se sacudió su vestido violeta y acomodó sus bucles desordenados. Manifestaba enojo, pero me di cuenta que estaba jugando. Siempre jugaba, lo que me sugería que el 90% de los eventos que ocurrían en nuestras vidas, ella no se los tomaba en serio. Es solo una apreciación. Tal vez, mi conclusión sea solo resultado de mi molestia con ella. (Mi molestia actual, y la molestia que sentía en ese momento). Empezó a caminar en círculos alrededor de mí mientras me miraba fijamente, como estudiándome. El viento movía sus ondas castañas por su rostro y hacía bailar los volados de su vestido. Debía sostenerlo con las manos para no pisarlo. Me impacientaba la lentitud y gracia con la que me rodeaba. - ¿Qué haces? ¿Vas a acabar conmigo? – pregunté riendo y con notoria incomodidad. No hay respuesta. Pero sus mejillas empiezan a sonrojarse. - Barrilete cósmico ¿De qué planeta has venido? ¿Qué significa esto en tu planeta? – pregunté inútilmente - ¿Hola? - dije intentando conseguir 27 - Tenes razón. Pensé que valorarías más alguien que busque potenciarte, y no que esté simplemente para adularte. ¿Y si yo hago lo mismo? Me encantaría, pero necesitarías ir a ver mi trabajo para eso. – expresó fanfarronamente. Si fui. Eras el de camisa negra, del lado derecho del escenario. Las luces no me dejaban ver bien al público, pero te vi. Aplaudiste con los brazos arriba. Si. – respondí secamente. ¿Porque me mentiste? Por esto, no quería hacerte sentir mal con mi opinión. No me gusta tu estilo, no es el mío. Ya sé, pero al margen de mi “estilo”, ¿yo que te transmití? Página - una respuesta - ¿Cómo se llama tu planeta pequeña extraterrestre? Se arrodilló a mi lado y tomó mi mano izquierda entre las suyas. La miraba como si fuera la primera vez que la veía, aunque ya hubiera hecho esto mismo, unas cincuenta y tres veces, aproximadamente. Analizaba detenidamente mis dedos. Tocó una a una las yemas, de superficie callosa. Le siguió su cara de sorpresa con los ojos abiertos cambiando de mis dedos a mi rostro. Siguiendo su juego, respondí a su gesto de intriga: - Soy músico. Toco la guitarra. Por esos mis dedos están así. Las cuerdas lo provocan. Se quedó inmóvil, pensativa. Miraba a la nada, mientras mordía el lado derecho de su labio inferior. Movió su cabeza para todos lados en busca de algo. Por fin encontró mi estuche, fue rápidamente a traerlo, tomó la guitarra y me la entregó. Ubicó mis manos en las posiciones adecuadas y se sentó detrás de mí, usando mi espalda como su respaldo. Empecé con un punteo tranquilo. Sentía su respiración. Un escalofrío atravesó por mi columna. Cuida bien al niño Cuida bien su mente Dale el sol de enero Dale un vientre blanco Dale tibia leche de tu cuerpo Todas las hojas son del viento Ya que él las mueve hasta la muerte Todas las hojas son viento Menos la luz del sol Cambia ya tu mente Cuídalo de drogas 28 Hoy que un hijo hiciste Página Todas las hojas son del viento Ya que él las mueve hasta en la muerte Todas las hojas son del viento Menos la luz del sol Nunca lo reprimas - Dale el aurea misma de tu sexo Todas las hojas son del viento Ya que él las mueve hasta la muerte Todas las hojas son viento A simple vista podría juzgar a Spinetta de moralista. – dije - Pero si a vos te gusta, de moralista no tiene nada. Empezó a reírse y entre risas dijo: - Según tu concepto de la moral, probablemente no. Pero ¿qué es la moral? Nuevamente aparece una palabra, con múltiples significados. Hay que anotarlo en la libreta. Menos la luz del sol - - ¿Qué quisiste decir con esto flaco? - dije en voz alta levantando las manos hacia el cielo. Esa canción la escribió cuando tenía mi edad, o siete años menos que vos hoy. En un mundo violento, la muestra esperanzas en las generaciones futuras. Si nos viera. Le dice a ella que tenga un bebé. Pero que la decisión es de ella. Y que lo cuide de las drogas. Que difícil, cuidar a un hijo de las drogas en el mundo con capacidad para prevenir, curar, cuidar pero sobre todo: enfermar. Qué difícil cuidarnos incluso a nosotros/as mismos/as. 29 - Otra vez mi pequeño extraterrestre se escapó con gracia de todas las situaciones que la ponen incómoda. Y otra vez yo, olvidé el porqué de mi enojo, sintiendo sin explicación ni con ímpetu de buscar razones, que la amaba profundamente. Página Luis Alberto Spinetta Se me ocurrió algo más para agregar a la libreta: Página J. Cortázar. 30 "Creo que todos tenemos un poco de esa bella locura que nos mantiene andando cuando todo lo demás es tan insanamente cuerdo" “Mis manos quieren acariciar tus piernas y subir sintiendo la suavidad de tu piel. Hundir un beso en tu cuello, tomarte prisionera en mis brazos y no dejarte ir hasta que el sol asome por tu ventana y nos diga que la noche ya se fue.” - ¿Ahí termina tu sueño? – consulté - Si, ahí termina. – respondió Nunca le daba importancia a sus sueños, y este en particular no sería la excepción. Ella parecía consternada pero para calmarla me reí. Era solo un sueño ¿para qué darle más vueltas al asunto? - Escribí un martes 13 de agosto. - El mismo día que me contaste la terrible pesadilla que no te dejó dormir la noche anterior. - “Anoche tuve un sueño horrible. Vos y yo estábamos acostados en un trampolín enorme, mirando al cielo... en un momento nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos. Tomé tus manos y despacio las acariciaba. Sentí algo extraño, por lo que miré mis manos y estaban cubiertas de sangre. Las miré más de cerca y me di cuenta que entre la piel tenía hojas de acero muy afiladas. Después de este descubrimiento, te seguí acariciando, ¿Te estaré haciendo algún tipo de daño sin darme cuenta? Fue solo un sueño pequeño extraterrestre. – dije intentando consolarla. ¿y vos a mí? Quiero seguir escribiendo esta historia con vos, ¿vos querés seguir escribiéndola conmigo? No respondió. Solo sonrió. Para mí fue una afirmación. Cuando estábamos juntos el tiempo en nuestro mundo parecía detenerse, sin embargo, en el mundo del resto de los terrícolas parecía pasar más rápido. 31 Gracias a vos descubrí una parte de mí que no conocía. Mi lado psicópata. Página 7 con el único fin de lastimarte más aún. Vos me mirabas con tus ojos enamorados. Aparentemente no te dolía. Yo dejé de acariciarte y te dije con todo el amor que sentía: ahora nunca más vas a volver a tocar la guitarra. Vos me miraste y me dijiste: ´no importa´, y después me abrazaste.” - - Tal vez, deberíamos agregar un día a la semana. Dijo una tarde de domingo. ¿Después de qué día? Después del domingo... o entre el sábado y el domingo. Ese sería el séptimo día de la semana. O el tercero del fin de semana si va después del domingo. ¿Y cómo se llamaría ese día? – pregunté entretenido. Y... los días tienen nombre de planetas o astros. Tendríamos que buscar qué planeta está disponible. – respondió al tiempo que dibuja en un cuaderno planetas y estrellas. Ella quedó en silencio, abocada a su tarea. Luego de una breve pausa, dije: Me parece que tenemos libres Neptuno, Urano y Plutón. Nos pareció entonces muy urgente, importante y prioritario, agregarle un día a la semana exclusivo para amarnos. Por esto, nuestra tarea de esa tarde fue asignar un nombre digno a este día, ubicado entre el sábado y el domingo. Optamos por el planeta Urano, parecía una buena idea en ese momento, aunque con el correr de los días nos dimos cuenta que sonaba horrible el nombre de nuestro día... o quizás no era el nombre, ni el planeta, ni el día. Tal vez era otra cosa. 32 - Página No quiero mirar el reloj, no quiero ver la luz del sol entrando por la ventana. - - Es el séptimo planeta desde el Sol y el tercero más grande del Sistema Solar. Siete y tres, números mágicos. Urano es también el primero que se descubrió gracias al telescopio, en 1781. La atmósfera de Urano está formada por hidrógeno, metano y otros hidrocarburos. El metano absorbe la luz roja, por eso refleja los tonos azules y verdes. Creo que este es nuestro planeta. ¿vos que pensás? Urano, Uriel. Como el arcángel. Uno de los siete espíritus, lleva la cuenta de los sentimientos, pensamientos y actos de los seres humanos durante su recorrido por la vida. – recordé aportando a su reporte. Entonces, entre sábado y domingo está Urielnes. Creó un nuevo calendario y marcó entre el sábado y el domingo, el Urielnes. Día de los habitantes del planeta Urano (o sea, ella y yo). - Tenemos nuestro día, nuestro planeta, nos tenemos a nosotros. – dijo alegre. En ese momento creíamos que veníamos de otro planeta. Efectivamente era así. Éramos seres de planetas diferentes, ella de un planeta diferente al mío y por tanto, una completa extraña a la cual no podía entender aunque lo intentara, con estilos distintos, formas de vivir y pensar Una vez falté a un Urielnes sin previo aviso. Ella se molestó muchísimo. Me llamó 53 veces. No miento, mi teléfono lo registró. Yo dormía en mi casa, dormí como hacía mucho no dormía pero ella no me creyó. Entonces decidí responder vía mensaje de Whatsapp lo siguiente: “Estimada Habitante del planeta Urano, creo que no puedo seguir yendo a visitar tu planeta dado las grandes concentraciones de gas metano. Me di cuenta que no soy oriundo del lugar y mi cuerpo no lo tolera. Ayer leí una nota en una revista que me dejó muy asustado, te la comparto: Una vez inhalado, el gas irrita toda la mucosa nasal, bucal, auditiva y ocular, además de la parte pulmonar. También está el agregado de benceno, altamente cancerígeno. Desde la mucosa nasal llega hasta faringe y tráquea. Pasa a pulmones generando irritaciones tan severas que llega a producir neumonitis química, un proceso inflamatorio que altera el intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico. De los pulmones pasa a sangre. De sangre, a cerebro. Del cerebro, al sistema nervioso central. Y del sistema nervioso central, al corazón. 33 - que me resultaban incomprensibles, y aunque al inicio nos entendimos, de a poco me di cuenta que no compartíamos siquiera el mismo idioma. Página Luego de googlear todo lo relativo a Urano leyó en voz alta su resumen: Como verás, los efectos son mortíferos y estoy priorizando mi salud en estos momentos. Sin más, me despido. Recibe un cordial saludo. “ Página 34 No fue una buena idea. Así es cómo terminamos nuestra relación... la primera vez. El cantautor con su computadora El pastor y su afeitadora El despertador que ya está anunciando la aurora Y en el telescopio se demora la última estrella La máquina la hace el hombre Y es lo que el hombre hace con ella El arado, la rueda, el molino la mesa en que apoyo el vaso de vino Las curvas de la montaña rusa La semicorchea y hasta la semifusa El té, los ordenadores y el espejo Los lentes para ver de cerca y de lejos La cucha del perro, la mantequilla La yerba, el mate y la bombilla Estas conmigo Estamos cantando a la sombra de nuestra parra Una canción que dice que uno solo conserva lo que no amarra Y sin tenerte, te tengo a vos ya a mi guitarra Hay cisnes Hay trenes Hay cacerolas Hay fórmulas hasta para describir la espiral de una caracola Hay más: hay tráfico Créditos Cláusulas Salas VIP Hay cápsulas hipnóticas y tomografías computalizadas Hay condiciones para la constitución de una sociedad limitada Hay biberones y hay obúses Hay tabúes Hay besos Hay hambre y hay sobrepeso Hay curas de sueño y tisanas Hay drogas de diseño y perros adictos a las drogas en las aduanas Hay manos capaces de fabricar herramientas con las que se hacen las máquinas para hacer ordenadores Que a su vez diseñan máquinas que hacen herramientas Para que las use la mano Hay escritas infinitas palabras, Zen, gol, bang, rap, Dios, fin. Hay tantas cosas, yo solo preciso dos Mi guitarra y vos Mi guitarra y vos 35 Es cierto que no hay arte sin emoción y que no hay precisión sin artesanía como tampoco hay guitarras sin tecnología Tecnología del nylon para las primas Tecnología del metal para el clavijero La prensa, la gubia y el barniz Las herramientas de un carpintero Hay tantas cosas, yo solo preciso dos Mi guitarra y vos Mi guitarra y vos Guitarra y vos - Jorge Drexler Página Que viva la ciencia Que viva la poesía, que viva siento mi lengua cuando tu lengua está sobre la lengua mía El agua está en el barro El barro en el ladrillo El ladrillo está en la pared y en la pared tu fotografía 8 Preguntarnos si estuvo bien, o no. Si tuvo sentido, o no. Si estuvimos en lo correcto al hacerlo, o no. No tiene sentido. Lo hicimos. Los porqués seguramente se respondieron en ese momento. Cuestionar el pasado es una pérdida inútil de tiempo. Lo hicimos, nos dimos una segunda oportunidad...y una tercera… y una cuarta…y unas infinitas nuevas oportunidades. La pregunta es ¿oportunidad para qué? Podría afirmar, según mis recuerdos y experiencia vivida que cada una de ellas fue más intensa que la otra. Puedo afirmar además, que ninguna fue igual que la anterior. Y por último, también puedo afirmar que nos esmeramos para que fueran inolvidables. Página Y así es como iniciamos… por segunda vez. 36 Transpiración. Tu Transpiración. Tu cuello, tu pecho, tu espalda, tus brazos. El peso de tu cuerpo sobre el mío. Tu boca. Tu boca y la mía. Tus labios suaves, lentos, dulces... Una delicia para los míos que se pierden, se descontrolan, se enloquecen... Y vos los detenés en medio de la tormenta, como un viento que lleva las nubes cargadas... Para llevarlas a otro lado alimentando la excitación. Drogándome con el sabor de tu saliva. Llevándome al paraíso del éxtasis cada vez que respiro tu estimulante aliento caliente. Es mi interrogante nuevamente. Lo que logramos: agravar el daño que nos habíamos hecho y que nos seguíamos haciendo. 37 ¿Para qué? Lo que buscábamos: seguir adelante a pesar de todo, demostrando que el amor es más fuerte. Página Oportunidades 27.5.13 38 Esta ironía de sentir que todo termina sentir que mi cuerpo no respira y volverte a encontrar y decidir continuar algo que parece que nunca va a comenzar No sos mía, pero tampoco un imposible y luego de unos días siento que otra vez se termina hasta que me llamas y todo vuelve a empezar esto que no es nada pero que a la vez, no tiene final. Página Antes sentía miedo: miedo de perderla, miedo de no poder estar jamás con ella, miedo a que ella se aburra de mí o se asuste. No quería confesárselo, pero ella siempre fue astuta. Se daba cuenta de todo, solo que a veces se hacía la desentendida. Más de una vez las evidencias se presentaron ante sus ojos, sin embargo optó por creer en historias alternativas. Al principio pensé que era producto de su ingenuidad, o las aspiraciones a vivir en un mundo de fantasía. Luego, ella misma se sacó esa máscara, enfrentándome. El inicio fue lento. “A veces tengo miedo de sentir lo que siento. No quiero dar pasos agigantados y asustarte. Somos tan diferentes, y al mismo tiempo tan parecidos.” Le dije una noche, antes de quedar dormidos. - ¿Asustarme? ¿por qué asustarme? – me interrogó crees que podés Muchas cosas que escribí o dije, no recordaba. Lo hice luego de releerlas entre sus registros en papel y digitales (capturas de pantalla). Sorprendido admití: - Realmente no puedo creer que haya sido yo el autor de tan bellas palabras, solo vos podés despertar todo esto en mí. Ella se quedó mirándome y sonrió. Me pareció ver de reojo un gesto melancólico. Tenía la costumbre de colocar en su rostro expresiones de pena, tristeza, dolor o cualquier emoción similar. 39 El sentimiento no estoy seguro si estaba, pero la expresión, abundaba. Página Ella tenía la costumbre de escribir todo en una libreta. Son 3 las de los primeros meses, de a poco el número empezó a decrecer, siendo en total 7 las que contienen nuestra historia narrada a su forma: de manera desordenada y con transcripciones exactas de cada una de mis palabras. Caminás a mi lado. 9 Adrenalina motivadora de mis nervios. Sos aquello que era un inimaginable. Ese azúcar, ese chocolate. ese dolor de estómago, lo rico y lo feo, mis caries, mi disfrute. ¿De dónde saliste? Me rio. Te miro, te tengo, te disfruto. Hoy y mañana. Ayer no sabía de vos. No te había tenido tan cerca como hasta ahora, pero mi irracional mente y yo estamos de acuerdo en que nos conocemos de esta y de otras vidas pasadas. Me mirás. Me calmo. Me río de nuevo. Tu mano y la mía juntas. Ilógico, absurdo, disparatado. “¿Te vas a ir a tu planeta” te pregunto; “prefiero quedarme aquí” me respondes, dando lugar a mi alivio. Un banco de plaza, vos y yo, luces arriba, luces abajo. Una ciudad. Tu sonrisa. La felicidad nos toma de las manos, invitándonos a seguirla. Un día, ese día. El tiempo y el espacio, que es mío, se cruzó con el tiempo y el espacio que es tuyo, para convertirse en “lo nuestro”. Ese tiempo y ese espacio que es nuestro. Entonces llego desde ese planeta en el que me veo obligado a vivir, a ese otro donde quiero estar. Un planeta conformado por vos y yo, y ese chocolate que compartimos entre besos y juegos. 40 “¿De dónde saliste extraña criatura?” Te pregunté una de esas tarde de agosto cuando el sol calentito, lo calentito del sol lucha para quedarse, en una guerra en donde triunfa la luna junto a su despejado cielo helado y eterno. Te busqué sin darme cuenta que lo andaba haciendo. Página Es tanto lo que siento cuando te veo, cuando te tengo, cuando te miro, cuando...cuando estás a mi lado. Te conocí ayer, hoy te amo, y espero hacerlo aún más en el futuro. Uno. Una palabra. Página Ya no digo vos. “Vos” es una palabra. Ya no digo “yo”, puesto que es otra palabra. Vos y yo son tres palabras, y nosotros solo somos uno. 41 Aquí y ahora, yo dando de mí, vos dando de vos. Sabemos que nuestro amor es gratuito, pero una caricia tuya me llena de dudas. Me enojo. Ya no me gustás más. Hoy quiero olvidarte. Me olvido. Te amo. Perderte no es una posibilidad, tenerte es mi prioridad. Te enojás. Me decís que esto no funciona. Coincidimos en que la sintonía no es la misma. Decidís salir a caminar, tal vez más pensar que caminar. Caminar sin mí. Volvés. Me extrañas y me amás. Te amo. Nos amamos. Caemos profundamente de nuevo en este planeta que es nuestro, recorriendo con besos cada rincón de tu cuerpo, tomando con sed desesperada hasta la última gota. Recorriendo los espacios que antes eran solo tuyos y los que antes eran solo míos. Nuevamente se confunde todo. Tu alma se libera y junto a la mía cantan una apasionada sinfonía que de a poco se vuelve suspiro. Lo que era una fuerza desgarrante ahora solo tiembla. Tiembla y descansa. Nuestros cuerpos (que poco pueden moverse) se buscan. Los labios se encuentran solo para quedar unidos en la quietud total. Disfrutar. Disfrutarnos. La transpiración helada y la respiración suave. Forman parte de ese momento de gozo. Me aseguro de tenerte cerca una vez más. Nos aseguramos. Cerramos los ojos y el sueño profundo nos lleva de nuevo a un lugar del inconsciente en el que seguimos siendo nosotros. ¿Debería seguir luchando por esto? Sí quiero. Página … o puedo. 42 No sé si debo... Hay algo que no está bien, no sé qué es. Página 43 Lo olvidé. - “Irreflexivamente” Sin pensar Serendipia Hallazgo inesperado Aprehender Hacer propio un conocimiento. Que pase por tu cuerpo. Inefable Algo que no puede explicarse con palabras Etéreo Algo extremadamente delicioso y ligero Sempiterno Que durará por siempre Limerencia Estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra. - Listo. Ya te sabes las 7 palabras de esta semana. Me aburre este juego. – dije luego de tomarle lección de su lista en Wunderlist. - No es un juego. – me reprendió Un día de esos de los tantos que vivimos juntos, íbamos a irnos de paseo, pero a ella le pico un bicho en el pie. Nunca “La cantidad de términos que maneja una persona promedio puede variar, pero según Susie Dent, lexicógrafa y experta en diccionarios, una persona cuenta en su haber con unas 20.000 palabras activas y unas 40.000 pasivas. Para Dent, es importante distinguir entre aquellos términos que conocemos y utilizamos y aquellos que podemos conocer pero no empleamos.” Leí. “Listo. Decidido. Todas las semanas tenemos que sumar 7 palabras nuevas y significativas a nuestro vocabulario.” Dijo muy entusiasmada, pero no sin antes burlarse de la especialidad de la mujer. “¿Quién se especializa en diccionarios?” expresó entre burlas y con su habitual gesto de desaprobación. - - - Hipertimesia Memoria autobiográfica superior, o sea que la persona puede recordar hasta el más mínimo detalle de lo que le pasa. Supedita Ancla o une una cosa a otra. De verdad esto no tiene caso, con las palabras que ya están en mi vocabulario me basta. ¿Para qué agregar más? Ahí está el detalle – suspiró con el ceño en alto. Explicate – pedí de mala gana. 44 - supimos qué bicho fue. Su pie se hinchó y le costaba caminar. La lleve a la guardia del hospital más cercano. Era domingo y había bastante gente. Durante la espera, para que se olvide del dolor empezamos a leer “cosas inútiles que sirven”. Página 10 - - Vos estás memorizando palabras, y realmente, no tiene sentido. En mi caso, estoy aprendiendo significados. Mi búsqueda tiene sentido, la tuya, solo tendría si vos se lo encontraras pero no, ni vos mismo sabes por qué lo haces. Para complacerte a vos. ¿Tenías amigos en la escuela vos? Señorita “solo jugamos a lo que yo quiero”. Empezó a reírse, cosa que me molestó. - ¿y cómo hiciste ese hábito? – pregunté con clara intención de no dejar sin punto final la discusión. - De manera colaborativa gracias a tu apoyo. – respondió infantilmente. Algunas "cosas" son inentendibles, algunas personas también. Más la conocía y menos motivación tenía para seguir averiguando que más había en el laberinto de su mente. ¿Y ahora qué? - le pregunté con enfado. SIN SEN TI DO – respondió separando en sílabas. Dicho o hecho absurdo que carece de lógica y de sentido común. Preferí dejar sin final la charla. Dejé a su ego salirse con la suya, no por creer que tenía la razón u opinar de la misma manera; sino porque entendí, que a estas alturas, cualquier conversación entre ella y yo en donde nuestros pensamientos no coincidan, era una pérdida de tiempo. Empezamos a reír ambos. Luego de 3 semanas, el juego (o lo que fuera) de las siete palabras, se había acabado. Al menos para mí. Supongo que ella siguió jugando sola... o no. “Pérdida de tiempo” repetí en mi mente muchas veces esa noche. Perder mi tiempo. Perder. - Le costaba hacer cosas, sola. Un día le expresé mi inquietud respecto a esto pero fue una pérdida de tiempo. Ella solo valida lo que ella misma piensa y dice. Los demás somos de piedra. Seres carentes de inteligencia, criterio o poder de discernimiento. es que me cueste hacer las cosas sola de por sí, me cuesta crear hábitos nuevos. Y no estoy acostumbrada a hacer cosas sola. Me cree el hábito de hacer cosas con vos. – afirmó para refutar mis dichos. 45 No Página - 11 Todos sabemos desde la escuela, que la abundancia de una cosa rebaja su valor. Es posible que en los países libres abunde a tal punto la libertad que las gentes terminan por no darle importancia. Aquí hubo mucho de todo. De la Angustia a la Libertad. Salvador de Madariaga. Página 46 Todo el tiempo. Creo que es hora de viajar a otro planeta. Página 47 Es hora de seguir caminos distintos y cada cual a su ritmo. No digas maybe No dale baby Después de tanto tiempo de tantos ungüentos. De darnos contra el muro de nuestros lamentos. Sigo buscando afuera lo que no hallo dentro sin pelos en la lengua aquí te espero No digas maybe No dale baby y encontrar amor A veces el entorno te nubla la vista ya sea el gurú de turno o el psicoanalista No digas maybe No dale baby Al poner condición se evapora el amor. Al poner condición se evapora el amor. No dale baby Yo me hago cargo de mis sin embargo de la pena y de la gloria de todos mis bardos Relojeo el espejo sin miramientos y encuentro mi bosquejo sin remordimiento Con lo que nos costó llegar hasta acá Sigo buscando un amor sin pelos en la lengua sin obligación, ni juzgados sin tantas condiciones ni reclamos, que esto no es una feria, ni un bazar, ni un mercado. No digas maybe No dale baby No digas quizás, Kevin Johansen Página Con tanta gente hablando a tu alrededor no puedes ser feliz 48 No digas maybe No dale baby Culpa. No, no hay porqué. Ella lo hizo, me lo confesó. Hace mucho. Yo perdoné. ¿Perdoné? Confusión. Esto me demuestra que lo nuestro debe acabar. Al fin y al cabo, casi ni estas en mi vida. Sos el porta retrato de mi living nada más. Ya no quiero esto, escuchaste. Hablo con vos, egoísta, narcisista. ¿Te importa algo de lo que me está pasando? ¿Sabes acaso lo que siento? Sigo bajo los efectos del alcohol. Me agarro la cabeza. En mi cara me mentiste por años. ¿De viaje con él? Trabajo. Si, está bien, no pasa nada. ¿No pasa nada? Desprecias todo lo que soy, todo lo que tengo. Nada te basta, no puedo más. Se acabó todo lo que tenía para dar. Vos agotaste mi paciencia y dilapidaste cada uno de los sueños en los que te figuré a mi lado. Y te recuerdo ahí sentada con una copa de vino, burlándote de mí y de mi pasado. Y yo como un idiota, dejándote hacer y deshacer a tu antojo. Basta. 49 Estoy perdiendo la cabeza. Página La resaca impedía a mi cuerpo responder coherentemente. Costó pero logré darme una ducha de agua más fría que tibia. Me acosté aún mojado y sin ropa en la cama. Sentía que giraba todo a mi alrededor, lo que acrecentaba mis nauseas. Ella está lejos, en otro país, con otro. Pensé. No, es mi imaginación que desea un paso en falso de su parte para encubrir mi propia culpa. El agua helada que combino con azúcar, bicarbonato y limón. Mi garganta está seca e irritada. Carraspeo. El preparado me ayuda a aliviar, al menos parcialmente, el mal estar. Intento recordar. La secuencia de imágenes superpone los eventos de la noche anterior. Recordar desde el principio es un buen ejercicio. Ella está en otro país, me repito a mí mismo. Bebo un sorbo largo. Mi celular, lo busco. Mensajes de ayer. Hola, hola, vamos a tomar algo, tal vez, hoy, no sé, si bueno. Un departamento, un gato, hola hola, mi amiga su novio. ¿Qué vas a tomar? Pregunta amablemente; de donde se conocen, trabajo respondo. Una copa, dos vasos, dos más y un juego, y luego la entrada de un boliche. Hace mucho que no asistía, no me gustan, ¿te ayudo a cambiar de opinión? Me dice sonriendo. Un champagne y energizantes. Dos, tres, cuatro. Quedate en mi casa. Luces de colores. Vení conmigo. Una calle angosta, una iglesia, una casa con pared de piedras y verjas en madera rustica, recuerdo estar mareado, me reía mucho. “Me sacás carcajadas” dije tal vez. ¿Estoy feliz? Contento tal vez. Hace mucho que no lo sentía. Una calle angosta, es un pasaje. Portón gris. Pasá, perdón el desorden, están construyendo. Y desde ahí la historia es sin ropa, y con pasión desmedida. No lo sentía hace mucho tiempo. Nada de esto sentía. Estoy vivo otra vez. Es que no creo. – me decís con esa mueca burlona en tus labios. ¿Crees en duendes y no en “el amor de tu vida”? – insisto. Primero: hay mucha evidencia recogida a lo largo de los años que demuestra la existencia de los duendes y su posible morada en las higueras. Segundo, “el amor de tu vida” visto como pareja, no creo que exista como “hallazgo”. Para mí es una construcción. Eso de “buscar y encontrar al amor de tu vida” me parece un invento, muy malo por cierto. Te propongo analizarlo desde mi enfoque. ¿Alguna vez has imaginado a tu pareja perfecta? Es decir, cómo te gustaría que sea esa persona. – inquirió con intensidad. Claro. ¿Vos no? – respondí secamente. Por supuesto que sí. Millones de veces y desde que soy una niña. Soy mujer: mi objetivo en la vida es casarme con el príncipe azul y darle hijos fuertes y sanos. - dijo con desfachatado sarcasmo. No te vayas de tema. – reprendí. - - - - - Tengo un punto. Todo el tiempo a mí me dicen cómo debe ser el príncipe que me rescate de la torre, y a vos te dicen cómo debe ser tu princesa a rescatar. Nos obligan a idealizarnos mutuamente. No somos ni un dominó ni un rompecabezas. ¿Por qué creer que mágicamente va a venir una pieza que encaje a la perfección? Entiendo tu punto. Sin embargo no podés negar que hay personalidades que encajan más que otras. Encontrar un ser parecido a vos, produce un flechazo instantáneo, que te lleva a buscar en esa persona tu otra mitad. Siento que estamos en medio de un total desacuerdo. El flechazo se produce por cuestiones físicas que nada tienen que ver con la personalidad, a menos que hayas conocido a esa persona cuando estaba dando un discurso sobre los fundamentos de su vida desde un podio en una plaza pública. Flechazos ocurren todo el tiempo y en cualquier lugar. Cada persona elige si atiende al flechazo o no, cada quien decide cuándo y a quién abrirle la puerta. Vas al super y chocas tu carrito con alguien, lo mirás, te gusta. No pasa nada, seguís en lo tuyo; pero en el recorrido hasta la caja vas imaginando la vida de esa persona: que música escucha, cuantos años tiene, su profesión, sus amigos/as… Te detenés en la sección de libros, para mirar qué hay de nuevo, y ahí está él o ella, mirando el libro que buscas hace meses. Hay dos opciones ahora: pedir su contacto o seguir 50 - Página Otra vez, mi rol de novio modelo. Te llevo al aeropuerto. Cargo tus valijas. Te compro un regalo. Ya sé mi librero. Conozco los movimientos que debo realizar para mantenerte contenta. Me gustabas más descalza y despeinada, cuando no te importaban ni iphone ni los tacos altos. Ni las apariencias. Cuando te importaba algo más que vos misma. - - ¿Conociste a alguien? – interpelé aprovechando la puerta que ella misma estaba abriendo. Todos los días conocemos a alguien. Esto es solo un ejemplo que ilustra perfectamente lo que afirmé con respecto “al amor de tu vida”. Creemos que existe, nos esperanzamos con una ilusión porque aparentemente lo real asusta. Conocemos a alguien que puede (tal vez) ajustarse a nuestra fantasía, y ¡plap! vivís un nuevo amor, intenso, apasionado, desregulado y rápido, no con la persona que tenés al lado, sino con tu ideal personificado en esa persona, que hasta ahora es “todo lo que soñaste” (y más). Impresionante como el mundo parece girar a tu favor: que loco, encontraste lo que andabas buscando, al menos eso parece...los primeros meses...los primeros años… ¿después qué queda? ¿cuándo la Su discurso me dejó congelado. Sentí que se burlaba de mí, de nosotros, de lo que nos pasó alguna vez. Se burló incluso de mis propias frases que alguna vez le dediqué. Ella me ridiculizó. Cada una de sus reflexiones sonaba para mí como juicios en mi contra. De pronto me cuestioné estar allí cumpliendo con el protocolo de cargar sus valijas, 51 De pronto sus palabras me dejaron estupefacto. ¿Acaso ella había sentido algo así? Su frialdad me sorprendió, y me contaminó de celos y preguntas. magia acaba? ¿buscar ingenuamente una nueva ilusión? ¿Sabes por qué vas a buscar una nueva ilusión? porque el amor de tu vida ya no es lo que era. Ahora el amor de tu vida es completamente diferente, y posiblemente con características totalmente contrarias a quien fue (hasta ese momento) el amor de tu vida. Me arriesgo a decir inclusive, que para algunos casos, la posibilidad de tener “un nuevo amor de tu vida”, resalta los defectos del anterior o te percata de ellos. Ahí tenés a la ficción actuando de nuevo. Pidiéndote a gritos que encuentres a la nueva versión “del amor de tu vida”. Volvemos al país de las maravillas, a vivir una ilusión pasajera solo porque a alguien se le ocurrió imponer esta idea, junto con aquella que nos describe como seres incompletos en búsqueda de la otra parte. Nosotros y nosotras le creímos, como hojas movidas por el viento, nos dejamos llevar por el aire de las imposiciones. Así somos los seres humanos: nos llenamos de restricciones y condicionamientos porque le tememos a la libertad, y más aún: a la realidad. Página como si nada. Y ahí lo tenés: basas en solo dos hechos y tu imaginación (y por supuesto la apariencia física) para afirmar que posiblemente ese sea el amor de tu vida, parado justo ahí, frente a tus ojos. Tu mente te dice: “Dale, no dejes que se vaya” “Ey, apurate que si se va no vuelve, es tu oportunidad” “no la pierdas, no dejes que se vaya”. - - Es hora, a cumplir con el deber. Nos vemos en 23 días. – luego me besó y me sonrió. Te amo más que ayer. – respondí de manera automática, como un contestador telefónico programado. Te amo menos que mañana. – dijo clavándome sus ojos en los míos. Sentí nostalgia acompañada de alivio al ver como se dirigía a la zona de embarque. Llevaba su pelo recogido, y una campera de jean con rosas de tonos bordó y violáceos bordadas. Aún quedaban personas haciendo fila y me acerqué para estar a su lado hasta el último segundo, cumpliendo a la perfección con el papel que estaba interpretando de enamorado triste a causa de la partida de su amada. Sonriendo se dio la vuelta y me dijo: - - Me contaron que te apareciste en el gimnasio. Te felicito, no dejes de ir. Me alegra que tu hermana te anime. ¿Mi hermana? – interrogué confundido ¿No fuiste con ella? Me comentó el entrenador que asististe con una mujer. Un segundo, solo bastó un segundo para que ella me dedicara la mirada más fría y amenazante que jamás había recibido. Sentí como todo se detuvo mientras una estaca de hielo atravesaba mi pecho. Fui socorrido por el guardia, que le pedía con insistencia su documentación. Observé como caminaba lentamente hacia la manga. Saqué mi celular y escribí: “No seguiré yendo. Al parecer hay mucha vigilancia. No me gusta la gente que está al pendiente de la vida ajena. Si, fui con mi hermana”. Me mostré molesto. Ella no respondió ni leyó el mensaje hasta tres días después: - “Ok. Llegué bien. Estoy con mucho trabajo. Besos” Llamar, no llamar. Hablar, no hablar. Estos 23 días se volvieron eternos. Fui a recogerla. El retraso fue de casi 3 horas, pero no nos avisaron a quienes aguardábamos por alguien. Este fue el “tenemos que hablar” que más se hizo esperar. Hasta que por fin, la vi detrás de las paredes de vidrio, acercándose a la salida con su valija. Quise decir algo pero ella se adelantó: - Estoy cansada. Necesito un baño y dormir. 52 Por altavoz llamaron por última vez al abordaje de su vuelo. - Página posar para la foto, sonreír y abrazarnos en público. Todo era un show muy bien montado, ella cumplía varios roles a la vez: actriz protagónica, guionista y directora. Yo solo era el lacayo, el extra, el apoyo técnico y logístico necesario para mantener todo funcionando y su narcicismo en los niveles normales acostumbrados. 53 Siento que todo es difícilmente comprensible por alguna razón que no se explica. Todo esto va más allá del placer. Es como un despertarme y de pronto conocer mi verdadero nombre. En algunos momentos siento que te alcanzo y por eso me adhiero a vos desesperadamente...pero después, todo recae, recordando que solo distan palabras del ahora y nuestra ruptura inminente. Pero intento, lucho, hasta lo vengo consiguiendo... prolongar el corte acosta del desgaste. Y sufro. De verdad sufro pensando en el sentimiento de pérdida que no ha llegado aún pero que va a llegar en cualquier momento. Prefiero ser el monstruo de tu historia. Página 12 13 - - - Incontables son las veces que tomaste una decisión y no la ejecutaste. ¿Por qué debería creerte ahora? – interrogó con su habitual soberbia que me exasperaba. No voy a dar marcha atrás. Está bien, no desistas, solo quiero saber qué ha cambiado. ¿Por qué ahora sí vas a cumplir con lo que te estás proponiendo? – continuó sin perder su porte y la mueca de sonrisa fingida Empecé a hablar, pero ni yo mismo escuchaba lo que estaba diciendo. Todas mis palabras eran resultado de mis conclusiones luego de mucha reflexión, Sin embargo, al pronunciarlas, no sonaban verídicas. En un momento de mi discurso abandoné mis esfuerzos por lograr la elocuencia. Ella sabía que si bien, no estaba mintiendo, tampoco estaba siendo totalmente sincero. 54 Esa noche una llovizna fina caía sobre la ciudad. El calor de Diciembre permitió abrir las puertas para dar paso al exquisito aroma a tierra mojada. Desde el balcón, podíamos ver las rosas desplegando la belleza de sus pétalos bordó abrillantadas con las gotas que caían en su superficie. Ella no decía nada, pero por su gesto, me pareció que denotaba incredulidad. Este era el final, ya había tomado la decisión, y la concretaría. - Página Lejos quedaron las noches en las que me quedaba dormido escuchando su voz. Ella solía leerme en voz alta “el libro del momento”. Siempre andaba leyendo algo nuevo y diferente, desde novelas hasta política económica, libros nuevos y viejos. A veces no leía, simplemente se quedaba oliendo el olor de las hojas. Decía que los libros viejos tenían un aroma en el que ella podía percibir esencias similares al cacao. estampada en su rostro desde el inicio de la conversación. He cambiado. ¿Vos? – largó una risotada - Lo que cambiaron son las circunstancias, no mis circunstancias o quién soy yo o quien sos vos. Tu escenario es distinto. Admití en voz alta la razón de tus nuevas aspiraciones. No es como vos pensás. Explicame. Te voy a creer. Al final de cuentas siempre elijo creerte. Página 55 11 meses. En tiempo terrestre, desde que no he vuelto a verla. … y aquí está ella, sentada a mi lado, contemplando desde el mirador la ciudad. “Es como si ahí abajo hubiera otro cielo, y las luces son sus estrellas” me dijo la primera vez que vinimos para aquí. La luz mágica se apoderó del cielo. El sol y la luna luchaban por el reino celestial, dando lugar a luces celestes, anaranjadas y violetas, que inescrupulosamente teñían a las indefensas nubes. - - Quiero saber que pensás – la interrogué mirando su perfil. ¿Es importante para vos saber lo que pienso? – respondió de manera arrogante. Si. Te dije muchas cosas, vos solo escuchaste. Hice lo que me pediste: escuchar lo que tenías para decir. Puedo expresar lo que pienso, aunque te debo anticipar que probablemente no cumpla con tus expectativas. ¿Estás dispuesto a asumir el riesgo? Por supuesto. Pienso que somos responsables por las decisiones que tomamos. Para bien o para mal, lo que pasa hoy es consecuencia de lo que decidimos alguna vez en el pasado. Vos decidiste algo, ahora te toca vivir con tu decisión y sus resultados. Ser responsable por lo que hiciste y por lo que no - - - - - 56 - hiciste. Ser responsable implica tomar acción por algo, hacerse cargo de “ese algo”. ¿A qué viene esto? ¿Escuchaste algo de lo que dije? – expresé molesto. Son reflexiones – manifestó sonriendo Reflexiones que construí en este tiempo. Suena ambiguo, pero es aplicable a la vida en general y a cualquier situación. No es un planteo de algo concreto. Al planteo lo hiciste vos; yo solo intento brindar de la manera más clara posible mi opinión con la esperanza que pueda ayudarte. Esta decisión no está en mí, está en vos. – insistí. Te hago una pregunta: ¿esta decisión podría cambiar tu vida? Claro que sí. Entonces hay algo que no entiendo. Ayudame a comprender. ¿Confias tu vida a otra persona y no a vos mismo? Creo que es la forma que elegí para ser responsable por las decisiones que tomé en el pasado. Vemos lo mismo desde perspectivas diferentes. Me doy cuenta por dos motivos. El primero, es que en mi caso, yo pienso que si la decisión es fundamental para tu vida, debe depender de vos y solo de vos. El segundo, es que a mí me parece que delegar la decisión en otra persona, no te hace responsable, sino por el contrario, estás evadiendo tu responsabilidad No es como vos pensas. Sos muy importante para mí y reconozco todo el daño que te causé. Página 14 - Quedé en blanco sin entender que hacía allí. Me prometí hace meses no colocarme en ridículo otra vez pero lo estaba haciendo de nuevo. Y con la misma persona que aún, después de todo este tiempo, seguía dominando mis estados de ánimo. - Si no hay respuesta – continuó con frialdad - Te cuento una apreciación personal. Nadie quiere - - 57 - - estar donde está ahora porque prefieren la fantasía. Ahora bien, quienes no le temen a la realidad y abren sus ojos, aprenden a ser felices. Son los y las valientes quienes redefinen el significado de la magia. Solo así, pueden des-construir las ilusiones y fantasías creadas a partir de expectativas, aceptan la realidad y en ella encuentran la verdadera magia. Siempre fuí mucho más realista que vos, tu imaginación te hace volar ilimitadamente. Sin embargo sos vos quien vive en busca de nuevas ilusiones. Sos un viajero que se aburre de un lugar y migra a otro. Si sos feliz dentro de esta realidad, entonces ¿qué estás buscando? Todas las construcciones que nos venden desde bebés son estereotipos predeterminados que pocas veces se adaptan a lo que necesitamos para ser felices o construir esa felicidad. Tenemos nuestra libertad coartada por estas construcciones. ¿Por qué limitarnos aún más poniendo en manos de otra persona nuestros anhelos, deseos y decisiones? – finalizó con su ceño fruncido y una expresión en su mirada que no había visto nueva Cambiaste tanto. – declaré con melancolía. Crecí. Desde que no conocimos a hoy ¿Cuántos años han pasado ya? Intenté explicarte tantas veces esto y jamás me escuchaste. Las personas crecen, se transforman, evolucionan y siguen para adelante. – dijo luego de un suspiro sin apartar sus ojos de los míos. Página - Considero que sos vos quien debe decidir qué hacer. Me dijiste “no es como vos pensas”, sin embargo debo aclarar que yo no dije “es así”. Dije que mi perspectiva sobre el mismo asunto es distinta a la tuya. Me presentaste tu postura, y yo la mía. Las cosas no son de una forma u otra. Todo está cargado de subjetividad. Mi forma de pensar se fundamenta en mi historia, mis valores y principios, incluso de las características de mi personalidad. Al igual que la tuya. Lo que para mí “es”, para vos podría “no ser”, y al revés. ¿A qué viene tanta frialdad? ¿Es tu forma de vengarte? – cuestioné con mal genio. No es mi intención demostrar frialdad o provocar que sientas que esto es una venganza. Lo único que intento es entender la situación y mostrarte como la entiendo yo. ¿Acaso no pediste mi opinión? Es esta. Todo lo que te digo es con la mayor sinceridad y transparencia que me es posible. Quizás mi postura o actuar difiere mucho de tu expectativa. ¿Qué esperabas que diga o haga? ¿Nos vas a decir adiós al menos? Decilo vos primero. – me retó. Sentí una sensación de vértigo recorrer mi pecho. “Si no hay un adiós no hay una despedida” me dijo la última noche que la ví. Ni entonces, ni ahora, fui capaz de pronunciar esa palabra, tan fácil, tan corta. Son solo cinco letras. Cinco letras que juntas forman una de las palabras más tristes de nuestro vocabulario. - Feliz cumpleaños. ¿Nuevamente 33? - Dijo sonriendo. Luego me dió la espalda y se fue. Tampoco fue capaz de pronunciar esa palabra. Incluso me atrevo a afirmar que con su mirada me dedicó un “hasta luego”. Ella siempre encontraba “el libro”, “la canción” o “la frase” que describía el momento vivido. Yo no era amante de los libros, por lo que mi lista de lectura abarcaba menos que los dedos de mis manos. Recuerdo el desequilibrio emocional que le provocó mi confesión: - ¿Cómo que no lees el “El Principito”? No estoy leyendo nada en este momento. Y no conozco ese libro tampoco, porque no suelo leer libros. Es un libro esencial para la vida. Y debes leerlo siempre. Ese día le dí una “misión” (según ella). Ayudarme a descubrir el mejor libro que había leído en su vida y esperaba que también fuera así de importante en la mía. Ese fue su regalo el día de mi cumpleaños, el primero de muchos que pasé a su lado. Y ese fue también, el primer libro que leímos juntos. Sin saberlo, cumplió su misión. Ese libro fue, es y será el más importante de mi vida. Amar siempre implica dar. Y ser amados, nos hace únicos en el mundo. Por esto El Principito dijo a las rosas: “Sois bellas, pero aún están vacías - agregó todavía. Nadie puede morir por vosotras. Es probable que una persona común crea que mi rosa se os parece. Ella siendo sólo una, es más importante que todas vosotras, pues es ella la rosa a quien he regado, a quien he puesto bajo un globo, es la rosa que abrigue con el biombo. Ella es la rosa cuyas orugas maté (excepto unas pocas que se hicieron mariposas). Ella es a quien escuché quejarse y alabarse y aún algunas veces, callarse. Ella es mi rosa.” Quise que fueras mi rosa, sin embargo no supe cuidarte como El Principito a la suya. 58 - - Página Nos quedamos en silencio, con la mirada puesta en el otro. De pronto, ella se levantó y lentamente inició su partida. Ahora te escribo estando a la distancia recordando cada rasgo de tu piel tus imperfecciones y tu olor a flores los lunares y el tatuaje de tu espalda que siempre besaba, antes de dormir. Cuando me despierto, no hay olor a café con leche ni música sonando en el desayunador. No estás paseando por la casa ni acostada, abrazando un almohadón. No importa cuanto cierre mis ojos, ni en mi imaginación hoy te pude ver. ¿y por qué me arrepiento? si fui yo el idiota que te traicionó el que un día tus besos rogó y luego sin más te engañó. Página 59 ¿y por qué me arrepiento? si fui yo quien quiso jugar a escondidas con otra mujer sabiendo que estabas en mi cama dormida esperando por volverme a ver. - - ¿Sabes una cosa pequeña extraterrestre? No terminamos la canción que empezamos a escribir juntos. A tres semanas del 2017 - Los rayos de la tormenta nos obligaron a alumbrarnos con velas de colores aquella noche. Nos quedamos descalzos, rodeados de almohadones, dos lapiceras azules (una para ella y otra para mí) y hojas blancas. A ella le gustaba andar descalza, decía que era para estar consciente del suelo. A mí me parece anti-higiénico. A ella le daba gracia la palabra “anti-higiénico”. - Es necesario estar descalzos durante el proceso creativo – decía con total seriedad - puesto que se tiende a volar, e incluso cuando estás inventando cosas y la imaginación divaga, debemos recordar que hay una realidad a la que si bien, no debemos 60 Quise finalizarla, pero al ver la hoja escrita, mitad con tu letra, mitad con la mía (ambas ilegibles) decidí que lo mejor era dejarla así. ¿Te acordás lo que escribimos? Si estás pensando en un final, si… escribimos sobre un amor que se acabó. ¿Y qué se siente tener la edad de Cristo? – preguntó al tiempo que servía el vino en nuestras copas. ¿Sabes que es raro? De pronto empecé a pensar en cosas que antes no le daba importancia. Siento que estoy terminando un ciclo y que debo encaminarme más a mi futuro, a lo que quiero para mi futuro. ¿Y qué querés para tu futuro? Antes de responder esta pregunta, te reto a que tu respuesta no esté relacionada ni a negocios, ni dinero. Sobre todo si es en efectivo. Pero, no se me ocurre. Dale hacé un esfuerzo. Tu techo no puede estar tan bajo. – me miró de manera fulminante y retadora Escribir una canción. Soy intérprete, me gustaría ser además, cantautor. Página 15 - Deseo de volver a vivir eso que alguna vez te hizo feliz. Extrañar. “Mi corazón está triste, vos ya no estás nuestro tiempo ya se fue pero te sigo queriendo como ayer.” Buscamos en internet consejos de autores para escribir canciones: cómo comenzar, que tener en cuentas, reglas de composición, etc. Encontré un blog que me pareció interesante y leí en voz alta: Lo primero es definir el “qué” ¿qué querés que tu canción relate? Las canciones son historias, que hablan de sentimientos propios. Y se la dedicás a alguien, hay que responder el ¿para quién? Quizás pensar en imágenes ayude… - Divagamos un poco y continué la lectura: - Desde qué lugar se cuenta esa historia. Hay que escribir con palabras fáciles de interpretar pero que al mismo tiempo te despierten sensaciones. También tiene que tener “gancho” y acorde, correlación. Ella iba anotando ideas en una de las hojas blancas. - Un amor que se terminó, un amor loco. Nostalgia. – dijo Sentimiento de pérdida, arrepentimiento. - seguí Recordar a alguien con nostalgia, cuando soñábamos los mismos sueños. Otra opción es escribir sobre inicios. – susurré mirando a la misma llama en la que ella tenía puesta su atención. ¿Te acordás cuando fuimos a ese local de juegos para niños/as? – dijo sin apartar la mirada de la llama - Con los cupones cambiamos un cuaderno. Crees que todo lo que me escribiste se podría hacer canción? Me mostró algunos pasajes… cuánto tiempo ha pasado. Quedé mirando una de las tantas frases que le dediqué: “la vida tiene un motivo, vivirla juntos”. Hace tanto ya de eso. Hace tanto ya de aquel inicio, y tan cerca de un final seguro y definitivo. 61 - Ambos nos quedamos callados e inmóviles. Una sensación de desconsuelo se presentó en mi cuerpo mientras ella miraba la llama de una de las velas mientras acomodaba sus piernas entre sus brazos. Página dejar que nos condicione y/o limite, debemos atenderla y entenderla. No hay rascacielo que tenga sus bases en la superficie. Página 62 Entre encontré tantos más de una escritos canción 63 Página El mundo De besar tu espalda a no besarla Vos De respirar tu perfume a no recordarlo Yo Amar, besar, jugar Las ganas de saltar Verbos movidos por la pasión. Al Soñarte. Vacío… Pedirte que te vayas. Despertar y saber que ya te fuiste. A diferentes Esa Angustia. ...Vacíos Empezar un nuevo día. Hay un estar No estás aquí, tu taza vacía. Hay un no estar No más café con leche para dos. Él no está. Recordar. No me rodean tus brazos No, no apareces. Los míos no te rodean Ya no estás. Página Dormir. 64 Camino por la calle. Existís. Es la mente quien se aferra al recuerdo No en mi vida, en mi vida no existís. Es el viento convertido en canción Volver a casa. Es la lluvia que llora mis lágrimas Pasear al perro. Es mi cama de nuevo. Mirar la luna. Silencio. ¿Cocinar? ¿Apagas la luz? Hay un plato y una copa. No. De más. Apago la Luz. Y una guitarra que no suena. Yo apago la luz. Dónde habrán quedado las cuerdas. Junto a la serie que veía...mos Ya no es mi favorita. ¿Te vas? Página Adiós. 65 Rutina después de decir… adiós, Carolina Córdoba 1 Promesas disparatadas 1: Olvidar. Tenemos que aprender de nuestros errores, y una vez pedidas las disculpas y dicho el perdón, olvidar. En serio. Encontré algunos cuaderno con anotaciones viejas: charlas, poesías, canciones, momentos vividos; es decir: basura de boluda enamorada. Esa maldita manía que tengo de registrar todo. Encontré un pasaje importante que decía: “Anoche me contó que terminó de grabar su CD. Solo falta masterizarlo. Quedamos en escucharlo juntos. Se me ocurrió un chiste y se lo conté. ´Me imaginé en unos años mudándome y encontrando el CD en plena organización y diciendo: Uh, me acuerdo de este hijo de puta que me dejó´. Si. Encontré el CD. Sí, me estaba mudando. Primero, lloré. Luego las carcajadas se apoderaron de mí ser. En esos momentos pensé: soy una puta psíquica. Seguí leyendo qué más había anotado. Decía algo como: 66 A veces me gusta rescribir las canciones que me canta, o los mensajes que me envía. Siento que es muy cursi. Antes pensaba que me irritaría tener una persona así mi lado. Supongo que cambié de opinión. No, no supongo. Lo afirmo. 13.Ago.13 Ayer decidí meter en una caja todos los recuerdos que tengo de y con él. ¿Qué hacer con la caja ahora? Ahí está formulada la pregunta, ¿cuál será la respuesta? Página “Quiero tu voz, tu túnica caída, y el lirio rojo de tu amor primero… Sentir tu cuerpo caerme lentamente como una lluvia tropical de otoño mío” Quiero tu voz, Horacio Guarany Parece que ambos siempre tenemos los mismos miedos: Que nos aburramos: él de mí, yo de él; Que él me engañe, o yo a él; Que esto no sea más que una pasión momentánea. Página 67 Hubiera seguido leyendo, pero mi ataque de risas empeoró. No podía enderezarme ni pararme. Me di cuenta que hacía mucho que no reía tanto. - - - Quizás las decoraciones incluirían detalles en rojo y verde, más bordados de la serpiente de Uróboros – te comenté divertida aquella tarde de verano caminando por el viaducto. ¿Una metáfora? El eterno retorno… la infinitud… ¿del amor? – contestó él alzando la voz desde abajo, para que te escuchase. Pensé más bien en el esfuerzo inútil, ya que el ciclo vuelve a comenzar a pesar de las acciones para impedirlo. Me parece que no sería apropiado para una boda. Una imposición social tan grande y ridícula, debería al menos dar lugar al sarcasmo. ¿No te parece? Coincidíamos en la idea de que el matrimonio era una costumbre social, oda a las apariencias. Un ritual de amarre público, con una persona que en realidad no estás seguro o segura si de verdad querés tener al lado por el resto de tu vida. Aunque solía bromear con los “para siempre” no los creía posibles. Pensé que ambos estábamos de acuerdo en estas afirmaciones. Sin embargo, un día su discurso cambió. De pronto había una dicotomía. De pronto, las diferencias nos enfrentaban. “No me imagino una vida sin vos. A ese punto llegué”. Me escribiste una tarde. Aún guardo este mensaje. Me entró el pánico y debo admitir que no fui sincera expresando mi respuesta. A la fecha, y sabiendo que muchas lunas nos separan, leer de nuevo esto me provoca un sentimiento incómodo. "Vivo intentando poner un freno, pero últimamente se me ha hecho imposible". Escribí en mi cuaderno, junto a la reproducción del mensaje por escrito. Vos, tan individualista como yo. ¿De verdad creías que una vida compartida era posible? Compartir no está en nuestra naturaleza. Tal vez competir sea más factible. Ambos centrados en nuestro propio mundo, que por lo general giraban en órbitas diferentes, imaginando a menudo un futuro solitario. "No entra en mi estructura actual la constitución de la familia tipo ni el cumplimiento de los estereotipos sociales". Te dije. A mí tampoco me dijiste con la mano en el corazón. ¿Qué te hizo cambiar? Por no admitir “quién”. Ese “quien” que sin dudas no fui yo. Promesas disparatadas 2: Avisar - Si alguno de los dos en algún momento cambia de opinión, se lo debe hacer saber a la otra persona. 68 - Ahora más que nunca me pregunto si existen los “para siempre. Página “Demasiada pasión nubla el sentido de la lógica. Cuando de vos se trata, mis emociones me dominan” 5.3.15 Saber lo que queremos (creo) es tan importante como saber lo que no. En ese momento pensé que todo era perfecto: al menos coincidimos en lo que no. La combinación de todo. La combinación perfecta que resume una relación con fecha de caducidad desde el momento en que inició. No, no cumplimos con la promesa de avisarnos cuando cambiemos de opinión. O... no cumpliste. Mi opinión sigue siendo la misma. Promesas disparatadas 3: Hablar - En el amor está bueno ser estudioso e inteligente también. Y si no te gusta algo, hablarlo. Esto escribió él. Se le daban bien las incongruencias. Siempre fue inconsecuente. Mi incongruente, mi inconsecuente. Era mío. De a poco todo empezó a nublarse, y nada estaba claro: las charlas, las promesas, yo como objeto, el cómo posesión, la vida: como eso que pasa sin darnos cuenta. "Me odiaría a mí misma si hiciera infeliz a alguien." Esto escribí yo. No sabía de lo que estaba hablando claramente. Te hice infeliz, y para ser honesta, no me odio por eso. Página Ácido. Dulce. Amargo. 69 Esa noche brindamos en mi balcón con lemonchamp y pequeños lemonpies roseados con charlotte de chocolate amargo. ¡Necio! ¿Acaso crees que florezco para que me miren? Florezco para mí, porque me place, no para los demás, Mi júbilo está en mi ser y en mi florecer” Albert Schopenhauer Siempre amé los libros, y leer. Y una vez más, uno de ellos me brindó las respuestas que estaba buscando. ¿Cuántas preguntas sin respuestas estarán resueltas en amarillentas hojas? (o en wikipedia y asoc.). Hay gente que se dedicó y se dedica a explicar cuestiones humanas. La rutina, las cuentas a pagar y las obligaciones diarias, no nos dan ni respiro ni motivación para pensar en estas cuestiones “esenciales”... o estupideces como diría el o la ciudadano/a promedio. Supongo que mis prioridades difieren a las del ciudadano promedio (o tengo “mal jerarquizadas mis prioridades”, diría también otro/a ciudadano/a promedio). Bien. Me dediqué a pensar en lo expuesto más arriba. Algunos apuntes “útiles” de este 13 de Marzo. 70 “La flor replicó: Era extraño. A veces me preguntaba: ¿si hay tantas cosas que no compartimos, por qué seguir juntos? Ambos somos seres curiosos: pero nos dan curiosidad cosas distintas; ambos somos seres caprichosos: pero nos encaprichamos de diferente manera; ambos somos seres que no saben lidiar con sus propias emociones, y por supuesto lo hacemos de maneras disímiles. Es como estar nadando todo el tiempo contra las olas en medio de la tormenta. ¿Para qué tanto esfuerzo? No me explico por qué las personas tendemos a anhelar el camino más fácil, transitando el más complicado y que encima, nos damos el lujo de seguir embrollando. Página 2 Nota mental 2: este hombre sí que ha sufrido por una mujer. Tanto que escribió para desprestigiarla/s. Era un fin de semana como cualquier otro en nuestras rutinarias vidas. ¿Qué pasó con la magia del inicio? ¿Qué pasó con vos, conmigo, con nosotros? Estabas cansado de pintar el techo y aún tenías pintura blanca en tu nariz. Yo estaba cansada de estar dentro, ordenando una casa que sabía, jamás la sentiría mía. Sobre todo, porque vos te esforzarías en demostrar que hay una línea de lo tuyo y lo mío que jamás estaríamos en condiciones de cruzar. - - ¿Conocés el dilema del erizo? – me acerqué al living con cuidado para no arruinar la pintura fresca de las pareces. No vas a convencerme de ir al teatro. – respondiste supervisando tu propio trabajo en el techo y aun tarareando una canción de “José José”. “En un día muy helado un par de erizos que se encuentran cerca sienten la necesidad de acercarse para darse calor y no morir congelados”. Así comienza Schopenhauer con la parábola del erizo. – leí en voz alta la nota del diario, valiéndome de tu tarareo de fondo para poner énfasis al relato. Parece que capté su atención. Estaba a punto de revelarle un descubrimiento que había hecho con respecto a nuestra relación, aunque él creyó que eran palabras bonitas para engatusar y llevarlo al teatro conmigo. O tal vez si captó la idea pero teníamos un acuerdo tácito - aparentemente - de aparentar estupidez y no demostrar nuestra viveza. Qué se yo, supongo que nos parecía más rentable ese negocio. - ¿y qué pasó con los erizos? – me preguntaste con genuina intriga Entonces, continúe la lectura: - “(...) cuando los erizos se aproximan demasiado, sienten el dolor que les causan las púas del otro y eso los impulsa a alejarse de nuevo. (...) El hecho de alejarse va acompañado de un frío insoportable, 71 Nota mental: este es uno de los primeros que se anima a escribir sobre cosas que considero importante como el sexo, el amor, la muerte, los sueños, el sufrimiento, la realidad, el suicidio, las relaciones interpersonales, la vanidad y el autoestima. Quizás si nos sentamos 20 minutos al día a pensar sobre estas cuestiones, la vida sería menos complicada. - Página “Schopenhauer decía que la voluntad es un deseo ciego que ansía ser satisfecho. Para él, solo existen los deseos. Deseos inagotables: cuando deseamos, queremos y buscamos tener algo; cuando tenemos ese algo, nos cansamos y vamos en busca de otro algo. Y esto ¿por qué? Porque la vida es esencialmente sufrimiento, vivimos en busca de una satisfacción, que nunca llega.” - - Si entendió la indirecta o no, no es algo que haya provocado mi desasosiego, ni entonces ni ahora. Al menos, había ganado la batalla de “salir o no salir, esa es la cuestión”. 72 - Cuando lo conocí, festejé el hecho de que ambos fuéramos artistas, pero jamás imaginé que haya un artista que se limitase a su propio arte. Página - entonces ambos se ven en el dilema de elegir entre herirse con la cercanía de sus púas o morir congelados. Para soportar el dolor, ambos erizos se acomodan hasta encontrar la distancia en que ninguno se hace demasiado daño, pero en la que tampoco mueren de frío.” ¿Y si vuelve el verano? ¿los erizos se alejan? – preguntaste cargando, según mi percepción, cada palabra con un doble sentido. Hasta el próximo invierno, calculo, cuando se vuelven a buscar. Entonces el amor es un invento producto del invierno. ¿Sabes qué más dice el tipo que escribió esto? Que la diferencia entre los seres humanos y los animales es que estos últimos no son crueles por sí mismos, en cambio las personas sí. Según él, tenemos que gozar de la capacidad de la inteligencia para querer herir. – dije con toda la intención de ponerte incómodo. ¿Lo logré? ¿Acaso lo logré alguna vez? Todo lo relacionado a vos es un terrible enigma mi vanidoso extraterrestre. Está bien, me convenciste. Vamos a ver esa obra. 3 Página 73 Sin embargo, todo es siempre una construcción mental, ni falsas ni verdades. Es simplemente la explicación que nos damos en ese momento. La conclusión es siempre la misma: "fue lo que debió ser, pasó lo que debía pasar para aprehender... y sí, no estábamos listos. No solemos estar listos, o listas. Jamás. 74 Estoy tirada en el suelo, cubierta de tierra y sangre. No recuerdo el camino que me trajo hasta acá. Mi garganta está seca. Me reincorporo de a poco. En el cielo el sol se esconde y las tonalidades sepias invaden el cuadro. Una brisa trae olor a bosta de caballo y barro. Mi pierna tiene raspones, escucho a alguien reír en volumen alto, sin embargo no logro encontrar más personas en el lugar. Los únicos seres que me acompañan son las hormigas subiendo a mi cuerpo. Me paro y sacudo. Siento la mordida de esos pequeños bichitos que se afanan en no caer. Limpio mi cuerpo como puedo. Es imposible sin agua. Necesito agua. Hay un camino marcado, yo estoy en el medio. A mi izquierda un bosque húmero, a mi derecha una meseta aparentemente infértil. No tengo como avisar que me perdí ni como encontrar el camino que me devuelva a mi casa, pienso. Un grito se escucha, luego una carcajada, música de una radio mal sintonizada. Silencio. La secuencia se repite. La sigo, en camino contrario de donde se oculta el sol. Un ritmo desconocido empieza a sonar, percibo sonidos de saxofón y tal vez lo otro sea un bandoneón. ¿Qué hora es? ¿Para donde debo ir? No importa, me intriga saber de dónde viene la música. Me tropiezo con una madriguera, estará por aquí lleno de roedores. Me acuerdo de vos, ¿Dónde estás? Te recuerdo dormido, protegiéndome entre tus brazos en esa cama nueva que juraste haber comprado para mí. Imagino como llegar a casa, a tu casa, recorro el pasillo de la entrada, la alfombra café que elegimos juntos, la pared de ladrillos, la ventana de marco blanco. Te veo allí. No, esto es solo un sueño. Otra vez el camino en medio de la nada. Sigo con sed. Una casita pequeña, de madera en medio de la nada, con figuras de cerámica sonrientes. El portón de madera de la entrada está pintado de los colores del arco-iris. Vos me dijiste que no te gusta la combinación de colores, no te gusta el arco-iris. Empieza a llover con sol. Las gotas cálidas se desplazan por mi cuerpo. Abro mi boca para que ellas entren y sacien mi sed. De pronto siento miedo, y otro grito. Abro la puerta azul, de la casita rodeada por la naturaleza verde y húmeda. Oscuridad, silencio, olor a casa de antigüedades. Un libro, lo levanto, lleno de polvo que me hace toser y embarra mis mojadas manos. Hojas marrón claro completamente en blanco. Otra vez la música de la radio y una voz que no consigo entender, el libro se cae al suelo, se prende la luz. Una pileta aparentemente profunda con el agua verdosa y llena de pétalos rosados y blancos. Olor a jazmín. Veo de nuevo el libro pero ahora tiene dibujado un símbolo, un infinito tal vez. El grito y me caigo a la pileta. No sé nadar, me voy a ahogar. No. Si se nadar. Y sé que esto es un sueño. La pileta drena el agua y me lleva a la meseta infértil. Camino sin saber a dónde estoy pisando. Y el vértigo se apodera de mi puesto que caigo en un pozo que no advertí. Aparezco de nuevo el camino. El grito, la risa, la música. Página No quiero que llegue la noche. Los sueños perturban mi alma. Siento sus brazos alrededor de mi cuerpo. Antes sentía paz allí, ahora se apodera de mí el desconsuelo y la sensación de haber entregado mi libertad a un precio demasiado bajo. Algo me ahoga. No puedo respirar. Y un médico comenta que es trastorno del sueño y que se va a pasar con lo indicado en una receta. No es un demonio, quédate tranquila me dice amablemente, es una situación de estrés. Ya pasará dice. No es un demonio me repito internamente. ¿No lo es? 4 Dicen que hay que respetar a las personas tristes. La tristeza forma parte de las emociones básicas, tales como el asco, la alegría, la sorpresa, el miedo y la ira. Las demás se encuentran en la misma cuadrícula y son el resultado de las mezcla entre ellas. No importa si es básica o no la emoción, es muy difícil identificar lo que sentimos. Muy difícil. - Quise explayarme en la definición que me estaba formando respecto a la tristeza, pero entendí que no tenía sentido. De pronto nuestras conversaciones no tenían sentido. El aquí y ahora, dejó de tener sentido para mí. ¿Para vos? Próxima palabra a investigar: envanecer. 75 - ¿Alguna vez te pusiste a pensar lo que es la tristeza? – te consulté intentando tapar los baches del silencio. No. Prefiero pensar en la felicidad. – respondiste exponiendo tu engreimiento. Podrías pensar en ambas. – sugerí. No quiero que insertes esto en mi cabeza. No lo voy a permitir. ¿Qué cosa? La tristeza. Creo que debemos pensar en las cosas lindas tanto como en las feas. Más si son emociones. Página - - Feliz cumpleaños, emperatriz de mi universo. – llegaste esa noche invernal con un regalo que acabé donando a un comedor infantil. Recuerdo la vez que me dijo "princesa”. Él también debe recordarla. Nunca más volvió a hacerlo. Algo en mi interior me decía que no llegó jamás a entenderme, o si lo hizo no estaba para nada de acuerdo. En una época él se esforzaba por acompañarme en mi postura. De pronto, un día, manifestó su descontento. 17.11.15 - - La luna iluminaba la bahía escondida, era invierno, pero el verano en esta paya parecía eterno. Solo la brisa marina de la noche nos obligó a usar unas camperas livianas, para frenar el viento. Caía la noche en el día de mi cumpleaños número 25. ¿Recordás esa noche? Me ayudaste a juntar 25 flores de color rojo por el pueblo, para arrojarlas al mar. Cada una simbolizaba un pedido. Fuiste testigo desde la playa, a solo unos metros de mí, de este ritual. Intenté escribir tantas veces mis peticiones al mar… pero no logré concluirlas. De pronto 25 era un número interminable. Nunca te conté lo que le pedí a mis flores. ¿Te dediqué una sabes? La última. Antes de entregar al oleaje la flor número 25, giré para ver hacia atrás. Estaba él, de pie, iluminado por el resplandor de la luna llena. Me miraba con esos ojos dulces e incrédulos, que no entendían el porqué de tantas horas de 76 - No entiendo – manifestaste con enfado – A todas las mujeres les gusta que les digan princesas, preciosas, hermosas, bellas. ¿A todas? – repliqué incómoda – Estas siendo un poquito muy abarcativo ¿no te parece? A ver, y porqué a “vos” no te gusta – me contestaste altaneramente. Distinciones – te respondí con vanidad, para defender mi orgullo - Para la mayoría, tal vez, son piropos. Para mí, son imposiciones. La belleza es una cualidad y la princesa representa una jerarquía. Mi don es ser bella y mi lugar estará siempre por debajo del rey – continué subiendo el tono y blanqueando lo ojos – Incluso si me caso, la reina continúa teniendo menos poder que el rey. No obstante la reina sea más hábil en sus movimientos, el jaque mate no ocurre hasta perder la pieza del rey. Ajedrez para principiantes. Si me van a insertar una idea, prefiero que me impongan ser inteligente y poderosa, no bella y sumisa. No lo había analizado desde esa perspectiva, en serio – me respondiste condescendientemente. Página - viaje para ese ritual del cual él nunca había oído. Juro que jamás sentí tanta ternura como en aquel momento. “Sos mi última flor, y debo hacer mi pedido con sabiduría. Sé que es raro lo que voy a pedirte. ¿Ves a ese chico que está en la playa? Alejalo de mi vida. Quiero que sea feliz, pero a mi lado no lo será jamás. No soy feliz a su lado. ¿Cómo haré feliz a alguien si no soy feliz yo misma primero? Que quede claro flor, no significa que no lo ame. Sucede que empecé a amarme más de lo que me amaba antes, y este nuevo sentimiento en crecimiento me está llevando por un camino que nos separa. A pesar de esto, aún no llegué a amarme tanto como para tener la fortaleza de decirle adiós, te diría incluso que prefiero que él lo haga primero.” Besé la flor, la dejé en el agua. Corrí a tus brazos y te abracé muy fuerte. En ese abrazo inició mi despedida. Sabía que el final estaba cada vez más cerca. Luego me entró la duda: ¿estará? Recordé que pedí algo similar, hace no más de tres años atrás, a un globo de papel (de esos que vuelan). Sucede que en ninguno de los casos, mi pedido era concreto: no establecí ni el cuándo ni el cómo. Me arriesgué en confiar en las decisiones del universo. Página No tiene sentido pelear contra una situación que no se puede cambiar. 77 Resignarse o aceptar 5 Lo emocional me mantiene aquí. La razón y la emoción sostienen la puja por el poder. La emoción es la que más rounds va ganando en mis luchas internas. ¿En vos también? Sabrás tanto como yo que si el adiós no es mutuo, con una conversación educada, y un abrazo final… lo más probable es que terminemos insertos en una guerra donde una de las partes será la más dañada. ¿Yo? 78 Lo racional es irme. No me dejes sola Página Te acuso de contradictorio pero sos mi propio reflejo. Quiero que estemos juntos hoy, ayer mi opinión era otra. Te amo. ¿Te amo? Si, si te amo. Mi cuerpo flota en el aire, atraída por la vista ciega de mis ojos cerrados. Los abro, estoy parada sobre una balaustrada hecha a la medida de mis pies, hermosamente moldeada. Porque alguien diseñaría un balcón en una terraza. Desde aquí tengo la mejor vista de la ciudad con las luces recién encendidas y el sol aún luchando por no ceder el lugar a la noche, cada vez más larga con la llegada del invierno. Para abajo un valle Los sueños no me dejan en paz. Sueños no, pesadillas. Pesadillas que vos mismo protegidas incluso sin estar presente. Si me amaras te asustaría la idea de perderme, odiarías tanto como yo las distancias que nos separan, no aguantarías ni un segundo lejos sabiendo que te necesito, verme infeliz sería un calvario para vos, sobre todo si 79 Y ciega subo las escaleras, escalón a la vez, gozando con deliciosa demencia cada uno de esos pasos. Siento mis pies descalzos tocando el piso helado. Se acomodan los huesos del cuerpo con cada pisada supinadora; tan característica de mi mala postura. Y me siento por completo. Este es mi cuerpo. Estos son mis pies. Y la comezón que el polvo del piso provoca en mis dedos. Cómo intento aliviarla con pisadas más firmes. Más fuerte. Más fuerte. Podría quebrar mis dedos. Podría dañar mis músculos. Estoy agrediendo a mis empeines y tobillos. Analizo la anatomía de mis pies. Tan horribles como los de cualquier ser humano. Veo mis dedos de los pies alegremente pintados de un violeta brilloso y más al fondo el cerámico antiguo del edificio, que alguna vez fue moderno, que alguna vez estuvo brillante con sus colores vivos. Ahora el color no hace más que contrastar con la blancura de mis pequeños pies adornados por juanetes y un barniz de uñas. Colores. Gris, pintitas blancas, un tono medio azul, mi piel, el violeta y la puerta cerrada. Página 6 poblado, hecho ciudad. Modificado por el ser humano. Como todo lo natural. Modificado. Como yo misma. Modificada. Y esas modificaciones me hacen estar aquí, completamente perdida en mis pensamientos, aislada de todo lo que no comprende mi propio cuerpo. Sintiendo las caricias gratuitas del aire helado, un amante invisible que recorre con fina delicadeza mis zonas erógenas: golpea mi rostro suspirando sobre mis labios, baja por mi cuello tensando los músculos de mi abdomen, erizando mi piel de manera gradual, bajando desde mi frente en forma de escalofrío, recorriendo mi cuello, mi espalda, abrazando mis pechos, bajando cada vez más despiadadamente a medida que se contraen los músculos de mis genitales y en medio de la sensación de vértigo, decide golpear mis piernas, recorriendo mis muslos con un frío seco que me penetra con un salvajismo excitante. Abro mi boca y dejándolo entrar sin filtros a recorrer ahora mi interior. Mis ojos están perdidos en la inmensidad del cielo despejado, apenas visibles las estrellas, apenas visible el sol. Amo como sus rayos cubren de belleza todo lo que tocan. ¿Querrías tocarme a mí y cubrir mi cuerpo con tu luz? Pero te vas. Llega la tarde y debo decirte adiós. ¿Podré alguna vez decir adiós para siempre? No te entiendo. Intento pero no logro entender-te. 80 Y te escondes cuando llega la tarde, obstaculizando el camino de tus rayos a mi piel, me dejas sola con la noche indiferente y este frío que me hace confundir las lágrimas con la transpiración febril. Me dejas experimentar la hipersensibilidad que genera mi mente en mi cuerpo, permitiendo que me masturbe hasta con el aire, cuando son tus caricias las que quiero, es tu aliento el que debería estar soplando en mi boca, tu saliva mojando mi cuello y tu sexo penetrando mi sexo… Soy tu objeto, tu diversión… lo nuestro no es amor. Lo tuyo es obsesión. Y no puedo no estar a tu lado… Aceptá de una vez que no es amor. Sos vos quien tiene que aprender a amar. Entonces enseñáme. No puedo. Página causaste de alguna manera esa infelicidad. ¿Cómo querés verme? A tus pies, aceptando tu propuesta de libertad absoluta, sumisa y sin opiniones. Obligándome tácita y deliberadamente a acomodarme a tus formas, volviendo mi ser ajustable. Es eso o perderte, no tengo opción. Me pones al borde del precipicio sostenida solo de tu mano que apenas me sujeta, y basta un sí o un no de mis labios para que me dejes caer. Como si perderme fuera lo mismo que olvidar que en Rayuela hay más escritos después del 73, aunque leerlos o no dependen del lector. Yo estoy escrita después y vos, decidís suprimirlo, volviendo tu vida una obra completa independientemente de mi presencia…y vos, te volvés el protagonista de mi historia, mostrando nuevamente que ocupamos lugares diferentes uno en la vida del otro. ¿Y a eso llamas amor? ¿Cómo podés amarme sin sentir que arrancar mis hojas es arrancar tu piel? “Basta de insistir que el amor bien razonado si existe, porque no hay experiencia que pueda asegurarlo. El amor no convive con la razón, aunque puede meditarse de a dos” No entiendo. ¿Yo soy la egoísta? ¿yo soy la intransigente? Sin embargo sos vos el que le dice no a las negociaciones… Vi los caleidoscopios. Llamaron mi atención. Un pequeño universo, hecho pedacitos. Página 81 Un domingo como tantos, paseando por la feria de artesanos. - Parece ridículo, pero ambos estábamos intrigados con eso del "para siempre". No digo que nos quitaba el sueño, pero si es verdad que estuvo presente en varios de esos mil quinientos cincuenta y tres días en los que estuvimos juntos. - - - Dijo que él sabía del amor, así que yo me animé y le pregunté: - me contaste una tarde - ¿el "amor para siempre", existe? "Lo que se termina es la pasión, puede durar hasta dos años. No hay nada que hacer, inevitablemente se va. Lo que puede perdurar más allá, es el amor; pero hay que cultivarlo con el diálogo sobre todo. Es importante acompañar a tu pareja, pero ¡ojo! sin ser una mochila. Y fomentar la confianza." En resumen, dijo esto. Sencillo. Es decir, difícil. Pero está bien, yo pienso más o menos lo mismo. Entonces el amor puede perdurar. - afirmaste Consultaría por su concepto del amor. – te comenté - Yo a veces lo veo como una necesidad humana, la respuesta del hombre al miedo a la soledad. ¡Qué seriamos sin el amor! Es una necesidad, y un sentimiento muy poderoso también. - Me dejó pensando por qué necesitaría un refugio. De que me debía proteger, como para necesitar una persona que me de asilo. No estoy segura que es lo que cada uno entendió de lo expresado por el gurú del amor. En ese momento no era prioridad entender las distinciones. La comunicación efectiva claramente no era nuestro fuerte, por esto, nos centramos en terminar nuestro helado de crema de arándanos y chocolate con almendras. Si. Comer se nos daba bien. 82 Algunas notas de cuando él conoció al gurú del amor, disfrazado de vendedor de helados. Es muy genérico decir amor. Ahora si pensamos en "un amor" como una persona que esté a tu lado "para siempre", es diferente. No estoy segura si se puede mantener un amor para toda la vida, al menos yo hoy siento que no podría mantenerlo. Soy muy egoísta. Amor – me dijiste - las personas cambian inevitablemente también. Quizás a este aspecto lo modifiques al pasar los años. El tiempo lo dirá. Tu pareja tiene que ser el refugio en donde quieras estar. Página 7 8 Página El amor es energía. Esa energía que se siente y no necesita ser comprendida. Tampoco se mide. Solo se da. Sin ninguna explicación pero aun así se entiende. Es la generosidad por encima de todo egoísmo. Es un sueño y un camino en sí mismo. Es un cuadro que se auto-dibuja con trazos simples y bien definidos, al azar, de forma espontánea. Sutil pero sublime. Es algo tan indescriptible que a veces es mejor hacer de cuenta que no existe. Es tan acaparador que a veces preferimos no sentirlo. Y así evitamos que nos gobierne. Por miedo a perdernos, por miedo a dejar de ser lo que somos ahora, por miedo a las heridas que abre el rechazo. Los que más le temen son quienes se dicen fuertes y valientes, porque confunden esa entrega desinteresada y pacífica con sumisión y debilidad, que los lleva a donde se prometieron nunca jamás estar. 83 AMOR - - ¿Cuántas cosas, hechos, sentimientos, momentos, no tendrán nombre o usarán nombres genéricos a pesar de ser otra cosa? – te consulté afligida. Quizá si existen en el vocabulario pero desconocemos su existencia. – me dijiste sin darle mayor importancia. Tal vez simplemente no existan, o existan en otro idioma. Esto me sugiere que los seres humanos no somos responsables con las palabras: su uso, aplicación, formulación, utilización, significado, etcétera, debería ser algo para tomarse en serio. – te comenté pero no parecías para nada interesado. Proseguí en mi fuero interno: sumado a lo anterior, ¿cuántas veces nos hemos sentado a meditar sobre las palabras, el significado que le asignamos y la utilización que hacemos de ellas? Casi nunca. O nunca. Hay otras prioridades diría él. Tiene razón: me distraigo demasiado. Esto no me permite hacer foco en nada, porque pienso en todo al mismo - Ya sé pero acabo de descubrir algo importante. – te respondí como siempre ¿Qué tendés a procrastinar? Eso no es noticia. Basta, en serio. Te cuento esto y no jodo más. Él estaba en el sofá, cambiando las cuerdas de su guitarra favorita (una híbrida de color negra, yo le decía así porque estaba a la mitad de ser criolla y rockera) y a la que la había bautizado con mi nombre. Siempre admiré su capacidad de enfocarse en una sola cosa a la vez. - ¿Qué es el amor? – te interrogué. ¿No ibas a contarme algo que descubriste? – me cuestionaste. Es un experimento Mmm… es muy amplio. No sé, depende. Ahí está: es muy amplio. Usamos la misma palabra para hablar de cosas diferentes. Entonces, ¿cómo podemos entender lo mismo si las interpretaciones no coinciden? Él se río achinando los ojos, arrugando la nariz y mostrando sus dientes. Siempre hacía esa expresión 84 - tiempo. “La motivación es la primera marcha, quizá la segunda, para que el vehículo se mueva. Después depende de vos: tus hábitos, tu constancia y perseverancia. Nunca vas a llegar a tus metas si no.” Repetiste cinco millones de veces. Página Un día leía unas páginas sobre la mutilación genital femenina. Descubrí que en algunos lugares de África, esto es una tradición, y lo que aquí conocemos como “clítoris” en esos lugares (es decir, donde se realiza esta repudiable práctica) no tiene una palabra que lo identifique. Es decir, el clítoris es extirpado porque no tiene justificación, tanto así que no valió la pena si quiera asignarle un nombre. Quedé shockeada por el salvajismo del ser humano. De pronto empecé a volar...como de costumbre. - - Los griegos hablaban de tipos de amor, y por esto, cada tipo era llamado de diferente manera. La psicología social habla de arquetipos amatorios y los divide en primarios y secundarios. En los primarios, encontras tres. El primero es el Ludus, es decir, ver al amor como un juego; el segundo es el Storgé, que tiene que ver con amar en base a lo que conoces, es algo que se construye con el tiempo. Por último, el Eros donde prima la pasión física y lo emocional. Los que le dicen “secundarios” es porque se encuentran entre los tres principales. Ágape, cuando una de las personas priman los intereses de otra persona por encima de los suyos; pragma, el amor conducido por la cabeza y no tanto por el corazón. Por último, Manía, que es la visión clásica que tenemos de lo que es el romanticismo, relacionado con emociones intensas, sentimiento de posesión y llegando a la obsesión. ¿Y se pueden sentir todos al mismo tiempo y por la misma persona? – me miraste con atención esperando mi respuesta. Según la ciencia no lo sé, pero por vos, dependiendo el momento del día, de la semana o del mes, siento todos. O quizá es solo manía y nos confundimos con facilidad. – me dijiste con un gesto de desinterés total. Él se sonrió y continuó con su tarea. No se dió cuenta de que le clavé la mirada. Me molesté mucho con él en ese momento. Como me molestaba cada vez que me decía lo que no quería escuchar. Salí enfurecida con dirección a la pseudo – terraza en construcción, para terminar de pintar un rack de color nogal. Las pinceladas y el olor a pintura volvían a poner en calma mis aguas internas. Me enchufé a los auriculares y continué escuchando audiobooks. Mucho más interesantes y menos destructivos que las conversaciones con él. Solo el azar me dió la piel que amé, y sólo el azar, o el cansancio, extinguió el fuego. Lo que siguió no fue el azar, es lo que sigue siempre, la lenta pesadilla del olvido y luego cierto desprecio porque ese que fui yo y que amaba y también por el que soy ahora, el mismo que no sabe por que amó. Sólo la carne se equivoca. Solo el azar (fragmento), Darío Jaramillo. 85 - - - Te queda bien esa camisa. Página cuando le daba gracia y ansiedad por algo. Continué explicándote mi descubrimiento con esmero: Se la robé a un poeta sin sentimientos. - Le di pausa al audio para poder escuchar su reflexión. Luego tomaste aire y aseguraste: - - Es una abstracción. Los objetos abstractos son conceptos sobre los que se pueden definir acciones. Tal vez, podríamos entender mejor si se pudiera realizar una encapsulación, me refiero a separar las características esenciales de las no esenciales. Creo que tu explicación escapa a la comprensión humana – comenté divertida Llega un punto en donde el ser humano debe aceptar sus límites cognitivos. – dijiste acercándote con tu guitarra – ¿Qué te parece música en vivo en lugar de Spotify?, tengo que probar las cuerdas – ofreciste mostrando tu guitarra. Y así es como otra vez olvido mi enfado, y otra vez, charlar con él se vuelve una actividad grata y enriquecedora. Otra vez empezás un concierto que termina entre las sábanas. Ningún mal entendido es tan grave como para no escuchar a nuestras pieles que arden sin remedio incluso sin tocarse. Solo una mirada bastó para que entiendas que debías tocarme a mí y no más a tu guitarra. Cualquier vecino se habrá preguntado qué urgencia hizo que una lata de pintura quedara abierta junto a una guitarra reposando sobre su funda, sin atender a la ventana de marco blanco, dispuesta al fondo, donde dos seres se recorrían sin pudor, cada espacio de su cuerpo desnudo. Y no importa cuántas tardes hayan pasado ya desde aquella, aun siento la sed que me provocaba besarte hasta sentir cansancio en mis mandíbulas. Rodear tu cabeza con mis manos y sentir la suavidad de tu pelo lacio al tiempo que vos hacías lo mismo. Sujetándome para que no me escape, equilibrando con asombrosa habilidad la fuerza y la delicadeza. Y a pesar de las lunas que han pasado, aún siento el deleite de probar el vino directo de tu boca, exacerbado por tu mano bajando por mis muslos y tus besos bajando por mi cuello. Y aunque lo niegues, tampoco podrás olvidar esos momentos vividos en otra dimensión gracias al éxtasis de saberte dentro de mi cuerpo. Sabes tanto como yo que la dulce pasión que fuimos dando, nos hizo palpitar en cada encuentro. No hay lugar en esta ciudad que no me recuerde un escenario 86 - Otra vez, cuando decido dejar de elegirte, te elijo nuevamente. Tan inentendible como la conjugación misma del verbo elegir. Página Apareciste de la nada en la terraza, apoyándote sobre el marco de la puerta, ofreciéndome un mate y alguna interpretación nueva sobre la conversación. Página 87 pasado vivido junto a vos, llegando incluso a cometer actos prohibidos. Cada estrella, cada luna, cada sol, cada nube, cada brisa fue testigo de esos encuentros carentes de pudor. Donde vos me inspiraste a seguir mis impulsos. Donde me enseñaste lo maravilloso de mi naturaleza femenina tan salvaje como la tuya propia. Perderme en el tiempo y el espacio jamás había sido tan maravilloso. - Somos seres irresponsables. – te dije aquel domingo de flojera. ¿Por qué irresponsables? El cerebro está dividido, digamos que en tres partes: 1. el cerebro reptiliano; 2. el cerebro mamífero; y, 3. el cerebro cortical (la parte racional). Entre 2 y 3 se encuentra la amígdala, que es como un filtro: es el principal núcleo del control de emociones. También inhibe conductas. Sin embargo no deja de ser una parte primitiva. Este proceso es mucho más complejo de lo que parece en estas pocas líneas. - Nuestro pensamiento lógico queda muchas veces bajo el control de la amígdala. – dije luego de leer aquel artículo A veces me pasa, a veces, nos pasa. La impulsividad conduce acciones de mayor escalada que el estímulo. ¿Estará aquí la explicación de los corazones rotos? - Lo racional vs. lo impulsivo. Se produce el secuestro de la amígdala... – continuaste con tu mirada fija en mí buscando el remate que no estaba dispuesta a realizar. Fuimos irresponsables en repetidas ocasiones. Nunca lo admitiste, Nunca lo admití. ¿En qué momento la responsabilidad dejó de ser un principio para volverse un privilegio? Nos costó entender y entendernos en varias oportunidades. Y cuanto más tiempo pasaba, menos te entendía. Menos me entendías. 88 - Página Reflexiones con mates y pijamas. 9 Me pregunté qué hacías a mi lado. ¿Acaso te puedo juzgar por no sentir lo mismo que yo? ¿por no querer así como quiero yo? ¿Podría culparme a mí misma por interpretar la vida de manera distinta de la que vos lo haces? Antes eras tan mío. Antes. ¿Mío? Te quiero a mi lado, pero no sos feliz...ni yo lo soy. Te convertiste en mi mundo, mi cielo, mi lluvia, mi verano, mi invierno… mi vida. Página A veces creo que nos despedimos ya hace tiempo, y que solo falta el adiós que formalice nuestra separación. ¿Cuándo lo dirás? ¿Esperás que lo haga primero? No puedo. Sucede que más temprano te abracé y sentí que mi cuerpo era invadido por una energía que me impulsaba a tu cuello, donde me detuve a respirar unos segundos tu perfume, mientras un escalofrío descendía por mi columna, envolviendo cada vértebra. Sentí tus manos en mi cadera, fuertes y seguras. Busqué tus ojos, distraídos en el horizonte. Me puse en puntas de pié para acercar mis labios a los tuyos y me pareció sentirme tuya de nuevo, pero ahora vos ya no eras mío. 89 Debo admitir que me está pasando algo. No sé qué es. Algo me dice que a vos también te está pasando algo. A veces, no me hablás, aunque estés a mi lado. Antes, el camino hasta mis ojos era fácil de seguir, pero ahora parece que caíste en un laberinto que no te permite llegar a ellos. Somos seres de paso En este momento estamos mañana tal vez no Eso hacen los seres de paso Estar en periodos de tu vida enseñarte “un algo” … y después, Página 90 simplemente esfumarse. 10 Llenaste mi corazón de espinas, y me dí cuenta al final del día que puedo aguantar más de lo que pensé que podía. De a poco se callan todas las palabras que tengo para decirte. Luego de ver nuestras fotos, escuchar nuestras canciones (sobre todo a Luis Miguel), recordar nuestros atardeceres, dije basta. Nunca te pude entender, y nunca lo haré. Vos tenés que seguir tu camino, yo el mío. Página No pude decidir sobre tu partida, pero puedo decidir no ser tu versión de la gran mujer que no sabe decir “basta”. No puedo cambiar el no haberme ido antes de someterme a tu yugo, a tus regresos y a tu voluntad intermitente. Si puedo decidir liberar ese rincón, en mi pensamiento y corazón, donde aún estás. Debo salir del capullo de tu recuerdo que aun me mantiene prisionera. 91 De pronto sos mi Diego Rivera. Ese individuo cruel, egoísta, infiel y maltratador psicológico que tanto amé … como la enferma de Frida. They name thee before me, I knell to mine ear; A shudder comes o´er me Why wert thou so dear? They know not I knew thee, Who know thee to well Long, long shall I rue thee, To deeply to tell. In secret we met In silence I grieve. That thy heart could forget Thy spirit deceive If I should meet thee After long years, How should I greet thee! With silence and tears. El rocío de la mañana Se hundió gélido en mi frente Se sintió como el anuncio De lo que siento hoy. Todos tus votos están rotos Y ligera es tu fama Escucho decir tu nombre y comparto su vergüenza Te nombran frente a mí Un toque lúgubre en mi oído; Un estremecimiento viene a mí; ¿Porqué te quise tanto? No saben que te conocí,. Aquellos que te conocen demasiado bien Por mucho mucho tiempo he de arrepentirme de tí Demasiado hondo como para expresar. En secreto nos encontramos En silencio me lamento De que tu corazón pudiese olvidar Tu espíritu engañar Si llegara a encontrarte Tras largos años ¡Cómo habría de saludarte! Con silencio y con lágrimas. Lord Byron 92 The dew of the morning Sunk child on my brow It felt like the warning Of what I feel now. They vows are all broken, And light is thy fame; I hear thy name spoken, and share in its shame. Cuando nos separamos En silencio y con lágrimas Con el corazón medio roto, Para apartarnos por años, Tu mejilla se volvió pálida y fría. Y más frío tu beso. En verdad aquella hora predijo El dolor de esta. Página When we two parted In silence and tears Half broken - hearted To sever for years, Pale grew thy cheek and cold Colder thy kiss; Truly that hour foretold Sorrow to this. 11 quejándome y llorando de felicidad entre esas paredes y ese cuarto y sobre los vellos de tu pecho. Te suplico que me beses profundamente, que llegue la reconciliación, que sientas que es tu deber incitarme a descubrir nuevos juegos. La ropa que mejor te queda, es la libertad. Lo reconozco aunque te pida que compartas conmigo una pequeña tela, crees erróneamente que quiero enjaularte como si solo pudiera sentirme cómoda en tanto y en cuanto colgaran de vos cadenas, colocadas en forma gradual, en forma sutil...y hasta cariñosa. Yo sé que aunque alcancemos el diálogo ambos creemos en verdades opuestas. Volviendo, tornando, convirtiendo ESA CHARLA en diálogos diferentes que se encuentran superficialmente (tal vez) de tanto en tanto. Volviéndonos, tornándonos, convirtiéndonos en espectadores que miran el mismo movimiento desde distintas perspectivas. E= mc2. Einstein chocho. 93 Es magnífico recordar esas noches de las que hablamos poco. Me conociste con la inocencia de una adolescente. Formaste con tu figura la constelación que liquidó mis energías. Cansancio incomparable con la sed insaciable, solo en algo satisfecha con eso que solo un hombre puede dar a una mujer. Me exasperas con tu piel y tu pelo y tu barba y tu saliva...y con un juego de brazos mediante, me tirás contra una almohada y una sábana... y yo... Tus ideas me azotan como látigo, más cuando me siento víctima de un disfrazado proceso de manipulación no intencional. Luego te ofrezco café a modo de evasión de fantasmas. Intento dejar de ser la imagen de una consternación progresiva que busca neutralizarse con una sonrisa y una vaga esperanza...y me pedís que no piense en eso abrazándome en cuanta postura amorosa existe, volviendo a cada amanecer el renacer del fénix. Página Esto es más profundo que vos mismo y por eso te arrebata. Crece como una bestia frenética que arranca el tiempo con las uñas. Ves en mis ojos un mensaje indescifrable (o descifrable a tu modo - otra forma de decir lo mismo), pero con recelo, y hasta lo juzgas de atroz sin siquiera comprenderlo. Me miras como si yo buscara aniquilar tu Ser. Una criatura avara, egoísta, caprichosa que no deja de pedir más y más aunque esté sobre tu pecho recostada aceptando esos ronquidos profundos que demuestran tu cansancio. Pensás que de vos espero algo que no es tuyo. Incluso estas despierto fingiendo dormir, sin ver mi forma oscura ocupando tu espacio, que irrumpe el silencio con preguntas que no querés responder y reflexiones que preferirías no escuchar. ¿Cómo hago para silenciar la mente? Página 94 De pronto imagino un paisaje desolado. Prefiero ser quien lucha y no la cobarde que huye. - Te voy a llevar a uno de mis favoritos. – me dijiste un día – No lo haría si no fueras la persona más importante que pasó por mi vida. Llegamos un día que llovía mucho, Aprovechando el cese del agua, caminamos por un sendero oculto tras un rio, no había más personas que nosotros dos. De repente nos sorprendió una lluvia fina que de a poco se transformó en tormenta. Nos refugiamos en la galería de una casona colonial vieja pintada (hacía ya muchos años) de color amarillo. “Me gusta la lluvia”. Te comenté. - ¿De quién será esta casa? -preguntaste De una mujer vieja. - inventé Que le gusta tocar el piano. – respondiste adhiriendo a la inventada historia Antes, vivía con su hija, pero ella se fue, Solo le quedó una cajita musical para recordarla. Con dos bailarinas pequeñas de madera con base de imán. Vamos, dijo una de ellas. ¿A dónde? le respondió la otra - - Donde sea No me entusiasma la idea de salir de aquí. ¿No querés sentir la lluvia? Ni siquiera sé qué es. ¿Cómo podría siquiera emocionarme? A mí me emociona lo desconocido. O quizás solo te emociona sentirte valiente. No entendés nada. Vos tampoco. Prefiero la luna ¿Alguna vez la has visto? Si. Fue en otoño. Lo sé porque el árbol que está ahí quedó sin hojas y me permitió verla. La luz daba directo a este lugar esa luz me atrajo hasta aquí. ¿Y no querés ir a ver que hay más allá? Prefiero lo conocido. Si fuera así, no hubieras visto la luna. Luego de fantasear el diálogo de las bailarinas de madera, que habían escapado de la caja musical; vimos como la lluvia cesaba. Resultaba divertido inventar historias. Después de la lluvia, quedaron las nubes imponiéndose en las alturas tapando el glorioso resplandor de las estrellas. Vimos la oscuridad en un camino calmo y libre de miedos. ¿Cómo podía sentir miedo caminando de su mano? - A veces creo que Molinos es mi lugar en el mundo – Me confesaste. Y yo a veces creo que mi lugar es en donde vos estás. – Te confesé. 95 Por aquí cerca hay muchos pueblos mágicos. Escondido entre cerros y viñedos, - Página 12 13 Mis sábanas violetas tienen impregnado tu perfume. Una suave mezcla de azúcar y chocolate. Cuando me desperté, el sol atravesaba la ventana. Con mi mano remarqué tus ojos, tus cejas, tu nariz, me detuve en tu boca, naturalmente rosa y con gusto a manteca de cacao. Acerqué mi nariz a la tuya para sentir de cerca tu respiración. Mi boca apenas si rozaba la tuya, me quedé ahí hasta el hartazgo. Acaricié mi mejilla con la tuya para susurrar cerca de tu oído un… y sin despegarme de tu piel baje mi cabeza hasta tu pecho, y una lágrima empaño mi vista. No eras vos quien estaba a mi lado. Imaginé tu rostro, tu perfume, tu boca, y hasta el lunar de tu cuello. Nunca vas a ser vos. Es imposible. Ya no estás. Página 96 13.7 A placer, puedes tomarte el tiempo necesario Que por mi parte yo estaré esperando El día en que te decidas a volver Y ser feliz como antes fuimos Sé muy bien Que como yo estarás sufriendo a diario La soledad de dos amantes que al dejarse Están luchando cada quien Que haya dejado de quererte un solo día Estoy contigo aunque estés lejos de mi vida Por tu felicidad a costa de la mía Pero si ahora tienes Tan sólo la mitad del gran amor que aun te tengo Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo Quiero que seas feliz Aunque no sea conmigo Por no encontrarse Y no es por eso Que haya dejado de quererte un solo día Aunque no sea conmigo, Enrique Bunbury & Andrés Calamaro. Estoy contigo aunque estés lejos de mi vida Por tu felicidad a costa de la mía Pero si ahora tienes Tan sólo la mitad del gran amor que aún te tengo Puedes jurar que al que te quiere lo bendigo Y no es por eso Página Aunque no sea conmigo 97 Quiero que seas feliz 14 Cerf- Volant en Francia. Pipa, en Brasil. Nuevamente la estación dorada, decorada de hojas secas, nos envolvía con su viento frío y abrazaba con el tibio sol. La inestabilidad climática enferma el cuerpo, así como la inestabilidad emocional enferma el alma. En el campo de la cruz, un amplio terreno baldío, decorado por un árbol centenario en el medio y un ángel gigante de cemento en la entrada, comenzaba la temporada de los colores. Barriletes de diferentes tonos, formas y tamaños volaban llenando de pintitas el cielo azul. - - ¿Por qué te llaman tanto la atención? - te pregunté intrigada. Desde aquí abajo, el cielo parece inmenso. Mirá cómo un niño puede imaginar que conquista el espacio o llega a tocar el sol gracias a su barrilete. – me respondiste mirando al cielo admirado. ¿Te gustaría volar? – pregunté. ¿A quién no? – respondiste con seguridad. 98 Papalote, en México. Cometas en el cielo, Khaled Hosseini. Página Barrilete, en Argentina. “Las manos se agitan y tiemblan. En algún lugar se ha roto una presa y el sudor frío te inunda, empapa tu cuerpo. Quieres gritar. Lo harías si pudieses. Pero para gritar, necesitas respirar”. Le atraía la idea de navegar los cielos, por esto siempre estaba buscando alguna actividad que se lo permitiera. Una vez me llevó hasta un salar, un lago superficial cuyos sedimentos dominan las sales. Kilómetros y kilómetros de un color blanco infinito, con ojos de agua en celeste claro. Era como correr y saltar por las nubes; mientras un dron con una cámara me perseguían en esta travesía. En ese momento no advertí la distancia que nos separaba: yo disfrutaba del suelo, él de las tomas aéreas. - Al otro día, nos dedicamos a diseñar y construir nuestros barriletes. Creamos dos pulpos octogonales enormes, uno rojo y otro violeta. Este segundo era mío, por lo que le dibujé ojos y una sonrisa. Olvidamos nuestras edades y nos dirigimos al campo de los barriletes. En mi corta experiencia con estos curiosos elementos puedo afirmar que el diseño y la construcción no son 99 - Veo en ellos el resumen de los objetivos cumplidos de nuestra vida, o lo que es lo mismo: el éxito. – me dijiste. No entiendo. – admití. Primero tenés que diseñarlos, luego construirlo y por último conducirlo. También debés sumarle el ambiente propicio. Por supuesto, pero sos vos quien canaliza sus energías y fuerzas favorables para que se empiece a elevar, y una vez arriba, desde un hilo, tomás las decisiones que van a mantenerlo en el aire, o que lo harán caer. Página - sencillas pero con tiempo y dedicación la tarea puede ejecutarse de manera satisfactoria, hacer que se eleve siempre que las condiciones estén dadas - es bastante fácil. Ahora bien, un desafió muy grande es hacer que se mantenga en vuelo, y un desafío aún mayor (según yo) es hacerlo aterrizar. Tenía la mirada puesta al frente. Él en el camino, aparentemente. Confiar en mi misma. La confianza que genero. La confianza en el otro. En él. Otro. PRESENTE Yo confío Tú confías Él/Ella/Ud. confía Nosotros confiamos Ellos/Ellas/Uds. Confían Vs. PRETÉRITO IMPERFECTO Yo confiaba Tú confiabas Él/Ella/Ud. confiaba Nosotros confiábamos Ellos/Ellas/Uds. Confiaban Me vuelvo a perder dentro de mi mente... No recuerdo ahora que es lo estaba imaginando en ese momento, pero cuando intento hacer memoria, un sentimiento de tristeza acompañado por soledad, invaden mi pecho. Estaba tan ensimismada que no insistí nuevamente con la velocidad en la que íbamos 100 CONFIANZA Del verbo Confiar. Una vez, tomamos un camino similar a este, repleto de curvas que bordean precipicios. Ese día y el de hoy no se parecen en nada. Hoy hay sol, y se puede apreciar el paisaje. Aquel día, por el contrario, la neblina dejaba pocos metros de visibilidad, dificultando aún más la ruta. En aquella oportunidad podría haber estado intranquila, o atenta, pero me dormí en paz. Luchaba contra el sueño y quería ser una buena co-piloto para él, pero no podía mantener mis ojos abiertos a pesar de probar con diferentes técnicas. En cambio hoy, desde que inició el descenso, no puedo encontrar la calma ¿por qué? Él siempre fue un buen conductor. ¿Qué me trae tan intranquila? Será velocidad o será mi imaginación. Le hablo. ¿Me escucha? ¿Por qué de pronto no confío en su habilidad al volante o será el camino que tomó? No puedo entender que me está pasando. Intento leer, cantar, imaginar algo… me escapo por minutos pero luego vuelvo. De pronto un camión me recuerda el lujo que es vivir. Otra vez me cuestiono a mí misma ¿qué estoy haciendo aquí? Las preguntas invaden mi cabeza. Página 15 descendiendo por el camino de cornisas, incluso creo que perdí toda noción del velocímetro, del espacio y del tiempo. De pronto sentí mi cuerpo querer escapar y el cinturón de seguridad sujetarme, el ruido de vidrios rotos y el acoplado de un pequeño camión detenerse antes de impactar en el parabrisas y una porción de roca del cerro conteniendo largos alambres que no lograron golpearnos. - - Solo fue el espejo retrovisor y unos rayones. Iba muy rápido ¿no? – me dijiste con una mirada que me provocó miedo. Si. El camino es complicado. – dije, intentando evadirte. ¿Estás bien? – me preguntaste Bien. ¿Vos? Me asusté. - dijiste Podemos para un rato en la próxima estación de servicio. Sí, me parece bien. Entré al baño, me miré al espejo y moje mi rostro y la nuca. “Fue el momento lo que me asustó. No hay nada más. Estoy imaginando cosas”. Me repetía una y otra vez. “Calma, calma”. No quería salir del baño, quería escapar de ahí, de él. Quería desaparecer. Una pareja al frente está besándose, junto a su auto. Él parece más grande que ella. Ella está enamorada. Él… no sé. Las lágrimas cubren mis ojos. Me limpio. Nuevamente una ruta. Cornisas. Precipicios. Pero al volante estoy yo, y vos no estás a mi lado. Ingenuamente creí que si me iba lejos, me alejaría de vos (o de tu fantasma). Por primera vez, en mucho tiempo, camino libre por las calles. Aquí no estás, y es poco probable casualmente encontrarte aquí. Sin embargo, de algún rincón escondido de mi interior nace la esperanza de un destino que permite que hoy, aquí y ahora, nos crucemos en esta ciudad extraña con aroma a café y chocolate que me recuerdan a tantas noches de invierno viviendo juntos el frío. Me ves, te veo. Incluso en la imaginación, cada quien sigue su camino luego de un intercambio de miradas atónitas que nos dejan pasmados. ¿Qué sentido tiene una jugada tan desgarrante? Encontrarnos para seguir uno sin el otro. Y tal vez, mientras yo me pregunto si te hace falta mi presencia, vos solo te preguntes: ¿Era o no era? Estoy saliendo del baño de una estación de servicio, decorada con piedras y lajas. Hace un poco de frío, está nublado y cae una llovizna casi imperceptible. Si. Era yo. Bajé la velocidad a propósito. Te pusiste pálido. Aún más de lo que sos naturalmente. Te noté más delgado. Página Después de meses recordé aquel día. 101 Otro mes más que pasa… Increíble es notar, cómo después de tanto tiempo, nuestra sola presencia sigue influenciando (o dominando) las emociones del otro. La crueldad de este final. Los días pasan, sanando de a poco este dolor o aprendiendo a vivir con él. En cualquiera de los casos, los recuerdos siguen latentes. Lo que cambió es mi actitud ante ellos. Que me diste. Que nos diste. Pedacito de cielo escondido… Todos y todas nos reconocemos en el dolor. ¿Te dolerá tanto como a mí? La crueldad de los finales. Página El sol, los cerros, los cardones, el viento, tu risa, tu pelo. Cada detalle de estas callecitas viejas. Ese mal hábito que tiene la gente de aferrarse a los recuerdos por más tristes que fueren. El dolor ensombrece los instantes mágicos, y de pronto siento que cada momentito de alegría es solo uno de los pocos días de sol en una era de diluvio. 102 Quisiera viajar por los valles sin recordarte… Sin verte, sin vernos. Por las calles de los pueblos. Jugando. Me veo, nos vemos...felices. Jamás hubiera imaginado un final como este. Incluso un final me era difícil imaginar. ¿Cuándo dejaste de amarme? ¿Dejé de amarte? y lo que es más grave… ¿podré amar nuevamente tanto cómo te amé a vos? Una calle un café salgo a caminar como cada tarde a ningún lugar solo acompañada de tus recuerdos y me quema este frío de la ciudad cuesta hasta reír cuesta respirar solo oigo tu voz en medio del silencio Sigues tan presente aunque no estés aquí tu tienes la magia que me hace feliz el poder para aliviar mi sufrimiento Enséñame a vivir sin tí o no te alejes más de mí que ya me dí cuenta que el sol en tu ausencia se vuelve de hielo 11 meses en tiempo terrestre de no verte, de no vernos Soy yo quien intenta mantener vivo tu fantasma, porque me asusta sentir cómo de a poco, lo que antes era tan valioso para mí, se está volviendo insignificante. Enséñame a vivir sin tí o no te alejes más de mí que mi corazón en tu ausencia es un mundo que no tiene cielo 103 Aunque no lo creas, te agradezco estas lunas en soledad sincera. Página Enséñame a Vivir sin Tí (fragmento) - Luciano Pereyra Vas a ser para siempre mi primer gran amor… Página 104 … como así también, el protagonista de mi historia de menoscabo y dependencia producto de las erradas ideas inculcadas por el romanticismo. Antes de terminar quería decirte que… “No me llevo ni una sola gota de veneno. Me llevo los besos cuando te ibas (no estaba nunca dormida) y un asombro por todo esto que ninguna carta, ninguna explicación, pueden decir a nadie lo que ha sido”. Página 105 Amares, Eduardo Galeano. Él era carismático por naturaleza. Le gustaba jugar a ser el protagonista de una historia de aventura. Jugaba tanto, que me costaba entender cuando estábamos hablando en serio. Lo que me asustaba bastante. Un mañana salimos a cazar zombies. Cargamos las escopetas y nos dirigimos a nuestro lugar favorito, donde por supuesto está lleno de zombies con los que debíamos acabar, sí o sí, por el bien de la humanidad. Era divertido pasear, siempre había alguna actividad fuera de lo común que requería del uso de la imaginación y desempolvar el niño o niña que todos/as llevamos dentro. Tal como lo sospechamos: el lugar estaba sitiado. Corrimos hasta una casa a medio construir cerca del dique pero oculta entre los matorrales. Ella en su vida (es decir sus 22 años de vida hasta ese momento) había sostenido un arma. Sin embargo, se le dió bien esa tarea de asesinar zombies indefensos y estáticos, muy bien representados por latitas, botellas y ladrillos viejos. 106 Si estuviéramos en el cine, sería similar a una película. De esas en las que en 1 hora y 53 minutos, pasa de todo. Así de intensa era nuestra vida. Ambos fenómenos estaban siempre presente, en la misma proporción desmedida. Lo normal era lo irracional, lo mucho, lo empalagoso, lo extremo, y también podría ser, lo ingenuo. Página Un día en la vida de esos extraños habitantes del planeta Urano En nuestro planeta llovía mucho, En nuestro planeta había mucho sol. La misión tardó unas 5 horas y 13 minutos. Fue algo agotador, pero salvamos a la humanidad de un inevitable ataque. Nos salvamos de los zombies, pero no pudimos salvarnos de la tormenta. Ni del resfriado. Nos perdimos en ese planeta que íbamos construyendo día a día. Uno en donde también nacieron dos seres diferentes a los que lo habían creado. Esos seres se enamoraron de alguien que no existía, una ilusión tan grande como los juegos con los que pasaban los días. Te volviste mi todo Lo único que me hace sentir completa Mis puntos cardinales El sol que me alumbra El aire que me mantiene vivo Página 107 … y así, de a poco empezamos a perder nuestros verdaderos yo. en la ficción Página el mejor de los refugios 108 encontramos - - - - ¿Qué es eso de tener porotos menos? – preguntó ella. Y bueno, cuando haces algo que a mi no me gusta, te quito un poroto, pero si haces algo que sí me gusta, te sumo uno. – respondió él. ¿Que no te guste? – inquirió ella Es un decir. No tiene que ver con gustar gustar. Tiene que ver con actitudes o acciones que no sumen, me lastimen, crea que están fuera de lugar, etc. Es muy amplio. Suena más lógico así. Pero el etcétera es muy abarcativo. Te da mucho margen de acción. Vos también podés hacer un frasco de porotos. – aseguró él. ¿Y bajo qué parámetros lo lleno? Bajo ninguno. El frasco empieza lleno. ¿Por qué? – le cuestionó. Porque si ya te elegí para mi vida es porque sos lo que quiero. Ahora si me doy cuenta que no, con el tiempo el frasco se irá vaciando. Si quedase vacío, significa que no tiene sentido seguir adelante. Pero si haces algo lindo o que me guste le sumo porotos al frasco. ¡No se va a vaciar nunca! Que sí, sí se vacía. Tu frasco no está lleno. – le dijo él. Yo no tengo frasco. Si tenés. El frasco que yo hice es tuyo. Si vos haces un frasco, será mío. Pará. Re injusto. No sabía lo del frasco. Si yo inicio ahora, vos vas a comenzar con el frasco lleno y me dijiste que el mío no está lleno. No es una competencia. Además si mi frasco está más lleno, es porque doy más a la relación que vos. - - - O al revés. Si, o al revés. – dijo él. Pero estamos usando criterios de evaluación diferentes. – reflexionó ella. No importa. Porque el frasco te sirve a vos no a mí. Y viceversa. ¿Porque querría estar con alguien que no llena mi frasco? ¿Y cómo te autoevaluas? Tenés un frasco con porotos de otro color? ¿Y para que me quiero auto-evaluar? – preguntó el aturdido. Mirá si alguna cosa que digo o hago es una reacción a algo que vos hiciste o dijiste. Sucede que no estás poniendo y quitando porotos porque sí. Deben ser cuestiones muy específicas y significativas. No sabía que el amor era cuantificable en porotos. – comentó ella con enfado. El amor no. Las acciones - reacciones - omisiones, sí. – finalizó el. 109 - - Página Tenés un poroto menos en tu frasco El día inicia y termina con tus ojos puestos en mí, sintiendo tu respiración, compartiendo el mismo aire. El tiempo se vuelve eternidad. Tu brazos mi sostén, mi fuerza. Saben darse todo en un instante Derretir con la mirada Es una aventura dormir juntos Poco a poco acariciar su piel Es un sueño darle un beso Sabe que me tiene a su merced Me siento suya Mi corazón es suyo “Te puedo dar una vida de pequeñas felicidades” Se prometieron aquella noche de abril. Página 110 El: Te amo más que ayer. Ella: Te amo menos que mañana. Pero no podrás decir jamás Que no te amaba de verdad Con toda el alma y todo el cuerpo. Podrás Decir que estabas para más, Que te enredaste en otro amor Buscando luz para tu cielo. Pero no podrás decir que no Que no te abriera el corazón Para abrigar todos tus sueños. Pero no podrás decir que no Que no te abriera el corazón Para abrigar todos tus sueños. Podemos intentar otros caminos, Podremos inventar un rumbo nuevo. Pero quien te dice que al final Después de tanto caminar Digamos: "Este amor fue cierto". Brindemos con la copa del adiós Podrás Buscar la luz de un nuevo sol, Podrás beber su resplandor Hasta saciar tu sed de cielo. Pero no podrás dejar de ser La sombra viva de mi piel Que te reclama en cada sueño. Pero no podrás dejar de ser La sombra viva de mi piel Que te reclama en cada sueño. Podrás disimular, Podrás fingir, Podrás llorar, Podrás reír, Podrás decir que no te quiero. Podemos intentar otros caminos, Podremos inventar un rumbo nuevo. Pero quien te dice que al final Después de tanto caminar Digamos: "Este amor fue cierto". Brindemos con la copa del adiós Si al fin al cabo esta pasión Nos tuvo en vilo el corazón. Podrás 111 Pero no podrás decir jamás Que no te amaba de verdad Con toda el alma y todo el cuerpo. Si al fin al cabo esta pasión Nos tuvo en vilo el corazón. Página Podrás... Decir que todo se acabó, Que el tiempo pasa y el amor Se va apagando con el tiempo... Buscar la luz de un nuevo sol, Podrás beber su resplandor Hasta saciar tu sed de cielo. Pero no podrás dejar de ser La sombra viva de mi piel Que te reclama en cada sueño. Pero no podrás dejar de ser La sombra viva de mi piel Que te reclama en cada sueño. Podrás disimular, Podrás fingir, Podrás llorar, Podrás reír, Podrás decir que no te quiero. Página 112 Podrás - Tamara Castro El me dañó, Ella me hizo daño a mí. Yo lo dañé a él. Yo la dañé a ella. Ella miraba a la luna. El aire estaba frío. Busqué en mi mochila el poncho bordó y lo tendí a sus pies. Me rescosté encima usando el tronco hueco como almohada. Ella se acostó también sobre el poncho, abrazándome, con su cabeza en mi pecho. La rodee con mi brazo izquierdo, y usé el derecho para sostener mi cuello. Aquí estamos, luego de tanto tiempo, acostados como solíamos hacerlo. En unos instantes el tiempo desapareció, igual que el dolor. ¿Cómo es posible que todo se borre? Preferí omitir los recuerdos tristes y solo - - - Había una vez un pato Un pato que no sabía que era un pato Pensaba que era un pez Porque podía nadar Y le gustaba estar en el agua Pero un día se dió cuenta que no era como los demás peces No podía mantener la respiración bajo el agua y su cuerpo estaba cubierto de plumas El pato se preguntó: entonces, si no soy pato ¿que soy? Para su suerte, por ahí pasaba una mariposa Disculpá, ey vos, si vos, la de color azul. Psss. Si, ¿necesitas algo? Estoy confundido. No sé que soy. ¿vos sabes que soy? Perdón, pero no te puedo ayudar, ni siquiera sé qué soy yo. Hace unos días caminaba tranquila por aquí y de repente me quedé dormida. Cuando desperté, mi bello cuerpo se convirtió en esto que ves, y me salieron este par de alas. Vos sos una mariposa. ¿Cómo sabes? Porque lo sé. Y he visto otras y me dijeron que se llamaban así. No eran de tu mismo color, pero si tenían alas como las tuyas. Ay no, a mí me gustaba ser oruga. me divertía caminar por la tierra. 113 … dejaron de existir las palabras en el mundo de las miradas. guardar los buenos, esos que te hacen sonreír al recordarlos... Página Y después… - - - - - - - - - - Disculpá que te pregunte- le dijo el pato a la mariposa - no es que me moleste que vayas en mi cabeza, pero ¿porque no volás? Le tengo terror a las alturas y a los vientos fuertes. Cuanto menos tenga que volar mejor. ¿Y vos por qué no volás? Yo no sé volar. Hasta hace unos instantes creía que era un pez. Caminaron durante varias horas hasta llegar a un árbol hueco. "Señor sabio, señor sabio gritó la mariposa" Hasta que salió un sapo bufónido. ¿Un sapo? Pensé que veníamos a ver a un búho. Dijo el pato. Estas lleno de estereotipos. Le respondió la mariposa. Señor sabio, ¿cómo está? mi amiga la mariposa me trajo hasta aquí para que me ayude a descubrir quien soy. Solo vos podes descubrir quien sos. Yo no te puedo ayudar con eso. Le dijo el sabio. Pero necesito saberlo, continuó el pato. ¿Para qué necesitas saberlo? Para poder hacer, lo que se supone que debo hacer. Los peces de la laguna de dónde vengo, ellos saben que son peces, y deben nadar todo el día. Pero yo no soy un pez, así que yo debería hacer otra cosa. ¿Qué te gustaría hacer? No lo sé, nadar junto a ellos, y luego, aprender a volar, porque tengo alas. ¿Y por qué no lo haces? 114 - Pero ahora sos una mariposa. Supongo que no me queda más que aceptarlo. y vos, ¿tenés alas? ¿Alas? y ahí fue cuando el pato se dió cuenta que tenía un par de alas también. ¡Es cierto! Yo también tengo alas. Tal vez yo también sea una mariposa. Mmm... no tenés cara de mariposa. Tu cara es de otra cosa, diferente. Tus alas no son iguales a las mías, y tu rostro tiene algo de color naranja o amarillo. O naramarillo. Ese color no existe. Vos no existis. Ni siquiera sabés de qué especie sos. Un sabio me dijo una vez que lo que no se nombra no existe, porque no tiene identidad ni entidad. ¿Un sabio? Esa es la solución, llévame a ver el sabio, el podrá ayudarme. Seguro que él sabe que soy. Si no soy un pez, debo ser otra cosa. Te puedo llevar, pero con una condición. ¿Cuál condición? Que me ayudes a descubrir cómo hacer para volver a ser oruga. Está bien. Trato hecho. Así, el pato y la mariposa, se hicieron socios. Cada uno tenía un objetivo distinto pero el camino que los llevaba hasta ahí era el mismo, aparentemente. La mariposa se apoyó en la cabeza del pato y le indicaba a donde ir. El solo caminaba. Página - - - - - - - - - - La mariposa se puso muy feliz que su amigo el pato olvidara su problema de identidad un rato, y jugaron toda la tarde volando entre los árboles. Ya era la hora de la luz mágica, y el pato descubrió una parvada sobrevolando la zona. Ey, ¿a dónde van? Les preguntó el pato intrigado. Nos vamos al norte. ¿Querés unirte? Si. Claro. Ahora los alcanzo, les gritó el pato. Bajó volando a buscar a la mariposa. "Mariposa, vamos, a conocer el norte." La mariposa lo miró y le dijo "lo siento, yo no te voy a acompañar, es hora de decir adiós". Pero mariposa, dijiste que ya no tenías miedo de volar. No es eso, seguiré disfrutando de mis alas y de los vuelos, sin embargo no iré con vos, porque mis sueños están en otro lugar. Transitamos el camino que nos tocó juntos, ahora es tiempo de separarnos. Gracias por ayudarme a aceptar y empezar a volar. Gracias a vos, por acompañarme en mi recorrido. Ese día, y en ese cuento, poco importó quién dijo qué. La esencia es lo que vale, y sin darnos cuenta, dijimos todo lo que nos debíamos por decir. - Adiós. Adiós. 115 - Mire señor sabio, si no va a ayudarme al menos, deje de confundirme. Mire señor, dijo el sabio poniéndose muy serio: usted puede ser lo que usted quiera. Sus limitaciones están en su cabeza. Que su apariencia no determine su futuro ni sus sueños. No deje que los "debería ser" se impongan ante lo que usted desee hacer o ser en esta vida. El pato se dio cuenta que el sabio y él estaban hablando de cosas distintas. También se dio cuenta que el sapo tenía razón. No iba a dejarse condicionar por los "debería", pero su orgullo era más fuerte y admitir que el sapo tenía razón no le sonaba muy bien. Se dió la vuelta y se fue. El sabio miró al pato alejarse, luego miró a la mariposa azul y dijo “quitarnos los miedos nos hace más libres”. La mariposa quedó pensando en esta frase. El sapo volvió a su tronco. De regreso el pato se dió cuenta que olvidó a su amiga la mariposa. Sin embargo, ella lo iba siguiendo, volando por detrás muy lentamente. El pato recordó su promesa de ayudar a la mariposa a descubrir como volver a ser oruga. "No creas que estaba olvidándome de vos, pero creí que no tiene sentido seguir hablando con ese sapo". No te preocupes. Ya no quiero volver a ser oruga. Ahora soy una mariposa, y como bien dijo el sabio no voy a dejar que los "debería ser" ni los miedos determinen o condicionen mis sueños. El pato la miraba atento. Volar no parecía tan complicado. Movió sus alas y empezó a elevarse. Página - Ese extraño habitante del planeta Urano… … pasó por mi vida presentándose como un ser de mí mismo planeta. Hablaba el mismo idioma, jugaba a los mismos juegos, incluso podría asegurar que teníamos casi casi - los mismos sueños. Sin embargo, con el correr de los días, mil quinientos cincuenta y tres (si mal no recuerdo) nos dimos cuenta de tres cosas. La primera, es que en el mismo idioma, las palabras pueden tener diferentes significados y la intencionalidad con las que se las dice, también. Lo segundo, es que un juego es una actividad libre que se realiza con un fin; aunque el juego sea el mismo, las motivaciones y objetivos de sus jugadores, pueden ser diferentes. Por último, y por esto no menos importante, los sueños son construcciones de nuestra mente, y así como se construyen, pueden desconstruirse. Importante es tener claro que estas desconstrucciones y construcciones deben responder a factores internos del individuo y no estar supeditados a factores externos. nosotros. El planeta que alojó nuestra historia, y que llamamos Urano. Tercero: Sentirnos seres completamente extraños y ajenos; que a pesar de todo lo vivido, con el paso del tiempo, ese ser se transformó (o siempre lo fue en esencia) en un habitante de otro planeta; quien con las mismas palabras, hablaba otra lengua; con los mismo juegos perseguía fines distintos; y, que con el correr de los días fue construyendo sus propios sueños. Sueños que no incluían a ambos. Así es como, con ese extraño ser, pasamos por tres estadíos: Página Segundo: Sentirnos dos seres extraños en la Tierra, proveniente de otra planeta. Un planeta que creíamos que sí existía y del cual nosotros formábamos parte. Aunque lo cierto es que ese planeta fue construido por y para 116 Primero: Sentirnos completamente iguales. “para siempre” existen solo si queremos que existan y somos nosotros/as quienes los dotamos de significado. eternamente en esa infinitud llamada tiempo. 117 algo: Los Jamás dejaremos de ser nuestro “para siempre” en ese planeta que construimos, y aunque hoy, ya no vivamos en él, quedará latiendo Página Al menos coincidimos en Sus lágrimas empezaron a caer, al igual que las mías. En nuestra primera cita, nos quedamos dormidos y en esta misma pose, viendo el amanecer. De la misma manera en que entraste en mi vida, te vas de ella. Pero ya no soy el mismo Página 118 Ni vos sos la misma. Página 119 Siempre imaginé finales, salvo este. Un final inevitable, que llegó más tarde de lo que debía, porque a pesar de ser evidente, no queríamos que llegase. Como la oruga que retrasaba su metamorfosis. Así nació una mariposa, que aunque en un principio no quería ser mariposa, descubrió la belleza de volar libremente. 120 - Entre sollozos empezamos a cantar, La última canción de nuestra historia. Página - Here comes the sun (doo doo doo doo) Here comes the sun, and I say It's all right Little darling, it's been a long cold lonely winter Little darling, it feels like years since it's been here Here comes the sun Here comes the sun, and I say It's all right Little darling, the smiles returning to the faces Little darling, it seems like years since it's been here Here comes the sun Here comes the sun, and I say It's all right Sun, sun, sun, here it comes Sun, sun, sun, here it comes Sun, sun, sun, here it comes Here´s comes the sun, The Beatles. Página Sun, sun, sun, here it comes 121 Sun, sun, sun, here it comes No hace falta decir que decirnos adiós fue la muestra de amor más grande que nos hicimos. O tal vez sí. Aunque no parezca... este es un final feliz. Página 122 Fin. Página 123 Hay libros y fragmentos que andan por ahí, dando vueltas en tu mismo espacio… y llegan en el momento justo. Cuando estás listo/a para leerlos. 124 Página 125 Página